Investigadores malagueños estudian los trastornos obsesivos compulsivos entre los jóvenes


La Universidad de Málaga (UMA) ha iniciado un estudio de los tratamientos psicológicos eficaces en niños y adolescentes con el fin de profundizar en el conocimiento del trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) que arranca en la adolescencia o en los primeros años de la edad adulta y puede ocurrir en uno de cada 200 niños y adolescentes. Este proyecto dirigido por la investigadora Aurora Gavino, ha sido incentivado por la Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa con 139.287 euros.
En este sentido, la Junta de Andalucía indicó en un comunicado que, hasta el momento, no se conocen medidas preventivas que permitan reducir la incidencia de los trastornos de TOC en los niños. Sin embargo, la detección e intervención tempranas pueden reducir la gravedad de los síntomas, estimular el crecimiento y el desarrollo normal del niño, y mejorar la calidad de vida de los niños o adolescentes que tienen trastornos de ansiedad.
Estos trastornos se caracterizan por tener pensamientos o ideas que sólo desaparece realizando rituales o acciones repetitivas, un ejemplo es lavarse las manos repetidamente debido a que la sensación de suciedad persiste. Estas perturbaciones aparecen durante el estadio infantil o juvenil, normalmente como respuesta a la inseguridad. Debido a la corta edad de estos, no observan que su conducta no es correcta por lo que finalmente suele llegar hasta la edad adulta.
Estos rituales suelen afectar al ritmo de vida diaria de quien lo padece, en casos extremos estas conductas pueden ocupar más de una hora diaria. Las personas cercanas a quien lo padecen, suelen darse cuenta de su conducta y no llegan a entenderla, consiguiendo en algunos casos enfrentamientos entre ambas partes.
Así, durante el primer año, los investigadores se dedicarán a realizar pruebas en colegios e institutos malagueños, para así poder localizar menores afectados con este trastorno. Posteriormente, se analizará la existencia de una relación entre sexo, edad, y otras variables socio-demográficas.
Localizar jóvenes afectados
Posteriormente, se escogerán a los jóvenes que obtuvieron una mayor puntuación en los test y que, por tanto, sufrirán casos severos o extremos de estos trastornos. Con estos pacientes se intentará conocer las variables psicológicas que desencadenan los TOC. Se crearán grupos de tratamiento continuado de los cuales, algunos recibirán tratamiento farmacológico, su finalidad es evitar que estas perturbaciones se alarguen hasta la etapa adulta. Una vez realizadas estas intervenciones en los pacientes, se efectuará una evaluación post-tratamiento y seguimientos continuados durante un año.
Se darán a conocer de modo claro y sencillo los tratamientos que existen actualmente, de este modo los menores afectados serán conscientes de su situación y conocerán como obtener un resultado eficaz ante estos procedimientos. También informarán a familiares de los afectados y por consiguiente a la sociedad en general.
En la última etapa de la investigación, se creará una base de datos con los resultados obtenidos en este tipo de población, estos se comprarán con los obtenidos en la población adulta. Esta base de datos facilitará la realización de estadísticas que permitirán conocer el peso de variables como 'pensamiento-acción' o 'responsabilidad excesiva', basadas en el modelo teórico de Salkovskis.
Finalmente, todos los datos obtenidos durante la investigación se registrarán y divulgarán en manuales y publicaciones versadas sobre los tratamientos del TOC en la sociedad infantil y adolescente. Para conseguir una mayor difusión, los investigadores participarán en congresos donde revelarán los resultados obtenidos.

fuente:sur.es