a veces las obsesiones nos llevan a dudar sobre las personas que mas amamos,nuestras parejas,convirtiendo nuestra vida en un infierno que no nos deja ver mas allá de nuestra distorsionada realidad obsesiva .
dejandonos ciegos a lo evidente,no te parece sospechoso? que la persona que ayer te hacia sonreír y te acariciaba el corazón hoy te provoque tristeza y dudas¿si es muy extraño lo se pero sobre todo es falso nadie se desenamora en un segundo, ni de un día para otro.a veces perdemos un objeto importante para nosotros las gafas,las llaves.... y están a la vista pero estamos tan acostumbrados a verlos que están integrados en el entorno que no nos damos cuenta de que están a la vista. con las emociones pasa lo mismo buscamos sentirlas erróneamente y no nos damos cuenta de que están hay a flor de piel. y cuando estamos relajados fluyen sin buscarlas debemos quedarnos con esa sensacion y no ceder a la tentacion de las comprobaciones se que es difícil pero el premio es recuperar la serenidad y disfrutar de nuestras parejas vale la pena no creéis?
La ley suprema de la Obsesión es: Siembra y cosecharás. Cuida tus pensamientos. .porque se volverán palabras Cuida tus palabras... porque se volverán actos Cuida tus actos. porque se harán costumbre Cuida tus costumbres… .porque forjarán tu carácter Cuida tu carácter… .porque formará tu destino Y tu destino será tu vida. ” Nuestras dudas son traidoras y a menudo nos hacen perder las cosas buenas que pudiéramos conseguir. ”
?¿
¿Los trastornos mentales se inventan?
Sí. Según el Manual diagnóstico y estadístico de trastornos mentales, en
los últimos 50 años, sobre todo a partir de los 80, dichos trastornos
han crecido un 200%.
¿A qué se debe?
Al marketing farmacéutico, a la promoción de medicamentos a costa de
definir supuestas enfermedades. Problemas de la vida que no eran
relevantes, o que las personas entendían y trataban sin calificarlos de
enfermedad, fueron capitalizados por la industria farmacéutica para
comercializar fármacos.
¿Por ejemplo?
La fobia social responde a una estrategia de convertir la timidez, una
manera de ser, en una categoría diagnóstica que ahora se asume como una
enfermedad con base biológica. Lo mismo ocurre con el trastorno de pánico.
¿Temor súbito ante una situación?
Sí; en realidad es una derivación de los aspectos somáticos de la
ansiedad. Es decir, que lo han desgranado de una categoría más amplia
para comercializar un fármaco.
... Si resulta útil.
Un ataque de pánico responde a circunstancias personales de la vida que
tienen que ver con tu pasado, con tu presente y con la perspectiva de
futuro en la que estás situado. Si lo descontextualizamos convirtiéndolo
en una categoría con supuesta base biológica, lo dejamos a merced de una
medicación que, en el mejor de los casos, es sintomática, es decir, que
no cura, sólo rebaja los síntomas.
¿Me está diciendo que todo es una cuestión de dinero?
Sí, pero eso es algo públicamente conocido, no descubro ninguna mano
negra; y eso es lo escandaloso, que no provoque escándalo.
Trastornos como la depresión han alcanzado proporciones epidémicas,
¿por qué?
Hasta los años 80 la depresión se consideraba un trastorno menor. El
boom de la depresión está relacionado con la promoción del famoso
Prozac, que, después de la aspirina, es uno de los medicamentos más
consumidos.
En el 2005, los más vendidos fueron los psicofármacos.
Este fenómeno está relacionado con la medicalización de la vida
cotidiana, es decir, convertir problemas consustanciales a la vida en
síntoma y enfermedad, para luego ofrecer soluciones mágicas que
convierten a la gente en consumidora. Está dentro de la misma tendencia
que el consumo. De hecho, estas campañas se denominan técnicamente
campañas de sensibilización a la población.
¿Como los charlatanes de feria?
Sí, pero ahora con toda la tecnología, sofisticación comercial y el
enmarque de la investigación científica.
Estábamos con la depresión.
La gente ha aprendido a plantear los problemas de la vida -
frustraciones, decepciones, dificultades en el trabajo, expectativas
incumplidas…- como depresión, entendiéndola como un desequilibrio
neuroquímico que se soluciona con fármacos.
Quizá nos cueste hacernos cargo de nosotros mismos.
