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El cerebro también miente


El cerebro también miente. Intenta recordar que desayunaste esta mañana. El lugar donde comiste, la secuencia de pasos que seguiste… Seguro que tienes en mente una imagen de la situación.

images1 El cerebro humano es la estructura más compleja que conocemos. Está formado por cien mil millones de neuronas interconectadas entre sí, que suponen la sede de memorias, sentimientos, percepciones, razonamientos, conciencia y el control de innumerables procesos fisiológicos. Cualquier pretensión de entender por completo su funcionamiento aún desborda a los científicos.

Pero, cuidado: aunque estemos programados para no dudar de la información que nos trasmite el cerebro, no siempre nos podemos fiar de él. En ocasiones también nos engaña. Algunas veces a consecuencia de una lesión —o porque, en el fondo, no es una máquina perfecta—, pero otras nos miente adrede, consciente de que su función última no es reproducir el mundo exactamente como es, sino sobrevivir. Y si considera que para ello debe inventarse recuerdos, o modificarlos, tener alucinaciones e interpretar lo que le dicen los sentidos de la forma que le conviene, nos engaña sin remordimientos.

No se fíe de la memoria

Intente recordarse desayunando esta mañana. El lugar donde comió, la secuencia de pasos que siguió… Seguro que tiene en mente una imagen de la situación. Pero analice esta imagen que «recuerda»: ¿está convencido de que coincide realmente con lo que sus ojos percibieron? ¿Está viendo una imagen global que le incluye realizando dichas acciones? ¿O lo que «recuerda» son primeros planos de la galleta mojándose, la mantequilla o la puerta de la nevera? Si se trata del primer caso —que es lo más probable—, no hay más remedio que aceptar que su cerebro se ha inventado descaradamente esa imagen, porque es imposible que se haya visto a sí mismo dentro de la secuencia, como si fuera una cámara colgada del techo. Y si su cerebro se lo ha imaginado, ¿quién le puede asegurar que así sucedió exactamente?

La idea de la memoria como fiel reflejo de lo sucedido está obsoleta. Somos conscientes de que olvidamos muchas cosas, pero generalmente asumimos que lo que recordamos es correcto. Nada más lejos de la realidad. Muchos de nuestros recuerdos son falsos o han sido modificados con el tiempo, influidos por nuestras vivencias, posteriores relatos de los hechos y, más que nada, por el deseo de que hubieran transcurrido de una forma determinada. Cuando vemos dos personas defendiendo versiones diferentes sobre una misma situación pasada, no es necesariamente que uno mienta, sino que sus memorias les traicionan hasta convencerles de que eso ocurrió como querían que ocurriera.

En Estados Unidos se han empezado a replantear casos legales cuyos veredictos se basaron en el testimonio de testigos oculares. Se ha demostrado que las víctimas, familiares indignados y testigos influenciados —sobre todo en situaciones violentas, de shock o con una carga emocional fuerte— exageran lo ocurrido y dan versiones de la realidad que no coinciden con otras pruebas más fidedignas.

Pero los engaños de la memoria van más lejos. A veces incluso confundimos hechos imaginados con reales. El neurólogo Oliver Sacks explica que cuando era pequeño, durante la II Guerra Mundial, cayeron dos bombas en su jardín. Años más tarde, mientras recordaba las dos explosiones con su hermano mayor, éste le dijo: «Pero tú no viste caer la segunda bomba», a lo que Sacks respondió: «¡Claro que sí! ¡Tengo la imagen grabada en mi mente!». Su hermano replicó: «No. Tú y yo estábamos dentro de casa cuando cayó la segunda bomba. Fue nuestro hermano pequeño el que la vio y vino enseguida a contárnoslo. Recuerdo que a ti te impresionó mucho». Oliver Sacks había reproducido esas imágenes en su cerebro y las guardó como si hubieran sido un hecho real. Lo mismo ocurre con personas que tienen alucinaciones, apariciones de seres o experiencias sobrenaturales. Como dice el neurocientífico Rodolfo Llinás, se activan las mismas áreas cerebrales al imaginar una manzana que al verla, e incluso asegura que algunos fragmentos de sueños se pueden incorporar a nuestra memoria como si fueran recuerdos de la vida real.

Pero hay algo que el cerebro sí se encarga de guardar con cierto rigor: las emociones que acompañan nuestras experiencias. No importa recordar qué comimos en un restaurante determinado —de hecho, lo olvidamos fácilmente—, pero cuando alguien nos pregunta si nos gustó, enseguida recordamos si era mediocre o malo, porque ésa es la información realmente útil para sobrevivir, el detalle específico de lo que comimos es indiferente. Lo mismo pasa con la relaciones personales: tenemos un grato recuerdo de un amigo, sin necesidad de una justificación racional. La brújula que en última instancia guía nuestras vidas y nos conduce a repetir una acción o evitarla es recordar si fue placentera o desagradable. Los humanos somos seres más emocionales que racionales.

Obsesiones cerebrales

Los engaños de los sentidos son quizá los que con menos reparo aceptamos. Todos hemos observado aquellas típicas imágenes de líneas que no parecen paralelas, pero en realidad sí los son, o figuras más o menos oscuras en función del fondo sobre el que estén. Incluso la Luna nos parece más grande y cercana cuando se encuentra en el horizonte, cerca de alguna referencia terrestre, que cuando está perdida en medio del cielo nocturno. Pero más allá de estas ilusiones ópticas, existen disfunciones en la percepción de la realidad mucho más sorprendentes. Una de las más chocantes es la llamada «visión ciega».

La padecen pacientes que, tras una lesión en el cerebro, han perdido una parte de su campo visual. Lo increíble es que si en esa zona se sitúa un objeto o punto de luz y se les fuerza a señalarlo, aunque repliquen que no ven nada, levantan el brazo y aciertan. Sus ojos sí que ven, lo que han perdido es la conciencia de ver.

