Actualidades: el trastorno obsesivo-compulsivo


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Actualidades: el trastorno obsesivo-compulsivo
En la primera ampliación de sus formulaciones psicológicas, Sigmund Freud separó de los síntomas histéricos somatosensoriales un grupo de síntomas caracterizados por su naturaleza psíquica, pero inicialmente no pudo diferenciar entre los fenómenos fóbicos y los obesivo-compulsivos; esto último se produjo mas tarde, con el desarrollo de su esquema psicodinámico. Sin embargo, existían buenas razones para esta confusión primitiva. Los síntomas fóbicos y los obesivo-compulsivos no solamente tienen rasgos en común, sino que las características que se utilizan para diferenciarlos clínicamente no siempre conducen a una separación clara. De hecho, los fenómenos clínicos subyacen o se distribuyen a lo largo de un espectro. Están claramente diferenciados en los extremos de éste, pero hay formas intermedias en las cuales es difícil decidir cual es la categoría que les corresponde.

A pesar de la existencia de zonas intermedias de confusión, es posible designar ciertos síntomas como observaciones y compulsiones, para distinguirlos de otras manifestaciones clínicas, por sus características específicas. La observación directa de los propios fenómenos proporciona el enfoque mas seguro para una definición de estos dos síntomas.

Obsesiones
Las obsesiones son ideas, pensamientos, impulsos o imágenes persistentes que se experimentan, por lo menos inicialmente, como intrusas y sin sentido; por ejemplo, un padre o una madre sienten impulsos repetidos de matar a su hijo, o una persona religiosa es asaltada por ideas blasfemas. El individuo intenta ignorar o suprimir este tipo de pensamientos o impulsos, o bien trata de neutralizarlos con otros pensamientos o acciones. El individuo reconoce que estas obsesiones son producto de su mente y no están impuestas desde afuera ( tal como ocurre con las ideas delirantes de inserción del pensamiento). Las obsesiones mas frecuentes son pensamientos repetidos de violencia (matar al propio hijo), de contaminación (infectarse dando la mano a los demás) y de duda (por ejemplo, preguntarse repetidamente si efectuó correctamente su trabajo o si apagó todas las luces al salir de su casa).

Compulsiones
Las compulsiones son conductas repetitivas finalistas o intencionales, que se efectúan como respuesta a una obsesión, de forma estereotipada o de acuerdo a determinadas reglas. La conducta esta diseñada para neutralizar o impedir el malestar o algún acontecimiento o situación temida. Sin embargo, o bien la actividad no se halla realmente conectada de forma realista con lo que se pretende neutralizar o prevenir, o por lo menos es claramente excesiva. El acto se realiza con una sensación de compulsión subjetiva que, al mismo tiempo, se asocia con un deseo de resistir la compulsión ( por o menos, inicialmente). El individuo reconoce que su conducta es excesiva o irrazonable ( esto quizá no deba aplicarse a los niños ni tampoco a aquellas personas cuyas obsesiones se han desarrollado a partir de ideas sobrevaloradas). Reconoce también que no obtiene ningún placer por llevar a cabo tal actividad, aunque le produce un cierto alivio de la tensión. Las compulsiones mas frecuentes son lavado de manos, contar repetidas veces, comprobar y tocar.

Cuando un individuo intenta resistir la compulsión aparece en seguida un aumento de la tensión, que puede aliviarse inmediatamente cediendo a la compulsión. A lo largo de la enfermedad y después de fracasos repetidos en tratar de resistir las compulsiones, el individuo puede abandonarse a ellas y no experimenta mas el deseo de resistirlas.

Probablemente sea difícil encontrar una persona que no haya tenido alguna vez en su vida la experiencia de un pensamiento obsesivo o de una conducta compulsaba. La incidencia exacta de la neurosis obsesivo-compulsiva es difícil de determinar. Quienes se dedicaron a estudiar la historia natural de la enfermedad, encuentran una incidencia que nunca es superior a 5% de todos los pacientes psiconeuróticos; este porcentaje, por supuesto, se reduce mucho cuando se incluye en la población total a los pacientes psicóticos. Por otra parte, existe evidencia de una mayor incidencia en las familias de pacientes obsesivo-compulsivos que en poblaciones control.

