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Trastorno obsesivo compulsivo postparto

Muchas nuevas madres se sienten un poco ansiosas al cuidar a sus bebés. Pero a veces, esa preocupación se convierte en una obsesión sobre todas las cosas que pueden salir mal.
Los expertos llaman a esa afección trastorno obsesivo compulsivo (TOC) postparto. Puede llevar a las mujeres a tomar medidas extremas para evitar que sus miedos se vuelvan realidad, como bañar a su bebé repetitivamente para mantener los gérmenes a raya, hasta tal punto que el bebé desarrolle llagas, o negarse a cargar al bebé por temor a que se le caiga.
Aunque la depresión postparto obtiene mucho más atención, el TOC postparto también puede resultar nocivo para madre e hijo, afirmó Kiara Timpano, profesora asistente de psicología de la Universidad de Miami, en Florida.

“Desear proteger al niño y mantenerlo a salvo es una parte muy normal de la crianza”, dijo Timpano. “Lo que sucede con el TOC es que esa vigilancia natural se exacerba en exceso.

Las madres con TOC no solo se preocupan excesivamente, sino que sus pensamientos las angustian tanto que intentan controlarlos con conductas rituales o repetitivas”, explicó Timpano.
“Por ejemplo, una madre puede verse abrumada por pensamientos de que su bebé enferme por los gérmenes, y podría responder lavando los biberones durante horas”, dijo. “Esos síntomas pueden comenzar a adueñarse de la vida de un individuo muy rápidamente”.
Alrededor de uno de cada cien adultos tiene TOC, apuntó Timpano. Obtener un estimado sólido de cuántas madres nuevas experimentan TOC postparto es difícil, pero los investigadores señalaron que la cifra varía entre el dos y el nueve por ciento, con síntomas de leves a graves.
No se sabe qué provoca el TOC, pero las mujeres que han tenido trastornos de ansiedad o TOC antes de dar a luz son más vulnerables, apuntó Timpano. Tener un bebé es una enorme transición vital acompañada por inmensos cambios hormonales y fisiológicos, lo que podría contribuir.
Para ver si el TOC postparto se puede prevenir, Timpano y colegas reclutaron a 71 madres que reportaron tener ansiedad significativa antes del parto, aunque no un trastorno de ansiedad.
Las madres se inscribieron en una clase normal de parto, o en una clase que enseñaba las señales de advertencia del TOC y técnicas para afrontar los síntomas. Se les dio seguimiento uno, tres y seis meses tras el nacimiento del bebé.
Las madres de la clase de la intervención presentaron menos ansiedad y desarrollaron mejores habilidades de afrontamiento para manejar sus “pensamientos obsesivos” que las madres en la clase normal, según el estudio que aparece en línea como adelanto de la edición impresa de la revista Journal of Psychiatric Research.
Lo que separa a las mujeres vulnerables al TOC de las que no lo son incluye ciertas formas de pensar sobre las cosas, apuntó Eric Storch, profesor asociado de pediatría, psiquiatría y psicología de la Facultad de medicina de la Universidad del Sur de Florida, que ha estudiado el TOC postparto.
Por ejemplo, muchas madres podrían tener pensamientos inquietantes, como un temor de ahogar accidentalmente al bebé mientras lo bañan. Pero para las madres con TOC, en lugar de un pensamiento pasajero que se descarta y olvida rápidamente, el pensamiento ocurre una y otra vez en sus mentes, hasta que comienzan a temer que en realidad podrían hacerlo, explicó Storch.
Por eso el TOC postparto a veces se confunde con la psicosis postparto, una forma grave de depresión en que la madre podría experimentar alucinaciones y está en riesgo de hacer daño a su bebé, dijo Storch. Las madres con TOC postparto presentan poco riesgo de hacer daño a sus bebés, apuntó.
“Hay casos en que mujeres no psicóticas son hospitalizadas porque un médico teme que harán daño a sus hijos, cuando quizás las madres con TOC postparto sean las que menos probabilidades tienen de hacer daño a sus hijos”, comentó Storch.
El TOC puede ser difícil de tratar, aunque la terapia cognitivo conductual, que enseña a las personas formas de manejar y cambiar sus pensamientos preocupantes, puede ayudar. Algunas mujeres también tienen depresión junto al TOC postparto, y los antidepresivos también podrían aliviar los síntomas, dijo Timpano.
Ambos expertos concurren en que hay que hacer más por identificar a las mujeres que sufren de TOC postparto.
“La depresión y la psicosis han captado casi toda la atención, con buenos motivos”, dijo Storch. “Pero hay un gran número de mujeres que experimentan un aumento en los síntomas obsesivos compulsivos inmediatamente tras el parto”.
Desde | HealthDay News
La nota fue extraída del link anterior. Si tienes dudas o sugerencias sobre derecho de autor favor de remitirse a la liga mencionada con anterioridad.
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http://blog.mamasybebes.com

El embarazo dispararía o agravaría los síntomas de TOC
Diferencias en los genes que regulan o son regulados por las hormonas reproductivas.

Medlineplus


Por Amy Norton

NUEVA YORK (Reuters Health) - Un nuevo estudio aportó más pruebas de que el embarazo agravaría o causaría síntomas del trastorno obsesivo compulsivo (TOC) en algunas mujeres, lo que sugiere que en algunos casos existiría una respuesta anormal a los cambios hormonales.

