el unico camino


EL UNICO CAMINO

servido por puravida
http://www.librodearena.com/post/puravida/el---unico---camino/50272/1856

SI EN LA VIDA LLEGA ESE FATAL MOMENTO QUE TE ENCUENTRAS TAN PERDIDO ,QUE NI TE RECONOCES , Y LO QUE VES NO TE GUSTA .

SI EN TU PASADO CREES HABER SENTIDO, LA INSOPORTABILIDAD QUE EXISTE EN TODO AQUELLO, QUE A GOLPE FUE IMPUESTO , AUNQUE SIN MAS RUIDO QUE EL DE UNA HOJA AL CAER MECIDA POR EL VIENTO .

SI EN TU VIDA CREES HABER VIVIDO VECES, EN LAS QUE TE ABANDONAN LAS FUERZAS, CUANDO MAS FALTA PARECE QUE HACEN, PARA NO SUCUMBIR COMO PERSONA QUE TOMA SUS PROPIAS DECISIONES EN LIBERTAD


SI SENTISTES ESTO, Y MAS AUN, EL NO SABER SI TODO LO QUE VIVES ES REALIDAD, PUES TE DA LA SENSACION A VECES DE NO SER PARTE DE ELLA, DE NO PERTENECER AL LUGAR, NI AL MODO EN EL QUE TODO SE REALIZA


NO ODIES POR ELLO, NO CULPES A NADIE, NO TE SIENTAS PERDIDO, NO PIENSES QUE ERES IMPOTENTE Y NO PUEDES HACER NADA PARA QUE CAMBIE

TODO LO CONTRARIO, ERES PIEZA IMPRESCINDIBLE PARA EL CAMBIO, SOLO NECESITAS ALEJAR DE TI LOS SENTIMIENTOS NEGATIVOS Y SUSTITUIRLOS POR AMOR A TODO, INCLUSO A LAS COSAS QUE PARECEN NO GUSTARTE, PUES ESAS COSAS SON LAS QUE MAS FALTAS DE AMOR ESTAN PARA QUE PUEDAN CAMBIAR, INTENTA COMPRENDER QUE SOLO EL CAMINO DEL AMOR PUEDE LLEVARTE A OTRA REALIDAD


MIGUEL DE LOS RIOS
GRACIAS Y PURA VIDA

el camino del amor




Dos personas que vivan en pareja podrán ser felices sólo cuando se hayan unido para compartir su felicidad no para hacerse felices la una a la otra.

Primero contigo mismo
Sólo cuando estás bien contigo mismo puedes estar bien con los demás.

Manejar la soledad
Sólo cuando manejas tu soledad puedes manejar una relación.

Sólo se da lo que se tiene.
Necesitas valorarte para valorar, quererte para querer, respetarte para respetar y aceptarte para aceptar porque nadie puede dar lo que no tiene.

Paz interior
Ninguna relación te dará la paz que tú mismo no crees en tu interior.

Fantasía que genera frustración
Pretender que otra persona nos haga felices y llene todas nuestras expectativas es una fantasía que sólo trae frustraciones.

Autonomía
Ninguna relación te brindará felicidad que tú mismo no construyas.

Autosuficiencia
Sólo podrás ser feliz con otra persona cuando bien convencido seas capaz de decirle: "No te necesito para ser feliz".

Independencia.
Sólo podrás amar siendo independiente hasta el punto de no tener que manipular ni manejar a los que dices querer.

Requerimientos
Para amar necesitas una humilde autosuficiencia, autoestima y la práctica de una libertad responsable.

Autoestima y madurez.
Ámate a ti mismo madura y el día que puedas decirle a esa otra persona "Sin ti me la paso bien" ese día estarás preparado para vivir en pareja.

Compartir.
Dos personas que vivan en pareja podrán ser felices sólo cuando se hayan unido para compartir su felicidad no para hacerse felices la una a la otra.

Conclusión:
"Dos personas se aman únicamente cuando son capaces de vivir la una sin la otra, pero deciden vivir juntas"

Desconocido

Obsesiones, ¿pánico?
""La armonía llega a tu interior a través de tu mente. El predecesor de toda acción es el pensamiento".

Wayne W. Dyer

Los trastornos de ansiedad son los más concurridos dentro de la patología neurótica del ser humano. En las salas de urgencias de Psiquiatría de cualquier hospital general suele observarse a diario cuando surge la crisis.
El episodio de crisis de pánico es quizás el más paralizante para la persona que lo vive porque el poder de los pensamientos en esos momentos es tan grande que la sensación de la persona es "ser atrapada por sí misma". La reacción: la huida del propio yo; algo realmente imposible.

Pero vamos a intentar ordenar el tema para vuestra comprensión, empezando por la definición de trastornos de ansiedad. La ansiedad es aquella emoción que sentimos cuando creemos vernos amenazados por algo o alguien. Es una respuesta innata en el ser humano que de niño le preserva de muchos peligros y es normal que se experimente en determinadas situaciones.
Cuando la ansiedad surge sin que haya ningún estímulo temerario que justifique su presencia, entonces es una respuesta innecesaria que debe tratarse como trastorno psicológico.

Según la clasificación psiquiátrica de las diferentes enfermedades mentales, DSM IV, los trastornos de ansiedad se clasifican en:

1.

Trastorno de angustia sin agorafobia
2.

Trastorno de angustia con agorafobia
3.

Agorafobia sin historia de trastorno de angustia
4.

Fobia específica
5.

Fobia social
6.

Trastorno obsesivo-compulsivo
7.

Trastorno por estrés post-traumático
8.

Trastorno por estrés agudo
9.

Trastorno de ansiedad generalizada
10.

Trastorno de ansiedad debido a?
11.

Trastorno de ansiedad no especificado.

Pero como el objetivo de este artículo no es académico, hablaremos puramente de las crisis de pánico y las obsesiones.

Las denominadas crisis de pánico son episodios desbordantes de ansiedad en los que la persona deja de actuar paralizada por el miedo. No hay estímulo aparente que lo justifique, al menos en la realidad, porque ella cree que puede desvanecerse, sufrir un infarto o cualquier otra situación de pérdida de control. Los pensamientos se suceden rápidamente invadiendo todo criterio lógico y racional. A partir de aquel momento ya nada es lo que parece y la duda inunda todo raciocinio.

El sujeto sufridor de pánico teme cualquier acción y ningún lugar es seguro porque es su pensamiento el que le desborda, le descontrola. Los pensamientos que se suceden para desequilibrarlo siguen unos mismos esquemas:

*

Parecen taquigrafiados
*

Son repetitivos
*

Son específicos
*

Contienen palabras clave
*

Son irracionales, a pesar de lo cual casi siempre son creídos
*

Suelen ser difíciles de detener o desviar.
*

Dramatizan utilizando términos del tipo: "debería de", "y sí?"
*

Se viven como espontáneos.

La persona escucha atentamente esos mensajes que se envía a sí misma, se los cree y asume el descontrol y el miedo que la paralizan queriendo escapar a toda costa de sí misma, es decir de sus pensamientos. Los pensamientos automáticos al ser creídos se asientan con más fuerza en la persona formando parte de su cotidianeidad. Este hecho reduce la socialización en la persona que los sufre, quien limita salidas y contactos por el temor de que se vuelva a producir la crisis. Empieza por evitar aquellos lugares en los que sintió que le invadían esos pensamientos automáticos y poco a poco, con la generalización de sus ataques, se convierte en alguien incapaz de salir de su propia casa.

