ortorexia


La Ortorexia Nerviosa hace referencia a un trastorno obsesivo-compulsivo caracterizado por la fijación patológica en comer alimentos sanos. El criterio sobre qué cosas son adecuadas, depende del tipo de corriente dietética que se escoja: puede ser no tomar carne y sólo vegetales cocinados, o por el contrario tomar sólo frutas y verduras sin cocer; puede ser prescindir de la leche de origen animal porque se digiere mal, o tomar varios litros de leche al día para tener más calcio; puede ser comer sólo vegetales crecidos en la zona donde uno reside y en la estación del año en que crecen naturalmente, o tomar ciruelas umeboshi, algas japonesas, kinoa, alubias azuki, etc, etc.
Al principio, la preocupación por la comida puede tratarse de un deseo natural de sobreponerse a una enfermedad crónica o de mejorar la salud en general, pero en algunos casos la persona cae en un trastorno obsesivo-compulsivo con respecto a su alimentación. ¿Cómo se produce este paso entre una preocupación normal por la alimentación sana y la ortorexia? Veamos el caso de JLM:
Juan comenzó a eliminar ciertos productos de su dieta por problemas gastrointestinales y de alergias. Pero poco a poco fue autoimponiéndose más normas alimentarias obtenidas de diferentes libros y expertos en nutrición. Así, poco a poco, dejó de salir de tapas con los amigos, cuando iba a casa de alguien se llevaba la tartera con su comida, y solía poner cara de asco cuando veía lo que comían los demás. Sus relaciones sociales se estaban deteriorando y perdía mucho tiempo en comprar sus alimentos especiales, cocinarlos, planificar su alimentación y discutir sobre dietas con otras personas. En casa, miraba a su familia con un rictus de verdaderas ganas de vomitar contenidas cuando les veía disfrutando de un bistec con patatas, e incluso llegó a comprarse sus propios utensilios para que sus alimentos no fueran contaminados por la comida impura del resto de su familia.

Lo que podría haber sido una dieta sana y natural, poco a poco iba convirtiéndose en un sacrificio continuo: una disciplina férrea que le llevaba a sentirse muy orgulloso de sí mismo, hasta el punto que los demás se daban cuenta de sus sentimientos de superioridad. Pero si alguna vez se saltaba la dieta, el autocastigo llegaba inmediatamente: sentimientos de culpabilidad, un gran desasosiego, y la decisión de ayunar entre tres y cinco días, dependiendo de la gravedad de la “falta” que hubiera cometido.
Sin amigos, sin novia, con problemas en casa de sus padres y con una patología obsesivo-compulsiva, no dudaba en propagar las virtudes de su dieta a todo aquél que quisiera escucharle (o no le quedara más remedio) y siempre llevaba panfletillos con las virtudes milagrosas de algún alimento especial. Se había convertido en un caso típico de Ortorexia Nerviosa, la nueva patología de los países ricos.
Suele tratarse de individuos patológicamente perfeccionistas y absolutamente inflexibles en la aplicación de las normas.
Entre las razones que pueden conducir a la Ortorexia están la obsesión por buscar una mejor salud, el miedo a ser envenenado por los pesticidas, colorantes conservantes y demás químicos utilizados por la industria alimenticia o haber encontrado una razón espiritual en comer de una determinada forma.
Por supuesto, no hay que confundir esta enfermedad con una preocupación normal por la alimentación sana, la evitación de aditivos alimentarios, o dietas vegetarianas, macrobióticas, etc, llevadas con sentido común. Pero cuando la alimentación se convierte en una obsesión que afecta a la vida cotidiana, las relaciones sociales se ven perturbadas y la propia felicidad es menos importante que la alimentación, tenemos que empezar a pensar en la posible existencia de una patología.
Todos debemos poner atención en lo que comemos para poder estar sanos, pero sin obsesionarnos hasta el punto de vivir para comer en vez de comer para vivir.

Manifestaciones de agresividad en el trastorno obsesivo-compulsivo



Viktor Emil Frankl (1905-1997) fue un médico neurólogo, psiquiatra y doctor en filosofía vienés, creador de la Tercera Escuela Vienesa de psicoterapia. Se considera a la de Sigmund Freud la primera y a la Psicología Individual de Alfred Adler, la segunda.

“Logo” significa sentido de la vida pudiendo considerar que el aporte de Frankl abarca 3 aspectos:

a) Es una teoría: un modo de pensar acerca de la vida y el hombre.
b) Es una terapéutica psicológica: aporta el concepto de “neurosis noógena” a la clasificación de neurosis.
c) Es una actitud ante la vida: supone un posicionamiento comprometido del terapeuta para propiciar el encuentro de su paciente con su libertad y responsabilidad.

Antes de centrarnos en la temática de la personalidad mórbida, quisiera destacar algunos conceptos acerca de la personalidad sana. Para ello debemos partir del concepto de persona, soporte de la personalidad. Desde el Análisis Existencial y la Logoterapia, la persona es una unidad biopsicoespiritual, en relación permanentemente renovada con sí mismo, los otros y el mundo.

Frankl incluye la dimensión espiritual de la persona como autoconciencia lo cual supone la capacidad propiamente humana de pensarnos a nosotros mismos, conocernos, aceptarnos y decidir cambiar.
El Yo o centro de la persona se construye a lo largo del desarrollo psíquico y se constituye como sujeto de su propio conocimiento, artesano de su mundo propio, autor de su propia persona (tarea, rol social) y dueño de su propio carácter.

Con respecto al concepto personalidad, el Análisis Existencial y la Logoterapia, presentan una conceptualización diferente a la de la psicología tradicional, mientras que para la misma la personalidad representa los aspectos dinámicos de la persona, para la Logoterapia la personalidad es la actuación biográficamente sedimentada de la persona, o sea representa los aspectos estáticos en tanto es la persona la poseedora del dinamismo para modificar su personalidad.

Frankl sostiene que “el hombre es persona, tiene un carácter y deviene personalidad”, lo cuál supone un movimiento de autoconformación de la persona entre “el ser que soy” (fáctico) y “el ser que puedo y quiero llegar a ser” (facultativo).


A partir de lo expuesto podemos enumerar como características de una personalidad sana o equilibrada los siguientes atributos:

a) Equilibrio/Estabilidad: no se presentan grandes alteraciones en el humor habitual; el tono emocional es uniforme, sin reacciones imprevisibles; hay capacidad de tolerar la frustración; y las respuestas emocionales son ajustadas a la situación.

b) Empatía: conexión con los otros que nos permite dejar por un tiempo en suspenso nuestros propios problemas para centrarnos en el otro y entender su posición o punto de vista.

c) Independencia: capacidad de decidir libremente nuestros valores y modo de vida, asumir compromisos, aceptar con serenidad y realismo el fracaso.

d) Responsabilidad: ser dueños de nuestros actos y de las elecciones de nuestra vida.


Partiendo de la personalidad sana ahora nos abocaremos a la conceptualización general de neurosis para luego introducirnos en la temática del Trastorno Obsesivo Compulsivo.

En 1777 Cullen introduce el término “neurosis” para delimitar “aquellas enfermedades generales del sistema nervioso sin causa local”. Aunque la clasificación de las enfermedades de Cullen no tuvo demasiado éxito, el término fue quedando a pesar de que el contenido mismo se ha ido vaciando.

Con el descubrimiento de las enfermedades funcionales, la ausencia de lesión se mostró como criterio insuficiente para delimitar las neurosis. El advenimiento del psicoanálisis introdujo el concepto de psicogénesis como la nota distintiva de las neurosis siendo estas consideradas como una reacción vivencial anormal producto de un conflicto interno o externo de la persona.

Pero: ¿qué sucede en la personalidad neurótica desde el análisis existencial?

La neurosis supone un obstáculo para la madurez de la personalidad porque disminuye la capacidad de la persona para hacer frente a los conflictos que la vida le plantea. El neurótico se caracteriza por un modo anómalo de vivenciar la realidad y por sus respuestas desproporcionadas, en intensidad y duración, a los estímulos más o menos conflictivos.

Al yo neurótico le falta claridad de conciencia sobre su actitud de fondo ante la vida, le falta objetividad en su sentido de la libertad y su emotividad, distorsionada, se puede manifestar en alteraciones orgánicas, psíquicas o sociales. Con frecuencia presenta una clara tendencia a dogmatizar, a restringir -absolutizando lo relativo- el marco de su propia libertad personal y el de la de los demás.

Henri Ey describe al neurótico como un “hombre sin unidad”. En él se establece un continuo conflicto entre el “yo que él desea ser”, el “yo que debe ser” y el “yo que los otros creen que es”, dialéctica que compromete su unidad generando lo artificioso de su existencia, que le predispone a una vida inauténtica, camuflada bajo una máscara. Es tal la angustia que le provoca su falta de autenticidad que, como mecanismos de defensa tiende a: desplazar su angustia hacia el pánico a un objeto, acción o situación (neurosis fóbica), tratar de diluirla, multiplicándola mediante estrategias de comprobaciones, prohibiciones o ritos (neurosis obsesiva), o trata de utilizar todos los medios de su expresividad psicosomática representando una comedia de enfermedad corporal tanto para sí mismo como para los demás (histeria).

Durante el siglo XIX, los alienistas eligieron denominaciones (Manía sin delirio-Pinel- Monomanía afectiva-Esquirol-, Locura lúcida-Trélat, etc) que denotaban sus dudas acerca de la real ubicación, en la nosografía psiquiátrica, del Transtorno Obsesivo-Compulsivo (T.O.C).

En el siglo pasado, P.Janet (1903) y K.Schneider (1925), ubican definitivamente el T.O.C en el terreno de las neurosis, lugar robustecido por las aportaciones que hiciera Freud desde el Psicoanálisis.


De esta manera la esencia neurótica del T.O.C quedó plasmada en cuatro características esenciales:

1. el sentimiento de ser forzado a pensar, sentir o actuar;
2. la egodistonía;
3. la lucha ansiosa del psiquismo por evitar actos agresivos, impulsivos, particularmente temidos o no deseados; y
4. la experiencia subjetiva de compulsión.


Actualmente, en el Manual de Diagnóstico Estadístico (DSM IV) los TOC se sitúan entre los trastornos de ansiedad (Eje II).
El TOC tiene por condición y como infraestructura una forma patológica de organización del Yo. Pierre Janet describió en estos pacientes una baja de la tensión psicológica (fondo psicasténico) que les impide la ejecución de acciones difíciles, eficaces y precisas.

La ausencia de decisión, de resolución voluntaria, la falta de confianza y atención, la incapacidad de experimentar un sentimiento exacto en relación con la situación presente, la retrogradación hacia el pasado y lo imaginario, constituyen las características principales de estos síntomas psicasténicos.

Donath introduce en 1896 el término “anancasmo” (del griego,fatalidad, obsesión) para designar los estados obsesivos y fóbicos. Al hablar de anancasmo nos referimos a todos los fenómenos psíquicos que tienen el carácter de dominar sin fundamento . El carácter primario de la obsesión es que dicha vivencia se siente como perteneciente al yo pero perturbadora. La libertad del Yo como conductor del pensamiento se encuentra coartada, la obsesión sitia a la persona por dentro.


