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dudar de lo indudable


http://www.es-asi.com.ar/TOC-orientacionsexual
Trastorno Obsesivo Compulsivo sobre la orientación sexual
Características de personalidad que predisponen a este tipo de cuadro, cualquiera sea el contenido, estamos tomando sobre la orientación sexual dada la abundante recurrencia del mismo.

Esta crisis en general comienza con dudas, ideas fijas y compulsiones acerca de ser homosexual a partir de hechos nimios y aislados -fantasías, excitaciones, sueños, etc. con personas del mismo sexo- muy a menudo con imágenes de travestis, cuando se encuentra nuevamente la atracción hacia el sexo opuesto no determina salir de esta obsesión, ya que están las dos posibilidades no la van a desaprovechar ninguna y la creencia de ser homosexual se transforma en la creencia de ser bisexual.

Tomando este aporte de Angustia:“les quiero decir que la cosa es tan sencilla... por que si no lo quiero ser, no lo voy a ser, pero no por que me obsesiono tanto...”
En caso que desde el nacimiento se vaya definiendo la orientación homosexual y la persona se identifique claramente desde la pubertad con la elección afectivo-erótica hacia el mismo sexo la homosexualidad está determinada por la educación, pueda o no cambiarse está definida, en cambio si pasando la pubertad hay una clara elección afectivo-erótica hacia el otro sexo y sobrevienen ganas de una elección distinta cada uno tiene el derecho de ser dueño de su historia, puede darse a partir de la adolescencia que la persona tenga una clara elección heterosexual y quiera cambiar hacia la homo o bisexualidad y esto lo puede hacer desde una determinación consciente de su propia vida.
En estas obsesiones se pierde de vista la facultad de elegir y se cree que la orientación sexual puede ser adquirida como una enfermedad o especie de rayo mágico que penetra en la mente.
Cuando de trastorno obsesivo se trata los pensamientos y excitaciones no están determinadas por las ganas o deseos, se llega a ellos mediante dudas e ideas que se le imponen a la persona a partir de hechos que nos son justamente elecciones personales.
El tipo de personalidades que tienden a producir estos trastornos tienen por lo menos las siguientes características:

•Guiar la vida propia por la opinión ajena, por más irracionales y/o sufrientes que ellas fuesen.

•Dudar de lo indudable, aún sobre si mismo.

•Necesidades de control y perfección, cuando aparecen ideas o reacciones que no pueden controlar y caen en lo adjudicado como malo o imperfecto la persona queda descolocada. En estos casos al desubicarse al con ideas y/o sensaciones sexuales con el mismo sexo comienzan las dudas y búsquedas de certezas para controlar nuevamente y tranquilizarse. La persona se pierde en un continuo y doloroso zigzag entre encontrar la tranquilidad en la certeza de lo que no es y la penosa duda.

•Las necesidades de perfección conlleva consigo la inseguridad, cuando se desencadenan estas crisis se ponen en marcha ambas. Un cóctel especial para que las dos afirmaciones de la duda persistan, se impone la obstinación por no perder ninguna de las dos opciones lo que imposibilita la elección de alguna de ellas.

•Este trastorno aparece primeramente con el contenido de ser homosexual, al descartarse esta opción por el propio peso de ser heterosexual sobreviene la posibilidad de la bisexualidad, más de lo mismo: la misma bola de nieve obsesiva con el aditamento de la creencia que existe lo perfecto y completo teniendo ambas orientaciones, no se quiere elegir para no perder algo, en este caso abandonar o perder la supuesta parte homosexual.

En el transcurso de esta crisis las ilusiones de control y perfección son tan determinantes como resistentes. Hablamos de ilusión en tanto el control total y la perfección no son posibles. Estos rasgos se alimentan especialmente:

•Magnificando y obedeciendo a reglas o teorías de cualquier tipo, antojadizas o irracionales no importa, son reglas que aparecen como tranquilizadoras ante descontroles y dudas e ideas que atormentan.

•Guiándose por detalles nimios, cualquier actitud o fantasías intrascendentes dan la certeza de la orientación sexual, tranquilizando por un rato..., hasta que aparece nuevamente el otro polo de la duda y nuevamente el tormento.

•Las atracciones por los protocolos, formalidades, etiquetas y posiciones sociales llevan a ser crédulos en todo lo que tenga apariencias de importante, lo grandilocuente subyuga y atrae, la fama hace pensar en cierto todo lo que se dice desde esos pedestales. Es así como se compran teorías acerca de lo “evolucionado” de la bisexualidad y remedios que “curan”.
Estas características constituyen un imán hacia las personas que toman una posición de certeza autoritaria y mandona sobre el otro, es así como se llega a creer que en uno hay algo oculto que determina las elecciones propias a pesar de uno mismo, se llega al sometimiento y resignación a ser lo que no se es. Personas rígidas, invasivas y descalificantes influyen mortificando a la vez que hacen más de lo mismo instaurando dudas acerca de la valía o características personales, en tanto estas personas tengan atributos de un supuesto saber tienen más influencia (ver más).


El testimonio de Octaviano nos lleva a adentrarnos en otras características: el miedo que suele basar estas obsesiones es el miedo a perder a la persona amada, cercano a eso otro miedo, del que ya hemos hablado, el de no poder hacer nunca pareja.

El miedo suele tomar carácter premonitorio, muchas veces basado en comparaciones arbitrarias como ser “si pasó una vez va a pasar otra” o “por que lo sueño”, otras veces lo temido está signado por una especie de camino que se ha trazado desde la infancia, “nunca voy a poder hacer una pareja”.
En el pensamiento lógico, la inteligencia usa tanto la certeza como la duda y la anticipación de la realidad como instrumentos para el conocimiento. En tanto haya excesivas y predominantes características obsesivas estas cualidades mutan hacia rigidez, inseguridad, duda ilógica y pensamiento mágico. En mayor o menor medida estos ingredientes están presentes en los relatos de este trastorno. En el mismo instante en que una idea se impone a uno comienza a funcionar ese andamiaje que lleva a estas crisis.
Otra cualidad inteligente es la comprobación en la realidad, en este trastorno esta cualidad se torna en un arma fatal, al usarla pasan cosas tales como: se confunde el nerviosismo y malestar que causa el miedo al ver alguien del mismo sexo con excitación o interés sexual o bien al forzar la comprobación se produce esa excitación buscada, esto a su vez suele llevar a la compulsión masturbatoria con esa imagen; estos impulsos y compulsiones también tienen su explicación en la necesidad de reducir la angustia asociada con los esos hechos, esta reducción se produce momentáneamente con dichas “comprobaciones” y compulsiones.

Estas características llevan periódicamente a trastornos con distintos contenidos, al ponerse en marcha esta rueda de dudas, ideas fijas y compulsiones con contenido de orientación sexual hace muy prolongada la rectificación, no es fácil salir de ella y tiene su tiempo. Esto tiene su explicación en:

•La orientación homosexual es posible, en general otros contenidos son absurdos, ilógicos o fácilmente comprables como ser que la visión de determinados números indiquen tragedia personal, que hay que reordenar decenas de veces una habitación para que no muera tal persona o la existencia de múltiples enfermedades terminales

•En tanto tras las fantasías, sensaciones, etc. la compulsión haya causado satisfacción no se quiere abandonar esta alternativa.

•Suele haber una atracción hacia lo transgresor, no estamos afirmando que lo sea la homosexualidad, si la imagen que se tiene de ella.

•En los primeros momentos, por las características invasivas de estos trastornos, la figura del sexo opuesto queda despojada de erotismo.

•La fortaleza de la sexualidad es un factor importantísimo, en estos cuadros toma más envergadura, es habitual encontrarnos con una hipersexualización signada por la historia personal y agravada por los medios de comunicación masiva, al respecto de esto también cabe destacar que prolifera una gran estimulación a la vida homo y bisexual, en caso que esta sea una determinación o una elección personal no hay problemas, estamos hablando sobre cuando es un factor que agrava estos cuadros. Tema para tratar en otro artículo.

Apuntando a adquirir fortalezas de las crisis es adecuado seguir en psicoterapia hasta hasta revertir las características que llevan a ellas; en este sentido en el caso que una terapia ya esté agotada es adecuado la búsqueda de otra.

Obsesión sexual


http://www.elmundo.es/elmundo/hemeroteca/blogs/sexo/2007/15.html
Cuando hablamos de disfunciones y trastornos sexuales, una de las cuestiones que suelen presentársenos es la de la "adicción" u "obsesión por el sexo". Desde un punto de vista clínico, el Manual Diagnóstico y Estadístico de trastornos mentales (DSM-IV) no lo considera como categoría diagnóstica separada dentro de los trastornos sexuales. Más bien, queda englobada dentro de los trastornos de ansiedad y, más específicamente, se diagnostica como "trastorno obsesivo compulsivo" (TOC).



La obsesión constituye el aspecto mental del trastorno y la compulsión el conductual. En la primera fase, la persona se absorbe en pensamientos o fantasías sexuales. Luego empieza a seguir determinadas rutinas o rituales en busca de estimulación sexual, lo cual puede convertirse en algo más importante que el orgasmo. Entonces se efectúan determinadas conductas relacionadas con la obsesión cuya ejecución no disminuye el deseo ni satisface la necesidad.



En términos generales, la obsesión por el sexo se manifiesta por medio de conductas que persisten e interfieren en la vida cotidiana. La actividad sexual en cuestión se convierte en una prioridad y se descuidan otros aspectos. Las consecuencias de la obsesión por el sexo pueden tener repercusiones en el ámbito social, emocional, físico estrés, nerviosismo y posibles contagios, legal, económico y profesional de quien la padece.



A veces, la obsesión se manifiesta vehementemente sólo durante ciertos períodos, que pueden estar asociados al estrés. En otros casos, es constante aunque quizás menos intensa. También vemos casos que presentan una especie de anorexia sexual, por causa de su afán por mantener un estricto control sobre su obsesión.



Concretamente, puede tratarse de conductas masturbatorias, fetichistas, afición a la pornografía, promiscuidad... La severidad del trastorno está determinada por la cantidad de tiempo, esfuerzo y recursos que suponga para la persona.



Hoy día, Internet ofrece muchísimas facilidades para generar un interés desmedido por actividades relacionadas con el sexo: chateo, cibersexo, páginas con contenido sexual… La inmediatez de la aparente satisfacción es el refuerzo que hace que la persona se enganche fácilmente. Lo que en un principio empezó como una afición se convierte en una obsesión, que puede ocasionar muchos problemas.



En ocasiones, la obsesión sexual cualquiera que ésta sea se genera porque el sexo es contemplado como algo prohibido. Y, a menudo, lo prohibido fascina. Además, suele ir acompañada por sentimientos de culpa con el consecuente secretismo en quien la padece.



Es posible encontrar desde trastornos ligeros hasta otros bastantes severos, que llegan a incapacitar a la persona. De esto último recordamos casos en los que la persona llega a tal descuido de su trabajo, su pareja y sus hijos que queda en la ruina afectiva, personal, económica y social.



No obstante, son mucho más frecuentes los casos moderados, difíciles de asumir por parte del afectado y en los que el pronóstico es mucho más favorable si se interviene. Ahí puede ayudar la pareja, en el caso de que la tenga, animándolo a que se ponga en tratamiento. Que quede claro que este tipo de patologías no tiene nada que ver con que se tenga una afición y un interés por disfrutar del sexo.

Los obsesivos hermanos Collyer


Los obsesivos hermanos Collyer
http://www.anfrix.com/2007/05/los-obsesivos-hermanos-collyer/
Su caso fue tan grave que el Síndrome Collyer hoy en día hace referencia al desorden patológico de acumular compulsivamente basura y cosas inútiles. Y no es para menos, ya que al morir Homer y Langley Collyer dejaron en su casa nada más y nada menos que 103 toneladas de basura la cual iba desde órganos humanos hasta munición de artillería pesada sin utilizar.