La solución a esta conducta tan limitativa está en trabajar los pensamientos que provocan esa desagradable emoción. Para ello contamos con diferentes técnicas dentro de la psicología cognitivo-conductual como la detención del pensamiento, la detección previa de esos pensamientos, la confrontación de esos con la realidad, etc.? La consecuencia que se pretende con ese intento de confrontar los pensamientos distorsionados con lo racional es para que uno mismo se crea lo absurdo del pensamiento paralizante y así eliminarlos del lenguaje interior.

Vamos a analizar un pensamiento distorsionante y su confrontación con la realidad para comprender mejor el proceso:

"Soy una persona que por motivos de mi trabajo suelo tener reuniones en los que dirijo a un grupo de subordinados cómo hacer su trabajo. Suelen ser rutinas que por mi propia y amplia experiencia no me suponen ningún temor. El problema surge el día en que como otros tantos días voy a una reunión más general de la firma y estando tranquilamente conversando con unos y otros, siento que se pronuncia mi nombre en alto y la sala queda en silencio en espera de que yo acuda a la "invitación" para contestar la pregunta en cuestión que se me hace y de la que no puedo acordarme. El miedo paraliza mis piernas y siento desfallecer, no soy capaz de moverme y mucho menos de mediar palabra, ¿qué me sucede? No puedo explicarlo pero aquel día hice totalmente el ridículo" -
Estas son las palabras introductoras del problema de pánico frente a situaciones sociales que padece un paciente de 38 años -. Y prosigue así:
"A partir de aquel día no he podido seguir desarrollando mi trabajo con la comodidad que me caracterizaba. Ahora temo cualquier reunión por más simple que sea y ha llegado un punto mi temor que no soy capaz de ir al trabajo por miedo a que soliciten mi presencia y mis palabras en una improvisada reunión."

Le pregunto cómo se siente y describe: "Me siento un fracasado, alguien poco cualificado y ridículo, sé que la gente se ríe de mí por incompetencia."
¿Qué crees te pasó aquel día? - solicito - "Vi demasiados ojos pendientes de mí y creí que no sabría que decir"
¿Acaso no eres alguien competente en tu trabajo? - cuestiono - "Antes sí, ahora ya no."
¿Qué te lleva a pensar así? - pregunto - "No haber podido abrir la boca aquel día".
¿Crees que la competencia en un trabajo se valora por un día y no por un cúmulo de situaciones? - insisto - "Vi sus caras y supe lo que pensaban".
Si tú hubieras pertenecido al grupo que estaba a la escucha, te hubieras preocupado en pensar que alguien que no respondía a una demanda era clasificado de incompetente - increpé yo - "Eso es algo diferente, yo era quién no pronunció respuesta".

Lo único cierto es que no diste respuesta a la solicitud de opinión, lo demás son conjeturas que tú mismo te haces sin ningún apoyo racional. Si en vez de ello no le hubieras dado importancia porque en definitiva todos podemos tener un mal día, no dejarías que un episodio sin más importancia que la que tu pretendas darle te estropee la vida. Si te hubieras reído de tu "pánico" en el instante en que sucedió considerando como normal el acontecimiento, ahora no estarías aquí. Te sentiste incómodo interpretando los pensamientos de los demás asistentes para ridiculizarte. Son tus pensamientos de aquel instante los que han mantenido tu conducta de pánico actual. - manifesté -.

* * *

En la vida, a diario, nos encontramos con situaciones que nos provocan el pánico. Si los pensamientos automáticos que nos invaden en aquel momento son irracionales y dramáticos tendemos con ello a prolongar la emoción desagradable, generalizándola en otras situaciones posteriores. El pensamiento genera una emoción que se mantiene si la situación que provocó el pensamiento fue vivida como amenazante.

Imagínate resbalando en plena sala de juntas cuando estás sirviendo un café. Ante el gran resbalón, los jefes se ríen y tú piensas: "Menudo ridículo acabo de hacer, seguro que han pensado que soy una inútil y tonta." La emoción sentida es de vergüenza y en un futuro evitarás servir el café en la sala de juntas. Si además, cada vez que te cruzas con uno de los que presenciaron el "desastre" piensas seguro que aún se ríe de mí, el pánico invadirá diferentes áreas de tu vida, evitando situaciones de tu entorno cotidiano. Cuanta más negatividad e irracionalidad le dieras a tus pensamientos, más agudo sería el pánico. "Lo que piensas" se traduce en tus acciones, por ello es importante que se intente mantener un buen contacto con la realidad a la hora de expresar el lenguaje interior.

Las obsesiones son pensamientos deformantes que se mantienen constantemente en tu mente creando una obsesión continua. La obsesión es un fenómeno que aparece en tu conciencia contra la voluntad del sujeto. Se vive como absurdo, ilógico, ajeno al yo. El fenómeno obsesivo puede ser: una idea, un recuerdo, un temor, un impulso, un acto, ?puede tener un contenido indiferente para el sujeto pero lo normal es que sea algo vivido como intolerable y desagradable. Debido a ello, el sujeto tiende a desarrollar unas conductas defensivas y rituales para vencer la obsesión, es lo que denominamos "compulsión". Los obsesivos con personas con tendencia a la pulcritud y al orden, son perfeccionistas que exigen mucho de los que forman su entorno.

Pánico y obsesión corresponden a luchas internas de la persona que se siente continuamente amenazada por sí misma y sus pensamientos. La primera acumula una gran dosis de ansiedad paralizando toda reacción. La segunda, más rígida y controladora, manifiesta rituales para eliminar la obsesión que no puede evitar. Los dos sufren pero la clave para vencer ambos está en la detección de los pensamientos distorsionantes.

Trabaja tus pensamientos, confrontándolos con la realidad para vencer estos trastornos.

Gloria Marsellach Umbert - Psicóloga
http://www.psicoactiva.com/arti/articulo.asp?SiteIdNo=824

Obsesión compulsiva.

Curan trastorno obsesivo compulsivo con médula



Un trasplante de médula para acabar con un trastorno obsesivo
■Es la primera relación directa establecida entre enfermedad mental y sistema inmune
■Estos hallazgos sirven, sobre todo, para comprender mejor la génesis de estos trastornos
■Mario Capecchi, ganador del Premio Nobel de Medicina en 2007, dirigió el estudio

Por primera vez, un grupo de investigadores ha establecido una relación causa-efecto entre el sistema inmune y un trastorno psicológico, y han logrado su curación mediante un trasplante de médula. Aunque se trata de un trabajo muy preliminar, estos hallazgos abren un nuevo horizonte en la génesis y el tratamiento de algunas enfermedades mentales.

"Hemos demostrado que existe un vínculo entre un trastorno psicológico y el sistema inmune, en concreto, con las células de la microglía que derivan de la médula ósea y se encuentran en el cerebro", explica Mario Capecchi, profesor de genética humana en la Universidad de Utah y ganador del Nobel de Medicina. "Antes, ha habido ciertos indicios pero nadie había hecho una conexión directa entre ambos".

En su experimento, Capecchi y sus colegas escogieron a un tipo de ratones que, debido a una mutación en el gen Hoxb8, presentan un comportamiento obsesivo: se acicalan mucho más de lo normal. Este trastorno conductual les lleva a arrancarse el pelo y causarse lesiones en la piel, de forma similar a lo que les ocurre a las personas con tricotilomanía, que se arrancan el pelo del cuerpo de forma compulsiva.

Pero, como señalan los autores en las páginas de la revista 'Cell', "era bastante inesperado que la alteración de un gen Hox resultara en un déficit del comportamiento como el acicalamiento excesivo y patológico", debido a las funciones que cumple esta familia de genes (implicada en el desarrollo embrionario y la formación de múltiples tejidos).

