por que razonamos ? el toc ¿ por clerici


A todos vosotros os veo un pequeño fallo: os paráis a razonar con vuestras obsesiones.Y son sólo eso: pensamientos estúpidos.Ahora es la homosexualidad,pero mañana será pánico a que algo horrible suceda tu familia,pasado será la hipocondria (miedo fictio y atroz a padecer ciertas enfermedades desastrosas como el SIDA).Os he nombrado dos obsesiones muy típicas de personas con TOC,que antes también sufrían esta misma (HOCD).Este trastorno es cíclico.Dejad que os hable la experiencia,no sólo la mía,sino la de otras muchas personas sensatas que he encontrado en este foro: La regla fundamental para superarse a uno mismo es IGNORAR LOS PENSAMIENTOS.

Como veréis,no me he parado a razonar vuestra obsesión.Es lo último que debéis hacer.No sirve de nada,lo único que conseguís es desconcertaros,confundiros y angustiaros más.en TODAS las obsesiones se da el mismo factor:

Son pensamientos que:
1)Atormentan
2)Son completamente erróneos.

Mi mente es una especie de habitación,en la cual estoy yo.Las obsesiones llaman a la puerta sin cesar,pero no les abro.Esto me permite vivir más tranquilo.No cesan las llamadas,están ahí,pero son sólo eso,llamadas.Si abriese la puerta entrarían los ladrones y me desvalijarían la habitación.Vosotros les abrís la puerta.

Cuesta esfuerzo desviar la atención,pero se consigue.Y con la práctica,más aún.Dejad de razonar las obsesiones, o nunca saldréis del círculo vicioso de dolor en el que os hayáis.

"Quien tenga oídos para oír,que oiga"

Mucho ánimo a todos.Un saludo muy cordial.
por Clerici

casos toc


¿Qué es la neurosis obsesiva?
También llamado trastornos obsesivo-compulsivo (o TOC), este problema afecta, de diferentes maneras, a muchas personas que, a veces, ni siquiera se dan cuenta (o no quieren reconocer) que tienen un problema.
¿QUE ES EL TOC?

El trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) uno de los trastornos de ansiedad, es una condición que es potencialmente debilitante y que puede perdurar a través de la vida de una persona. El individuo que padece de TOC se vuelve atrapado en un esquema de pensamientos y conductas repetitivas que carecen de sentido y que son angustiantes, pero que son muy difíciles de vencer. EL TOC ocurre dentro de una gama de leve a severo, pero si es severo y no se trata, puede destruir la capacidad de una persona para funcionar en el trabajo, la escuela, o hasta en la casa.

Ejemplos de personas con este problema

Isabel es inteligente, pero no está aprobando su clase de biología a primera hora porque llega tarde o falta a la clase. Se despierta a las cinco de la mañana con la esperanza de llegar a tiempo a la escuela. Usa las siguientes tres horas tomándose una ducha larga y luego cambiándose de ropa repetidamente hasta que le "sienta bien." Finalmente, ella guarda y vuelve a guardar sus libros hasta que estén perfectamente bien, abre la puerta, y se prepara para bajar las escaleras. Pasa por un ritual de hacer una pausa en cada escalón por un intervalo específico. A pesar de que reconoce que sus pensamientos y conducta carecen de sentido, se siente forzada a completar sus rituales. Una vez que los ha completado, se precipita locamente hacia la escuela y llega cuando la primera clase ha casi terminado.

El embarazo de María fue un período de expectación jubilosa. Si sintió algunos momentos de duda acerca de cuidar un bebé pequeño, éstos se pasaron rápidamente. Ella y su esposo orgullosamente trajeron un bebé varón, bello y perfecto, del hospital a la casa. María bañó al bebé y le dio de comer, lo consoló cuando estaba inquieto y llego a ser una madre joven y competente. Entonces empezaron los pensamientos obsesivos; ella temía que iba a lastimar a su hijo. Una y otra vez se imaginaba que estaba acuchillando a su bebé. Se ocupaba de sus tareas en la casa y trataba de pensar en otras cosas, pero el pensamiento angustiante perduraba. Se volvió aterrada de usar los cuchillos de cocina o sus tijeras de coser. Ella sabía que no quería lastimar a su hijo. ¿Por qué entonces tenía estos pensamientos angustiantes y ajenos?

Durante su último año universitario, Juan se dio cuenta de que le estaba tomando cada vez más tiempo para prepararse para sus clases, pero trabajó intensamente y se recibió dentro del primer diez por ciento de su clase con un título en contaduría. Aceptó un trabajo con una contaduría prestigiosa en su ciudad natal y empezó a trabajar con muchas visiones aspirantes del futuro. A las pocas semanas, la firma empezó a tener dudas acerca de Juan. Cuando se le daba trabajo que debería llevar dos o tres horas, él revisaba y volvía a revisar los números, verificando y volviendo a verificar. Una tarea le llevaba una semana o más. El sabía que le estaba llevando demasiado tiempo para completar una tarea, pero se sintió forzado a revisar continuamente. Cuando se cumplió su intervalo de prueba, la compañía lo despidió.
¿CUAN COMÚN ES EL TOC?

Por muchos años, los profesionales de salud mental pensaron que el TOC era una enfermedad no muy común porque sólo una pequeña minoría de sus pacientes tenían esta condición. El trastorno frecuentemente no era reconocido porque aquellos que padecían de TOC no buscaban tratamiento para así poder ocultar sus manías y pensamientos repetitivos. Esto llevó a subestimar el número de personas con la enfermedad. Sin embargo, una encuesta hecha a principios de los años ochenta por el Instituto Nacional de Salud Mental (NIMH) -- la agencia federal que apoya investigaciones a nivel nacional sobre el cerebro, enfermedades mentales, y salud mental -- proporcionó nuevos conocimientos acerca del predominio del TOC. La encuesta de NIMH mostró que el TOC afecta más del 2 por ciento de la población, lo cual significa que es más común que enfermedades mentales severas, tales como esquizofrenia, trastorno bipolar, o trastorno de pánico. El TOC afecta personas de todos los grupos étnicos. Hombres y mujeres son afectados por igual.

A pesar de que los síntomas de TOC típicamente empiezan en la adolescencia o en la edad adulta temprana, investigaciones recientes muestran que algunos niños desarrollan la enfermedad a edades más tempranas, aún durante los años preescolares. Los estudios indican que al menos una tercera parte de los casos de TOC en adultos empezó durante la niñez. El padecimiento de TOC durante las etapas tempranas del desarrollo de un niño puede causar problemas severos para el niño. Es importante que el niño reciba evaluación y tratamiento por un médico informado para evitar que el niño no pierda oportunidades importantes a causa de este trastorno.
CARACTERISTICAS CLAVES DEL TOC

Obsesiones

Estas son ideas o impulsos no deseados que surgen repetidamente en la mente de la persona con TOC. Temores persistentes que pueda ocurrirle mal a uno o a un ser querido, una preocupación sin razón de contaminarse, o una necesidad excesiva de hacer cosas correctamente o perfectamente son comunes. Una y otra vez el individuo siente un pensamiento inquietante, tal como "Mis manos deben estar contaminadas -- me las debo lavar" ; "Puedo haber dejado el gas prendido" ; o "Voy a causarle daño a mi hijo". Estos pensamientos son intrusos y desagradables y producen un alto nivel de ansiedad. A veces las obsesiones son de naturaleza violenta o sexual o están relacionadas a enfermedad.

Compulsiones

Muchas personas con TOC recurren a conductas repetitivas llamadas compulsiones a raíz de sus obsesiones. Las más comunes de éstas son lavando y verificando. Otras conductas compulsivas incluyen contar (muchas veces a la vez de desempeñar otra acción compulsiva tal como lavarse las manos), repetir, guardar, y arreglar objetos infinitamente de manera que estén en alineamiento preciso los unos con los otros. Problemas mentales, tales como repetir frases mentalmente, hacer listas, o verificar también son comunes. Estas conductas son destinadas a defender a la persona con TOC o a otros contra daño. Algunas personas con TOC tienen rituales regimentados mientras que otros tienen rituales que son complejos y cambiantes. Desempeñar rituales puede darle a la persona con TOC algún alivio de la ansiedad, pero sólo es temporario.

Percepción

Las personas con TOC tienen algún grado de percepción acerca de la falta de sentido de sus obsesiones. A menudo, especialmente cuando no están teniendo una obsesión, pueden reconocer que sus obsesiones y compulsiones no son realistas. Otras veces pueden estar inseguros acerca de sus temores o creer profundamente en su validez.

Resistencia

Muchas personas con TOC luchan para desterrar sus pensamientos no deseados y compulsivos y para evitar entrar en conductas compulsivas. Muchos pueden mantener sus síntomas obsesivos-compulsivos bajo control durante las horas de trabajo y escuela. Pero la resistencia puede debilitarse con el pasar de los meses o años y, cuando esto ocurre, el TOC puede volverse tan severo que los rituales que llevan tiempo pueden tomar posesión de la vida de los enfermos, lo cual impide que continúen desempeñando actividades fuera del hogar.

Vergüenza y secreto

Los que padecen de TOC muchas veces tratan de ocultar su trastorno en vez de conseguir ayuda. Muchas veces logran ocultar sus síntomas obsesivos-compulsivos de sus amigos o colegas. Una consecuencia desafortunada de este secreto es que personas con TOC por lo general no reciben ayuda profesional hasta años después del comienzo de su enfermedad. Llegado a ese punto, pueden haber aprendido a manejar sus vidas - y la vida de sus familiares - en torno a estos rituales.

Síntomas duraderos

El TOC tiende a perdurar por años, incluso por décadas. Los síntomas pueden volverse menos severos de tanto en tanto, y pueden haber intervalos largos cuando los síntomas son leves, pero para la mayoría de los individuos con TOC, los síntomas son crónicos.
¿QUE CAUSA EL TOC?

La antigua creencia de que TOC era el resultado de experiencias personales ha sido debilitada ante la evidencia creciente de que el factor biológico es un colaborador primario al trastorno. El hecho de que los pacientes con TOC responden bien a medicamentos específicos que afectan el neurotransmisor serotonina sugiere que el trastorno tiene una base neurológica. Por esa razón, el TOC ya no es atribuido sólo a actitudes que un paciente puede haber aprendido durante la niñez, como por ejemplo, un énfasis inusitado en la limpieza, o una creencia de que ciertos pensamientos son peligrosos o inaceptables. En vez, la búsqueda de causas ahora esté enfocada en la interacción de factores neurobiológicos e influencias ambientales, así como procesos cognitivos.

A veces el TOC está acompañado con depresión, problemas de comer, abuso de droga, trastorno de personalidad, trastorno de déficit de atención, u otros de los trastornos de ansiedad. Trastornos coexistentes pueden hacer que el TOC sea más difícil de diagnosticar así como de tratar.

Los síntomas de TOC se ven en conjunto con algunos otros trastornos neurológicos. Hay un aumento en la tasa de TOC en personas con el síndrome de Tourette, una enfermedad caracterizada por movimientos y vocalizaciones involuntarios. Los investigadores actualmente están estudiando la hipótesis de que existe una relación genética entre TOC y trastornos de tic.

Otras enfermedades que pueden estar ligadas a TOC son tricotilomanía (el deseo repetido de arrancarse las pestañas, cejas, pelo del cuero cabelludo, o de otras partes del cuerpo), trastorno dismórfico de cuerpo (preocupación excesiva con defectos de apariencia imaginarios o exagerados) e hipocondría (el temor de tener una enfermedad grave a pesar de evaluaciones médicas y resultados tranquilizadores).

Otras teorías de las causas de OCD están enfocadas en la interacción entre conducta y el medio ambiente y en creencias y actitudes, y también en cómo se procesa información. Estas teorías acerca de conducta y cognición no son incompatibles con explicaciones biológicas.
¿Tengo TOC?

Una persona con TOC tiene conductas obsesivas y compulsivas que son lo suficientemente extremas como para interferir con la vida diaria. No se deben confundir personas con TOC con un grupo mucho más grande de individuos que a veces son llamados "compulsivos" porque tienen un nivel alto de desempeño y son perfeccionistas y muy organizados en su trabajo y aún en sus actividades de recreo. Este tipo de "compulsividad" muchas veces sirve un propósito valioso al contribuir al autoestima de la persona y su éxito en el trabajo. En este respecto, difiere de las obsesiones y rituales destructivas de la persona con TOC.