El TOC es un trastorno de ansiedad que produce pensamientos continuos e indeseados que impulsan a repetir rutinas y rituales una y otra vez. La obsesión con la limpieza, por ejemplo, llevaría a una persona a lavarse las manos constantemente.

Unos 2 millones de adultos en Estados Unidos tienen el TOC, cuyos síntomas suelen aparecen en la niñez o la adolescencia. Pero algunos estudios demostraron que también pueden aparecer durante o inmediatamente después del embarazo, que además podría agravarlos en algunas mujeres.

El nuevo estudio confirma y amplía esos resultados, según la doctora Ariadna Forray, de la Escuela de Medicina de la Yale University, en New Haven, Connecticut.

Tras analizar las historias clínicas y entrevistar a 126 mujeres tratadas en la Clínica de TOC de Yale, el equipo halló que el 32 por ciento de las 78 mujeres que habían estado embarazadas habían tenido los primeros síntomas de TOC durante o inmediatamente después del embarazo.

Además, el equipo observó que la gestación agravó los síntomas en la tercera parte de las mujeres que habían desarrollado TOC antes de quedar embarazadas. Pero en el 22 por ciento de los embarazos, los síntomas mejoraron.

Y las mujeres en las que el trastorno empeoraba en los días previos a la menstruación tenían más riesgo de sufrir una exacerbación de los síntomas durante un embarazo. Esto respalda la idea de que existe un subtipo de TOC "asociado con las hormonas" que afecta a algunas mujeres.

"Esas mujeres tendrían otra sensibilidad a las hormonas reproductivas; en ellas, el embarazo dispararía o exacerbaría el TOC", dijo Forray.

Aunque se desconoce la causa de esas diferencias en la sensibilidad hormonal, la autora apuntó a diferencias en los genes que regulan o son regulados por las hormonas reproductivas.

Para Forray, los resultados sugieren que las mujeres con TOC y sus médicos deberían saber que el embarazo puede agravar los síntomas, sobre todo si habitualmente empeoran en el período premenstrual.

El tratamiento del TOC incluye terapia cognitiva-conductual, antidepresivos y ansiolíticos. Las pacientes y los médicos deberían tener en cuenta también que el TOC puede aparecer durante o inmediatamente después del embarazo.

Es normal que las embarazadas o las madres primerizas estén ansiosas y tengan preocupaciones. Pero Forray señaló que si ciertos pensamientos y conductas, como la preocupación por el orden, la limpieza o el bienestar del bebé, empiezan a causar estrés e interferir con las actividades diarias, entonces es tiempo de conversar con el médico.

FUENTE: Journal of Clinical Psychiatry, online 18 de mayo del 2010

El embarazo dispararía o agravaría los síntomas de TOC


El embarazo dispararía o agravaría los síntomas de TOC
Diferencias en los genes que regulan o son regulados por las hormonas reproductivas.

Medlineplus


Por Amy Norton

NUEVA YORK (Reuters Health) - Un nuevo estudio aportó más pruebas de que el embarazo agravaría o causaría síntomas del trastorno obsesivo compulsivo (TOC) en algunas mujeres, lo que sugiere que en algunos casos existiría una respuesta anormal a los cambios hormonales.

El TOC es un trastorno de ansiedad que produce pensamientos continuos e indeseados que impulsan a repetir rutinas y rituales una y otra vez. La obsesión con la limpieza, por ejemplo, llevaría a una persona a lavarse las manos constantemente.

Unos 2 millones de adultos en Estados Unidos tienen el TOC, cuyos síntomas suelen aparecen en la niñez o la adolescencia. Pero algunos estudios demostraron que también pueden aparecer durante o inmediatamente después del embarazo, que además podría agravarlos en algunas mujeres.

El nuevo estudio confirma y amplía esos resultados, según la doctora Ariadna Forray, de la Escuela de Medicina de la Yale University, en New Haven, Connecticut.

Tras analizar las historias clínicas y entrevistar a 126 mujeres tratadas en la Clínica de TOC de Yale, el equipo halló que el 32 por ciento de las 78 mujeres que habían estado embarazadas habían tenido los primeros síntomas de TOC durante o inmediatamente después del embarazo.

Además, el equipo observó que la gestación agravó los síntomas en la tercera parte de las mujeres que habían desarrollado TOC antes de quedar embarazadas. Pero en el 22 por ciento de los embarazos, los síntomas mejoraron.

Y las mujeres en las que el trastorno empeoraba en los días previos a la menstruación tenían más riesgo de sufrir una exacerbación de los síntomas durante un embarazo. Esto respalda la idea de que existe un subtipo de TOC "asociado con las hormonas" que afecta a algunas mujeres.

"Esas mujeres tendrían otra sensibilidad a las hormonas reproductivas; en ellas, el embarazo dispararía o exacerbaría el TOC", dijo Forray.

Aunque se desconoce la causa de esas diferencias en la sensibilidad hormonal, la autora apuntó a diferencias en los genes que regulan o son regulados por las hormonas reproductivas.

Para Forray, los resultados sugieren que las mujeres con TOC y sus médicos deberían saber que el embarazo puede agravar los síntomas, sobre todo si habitualmente empeoran en el período premenstrual.

El tratamiento del TOC incluye terapia cognitiva-conductual, antidepresivos y ansiolíticos. Las pacientes y los médicos deberían tener en cuenta también que el TOC puede aparecer durante o inmediatamente después del embarazo.