El comienzo de la enfermedad ocurre predominantemente en la adolescencia o en la adultez temprana.

En dos terceras partes de los casos los síntomas aparecen por primera vez hacia los 25 años y con frecuencia antes de los 10. En menos de 5% de los pacientes los síntomas empiezan después de la cuarta década de la vida. Comparados con los pacientes que sufren síntomas histéricos o de ansiedad, los obsesivo-compulsivos buscan ayuda profesional a una edad mas temprana.

Las características fundamentales de los fenómenos obsesivo-compulsivos tienen validez y utilidad general para distinguir este cuadro de las manifestaciones de otras alteraciones emocionales. Sin embargo, el intento de categorizar las diversas manifestaciones obsesivo-compulsivas es una tarea complicada, puesto que la multiplicidad de variables hace difícil diseñar una clasificación que diferencie adecuadamente un tipo de síntoma obsesivo de otro.

Los fenómenos pueden manifestarse psíquica o conductualmente, experimentarse como ideas o como impulsos, referirse a acontecimientos futuros o acciones ya realizadas, expresar deseos y necesidades o medidas protectoras contra esos deseos, ser actos e ideas simples y no complicadas o bien pautas de pensamiento o de conducta muy elaboradas y ritualizadas; su significado puede ser obvio para el observador menos perspicaz o el resultado final de condensaciones y distorsiones psicológicas de altísima complejidad, qué sólo revelan su secreto a un investigador sumamente hábil.

Ningún esquema clasificador puede hacer justicia a acontecimientos clínicos que se hallan compuestos por tantos rasgos, casi en una variación infinita. Quizás uno de los rasgos mas salientes sea que el trastorno obsesivo-compulsivo suele asociarse con demasiada frecuencia con depresión y ansiedad.

Los datos sobre el curso y pronóstico de esta neurosis se encuentran falseados por la carencia de conocimientos detallados sobre su historia natural. El numero de trabajos en los que se llevaron a cabo estudios longitudinales es pequeño, y las cifras que se presentan sólo deben considerarse como aproximadas.

En su primera consulta al médico dos tercios de los pacientes refieren una historia anterior de síntomas obsesivo-compulsivos, y alrededor de 10 a 15% experimentaron estos síntomas antes de los 10 años de edad. La mayor parte de los pacientes, sin embargo, sólo tuvo uno de estos ataques, aunque un buen numero, casi 20%, llevan experimentados dos o tres episodios. En 85% de estos ataques la duración suele ser menor de un año, aunque algunos refieren duraciones que exceden los 4 años.

Las cifras dadas para el pronóstico varían ampliamente de una serie a otra, pero puede hacerse la siguiente afirmación general para los pacientes que fueron seguidos entre 1 y 10 años, después de cualquier tratamiento, excluida la leucotomía: aproximadamente 15% se encuentra bien, 45% mejoraron, y el restante 40% se encuentra sin cambios o peor. Aquellos que se consideran mejorados caen dentro de dos grupos: 1) pacientes cuyos síntomas disminuyeron hasta el punto de que son capaces de trabajar y desempeñarse socialmente en forma correcta, y 2) aquellos que siguen un curso fluctuante, a menudo con largos períodos de remisión completa de sus síntomas.

En general puede decirse que la neurosis obsesivo-compulsiva constituye una alteración crónica que, a menudo, sigue un curso de recaídas. El pronóstico es mejor 1) cuanto menor es la duración de los síntomas anteriores al momento en que el paciente es visto por primera vez; 2) cuanto mayor es el factor de estrés ambiental asociado con el comienzo de la alteración; 3) cuanto mejor es el ambiente en el cual el paciente debe volver después del tratamiento, y 4) cuanto mejores sean su adaptación y sus relaciones sociales, en general.

Las características descriptivas estructurales de los síntomas obsesivo-compulsivos como tales permite, por lo general diferenciarlos de otros síntomas psicógenos como la depresión, los fenómenos de conversión y las fobias. Sin embargo, cuando la atención del observador se dirige a las neurosis obsesivo-compulsivas como síndrome, con lo cual se involucran consideraciones sobre el curso y las formas de los síntomas en la vida de los pacientes individuales, se hace difícil separarlas de otras alteraciones psicógenas, es especial de la neurosis fóbica y de la depresión.