Autotest para saber si tiene TOC
TRATAMIENTO DEL TOC

Las investigaciones clínicas y experimentos que se llevan a cabo con animales respaldadas por NIMH y otras organizaciones científicas han provisto información que ha llevado a tratamientos tanto farmacológicos como de psicoterapia que pueden beneficiar a la persona con OCD. Un paciente puede beneficiar significativamente de terapia mientras que otro puede beneficiar de la farmacoterapia. Algunos otros pueden usar tanto medicación como terapia. Otros pueden empezar con medicación para ganar control sobre sus síntomas y entonces continuar con. Cuál terapia usar debe ser decidido por el paciente individual en consulta con su terapeuta.

Farmacoterapia

Pruebas clínicas en años recientes han mostrado que drogas que afectan el neurotransmisor serotonina pueden reducir significativamente los síntomas de OCD. El primero de estos inhibidores de la ingestión de serotonina (SRI) [siglas que corresponden al nombre en inglés: serotonin reuptake inhibitors] específicamente aprobado para uso en el tratamiento de OCD fue el antidepresivo tricíclico clomipramina (Anafranil*). Esto fue seguido por otros SRI llamados "inhibidores selectivos de la ingestión de serotonina" (SSRIs) [siglas corresponden al nombre en inglés: "selective serotonin reuptake inhibitors"]. Aquellos que han sido aprobados por la Administración de Alimentos y Drogas (Food and Drug Administration - FDA) para el tratamiento de OCD son fluoxetina, fluvoxamina, y paroxetina. Otro que ha sido estudiado en pruebas clínicas controladas es sertralina. Estudios extensos han demostrado que más de tres cuartos de pacientes son ayudados, al menos un poco, por estos medicamentos. Y en más de mitad de los pacientes la medicación alivia los síntomas de TOC al disminuir la frecuencia e intensidad de las obsesiones y compulsiones. La mejoría por lo general lleva tres semanas o más. Si un paciente no responde bien a uno de estos medicamentos, o tiene efectos secundarios inaceptables, otro SRI puede dar una respuesta mejor. Se están haciendo investigaciones sobre el uso de un SRI como el medicamento principal y uno de una variedad de medicamentos como una droga adicional (un aumentador) para pacientes que sólo son parcialmente sensibles a estos medicamentos. La medicación es útil en el control de los síntomas de TOC pero a menudo, si se deja el medicamento, luego habrá una recaída. De hecho, aún cuando los síntomas han disminuido, la mayoría de las personas necesitarán continuar con medicación indefinidamente, quizás con una dosificación más baja.

Terapia conductista

La psicoterapia tradicional, dirigida a ayudar al paciente a desarrollar percepción acerca de su problema, generalmente no es útil para TOC. Sin embargo, un método específico de terapia conductista llamada "prevención de exposición y reacción" es efectivo para muchas personas con TOC. Este método implica que el paciente se enfrenta, deliberada o voluntariamente, al objeto o idea temida, ya sea directamente o con la imaginación. Al mismo tiempo, el paciente es alentado a abstener de sus rituales con apoyo y estructura provistos por el terapeuta, y posiblemente por otros que el paciente reclute para asistirle. Por ejemplo, una persona que se lava las manos compulsivamente puede ser alentada a tocar un objeto que el paciente cree está contaminado y luego la persona es instada a evitar lavarse por varias horas hasta que la ansiedad provocada se haya reducido en gran parte. El tratamiento entonces procede paso por paso, guiado por la habilidad del paciente a tolerar ansiedad y controlar los rituales. A medida que progresa el tratamiento, la mayoría de los pacientes gradualmente sienten menos ansiedad causada por los pensamientos obsesivos y pueden resistir los impulsos compulsivos.

Estudios de terapia conductista para TOC han encontrado que es un tratamiento exitoso para la mayoría de los pacientes que lo completan. Para que el tratamiento sea exitoso, es importante que el terapeuta sea totalmente capacitado para proveer este tipo específico de terapia. También es útil que el paciente esté muy motivado y tenga una actitud positiva y determinada.

Los efectos positivos de la terapia conductista perduran una vez que el tratamiento ha terminado. Una compilación reciente de estudios de resultado indica que de más de 300 pacientes con OCD que fueron tratados con prevención de exposición y reacción, un promedio del 76 por ciento todavía demostraba aligeramiento significativo 3 meses a 6 años después del tratamiento. Otro estudio ha encontrado que el incorporar componentes de prevención de recaída en el programa de tratamiento, junto con sesiones de seguimiento luego de terapia intensiva, contribuye al mantenimiento de mejoría.

Un estudio provee nueva evidencia de que terapia cognitiva-conductista también puede ser efectiva para el TOC. Esta variante de terapia conductista hace énfasis en cambiar las creencias y esquemas de pensamiento del enfermo de TOC. Se requieren otros estudios antes de que la promesa de terapia cognitiva-conductista pueda ser evaluada adecuadamente. La búsqueda continua de causas, junto con investigaciones acerca de tratamiento, promete producir aún más esperanzas para las personas con TOC y sus familias.
COMO OBTENER AYUDA PARA TOC

Si usted piensa que tiene TOC, debe conseguir la ayuda de un profesional de salud mental. Su médico de cabecera, clínicas y organizaciones de mantenimiento de salud pueden proporcionar tratamiento o recomendar centros y especialistas en salud mental.
QUE PUEDE HACER LA FAMILIA PARA AYUDAR

El TOC afecta no sólo al enfermo sino a la familia entera. La familia a menudo tiene dificultad aceptando que la persona con TOC no se puede abstener de la conducta angustiante. Los miembros de la familia pueden demostrar su enojo y resentimiento, lo cual resulta en un aumento de la conducta de TOC. O, en un intento de mantener la paz, pueden asistir en los rituales o hacer promesas tranquilizadoras constantemente.

La educación acerca del TOC es importante para la familia. Las familias pueden aprender maneras específicas de alentar a la persona con TOC a cumplir por completo con la terapia conductista y/o programas de farmacoterapia. Libros de autoayuda también pueden ser una buena fuente de información. Algunas familias buscan la ayuda de un terapeuta de familia que está capacitado en el campo. Además, en los últimos años, muchas familias se han unido a grupos de apoyo educativos que se han organizado en diversos lugares.

Autotest para saber si tiene TOC

Fuente: NIMH (USA)

Prozac para los niños


Prozac para los niños
Con motivo de que la Agencia Europea del Medicamento (EMEA, por sus siglas en inglés) ha dado su visto bueno a la administración de Prozac a menores de 18 años, se ha constituído la Plataforma Internacional Contra la Medicalización de la Infancia. Con la venta de este producto farmacológico a menores, el laboratorio farmacéutico Lilly trata de encontrar nuevos mercados entre los niños y adolescentes.
Muchos profesionales sanitarios están tratando de que la Comisión Europea reconsidere su apoyo al consumo de psicofármacos por los niños
La Comisión de Peticiones del Parlamento Europeo mantiene abierto el expediente 761/2006 con las peticiones de la citada Plataforma de anular la autorización para la administración de fluoxetina (principio activo de Prozac) en la infancia.
Esta organización pide también que se investigue la validez de todas las autorizaciones de medicamentos concedidas por la Agencia Europea del Medicamento, dado su parcial procedimiento, que beneficia descaradamente a los laboratorios farmacéuticos (tema del que escribiré en esta bitácora en próximos días).
"Queremos que se contemplen nuestras denuncias de corrupción en el proceso de aprobación de venta de los fármacos así como la falta de transparencia de la Comisión Europea", argumenta Juan Pundik, psicoanalista madrileño presidente de Filium, Asociación para la Prevención del Maltrato al Niño y uno de los promotores de la Plataforma.
La Comisión de Peticiones ha solicitado información adicional a la Comisión Europea. Por ello, la Plataforma Contra la Medicalización de la Infancia está llamando a la participación de todos los profesionales de la salud que quieran sumarse al proyecto reivindicativo: "Sería útil que ampliáramos nuestras denuncias sobre los efectos adversos de los ISRS (medicamentos inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, antidepresivos como Prozac) en niños. Para más información pueden solicitarnos la documentación respectiva", concluye Pundik.
En marzo de 2005, dos especialistas en este campo, los doctores Edward W. Boyer y Michael Shannon, del Centro Infantil de Boston, advirtieron que más del 85% de los médicos ignoraban el riesgo del síndrome de exceso de serotonina.
El exceso de serotonina en el cerebro provoca muchas muertes cada año
En un artículo publicado en New England Juornal of Medicine, Boyer y Shannon dieron a conocer un informe obtenido en 2002 a base de llamadas a centros de control de toxicidad en todo Estados Unidos. Este trabajo científico concluyó que en ese año se habían producido 7.349 casos de toxicidad por exceso de serotonina. 93 de ellos fueron mortales. En 2005, último año del que se tienen estadísticas disponibles, se reportaron 118 muertes.
La Plataforma cuenta ya con 2.500 adhesiones y los interesados en sumarse pueden hacerlo mandando sus datos al correo: jpundik@arrakis.es








La FDA autoriza la venta de Prozac® de uso pediátrico para tratar la depresión y el trastorno obsesivo-compulsivo (Estados Unidos)

La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de los Estados Unidos de América ha autorizado nuevas formas de empleo del antidepresivo Prozac® (fluoxetina) para tratar la depresión (trastorno depresivo mayor) y el trastorno obsesivo-compulsivo en niños y adolescentes de 7 a 17 años. Esta es la primera autorización de uno de los tipos de antidepresivos más nuevos (inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina) para tratar la depresión en esa población.

La autorización del uso de Prozac para tratar a niños y adolescentes se basó en dos estudios clínicos controlados con placebo, realizados con pacientes ambulatorios con depresión, cuyo diagnóstico correspondió a los criterios de clasificación habituales (según el Manual de Diagnóstico y Estadística de la Asociación de Psiquiatría de los Estados Unidos). Los síntomas de depresión comprenden abatimiento emocional generalizado, introversión y desasosiego que suele alterar el funcionamiento diario e incluye por lo menos cinco de los nueve síntomas siguientes: depresión del estado de ánimo, pérdida de interés en las actividades habituales, marcado cambio de peso y del apetito, insomnio o hipersomnio (sueño anormalmente excesivo), agitación psicomotora o retraso del desarrollo psicomotor, aumento de la fatiga, sentimientos de culpa o falta de autoestima, raciocinio lento o concentración deficiente, e intento o idea de suicidio.

Los estudios del tratamiento de la depresión mostraron que Prozac tuvo un efecto significativamente superior al placebo en la escala (modificada) de clasificación de la depresión en la infancia.

En niños de 7 a 13 años y en adolescentes de 13 a 18 años con trastorno obsesivo-compulsivo, los resultados con Prozac fueron también significativamente superiores que con el placebo, según la escala pediátrica de medición del trastorno obsesivo de Yale-Brown. Ese trastorno se caracteriza por ideas, pensamientos, impulsos o imágenes (obsesiones) recurrentes y persistentes que son repetitivos y determinados, y por patrones de comportamiento intencional (compulsiones) reconocidos por la persona, uno de sus padres o su tutor como excesivos o irrazonables.

Los efectos secundarios más frecuentes del uso de Prozac en los niños y adolescentes fueron similares a los experimentados por los adultos e incluyeron náuseas, cansancio, nerviosismo, mareo y dificultad para concentrarse. En un estudio clínico con niños y adolescentes de 8 a 17 años, después de 19 semanas de tratamiento con fluoxetina, los pacientes registraron, como promedio, cerca de 1,1 cm menos de estatura y alrededor de 1 kg menos de peso en comparación con sus homólogos tratados con placebo. Se desconoce la importancia clínica de esta observación en el crecimiento a largo plazo. Los Laboratorios Lilly han accedido a realizar un estudio de farmacovigilancia de fase 4 para evaluar más a fondo cualquier efecto potencial de la fluoxetina en el crecimiento de los niños a largo plazo

ANSIEDAD GENERALIZADA Y SÍNDROME PSICASTÉNICO, FOBIAS Y TRASTORNO OBSESIVO COMPULSIVO.


