La tensión y el estrés, son rampas deslizantes hacia la depresión

La tensión y el estrés, son rampas deslizantes hacia la depresión
Diario Vasco.
La tensión y el estrés, son rampas deslizantes hacia la depresión
 La felicidad tiene que ver con una administración inteligente del deseo. Es lo que opina el psiquiatra Enrique Rojas, que ofrecerá hoy una conferencia en Donostia bajo el título, Adiós depresión, organizada por el Teléfono de la Esperanza. «La tensión y el estrés en que vivimos son una rampa hacia la depresión, el mal de nuestro tiempo», dice. A este tema ha dedicado su último libro, La depresión. En busca de la felicidad razonable, un clásico en las listas de libros más vendidos.            – La depresión, ¿mal de nuestro tiempo?

– En España hay entre 5 y 6 millones de gente con depresión . Es la segunda causa de baja laboral después de las enfermedades comunes. Y ello ocurre en media Europa.

– ¿Por qué la depresión se ha con vertido en la gran epidemia de las sociedades modernas?

– La tensión y el estrés son rampas deslizantes hacia una geografía psicológica que se llama depresión.

– El origen de la enfermedad, ¿no está en la tristeza y la pena?

- Ocurre que el final de muchos estados de ansiedad la es la tristeza y la pena. Los síntomas más importantes de la depresión son la tristeza, la melancolía, la apatía, la falta de ganas, la falta de visión de futuro y una mirada negativa hacia atrás.
 -   En el origen de la depresión está es estrés…
- Muchas situaciones de estrés acaban en depresión. Pero hay dos polos opuestos dentro de la enfermedad. La exógena es debida a acontecimientos de la vida. Y la endógena es hereditaria y bioquímica.
 – Los motivos de estos tipos de depresión, ¿son distintos?
– En la depresión exógena hay dos motivos fundamentales. En la mujer, los fracasos afectivos y familiares. Y en el hombre, las frustraciones profesionales y económicas. Existen tres veces más depresiones en la mujer que en el hombre en la Unión Europea.
 – ¿Por qué la mujer se deprime más que el hombre?
– Por la endocrinología de la mujer, porque es ella la que transmite el manantial afectivo y porque hay episodios conocidos como los síndromes de la vida genital femenina.
 – A saber....
– Está el síndrome de tensión premenstrual, que puede dar lugar a una minidepresión unos días antes de la regla. Está la depresión postpato; la que se produce tras un aborto; la del embarazo, que es muy rara; y la de la menopausia, un momento de gran cambio hormonal y psicológico en la mujer.
– Cuando había que pelear por la comida, nadie se deprimía. ¿Nos hemos complicado?
- En los países más pobres del mundo la depresión no se diagnostica porque no se cumplen las mínimas condiciones vitales para que la depresión pueda ser atendida.
- ¿Por qué hay quien se bandea bien con el estrés?

- Hay personas que no saben gestionar bien su horario. No saben decir que no. Acumulan demasiadas actividades en poco tiempo. Quieren ser salsa de muchos guisos y convierten un problema en un drama. Son personas vulnerables al estrés o a la depresión.
 – ¿Se cura la depresión?
 – Se curan del 90 al 95% de las depresiones endógenas. Amor, trabajo y cultura es el gran antídoto para la depresión exógena. Para la endógena, la vacuna antidepresiva, fármacos que previenen la recaída.
 – ¿Por qué unas sociedades con tantas comodidades tienen tanta depresión?
– A veces aspiramos a una felicidad exagerada. Por eso en el libro hablo de la felicidad razonable. La felicidad absoluta se da en el otro barrio.
– Y ni siquiera se puede asegurar...
 – La felicidad razonable está en una buena proporción entre lo que he deseado y he conseguido.
 – Ser moderados, al fin...
 – Yo hablaría de la administración inteligente del deseo. No quererlo todo. Yo soy andaluz y en Andalucía se pregunta: ‘¿Tú qué quieres, chocolate o tajá’. La tajada es la carne. Y se contesta: ‘Yo quiero chocotajá
 – ¿La ‘chocotajá’ es el camino de la infelicidad?
 – Aprender a renunciar con serenidad es madurez.
 – Se nos ofrecen demasiadas cosas...
 – Igual que la madurez es serenidad y benevolencia, el no pedir a la vida más de lo que nos puede dar indica buen equilibrio psicológico.
 – En su decálogo para evitar la tristeza está el clásico ‘Conócete a ti mismo’...
 – Si nos conocemos no nos pedimos lo imposible.
 – ‘Fortalece tu voluntad’ es otro de sus aforismos...
 – La voluntad ayuda, aunque no en la depresión endógena, que es como la diabetes. Se produce un desajuste en la bioquímica cerebral.
 – ¿Su consejo? – Tenga un programa de vida en el que lo principal sea la ilusión. Hay que hacer planes con realis-mo y eficacia. Sin abarcar más de lo que se puede.
 Cristina Turrau
Diario Vasco
Libros relacionados:

Sanando el Niño Interior

Kindness -

 buy this poster at Allposters.com, click here








¿Sabías que dentro tuyo vive un niño o niña?, no importa la edad que tengas ahora, porque en zonas profundas de tu ser, habita un(a) niño(a) y su

estado psicológico

determina emociones o sentimientos predominantes, formas de reaccionar, importantes rasgos de tu personalidad y muchas experiencias que estás viviendo o atrayendo, a tu vida de adulto. Desde que estamos en el vientre de nuestra madre, en una profunda conexión vital con ella, nuestro cerebro está almacenando impresiones emocionales y afectivas que se guardan en un cerebro emocional o límbico. En el momento del parto se produce nuestro primer shock emocional, por la salida a un mundo extraño y amenazante, muy diferente a aquel tibio acuático y protegido, donde habitamos por nueve meses.
Hasta los seis años de vida, que es cuando comienza nuestro proceso de escolarización y el desarrollo del hemisferio izquierdo del cerebro, correspondiente a la parte lógica, hemos estado usando predominantemente nuestra captación intuitiva de los estados emocionales y afectivos de los padres, hermanos y las personas más cercanas.
En la primera parte de nuestra vida, el cerebro madura velozmente, almacenamos millones de impresiones sensoriales en la memoria cerebral y corporal, aprendemos dos cosas fundamentales como hablar y caminar, adquirimos hábitos, definimos nuestro yo personal e identidad, sabemos lo que nos gusta o desagrada, nuestra presencia produce un efecto en nuestra familia o Jardín Infantil, viajamos, nos relacionamos con gente de diferentes edades, sin embargo somos profundamente inocentes y vulnerables, frente a cualquier experiencia marcadora y negativa.
Cualquier situación que afecte fuertemente a un niño, de aparición brusca, que no se está capacitado para comprender, y que provoque un impacto emocional intenso, es considerada un trauma. Estas experiencias no se recuerdan conscientemente, porque quedan reprimidas en la memoria del inconsciente, como una forma de evitar dolor y sufrimiento, sin embargo el bloqueo energético que producen, persiste en nosotros para siempre, afectando nuestra vida adulta.
Situaciones de trauma pueden ser : violencia contra nosotros o contra seres que amamos, abuso sexual, muerte de alguien cercano, abandono de alguno de los padres, un accidente, hospitalización, etc. Sin embargo no siempre un trauma es provocado por una situación grave, sino por eventos que afectan directamente la sensibilidad de ese niño pequeño, y son permanentes en el tiempo, como el maltrato verbal de los padres, un profesor, burlas de los compañeros de Colegio, viaje de alguno de los padres, ciertos castigos, que sin ser hechos realmente graves, afectan la sensibilidad infantil, cuando no se tiene la capacidad cognitiva para entenderlos o defenderse adecuadamente.
Nuestro niño interno está conformado y definido por el ser esencial, la personalidad o construcción social, todos los aspectos positivos y gratificantes que nos ha tocado vivir, pero también por nuestros traumas, que pueden ocurrir desde el periodo de gestación.




Como terapeuta, he realizado la experiencia de pedir a pacientes mujeres fuertemente depresivas, que pregunten a sus madres como fue su periodo de embarazo o el parto, y casi todas ellas recibieron confesiones en cuanto a no ser deseadas, por diferentes motivos como: embarazarse soltera, desaveniencias con la pareja, problemas de salud, económicos, estados de angustia, ansiedad o depresión, llegando en algunos pocos casos, incluso a contarles que intentaron abortarlas, sin conseguirlo. Asimismo, he visto que partos largos con anoxia y sufrimiento fetal, especialmente porque el bebé viene con circular al cuello, provocan posteriormente dificultades respiratorias, asma e incluso el rechazo a usar cuellos altos en la ropa.
El niño interno tiene un parte sana y una parte herida, la parte sana aparece cuando estamos despreocupados, alegres, actuamos en forma espontánea, decimos lo que pensamos, damos y recibimos cariño físico, nos damos gustos, estamos presentes en el ahora, conscientes de lo que somos,
El niño interno herido es quien aparece cuando actuamos de manera infantil, inmadura, irracional, cuando nos sentimos superados por el miedo, la rabia, la pena o el dolor y actuamos en forma desproporcionada al estímulo, cuando el maltrato, el desamor o el abandono de otros, nos hace sentir muy dañados y en general ante cualquier situación adversa, en que somos incapaces de ver lo que ocurre en forma objetiva y/o decidir con racionalidad adulta.
La terapia de hipnosis es una de las mejores técnicas que existen para