Es normal que las embarazadas o las madres primerizas estén ansiosas y tengan preocupaciones. Pero Forray señaló que si ciertos pensamientos y conductas, como la preocupación por el orden, la limpieza o el bienestar del bebé, empiezan a causar estrés e interferir con las actividades diarias, entonces es tiempo de conversar con el médico.

FUENTE: Journal of Clinical Psychiatry, online 18 de mayo del 2010
http://www.intramed.net/contenidover.asp?contenidoID=66048

Embarazo, depresión y psicofármacos


Embarazo, depresión y psicofármacos

Jesús J. de la Gándara es psiquiatra y jefe del Servicio de Psiquiatría del Complejo Asistencial de Burgos


Hay momentos de la vida de la mujer en los que la depresión amenaza con aparecer como una visita incómoda, no sólo difícil de sobrellevar, sino que viene cuando menos se la necesita y se resiste a marcharse. Suele ser en etapas de tránsito, encrucijadas entre factores biológicos, psicológicos y sociales, poniendo en riesgo la salud personal y familiar. Uno de esos momentos críticos es el embarazo, que supone intensos cambios fisiológicos y psicológicos potencialmente estresantes, lo que supone que la morbilidad psiquiátrica aumente (20 a 40%).

El viejo mito de que el embarazo mejora a las "mujeres neuróticas" es sólo un mito. Pese a ello las decisiones clínicas se siguen adoptando de manera bastante intuitiva y se tiende a evitar los psicofármacos sin sopesar si es mayor el riesgo de darlos o de quitarlos. En la actualidad, se sabe que el riesgo de depresión en el embarazo es elevado y se relaciona con factores psicosociales (pareja, trabajo...), exigencias biológicas (cambios hormonales), y antecedentes personales.

Un factor clave es la supresión de psicofármacos en mujeres que los estaban tomando y estaban compensadas. Esta supresión parece una pauta casi obligada, pero en mujeres con factores de riesgo altos habría que pensárselo dos veces. Aun así, la tónica general es la supresión, ya que el miedo a las malformaciones supera al temor a las consecuencias de padecer una depresión.

Por eso, es encomiable la reciente aparición de un magnífico libro sobre 'Uso de psicofármacos en el embarazo y la lactancia' (Euromédice, 2009), dirigido por los Drs. Medrano, Zardoya y Pacheco del País Vasco, y una excelente revisión dirigida por la Dra. Kimberly A. Yonkers, de la Yale School of Medicine (New Haven, Estados Unidos).

La idea general es que aunque se han descrito ciertos riesgos con el uso algunos antidepresivos durante el primer y último trimestre del embarazo, estos riesgos son inespecíficos y no superan al de no hacer nada. Por eso, adoptando una postura sensata, los autores 'dictaminan' que los antidepresivos pueden ser necesarios para aliviar o prevenir las recaídas en los casos más graves, crónicos o recurrentes, y que el riesgo de aplicarlos es, en general, escaso. Aun así, en mujeres con depresión menos graves la psicoterapia sería una buena alternativa. En todo caso, la utilización combinada de fármacos y psicoterapia, de acuerdo con las necesidades de cada caso y momento, sería la pauta más apropiada. Lo recomendable sería mantener controles psiquiátricos frecuentes en mujeres con factores de riesgo, e intervenir inmediatamente que se detecten síntomas sospechosos.

Todo esto ya lo sabíamos, obviamente, pero a pesar de todo se siguen cometiendo muchos errores, que empiezan por no detectar ni diagnosticar casos de verdadera depresión (los cambios emocionales son lógicos y propios del embarazo, se confunden síntomas psíquicos y físicos de la depresión con los de la situación psicológica y somática de embarazo) o no tratarlos ("ya se pasará", "da miedo dar fármacos"...). Luego bienvenidos sean el libro y el artículo, ya que es un tema complejo que hay que mantener constantemente actualizado, sobre todo ahora que parece que la tasa de embarazos se recupera en España después de tantos años de infecundidad.

El drama de las embarazadas cuando son víctima de las obsesiones


El drama de las embarazadas cuando son víctima de las obsesiones


Pensamientos catastróficos y rituales sin sentido, son algunos de los síntomas que pueden evidenciar las futuras madres cuando padecen esta enfermedad, además de enfrentar el cuestionamiento de ingerir o no el medicamento, debido a sus posibles efectos en el bebé.

Sandra tiene casi cinco meses de gestación y nos confiesa lo difícil que ha sido sobrellevar su embarazo debido a que hace varios años padece el Síndrome Obsesivo Compulsivo (TOC), enfermedad que produce que se vea invadida por pensamientos o imágenes que no desea (obsesiones), y que repitan ciertos comportamientos (compulsiones) una y otra vez.

Relatándonos que el tiempo que estuvo medicada sus miedos y angustia se disiparon, pero por la gestación de su bebé dejó de golpe los fármacos, desarrollando así nuevamente los síntomas: “Al comienzo me sentí bien, pero en el transcurso de los meses las ideas sobre enfermedades y catástrofes varias se han apoderado de mi. Además, me di cuenta que estaba realizando rituales, mirando diez veces si apagué o no la cocina”, declara.

Claramente esta situación la ha tenido bastante inquieta, porque además señala que está imposibilitada de tomar medicamentos para sus obsesiones: “Por mi hijo me voy a mantener sin las pastillas, pero si el miedo me gana tendré que hablarlo con mi médico. Hasta ahora lo he podido manejar, así que sólo deseo que la angustia no vaya en aumento”, concluye.