San Roque 2008
ANSIEDAD GENERALIZADA Y SÍNDROME PSICASTÉNICO, FOBIAS Y TRASTORNO OBSESIVO COMPULSIVO. Dra. Julia Cano Valero ()

“La lucha por la existencia es una consecuencia de la ansiedad” (Darwin)

La angustia es un fenómeno psíquico básico que impulsa al ser humano en su desarrollo y descubrimiento del mundo exterior. El Psicoanálisis puso de manifiesto que sin embargo en multitud de ocasiones la angustia se hace intolerable, poniéndose en marcha para neutralizarla y de forma inconsciente, los llamados "mecanismos de defensa". Los más frecuentes son: la negación, la proyección, la represión, la regresión, la sublimación, el desplazamiento, la trasformación en lo contrario, la racionalización.... El uso excesivo de algunos de esos mecanismos hace aparecer cuadros clínicos diversos de entre ellos los llamados clásicamente Neurosis, trastornos en los que dominan la inseguridad y la angustia expresada de forma patológica. Su frecuencia es elevada en atención primaria y hoy sabemos que tienen una elevada heredabilidad ().

La PSICASTENIA (Beard 1880, Janet 1903) es una de las primeras consecuencias que se observaron de la ansiedad: se obstaculiza el ejercicio de las actividades psicológicas de alto nivel como la atención a la vida presente, la captación de lo real y lo concreto, la adaptación a lo nuevo y a lo social. Los síntomas son fenómenos de “derivación” hacia la esfera motriz, cognitiva o afectiva. En las personas que sufren trastornos de ansiedad se observan tres fenómenos importantes en su evolución:
Agotamiento y pérdida de energía (la vida normal supone un sobreesfuerzo)
Relación directa con distimias y episodios depresivos (la ansiedad precede y/o acompaña al T. depresivo)
En la tercera edad: mayor probabilidad de deterioro cognitivo

Según CIE-10 () los trastornos neuróticos se clasifican en:

Trastornos de angustia (Panic Disorders)
El cuadro clínico se caracteriza por dos fenómenos básicos:
A.‑ aparición de ansiedad crítica (aguda) con miedo a morirse y angustia intensa. La ansiedad se caracteriza por falta de aire, taquicardia, temblor, sudoración, nauseas y vivencias de despersonalización y de desrealización. A la CRISIS DE ANGUSTIA se le denomina actualmente por influencias anglosajonas ATAQUE DE PÁNICO (panic attack)
B.‑ miedo continuo y permanente a presentar otro ataque (aunque éste no se haya vuelto a presentar en meses incluso años)

El T. por angustia se clasifica según sea con o sin AGORAFOBIA, que es el miedo a situaciones y circunstancias de las que pueda ser difícil escapar que se acompaña de una tendencia a evitar esas situaciones. (“agora”=plaza pública, fobia=temor))

- En la ansiedad patológica es la evitación la que mantiene el miedo y amplia el problema y sus consecuencias-
El seguimiento de mas de 2.500 adolescentes de Munich () demostró la importancia de las crisis de angustia en la adolescencia como factor de riesgo de presentar diversos trastornos mentales, no solo los de angustia (fobias, etc.) sino también trastornos afectivos (depresión) y trastornos por consumo de sustancias (alcohol)

La fobia simple o específica es un miedo persistente a un estímulo circunscrito (objeto, animal o situación) que tiende a evitarse ya que genera una ansiedad inmediata. Se reconoce el miedo como irracional pero al sujeto le domina. Los objetos fóbicos son cientos, los más frecuentes:
La acrofobia miedo a las alturas.
La ailurofobia es el miedo a los gatos.
La aracnofobia es el miedo a las arañas.
La ornitofobia es el miedo a los pájaros.
La brontofobia es el miedo a los truenos.
La cancerofobia es el miedo al cáncer.
La claustrofobia es el miedo a los espacios cerrados.
La cinofobia es el miedo a los perros.
La hipofobia es el miedo a los caballos.
La insectofobia es el miedo a los insectos.
La misofobia es el miedo a la suciedad.
La nosofobia es el miedo a la enfermedad y/o lesión.
La nictofobia es el miedo a la oscuridad.
La ofidiofobia es el miedo a las serpientes.
La rodentofobia es el miedo a los roedores.
La tanatofobia es el miedo a la muerte.
La venerofobia y sidofobia: miedo a los enfermedades venéreas y al SIDA.

La fobia social es el miedo y vergüenza insuperable a hacer el ridículo en situaciones sociales, ese miedo obliga a no relacionarse y a evitar contacto con otras personas.

Trastorno Obsesivo‑Compulsivo
“Si la libertad mental es la capacidad de dirigir el curso del pensamiento, de articular las operaciones y de elegir los contenidos, la obsesión es la peor de las prisiones del espíritu” (Yves Pelicier)

Las OBSESIONES son ideas, pensamientos o impulsos persistentes que se experimentan cómo invasores o parásitos (que no dependen de la voluntad, "vienen" sin que el sujeto quiera tenerlos). Se experimentan como que no tienen sentido pero sus contenidos suelen ser muy angustiosos: dudas, insultos, escrúpulos.

Para evitar la ansiedad que generan se ponen en marcha una serie de ritos, más o menos complejos, encaminados a neutralizar la angustia. Son las COMPULSIONES: conductas repetitivas, finalistas e intencionales que se efectúan como respuesta estereotipada a una obsesión. Entre las mas frecuentes están la comprobación, el lavado, los rituales de limpieza, el contar mentalmente…Actos que calman la ansiedad momentáneamente y tienden a convertirse en una molesta rutina, que interfiere la vida habitual, produciendo absurdas pérdidas de tiempo.

Trastorno por Estrés Postraumático (TEPT)
Es un trastorno de ansiedad que aparece tras haber vivido un acontecimiento vital estresante fuera del marco habitual de las experiencias humanas (ej.: guerra, catástrofe, violación, etc.) Acontecimiento que genera terror intenso. A partir de esa vivencia:
1.‑ el malestar se reexperimenta como recuerdos desagradables, sueños y pesadillas sobre el acontecimiento y sentimientos súbitos como si operase de nuevo la experiencia (flashback). Igualmente se produce malestar ante situaciones que simbolizan o recuerdan el acontecimiento.
2.‑ se tiende a evitar la ansiedad de forma patológica: por represión (olvido del acontecimiento) o por retraimiento (pérdida de interés por ocupaciones habituales).
3.‑ Hay síntomas de aumento de la activación (aumento de la alerta, del arousal)) como son: insomnio, irritabilidad, dificultad de concentración, respuesta de alarma exagerada, reactividad fisiológica en la exposición a símbolos o recuerdos...

Reacción de estrés agudo
Tras la exposición a un acontecimiento traumático (accidente, robo, etc) la persona experimenta ansiedad, síntomas disociativos o de otro tipo durante un breve periodo de tiempo. Sufre una sensación de aturdimiento, de desrealización y de despersonalización. También se reexperimenta el acontecimiento y se evitan estímulos asociados. Igualmente dificulta la vida social y laboral normal. Si persiste más de un mes es un TEPT.
Trastorno por ansiedad generalizada (TAG)
Existe una preocupación exagerada, no realista o excesiva frente a dos o más circunstancias vitales, como pueden ser: la salud de los hijos, problemas económicos...

Hay síntomas de hipervigilancia y exageración de respuestas de alarma así como dificultad para concentrarse y episodios de "mente en blanco". La sensación vital es de quién está permanentemente esperando una mala noticia.

Trastornos somatomorfos
Se llaman así a los trastornos que ocurren cuando la angustia se expresa a través del cuerpo y no a través de síntomas psíquicos (como los que hemos visto hasta ahora). Los más frecuentes son:
1.‑ Trastorno de somatización: síntomas físicos que no pueden explicarse por ninguna patología orgánica y que obligan a la toma de fármacos o a múltiples consultas médicas alterando el sistema de vida
2.‑ Trastorno de conversión: Pérdida o perturbación de una función física (andar, ver, hablar, etc.) claramente relacionada con un factor psicológico estresante. El individuo no es consciente de ello, no se produce intencionadamente. Antiguamente se le denominaba Neurosis Histérica. Un ejemplo clásico es de la chica que sufre una violación y a partir de ese momento reprime el acontecimiento (no lo recuerda) pero no puede andar o deja de hablar.
3.‑ Trastorno por dolor: dolor de al menos seis meses de duración que no se explica por ninguna otra patología.
4.‑.Hipocondría o Neurosis hipocondríaca: Preocupación, miedo o creencia de tener una enfermedad grave que no se demuestra por exploraciones físicas, persistiendo el miedo a pesar de éstas.
5.‑Dismorfofobia o Trastorno Dismórfico: preocupación excesiva por un defecto imaginado del aspecto físico o por leves anomalías físicas que se exageran.

Trastornos Facticios
Aparecen síntomas físicos o psíquicos fingidos o producidos intencionadamente. Se reproduce o se provoca una enfermedad y a la vez busca remedio para ello. Supone una necesidad psicológica de asumir el papel de enfermo preferiblemente hospitalario. No tiene, como la simulación, el objetivo de eludir una responsabilidad concreta o de reclamar un beneficio. Es conocido como Síndrome de Münchausen, el enfermo busca ingresar en hospitales y prolongar el internamiento provocándose síntomas. Puede darse el Münchausen inducido o “por poderes” que es cuando un adulto lo produce sobre niños o personas a su cuidado. Generalmente madres sobre un hijo pequeño provocando su internamiento hospitalario.

Trastornos disociativos
La disociación es un fenómeno de abandono de la realidad pero no por proceso psicótico sino por intensa angustia. Son varios los fenómenos que pueden darse en este sentido, a veces tan espectaculares que llegaron a denominarse "Pseudo‑psicosis histérica", los más importantes son:
1.‑ Amnesia Disociativa o Psicógena: incapacidad repentina para recordar información personal importante.
2.‑ Fuga Disociativa o Psicógena: viaje repentino e inesperado, con incapacidad para recordar el propio pasado.
3.-Trastorno de identidad disociativo. Personalidad múltiple: estados de personalidad diferentes, con formas de percibir y relacionarse diferentes.
4.‑ Trastorno por despersonalización: sentirse observador de uno mismo, como un autómata o como si se estuviese soñando.
5.‑ Trastorno disociativo no especificado: se incluyen aquí otros trast. disociativos como los estados de trance que se producen tras un fuerte estrés emocional, o los estados histéricos que aparecen tras una prolongada e intensa situación de persuasión coercitiva como los lavados de cerebro en sujetos cautivos o miembros de sectas. Y el Síndrome de GANSER: cuadro de desorientación, amnesia y síntomas de conversión; con lenguaje pueril y vago que se produce en sujetos en privación de libertad.

CONSECUENCIAS DE LA ANSIEDAD

Son muchas como hemos ido viendo pero hay dos que no pueden dejar de reseñarse:
Mayor prevalencia de enfermedades somáticas en pacientes con trastornos de ansiedad, entre los que destacan cardiopatías, neumopatías, enfermedades digestivas y cefaleas (Pascual JC, Castaño J et al. Med Clin 2008)

Hiperactividad en la amígdala y la ínsula, estructuras vinculadas a las respuestas emocionales negativas - patrón similar al miedo en individuos sanos- (Etkin A, Wager TD. Am J Psychiatry 2007)

INTERÉS CRIMINOLÓGICO DE LOS TRASTORNOS NEURÓTICOS

A- Facilidad para incurrir en actividades delictivas de algunos de ellos
B- Modificación de la imputabilidad en su caso
C-Trastornos secundarios a experiencia de victimización (daño psíquico,secuela o lesión psíquica).