La neurosis fóbica se caracteriza por una ansiedad de que el individuo pueda sufrir algún daño a partir de un objeto o situación externa; el paciente controla esta ansiedad evitando este objeto. Ademas, los mecanismos importantes de la formación de las fobias son el desplazamiento y la proyección, y los conflictos subyacentes suelen ser de naturaleza edípica. Por supuesto, esto esta en claro contraste con la neurosis obsesivo-compulsiva, en la cual el paciente teme que sea él quien pueda hacer daño a los otros y su ansiedad se controla mediante actos compulsivos y mecanismos de deshacer y de aislamiento, mientras que los conflictos subyacentes son predominantemente de naturaleza preedípica.

sindrome-burnout:CUIDADOR QUEMADO



por que esta situacion saca lo peor de mi, y no me gusta la persona en la que me convierto, durante el mes que la señora esta en casa,he buscado esta informacion no es para autojustificarme. por que el daño causado a lo largo de los años no se puede olvidar.y el pasado no se puede borrar,tengo la sensacion de que toda mi vida durante este mes gira entorno a ella, se convierte en la persona mas importante en mi vida y mis prioridades son, dejar cualquier trabajo que este realizando para prepararle desayuno,comida,merienda,y cena a pesar de que podria dejarselo preparado y estar tranquila pero no quiere asi que... y tan solo entonces podre volver a mi rutina, berrienche arriba berrinche abajo, con mi chico que esa es otra. defensas bajas, desanimo sensacion de sentirnos invadidos en nuestra intimidad,

desde mañana mi amor bimesual cambia de casa una pequeña recuperacion, y en 30 dias casada de nuevo y superobsesiva, jajajaja creo que tengo feminofobia que no se si existe pero lo tengo por que voy por la calle y como me tosa alguna señora me la como.enfin dicen que cada cual tiene una cruz la nuestra debe ser esta familia y sus recientes abquisiciones.
fuente:amatista


fuente:http://www.afabierzo.org/sindrome-burnout.php

:: El SINDROME DE BOUR OUT (CUIDADOR QUEMADO) ::

El síndrome del cuidador se caracteriza por una respuesta inadecuada a un estrés emocional crónico cuyos rasgos principales son agotamiento físico y/o psicológico. No tiene por qué aparecer necesariamente en todas aquellas personas que están al cuidado de este tipo de pacientes, pero sí decir que son personas con un alto grado de predisposición, dado el elevado tensionaje físico y psíquico que la enfermedad conlleva.
Lo idílico sería que el cuidador tuviera un amplio apoyo profesional y familiar, un hogar de grandes dimensiones y todos los avances tecnológicos sanitarios a su alcance, y todas las respuestas correctas a lo que su conciencia le pregunta. Sin embargo, sabemos que reunir todos estos deseos es prácticamente imposible.

Fases del Síndrome:

Primera fase o de estrés laboral.
Viven por y para el paciente. Durante un tiempo de duración variable puede asumir este estado, sin embargo, el cansancio, la nula respuesta a peticiones de ayuda y en otras muchas ocasiones la demostración a sí mismo y a los demás que se puede solventar por sí solo esta situación, generarán cansancio físico que secundariamente provocará un descenso en la calidad del cuidado.
En unas ocasiones será consciente de este aminoramiento de la calidad, y en otras será totalmente ignorante de ello. La duración de esta fase es variable dependiendo de la capacidad de respuesta del propio organismo. Al final se apreciará de desesperanza y la depresión que genera.

Segunda fase o de estrés afectivo.
Vendrá derivada de la sensación de carencia psicológica de afecto o al menos comprensión por parte de las personas que tiene cerca, y que según el cuidador no le apoyan lo suficiente. En ocasiones esta sensación es infundada, pero en otras es, lamentablemente, real.
Todos necesitamos un cierto reconocimiento por parte de los demás de que lo que hacemos lo estamos haciendo correctamente, o que los demás aprecian nuestra participación en un colectivo en el que se produce esfuerzo Es esa palmada en la espalda física o afectiva que nos anima a continuar, que nos motiva a superar las dificultades con las que nos encontramos.
Su duración aunque variable no será muy extensa.