Los rasgos esenciales del carácter obsesivo son:

a) La tendencia a los escrúpulos, a la abulia y a la duda
b) La tendencia a las crisis morales de conciencia
c) La timidez y la inhibición en los contactos sociales
d) La tendencia a la introspección y al autoanálisis de la vida interior
e) Los trastornos de la sexualidad
f) Los estigmas psicomotores (tics, tartamudeo)


La manía de duda

La persona sana reconoce la presencia de varias posibilidades entre las que elegir. El Yo decide, y a veces, hay decisiones a largo plazo que suponen la aceptación de una cadena de actos, sin que cada uno de ellos sea sometido a deliberación.

En el paciente obsesivo hablamos de una “manía de duda”, “dificultad de terminar” o “manía de precisión” que hace que la persona sea incapaz de terminar como las personas normales. Necesita no dejar resquicio, ni posibilidad abierta, ninguna fuente de error por mínima que sea, necesita absoluta seguridad. La angustia le impide decidir como si en la decisión corriese riesgo su vida entera., como si continuamente debiese tomar decisiones trascendentales.

En la angustia, el obsesivo siente la amenaza de la disolución del yo. Normalmente el Yo se halla anclado en el mundo y en su circunstancia constituyendo una estructura que aparece quebrada en el tratorno obsesivo. El Yo se siente aislado y a medida que crece la angustia el plano de la realidad se ve cada vez más invadido por el plano de la posibilidad. Lo que se piensa y se siente, por imaginario que sea, se vivencia como posible y afloran a la superficie de la conciencia contenidos de zonas oscuras de la personalidad. Los instintos dominados por la unidad del Yo aparecen indómitos y prestos a sublevarse.

Frente a la amenaza de la emergencia de lo instintivo y en consonancia con la temática del Congreso nos dedicaremos a analizar, en la persona que padece un T.O.C, la procedencia psicológica de esta “lucha ansiosa del psiquismo por evitar actos agresivos, impulsivos, particularmente temidos o no deseados”.

Comúnmente encontramos en la personalidad obsesiva una tendencia a enfadarse en situaciones en las que no es capaz de mantener el control de su entorno físico o interpersonal, si bien en la mayoría de los casos la ira no se manifiesta abiertamente.
Las personas con este trastorno están especialmente atentas a su estatus respecto a las relaciones de dominio-sumisión, suelen expresar afecto de forma muy controlada o muy ampulosa y se sienten muy incómodos en presencia de otras personas emocionalmente expresivas. Sus relaciones cotidianas son serias y formales, se contienen cautelosamente hasta estar seguros que lo que van a decir es perfecto. Es frecuente que les cueste expresar sentimientos de ternura y es raro que hagan halagos. A lo largo de su vida suelen experimentar dificultades y malestares laborales, especialmente al enfrentar se a situaciones nuevas que exijan flexibilidad y transigencia.


Epidemiología

Es posible que casi todas las personas, en algún momento de su vida hayan experimentado algún pensamiento obsesivo o comportamiento compulsivo, aunque sin mayor trascendencia para la personalidad. Así también no todos los individuos con personalidad obsesiva desarrollan un TOC.

Muchos pacientes con TOC ligeros o medianos pueden mantener un cierto grado de eficiencia social y tolerar sus síntomas sin tener que recurrir a ayuda psiquiátrica, por lo cuál la tasa de TOC en la población general es baja, no llega al 3%.

La edad de inicio de este trastorno es la adolescencia o temprana juventud, generalmente antes de los 25 años. Aunque las mujeres son más proclives a padecer TOC, hay una equilibrada o leve incidencia en los hombres. En cuánto al estatus socioeconómico la mayoría de los pacientes pertenecen a una clase media y alta con buen nivel intelectual.

Los pacientes que padecen un TOC presentan una tasa muy alta de celibato o constitución tardía de la pareja, así como una tasa muy baja de fertilidad.


Etiopatogenia

Rastreando los orígenes de este trastorno podemos reconocer tres vertientes:

a) Participación de la herencia señalando una clara relación con el fenotipo A
b) Conexión con un sustrato hipofuncional del sistema neuroendócrino
c) Desencadenantes de tipo orgánico (como p.ej. encefalopatía), psicológicos (problemas sexuales, duelos) y sociales (familias rígidas, autoritarias y culpógenas)


El TOC es un tipo clínico favorable a la instalación del maltrato psicológico, pues el obsesivo suele exigirle a su entorno familiar el establecimiento de una alianza para confirmarlo en su fortaleza imaginaria. Si esta demanda no es satisfecha, se transformará en un crítico feroz, cuyas precauciones han de exagerarse para lograr sostenerse en un semblante de rectitud y escrúpulo.

El Diccionario de la Real Academia Española (DRAE,1996)nos presenta algunos sentidos semánticos del vocablo “agresor” que nos permitirán delinear cualidades de carácter presentes en la personalidad obsesiva. Agresor se define como aquella persona que posee la cualidad de agresivo, en cuanto a propenso a atacar sea con actos o palabras, a faltar el respeto, a ofender, a provocar, a bravuconear.


Asimismo es:

-“acre”: ácido, malhumorado, embroncado, mordaz, falto de amabilidad.
-“agrio”: abrupto, difícilmente accesible.
-“áspero”: tosco, hosco, rígido.
-“crudo”: cruel, despiadado, pendenciero.
-“violento”: irascible, irritable, furioso, injusto.


Debido a la necesidad que el obsesivo experimenta de ser estimado por los demás, busca en los otros un juicio de valor positivo, busca la consideración, el aplauso, la fama, el aprecio, la admiración, el respeto. ¿Qué sucede cuando la persona no recibe lo que espera, tal como lo espera y cuando lo necesita? Emerge en él la pulsión agresiva, el enojo enmascarado en una actitud particular en la cuál quisiera detenerme: la intolerancia.

Frecuentemente he descubierto en mi experiencia clínica con pacientes con TOC la manifestación de su agresividad a través de una postura intolerante frente a la realidad que lo circunda y a los otros.

Aceptación y aprecio de la diversidad, capacidad de vivir y dejar vivir a los demás, capacidad de tener nuestras propias convicciones aceptando que los otros tengan las suyas, capacidad de gozar de nuestros derechos y libertades sin vulnerar las de nuestro prójimo, son manifestaciones de una actitud de tolerancia.

El paciente con TOC frecuentemente rechaza lo diferente, es prejuicioso y tiende a emitir juicios de valor determinantes, es extremista y a pesar de que parecería tener convicciones sólidas las mismas sólo son expresión de su rigidez, se aferra a creencias y mandatos familiares que nunca se atrevió a cuestionar que aparecen como normas destinadas a ser siempre violadas con la consecuente emergencia de la culpa.


¿Cómo ayudar a estas personas desde la psicoterapia?

El gran problema que ofrece la vida neurótica es esa experiencia de vacío de la vida, que frecuentemente la psicoterapia trata de rellenar artificiosamente, induciendo al paciente a alguna actividad. El neurótico se pregunta muchas veces ¿para qué vivir? Pero ¿de dónde le viene al hombre el sentido de su vida? De la trascendencia de sus actos, nos contesta Viktor Frankl. En el neurótico, esa apetencia de trascendencia se cierra o rellena con la niebla de la nada; así surge la angustia y el tedio.

La tarea curativa con estos pacientes consiste en evitar las inhibiciones que se oponen a ese “llegar a ser persona”, no apelando a la voluntad sino ayudándolo a suprimir sus inhibiciones y sus mal elegidas defensas para acompañarlo a descubrir su verdadera posibilidad de ser.

Al quedar el paciente en una situación de radical desamparo por la angustia, es menester que se sienta amparado por la acción terapéutica. La acción terapéutica propuesta por Frankl para el tratamiento de los síntomas obsesivos es la prescripción de la intención paradójica. La intención paradójica instruye al paciente para que, en un juego conceptual lleno de humor, pueda distanciarse de su síntoma deseando que se produzca aquello que teme.

Sin embargo, aunque se haya conseguido disolver los síntomas obsesivos, la terapia supone mucho más. La vida tiende a ser vivida plenamente y es tarea del terapeuta bucear en la profundidad espiritual inconciente del paciente esta aspiración a la plenitud, que no es sinónimo de perfección sino confianza en las propias capacidades de enfrentar lo incidental y lo provisional de la vida.

El paciente debe aprender a comprender que él no es responsable de sus ocurrencias obsesivas pero sí es responsable de cómo reacciona ante ellas. El aprendizaje de la tolerancia como habilidad psicosocial, la revisión de los prejuicios, normas y mandatos familiares en pos de reorganizar la propia jerarquía de valores, el incremento de la autoestima y de la aceptación de los propios límites y posibilidades, ayuda a estos pacientes a conquistar gradualmente la libertad de elección de sí mismo.

En el único momento en que estamos vivos es en el ahora,el pasado ya lo vivimos y el futuro es una proyección hacia delante.En el ahora no existen problemas,ni enfermedades,somos auténticamente libres.El ego tiene miedo al ahora y pierde fuerza en su presencia.Nuestra inconsciencia reside en identificarnos con nuestra mente,pensar que nuestra mente es lo que somos.Esto es una locura. Se hace necesario observar al pensador y es cuando aflora nuestra presencia consciente.Debemos observar sin emitir juicios muestras emociones y las reacciones de nuestro cuerpo a éllas, pero sin identificarnos con ellas.El ego necesita del pasado y del futuro para sobrevivir y huye del ahora.El pasado y el presente constituyen el tiempo psicológico, que es un gran embaucador.

Necesitamos instalarnos en el ahora y hacer visitas al pasado o al futuro para resolver asuntos prácticos.Distinto del tiempo psicológico es el tiempo del reloj que debemos tener en cuenta para ordenar nuestra vida cotidiana.

Debemos estar presentes en el ahora,porque ahí reside nuestra vida real,no nuestra situación de vida que serían las circunstancias que envuelven nuestro vivir cotidiano.