sanar los traumas

, ya que permite

retroceder en el tiempo

, conocer la situación que nos traumó y desbloquearla, generalmente a través de una catarsis, que libera la

energía bloqueada

. La persona posteriormente puede recordar el hecho traumatizante, pero en forma serena y sus efectos negativos desaparecen de la vida adulta. EJERCICIO SUGERIDO :
En un lugar tranquilo, sentado o acostado, respira profunda y rítmicamente con tu vientre, relájate, deja que los pensamientos pasen, siente tu cuerpo, cada parte de él, lentamente serás invadido por una sensación de paz y descanso. Busca en tus memorias a tu niño o niña interna, observa en qué lugar se encuentra, qué edad tiene, como viste, cual es la situación que está viviendo, como se siente. Concéntrate en tu corazón, libera lo que estás sintiendo, si lloras, eso te alivia y descarga.
Ingresa a la escena, en tu forma de adulto y comienza a acercarte al niño o niña, permite que ocurran cosas entre ambos, como mirase, conversar, algún contacto físico. Si puedes toma al niño (a) en brazos, dile “ahora no estás solo(a), voy a cuidarte, nada ni nadie volverá a hacerte daño, estaremos siempre juntos, tú también me enseñarás cosas y nos sanaremos mutuamente y seremos más felices”.
Reparte por todo tu cuerpo, la

sensación sanadora

que está ocurriendo dentro tuyo, agradece a tu sanador interno por esta experiencia. Cruza tus manos en el pecho, vuelve a respirar profundo y repite tres veces con fuerza y convicción “ Yo soy ……. (dí tu nombre), mi niño(a) y yo estamos integrados(as) y sanos(as) ”. por Esther Morales - Psicóloga Clínica - Chile
www.esthermorales.cl

 

claves para ayudar a los niños a liberarse del trastorno obsesivo compulsivo

subraye que su hijo no es el trastorno obsesivo compulsivo.los horribles pensamientos y las persistentes preocupaciones no son realmente el niño.es solo el trastorno obsesivo compulsivo.
expliquele  el toc de un modo comprensible compare,por ejemplo,las obsesiones con lo hipos.atacan sin previo aviso y no son facilmente controlables. trate de entender que obsesiones y compulsiones son las que esta experimentando exactamente su hijo. con frecuencia los niños y los adolescentes se encuentran horrorizados por sus pensamientos obsesivos y sus conductas compulsivas,pensando que son demonios.tratan de mantener todo ello en secreto,incluso lo ocultan a sus padres y terapeutas.ayude a su hijo a distnguir  entre las obsesiones y las compulsiones por que cada una de ellas se trata de un modo diferente.la exposicion se emplea en el caso de las obsesiones y la prevencion del ritual para  las compulsiones.tratar de evitar las obsesiones es contraproducente.


otorgue un nombre al trastorno obsesivo compulsivo:el señor pegajoso,la señora.limpiadora,el aguado,el pegajoso,los comprobadores y el recuento,son solo algunas de las sujerencias.  podemos ponerle el nombre que se nos ocurra.esto ayuda a externalizar el toc.diviertase con su hijo mientras proponen juntos un nombre para el trastorno.al emplear el nombre cuando se hable de este se refuerza la idea de que el problema es la enfermedad y no el niño.se convierte en un enemigo en vez de un mal habito.los adolescentes pueden considerar esto demasiado infantil y podrian preferir llamar a el trastorno por su termino medico.eso esta bien por que tambien sirve para externizar la patologia.

convierta el  trabajo de la exposicion en algo divertido y desafiante.la madre,el padre y el niño deberian encontrarse en el mismo equipo,trabajando juntos para luchar contra el oponente: el tratorno obsesivo compulsivo.profesores,consejeros,medicos y terapeutas tambien son niembros importantes del equipo.