A. Freud estableció un claro paralelismo entre neurosis y criminalidad (García de Pablos, Manual de Criminología) por entender que tanto el comportamiento del neurótico cómo el del delincuente respondían a unos mismos procesos, a claves psicoanalíticamente afines. Tanto la neurosis como la criminalidad presentan dos fases: primero la satisfacción de un instinto (“que no corresponde a la realidad o al Super‑Yo") y la segunda una pena, un castigo: "el factor de displacer como reacción de la sociedad o respectivamente del Super‑Yo ante la satisfacción" (Alexander y Staub, “Los delincuentes y sus jueces desde el punto de vista psicoanalítico”1961) ‑

A pesar de esta hipótesis hay que considerar que el neurótico no delinque fácilmente: su misma naturaleza angustiada y ansiosa conspira contra ello (Bonnet). En su vida diaria no va a meterse en problemas por su misma inseguridad (a veces ni en los que debiera meterse). Pero es un sujeto que maneja mal su ansiedad y es ese inadecuado manejo del estrés el que le puede llevar a un acto delictivo (Bluglass). Hay un mal control del Yo, hay una energía negativa (y frustrante) que se retroalimenta (aumenta) al no resolverse y que se puede expresar en conductas destructivas o antisociales. Por ejemplo: un neurótico inseguro ante las relaciones sexuales con adultos puede llegar a actividades con niños o disminuidos con los que no tendrá miedo al rechazo.
Una persona neurótica () en situación o circunstancia emocionalmente intensa puede reaccionar de forma diferente a las personas que manejan mejor el estrés (no‑neuróticas). Sea por reacción de fuga, amnesia o disociación de la realidad (delitos de omisión) o sea por reacciones explosivas y desadaptadas. Los actos delictivos pueden tener lugar entonces en el llamado estado crepuscular (estrechamiento del campo de la conciencia) o en estados disociativos por "descargas" de pulsiones en forma de franca agresividad o conflictividad social (Ortega Monasterio). El delito aparece derivado de su desarrollo neurótico, en personas de intachable biografía desde el punto de vista penal, cuyo delito se produce en un momento determinado por “fallos en el mecanismo represivo"(Bonnet).Observándose con posterioridad una reacción emocional tormentosa con intentos de suicidio o autolesiones.

Es consustancial a la naturaleza del neurótico el hecho de ser sugestionable y por tanto manipulable, puede ser coaccionado para que colabore en actos delictivos como coautor o encubridor. También actos delictivos anónimos llevados a cabo en situaciones de histeria colectiva pueden ser obra de sujetos inmaduros que, escondidos en la muchedumbre, se sienten fuertes realizando algún tipo de vandalismo.
Obsesiones y fobias sociales pueden llevar a amenazas y abusos de otros. Sujetos histéricos son dados a las llamadas y escritos anónimos, a hurtos en almacenes, a decir mentiras patológicas (mitomanía) y algunos tipos menores de actos delictivos.
El Síndrome de Münchausen inducido puede dar lugar a evidentes situaciones de maltrato, lesiones e incluso homicidio.
Los T. Somatomorfos pueden dar lugar a denuncias a médicos o instituciones, como los pacientes con dismorfofobias que son intervenidos sin un correcto estudio psicológico-psiquiátrico previo.

B. Imputabilidad
Nuestra Jurisprudencia hace la afirmación de que las neurosis son "enfermedades puramente nerviosas”, en las que el sujeto conserva "su salud mental intacta" (Código Penal de Manzanares Samaniego). Se les ha considerado como con poca relevancia penal, "ocupando el último lugar en la escala descendente de las perturbaciones" porque "sólo las formas más acusadas y graves pueden tener repercusión penal”. Las estadísticas hablan de sólo un 1 % de los sujetos detenidos. Para el Derecho Penal las Neurosis son "reacciones vivénciales anormales", derivan de una causa psíquica, no somática (Mir Puig). No son alienados, los conflictos están integrados por ideas sobrevaloradas que no son delirantes (el sujeto las critica) y por lo tanto son imputables (Bonnet).
Son sin embargo trastorno frecuente y fácilmente identificable; la ansiedad dificulta el uso operativo de la inteligencia, puede modificar la memoria hasta generar episodios de amnesia, facilita la mala interpretación de la realidad... Cuando delinquen el problema pericial consiste en establecer el verdadero estado mental en el momento del hecho y si éste ocurrió en estado crepuscular de la conciencia o si hay simulación.
Han sido excluidas del ámbito de la inimputabilidad pero con frecuencia se les ha estimado la eximente del Trastorno Mental Transitorio (por los aspectos comentados con anterioridad de fallo en mecanismos represivos).

C. Valoración del daño psíquico.
En los trastornos descritos se encuentran los que con mayor frecuencia van a aparecer en la persona que ha sido víctima de un delito. El Código Penal en su art. 149 habla del que causare a otro:”grave enfermedad somática o psíquica” y en el art. 147 del “menoscabo de la integridad corporal, salud física o mental”. Siendo la necesidad y el tiempo de tratamiento esencial para la tipificación del delito y el cómputo de la pena así como para valorar la cuantía de las indemnizaciones. La lesión o la secuela psíquica agravan la pena del autor según el tiempo que tarde en curar y la necesidad de tratamiento.
Algunas lesiones como el TEPT, prototipo de lesión psíquica, pueden provocar cambios permanentes en la persona o tener una evolución crónica, o reactivarse frente a nuevas experiencias. El TEPT lo presentan el 30% de las víctimas. Dentro de este trastorno se encuentra el Síndr. Postviolación como trastorno específico con repercusiones claras sobre la posterior vida sexual y de relación de la víctima, que se prolonga mucho tiempo después de la violación. Son la violación y el secuestro los delitos que más graves respuestas de victimización producen.

En general se sabe que la gravedad de la respuesta presentada por la víctima de una agresión o delito se relaciona con tres variables: la personalidad previa, el tipo de trauma y el apoyo recibido. Estando demostrado que el asesoramiento inmediato reduce la incidencia de síntomas posteriores. De ahí la importancia de las oficinas de asesoramiento a víctimas (SAVA).
Actualmente gran parte del interés de psicólogos, psiquiatras y forenses va encaminado al estudio del daño psíquico y a la validación de instrumentos que puedan objetivarlo. Porque el daño físico es más fácil de objetivar, el psíquico no siempre se ve desde fuera y sus síntomas principalmente son subjetivos.

Eficacia del entrenamiento en habilidades de actuación en familias de niños con trastorno obsesivo compulsivo Ana María Ruiz Galán


Eficacia del entrenamiento en habilidades de actuación en familias de niños con trastorno obsesivo compulsivo Ana María Ruiz Galán

fuente:nureinvesrigacion.

JUSTIFICACIÓN Y ESTADO ACTUAL DEL TEMA

El Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC) se caracteriza, según la definición por el DSM-IV y el CIE-10, por la recurrencia de pensamientos, impulsos o imágenes persistentes que se perciben como extraños y ajenos, y que causan una importante ansiedad y malestar. Estos pensamientos constituyen lo que se conoce como obsesiones, habitualmente asociadas a las compulsiones, definidas como comportamientos o actos mentales repetitivos, cuyo objetivo es la reducción de la ansiedad que causan las obsesiones, previniendo acontecimientos negativos, pero sin conexión con la situación a evitar (1,2). Junto a su difícil tratamiento y complejidad, el TOC es uno de los trastornos de ansiedad más graves (3). Las diferencias entre el TOC en niños y en adultos residen en que los segundos no observan que estos pensamientos carecen de razonamiento lógico, y que con frecuencia implican a otros familiares en sus compulsiones (4).

Las obsesiones y compulsiones provocan un malestar clínico significativo, representan una pérdida importante de tiempo (>1h/día) e interfieren marcadamente con la rutina diaria del paciente, para el cuál es muy difícil realizar sus tareas y juegos o mantener relaciones sociales. Por la mañana sienten la necesidad de seguir con exactitud y precisión sus rituales, empujados por la sensación de que, de lo contrario, el resto del día no continuará bien, produciendo presión e irritabilidad. Llegado el final del día se sienten exhaustos y, a pesar de ello, se acuestan tarde finalizando sus compulsiones, lo que provoca falta de sueño y una pobre alimentación en el paciente, así como dolores de cabeza, o úlceras de estómago, etc (1,5). La disfunción por este trastorno durante la infancia provoca una alteración en el desarrollo normal, impidiendo la consolidación de la identidad y personalidad futuras (6).

Las obsesiones más frecuentes en niños están relacionadas con el miedo a contaminarse (suciedad, microbios, toxinas), el daño a sí mismo o a otros (la posibilidad de contraer enfermedades o de morir ellos o algún familiar), la necesidad de simetría, orden, exactitud, miedo a equivocarse, culpabilidad, prohibiciones, necesidad de pedir consuelo. Las compulsiones más frecuentes son: limpieza, rituales de descontaminación (lavado excesivo), verificar, contar, repetir, ordenar, acumular cosas (5,7).

Se pensó que el TOC era un trastorno no muy común. Pero en diferentes estudios epidemiológicos se ha observado que su incidencia ha aumentado en los últimos diez años, situándose entre el 1 y el 4% en poblaciones pediátricas (8,9,10). Además se estima que aproximadamente un 80% de los casos de TOC en adultos tienen un inicio en la infancia (11,12). Un estudio llevado a cabo por el National Institute for Mental Health (NIMH) concluye que el TOC es entre 50 y 100 veces mas frecuente de lo que se piensa, con una prevalencia de 2.5% en adultos; y un 2-3% en niños y adolescentes. En España la prevalencia en la población pediátrica se ha situado por debajo del 1%. Un metaanálisis realizado en USA en 2005 incluyendo las investigaciones de los últimos veinte años , ha identificado éste trastorno como una de las enfermedades psiquiátricas más frecuentes en niños y adolescentes (6). La incidencia podría ser todavía mayor, ya que el niño suele ocultar su problema por vergüenza, ser negado por los padres (7) o enmascarado por su asociación con otros trastornos. Por todo ello pueden transcurrir hasta 10 años hasta el diagnóstico del problema por un especialista (4).

A pesar de que la causa del TOC es desconocida, se ha relacionado con una deficiencia de serotonina, factores genéticos más o menos influidos por actitudes aprendidas en la niñez, e incluso con una infección por estreptococo. En relación con el componente genético, se ha encontrado que entre un 20 y 25% de los pacientes tienen familiares cercanos con éste trastorno (4,7,13,14).

El diagnóstico se realiza a través de una evaluación psiquiátrica, mediante entrevista clínica, prestando especial atención a los antecedentes familiares de TOC. Es importarte realizar un diagnóstico diferencial con otros trastornos de ansiedad como tics, tricotilomania, trastorno por déficit de atención / hiperactividad, síndrome de Asperger, síndrome de stress postraumático, síndrome de Tourette o depresión mayor (16). Para descartar el origen orgánico del problema se solicita un TAC cerebral y un EEG. Para establecer la gravedad del cuadro, junto con la entrevista se utilizan tests como la Escala de Trastorno Obsesivo-Compulsivo Yale-Brown. La escala consta de una primera parte de 5 items, en la que se exploran las obsesiones, y una segunda parte, de 6 items, sobre las compulsiones. Cada ítem se evalúa de 0 a 4 puntos, siendo 0 la ausencia de síntomas y 4 los más graves, una puntuación mayor o igual a 20 separa el TOC de grado leve de aquel moderado-grave y la mayor puntuación es de 40 puntos. Fue validada al español en el 2004, en Chile. Suele ser conveniente que sea al niño y a los padres (28).

El primer paso para un adecuado tratamiento del TOC es la psicoeducación del paciente y la familia. Además, existen dos estrategias terapéuticas complementarias, la psicoterapia y los psicofármacos.

Los fármacos utilizados en el TOC pediátrico son los Inhibidores Selectivos de la Recaptación de Serotonina (ISRS), fundamentalmente fluoxetina , y, en menor medida por sus efectos secundarios en población pediátrica, la clomipramina. El efecto del tratamiento suele aparecer a las 8-12 semanas (3,7,16). A pesar de haberse demostrado una mejoría sintomatológica del 20-40% con el tratamiento farmacológico en los síntomas, en el 40-60% de los pacientes, la misma es limitada, pudiendo haber recaídas al interrumpir el tratamiento (12).

En lo referente a la psicoterapia, los abordajes psicoanalistas o psicodinámicos han conseguido mejorías mínimas y poco duraderas (3,7). En cambio, la terapia cognitiva-conductual basada en la exposición y prevención de respuesta (EPR), ha demostrado su eficacia (3,7,12,18), con resultados, a diferencia de los psicofármacos, duraderos tras la finalización del tratamiento, observados en estudios de seguimiento de hasta 3 años (3,7). Esta estrategia terapéutica se basa en

- Exposición: Enfrentar al paciente a situaciones de miedo o preocupación relacionadas con sus obsesiones. Se comienza en niveles mínimos de ansiedad, aumentando poco a poco.

- Prevención de respuesta: Evitar el comportamiento compulsivo con apoyo de un terapeuta. Se busca que el paciente evite los comportamientos compensatorios para disminuir la ansiedad.

