amatista



En estos momentos en los que soy incapaz de diferenciar, lo que son las obsesiones de lo que es la realidad, a veces veo un pequeño resquicio de luz y me aferro a él. Vivo de los recuerdos y de la esperanza. De que volveré a recuperar la paz mental que he perdido. Preguntando compulsivamente he tenido días buenos? he estado mejor ¿ tú crees que volveré a ser la misma persona que era antes, de esta maldita obsesión que me aterroriza y me bloquea. y tu bendita respuesta es siempre la misma date tiempo se te ira como todas las anteriores obsesiones. y me relatas el listado ya no te acuerdas cuando te obsesionaste con los cuchillos, con la comida, con las enfermedades, con la rabia, con que me iba a morir,etc... No ya no me acuerdo solo veo esta maldita obsesión y llego a pensar que nunca antes me obsesione con nada y hasta que esto no es toc

el estrés de el trabajo sin descansar ningún dia, con un jefe hipersensible al que no se le puede decir nada. Unido a tener a la enemiga en casa con visitas diarias de
Su hijo. Criticando y llorándole a su madre por lo mal educada que soy porque no lo saludo cordialmente. Después de estafarnos y dejarnos al borde de la ruina.
Las malas caras y la actitud de su madre, ya que el hermano de mi chico es hijo único para ella, me están minando y estoy desbordada y con las obsesiones a tope y mucha angustia tan solo me queda el consuelo de desahogarme llorando y desear que ya que no sé lo que es vivir sin obsesiones por lo menos que estas cambien por otras menos dolorosas aunque como mi chico dice mientras les tenga miedo y me hagan daño no cambiaran. y de momento la exposicion a fracasado y el simple hecho de ver una imagen relacionada con la obsesion me bloquea, durante horas y el sabiamente me dice tienes que animarte, plantarle cara y ver una pelicula entera aunque te aumente la ansiedad,pero sigo practicando la evitacion....

04 julio 2008





04 julio 2008
Respiración, estrés y ansiedad

Respire hondo. Ahora exhale muy lentamente. Quizá no lo percibe pero su corazón acaba de ralentizarse un poco. No se preocupe, volverá a su velocidad normal cuando inhale de nuevo. Ese batir regular-irregular es señal de una interacción saludable entre corazón y cabeza. Cada vez que exhala, su cerebro envía una señal al nervio vago que hace que el músculo cardíaco vaya más lento. Con cada inhalación la señal se debilita y su corazón se restablece. Al inhalar, va más rápido. Al exhalar más lento. Es un ritmo que ayuda a que su corazón tenga una vida más duradera.
Y eso nos lleva a cómo controlar el estrés y evitar el “efecto quemado”. He aquí algunas sugerencias:

RECUERDE RESPIRAR ADECUADAMENTE
LA EVOLUCIÓN HA LLEGADO A NUESTRO CEREBRO con una variedad de mecanismos para controlar los altibajos de la vida—interruptores de circuitos químicos incorporados que desconectan las hormonas del estrés de las redes de nervios cuyo único fin es el de proporcionar calma. El problema por lo que se refiere a estar siempre conectado, siempre en marcha, consiste en que debe encontrar un tiempo para tomarse un descanso de la rutina diaria—y no precisamente con un viaje de fin de semana ocasional.
Puede ignorar la necesidad biológica de desconectar periódicamente, pero existe la evidencia cada vez más creciente de que más tarde o más temprano el estrés y la ansiedad podrá con usted. Las compañías de seguros están alertando sobre los casos de estrés, depresión y el “efecto quemado” ya que están adquiriendo unas proporciones considerables, así como la categoría de trastornos discapacitantes.
Peor aún, se tiende a afrontar el estrés con métodos equivocados. Un estudio revela que con frecuencia tratamos el estrés crónico viendo la televisión, descuidando nuestro cuerpo, también los alimentos sanos y evitando lo que podría aliviar la carga del estrés—como el ejercicio o relajarse hablando con los amigos o la familia de una forma distendida. En realidad, la utilización de nuestros queridos avances tecnológicos como móviles, correos electrónicos—para dar dos ejemplos—que supuestamente tendrían que ayudarnos a organizar mejor nuestro tiempo, resulta que lo que hacen es que nos resulte cada vez más difícil desconectar de nuestro trabajo, generando trastornos de ansiedad. Por otro lado, el trabajo en casa, en algunos casos, incrementa el problema debido a que aísla a la persona desdibujando la línea entre horas de trabajo y de ocio.
Tenemos también algunas concepciones erróneas acerca de cómo eliminarlo y por qué. Hace unos veinte años los psicólogos incidían casi exclusivamente en el estrés del trabajo o la falta de control y organización en el trabajo. Estudios más recientes, dice Christina Maslach, pionera en la investigación del “efecto quemado” en Berkeley, Universidad de California, demuestran que las injusticias y la falta de adaptación entre compañeros de trabajo o jefes juega un papel cada vez más creciente en disparar el estrés.
“Probablemente uno de las causas más fuertes es cuando existe un vacío de información—silencio sobre el por qué se adoptaron decisiones de una determinada forma”, dice Maslach. "Otra es tener que operar en conflicto con sus valores. ¿Es necesario ocultar la verdad para conseguir la autorización de una compañía de seguros?, ¿está vendiendo cosas que sabe que no se necesitan?”

