¿Piensas demasiado?


¿Te quedas enganchada después de una discusión sobre lo que dijiste mal o lo que podías haber dicho? ¿Te cuesta dormirte por las noches temiéndote lo peor tras un pequeño fallo en el trabajo o después de pasar por un control médico rutinario? ¿Crees que le das demasiadas vueltas a las cosas?

No eres la única y, de hecho, cada vez es más creciente el número de mujeres que piensan demasiado, impidiéndose a sí mismas el desarrollo de una vida satisfactoria.



En este informe te mostraremos cómo liberarte de ese exceso de pensamiento nocivo y te plantearemos estrategias para recuperar el control de tu vida.





El pensamiento excesivo nos agota.



Pensar está muy bien. Vivir una vida racional y positiva es lo mejor que nos puede ocurrir. Pero cuando nuestra mente se queda dándole vueltas a nuestros pensamientos inútilmente produciendo sentimientos negativos, se da lugar al "efecto levadura", tal como lo denomina Susan Nolen-Hoeksema en su libro "Mujeres que piensan demasiado" (Ed. Paidós).

Se trata de un pensamiento excesivo que tiene lugar a partir de una pequeña idea o problema, que pasa a generar más y más preguntas, nuevas relaciones de ideas (todas con el mismo denominador común, problemático y lleno de temores), generando otros pensamientos negativos que se expanden, crecen y acaban por apoderarse de todo el espacio de nuestras mentes.

El resultado es agotador. Lejos de encontrar repuestas o soluciones válidas acabamos en un callejón sin salida presas de sentimientos de victimismo ("no podré salir de ésta", "soy tan incapaz como siempre lo he sido"), ansiedad ("esto se acaba") y depresión ("mi vida no vale nada").











Pensamos demasiado cuando nos dejamos atrapar por torrentes de pensamientos y sentimientos negativos que nos abruman y que interrumpen nuestro funcionamiento diario y nuestro bienestar.











1. ¿Por qué es malo pensar demasiado?





Cuando el pensamiento es constructivo y creativo, y aporta soluciones, nunca es demasiado, ya que se detiene al final del proceso y se relaja inmerso en una sensación satisfactoria de "misión cumplida".

El pensamiento excesivo, por el contrario, resulta nocivo porque afecta a nuestra capacidad para obtener respuestas y soluciones a nuestros problemas, produce desmotivación y genera nuevos problemas, nos bloquea en una posición repetitiva que acaba alejando a nuestras amistades y familiares (que aun apoyándonos en un principio acaban siendo presas del mismo agotamiento impotente) y, finalmente, puede arruinar nuestra salud física y emocional. El pensamiento excesivo puede llegar a arruinar relaciones.

Según Nolen-Hoeksema, "la mujer tiene el doble de probabilidades que el hombre de caer en una depresión profunda o de sufrir ansiedad, y parece que una de las razones de que esto sea así es precisamente nuestra tendencia a pensar demasiado".













Efectos negativos del pensamiento excesivo.





- Te hace la vida más difícil. Las tensiones a las que te enfrentas te parecen mayores; resulta más difícil encontrar soluciones adecuadas y es más probable que tus reacciones sean más vehementes y de efectos contraproducentes.

- Perjudica tus relaciones. Puedes molestar a otras personas con tus reacciones desproporcionadas, pero además, incluso tus mejores amigas pueden acabar aburridas por la repetición incansable del mismo problema e impotentes ante tu falta de receptividad y actitud para solucionar decididamente el problema.

- Puede llegar a provocar trastornos físicos y mentales serios, como gastritis, dolores de cabeza, hipertensión, o bien depresión y ansiedad, así como el abuso de drogas como el alcohol, café o tabaco.











¿Eres de las que piensan demasiado?



Test para evaluar si piensas demasiado.





Cuando estás disgustada, triste, deprimida o nerviosa, ¿cómo sueles reaccionar?

Responde a las siguientes preguntas con las respuestas: "nunca", "casi nunca", "de vez en cuando", "a menudo", "casi siempre" o "siempre".

Presta atención a tus respuestas para que éstas definan honestamente lo que sueles hacer en esas situaciones de tristeza o disgusto, no lo que crees que deberías hacer.



1. Pienso en lo sola que me siento.
2. Pienso en que me siento cansada y dolorida.
3. Pienso en lo mucho que me cuesta concentrarme.
4. Pienso en que me encuentro sin energía y desmotivada.
5. Me culpabilizo o me doy pena porque no puedo ponerme en marcha y hacer algo positivo.
6. Le doy vueltas y más vueltas a una situación reciente con el deseo de que hubiera ido mejor.
7. Pienso en lo triste y angustiada que me siento.
8. Pienso en todos mis defectos, fracasos, culpas y errores.
9. Me siento impotente y culpable por no hacer nada.
10. Pienso: soy un fracaso, ¿por qué no sé llevar mejor mi vida?



Si has respondido "nunca" o "casi nunca" a todas ellas, o bien "de vez en cuando" solo a unas pocas: ¡Felicidades! Has desarrollado estrategias excelentes en tu propia lucha contra el pensamiento excesivo.

Si has respondido "a menudo", "casi siempre" o "siempre" a varias de las preguntas, puede que seas propensa a preocuparte por tus sentimientos y por tu vida en lugar de lidiar de un modo eficaz con tu vida mental y emocional.











¿Por qué le damos más vueltas a las cosas las mujeres?



Si bien es cierto que las mujeres sufrimos más las consecuencias del pensamiento excesivo (depresiones, ansiedad, preocupación excesiva), de momento, no hay pruebas de que la causa resida en algún rasgo biológico como las hormonas femeninas o la organización de nuestro cerebro.

Hoy por hoy, las investigaciones apuntan a causas de tipo social, cultural y psicológico.



1. Las mujeres piensan más porque tienen más cosas en que pensar. Las cargas demoledoras que acompañan al exceso de responsabilidades familiares, sociales, profesionales y personales, así como (paradójicamente) el menor poder social, político y económico hace que se establezcan tensiones crónicas que perpetúan un hábito de pensamiento y resolución de conflictos constante.
2. Las mujeres tienen más relaciones sociales y se implican más personalmente. Esto hace que estén permanentemente preocupadas (por sus parejas, sus hijos, sus padres, sus amigas) y angustiadas por las consecuencias que puede tener en sus relaciones el más insignificante de los cambios. Lo peor es que tienden a basar su autoestima y su bienestar en cómo funcionan sus relaciones y en lo que las demás personas piensen de ellas, haciendo que, a veces, y con la intención de contentar a otros, opten por hacer lo que no desean y tomar decisiones equivocadas en sus vidas.
3. El apoyo moral que buscan las mujeres en otras mujeres puede crear círculos viciosos de pensamiento excesivo y victimismo. El sentido de lealtad y empatía puede hacer que muchas mujeres se dejen arrastrar por el pensamiento excesivo-corrosivo de la amiga que necesita ser escuchada, evitando cuestionar su pensamiento y poner freno a su distorsión exagerada de las cosas por temor a que no se sienta comprendida o, más aún, a que se sienta traicionada.







El pensamiento excesivo crea estados de ánimo negativos que pueden teñir la calidad de tus pensamientos hasta tal punto que acabas teniendo una visión distorsionada de los hechos.

Lo peor de todo es que puedes tomar decisiones equivocadas basándote en esos pensamientos negativos.



Atención:

Cuando te veas presa del pensamiento excesivo, no tomes decisiones.

Déjalas para más tarde, cuando te sientas más relajada y con un pensamiento más global y positivo.






2. Pienso demasiado. ¿Cómo puedo liberarme de este hábito?



El primer paso hacia la liberación consiste en romper las ataduras: observar nuestros pensamientos y saber detectarlos cuando están empezando a rumiar demasiado y demasiadas cosas, de una manera inútil y cansina; nos desidentificamos con esos pensamientos, los definimos como algo malo para nosotras y decidimos pararlos para evitar que nos hundan.

El segundo paso consiste en arrastrarnos fuera del fango y situarnos en una distancia que nos permita ver las cosas una mayor claridad y perspectiva para poder tomar las decisiones adecuadas.

El tercer paso requiere atención y acción para evitar caer en las trampas que nuestro hábito de pensamiento excesivo nos guarda para el futuro -ya sea a los pocos minutos, con el regreso al mismo problema, o bien en cuanto surja el próximo conflicto.





Romper ataduras con el pensamiento excesivo.



Este primer paso consiste en concentrar todos nuestros esfuerzos en evitar los pensamientos contraproducentes, por muy arraigados que estén.