- Terapia cognitiva: ayuda al paciente a identificar las obsesiones y compulsiones, disminuyendo la ansiedad y la necesidad de realizar los rituales (3,7).

El número de sesiones es aproximadamente de 15, con una duración de 1-2 horas por sesión. Un aumento no supone una mejoría significativa (3).

Foa y Goldstein, en una de las primeras experiencias publicadas (19), utilizaron la EPR en 21 pacientes, obteniendo una mejoría del 57% en las obsesiones y del 86% en las compulsiones. Destacaron que según avanzaba el tratamiento disminuía la ansiedad y el paciente mejoraba su capacidad para evitar las compulsiones.




Aunque se ha demostrado su eficacia en el TOC, y siendo el tratamiento de primera elección, tiene ciertas limitaciones en el contexto de psicopatología asociada, limitaciones en el desarrollo del niño (retraso mental, niños muy pequeños), y exige un terapeuta experto.

En estudios recientes se ha observado una mejoría mayor en los síntomas del TOC con la combinación de ERP y fármacos (3,7,21). Sin embargo, hasta un 25% de los casos no respondieron a la combinación de ambos tratamientos, por lo que en diferentes investigaciones se propone además la inclusión de la familia en el tratamiento, lo cual podría eventualmente influir en una mejoría del trastorno a largo plazo (3,7,16,18,20). Estudios como el de Mehta et al han demostrado el beneficio que supone la familia en la mejoría de los síntomas, respecto a los pacientes tratados solos (23).

En los TOC infantiles, tanto los pacientes como la familia manifiestan un deterioro importante en sus relaciones, interfiriendo en sus vidas y relaciones personales y laborales, de forma más acusada que en otras enfermedades psiquiátricas como fobia social o pánico. Por ello, y para evitar el aumento de la ansiedad y otros síntomas del TOC es importante tratar el conflicto familiar (20,22). La familia juega un papel fundamental en la configuración de un entorno de calma, proporcionando un apoyo y contención que ayudará en la evolución del tratamiento (16), asímismo puede animar al niño a cumplir la terapia y el tratamiento (12).

Este trastorno implica que los familiares se sientan frustrados, confundidos, desconcertados e incluso enfadados por las actuaciones del niño, dado lo extraño que pueden resultar los rituales. Puede ocurrir también que no se dé importancia a los comportamientos, entendiéndolos como caprichos o relacionándolos con la edad (4).

Podemos observar dos actitudes diferentes en las personas que rodean a estos pacientes (20):

• Familia antagónica: No consiente que el paciente la involucre en sus rituales, es hostil, crítica, llevando a un empeoramiento de los síntomas del paciente, aumentando el nivel de tensión y, como consecuencia, el niño tiende a ocultar sus compulsiones.

• Familia acomodada: La familia forma parte de los rituales, es permisiva y sobreprotectora, favoreciendo el arraigo de las compulsiones. Calvocoressi observó que un 25% de los familiares participaba diariamente en los rituales, un 75% lo hacía mínimamente y un 40% se sentía culpable del trastorno de sus familiares (24,25).

En una misma familia se pueden dar los dos casos en diferentes miembros, pero igualmente ambas situaciones no son idóneas para una adecuada evolución del tratamiento.

Son varios los especialistas que consideran importante una adecuada psicoeducación sobre el trastorno y su tratamiento a los pacientes y su familia (15, 20, 22, 26). Diferentes estudios han intentado involucrar a la familia en el tratamiento del TOC, lo cual se ha acompañado de una mejoría de aquellos niños en los que los padres participaban en la terapia, como co-terapeutas o ayudando a evitar compulsiones o mostrando apoyo (7, 20, 27). Sin embargo los datos y resultados obtenidos no han sido determinantes ni excesivamente significativos, proponiendo nuevas investigaciones sobre la influencia beneficiosa de introducir a la familia en el tratamiento.

En este contexto, un programa de entrenamiento familiar en habilidades de actuación dirigido por la enfermera especialista en salud mental podría resultar de utilidad en la mejora de la eficacia de los actuales abordajes terapéuticos del TOC

los famosos y sus fobias / y tipos de fobias


Las fobias de los famosos

A pesar de su estatus, de su fama y de su dinero, las celebridades se alinean con el resto de los mortales por los miedos intensos y desproporcionados a objetos, animales o situaciones, que les convierten tan vulnerables a ciertas circunstancias como el común de los mortales.


Las celebridades se alinean con el resto de los mortales por los miedos intensos y desproporcionados a objetos, animales o situaciones, que les convierten tan vulnerables a ciertas circunstancias como el común de los mortales.

Ahogos, sudoración, miedo a morirse, a los sitios cerrados o incluso a los payasos… Los famosos poseen alteraciones psicológicas de lo más estrambóticas y que les han llegado a poner en apuros más de una vez. Y si no que se lo pregunten a Johnny Deep, Nicole Kidman, Donald Trump o la mismísma diva de la canción Bárbara Streisand, incapaz de enfrentarse a un concurrido auditorio durante varios años.


Fobia a los cerdos y los payasos

El actor Orlando Bloom tiene pánico a los cerdos, algo desde luego sorprendente, mientras que Johnny Depp,Daniel Radcliffe y Puff Diddy padecen coulrofobia, o lo que es lo mismo, les asustan los payasos. Por su parte Nicole Kidman tiene fobia a las mariposas. Más raro todavía es la hidrofobia o el miedo al agua de Carmen Electra, teniendo en cuenta que la actriz trabajó en la serie “Los Vigilantes de la Playa”. Mención especial merecen Cristina Ricci, que no soporta las plantas de interior o la de Scarlett Johanson, que no puede ni ver a las cucarachas.

Puertas giratorias y pánico a volar

A Matthew McConaughey le dan pánico las puertas giratorias, y Sarah Michelle Gellar, protagonista de Buffy Caza vampiros, no soporta los cementerios, cosa que también le sucede al futbolista Roberto Carlos. Además, la actriz también tiene verdadero pánico a los hospitales. Mientras, Michael Jackson, Jennifer Aniston y Whoopi Goldberg parece que se unen a nuestra Penélope Cruz y lo de volar no lo llevan muy bien…Todos ellos tienen pánico a volar.


Miedo a estar enfermo

Donald TrumpMichael Jackson y Woody Allen tienen verdadero pánico a contraer alguna enfermedad. Así, el que fuera el rey del pop suele dejarse ver por la calle con mascarillas y túnicas para aislarse de los microbios. Por su parte, el director de cine Woody Allen suele hacer parodias de sí mismo en sus películas por este miedo y se toma la temperatura cada dos horas para ver si está enfermo. Además, el cineasta también siente pánico de los insectos, la luz del sol, los ciervos, los colores brillantes, los niños, las alturas, las habitaciones pequeñas, las multitudes...




Agorafóricos y claustrofóbicos

Tampoco faltan los agorafóbicos, terror a los espacios vacíos y llenos de gente, como Kim Basinger y Daryl Hannah, por lo que suelen huir de las aglomeraciones; los claustrofóbicos como Uma Thurman; el pánico a las serpientes de Justin Timberlake o el miedo de Madonna a los truenos, astrafobia. Además, David Beckham tiene verdadero pavor a los pájaros y Brad Pitt a los tiburones, lo que se conoce como selacofobia.

La distiquifobia de Shania Twain

La cantante Shania Twain padece una extraña fobia que consiste en un miedo irracional a sufrir algún tipo de accidente. Este tipo de miedo se llama distiquifobia y la lleva a tomar medidas de seguridad extremas en sus conciertos y apariciones públicas.



Vértigo y miedo a los espejos

El vértigo es seguramente una de las fobias más extendidas y conocidas. El miedo a la altura azota a una gran parte de la población, del que no se libra la cantante Sheryl Crow. Además, la joven tiene pánico a los ruidos espeluznantes, o lo que es lo mismo, acustifobia. Pamela Anderson no podía quedarse atrás en lo que a fobias se refiere y padece la catoptrofobia o el pánico a verse reflejado en un espejo... Algo sin duda sorprendente.







Keanu Reeves y el pánico a los sitios oscuros

El actor siente pánico a los sitios oscuros, lo que los expertos llaman acluofobia o escotogobia. Mientras que Tobey Maguire necesitó mucha ayuda en el rodaje de “Spiderman” para superar su miedo a las alturas, también llamado acrofobia, altofobia o batofobia.

Bárbara Streisand y su peculiar fobia

Aunque parezca mentira Bárbara Streisans se pasó 27 años sin pisar un escenario por su fobia a cantar frente al gran público. Este traume le viene a la cantante desde 1967, año en el que olvidó la letra de uno de sus temas durante una actuación.


TIPOS DE FOBIAS.
Acarofobia - Miedo a las picaduras o a los insectos que pican
Acerofobia - Miedo a las cosas ácidas
Acluofobia - Miedo a la oscuridad
Acustifobia - Miedo al ruido
Acrofobia - Miedo a las alturas
Aerofobia - Miedo a las corrientes de aire
Aeronausifobia - Miedo a los resfriados
Agliofobia - Miedo al dolor
Agorafobia - Miedo a los espacios abiertos o a estar entre una multitud, lugares públicos como mercados
Agrafobia - Miedo a las agresiones sexuales
Agrizoofobia - Miedo a los animales salvajes
Agirofobia - Miedo a las calles o a cruzar la calle
Aicmofobia - Miedo a las agujas o a los objetos punzantes
Ailurofobia - Miedo a los gatos
Albuminurofobia - Miedo a las dolencias del riñón
Alectorofobia - Miedo a los pollos
Algofobia - Miedo al dolor
Aliumfobia - Miedo al ajo
Alodoxafobia - Miedo a las opiniones
Altofobia - Miedo a las alturas
Amatofobia - Miedo al polvo
Amaxofobia - Miedo a conducir en coche
Ambulofobia - Miedo a andar
Amnesifobia - Miedo a quedarse amnésico
Amicofobia - Miedo a los arañazos
Anablefobia - Miedo a las investigaciones
Ancrafobia o Anemofobia - Miedo al viento
Androfobia - Miedo a los hombres
Anemofobia - Miedo al viento o a las corrientes de aire
Anginofobia - Miedo a contraer anginas
Anglofobia - Miedo a lo relacionado con Inglaterra
Angrofobia - Miedo a la antipatía
Anquilofobia - Miedo a ser escayolado
Antrofobia o Antofobia - Miedo a las flores
Antropofobia - Miedo a la gente o a la sociedad
Antlofobia - Miedo a las inundaciones
Anuptafobia - Miedo a quedarse solo
Apeirofobia - Miedo al infinito
Afenfosfobia - Miedo a ser tocado (Hafefobia)
Apifobia - Miedo a las avispas o a las abejas
Apotenmofobia - Miedo a las personas con amputaciones
Araquibutirofobia - Miedo a que se incrusten las cáscaras de los cacahuetes en el paladar
Aracnofobia o Aracnefobia - Miedo a las arañas
Aritmofobia - Miedo a los números
Arrhenfobia - Miedo a los hombres
Arsonfobia - Miedo al fuego
Atenofobia - Miedo a desmayarse o a debilitarse
Astrafobia o Astrapofobia - Miedo a las tormentas y a la luz
Astrofobia - Miedo a las estrellas y al espacio celestial
Asimetrifobia - Miedo a las cosas asimétricas
Ataxiofobia - Miedo a la ataxis (descoordinación muscular)
Ataxofobia - Miedo al desorden o a la suciedad
Atelofobia - Miedo a la imperfección
Atefobia - Miedo a las ruinas
Atazagorafobia - Miedo a ser olvidado o ignorado o a olvidar
Atomosofobia - Miedo a las explosiones atómicas
Atiquifobia - Miedo a cometer fallos
Aulofobia - Miedo a las flautas
Aurofobia - Miedo al oro
Aurorafobia - Miedo a las Auroras Boreales
Autodisomofobia - Miedo a alguien que huele mal
Automatonofobia - Miedo a la criaturas animadas, estatuas de cera, cosas que representan falsamente a
un ser vivo
Automisofobia - Miedo a estar sucio, a mancharse
Autofobia - Miedo a sí mismo o a estar solo
Aviofobia o Aviatofobia - Miedo a volar