emplee un sistema de refuerzo para animar a su hijo a persistir en el duro trabajo de enfrentarse al toc.un sistema de vales funciona bien.al final de cada semana,otorgue  premios de acuerdo al numero de vales conseguidos.los premios tambien pueden ser tiempo dedicado al ordenador,la television o hablar por telefono,asi como excursiones con la familia o los amigos tambien pueden emplearse certificados impresos por ordenador para reforzar el logro de ciertos hitos del programa autodirigido.los refuerzos ayudan a recordarle que el toc es el enemigo y a alentar su orgullo por vencer la enfermedad.

los niños manejan mucho mejor la patologia cuando comprenden que no es su culpa y que no estan solos.aqui es donde pueden ser extremadamente beneficioso un grupo de apoyo para niños que padecen esta enfermedad.contacte con la fundacion para el trastorno obsesivo compulsivo para obtener  informacion sobre los grupos de apoyo padres/hijos existentes en su zona.
http://www.asociaciontoc.org/

la implicacion de la familia es importante para cualquier persona que este luchando por liberarse del toc en los niños dicha implicacion es crucial.la familia necesita trabajar colectivamente en su lucha.

texto extraido de: la guia practica del toc pistas para su liberacion.
desclee de brouwer






La ciencia descubre las claves de la felicidad
El altruismo pesa más que el hedonismo a la hora de conseguir satisfacción - El bienestar depende por igual de los genes y de nuestra actuación - Los 40 son un bache; los 60 el apogeo

fuente:MONICA SALOMONE

Si es usted un escéptico que no cree en fórmulas mágicas para la felicidad; si la crisis le deja sin dinero para regalos pero con tiempo para dedicar a otros; si entre sus objetivos para 2009 está el conseguir un ansiado bien material... lo que sigue podría interesarle. Resulta que la búsqueda de la felicidad, del bienestar subjetivo, del sentimiento de satisfacción personal, ya no es cosa de gurús que dan consejos, sino que ha entrado de lleno en el ámbito de las ciencias si no exactas, sí experimentales.


Produce más dicha dormir más cada día que comprarse un coche

Las mujeres se declaran más felices que los hombres hasta los 48 años

El bienestar depende de la genética, pero la manipulación es posible

La creatividad, la actividad y energía vital y el trabajo de calidad importan

"La gente alegre no es egoísta, tiende a ser más cooperativa y caritativa"

"Los parapléjicos pueden ser felices porque no lo son todo el tiempo"

Y algunos de sus hallazgos son sorprendentes. Muestran, por ejemplo, que hay más felicidad en el altruismo que en el hedonismo, y en dormir más cada día que en comprarse un coche nuevo. También se sabe que cada uno de nosotros tiene una felicidad basal dependiente de los propios genes pero no por ello marcada a fuego: es posible manipularla... siempre que se descubran los mandos correctos. Lo bonito del asunto es que entre quienes diseccionan la felicidad para buscar sus ingredientes hay economistas, sociólogos o psicólogos que publican sus trabajos en las revistas científicas de mayor impacto internacional. Sí, hay una búsqueda científica de la felicidad.

El estado de máxima felicidad tiene un nombre: flow, flujo, un concepto acuñado hace dos décadas por el psicólogo de origen húngaro afincado en EE UU Mihaly Csikszentmihalyi, y que hace referencia a la absorción total que experimenta desde quien se entrega por completo a una tarea intelectual hasta quien se sumerge en un videojuego. Csikszentmihalyi es, junto con su colega Martin Seligman, uno de los pioneros de la llamada psicología positiva. Cuando Seligman se estrenó como presidente de la Asociación Psicológica Americana, en 1998, llamó la atención sobre un sesgo en su disciplina: entre 1980 y 1985 la literatura científica incluía 2.125 trabajos sobre felicidad, comparados con 10.553 sobre la depresión. Seligman reivindicó la importancia de estudiar no sólo lo que entristece a la gente sino lo que la hace feliz.

La idea cuajó. Desde 2006 hasta ahora la felicidad ha protagonizado más de 27.300 artículos científicos -aunque la tristeza aún gana, con más de 53.000-. Ahora hay un Journal of Happiness Studies (revista de estudios sobre la felicidad) incluido en el sistema de citas científicas, y una World Database of Happiness, o base de datos mundial, que recopila información al respecto, con sede en la Universidad Erasmo de Rotterdam (Holanda).