Nacidos en una acomodada familia del Harlem a finales del siglo 19, cuando este barrio aun era exclusivo, fueron a la universidad y se graduaron con altos honores convirtiéndose Homer en un ingeniero, aunque el prefería ser inventor y pasaba todo su tiempo libre construyendo raros aparatos, y Langley en un abogado. No obstante, tras el paso de la Primer Guerra Mundial y la urbanización de New York, el Harlem se fue empobreciendo y los crímenes y delitos comenzaron a subir a medida que las familias acomodadas comenzaban a abandonarlo. Tras la muerte de su madre ambos hermanos quedaron desolados y decidieron no abandonar su casa familiar bajo ningún motivo.

Prontamente su temor a los cambios sociales en la zona los llevó a volverse extremadamente reclusivos, al punto de construir todo tipo de trampas y aparatos en el edificio. Al no pagar los impuestos quedaron desprovistos de luz, gas y agua. Sin embargo, rápidamente improvisaron un motor de auto conectado a varias baterías para proveerse de energía y realizaron un profundo túnel para obtener gas y agua de las tuberías del edificio. Por las noches Langley salía a recolectar todo tipo de cosas de la calle y a buscar comida. Cuando su hermano Homer comenzó a perder la visión, Langley, decidió que éste se curaría gracias a ingerir 100 naranjas a la semana y, previniendo el momento en que recuperara su visión, comenzó a juntar una cantidad monumental de periódicos para que se pusiera al día con las noticias llegado el día.
Tanto encierro llevó a que los vecinos creyeran que éstos vivían cuidando una gran fortuna, razón por las que varias veces intentaron invadir su departamento a la fuerza solo para encontrarse con un sin fin de trampas y bizarros mecanismos anti-invasores construidos por Homer.

El desenlace
Tras no tener noticias de los ancianos por varios días la policía decidió entrar a su domicilio el 8 de Abril de 1947. Para su asombro encontraron a Homer muerto en el piso. Sin embargo no había señales de Langley. Incrédulos de sus ojos llamaron a sanidad pública para sacar la basura. Entre los ítems dispersos encontraron, entre otras cosas, desde una máquina de rayos-x, varios pianos, un gigantesco órgano de iglesia, esqueletos de caballos y vacas, órganos humanos y animales conservados en jarrones de cloroformo, cientos de miles de libros y periódicos, cientos de litros de kerosén y, material quirúrgico, partes de autos, cientos de herramientas y material eléctrico y, ante la mirada atónita de los removedores, un arsenal de armas que iba desde ametralladoras de alto calibre, balas de tanque y hasta lanza granadas “suficiente armamento como para iniciar una pequeña guerra” según las palabras del comisionado de policía. Al cabo de 4 semanas de remoción de basura el cadáver de Langley fue encontrado enterrado en una pila de periódicos. Tras la investigación se descubrió que este, sin querer, había accionado una de las trampas siendo aprisionado por miles de periódicos y libros. Su hermano, ya ciego y casi paralizado, se hambreó hasta la muerte.

Si bien nunca se supo de donde obtuvieron los órganos humanos que coleccionaban la cantidad de material quirúrgico en su departamento trajo macabras sospechas a la policía. Al día de hoy continua siendo un misterio.

¿Preocupados u obsesionados?


¿Preocupados u obsesionados?

20 de abril de 2009.- Por doquier se escucha que estamos "obsesionados" por la crisis, que vivimos en una "psicosis" colectiva de miedo global. Es más, muchos aseguran que el principal problema de la crisis es el pesimismo y la desconfianza. Motivos hay, pero una cosa es estar "pesimistas y preocupados" y otra "obsesivos o psicóticos".

El paso de la "rumiación" pesimista de los problemas, a la obsesión psicológica incontrolable es sutil, pero dramático. De hecho eso es lo que diferencia a la gente angustiada, de las personas enfermas del famoso TOC, o "trastorno obsesivo compulsivo". Si hoy traigo a este post la especie, es porque con frecuencia se usan conceptos psicopatológicos –depresión, psicosis, obsesiones, compulsiones - en el lenguaje periodístico "metafórico", no sin riesgo para los afectados por estas enfermedades.

Pondré un ejemplo. Recientemente me visitó una paciente afectada por un TOC con ideas obsesivas de culpa, centradas en supuestos errores verbales cometidos, las cuales tenía que confrontar y verificar constantemente con sus familiares o allegados, lo que le ocupaba muchas horas y le causaba gran sufrimiento.

Es decir, padecía un TOC, pero decía que lo suyo no era realmente una enfermedad, sino una "obsesión que no se podía quitar de la cabeza", y que era parecido a lo que le ocurre a las personas se quedan en el paro por la crisis y, lógicamente, no puede dejar de pensarlo, pero que no por eso va a tener que ir al psiquiatra.

Obviamente su error era dramático. Se trataba de una mujer joven, universitaria, madre de dos hijos, activa, pero gravemente incapacitada por sus obsesiones y compulsiones, y lo peor es que no aceptaba estar enferma ni necesitar tratamiento.

Obviamente su pronóstico no era muy favorable. Traté de explicarle qué es el TOC, y sus graves consecuencias, pero sus defensas eran lógicas, 'racionalizantes' y fuertemente apoyadas por el lenguaje cotidiano. Es más le mostré una web de una asociación de afectados de TOC, en la que expertos explican muy bien que es esta enfermedad, que afecta al 1% de la población, se inicia en edad juvenil, se suele detectar tarde, y si no se trata acaba siendo crónica e incapacitante. Y además conocemos bien sus causas y sus tratamientos.

Básicamente se trata mediante una combinación de psicoterapia cognitiva (prevención y extinción de respuesta) y fármacos serotoninérgicos selectivos y potentes. Pero hay casos tan graves y resistentes, que incluso se requieren técnicas muy sofisticadas, como psicocirugía o estimulación transcraneal.

Obviamente estos son casos extremos, pero lo importante de estas reflexiones, es que con frecuencia se trivializa con conceptos psicológicos, como "obsesivo", o "psicosis", y un buen número de personas realmente enfermas no acceden a diagnósticos y tratamientos necesarios simplemente por que no creen estar enfermas, lo cual repercute seriamente sobre su evolución y pronóstico.

A lo mejor los periodistas, profesionales o aficionados, incluyendo los blogueros, deberíamos moderar el uso de ajustar nuestras palabras "médicas". ¿No le parece?


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Jesús J. de la Gándara es psiquiatra y jefe del Servicio de Psiquiatría del Complejo Asistencial de Burgos.

Superar pensamientos obsesivos


Superar pensamientos obsesivos

a decir de todos Mario es un tranquilo y responsable hombre de familia. Sin embargo, este exitoso y planificador financiero felizmente casado y padre de dos hijos tiene pensamientos aterradores en los que da repetidas patadas a mujeres embarazadas, y amenaza a su esposa con el cuchillo que usa para preparar la cena, o besa un agradable compañero de trabajo en la boca.


Eso es porque las luchas de una forma de trastorno obsesivo-compulsivo que muchos de nosotros no somos conscientes. Aquella que implica pensamientos obsesivos puros combinada con rituales y compulsiones. Estos pensamientos obsesivos se denominan obsesiones repugnantes. Se trata de reflexiones acerca de infligir daño, cometer un crimen sexual o sexual Gaffe o participar en un acto inmoral o blasfemas. Aproximadamente de 20 a 25 por ciento de las personas con trastorno obsesivo-compulsivo-unos 6,6 millones de estadounidenses sufren de-de la misma.

Superar en pensamientos obsesivos, Christine Purdon y David Clark, dos investigadores de renombre mundial, ofrecer ayuda a personas que luchan con repugnante obsesiones. Ofrecen:

Científicamente probado estrategias para reducir la frecuencia de los rituales y pensamientos intrusivos
Herramientas para el alivio de la ansiedad
Ayuda para scrupulosity: el tema religioso obsesiones y compulsiones
Un plan diseñado específicamente para superar obsesiones con temas de daños, violencia y sexo
Perfiles de las personas con pensamientos obsesivos
Las investigaciones más recientes acerca de las causas de OCD y el mejor tratamiento para ello.

toc. dental


fuente:The Journal of Contemporary Dental Practice, Volumen 2, Número 3
fuente:chris herren
john lindroth

Con frecuencia, un dentista de cabecera hallará que el aspecto más desafiante de la odontología es
el manejo terapéutico del paciente. En el medioambiente controlado de una facultad de odontología,
muchos estudiantes no entran en contacto con determinadas poblaciones de pacientes. Es probable
que su primera experiencia con una mezcla de pacientes particulares sea en la práctica privada. Uno
de estos grupos de pacientes es el de los que sufren del trastorno obsesivo-compulsivo (TOC). Este
artículo analiza la sintomatología clínica de este grupo de pacientes.
Palabras clave: Trastorno obsesivo-compulsivo, TOC
Referencia: Herren C, Lindroth J. Obsessive Compulsive Disorder. J Contemp Dent Pract

Una mujer de 30 años de edad concurre al
consultorio odontológico para una evaluación
inicial. Su historia clínica carece de elementos
significativos, y su
salud dental era muy
buena. Se le efectuó
un examen clínico y
radiográfico que no
reveló profundidades
a la exploración
periodontal
superiores a los 3
mm; tampoco se
detectaron evidencias
de caries dentales.
Se observó desgaste
moderado a grave en
las piezas dentales # 21, 22, 27 y 28. Al principio,
la pacientenegó cualquier hábito parafuncionale.
Al regresar para un control a los seis meses,
el análisis de la historia clínica reveló que
su médico había diagnosticado un trastorno
obsesivo-compulsivo (TOC). La paciente narró
una historia de estar aprisionada por una serie
de rituales extraños, uno de los cuales consistía
en golpeteos y chasquidos de sus dientes. Si
ella no hacía percutir sus dientes 8 veces antes
de contestar una pregunta en un examen, temía
responder mal. Además, al manejar un automóvil,
antes de cambiar de carril, debía golpear sus
dientes dos veces. Las consecuencias de no
realizar estos rituales cambiaban día a día. La
consecuencia mencionada con mayor frecuencia
era el daño a un familiar o ser amado. Se
acordó con el paciente dilatar el tratamiento
restauradorprogramado. Después de varios
meses de terapia farmacológica y conductual
con su médico, la paciente volvió para que le
completaran el tratamiento odontológico.
Discusión
El TOC afecta a 1 de 50 personas durante su
vida.1 Se presenta con igual frecuencia en
hombres y mujeres, y la investigación sugiere
que el TOC exhibe tendencias familiares.2
Por lo general, la enfermedad se presenta
con obsesiones y compulsiones múltiples.1
Comúnmente, las personas que sufren de un
TOC experimentan pensamientos y hábitos no
deseados, y se caracterizan por realizar rituales
extraños.2 Sienten que les pasarán cosas malas
a ellos y a sus familiares si esos rituales no se
llevan a cabo de un modo exacto.2 En su forma
menos grave, el TOC es una enfermedad que
le hace perder tiempo al paciente y que, con
frecuencia, interfiere con su calidad de vida. En
su forma más grave, este trastorno puede resultar
muy debilitante, tanto para el paciente como
para su familia. La comorbilidad es frecuente
en los TOC que coexisten con otros trastornos
como los trastornos de ansiedad, los trastornos
afectivos y la toxicomanía.1,3 El diagnóstico de
TOC es específico y no debe emitirse hasta no
haber descartado otras condiciones psiquiátricas.
Se deben aislar los síntomas para asegurarse
que no sean manifestaciones de otros trastornos
como depresión grave, manía, esquizofrenia,
trastornos alimenticios o preocupación por los
alimentos.4 Por ejemplo, puede producirse una
depresión comórbida de la fatiga y la ansiedad
asociada con tratar de atender las demandas
constantes que presenta el TOC.3
El TOC, como su nombre lo indica, posee
dos componentes. El componente “obsesivo”
se manifiesta como pensamientos, ideas o
imágenes recurrentes que actúan como una
fuerza perjudicial en la vida de aquel que lo
padece. Estas obsesiones son involuntarias y
generan la parte “compulsiva” del trastorno.1,14
Las compulsiones se despliegan en respuesta
a las obsesiones, en un intento por aliviar
la consecuente ansiedad en ascenso. Los
pacientes pueden estar conscientes de que
realizan esos rituales, pero son incapaces de
terminar con la compulsión asociada.
Pueden existir diversos subtipos diferentes de
etiologías para el desarrollo de un TOC.9 La