Otro caso curioso es el síndrome de Capgras, en el que se rompen las conexiones entre el córtex visual y la zona del cerebro responsable de las emociones. Los afectados no pueden asociar emociones a imágenes y, por ejemplo, cuando se les muestra a sus padres los niegan y aseguran que se trata de impostores. Al no experimentar ninguna sensación de apego hacia ellos, deducen que se trata de otras personas físicamente muy parecidas.

La anasognosia es otra enfermedad todavía más pasmosa, ya que la negación se efectúa sobre uno mismo. Son pacientes que sufren una parálisis, pero durante un tiempo no la reconocen como tal. Son capaces de estar inválidos y asegurar que pueden caminar. O tener un brazo paralizado y negarlo. Si se les pide que hagan el nudo de su corbata, lo intentarán sin éxito, pero creyendo que están utilizando las dos manos. En realidad no están intentado engañarnos, es su propio cerebro el que les engaña a ellos.

Parecen casos absurdos, pero son reales y contrastados por muchos neurólogos. Quizás el que ha descrito estos trastornos de forma más divulgativa sea Oliver Sacks en su libro El hombre que confundió a su mujer con un sombrero. Allí describe cómo un paciente, después de un accidente, se cayó de la cama al intentar tirar su propia pierna porque estaba plenamente convencido de que no era suya. O el caso que da título a su libro: se trataba de otro paciente que percibía correctamente las formas, colores, texturas, pero no era capaz de relacionarlos en conjunto para darles un sentido global. Confundía objetos con formas parecidas, hasta que un día, justamente al salir de la consulta del médico, llegó a coger a su mujer de la cabeza confundiéndola con un sombrero.

Todos estos inverosímiles trastornos, lesiones y engaños cerebrales son para los neurólogos una herramienta muy útil con la que intentar ahondar en el conocimiento del cerebro, entender sus funciones y descifrar su naturaleza. Una tarea con un profundo impacto que se escapa del campo de la ciencia y penetra en el de las humanidades y filosofía. Llevamos miles de años haciéndonos preguntas sobre la mente humana, el origen de la conciencia, el libre albedrío, pero es desde hace poco que los neurocientíficos puede contribuir con sus investigaciones a abordar las respuestas.

Fuente: www.algarabia.com
http://radiocontempo.wordpress.com

EL TRASTORNO OBSESIVO-COMPULSIVO: ¿UN TRASTORNO UNITARIO?


Gemma García-Soriano1, 2, Amparo Belloch1 y Carmen Morillo3
1Universidad de Valencia; 2 Universitat Jaume I (Castellón); 3Departamento de Salud nº 5. Agencia Valenciana de Salud, Valencia

El trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) se caracteriza por la ocurrencia repetida de obsesiones y/o compulsiones que consumen al menos una hora al día, si bien en la práctica, la interferencia y el malestar que genera supera con creces ese tiempo. Aunque desde los inicios de su caracterización se ha considerado como un trastorno unitario, en la práctica clínica se observan grandes diferencias tanto en la forma como en el contenido de los síntomas a través de los cuales se manifiesta en los distintos pacientes. Estas diferencias se traducen, entre otras cosas, en la respuesta a los tratamientos disponibles, en el malestar y la interferencia cotidianos que genera, o en las elevadas tasas de comorbilidad con otros trastornos y, especialmente, con los depresivos. Esta complejidad es cada día más patente en la investigación y en la práctica clínicas, y es por ello que se está dedicando un esfuerzo creciente al estudio de la misma.




El desarrollo de un sistema de subtipos o modalidades de TOC sencillo, fiable, válido, comprensible y significativo, no sólo proporcionaría una descripción más exacta y definida de la psicopatología del trastorno, sino que podría tener además importantes repercusiones tanto para comprender su etiopatogenia (p. ej., búsqueda de causas comunes para la explicación del trastorno, junto a otras más específicas para el desarrollo de una modalidad concreta), como de evaluación y diagnóstico (p. ej., mejores herramientas de evaluación, cribado, diagnóstico precoz, etc.), y terapéutico (p. ej., desarrollo de protocolos de tratamiento específicos y más eficaces.

El acercamiento a la heterogeneidad del TOC se ha realizado a nivel tanto teórico como empírico, y empleando criterios muy diversos (edad de inicio del trastorno, gravedad de los síntomas, etc.). No obstante, la aproximación que hasta la fecha ha resultado más fructífera ha sido la que se ha centrado en los contenidos de las obsesiones y en los de las compulsiones, si bien éstas se supone que están funcionalmente vinculadas a las primeras. A nivel teórico, una de las clasificaciones más utilizadas es la que divide a los pacientes TOC en función de la presencia o ausencia de compulsiones observables (p. ej., rituales de limpieza): "obsesivos con compulsiones manifiestas" y "obsesivos puros". Sin embargo, esta clasificación ha inducido a asimilar cualquier estrategia de afrontamiento de las obsesiones con una modalidad de ellas: la compulsión, que a su vez se asocia a rituales más o menos estables y complejos. Esta identificación no se corresponde con la realidad clínica, puesto que ni todos los pacientes desarrollan rituales, ni éstos son siempre manifiestos u observables.

A nivel empírico, los diferentes trabajos utilizan listados de síntomas evaluados por medio de autoinformes para estudiar las diferentes manifestaciones del TOC. Para ello, se han desarrollado tanto instrumentos de síntomas obsesivo-compulsivos, como de pensamientos intrusivos-obsesivos análogos a las obsesiones (PIO), y se ha empleado tanto población clínica TOC como no clínica. El estudio de los PIO en población general se ha basado únicamente sobre intrusiones obsesivas, excluyendo así a las compulsiones.