Bacilofobia - Miedo a los microbios
Bacteriofobia - Miedo a las bacterias
Balistofobia - Miedo a los misiles o a las balas
Bolsefobia - Miedo a los bolcheviques
Barofobia - Miedo a la gravedad
Basofobia o Basifobia - Miedo a andar o a caer
Batofobia - Miedo a la profundidad
Batonofobia - Miedo a las plantas
Batracofobia - Miedo a los anfibios, como ranas, salamandras, etc.
Belonefobia - Miedo a las agujas y alfileres (Aicnofobia)
Bibliofobia - Miedo a los libros
Blenofobia - Miedo a la viscosidad
Bogifobia - Miedo a los duendes
Bromidrosifobia o Bromidrofobia - Miedo a oler mal
Brontofobia - Miedo a las tormentas y a la luz
Bufonofobia - Miedo a los sapos


Cacofobia - Miedo a la fealdad
Cainofobia o Cainotofobia - Miedo a la novedad
Caliguinefobia - Miedo a las mujeres guapas
Cancerofobia - Miedo al cáncer
Carcinfobia - Miedo al cáncer
Cardiofobia - Miedo a los corazones
Carnofobia - Miedo a la carne
Catagelofobia - Miedo a hacer el ridículo
Catapedafobia - Miedo a saltar tanto de lugares altos como bajos
Catisofobia - Miedo a sentarse
Catoptrofobia - Miedo a los espejos
Caetofobia - Miedo al pelo y a los seres peludos
Chamainofobia - Miedo a Halloween
Colerofobia - Miedo a enfadarse o a encolerizarse
Corofobia - Miedo a bailar
Crometofobia o Crematofobia - Miedo al dinero
Cromofobia o Cromatofobia - Miedo a los colores
Cronofobia - Miedo al paso del tiempo
Cronomentrofobia - Miedo a los relojes
Claustrofobia - Miedo a los espacios cerrados
Cleitrofobia o Cleisiofobia - Miedo a quedarse encerrado en un lugar
Cleptofobia - Miedo a ser robado o a robar
Climacofobia - Miedo a las escaleras, a subirlas o a caer por ellas
Clinofobia - Miedo a ir a la cama
Clitrofobia o Cleinofobia - Miedo a ser encerrado
Cnidofobia - Miedo a las cadenas
Cometofobia - Miedo a los cementerios
Coitofobia - Miedo al sexo
Contreltofobia - Miedo al abuso sexual
Coprastasofobia - Miedo a constiparse
Courofobia - Miedo a los payasos
Counterfobia - Preferencia por una fobia ante situaciones espantosas
Cremnofobia - Miedo a los precipicios
Criofobia - Miedo al frío extremo, hielo o escarcha
Cristalofobia - Miedo a los cristales y a las gafas
Ciberfobia - Miedo a los ordenadores o a trabajar con ordenadores
Ciclofobia - Miedo a andar en bicicleta
Cimofobia - Miedo a las ondas o a las olas
Cinofobia - Miedo a los perros
Cipridofobia, Ciprifobia, Ciprianofobia o Ciprinofobia - Miedo a las prostitutas o a las enfermedades
venéreas
Cainolofobia - Miedo a la novedad
Cainofobia - Miedo a fallar o a ser vencido
Catagelofobia - Miedo al ridículo
Catisolofobia - Miedo a sentarse
Coinonifobia - Miedo a las habitaciones
Colpofobia - Miedo a los genitales, particularmente los femeninos
Copofobia - Miedo a fatigarse
Coniofobia - Miedo al polvo (Amatofobia)
Cosmicofobia - Miedo a los fenómenos cósmicos

Decidofobia - Miedo a las decisiones
Defecaloesiofobia - Miedo al dolor de tripas
Deipnofobia - Miedo a las cenas y a las conversaciones en las cenas
Dementofobia - Miedo a volverse loco
Demonofobia o Daemonofobia - Miedo a los demonios
Demofobia - Miedo a las multitudes (Agorafobia)
Dendrofobia - Miedo a los árboles
Dentofobia - Miedo a los dentistas
Dermatofobia - Miedo a las lesiones de la piel
Dermatosiofobia o Dermatofobia o Dermatopatofobia - Miedo a las enfermedades de la piel
Dextrofobia - Miedo a los objetos de la parte derecha del cuerpo
Diabetofobia - Miedo a la diabetes
Didascaleinofobia - Miedo a ir a la escuela
Diquefobia - Miedo a la justicia
Dinofobia - Miedo al vértigo o a los remolinos de agua
Diplofobia - Miedo a la doble visión
Dipsofobia - Miedo a la bebida y a beber
Deshabiliofobia - Miedo a desnudarse ante alguien
Domatofobia o Oicofobia - Miedo a las casas o a estar en una casa
Dorafobia - Miedo a la piel o pieles de animales
Dromofobia - Miedo a cruzar la calle
Disorfofobia - Miedo a la deformidad
Distiquifobia - Miedo a los accidentes


Eclesiofobia - Miedo a las iglesias
Ecofobia - Miedo al hogar
Eicofobia o Oicofobia - Miedo a los alrededores del hogar
Eisoptofobia - Miedo a los espejos o a verse reflejado en uno
Electrofobia - Miedo a la electricidad
Elenterofobia - Miedo a la libertad
Elurofobia - Miedo a los gatos (Ailurofobia)
Emetofobia - Miedo a los vómitos
Enetofobia - Miedo a las multitudes
Enosiofobia o Enisofobia - Miedo a cometer un pecado capital o a ser criticado
Entomofobia - Miedo a los insectos
Eosofobia - Miedo al amanecer o a la luz del día
Epistaxiofobia - Miedo a sangre la nariz
Epistemofobia - Miedo al conocimiento
Equinofobia - Miedo a los caballos
Eremofobia - Miedo a ser uno mismo o a la soledad
Ereutrofobia - Miedo a ruborizarse
Ergasiofobia - 1) Miedo al trabajo o al funcionamiento 2) Miedo a ser operado por un cirujano
Ergofobia - Miedo al trabajo
Erotofobia - Miedo al amor sexual o a las preguntas de sexo
Eufobia - Miedo a las buenas noticias
Eurotofobia - Miedo a los genitales femeninos
Eritrofobia, Eritofobia o Ereutofobia - 1) Miedo a la luz roja 2) Miedo a ruborizarse 3) Miedo al color
rojo
Escabiofobia - Miedo a las postillas
Escatofobia - Miedo al material fecal
Esquelerofobia - Miedo a los hombres malos, a los ladrones
Esquiofobia o Esquiafobia - Miedo a las sombras
Escolequifobia - Miedo a los gusanos
Escolionofobia - Miedo a la escuela
Escopofobia o Escoptofobia - Miedo a ser visto o a ser el centro de atención
Escotomafobia - Miedo a la ceguera
Escotofobia - Miedo a la oscuridad (Acluofobia)
Escriptofobia - Miedo a escribir en público
Espectrofobia - Miedo a los espectros o a los fantasmas
Espermatofobia o Espermofobia - Miedo a los gérmenes
Especsofobia - Miedo a las avispas
Estasibasifobia o Estasifobia - Miedo a estar de pies o a andar (Ambulofobia)
Estaurofobia - Miedo a las cruces o a los crucifijos
Estenofobia - Miedo a las cosas o lugares estrechos
Estigiofobia - Miedo al Infierno


Fagofobia - Miedo a tragar o a comer o a ser comido
Falacrofobia - Miedo a quedarse calvo
Falofobia - Miedo a tener una erección peneana
Farmacofobia - Miedo a tomar medicinas
Fasmofobia - Miedo a los fantasmas
Fengofobia - Miedo a la luz del día o al brillo del sol
Filemafobia o Filematofobia - Miedo a los besos
Filofobia - Miedo a enamorarse o a estar enamorado
Filosofobia - Miedo a la filosofía
Fobofobia - Miedo a las fobias
Fotoaugliafobia - Miedo a las luces deslumbrantes
Fotofobia - Miedo a la luz
Fonofobia - Miedo a los ruidos o voces o a la voz de uno mismo; o a los teléfonos
Fronemofobia - Miedo a pensar
Febrifobia, Fibrifobia o Fibriofobia - Miedo a la fiebre
Felinofobia - Miedo a los gatos
Francofobia - Miedo a lo relacionado con Francia
Frigofobia - Miedo al frío, a las cosas frías


Galeofobia o Gatofobia - Miedo a los gatos
Galofobia o Galiofobia - Miedo a lo relacionado con Francia
Gamofobia - Miedo al matrimonio
Geliofobia - Miedo a la risa
Geniofobia - Miedo a las barbillas o a los mentones
Genofobia - Miedo al sexo
Genufobia - Miedo a las rodillas
Gefirofobia, Gefidrofobia o Gefisrrofobia - Miedo a cruzar puentes
Germanofobia - Miedo a lo relacionado con Alemania
Gerascofobia - Miedo a envejecer
Gerontofobia - Miedo a las gente vieja o a envejecer
Gemnafobia o Gemnofobia - Miedo a degustar
Glosofobia - Miedo a hablar en público o a intentar hablar
Gnosiofobia - Miedo al conocimiento
Grafofobia - Miedo a escribir a mano
Gimnofobia - Miedo a la desnudez
Ginefobia o Ginofobia - Miedo a las mujeres


Hadefobia - Miedo al Infierno
Hagiofobia - Miedo a los santos y a las cosas sagradas
Hamartofobia - Miedo a cometer pecados
Hefefobia o Haptefobia - Miedo a ser tocado
Harpaxofobia - Miedo a ser robado
Hedonofobia - Miedo al placer
Heliofobia - Miedo al sol
Helenofobia - Miedo a los términos griegos o a la complicada terminología científica
Helmintofobia - Miedo a ser infectado por gusanos
Hemofobia - Miedo a la sangre
Heresifobia o Hereiofobia - Miedo a los desafíos o a la doctrina oficial o a la desviación fanática
Herpetofobia - Miedo a los reptiles, a las cosas reptantes
Heterofobia - Miedo al sexo opuesto (Sexofobia)
Hierofobia - Miedo a los curas o a las cosas litúrgicas
Hipofobia - Miedo a los caballos
Hipopotomonstrosesquipedaliofobia - Miedo a las palabras largas
Hobofobia - Miedo a los vagabundos y mendigos
Hodofobia - Miedo a los viajes por carretera
Hormefobia - Miedo a los choques
Homiclofobia - Miedo a la niebla
Homilofobia - Miedo a los sermones
Hominofobia - Miedo a los hombres
Homofobia - Miedo a los iguales, a la monotonía o a la homosexualidad o a ser homosexual
Hoplofobia - Miedo a las armas de fuego
Hidrargiofobia - Miedo a las medicinas basadas en el mercurio
Hidrofobia - Miedo al agua
Hielofobia o Hialofobia - Miedo a los cristales
Higrofobia - Miedo a los líquidos, a la humedad
Hilefobia - Miedo al materialismo o a sufrir ataques epilépticos
Hilofobia - Miedo a los bosques
Hipengiofobia o Hipegiafobia - Miedo a la responsabilidad
Hipnofobia - Miedo a quedarse dormido o a quedar hipnotizado
Hipsifobia - Miedo a las alturas


Iatrofobia - Miedo a acudir al médico
Ictiofobia - Miedo al pescado
Ideofobia - Miedo a las ideas
Ilingofobia - Miedo al vértigo
Iofobia - Miedo a ser envenenado
Insectofobia - Miedo a los insectos
Isolofobia - Miedo a estar solo
Isopterofobia - Miedo a las termitas, a los insectos que comen madera
Itifalofobia - Miedo de mirar, de pensar o de tener una erección peneana
Japanofobia - Miedo a lo relacionado con Japón
Judeofobia - Miedo a lo relacionado con los judíos


Lacanofobia - Miedo a los vegetales
Latrofobia - Miedo a los médicos
Leprofobia o Leprafobia - Miedo a la lepra
Laliofobia o Lalofobia - Miedo a hablar
Leucofobia - Miedo al color blanco
Levofobia - Miedo a las cosas de la parte izquierda del cuerpo
Liguirofobia - Miedo a los ruidos fuertes
Lilapsofobia - Miedo a los tornados y huracanes
Limnofobia - Miedo a los lagos
Linonofobia - Miedo a ser atacado
Liticafobia - Miedo a las denuncias
Loquiofobia - Miedo al nacimiento de los niños
Logisomecanofobia - Miedo a los ordenadores
Logofobia - Miedo a las palabras
Luifobia - Miedo a la sífilis
Lutrafobia - Miedo a las nutrias
Ligofobia - Miedo a la oscuridad
Lisofobia - Miedo a volverse loco