fisiopatología del TOC comprende una disfunción
en las vías corticospinales del sistema nervioso
central.10,11 Las investigaciones demostraron
que el TOC se asocia a una carencia del
neurotransmisor serotonina, en los ganglios
basales y las regiones comunicantes de las
estructuras subcorticales.5,12 (Figura A) Como
resultado, se produce una disfunción sináptica en
el mecanismo inhibitorio y excitatorio cortical, que
induce las conductas obsesivo-compulsivas. Otra
investigación sirvió de sustento a la hipótesis del
compromiso de los ganglios basales en algunos
niños, asociado con una respuesta autoinmune a
una infección estreptocócica.6
Los odontólogos deben estar atentos a los
signos, los síntomas y el tratamiento clínico del
TOC para poder brindar un cuidado odontológico
adecuado. Muchos pacientes pueden rehusarse
a hablar acerca de los detalles específicos de sus
problemas. Puede ser aconsejable mantener una
charla profunda sobre este trastorno y hacer una
interconsulta al médico del paciente en los casos
en que se requiera un tratamiento odontológico
complejo.
Sintomatología
Los pacientes con TOC pueden o no experimentar
manifestaciones externas de este trastorno.1-4 Por
definición, los pacientes con TOC experimentan
obsesiones que les hacen realizar determinados
actos o rituales en forma compulsiva. (Tabla 1)2
Estas compulsiones pueden manifestarse en
forma verbal, no verbal o física. Una característica
común a todos los pacientes con TOC es una
conducta obsesivo-compulsiva relacionada con los
números. La mayoría de los pacientes exhiben
una obsesión de realizar sus compulsiones una
determinada cantidad de veces.2 El acto de llevar
una obsesión al próximo nivel, y de tomar acción
sobre esa obsesión, es donde el terapeuta del
paciente intenta romper el ciclo de esta conducta
enfermiza. Con frecuencia, los pacientes sufren

además del TOC, de depresión. Muchas veces
los pacientes sontratados exitosamente por el
terapeuta, modificando las conductas.
En los casos más graves, se requiere una terapia
farmacológica combinada con modificaciones de
laconducta. La terapia farmacológica (Tabla 2) se
realiza, la mayoría de las veces, con inhibidores
selectivos de la recaptación de serotonina
(ISRS).7,8 (Figura B)
Los estudios de neuroimágenes mostraron un
cambio en la función cerebral, luego de la terapia
con ISRS.13 Los ISRS se asociaron a efectos
adversos. El efecto adverso que más se aplica a
la odontología es la xerostomía.14 Los pacientes
con xerostomía pueden requerir un menor
intervalo entre consultas, y deben mantener
una higiene oral excelente. Pueden prescribirse
enjuagues y geles con flúor, además de agentes
humectantes intraorales para el control de las
caries. Como siempre, antes de prescribir
cualquier medicamento en el transcurso de un
tratamiento odontológico, se deberán verificar las
interacciones farmacológicas a fin de evitar los
efectos indeseables de los ISRS.
Resumen
El objetivo del odontólogo general consiste en
brindar asistencia de alta calidad al paciente.
Para lograr esta meta, el odontólogo que trate a
un paciente con un TOC debe comprender esta
alteración, y ser capaz de manejar al paciente en
forma eficaz. El plan de tratamiento y manejo de
los pacientes frecuentemente puede constituir la
parte más compleja de la odontología. Un caso
sencillo de restauración que puede convertirse
en todo un desafío en pacientes con TOC,
también puede manejarse perfectamentecon el
conocimiento y la preparación previa.
La página en Internet de la Asociación
Psiquiátrica Norteamericana (en inglés, APA),
(http://www.psych.org) es una fuente excelente
para obtener más información acerca del
TOC. La dirección de la APA para dirigir la
correspondencia es:
Asociación Psiquiátrica Norteamericana
1400 K Street NW
Washington, DC 20005

contaminacion


MI VIDA CON...
Trastorno obsesivo compulsivo
José Ángel sabe que lo que siente es ilógico, pero no puede evitarlo.

Su obsesión es la contaminación. Personas y objetos 'sucios' le producen ansiedad.

Si toca algo 'contaminado' tiene que realizar un exhaustivo ritual de limpieza.


MARÍA SÁNCHEZ-MONGE


/ ANTONIO MORENO
José Ángel Rico padece una de esas enfermedades difíciles de explicar. Es perfectamente consciente de que lo que siente es ilógico, pero no lo puede evitar. Quienes sufren un Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) tienen pensamientos recurrentes y desagradables (obsesiones) y se ven obligados a llevar a cabo ciertos actos una y otra vez (compulsiones). La obsesión de este barcelonés de 33 años es la contaminación.

Desde hace más de año y medio está de baja porque considera que el principal foco está en su lugar de trabajo; una empresa de componentes eléctricos. Una vez que concluye que una persona está contaminada, lo siguiente que piensa es que todo lo que hay a su alrededor también lo está. La única solución parece ser evitar todo contacto con aquello que está 'sucio' y, si no es posible, llevar a cabo un exhaustivo ritual de limpieza.

«Cuando echo la vista atrás caigo en la cuenta de que la enfermedad debió empezar cuando tenía 13 años. Entonces tuve los primeros síntomas», explica José Ángel. Sin embargo, en ese momento pensó que eran «manías sin importancia». Ahora se arrepiente de haber tirado a la basura cosas que estaban supuestamente contaminadas, como libros o cintas de música. En otra época tuvo miedo al sida. «Miraba siempre al suelo por si encontraba alguna jeringuilla o un condón usado», recuerda.

También sufrió lo que ahora interpreta como un episodio de TOC por aprensión a una chica de su colegio pero, exceptuando estos breves signos que pasaron inadvertidos tanto para él como para su familia, su vida transcurría normalmente.

El detonante que hizo que sonasen las alarmas ocurrió hace alrededor de dos años y le produjo tal grado de ansiedad que decidió pedir ayuda profesional.

«El brote apareció porque una persona de mi trabajo no se aseaba, olía mal, salía del lavabo y no se lavaba las manos al hacer sus necesidades...», recuerda el paciente.

Ese compañero le produjo un rechazo que al principio no consideró importante, pero su malestar iba en aumento y llegó a afectarle seriamente. «Al salir de trabajar no me dirigía a casa. Iba al gimnasio, me duchaba y me cambiaba totalmente de ropa, y así todos los días», relata. Cuando finalmente acudió a un psicólogo, éste le diagnosticó TOC. Buscó su patología en internet y descubrió que en el sistema público hay centros que disponen de programas especiales para este trastorno. Uno de ellos es el Hospital de Bellvitge, en Barcelona, en el que ya ha realizado 20 sesiones con un psicólogo y al que sigue acudiendo cada 15 días para reunirse con su grupo de autoayuda.

Se encuentra mejor, pero reconoce que le queda mucho camino por recorrer. De hecho, sigue con la baja médica porque es incapaz de acercarse a nada que tenga que ver con los objetos que se manejan en su trabajo. Por ejemplo, no puede aproximarse a las ferreterías, en las que se venden componentes eléctricos.

«Eso es lo que ahora estoy intentando hacer sin tener que realizar después el ritual de lavarme las manos ni cambiarme de ropa». Y este es, en definitiva, el principal objetivo de la terapia que sigue, que combina los fármacos para controlar la ansiedad con la psicoterapia: intentar exponerse a aquello que genera las obsesiones y los comportamientos rituales. «Según nos dicen los psiquiatras, el problema siempre va a estar ahí, pero tienes que enfrentarte a ello y que no te afecte».

José Ángel tiene la desdicha de vivir junto a uno de los establecimientos 'contaminados'. «Está justo al lado; delante hay una farola por la que el ferretero siempre pasa. Procuro no caminar por donde él lo hace». Hace este ritual durante el día, pero no al oscurecer. «Es como si la noche y la humedad limpiaran el ambiente». Poco antes de realizar esta entrevista ha bajado a hacer la compra y al entrar y salir ha efectuado el ritual de lavarse las manos y los brazos.

A pesar de ello, ha cosechado algunos logros que hace meses serían impensables. Ya no tira a la basura todo lo que está sucio; lo guarda en un cajón por si algún día puede recuperarlo. Había asignado esa categoría a una mochila y, a instancias de su psicóloga, un buen día decidió exponerse a ella colgándosela a la espalda. Acto seguido, se sentó en el sofá y se dispuso a ver una película. Sólo dejó el macuto al irse a dormir y al día siguiente pudo volver a utilizarlo. «Pero tengo que ir poco a poco», advierte José Ángel. «Si fuese a visitar a mis compañeros de trabajo en estos momentos luego tendría que limpiar el coche, lavar todas la ropa, ducharme y cambiarme. Y lo paso fatal porque me produce una ansiedad increíble».

Sin embargo, considera que podría trabajar en cualquier otra cosa, ya que para él las únicas personas y objetos problemáticos son los relacionados con el material eléctrico. No ha tenido ningún problema con su familia ni con sus amigos. Además, se mantiene activo, tal y como le han recomendado los profesionales que le atienden. Lo que de verdad le gusta es interpretar. Por el momento, ha representado varias obras de teatro y ha hecho anuncios de televisión.




Ficha personal


José Ángel tiene 33 años. Le diagnosticaron TOC hace dos. Hasta entonces ni siquiera sospechaba que tenía un trastorno mental.

Tuvo que dejar sus estudios de administrativo porque empezó a trabajar en una empresa de componentes eléctricos. Compaginó su trabajo con estudios de interpretación porque realmente quiere ser actor.

Lleva más de año y medio de baja y asiste a un grupo de autoayuda en el Hospital de Bellvitge (Hospitalet de Llobregat, Barcelona).

Toma dos antidepresivos, fluoxetina y escitalopram; ambos empleados habitualmente en el tratamiento del TOC. Estos medicamentos pertenecen a la familia de los denominados inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina (un neurotransmisor cerebral).


LA DEFINICIÓN. Un trastorno mental que provoca ansiedad y cuya causa exacta se desconoce.
El TOC es un síndrome psiquiátrico del grupo de los trastornos de ansiedad. Se caracteriza por obsesiones (pensamientos no deseados) y las compulsiones (acciones repetitivas a modo de rituales que llegan a generar ansiedad y tensión). Su causa exacta se desconoce, aunque se ha comprobado que puede haber un componente hereditario que altera el equilibrio de la serotonina (un neurotransmisor).
LAS CIFRAS. Afecta por igual a ambos sexos, aunque debuita antes en el varon.
En la actualidad hay más de un millón de personas afectadas, solo en España, por esta patología psiquiátrica. Su prevalencia en la población general es de, aproximadamente, el 2,5%. Afecta por igual a hombres y mujeres. Sin embargo, en la infancia se ha detectado un predominio importante en varones, de lo que se deduce que la edad de inicio del trastorno sería más precoz para los niños que para las niñas.

EL DIAGNÓSTICO. La dolencia comienza a manifestarse en la adolescencia.
La mayoría de los afectados tarda una media de nueve años en ir por primera vez al médico y, como promedio, transcurren 17 desde el inicio de los síntomas hasta lograr el tratamiento adecuado. En este periodo los pacientes consultan a entre tres y cuatro médicos. Estudios recientes han detectado que el 80% de los adultos con TOC refieren el comienzo de este trastorno antes de cumplir los 18 años de edad.

EL TRATAMIENTO. Terapia psicológica y medicación como complemento.
Generalmente se emplea una terapia cognitivo-conductual conocida como exposición y prevención de respuesta. Los pacientes se exponen a las situaciones que les generan ansiedad y aprenden a reducir y abandonar los rituales que afectan a su vida cotidiana. Además de psicoterapia, se recetan antidepresivos.