EL ESTRÉS ALTERA LA QUÍMICA DE LA SANGRE
DURANTE AÑOS los psicólogos se han concentrado en los síntomas de comportamiento del “efecto quemado”: pérdida de energía, de entusiasmo y de autoestima. Ahora, gracias a los nuevos escáneres del cerebro y pruebas en sangre más sofisticadas, los científicos pueden medir directamente algunos de los efectos del estrés en mente y cuerpo—a menudo con resultados sorprendentes.
Probablemente usted está familiarizado con los signos del ir y venir de la adrenalina (pulso acelerado, vello erizado en el pescuezo, etc.) lo que nos ayuda a aprestarnos a la lucha o huir de enemigos o daños inmediatos. O quizá ha oído hablar del cortisol, otra hormona del estrés, que se produce con más lentitud que la adrenalina y permanece en el torrente sanguíneo más tiempo. ¿Sabía que un poco de cortisol en sangre puede ser tan malo como demasiado?, o que ¿darse un atracón de los alimentos que más nos gustan, aunque puede aliviarnos a corto plazo, quizá sabotee la respuesta del estrés a largo plazo incrementando el número de proteínas inflamatorias en su cuerpo?

EL ESTRÉS PUEDE EVITARSE
LEVANTARSE DE LA CAMA PUEDE SER DURO PARA SU CUERPO. Horas antes de despertarse cada mañana una pequeña región en la base de su cerebro denominada hipotálamo envía una señal que alerta a las glándulas suprarrenales para que empiecen a bombear cortisol, que actúa como una señal de alerta. Los niveles de cortisol continúan elevándose una vez está consciente en respuesta a: “!Oh, he aquí otro día!”. Ello puede explicar el por qué se originan tantos ataques cardíacos entre las 6 y las 8 horas de la mañana.
Debido a que el cortisol es una hormona que actúa durante mucho tiempo, puede permanecer en la cama sin perder energía. Pero su cerebro está ya tomando las medidas oportunas para protegerle del hecho de afrontar un nuevo día. La elevación de los niveles de cortisol señala al hipotálamo que detenga el sonido de alarma. Otras partes del cerebro alertan y eventualmente las glándulas suprarrenales detienen la producción de cortisol. En otras palabras, la respuesta al estrés del cerebro contiene su propio interruptor de apagado.
El cortisol, medido en saliva, llega a un pico unas pocas horas después de haberse despertado. Los niveles descienden durante el curso del día—con algunos altos y bajos. Ese patrón cambia, sin embargo, en personas con depresión. Sus niveles de cortisol se eleva en las primeras horas de la mañana, pero permanece alto durante todo el día. Es como si su hipotálamo hubiese olvidado como apagar la respuesta del estrés. Lo más curioso es que las personas que se encuentran privadas del sueño exhiben también un alto y plano nivel de cortisol).
Los investigadores creyeron que algo similar pasaba con las víctimas del “efecto quemado”. En lugar de encontrar un pico prominente de cortisol, descubrieron una subida superficial seguida por un nivel bajo y plano a lo largo del día. Curiosamente, cabe destacar que tales respuestas de cortisol son también comunes entre los supervivientes del holocausto, víctimas de secuestro y soldados que padecen trauma post-traumático. La diferencia reside en que éstos son mucho más sensitivos al cortisol incluso a esos niveles bajos que los que sufren el “efecto quemado”. “Solemos dar la culpa al cortisol alto”, dice Rachel Yehuda, una experta neuroquímica en traumas postraumáticos en el Instituto de Medicina Monte Sinaí en Nueva York .Ahora, podemos hacerlo también con el cortisol bajo”.

EL ESTRÉS PUEDE HACERLE PARECER MAYOR
LOS CIENTÍFICOS HAN SOSPECHADO DESDE HACE MUCHO TIEMPO que el estrés puede dañar al sistema inmunitario pero no estaban seguros de cómo se producía. Hace dos años, investigadores de la Universidad de San Francisco en California estudiaron las células blancas de la sangre de un grupo de madres cuyos hijos sufrían trastornos crónicos como autismo o parálisis cerebral y observaron claros signos de aceleración en los parámetros determinantes de la edad en aquellos sujetos que habían tenido un gran desgaste de ese sistema cuidando a los niños con discapacidades importantes o que con escaso control sobre sus vidas.
Los cambios se observaban en estructuras microscópicas denominados telómeros, comparados a menudo con las envolturas de plástico de los extremos de los cordones de los zapatos los cuales mantienen unidos a los cromosomas. Como regla general, las células más jóvenes disfrutan de los telómeros más largos y los telómeros en las mamás más estresadas eran significativamente más cortos que sus equivalentes, envejeciendo significativamente desde un punto de vista genético su edad cronológica.

EL ESTRÉS NO OFRECE LAS MISMAS OPORTUNIDADES
EN 1995, UNOS CIENTÍFICOS DE LA UNIVERSIDAD DE TRIER en Alemania, sometió a 20 varones voluntarios a una situación en la que con seguridad calcularon se elevarían sus niveles de estrés: participaron en una entrevista de trabajo simulada en la que debían resolver problemas aritméticos delante de especialistas que les rectificaban al cometer el menor error. Como se esperaba, cada uno de los niveles de cortisol se elevó en principio, pero durante el segundo día de la prueba, la mayoría de los niveles de cortisol no lo hizo significativamente (la experiencia les enseñó que la situación no era tan mala). Siete de los hombres, sin embargo, exhibieron puntas de cortisol cada vez más altas. Solo el quinto día sus reacciones empezaron a desaparecer.
Más recientemente, los investigadores han llegado a la conclusión de que los sujetos con baja autoestima son más vulnerables al estrés. Jens Pruessner de la Universidad McGill de Montreal cree que el hipocampo, una estructura localizada en lo profundo del cerebro es como mínimo parcialmente responsable. El hipocampo ayuda a formar memorias nuevas y recuperar antiguas, particularmente sensible a la cantidad de cortisol en el cerebro. Por lo que cuando los niveles empiezan a aumentar, el hipocampo envía un juego de señales que ayuda a detener los volúmenes de cortisol.
Utilizando varios tipos distintos de escáneres cerebrales, Pruessner constató que quienes muestran poseer un nivel de autoestima más bajo tienden a tener un hipocampo más pequeño que la media. Las diferencias parecen claras sólo cuando se comparan grupos de personas, remarca Pruessnes, así no se puede mirar el escáner de una persona y determinar si él o ella tiene un flujo bajo, pero al hacerlo con los resultados globales, sugieren que un hipotálamo pequeño simplemente tiene más problemas en persuadir al resto del cerebro para que apague la respuesta al estrés.

