TRASTORNO PSICOLÓGICO: Causas

La conducta psicopatológica tiene dos tipos de causas: biológicas y ambientales.
Estas causas se suelen combinar en la mayoría de los trastornos psicológicos, llamándose a los modelos que la estudian "multifactoriales".

Uno de estos modelos es el llamado de "Vulnerabilidad-Estrés" (Zubin y Spring, 1977), que quizás sea el aplicado por la mayoría de los psiquiatras y psicólogos clínicos para dar cuenta de los factores causales de los distintos trastornos.

El modelo referido propone que los trastornos suponen una crisis en el funcionamiento psicobiológico de la personas con una cierta vulnerabilidad (disposición o características de personalidad) ante determinados estresores (situaciones que generan tensión y necesidades de adaptación).

La vulnerabilidad incluye predisposiciones determinadas genéticamente que a su vez influyen sobre, por ejemplo, determinados niveles de sustancias bioquímicas en el cerebro del individuo.

También incluyen procesos y habilidades psicológicas, como la capacidad atencional, los procesos de memoria, los estilos de pensamiento personales y las habilidades de conducta para afrontar determinadas situaciones.

Se supone además que esos factores se pueden consolidar y hacerse más persistentes en las épocas tempranas de la vida, donde la maduración del sistema nervioso está iniciándose y las influencias ambientales provenientes del medio sociofamilar pueden dejar una fuerte huella.

El ambiente actual de la persona (incluyendo tanto factores psicosociales como físicos) desencadena los trastornos, en función de lo vulnerable que sea el sujeto a ellos, haciendo que la reacción de la persona a estos esté mediatizada por:

sus disposiciones biológicas (p.e determinados niveles de sustancias bioquímicas cerebrales),
su reacción corporal global,
sus procesos psicológicos básicos (p.e estilo de pensamiento y capacidad atencional),
y sus habilidades de afrontamiento (p.e sus métodos para resolver problemas).

Además la existencia de recursos externos apropiados, como el apoyo familiar, de los amigos o la existencia de servicios sociales o sanitarios disponibles, va a modular el mejor o peor manejo de las dificultades.

Resumiendo, la aparición del trastorno psicológico depende de la mayor o menor vulnerabilidad o predisposición personal, y de si la accesibilidad y calidad de los recursos externos es o no adecuada.


MODELO DE VULNERABILIDAD-ESTRES

Factores causales tempranos
Alteraciones genéticas
Experiencias sociofamiliares
Vulnerabilidad personal
Factores biológicos (p.e alteraciones bioquímicas)
Factores psicológicos (p.e capacidad atencional, estilo de pensamiento y habilidades de afrontamiento)
Factores actuales desencadenantes
Psicosociales (p.e tensiones familiares)
Físicos (p.e infecciones)


Fallo en los recursos personales o de apoyo social

TRASTORNO PSICOLÓGICO


Identifica los pensamientos preocupantes. Apenas pienses en algo que te preocupa, identifícalo como una preocupación. De esta manera, estableces una clara diferencia entre la realidad y un pensamiento. Reconoce que estás obsesionado/a.
Acepta que es irracional. No la analices.: Lejeune explica que como pensamos constantemente, resulta fácil confundir los pensamientos con nuestro yo, y llegar a creer que somos lo que pensamos. El explica que debemos ver los pensamientos solo como piezas sobre un tablero de ajedrez... y comprender que no somos las piezas, sino el tablero. No somos nuestros pensamientos; estos vienen y van, tanto los buenos como los que nos aterrorizan. Míralos desde una perspectiva superior, como algo que tú has creado y que puedes, de la misma forma, borrar. Esta práctica te ayuda a ver que eres más poderosa que las ideas que pasan por tu mente.
Esta comprobado que cuanto más rechazamos un pensamiento, más vuelve, más obsesivo se hace. La única forma de disminuir una obsesión es ACEPTANDOLA (Solo es un pensamiento) esto hace que la angustia disminuya ,CORTANDOLO( parada de pensamiento) y BUSCANDO PENSAMIENTOS ALTERNATIVOS. Ejemplos que nos podrían ayudar:
"Esta idea no es útil ahora"
"No es momento de pensar en ello ahora"
"Es irracional"
"No voy a argumentar con una idea irracional"
"Esto no es una emergencia, parece urgente, pero no lo es"
"No tengo que estar perfecto/a todo el tiempo, puedo permitirme equivocarme"
"Está bien equivocarse puedo aprender de ello"
"Yo conozco por mis experiencias pasadas que este miedo es irracional"
"Estoy dispuesto a tomar riesgos para ser libre"