1. Comprender que el pensamiento excesivo es tu enemigo. Aunque en medio de tu secuestro mental y emocional te parezca percibir una cierta lucidez ("ahora me doy cuenta de que nunca me ha querido", "debo ser realista: nunca he realizado bien mi trabajo"), lo cierto es que en realidad se está reduciendo notablemente tu visión de modo que sólo eres capaz de ver las cosas negativas de tu vida. El pensamiento excesivo, repetitivo y absorbente no te proporciona visiones profundas, sino que en realidad te hace perder el control de tus pensamientos y sentimientos. Te miente y te seduce para que pienses y hagas cosas que no te benefician.
2. Tómate un respiro. ¿Te has encontrado de repente atrapada en ese pensamiento traicionero? Date un respiro, literal y metafóricamente. Respira profundamente -primer paso para la desconexión- y dedícate a otra cosa. Puedes distraerte haciendo cualquier cosa que te resulte agradable: dar un paseo, cocinar, salir a hacer la compra, leer un libro, jugar con tus hijos... Ayudar a otras personas resulta una distracción excelente que, además, da solidez a tus valores y sentido de utilidad a tu vida.
3. Muévete. La actividad física tiene ciertos efectos bioquímicos -como la segregación en el cerebro de sustancias químicas como la norepinefrina y la serotonina- que repercuten positivamente en el estado de ánimo y el modo de pensar.
4. Atención y firmeza. Presta atención y proponte parar el pensamiento de una manera contundente y asertiva. A veces te asalta el "mono loco" del pensamiento cuando estás en una situación de la que no puedes marcharte o distraerte. En cuanto detectes ese tipo de pensamiento circular y corrosivo muestra tu autoridad de una manera contundente, como lo harías con un niño pequeño que se está poniendo en peligro: "¡Basta ya!", "¡Para!" o cualquier otra expresión que surta efecto contigo misma. Tómatelo en serio.
5. No dejes que tus pensamientos te venzan. Recuerda que no eres tus pensamientos, y que tú llevas la vara de mando de tu vida. Tú puedes.
6. Anótalo en tu agenda. Cuando observes que tu pensamiento es circular, inútil y agotador, o simplemente que no es el momento para dedicarte a ello, haz un sitio en tu agenda para tratarlo en el momento oportuno, en las condiciones adecuadas. No se trata de ignorar o evadir problemas, sino de afrontarlos de una manera eficaz y en las mejores circunstancias.
7. Delega tus preocupaciones. Si no depende de ti, hazte un lado y deja los problemas en manos de quien dependa. Si depende de ti, ciertas actitudes espirituales como la esperanza o la confianza, y prácticas como la meditación pueden ayudarte a distanciarte de tus obsesiones.
8. Apóyate en otras personas. Hablar con amigas o personas de confianza puede ayudarte a organizar tus pensamientos y desenmascarar los temores infundados.
9. Escribe un diario. Anotar tus pensamientos te ayuda no sólo a organizarlos, sino a comprender más tarde tus errores de planteamiento, tus tendencias nocivas y tus miedos.
10. Descubre lo que te gusta y úsalo para cargarte de energía y alimentar tu autoestima. Busca actividades que te proporcionen emociones positivas: ve a darte un masaje o al gimnasio, escucha tu música preferida, ve al cine, sal a cenar con tu pareja o amigas.









­­­­­­­­­­­





Distráete y dale la espalda al pensamiento obsesivo.





Qué hacer.



Sal a pasear, haz ejercicio físico, lee un libro, escucha la música que te guste, ve al cine, dedícate a cualquiera de tus aficiones (como pintar, tocar el piano, hacer manualidades), pon orden en la casa, juega con tus hijos, ayúdales a hacer los deberes, sal de compras, haz trabajos voluntarios o ayuda a otras personas...



SURTEN MÁS EFECTO COMO DISTRACCIONES LAS ACTIVIDADES QUE REQUIEREN MUCHA CONCENTRACIÓN, Y EL EJERCICIO FÍSICO.





Qué no hacer.



En ningún caso recurras a la comida: no te des atracones o te pongas frente al televisor a comer helado o comida basura. La sensación de pérdida de control que te obsesiona se haría mucho más fuerte todavía, además de los efectos contraproducentes para tu salud.

No recurras al café como estimulante, porque hará aún más hiperactivo tu pensamiento loco.

No bebas alcohol para anestesiar el dolor. El alcohol actúa en el sistema nervioso central como un depresivo. Necesitas energía positiva, no más pérdida de control.













Más difícil todavía: parar el pensamiento en medio de la noche.



¡Atención! Si en mitad de la noche empiezas a cavilar durante más de quince minutos, no caigas en la trampa de pensar que dándole vueltas a los problemas los resolverás o los entenderás mejor, ni te convenzas a ti misma de que en un par de minutos conseguirás dormirte. Pensar en mitad de la noche casi siempre va acompañado de angustia y miedo. Por otra parte, si pierdes horas de sueño al día siguiente estarás cansada y con menos capacidad para concentrarte y afrontar las situaciones más conflictivas.



Levántate, ve a algún lugar tranquilo y haz algo que te distraiga. Cuando empieces a tener sueño, vuelve a la cama.

Te llevará menos tiempo y resultará más reparador que la ansiedad producida por el insomnio del pensamiento excesivo.











Recuperar la perspectiva.



Una vez frenado el hábito del pensamiento obsesivo, aún hay que resolver el problema. Es preciso colocarse en una posición mental que permita tener una cierta perspectiva del problema, para afrontarlo de manera eficaz.



1. Enfoca bien. Evita que tus miedos distorsionen tu visión. Interpreta las cosas de la manera más realista posible.
2. Reconoce tus emociones y sigue adelante. Acepta tu depresión, tristeza u otras emociones negativas, pero no dejes que saboteen tus planes. Sigue adelante con tu vida.
3. Simplifica. No siempre las causa de tus problemas son profundas y complicadas. Puedes estar de mal humor simplemente porque has dormido mal, estás cansada o incubas un catarro.
4. Deja de compararte con otras personas. En circunstancias diferentes las cosas son diferentes.
5. No esperes a que te rescaten. Toma las riendas de tu vida y cambia las cosas por ti misma.
6. Deja que fluyan las soluciones. Haz un repaso a todas las alternativas y elige las más adecuadas para ti.
7. Apunta más alto. Define lo que quieres y ve a por ello, a veces cuesta el mismo esfuerzo dirigirse a otros objetivos que consideramos "intermedios".
8. Basta con que hagas algo. Cuando tu objetivo requiere tiempo y paciencia, además de mucha energía -con la que no cuentas- basta con realizar una acción modesta que te dé confianza y te cargue las pilas.
9. Inténtalo. Aun no estando muy segura de que funcione, prueba esa solución que tienes al alcance de las manos. Nunca se sabe y no pierdes nada con intentarlo.
10. Rebaja tus expectativas cuando las cosas no dependen de ti. No sirve de nada sufrir por que las cosas no son como te gustaría que fueran. Son como son.
11. Comprende que las demás personas también tienen sus problemas y limitaciones, como tú. Hallarás más paz si no acumulas resentimientos y odios. A veces te hacen daño actitudes de otras personas que, simplemente, no han sabido hacerlo de otra manera.
12. Que no guíe tu vida las expectativas de otras personas. Identifica cuándo tu pensamiento obsesivo responde a la voz de otras personas, a las que les has dado poder para controlar tu vida. Y quítales ese poder.





Cómo evitar volver a caer en la trampa.



Enhorabuena. Por esta vez has conseguido silenciar la voz interior de la duda y la preocupación y has podido resolver el problema satisfactoriamente. Pero un día, sucede algo (un conflicto con una amiga, una crítica en el trabajo) y es como un resorte que te devuelve a las arenas movedizas del pensamiento excesivo. ¿Cómo controlarlo?



1. Evita las situaciones que pueden convertirse en obsesivas. Reduce o haz más breves las visitas a tu madre si ello significa semanas de pensar demasiado.
2. Elimina los objetivos que te perjudican. Puedes renunciar a perder 20 kilos matándote de hambre y aspirar a adelgazar la mitad con un régimen sensato.
3. Trátate con cariño. Puedes tomarte tu tiempo para ir al gimnasio, meditar o tomarte un té en medio de la mudanza, aunque alguien te critique por no "estar disponible" o "ser egoísta".
4. Crea una nueva imagen de ti misma. Aprende a observar lo mejor de ti misma, descubre tus potencialidades y confía en ti.










3. Los pensamientos repetitivos más frecuentes.



Si bien es cierto que cada persona tiene sus propios temas obsesivos, hay cuestiones que preocupan a todo el mundo y que ofrecen mucha leña para el fuego del pensamiento obsesivo.


Cuestiones de pareja: No todas las relaciones deben ni pueden salvarse, pero es importante evitar viejos hábitos obsesivos y sobreprotectores, establecer distancia para ver la situación de la forma más realista posible (si es necesario, con la ayuda de terapia) e intentar negociar para evitar en lo posible las situaciones más conflictivas.


Problemas de familia: Es importante comprender y aceptar que tus familiares no ven el mundo exactamente igual que tú. Haz lo posible por evitar las polémicas repetitivas que no conducen a ninguna parte ni convencen a nadie.


Preocupaciones con los hijos: Aun la madre menos sobreprotectora suele hacerse cargo de la mayor parte de la responsabilidad de criar y educar a sus hijos. Aunque desees que les vaya bien en la escuela, no se metan en problemas, estén sanos y se lleven bien con los demás niños y niñas, no siempre va a ser así. La superación de sus problemas les hará más fuertes así que da la bienvenida a los conflictos que tengan que superar. Desdramatizar tus preocupaciones no sólo te ayudará a ti sino que les ofrecerá un espejo valiosísimo para que ellos mismos eviten futuros pensamientos obsesivos.


Trabajo: Sacar adelante la casa o cómo promocionarse profesionalmente son fuente continua de pensamientos obsesivos. Frenar las tendencias perfeccionistas o los impulsos victimistas nos ayuda a afrontar los conflictos de una forma más eficaz. Criticar o echar la culpa de lo que no funciona a otras personas es una engañosa manera de proteger la autoestima.