EXISTE MÁS DE UNA FORMA DE ALIVIAR EL ESTRÉS
ESTA ES PROBABLEMENTE LA LECCIÓN MÁS DIFICIL DE INTERIORIZAR DEBIDO A QUE cuando el estrés inunda el sistema, a menudo las opciones parecen ser más limitadas de lo que son en realidad. Los científicos del comportamiento tienen un nombre para esta reacción psicológica. La llaman incapacidad de aprendizaje, y han estudiado el fenómeno en el laboratorio con roedores, cuyo sistema nervioso presenta similitudes con el de los humanos.
He ahí como funciona el experimento: se proporciona al animal una ruta de escape, que por lo general aprende muy rápido para evitar el shock eléctrico que se produce pocos segundos después de oír un tono. Pero si la ruta de escape está bloqueada siempre que escuche el tono y al producirse la situación de estrés, detendrá su intento de escapar. Más tarde, al despejar de nuevo la ruta de escape, el animal simplemente se queda parado al oír el tono—a pesar de que anteriormente sabía cómo salir.
Por supuesto, el ser humano tiene más recursos intelectuales que el ratón pero el sustrato permanece. Cuando demasiadas reglas cambian, cuando lo que solía funcionar ya no lo hace, la habilidad para razonar se bloquea. Sólo sabiendo las tendencias que le dirigen hacia la incapacidad de aprendizaje puede ayudarle a identificar y desarrollar hábitos saludables que aminoren como mínimo su carga.
No obstante, deben tenerse en cuenta los riesgos. La investigación con animales ha demostrado que existe sólo una pequeña ventana para invertir los efectos psicológicos del estrés crónico. Los estudios con humanos han empezado a dar resultados similares. Una vez los niveles de cortisol se saturan, parece permanecer así durante años. Téngalo en cuenta y coméntelo con sus seres queridos para que esto no ocurra.
Origen: Time magazine

Respire hondo. Ahora exhale muy lentamente. Quizá no lo percibe pero su corazón acaba de ralentizarse un poco. No se preocupe, volverá a su velocidad normal cuando inhale de nuevo. Ese batir regular-irregular es señal de una interacción saludable entre corazón y cabeza. Cada vez que exhala, su cerebro envía una señal al nervio vago que hace que el músculo cardíaco vaya más lento. Con cada inhalación la señal se debilita y su corazón se restablece. Al inhalar, va más rápido. Al exhalar más lento. Es un ritmo que ayuda a que su corazón tenga una vida más duradera.
Y eso nos lleva a cómo controlar el estrés y evitar el “efecto quemado”. He aquí algunas sugerencias:

RECUERDE RESPIRAR ADECUADAMENTE
LA EVOLUCIÓN HA LLEGADO A NUESTRO CEREBRO con una variedad de mecanismos para controlar los altibajos de la vida—interruptores de circuitos químicos incorporados que desconectan las hormonas del estrés de las redes de nervios cuyo único fin es el de proporcionar calma. El problema por lo que se refiere a estar siempre conectado, siempre en marcha, consiste en que debe encontrar un tiempo para tomarse un descanso de la rutina diaria—y no precisamente con un viaje de fin de semana ocasional.
Puede ignorar la necesidad biológica de desconectar periódicamente, pero existe la evidencia cada vez más creciente de que más tarde o más temprano el estrés y la ansiedad podrá con usted. Las compañías de seguros están alertando sobre los casos de estrés, depresión y el “efecto quemado” ya que están adquiriendo unas proporciones considerables, así como la categoría de trastornos discapacitantes.
Peor aún, se tiende a afrontar el estrés con métodos equivocados. Un estudio revela que con frecuencia tratamos el estrés crónico viendo la televisión, descuidando nuestro cuerpo, también los alimentos sanos y evitando lo que podría aliviar la carga del estrés—como el ejercicio o relajarse hablando con los amigos o la familia de una forma distendida. En realidad, la utilización de nuestros queridos avances tecnológicos como móviles, correos electrónicos—para dar dos ejemplos—que supuestamente tendrían que ayudarnos a organizar mejor nuestro tiempo, resulta que lo que hacen es que nos resulte cada vez más difícil desconectar de nuestro trabajo, generando trastornos de ansiedad. Por otro lado, el trabajo en casa, en algunos casos, incrementa el problema debido a que aísla a la persona desdibujando la línea entre horas de trabajo y de ocio.
Tenemos también algunas concepciones erróneas acerca de cómo eliminarlo y por qué. Hace unos veinte años los psicólogos incidían casi exclusivamente en el estrés del trabajo o la falta de control y organización en el trabajo. Estudios más recientes, dice Christina Maslach, pionera en la investigación del “efecto quemado” en Berkeley, Universidad de California, demuestran que las injusticias y la falta de adaptación entre compañeros de trabajo o jefes juega un papel cada vez más creciente en disparar el estrés.
“Probablemente uno de las causas más fuertes es cuando existe un vacío de información—silencio sobre el por qué se adoptaron decisiones de una determinada forma”, dice Maslach. "Otra es tener que operar en conflicto con sus valores. ¿Es necesario ocultar la verdad para conseguir la autorización de una compañía de seguros?, ¿está vendiendo cosas que sabe que no se necesitan?”