Un trasplante para acabar con la 'obsesión'
Sin embargo, este grupo de investigadores descubrió que la mutación del gen Hoxb8 provoca un defecto en las células de la microglía -involucradas en el sistema inmune- situadas en las regiones del cerebro que se conocen como circuito TOC, que median los trastornos obsesivos (TO). Estas células mutantes se forman en la médula espinal y migran hacia el encéfalo, donde cumplen su misión.

Basándose en esta información, el equipo de Capecchi decidió comprobar si sustituyendo la microglía mutante por una sana podrían acabar con el acicalamiento compulsivo. ¿Cómo? Mediante un trasplante de médula. De los 10 ejemplares sometidos a este tratamiento, cuatro se recuperaron completamente y los restantes mostraron mejorías significativas.

"Muchas gente va a considerarlo increíble", opina Capecchi. "He aquí la sorpresa: la medula ósea puede corregir un defecto en el comportamiento". Aunque, matiza, "no estoy proponiendo que hagamos trasplantes de medula para cualquier trastorno psiquiátrico", en humanos.

Este sorprendente hallazgo está en la línea de ciertas observaciones realizadas en personas con patologías psiquiátricas, como "la gente que está deprimida, que a menudo tienen un sistema inmune que no está funcionando con normalidad", concluye este experto.

Distancia y cautela
Aunque llamativos, los frutos de la investigación de Cappechi están lejos de poder ser extrapolados a los seres humanos. Los ratones con el gen Hoxb8 alterado, que desarrollan conductas de acicalamiento excesivo, se emplean como modelo para el estudio de los trastornos obsesivos y han dado buenos resultados en otras ocasiones.

Sin embargo, "una de las cuestiones es si estos comportamientos, que son muy automáticos en el animal, reflejan un TO porque aunque en las personas también hay conductas de autolimpieza, éstas se producen por un pensamiento o convicción de estar infectado, sucio. No son automáticas", explica José Manuel Menchón jefe de grupo de investigación del Cibersam (Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental). "Por eso hay cierta cautela".

Para Menchón, que dirige la Unidad de Trastorno Compulsivo del Hospital de Bellvitge (Barcelona), estos resultados, "más que reflejar una posibilidad terapéutica, hablan de la fisiopatología del trastorno. Nos ayudan a entenderlo mejor".

¿quien serias sin tu historia?


Byron Katie y "El Trabajo" ¿Quien Serias Sin Tu Historia?
fuente Dulcineo
este excelente post esta sugerido, por Alexander.


Byron Kathleen Reid, una empresaria y madre que vive en el alto desierto del sur de California, sufrió una severa depresión después de cumplir los treinta años. Durante un periodo de diez años, su depresión se agudizó y Katie (como le dicen) se pasó cerca de dos años casi incapaz de salir de su cama y obsesionada con la idea del suicidio. De repente una mañana, desde las profundidades de la desesperación, experimentó una revelación que cambió su vida. Katie percibió que cuando pensaba que algo debería ser diferente de cómo era (“Mi marido debería quererme más,” “Mis hijos deberían apreciarme,”) ella sufría, y que cuando no creía en estos pensamientos, se sentía en paz. Comprendió que lo que causaba su depresión no era el mundo alrededor suyo, sino las creencias que ella tenía respecto a ese mundo. En un repentino despertar interior, Katie vio que nuestro esfuerzo por encontrar la felicidad estaba enrevesado: en vez de intentar cambiar el mundo para ajustarlo a nuestros pensamientos de cómo “debería” ser, podemos cuestionar estos pensamientos y, mediante el encuentro con la realidad como es, experimentar una libertad y un gozo inimaginables. Katie desarrolló un método sencillo y sin embargo poderoso de indagación, llamado The Work, que rendía practicable esta transformación. Como resultado, una mujer deprimida y con tendencias suicidas se llenó de amor por todo lo que la vida le aporta.

Esta revelación de Katie coincide con las últimas investigaciones de la psicología cognitiva, y The Work se ha comparado al diálogo socrático, las enseñanzas budistas y los programas de doce pasos. Sin embargo, Katie desarrolló su propio método sin conocimiento alguno de religión ni psicología. The Work se basa totalmente en la experiencia directa de una mujer respecto a cómo se crea el sufrimiento y cómo se le pone fin. Es asombrosamente sencillo, accesible a personas de todas las edades y procedencias, y no requiere más que pluma, papel y una mente abierta. Katie comprendió desde un principio que aportar a las personas sus respuestas o percepciones era de poco valor; en vez de eso, les ofrece un proceso mediante el cual las personas pueden encontrar sus propias respuestas.

Las primeras personas que se sometieron a The Work reportaron que había transformado su vida, y al poco tiempo Katie comenzó a recibir invitaciones para enseñar este proceso al público en general. Desde 1986 ha presentado The Work ante cientos de miles de personas en más de treinta países alrededor del mundo. Además de eventos públicos, ha presentado su Trabajo a corporaciones, universidades, escuelas, iglesias, prisiones y hospitales. El gozo y sentido de humor de Katie inmediatamente desarman a la gente, y las revelaciones profundas y los descubrimientos que experimentan los participantes redundan en eventos emocionantes (siempre se proveen pañuelos desechables).


Lo que es, es

Únicamente sufrimos cuando creemos un pensamiento que está en desacuerdo con lo que es. Cuando la mente está perfectamente clara, lo que es, es lo que queremos. Si quieres que la realidad sea diferente de lo que es, podrías intentar enseñarle a ladrar a un gato y obtendrías el mismo resultado. Puedes intentarlo una y otra vez, y al final, el gato te mirará y volverá a decir: «Miau». Desear que la realidad sea diferente de lo que es, es un deseo imposible de satisfacer. Y aun así, si prestas atención> advertirás que tienes pensamientos de este tipo docenas de veces al día: «La gente debería ser más amable», «Debería enseñarse a los niños a comportarse bien», «Mis vecinos deberían cuidar mejor su césped», «La cola del supermercado debería avanzar más deprisa», «Mi mujer (o mi marido) debería estar de acuerdo conmigo», «Debería estar más delgada (o ser más guapa o tener más éxito)». Estos pensamientos constituyen distintas maneras de querer que la realidad sea diferente de lo que es. Si te parece que esto suena deprimente, estás en lo cierto. Toda la tensión que sentimos se origina en nuestras discusiones con lo que es. Personas aún no familiarizadas con The Work me dicen a menudo: «Pero si renunciase a mi discusión con la realidad perdería parte de mi poder. Si simplemente acepto la realidad, seré pasiva. Quizás incluso pierda el deseo de actuar». Yo les contesto con una pregunta: «¿Tienes la absoluta certeza de que eso es verdad?». «Ojalá no hubiese perdido mi trabajo» o «He perdido mi trabajo; ¿qué puedo hacer ahora?»: ¿Qué es lo que te da más poder?

The Work revela que lo que piensas que no debería haber sucedido sí debería haber sucedido. Debería haber sucedido porque así fue y ningún pensamiento del mundo puede cambiarlo. Eso no quiere decir que lo toleres ni que lo apruebes. Sólo significa que eres capaz de ver las cosas sin resistencia y sin la confusión de tu lucha interior. Nadie quiere que sus hijos enfermen, nadie quiere ser víctima de un accidente de coche; pero cuando estas cosas ocurren, ¿de qué forma podría ayudar discutir mentalmente con ellas? Sabemos que no tiene sentido, y sin embargo, lo hacemos porque no sabemos cómo dejar de hacerlo.

Soy una amante de lo que es, no porque sea una persona espiritual, sino porque, cuando discuto con la realidad, sufro. Podemos saber que la realidad está bien tal como es porque, cuando discutimos con ella, sentimos tensión y frustración. No nos sentimos normales ni equilibrados. Cuando dejamos de oponernos a la realidad, la acción se convierte en algo sencillo, fluido, amable y seguro.