Macrofobia - Miedo a las largas esperas
Megeirocofobia - Miedo a cocinar
Maieusiofobia - Miedo al nacimiento de los niños
Malaxofobia - Miedo al juego amoroso (Sarmasofobia)
Maniafobia - Miedo a volverse loco
Mastigofobia - Miedo al castigo
Mecanofobia - Miedo a las máquinas
Medomalacufobia - Miedo a perder una erección peneana
Medortofobia - Miedo a tener una erección peneana
Megalofobia - Miedo a las cosas grandes
Melisofobia - Miedo a las abejas
Melanofobia - Miedo a las pieles negras
Melofobia - Miedo o aversión hacia la música
Meningitofobia - Miedo a las enfermedades del cerebro
Menofobia - Miedo a la menstruación
Merintofobia - Miedo a ser obligado o atado
Metalofobia - Miedo al metal
Metatesiofobia - Miedo a los cambios
Meteorofobia - Miedo a los meteoritos
Metifobia - Miedo al alcohol
Metrofobia - Miedo o aversión hacia la poesía
Microbiofobia - Miedo a los microbios (Bacilofobia)
Microfobia - Miedo a las cosas pequeñas
Misofobia - Miedo a la parasitación de la piel
Mnemofobia - Miedo a los recuerdos
Molismofobia o Molisomofobia - Miedo a la suciedad o a la contaminación
Monofobia - Miedo a la soledad o a estar a solas
Monopatofobia - Miedo a las enfermedades crónicas
Motorfobia - Miedo a los automóviles
Motefobia - Miedo a las polillas
Musofobia o Murofobia - Miedo a los ratones
Micofobia - Miedo o aversión hacia las setas y hongos
Mictofobia - Miedo a la oscuridad
Mirmecofobia - Miedo a las hormigas
Mitofobia - Miedo a los mitos o historias y afirmaciones falsas
Mixofobia - Miedo a la viscosidad (Blenofobia)


Nebulafobia - Miedo a la niebla (Homiclofobia)
Necrofbobia - Miedo a la muerte o a las cosas muertas
Negrofobia - Miedo a los negros
Nelofobia - Miedo al cristal
Neofarmafobia - Miedo a las nuevas drogas
Neofobia - Miedo a algo nuevo
Nefofobia - Miedo a las nubes
Noctifobia - Miedo a la noche
Nomatofobia - Miedo a los nombres
Nosocomefobia - Miedo a los hospitales
Nosofobia o Nosemafobia - Miedo a enfermar
Nostofobia - Miedo a volver a casa
Novercafobia - Miedo a la madrastra
Nucleomitufobia - Miedo a las armas nucleares
Nudofobia - Miedo a la desnudez
Numerofobia - Miedo a los números
Nictohilofobia - Miedo a estar en el campo a oscuras, o en un bosque por la noche
Nictofobia - Miedo a la oscuridad o a la noche


Obesofobia - Miedo a engordar (Pocrescofobia)
Oclofobia - Miedo de las multitudes y gentíos
Ocofobia - Miedo a los vehículos
Octofobia - Miedo a la figura 8
Odontofobia - Miedo a los dientes o de la cirugía dental
Odinofobia o Odinefobia - Miedo al dolor (Algofobia)
Oenofobia - Miedo a los vinos
Oicofobia - Miedo a los alrededores del hogar
Olfactofobia - Miedo a los olores
Ombrofobia - Miedo a la lluvia o a ser mojado
Ommetafobia o Ommatofobia - Miedo a los ojos
Oneirofobia o Onirofobia - Miedo a los sueños
Oneirogmofobia o Onirogmofobia - Miedo a los sueños húmedos
Onomatofobia - Miedo a escuchar cierta palabra o nombre
Ofidiofobia - Miedo a las serpientes
Oftalmofobia - Miedo a ser el centro de atención
Optofobia - Miedo a abrir los ojos
Ornitofobia - Miedo a los pájaros
Ortofobia - Miedo a la propiedad
Osmofobia o Osfresiofobia - Miedo a los olores u hedores
Ostraconofobia - Miedo al marisco
Ouranofobia - Miedo al firmamento


Pagofobia - Miedo al hielo o escarcha
Pantofobia - Miedo a sufrir una enfermedad
Panofobia o Pantofobia - Miedo a todo
Papafobia - Miedo al Papa
Papirofobia - Miedo al papel
Paralipofobia - Miedo a abandonar el deber o la responsabilidad
Parafobia - Miedo a la perversión sexual
Parasitofobia - Miedo a los parásitos
Parascavedecatriafobia - Miedo al Viernes 13
Partenofobia - Miedo a las vírgenes o a las chicas jóvenes
Patofobia - Miedo a las enfermedades
Patroiofobia - Miedo a la herencia
Parturifobia - Miedo al nacimiento de los niños
Pecatofobia - Miedo a pecar
Pediculofobia - Miedo a pedir
Pediofobia - Miedo a las muñecas
Pedofobia - Miedo a los niños
Peladofobia - Miedo a la gente calva
Pelagrofobia - Miedo a la pelagra
Peniafobia - Miedo a la pobreza
Ptiriofobia - Miedo a pedir (Pediculofobia)
Ptisiofobia - Miedo a la tuberculosis
Placofobia - Miedo a las lápidas
Plutofobia - Miedo a la riqueza
Pluviofobia - Miedo a la lluvia o a ser mojado
Pneumatifobia - Miedo a los espíritus
Pnigofobia o Pnigerofobia - Miedo a ahogarse o a ser asfixiado
Pocrescofobia - Miedo a engordar (Obesofobia)
Pogonofobia - Miedo a las barbas
Poliosofobia - Miedo a contraer la poliomielitis
Politicofobia - Miedo a los políticos
Polifobia - Miedo a muchas cosas
Poinefobia - Miedo al castigo
Ponofobia - Miedo al dolor
Potamofobia - Miedo a los río o al agua corriente
Potofobia - Miedo al alcohol
Proctofobia - Miedo al recto
Prosofobia - Miedo al progreso
Pselismofobia - Miedo a tartamudear
Psicofobia - Miedo a la mente
Psicrofobia - Miedo al frío
Pteromeranofobia - Miedo a volar
Pteronofobia - Miedo a que te hagan cosquillas con plumas
Pupafobia - Miedo a los muñecos
Pirexiofobia - Miedo a la fiebre
Pirofobia - Miedo al fuego


Radiofobia - Miedo a la radiación, a los rayos X
Ranidafobia - Miedo a los sapos
Rectofobia - Miedo al recto y a los dolores rectales
Rabdofobia - Miedo a ser severamente castigado o golpeado con una vara, o a ser fuertmente criticado.
También miedo a la magia
Ripofobia - Miedo a defecar
Ritifobia - Miedo a que aparezcan arrugas
Rupofobia - Miedo a la suciedad
Rusofobia - Miedo a lo relacionado con Rusia


Sarmasofobia - Miedo al juego amoroso (Malaxofobia)
Satanofobia - Miedo a Satán
Selafobia - Miedo a los flases de luz
Selenofobia - Miedo a la luna
Seplofobia - Miedo a la materia en decadencia
Sesquipeladofobia - Miedo a las palabras largas
Sexofobia - Miedo al sexo opuesto (Heterofobia)
Siderodromofobia - Miedo a los trenes, a las vías del tren o a viajar en tren
Siderofobia - Miedo a las estrellas
Sinistrofobia - Miedo a coger cosas con la mano izquierda
Sinofobia - Miedo a lo relacionado con China
Sitofobia o Sitiofobia - Miedo a la comida o a comer (Cibofobia)
Soquerafobia - Miedo a los familiares
Socialfobia - Miedo a ser juzgado negativamente en situaciones sociales
Sociofobia - Miedo a la sociedad o a la gente en general
Somnifobia - Miedo a dormir
Sofofobia - Miedo a aprender
Soteriofobia - Miedo a depender de los demás
Surifobia - Miedo a los ratones
Simbolofobia - Miedo al simbolismo
Simetrofobia - Miedo a la simetría
Singenesfobia - Miedo a los familiares
Sifilofobia - Miedo a la sífilis


Tachofobia - Miedo a la velocidad
Taeniofobia o Teniofobia - Miedo a las orugas
Tafefobia o Tafofobia - Miedo a ser quemado vivo o a los cementerios
Tapinofobia - Miedo a ser contagioso
Taurofobia - Miedo a los toros
Tecnofobia - Miedo a la tecnología
Teleofobia - 1) Miedo a los planes definitivos 2) Miedo a las ceremonias religiosas
Telefonofobia - Miedo a los teléfonos
Teratofobia - Miedo a estar al cuidado de un niño deforme o miedo a los monstruos o a las personas
deformes
Testofobia - Miedo a hacer pruebas
Tetanofobia - Miedo al tétanos
Teutofobia - Miedo a todo lo relacionado con Alemania
Textofobia - Miedo a determinadas telas
Taasofobia - Miedo a sentarse
Talasofobia - Miedo al mar
Tanatofobia o Tantofobia - Miedo a la muerte o a morir
Teatrofobia - Miedo a los teatros
Teologicofobia - Miedo a la teología
Teofobia - Miedo a los dioses o a la religión
Termofobia - Miedo al calor
Tocofobia - Miedo a quedar preñada o al nacimiento de los niños
Tomofobia - Miedo a las operaciones quirúrgicas
Tonitrofobia - Miedo a las tormentas
Topofobia - Miedo a determinados lugares o situaciones
Toxifobia o Toxofobia o Toxicofobia - Miedo al veneno o a ser envenenado accidentalmente
Traumatofobia - Miedo a las heridas
Tremofobia - Miedo a los temblores
Triquinofobia - Miedo a la triquinosis
Tricopatofobia o Tricofobia o Hipertricofobia - Miedo al pelo (Caetofobia)
Triscadecafobia - Miedo al número 13
Tropofobia - Miedo al movimiento o a hacer cambios
Tripanofobia - Miedo a las inyecciones
Tuberculofobia - Miedo a la tuberculosis
Tiranofobia - Miedo a los tiranos


Uranofobia - Miedo al firmamento
Urofobia - Miedo a la orina o a orinar


Vaquinofobia - Miedo a vacunarse
Venustrafobia - Miedo a las mujeres hermosas
Verbofobia - Miedo a las palabras
Verminofobia - Miedo a los gérmenes
Vestifobia - Miedo a vestirse
Virginitifobia - Miedo a la violación
Vitricofobia - Miedo a lo que representa la figura paterna
Vicafobia - Miedo a las brujas y a la brujería


Xantofobia - Miedo al color amarillo o a la palabra 'amarillo'
Xenofobia - Miedo a los extraños o a los extranjeros
Xerofobia - Miedo a la sequedad
Xilofobia - 1) Miedo a los objetos de madera 2) Miedo a los bosques


Zelofobia - Miedo a la envidia
Zemifobia - Miedo a los topos
Zoofobia - Miedo a los animales

Cómo vivir 365 días al año, de John Schindler


Cómo vivir 365 días al año, de John Schindler
fuente:http://uranovenezuela.blogspot.com
Principios para enriquecer la vida


Si la vida no le está ofreciendo todo lo que usted quería, dispone de una forma de cambiar las cosas… y ya sabe que todo comienza en su interior. Con un lenguaje sencillo, constatamos que existe un vínculo entre el estrés emocional y las enfermedades orgánicas. Los trastornos inducidos emocionalmente, nos dice el doctor Schindler en Cómo vivir 365 días al año, de Ediciones Urano, son la causa de más del 50% del total de todas las dolencias que sufrimos. Por fortuna, la mayor parte de ellas puede evitarse.


Cuando se vive obsesionado por pensamientos negativos, el cuerpo experimenta una variedad de respuestas también negativas que, a través del sistema nervioso llegan a músculos, articulaciones, glándulas y órganos. Según sea la intensidad de estas emociones negativas, la reacción orgánica correspondiente puede constituir, desde un simple “nudo en la garganta” hasta una complicación grave.