Sí, es más cómodo atribuir nuestro malestar a cuestiones genéticas. Hay
un estudio importantísimo de la OMS que demuestra que los trastornos
psicóticos se superan en un 63% en los países en vías de desarrollo y,
sin embargo, en el Primer Mundo sólo en un 37%.
Sorprendente.
... Y paradójico. El problema es que aquí tratamos los trastornos
psicóticos, la esquizofrenia por ejemplo, como enfermedades de base
biológica únicamente remediables mediante la medicación, y no está nada
claro que la esquizofrenia tenga una causa biológica establecida. Pero
lo que sí está claro es que los trastornos psicóticos están relacionados
con las circunstancias de la vida.
Aquí, si tienes un brote psicótico, te llevan directo a urgencias y te
ingresan.
Así es, y trabajan los síntomas de acuerdo con el fármaco: si sigues
oyendo voces, te dan un fármaco más fuerte. Es importante saber que la
medicación antipsicótica es, en el mejor de los casos, sintomática, no
actúa en la supuesta causa orgánica.
¿Qué hacen en el Tercer Mundo?
Como no tienen nuestros medios, la gente con estos síntomas no es
segregada de la comunidad, no pasa a ser un enfermo que entra en una
carrera psiquiátrica de hospitales, urgencias..., y se recupera antes
que quien es atendido en el mejor centro de Londres.
¿Pero la esquizofrenia no es una enfermedad crónica?
Ya ve que en el Tercer Mundo hay una alta remisión. Habría que matizar,
pero la propia medicalización de un fenómeno puede convertir el fenómeno
en enfermedad.
Con esto de que todo es genético nos están dejando muy indefensos.
Es un fenómeno cultural de los últimos 20 años, porque no hay bases
científicas sólidas que lo prueben. Los trastornos mentales tienen que
ver más con la persona y sus circunstancias que con el cerebro. Además,
los síntomas tienen un sentido, ocurren por algo, son significados a los
que uno debe atender y no eliminar; eso es como matar al mensajero.
Menos fármacos y más filosofía de vida.
Exacto. Y ahora las medicaciones que se aplican a los adultos se tratan
de generalizar a los niños, y no hay estudios sobre los efectos
secundarios. Es muy preocupante.
Lógica del consumo
Mariano Pérez con Héctor González, investigadores universitarios
expertos en psicología clínica y psicofarmacología, han escrito un libro
necesario, La invención de los trastornos mentales (Alianza Editorial).
En él indagan con rigor las razones del aparente deterioro de nuestra
salud mental, sobre todo en los últimos 20 años, y muestran cómo los
intereses comerciales de las industrias farmacéuticas llegan a crear y
publicitar nuevas enfermedades mentales para ofrecernos fármacos que
actúan sobre los síntomas. "Considerar los trastornos mentales como
enfermedad es una falacia. Culpabilizar al cerebro y a los genes es una
tendencia muy actual relacionada con la lógica del consumo
http://www.esquizo.com/foros/topic/los-transtornos-mentales-se-inventan
Liberarse de los pensamientos obsesivos
“Ojalá no lo hubiera dicho”, “¿Qué hubiese pasado si…?”
“¿Y si les sucede algo?”…
Siempre tenemos motivos para preocuparnmos, pero la búsqueda incesante de seguridad puede convertirse en obsesión.
El círculo se romperá si actuamos; porque la vida no está hecha de certezas sino de experiencias.
Algunas veces estas preocupaciones ocupan tanto espacio en nuestra vida que impioden que nos concentremos en el trabajo o en cualquier otra actividad; nos quitan el sueño, las ganas de salir y acaban instalándose en nuestra vida cotidiana como algo que, de forma irremediable, nos acompaña todo el tiempo.
Una forma común de obsesionarse es repasar una y otra vez las conversaciones y las situaciones que hemos vivido, preguntándonos qué hubiera sucedido si hubiéramos actuado de otra manera, si hubiéramos pronunciado otras palabras.
Tambiéb solemos anticipar situaciones o conversaciones del futuro próximo que nos resultan problemáticas y que no podemos dejar de recrear en nuestra imaginación.
LAS TRAMPAS DE LA MENTE :
Todas estas situaciones nos llenan de desasosiego, esa sensación tan desagradable de no tener ningún control sobre lo que nos acontece. ¿Y qué hacemos ante esto? debemos buscar la manera de sentirnos seguros.