La ola ha contagiado, además de a las editoriales -véase la proliferación de obras alusivas, como Emociones positivas, del psicólogo de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) Enrique G. Fernández Abascal-, a áreas colindantes, como la economía. La Unión Europea acaba de financiar el proyecto Hapiness, una investigación que durará tres años y analizará cómo influyen las condiciones ambientales -desde el clima y la polución a la disponibilidad de servicios educativos o de salud- en el bienestar subjetivo (uno de los sinónimos técnicos para felicidad) de los europeos. La directora del proyecto, Susana Ferreira, del University College en Dublín, espera que los resultados sean útiles para la toma de decisiones "de la clase política y para el público en general".

Ferreira y el resto de investigadores son economistas. No son ni mucho menos los únicos en este campo. En economía es importante saber por qué el público toma las decisiones que toma, y esa pregunta ha guiado a Daniel Kahneman, premio Nobel de Economía de 2002, hasta la felicidad. Le ha guiado, en concreto, a la siguiente cuestión crucial: si la felicidad es el motor del comportamiento humano, habrá que saber cómo medirla. "Las declaraciones directas de bienestar subjetivo podrían ser útiles a la hora de medir las preferencias del consumidor (...) si esto pudiera hacerse de modo creíble", escribía Kahneman en 2006 en la revista Journal of Economic Perspectives. Y en el mismo párrafo señalaba cómo en economía se da el mismo boom pro-felicidad que en psicología: entre 2001 y 2005 se publicaron más de 100 trabajos sobre economía y felicidad, comparados con sólo cuatro entre 1991 y 1995.

Así pues, ¿cómo se mide la felicidad? Una primera respuesta parece obvia: preguntando a los principales interesados. Las prestigiosas encuestas del European Social Survey (ESS), que se hacen desde 2001, incluyen la pregunta: "¿Cómo es usted de feliz?". No son estudios frívolos. El ESS ha recibido el premio europeo Descartes por su alto rigor científico; su coordinador en España, Mariano Torcal, de la Universidad Pompeu Fabra, estima que cada campaña española del ESS cuesta unos 500.000 euros. El proyecto Happiness utilizará estos datos del ESS.

Hay otras encuestas similares -realizadas con métodos distintos-: el Eurobarómetro y sus equivalentes en otros continentes, o el World Values Survey (WVS), con datos de más de 50 países desde principios de los ochenta.

Los resultados de estas encuestas pintan grosso modo el siguiente panorama. En los países ricos se es más feliz que en los pobres. Bien. Pero superado un nivel mínimo de riqueza, dinero y felicidad se desacoplan: aunque la capacidad adquisitiva se multiplique, el sentimiento de bienestar apenas varía. La paradoja ya la señaló en los años setenta el economista Richard Easterlin, y se corrobora a lo largo de los años. Fernández Abascal lo ha expresado así: "Mis hijos tienen todas las videoconsolas y no son más felices de lo que era mi padre, que jugaba con una cuerda y una caja de cartón en la calle: tenían menos medios, pero los niveles de felicidad eran parecidos".

Las encuestas del WVS también muestran que el nivel de felicidad se mantiene más o menos estable a lo largo de los años, así como las diferencias entre países. En los países nórdicos y en América Latina se declaran más felices que en Asia (Dinamarca, Colombia, Nigeria y Puerto Rico están habitualmente en cabeza). Sin embargo, tras los últimos datos, del pasado julio, Ron Inglehart, el responsable del WVS, llamó la atención sobre el hecho de que desde 1981 la felicidad parece haber aumentado en 45 de los 52 países estudiados. Inglehart y otros autores lo atribuyen a la mejor calidad de vida en países que empiezan a salir de la pobreza y a la extensión de la democracia, supuestamente asociada a más libertad personal.

Pero, en cualquier caso, la foto que proporcionan las grandes encuestas es para muchos demasiado borrosa, así que tratan de afinar con investigaciones más precisas, a menor escala. Algunas dan resultados sobre edad y sexo. En general, hay coincidencia en que son más felices los jóvenes y los jubilados. Un reciente estudio del Instituto Nacional de Estadística francés (INSEE) con encuestas realizadas después de 1975 revela que, tras un bache en torno a los cuarenta años, la felicidad "remonta y alcanza su apogeo durante la sesentena", independientemente del estado civil o el nivel de renta. Y el pasado julio investigadores estadounidenses -Easterlin entre ellos- analizaron décadas de datos antes de concluir que de jóvenes las mujeres se declaran más felices, pero hacia los 48 años las tornas cambian y son ellos quienes se sienten más satisfechos con sus vidas.