• Desafio1: estar decidido a vencer tu problema
Este momento es el oportuno para cambiar lo que pasa, primero tienes que creer que tienes derecho a sentirte bien, es primordial. Tienes que creer que puedes superar este problema.

• Desafío 2: llegar a tomar conciencia de que sus problemas son irracionales
El trastorno obsesivo compulsivo es considerado un trastorno ansioso, esto se debe a que tienes una preocupación ansiosa por cuestiones irreales.

• Desafío 3: considera que la ritualización no es el único modo de reducir tu angustia

• Desafío 4: acepta tus obsesiones en vez de resistirte a ellas
El primer paso es hacer una relación de las cosas que a cada una nos resultan estresantes. Ante cada uno de los factores que nos producen estrés debiéramos preguntarnos: "¿puede ese factor ser cambiado o simplemente debe ser tolerado?". De este modo, aparecen dos técnicas en función de la respuesta, aunque lo ideal suele ser una combinación de ambas, según el caso:

SUPERAREMOS EL T.O.C.
• Ahora estoy decidido a vencer el problema
• Mis obsesiones son exageradas e irreales
• Existen otras opciones para reducir mi angustia
• Acepto mis obsesiones

POSICIÓN DE NO AYUDA
• Siempre estaré dominado por esto
• Mis obsesiones son exactas
• Los rituales son el único modo de reducir esta angustia que siento
• Debo poner fin a mis obsesiones



fuente: vida emocional

DESCUBIERTO UN GEN RELACIONADO CON EL TRASTORNO OBSESIVO-COMPULSIVO.

Se desconocen las causas exactas del TOC, pero existen evidencias de un componente genético en el que estaría involucrado el sistema neuroquímico de la serotonina (5HT), esencial en la comunicación entre las células, y es posible que los receptores que indican cuánta serotonina debe liberarse se hallen alterados en los pacientes con TOC.

Esta hipótesis es compatible con los resultados hallados en un estudio realizado por un equipo de investigadores de la Universidad de Toronto, publicado en el mes de septiembre de 2002 por la revista científica Molecular Psychiatry.

En dicho estudio, efectuado en familias con, al menos, un pariente afectado por trastorno obsesivo compulsivo (TOC), se ha hallado un gen receptor implicado en la patogénesis de esta enfermedad.

Los autores analizaron la secuencia genética de uno de los receptores del sistema 5HT, el 5HT1D beta, que regula la liberación de 5HT. Se observó que los padres de los afectados transmitían a sus hijos con mayor frecuencia que los demás una de las variantes del gen receptor 5HT1D beta, lo que aumentaría la probabilidad de padecer TOC.

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Las Obsesiones



Angel Enrique Pacheco, Ph.D.


Apreciado Dr. Pacheco, pienso demasiado y no lo puedo controlar, me preocupa mucho, pero hay un pensamiento que no puedo sacar de mi cabeza….


Así comenzaba la carta de una persona muy preocupada por el descontrol que sentía por los pensamientos que le atormentaban. Seguía su consulta con una detallada descripción de todo lo que le estaba aconteciendo, relacionado, en su caso, con un asunto sexual.

Este tipo de problema con las obsesiones es sumamente frecuente, por lo que he decidido hacer pública la contestación que di a esa persona, pues sé que muchas otras personas también se beneficiarán de lo aquí expuesto.