En cualquier caso, no olvides tus objetivos reales: el trabajo. Cuando te toque sentir el dolor (frustración, rabia, celos o tristeza porque las cosas no son como desearías), limítate a sentirlo mientras te concentras en el trabajo que es importante hacer en ese momento. Acabará pasando y tú lo habrás superado y olvidado mientras haces algo útil y productivo.




La salud: Las personas hipocondríacas tienen muchos más riesgos de enfermar que las que simplemente se cuidan. Obsesionarse con posibles enfermedades sólo consigue bloquear el funcionamiento natural del cuerpo y producir disfunciones reales. Utiliza técnicas de relajación y, en caso de que consideres seriamente tener alguna enfermedad, hazte un chequeo y aclara tus dudas. Una vez tranquilizada, actúa en positivo: una actitud positiva y feliz es la mejor manera de proteger tu salud, además de una alimentación adecuada y ejercicio físico.



imagen:: www.cosassencillas.com
http://www.crecejoven.com/mente/piensas-demasiado/salud.php
El libro: "Mujeres que piensan demasiado".

Autora: Susan Nolen-Hoeksema.

Ed. Paidós.

www.robertexto.com Cuatro enfoques de psicoterapia adaptados a la personalidad del paciente


http://www.robertexto.com/archivo18/psico_pers1.htm
Esta obra pretende responder a dos cuestiones actuales del campo de la psicoterapia : "¿Que método de psicoterapia es mas adecuado para un paciente en particular?" y "¿Qué criterios o marco teórico elegir para seleccionar el método psicoterapéutico adecuado?" .

Consideramos que la diversidad de modelos en psicoterapia lejos de presentar un caos y confusión puede ser una ventaja, si se considera la personalidad del paciente .

El modelo de Beutler desde la integración en psicoterapia , propone un eclecticismo técnico, sistemático y coherente . Dependiendo de ciertas caractericticas de personalidad del paciente, se seleccionan distintos tipos de psicoterapia : directivas y centradas en el conflicto, directivas y centradas en el síntoma, no directivas y centradas en el conflicto y no directivas y centradas en el síntoma .

Cada uno de los cuatro principales modelos de la psicoterapia, así como sus evoluciones actuales, parecen adecuarse a los anteriores criterios . A saber, los modelos psicodinámicos a las terapias no directivas y centradas en el conflicto, los modelos estratégicos-sistémicos a las terapias no directivas y centradas en el síntoma , los modelos experienciales a las terapias directivas y centradas en el conflicto y los modelos cognitivos-conductuales a las terapias directivas y centradas en el síntoma .
Desde este modelo bleuteriano al conectar psicoterapia y personalidad se produce una interesante vinculación entre la práctica y la investigación en psicología . Las teorías científicas de la personalidad pasan a un primer plano como modelos de intervención .

El modelo expuesto en este texto se basa en gran parte en el uso del M.M.P.I , cuestionario de personalidad muy usado en el campo clínico . Los modelos del eclecticismo técnico que seleccionan distintas intervenciones en función del perfil de personalidad, son muy diversos y continúan su evolución , y hacen conectar de nuevo a dos campos que desgraciadamente habían estado excesivamente separados : la investigación en psicología de la personalidad la psicoterapia .



1. LOS CUATRO ENFOQUES Y EL MOVIMIENTO INTEGRADOR (1)

"¿Que hay de nuevo, viejo?"
(Bugs Bunny)

A.- Los cuatro enfoques en psicoterapia
B.- El movimiento integrador

Tradicionalmente han sido cuatro los enfoques o modelos dominantes en la psicoterapia :psicodinámico, experencial (Humanista), sistémico y cognitivo - conductual.

Los modelos psicodinámicos, con su máximo exponente en el psicoanálisis, destacan la importancia del conflicto intrapsíquico de naturaleza inconsciente . El método terapéutico básico del psicoanálisis clásico se fundamenta en tres procesos fundamentales : (1) la asociación libre, (2) el análisis de los fenómenos de transferencia/contratransferencia y (3) el análisis de la resistencia . Junto a estos procesos se establecen unas reglas de trabajo para el paciente (la asociación libre) y el terapeuta (abstinencia y atención flotante) .

El conflicto intrapsíquico hace referencia a la naturaleza de la actividad mental . Tradicionalmente se había postulado desde la filosofía, la moral y la religión que el hombre se gobernaba por las decisiones de su conciencia, que habitualmente cuando estaba adecuadamente encaminada se equiparaba a los procesos de la reflexión racional . Pues bien, Freud con el psicoanálisis cuestiona este modelo de persona: la actividad mental depende principalmente de la actividad del inconsciente . Los conflictos surgen de tendencias en oposición . Por un lado los impulsos sexuales/agresivos y por otro las defensas construidas contra la gratificación consciente de estos impulsos .

La persona aprende a partir de la experiencia de su niñez a afrontar la inseguridad y ansiedad proveniente de las prohibiciones sociales y expectativas de sus padres en relación a la satisfacción de sus deseos e instintos . Para ello desarrollan estrategias defensivas para el manejo de las ansiedades derivadas de sus conflictos . Estos conflictos tiene un carácter inconsciente .

Los síntomas de malestar son expresiones del conflicto, como soluciones de compromisos defensivos. Por un lado proporcionan cierta gratificación y por otro conllevan la ansiedad por lo reprimido y prohibido .

La terapia psicoanalítica se dirige al manejo del conflicto inconsciente subyacente y no a los síntomas, que pueden ser sustituidos sino se maneja el conflicto de fondo .

Como los conflictos han sido aprendidos a partir de la relación del niño/a con sus padres o adultos significativos, tienden a repetirse a lo largo de la vida con otras personas significativas . El paciente en la relación con su psicoanalista llega a proyectar o desplazar sobre este sus conflictos no resueltos, de modo que su experiencia con este está distorsionada por el significado inconsciente derivado de sus relaciones previas con sus progenitores . Este fenómeno fue llamado transferencia por Freud .

El psicoanalista fomenta con la asociación libre del paciente (expresar cualquier deseo, pensamiento, sentimiento o actividad psíquica que venga a la mente de manera directa, por absurda que parezca) en una postura reclinada en el diván, donde el analista desaparece de la vista del paciente (normalmente situado en su cabecera), que el paciente vaya proyectando sus transferencias hacia el analista .

Laplanche y Pontalis definen la transferencia como "el proceso mediante el cual los deseos inconscientes se actualizan sobre ciertos objetos en el marco de un determinado tipo de relación establecido entre ellos y, de modo especial en el marco de una relación analítica . Se trata, en este caso de una repetición de prototipos vivida con un marcado sentimiento de actualidad". El analista interpreta estas transferencia hacia su persona como derivadas de las relaciones parentales y su significado inconsciente .

Por otro lado el psicoanalista puede responder a la transferencia del paciente con la suya propia hacia este . Es el caso de la contratransferencia . De ahí deriva la importancia de que el terapeuta haya pasado pos su propio análisis personal . Además el terapeuta analista debe seguir las reglas de abstinencia y de atención flotante . El analista se abstiene de responder a las demandas concretas del paciente de consejo, orientación o simpatía, haciendo de espejo o pantalla en la que el paciente proyecta sus conflictos inconscientes . La atención flotante implica no dar prioridad a ningún elemento del discurso del paciente sobre otro, manteniendo así una actitud de neutralidad .

Los anteriores elementos facilitan que se de una relación transferencial que es analizada por el psicoanalista : el paciente proyecta sus conflictos inconscientes con sus figuras parentales sobre el analista que no reacciona de manera punitiva, sino ofreciendo una oportunidad para hacer consciente estos conflictos . El propio analista puede experimentar reacciones emocionales hacia su paciente, que deben ser analizadas con un supervisor o compañero, a fin de no reproducir la relación patógena parental con el paciente en cuestión .

Los pacientes no suelen fácilmente hacer su trabajo de la asociación libre . Están sujetos al fenómeno de la resistencia . Consciente e inconscientemente, despliegan una serie de maniobras defensivas para eliminar la ansiedad y conflicto producido por la libre asociación . El analista está atento a estas maniobras y las interpretan cuando se manifiestan, constituyendo este trabajo el llamado análisis de la resistencias .

Actualmente los modelos psicodinámicos mas aplicados en el contexto de la salud pública y comunitaria son las psicoterapias breves de orientación psicodinámica . Estas intervenciones enfatizan la selección del conflicto a abordar, un rol mas activo del terapeuta, un periodo mas breve de sesiones preestablecidas y la resolución de determinados conflictos . Estos enfoques suelen recibir el rechazo de los analistas clásicos por no atenerse a los principios estrictos del psicoanálisis . Sus defensores se consideran dentro de la línea psicoanalítica y defienden la mayor efectividad de sus terapias breves sobre el psicoanálisis clásico . La psicoterapia breve de orientación psicodinámica de Strupp, es uno de sus modelos actuales mas elaborados, basados en la investigación de resultados y presentado como manual de psicoterapia que puede ser contrastado clínicamente y experimentalmente .

El psicoanálisis y las psicoterapias dinámicas han sido a menudo criticados pos su visión especulativa y alejada de los datos de la ciencia la ciencia empírica, y por su carácter doctrinario y casi religioso en la forma de sus instituciones y maneras de proceder .