Consultado sobre esta problemática el Médico Psiquiatra y Director de la Asociación Chilena para el Estudio de los Trastornos Obsesivo Compulsivos (www.atoc.cl), Roberto Amon, nos señaló que es muy importante planificar el embarazo, para evaluar los riesgos a los que se verá expuesto el feto con la medicación que se está usando, así como los riesgos para la madre con la suspensión del mismo.

“Muchos especialistas en TOC sugieren reforzar la psicoterapia cognitiva conductual durante el embarazo, y utilizar los medicamentos más inocuos posibles en caso necesario. Porque la administración de fármacos, dependerá de la adecuada consideración del caso particular y los riesgos asociados. Y por cierto se deberán usar aquellos que hayan demostrado mayor seguridad para madre e hijo”, declara.

Confirmando de esta manera, que efectivamente el uso de pastillas podrían generar en el recién nacido algunos síntomas: “Se ha descrito un cuadro que se llama síndrome conductual neonatal asociado al uso de antiobsesivos cuando la madre recibe estos fármacos durante el tercer trimestre del embarazo, e incluye síntomas como irritabilidad, nerviosismo, insomnio, además de otros motores, respiratorios y gastrointestinales”.

Aunque afirma el especialista que se trata de manifestaciones leves y que no duran más allá de dos semanas, y son manejados sin mayores problemas por los pediatras neonatólogos: “En relación a la lactancia, la mayoría de los antiobsesivos de la familia de los inhibidores de la recaptura de la serotonina como la sertralina y el escitalopram se pueden seguir utilizando sin mayores problemas”, señala.

Gánale al miedo

Por todo lo descrito queda manifiesto lo complejo que resulta sobrellevar el Síndrome Obsesivo Compulsivo, aconsejando el especialista mantener de parte de la paciente una estrecha comunicación con su médico tratante.

“Si el psiquiatra y la embarazada deciden que hay que suspender la medicación, esto se debe hacer anticipadamente y gradualmente para evitar lo que se conoce como síndrome de retirada al suspenderse la medicación de forma brusca, y que incluye síntomas como mareos, dolor de cabeza, sensaciones de corriente eléctrica, y ansiedad”.

De igual modo aconseja a la pareja a trabajar junto con la embarazada para poder contenerla en sus temores: “Lo ideal es que la familia conozca bien en que consiste el TOC, esto les permitirá no favorecer los rituales compulsivos de ella, que lo único que logran es cronificar el problema”.

Junto con recomendar terapias alternativas que complementan más que reemplazan la medicación y la psicoterapia, como las actividades físicas y distractivas gratificantes, además de aprender técnicas de relajación, como control de la respiración, meditación o visualizaciones positivas, las que a la larga le demostrarán que las obsesiones son sólo una mala broma de su cabeza, y que nada tienen que ver con la realidad.

Por Verónica Lavado



Derechos Reservados Terra Networks Chile S.A


TOC: los IRSS en el embarazo y la lactancia

TOC: los IRSS en el embarazo y la lactancia
Material extractado del 15º Congreso Internacional de Psiquiatría –AAP 2008-, 29 y 30 de septiembre y 1 de octubre del 2008
Dr. Mario Carignani

Los trastornos de ansiedad están presentes en un 30% de la población y se observan en el doble de mujeres que en varones.

Los trastornos que más se ven durante la etapa de embarazo y lactancia son: trastornos de pánico, TAG, TEPT, agorafobia y fobias específicas.

El trastorno por pánico es un cuadro que puede presentar una leve relativa mejoría durante el embarazo, pero la paciente puede presentar recaídas al suspender la medicación y hay una mayor probabilidad de exacerbación del trastorno durante el postparto o la lactancia.

El diagnóstico del TAG no es tan claro durante el embarazo, sino que lo que se observa es una sintomatología ansiosa subsindrómica sin llegar a constituirse en un trastorno de ansiedad puro, que sería como un predictor de un posible episodio depresivo en el postparto.

Hay un estudio que establece que el TEPT es el tercer trastorno psiquiátrico de las mujeres con escasos recursos económicos y presenta mayormente comorbilidad con depresión y con TAG.

Y con respecto al TOC, frecuentemente se inicia durante el embarazo y se agrava durante el postparto.

En un informe del Colegio Americano de Obstetricia y Ginecología se destaca la importancia de los cuadros psiquiátricos, como el trastorno bipolar como del trastorno de ansiedad durante el embarazo y su impacto tanto en la madre como en el niño.

Por ejemplo, ellos destacan que cuando hay un trastorno de ansiedad en la madre se produce un incremento del uso del fórceps, labores prolongadas, distrés fetal, nacimiento pre-término y los neonatos presentan algunas alteraciones en el desarrollo.

Las situaciones clínicas que se pueden presentar son que la paciente tenga el trastorno previo al embarazo y que debute con el trastorno durante el embarazo y la lactancia. Durante el embarazo es fundamental en estas pacientes instaurar un tratamiento multidisciplinario entre psiquiatra, ginecólogo y pediatra.

También es muy importante que el consentimiento del tratamiento pautado por ambos miembros de la pareja, luego de darles la mayor información posible y tratando de mantener una buena relación médico-paciente, porque son pacientes muy demandantes, con un control muy frecuente.

En cuando al tratamiento, se debe comenzar con terapia cognitiva, que es con lo que nosotros estamos intentando experimentar. Cuando se requiere medicación, lo que se sugiere es utilizar un solo fármaco y en la dosis máxima posible.