Tercera fase o de inadecuación personal.
En esta fase el cuidador principal comienza a sufrir las consecuencias fisicopsíquicas por la atención desmedida dedicada a su enfermo.
Está demostrada la mayor frecuencia de enfermedades físicas y psíquicas que tienen los cuidadores de personas con este tipo de patología o con patologías crónicas, como: estar constantemente fatigado, tener sobrecargas ósteomusculares, úlceras gástricas, cefaleas tensionales, insomnio, crisis de ansiedad, alteraciones afectivas, incapacidad para concentrarse, etc.
Paulatinamente se irá comportando con mayor frialdad afectiva respecto a las labores que antes ejercía con mayor comprensión.
El cuidador se da cuenta de esta situación, se autorreprende y la intenta negar con el traslado de las emociones hacia otro área de sentimientos o interiorizándolos cada vez más (busca excusas), concentrándose menos en lo que debe hacer con el paciente.
Lógicamente, los errores podrán aparecer con mayor proporción que lo hacían antes.
Se siente tan implicado en el cuidado del paciente que cualquier relajación en su responsabilidad la “interpretará” como de abandono o traición al paciente. Se sentirá culpable y regresará cuanto antes a cuidarle.

Cuarta fase o de vacío personal
Vendrá derivada de la carencia física del paciente cuando éste ha fallecido. El espacio que antes llenaba la atención continua y mantenida con sobreesfuerzo físico y mental está por rellenar. Se siente sin motivo para seguir viviendo y volverá a aparecer la culpa.

SÍNTOMAS QUE ORIENTAN AL SÍNDROME DEL CUIDADOR


•PÉRDIDA DE ENERGIA, FATIGA CRÓNICA.
•AISLAMIENTO. MENOR INTERES POR PERSONAS O COSAS QUE ANTES LES INTERESABAN.
•CONSUMO EXCESIVO DE SUSTANCIAS: TABACO, CAFÉ, ALCOHOL.
•PROBLEMAS DEl SUEÑO (INSOMNIO, PESADILLAS O SOMNOLECIA).
•PROBLEMAS FÍSICOS: PALPITACIONES, TEMBLOR DE MANOS Y MOLESTIAS DIGESTIVAS.
•DIFICULTAD PARA CONCENTRARSE.
•AUMENTO O DISMINUCIÓN DEL APETITO.
•DAR DEMASIADA IMPORTANCIA A PEQUEÑOS DETALLES. ENFADARSE FÁCILMENTE.
•CAMBIOS DEL ESTADO DE ÁNIMO.
•DEPRESIÓN Y NERVIOSISMO.
•HARTAZGO RESPECTO AL ENFERMO Y OTRAS PERSONAS.
•DESCUIDO DEL ASPECTO EXTERNO
•LLORAR SIN MOTIVO. PENSAR EN MORIR.


CONSEJOS PARA EVITAR EL SÍNDROME DEL CUIDADOR

•HABLAR DE LA ENFERMEDAD.
•INFORMARSE
•PLANIFICACIÓN Y ORGANIZACIÓN (cooperación familiar).
•EVALUAR LAS NECESIDADES ECONÓMICAS Y BUSCAR RECURSOS ECÓNOMICOS
•ACUDIR A LOS GRUPOS DE AUTOAYUDA
•CUIDARSE Y QUERERSE UNO MISMO:
◦No descuidar la dieta
◦Dormir lo necesario
◦Disponer de tiempo para descansar
◦Reservar tiempo para uno mismo

NO TENGO VIH,¿Un problema médico o psicológico?



fuente:http://www.elmundo.es/elmundosalud/2008/02/29/hsdudasypreguntas/1204315253.html

PREGUNTA.- El periodo ventana sigue siendo una incógnita para mí. Se habla de tres meses si has estado con alguien del que desconoces su estado serológico pero de seis meses si estás seguro que la persona era seropositiva. Pero se confunde a la gente al decir eso por una sencilla razón: si has estado con alguien de quien no conoces su estado serológico pero ese alguien tiene VIH (sin que nadie lo sepa): ¿por qué no has de repetirte las pruebas a los seis meses?