MÁS INFORMACIÓN. Internet y libros recogen las claves de esta patología.
www.asociaciontoc.org. Da apoyo y asesoramiento a pacientes y familiares.
www.nlm.nih.gov. Información en castellano de los Institutos Nacionales de la Salud (EEUU). 'Venza sus obsesiones', de Edna Foa y Reid Wilson. Ediciones Robinbook.
'Psiquiatría para padres y educadores, de María Jesús Mardomingo. Ediciones Narcea.

fuente:el mundo salud

casos toc


Tengo obsesion de imagenes, TOC y trastorno de ansiedad
Esto me empezó a pasar desde hace mas de un año. Lo que me pasa es que tengo una obsesion de imagenes de una actriz de Estados Unidos (que por verguenza no pongo el nombre). Al principio eran imagenes de ella estando muy flaca, anorexica, y creo que estas imagenes me atormentaban porque yo tuve un desorden alimenticio, entonces yo me castigaba inconscientemente con estas imagenes porque yo habia hecho algo malo al haber tenido este desorden.
Lo que ahora me pasa es que me obsesiono buscando por internet imagenes de ella actuales (porque ahora ya está recuperada, o sea, ya no esta tan flaca y de hecho, hasta esta embarazada) para reemplazarlas por las imagenes de antes (o sea, cuando estaba anorexica), y me pasa que por hacer esto ahora tengo imagenes de todo tipo de esta chica en la mente.
Lo que me pasa es horrible, porque siento que se fue de mi control , que es algo que ya lo tengo instalado y que haga lo que haga porque se me vayan, todo es inutil.
Para solucionar mi problema, obviamente estoy recibiendo ayuda psicológica y psiquiatrica, pero por ahora no voy notando ningun cambio positivo, y a veces siento que esto me pasa a mi sola, y asi es peor.
Ademas de este problema de obsesion de imagenes, tambien tengo trastorno de ansiedad, que me hace imposible vivir bien, y ya estoy muy cansada de aguantar, entonces a veces pienso en el suicidio como salida de este caos mental.

hocd


Esta particular historia de OCD comienza con un flechazo por un chico llamado Sam.
Yo era una niña muy feliz. Y estaba a punto de graduarse en la parte superior de mi clase de la escuela secundara estaba disfrutando de mi flechazo, por supuesto.
Sam, sin embargo, no le gustaba recibir mi atención tanto como a mí me gustaba darle. Aproximadamente cuatro meses después de que nos reunimos, escuché de un amigo mutuo que Sam era gay.
Yo estaba un poco deprimida y un poco avergonzada. Sam no ha resultado ser el amor de mi joven vida. Mayormente, sin embargo, me sentí aliviada al conocer sus verdaderos gustos y confío en que él (y yo) seríamos felices con los futuros novios.
Unos días más tarde, tuve un verdadero ataque de pánico, sensación de la clase de intensa ansiedad, que generalmente alguien siente ante, una emergencia.
Mi cuerpo y el cerebro me enviaba señales de que yo estaba en una situación. De peligro Yo estaba temblando, podía oír mi corazón paliza, y yo quería desesperadamente esconderme bajo el pupitre y no salir salir de nuevo. Un pensamiento: tal vez mi ligero malestar con el fiasco de Sam y empecé a pensar que era homosexual por haber salido con el.
Descubrí años más tarde que esta muy horrible experiencia marcó el inicio de mi lucha con una especie de TOC es que a veces se denomina la "puramente obsesivo", o puro-O, el tipo de la condición.
Aunque no podía entender por qué, me preocupa desesperadamente pensar que yo era gay. Nunca había tenido relaciones sexuales con ninguna mujer; incluso si lo tuviera, yo pensaba que esos sentimientos eran normales. Sin embargo, la aceptación o la negación de los sentimientos sexuales no es la cuestión. Es el sentido de urgencia que acompañó a la cuestión, la quema de la necesidad de conocer la verdad absoluta.
Miré a las revistas para ver si yo tenía una reacción física a las fotografías de mujeres atractivas. He medido mi respuesta a las niñas que vi en los pasillos de mi escuela secundaria. Me confesó que mi padre, entonces mi mamá - que estaban realmente desconcertados, y explicó que todo lo que hice opciones sexuales fueron muy bien, pero también que no podía entender El cambio de la noche a la mañana mis "preferencias".
de mis anteriores relaciones con las amistades con chicos y chicas, en busca de cualquier prueba. (De repente me vi lesbianas de todo el mundo. He escuchado a los además de elegir sus letras; si podía referirse a una canción de amor, se confirmó mi nueva identidad, si no podía, yo era un asunto privado. Descubrí que una de mis Autoras favoritas es gay, y que la lectura de sus libros en público se consideró pro gay por parte de la comunidad gay. y pensé ¿Por qué me gustan tanto sus libros,?) Le dije a mi mejor amigo Lo que estaba pasando - y ella me sugirió buscar asesoramiento.
Lo hice, a pesar de que nunca conte mi secreto en las sesiones de terapia. Me sentía como si el terapeuta al contarle lo que me pasaba fuese a pronunciar la palabra armario y me deje de tratar con la ansiedad me sentía yo mismo. Racional, comprendí que mi atracción por los hombres sigue siendo, a pesar de que he podido apreciar la belleza de la mujer, yo realmente no quiere dormir con ellas, y que pasé una desmesurada cantidad de tiempo debatiendo si yo era gay. No podía entender por qué las preguntas que se me ha acompañado por mucho miedo. Yo sabía que incluso las mismas preguntas que no me habían molestado antes del OCD.
Pensé que no podía hacer nada. Así que convencí a todos de que me encontraba bien y había sido una fase adolescente y, interrumpieron el tratamiento y me fui a a la universidad aterrorizada. ahora sé OCD puede tener, el pensamiento obsesivo sexual que experimenté en realidad se hizo dramáticamente menos invasivas en todo mis dos primeros años universitarios. Conocí a otro chico al final del tercer año de secundaria – se llaman Alex – compartimos muchos gustos y nos enamoremos y el
OCD regreso y poco de mí fue ganando terreno ocho meses después de nuestra graduación. Esta vez el ataque fue mucho peor. Pude sentir, literalmente, correr mi sangre a través de mis venas los durante ataques de ansiedad. Me hizo lo mismo "controles", con las niñas en las revistas y en el metro que me había hecho antes. Muchos por la mañana, no pude salir de la cama. He pensado acerca de lo mucho que me amaba Alex, y escucha una voz increíblemente aterradora dentro de mí diciendo que yo tendría que darle, decirle la noticia, y tener relaciones con las mujeres.
He encontrado otro psicoanalista y esta vez le conté lo que e pasaba después de unos siete períodos de sesiones, a pesar de que estaba muy asustada de la sentencia. Ella dijo que no había nada que podría hacer, y que mis obsesiones eran prácticamente intratables. Me sentía totalmente perdida.
Me pasaba horas revisando los sitios web gay, los gay repasaba mi conducta estaba muy deprimida y- todo lo que pensaba era como si una me dijese "esta es usted, usted es gay, no le gustan los chicos, le gusta la mujer, que ha de aprender a ser como ellas, porque en algún lugar dentro de usted, sabe que es así, después de todo, por que si no paso tanto tiempo pensando en ello… "
En un sitio, vi un enlace a un sitio OCD. Pensé OCD tiene algo que ver con personas que se lavaron las manos demasiado y usan Kleenex para abrir puertas, pero le eche un rápido vistazo.
He encontrado 20 preguntas - si usted contestó sí a la mayoría que estaba "extraoficialmente diagnosticado" con TOC. respondí que "Sí" a dieciocho. Después visite más OCD sitios web y leer algunos de los buenos libros disponibles acerca de mi enfermedad, he aprendido acerca de la obsesión pura" y yo pensé que se ajustan a la descripción. Mi corazón saltó en la mención de las "obsesiones de carácter sexual" ahora se que son muy frecuentes en la obsesión pura.
También aprendí que las personas con TOC responden mejor con terapia conductual que el psicoanálisis, por lo que me dice mi despedidas y reclutó en la ayuda del Dr Steven Phillipson.
Este chico ha sido mi guía y un gran apoyo como yo todavía aprender a afrontar día a día la vida y esta condición. Una de las más interesantes y reconfortante cosas que aprendí es que en un asombroso número de personas con TOC tienen el mismo pico que tuve - temores de la homosexualidad - aunque no es siempre tan bien documentado como algunos de los otros picos comunes. ¿Quién sabía?
Hemos creado una jerarquía de la exposición de ejercicios. Una exposición más fácil? Calificación mujeres sobre su aspecto, atractivo sexual y lo mucho que se sienten atraídos por ellos. Ver películas con relaciones lésbicas y escenas de sexo fue más duro. Aún más difícil es en realidad hasta que evoca fantasías de actos sexuales con mujeres. Durante la exposición, mi cerebro me saboteo con preguntas y "" que he tenido que pasar por alto. Pero he habituado a mi cerebro a no tener miedo a los pensamientos gays" y se han ido extinguedo gradualmente ellos-casi el 100 por ciento.
Incluso han desaparecido " y Alex. Esta sorprendido, y orgulloso de mí, y se fue a hablar con Steve, para comprender mejor lo que yo estaba tratando.
Puede que tenga que tomar en otro OCD matón más tarde, pero ¡ya mejor equipados para saber cómo utilizar las exposiciones. Ellos me ayudan hasta que no se de cuenta de ellos nunca más. Espero que las s obsesiones gay no vuelvan - Yo sé que ustedes están ahí - paso hasta la placa y probar la terapia conductual. En esta era de la PC, es difícil decir a un terapeuta que está en poder de los pensamientos gay, aunque en realidad no lo eres gay - y la esperanza de ser tomado en serio. Pero los buenos resultados de la terapia son realmente merece la pena. Le ayudará a la experiencia mucho mejor las cosas en la vida que invasoras, la ansiedad que producen las obsesiones.
Le deseo lo mejor en su intento de gestionar y hacer frente a OCD.

testimonio relacion de pareja y toc


Mi relación con las obsesiones se originan con mi primera comunión, hace exactamente 19 años. Para ser exacto es el primer registro que recuerdo, las obsesiones estaban basadas en insultar y maldecir a Jesucristo en el momento previo a la comunión. Dicha situación me causó mucha angustia debido a la escasa edad que tenía (10 años) para comentar tal suceso con alguna persona mayor. Recuerdo que este pensamiento se mantuvo mucho tiempo en mi cabeza, como si estuviera poseído por hormigas en la cabeza.
Paso el tiempo y en el verano del 96 empezó un mal pensamiento (así lo denominé yo) que empezó a ocupar la mayor parte de mi tiempo. El mismo se relacionaba con la negación del inmenso amor que yo sentía por mi novia (hoy mi mujer), concretamente mi cabeza me decía “ No la querés ”, pero mi corazón me dictaba lo contrario. Comenzó una lucha interna entre mi cabeza y mi corazón, mucha angustia, no pude conciliar el sueño de noche por aproximadamente 6 meses, bajé de peso y mi cabeza era realmente un infierno. Recuerdo que en ese entonces trabajaba en San Nicolás y varias veces pedí a la Virgen que me sacara esta tortura. Fueron en vano mis pedidos a la Virgen, Dios y todos los Santos, como así también los tres años de terapia que hice con una psicóloga que lo único que hacía era revolver mi pasado.
Tan abrumador era mi pensamiento de negación del amor que un día me plantee seriamente terminar con mi relación de noviazgo para ver si el mal pensamiento me abandonaba. Dejé a mi novia y el pensamiento no sólo no desaparació sino que se incrementó la angustia y confieso que hasta llegué a pensar en la droga en estos momentos de soledad. Me sentía como nunca en mi vida de mal, necesitaba ayuda pero no la encontraba. Mi madre al verme tan mal me recomendó una psicóloga, hacia ahí fui. La verdad es que no me sirvió de mucho pero pude recuperar a lo que más quería: mi novia. Recompusimos la relación pero el mal pensamiento continuaba presente ahora junto a otros nuevos, como por ejemplo me imaginaba cortando cabezas a cuanta persona se me cruzaba, y empujando mujeres embarazadas en la calle o que estaban junto a una escalera.
Siguió mi relación con estos pensamientos, de alguna manera podía llevarla adelante por que existían días de paz en mi cabeza y por momentos pensaba que estaba curado.
Tomé la decisión de casarme (Mayo/99) en un momento en el cual mi cabeza tenía paz Estuve tranquilo por un tiempo hasta que me apareció el fantasma de no me puedo casar, los motivos que dictaba mi cabeza eran: no vas poder entrar a la Iglesia, te va a ir mal, te vas a separar, la fiesta va a ser un velorio. Pasaba el tiempo y me ponía cada vez más nervioso, ansioso, la angustia que tenía era una cosa insoportable. Obviamente mi psicóloga ya no me podía contener, entonces inventaba con sus teorías de que tenía la separación de mis padres aún no superada.
Hasta que un día, tres meses antes del casamiento, leyendo el diario LA NACION en mi casa leí un articulo relacionado con el FOBIA CLUB, en donde determinadas personas contaban sus experiencias.
Decidí por mis propios medios y sin perder un segundo ir a una reunión de los lunes y a pedir un turno en forma urgente. Me atendieron de manera excelente y con gran profesionalismo el Dr. Carrión y el Lic. Bustamante (para mí los Salvadores). Recuerdo que en mi primera entrevista pregunté si me iba a curar y si me iba a poder casar tranquilo. Ellos me dijeron que debían efectuarme estudios y diagnosticarme para ver que tenía realmente. El resultado de mis estudios dio TOC.
Comencé entonces con medicación y con tratamiento grupal. Empecé a mejorar lentamente, las ideas obsesivas desaparecían lentamente.
Como conclusión de esto pude casarme, tuve una fiesta espectacular, tengo felicidad, duermo tranquilo y siento que puedo mejorarme un poco cada semana..