Desgraciadamente, no puedo diagnosticar su condición o problema a distancia, sin mucha más información. Un cierto número de diferentes trastornos de la salud mental podrían explicar los síntomas que usted está experimentando. Algunos de éstos son trastornos menores, pero podrían también ser el preludio de otros problemas de salud mental más significativos.

A saber, usted podría estar simplemente experimentado un problema leve de ideación relacionado con una fantasía. En el otro extremo, usted podría estar presentando los síntomas del debut de un trastorno de salud mental, tal como el trastorno obsesivo-compulsivo.

Dado que el rango de las posibilidades es tan amplio, creo que usted debería proceder a consultar a un especialista en salud mental en persona. Para determinar lo que le está ocurriendo a su salud mental, si es que tiene un problema, se requiere realizar una evaluación extensa a cargo de un experto. La situación ideal es que usted consulte a un experto en salud mental cara a cara, ya que de esta manera se podrá realizar una cuidadosa evaluación y se le sugerirá el tratamiento adecuado, si es que requiere alguno.

Usted aparenta, sin embargo, estar exhibiendo los síntomas de lo que llamamos un trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), esto es, un problema de salud mental relacionado con la ansiedad y asociado precisamente a estos patrones conductuales que usted describe con tanta aptitud en su consulta.

El TOC es considerado una respuesta conductual aprendida y, por lo tanto, responde más favorablemente a intervenciones basadas en los principios y técnicas de la teoría del aprendizaje. Esta aproximación o modalidad terapéutica es llamada modificación de conducta, terapia conductual o terapia conductual cognitiva.

Sospecho que su problema es primordialmente uno de naturaleza obsesiva, más que directamente relacionado a su sexualidad. Por tanto, lo que sigue a continuación es mi consejo en caso de que el problema que usted está experimentando es un trastorno relacionado con la ansiedad, tal como un trastorno obsesivo-compulsivo. Debe saber que, dada la naturaleza del contenido envuelto, este problema puede producir en usted sentimientos e ideación depresiva.

Este proceso generalmente no depende del contenido actual de las cogniciones, esto es, de lo que usted está pensando, sino que está más bien circunstancialmente asociado a lo que usted piensa. En otras palabras, por ejemplo, usted puede tener pensamientos obsesivos acerca de una enfermedad de transmisión sexual (ETS), pero estos pensamientos se repiten de manera independiente y aún cuando usted esté enamorado de la persona con la cual está relacionada o aún cuando reciba los resultados de un laboratorio clínico indicándole que no está enfermo.

De hecho, cada vez que usted evita o escapa el encontrarse con esta persona o cada vez que se hace nuevos análisis clínicos por estos pensamientos o miedos, usted está reforzando el problema y está fortaleciendo y aumentando la probabilidad de ocurrencia de esta respuesta de miedo en el futuro. En otras palabras, usted está “aprendiendo” la respuesta que consideramos maladaptiva. Por esto no desaparecerá sin tratamiento con psicoterapia.

Le reitero, este proceso de ideación obsesiva no desaparecerá por sí mismo y no se le quitará con el tiempo. Es probable incluso que se hará más complicado o frecuente con el tiempo. Usted necesita ayuda profesional en salud mental simple y llanamente porque usted está sufriendo.

Asumiendo la posibilidad de que esté presentando un TOC, debe saber que este tipo de problema de salud mental está caracterizado por la presencia de pensamientos repetitivos e indeseados, acompañados o no por la necesidad imperiosa de producir algunas conductas parecidas a rituales.

A pesar de producir mucho malestar emocional y de implicar cantidades significativas de tensión y ansiedad, el pronóstico para el TOC puede ser favorable si usted procura ayuda de un experto en salud mental.

En el caso de que usted tenga un TOC, usted tiene que aprender técnicas cognitivas o conductuales específicas, tales como la de parar el pensamiento, procedimientos de manejo de contingencias y el entrenamiento en relajación muscular, con el fin de controlar los pensamientos indeseados y de poder cambiarlos por otros más apropiados.

Estas técnicas están disponibles para usted si consulta a un psicoterapeuta conductual o cognitivo y son consideradas las más efectivas para estos tipos de problemas.