Los modelos humanistas-experienciales, tienen su referencia más clásica en los trabajos de Rogers de la "psicoterapia centrada en el cliente" y Perls en su "terapia gestalt" .

El modelo de psicoterapia desarrollado por C.Rogers parte de la idea de que la persona posee una tendencia actualizante, una especie de impulso hacia el crecimiento, la salud y el ajuste . La terapia mas que hacer algo al individuo, tratará de crear las condiciones para liberarlo para un crecimiento y desarrollo adecuado .

Hay una serie de condiciones que impiden y bloquean la tendencia actualizante . El aprendizaje de un concepto negativo de si mismo, es quizás una de las condiciones bloqueadoras mas importante . Un concepto negativo de si mismo deriva de experiencias de desaprobación o ambivalencia hacia el sujeto en etapas tempranas de su vida . Parte del trabajo terapéutico consistirá en facilitar que el sujeto exprese sus ambivalencias e impulsos hostiles y agresivos, de modo que este pueda reconocerse de manera integral .

Otro elemento fundamental para que el sujeto continúe con su experiencia actualizante es el proceso de "experiencing". Esto conlleva el trabajo para reconocer conscientemente sentimientos, a menudo localizados corporalmente, que habían sido reprimidos . Esto ayuda a modificar el concepto distorsionado de si mismo en una atmósfera no amenazante .

El sujeto sin embargo se encuentra con una gran dificultad para actualizar su experiencia interna de manera consciente . Ha aprendido unas condiciones de valoración externas impuestas por los medios familiares, educativos y de socialización . Lo que el sujeto tiene por su propio concepto personal aparece así desligado e incongruente con su real experiencia corporal interna . De este modo puede sentir en privado consciente, y mas a menudo inconscientemente, sentimientos que inhibe en público . El si-mismo aparece así disociado e incongruente entre el autoconcepto regido por condiciones de valoración externa y la experiencia sentida, lo que genera psicopatología .

La terapia intenta corregir las condiciones de valoración externa y proporcionar la oportunidad de vivenciar las experiencias y sentimientos internos negados y reprimidos, de modo que aumente la congruencia del sujeto, entre su autoconcepto, que cambiará y su experiencia que se hará mas consciente . El enfoque rogeriano propone tres estrategias básicas para lograr las anteriores metas : (1) La resonancia empática del terapeuta hacia la experiencia del cliente, (2) La consideración positiva incondicional del terapeuta hacia la persona del cliente y (3) La congruencia interna del terapeuta con sus sentimientos vividos en la relación de terapia .

La empatía consiste en el esfuerzo continuo del terapeuta por apreciar y comunicar a su cliente una comprensión de los sentimientos y significados comunicados por este . Esto se hace mediante un ciclo de tres fases : 1-La resonancia o armonía empática del terapeuta a las comunicaciones del cliente, donde toma contacto y mantiene una comprensión auténtica con la experiencia interna del cliente, atrapando lo más esencial de esta , 2-La expresión o comunicación de la empatía al cliente con aprecio positivo al cliente y 3-La recepción del cliente de la empatía expresada por el terapeuta que sirve a este como feedback de su comprensión .

La consideración positiva incondicional es el proceso que lleva al terapeuta a dar oportunidades al cliente para expresar sus sentimientos, generalmente inhibidos, para facilitar su autoaceptación .El terapeuta despeja de su mente la valoración del cliente por algún criterio externo, y evita corregirle o dirigirle por criterios preestablecidos . Esta actitud conlleva un aprecio hacia los sentimientos y la persona del cliente con todas sus aparentes contradicciones e irracionalidades .

Por último, la congruencia se refiere a la autenticidad del terapeuta ante su cliente particular . Para que aquel pueda mostrarse empático, el terapeuta es coherente con sus propios sentimientos generados en la relación de terapia . El terapeuta comunica estos sentimientos de manera verbal y no verbal al cliente . Esto no conlleva la expresión de tales sentimientos de manera impulsiva, sino cuando facilitan el crecimiento experiencial del cliente .

Los desarrollos posteriores de la terapias humanistas discuten que las tres condiciones básicas de Rogers para una terapia efectiva sean suficientes (p.e Carkuff, 1979; Greenberg y cols. 1996) . Aceptan la necesidad de tales condiciones para una terapia efectiva, pero añaden otras tareas para trabajar con sentimientos o procesos específicos que permanecerían bloqueados a pesar de haber logrado una relación auténticamente empática . Las psicoterapias experienciales actuales (p.e Greenberg y cols. 1996) recogen estos nuevos aportes, aunando el legado de Rogers con las tareas especificas de la terapia Gestalt de Perls .

El segundo enfoque humanista mas influyente en la psicoterapia es la terapia Gestalt de Perls .
El enfoque gestaltico parte de la noción del sujeto como tendente a completar su existencia, de manera similar al enfoque de la autorrealización-experiencing de Rogers . También esta tendencia puede verse impedida por criterios de valoración psicosocial externos, produciendo una negación de necesidades y deseos personales , impidiendo que la gestalt de totalidad no se complete . Estos deseos y necesidades no reconocidas continúan actuando de fondo, produciendo síntomas y malestar . La terapia gestalt propone tareas específicas para lograr que ocurran tres procesos que faciliten la integración de esos deseos y necesidades : (1) La valoración de actualidad : en el aquí y ahora del presente se trabaja con el material apartado o escindido, no en el refugio del pasado o en lla ilusión del futuro , (2) La valoración de la conciencia y la aceptación de la experiencia : trabajando con la experiencia sensorial y emocional y evitando el discurso intelectual o las interpretaciones , (3) La valoración de la responsabilidad e integridad : cada uno es responsable de su conducta por ilógica o extrema que parezca .

La toma de conciencia en el aquí y ahora ("awareness") es esencial para la terapia gestalt . Los deseos y las necesidades escindidas y reprimidas forman como un otro ajeno a la totalidad, un otro bloqueado . Las tareas de la terapia intentan que el sujeto integre este otro en la totalidad consciente del aquí y ahora . Las "tareas" trabajan con el material aportado por el sujeto (sus sueños, sensaciones, relaciones interpersonales, conductas y fantasías problemáticas), afín de que este material se exprese y se abra a la conciencia . Para ello utiliza, entre otros métodos, tareas de psicodrama en el presente, donde las partes problemáticas entablan diálogos a fin de desplegar el material escindido (p.e la famosa "tarea de dialogo con la silla vacía") .

Las terapias humanistas han sido criticadas por su presentación excesivamente optimista de la naturaleza humana, de corte rousssiniano, cayendo, para sus críticos en un romanticismo irreal en lo mejor de sus casos ; por otro ha sido criticada de un exceso de investigación sobre procesos con pocos resultados (p.e Marino Pérez, 1999) .

El modelo cognitivo-conductual se basa en el trabajo con la conducta y los significados personales, según la preponderancia que cada una de sus tres corrientes actuales de a cada uno de estos aspectos .

La primera corriente, por orden de aparición histórica es el conductismo radical, que ha tenido a Skinner como su máximo representante, entiende la naturaleza humana sujeta a procesos de condicionamiento, sobretodo del condicionamiento operante, que rige no solo la conducta manifiesta, sino también la conducta subjetiva o interna como son los los procesos cognitivos-lingüísticos . El conductismo radical está centrado en el control de la conducta en función de sus consecuencias mediante el análisis funcional . Lo importante aquí son las funciones o efectos de la conducta . Todo lo que el mentalismo había entendido por funciones mentales conscientes e inconscientes, desde el lenguaje, la memoria, el inconsciente, etc; es descrito como conducta subjetiva , sujeta a sus funciones , a sus contingencias de efecto . En contra de lo que se suele creer, el conductismo radical de Skinner, no ignora los procesos subjetivos, sino que los estudia como conductas encubiertas en función de sus consecuencias . En este sentido una de las obras capitales de Skinner, que había sido casi ignorada en la modificación de conducta, es "Conducta verbal" (1957) . En esta obra analiza las funciones del lenguaje humano como conducta instrumental . Esta incorporación del lenguaje supone una modificación de la propia terapia conductista, que se venia centrada casi exclusivamente en las conductas motoras .

Los desarrollos del conductismo radical actual, traducen toda la terapia cognitiva y las psicoterapias tradicionales a un pormenorizado "análisis funcional del lenguaje". En este sentido es llamativa la "psicoterapia analítica funcional" de Kohlenberg y Stai (1993) que tiene por eje el análisis de la relación terapéutica como vía de cambio a través de las funciones del lenguaje en la relación establecida entre el paciente y el terapeuta .

El conductismo radical ha sido criticado por su apariencia mecanicista y reduccionista de la naturaleza humana, por su ambientalismo extremo y por su "hipomanía" a la hora de ofrecerse como la terapia más efectiva, cuando siendo útil, son muchas sus limitaciones .