Transtornos obsesivos compulsivos


Transtornos obsesivos compulsivos

Este tipo de trastorno, puede presentarse en la niñez y generalmente lo hace en la adolescencia. El paciente comienza a tener conductas e ideas que son extrañas. Y que el se da cuenta de que son absurdas e irracionales, pero no puede detenerlas: obsesiones. Por ej: lavarse las manos con excesivas frecuencia sin poder dejar de hacerlo. Se baña a veces varias veces por día o resulta excesivamente ordenado con la ropa a la que debe acomodar de una forma determinada.
Las variantes y acciones pueden ser miles y resulta imposible describirlas a todas, pero en general tienen una característica común. Son ideas, pensamientos o compulsión de realizar acciones determinadas que se imponen al sujeto quién, a pesar de reconocerlas como ilógicas o absurdas no puede evitar de llevarlas a cabo, ya que de otra forma se apodera de él una sensación de angustia con temor de que algo malo va a ocurrir.
De esta forma el sujeto perderá horas lavándose o bañándose, tocará determinado número de veces los botones del televisor, cambiará de emisora varias veces, evitará tocar picaportes u objetos considerados sucios, se vestirá de una manera determinada o recorrerá un camino similar cientos de veces.
Tendrá pensamientos repetitivos, absurdos y parásitos que se presenten sin desearlo de manera recurrente.
En otros casos el fenómeno se inclina hacia lo compulsivo: El sujeto ve una tijera, o vidrio rotos y teme sufrir el impulso de clavárselo a un ser querido. Siente la compulsión de robar un objeto, de realizar un acto cualquiera, dar un beso, orinar en determinado sitio o realizar una maniobra absurda o golpear a una embarazada.
Este cuadro, denominado trastorno obsesivo compulsivo afecta a un número importantísimo de personas que generalmente lo sufren en silencio. No interesa el nivel cultural ya que hemos visto muchos profesionales que lo sufren. Es así muy común ver pacientes sufriendo este trastorno obsesivo compulsivo, algo más frecuente en los hombres, aislados socialmente.
El cuadro tiende a cronificarse determinando después de algunos años episodios depresivos secundarios generalmente severos y con alto riesgo de suicidio.
Una "epidemia oculta" como fue denominada ya que llega a afectar al 2,5% de la población ; es decir 1 de cada 50.Pero generalmente tardan mucho tiempo en acudir a la consulta.
Esto indica claramente una enorme tendencia al ocultamiento o desconocimiento del tema por parte de los pacientes y de los médicos peor aún considerando que los nuevos tratamientos producen notable alivio sobre los síntomas, restableciendo la capacidad laboral del paciente.
Las características muy particulares hacen que el paciente lo viva con prejuicio y vergüenza, no contándole ni siquiera al médico su verdadero problema, cuando éste no alcanza a interpretarlo creyendo que se trata de una mala costumbre, una " manía " o algún maleficio oculto que debe ser consultado con alguno de los brujos de turno.
En otros casos el " yo soy así " justifica el cuadro, que persiste durante años arruinando la calidad de vida del paciente, restándole capacidad de concentración y trabajo y a veces sumiéndolo en interminables rituales que intentan controlar la situación.
En estudios recientes, se han descubierto mecanismos bioquímicos de desbalance en el funcionamiento del sistema nervioso central de éstos pacientes, quienes pueden ser muy bien compensados con un tratamiento adecuado llevado adelante por un especialista.
Lo importante, como siempre, es no ocultar el problema, no temer sacarlo a la luz y solucionarlo evitando los pensamientos sobre la insolubilidad del problema
Hoy los tratamiento farmacológicos en primer lugar indicados por un médico especialista y luego la Terapia Cognitivo Comportamental permiten que el paciente reduzca su problema a punto tal que pueda llevar una buena calidad de vida. Y hasta en algunos casos la recuperación total.

fuente:Dr. Oscar R. Carrión
fobiaclub



Existen personas que se sienten presas, atrapadas no solo en sus pensamientos sino en conductas repetitivas, absolutamente " sin sentido" que les da una cierta seguridad hacerla y que les hace creer que si no lo hacen algo peligroso puede suceder.

También repiten estas conductas como modo de calmar la ansiedad y suele estar acompañado de pensamientos carentes de lógica y sentido. Es entonces que estamos ante el trastorno obsesivo compulsivo.

Lo más resaltante de este trastorno es la presencia de pensamientos obsesivos o actos compulsivos recurrentes. Los pensamientos son ideas, imágenes o impulsos de la mente que se meten como parásitos a la mente anulando su capacidad de pensar y actuar. La persona los siente como desorganizadores y amenazantes. Otro grupo los siente como pensamientos que son parte de ellos y sienten una justificación a su lógica, donde empiezan a sentir que las cosas no van tabn bien es cuando los pensamientos se acompañan de rituales o conductas repetitivas.

Este tipo de trastorno puede empezar en la infancia, en la adolescencia e incluso en la vida adulta.
Implica un grado serio de perturbación mental y para salir adelante es necesario poder atenderse con fármacos y con terapia emocional para llegar a entender y manejar los contenidos de este cuadro.

Algunos tipos de rituales compulsivos con obsesiones
Se da cuando la persona trata de evitar los estímulos que llaman el ritual. Aquí podemos diferenciar:

Rituales de limpieza: se realizan para evitar posibles focos, reales o imaginarios, de suciedad o contaminación pero la sensación de contaminación parece por lo que surge la necesidad de realizar complicados rituales de higiene y limpieza para calmar el pensamiento: bañarse durante horas, lavarse las manos hasta hacerse heridas.

Rituales de repetición: pueden repetirse las más extrañas secuencias: santiguarse siete veces, tener que repetir un determinado número ante un pensamiento, seguir una secuencia de números pares en cualquier situación, tocarse la yema de los dedos una determinada cantidad de veces.

Rituales de comprobación.: se ha cerrado el gas, o la puerta; voltear a ver si se cayeron las llaves, si olvido la cartera etc.

Rituales de acumulación: son las personas que no pueden desrenderse de las cosas sea la que sea, y tienden a acumular objetos . Uno puede observar como pasado un tiempo el lugar donde viven se ha vuelto un lugar intransitable.

Rituales de orden: la persona necesita tener todo en el mismo orden , en el mismo lugar, posición, de mayor a menor ellas notan incluso el mínimo cambio lo cual les genera verdaderos estados de ansiedad o angustia.
fuente:Por Lupe Maestre

Autor: Psic: Alicia Facio, AnaTrossero, Adelia Caneo y Graciela Litvin Panetta

El hombre, un escritor cincuentón que vivía solo, entró a su departamento de la gran ciudad. Abrió y cerró tres veces consecutivas la cerradura de la puerta principal, prendió y apagó tres veces la luz del living y luego la del baño. Allí, reguló el agua de la canilla para que saliera casi hirviendo, sacó del botiquín repleto de jabones de glicerina uno nuevo y restregó en él tres veces sus manos. Tiró la pastilla usada al recipiente de los desperdicios, sacó otro jabón y repitió la operación en todos sus pasos. Recomenzó luego el procedimiento por tercera vez. A la hora del almuerzo, después de vestirse siguiendo el prolijo ritual que acostumbraba, se dirigió al único lugar donde se permitía comer, evitando cuidadosamente pisar las líneas de los baldosones y saltando a veces para cumplir con su norma. Esquivaba prolijamente a los transeúntes cuyo contacto ocasional no podía tolerar y cuando la vereda estaba muy concurrida se abría paso a codazos para evitar cualquier roce. Como en el restaurante “su” mesa, la única en la que “debía” sentarse, estaba ocupada, empezó a ponerse pesado y grosero con los comensales hasta que consiguió que la despejen. Se sentó, sacó de su bolsillo el juego de cubiertos descartables que siempre traía de casa, los acomodó en el orden prestablecido y pidió su comida -siempre la misma- a la única camarera “no contaminada” que podía atenderlo. Cuando ella faltó al trabajo porque tenía a su hijo enfermo, él consiguió su dirección y se apareció reclamándole que hacía veinticuatro horas que no comía por su culpa.

MEJOR IMPOSIBLE

Melvin Udall, el personaje de la película “Mejor imposible” cuya caracterización le valiera a Jack Nicholson el Oscar 1998 al mejor actor, es un hombre cuya vida está plagada de compulsiones. El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Estados Unidos denomina trastorno obsesivo-compulsivo (T.O.C.) al cuadro psicopatológico caracterizado por obsesiones generalmente acompañadas de compulsiones.

¿QUÉ SON LAS OBSESIONES?

“Si libertad mental es la habilidad para dirigir el curso del pensamiento y elegir sus contenidos, entonces las obsesiones constituyen la peor de las prisiones del espíritu” decía Pelicier (1981) en su artículo “El pensamiento prisionero”.

Las obsesiones se definen como ideas, imágenes o impulsos que causan un significativo malestar por ser recurrentes y persistentes. Se experimentan, sobre todo al comienzo, como intrusas, excesivas e irracionales. Son más que simples preocupaciones exageradas sobre problemas de la vida real. La persona reconoce que son producto de su mente y no cree, como los psicóticos, que le son impuestas desde afuera (por marcianos, demonios, la mafia, etc.)

Las ideas obsesivas pueden ser muy variadas. Las hay de contenido agresivo -miedo a lastimarse a sí mismo o a otra persona, imágenes de horror o violencia, miedo a decir insultos u obscenidades o a llegar a realizar un acto incontrolable tremendo como matar un amigo, miedo a robar cosas, miedo a lastimar a otro por no ser suficientemente cuidadoso como, por ejemplo, atropellarlo con el auto, provocar un incendio, etc. Las obsesiones de contaminación se caracterizan por el disgusto por los desechos o secreciones corporales -orina, heces, saliva, semen, etc.-, por la suciedad o los gérmenes, por la radiación, residuos tóxicos, etc., por los animales -por ejemplo insectos -, por enfermarse o enfermar a otros a causa de dicha contaminación. Las obsesiones sexuales se refieren al temor de llegar a cometer actos sexuales prohibidos -paidofílicos, incestuosos, sádicos- o a ser homosexual. También hay obsesiones de contenido religioso, obsesiones por guardar o coleccionar, por la simetría y la exactitud, obsesiones relativas al cuerpo y otras.

¿QUÉ SON LAS COMPULSIONES?

Las compulsiones son conductas visibles o actos mentales - esto es, no visibles- de carácter repetitivo que se realizan siguiendo reglas estrictas que la persona que sufre de obsesiones se siente obligada a realizar con el objetivo de prevenir o reducir el malestar psicológico que la obsesión le produce o de evitar las consecuencias negativas que cree surgirán si no ejecuta dichas acciones. Estas acciones son patológicas porque no están conectadas de forma realista con aquello que pretenden neutralizar o bien resultan excesivas para el cometido que se proponen.

Pasando a ejemplos concretos, Melvin Udall, el escritor con trastorno obsesivo-compulsivo representado por Jack Nicholson en la película “Mejor imposible”, sufría de compulsiones de lavado y limpieza - con agua casi hirviendo se lavaba tres veces seguidas las manos cada vez que volvía a casa, cada una de ellas con un jabón nuevo que era arrojado al recipiente de los desperdicios luego de su utilización, evitaba toda posibilidad de roce accidental con los transeúntes, etc. También tenía el segundo tipo de compulsiones más comunes en los pacientes con T.O.C.: las compulsiones de verificación -por ejemplo, comprobaba tres veces consecutivas que la cerradura de la puerta de entrada de su departamento estuviera cerrada. En la película los ejemplos más numerosos son los relativos a las compulsiones de repetición de actividades rutinarias: prende y apaga tres veces la luz del living y la del baño, almuerza siempre en el mismo restaurante la misma comida, sentado en la misma silla y atendido por la misma camarera, se calza los zapatos siguiendo un ritual prestablecido, etc. También son frecuentes en estos pacientes las compulsiones de contar y las de acumular y coleccionar objetos, por ejemplo, apilar diarios viejos, revisar la basura, coleccionar objetos inútiles, etc.