¿Que es The Work?

"The Work" son cuatro preguntas y una inversión que se aplica a cualquier pensamiento que te cause algún tipo de estrés, miedo, incomodidad, depresión, angustia, ansiedad, malestar, etc.

Las cuatro preguntas:

1.- ¿Es verdad?
2.- ¿Puedes saber con absoluta certeza que es verdad?
3.- ¿Cómo reaccionas, que sucede, cuando crees ese pensamiento?
4.- ¿Quién serías sin el pensamiento?

Las inversiones:
- A lo opuesto
- Hacia el otro
- Hacia ti mismo

Hazte las siguientes preguntas por Sandra Iozelli

Ubica el pensamiento que más te está estresando en estos momentos y responde a estas preguntas como si de una meditación se tratara, tómate tu tiempo, deja que las respuestas surjan del corazón.

A modo de ejemplo utilizaremos el pensamiento “Él no me presta atención”.

1. ¿Es eso verdad? ¿Es verdad que “él no te presta atención”? La respuesta ha de ser un simple si o no. Si la respuesta es no, pasa a la pregunta 3 directamente.

2. ¿Puedes saber que es verdad con absoluta certeza? ¿Puedes saber que es verdad con absoluta certeza que el no te presta atención? ¿Que aunque no te mire no te está escuchando? ¿Que no te presta atención porque no lo demuestra?. Otra vez la respuesta, a de ser simplemente si o no.

3. ¿Cómo reaccionas, qué sucede, cuando crees ese pensamiento? ¿Cómo te hace sentir pensar que él no te presta atención? ¿Cómo lo tratas a él cuando piensas que no te presta atención? ¿Cómo te hace sentir este pensamiento tanto física como emocionalmente?

4. ¿Quién serías sin el pensamiento? No tienes que luchar con el pensamiento, simplemente percibe como vivirías tu vida si no creyeras ese pensamiento. Cómo lo tratarías a él si no tuvieras este pensamiento.

La siguiente parte del proceso es invertir los pensamientos de la siguiente manera:

Inviértelo a lo opuesto (inversión de 180°): “Él sí me presta atención”. Quédate quieta y nota todos los sentimientos que aparecen al respecto. La sola idea de confrontar esto y mirarlo directamente muchas veces requiere de valor, pero los resultados valen la pena. Cuando la mente se abre, empiezas a encontrar ejemplos donde el sí te presta atención, te permite ver a los demás con otros ojos, a reconocer cosas que a veces no vemos. Es abrirnos a la posibilidad de que las cosas no son como las veníamos pensando.

Inviértelo hacia el otro: “Yo no le presto atención a él”. Encuentra ejemplos donde tú no le prestas atención a él. Fíjate cómo a veces eso que queremos que los demás hagan, no nos es fácil hacer a nosotros.

Inviértelo hacia ti mismo: “Yo no me presto atención”. Y esta es quizás la inversión más profunda de todas, la que te ayudará a ver cómo no te has estado prestando atención a ti misma en muchos aspectos de tu vida. Y cuando ves esto, podrás ver ¿cómo esperar que él te preste atención, si tú misma no lo haces? Y gracias a esto podrás empezar a hacer las enmiendas necesarias contigo.

Finalmente aquello que te molestaba en la otra persona te lleva a descubrir cosas sobre ti que de otra manera no hubieras visto. La otra persona se convierte en tu espejo y en un gran regalo.

FUENTE: http://www.sandraiozzelli.com/menosestres.html



Eckhart Tolle comenta sobre "El Trabajo":

“El Trabajo de Byron Katie es una gran bendición para nuestro planeta. La causa raíz del sufrimiento es que nos identificamos con nuestros pensamientos, y nuestra mente está continuamente dándole vueltas a las creencias que nos fabricamos. El Trabajo de Byron Katie actúa como una espada afilada que rasga esa ilusión y te permite conocer por ti mismo la esencia infinita de tu ser. De él emanan la alegría, la paz y el amor, que son tu estado natural.”
Eckhart Tolle
autor de El Poder del ahora



Para informarse y conocer mas sobre "El Trabajo" pueden visitar su pagina: http://www.thework.com/espanol/index.as
http://www.concienciaplanetaazul.cl/content/view/748111/Byron-Katie-y-El-Trabajo-Quien-Serias-Sin-Tu-Historia.html

contemplar los pensamientos intrusos



hasta ahora,cuando un pensamiento intruso aparecia en tu mente puede que hayas intentado una o varias de estas cosas.

. desacerte de el rapidamente o buscar su logica
. intentar controlar lo que pensabas
. distraerte o buscar consuelo en otras personas
. realizar un comportamiento.compulsion
. realizar una accion mental.compulsion mental.

estas estrategias funcionan a corto plazo.producen cierto alivio durante unos segundos
o minutos,pero enseguida vuelven a aparecer los pensamientos intrusos o la preocupacion
por ello.como esto parece poco util,vamos a proponer otro experimento,al principio,
puede resulatrte algo dificil,pero con practica te resultara sencillo.

cuando aparezcan tus pensamientos intrusos no intentes controlarlos ni evitarlos.
tampoco busques su logica ni te preguntes por que han acudido a tu mente.
simplemente contemplalos.quedate observandolos sin hacer nada.puede que te sientas un poco mal al tenerlos en tu mente.pero permiteles que ocupen su propio espacio en ella.aunque sean desagradables,son parte de ti.dejarlos estar no significa que te gusten ni que los desees.tampoco significa que revelen nada de tu personalidad.simplemente les das permiso para estar aceptas su presencia.igualmente,les daras permiso para salir.aceptaras su marcha los pensamientos son solo eso pensamientos.observa como aparecen como se quedan unos pocos segundos en tu mente y como poco a poco se van.no es necesario que hagas ningun esfuerzo.no los fuerzes para irse ni para quedarse. observa con calma su presencia y ya esta .se iran si los dejas irse.
cuando aparezcan los pensamientos intrusos, no te distraigas con otras cosas.
tampoco te juzges por tenerlos.no hay buenos ni malos pensamientos,solo hay pensamientos.los tienes y ya esta.a veces son positivos y otras veces son negativos.esta vez a sido u pensamiento negativo.aceptalo.no te enfades ni te resignes ante su presencia .simplemente aceptalo, aceptalo desde lo mas profundo de u ser una vez aceptado se podra marchar,si volviera a aparecer,vuelve a aceptar su aparicion,asi no necesitara seguir apareciendo.

hay ua diferencia entre el malestar y el sufrimiento.la aparicion de pensamiento intruso o de sentimientos de inseguridad provocan malestar. si ademas de esto te recriminas y te juzgas a ti mismo por su presencia,aparece el sufrimiento.

en realidad, los pensamientos son como olas en el mar.aparecen a lo lejos,crezen y desaparecen en la orilla.si te metes dentro del agua para controlar las olas ,te zambulliran dentro y te arrastraran.si te quedas en la orilla observandolas,no hara falta que las detengas ni las controles.ellas solas se desvaneceran.cuando aparezcan pensamientos intrusos en tu mente por muy desagradables que sean,recuerda que son como olas.imaginaque estas en la orilla de la playa sobre la arena.observa como viene la ola, dura unos segundos y se desvanece.cuando aparezcan tus pensamientos intrusos,ponte en la orilla y observalos.sigue con lo que estuvieras haciendo con total naturalidad. al pricipio puede costarte trabajo este ejercicio,pero con practica lo podras llevar a cabo.aprovecha cada vez que aparezca un pensamiento intruso para ponerlo en practica.

fuente: dominar las obsesiones/editorial Desclee de brouwer

El trastorno obseso-compulsivo


Definición
El trastorno obseso-compulsivo (TOC) se caracteriza por la presencia de pensamientos forzados, intrusos e inútiles en una mente dubitativa, pensamientos que no pueden ser rechazados, juntamente con el deseo fuerte e imperioso de llevar a cabo acciones mentales o motoras hasta que satisfagan el componente emocional e intelectual implicado.