COMO RECUPERAR LA PAZ MENTAL:
ENFRENTARSE A LOS MIEDOS:
Cada vez que, por ejemplo, evitamos tomar una decisión por miedo a equivocarnos, estamos confirmando nuestra incapacidad para afrontar este tipo de situaciones, el miedo crece y cada vez resulta más difícil inclinarse por una opción. Evitar los miedos, ya que nos debilita, y superarlos en la próxima ocasión en que se presenten resultará mucho más difícil. Es mejor actuar.
MEDIA HORA DE LA PEOR FANTASÍA:
El miedo aparece de forma involuntaria, espontánea, sin que lo llamemos. Si aplicamos la lógica de forma inversa, es decir, intentando producir miedo voluntariamente, conseguiremos bloquearlo. Esta prescripción se utiliza sólo en algunos tipos de obsesiones y consigue resultados especialmente positivos.
DIARIO DE LAS PREOCUPACIONES:
Cada día a la misma hora, nunca después de cenar ni a primera hora de la mañana, podemos escribir durante 20 minutos o media hora todas nuestras preocupaciones, sobre uno mismo y el resto de circunstancias de la vida. Esto permite que las preocupaciones nunca nos desborden, ya que lo que hasta ese momento ha sido un elemento intruso, invalidante e involuntario se convierte en voluntario.
UN PEQUEÑO DESCONTROL:
Si sentimos la necesidad de que todo esté en un orden perfecto
y predifinido para sentirnos tranquilos, podemos introducir un pequeño desorden, una mínima variación. Esto nos permitira la flexibilidad necesaria para convivir con un entorno siempre cambiante. Los seres humanos requerimos pequeños descontroles para apreciar mejor el control de nuestro entorno.
VENCER SIN COMBATIR:
Podemos aprender a llevar nuestras obsesiones como una sombra.
No obstante, esta estratagema requiere de la máxima atención para no volver la cabeza hacia los pensamientos obsesivos que suponen una tortura. La dificultad radica precisamente en mantener una actitud observadora ante las ideas que nos asaltan, sin intervenir ni combatir, de forma similar a la miditación.
MIGUEL HERRADOR – Terapéuta.
fuente:http://www.senderoespiritual.com/liberarse-de-los-pensamientos-obsesivos/
“Ojalá no lo hubiera dicho”, “¿Qué hubiese pasado si…?”
“¿Y si les sucede algo?”…
Siempre tenemos motivos para preocuparnmos, pero la búsqueda incesante de seguridad puede convertirse en obsesión.
El círculo se romperá si actuamos; porque la vida no está hecha de certezas sino de experiencias.
Algunas veces estas preocupaciones ocupan tanto espacio en nuestra vida que impioden que nos concentremos en el trabajo o en cualquier otra actividad; nos quitan el sueño, las ganas de salir y acaban instalándose en nuestra vida cotidiana como algo que, de forma irremediable, nos acompaña todo el tiempo.
Una forma común de obsesionarse es repasar una y otra vez las conversaciones y las situaciones que hemos vivido, preguntándonos qué hubiera sucedido si hubiéramos actuado de otra manera, si hubiéramos pronunciado otras palabras.
Tambiéb solemos anticipar situaciones o conversaciones del futuro próximo que nos resultan problemáticas y que no podemos dejar de recrear en nuestra imaginación.
LAS TRAMPAS DE LA MENTE :
Todas estas situaciones nos llenan de desasosiego, esa sensación tan desagradable de no tener ningún control sobre lo que nos acontece. ¿Y qué hacemos ante esto? debemos buscar la manera de sentirnos seguros.
COMO RECUPERAR LA PAZ MENTAL:
ENFRENTARSE A LOS MIEDOS:
Cada vez que, por ejemplo, evitamos tomar una decisión por miedo a equivocarnos, estamos confirmando nuestra incapacidad para afrontar este tipo de situaciones, el miedo crece y cada vez resulta más difícil inclinarse por una opción. Evitar los miedos, ya que nos debilita, y superarlos en la próxima ocasión en que se presenten resultará mucho más difícil. Es mejor actuar.
MEDIA HORA DE LA PEOR FANTASÍA:
El miedo aparece de forma involuntaria, espontánea, sin que lo llamemos. Si aplicamos la lógica de forma inversa, es decir, intentando producir miedo voluntariamente, conseguiremos bloquearlo. Esta prescripción se utiliza sólo en algunos tipos de obsesiones y consigue resultados especialmente positivos.