En general, hay acuerdo en que estos trabajos muestran que la felicidad se correlaciona con "beneficios tangibles en muchos ámbitos de la vida", ha escrito Sonja Lyubomirsky, de la Universidad de Stanford. Entre ellos: más probabilidades de estar casado y menos de divorciarse; más amigos y mayor soporte social; más creatividad y productividad en un trabajo de más calidad y bien pagado; más actividad y energía vital; mejor salud mental y física; capacidad de autocontrol; e incluso más longevidad. Además, "la gente feliz no es egoísta; la literatura sugiere que tienden a ser relativamente más cooperativos; caritativos y centrados en los demás", dice Lyubomirsky en Review of General Psychology.

Pero esto no basta para sacar conclusiones sobre la fórmula del bienestar vital, para empezar porque no es posible saber si se está más feliz por estar casado -por ejemplo- o a la inversa. Es decir, hace falta diseccionar a la felicidad más y mejor en el laboratorio. Los investigadores lo están haciendo, con resultados curiosos. Antes han afilado sus armas, es decir, han diseñado nuevos métodos para medir la felicidad, aparte de las encuestas declarativas. Kahneman es autor de uno de ellos.

Varios trabajos sugieren que la felicidad que los individuos declaran cuando se les pregunta en global cómo se sienten es muy influenciable por factores intrascendentes, como la formulación de las preguntas o el que se acabe de tener una experiencia buena o mala -un ejemplo clásico: pacientes que se someten a una prueba desagradable dicen pasarlo menos mal si los últimos minutos son placenteros, aun a costa de prolongar el examen-. Así, Kahneman pide a los sujetos del experimento que asignen un grado de felicidad a cada una de sus acciones diarias, reviviéndolas, y no sólo dando un valor global. Con este método realizó y publicó en Science en 2004 un trabajo con casi un millar de mujeres que declaraban cómo de satisfactorias eran sus actividades: el sexo, salir con amigos y relajarse ante la tele figuraban muy alto en la lista, mientras que dormir poco y una agenda laboral muy apretada eran de lo más desagradable. De nuevo, familia y amigos se revelan importantes, pero no el dinero (cubierto lo básico).

Y este no es el único resultado anti-intuitivo sobre la felicidad. Hay más, como que pacientes operados de cáncer puedan sentirse más felices que personas sanas; que víctimas de accidentes muy graves declaren niveles altos de felicidad; o que -por el contrario- personas que han ganado la lotería no sean, poco después del susto, más felices que el común de los mortales. La explicación podría estar en los genes. Varios estudios con gemelos indican que hay una especie de nivel permanente y personal de felicidad, al que pasado un tiempo todo el mundo tiende a volver pase lo que pase, o casi. Ya en 1996 un trabajo con 4.000 parejas de gemelos sugirió que el sentimiento de bienestar con la propia vida es genético en al menos un 50%. Y este mismo año, investigadores británicos y australianos han vuelto a obtener un resultado similar.

Otro resultado anti-intuitivo: genera más felicidad gastar dinero en los demás que en uno mismo. Lo ha demostrado un trabajo de Elizabeth W. Dunn (Universidad British Columbia, Vancouver, Canadá) en Science el pasado marzo, en el que se daba dinero a voluntarios, se les instruía sobre cómo gastarlo y se medía después su grado de satisfacción personal. Este resultado coincide con otros donde la mayor felicidad se correlaciona con acciones de ayuda a los demás y de promoción de la virtud. El altruismo, concluyen los investigadores, pone sobre la pista de la felicidad mucho más que la búsqueda del placer. "Dado que la gente parece pasar por alto los beneficios, las políticas que lo promuevan podrían ser una buena manera de traducir más riqueza nacional en más felicidad nacional", escribe Dunn.

Pero entonces, si el dinero no da la felicidad y el placer personal tampoco, ¿por qué la sociedad actual parece concentrarse en esos factores? ¿Hay un desenfoque generalizado? La causa podría ser un fenómeno ilusorio que Kahneman describió, en Science y otras publicaciones, en 2006. "Cuando la gente considera el impacto de un único factor en su bienestar -como los ingresos, pero no únicamente-, es propensa a exagerar su importancia; llamamos a esta tendencia ilusión de foco (...). Esta ilusión puede ser fuente de errores en la toma de decisiones importantes", ha escrito este experto.