Sintomatología
El TOC, al afectar el pensamiento, el humor, la volición, la percepción y la actividad motora, produce modificaciones de la conducta, y con el tiempo, deterioro en la interacción social y en las relaciones familiares, y pérdida de la capacidad para funcionar, lo que a su vez produce pérdidas económicas.
El TOC abarca una amplia gama de síntomas secundarios que si son intensos y frecuentes pueden enmascararlo. Los síntomas más importantes son la ansiedad, la depresión, las fobias, la conducta agresiva, los trastornos sexuales y las alteraciones en la percepción. La presencia de la duda obsesiva es una clave diagnóstica que se manifiesta como la incapacidad de tomar decisiones y la tendencia a sobreanalizar situaciones.
El examen clínico del TOC debe ser exhaustivo, ya que ello permitirá encontrar señales que pueden permanecer ocultas por la intensidad de los signos primarios del TOC. Estos síntomas son delirios, excitación maníaca, deformación de la imagen corporal, disorexia, automutilaciones, hiperquinesia, hipocondriasis, cólera, excitabilidad, convulsiones, distonias y trastornos del sistema nervioso autónomo. La presencia de estos síntomas puede indicar formas subclínicas, variantes o comorbilidad dentro del espectro clínico del TOC.

Epidemiología
Las estadísticas más recientes han indicado que alrededor de seis millones de norteamericanos sufren de TOC. Esta prevalencia es dos veces mayor que la de la esquizofrenia.(1)
El trastorno comienza durante la niñez y la adolescencia en el 50% de los casos, afectando en una relación 1:1 a ambos sexos y siendo significativamente más frecuente en hombres solteros.
Entre el comienzo de la enfermedad y la primera consulta con un profesional suele transcurrir un lapso de entre cinco y siete años. Este lapso es indicativo del comienzo gradual y progresivo de la enfermedad. Por lo general el paciente consulta cuando la gravedad de los síntomas interfiere con la realización de las actividades diarias, el estudio o el trabajo. El 8% de los padres de los pacientes padecen de TOC.

Clasificación
La clasificación clínica del TOC y su espectro es muy importante, ya que un buen diagnóstico conducirá a un tratamiento más eficaz. Nosotros también hemos elaborado una clasificación etiopatogénica alternativa que tiene por objeto mejorar las proposiciones teóricas de los investigadores.(1)
En resumen, hemos clasificado los trastornos obseso-compulsivos en:
1) primarios,
b) formas complejas y
3) trastornos asociados,
de acuerdo con los rasgos fenomenológicos que constituyen el perfil semiológico de cada entidad clínica.
Consideramos que la clasificación del DSM III R sobresimplifica la clínica de estos trastornos, lo que conlleva el riesgo de un diagnóstico erróneo, con el subsecuente error en la selección de la terapéutica.
Diagnóstico diferencial
Habrá que repetirlo una y otra vez: la sintomatología proteiforme del TOC puede ocasionar errores diagnósticos. El diagnóstico diferencial se hará con las siguientes enfermedades:
1) esquizofrenia,
2) psicosis maníaco-depresiva,
3) trastornos esquizoafectivos,
4) depresión mayor,
5) trastornos de ansiedad,
6) trastornos fóbicos,
7) síndromes cerebrales orgánicos, y
8) personalidad obseso-compulsiva.
En el enfermo que padece de TOC el criterio de realidad siempre permanece intacto.

Aspectos dinámicos
El enfermo que padece de TOC se caracteriza por tener que controlar todo. A diferencia del enfermo esquizofrénico, vive su realidad en el mundo exterior. Como consecuencia es hipervigilante. El contenido del pensamiento del paciente obseso-compulsivo se caracteriza no sólo por la abundancia de ideas obsesivas, sino además de ideas fijas, sobrevaloradas y paranoides que se entretejen en un curso del pensamiento que es, por definición, rígido y minucioso. Este perfil dinámico se adhiere a una gran necesidad de dependencia, debida principalmente a la dificultad de tomar decisiones. Estos aspectos del trastorno deben tenerse en cuenta al diseñar el modelo terapéutico a seguir.

Aspectos biológicos
En este trabajo nos limitaremos al enfoque biológico de esta condición. Por supuesto que hay una amplia literatura accesible que ocupa un lugar de importancia en la fisiopatología del TOC.
Las bases neuroquímicas para un postulado teórico se han hallado en el estudio de los mecanismos indolaminérgicos, sobre todo la serotonina (5-HT). Estas investigaciones se realizaron midiendo neurotransmisores o sus metabolitos en sangre total, trombocitos, orina, y líquido cefalorraquídeo de enfermos con TOC.
Se encontraron niveles significativamente bajos de 5-HT en enfermos con TOC al compararlos con un grupo control de personas normales,(2) mientras que el triptofano (TRI) total y libre plasmático (precursor de la 5-HT) y su catabolito, el ácido 5-hidroxiindolacético (5-AHIA), medido en orina de 24 horas de recolección, permanecieron normales.(3)
Se ha demostrado que los enfermos de TOC que respondieron favorablemente al tratamiento con clorimipramina presentaron niveles altos de 5-AHIA en el líquido cefalorraquídeo al ser comparados con enfermos de respuesta terapéutica débil.(4)
Según otro estudio, el 5-AHIA en el líquido cefalorraquídeo fue levemente alto en un grupo pequeño de pacientes con TOC (n= 7) comparados con un grupo control.(5)
La eficacia de bloqueadores potentes (5-A) y específicos de la retoma de la 5-HT(6, 7, 8, 9) es un factor adicional para fundamentar la hipótesis serotoninérgica.(10)
Históricamente la encefalitis pandémica de 1915-1926 introdujo los conceptos necesarios para proponer un modelo neuropsiquiátrico de las enfermedades mentales. En el caso del TOC, los síntomas psiquiátricos de la encefalitis se caracterizaron por la presencia de obsesiones y compulsiones.
Los síntomas que fueron observados en enfermos postencefalíticos incluyeron:
1) dudas,
2) compulsiones,
3) conducta repetitiva, y
4) arritmonamía.
En la encefalitis las obsesiones y las compulsiones son de tipo primitivo y no intelectuales.(11)
Lesiones cerebrales que abarcan desde tumores hasta accidentes cerebrovasculares han sido asociadas al TOC.(12, 13, 14, 15, 16) La tomografía computada ha demostrado una disminución del volumen del núcleo caudado en TOC(17) y un aumento del índice ventrículo-cerebral(18) en un grupo de adolescentes que padecían TOC.

Estudios metabólicos
Un trastorno del metabolismo periférico de la glucosa fue observado en enfermos de TOC al realizarse la prueba oral de sobrecarga de glucosa.(19) Debido a que la glucosa participa activamente en los mecanismos reguladores de la absorción del triptofano en el cerebro,(28) debe ser considerada la relación glucosa-5-HT.
La tomografía por emisión de positrones en una muestra de paciente afectados de TOC con comienzo infantil ha demostrado un aumento del metabolismo de la glucosa en las áreas frontal izquierda, sensorio-motora derecha, prefrontal bilateral y cingular anterior,(21) mientras que en adultos las regiones afectadas fueron la circunvolución frontal izquierda y el núcleo caudado bilateral.(22) Estos estudios pueden asociarse a las observaciones de los enfermos postencefalíticos.