Además hay que tratar de que los fármacos sean con pocos metabolitos, alta unión a proteínas (porque disminuyen el pasaje placentario y la difusión a la leche materna) y poca interacción con otros fármacos.

TODOS LOS ANTIDEPRESIVOS PRESENTAN RIESGO DE SÍNDROME TÓXICO O DE ABSTINENCIA EN EL NEONATO.

Si bien aún está en discusión, hay que evitar el uso de paroxetina en pacientes que planean un embarazo o en embarazadas, por posible aumento de riesgo de malformaciones cardíacas.

Las benzodiazepinas aumentan el riesgo de paladar hendido en un 0.1% durante el primer trimestre del embarazo y en el último período de gestación, de síndrome de floppy baby.

Durante la lactancia hay dos pacientes a considerar, porque lo que tome la madre va a influir en el niño sí o sí.

Los antidepresivos que más se han estudiado durante la lactancia son los tricíclicos y se ha visto que presentan niveles mínimos en la leche materna y son los más seguros a utilizar en la actualidad.

En cuanto a los IRSS, la sertralina, la fluvosamina y la paroxetina son los que menor con concentración en leche materna presentan.

El escilatopram y el citalopram, en cambio, son los que presentan mayor concentración en leche materna y se asocian a casos de somnolencia neonatal.

Y la fluoxetina es la que más alta concentración presenta en leche materna y los metabolitos de vida media más largos.

Cuantitativamente, la exposición a medicación es considerablemente más baja durante la lactancia que la misma exposición transplacentaria a esos mismos IRSS, durante la gestación. Es decir, es más seguro usar IRSS durante la lactancia que durante la gestación.

En el TOC se debe evitar la combinación de clomipramina y citalopram, por el síndrome serotoninérgico.

Si la madre toma un IRSS durante el embarazo, lo que se sugiere es continuar con el mismo durante la lactancia.

De acuerdo a un estudio de la Sociedad Americana de Ginecología y Obstetricia sobre la concentración de IRSS en madres y en lactante, se vio que la paroxetina, la fluroxamina y la sertralina son los que menores concentraciones tienen.

El bupropión también está incluido dentro de los de menor concentración, pero en general no se utiliza en trastornos de ansiedad.

Nosotros hemos llegado al consenso de:

- Tratar de no suspender la lactancia en lo posible, porque es lo que aferra a la madre con su hijo y es muy importante para el desarrollo de éste

- Hacer un seguimiento cercano de la pacientes (con consultas prácticamente semanales), porque es un cuadro que demanda mucha atención

- Recomendar un manejo multidisciplinario

- Mantener a la paciente y a su pareja, o a un familiar directo, bien informados y con pautas claras.

Trastorno Obsesivo Compulsivo Postparto


Trastorno Obsesivo Compulsivo Postparto

Uno de los trastornos conductuales postparto menos reportados y menos diagnosticados es el trastorno obsesivo-compulsivo postparto (TOCP), el cual puede llegar a convertirse en una condición médica extremadamente angustiante para muchas mujeres. A pesar de que los expertos no están completamente seguros del número exacto de mujeres que se encuentran afectadas por este trastorno; se estima que entre un dos y un tres por ciento de mamás primerizas o recientes padecerán TOCP.

¿Qué es el TOCP?
Las personas afectadas por trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) carcomen su mente con pensamientos particulares, con impulsos o con ciertas imágenes. Estos pensamientos o impulsos -por lo general- llevan a estas personas a pasar por un estado de gran ansiedad, a disgustarse con suma frecuencia y a sentirse molestas. Como consecuencia de ello, las personas que padecen TOC tienen impulsos compulsivos que las ayudan a aliviar y a olvidarse momentáneamente de esos pensamientos plagados de ansiedad y de tristeza.

La principal diferencia entre el TOCP y el trastorno obsesivo-compulsivo que afecta a la población general, es que las mujeres que desarrollan el trastorno durante el período postparto tienden a focalizar sus pensamientos obsesivos en sus bebés. A pesar de que las mujeres que padecen este trastorno pueden llegar a ser propensas a desarrollar pensamientos bizarros; las mismas son absolutamente conscientes del hecho de que sus pensamientos no son normales. No obstante, algunas mujeres que padecen dicho trastorno se muestran reticentes a pedir ayuda, por miedo a que otras personas puedan llegar a mirarlas con desprecio, a causa de sus peculiares pensamientos y temores.

Síntomas del Trastorno Obsesivo-Compulsivo Postparto
Los signos típicos del TOCP afectan negativamente la rutina diaria de la mujer que padece este trastorno, y pueden llegar a influenciar en sus relaciones personales. Los rituales que muchas mujeres establecen para poder afrontar y lidiar con sus pensamientos obsesivos les consumen demasiado tiempo e interfieren en sus actividades cotidianas. Entre los signos propios del trastorno obsesivo-compulsivo postparto se pueden incluir:

* Pensamientos intrusivos, recurrentes y obsesivos, los cuales usualmente involucran al bebé.
* Comportamiento elusivo, posiblemente relacionado con el bebé, pero - generalmente- nada que pueda llegar a causar temor o preocupación.
* Establecimiento de rituales entre los que se pueden incluir:
o Conductas repetitivas (tocar el pomo o la manija de cada puerta por la que pasan.).
o Comportamientos obsesivos, relacionados con limpiar y/o lavar cosas constantemente.
o Acaparar y guardar cosas (acciones que llevan a cabo para combatir su temor de perder objetos).
* Ansiedad y/o depresión.
* Temor.