Actualmente continuo con medicación y tratamiento grupal con compañeros realmente excepcionales, todo esto colabora a mi mejora.
Creo que aún me falta limpiar algunos pensamientos, pero si llegué a esta instancia obviamente me voy a curar totalmente, para ello hace falta fe en Dios, trabajo, voluntad y no bajar los brazos nunca.

Espero que realmente sirva mi testimonio para aconsejar a cualquier persona con este problema.

TOC o Trastorno obsesivo compulsivo es un trastorno psiquiátrico, más claramente, un trastorno de ansiedad. Los síntomas incluyen el sujeto obsesivo, repetitivo, angustiante, pensamientos intrusivos y compulsiones relacionadas, en forma de tareas o rituales para reducir al mínimo la obsesión. OCD se vuelve peor especialmente cuando se causa un daño a una relación. El impacto de la OCD en las relaciones interpersonales tiene que ser medido en una fase temprana del proceso de diagnóstico.

El paciente puede sentirse engañados cuando las reglas personales son accidentalmente ignorada por los amigos, cónyuge, o los miembros de la familia. La misma situación se produce cuando la enfermedad es la principal referencia dentro de la relación.

Si una persona no OCD no está en condiciones de proporcionar la mejor forma de tratar con las cosas, el paciente siente dificultades extremas para hacer frente a la enfermedad, lo cual aumenta los pensamientos obsesivos. En el caso de una pareja casada, la OCD no es a menudo la persona obligada a prestar asistencia a la OCD por acomodar su ilógico prácticas. Más claramente, que no está dispuesto a realizar todo lo que hace que la enfermedad peor. Esta es una situación conocida como? Dura el amor? Y en la mayoría de las veces, esta teoría puede ser llevado a sus límites.

A Un OCD víctima a menudo necesita el apoyo de los demás en particular al abordar las compulsiones. Sin embargo, esto lo hace sentir culpable de perturbar su ser querido en la vida de una manera poderosa. Es importante educar a los miembros de la familia sobre la importancia de la afección, sus indicaciones, y la cantidad de angustia en el paciente. . Los miembros de la familia también debe desarrollar maneras de manejar la enfermedad con cuidado.

OCD y de las relaciones es un tema tan debatido. Muchas pareja y familias lo utilizan como reales o imaginarias excusa para dividir sus relaciones. sin embargo, hay muchas personas que viven juntas, teniendo TOC como un reto. De todos modos, es muy difícil de manejar los signos de la enfermedad o de compartir el dolor y la desesperación que trae.El amor, el sentimiento más grande, es la mejor solución para celebrar cualquier tipo de relación o de la familia en tiempos de crisis.

ortorexia


La Ortorexia Nerviosa hace referencia a un trastorno obsesivo-compulsivo caracterizado por la fijación patológica en comer alimentos sanos. El criterio sobre qué cosas son adecuadas, depende del tipo de corriente dietética que se escoja: puede ser no tomar carne y sólo vegetales cocinados, o por el contrario tomar sólo frutas y verduras sin cocer; puede ser prescindir de la leche de origen animal porque se digiere mal, o tomar varios litros de leche al día para tener más calcio; puede ser comer sólo vegetales crecidos en la zona donde uno reside y en la estación del año en que crecen naturalmente, o tomar ciruelas umeboshi, algas japonesas, kinoa, alubias azuki, etc, etc.
Al principio, la preocupación por la comida puede tratarse de un deseo natural de sobreponerse a una enfermedad crónica o de mejorar la salud en general, pero en algunos casos la persona cae en un trastorno obsesivo-compulsivo con respecto a su alimentación. ¿Cómo se produce este paso entre una preocupación normal por la alimentación sana y la ortorexia? Veamos el caso de JLM:
Juan comenzó a eliminar ciertos productos de su dieta por problemas gastrointestinales y de alergias. Pero poco a poco fue autoimponiéndose más normas alimentarias obtenidas de diferentes libros y expertos en nutrición. Así, poco a poco, dejó de salir de tapas con los amigos, cuando iba a casa de alguien se llevaba la tartera con su comida, y solía poner cara de asco cuando veía lo que comían los demás. Sus relaciones sociales se estaban deteriorando y perdía mucho tiempo en comprar sus alimentos especiales, cocinarlos, planificar su alimentación y discutir sobre dietas con otras personas. En casa, miraba a su familia con un rictus de verdaderas ganas de vomitar contenidas cuando les veía disfrutando de un bistec con patatas, e incluso llegó a comprarse sus propios utensilios para que sus alimentos no fueran contaminados por la comida impura del resto de su familia.

Lo que podría haber sido una dieta sana y natural, poco a poco iba convirtiéndose en un sacrificio continuo: una disciplina férrea que le llevaba a sentirse muy orgulloso de sí mismo, hasta el punto que los demás se daban cuenta de sus sentimientos de superioridad. Pero si alguna vez se saltaba la dieta, el autocastigo llegaba inmediatamente: sentimientos de culpabilidad, un gran desasosiego, y la decisión de ayunar entre tres y cinco días, dependiendo de la gravedad de la “falta” que hubiera cometido.
Sin amigos, sin novia, con problemas en casa de sus padres y con una patología obsesivo-compulsiva, no dudaba en propagar las virtudes de su dieta a todo aquél que quisiera escucharle (o no le quedara más remedio) y siempre llevaba panfletillos con las virtudes milagrosas de algún alimento especial. Se había convertido en un caso típico de Ortorexia Nerviosa, la nueva patología de los países ricos.
Suele tratarse de individuos patológicamente perfeccionistas y absolutamente inflexibles en la aplicación de las normas.
Entre las razones que pueden conducir a la Ortorexia están la obsesión por buscar una mejor salud, el miedo a ser envenenado por los pesticidas, colorantes conservantes y demás químicos utilizados por la industria alimenticia o haber encontrado una razón espiritual en comer de una determinada forma.
Por supuesto, no hay que confundir esta enfermedad con una preocupación normal por la alimentación sana, la evitación de aditivos alimentarios, o dietas vegetarianas, macrobióticas, etc, llevadas con sentido común. Pero cuando la alimentación se convierte en una obsesión que afecta a la vida cotidiana, las relaciones sociales se ven perturbadas y la propia felicidad es menos importante que la alimentación, tenemos que empezar a pensar en la posible existencia de una patología.
Todos debemos poner atención en lo que comemos para poder estar sanos, pero sin obsesionarnos hasta el punto de vivir para comer en vez de comer para vivir.

tipos de toc Misofobia


Misofobia: el pánico a los gérmenes ataca a más de 16.000 españoles
Los enfermos llegan a lavarse las manos 40 veces en 20 minutos y a tirar la ropa nada más usarla. Algunos se encierran para no contaminarse.
«Mi mujer no deja que su familia se acerque a ella porque tiene un miedo irracional a que la contaminen. Su obsesión por los gérmenes y microbios es tal, que tira la ropa nada más ponérsela y no va a determinados pueblos o casas porque piensa que están viciados de seres patógenos. Además, extrema las medidas de acceso a habitaciones como el dormitorio y el baño, de tal forma que para entrar en ellos debemos ingresar desnudos y alejar la vestimenta diaria de estas zonas de “culto”». Así comienza el testimonio de Óscar cuando intenta explicar la enfermedad de su mujer. «Está obsesionada con la contaminación. Ella dice que los virus se transmiten por el aire y los asocia a determinados lugares, personas o cosas. Este problema ha condicionado toda su vida, y la mía». Óscar está desesperado y no sabe qué hacer. Su esposa padece un trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) al que algunos expertos denominan misofobia. Se caracteriza por un temor irracional a los gérmenes patógenos y esto significa que todo el sentir, pensar y actuar de esa persona se centra primordialmente en evitar cualquier tipo de contagio. Es una conducta extremista. Es como una droga, ya que esa sensación les centra todos sus días. Basan su vida en ese problema, y esto hace que se cronifique la enfermedad. Piensan que nada de lo que hacen es suficiente para no contaminarse.
A Lola le ocurre lo mismo. «Tiene sus manos dañadas por el uso excesivo de la lejía que utiliza para librarse de todo posible germen. El problema es que está obsesionada con infectar a su familia de cáncer a pesar de saber que esto no es factible. Su temor le ha llevado a seguir una serie de rituales para evitar cualquier posible contagio. Por ejemplo, lavarse escrupulosamente las manos en muchas ocasiones. Hay días que hasta cuarenta veces en veinte minutos. Pero no es lo único, ni la única. Ha llegado a implicar a su familia. Su marido y sus hijos deben quitarse los zapatos al entrar en casa y cambiarse toda la ropa, ya que cualquier indicio de contaminación le supone un sufrimiento y una angustia enorme». Ésta es la historia que relata la psicóloga y experta en trastorno obsesivo compulsivo (TOC), Isabel Larraburu. «Es una paciente mía. Su actividad se centra solamente en limpiar, frotar y volver a empezar. Tiene la sensación de que le faltan horas del día y nunca está satisfecha».
Las causas de esta patología no son claras. Según Luisa Lázaro, jefa de sección del Servicio de Psiquiatría infantil y juvenil del Hospital Clínico de Barcelona, «no hay una razón concreta. Es un trastorno neurobiológico en el que influyen diversos factores. Entre ellos, el genético. En ocasiones, hay una serie de experiencias específicas, basadas en situaciones traumáticas, que hacen aflorar la patología, pero esto no es la causa en ningún caso, sino el detonante».