DIARIO DE LAS PREOCUPACIONES:
Cada día a la misma hora, nunca después de cenar ni a primera hora de la mañana, podemos escribir durante 20 minutos o media hora todas nuestras preocupaciones, sobre uno mismo y el resto de circunstancias de la vida. Esto permite que las preocupaciones nunca nos desborden, ya que lo que hasta ese momento ha sido un elemento intruso, invalidante e involuntario se convierte en voluntario.
UN PEQUEÑO DESCONTROL:
Si sentimos la necesidad de que todo esté en un orden perfecto
y predifinido para sentirnos tranquilos, podemos introducir un pequeño desorden, una mínima variación. Esto nos permitira la flexibilidad necesaria para convivir con un entorno siempre cambiante. Los seres humanos requerimos pequeños descontroles para apreciar mejor el control de nuestro entorno.
VENCER SIN COMBATIR:
Podemos aprender a llevar nuestras obsesiones como una sombra.
No obstante, esta estratagema requiere de la máxima atención para no volver la cabeza hacia los pensamientos obsesivos que suponen una tortura. La dificultad radica precisamente en mantener una actitud observadora ante las ideas que nos asaltan, sin intervenir ni combatir, de forma similar a la miditación.
MIGUEL HERRADOR – Terapéuta.
fuente:http://www.senderoespiritual.com/liberarse-de-los-pensamientos-obsesivos/
Psiconeuroinmunología,
Psiconeuroinmunología, o la relación entre salud y enfermedad
La Psiconeuroinmunología es una rama de la Ciencia que estudia las complejas interrelaciones entre el sistema nervioso central (que controla procesos biológicos y psíquicos) y el sistema inmune
Leonor Santos Ruiz y María Santos Ruiz
La Psiconeuroinmunología o, más propiamente, la Psiconeuroendocrinoinmunología, es una rama de la Ciencia que estudia las complejas interrelaciones entre el sistema nervioso central (que controla procesos biológicos y psíquicos) y el sistema inmune. Esta doctrina se basa en la idea de que el establecimiento y el curso de una enfermedad dependen de dos factores: la agresividad del agente patógeno y el grado de vulnerabilidad del organismo atacado; dependiendo esto último del estado, tanto físico como psíquico, del organismo en cuestión.
Por supuesto, esta idea no es nueva. Hipócrates afirmaba que las enfermedades son consecuencia de un desequilibrio de los 'humores internos', que puede ser restablecido con buena alimentación y con reposo del cuerpo y del espíritu. Pasteur, que creía en el origen microbiano de las enfermedades, pasó media vida discutiendo con Claude Bernard (que defendía la importancia del equilibrio del medio interno) acerca de este asunto para, en su lecho de muerte, darle la razón: 'Bernard tiene razón. La semilla no es nada; el terreno lo es todo'. Sin tener que recurrir a científicos ni a profesionales de la Medicina, las ideas en que se basa la Psiconeuroinmunología pueden encontrarse incluso en el saber popular. Como muestra, valgan la madre que insta al niño a tomarse la leche para 'estar fuerte y no coger enfermedades', o el chiste en el que el médico le dice al paciente: 'Sus achaques no tienen importancia; procure tener dinero y verá cómo se le pasa todo'. En el primer ejemplo, se trata de fortaleza física frente a la enfermedad; en el segundo, de fortaleza psíquica o anímica.
La historia de la Psiconeuroinmunología no es tan corta como, en un principio, podríamos sospechar. Ya en los años veinte, los investigadores soviéticos Metalnikov y Chorine, habían empezado a trabajar en el condicionamiento de respuestas inmunológicas. Sin embargo, esta ciencia no comenzó a ser conocida hasta los trabajos de Ader y Cohen, en la década de los setenta, y la publicación de una monografía sobre el tema por parte de Ader, en 1981 [Ader, R., Psychoneuroimmunology, New York Academic Press (1981)].