¿Cuál es el objetivo por el cual Melvin Udall arruina su vida llevando a cabo esta serie de compulsiones? Aunque en la película no se lo explicita, es casi seguro que las compulsiones de lavado, limpieza, evitación del roce con otras personas sean intentos de prevenir en forma excesiva la contaminación por gérmenes, suciedad, etc, que lo obsesiona. También las compulsiones de verificar una y otra vez si las llaves están echadas, el gas y las luces apagadas, etc., constituyen un control exagerado de la probabilidad de cometer un error dañino. No pisar las líneas que forman las baldosas es muchas veces un intento mágico, sin ninguna base realista, de evitar un hecho muy temido: “si las piso, se muere....” o “la desgracia caerá sobre nosotros por mi culpa”.

Las compulsiones son, entonces, patológicas porque no están conectadas de forma realista con aquello que pretenden neutralizar o bien resultan excesivas para el cometido que se proponen. Al igual que las obsesiones, se considerarán patológicas si además representan una pérdida de tiempo -más de una hora al día- o interfieren marcadamente con la rutina diaria del individuo, sus relaciones laborales, su aprendizaje o su vida social.

ALGUNAS ESTADÍSTICAS

Aunque antes se creía que el T.O.C. era relativamente raro, investigaciones recientes indican que lo sufre el 2,5% de la población general. Afecta a ambos sexos casi por igual. Aparece entre el comienzo de la adolescencia y los 25 años aunque en los varones más tempranamente (13-15) que en las mujeres (20-24 años). Pocos niños lo presentan en forma completa pero muchos de quienes lo padecen a partir de la adolescencia ya tenían algunos síntomas obsesivos en la niñez. Casi siempre el inicio es gradual y los síntomas, cuyo curso es crónico, se exhacerban por épocas, especialmente al enfrentar acontecimientos estresantes. A pesar de que los costos en sufrimiento son altos, llegan a la consulta una minoría de que quienes lo padecen debido al desconocimiento de que en la última década se han desarrollado tratamientos específicos para este trastorno cuyas primeras investigaciones de eficacia indican resultados promisorios.

BIOLOGÍA DEL T.O.C.

Actualmente hay bastante evidencia empírica respecto a la influencia de factores genéticos en la predisposición a sufrir de T.O.C. Las pruebas son de dos tipos: a) los mellizos idénticos, los únicos seres humanos que tienen la misma herencia, presentan una tasa de concordancia elevada para T.O.C. al punto que en el 63% de los casos si un gemelo lo tiene el otro también b) también en los estudios de parecido familiar se encuentra mayor cantidad de parientes del paciente con T.O.C que sufren dicho trastorno o algunos rasgos del mismo en mayor medida que entre los familiares de quienes no están afectados.

En lo que respecta a la neurofisiología del T.O.C, la hipótesis más promisoria aunque no totalmente comprobada, es que existe una disfunción en el núcleo caudado, una estructura de la base del cerebro que junto con el putamen constituye el estriado. El núcleo caudado es el encargado de filtrar los mensajes hacia la parte frontal de la corteza que controla el pensamiento y la planificación más avanzados. Tomografías por emisión de positrones hechas a los pacientes que sufren de T.O.C indican un “recalentamiento” de la corteza orbital del lóbulo frontal que se debería a que ésta debe realizar mayores esfuerzos ante tareas que normalmente se ejecutan de manera automática. Los déficits del filtrado del núcleo caudado -semejantes a una puerta abierta que se quedó trabada- hacen que la indicación de, por ejemplo, “sucio, lavarse, fin del lavado” no terminen y siga entrando a la corteza la demanda de lavarse, lavarse, lavarse, como un disco rayado.

TRATAMIENTO DEL T.O.C.

Se ha comprobado que el tratamiento con psicofármacos, el tratamiento psicológico comportamental y el uso combinado de ambos normalizan el metabolismo del circuito cerebral antedicho en los pacientes con T.O.C. Es que en este caso, como en muchos otros, cambiar el comportamiento cambia el cerebro.

¿Qué es el tratamiento psicológico comportamental, también llamado modificación de la conducta? Es una aplicación terapéutica que comenzara a finales de los 50 de la teoría del aprendizaje, un vasto cuerpo de conocimientos generado por los psicólogos a partir de innumerables investigaciones sobre la manera de cambiar la conducta humana y animal. En el caso del T.O.C, se trata de enseñarle al paciente a dominar la ansiedad que le producen las obsesiones y a reducir o eliminar los rituales o compulsiones trabajando directamente sobre las conductas problema. La terapia del comportamiento no comparte el supuesto psicoanalítico que los síntomas sean indicios de un problema inconsciente más profundo por lo cual no podrían solucionarse hasta que dicha conflictiva se develara. Es de hacer notar que ninguna investigación científica ha comprobado que un síntoma curado sin analizar sus causas “profundas” reaparezca bajo otro disfraz. Dicho de otra manera, no hay pruebas de la llamada “sustitución de síntomas”.

La terapia comportamental, que representó un enorme progreso en eficacia y eficiencia del tratamiento del T.O.C, para el cual había muy pocas esperanzas antes de su aparición, ha sido enriquecida por los aportes de la teoría cognitiva.

TERAPIA COGNITIVA-COMPORTAMENTAL

De lo investigado hasta la fecha en Estados Unidos, Gran Bretaña, Holanda, etc., se sabe que el elemento terapéutico más eficaz para quienes sufren de obsesiones seguidas de compulsiones visibles es la técnica llamada “exposición con prevención de respuesta”.

Se prepara al paciente para que entre en contacto con los objetos o situaciones temidas y permanezca así durante un período de aproximadamente dos horas sin permitirse realizar las compulsiones en las que habitualmente cae para aliviar su ansiedad. Construirá con su psicólogo una jerarquía de situaciones temidas. Por ejemplo, tocar las manijas de las puertas es lo que le produce menor ansiedad y levantar cosas del piso, que piensa pueden haber estado en contacto con heces de perro, lo más temido. En repetidas oportunidades y durante largos períodos entrará en contacto progresivamente con esos objetos: tocará primeramente todos los picaportes en el consultorio de su terapeuta, en su casa, en la de amigos, en sitios públicos, etc. sin lavarse las manos. El paciente estará avisado que su ansiedad se incrementará en los primeros 30-40 minutos de la exposición para luego disminuir gradualmente hasta desaparecer y notará que al repetir las exposiciones cada vez dura menos el período y el monto del malestar y que la urgencia por lavarse y lavarse va cediendo. El mismo procedimiento se utilizará con cada uno de los objetos cuyo contacto “gatilla” la compulsión de lavarse.
Aunque este procedimiento comportamental es muy eficaz para lograr la disminución o desaparición de las obsesiones y de las compulsiones que las acompañan, se hace necesario agregar a la terapia un componente cognitivo para prevenir las recaídas. Se ha estudiado que el pensamiento de los obsesivo-compulsivos se caracteriza por la presencia de ciertos supuestos disfuncionales que usualmente no tienen las personas que no sufren de T.O.C. Algunos de ellos son creer que pensar respecto a una acción es lo mismo que hacerla por lo cual, por ejemplo, la madre cariñosa que tiene la idea obsesiva de lastimar a sus hijos creerá que corre un verdadero peligro de llevarlo a la práctica. Otro es que no poder evitar un peligro para uno o para los demás es lo mismo que haber sido el causante del daño; por ejemplo, si llegaran a enfermarse sus hijos de una infección el obsesivo con ideas de contaminación se creerá tan culpable como el mismo virus. También creen que nada atenúa la responsabilidad personal, ni siquiera no haber previsto un riesgo de muy baja probabilidad de ocurrencia, y que deberían ser capaces de controlar siempre sus pensamientos

Cómo detectamos rasgos que nos hace sospechar una neurosis obsesiva?


Cómo detectamos rasgos que nos hace sospechar una neurosis obsesiva?

Este tipo de problemática puede surgir en la primera infancia. Por lo general, la familia tarda un tiempo considerable en notar que algo no anda bien. Habitualmente estos niños, que son llamados "los prolijitos", mantienen su cuarto de modo tal que los objetos permanezcan siempre en el mismo lugar, y si alguno de ellos es movido, se muestran irritados. Usualmente, siendo ya mayores suelen coleccionar todo tipo de objetos, apunto tal de no poder desplazarse por su habitación.

Tuvimos el caso de un niño de 9 años, que no se acostaba si antes no borraba todas las arrugas de las sábanas, llevándole esto hasta 1 hora en ocasiones, este caso fue detectado por la mamá de un amiguito que observó la conducta y se lo comunicó a sus padres.

Al ser actividades que se realizan en soledad, la familia no puede detectarlo tempranamente. Uno de los factores que puede facilitar la detección de esta problemática, se encuentra en aquellas conductas que el niño o adolescente realiza interactuando con su familia, por ejemplo:

Lavarse las manos o dientes varias veces al día
Negarse a compartir la mesa, si no es en su silla y su lugar
Cerrar la puerta y verificar varias veces si lo ha hecho
No tomar si no es de su vaso (temor al contagio)
Colocar los cubiertos de una manera determinada y no permitir que los toquen o que los cambien.
Indagar sobre un determinado tema, que en apariencia no tiene importancia alguna
Tener un objeto que lleva permanentemente consigo
Otros

El pensamiento mágico, típico del niño, es el que predomina en estos pacientes. ¿El "porqué" de estas conductas? "De no realizarlas, algo malo va a suceder", esta es la respuesta más común.

Es importante la detección temprana de este tipo de actitudes, dado que con el paso de los años, esta patología puede llegar a invalidar la vida social de la persona.

En adultos, hemos encontrado que llegan a consulta porque es mucho el tiempo que "pierden", haciendo determinadas cosas. Tenemos el caso de un paciente que llegó a consulta porque "debía" lavar el cenicero cada vez que apagaba un cigarrillo, lo cual le traía enfrentamientos con su esposa; en el trabajo fue despedido dado que, a pesar de ser una persona muy capaz, revisaba 10 veces un informe antes de entregarlo, ni 9 ni 11, "10".

Por lo general es egosintónico, o sea el paciente no acude porque le moleste su comportamiento, sino porque el entorno (familia, amigos, trabajo) lo obliga a consultar. Pero no siempre es así, hay pacientes egodistónicos, les molesta su conducta pero no sabe porque la lleva a cabo, en estos casos el tratamiento se ve facilitado. Cuando acude "por él", tenemos una altísima probabilidad de pronta mejoría.

ALGUNOS "RITOS":

Cuentan y recuentan en silencio
Pronuncian una palabra o la piensan todo el tiempo
Se lavan, se bañan, más de 4 veces por día
No cambian su ropa para acudir a determinados ámbitos
No cambian el recorrido a su casa o al trabajo
Salen y entran a una determinada hora,, ni 10 minutos antes, ni 5 minutos después. De no poder hacerlo en la hora elegida prefieren no salir, algo malo puede ocurrirles (pensamiento mágico).

Estos son algunos de los rasgos que encontramos en esta patología, pero existen infinitas combinaciones de conductas compulsivas ("no puedo dejar de hacerlo") y obsesivas ("no puedo dejar de pensarlo").