Aspectos neurofisiológicos
Se ha demostrado actividad eléctrica anormal y una disfunción del lóbulo frontal izquierdo con conexiones cíngulo-orbitales.(25, 26, 27)
Pruebas neuropsicológicas han mostrado deficiencias consistentes con un compromiso fronto-parietal.(28, 29)

Modalidades terapéuticas
El tratamiento del TOC debería hacerse con un criterio global incluyendo el uso de medicación, terapias de comportamiento y cognitiva, y participación del grupo familiar. La intervención psicoquirúrgica será contemplada una vez que todas las otras vías terapéuticas han fracasado y el paciente es decididamente refractario a todas las terapias utilizadas. La necesidad de un plan terapéutico comprensivo es indispensable en los casos graves y crónicos, que ocasionan una destrucción del equilibrio bío-psicosocial del enfermo. Los agentes con actividad anti obseso-compulsiva pueden facilitar la tarea de mejoría del enfermo. Ha sido comprobada la eficacia terapéutica de la clomipramina,(30, 31) fluoxetina,(32) fluvoxamina(33) y sertralina.(34) El promedio de eficacia de estas drogas para el TOC es del 50 %.
El L-triptofano, aminoácido precursor de la serotonina, en combinación con piridoxina y ácido nicotínico,(35) con litio y tranilcipromina(36) fue utilizado, obteniéndose resultados moderados. En enfermos de TOC refractarios a los tratamientos standard, el agregado de clonazepan,(37) fenfluramina(38) o clonidina(39) ha demostrado eficacia para coadyuvar en el proceso de recuperación. Debemos añadir que la potenciación de estas drogas para aumentar la eficacia terapéutica requiere estudios adicionales.
Ocasionalmente, con resultados prometedores, se ha llevado a cabo el uso concomitante de varias drogas (polifarmacia), por las siguientes razones:
1) tratar subgrupos de TOC,
2) por razones terapéuticas ante el fracaso al utilizar una sola droga,
3) para aumentar la acción terapéutica de la droga primaria, y
4) para controlar síntomas secundarios tales como la ansiedad grave.
Las recaídas como consecuencia de la suspensión del tratamiento abarcan un promedio del 10 al 90%.(40) Nosotros preferimos una combinación de tratamiento farmacológico-conductista.(41, 42) De ese modo se logran dos propósitos:
1) usar menos medicación, lo que disminuye la presencia de efectos secundarios, y
2) menos posibilidad de recaídas.
Las intervenciones quirúrgicas cerebrales para el tratamiento del TOC están limitadas a los casos refractarios a los tratamientos no invasivos. Los pacientes con compulsiones graves parecen responder mejor a los procedimientos psicoquirúrgicos. Los beneficios son sintomáticos y no producen cura completa; se precisan alrededor de seis meses para observar una mejoría aceptable. La eficacia del tratamiento alcanza a un promedio que oscila entre el 50 y el 80%, con una posibilidad importante de sufrir una recaída. La cirugía órbito-frontal y la del cíngulo han contribuido a validar la hipótesis orgánica del TOC. Podemos agregar que la cirugía de coagulación estereotáctica de la zona intralaminar y la del núcleo medial del tálamo se ha utilizado para tratar compulsiones, fobias, tics y el síndrome de Gilles de la Tourette.(43)
Dado que el TOC presenta como síntoma principal la duda, los enfermos confían en sus parientes para tomar decisiones, por lo tanto se establece un fuerte lazo de dependencia. Los pacientes necesitan ayuda para poder funcionar y enfrentar la vida. Con el paso del tiempo este lazo de dependencia se transforma en una relación simbiótica que causa beneficios secundarios individuales o mutuos. Como resultado, una mejoría amenaza la simbiosis, por lo que se obliga a “sabotear” el tratamiento a los efectos de mantener el status quo. De allí la necesidad impostergable de integrar el núcleo familiar al modelo terapéutico. Una vez que se ha obtenido una mejoría notable con recuperación de la funcionalidad, el enfermo deberá participar en un programa de rehabilitación con la idea de ubicarse nuevamente dentro del marco social y laboral.

Curso y pronóstico
La evolución del TOC se caracteriza por una fase aguda, una subaguda y una crónica. Por lo general el inicio es insidioso, con un aumento gradual en la intensidad y frecuencia de los síntomas. La enfermedad hace picos alrededor de los 18, 25 y 40 años. Estos picos pueden ser debidos a cambios psicosociales, tales como ingreso a la universidad, servicio militar, casamiento, menopausia, y “crisis de la edad media”. El TOC puede empeorar como consecuencia del estrés, embarazo, puerperio, divorcio, pérdida económica, virosis y enfermedades graves. El TOC no sigue un ciclo estacional ni un ritmo circadiano.
Los pacientes podrían reportar un aumento en obsesiones durante la noche, cuando están solos o sin hacer nada. El TOC parece ser crónico, aunque se pueden presenciar recuperaciones espontáneas o remisiones de larga duración. La duración de una recaída puede acortarse en los pacientes que hayan sido previamente tratados.
Existe una forma maligna de TOC que sigue un proceso de deterioro. En estos casos podría ser necesaria la psicocirugía.

Perspectiva filosófica
Se ha asociado el TOC con las siguientes enfermedades: trastornos alimentarios, epilepsia, trastornos de ansiedad generalizados, síndrome de Gilles de la Tourette, Corea, enfermedad maníaco-depresiva, retardo mental, trastornos de pánico, Parkinson, fobias, esquizofrenia, automutilación y trastornos de dismorfia corporal.
Este trastorno multifacético representa tantas conexiones clínicas que, en fin, se podría explicar en términos de un continuo patológico. El continuo comienza en un punto determinado en el cerebro como resultado del impacto de una noxa. El impacto produce un efecto ondulante que involucra en su trayectoria varios subsistemas histoelectroquímicos que causan el mosaico sintomatológico observado. Como ejemplo se podría utilizar el concepto de un abanico cuyos pliegues representan distintos síntomas. Por lo tanto la fuerza del impacto determina el tamaño de la apertura y un panorama mayor de síntomas presentes.(44)
Por último, el TOC puede considerarse como un modelo del sistema general de proceso.
fuente:http://www.alcmeon.com.ar/3/11/a11_01.htm

TRATAMIENTO COGNITIVO-CONDUCTUAL DE LOS TRASTORNOS OBSESIVO-COMPULSIVO


Conferencia




TRATAMIENTO COGNITIVO-CONDUCTUAL DE LOS TRASTORNOS OBSESIVO-COMPULSIVO

Autores:
A González
S. Jiménez

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INTRODUCCIÓN

La terapia cognitivo-conductual en el tratamiento de los trastornos obsesivo-compulsivos (TOC), representó un avance importante, ya que un trastorno que casi se consideraba incurable por la psicología clásica, pasó a convertirse en reversible en algunos casos y en otros, más graves, permitía una calidad de vida mejor.



El objetivo principal del tratamiento consiste en modificar todos aquellos pensamientos y conductas que restringen la vida del paciente. Téngase en cuenta que la mayoría de las veces la actividad social, laboral y de ocio de su vida está totalmente alterada, así como su relación familiar.



Haciendo una revisión de la literatura científica, se observa que desde los años 70, momento en el que se empezó a demostrar la eficacia de las técnicas conductuales, concretamente de las técnicas de exposición, hasta nuestros días, es evidente el interés que los clínicos e investigadores han mostrado por este tema.



En esta exposición intentaremos realizar una valoración de las técnicas más utilizadas, así como de su efectividad teniendo en consideración el papel de la farmacoterapia.