Las mujeres afectadas por el TOCP usualmente experimentan pensamientos obsesivos relacionados con la posibilidad de que su bebé pueda lastimarse. Ésto puede llegar a dar como resultado el desarrollo de comportamientos repetitivos, tales como: esterilizar repetidamente la mamadera del bebé por temor a que la misma pueda contaminarse, o ir a ver y controlar al bebé una excesiva cantidad de veces. Algunas mujeres también podrían albergar temores relacionados con el hecho de que ellas mismas posiblemente podrían llegar a lastimar a sus bebés de alguna manera, como por ejemplo: ahogar al bebé mientras lo están bañando. No obstante, aunque estos temores pueden llegar a convertirse en extremadamente turbadores; muy pocas mamás que padecen este particular trastorno son propensas a dañarse a ellas mismas o a dañar a sus bebés.

¿Quiénes Corren Riesgo de Desarrollar TOCP?
A pesar de que cualquier mujer cuenta con potencial para desarrollar TOCP, las mujeres que posean antecedentes personales o antecedentes familiares de haber padecido trastorno obsesivo-compulsivo corren mayor riesgo de desarrollar TOCP. Por otro lado, las mujeres que desarrollan trastorno obsesivo-compulsivo durante su embarazo son - por lo menos- dos veces más propensas a desarrollar TOCP.

Aunque el TOCP puede surgir por primera vez durante el período postparto, a estas mujeres ya se les podría haber diagnosticado TOC antes de que quedaran embarazadas. En este caso, los síntomas del TOC incluso podrían llegar a empeorar durante el período postparto.

Sometiéndose a los Tratamientos Adecuados
Es verdaderamente importante que todas las mujeres afectadas por TOCP busquen ayuda profesional. Si este trastorno no fuera tratado a tiempo, el TOCP podría llegar a afectar negativamente las capacidades de la mujer que lo padeciera, así como también podría llegar a interferir en las relaciones con su pareja, con sus familiares, con sus amigos y con su bebé.

Existen diferentes opciones de tratamientos; los cuales están disponibles para las mujeres que padecen TOCP. Algunas podrían ser tratadas con medicamentos anti-obsesivos. Otras podrían recibir medicación, combinada con otros tipos de tratamientos, o quizás podrían no tener que consumir ninguna clase de medicación.

Otros tratamientos disponibles utilizan la psicología para poder ayudar a estas mujeres. A través de diferentes tipos de asesoramiento, entre los que se incluyen: terapia de pareja, grupos de apoyo, terapia interpersonal y terapia de comportamiento cognitivo, las mujeres que padezcan este trastorno serán capaces de modificar su comportamiento y su forma de actuar. Ésto las ayudará a ganar control sobre el TOCP.

La última forma de terapia, toma en cuenta un enfoque social para tratar este problema. A través de diferentes tratamientos, las mujeres que padezcan TOCP serán capaces de aprender estrategias de adaptación. Además, debido a que este enfoque hace participar a la pareja, a los familiares y a los amigos de la mujer afectada; la misma podrá crear una red de apoyo social.

Teniendo en cuenta los diferentes tratamientos y sus particulares enfoques, será posible que todas las mujeres que padezcan TOCP puedan someterse a una terapia personalizada; la cual será la más beneficiosa de acuerdo a su caso particular. Con los cuidados y los tratamientos adecuados, es posible que cualquier mujer que padezca este trastorno pueda sobrellevar su dolencia y recuperarse completamente .
http://espanol.pregnancy-info.net/trastorno_obsesivo_compulsivo.html

DURANTE LOS TRES PRIMEROS MESES DE EMBARAZO Algunos fármacos antidepresivos pueden causar daños en el feto


http://www.elmundo.es/elmundosalud/2009/09/25/mujer/1253904435.html
DURANTE LOS TRES PRIMEROS MESES DE EMBARAZO
Algunos fármacos antidepresivos pueden causar daños en el feto

* La tasa de mujeres embarazadas con depresión se ha duplicado en los últimos años
* Sertralina y citalopram aumentan la prevalencia de defectos en el corazón del bebé
* Aunque el riesgo es bajo, debe valorarse antes de continuar con el tratamiento


LAURA TARDÓN

La depresión en mujeres embarazadas es un problema relativamente común. De hecho, la tasa se ha duplicado desde 1999. Ahora, un estudio publicado esta semana en 'British Medical Journal' afirma que aquellas que toman antidepresivos durante los tres primeros meses de embarazo tienen un pequeño, pero importante, riesgo de dar a luz un bebé con defectos en el corazón.

De los cuatro antidepresivos analizados (sertralina, citalopram, paroxetina y fluoxetina), por ser los más utilizados en la práctica clínica, sólo sertralina y citalopram fueron finalmente asociados con un defecto muy concreto del corazón, relacionado con el septo.