En mi opinión, el tratamiento preferible para los trastornos relacionados con la ansiedad, incluyendo aquellos relacionados a la ansiedad anticipatoria, las fobias y los trastornos obsesivo-compulsivos, al igual que los ataques y el trastorno de pánico, es el que permite la terapia conductual. Normalmente, no recomiendo el uso de medicinas psicotrópicas para estos trastornos.

Una máxima en toda intervención clínica especifica que debemos emplear la técnica menos invasiva que sea efectiva en producir los cambios o resultados deseados.

Yo no favorezco el uso de medicinas en el tratamiento de este tipo de problemas, ya que considero que la terapia conductual es la aproximación más efectiva y eficiente, que además no comparte la naturaleza invasiva de las medicinas y que, adicionalmente, no produce efectos secundarios indeseados.

Los trastornos de ansiedad de este tipo, con un historial relativamente breve, son tratados frecuentemente con una alta probabilidad de éxito y en un período breve de tiempo por los psicólogos clínicos conductuales. Le sugiero que no pierda tiempo en consultar a uno de estos especialistas. El retrasar el inicio de la terapia solamente hará que usted sufra más.

Por supuesto, mientras más rápido usted inicia el proceso psicoterapéutico, mucho antes usted podrá empezar a liberarse de este TOC—si este es su caso o de cualesquiera que fuese el problema—ya que la terapia conductual es orientada a la acción, de naturaleza breve y generalmente exitosa. Recuerde que usted merece ¡Aprender a Vivir Mejor ®!

Raros e incomprendidos


Son esclavos de rarezas, manías, conductas repetitivas e ideas fijas. Mantienen unas relaciones de convivencia difíciles y sufren la incomprensión de su entorno. Son esos tipos raros, a menudo no diagnosticados, que padecen un trastorno mental conocido como obsesivo-compulsivo.

Les aterra contaminarse por gérmenes al tocar cualquier cosa. Dudan constantemente de si han apagado el gas o la luz y si han cerrado los grifos y la puerta de casa. Les asaltan pensamientos que ellos consideran prohibidos, sobre todo relacionados con la sexualidad y lo religioso. Temen de modo exagerado la pérdida súbita del autocontrol o el impulso irrefrenable de agresiones injustificadas, sobre todo verbales, hacia los demás.

Éstas son algunas de las obsesiones que más frecuentemente torturan a las personas que padecen el trastorno obsesivo-compulsivo. Tienen su correspondencia con ciertos rituales que esclavizan sus vidas. Se trata de una enfermedad mental (interpretada magistralmente por Jack Nickolson en Mejor, imposible) que ha registrado un notable aumento en los últimos años, entre otras razones porque se dispone de más conocimientos y medios diagnósticos.

“Pero es justo considerar que vivimos en una sociedad que sirve de caldo de cultivo a este trastorno al sobrevalorar los ideales de la ética protestante, como alcanzar el éxito y el triunfo en esta vida. Ahora se ensalzan la escrupulosidad, el perfeccionismo y la entrega al trabajo duro”, aclara el doctor Francisco Alonso-Fernández, catedrático de Psiquiatría de la Universidad Complutense de Madrid y presidente de honor de la Sociedad Europea de Psiquiatría Social. Si hasta hace poco más de dos décadas el trastorno obsesivo-compulsivo tan sólo afectaba a una de cada 10.000 personas, los estudios desarrollados en los años ochenta por Myers y Robins demuestran que actualmente tiene una prevalencia de hasta el 3% de la población general.

La enfermedad suele estar infradiagnosticada, excepto en sus formas más graves. Los expertos aclaran que los pacientes son tildados de raros, extravagantes e insoportables. Además de sus manías continuas e incomprensibles para los demás, a menudo se comportan de un modo desabrido, maleducado y desagradable. Construyen así un escudo para proteger la vulnerabilidad de sus sentimientos, miedos e inseguridades, con el que únicamente consiguen el rechazo de su entorno.