La enfermedad de la duda
A pesar de que la enfermedad pueda ser desconocida para muchos, es una de las más frecuentes dentro de los trastornos obsesivo-compulsivos. El presidente de la Asociación de Pacientes con TOC, Julio Vallejo, afirma que «el 0,8 por ciento de la población española sufre TOC. De éstos, el 50 por ciento tienen un trastorno referente a la contaminación». La frontera que divide a la gente con ligeras manías de los enfermos con trastorno obsesivo compulsivo, y en concreto, los misófobos, es la incertidumbre. «Las personas que sufren este trastorno no pueden vivir con ninguna duda. Por ejemplo, yo si voy al metro me puedo contaminar o no al tocar la barandilla. Es una incertidumbre. Existe esa duda. La diferencia es que yo supero y afronto esa sospecha. Soy capaz de vivir con ella. Sin embargo, los enfermos no pueden vencer esa sensación de inseguridad y necesitan imperiosamente, por ejemplo, entrar en una cafetería y lavarse de forma compulsiva las manos. Tienen que tener un control absoluto de todo», explica Begoña Fernández.
Otro rasgo en la mayoría de los enfermos es que son conscientes de su problema, aunque no todos responden igual. «Hay algunos que minimizan los síntomas y los tratan de esconder y ocultar, y hay otros que, por el contrario, enseguida buscan ayuda de profesionales», explica Luisa Lázaro.
En el caso de Óscar, su mujer sabe que tiene un problema y solicitó ayuda -junto a su marido- profesional. No obstante, todavía no han encontrado un buen especialista que les aconseje y tan sólo está tomando medicamentos antidepresivos. Ahora ella está embarazada, y Óscar teme lo peor. «Tiene que dejar los fármacos, porque si no el bebé corre riesgo de sufrir malformaciones. Pero el problema es que no puede abandonar el tratamiento. Su salud está en juego».
Sin embargo, el problema añadido del embarazo no resta importancia a que Óscar no haya encontrado todavía un buen experto que trate de continuo a su mujer.

Psicodiagnóstico
Según explica Lázaro, «es imprescindible un profesional que haga un adecuado psicodiagnóstico para posteriormente aplicar un buen tratamiento. Generalmente éste se basa en dos terapias: psicológica y farmacológica. La primera suele ser una terapia cognitivo-conductal, que por así decirlo, es un tratamiento de choque», afirma. «Este método consiste en exponer al paciente a sus compulsiones, es decir, a sus miedos. Para ello, deberá estar siempre acompañado de un terapeuta que siga el proceso. Por ejemplo, cuando la persona se sienta sucia y tenga una necesidad imperiosa de lavarse, hay que evitar por todos los medios que lo haga para que vea que no ocurre nada. Teniendo en cuenta la obsesión de los enfermos, es un método bastante fuerte. Por ello es necesario que siempre esté un especialista acompañándole. Si no, un familiar que le ayude», concluye Lázaro.
La familia es muy importante y juega un papel primordial. No obstante, en los casos de TOC deben llevar un excesivo cuidado, ya que con sus actos pueden reforzar el trastorno. «Si una mujer no quiere beber en un vaso porque está contaminado, y el marido se lo limpia está perjudicando a la paciente», asegura Begoña Fernández. Pero Óscar sabe que no todo es tan sencillo: «Yo siempre le intento explicar que lo que le pasa es una enfermedad, pero hay veces que no puedo más y cedo. Por ejemplo, si sé que una prenda le causa mucha intranquilidad acepto que la elimine».
En general, la mayoría de los expertos está de acuerdo en que los familiares suelen ayudar y comprender a los enfermos, aunque siempre existe alguna excepción. Óscar lo sabe. «Los familiares son muy crueles con mi mujer porque es muy difícil entender que algo no funciona bien en su cerebro y que sus actos no son muy racionales. Siempre hay gente que dice que son sólo tonterías, y no se creen que no lo pueda controlar.
Pese a todo, Óscar no se rinde y en su angustia es capaz de mirar el lado positivo: «Cuando no sabíamos de qué se trataba estuvimos a punto de separarnos. Ahora, sin embargo, la patología nos ha unido mucho más».

tipos de toc fobia a las enfermedades.


2005: UN CASO CLÍNICO DE TRASTORNO OBSESIVO COMPULSIVO

Martha Ontiveros Uribe *

Enrique Chávez León **

* Investigadora titular de la APM, Secretaria General de la APM, Subdirectora de Hospitalización y Urgencias del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz

** Investigador titular de la APM, Coordinador del Área Clínica de la Escuela de Psicología, Universidad Anáhuac
Artículo publicado: 24 de Febrero del 2006

Para este caso se describirá el diagnóstico desde el punto de vista biológico y desde el psicodinámico, así como los tratamientos establecidos de acuerdo a estos dos modelos. Como se puede prever, los tratamientos diferirán conceptual y técnicamente. Sin embargo, este ejercicio teórico permitirá revisar tanto conceptos fundamentales como avances en estas dos áreas.

La señorita A es una mujer soltera de 21 años, con preparación técnica pero actualmente desempleada. Proviene de una familia integrada por varios hermanos varones mayores y una hermana menor. El único antecedente heredofamiliar de importancia es un familiar directo con trastorno depresivo mayor. Producto de gesta cinco, embarazo planeado y deseado, sin complicaciones prenatales ni perinatales. Tuvo un desarrollo psicobiológico normal. Su funcionamiento escolar fue bueno, aunque con grandes dificultades para integrarse en los grupos. Prácticamente no tuvo amistades, debido a sentimientos de minusvalía y sentimientos de ser rechazada. Trabajó como promotora, supervisora y como encargada de negocios pequeños. La paciente fue sumamente responsable tanto en su hogar, como en la escuela y trabajo. Siempre se ha preocupado y responsabilizado del bienestar de su familia. Actualmente tiene su propio negocio, que no atiende debido a su padecimiento.

Hace 10 años, cuando la señorita A tenía 17 años, curó a su madre de una mordedura de perro durante dos meses, haciéndose cargo de ella con gran responsabilidad. Fue en esa época que al ver a los perros “temía contaminarse con su saliva y contagiarse de rabia”. Se lavaba las manos repetidamente, incluso con alcohol y cloro. Después de un año, su temor cambió al de contraer SIDA. Evitaba tratar a personas desconocidas por miedo a esa enfermedad. No se sentaba en el lugar de otras personas por miedo a contagiarse. Llamaba a TELSIDA solicitando información, pero se negaba a realizarse la prueba por miedo a que la aguja que utilizaran estuviera contaminada. A los 19 años estos temores desaparecieron.

Hace un año, contando con 26 años, la señorita A atravesó por situaciones difíciles: tuvo un accidente en el que se lastimó un tobillo, un familiar fue asaltado, y ocurrió un robo en su negocio. La señorita A empezó a asociar estos eventos con el uso de la sal, pensaba que: “en esos días había utilizado el salero y no se había lavado las manos”. Empezó a evitar a las personas y objetos que ella consideraba habían tocado sal. Cuando se sentía “contaminada” se lavaba las manos de manera determinada y en ocasiones se bañaba e incluso también lavaba su ropa. Si tocaba la sal, no solamente podían sucederle desgracias a ella, sino también a su familia, pues se convertía en portadora de la mala suerte. Desde entonces el miedo hacia la sal fue aumentado gradualmente: hasta el simple hecho de nombrarla o escribir su nombre, le generaba miedo y aunque podía ingerir alimentos con sal, evitaba los que la contenían en exceso y tenía que lavarse manos y dientes para neutralizar el efecto de la mala suerte. Siempre se lavaba tres veces, pues “el uno y el dos son números de Dios” y no debía “mancharlos”. También lavaba su oreja cuando utilizaba el teléfono después de que otra persona lo había usado, pues si no lo hacía sin duda recibiría malas noticias. Dice haber comprobado el efecto nocivo de la sal, debido a que siempre que la tocaba le sucedían desgracias “Quería pensar que no pasaba nada, pero me pasó muchas veces”. La paciente fue perdiendo interés en su trabajo y posteriormente en sus actividades, conciliaba con dificultad el sueño, disminuyó su apetito, perdió cerca de 10 kilogramos, sintiéndose cansada y desesperanzada todo el día. Ha llegado a tener ideación suicida, motivo por el que buscó ayuda especializada.

Se practicaron mapeo cerebral y resonancia magnética de resultado normal.

Recibió tratamiento con fluoxetina 80 mg al día y clonazepam 2.5 mg al día con lo que la calificación de la Escala de Yale Brown bajo de 34 a 18 puntos en 5 semanas de tratamiento.



Impresión Diagnóstica


El diagnóstico principal en el caso de esta paciente fue de: Trastorno obsesivo compulsivo con poca conciencia de enfermedad.


El trastorno obsesivo compulsivo es un trastorno crónico caracterizado por la presencia de obsesiones y compulsiones.


Al parecer el primero en utilizar el término obsesión compulsión fue Freud, quien denominó como neurosis obsesiva compulsiva a aquellas manifestaciones caracterizadas por obsesiones y compulsiones. Describió el tratamiento de esta neurosis en “El Hombre de las Ratas”.


La mejor definición de una obsesión fue dada por Schneider en la siguiente forma: “aparece una obsesión, cuando alguien es incapaz de liberarse de algún contenido de la conciencia, aunque cuando se presenta se da cuenta de que es algo carente de sentido o cuando menos de que es algo que le domina y persiste sin causa alguna”.


La característica esencial de la obsesión es que aparece contra la voluntad del paciente. Aunque éste sabe que es producto de su mente, tiene la sensación de no poder controlarla y en algún momento teme llevarla a cabo. Debido al contenido de la obsesión el sujeto experimenta una gran angustia y trata de quitarla de su mente. Muchas veces recurre a acciones mentales o a conductas que contrarrestan el contenido de la obsesión para así disminuir la ansiedad. Las acciones mentales o las conductas que el paciente lleva a cabo con ese fin se denomina compulsiones o rituales.


Las compulsiones son actos mentales o motores que siguen un patrón y que el sujeto repite para disminuir la angustia que experimenta debido a las obsesiones.


Desafortunadamente no existen datos acerca de la prevalencia de este trastorno en la población mexicana.


La prevalencia del Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) en adultos a lo largo de la vida es de 2.5%, y a un año es de 0.5 a 2.1%. La prevalencia en niños y adolescentes a lo largo de la vida es de 1 a 2.3%, y a un año 0.7%.
El TOC puede iniciar en la infancia, en la adolescencia o en el adulto joven. En
Los hombres inicia a edad más temprana, entre los 6 y los 15 años. En las
mujeres entre los 20 y los 29 años.
En la mayoría de los casos el inicio es gradual y en algunos casos es agudo. El
curso es fluctuante, con exacerbaciones relacionadas al estrés. El deterioro es
progresivo en 15% de los casos.
En niños el TOC puede estar asociado a infección por estreptococo beta hemolítico, con inicio antes de la pubertad. En estos casos el curso es episódico, relacionado a nuevas infecciones por estreptococo. Y se asocia a alteraciones neurológicas, como movimientos coreiformes e hiperactividad motora. Por ello se acuñó el término PANDAS (Pediatric Autoimmune Neuropsychiatric Disorders Associated with Streptococcal Infections).
En la infancia, el TOC es más frecuente en niños que en niñas, en una proporción de 2:1 o de 3:1. En los adultos, la frecuencia es igual en hombres que en mujeres.


Los adultos mayores tienden a mostrar más obsesiones relacionadas a la moral y más rituales de lavado.


El TOC tiene un patrón familiar, con una mayor concordancia en gemelos monocigotos que en dicigotos. La posibilidad de presentar TOC es mayor en los familiares de primer grado de pacientes con TOC y en los familiares de primer grado de pacientes con Gilles de la Tourette.


El 35% de los familiares de primer grado de los pacientes con TOC también pueden presentar el trastorno obsesivo compulsivo.
Criterios Diagnósticos
El TOC está clasificado, en el DSM- IV- TR (APA, 2002), dentro de los Trastornos de Ansiedad junto con el Trastorno de Pánico, la Agorafobia, la Fobia Social, la Fobia Específica, el Trastorno de Estrés Agudo, el Trastorno de Estrés Postraumático y el Trastorno de Ansiedad Generalizada. Los Criterios Diagnósticos del Manual Diagnóstico y Estadístico versión IV Texto Revisado (DSM-IV-TR) de la Asociación Psiquiátrica Americana para TOC son:

- La presencia de obsesiones o compulsiones que la persona reconoce que son excesivas e irracionales le causan malestar marcado, interfiriendo significativamente con la vida del sujeto.