"El septo es la unión entre la aurícula y el ventrículo de la izquierda y la aurícula y el ventrículo de la derecha del corazón. Si hay defectos en esta especie de pared que las separa, dependiendo de si son mayores o menores, pueden alterar el circuito de la sangre e incluso requerir intervención quirúrgica (en los casos más graves)", explica a elmundo.es María Jesús Cancelo, del servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Universitario de Guadalajara. "En estos casos, de haber afectación, es más probable que sea pequeña", añade la especialista.
El riesgo es bajo

Un grupo de investigadores de la Universidad de Aarhus (Dinamarca) estudió los casos de cerca de 500.000 niños nacidos entre 1996 y 2003 en Dinamarca. Observaron que la prevalencia de los defectos septales de los pequeños aumentaba en aquellos cuyas madres tomaban inhibidores de la recaptación de la serotonina (una clase de antidepresivos), concretamente sertralina y citalopram, durante los tres primeros meses. Según la doctora Cancelo, "en este periodo, el feto se está formando y pueden producirse malformaciones. Hay que tener cuidado con los fármacos".

Este tipo de problemas en el corazón ocurrió en el 0,9% de los niños cuyas madres tomaban antidepresivos, mientras que en los no expuestos, el porcentaje era de 0,5%. La diferencia no es significativamente alta. De hecho, el riesgo es bajo, ya que uno de cada 246 bebés expuestos pueden sufrir este defecto del corazón.

Los responsables de la investigación subrayan que "la mayor prevalencia la encontramos en aquellos niños cuyas madres tomaban más de un fármaco antidepresivo. Aquí las cifras aumentaron. Uno de cada 62 puede desarrollar este problema".
Valorar todos los aspectos

"Los resultados son importantes en cuanto a que relacionan el uso de determinados antidepresivos con un aumento de la prevalencia de problemas septales", comenta Christina Chambers, profesora de la Universidad de California en San Diego (Estados Unidos) y autora del editorial que acompaña la investigación.

Hasta el momento, tal y como señala el artículo, la mayoría de los estudios no encontraban relación entre los inhibidores de la recaptación de la serotonina y las malformaciones, pero cada vez se obtienen más resultados que indican un incremento de la prevalencia de problemas como la craneosinostosis (defectos en el cierre de los huesos del cráneo) o defectos del corazón, como el hallado en este trabajo.

Dados los resultados, los investigadores señalan que en cada caso, debería ponerse en la balanza los riesgos asociados con este tipo de fármacos y los derivados de la suspensión del tratamiento.

Según otro estudio que también se publica esta semana en 'General Hospital Psychiatry', tanto los síntomas depresivos como el uso de algunos antidepresivos pueden estar asociados con cambios en el crecimiento del feto y gestaciones más cortas.

"Es importante consultar con el psiquiatra para ver si hay posibilidad de retirar el medicamento. Si no es posible, tan fácil como cambiar de antidepresivo", destaca la doctora Cancelo.

De momento, son necesarios más estudios que apoyen las conclusiones de éste, ya que, aunque la muestra es muy amplia, "de los 96.881 niños examinados, sólo 1.370 madres tomaban varios antidepresivos", apunta la autora del editorial.

embarazo, medicacion, y toc


El Trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) es una enfermedad crónica incapacitante con profundas implicaciones para el funcionamiento social. El treinta por ciento de todos los pacientes con TOC muestran una mejora insuficiente con el tratamiento “state-of-the-art”. Se investigaron distintas opciones de tratamiento convencional y tratamiento alternativo para esta población.

Además de los inhibidores selectivos de la reabsorción de serotonina (ISRS) y la terapia cognitiva de conducta, las mono-terapias alternativas, las estrategias de aumento de los ISRS con una variedad de fármacos y la terapia electro-convulsiva han mostrado resultados en casos individuales, pero no se ha encontrado evidencia concluyente en pruebas controladas con placebo. Algunos estudios investigan la neurocirugía para el TOC refractario, sin embargo, la mayoría de estos estudios tienen defectos metodológicos.

Algunos enfoques novedosos actualmente bajo investigación han mostrado efectos prometedores para la resistencia al tratamiento en pacientes con TOC. Estos incluyen el aumento de los ISRS con antipsicóticos atípicos y la estimulación cerebral profunda crónica, una nueva técnica quirúrgica. Serán necesarias pruebas controladas con placebo- para ambas opciones de tratamiento para confirmar hallazgos preliminares.

Una mujer embarazada puede preguntarse si los medicamentos antidepresivos, como el Zoloft y Prozac, son dañinos para el bebé o ella misma. No existen respuestas simples. Cada mujer y su proveedor de cuidado de salud deben trabajar juntos para tomar la mejor decisión para ella y su bebé. Los medicamentos que se usan para tratar la depresión tienen ambos riesgos y beneficios.

Es desafiante estudiar y entender los riesgos de cualquier medicamento para una mujer embarazada. Durante el embarazo, dos pacientes – la madre y el feto – están expuestos al medicamento. Los medicamentos que son seguros para una mujer a veces pueden ser peligrosos para un feto. Por esta razón, los científicos no han estudiado muchos los medicamentos durante el embarazo.

No es ético realizar pruebas de medicamentos en una mujer embarazada, porque no se sabe cómo puede afectar al feto. Los investigadores obtienen la mayoría de la información al estudiar medicamentos que han sido aprobados por mujeres que no están embarazadas y que son tomados por mujeres embarazadas. Muchas veces estas mujeres no saben que están embarazadas.

Algunos medicamentos se han usado por muchos años sin señales obvias de riesgos serios para el bebé. Sin embargo, algunos científicos han reportado que algunos antidepresivos pueden tener riesgos mayores. Los SSRI son un grupo más reciente de medicamentos que los TCA. Los científicos continuan estudiándolos.

Los estudios han demostrado claramente que las mujeres no embarazadas y tienen depresión, corren un riesgo mayor de desarrollar la enfermedad de nuevo si paran de tomar sus medicamentos. Sin embargo, contamos con menos información para las mujeres embarazadas.