“A veces les asaltan ideas mágicas y de tipo supersticioso, como no pisar determinadas baldosas o ir siempre por la calle por el lado interior o exterior de la acera. Los más religiosos se ven invadidos por terribles sentimientos de culpa si han tenido algún pensamiento que consideran prohibido en relación con el sexo y lo sagrado. Todo ello les genera una gran carga de ansiedad y algunos incluso se sumergen en una depresión, que también debe ser tratada. Generalmente no son violentos ni peligrosos”, comenta el doctor Eduardo García Camba, jefe del servicio de Psiquiatría del hospital de la Princesa de Madrid.

La prevalencia de dicho trastorno, según este especialista, es levemente superior en las mujeres y tiende a exacerbarse en este grupo de población cuando descienden los niveles de estrógenos (en el periodo premenstrual y durante el embarazo). En el sexo femenino suele debutar a partir de los 20 años, precedido generalmente por acontecimientos vitales desfavorables, y se manifiesta en crisis episódicas de variable intensidad. En los hombres suele aparecer más precozmente, de forma menos acusada y manteniendo un curso continuo.

Entre las posibles causas, se observa un déficit de serotonina y una hiperactividad de dopamina, dos neurotransmisores directamente implicados en este tipo de trastorno. También se pueden hallar, mediante técnicas de diagnóstico por imagen, alteraciones en la comunicación entre la corteza orbitaria –situada en la parte frontal del cerebro– y los ganglios basales, que son estructuras más profundas.

Tratamientos para una vida normal. El hospital público Ramón y Cajal de Madrid cuenta con un programa monográfico de acceso libre a pacientes con trastorno obsesivo-compulsivo (número de teléfono para solicitar cita: 913 36 83 92). El doctor Jerónimo Saiz, jefe del servicio de Psiquiatría del centro, insiste en que este mal “está bastante infradiagnosticado, es incomprendido y genera mucho sufrimiento, tanto en el propio paciente como en sus familiares, amigos y cualquier tipo de relación social”. Este experto, en colaboración con un grupo de psiquiatras, ha fundado la asociación TOC (Trastorno Obsesivo-Compulsivo; www.asociaciontoc.org). En palabras de Saiz, los actuales tratamientos farmacológicos y de psicoterapia están dando resultados muy satisfactorios.

El doctor Rafael García de Sola, jefe del servicio de Neurocirugía de La Princesa, ha sido pionero en España en tratar desde hace dos años varios casos con un tipo de psicocirugía menos cruenta, publicados en Revista de Neurología. “Demuestran una clara evidencia científica de mejora en los pacientes”. En todo el mundo se han practicado, por el momento, pocas operaciones de este tipo. En breve empezarán a acometerse en otros centros españoles, como el Ramón y Cajal, de Madrid, y el hospital de Bellvitge, de Barcelona.

Síntomas y consecuencias

Según el doctor Francisco Alonso-Fernández, pueden establecerse tres tipos de conductas en el trastorno obsesivo-compulsivo: el lavado constante de manos y el miedo a ser contaminados o a contraer una enfermedad infecto-contagiosa, la comprobación y verificación continua de ciertos actos, y la precisión, lentitud y parsimonia en multitud de rituales.

Suelen ser muy reservados con relación a su problema y esperan una media de siete años y medio antes de solicitar ayuda médica. Sufren en silencio la enfermedad, implicando en sus rarezas y conductas incomprendidas a los más próximos a su entorno. “A veces les asaltan ideas mágicas y de tipo supersticioso, como no pisar determinadas baldosas o ir siempre por la calle por el lado interior o exterior de la acera. Los más religiosos se ven invadidos por terribles sentimientos de culpa si han tenido algún pensamiento que consideran prohibido en relación con el sexo y lo sagrado. Todo ello les genera una gran carga de ansiedad, y algunos incluso se sumergen en una depresión, que también debe ser tratada. Generalmente no son violentos ni peligrosos”, concluye el doctor Eduardo García Camba, jefe del servicio de psiquiatría del hospital de la Princesa, de Madrid.