Cuando en el seno de la familia, el trabajo, o el estudio podemos detectar personas con estas características, el tomarlo como "su forma de ser" y no intentar indagar si en realidad nos encontramos frente a este trastorno, es perder un tiempo muy valioso.

Desde el humor la película "Mejor Imposible", muestra como esta patología puede invalidar la vida interpersonal de una persona.

Por último, definamos que "rasgo" no es trastorno, se convierte en esto cuando la familia o el grupo que rodea al paciente, siente que se hace intolerable la convivencia, o el paciente pide ayuda porque se hace imposible seguir con su vida normal.


fuente:Fundapsi

Fisiopatología diferencial del Trastorno Obsesivo-Compulsivo




Fisiopatología diferencial del Trastorno Obsesivo-Compulsivo


A partir de que “en la década del cerebro” hemos encontrado que el sistema nervioso central es, esencialmente, un sistema neural dedicado a la toma de decisiones relacionadas con la supervivencia nos hacemos la siguiente pregunta:

¿Qué tiene de impresionante el tejido cerebral humano, que da la posibilidad de que aparezca la mente y la inteligencia?

No es otra cosa que su configuración. El contenido de la actividad del cerebro descansa en las configuraciones y la actividad entre las neuronas, expresándose en lo que vemos nosotros en la clínica cotidiana y en nuestro funcionamiento, que son las motivaciones, emociones, cogniciones y .

Nos imaginamos un cerebro más o menos perfecto, más o menos acomodado, que utiliza fundamentalmente estructuras y funciones que vienen de antes, para incorporar nuevas habilidades o posibilidades. De manera tal que el desarrollo de ese cerebro por selección natural, guiado por la actividad genética, lo que hace es incorporar nuevas habilidades, dos de las cuales son la conciencia y la ansiedad, que permiten que el sujeto pueda manejarse mejor en el entorno, en condiciones ventajosas con relación a los otros animales.

Entonces se organizan circuitos. Debajo de cada actividad, de cada emoción, de cada motivación, de cada comportamiento, de cada cognición hay redes complejas organizadas de alguna manera, invisibles aún a la vista de los más expertos; y se encuentran entremezcladas por debajo para dar como resultado una capacidad, una habilidad o una función.

Es decir, por debajo de cada una de las funciones antes mencionadas se encuentra el complejo de la amígdala extendida, el estriado ventral, los circuitos fronto-estriatales o de los sistemas hipocámpicos, que se encargan de sostener desde el punto de vista del circuito neural la función a la cual están dedicados.



Esto es cierto y aplicable tanto para la función normal como para la patológica, y dentro de ésta para todas las enfermedades.


Ahora me voy a referir a los trastornos obsesivos compulsivos. (TOC)

Los síntomas esenciales son:

aparición de eventos intrusivos y
los impulsos a desarrollar conductas repetitivas.


Los eventos intrusivos pueden ser primariamente cognitivos, como es en el caso del TOC convencional o en el caso del trastorno dismórfico corporal; o pueden ser primariamente sensoriomotores, como son el caso de trastornos de Gilles de la Tourette o la tricotilomanía.

Las conductas repetitivas, que conforman la otra mitad del TOC tienden a ser intentos que parecen racionales -aunque no lo son- de neutralizar las situaciones cognitivas que están impulsadas por emociones y otros estados afectivos; o pueden ser intentos para aliviar la sensación de tensión física, que está impulsados por una urgencia somática que tiene el individuo, que necesita hacer eso para tranquilizar a su propio cuerpo.


Lo que nosotros hacemos es procesar la información y esto se puede hacer mediante operaciones explícitas concientes u operaciones implícitas inconcientes, ya sea a nivel del conocimiento clásico en la amígdala o como procedimientos, habilidades u operaciones seriales estereotipadas que se desarrollan en los sistemas córticosestriatales.


Dicho de otra manera: un sujeto tiene un conjuntos de ideas y las puede expresar a nivel explícito (conciente), pero la mayor parte de nuestro trabajo mental se hace a nivel de operaciones implícitas (inconscientes), donde la amígdala y los sistemas corticoestritales juegan un rol fundamental.


De manera conciente hay conexiones entre el lóbulo frontal y el tálamo que lo que modulan son las aferencias accesibles a la conciencia (entrada) y salidas que se inicien concientemente. Pero en el vasto universo de nuestra actividad cotidiana, en lo mínimo que pueden estar ustedes haciendo ahora, si todo estuviera en lo conciente no tendríamos capacidad de funcional.


La mayoría de nuestros actos de higiene, de conservación, de sumisión, de enfrentamiento, etc., se hacen a través de patrones funcionales automáticos, seriados, estereotipados e inconcientes.


Hay una actividad conciente entre el lóbulo frontal y el tálamo, y actividad inconciente con la inclusión de los sistemas cortico-estriatales, que activan o inhiben el funcionamiento talámico, dándole la graduación perfecta. Así es como vivimos, como comemos, como caminamos, como pensamos.









La función del estriado es aumentar la eficiencia del cerebro, haciéndose cargo de los procesos inconcientes, reduciendo la carga de los sistemas de procesamiento conciente mediante una especie de filtrado, dejando pasar sólo aquello que necesitamos tener funcionando en la conciencia y manejando a niveles inconcientes todo el resto. El sentido de todo esto, es lograr la organización de una conducta espectacularmente adaptativa.


Entonces, el filtrado estriatal media procesos reglados sin necesidad de los recursos de la conciencia y toma a su cargo procedimientos, habilidades u operaciones seriales estereotipadas. Cuando nos vamos a bañar lo hacemos de una manera serial estereotipada y ninguno está pensando en cuáles son los pasos a seguir para organizar nuestra limpieza.


En las fallas del filtrado talámico por deficit modulatorio, la conciencia se llena de eventos intrusivos, apareciendo entonces ideas obsesivas que, superando el filtrado de aquel, se meten en la conciencia. Esta información que debería haber sido filtrada de manera implícita adquiere acceso a los sistemas de procesamiento conciente, generándose un conjuntos de síntomas que son las intrusiones ideatorias cognitivas obsesivas.


Pero al mismo tiempo, los procedimientos automáticos que teníamos para funcionar no cierran el circuito que fue iniciado por estas motivaciones, de manera tal que el sujeto por ejemplo termina de lavarse las manos y no tiene la sensación de que las mismas están limpias; por lo tanto se las vuelve a lavar y sin embargo el circuito no cierra, repitiendo la acción muchas veces sin terminar de encontrar la sensación corporal de que las manos están limpias ni la ideación de que aquí ha terminado el problema de su suciedad, hasta que encuentra una nueva manera de cerrar la cuestión. Por ejemplo, si se lava las manos 3 veces a la derecha, 4 a la izquierda y luego cierra la canilla con el codo cierra de alguna manera su sensación de suciedad y termina con su procedimiento, a pesar de que lo hace de una manera literalmente diferente y nueva.

Para organizar todo este comportamiento perfecto las neuronas nacen en la cantidad en que deben nacer, en el momento en que deben nacer, migran a los lugares a los que deben llegar, envían proyecciones a sus objetivos con los que tienen que conectarse, se conectan con las células adecuadas en las regiones donde están indicadas, todo ello bajo la tutela de factores químicos y de cerraduras y llaves moleculares.


La perturbación de estos mecanismos constituyen la base fisiopatológica del trastorno obsesivo compulsivo primario esencial, que es el que viene marcado por la genética, que comienza temprano, el que viene puro, aquel que surge en sujetos que tienen familiares y descendencia con problemas obsesivos.


Por eso, desde mi punto de vista, de acuerdo a su fisiopatología el TOC primario o esencial es un trastorno del neurodesarrollo.


También hemos visto en la clínica que hay otros cuadros que tienen que ver con trastornos del neurodesarrollo como el trastorno de Tourette; o que tienen que ver con el neurodegenerativo como la enfermedad de Humgtington, que además de sus síntomas propios, tienen frecuentemente sintomatología obsesiva compulsiva y llegan a generar un TOC. Esto ocurre porque las disfunciones que dan origen a estas enfermedades comparten las áreas en donde se asienta el funcionamiento de la disfunción que lleva al TOC.


Podemos afirmar que de acuerdo a su fisiopatología el TOC puede ser además de un trastorno del neurodesarrollo, un cuadro clínico comórbido con distintos trastornos neurológicos (esencialmente trastornos del movimiento, porque justamente el TOC se asienta en el área de organización de los movimientos, que es la zona del estriado).

Pero a su vez si en ese mismo lugar, aparece una lesiones vascular, o secuelas de encefalitis virales, o actúan ahí los anticuerpos antiestreptocócicos, o aparecen tumores, la probabilidad de que la disfunción de este sistema ocurra es muy alta.


Entonces, después de epidemias encefalíticas, de cuadros vasculares o de infecciones, como la fiebre reumática, hay frecuentemente síntomas obsesivos compulsivos.

Por eso podemos decir que tambien puede ser un trastorno secundario a lesiones focales del SNC.


Cuando revisamos el procesamiento de la información vimos que donde estaban las problemas era en los procedimientos debidos a operaciones seriales de los sistemas cortico-estriatales. Pero estos no están solos y a veces son afectados por un mal funcionamiento amigdalino, o por alteraciones a nivel del núcleo de procesamiento de la información explícita o conciente.


La información sabemos que llega a la amígdala, allí se va a procesar en el núcleo accumbens, que es donde se organizan las motivaciones, las programas y todo lo demás, y de ahí va al estriado. Pero esta información que viene de la amígdala, como puede ser la idea de un temor, es inhibida por un feedback del mismo estriado a través de la accumbens, o una vez que termina el circuito cortico-estriado-talámico a nivel del tálamo o de la misma corteza orbitofrontal para frenar la amígdala.



Imaginen que por alguna disfunción o una falla en donde fuere la amígdala no se frena y el temor amigdalino sigue; esa idea termina perforando el filtro del estriado y del tálamo, y metiéndose en la corteza órbitofrontal. De esa manera una idea obsesiva, que no se erige en ninguna alteración del neurodesarrollo, ni en ninguna lesión, ni en ninguna enfermedad neurodegenerativa, sino a un miedo aberrante condicionado amigdalino, termina generando una idea obsesiva (por ejemplo, temor de contaminación) que después se encarga de complementarse con rituales, compulsiones y todo lo demás.


De la misma manera que nuestros pacientes obsesivos se lavan las manos, no para evitar el SIDA o cualquier otra enfermedad, porque ellos saben que así no lo evitan, sino que lo hacen para evitar ese miedo a tener SIDA.


Cuando ustedes tienen pacientes con TOC si lo exponen y hacen la prevención de la respuesta, esa técnica de la conducta que evita que el paciente continue con el ritual para evitar el temor a la contaminación, va a llegar un momento en que el paciente no necesita hacerlo más. La razón por la cual esto pasa es por la ordenación de este sistema que dispara disfuncional, se corrige con esa técnica de la conducta.


Por eso Leruc decía que esta conductas de evitación no son reacciones emocionales ni conductas voluntarias, sino que están en el medio; son respuestas instrumentales que se aprenden porque se refuerzan. Entonces, en el sujeto que se lava las manos y calma el miedo a contaminarse, repite el lavado de manos porque de esa manera aprendió que calma ese miedo.