Dentro de este enfoque, y empleando el Inventario de Intrusiones Obsesivas Revisado de Purdon y Clark (1993, 1994), Lee y Kwon (2003) han obtenido una estructura de dos factores a partir de la cual han desarrollado un modelo teórico sobre los PIO que extrapolan a las obsesiones clínicas y que, por el momento, cuenta con un aval empírico escaso. Este modelo recuerda a la distinción clásica de obsesiones con y sin compulsiones, pero intenta ir más allá de la mera presencia o ausencia de compulsiones: centrándose en la importancia de los contenidos obsesivos, plantean una explicación sobre los posibles factores cognitivo-conductuales implicados en el desarrollo de los dos tipos de obsesiones a los que denominan "autógenas" y "reactivas".

Hemos realizado varios trabajos sobre este tema mediante un instrumento de diseño propio, el Inventario de Pensamientos Intrusos Obsesivos (INPIOs) (Belloch et al., 2004; Morillo, Belloch, y García-Soriano, 2007). Nuestros datos indican que los diversos contenidos de PIO se agrupan en 6 factores de primer orden: agresivos; sexuales, religiosos, repugnantes, existenciales, y conductas socialmente inadecuadas; simetría y orden; dudas y comprobación; limpieza y contaminación; y superstición. Estos factores se engloban a su vez en una estructura superior de dos factores: en el primero se incluyen los PIO de los factores 1 y 2, y en el segundo los de los 4 restantes. Otros estudios se han centrado en población clínica con TOC y han analizado la presencia tanto de síntomas obsesivos como compulsivos mediante la lista de síntomas de la Escala Yale-Brown de Obsesiones y Compulsiones. Aunque no existe consenso entre los diferentes trabajos, se constata en general la presencia de cinco conjuntos de contenidos obsesivos, de los que tres suelen aparecer con claridad: contaminación/limpieza; simetría/orden; obsesiones religiosas y sexuales. Junto a ellos aparecen otros dos, ya sea como factores únicos o asociados a los anteriores: acumulación, y agresión/ comprobación.

En términos comparativos, por tanto, hay al menos cuatro contenidos de PIO y Obsesiones que surgen de forma consistente, tanto cuando se examina población general como personas con TOC: agresión; sexo/religión; simetría/orden; limpieza/contaminación. En nuestra opinión, el modelo derivado a partir del INPIOs resulta muy interesante y clínicamente significativo porque permite aunar el modelo bifactorial derivado del estudio de los PIO normales, con los multifactoriales obtenidos mediante listados de síntomas obsesivo-compulsivos en población clínica. En todo caso, y aunque el estudio de la heterogeneidad del TOC está todavía en sus inicios, los datos disponibles muestran que el TOC es una psicopatología mucho más compleja y heterogénea de lo que cabía esperar hace tan sólo un par de décadas, lo que indica la necesidad de su investigación dadas las más que probables repercusiones que ello tiene en su comprensión y, como consecuencia, en su diagnóstico y tratamiento adecuados.

Referencias

El estudio original en el que se basa este artículo puede encontrarse en:
García-Soriano, G., Belloch, A. y Morillo, C. (2008). Sobre la heterogeneidad del trastorno obsesivo-compulsivo: una revisión. Revista de Psicopatología y Psicología Clínica, 13, 65-84.

Etiopatogenia del Trastorno Obsesivo Compulsivo


Etiopatogenia del Trastorno Obsesivo Compulsivo



Rafael O. Johnson R

22 marzo 2007



Objetivo


Introduccion.
El problema del TOC y los trastorno de ansiedad.
Neurotransmisores-Neuropéptidos.
Neuroanatomía.






Introducción


Etiología desconocida.
Puede considerarse como el resultado de una disfunción del circuito lóbulo frontal-sistema límbico-ganglios basales, que implica una disregulación en el sistema de neurotransmisores y neuropéptidos y donde juega un rol importante la vulnerabilidd génetica.
Hollander Z. APA Press 2003




Introducción II


El concepto general del TOC, sintetiza una serie de factores de patología orgánica, clínica y psicològica que constituye un paradigma de difícil comprobación.

El concepto semiológico incluye una heterogeneidad que va más allá de la tríada clásica de obsesiones, compulsiones y dudas.

La diversidad sintomática sugiere un territorio anatómico amplio.

Yaryura-Tobías JA y cols. J. Anxiety Disorders 2000



El problema del TOC y los trastornos de ansiedad.


Presenta comienzo más precoz que los t. ansiedad.
Presenta una evolucion distinta.
Presenta pronóstico más pobre que cualquiera de los t. de ansiedad.
Requiere tratamientos mucho más complejos y más cruentos.
Presenta con frecuencia carga familiar.
Presenta compromiso neurobiológico mucho más complejo.




Neurotransmisores





La evidencia de alteraciones serotoninérgicas a nivel del SNC (los receptores 5-HT1A, 5-HT1D, 5-HT4 juegan un importante rol en la patogénesis del trastorno), la disfunción de las vías tálamo-orbitostriatales y la participación de factores traumáticos o infecciosos en algunos casos (Liebowitz, 1997).

La disregulación serotoninérgica ha sido considerada como la principal causa del TOC en base a estudios farmacológicos (con Clomipramina) y a los elevados niveles de 5-HIAA en LCR (Thoren et al., 1980 ; Hollander Z. et al., 1987).



Serotonina I






Serotonina II


La hipótesis neuroquímica del TOC propone un déficit serotoninérgico con la participación de otros neurotransmisores.


Desorden neuroconductual que involucra una disregulación entre los circuitos corticales y subcorticales. March R. JCP 2000.


Con el tratamiento crónico se ha comprobado disminución de la sensibilidad de los receptores postsinápticos serotoninérgicos a nivel de corteza, con aumento de su sensibilidad a nivel hipotalámico.