Este fenómeno tampoco ayuda a estimar la felicidad de los demás. "A todo el mundo le sorprende lo felices que pueden ser los parapléjicos", ha dicho Kahneman. "La razón es que no son parapléjicos todo el tiempo. Disfrutan de sus comidas, de sus amigos. Leen las noticias. Tiene que ver con dónde se pone la atención".

Todos estos experimentos tienen un objetivo final: ayudar a mejorar el grado de felicidad personal. No es una utopía, dicen los investigadores. Los genes, al fin y al cabo, dejan un 50% de espacio a la autoexperimentación. Se puede empezar por estas Navidades: pedir menos a los Reyes y ser, en cambio, más generoso...
Lo que el dinero no da

"Aquellas personas con más ingresos que la media están relativamente satisfechas con sus vidas, pero apenas son más felices que los demás en cada momento; tienden a estar más tensas; y no dedican más tiempo a actividades especialmente divertidas. Es más, el efecto de los ingresos en la satisfacción vital parece ser transitorio", escriben en Science (junio 2006) Daniel Kahneman y otros economistas y psicólogos.

No es el único trabajo que explora el efecto del dinero en quien lo posee. También en la revista Science, en noviembre 2006, psicólogos y expertos en marketing estadounidenses concluyen que el dinero hace sentirse a la gente más autosuficiente, y comportarse en consecuencia. "Los resultados de nueve experimentos sugieren que el dinero hace que la gente prefiera sentirse libre de las dependencias y de los dependientes", escriben los investigadores. Cuando se estimulan los pensamientos relacionados con el dinero la gente "pide menos ayuda y está menos dispuesta a ayudar a los demás".

Esto explicaría, según estas fuentes, "por qué el dinero es visto a la vez como el mayor de los bienes y de los males. A medida que los países y las culturas se desarrollaron el dinero habría permitido adquirir bienes y servicios (...) a la vez que disminuían los lazos con amigos y familia. De esta forma, el dinero fomentó el individualismo pero redujo las motivaciones comunes, un efecto aún aparente en la respuesta que hoy da la gente al dinero".
http://www.elpais.com/articulo/sociedad/ciencia/descubre/claves/felicidad/elpepisoc/20081228elpepisoc_1/Tes#

divagar


Los humanos son únicos en su habilidad para pensar en cosas que podrían no haber sucedido nunca.

* Para el experimento los investigadores usaron una aplicación del iPhone.
* Sólo los humanos pensamos en episodios del pasado o del futuro.
* Esa habilidad lleva consigo un gran coste emocional.


EUROPA PRESS. 15.11.2010 - 12.11 h

[Infelicidad] Las mentes que divagan pertenecen a personas más infelices, según sugiere un estudio de la Universidad de Harvard en Cambridge (Estados Unidos) que se publica en la revista Science. Para realizar el experimento los investigadores han utilizado datos recopilados por una aplicación del iPhone llamada Track Your Happiness ('Sigue tu felicidad') para mostrar que una mente errante o que divaga es una mente infeliz.

Las personas están menos felices cuando sus mentes estaban divagando que cuando no lo estaban

Los investigadores desarrollaron esta aplicación para crear una gran base de datos de información en tiempo real sobre pensamientos, sensaciones y acciones de una amplia variedad de personas en su vida diaria.

Los resultados muestran que la mente de las personas divaga de forma frecuente, con independencia de lo que están haciendo. Las personas estaban también menos felices cuando sus mentes estaban divagando que cuando no lo estaban.

Pensar en episodios que nunca sucedieron

Otra de las conclusiones del estudio, dirigido por Matthew Killingsworth y Daniel Gilbert, apunta que si la mente de alguien deambulaba era un mejor indicador de su felicidad que aquello que hacía en ese momento. Los autores señalan que los humanos son únicos en su habilidad para pensar sobre episodios del pasado, o el futuro, o episodios que podrían no haber sucedido nunca.

Los autores concluyen que aunque esta capacidad permite al ser humano aprender, razonar y planificar y supone un importante logro cognitivo lleva consigo un coste emocional.
http://www.20minutos.es/noticia/873686/0/mente/divaga/infeliz/