EL ESTRÉS ALTERA LA QUÍMICA DE LA SANGRE
DURANTE AÑOS los psicólogos se han concentrado en los síntomas de comportamiento del “efecto quemado”: pérdida de energía, de entusiasmo y de autoestima. Ahora, gracias a los nuevos escáneres del cerebro y pruebas en sangre más sofisticadas, los científicos pueden medir directamente algunos de los efectos del estrés en mente y cuerpo—a menudo con resultados sorprendentes.
Probablemente usted está familiarizado con los signos del ir y venir de la adrenalina (pulso acelerado, vello erizado en el pescuezo, etc.) lo que nos ayuda a aprestarnos a la lucha o huir de enemigos o daños inmediatos. O quizá ha oído hablar del cortisol, otra hormona del estrés, que se produce con más lentitud que la adrenalina y permanece en el torrente sanguíneo más tiempo. ¿Sabía que un poco de cortisol en sangre puede ser tan malo como demasiado?, o que ¿darse un atracón de los alimentos que más nos gustan, aunque puede aliviarnos a corto plazo, quizá sabotee la respuesta del estrés a largo plazo incrementando el número de proteínas inflamatorias en su cuerpo?

EL ESTRÉS PUEDE EVITARSE
LEVANTARSE DE LA CAMA PUEDE SER DURO PARA SU CUERPO. Horas antes de despertarse cada mañana una pequeña región en la base de su cerebro denominada hipotálamo envía una señal que alerta a las glándulas suprarrenales para que empiecen a bombear cortisol, que actúa como una señal de alerta. Los niveles de cortisol continúan elevándose una vez está consciente en respuesta a: “!Oh, he aquí otro día!”. Ello puede explicar el por qué se originan tantos ataques cardíacos entre las 6 y las 8 horas de la mañana.
Debido a que el cortisol es una hormona que actúa durante mucho tiempo, puede permanecer en la cama sin perder energía. Pero su cerebro está ya tomando las medidas oportunas para protegerle del hecho de afrontar un nuevo día. La elevación de los niveles de cortisol señala al hipotálamo que detenga el sonido de alarma. Otras partes del cerebro alertan y eventualmente las glándulas suprarrenales detienen la producción de cortisol. En otras palabras, la respuesta al estrés del cerebro contiene su propio interruptor de apagado.
El cortisol, medido en saliva, llega a un pico unas pocas horas después de haberse despertado. Los niveles descienden durante el curso del día—con algunos altos y bajos. Ese patrón cambia, sin embargo, en personas con depresión. Sus niveles de cortisol se eleva en las primeras horas de la mañana, pero permanece alto durante todo el día. Es como si su hipotálamo hubiese olvidado como apagar la respuesta del estrés. Lo más curioso es que las personas que se encuentran privadas del sueño exhiben también un alto y plano nivel de cortisol).
Los investigadores creyeron que algo similar pasaba con las víctimas del “efecto quemado”. En lugar de encontrar un pico prominente de cortisol, descubrieron una subida superficial seguida por un nivel bajo y plano a lo largo del día. Curiosamente, cabe destacar que tales respuestas de cortisol son también comunes entre los supervivientes del holocausto, víctimas de secuestro y soldados que padecen trauma post-traumático. La diferencia reside en que éstos son mucho más sensitivos al cortisol incluso a esos niveles bajos que los que sufren el “efecto quemado”. “Solemos dar la culpa al cortisol alto”, dice Rachel Yehuda, una experta neuroquímica en traumas postraumáticos en el Instituto de Medicina Monte Sinaí en Nueva York .Ahora, podemos hacerlo también con el cortisol bajo”.

EL ESTRÉS PUEDE HACERLE PARECER MAYOR
LOS CIENTÍFICOS HAN SOSPECHADO DESDE HACE MUCHO TIEMPO que el estrés puede dañar al sistema inmunitario pero no estaban seguros de cómo se producía. Hace dos años, investigadores de la Universidad de San Francisco en California estudiaron las células blancas de la sangre de un grupo de madres cuyos hijos sufrían trastornos crónicos como autismo o parálisis cerebral y observaron claros signos de aceleración en los parámetros determinantes de la edad en aquellos sujetos que habían tenido un gran desgaste de ese sistema cuidando a los niños con discapacidades importantes o que con escaso control sobre sus vidas.
Los cambios se observaban en estructuras microscópicas denominados telómeros, comparados a menudo con las envolturas de plástico de los extremos de los cordones de los zapatos los cuales mantienen unidos a los cromosomas. Como regla general, las células más jóvenes disfrutan de los telómeros más largos y los telómeros en las mamás más estresadas eran significativamente más cortos que sus equivalentes, envejeciendo significativamente desde un punto de vista genético su edad cronológica.