En los mismos criterios la APA (2002) señala que “No debe hacerse el diagnóstico de trastorno obsesivo compulsivo sino otro más apropiado, si la preocupación se restringe al peso y a la comida (Trastorno de la Alimentación), a jalarse el pelo (Tricotilomanía), a la apariencia física (Trastorno Dismórfico corporal), al deseo de consumir sustancias (Trastorno por Uso de Sustancias), a la preocupación por tener una enfermedad grave (Hipocondriasis), a deseos o fantasías sexuales (Parafilias), a sentimientos de culpa o rumiación suicida (Trastorno Depresivo Mayor), al impulso de robar (Cleptomanía), al de jugar (Juego patológico) o al de comprar excesivamente.


Cuando los síntomas del TOC son producto del efecto fisiológico de una sustancia debe hacerse el diagnóstico de: Trastorno de ansiedad inducido por sustancia con síntomas obsesivo- compulsivos. Cuando son efecto de una enfermedad médica, como los trastornos endocrinos, enfermedades cardiovasculares, respiratorias, metabólicas y neurológicas, el diagnóstico correspondiente es el de: Trastorno de ansiedad debido a enfermedad médica con síntomas obsesivo compulsivos.


Debe especificarse si el TOC se presenta con poca conciencia de enfermedad (con pobre insight). Si la persona no reconoce que las obsesiones y las compulsiones son irracionales ni excesivas, se pierde a la prueba de realidad como límite entre una idea obsesiva y una idea delirante. Debe hacerse entonces el diagnóstico diferencial con esquizofrenia, trastorno delirante o trastorno psicótico no especificado.


Obsesiones. Las obsesiones son pensamientos, impulsos o imágenes recurrentes, intrusivos, inapropiados y generadores de angustia que el sujeto trata de ignorar o suprimir aunque los reconoce como propios. Son ego- distónicas. La persona siente que el contenido de sus ideas es extraño, que no están bajo su control, y no es la clase de ideas que esperaría tener.

Las obsesiones pueden ser de:

- Contaminación, cuando la persona piensa que se contamina al saludar a alguien o al tocar algo.

- Duda, cuando la persona duda si ha realizado algún acto como lastimar a alguien o si ha dejado de hacer algo como cerrar la puerta.

- Simetría, cuando la persona siente la necesidad de que los objetos estén arreglados con cierto orden, se experimenta ansiedad si los objetos están desarreglados o asimétricos.

- Impulsos agresivos, como cuando la persona experimenta el deseo de herir a un niño o decir palabras obscenas en la iglesia.

- Contenido sexual, cuando la persona tiene ideas o deseos sexuales recurrentes.

Las obsesiones casi siempre caen en dos categorías: las dudas y los temores. Las dudas obsesivas pueden consistir en temas cotidianos, ocasionando dudas en el paciente acerca de si cerró la puerta de casa, si apagó la estufa, o dejó encendido algún aparto eléctrico. Esta preocupación puede ocasionar la necesidad de checar repetidamente hasta quitar la duda.

Los temores obsesivos se centran en peligros irreales y sobre todo improbables, como el enfermar por contaminarse al tocar objetos o personas; al manejar, atropellar a alguien sin darse cuenta; o bien blasfemar al estar frente a una imagen religiosa o en un templo, lo que da como resultado la necesidad de evitar y corregir el efecto de la obsesión: lavarse manos o cuerpo hasta lastimarse e inclusive herirse, rezar, etc.

En general el individuo experimenta la sintomatología como producto de su mente pero de manera ego- distónica (sin sentido e involuntaria). Al principio el paciente intenta ignorarlas o suprimirlas infructuosamente, pero conforme transcurre el tiempo el paciente deja de resistirse. La necesidad de aliviar la ansiedad producto de las obsesiones ocasiona la aparición de compulsiones.


Compulsiones. Comportamientos repetitivos que siguen un patrón determinado realizados para evitar un acontecimiento negativo.


La persona intenta ignorar, suprimir o neutralizar los pensamientos, impulsos o imágenes con otro pensamiento o acción. Si la persona duda si cerró la puerta revisa repetidamente si lo hizo.


Las compulsiones son conductas repetitivas y consisten en lavarse las manos, ordenar, revisar, checar; pero pueden consistir también en actos mentales como contar, repetir palabras mentalmente y rezar.


La persona siente la necesidad de realizar dichas conductas o actos mentales siguiendo ciertas reglas a las que se debe apegar rígida o estereotipadamente. Su finalidad es:

- Disminuir la ansiedad o el malestar que acompaña a una obsesión.

- Prevenir o evitar que ocurra algún evento o situación amenazante.

Las compulsiones no están relacionadas en forma realista con aquello que tratan de neutralizar o prevenir, son claramente excesivas, no causan placer ni son gratificantes.

Cuadro 1. Ejemplos de Obsesiones y Compulsiones.

Obsesión Compulsión
Contaminación Lavarse las manos hasta que enrojecen
Duda Corroborar que cerró la puerta revisando la cerradura varias veces
Pensamientos blasfemos Contar de 1 a 10 y de 10 a 1, cien veces por cada pensamiento blasfemo
Algunas personas dudan si sus obsesiones y compulsiones son o no son irracionales. Si la persona reconoce que son irracionales, puede desear o intentar resistirse a ellas. Intentar resistirse puede aumentar la ansiedad o la tensión, que se alivia hasta que se realiza la compulsión. Cuando falla este intento, la persona ya no desea ni intenta resistirse. Entonces incorpora las obsesiones y las compulsiones a su vida cotidiana.


Aunque los síntomas pueden disminuir e incluso desaparecer por temporadas, rara vez el trastorno desaparece.


En la Décima Revisión de la Clasificación Internacional de las Enfermedades (CIE-10) de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el Capítulo V o F, correspondiente a los “Trastornos Mentales y del Comportamiento”, el Trastorno Obsesivo Compulsivo está clasificado en el grupo “Trastornos neuróticos secundarios a situaciones estresantes y somatomorfos” con letra y número 42. Trastorno Obsesivo Compulsivo:

F42.0 Con predominio de pensamientos o rumiaciones obsesivos.

F42.1 Con predominio de actos compulsivos (rituales obsesivos).

F42.2 Con mezcla de pensamientos y actos obsesivos.

F42.8 Otros trastornos obsesivo-compulsivos.

F42.9 Trastorno Obsesivo-compulsivo sin especificación.

Cuadro 2. Obsesiones y Compulsiones más frecuentes.
Obsesiones

Frecuencia (%)

Compulsiones

Frecuencia (%)
Contaminación 50 Checar o revisar 61
Duda 42 Limpiar o lavar 50
Somática 33 Contar 36
Simetría 32 Preguntar/confesar 34
Agresión 31 Simetría/exactitud 28
Sexuales 24 Repetir 11
Religiosas 6 Rituales mentales 11
Múltiples 72 Múltiples 58
Características Clínicas


Tradicionalmente el Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) ha sido considerado como una sola entidad homogénea, sin embargo, es evidente que tiene distintas dimensiones sintomáticas, es decir, es clínicamente heterogéneo. Se han identificado cuatro factores sintomáticos principales:

1. Obsesiones agresivas, sexuales y religiosas, con compulsiones de verificación.
2. Obsesiones de simetría con compulsiones de orden, arreglo y repetición.
3. Obsesiones de contaminación, con compulsiones de lavado y limpieza.
4. Síntomas de atesoramiento, ahorro y colección (hoarding). Es la adquisición o incapacidad para desechar objetos, los cuales no tienen un valor afectivo ni monetario.

Del 18 al 42% de los pacientes con TOC tienen compulsiones de atesoramiento y ahorro.

Estas dimensiones sintomáticas parecen ser relativamente estables en el tiempo.

David Mataix-Cols realizó un estudio donde se practicó una resonancia magnética funcional a 16 pacientes con TOC con síntomas mixtos y a 17 controles sanos. Los pacientes tuvieron una mayor activación, que fue significativa comparada con los controles:

- En la regiones prefrontales, ventromediales, bilaterales. Y en el núcleo caudado derecho, en los pacientes con compulsiones de lavado.

- En las áreas corticales dorsales en los pacientes con compulsiones de checar.

- En la corteza orbitofrontal derecha y en el giro paracentral izquierdo en los pacientes con compulsiones de atesoramiento.

- En la corteza occipitotemporal izquierda en compulsiones aversivas.



Estos hallazgos sugieren que las dimensiones sintomáticas del TOC parecen estar mediadas por componentes distintos de los circuitos fronto estriado talámicas, implicados en los procesos cognoscitivos y emocionales. El autor concluye que el TOC puede ser conceptualizado como un espectro de síndromes múltiples que se traslapan, más que como una entidad nosológica única.


El TOC debe diferenciarse de la Personalidad Obsesiva Compulsiva, que se caracteriza por un patrón persistente de preocupación por el orden, el perfeccionismo, y el control. La comorbilidad de TOC con el Trastorno de Personalidad Obsesivo Compulsivo es baja, de 8 a 31%. El TOC también puede ser comórbido con otros trastornos de personalidad como la personalidad evitativa, dependiente e histriónica.


Es muy importante hacer el diagnóstico diferencial entre TOC y tics. Los tics son movimientos repentinos, rápidos, recurrentes, no rítmicos, estereotipados. Por ejemplo parpadeo, protrusión de la lengua, carraspeo, vocalización. Un movimiento estereotipado es repetitivo, y no tiene un propósito, por ejemplo: mover la cabeza o el cuerpo, o morderse. Los tics y los movimientos estereotipados NO son tan complejos como las compulsiones y no tienen el propósito de neutralizar una obsesión.


Frecuentemente con el TOC coexisten otros trastornos mentales como la depresión, el trastorno de angustia (crisis de angustia), la fobia social, y el trastorno bipolar.

El TOC se traslapa con otros trastornos psiquiátricos:

- Con Trastornos Somatomorfos, como el Trastorno Dismórfico Corporal y la Hipocondriasis.

- Con el espectro disociativo, como con el Trastorno por Despersonalización.

- Con Trastornos de la alimentación, como la Anorexia Nervosa y el Trastorno por Atracones.

- Con los Trastornos Esquizo-Obsesivos, como el Trastorno Delirante (TOC con ideas delirantes), y el TOC con personalidad esquizotípica, el Esquizo TOC (esquizofrenia obsesiva).

- Con trastornos por tics, com el síndrome de Tourette.

- Con trastornos neurológicos, como corea de Sydenham, epilepsia, enfermedad de Huntington, tortícolis, trastornos de los ganglios basales, autismo, trastornos graves del desarrollo.

- Con trastornos del control de impulsos, como la tricotilomanía, juego patológico, conducta auto-mutilatoria, cleptomanía, compras compulsivas, y compulsiones sexuales.

- Con trastornos de personalidad impulsivos como el Trastorno Límite de la Personalidad y el Trastorno Antisocial.



Características Neurobiológicas


Los pacientes con TOC tienen un aumento del metabolismo en la corteza orbitofrontal, en la corteza del cíngulo anterior y en el núcleo caudado.


El cíngulo anterior tiene como función la detección de errores y se activa en situaciones de conflicto. El aumento de la actividad en la corteza cerebral del cíngulo anterior se ha asociado con las dudas, la ansiedad y la urgencia para repetir las acciones (compulsiones). La activación de la corteza orbitofrontal, como ocurre en la depresión, refleja los intentos por atenuar la expresión emocional o de interrumpir los pensamientos y la ansiedad.


Sin embargo, el trastorno obsesivo compulsivo parecer ser el producto de una alteración de los ganglios basales. De hecho, algunos casos se relacionan con el trastorno de Tourette, un trastorno de tics vocales y motores cuyo origen se encuentra en los ganglios basales; ltambién con la Enfermedad de Parkinson postencefalitis, la Corea de Sydenham, la necrosis bilateral del globus pallidus y la Corea de Huntington. La cabeza del núcleo caudado y las vías que conectan al caudado con la corteza prefrontal y la circunvolución del cíngulo están hiperfuncionantes en el trastorno obsesivo compulsivo. El núcleo caudado envía proyecciones inhibitorias GABAérgicas al globus pallidus (una de las estructuras eferentes principales del cuerpo estriado) que a su vez envía proyecciones inhibitorias al tálamo y de ahí a la corteza orbitofrontal. La presencia de vías inhibitorias del núcleo caudado al globus pallidus y de ahí al tálamo, sugiere la posibilidad de que la enfermedad produzca desinhibición, con actividad reverberante en este circuito. Es posible que el aumento en la primera vía inhibitoria cause disminución de la actividad de la segunda vía con lo que ocasiona un estado de reverberación.