El Dr. Schindler ha comprobado la efectividad de métodos que pueden ayudarle a tomar conciencia de sus pensamientos para controlar y dirigir sus emociones. Y, cuando usted domine sus emociones, disfrutará de una vida plena y placentera. Aún mejor, aprenderá a prevenir y curar las enfermedades inducidas emocionalmente. Es más sencillo de lo que usted cree.


Cómo vivir 365 días al año le ofrece el esquema que necesita para modelarse una vida plenamente satisfactoria. Haga que cada uno de sus próximos 365 días sea una experiencia extraordinaria…

¿Cómo Salir de Laberinto Junto con Otros?



Lic. María Julia Suárez de Maciel
Av. Del Libertador 5881 1º “A” C1428ARB – Capital Federal – Argentina –
Tel/Fax: 4783-5114 Tel: 4787-4666
e-mail: ctc@ctc-ar.com.ar – http://www.ctc-ar.com.ar
Asociación Argentina de Terapia Cognitiva
XVI Jornada de Actualización en Terapia Cognitiva. 25 de Septiembre de 1999. Buenos
Aires, Argentina.
Trastorno Obsesivo Compulsivo:
¿Cómo Salir de Laberinto Junto con Otros?
Autor: Ma. Julia Suárez de Maciel
Es objetivo de esta presentación reflexionar entre todos sobre una experiencia
terapeútica combinada, que incluye Terapia Cognitiva Grupal en pacientes con Trastorno
Obsesivo Compulsivo que inicialmente recibieron y mantienen terapia psicofarmacológica.
Previamente al desarrollo del programa de tratamiento implementado desearía hacer
una breve revisión sobre los aportes que nos brinda la teoría cognitiva, en referencia al
trastorno obsesivo compulsivo y a quienes lo padecen.
Schapiro, en 1965, delinea la estructura y las características de lo que denomina
"estilos neuróticos". Según él, "el estilo general del pensamiento (de una persona) puede
considerarse una matriz en la que cristalizan los diversos rasgos, síntomas y mecanismos de
defensa". Dice este autor que "el funcionamiento cognitivo de los obsesivos tiene tres
características básicas: la rigidez de pensamiento, el modo de actividad "tenso" con
distorsión del sentido de autonomía, y la pérdida del sentido de la realidad o del sentido de
convicción sobre el mundo".
Beck y Freeman, en 1995, manifiestan que los pensamientos del obsesivo suelen ser
irracionales y disfuncionales y conducen a emociones, conductas y respuestas fisiológicas
inadaptadas. Diferencian entre las obsesiones y compulsiones específicas, características del
Trastorno Obsesivo Compulsivo, y la existencia de estilos o rasgos de personalidad amplios y
estables compatibles con un Trastorno Obsesivo Compulsivo de Personalidad.
María Dolores Avia, en 1994, complementa la descripción de Schapiro, destacando
,que en los obsesivos "...los intereses son muy definidos y tienen un foco intenso que limita
pensamientos más elaborados y fructíferos ". Motivacionalmente se caracterizan por una
actividad tensa y en constante esfuerzo. Por otra parte, la falta de certeza, la incertidumbre
afecta a la autoeficacia, y en algunos casos es la que directamente produce la sensación de
malestar que desencadenan los ritos. Desde el punto de vista clínico, observa que en aquellos
pacientes que padecen TOC en comorbilidad con un
"estilo" de personalidad obsesivo compulsiva, el pronóstico de mejoría es poco favorable.
Guidano y Liotti, en 1983, sostienen que el perfeccionismo, la necesidad de
certidumbre, y una fuerte creencia de la existencia de una solución absolutamente correcta
para los problemas humanos, son los componentes inadaptados que subyacen tanto en el
Trastorno Obsesivo Compulsivo de la personalidad, como en la conducta ritualista del
Trastorno Obsesivo Compulsivo.
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2
La conducta de parentaje, asume, según Guidano, en la organización obsesiva
compulsiva, todas las características de un vínculo de apego bifronte verdaderamente
ambivalente.
Desde otra perspectiva, el modelo biológico hace hincapié en el sustrato biológico del
trastorno obsesivo compulsivo. Las teorías contemporáneas de este modelo atienden a tres
corrientes interpretativas: la genética, la disfunción serotoninérgica y la neuroanatómica. En
las últimas décadas, los avances de los estudios cerebrales por neuroimágenes han permitido
recoger evidencias al respecto.
Desde una formulación cognitiva conductual, la información errónea de amenaza , es
un sustrato cognitivo fundamental en todos los trastornos de ansiedad. En el caso específico
del Trastorno Obsesivo Compulsivo, la estructura del miedo puede incluir asociación
excesiva entre estímulo y respuesta. Hay desajustes en las redes de
memoria afectiva y en las reglas interpretativas ( Kosak, 1991). Se da una evaluación errónea
sobre el daño que puede resultar y la responsabilidad personal (Salkowsky, 1984). La duda y
la culpa cumplen un importante rol en estos pacientes ( Steketee y
Foa, 1987; Beck, 1989; Tallis, 1992; Frost, 1994 ).
El tratamiento de pacientes con TOC cumpliendo técnicas conductuales ha
sido descripto por Steketee en EE. UU. (1993), teniendo en cuenta el trabajo individual y en
grupo, las intervenciones del terapeuta, la inclusión de familiares y las dificultades que puede
ofrecer el paciente para mantenerse en terapia.
En Inglaterra, Marks, desde 1987, ha incluido el ordenador y el teléfono para las tareas
de autoexposición, limitando el accionar del terapeuta al de guía o evaluador. En ambos
países se cuenta con Fundaciones para obsesivos compulsivos, que informan a pacientes,
familiares y profesionales sobre el trastorno y el tratamiento más adecuado.
Las técnicas conductuales recomendadas y probadas como eficaces son:
◊ Exposición
◊ Prevención de respuesta
Tienen como objetivo romper la asociación obsesión - ansiedad, y ansiedad - ritual,
respectivamente. Se logra aliviar los síntomas y que el paciente asuma un rol activo y
modifique el proceso cognitivo patológico que relaciona la intrusión con la compulsión.
Los últimos aportes de la Teoría Cognitiva con obsesivos compulsivos atienden a
técnicas cognitivas específicas que ayudan a modificar las evaluaciones y creencias
subyacentes.
Van Open y Arntz ( 1994), citados por Tallis en 1995, y por Beck en 1997, trabajan en
:
◊ Estimación de catástrofe (probabilidad de peligro y consecuencias)
◊ Percepción de responsabilidad personal (nivel de responsabilidad y
consecuencias percibidas).
Page 3

3
Para lograr una evaluación más objetiva en la sobreestimación de la posibilidad de
peligro y grado de las consecuencias usan la técnica de Hoekstra. Esta permite el cálculo de
probabilidad acumulada basada en el análisis de la secuencia de sucesos que llevan a la
catástrofe. Otra sobreestimación para atender es la que se refiere a la responsabilidad, ya sea
teniendo en cuenta el nivel de responsabilidad personal, en la que es útil usar técnica de
pastel, como las consecuencias percibidas debido a la responsabilidad, para la que se
recomienda usar técnica de estándar doble.
Es decir, para modificar cada tipo de sobreestimación, recomiendan técnicas
específicas que permitan reatribución objetiva y realista.
Sintetizando :
Tenemos caracterizado el paciente según el trastorno que padece, y descriptas las
técnicas probadas como eficaces tanto en terapia cognitiva individual como grupal. El
interrogante y el desafío que se nos presenta como terapeutas cognitivos de la Ciudad de
Buenos Aires, es:
¿Cómo transculturalizar este programa de tratamiento? ¿Qué ventajas nos ofrece el
formato de grupo ?
Nos encontramos con personas con una gran "duda" sobre su nivel de compromiso en
salud mental, con un largo tiempo de padecimiento y en algunos casos con terapias anteriores
frustradas. Aparecen muy vulnerables, como niños detenidos en su proceso de desarrollo, con
temores absurdos, rituales casi mágicos, nivel de pensamiento que no alcanza la inclusión,
falta de confianza en el mundo y en sí mismos, dificultad para ponerse en el lugar del otro.
Hay figuras significativas familiares con trastornos similares y han transitado por
experiencias infantiles que implican algún tipo de riesgo o maltrato.
El grupo les ofrece un espacio para intentar nuevas formas de aprendizaje con otros,
reconstruir experiencias anteriores y evaluar proyectos para un futuro próximo. En el grupo, y
en cada uno de los participantes, incluyendo al terapeuta, hay una historia personal y
compartida de modelos psicológicos y pedagógicos propios de nuestra cultura, que va a teñir
el quehacer psicoeducativo que se despliegue.
La estructura y el proceso del grupo se sostiene en determinadas pautas referidas a
frecuencia, duración, participantes, agenda diaria, técnicas, dinámica dentro y fuera de sesión.
Las palabras claves son : confianza y flexibilización. Sobre todo, cuando el objetivo
terapeútico no es sólo aliviar síntomas, sino también intentar modificar hasta donde sea
posible este "estilo personal", en que la rigidez, la ambivalencia, el control, la duda, y la culpa
inciden en el funcionamiento cognitivo y en el malestar consecuente.
En la experiencia realizada en estos últimos dos años los resultados generales han sido
buenos. Hay coincidencia con los datos de otros programas en porcentaje de mejoría (
alrededor del 70 % ) y en número de sesiones necesarias para empezar a aliviar síntomas ( 13
a 15 sesiones) sobre un total de 20, en que se logra mayor bienestar.
Se incorporaron a Terapia Cognitiva Grupal 14 pacientes, de los cuáles sólo 2
abandonaron, pero continuaron con tratamiento farmacológico.
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Han registrado mucha mejoría 4 pacientes, moderada 6, y muy poca 2. Estos últimos
corresponden a trastornos de personalidad obsesiva más severos.
Los grupos son pequeños ( 5 personas promedio), heterogéneos ( de ambos sexos entre
20 y 50 años) y con modalidad semi - abiertos.
Las sesiones son quincenales, de 2 horas de duración. Se incluye la posibilidad de
mantener entrevistas individuales antes de sesión o entre sesiones según necesidad del
paciente o a requerimiento del terapeuta. También están previstas reuniones con miembros de
la familia y seguimiento periódico con médico psiquiatra, así como evaluaciones en el
proceso individual por parte del equipo responsable.
El programa de tratamiento incluye etapas de comienzo, desarrollo y culminación, a lo
largo de las cuales se van realizando evaluación diagnóstica, socialización del paciente en
Terapia Cognitiva Grupal, discriminación de sintomatología individual y compartida en
obsesiones y compulsiones, evaluación del desarrollo personal en distintas áreas (familiar,
académica, laboral, social), intercambio activo en el grupo, recuerdos infantiles (en relación
con la vida familiar, escolar, juegos), proyectos actuales y dificultades para concretarlos,
búsqueda de nuevas estrategias personales, reformulación cognitiva, basadas en evaluaciones
más ajustadas a nivel individual y grupal.
Las técnicas privilegiadas en las primeras 10 sesiones del tratamiento son del tipo
conductual. Se les informa que no sirve evitar, que hay que enfrentar porque es la única forma
probada de salir de este "laberinto".
Los pacientes menos comprometidos en la sintomatología, inician rápidamente tareas
de autoexposición y las traen al grupo, permitiendo un intercambio que enriquece a todos. En
los casos más severos y con síntomas circunscriptos a la casa en que viven, se ha hecho
necesario que la terapeuta los visite para cumplir actividades de exposición en vivo en el
hogar. Estas experiencias también se evalúan en el grupo, y animan a los más remisos a tomar
una actitud más activa. Se van seleccionando casi simultáneamente técnicas cognitivas y otras
varias que se detallan en el programa adjunto, con el objetivo de empezar a construir formas
más creativas de aprendizaje y flexibilizar estrategias. Se empiezan a observar cambios en las
relaciones interpersonales más cercanas. Hay mayor registro emocional y una percepción más
realista y objetiva de las distintas situaciones. Hay modelaje y aprendizaje grupal compartido.
De a poco aparecen pequeños proyectos individuales y con otros que se van concretando y
permiten evaluar la dimensión del cambio producido.
El grupo sostiene, estimula, se preocupa y ofrece nuevas posibilidades. El terapeuta,
como dijo un paciente " navega" con ellos, tratando de no perder el rumbo, pero
acompañando en las "tormentas", el "buen tiempo" y en los golpes de timón, que cada uno y
todos juntos somos capaces.