La segunda corriente, que convive actualmente con la primera y la tercera, es la terapia cognitiva . Sus principales representantes son Ellis y Beck . La terapia cognitiva está especialmente interesada en la importancia del significado disfuncional sobre la psicopatología . Entienden los terapeutas cognitivos que la mayor parte del sufrimiento humano deriva de creencias irracionales , supuestos o significados personales adquiridos en la experiencia . La función del terapeuta cognitivo es enseñar al paciente a ser consciente de estos significados disfuncionales, a menudo de carácter inconsciente o preconsciente, y a modificarlos mediante varias vía de cambio, que pueden incluir técnicas de verificación experimental, debate racional de creencias, aprendizaje de nuevas conductas, y prácticamente cualquier técnica de terapia existente que sea efectiva . Los terapeutas cognitivos suelen ser técnicamente eclécticos al usar procedimientos de cambio efectivo, provenientes de cualquier tradición psicoterapéutica ; pero sistemáticos en su teoría cognitiva del funcionamiento humano . La terapia cognitiva es actualmente el enfoque de psicoterapia mas en vóga, cuenta con numerosa investigación, es el mas reconocido -junto a las aportaciones conductuales- en la psiquiatría internacional y ha aportado métodos de terapia efectivos para determinados trastornos mentales, entre los que destaca la efectividad sobre la depresión no psicótica .

Sin embargo, al igual que con los otras corrientes psicoterapéuticas, también ha sido cuestionada, incluso desde sus mismas posiciones . Se le critica, entre otros puntos : (1) el olvido de la organización de los significados personales en estructuras mas centrales versus otras mas periféricas, y por lo tanto los modos distintos de acceder a ellas o su grado/dificultad de cambio, (2) el haber considerado la relación terapéutica como elemento secundario al cambio frente a las técnicas , cuando esta relación parece básica para el mismo cambio cognitivo, y (3) la subordinación del afecto a la cognición, cuando interactua con ella, incluso la determina en sus niveles más profundos, por lo que las vías de cambio supone una exploración del afecto muchas veces, mas que su modificación cognitiva ; al menos si se trata de entrar en los niveles más profundos, tácitos o inconscientes de los significados personales .

La tercera corriente de la modificación de conducta, la mas reciente en el tiempo, son la terapias constructivistas . Se postulan como una alternativa a las terapias cognitivas tradicionales (p.e Ellis y Beck ) .

El constructivismo entiende, que la mente humana construye la realidad tanto externa como subjetiva . No existiría una realidad externa que es representada por la mente humana, que podría ser mas o menos ajustada a una realidad o verdad última , y que por lo tanto cuando fuera desajustada seria "distorsionada" como presuponen los terapeutas cognitivos tradicionales, la ciencia moderna en general, y el resto de las otras corrientes de psicoterapia y la misma psiquiatría .

El sujeto en interacción con su medio físico-cultural construye su propia experiencia de manera progresiva y evolutiva (Piaget, Guidano..)

La mente no solo es capaz de influir sobre la conducta, sino sobre lo que se ha venido llamando estímulo ("input"), el mismo concepto de realidad es una construcción subjetiva e histórico-cultural donde las fuerzas de poder imponen sus criterios de lo que debe entenderse por tal cosa . Para los constructivistas este proceso constructivo de la mente de su propia experiencia está regido por reglas abstractas de carácter tácito o inconsciente, operaciones fuera del control consciente . Estos psicólogos introducen una concepción alternativa al inconsciente dinámico, el "superconsciente" : los procesos tácitos abstractos actúan por encima de la conciencia gobernandola, no estando a su margen .

Los seres humanos son guiados por guiones de construcción de su experiencia tácitos o no conscientes, que comienzan a actuar a niveles muy tempranos del desarrollo personal, en la vinculación del niño con sus progenitores . De aquí la importancia que los constructivistas han dado a la teoría del apego de Bowlby, como paradigma d ela vinculación afectiva temprana con consecuencias para toda la vida .

La terapia constructivista trata de explorar estos guiones tácitos y como constriñen la experiencia, de modo que al elaboralos el paciente pueden construirse guiones alternativos . Sus métodos de terapia son exploratorios mas que centrados en el cambio, esto es así porque se trata de evitar que el terapeuta imponga sus propias construcciones a los pacientes . El terapeuta establece mas bien las condiciones parala exploración de las reglas tácitas que guían la vida del paciente .

Esta por ver si estos enfoques de terapia son mas efectivos, o acceden a un cambio mas profundo que los otros enfoques de psicoterapia . Algunos terapeutas le critican de un exceso de elucubración teórica-filosófica y poca contraste de los beneficios que prometen (p.e Lazarus, 1996) .

El cuarto enfoque psicoterapéutico mas importante en la actualidad son la terapias sistémicas .
Uno de los puntos centrales de los modelos sistémicos es al Teoría General de Sistemas, que aplicada al funcionamiento de una familia, organización u otro sistema social implica que la conducta de uno de sus miembros no se puede entender separada del resto de sus miembros . Aplicada al sistema familiar supone : (1) Los miembros de la familia funcionan en interrelación, donde la causalidad circular sustituye a la causalidad lineal , (2) Cada familia tiene características particulares de interacción que mantienen su equilibrio y matizan su grade de cambio o progreso .

Las principales escuelas sistémicas se han agrupado en torno a cuatro líneas y sus desarrollos actuales :
1º-La Escuela Interaccional (Batenson, Watzlawick, Weaklan y Fishs ) . Para estos autores las soluciones intentadas por la familia u otros sistemas para solucionar una situación problemática constituyen el verdadero núcleo de los problemas . Las intervenciones de terapia se dirigen a cortocircuitar esas soluciones . Para ello hay que emplear una lógica distinta a la normal ("cambio 1" de hacer lo contrario a lo intentado) y emplear intervenciones paradójicas ("cambio 2") que produzcan cambio en la estructura del sistema . Dentro de esta línea se han desarrollado también estrategias para el abordaje de los problemas individuales . Uno de sus desarrollos actuales mas importantes es la "terapia basada en la solución" de De Shazer (1993), que partiendo de principios interaccionales se fundamenta más en las excepciones a los problemas que en las soluciones intentadas .

2º-La Escuela Estructural-Estratégica alrededor de la obras de Haley y Minuchin . Destaca las relaciones tríadicas (al menos de tres miembros) y el papel de las "alianzas" y "coaliciones" en el funcionamiento de los sistemas . Las alianzas suponen la mayor cercanía afectiva entre dos o mas miembros de un sistema en relación a otros, mientras que la coalición supone una variante de la alianza constituida contra uno o varios terceros . Las coaliciones, en el caso de las familias, están formadas por miembros de dos generaciones (p.e un padre y uno de los hijos) frente al otro progenitor (el otro padre) . Tiene como consecuencia la disfunción del sistema y el impedimento de su desarrollo y funciones . Las intervenciones habituales en esta escuela pasan pir "redefinir" el problema para el sistema, a fin de que acepten la posibilidad de un cambio, que suele ser mediante una prescripción paradójica .

3º- La escuela de Milan, que gira en torno a la obra de Selvini-Palazzoli . Esta autora se centra mucho en las familias llamadas de "transición psicótica" (con problemas típicos de trastornos psicóticos u anorexia nerviosa) . Un punto importante en este enfoque es el análisis de la demanda de tratamiento, mediante el que se formula la primera hipótesis que cumple el llamado "paciente identificado" en el funcionamiento familiar . A menudo las intervenciones de terapia suponen una "connotación positiva del síntoma" (a menudo en términos de sacrificio para un bien mayor de la familia), que viene a ser una redefinición del problema y las intervenciones paradójicas .

4º- Los modelos constructivistas (p.e Procter, Cecchin, Anderson ) . Son los modelos mas modernos ya actuales . Suponen un cambio respecto a los tres modelos anteriores, que se habían centrado en la interacciones supuestamente observadas de forma objetiva por el terapeuta . Lo importante ahora no son las interacciones sino la construcción de significados compartidos por los miembros del sistema (Las "Premisas del sistema") . Las intervenciones se dirigen al cambio de estas premisas , sobretodo a través de renarar la historia de la familia desde marcos alternativos .

Las principales críticas contra las terapias sistémicas se han dirigido a su escaso desarrollo sobre la aplicación a la terapia individual, la rigidez de criterios de sus terapias más clásicas que le hacen muy restrictivas para su aplicación comunitaria, la falta de evidencia empírica de su efectividad en casos tan difíciles como los etiquetados de "toxicomanías", "psicosis" y "trastornos de la alimentación" . Se le reprocha además, de haber olvidado los factores subjetivos y biológicos como parte también de los sistemas .



2. PSICOTERAPIA Y PERSONALIDAD

"¿Por qué entonces discutir el problema sobre la base de opiniones,
cuando puede discutirse sobre la base de hechos?"
(H.J. Eysenck)

El concepto de personalidad está formado por constructos hipotéticos que ayudan a explicar la conducta de los sujetos . Los factores ambientales en interacción con estos constructos hipotéticos, derivados de factores temperamentales (heredados) y caracteriales (aprendidos) constituyen una explicación necesaria y suficiente para los clínicos que siguen un modelo de la personalidad (Tous, 1989) .

La evaluación de la personalidad es central en la selección del enfoque psicoterapéutico adecuado en cada caso concreto . Por otro lado, mantenemos que la evaluación de la personalidad es mucho mas adecuada para la selección de tratamiento, que el diagnóstico basado en la clasificación de los síndromes psicopatológicos en la línea de las clasificaciones americanas (p.e DSM) o las europeas (p.e CIE) .