Agonistas serotoninergicos agravan los síntomas probablemente por hiposensibilidad del receptor 5-HT1A.


En el TOC existe una hiposensibilidad neuroendocrina asociada a una hipersensibilidad conductual.


En el TOC existe una hiperrespuesta al stress que puede relacionarse con la disminución de la actividad serotoninérgica.






Dopamina


Su estudio parte de la observación de la inducción de estereotipias.
Sustancias estimuladoras de la liberación de dopamina pueden desarrollar conductas repetitivas y complejas.
Algunas enfermedades neurológicas que involucran a los ganglios basales y a las vías dopaminérgicas suelen acompañarse de síntomas obsesivos-compulsivos.






El transportador de Dopamina humano DAT es un miembro de la familia de los transportadores dependientes de Na+ CL- y modula la captación sináptica de la Dopamina en la neurona dopaminérgica a través de un mecanismo electrogénico acoplado a las variantes de Na+ y CL- .


La Dopamina y bloqueadores característicos de la recaptura presináptica, se unen tanto a dominios iguales como distintos del transportador, lo que es fuertemente influenciado por la presencia de cationes en el medio.


Baldwin R. Arch. Neurology 2003


Dopamina II







Acido Glútamico


Neouronas glutamatérgicas inervan tanto la corteza frontal como los ganglios basales, ambas regiones estrechamente involucradas en el TOC.
Se ha descrito el hipertono glutamatérgico en el TOC y su nomalización con el uso de los ISRS. Muller K. Biol. Psych. 2004.
Se considera que a mayor actividad glutamatérgica, mayor será la severidad de los síntomas.










Noradrenalina


Es probable que en el TOC exista una hipoadrenergia debido a una hiposensibilidad de receptores adrenérgicos centrales.
Mejoría transitoria de los síntomas primarios y de la ansiedad después de la administración de clonidina iv. En pacientes con TOC. Hollander Z. 2000 JCP






Acetilcolina


Se ha descrito una hiperrespuesta de la GH a la estimulación con agonista colinérgicos, lo que refleja una hipersensibilidad del sistema colinérgico en el TOC.






Neuropéptidos


Oxitocina: su administración empeora la memoria de consolidación y de recuperación y facilita la extinción de una respuesta de evitación activa, disminuyendo la conducta de evitación pasiva.
Vasopresina: diabetes insípida se acompaña de síntomas TOC.
CRH: estudios han reportado un aumento en los niveles de CRH en LCR de niños y de adultos con TOC; disminución de la actividad serotoninérgica provoca hipercortisolemia.
Somatostatina.
Dinorfina A.






Es indudable que en los próximos años se desarrollará más la investigación en este campo, con implicación de receptores específicos, segundos mensajeros, relacion entre diversos sistemas de neurotransmisión y correlación de los datos neuroquímicos con aspectos clínicos concretos y subtipos de obsesivos. Especialmente interesante es la comprensión de los mecanismos neuroquímicos que subyacen en la respuesta a los tratamientos antiobsesivos en los TOC, campo todavía virgen, pero que empieza a suscitar interés (Blier y de Montigny, 2001).







Neuroanatomía


“ Si uno revisa casos de neurosis obsesivas encuentra síntomas que son idénticos a los de encefalitis crónica”
Schilder E. 1938







Neuroanatomía


Se ha constatado el aumento de la actividad en la zona órbito-frontal, el cíngulo anterior y el neoestriado.
Las bases neuroanatómicas del TOC se pueden sintetizar en dos modelos:
1) Propuesto por Rapoport-Wise; (parte ant. del cíngulo, corteza orbito-frontal y areas corticales)

2) Propuesto Insel; ( circuito cortico-estriado-tálamo-cortical. La corteza orbito-frontal y la circunvolución del cíngulo)







Neuroanatomía y sintomatología


1)Estriado bilateral-corteza parietal derecha.
2)Estriado derecho, giro temporal e ínsula temporal izquierda.
3)Corteza bilateral cingulada y con la corteza orbitofrontal, corteza dorsolateral derecha, giro cingular y el temporal superior izquierdo.


1)Obsesiones religiosas, agresivas, sexuales y de verificación.
2)Simetría, orden, arreglo, rituales de repetición y compulsión.
3)Contaminación, limpieza y lavado.



Rauch SL y cols. CNS Spectrum 2002







GRACIAS
raf.johnson@codetel.net.do
raf.johnson@gmail.com

¿Por qué es obsesivo por la limpieza?


http://www.rionegro.com.ar/arch200201/s04g56.html

¿Por qué es obsesivo por la limpieza?