EL ESTRÉS NO OFRECE LAS MISMAS OPORTUNIDADES
EN 1995, UNOS CIENTÍFICOS DE LA UNIVERSIDAD DE TRIER en Alemania, sometió a 20 varones voluntarios a una situación en la que con seguridad calcularon se elevarían sus niveles de estrés: participaron en una entrevista de trabajo simulada en la que debían resolver problemas aritméticos delante de especialistas que les rectificaban al cometer el menor error. Como se esperaba, cada uno de los niveles de cortisol se elevó en principio, pero durante el segundo día de la prueba, la mayoría de los niveles de cortisol no lo hizo significativamente (la experiencia les enseñó que la situación no era tan mala). Siete de los hombres, sin embargo, exhibieron puntas de cortisol cada vez más altas. Solo el quinto día sus reacciones empezaron a desaparecer.
Más recientemente, los investigadores han llegado a la conclusión de que los sujetos con baja autoestima son más vulnerables al estrés. Jens Pruessner de la Universidad McGill de Montreal cree que el hipocampo, una estructura localizada en lo profundo del cerebro es como mínimo parcialmente responsable. El hipocampo ayuda a formar memorias nuevas y recuperar antiguas, particularmente sensible a la cantidad de cortisol en el cerebro. Por lo que cuando los niveles empiezan a aumentar, el hipocampo envía un juego de señales que ayuda a detener los volúmenes de cortisol.
Utilizando varios tipos distintos de escáneres cerebrales, Pruessner constató que quienes muestran poseer un nivel de autoestima más bajo tienden a tener un hipocampo más pequeño que la media. Las diferencias parecen claras sólo cuando se comparan grupos de personas, remarca Pruessnes, así no se puede mirar el escáner de una persona y determinar si él o ella tiene un flujo bajo, pero al hacerlo con los resultados globales, sugieren que un hipotálamo pequeño simplemente tiene más problemas en persuadir al resto del cerebro para que apague la respuesta al estrés.

EXISTE MÁS DE UNA FORMA DE ALIVIAR EL ESTRÉS
ESTA ES PROBABLEMENTE LA LECCIÓN MÁS DIFICIL DE INTERIORIZAR DEBIDO A QUE cuando el estrés inunda el sistema, a menudo las opciones parecen ser más limitadas de lo que son en realidad. Los científicos del comportamiento tienen un nombre para esta reacción psicológica. La llaman incapacidad de aprendizaje, y han estudiado el fenómeno en el laboratorio con roedores, cuyo sistema nervioso presenta similitudes con el de los humanos.
He ahí como funciona el experimento: se proporciona al animal una ruta de escape, que por lo general aprende muy rápido para evitar el shock eléctrico que se produce pocos segundos después de oír un tono. Pero si la ruta de escape está bloqueada siempre que escuche el tono y al producirse la situación de estrés, detendrá su intento de escapar. Más tarde, al despejar de nuevo la ruta de escape, el animal simplemente se queda parado al oír el tono—a pesar de que anteriormente sabía cómo salir.
Por supuesto, el ser humano tiene más recursos intelectuales que el ratón pero el sustrato permanece. Cuando demasiadas reglas cambian, cuando lo que solía funcionar ya no lo hace, la habilidad para razonar se bloquea. Sólo sabiendo las tendencias que le dirigen hacia la incapacidad de aprendizaje puede ayudarle a identificar y desarrollar hábitos saludables que aminoren como mínimo su carga.
No obstante, deben tenerse en cuenta los riesgos. La investigación con animales ha demostrado que existe sólo una pequeña ventana para invertir los efectos psicológicos del estrés crónico. Los estudios con humanos han empezado a dar resultados similares. Una vez los niveles de cortisol se saturan, parece permanecer así durante años. Téngalo en cuenta y coméntelo con sus seres queridos para que esto no ocurra.
fuente: Time magazine

Un 2,5% de la población posee algún transtorno del tipo obsesivo-compulsivo, según expertos


Un 2,5% de la población posee algún transtorno del tipo obsesivo-compulsivo, según expertos


La psicóloga Aurora Gavino asegura que estas personas "sufren" porque "no pierden la noción de la realidad"


Un 2,5% de la población posee algún tipo de trastorno del tipo obsesivo-compulsivo, un porcentaje que según la psicóloga Aurora Gavino "no es tanto", si bien "es bastante más respecto a los años sesenta", probablemente "porque se ha definido mejor lo que es la obsesión y antes otras personas con este mismo tipo de problemática se designaban con otro nombre".

Gavino, que participó esta semana en la Escuela de Psicología 'José Germain' de la UIMP, aseguró en declaraciones a Europa Press que estos pacientes "sufren" mucho con sus obsesiones porque "no pierden la noción de la realidad" y perciben que a veces son tomados por "locos o ven que la gente se ríe".

Según explicó la catedrática de Personalidad en la Universidad de Málaga, a estas personas les "invade en la cabeza" una obsesión de hacer algo que "aunque saben que no tiene sentido, no pueden vivir sin hacerlo".

"El problema es que el obsesivo compulsivo a veces tiene duda de que ha hecho esta acción y entonces tiene que volverlo a hacer y volver a hacerlo, y se convierte en algo terrible porque no puede hacer una vida normal como todos los demás".

Como indicó la especialista, en principio "muchas de estas personas empiezan con lo que llaman manías", como "ordenar el despacho una y otra vez" hasta que se convierte en algo "inhabilitante" y "los de alrededor" toman conciencia del problema. No obstante, Gavino indicó que depende "mucho de la obsesión que se tenga", como puede ser la imposibilidad de alguien a acercarse a un niño "porque tiene miedo de matarlo, cosa que no hará nunca".

Dependiendo de la gravedad de la obsesión, se aplican distintas soluciones médicas, como la administración de ansiolíticos y antidepresivos o mediante técnicas conductuales, que tienen un índice de efectividad del 80%.

Para los pacientes en los que no funcionan estos sistemas, desde mediados de los noventa se están extendiendo las técnicas cognitivas, para ir combatiendo estos temores "mediante estrategias que están dentro de la misma obsesión", como lo que psicológicamente se denomina "congelación".

Esta última técnica consiste en que cuando aparece la obsesión el paciente "la congela", con lo que "más adelante", cuando este pensamiento "se descongela, ya no le es importante porque su ansiedad ha bajado mucho y ha tenido el suficiente espacio para pensar que no tiene sentido".