Para nosotros los tres modelos mas relevantes en cuanto a la relación entre psicoterapia y personalidad son los de Eysenck, Millon y Beutler (este último lo expondremos en el capítulo 3) .
Eysenck parte de un modelo factorial de la personalidad , basado en un modelo neoconductista que combina los principios del aprendizaje y los factores biológicos y que tiene tres ejes dimensionales : extroversión-extraversión, neuroticismo-estabilidad y psicoticismo-normalidad .

El neuroticismo o vulnerabilidad a la neurosis, implica una baja tolerancia para el estrés tanto de carácter físico (p.e el dolor) como psicológico (p.e la frustración) . En el modelo de Eysenck, el grado de neuroticismo está relacionado con el grado de activación o "arousal" subcortical, con la región límbica-formación reticular sobretodo, del cerebro . El neuroticismo hace mención a la dimensión de estabilidad/inestabilidad emocional de la persona .

La extroversión/introversión se relaciona con la tendencia de las personas hacia distintos tipos de actividades e intereses .

Las personas extrovertidas se caracterizan por la sociabilidad, la necesidad de excitación y cambio, actuar en el momento, y son por lo general impulsivas . Suelen además ser optimistas y amantes del buen humor. También suelen agresivos, en el sentido de tener poca tolerancia a las frustraciones y el poco control de sus sentimientos .

Las personas introvertidas prefieren las actividades a solas que con la gente, como las actividades intelectuales o los libros . Tienden a planear las cosas y desconfían de los impulsos . Se toman seriamente sus actividades, les gusta llevar una vida ordenada y sus sentimientos suelen estar bajo su control . Raramente son agresivas y no suelen perder el control fácilmente . Suelen ser personas fiables, algo pesimistas y que conceden gran valor a las normas éticas .

La extroversión estaría relacionada con una menor activación cortical del cerebro, lo que explicaría para Eysenck la variabilidad de actividades y la búsqueda de excitación de estos sujetos . Por contra, los introvertidos tienen una mayor activación cortical que explicaría la mayor perseverancia de su conducta y el alejamiento de las actividades de mayor excitación .

El psicoticismo engloba la tendencia a la conducta anormal del sujeto. Implica tanto un componente de vulnerabilidad a la psicosis y la conducta psicopática (antisocial ) . Su base biológica se relaciona con una heredabilidad poligenética .

Di Loretto (1971) a partir del modelo eysenckiano de personalidad, comparó la eficacia de tres tipos de tratamiento en pacientes extrovertidos e introvertidos . Para ello seleccionó a 100 estudiantes con ansiedad general y social ,usó el E.P.I (Inventario de la Personalidad de Eysenck) y los repartió en tres tipos de terapia : terapia centrada en el cliente, desensibilización sistemática y terapia racional emotiva .

Los propios estudiantes y los terapeutas evaluaron los resultados de los tratamientos . En primer lugar apareció la desensibilización sistemática donde a los estudiantes se les guió para visualizar relajadamente una jerarquía creciente de sus temores, como la terapia mas exitosa para reducir la ansiedad general e interpersonal, y esto tanto en los estudiantes extrovertidos como en los introvertidos . La terapia centrada en el cliente, basada en la expresión de las experiencias subjetivas y la escucha empática del terapeuta, solo fue efectiva en los estudiantes extrovertidos . La terapia racional emotiva, basada en la confrontación de las creencias irracionales, ayudó mucho mas a los estudiantes introvertidos . Para los autores del estudio, la variable de personalidad extroversión-introversión tubo un efecto predictivo sobre el tratamiento
Las tres dimensiones eysenckianas ,son valoradas, en el campo clínico mediante el Cuestionario de Personalidad de Eysenck, mas actual, el E.P.Q (Eysenck y cols. 1975) . Existe una versión española revisada y actual , el EPQ-R de 1997, que incluye una versión abreviada .

Diversos investigadores han relacionado la agrupación de los rasgos de la personalidad con diversos trastornos de la personalidad y síndromes, a los que nosotros apuntamos la posible dirección psicoterapéutica de los mismos .

-Personalidad, trastornos y tratamiento-

Factores de personalidad


Propensión a trastornos


Intervención psicoterapéutica

Sujetos introvertidos y con alto neuroticismo


1-Trastornos por ansiedad y distimias

2-Trastornos de personalidad del grupo C*

3-Trastornos de la alimentación de tipo restrictivo


1-Técnicas de reducción de la ansiedad (p.e desensibilización sistemática)

2-Técnicas cognitivas (p.e de Ellis o Beck)

Sujetos extrovertidos y con alto neuroticismo


1-Trastornos histéricos, somatomorfos y disociativos

2-Trastornos de personalidad del grupo B*

3-Trastorno alimentario de tipo bulímico


1-Técnicas basadas en las terapias humanistas y/o psicodinámicas

2-Terapia interpersonal y/o sistémica

Sujetos con alto psicoticismo (extrovertidos o introvertidos)


1-Trastornos de personalidad del grupo A*

2-Trastorno antisocial de personalidad

3-Trastornos psicóticos


1-Intervenciones psicofarmacológicas

2-Terapias de autoayuda y/o medidas de rehabilitación psicosocial

*Grupo A : Trastorno paranoide de la personalidad, Trastorno esquizoide de la personalidad y el Trastorno esquizotípico de la personalidad .
*Grupo B : Trastorno límite de la personalidad, Trastorno histriónico de la personalidad, Trastorno antisocial de la personalidad y Trastorno narcisista de la personalidad
*Grupo C : Trastorno de la personalidad por evitación, Trastorno de la personalidad por dependencia y el Trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad.

El modelo de T. Millon supone el esfuerzo de unir la psicopatología, los trastornos de la personalidad, su teoría de la personalidad y el tratamiento psicológico . Millon, entiende el trastorno mental como resultado de una disfunción de la capacidad de la personalidad para enfrentarse a las dificultades de la vida . Respecto a la personalidad y sus trastornos mantiene nueve principios :

1º-Los trastornos de la personalidad no son enfermedades sino estilos de comportamiento, cognición y emoción estructurados .
2º-Los trastornos de la personalidad son estructuras de funcionamiento diferenciadas
3º-Los trastornos de personalidad son sistemas dinámicos y estructurados, donde unos niveles son mas permanentes y otros mas cambiables
4º-La personalidad es un conjunto de constructos a partir de datos observados
5º-La personalidad existe en un continuum entre normalidad y patología
6º-La patología de la personalidad se relaciona con el desequilibrio de los sistemas que la conforman .
7º-La evaluación de la personalidad debe de dar cuenta de los sistemas que conforman sus constructos teóricos .
8º-Los trastornos de personalidad pueden ser evaluados de forma aproximada en un continuo .
9º-Los trastornos de personalidad requieren modalidades de tratamiento combinadas y diseñadas estratégicamente de manera secuenciada .

La teoría de la personalidad de Millon se ha presentado a lo largo del tiempo en dos modelos : (1) El modelo del aprendizaje biosocial (1969-1989) y (2) el modelo evolutivo (desde 1990 hasta la actualidad) .

El modelo biosocial parte de la combinación de factores biológicos y experiencias de aprendizaje que dan lugar a estilos de relación interpersonal que se perpetuán por su interacción con el medio ambiente desde la infancia hasta la actualidad . Los estilos de relación interpersonal son conductas operantes para conseguir determinados refuerzos y evitar la estimulación aversiva . Constituyen estrategias de afrontamiento que son utilizadas por los sujetos para hacer frente a los desafíos de su vida . Estas estrategias constituyen una "matriz de refuerzos" en función de dos variables : a-Cómo busca el sujeto el refuerzo y b-Dónde busca el sujeto el refuerzo . La matriz del refuerzo es una combinación 2x4 (conducta instrumentalxorigen)



-La matriz del refuerzo en el modelo biosocial de Millon-

Fuente de refuerzo

PATRÓN DE CONDUCTA OPERANTE


(1)Independiente


(2)Dependiente


(3)Ambivalente


(4)Desvinculado

(1)Activo


.Personalidad ** violenta

.Trastorno antisocial de la personalidad

.Trastorno paranoide de la personalidad


.Personalidad sociable

.Trastorno histriónico de la personalidad

.Trastorno límite de la personalidad


.Personalidad sensitiva

.Trastorno pasivo-agresivo de la personalidad

.Trastorno limite de la personalidad


.Personalidad inhibida

.Trastorno de la personalidad por evitación

.Trastorno esquizotípico de la personalidad

(2)Pasivo




.Personalidad segura

.Trastorno narcisista de la personalidad

.Trastorno paranoide de la personalidad


.Personalidad cooperadora

.Trastorno de personalidad por dependencia

.Trastorno límite de la personalidad


.Personalidad respetuosa

.Trastorno compulsivo de la personalidad

.Trastorno paranoide de la personalidad


.Personalidad introvertida

.Trastorno esquizoide de la personalidad

.Trastorno esquizoide de la personalidad

**Cada cuadrante incluye tres categorías de personalidad : La superior es la normal, y mientras mas se desciende, mas evoluciona hacia la gravedad .