La culpa la tiene un gen. Hay personas que se lavan las manos hasta sangrar.
¿Piensa que su hijo adolescente pasa demasiado tiempo en el baño? Pues esto podría deberse a sus genes y esta manera de asearse podría realmente ser una conducta importante de sobrevivencia.
Científicos expresaron que habían hallado un grupo de genes que, cuando se desorganizan, hacen que los ratones se laman para asearse a tal punto que se quedan sin pelo.
Mario Capecchi, de la Escuela de Medicina de la Universidad de Utah, que colaboró en el estudio, dijo que las personas tienen el mismo grupo de genes y también podrían presentar una conducta de aseo excesivo. En este caso, la realización de estudios más profundos podrían ayudar a explicar el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC).
"Las personas con el trastorno obsesivo-compulsivo pueden pasar mucho tiempo lavándose las manos, hasta el punto de llegar a sangrar", dijo Capecchi en una entrevista telefónica.
Esa sólo es una manifestación del trastorno, que puede causar diversos tipos de conducta. Pero es lo suficientemente similar a lo que hacen los ratones. Capecchi cree que hay un vínculo. "En términos genéticos, somos similares en el 99%" a los ratones, dijo el genetista.
"Ahora lo que tenemos que hacer es ir a las poblaciones que padecen el trastorno obsesivo-compulsivo y comenzar a estudiar su ADN para ver si este gen en particular está afectado", añadió.
Los estudios con gemelos revelaron que el trastorno tiene una base genética, los mellizos idénticos tienen más probabilidades de desarrollarlo si su hermano gemelo lo padece, expresó Capecchi.
Su equipo examinó un grupo de genes, específicamente uno llamado Hoxb8. Estos genes son muy importantes en el desarrollo y son muy parecidos en todos los mamíferos. "Es un gen muy básico", dijo Capecchi.
"Es importante durante la primera parte de la vida. Participa en la formación de partes del cerebro, todos los huesos del cuerpo y los órganos", informó.
¿Cómo podría entonces influir sobre la conducta?
"Lo que estamos hallando es que los genes normalmente no tienen un solo papel. Tienen múltiples papeles", comentó Capecchi. "Este complejo integral puede estar muy presente en el adulto".
El científico dijo que tendría sentido que los mamíferos compartieran el gen del aseo. Hasta las moscas de la fruta se acicalan. "Con frecuencia lo subestimamos, pero en términos de sobrevivencia el aseo es realmente importante". (Reuters)

¿Qué es el Trastorno obsesivo-compulsivo (TOC)?


Trastorno Obsesivo-Compulsivo
fuente:http://www.eutox.com
¿Qué es el Trastorno obsesivo-compulsivo (TOC)?



Una obsesión es un pensamiento, sentimiento, sensación o idea fijos y recurrentes, mientras que una compulsión es un patrón de comportamiento recurrente y consciente que una persona se siente impulsado a realizar.

Este comportamiento puede ser una acción física o un acto mental, siendo el propósito del acto compulsivo intentar disminuir la ansiedad asociada con la obsesión, aunque no siempre se consigue.

El TOC, con frecuencia se describe como “la enfermedad de la duda”. Los que lo sufren tienen “dudas patológicas” porque ni pueden distinguir entre lo que es posible, lo que es probable y lo que no es probable que suceda.



¿Cómo afecta este trastorno según la edad, sexo y raza?



- La prevalencia en la población general es del 2 – 3%, alcanzando el 10% en la población psiquiátrica.
- El TOC es el cuarto diagnóstico psiquiátrico en cuanto a frecuencia, por detrás de : fobias, trastornos relacionados con sustancias y TDM.
- La probabilidad de sufrir es trastorno es igual en hombres que en mujeres adultos, pero en la adolescencia, afecta ligeramente más a los hombres.
- La edad de comienzo es alrededor de los 20 años; un par de años antes en los hombres y posterior en las mujeres.
- Afecta con más frecuencia a personas solteras que casadas.
- Menos frecuente en la raza negra que en la blanca, aunque puede estar influenciado por la accesibilidad a los servicios sanitarios.



¿Cuáles son las patologías psiquiátricas que se asocian con mayor frecuencia a un TOC?



- TDM. 67%
- Fobia social. 25%
- Otros: - T. Inducidos por el alcohol
- Fobias específicas
- T. de angustia
- T. de la conducta alimentaria

Algunos trabajos relacionan las personalidades obsesivas con el TOC ( 50 – 80%), pero otros más recientes se cuestionan esta relación, incluso la descartan.



¿Cómo influyen los factores biológicos en la aparición del TOC?



La causa real de los TOC se desconoce, sin embargo, existen diferentes teorías multifactoriales.

- 4 aspectos fisiopatológicos:

- Alteración en el procesamiento de la información.
- Alteración en los mecanismos de excitación-inhibición centrales.
- Patología frontal y de conexión con ganglios basales.
- Alteraciones bioquímicas.



Neurotrasmisores: Alteración en el sistema serotoninérgico, noradrenérgico y dopaminérgico.

Estudios por imágenes del cerebro: Han aportado datos que sugieren alteración funcional de los circuitos neurológicos entre la corteza frontoorbitaria, el caudado y el tálamo.

Genética: Se confirma un componente genético. Aparece este trastorno en el 35% de la población con este diagnóstico en familiares de primer grado.



Hipótesis de los factores conductuales en la aparición de los TOC.



Según los teóricos del aprendizaje, las OBSESIONES son estímulos condicionados y las COMPULSIONES estrategias activas de evitación.


- Modelo de DOLLARD y MILLER. Los efectos ansiolíticos de un determinado acto se aprenden en la infancia a través de la educación social.
- RACHMAN y EYSENCK como resultado del condicionamiento clásico + respuesta de evitación.
- Teoría de los sistemas de control

Factores cognitivos:

- Intolerancia a la ambigüedad e incertidumbre
- Dificultad en la toma de decisiones
- Pensamiento catastrofista
- Hipersensibilidad a circunstancias aversivas



¿Qué factores psicosociales afectan en la aparición de los TOC?



- Factores educativos. rigidez e inflexibilidad en ciertos valores.
- Factores de personalidad
- F. psicodinámicos. aparición de aislamiento y anulación como mecanismos de defensa.



¿Cuáles son los síntomas del TOC?



Pensamientos obsesivos:

- Carácter insólito, intrusivo y parásito
- Reconocido como propio y con conciencia de enfermedad
- Reiterativo y persistente
- Con contenido negativo
- Resistencia al fenómeno, que genera ansiedad
- Interfiere en la vida

Según la forma:

- Impulsos obsesivos
- Imágenes o representaciones obsesivas
- Temores obsesivos
- Ideas obsesivas
- Dudas obsesiva

Según temas:

- Contaminación
- Duda
- Somático
- Necesidad de simetría
- Agresivos
- Sexuales
- Religiosos

Las compulsiones suelen ser secundarios a los pensamientos obsesivos. Sólo el 20 - 30% tiene obsesiones sin compulsiones.