Bien, dicho lo cual, yo creo que la verdadera referencia del periodo ventana es si puedes o no donar sangre. Me acabo de hacer hace unos días mi cuarta prueba del VIH. Al igual que las tres anteriores, ha dado negativa. La diferencia es que, con respecto a esta última, no he mantenido ningún tipo de relación sexual en los últimos seis meses. ¿Puedo ser donante de sangre? El doctor me dijo que a los seis meses es definitiva; no obstante, antes de que le expusiera mi caso, me dijo que en el caso de que no hubiese estado con una persona de estado serológico positivo, debía repetírmela al año. ¿Por qué no existe consenso entre los especialistas?

Por último, al igual que yo, creo que hay mucho gente que entra a ver esta página porque más que un problema con el VIH, podemos tener un problema psicológico-obsesivo. De hecho, yo hago psicoterapia; algo que recomiendo a los que crean vivir una situación similar a la mía. ¿Cree que la psicoterapia es un buen método para atajar lo que puede ser un problema obsesivo-psicológico y no médico?

Creo que mi recomendación puede ser válida y positiva pues yo he tenido la inquietud, el miedo, la obsesión y la incertidumbre de creer que podía haber tenido el VIH. Mi recomendación es que la gente que dude se haga la prueba. Sé que es fácil decirlo ahora, una vez que yo sé que no tengo el VIH, pero yo también he pasado por momentos malos de angustia para mí y para mi familia.

Además, yo creo que a mucha gente le pasa lo que a mí: se rallan aunque hayan usado precauciones y se obsesionan con una posibilidad remota, incluso a veces, imposible. Viéndolo desde lejos y con sentido común, me di cuenta de que yo nunca pude contagiarme pues usé siempre precauciones. Lo que pasa es que muchos chicos vivimos obsesionados por los estigmas, como el de que tener relaciones con una prostituta conlleva un mayor riesgo. Y eso no es así. Creo que si usas precauciones, da lo mismo sea quien sea la otra persona. Sea con quien sea, recomiendo a todo el que dude de si puede tener o no VIH, a hacerse las pruebas. Que no vivan en la angustia.

Creo que mucha gente busca en Google una solución que jamás encontrará: saber si tiene o no VIH. Eso sólo se sabe haciéndose las pruebas, no navegando por Internet. Y lo digo yo, que he pasado por todas estas fases. Tan sólo es una recomendación para la gente que también se identifique con mi caso porque cuando me quise dar cuenta, lo mío ya no era un problema médico sino psicológico. De hecho, por temer y obsesión, he llegado al punto de no mantener relaciones sexuales (de ahí que haga psicoterapia). Es decir, me acabo de hacer una prueba transcurridos seis meses de tener una relación en la que no hubo riesgo pues se usó el preservativo. Pero las obsesiones te llevan a hacer cosas surrealistas y sin sentido. Háganse la pruebas los que duden y, desde el momento en que duden, tengan el sentido común de tomar siempre precauciones. Yo dudé de una relación de hace años pero desde entonces siempre usé precauciones. Por ello que no tenga sentido la prueba que me he realizado ahora pues ya sabía que iba a ser negativa. Mi última prueba ha sido tan sólo fruto de la obsesión. Espero poder ayudar a quienes lean esto.

RESPUESTA.- A la primera pregunta se responde hablando de cálculo de probabilidades: la probabilidad de contagiarse si la persona es VIH es mayor que si la persona no lo es, las probabilidades después de los tres meses cuando el individuo es seronegativo son tan altas que es imposible que se de una seroconversión, sin embargo podría quedar alguna duda en el caso de relación con una persona con estado serológico conocido y positivo.

No se trata de 'consenso', desde el punto de vista científico hay consenso y todas las organizaciones dicen lo mismo. Distinto es que un médico en concreto aconseje algo diferente porque a él le parece mejor, pero esto no estará basado en nada científico, y se puede rebatir.

Se establece un año para la donación de sangre porque se ha decidido así, y las normas, incluso cuando no tengan base científica se deben cumplir.

La psicoterapia es un tratamiento que no cura las enfermedades con base orgánica, sino aquellas con base psicológica, como la obsesión. Su consejo es el mismo que se da desde cualquier organismo oficial o no oficial que tengan conocimiento sobre el tema: si hay dudas hay que hacerse la serología.

RAQUEL BARBA
Especialista en Medicina Interna