PATRÓN DE CONDUCTA OPERANTE :
(1) Los individuos que buscan activamente el refuerzo son individuos tendentes a la acción, buscando objetivos y refuerzos concretos
(2) Los individuos pasivos son básicamente reactivos, esperando que el entorno les proporcione el refuerzo

FUENTES DEL REFUERZO :
(1) Los que buscan el refuerzo de manera independiente confían en si mismos y buscan el refuerzo en sus propias metas personales
(2) Los que buscan el refuerzo de manera dependiente confían en que los demás le proporcionen el refuerzo .
(3) Los que buscan el refuerzo de manera ambivalente no están seguras de buscar el refuerzo en si mismas o en los otros . (4) Los que buscan el refuerzo de manera desvinculada , en realidad no buscan refuerzo alguno, solo apartarse de los otros y carecen de aspiraciones personales .

Respecto a la selección de tratamiento, desde el modelo biosocial, Millon no proporciona unos criterios claros, y sus indicaciones son de carácter general .
Es en su segundo modelo, donde según sus propias palabras, intenta abstraer las leyes mas profundas del funcionamiento humano . Millon encuentra cuatro dimensiones o ejes básicos :
(1)Dimensión de propósito de la existencia personal : Seria los objetivos fundamentales que persigue el sujeto en su vida .
(2)Dimensión del modo de adaptación : Serian las estrategias para adaptarse a las condiciones de la vida de cada persona .
(3)Dimensión de replicación : Se refiere al interés del sujeto por la supervivencia personal o de su descendencia .
(4)Dimensión de los procesos de abstracción : Consiste en los estilos personales para reprensentar las experiencias de la vida en forma de significados personales .

En la teoría evolutiva las cuatro dimensiones aparecerían como fases evolutivas en la vida de cada sujeto de manera secuenciada : existencia, adaptación, replicación y abstracción .
En este segundo modelo, Millon agrupa los trastornos de personalidad según el patrón de dificultades que los caracteriza :
1º-Personalidades con dificultades para el placer :
-Trastorno esquizoide de la personalidad
-Trastorno de la personalidad por evitación
-Trastorno depresivo de la personalidad

2º-Personalidades con problemas interpersonales :
-Trastorno de la personalidad por dependencia
-Trastorno histriónico de la personalidad
-Trastorno narcisista de la personalidad
-Trastorno antisocial de la personalidad

3º-Personalidades con conflictos intrapsíquicos :
-Trastorno sádico de la personalidad
-Trastorno compulsivo de la personalidad
-Trastorno negativista de la personalidad
-Trastorno masoquista de la personalidad

4º-Personalidades con déficit estructurales :
-Trastorno esquizotípico de la personalidad
-Trastorno límite de la personalidad
-Trastorno paranoide de la personalidad
-Trastorno de la personalidad descompensada

Desde la perspectiva de Millon, la selección del tratamiento psicológico va precedida de la evaluación de la personalidad y sus trastornos que se realiza en base a los datos de la historia clínica, los criterios diagnósticos (DSM, CIE) y los instrumentos de evaluación de la personalidad (principalmente el M.M.P.I y sus propios cuestionarios, destacando el MCMI-Inventario Clínico Multiaxial de Millon, que ya va por su tercera versión; estando traducida su segunda versión MCMI-II en español en 1998) .

Respecto a la selección de tratamiento, Millon (1998) hace una crítica al eclecticismo técnico, para nosotros bastante errónea, basandose en que sus criterios son los de la metodología y no los de la personalidad , cuando para nosotros queda evidenciado que es todo lo contario .

La propuesta de Millon es la de la terapia integracionista y personológica . El razonamiento es combinar una secuencia de terapias en un mismo caso, en base a la evaluación de los trastornos de personalidad asociados . La combinación de modalidades de tratamiento se hace en base a las dimensiones evolutivas alteradas de la personalidad, y por lo general suelen ser combinaciones de dos o más terapias, que casi siempre según leemos en Millon (1998), son las mismas con diferentes objetivos . De esta manera, encontramos por ejemplo la terapia de Beck, en todos los trastornos de la personalidad reseñados, solo que con diferentes objetivos .

Nosotros consideramos que el modelo de Millon, de creciente popularidad entre los clínicos, es bastante limitado para seleccionar un tratamiento adecuado por varias razones :
(1)Se basa en un modelo mas de diagnóstico que de personalidad . A pesar de usar el eje II de los DSM, continua en unos criterios nosológicos que tienen una escasa base empírica en comparación con la investigación experimental en psicología de la personalidad .
(2)El MCMI da puntuaciones para trastornos de personalidad . ¿Como usar el MCMI en sujetos que carecen de trastorno de personalidad relevante? .
(3)Los mismos sujetos con el mismo diagnóstico de trastorno personalidad pueden diferir en otras dimensiones mas estructurales que no se recoge en el modelo de Millon .
(4)No se selecciona un enfoque de psicoterapia claramente distintivo en cada trastorno de personalidad, salvo el trabajo con las mismas modalidades de tratamiento con diferentes objetivos . El beneficio de tanta evaluación parece escaso para la selección del tratamiento .
(5)El mismo diagnóstico de trastorno de personalidad puede recibir distintos tratamientos si se consideran otras variables de la personalidad como apuntaremos en el modelo de Beutler .
Nosotros, somos conscientes que el modelo de Beutler, se basa en gran medida en el uso del M.M.P.I, que es un cuestionario que mide rasgos psicopatológicos, y que por lo tanto puede tener los mismos defectos que apuntamos para el modelo de Millon . Sin embargo el aval empírico del M.M.P.I es bastante superior hasta el momento al MCMI de Millon como aportan mas de cincuenta años de investigación con este instrumento . Además, como veremos en el siguiente capítulo, el MMPI se ha usado en el modelo de eclecticismo técnico de Beutler de manera clara, práctica y coherente .


-El M.M.P.I y los trastornos de personalidad-

TRASTORNO DE LA PERSONALIDAD


PUNTUACIONES DEL MMPI


POSIBLE RELACIÓN CON EL MODELO DE BEUTLER


SELECCIÓN DE TRATAMIENTOS

ESQUIZOIDE


.Perfiles 1-8

.Escala 0 suele ser elevada

.Escala 2 suele ser elevada


Internalizante


.Centrado en el conflicto

(directivo/no directivo, según reactancia)

EVITACION


.Perfiles 2-7/7-2

.Escala 0 suele ser elevada

.Escala 6 puede ser elevada

.En patología mas grave la escala 9 es baja


.Internalizante si 0 y/o 7 es elevado

.Externalizante si 6 y/o 9 es elevado


.Todas las opciones, según combinaciones

DEPRESIVO


.Perfiles 2-7, 3-2 y 2-8

.Si 4 elevado, elementos límites o negativistas

.Si 8 elevado agitación o autodestrucción

.Si 2-0 elevados patrón crónico


.Externalizante si 4 es elevado

.Internalizante si 0 es mas elevado


.Todas las opciones, según combinaciones

DEPENDIENTE


.Perfiles 2-7/7-2

.Escalas 3 y L elevadas

.Escalas 4 y 9 suelen ser las mas bajas


.Externalizante si 3 es elevado

.Internalizante si 7 es elevado


.Todas las opciones según combinaciones

HISTRIÓNICO


.Perfiles 2-3/3-2, 3-9/9-3

.La escala 4 suele ser elevada

.La escala 7 puede ser elevada

.La escala 5 puede estar elevada en hombres

.La escala 0 suele ser muy baja


.Externalizante si 3,4, y 9 son las elevadas

.Internalizante si 7 es elevada


.Todas las opciones según combinaciones

NARCISISTA


.Perfiles 4-2-9 o 4-9-2, con 4 mas elevada


.Externalizante


.Centrado en el síntoma (directivo/no directivo según reactancia)

ANTISOCIAL


.Perfiles 4-9/9-4


.Externalizante


.Centrado en el síntoma (directivo/no directivo según reactancia)

SÁDICO


.Perfiles con F, 4-9 elevadas


.Externalizantes


.Centrados en el síntoma (directivo/no directivo según reactancia)

COMPULSIVO


.Perfil plano típico, con K elevada sobre la media

.Las escalas 3-1 o la 7 pueden estar elevadas


.Externalizante si 3 es la elevada

.Internalizante si 7 es la elevada


.Todas las opciones según combinaciones

NEGATIVISTA


.Perfiles 3-4


.Externalizante


.Centrado en el síntoma (directivo/no directivo según reactancia)

MASOQUISTA


.Perfiles 2-7/7-2

.Las escalas 4 y 9 suelen ser las mas bajas


.Internalizante


.Centrado en el conflicto (directivo/no directivo según reactancia)

ESQUIZOTÍPICA


.Perfil con 8 mas elevado

.Pueden ser elevadas 2-7-8, 7-8/8-7, 8-4 o 6-8


.Externalizante, si predomina 4 o 6

.Internalizante si predomina 7


.Todas las opciones según combinaciones

LIMITE


.Perfiles 2-7-8 y 3-4 con elevaciones secundarías en 6

.La escala 9 puede elevarse con 2 bajo


.Externalizante si predominan 3,6 o 9

.Internalizante si predomina 7


.Todas las opciones según combinaciones

PARANOIDE


.Perfiles con 6-4 moderadamente elevadas


.Externalizante


.Centrado en el síntoma (directivo/no directivo, según reactancia)

NOTA : El mismo diagnóstico de trastorno de la personalidad recibe distintos tratamientos si se consideran otras variables de personalidad, como las del modelo de Beutler .

continuación

Identificada la región del cerebro que regula los hábitos



La “plantilla” se almacena en la memoria para reactivarla ante la más mínima señal

En el cerebro existe una región que cambia cuando adquirimos un hábito determinado, que vuelve a cambiar cuando este hábito se abandona, pero que rápidamente se reactiva cuando algún elemento nos recuerda la vieja costumbre abandonada. Dado que adquirir una rutina supone un esfuerzo considerable, el cerebro almacena en su memoria la “plantilla” del hábito, para reactivarla ante la más mínima señal. Estos patrones se desarrollan y establecen en el llamado ganglio basal, cuyas funciones son esenciales en la adquisición de los hábitos, las adicciones y los procesos de aprendizaje. Su descubrimiento ayudará al tratamiento de enfermedades como el Parkinson o las obsesiones. Por Marta Morales.