De manera tal que pensamos que además de ser esencialmente un trastorno del neurodesarrollo, puede ser un cuadro clinico comórbido, un trastorno secundario a lesiones focales, un trastorno ligado al miedo condicionado amigdalino, o un trastorno de la ansiedad.


Ahora lo que quiero es hacer una invitación a ustedes en el trabajo de todos los días.

Si nosotros miramos la neuropsicología del TOC hemos visto que son sujetos que:


habitualmente tienen un nivel intelectual normal
fallan al apreciar el contexto
tienen recursos atencionales inapropiados
tienen disminución de la fluidez para materiales verbales y no verbales
tiene rigidez cognitiva
fallas en el filtrado de los estímulos ambientales y dificultades para incorporar el feedback del ambiente


Sesgos

atencionales referidos a los procesos ideativos
emocionales y motivaciones hacia situaciones amenazantes
Problema de la memoria
Déficit de la función ejecutiva


Entonces ¿qué se nos ocurrió?

Poner por un lado estos déficit neuropsicológicos:

las falla del filtrado por cualquiera de las causas antes mencionadas
las fallas de la memoria
la dificultad para el automonitoreo
la dificultad para planificar e implementar acciones estratégicas efectivas


Nosotros creemos que hay una correlación casi exacta con los síntomas que vemos todos los días.

Las fallas en el filtrado creemos que son la causa de las intrusiones hilatorias o somáticas

Las fallas de la memoria, esencialmente en la memoria para el trabajo, genera dudas obsesivas.

La dificultad para el automonitoreo obliga a realizar compulsiones que vuelvan, y vuelvan, y vuelvan a confirmar lo que ya está confirmado.

Y la dificultad para planificar e instrumentar acciones estratégicas tiene que ver con la idea de chequeos permanentes.

Con lo cual hay una correlación entre los déficits neuropsicológico que comenzamos a aprender a detectar y los síntomas intrusivos y las conductas repetitivas que constituyen el TOC.


Vemos que en la falla del filtrado estriatal y amigdalino vamos a encontrar intrusiones y temores obsesivos. En la falla de las funciones ejecutivas vamos a ver disminución de recursos atencionales, de las acciones estratégicaseficaces, fallas en el automonitoreo, chequeos y compulsiones. Y los problemas de memoria, disminuye la codificación y el reconocimiento, generando dudas.


Si nosotros tomamos la neurobiología y pensamos en el neurodesarrollo, las lesiones, la ansiedad, etc., el tratamiento del TOC se hace con fármacos..

Cuando vemos el aspecto cognitivo comportamental con los síntoma, intrusiones, compulsiones y miedo, el tratamiento es la psicoterapia cognitiva conductual.


En todos los libros se indica que este es el tratamiento que corresponde para esta patología. Pero si nosotros en estos niveles de intervención aprendemos a detectar las fallas neuropsicológicas y le agregamos un nuevo nivel, que son las disfunciones neuropsicolóogicas, y aprendemos a trabajar sobre los sesgos, sobre la memoria, sobre las funciones ejecutivas, sobre la organización e implementación de estas estratégicas, sin que nada tenga que ver con la sintomatología, simplemente mejorando el desarrollo operaciones de la WM, nosotros obtenemos un conjunto de intervenciones psicológicas, que constituyen un tercer espacio terapéutico, que nos pueden dar alternativas posible en un cuadro que, como ustedes saben, muchas veces es inabordable, inmanejable y con una gran resistencia a la terapéutica convencional, que hace que muchas veces el TOC sea considerado como “incurable”.


Entonces, la propuesta es adicionar ese tercer espacio terapéutico sobre la base de la detección de las dificultades neuropsicológicas, la elaboración de técnicas para detectar las fallas en las funciones neuropsicológicas básicas y trabajar corrigiendo ya no el síntoma sino el origen de ellos, o la función alterada, que es la que origina los síntomas.


Conclusiones


La disfunción primaria que explica fisiopatológicamente el TOC y su espectro se encuentra en los sistemas conticoestriatales.
Una disfunción ejecutiva secundaria provoca otras alteraciones neuropsicológicas.


Estas disfunciones se expresan en los diferentes síntomas clínicos del trastorno obsesivo-compulsivo


De acuerdo a su fisiopatología el TOC puede ser:


un trastorno del neurodesarrollo


un cuadro clínico comórbido con distintos trastornos del movimiento


un trastorno secundario a lesiones focales del SNC


un trastorno ligado al miedo condicionado amigdalino


un trastorno de ansiedad


Los diferentes mecanismos fisiopatológicos explican por que nuestros pacientes responden de manera distinta al tratamiento, lo que explica las diferencias en la respuesta a los tratamientos y justifica diferentes abordajes terapéuticos


El análisis del nivel neuropsicológico de intervención, entre el biológico y el sintomático, va a permitir adicionar nuevas alternativas terapéuticas y es probable que nos den herramientas para que en un futuro muchos de los pacientes obsesivos que no tienen alternativas de mejoría, tengan un alivio en su sintomatología, que en última instancia es el último objetivo en nuestra práctica profesional.

fuente:http://ar.lundbeck.com

casos toc




Caso I

R es un hombre soltero, desempleado, de alrededor de 30 años. Es de origen etíope y vive con sus padres. Participó en la guerra del Líbano de 1983, en la que se vio envuelto en un combate con riesgo para su vida. Luego de la guerra mantuvo una vida normal hasta 1997 cuando se encontró expuesto a un ataque terrorista y fue derivado al IDR. En ese momento se sintió "nacido de nuevo y vaciado de voluntad". Entonces comenzaron los recuerdos del episodio traumático, con pesadillas recurrentes, hipersensibilidad a los ruidos, y accesos de ira y violencia, sin remordimiento. También desarrolló rituales de limpieza y conductas de evitación del contacto físico y sexual. El tratamiento del TEPT y el TOC comenzó casi de inmediato, pero los resultados no fueron satisfactorios.

Caso II

L es un granjero de origen israelí, de alrededor de 40 años, casado y con hijos. Participó en la guerra de Yom Kippur y vio amenazada su vida en uno de los combates. Luego de esa batalla debió identificar y evacuar los cadáveres de sus compañeros. La memoria de tales sucesos surgió traumática al cabo de 1 año. Se presentaron recuerdos intrusivos, y desarrolló rituales de limpieza. Tenía sueños angustiantes, accesos de ira, dificultades para la concentración y memoria disociada de ciertos episodios. También se manifestaron conductas de evitación. No obstante, después de este período fue capaz de formalizar una relación matrimonial estable y mantener una familia. Después de 15 años de la guerra decidió realizar tratamiento psicológico, pero los resultados no fueron exitosos.

Caso III

J es de origen europeo y tiene alrededor de 50 años; es soltero y trabaja como bibliotecario. Participó en la guerra de Yom Kippur durante la cual permaneció en cautiverio por 2 meses. Allí fue severamente torturado y humillado. Los síntomas de estrés traumático aparecieron inmediatamente después del episodio. Comenzó a padecer pesadillas, recuerdos intrusivos y temores paranoides que lo llevaron al aislamiento social. Los síntomas obsesivo-compulsivos surgieron inmediatamente. Ordenaba algunos elementos en forma compulsiva por el miedo obsesivo de una amenaza para su vida. Por temor a la contaminación desarrolló conductas obsesivas de limpieza, al tiempo que evitaba el contacto social. Aproximadamente una década después del trauma comenzó el tratamiento, que logró una reducción moderada de los síntomas inherentes al TOC y al TEPT, pero no consiguió la reinserción social ni ocupacional del paciente.

Caso IV

A es un oficial de policía de alrededor de 30 años, de origen israelí, casado y con hijos. Participó en la guerra del Líbano, oportunidad en la cual fue testigo de una explosión causada por terroristas. Colaboró en el retiro de los cadáveres, incluso de soldados que había conocido. Inmediatamente después del episodio experimentó una angustiante reacción psicológica y solicitó el traslado a una unidad ajena al frente de combate. Refiere que a partir del episodio traumático su vida experimentó un cambio muy negativo. Aparecieron síntomas de TEPT, como recuerdos intrusivos y sueños recurrentes, dificultades para la concentración y sentimientos de ira que canalizó a través del boxeo. Desarrolló conductas de evitación y retraimiento social, y un sentimiento de hallarse contaminado que lo llevó a realizar algunos rituales de higiene compulsiva. No obstante, continuó casado, encabezó una familia y mantuvo un empleo estable. El tratamiento que recibió fue moderadamente exitoso.

Discusión

Los casos presentados corresponden a veteranos de guerra israelíes con diagnóstico simultáneo de TEPT y TOC. Las características clínicas de ambos trastornos, en cierto modo son similares. Los dos están asociados directamente con un trauma psicológico, tanto en relación con su aparición como con las características de sus síntomas agudos y crónicos, que parecen guardar relación con el tipo de evento.

Según los autores, los síntomas del TOC constituyen una forma distintiva de la sintomatología del TEPT. Asimismo, los recuerdos intrusivos no son sólo aspectos aleatorios del trauma psicológico, sino que presentan el patrón típico del pensamiento obsesivo (contaminación) característico del TOC. Además, aparecen las conductas repetitivas típicas del TOC (higiene, control, simetría y precisión), como parte de un esfuerzo para eliminar los pensamientos angustiantes y las obsesiones. Los autores señalan que estas obsesiones y compulsiones están relacionadas directamente con el tema del trauma. Las conductas parecen reducir simbólicamente los sentimientos de disgusto, culpa, vergüenza y desesperación característicos de los pacientes con TEPT.

Los datos con que se cuenta sugieren un mecanismo psicológico común para ambos trastornos. Además, el tipo de síntomas obsesivo-compulsivos indica que las características específicas del evento podrían determinar el perfil sintomatológico del TOC.

Este estudio demostró la aparición simultánea de TEPT y TOC, consecutiva a un trauma psicológico. Una posible explicación sería que un estrés considerable durante el combate sería fuente de graves trastornos cerebrales que desencadenarían el estrés postraumático, así como las conductas obsesivo-compulsivas. Alternativamente, algunos de estos pacientes podrían sufrir algún trastorno previo que ocasionaría el desarrollo posterior de un TEPT y un TOC concurrentes. Se observó que en esta población, el curso parece menos favorable que en el caso de los pacientes con TOC sin TEPT.

En conclusión, este estudio puede ser de utilidad para dilucidar la relación que existe entre TEPT y TOC. No obstante, se requiere mayor investigación para determinar la naturaleza de esta compleja asociación.

Sociedad Iberoamericana de Información Científica (SIIC)
2002


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Trastorno Obsesivo Compulsivo

Juan es un paciente de 31 años, actualmente en tratamiento


por psiquiatría, en sus primeras consultas decia:


- En mi mente entran una y otra vez pensamientos o imágenes que me hacen daño.
- Siento que no puedo detener estos pensamientos o imágenes, aunque sí lo deseo.
- Se me hace casi imposible dejar de hacer cosas una y otra vez, como por ejemplo, contar cosas, verificar lo mismo,
lavarme las manos, reacomodar objetos, repetir la misma
acción hasta que se sienta “bien hecha” o coleccionar
objetos inútiles.
- Me preocupo mucho sobre cosas terribles que pudieran pasar si no tengo cuidado.