La inervación serotoninérgica del cuerpo estriado es extensa. Esta inervación está localizada en la parte ventromedial de la cabeza del núcleo caudado y el núcleo accumbens, regiones que reciben aferencias de las regiones orbitofrontales y de la corteza del cíngulo, ambas involucradas en los estados emocionales. La psicocirugía en que se lesionan estas vías hace que los síntomas intratables mejoren. El tratamiento con fármacos antidepresivos inhibidores de la recaptura de serotonina disminuye la hiperactividad del núcleo caudado y del núcleo orbitofrontal. Es muy importante señalar que la terapia cognitivo conductual tiene el mismo efecto que el tratamiento farmacológico.


Aunque el modelo cognitivo explica el origen y el tratamiento de los síntomas obsesivo compulsivos, se dejara para una ocasión posterior su descripción. En esta ocasión se describirá el modelo psicoanalítico, del que cada vez se habla menos en la literatura psiquiátrica.


Modelo Psicodinámico


En 1909 Sigmund Freud describió el caso del "Hombre de las Ratas" como un caso representativo de Neurosis Obsesivo Compulsiva. La formulación psicodinámica que intenta explicar el trastorno propone que surge ansiedad asociada al conflicto edípico, con una regresión a la etapa anal que ha quedado fijada debido a alteraciones durante el entrenamiento del control de esfínteres. Al darse la regresión a la etapa anal hay una reemergencia de las pulsiones propias de esta etapa, que son pulsiones anales sádicas y anales libidinales. Se presenta ambivalencia con experiencias conscientes de amor y odio hacia las personas cercanas, lo que genera en el paciente duda e indecisión. El conflicto central se da entre retener vs expulsar que se interpretan como el conflicto entre obedecer versus desafiar. El conflicto se manifiesta como ira o miedo. Ira por abandonar sus deseos y someterse a la autoridad. Miedo a ser castigado por su mala conducta.


En el conflicto obedecer versus desafiar, el miedo a ser castigado se expresa como temor a la autoridad, que se manifiesta con rasgos socialmente aceptables como: puntualidad, escrupulosidad, pulcritud, orden, cumplimiento de obligaciones. Y la ira por someterse a la autoridad se manifiesta con rasgos opuestos a los socialmente aceptables como: desorden, negligencia, obstinación, parsimonia.


Los mecanismos de defensa propios que se relacionan con el TOC son:

1. El aislamiento. El aislamiento tiene como función el separar a la emoción de una idea, generalmente logrando que desaparezca de la conciencia. El Ego lo utiliza cuando intenta defenderse en contra de las pulsiones agresivas. Es común en aquellos que viven la realidad en forma racional e intelectual, más que emocionalmente. Si no es exagerada, es una maniobra psicológica útil, pero cuando actúa en forma excesiva, el aislamiento compromete el desarrollo de la personalidad completa y ocasiona anormalidades caracterológicas o bien síntomas psicológicos. El aislamiento también tiene la función de mantener inaccesible el conflicto en el inconsciente.

2. El desplazamiento. Por el desplazamiento, la pulsión o la emoción es desviada de su conexión original con una persona o un evento y se adhiere a una persona u objeto sustituto. Al desconocer su origen, la pulsión o emoción puede expresarse con mayor seguridad para el ego. El enojo que no puede manifestarse hacia un superior puede expresarse hacia un subordinado. Las fantasías sexuales de una adolescente por un maestro o por el padre de una amiga señalan el desplazamiento de un deseo reprimido hacia el padre. El desplazamiento también forma parte de la transferencia. La angustia, lo mismo que la pulsión, está sujeta también al desplaza- miento, particularmente en las fobias.

3. La anulación. Con esta defensa, el ego intenta reducir la angustia que acompaña a los impulsos o fantasías obsesivas, impidiendo que ocurran en el pensamiento o en la acción. Forma parte del pensamiento mágico y es el mecanismo defensivo responsable de las compulsiones.

4. La formación reactiva, ésta es una defensa que crea un patrón de conducta duradero que determina las características obsesivas de la personalidad. Es una defensa en contra de la agresión, dependencia y pasividad.



Un aspecto psicodinámico muy importante es que, independientemente del peso de los factores biológicos en la etiopatogenia del trastorno, los síntomas siempre tendrán un significado para el paciente. Los conflictos psicológicos se unen a las alteraciones neurofisiológicas de base y las usan como un vehículo para expresarse. A menudo los síntomas generan ganancias secundarias que interfieren con la búsqueda y/o el apego al tratamiento.


Los aspectos psicodinámicos también son útiles para entender el impacto de los estresores ambientales sobre la base genética del TOC. Es muy conocida la influencia del embarazo, parto, y postparto, en el inicio y/o en la exacerbación del TOC. Pueden existir sentimientos inconscientes de hostilidad hacia el recién nacido que generan ansiedad intensa en la madre, lo que desencadena rituales obsesivos compulsivos para disminuir la ansiedad.


También es importante considerar el impacto del TOC sobre las relaciones interpersonales del paciente. El trastorno es intensamente estresante para las personas afectivamente cercanas al paciente. Con frecuencia los familiares tienen que hacer ajustes en su vida cotidiana, muchas veces para participar activamente en los rituales del paciente. El 88% de los familiares mencionan que tienen que “acomodarse” de alguna manera a los síntomas del paciente, lo que genera estrés en la familia, actitudes de rechazo hacia el paciente y un funcionamiento familiar pobre.


Psicoterapia


En la psicoterapia psicoanalítica no existe diferencia entre la conceptualización del trastorno obsesivo compulsivo (TOC) y el trastorno de personalidad obsesivo compulsivo. Para Freud tenían el mismo origen y por lo mismo requiere un solo manejo: Hacer consciente el conflicto inconsciente va a provocar que los mecanismos de defensa sean innecesarios desapareciendo así los síntomas.

Los lineamientos generales propuestos dentro de la terapia psicoanalítica son:

- Se deben alentar los sentimientos o emociones “negativas”, sin temor a castigo o represalia y así tomar conciencia de que sus sentimientos no son tan violentos y abrumadores como el paciente cree. Por ejemplo, se le debe alentar a que exprese su “enojo”, sin señalárselo como algo negativo, e interpretar su falta de expresión como producto del temor al abandono o a la desilusión.

- Se deben confrontar gentilmente como absurdas las ideas obsesivas, agresivas y hostiles del paciente.

- Se debe alentar al paciente a que experimente una actitud más relajada y busque situaciones que le sean placenteras, sin temor a “abandonar su conciencia moral”, o caer presa del hedonismo y la inmoralidad.

- Investigar cuál es el origen de estos temores.

En el caso de la señorita A, es interesante ver el desarrollo de los temores que subyacen a los síntomas obsesivo compulsivos. La señorita A asoció los eventos desfavorables que le acontecieron con la mala suerte, lo cual es muy propio del “pensamiento mágico” de los pacientes obsesivos. Desplazó el temor de que algo malo le sucediera a ella o a su familia a un objeto “neutro” que es la sal, que en nuestra cultura tiene la connotación de “salación o mala suerte”. Desarrolló un temor a tocar la sal por el miedo a “contaminarse de esa mala suerte”, el temor se transformó en una obsesión y ésta la llevó a una compulsión, la de no tocar la sal ni objetos contaminados con sal para “evitar la mala suerte” (anulación).


El motivo para presentar este caso es justamente el significado de las obsesiones y compulsiones de la paciente. Se trata de una obsesión de contaminación y de compulsiones para evitar dicha contaminación, pero no en la forma tradicional, en cuanto a que la contaminación sea de un agente infeccioso, de una enfermedad, o de suciedad; sino de una “contaminación con sal” que de acuerdo a la obsesión de la paciente la lleva necesaria e irremediablemente a sufrir desgracias. Todo esto pcurre en una paciente perfeccionista, que desea tener el control sobre todo lo que sucede a su alrededor, que se siente responsable del bienestar de su familia y que se siente impotente para enfrentar y defender a su familia de los eventos desfavorables imprevisibles.


Por supuesto, un enfoque terapéutico que ha demostrado utilidad en los pacientes con TOC es la Psicoterapia Cognitivo Conductual. Inclusive su efectividad es similar a la del tratamiento farmacológico y ya existe alguna evidencia de su efecto en el sistema nervioso central en lo que se refiere a los cambios que se producen en los pacientes que responden a esta estrategia. Pero tanto el origen cognitivo como el tratamiento cognitivo conductual requieren de una revisión aparte.


Tratamiento Farmacológico


Los fármacos de elección son los antidepresivos inhibidores de la recaptura de serotonina (ISRS). Los síntomas obsesivo compulsivos disminuyen de un 40 a un 60% con el tratamiento farmacológico.


El primero en ser utilizado fue el antidepresivo tricíclico clorimipramina en dosis de hasta 300 mg al día. Con este medicamento los efectos secundarios anticolinérgicos pueden ser molestos, como la sequedad de boca, el estreñimiento, la visión borrosa y la hipotensión ortostática; éstas tienden a disminuir o desaparecer conforme el paciente continúa con el tratamiento o mejoran con una pequeña disminución de la dosis. Y se deben tomar ECG de control vigilando la presencia de intervalos QT prolongados. Este medicamento en dosis altas puede bajar el umbral convulsivo.


Se han utilizado con éxito la fluoxetina en dosis de 80mg al día, la paroxetina con 60 mg al día, la fluovoxamina con 300 mg al día y la sertralina de 200 a 250 mg al día. Los efectos secundarios comunes de estos medicamentos son náusea, temblor, en algunos casos somnolencia en otros insomnio, y la disfunción sexual (anorgasmia). Los efectos secundarios disminuyen conforme el paciente continúa tomando el medicamento o mejoran al disminuir la dosis.

Además de que se requieren dosis mayores a las utilizadas en el tratamiento de la depresión, el tiempo de tratamiento para obtener respuesta es de al menos 12 semanas.


Hay algunos pacientes que son refractarios a la monoterapia, lo que indica que puede haber otras alteraciones además de las serotoninérgicas. Por ejemplo, los pacientes con TOC y comorbilidad con tics requieren manejo con ISRS más un antipsicótico como el haloperidol. Si el paciente con TOC presenta síntomas psicóticos o tiene “pobre insight” también está justificado añadir un antipsicótico como el haloperidol, la risperidona o la olanzapina. Si el paciente presenta alteraciones en el EEG, además del ISRS se puede agregar ácido valproico o carbamazepina.


Pueden utilizarse como fármacos potenciadores del tratamiento el clonazepam o la buspirona sobre todo en pacientes con ansiedad intensa, el litio si los pacientes tienen síntomas depresivos, y el pindolol. También se pueden utilizar dos ISRS por ejemplo clorimipramina + fluoxetina o clorimipramina + fluvoxamina, cuidando de que los niveles séricos del tricíclico se mantengan en niveles seguros y no aparezcan manifestaciones de síndrome serotoninérgico.
Conclusiones


El caso de la señorita A es el de una paciente con los siguientes diagnósticos de acuerdo al DSM-IV TR:

Eje I Trastorno Obsesivo Compulsivo con pobre conciencia de enfermedad (insight). Más un Trastorno Depresivo Mayor grave, con ideas suicidas, sin síntomas psicóticos.

Eje II Rasgos Obsesivos de la personalidad.

Eje III Sin diagnóstico.

Eje IV Estresores familiares, laborales, económicos.

Eje V con una Escala de Funcionamiento Global a su ingreso de 41 a 50 puntos.