Existen cuatro síndromes básicos:

- Contaminación (50%). contaminación – lavado.
- Dudas (25%). dudas – comprobación.
- Pensamientos intrusivos (15%). sin compulsión ni consecuencias internas aparentes.
- Simetría (10%). puede llevar a una lentitud obsesiva primaria.



¿Cuáles son las expectativas (pronóstico) y el curso de un TOC?



Inicio. Edad media de inicio 20. Los primeros síntomas aparecen antes de los 25 años en el 66% de los casos y después de los 35 en el 15% de los pacientes. Se calcula que en el 50 – 70% de los casos puede existir factor estresante desencadenante.

Curso. Es una enfermedad crónica, y aunque en algunos pacientes puede ser fluctuante, es rara la existencia de periodos completamente libres de síntomas.

Pronóstico. Mejoría notable en el 20 – 30%
Mejoría moderada 40 50%
Empeoramiento 20 40%
El 33% de los pacientes también presentan TDM, con el riesgo de suicidio que ello conlleva.
El contenido de las obsesiones no parece estar relacionado con el pronóstico.

Científicos argentinos descubren cómo bloquear los recuerdos


Científicos argentinos descubren cómo bloquear los recuerdos
EFE. 30.04.2008 - 19:42h Lograron manipular la proteína que interviene en la memoria.
Los recuerdos no se borran del cerebro, sino que no se expresan.
Sería muy útil para tratar fobias y casos de estrés postraumático.
Científicos argentinos han demostrado que es posible bloquear recuerdos asentados en la memoria, lo que abriría el camino para tratamientos de fobias o de estrés postraumático, informó este miércoles el diario bonaerense La Nación.
El trabajo, publicado en la revista The Journal of Neuroscience, descubrió a través de experimentos con ratones una proteína clave en los procesos cerebrales que se producen en la evocación de recuerdos.


Podría significar un paso enorme en los trastornos en que un recuerdo patológico altera la vida cotidiana del afectado
La inyección de inhibidores de esa proteína permite alterar la capacidad de retención de los recuerdos evocados. "Potencialmente podría ser aplicable a casos de fobias o a personas que sufren de estrés postraumático," explicó el doctor Arturo Romano, del Laboratorio de Neurobiología de la Memoria de la estatal Universidad de Buenos Aires (UBA).
"Esta proteína regula la expresión de genes necesaria para almacenar la memoria a largo plazo. Pero si se inyecta en el cerebro un inhibidor de este mecanismo después de que el recuerdo fue evocado, se afecta la retención," agregó Romano.

Aunque aún falta probar si estas investigaciones pueden ser aplicadas en seres humanos, el investigador Carlos Baratti aclaró que "la memoria no es borrada del cerebro, sino que no se expresa."

"Esto podría significar un paso enorme en algunos trastornos en que un recuerdo patológico altera la vida cotidiana del afectado", agregó Baratti, director del Laboratorio de Neurofarmacología de Procesos de Memoria de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la UBA.


Un innovador estudio ha demostrado que intensivo cognitivo-conductual puede cambiar la actividad en ciertas áreas del cerebro. El descubrimiento podría tener importantes implicaciones clínicas hablar sobre cómo mejorar las terapias la función cerebral y promover la salud mental. Los investigadores descubrieron cambios significativos en la actividad en determinadas regiones del cerebro puede producirse con tan sólo cuatro semanas de terapia diaria en pacientes con trastorno obsesivo-compulsivo (OCD). Los resultados se publican en la revista Molecular Psiquiatría. Los resultados se publicano en la revista Molecular Psiquiatría.


"El estudio es interesante porque nos dice más acerca de cómo cognitivo-conductual de terapia para el TOC obra y pone de manifiesto que tanto robusto clínica mejoras y los cambios en la actividad cerebral se producen después de sólo cuatro semanas de tratamiento intensivo", dijo Saxena.

TOC es un trastorno de ansiedad en los que una persona razonable temores o preocupaciones que tratan de gestionar a través de conductas compulsivas ritualiza para reducir la Ansiedad. Por ejemplo, un paciente puede experimentar la necesidad urgente de realizar ciertos rituales, como lavarse las manos repetidamente o comprobar que el horno está apagada o la puerta está bloqueada. repetidamente o

en el pasado utilizando los estudios de imagen cerebral de los pacientes con TOC han demostrado que la elevada actividad a lo largo de los circuitos subcorticales del cerebro disminuye en respuesta al tratamiento con inhibidores de serotonina reuptake (ISR), medicamentos o cognitivo-conductual.

Sin embargo, la mejoría clínica de síntomas de OCD se esperaba que requieren hasta 12 semanas de terapia conductual o tratamiento de la medicación, los tratamientos estándar para el TOC.

Sólo un puñado de estudios han examinado cómo la terapia afecta la función cerebral, y todos los estudios anteriores han examinado los cambios a lo largo de varios meses de tratamiento.

Saxena y colegas en la Escuela David Geffen de Medicina en UCLA hecho dos nuevos descubrimientos en su estudio de 10 pacientes con TOC y 12 sujetos control. Saxena y

"En primer lugar, descubrimos cambios significativos en la actividad cerebral únicamente como el resultado de cuatro semanas de intensas cognitivo-conductual", "En segundo lugar, estos cambios fueron diferentes a las observadas en los últimos estudios después de un estándar de 12 semanas enfoque terapéutico utilizando SRI medicamentos o terapia conductual semanal". "En Segundo lugar, Estos cambios fueron DIFERENTES a las observadas en los Últimos estudios después de un estándar de 12 semanas enfoque TERAPÉUTICO UTILIZANDO SRI medicamentos o terapia conductual Semanal. "

Los investigadores obtuvieron tomografía por emisión de positrones (PET) scans de los diez pacientes con TOC, tanto antes como después de que recibió cuatro semanas de una terapia conocida como "la exposición y prevención de respuesta," que gradualmente desensitizes pacientes a las cosas que provocan temores obsesivos o preocupaciones.