- Siento impulsos que no deseo de hacerle daño físico a alguien, aún cuando sé que
nunca lo haría.
El Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) se caracteriza por la presencia de obsesiones y compulsiones que provocan un intenso sufrimiento al paciente, le hacen perder mucho tiempo e interfieren con su funcionamiento normal. Tanto el paciente como su familia se ven muy afectados.
Las obsesiones son pensamientos, impulsos o imágenes no deseados, superfluos y recurrentes que se experimentan como inoportunos e inaprapiados, no son simplemente preocupaciones acerca de la vida real; el paciente trata de suprimir o neutralizar las obsesiones emprendiendo acciones o con otros pensamientos.
• Ejemplos de obsesiones típicas incluyen pensar que uno está contaminado por la suciedad o por microbios, miedo a causar daño a si mismo o a otros por no haber llevado a cabo algún ritual, obsesiones religiosas, imagenes sexuales y agresivas.
Las compulsiones son conductas repetitivas o "rituales" que la persona afectada se siente impulsada a realizar de un modo determinado, se llevan a cabo para reducir la ansiedad/angustia o impedir que ocurra algo malo, a pesar de no existir ninguna conexión real con la prevención de dicho acontecimiento.
• Ejemplos de compulsiones típicas incluyen limpieza excesiva (caso del lavado de manos), conductas de comprobación asociadas a dudas patológicas (verificar varias veces si esta cerrada una puerta o una llave del agua) acumulación de cosas aunque sean inútiles, para algunas personas, pueden ser compulsiones actos mentales como rezar, contar, repasar mentalmente ciertas cosas o repetir palabras en voz baja.
Tenga en cuanta:
- El TOC es una enfermedad para la cual existe tratamiento.
- Consulte con su médico, no se automedique.
- Si se siente mejor no suspenda el tratamiento.
- Aclare cualquier duda que tenga sobre la enfermedad con su médico.

¿Tiene el raro hábito de arrancarse el pelo y comérselo? ¿Se siente parasitado por insectos o cualquier otro animal? ¿Ha llegado a lavarse las manos con lejía? ¿Se autolesiona con frecuencia? El mundo de la dermatología y la psiquiatría encuentran nexos de unión. Tal y como apunta la psiquiatra del Hospital Valle de Hebrón de Barcelona, Gemma Parramon, “existen dos vínculos entre la dermatología y la psiquiatría: las manifestaciones cutáneas de enfermedades psiquiátricas y las enfermedades dermatológicas que se acompañan de afectación psiquiátrica”.

La dermatitis artefacta, las excoriaciones neuróticas que conllevan riesgos de infección y de cicatrices, la tricotilomanía y otros trastornos del control de impulso, la dismorfofobia, los delirios de parasitación o los efectos adversos dermatológicos de fármacos utilizados en psiquiatría son problemas dermatológicos asociados a la enfermedad psiquiátrica.

La especialista subraya que “en numerosas ocasiones son los dermatólogos quienes observan, con mayor frecuencia que los psiquiatras, esta relación existente entre determinados problemas dermatológicos y psiquiátricos. Hay un grupo de manifestaciones cutáneas que tiene su origen en una enfermedad psiquiátrica cuyo diagnóstico resulta complejo para la psiquiatría. Muchas veces los pacientes tienen la enfermedad psiquiátrica pero sólo verbalizan manifestaciones cutáneas y es preciso estudiar el origen de determinadas patologías dermatológicas para atinar en el diagnóstico.”

Describe Gemma Parramon cómo “cada día es mayor el número de estudios que vinculan determinadas enfermedades dermatológicas con un trastorno mental previo. Está comprobado, por ejemplo, que un número elevado de pacientes que padecen un TOC (Trastorno Obsesivo Compulsivo) consulta al dermatólogo. Y son los propios profesionales de la Dermatología quienes calculan un mínimo de entre un 20 y un 30 por ciento de pacientes dermatológicos que padecen un trastorno psiquiátrico primario. Son pacientes que no tienen, en su inmensa mayoría, ninguna otra disfunción, lo que les permite hacer una vida normal y corriente y pasar desapercibidos para la Psiquiatría”.

Desde este punto de vista, precisa la experta que “la dermatología es, en muchas ocasiones, la puerta de entrada del enfermo psiquiátrico al sistema de salud. Lo idóneo sería fomentar más unidades de dermatología psiquiátrica, algo que aún no es una práctica demasiado extendida. Pese a que este tipo de problemas tiene una tendencia alcista en los gabinetes dermatológicos, los pacientes son reticentes a acudir al psiquiatra”.

Subraya la especialista que “las motivaciones psiquiátricas que llevan a una persona a la autolesión en la piel son variables y van desde un cuadro esquizofrénico que quiere camuflarse al Síndrome de Munchaüssen, una patología que lleva a una persona a desear conseguir el rol de enfermo”.

Aunque la dermatitis artefacta, una tendencia a lesionarse la piel de forma voluntaria, no es muy frecuente, tampoco es excepcional. El paciente crea lesiones en la piel para satisfacer la necesidad psicológica de recibir cuidados al asumir el papel de enfermo y siempre niega su autoría.

La excoriación neuròtica esta presente en un 2% a un 4% de los pacientes que acuden al dermatólogo. El paciente con excoriaciones neuróticas se produce lesiones características como resultado de una conducta repetitiva, ritualística o impulsiva: rascar, pellizcar o frotar la piel. En general el paciente reconoce su participación en la creación de estas lesiones. A pesar de que el enfermo tiene conciencia de que estas conductas no tienen sentido, es incapaz de dejar de escarbar, rascar o frotar la piel de manera repetitiva.

La tricotilomanía se incluye en los trastornos del control de los impulsos pero, al igual que la excoriación neurótica, puede clasificarse en el continuum del espectro compulsivo-impulsivo. Este desorden consiste en arrancarse el pelo de forma recurrente lo que da lugar a una pérdida perceptible de pelo. La parte más afectada suele ser la cabeza, pero puede abarcar distintas partes del cuerpo como las cejas, las pestañas, las axilas o el pubis.

La dismorfofobia o síndrome de distorsión de la imagen, es un trastorno de la percepción y valoración corporal que consiste en una preocupación exagerada por algún defecto inexistente en la apariencia física, o bien, en una valoración desproporcionada de posibles anomalías físicas que pudiera presentar un individuo aparentemente normal.

Los delirios de parasitación provocan en quienes los padecen la firme y falsa convicción de estar infestado por organismos vivos. Algunos pacientes se producen lesiones, algunas graves, de rascado, excoriaciones e incluso excavaciones en busca del parásito. Otros pueden tratarse de diversas maneras, entre ellas con lavados, exploraciones y limpiezas reiterados produciéndose lesiones abrasivas debido al empleo de pesticidas y detergentes.
fuente sevillapress



PENSAMIENTO Y DEPRESIÓN

Estos resultados hacen pensar sobre nuevos acercamientos para tratar la depresión y las nuevas maneras en que la persona deprimida puede aprender a ayudarse. Como resultado de estos estudios, los psicoterapeutas se preocupan ahora por los tipos de declaraciones que las personas se hacen a ellos --es decir, sobre lo que ellos piensan. Nosotros hemos encontrado que estas personas deprimidas tienen continuos pensamientos desagradables y que con cada pensamiento negativo aumentan los sentimientos de depresión. Aunque estos pensamientos generalmente no están basados en hechos reales, hacen a una persona sentirse triste cuando no hay ninguna razón objetiva para sentirse así.

Los pensamientos negativos pueden impedir al paciente deprimido comprometerse en actividades que le harían sentirse bien. Como resultado, es probable que experimente pensamientos críticos sobre sí mismo como ser "perezoso" o "irresponsable" --que le hace todavía sentirse peor. Para entender estos pensamientos erróneos, considere el ejemplo siguiente. Suponga que usted está caminando por la calle y ve a un amigo que parece ignorarlo completamente. Naturalmente usted se siente defraudado. Usted se preguntara por qué su amigo no le ha saludado. Después usted menciona el acontecimiento a su amigo y le dice que él estaba tan preocupado en ese momento que ni siquiera le vio. Normalmente, usted se sentirá bien y retirará la idea negativa de su mente. Si usted está deprimido, sin embargo, probablemente creerá que su amigo realmente le ha rechazado. Usted no puede preguntarle ni siquiera a él, mientras mantiene el error sin corregirlo. Las personas deprimidas hacen cosas así, amontonando errores unos sobre otros. De hecho, pueden interpretar mal tanto los acercamientos amistosos como los rechazos. Tienden a ver el lado negativo en lugar del lado positivo de las cosas. Y no se paran a verificar o determinar si pueden haber cometido un error interpretando los eventos. Si usted está deprimido, muchos de sus malos sentimientos estarán basados en los errores de pensamiento. Estos errores relacionan la manera que usted piensa sobre sí mismo y la manera de cómo interpreta las cosas que le pasan. Todavía, usted tiene muchas habilidades y puede ser bueno resolviendo los problemas en otras áreas. De hecho, ha resuelto los problemas toda su vida. Como un científico, usted puede aprender a usar su razonamiento y su intelecto a "someter los hechos a las pruebas" y ver si es realista. De esta manera, puede impedir disgustarse por cada experiencia que pueda parecer al principio desagradable. Puede ayudarse: (1) reconociendo sus pensamientos negativos, y (2) corrigiéndolos y sustituyéndolos por pensamientos más realistas.



LOS PENSAMIENTOS NEGATIVOS

Siempre que usted detecte que se está sintiendo algo más triste, mire hacia atrás e intente recordar qué pensamiento provocó su sentimiento de tristeza. Este pensamiento puede ser una reacción a algo que pasó recientemente, o quizás en la última hora o en los últimos minutos, o puede ser un recuerdo de un evento pasado. El pensamiento puede contener uno o más de los temas siguientes:

(1) Opinión Negativa sobre uno mismo.

Esta idea se mantiene a menudo al compararse con otras personas que parecen ser más atractivas o tener más éxitos o ser más capaces o inteligentes: "Yo soy peor estudiante que Mike," "he fallado como padre", "no tengo suficiente juicio o ingenio". Usted se puede encontrar con que se ha preocupado con estas ideas, o rememora los acontecimientos negativos del pasado cuando otras personas parecían detestarle o despreciarle. Puede considerarse sin valor y aburrido y asume que sus amigos y familiares estarían contentos si se libraran de usted.

(2) Autocrítica.

La persona deprimida se siente triste porque enfoca su atención en sus presuntas limitaciones. Se culpa de no hacer un trabajo que piensa que debe hacer, por decir cosas que no debía o por las desgracias que causa a otros. Cuando las cosas van mal, es probable que la persona deprimida crea que es por su culpa. Incluso los eventos felices pueden hacerle sentirse peor si piensa, "no merezco esto. Soy indigno de ello". Debido a que la opinión propia es tan baja, puede hacer demandas excesivas sobre sí mismo. Puede exigirse que sea una ama de casa perfecta o un incansablemente amigo fiel o un médico de juicio clínico infalible. Puede venirse abajo pensando, "debía haber hecho un trabajo perfecto".