Estas son algunas de las cosas que los estudios han demostrado:

Un estudio en el 2006 encontró que las mujeres embarazadas con depresión mayor tienen más probabilidades de enfermarse de nuevo durante el embarazo si paran de tomar sus medicamentos. Una mujer con depresión puede tener dificultad al cuidarse durante el embarazo. Esto puede poner en peligro la salud del feto.

Muchos estudios no han encontrado una relación entre los antidepresivos y malformaciones serias en recién nacidos. Pero en el 2005, la Admininstración de Alimentos y Drogas de los EE.UU. (FDA por sus siglas en inglés) publicó una advertencia sobre el uso de Paxil (paroxetina) a base de varios estudios. La advertencia dice que el tomar este medicamento durante los primeros tres meses de embarazo puede aumentar el riesgo de defectos de nacimiento, en particular los defectos del corazón. Los científicos aún no tienen suficiente información como para llegar a una conclusión firme. El Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos (ACOG) recomienda que las mujeres embarazadas o las mujeres planeando un embarazo eviten el uso de Paxil, si es posible. Otros tipos de tratamiento para la depresión pueden ser mejores opciones.

Algunos bebés nacidos de mujeres que toman los antidepresivos del grupo SSRI muestran signos de “abstinencia”. Por ejemplo, estos bebés pueden tener problemas respiratorios o de alimentación. Sus movimientos pueden ser repentinos. Algunos pueden tener convulsiones. Los profesionales de salud que cuidan de los bebés recién nacidos están al tanto de estos riesgos y pueden proveer tratamiento. Es importante que el profesional de salud del bebé sepa con anticipación que la madre ha tomado antidepresivos durante el embarazo.
Los bebés expuestos a los SSRI tarde en el embarazo (después de las 20 semanas) tienen más probabilidades de tener hipertensión persistente pulmonaria (PPHN). Esto es una condición grave, pero rara, del corazón y los pulmones. No se han realizado suficiente estudios para saber con certeza si los SSRI causan esta condición. Se necesitan más estudios.
Algunos investigadores han estudiado los hijos cuyas madres tomaron antidepresivos. Ellos no han encontrado una relación a problemas serios del lenguaje, comportamiento o inteligencia.

Algunos estudios han demostrado una relación entre los antidepresivos y el nacimiento prematuro.

St. John’s Wort y otros remedios herbarios:

St. John’s Wort es una hierba que algunas personas usan para tratar la depresión. De acuerdo al Centro Nacional para la Medicina Complementaria y Alternativa, algunos estudios han demostrado que St. John’ Wort es útil para tratar la depresión leve a moderada. Otros estudios han demostrado que no ayuda a mejorar un tipo mayor de depresión.

Los productos herbarios, como el St. John’s Wort, varían en potencia y calidad de producto a producto. Se necesitan más estudios para saber si St. John’s Wort es útil y seguro para tratar la depresión en mujeres embarazadas.

Importante: Se conoce muy poco acerca de los efectos de St. John’s Wort en el feto. No tome esta hierba u otros productos herbarios sin antes consultar a su médico.

Obsesiones y compulsiones: Invasión de la conciencia

Violencia y contaminación

Las obsesiones más comunes son pensamientos repentinos de violencia, como por ejemplo hacer daño o matar a otra persona; de contaminación, como el temor de infectarse al estrechar la mano de alguien; y de duda, cuando se tiende a comprobar repetidamente si se ha realizado o no cierta acción.

Las compulsiones más comunes incluyen el lavarse las manos o ducharse innecesariamente, contar y contar una y otra vez el dinero u objetos, o tocarlos para verificar su presencia.

Cuando el individuo intenta resistir a una compulsión, inmediatamente aumenta su ansiedad. Y sólo la alivia realizando el acto. Al comienzo, lo intenta, pero después de fallar muchas veces abandona este propósito.

Es frecuente que a estos signos se asocien la depresión, la ansiedad generalizada y ciertas fobias. Esto explicaría, en algunos casos, la alta tasa de celibato y de baja fertilidad en quienes presentan este trastorno.

Los investigadores están de acuerdo en que por lo general se presenta en personas de coeficiente intelectual y de estatus social alto. También se ha demostrado que se inicia relativamente temprano y que hay un lapso de cinco o diez años entre el comienzo y la búsqueda de ayuda psicológica.

Los factores que precipitan estos trastornos son muy diversos, aunque el embarazo es un elemento muy común entre las mujeres.

Hechos vitales que conducen al TOC


Hechos vitales que conducen al TOC
El origen neurobiológico del TOC no significa que no haya factores vitales que puedan contribuir a desencadenarlo en los sujetos predispuestos. Así, Zohar se ha referido a dos hechos biográficos que favorecen la aparición del trastorno: un episodio traumático y el embarazo. Durante este último y después del parto, se produce un aumento del riesgo de desarrollar conductas obsesivo-compulsivas.

"Es menos conocido, y también menos frecuente que la depresión postparto, pero también se produce; al parecer con el aumento de la oxitocina, una hormona que se ha relacionado con el trastorno".

En cuanto al trastorno por estrés postraumático, se calcula que un 30 por ciento de los afectados desarrollará el TOC. "El estrés postraumático es uno de los cuadros psiquiátricos donde se puede realizar tratamiento preventivo, evitando en el afectado la memoria emocional que lo desencadene".