"Este es el principal tipo de terapia utilizada para el TOC. "Este es el principal tipo de terapia utilizada para el TOC. Se enseña a los pacientes a que presten atención a sus experiencias internas y tolerar los pensamientos de miedo, sin tener que actuar sobre ellos", dice Saxena.

"Ellos aprenden que nada de lo terrible que sucede en caso de que se abstengan de sus habituales conductas compulsivas".

Los sujetos durante el control no recibió ningún tratamiento y fueron escaneadas en dos ocasiones, además de varias semanas, y los cambios metabólicos en el cerebro se compararon entre los dos grupos. Los Sujetos normales de control no recibió tratamiento

Datos. Después de cuatro semanas de tratamiento y sin ningún tipo de cambios en la medicación, los pacientes con TOC mostraron mejoras significativas en los síntomas OCD, depresión, ansiedad y funcionamiento general.

El PET scans de pacientes con TOC demostrado descensos significativos en el metabolismo de la glucosa - una medida de la actividad de células del cerebro - a la derecha y la izquierda tálamo después del tratamiento.
después del tratamiento. Estas son áreas del cerebro involucradas en el TOC y donde los cambios se han visto en numerosos estudios anteriores después de más largo plazo del tratamiento.

Sin embargo, los escáneres PET en el presente estudio también mostró un aumento significativo de la actividad en una zona del cerebro llamado el derecho dorsal anterior cingulate cortex, una región que participan en la reevaluación y la represión de emociones negativas.

El aumento de actividad en esta región correspondió a la OCD de los pacientes mejora en los síntomas clínicos después de las cuatro semanas de terapia intensiva. El aumento de Actividad en esta región correspondió a la OCD de los pacientes mejora en los Síntomas CLÍNICOS después de las cuatro semanas de Terapia Intensiva.

La actividad en esta área ya había sido encontrado después de aumentar cognitivo-conductual para la depresión mayor. LA ACTIVIDAD en esta área ya había sido encontrado después de Agrandar cognitivo-conductual para la depresión mayor. Por lo tanto, los investigadores teorizan que la respuesta a cognitivo-conductual a través de una variedad de trastornos pueden requerir la activación de la dorsal anterior cingulate cortex, según Saxena. Por lo tanto, los Investigadores teorizan QUE LA RESPUESTA una cognitivo-conductual a través de una variedad de TRASTORNOS Pueden requerir la activación de la dorsal anterior cingulate cortex, según Saxena.

Investigadores malagueños estudian los trastornos obsesivos compulsivos entre los jóvenes


La Universidad de Málaga (UMA) ha iniciado un estudio de los tratamientos psicológicos eficaces en niños y adolescentes con el fin de profundizar en el conocimiento del trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) que arranca en la adolescencia o en los primeros años de la edad adulta y puede ocurrir en uno de cada 200 niños y adolescentes. Este proyecto dirigido por la investigadora Aurora Gavino, ha sido incentivado por la Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa con 139.287 euros.
En este sentido, la Junta de Andalucía indicó en un comunicado que, hasta el momento, no se conocen medidas preventivas que permitan reducir la incidencia de los trastornos de TOC en los niños. Sin embargo, la detección e intervención tempranas pueden reducir la gravedad de los síntomas, estimular el crecimiento y el desarrollo normal del niño, y mejorar la calidad de vida de los niños o adolescentes que tienen trastornos de ansiedad.
Estos trastornos se caracterizan por tener pensamientos o ideas que sólo desaparece realizando rituales o acciones repetitivas, un ejemplo es lavarse las manos repetidamente debido a que la sensación de suciedad persiste. Estas perturbaciones aparecen durante el estadio infantil o juvenil, normalmente como respuesta a la inseguridad. Debido a la corta edad de estos, no observan que su conducta no es correcta por lo que finalmente suele llegar hasta la edad adulta.
Estos rituales suelen afectar al ritmo de vida diaria de quien lo padece, en casos extremos estas conductas pueden ocupar más de una hora diaria. Las personas cercanas a quien lo padecen, suelen darse cuenta de su conducta y no llegan a entenderla, consiguiendo en algunos casos enfrentamientos entre ambas partes.
Así, durante el primer año, los investigadores se dedicarán a realizar pruebas en colegios e institutos malagueños, para así poder localizar menores afectados con este trastorno. Posteriormente, se analizará la existencia de una relación entre sexo, edad, y otras variables socio-demográficas.
Localizar jóvenes afectados
Posteriormente, se escogerán a los jóvenes que obtuvieron una mayor puntuación en los test y que, por tanto, sufrirán casos severos o extremos de estos trastornos. Con estos pacientes se intentará conocer las variables psicológicas que desencadenan los TOC. Se crearán grupos de tratamiento continuado de los cuales, algunos recibirán tratamiento farmacológico, su finalidad es evitar que estas perturbaciones se alarguen hasta la etapa adulta. Una vez realizadas estas intervenciones en los pacientes, se efectuará una evaluación post-tratamiento y seguimientos continuados durante un año.
Se darán a conocer de modo claro y sencillo los tratamientos que existen actualmente, de este modo los menores afectados serán conscientes de su situación y conocerán como obtener un resultado eficaz ante estos procedimientos. También informarán a familiares de los afectados y por consiguiente a la sociedad en general.
En la última etapa de la investigación, se creará una base de datos con los resultados obtenidos en este tipo de población, estos se comprarán con los obtenidos en la población adulta. Esta base de datos facilitará la realización de estadísticas que permitirán conocer el peso de variables como 'pensamiento-acción' o 'responsabilidad excesiva', basadas en el modelo teórico de Salkovskis.
Finalmente, todos los datos obtenidos durante la investigación se registrarán y divulgarán en manuales y publicaciones versadas sobre los tratamientos del TOC en la sociedad infantil y adolescente. Para conseguir una mayor difusión, los investigadores participarán en congresos donde revelarán los resultados obtenidos.

fuente:sur.es

DUDAS, MANIAS, RITUALES Y OBSESIONES



"Siento miedo de decir cosas horribles, de poder robar un banco, de haber hecho algo malo y no saberlo."

El trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) es un trastorno de ansiedad, caracterizado por la aparición de obsesiones (ideas intrusas) y compulsiones (comportamientos o actos) recurrentes.

Causa

De los estudios en familias se recogen cada vez mayores evidencias de que los factores etiológicos (causantes) responsables del TOC y del síndrome de La Tourette (tics vocales y motores) y de los tics crónicos múltiples (tics motores o vocales, pero no ambos) son los mismos. Los pacientes con antecedentes familiares de TOC inician el padecimiento a menos edad que aquellos sin antecedentes familiares.

De los estudios en gemelos se concluye que el TOC es un trastorno que se hereda, ya que la concordancia entre los gemelos monocigotos es mayor que los dicigotos.

Las últimas investigaciones avalan la hipótesis de que el TOC se produce por un funcionamiento anormal en ciertas áreas específicas del cerebro.

Curso

El TOC es un trastorno crónico, cuyos síntomas pueden fluctuar mejorando y empeorando periódicamente.

Cuando la persona que padece TOC recibe el tratamiento adecuado, es muy probable que llegue a una vida normal, en donde las obsesiones y compulsiones no tienen casi relevancia, o desaparecen por completo.

Tratamiento

En el momento actual, son dos las estrategias terapéuticas de eficacia demostrada en el abordaje del TOC:

-Farmacológica: fármacos inhibidores de la recaptación de serotonina.
-Psicológica: terapia cognitivo-conductual

Tratamiento farmacológico

El fármaco de elección en el tratamiento del TOC es la clomipramina, le siguen la fluvoxamina, fluoxetina, sertralina, paroxetina y citalopram.

Tratamiento psicológico

La terapia psicológica de eficacia demostrada científicamente en el tratamiento del TOC, es la cognitivo-conductual. El primer paso en esta terapia es una evaluación diagnóstica, a través de test, cuestionarios y entrevistas. Luego se arriba a un diagnóstico que significa decirle al paciente cuál es el nombre de lo que siente. La etapa diagnóstica es de suma importancia, ya que a partir de ella se traza el plan de tratamiento. Este último consiste en una jerarquía de temas a tratar con técnicas específicas, que al haber sido investigada su efectividad científicamente, se puede establecer un tiempo aproximado de tratamiento. Se utilizan los mismos test y cuestionarios del principio para evaluar la mejoría, y cuando ésta se consolida se le da de alta al paciente.

En cuanto a la terapia farmacológica, en el momento del diagnóstico, se evalua la gravedad, la incapacidad,y el grado de sufrimiento de la persona. De ser necesario se realiza una interconsulta con un psiquiatra para que la persona reciba medicación. El tratamiento farmacológico tiene dos ventajas: brinda alivio rápido a los síntomas y mejora la recepción del tratamiento psicológico. Las dosis y el tiempo de medicación están regulados por el avance en el tratamiento psicológico.

En los casos leves y moderados sólo es necesario un tratamiento psicológico: cognitivo-conducual; y en los casos graves ambos tratamientos los primeros meses y luego continuar con el tratamiento psicológico hasta el momento del alta.

Lo indispensable es que la persona que padece TOC reciba psicoeducación, que es información sobre el trastorno y aprenda a manejar su ansiedad con técnicas de respiración y de relajación y a controlar sus pensamientos con técnicas cognitivas.

ultimos avances medicos


Entre el entusiasmo y la cautela

La estimulación cerebral está en plena expansión. Es la nueva promesa. Pero los expertos se dividen aún entre el excesivo entusiasmo y la cautela. El neurocirujano de la Clínica de Cleveland (EE.UU.) Ali Rezai es uno de los más entregados. Para él, la estimulación con impulsos eléctricos del cerebro «ayudará a millones de personas. Los pacientes volverán al colegio, se casarán y reintegrarán en la sociead y dejarán de estar aislados por su enfermedad», declaraba recientemente a la revista «New Scientist». Otros expertos prefieren ser más cautos. El doctor Schlaepfer, uno de los médicos que ha ensayado la técnica con pacientes con depresiones severas, es consciente de que «no es la panacea, pero ahora tenemos algo que ofrecer a enfermos que no habían mejorado con elt ratamiento disponible.

La técnica de momento debe sortear numerosos obstáculos. Uno de ellos es encontrar la zona del cerebro que debe estimularse en cada trastorno y poner límites a sus posibilidades terapéuticas. Probablemente no sirva para todos los problemas con los que hoy se sueña tratar. Por ejemplo, la adicción a las drogas-en China se ensaya con adictos a la heroína- o el tratamiento de la anorexia. En España, el neurocirujano Jorge Guridi cree en su aplicación para los casos más severos de depresión y trastorno obsesivo compulsivo. Ve «más futurible» su utilización en otros campos como la anorexia nerviosa, el ictus o la adicción a drogas. El neurólogo de la Clínica Universitaria de Navarra José Obeso, con amplia experiencia en la utilización de esta técnica en párkinson, también prefiere ser cauto. «No hay que caer en el excesivo entusiasmo. Aún queda un largo camino por recorrer y por investigar».