En su primer experimento, publicado en 1975 [Ader, R. and Cohen, N. , Psychosom Med, 37(4):333-340 (1975)], Ader y Cohen, que estaban estudiando los efectos producidos por la variación del volumen de una solución de sacarina en la adquisición y extinción de una aversión gustatoria condicionada, inyectaban intraperitonealmente ciclofosfamida, -un estimulador aversivo incondicionado-, 30 minutos después de que las ratas ingirieran 1, 5, ó 10 ml. de solución de sacarina. La magnitud de la respuesta condicionada, y su resistencia a la extinción, fueron directamente proporcionales al volumen de solución edulcorada consumida, por la asociación 'sacarina-ciclofosfamida'. De forma imprevista, algunos de los animales condicionados murieron en el transcurso de las pruebas de extinción, en las cuales se suministraba a los animales sacarina sin inyectarles ciclofosfamida. La importancia de esta observación se puso de manifiesto al averiguarse que la ciclofosfamida posee propiedades inmunosupresoras, lo que sugirió que, durante las pruebas de extinción, los animales habían reaccionado con inmunosupresión condicionada al serles suministrada la sacarina; inmunosupresión que les habría hecho vulnerables a los microorganismos patógenos oportunistas existentes en el medio y que, en condiciones normales, son combatidos por el sistema inmune. De esta forma, Ader y Cohen obtuvieron, antes de su aparición en Occidente, un modelo de laboratorio de uno de los mecanismos de actuación de la llamada 'plaga del siglo XX': el SIDA.
Los experimentos de Ader y Cohen fueron replicados, obteniéndose siempre resultados similares: la simple asociación de la ingesta de sacarina y fármaco inmunosupresor confirió a la solución de sacarina la propiedad de provocar una respuesta inmunosupresora.
El fenómeno de inmunosupresión condicionada ha sido observado por otros autores en múltiples experimentos, demostrándose que los cambios de reactividad inmunológica producidos por condicionamiento pueden darse en ambos sentidos, es decir, tanto disminuyendo como intensificando la respuesta inmune.
Russell y colaboradores aportaron nuevos datos en favor de la capacidad de aprendizaje del sistema inmune al demostrar que la liberación de histamina (considerada como uno de los mecanismos autorreguladores de las respuestas de inflamación e inmunidad), puede producirse ante la presentación de un estímulo neutro que haya sido previamente asociado a una agresión inmunológica [Russell M. et al., Science, 225:733-734(1984)].
Smith y McDaniel [Smith, GR Jr and McDaniel, SM. Psychosom Med, 45:65-70 (1983)] estudiaron la posibilidad de que puedan atenuarse por condicionamiento (o aprendizaje), en humanos, las respuestas inflamatorias mediadas por los linfocitos T. Smith y McDaniel trabajaron con un grupo de 7 voluntarios, que se sometieron seis veces a la prueba de la tuberculina (una sustancia que produce una respuesta inflamatoria al ponerse en contacto con la piel) a intervalos mensuales. En las cinco primeras sesiones, una enfermera, que desconocía el protocolo experimental, efectuó siempre la misma operación: uno de los brazos de cada individuo (siempre el mismo) era tratado con una sustancia procedente de un vial de color verde (tuberculina) mientras que el otro se trataba con una sustancia procedente de un vial de color rojo (placebo). En la sexta sesión, el contenido de los viales fue invertido sin conocimiento de la enfermera, de forma que la tuberculina fue aplicada al brazo que anteriormente recibía el placebo y viceversa. El tratamiento con placebo (solución salina), no produjo inflamación, -cosa que también hubiera podido esperarse-, pero el brazo que recibió la tuberculina, y que antes recibía placebo, experimentó una respuesta inflamatoria mucho menor de lo normal (es decir, muy inferior al nivel de respuesta registrado en las sesiones precedentes).
Kiecolt-Glaser y sus colaboradores publicaron en 1985 [Kiecolt-Glaser et al., Health Psychol, 4:25-41 (1985)] los resultados de un experimento en el cual pudieron mejorar, mediante intervención psicológica, las funciones del sistema inmune de un grupo de ancianos. Asignaron, al azar, a 45 residentes de varias instituciones geriátricas a uno de estos tres tratamientos:
1.- Adiestramiento en relajación progresiva
2.- Contacto social
3.- Ninguna intervención
A los tres grupos se les extrajo sangre antes del tratamiento, al finalizar el mes de tratamiento, y un mes después de haber finalizado el mismo. Los resultados del experimento mostraron un significativo aumento de la actividad de los células K citotóxicas ('Killers') en los individuos del primer grupo al terminar el mes de tratamiento, en tanto que no se apreciaron cambios significativos en los componentes de los otros dos grupos. En el primer grupo, después de un mes sin practicar los ejercicios de relajación, la actividad de las células K volvió a su nivel basal.