En primer lugar, antes de pasar a discutir los avances en la terapéutica cognitivo-conductual para este trastorno y desde una punto de vista aplicado, conviene señalar que como en todos los casos, una vez realizado el diagnóstico será necesario realizar una valoración de si el paciente es susceptible de ser tratado desde esta orientación psicológica.



VARIANTES TERAPÉUTICAS

1.- EXPOSICIÓN EN VIVO CON PREVENCIÓN DE RESPUESTA

La aplicación sistemática de la terapia conductual al TOC se remonta a mediados de los 60 cuando el psicólogo Victor Meyer empezó a tratar a pacientes con rituales compulsivos. Consistía en colocar al paciente en situaciones de la vida real que le provocaran ansiedad y desasosiego (exposición en vivo) e impedir que el paciente realizara su conducta compulsiva (prevención de respuesta). Esta combinación es en la actualidad una técnica muy empleada para personas con conductas compulsivas.



Esta técnica se basa en el concepto de habituación y consiste en que el paciente esté en contacto, durante un período prolongado de tiempo con la situación u objeto temido. Ello provoca una intensa ansiedad que va aumentando progresivamente, a medida que va avanzando el tiempo de la exposición, hasta que esta ansiedad llega a un nivel máximo, cuando al no permitir que el paciente escape o evite tal situación, la ansiedad empieza a descender. Para que esta técnica sea eficaz, es necesario que después de este ejercicio el paciente esté una hora sin realizar rituales.



Dado que se pide al paciente que se enfrente a situaciones que le generan una elevada ansiedad, es necesario informarle claramente de los fundamentos de esta técnica.



La exposición debe ser gradual, prolongada (mínimo de una hora), repetida diariamente y practicada en la vida cotidiana. Las sesiones de exposición se han de planificar, ya que confiar que los pacientes afronten situaciones de forma casual no resulta eficaz. La exposición debe durar hasta que desaparezca la ansiedad y durante este tiempo, la atención del paciente debe dirigirse exclusivamente hacia la exposición temida, para que de este modo resulte eficaz el tratamiento.



Los familiares próximos suelen estar inmersos en el problema obsesivo-compulsivo y, por lo tanto, han de conocer los principios del tratamiento. Además, un familiar clave puede actuar como co-terapeuta, para lo cual ayudará al paciente a preparar los ejercicios de autoexposición y a monitorizar los progresos.



Las investigaciones realizadas han ido proporcionando pruebas convincentes de su eficacia, siendo el tratamiento más empleado.



Marks (1997) en una revisión sobre la aplicación y efectividad de los tratamientos conductuales para el TOC en los últimos diez años, afirma que numerosos estudios han demostrado que el procedimiento de exposición en vivo con prevención de respuesta (EPR) reduce de forma eficaz los rituales compulsivos y los pensamientos obsesivos en la mayoría de pacientes de todos los grupos de edad, aunque una minoría de pacientes no completan el programa de tratamiento. Los resultados se mantienen en los seguimientos de 2 a 6 años. La mejoría después de la EPR se generaliza a las creencias obsesivo-compulsivas, al estado de ánimo y al ajuste social y laboral. Asimismo, también se observan cambios en el fluído sanguíneo cerebral del nuncleo caudado. Los estudios parecen demostrar también, que enseñar a los pacientes de cómo prevenir las recaídas, reduce el riesgo de recurrencia. Según Marks (1997) la EPR se muestra ligeramente superior a la medicación antidepresiva, en cuanto a la remisión de síntomas y mantenimiento de los resultados a largo plazo, siendo los fármacos antidepresivos convenientes cuando hay un cuadro depresivo asociado al TOC. Cada vez más los terapeutas tienden a enseñar a los pacientes a realizar ejercicios de auto-exposición y a prevenir los rituales. Los manuales y los sistemas informáticos de autoayuda para realizar la EPR en casa, se han mostrado eficaces en algunos estudios piloto.



Lindsay, Crino y Andrews (1997) consideran la EPR como el tratamiento de elección de los TOC. Según estos autores, a pesar de que existen escasos ensayos randomizados EPR-placebo, la eficacia de estos procedimientos conductuales ha sido demostrada reiteradamente. En su trabajo intentan estudiar si añadiendo técnicas de manejo de la ansiedad junto a la EPR, tiene alguna influencia en los resultados del tratamiento. Concluyen que la reducción de síntomas en los TOC está asociada a la EPR y no a otros aspectos inespecíficos del tratamiento. Asimismo, afirman que, en general, añadir técnicas de manejo de la ansiedad en el tratamiento no tiene ninguna relevancia de cara a los resultados del mismo.



Gedenk y Nepps (1997) recomiendan que en el tratamiento de los TOC se incluyan sesiones psicoeducativas, inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina y técnicas conductuales.



Hand (1998) considera que con respecto a los resultados a largo plazo, la terapia conductual (EPR) es el primer tratamiento de elección del TOC, con o sin inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina.



Según Greist (1998), la controversia acerca de la efectividad de los procedimientos conductuales (EPR) versus los farmacológicos aún no está clara, aunque todas las investigaciones realizadas a partir de meta-análisis informan que la terapia de la conducta es la más eficaz, en términos de mejoría a corto plazo y mantenimiento a largo plazo. Van Noppen, Marsland y Rasmussen (1998) también informan de la efectividad de la EPR, tanto sola como combinada con farmacoterapia. Estos autores describen en su trabajo un programa de tratamiento conductual grupal de 10 sesiones, en las que aplican técnicas de exposición con prevención de respuesta, modelamiento y reestructuración cognitiva. Los resultados del mismo en 90 pacientes diagnosticados de TOC, es medido a través de las puntuaciones en la Yale-Brown Obsessive-Compulsive Scale.



Otros trabajos que informan de la eficacia de los tratamientos conductuales son los de Baer (1996), Abramowitz (1997), Ko (1997), Baer y Greist (1997), Albucher, Abelson y Nesse (1998) y de van Vliet (1999), por nombrar sólo algunos de los más recientes.



Es interesante el estudio de meta-análisis de Kobak y cols. (1998) sobre la efectividad de la EPR versus tratamientos farmacológicos, en el que realizan una revisión de los trabajos desde 1973 hasta 1997. Observan que la efectividad de la clorimipramina parece ser superior a la de otros inhibidores de la recaptación de la serotonina, a excepción de la serotonina, pero sin embargo, no hallan diferencias entre serotonina y EPR. Concluyen que la decisión de utilizar uno u otro procedimiento dependerá de la disponibilidad de cada uno de ellos, así como de las preferencias personales.



Goodman (1999) discute las alternativas terapéuticas más eficaces para el tratamiento del TOC. Respecto a la farmacoterapia, propone un ensayo de entre 10-12 semanas con un inhibidor selectivo de la recaptación de la serotonina a dosis adecuadas. Informa que en la mayoría de los casos el tratamiento debe iniciarse con este tipo de fármacos porque han demostrado su superioridad en cuanto a seguridad, tolerancia y eficacia equivalente comparados con la clomipramina. Si el paciente no responde, es necesario cambiar de inhibidor selectivo, combinado con otra medicación más terapia de la conducta.



Otra modalidad de tratamiento conductual es el descrito por Marks y cols. (1998) y por Greist y cols. (1998)llamado BT STEPS. Este programa tratamiento utiliza la técnica de ERP autoaplicada, a través de un sistema informático y contacto telefónico. Los resultados han mostrado la eficacia de dicho programa.