ESTUDIO CIENTIFICO DE LA UNIVERSIDAD DE BONN, ALEMANIA



ESTUDIO CIENTIFICO DE LA UNIVERSIDAD DE BONN, ALEMANIA
La ansiedad, también genética
Hallan una mutación genética que estaría asociada a tener una predisposición mayor.
Por: Valeria Román

El debate sobre cuánto pesa lo heredado y cuánto el entorno se reactualizó con las nuevas investigaciones para aclarar por qué el 25 por ciento de los adultos sufren algún trastorno de ansiedad, como las fobias a relacionarse con otros, el miedo al avión o a los animales, el estrés postraumático, entre otros desórdenes.

En la Universidad de Bonn, en Alemania, un equipo de científicos encontró una mutación genética que estaría asociada a una mayor predisposición a los trastornos de ansiedad. Su hallazgo se publicó en la revista especializada Behavioural Neuroscience.

Esa mutación se da en aproximadamente la mitad de la población, pero surte efecto en sólo una de cada cuatro personas que han heredado de sus padres dos copias de la misma. Esos individuos tienen un riesgo significativamente mayor que la media de la población de sufrir ansiedad y males relacionados como los trastornos postraumáticos y las enfermedades obsesivo-compulsivas.

¿Qué puede cambiar con esta investigación? "Mucho, pero debemos tener en cuenta que los trastornos de ansiedad son causados por una multiplicidad de factores, entre los cuales no sólo está la vulnerabilidad por la variación genética, sino también el modo en que cada persona fue criada, su personalidad específica y el entorno que lo rodea", respondió Enzo Cascardo, psiquiatra y presidente de la Asociación Argentina de Trastornos de la Ansiedad.

En tanto, el psiquiatra Alfredo Cía, que es también presidente honorario de la misma asociación, consideró que "el nuevo estudio forma parte de varios resultados que está brindando la investigación científica y que llevará pronto a que puedan darse medicamentos más adecuados para cada paciente".

Bajo el rótulo de trastorno de ansiedad, los psiquiatras agrupan entonces a las fobias sociales y a las fobias específicas, al desorden de ansiedad generalizada, a las obsesiones compulsivas y al estrés postraumático (para más detalles, se puede consultar en www.trastornosdeansiedad.org). Muchos de los pacientes son tratados con psicoterapias en combinación con medicación, como los moduladores de la serotonina. Pero los fármacos no siempre funcionan. "En un tercio de los pacientes, el tratamiento de primera línea no consigue su efecto", según Cia.

Ante ese problema, la ciencia está siguiendo distintos caminos para abarcar a todos los pacientes. En el caso del estudio en Alemania, el científico Christian Montag se centró en un gen conocido como COMT, que controla una enzima que se desintegra y debilita la señal emitida por la dopamina, un neurotransmisor clave del cerebro. El gen se presenta en dos variantes, met158 y val158, y las personas más proclives a la ansiedad son las que han heredado de ambos progenitores dos copias de la variante del primero de esos genes.

Se realizó un experimento con voluntarias. Les mostraron imágenes desagradables en grado diverso, mientras las sometían a un ruido muy alto para medir el reflejo de susto. Esa reacción resultó ser más fuerte entre las que habían heredado ambas copias del gen met158.

Trastorno Obsesivo-Compulsivo - Cómo Superar Con Éxito El Toc




Trastorno Obsesivo-Compulsivo - Cómo Superar Con Éxito El Toc
Ansiedad

Trastorno obsesivo-compulsivo autoayuda es imposible sin tener una comprensión sólida de lo que exactamente trastorno obsesivo-compulsivo. Sólo cuando la condición se entiende perfectamente es alguien con OCD en condiciones de abordar las causas fundamentales de la misma, y para superarla con éxito.

¿Qué es el trastorno obsesivo-compulsivo?

Trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) es un trastorno de ansiedad que se caracteriza por obsesiones (repetitivo, indeseables, desagradables pensamientos) y compulsiones (rituales comportamientos o acciones que una persona es obligada a llevar a cabo).

Las últimas estadísticas disponibles sugieren que por lo menos 1 de cada 50 estadounidenses sufre de trastorno obsesivo-compulsivo, con casi el doble que muchos experimentan algún grado de OCD durante su vida. OCD puede afectar tanto a hombres como a mujeres en igual medida y puede afectar a todos los grupos de edad, que por lo general empeora con el tiempo, por lo que las personas de edad con TOC a menudo tienen casos más severos que los más jóvenes que padecen.

La mayoría de las personas con trastorno obsesivo-compulsivo experiencia tanto obsesiones y compulsiones, aunque 10 a 20 por ciento de la gente, ya sea experiencia obsesiones o compulsiones solo. En la mayoría de los casos las obsesiones son el problema inicial, y el desarrollo de compulsiones como una forma de la mente para neutralizar los pensamientos obsesivos.

Una mirada más cercana a obsesiones.

Las obsesiones son típicamente el catalizador en todos los casos de OCD - es las obsesiones que provocan la compulsión, y una vez que ambas obsesiones y compulsiones se activa el círculo vicioso ha comenzado.

Las obsesiones son pensamientos incontrolables, siempre involuntaria, y de que se produzcan en repetidas ocasiones a una persona de mente. La persona que experimenta las obsesiones con frecuencia saben que los pensamientos no tienen sentido, pero serán impotentes para detener la continuación de sí mismos para pensar.

Obsesiones comunes en las personas con TOC son el temor de contaminación, el miedo a la suciedad o nada "sucio", incontrolable sexual imágenes o pensamientos que puede ser desagradable e imposible de detener, supersticiones y la excesiva atención a las cosas considera afortunado y la mala suerte, y un deseo de orden y la simetría donde las cosas deben colocarse o alineados de una manera particular o patrón.

Una mirada más cercana a compulsiones.