Son muchos más los experimentos que, junto con un sinfín de observaciones (aparición de enfermedades inmunes asociadas a enfermedades mentales, mayor incidencia de enfermedades en personas que padecen estrés o depresiones, etc.), han llegado a demostrar que, tal y como propugna la Psiconeuroinmunología, todas las enfermedades son el resultado de la interacción entre múltiples factores, que dependen tanto del agente agresor (bacteria, virus, agente carcinógeno), como del organismo agredido (genéticos, endocrinos, nerviosos, inmunológicos, emocionales y comportamentales). Todos estos datos, y en particular el experimento de Kiecolt-Glaser y colaboradores, abren nuevos caminos en Medicina clínica, al ofrecer la posibilidad de poder usar el tratamiento psicológico como apoyo al tratamiento farmacológico, o incluso como tratamiento preventivo de la enfermedad.
Leonor Santos Ruiz es becaria predoctoral en el Departamento de Biología Celular y Genética de la Universidad de Málaga. María Santos Ruiz es profesora de Enseñanza Secundaria en el IES José Cadalso en San Roque (Cádiz)
Fuente: http://www.encuentros.uma.es
http://bolsaelzorro.foros.ws/t37967/psiconeuroinmunologia/
pareja
Jorge Sánchez terminó su matrimonio debido al Trastorno Obsesivo Compulsivo. En su testimonio en la página del Instituto de TOC en Massachussets, Sánchez dice: "Siempre fui una persona muy organizada, limpia, quería que las cosas se hicieran bien. Seguí haciendo lo mismo cuando crecí. Siempre me llevé bien con todos, era un niño normal en cada sentido de la palabra. Ahora soy mecánico de profesión, comencé arreglar carros a los 18. Me casé a la edad de 26 y comencé a asumir las responsabilidades de la adultez. Fue alrededor de esa época que empecé a notar una tendencia a la obsesión con el perfeccionismo, no podía cometer errores. De repente comencé a chequear las cosas y a sobreverificar mi trabajo. Este comportamiento aumentó y me comenzó a crear problemas matrimoniales, lo cual me causó estrés. Me estresé por completo con el nacimiento de mi segundo bebé, y comencé a preocuparme por mi trabajo toda la noche. Lo único en que pensaba era mi trabajo y si había hecho todo bien, al punto que descuidé a mi familia. Estaba ahí presente, pero mi mente no. Busqué ayuda para este problema que no podía definir, pensé que me estaba volviendo loco. Finalmente, mi matrimonio comenzó a quebrarse debido a esta obsesión. El estrés era demasiado fuerte, no podía encarar mi vida ni mis responsabilidades. Un médico me diagnosticó TOC y traté de ver a varios psicoterapeutas para tratar el problema matrimonial, pero ya era muy tarde, terminé divorciado".
Para Lisa Merlo, profesora asistente de psiquiatría de la Universidad De Florida, en Gainesville especializada en TOC, se trata una enfermedad que aunque parezca simple, interfiere con la productividad de la persona que pierde tiempo pensando en vez de hacer las cosas.
Según el Instituto Nacional de Salud Mental, el Trastorno Obsesivo Compulsivo afecta a más de 13 millones de personas en los Estados Unidos. De acuerdo con un estudio hecho por la Academia Americana de Psiquiatría Infantil, uno de cada 200 niños y adolescentes en los Estados Unidos nace con el Trastorno Obsesivo Compulsivo. El problema, según explica Merlo, es con qué se obsesiona el paciente y hasta qué nivel el acto que hace involuntario de acuerdo a su trastorno es justificado.
Sara Sánchez, del Centro de TOC de Florida, se obsesionó desde pequeña con imágenes eróticas. "Cuando era pequeña me venían pensamientos e imágenes eróticas involuntarias a la cabeza y yo trataba de no excitarme, pero nunca lo conseguía, entonces para ponerme a prueba otra vez (a ver si no me excitaban las imágenes) trataba de reimaginármelas en mi mente sin excitarme para dejar de sentir culpa, pero nunca lo conseguía. Me sentía culpable por haberme vuelto a excitar con la imagen, y lo volvía a intentar, y así volvía a caer en el "círculo vicioso" de ponerme a prueba una y otra vez reimaginando todo sin éxito y esto afectaba mi intimidad. Ya de adulta podía estar en medio de un acto sexual y estaba con estas imágenes en la cabeza."
Sánchez asegura que nadie en su casa lo sabía y que le daba vergüenza. Al crecer, le confesó a su madre que estaba preocupada porque le venían imágenes eróticas a la cabeza. Su madre le decía que era normal pero Sara asegura que, como quiera, se sentía sucia. "Esto duró mucho tiempo (un año y medio), luego no volví ni a masturbarme ni a tener sueños eróticos, pero si por ejemplo veía la más mínima presencia de sexo, en la televisión o una canción, yo me excitaba y le daba mil vueltas a la cabeza. Llegué a esconderme de todo lo relacionado al sexo y los sentimientos de culpabilidad podían llegar a hacer que no durmiera en toda la noche y me la pasara llorando."