(3) Interpretaciones Negativas de los Hechos.

Una vez y otra, puede encontrarse respondiendo de manera negativa a las situaciones que no le molestarían si no estuviera deprimido. Si tiene un problema de no encontrar un lápiz, puede pensar, "Todo es difícil para mí". Cuando gasta un poco de dinero, puede sentirse triste, como si hubiera gastado una gran cantidad. Puede ver la desaprobación en comentarios que otras personas hacen, o decide que ellos le detestan en secreto --aunque ellos pueden actuar de forma amistosa.

(4) Expectativas Negativas sobre el Futuro.

Puede llegar a tener el hábito de pensar que nunca superará sus sentimientos de dolor o sus problemas y creerá que durarán para siempre. O puede tener las anticipaciones de pensamiento negativas siempre que usted intente hacer un trabajo específico: "Estoy seguro de que voy a fallar en esto". Una mujer deprimida tendría una imagen visual de ella de que estropea la cena siempre que cocina para invitados. Un hombre con una familia que atender se imaginó despedido por su jefe por cometer algún error. La persona deprimida tiende a ver el futuro como fracaso e infelicidad como algo inevitable y puede decirse que es vano intentar hacer que su vida vaya bien.

(5) "Mis Responsabilidades me están Agobiando".

Usted tiene los mismos tipos de trabajos para hacer en casa o en su trabajo que ha hecho antes muchas veces, pero cree ahora que es completamente incapaz de hacerlos o que le llevará semanas o meses antes de llevarlos a cabo. O se dice que tiene tantas cosas para hacer que no hay ninguna manera de organizar el trabajo. Algunos pacientes deprimidos se niegan parte de tiempo para dedicarlo a sus intereses personales debido a lo que ellos ven como obligaciones urgentes que les llueven de todos los lados. Pueden experimentar sentimientos negativos físicos que acompañan a tales pensamientos, incluso sensaciones de ahogo, náusea, o dolores de cabeza.



LO QUE HAY QUE SABER SOBRE LOS PENSAMIENTOS NEGATIVOS

En la primera página de este folleto, nosotros pusimos ejemplos sobre los pensamientos de las personas en estado depresivo. Una persona no deprimida podría tener los mismos pensamientos de vez en cuando pero generalmente los deshecha de su mente. Pero la persona deprimida los tiene todo el tiempo --siempre que él piense sobre su propio valor o habilidad o lo que es probable que le pase en la vida. Éstos son algunas de las maneras que usted puede reconocer el pensamiento deprimido.

(1) Los pensamientos negativos tienden a ser automáticos.

Realmente no están basados en la razón y la lógica --apenas parecen cruzan la mente, estos pensamientos están basados en la baja opinión y concepto que tienen las personas sobre ellos mismos, en lugar de en la realidad.



(2) Los pensamientos son irracionales y no sirven para ningún propósito útil.

Le hacen sentirse peor y le impiden conseguir lo que realmente quiere en la vida. Si los considera atentamente, probablemente encontrará que se ha saltado a una conclusión que realmente no es exacta. Su psicoterapeuta podrá mostrarle lo irrazonable de sus pensamientos negativos.

(3) Aunque estos pensamientos son irracionales, parecen ser absolutamente creíbles en el momento que usted los tiene. Normalmente se aceptan como razonables y se consideran como un pensamiento realista como, "El teléfono está sonando --debo contestarlo".

(4) Cuanto más una persona cree estos pensamientos negativos (es decir, los acepta sin criticarlos), peor se siente.

Si usted se permite anclarse en estos pensamientos, encontrará que está interpretando todo de una manera negativa. Tenderá a hundirse cada vez más desde que todo parece desesperante. Pero rendirse es dañino --porque las personas deprimidas interpretan a menudo el hecho de que ellos se han rendido como otra señal de inferioridad y fracaso. Usted puede ayudarse aprendiendo a reconocer sus pensamientos negativos y entender por qué son incorrectos e ilógicos.

Verifique las características listadas sobre ellos y vea si coinciden con sus pensamientos negativos.

LOS TÍPICOS ERRORES DEL PENSAMIENTO

El pensamiento incorrecto lleva a la depresión y la agrava. Usted tiene probablemente uno o más de los errores siguientes. Léalos y vea si se le pueden aplicar.

(1) Exageración excesiva.

Usted ve ciertos hechos de una manera extrema. Por ejemplo, si usted está teniendo alguna dificultad cotidiana, empieza a pensar que terminará en desastre --usted exagera los problemas y el posible daño que le podrían causar. Al mismo tiempo, usted infravalora su habilidad de resolverlos. Usted salta a las conclusiones sin ninguna evidencia y cree que su conclusión es la correcta. Un hombre que invirtió sus ahorros en una nueva casa sospechó que la casa podría tener termitas. Llegó a la conclusión inmediata de que la casa se caería en pedazos y no tendría ningún valor y que su dinero se malgastó. Le convencieron que nada podría hacerse a "excepción de la propia casa".

(2) Sobregeneralización.

Usted hace una apreciación general que da énfasis al lado negativo: "A nadie le gusto yo". "soy un fracaso completo". "nunca puedo conseguir lo que quiero en la vida". Si alguien que usted conoce le dice algo negativo de usted, piensa: "Estoy perdiendo a todos mis amigos".

(3) Ignorar el lado Positivo.

Usted se deja impresionar y recuerda sólo los eventos negativos. Cuando una mujer deprimida fue aconsejada para realizar un diario, comprendió que los eventos positivos le ocurrían a menudo pero que tenía cierta tendencia para no prestarles atención y olvidarse de ellos. O tendía a apreciar que las experiencias buenas eran insignificantes por una razón u otra. Un hombre que durante semanas incluso había estado demasiado deprimido para vestirse pasó ocho horas pintando una habitación. Cuando terminó, no estaba conforme con su trabajo por no conseguir los resultados exactamente que quería. Afortunadamente, su esposa pudo hacerle comprender qué había hecho un trabajo notablemente bueno. Por otro lado, usted puede tender a ver algunos eventos positivos como pérdidas. Por ejemplo, una mujer joven deprimida recibió una carta de su novio y decidió que era una carta de rechazo. Rompió con él con gran tristeza. Algún tiempo después, cuando ya no estaba deprimida, releyó la carta de nuevo y comprendió que no había ningún rechazo en ella como pensaba. Lo que había recibido no era un rechazo, sino una carta de amor.

TAREAS PARA HACER

(1) Un Horario Diario.

Intente fijar las actividades para llenar todas las horas del día. (Una forma especial es el Horario de Actividades Semanal.) Haga una lista de actividades que usted planea realizar cada día. Empiece con la actividad más fácil y entonces progrese a la más difícil. Verifique cada actividad cómo la completó. Este horario también puede servir como un registro corriente de sus experiencias de dominio y satisfacción.

(2) Método del "Dominio y Placer".

Usted tiene más cosas "favorables" de lo que es consciente normalmente. Apunte todos los eventos del día y entonces etiquete aquellos que involucran algún dominio de la situación con la letra "D" y aquellos que conllevan un poco de satisfacción con la letra "P".

(3) El A.B.C. de los Sentimientos.

La mayoría de las personas deprimidas cree que su situación vital es tan penosa que es natural en ellos sentirse triste. Realmente, sus sentimientos se derivan de lo que piensan y cómo interpretan lo que le ha pasado. Si piensan cuidadosamente sobre un reciente evento que les ha perturbado y les ha deprimido, deben poder ordenar tres partes del problema: A. El hecho (Acontecimientos) B. Sus pensamientos C. Sus sentimientos (Consecuencias). La mayoría de las personas sólo son normalmente conscientes de los puntos A y C. Suponga, por ejemplo, A à su esposa se olvida de su cumpleaños. Usted se siente herido, defraudado y triste à C. Lo que realmente está haciéndole infeliz es el significado que usted da a los eventos (B). Usted piensa "el olvido de mi esposa significa que ella no me ama ya". "He perdido el amor de ella y de otros". Usted puede pensar entonces que sin su aprobación y admiración usted no puede estar nunca contento o satisfecho. Aunque, es bastante posible que su esposa simplemente estuviera ocupada o no comparta su entusiasmo por los cumpleaños. Usted ha estado sufriendo debido a su conclusión injustificada --no debido al propio evento.

(4) Si usted tiene un sentimiento triste, repase sus pensamientos.

Intente recordar que es lo que ha "pasado a través de su mente". Estos pensamientos pueden haber sido su "automática" reacción a algo que pasó --el comentario de un amigo, recibir una factura en el correo, el ataque de un dolor de estómago, una imagen. Usted probablemente encontrará que estos pensamientos eran muy negativos y usted los cree.

(5) Intente Corregir Sus Pensamientos "contestando" a cada una de las declaraciones negativas que usted se hizo a sí mismo con una declaración más positiva, equilibrada.

No sólo encontrará que eso es más realista respecto a su vida sino que, además,. se sentirá mejor. Una ama de casa estaba sintiéndose triste y abandonada porque ninguna de sus amigas le había telefoneado durante unos días. Cuando ella reflexionó sobre el tema, comprendió que María estaba en el hospital y Juana en el pueblo y Elena había llamado. Sustituyó esta explicación alternativa para el pensamiento negativo: "Me han abandonado" y empezó a sentirse mejor.

(6) la Técnica de la Doble Columna.

Apunte su pensamiento automático irrazonable en una columna y en la opuesta su respuesta a los pensamientos automáticos. (Ejemplo: Juan no ha llamado. Él no me ama. La respuesta: Él está muy ocupado y pienso que estoy mejorando respecto a la semana pasada--para que necesite preocuparse por mí.)

(7) Resolución de los Problemas Difíciles.

Si un trabajo particular que usted tiene que hacer parece ser muy complejo y difícil, escriba un ensayo sobre cada uno de los pasos que tiene que realizar para lograr resolverlo y entonces hacer simplemente un paso de cada vez. Problemas que parecen irresolubles pueden ser dominados descomponiéndolos en unidades manejables más pequeñas. Si usted se siente paralizado ante un problema y no está haciendo ningún progreso, intente apuntar maneras diferentes, alternativas de ver el problema. Pregúnteles a otras personas cómo ellos podrían ocuparse de semejante dificultad. Nosotros lo hemos etiquetado como maneras alternativas de presentar y resolver los problemas --"Terapia Alternativa".

LA PSICOTERAPIA

Su psicoterapeuta puede ayudarle a identificar y corregir sus ideas poco realistas de pensamiento que le llevan a las conclusiones erróneas sobre usted y otros. También puede ayudarle a inventar maneras de tratar más eficazmente con los problemas reales, diarios. Con su guía y su propio esfuerzo, usted tendrá una buena oportunidad para sentirse bien. Y usted puede aprender a responder con menos depresión y tristeza cuando se encuentre con las dificultades en el futuro.

fuente:AARON T. BECK, M.D. Y RUTH L. GREENBERG, A.B.