Una compulsión es una acción o comportamiento que una persona es impulsado a realizar en repetidas ocasiones, y que no tienen poder para detener el proceso. El desarrollo de compulsiones como resultado de la mente buscando una manera de poner fin a los pensamientos obsesivos, por lo que a menudo existe un vínculo entre la obsesión y la compulsión la mente se desarrolla con el fin de detenerla. Un ejemplo de esto sería la obligación que una persona experimenta a lavarse las manos para poner fin a la obsesión que han sido contaminados por algo sucio, o incluso venenosas.

Compulsiones comunes que se desarrollan en las personas con trastorno obsesivo-compulsivo son el lavado de las manos, acaparamiento, de doble control, limpieza, y el recuento.

El tratamiento de OCD.

Ellos clave para el tratamiento de OCD es descubrir la causa subyacente de la ansiedad que conduce a la OCD.

En casi todos los casos, hay algunos que subyace la ansiedad o el miedo que impulsa a la persona a desarrollar estas obsesiones y compulsiones, a fin de librarse de la desagradable ansiedad que puede estar experimentando. Una vez que la causa subyacente se ha descubierto, el tratamiento suele ser mucho más eficaz que en aquellos que tratan de resolver sus OCD directamente.

Si la ansiedad está causado por un trastorno de ansiedad, tales como la salud ansiedad, agorafobia, trastorno de pánico, trastorno de ansiedad social, una fobia o de algún tipo, un tratamiento específico adecuado a las trastorno de ansiedad en cuestión a menudo producen excelentes resultados incluso en la eliminación los casos más graves de trastorno obsesivo-compulsivo.

Trastorno obsesivo-compulsivo puede ayudar a la libre y funciona, pero sólo una vez que la causa subyacente se ha encontrado y, a continuación, abordar.

Desde la superación de una batalla que dura toda la vida con ansiedad y trastorno de pánico en 2007, Alex Taylor, ahora dedica su tiempo a ayudar a otros a recuperarse. Él consigue a través de su muy aclamado curso en línea, "Beat Panic Hoy". Usted puede conseguir los mismos resultados que otros muchos han sufrido por el acceso al curso ahora mismo, de forma gratuita, por ir a la página web de Alex: http://www.PreventYourPanic.com

Obsesiones, ¿pánico?


Obsesiones, ¿pánico?


Los trastornos de ansiedad son los más concurridos dentro de la patología neurótica del ser humano. En las salas de urgencias de Psiquiatría de cualquier hospital general suele observarse a diario cuando surge la crisis.
El episodio de crisis de pánico es quizás el más paralizante para la persona que lo vive porque el poder de los pensamientos en esos momentos es tan grande que la sensación de la persona es "ser atrapada por sí misma". La reacción: la huida del propio yo; algo realmente imposible.

Pero vamos a intentar ordenar el tema para vuestra comprensión, empezando por la definición de trastornos de ansiedad. La ansiedad es aquella emoción que sentimos cuando creemos vernos amenazados por algo o alguien. Es una respuesta innata en el ser humano que de niño le preserva de muchos peligros y es normal que se experimente en determinadas situaciones.
Cuando la ansiedad surge sin que haya ningún estímulo temerario que justifique su presencia, entonces es una respuesta innecesaria que debe tratarse como trastorno psicológico.

Según la clasificación psiquiátrica de las diferentes enfermedades mentales, DSM IV, los trastornos de ansiedad se clasifican en:

1.

Trastorno de angustia sin agorafobia
2.

Trastorno de angustia con agorafobia
3.

Agorafobia sin historia de trastorno de angustia
4.

Fobia específica
5.

Fobia social
6.

Trastorno obsesivo-compulsivo
7.

Trastorno por estrés post-traumático
8.

Trastorno por estrés agudo
9.

Trastorno de ansiedad generalizada
10.

Trastorno de ansiedad debido a…
11.

Trastorno de ansiedad no especificado.

Pero como el objetivo de este artículo no es académico, hablaremos puramente de las crisis de pánico y las obsesiones.

Las denominadas crisis de pánico son episodios desbordantes de ansiedad en los que la persona deja de actuar paralizada por el miedo. No hay estímulo aparente que lo justifique, al menos en la realidad, porque ella cree que puede desvanecerse, sufrir un infarto o cualquier otra situación de pérdida de control. Los pensamientos se suceden rápidamente invadiendo todo criterio lógico y racional. A partir de aquel momento ya nada es lo que parece y la duda inunda todo raciocinio.

El sujeto sufridor de pánico teme cualquier acción y ningún lugar es seguro porque es su pensamiento el que le desborda, le descontrola. Los pensamientos que se suceden para desequilibrarlo siguen unos mismos esquemas:

*

Parecen taquigrafiados
*

Son repetitivos
*

Son específicos
*

Contienen palabras clave
*

Son irracionales, a pesar de lo cual casi siempre son creídos
*

Suelen ser difíciles de detener o desviar.
*

Dramatizan utilizando términos del tipo: "debería de", "y sí…"
*

Se viven como espontáneos.

La persona escucha atentamente esos mensajes que se envía a sí misma, se los cree y asume el descontrol y el miedo que la paralizan queriendo escapar a toda costa de sí misma, es decir de sus pensamientos. Los pensamientos automáticos al ser creídos se asientan con más fuerza en la persona formando parte de su cotidianeidad. Este hecho reduce la socialización en la persona que los sufre, quien limita salidas y contactos por el temor de que se vuelva a producir la crisis. Empieza por evitar aquellos lugares en los que sintió que le invadían esos pensamientos automáticos y poco a poco, con la generalización de sus ataques, se convierte en alguien incapaz de salir de su propia casa.