Pero Sara no buscó ayuda y esto empeoró. Confiesa que un día, cuando tenía unos 20 años, estaba teniendo pensamientos eróticos y de repente surgió en su mente la imagen de su padre. "Me vino muchísima excitación y culpa a la vez. No sabía realmente si me había excitado por mi padre o por mis sueños, pensé que era por lo de mi padre y de los remordimientos no me pude dormir. A partir de ahí pensaba que él me excitaba a mí y le evitaba, me ponía a prueba re imaginando la imagen, pero parece que cada vez que intento no excitarme consigo efectos adversos. Con mi madre todo iba fantástico no pasaba nada...hasta que pensé: soy bisexual, así que si mi padre me excita, ¿porque no mi madre? A partir de ahí me ocurrió lo mismo con mi madre. Pensé que era incesto, pederasta, todo. Llegué al punto de pensar en el suicidio y la depresión. Todo era producto de mi mente y al buscar ayuda fui diagnosticada con Trastorno Obsesivo Compulsivo", dijo Sánchez quien actualmente recibe tratamiento.
Michael Arévalo recuerda cómo esto le afectó con su ex novia. "Me acuerdo que por pena no le decía nada a ella para no avergonzarme y la dejaba bañarse en mi ducha. Se me movía todo por dentro pensando en el agua y el vapor en las puertas de vidrio y entonces siempre tenía que bañarme después de ella. Ella pensaba que me tardaba en el baño pero en realidad quería ser último porque me bañaba y limpiaba. Y si estaba haciendo el amor o hacia algo con ella una de las primeras cosas que venía a mi cabeza era que no quería que se ensuciara la cama o nada porque si no lavaba las sábanas inmediatamente. A veces ni me acostaba en su pecho después del acto sexual, pensando en las cosas que estaban sucias", concluyó Arévalo a lo que recordó cómo esto causaba múltiples peleas con su ahora ex pareja.
Y es que Arévalo siente que ha estado cambiando: "En estos últimos meses he cambiado un poco. Antes no era capaz de ir a la calle dejando algo en el lavaplatos sin limpiar. Este fin de semana vi un tenedor que duró hasta el día de hoy, desde el viernes y se veía como una mancha y me dio una rabia. Todo un fin de semana, algo que no había pasado antes. A veces me da miedo porque me doy cuenta que ocupo demasiado tiempo en eso; barro, aspiro, trapeo. Tengo otras cosas en mi cabeza. Es como si tuviera un estrés tan grande que sobrepasa la necesidad de limpiar todo. Me pregunto qué me está pasando y me preocupo. Para mí no es normal que deje algo por un tiempo. Yo lo veo negativo, eso me está afectando tanto que ni limpio. Me siento vulnerable, como que no estoy siendo yo porque estoy cambiando eso, yo me la paso limpiando. Entonces si estoy cambiando y no he hecho nada ¿por qué necesitaría decir que es una enfermedad?", concluyó Arévalo.
Según la Oficina Gubernamental del Control de Enfermedades, las obsesiones y compulsiones son muy difíciles de controlar y en el caso de conseguirlo, es posible que resista solo durante un breve periodo de tiempo. Estas obsesiones, según esta agencia, son realmente perturbadoras y suelen consumir gran espacio de tiempo e interfieren sensiblemente con las tareas laborales, sociales y de relación personal.
http://obsesionescaoticas.espacioblog.com/post/2009/12/01/con-pareja
¿Es usted una persona sensible? Pues forma parte de una minoría oprimida
Debido a su capacidad para captar matices y sutilezas que a los demás pasan desapercibidos, los hipersensibles a menudo aportan a su trabajo y relaciones una buena dosis de visión y humanidad. Normalmente son conscientes, creativos y minuciosos, pero en una 'cultura agresiva', cuyos valores son dureza, extroversión y represión de las emociones más delicadas, pueden sentirse como ciudadanos de segunda clase. Deberían organizarse y hacerse respetar.
De acuerdo con la psicóloga doctora Elaine Aron, aproximadamente 15-20% de la población estadounidense podría clasificarse de hipersensible, es decir, que resulta afectada por diversos estímulos en mayor medida que el resto, y reacciona a ellos de forma también más pronunciada. ¿Sería la hipersensibilidad un don o una maldición para quién la sufre?