Eisen y cols. (1999) en un estudio prospectivo, examinan a sesenta y seis pacientes con diagnóstico primario de TOC en seguimiento hasta los 2 años. Obtienen que la probabilidad de remisión total del TOC, en este grupo de pacientes, después de 2 años es del 12%. La probabilidad de remisión parcial es del 47%. La probabilidad de recaída es del 48%. No identifican factores predictores de remisión total o parcial. En cuanto a la terapéutica utilizada, un 77% son tratados con un inhibidor selectivo de la recaptación de la serotonina durante un período igual o superior a doce semanas, un 68% reciben un inhibidor selectivo a dosis medias o altas durante un período igual o superior a doce semanas y sólo un 18% son tratados con terapia de la conducta. Concluyen que aún habiéndose demostrado sobradamente la eficacia de esta terapéutica, sigue siendo infrautilizada por los clínicos.



Piacentini (1999), considera que mientras que las psicoterapias tradicionales no han tenido éxito en el tratamiento de los síntomas específicos del TOC, los procedimientos ERP han mostrado su eficacia en ensayos controlados.



Asímismo, los procedimientos de EPR han demostrado ser útiles en el tratamiento del TOC en niños y adolescentes. Concretamente la ERP ha demostrado ser tan eficaz como en el tratamiento de los adultos. Owens y Piacentini (1998) informan del éxito de los procedimientos de terapia conductual (ERP) en un caso en el que han fracasado dos ensayos farmacológicos. Recomiendan la inclusión de la madre en el tratamiento. Un seguimiento realizado a los dos y seis meses, confirma la mejoría de los síntomas obsesivo-compulsivos. El trabajo de Franklin y cols. (1998) también informa de la eficacia de la EPR en el TOC en niños y adolescentes. Asimismo, en el tratamiento de niños y adolescentes parece conveniente aplicar técnicas de manejo de la ansiedad y la terapia de apoyo, asociadas a la ERP (Piacentini, 1999).



Otros autores contemplan la posibilidad de incluir la familia en el tratamiento del TOC. Un ejemplo de ello sería el trabajo de Van Noppen y cols. (1997), en el que comparan la efectividad de un programa grupal cognitivo-conductual con otro en el que se incluye a la familia. Los resultados parecen demostrar la superioridad del segundo abordaje.



2.- OTRAS TÉCNICAS PARA EL TRATAMIENTO DEL TOC

Hay que tener en cuenta el papel del modelado en el tratamiento del TOC, ya que a menudo se añade como tercer elemento del paquete de tratamiento. Como ya es sabido, el modelado consiste en que el terapeuta ejecute frente al paciente la acción temida por él, de forma calmada y controlada. Aunque no es una técnica esencial, el modelado facilita la terapia en aquellos casos en que la ansiedad del paciente es muy elevada, haciendo difícil que se enfrente él solo a los estímulos que le provocan temor. Por lo tanto, la ansiedad del paciente dismuye al comprobar que el terapeuta puede exponerse a tales situaciones sin que aparezcan las consecuencias negativas que él espera. En nuestra experiencia, utilizamos esta técnica al principio del tratamiento y en aquellos pacientes que presentan mayor severidad de los síntomas.



Cuando no es práctico exponer al paciente en la vida real, o como paso incial para preparar al paciente en la exposición in vivo de la situación, se utiliza la exposición en imaginación. Esta técnica mejora los resultados a largo plazo, al añadirse a la EPR (de Silva y Rachman, 1995).



El tratamiento para las personas sin conductas ritualísticas no está tan bien elaborado, no obstante se utilizan algunas técnicas que pueden ser de gran ayuda. La técnica más utilizada es la demora y exposición del pensamiento obsesivo. Es importante que el terapeuta explique al paciente el mecanismo de las ideas obsesivas y que para dejar de obsesionarse el mejor camino es desarrollar una actitud de aceptación. El posponer la obsesión consiste en dejar de prestar atención al pensamiento obsesivo durante un tiempo y de este modo, se consigue empezar a controlar la aparición de ideas obsesivas. El añadir la exposición permite que el paciente se acostumbre al pensamiento indeseado. Como consecuencia de la exposición repetida y/o prolongada, el pensamiento será gradualmente menos nocivo, menos ansiógeno y, por lo tanto, dejar de ser problemático.



Con los pacientes cuyo principal problema es la lentitud obsesiva se usa la temporalización, la estimulación y el moldeado. Este tipo de tratamiento requiere mucho tiempo y exige una participación activa del terapeuta, siendo las mejorías graduales.



VARIABLES PREDICTORAS DE ÉXITO O FRACASO TERAPÉUTICO

La repuesta al tratamiento no siempre coincide en todos los casos. Así, una línea de trabajos revisa la eficacia de las distintas terapéuticas utilizadas en el tratamiento de los TOC. En este sentido, Rasmussen y Eisen (1998) se plantean que, a pesar de que la efectividad de la EPR y de los inhibidores selectivos está sobradamente demostrada, algunos pacientes responden parcialmente a estas terapéuticas, mientras que algunos no lo hacen en absoluto. Resultados preliminares indican que dada la persistencia de los síntomas obsesivos a lo largo de toda la vida, quizás la discontinuidad en la farmacoterapia pueda estar relacionada con las recaídas. McKay (1997) revisa los resultados a largo plazo (dos años) de un programa de tratamiento basado en los procedimientos de EPR. Observa que incluir sesiones dedicadas a la prevención de recaídas, antes de concluir dicho tratamiento, está relacionado con el mantenimiento de los resultados.



Por ello, es necesario realizar estudios prospectivos y controlados para identificar los factores predictores de recuperación, remisión y recaída. De Haan y cols. (1997), en un estudio realizado con una muestra de 99 pacientes, observan que la severidad de los síntomas, la motivación por el tratamiento y la puntuación en el Personality Disorder Questionnaire Revised (PDQ-R) para el cluster A de personalidad son factores predictores de éxito terapéutico.



Dressen, Hoekstra y Arntz (1997) estudian la implicación de las variables de personalidad en el éxito o fracaso de los tratamientos aplicados. La muestra utilizada para llevar a cabo sus objetivos son 52 pacientes diagnosticados de TOC y tratados con un programa de terapia cognitivo-conductual, de doce sesiones semanales, que finalmente completan 43 pacientes. Administran una batería de pruebas psicométricas antes y después del tratamiento, así como en el seguimiento de uno y seis meses. Los autores concluyen que ninguna variable de personalidad está significativamente relacionada con los resultados del tratamiento. La inclusión de los abandonos en el ánalisis no modifica los resultados.



Otro trabajo reciente sobre predictores de respuesta es el de Brody y cols. (1998). Su objetivo es determinar los predictores metabólicos pre-tratamiento al abordaje conductual y al farmacológico. Los resultados obtenidos sugieren que los pacientes con distintos patrones de metabolismo responden mejor a la terapia de la conducta que a la medicación.



CONCLUSIONES

Se ha demostrado que la terapia cognitivo-conductual resulta ser un tratamiento eficaz para el TOC, siendo la exposición el tratamiento de elección. La mayoría de estos pacientes experimentan una mejoría tratándose exclusivamente con técnicas cognitivo-conductuales y la combinación con tratamientos farmacológicos se utilizará en aquellos casos graves o cuando haya una drepresión concomitante. Debemos señalar que la colaboración del paciente es vital, ya que deberá enfrentarse a situaciones que le causan ansiedad, como parte esencial del tratamiento. Por ello es muy importante que durante las primeras sesiones el terapeuta obtenga la máxima información (recuérdese que el paciente obsesivo tiende a esconder sintomatología), con una actitud comprensiva y segura, ya que estamos delante de un paciente que capta rápidamente si está ante un terapeuta experimentado. La variable terapeuta es para nosotros fundamental en el tratamiento del TOC.



Finalmente, destacar el papel fundamental que tiene la familia en el proceso terapéutico, tanto a nivel individual como grupal.

fuente:http://www.psiquiatria.com/congreso_old/mesas/mesa41/conferencias/41-ci-f.htm