La solución a esta conducta tan limitativa está en trabajar los pensamientos que provocan esa desagradable emoción. Para ello contamos con diferentes técnicas dentro de la psicología cognitivo-conductual como la detención del pensamiento, la detección previa de esos pensamientos, la confrontación de esos con la realidad, etc.… La consecuencia que se pretende con ese intento de confrontar los pensamientos distorsionados con lo racional es para que uno mismo se crea lo absurdo del pensamiento paralizante y así eliminarlos del lenguaje interior.

Vamos a analizar un pensamiento distorsionante y su confrontación con la realidad para comprender mejor el proceso:

"Soy una persona que por motivos de mi trabajo suelo tener reuniones en los que dirijo a un grupo de subordinados cómo hacer su trabajo. Suelen ser rutinas que por mi propia y amplia experiencia no me suponen ningún temor. El problema surge el día en que como otros tantos días voy a una reunión más general de la firma y estando tranquilamente conversando con unos y otros, siento que se pronuncia mi nombre en alto y la sala queda en silencio en espera de que yo acuda a la "invitación" para contestar la pregunta en cuestión que se me hace y de la que no puedo acordarme. El miedo paraliza mis piernas y siento desfallecer, no soy capaz de moverme y mucho menos de mediar palabra, ¿qué me sucede? No puedo explicarlo pero aquel día hice totalmente el ridículo" -
Estas son las palabras introductoras del problema de pánico frente a situaciones sociales que padece un paciente de 38 años -. Y prosigue así:
"A partir de aquel día no he podido seguir desarrollando mi trabajo con la comodidad que me caracterizaba. Ahora temo cualquier reunión por más simple que sea y ha llegado un punto mi temor que no soy capaz de ir al trabajo por miedo a que soliciten mi presencia y mis palabras en una improvisada reunión."

Le pregunto cómo se siente y describe: "Me siento un fracasado, alguien poco cualificado y ridículo, sé que la gente se ríe de mí por incompetencia."
¿Qué crees te pasó aquel día? - solicito - "Vi demasiados ojos pendientes de mí y creí que no sabría que decir"
¿Acaso no eres alguien competente en tu trabajo? - cuestiono - "Antes sí, ahora ya no."
¿Qué te lleva a pensar así? - pregunto - "No haber podido abrir la boca aquel día".
¿Crees que la competencia en un trabajo se valora por un día y no por un cúmulo de situaciones? - insisto - "Vi sus caras y supe lo que pensaban".
Si tú hubieras pertenecido al grupo que estaba a la escucha, te hubieras preocupado en pensar que alguien que no respondía a una demanda era clasificado de incompetente - increpé yo - "Eso es algo diferente, yo era quién no pronunció respuesta".

Lo único cierto es que no diste respuesta a la solicitud de opinión, lo demás son conjeturas que tú mismo te haces sin ningún apoyo racional. Si en vez de ello no le hubieras dado importancia porque en definitiva todos podemos tener un mal día, no dejarías que un episodio sin más importancia que la que tu pretendas darle te estropee la vida. Si te hubieras reído de tu "pánico" en el instante en que sucedió considerando como normal el acontecimiento, ahora no estarías aquí. Te sentiste incómodo interpretando los pensamientos de los demás asistentes para ridiculizarte. Son tus pensamientos de aquel instante los que han mantenido tu conducta de pánico actual. - manifesté -.

* * *

En la vida, a diario, nos encontramos con situaciones que nos provocan el pánico. Si los pensamientos automáticos que nos invaden en aquel momento son irracionales y dramáticos tendemos con ello a prolongar la emoción desagradable, generalizándola en otras situaciones posteriores. El pensamiento genera una emoción que se mantiene si la situación que provocó el pensamiento fue vivida como amenazante.

Imagínate resbalando en plena sala de juntas cuando estás sirviendo un café. Ante el gran resbalón, los jefes se ríen y tú piensas: "Menudo ridículo acabo de hacer, seguro que han pensado que soy una inútil y tonta." La emoción sentida es de vergüenza y en un futuro evitarás servir el café en la sala de juntas. Si además, cada vez que te cruzas con uno de los que presenciaron el "desastre" piensas seguro que aún se ríe de mí, el pánico invadirá diferentes áreas de tu vida, evitando situaciones de tu entorno cotidiano. Cuanta más negatividad e irracionalidad le dieras a tus pensamientos, más agudo sería el pánico. "Lo que piensas" se traduce en tus acciones, por ello es importante que se intente mantener un buen contacto con la realidad a la hora de expresar el lenguaje interior.

Las obsesiones son pensamientos deformantes que se mantienen constantemente en tu mente creando una obsesión continua. La obsesión es un fenómeno que aparece en tu conciencia contra la voluntad del sujeto. Se vive como absurdo, ilógico, ajeno al yo. El fenómeno obsesivo puede ser: una idea, un recuerdo, un temor, un impulso, un acto, …puede tener un contenido indiferente para el sujeto pero lo normal es que sea algo vivido como intolerable y desagradable. Debido a ello, el sujeto tiende a desarrollar unas conductas defensivas y rituales para vencer la obsesión, es lo que denominamos "compulsión". Los obsesivos con personas con tendencia a la pulcritud y al orden, son perfeccionistas que exigen mucho de los que forman su entorno.

Pánico y obsesión corresponden a luchas internas de la persona que se siente continuamente amenazada por sí misma y sus pensamientos. La primera acumula una gran dosis de ansiedad paralizando toda reacción. La segunda, más rígida y controladora, manifiesta rituales para eliminar la obsesión que no puede evitar. Los dos sufren pero la clave para vencer ambos está en la detección de los pensamientos distorsionantes.

Trabaja tus pensamientos, confrontándolos con la realidad para vencer estos trastornos.

Gloria Marsellach Umbert - Psicólogo