No son sólo personas más introvertidas, sino que ven el ambiente que las rodea más caótico y ruidoso que el resto de la gente, y les molestan las luces fluorescentes o les deprimen las paredes desconchadas cuando a los demás les trae sin cuidado. Y sobre todo les duele especialmente la forma de ser habitual de la gente, lo que entienden como falta de sensibilidad, superficialidad, y alienación reinantes.
A los hipersensibles les caracterizan muchas o todas de estas cualidades: intuición, alto nivel de empatía, rectitud, creatividad, amor a la soledad y la introspección, fuerte sintonía emocional consigo propio y con los demás, una tendencia a la timidez y la inhibición en la vida social, una gran capacidad de captar la belleza; también baja tolerancia a olores desagradables y luces estridentes, ruido, desorganización y desorden; elevada respuesta física y/o emocional a ciertos alimentos y estimulantes; elevada sensibilidad al cambio, y algunas veces tendencia al insomnio, ansiedad y depresión; habilidad para concentrarse profundamente; percepción de lo sutil; capacidades predictivas; y por último dificultad para pensar, hablar o actuar mientras se siente observados.
Debido a su capacidad para captar matices y sutilezas que a los demás pasan desapercibidos, los hipersensibles a menudo aportan a su trabajo y relaciones una buena dosis de visión y humanidad. Normalmente son conscientes, creativos y minuciosos, hasta el punto de a veces dolerse de que lo son 'demasiado'.
Pero también tienen su lado malo. de acuerdo con la doctora Aron, vivimos en lo que puede describirse como una 'cultura agresiva', cuyos valores son dureza, extroversión y represión de las emociones más delicadas. Es la tendencia general desde la sala de juntas a los medios de entretenimiento, y aquellos que no se ajustan a este ideal cultural pueden sentirse como ciudadanos de segunda clase. Pregunte a la gente hipersensible que les molesta más que nada y muchos le responderán que sentirse incomprendidos, deficientes, menospreciados, o incluso impotentes.
A veces se involucran tanto y captan con tanta intensidad el sentido -o el sinsentido- de lo que ocurre, que necesitan desconectar en mayor medida de los demás. Mientras que los que les rodean disfrutan en lugares multitudinarios, con la música alta y las películas violentas, las personas hipersensibles desean salir corriendo de todo ello, algo que los menos sensibles no comprenden.
Los hombres sensibles lo tienen especialmente crudo en nuestra sociedad. Resulta increíble cómo se confunde género y sensibilidad. Los hombres deben ser estoicos y no expresar emociones o llorar. Todo les presiona en ese sentido, así que su tendencia natural les causa continuas dificultades de integración.
UN REGALO -¿ENVENENADO?- DE LOS CIELOS
El primer paso para hacer frente al problema, es darse cuenta que ser hipersensibles no es un fallo sino un regalo de los cielos. La gente necesitamos ternura, cariño y sentimientos, incluso si no sabemos reconocerlos. Muchos de los que rodean a la persona sensible pueden beneficiarse de esta cualidad suya.
Es crucial encontrar el punto de equilibrio entre la vida social y el necesario aislamiento. Cuidado con la cafeína, el azúcar y el alcohol. El ejercicio físico regular ayuda a hacer frente al estrés y la ansiedad que a menudo afectan a los hipersensibles. Descansar y dormir bien resulta sumamente importante especialmente para los sistemas nerviosos muy revolucionados. Luces indirectas, flores, una estética bonita, música relajante, todo ello resulta de gran ayuda.
Ser hipersensible es un don y un desafío al mismo tiempo. Necesita cuidados. La gente hipersensible está comenzando a organizarse en grupos de autoayuda. La sociedad aún no lo valora, pero quizás lo comprenda un día.
Además, hipersensible quizás es un término equivocado. En inglés se usa 'highly sensitive person', es decir, persona altamente sensible, algo más ecuánime y no peyorativo. Los 'muy sensibles' aducen que ellos son simplemente sensibles, que es al resto de la población al que hay que caracterizar de 'poco sensible' o 'infrasensible'.
Ignoramos si en España e Iberoamérica en general existe alguna agrupación de personas sensibles en defensa de su forma de ser y entender la vida. Si no las hay, debería haberlas. En el mundo anglosajón son varias las iniciativas. Entre ellas, destaca la de la misma doctora Aron, que mantiene el sitio The Highly Sensitive Person.
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