Identificada la región del cerebro que regula los hábitos


Los hábitos más arraigados en nuestras acciones jamás se eliminan del todo, señala un estudio realizado por el MIT. Eso explicaría, por ejemplo, que los ex fumadores no puedan, después de años de haber dejado el tabaco, volver a fumar ni siquiera un cigarro, porque enseguida recuperarían el antiguo hábito.

Los hábitos nos ayudan en la vida cotidiana, porque permiten que no tengamos que estar decidiendo cada uno de nuestros actos continuamente. Rutinas constantes quedan de esa manera delimitadas antes incluso de que nos pongamos manos a la obra, lo que nos hace ganar tiempo.

Los malos hábitos, sin embargo, también existen, y condicionan nuestro comportamiento y nuestra mente. La dificultad para deshacernos de ellos es mayúscula. Además, una vez que se pierden, quedan latentes dentro de nuestro cerebro, tal como explican los autores de esta investigación en un artículo que publica la revista Nature.

Según este estudio, dirigido por Ann Graybiel, investigadora del MIT, existe una región del cerebro específica que cambia cuando adquirimos un hábito determinado, que vuelve a cambiar cuando este hábito se abandona, pero que rápidamente se reactiva cuando algún elemento nos recuerda la vieja costumbre abandonada.

Adquirir una rutina supone un esfuerzo considerable para el cerebro, por lo que éste almacena en su memoria la “plantilla” del hábito, para reactivarla ante la más mínima señal. Ann Graybiel se dedica a investigar para el MIT los comportamientos vinculados al ganglio basal, así como la regulación de la segregación de dopamina del cerebro.

Actividad del ganglio basal

Es cuestión de los patrones que siguen las neuronas: cuando se aprende un nuevo hábito, la actividad de éstas se transforma, se vuelve a transformar cuando el hábito se deja voluntariamente y, finalmente, la actividad neuronal aprendida con los hábitos se recupera con suma facilidad, por lo que nunca se debe bajar la guardia.

Estos patrones se desarrollan y establecen en el llamado ganglio basal, una región del cerebro cuyas funciones son esenciales en la adquisición de los hábitos, las adicciones y los procesos de aprendizaje. Asimismo, esta región cerebral está implicada en el movimiento y control motor, y su disfunción puede provocar graves enfermedades, como el Parkinson, la enfermedad de Huntington, la parálisis supranuclear progresiva, una degeneración corticobasal, una atrofia multisistémica, la enfermedad de Wilson y la distonía (trastorno del movimiento corporal).

El funcionamiento del ganglio basal en lo que respecta a los hábitos ha sido estudiado por Graybrel en laboratorio con ratas que debían conseguir una chocolatina situada al final de un laberinto con forma de T. El experimento consistió en que las ratas aprendieran a asociar un determinado sonido con la situación de la recompensa comestible. Después, los investigadores cambiaron el entorno quitando la chocolatina, de manera que consiguieron acabar con el hábito. Finalmente, cuando volvieron a colocar la chocolatina en el mismo punto en que se encontraba al principio, los patrones neuronales creados por el hábito se restablecieron inmediatamente en el cerebro de las ratas.

Al empezar el experimento, cuando las ratas estaban aprendiendo a atravesar el laberinto, las neuronas se activaban, como si cada paso fuera importante. Según iban aprendiendo, por medio de señales sonoras que les indicaban que dirección seguir, qué recorrido debían hacer para alcanzar la chocolatina, las neuronas del ganglio basal aprendían también.

Una vez que las ratas podían reconocer a la perfección las señales sonoras, las neuronas implicadas en el proceso del recorrido se activaban notablemente al inicio y al final de éste, y se detenían cuando las ratas recorrían el ya conocido laberinto, como si el conocimiento se hubiese centrado únicamente en hallar la recompensa, una vez que el camino hasta ella ya había sido archivado en la memoria.

Comenzar y acabar

El siguiente paso del experimento fue quitar la chocolatina, por lo que las claves sonoras se volvieron absurdas. Este cambio hizo que cualquier detalle del laberinto pareciera de nuevo relevante, y las neuronas volvieron a ponerse en marcha durante el recorrido por éste. Las ratas de pronto dejaron de correr en busca de la chocolatina ahora inexistente, y el patrón adquirido de búsqueda desapareció de la actividad neuronal del cerebro. Pero tan pronto como los investigadores volvieron a poner la chocolatina, el patrón neuronal aprendido apareció de nuevo rápidamente.

De este experimento se infiere que los patrones aprendidos de un hábito quedan de alguna forma archivados en el cerebro, y que por lo tanto no pueden extinguirse del todo. La memoria parece retener no sólo la acción, sino también el contexto en que se desarrolla el hábito, ante cuya imagen los patrones neuronales se ponen en marcha de nuevo.

Graybiel señala que el comienzo y el final de los patrones neuronales que generan los hábitos reflejan la naturaleza del comportamiento rutinario: una vez que empezamos una acción habitual, seguimos con ella casi sin pensarlo, hasta que paramos. Estos comienzos y finales apuntan a ciertas enfermedades: a los enfermos de Parkinson les cuesta empezar a andar y la gente obsesivo-compulsiva tiene problemas para detener una actividad determinada. Este tipo de enfermedades puede ser mejor comprendida gracias a este experimento, así como las adicciones, de las que nunca se libra por completo nuestro cerebro.


http://www.tendencias21.net/Identificada-la-region-del-cerebro-que-regula-los-habitos_a763.html

El escáner cerebral confirma que es posible sentir lo que sienten otros seres humanos

imagen:fonditos

El escáner cerebral confirma que es posible sentir lo que sienten otros seres humanos

La región cerebral implicada en el dolor se activa también en las personas que aman a los que sufren

La observación de las reacciones del cerebro a través de imágenes de resonancia magnética ha podido establecer que no sólo se puede sentir lo que sienten otros seres humanos, sino que queda un registro cerebral de este sentimiento. Una investigación realizada en el Reino Unido ha comprobado al respecto que las regiones cerebrales implicadas en el dolor se activan también en las personas que se sienten identificadas con la persona que sufre. Por otro lado, el escáner magnético ha podido establecer que el efecto placebo no es sólo psicológico, ya que implica una disminución de la actividad de las regiones cerebrales relacionadas con el dolor. Por Vanessa Marsh.



Un experimento realizado por investigadores del University College London (UCL) ha establecido que las regiones cerebrales implicadas en el dolor se activan también en las personas que sienten empatía con la persona que sufre, aunque no tenga ninguna fuente de dolor propia. La investigación confirma que no sólo se puede sentir lo que sienten otros seres humanos, sino que queda un registro cerebral de este sentimiento.

Empatía, según la definición más extendida, es la habilidad que posee un individuo de percibir los pensamientos y sentimientos de otros, lo que genera sentimientos de simpatía, comprensión y ternura. En general se entiende en el sentido de la acción o actitud de ponerse en el lugar de otro para verlo desde su marco interno de referencia.

Los expertos insisten en la necesidad de no confundir la empatía con lo que uno mismo sentiría si se encontrara en la situación del otro. Se hace hincapié en que la empatía supone siempre la comprensión del otro como sujeto de la experiencia y no como un objeto cuyo comportamiento se observa desde un marco de referencia exterior.

Empatía radiografiada

La investigación sobre la empatía se desarrolló a través de 16 parejas, de las que sólo se estudió el cerebro femenino. A las mujeres del experimento se les aplicó un escáner cerebral sofisticado, basado en imagen por resonancia magnética (IRM), para el registro y seguimiento de su actividad cerebral.

Los compañeros sentimentales de estas mujeres estaban cerca de ellas, pero sólo veían sus manos a través de una pantalla de ordenador. El experimento consistía en provocar una ligera descarga eléctrica en la mano de todos los hombres y mujeres participantes y apreciar las reacciones cerebrales que estas descargas provocaban.

Pasada la primera fase, el ordenador seleccionaba los hombres y mujeres que iban a sufrir la siguiente descarga eléctrica, así como su intensidad. Cuando las descargas eran recibidas por las mujeres, el ordenador mostraba la región del cerebro afectada por el impacto eléctrico.

La sacudida y su intensidad eran registradas a partir de las regiones sensoriales, al igual que la intensidad del dolor y su impacto sobre las regiones emocionales y afectivas.

Registro ajeno

La sorpresa se produjo cuando se descubrió que las mujeres sentían también el dolor de sus compañeros cuando ellos sufrían la descarga y que incluso percibían que se iba a producir antes de que la ocurriera.

Estas reacciones eran seguidas por los investigadores a través de la alteración de las zonas cerebrales de las voluntarias relacionadas con el dolor y las emociones, a pesar de que el único contacto visual con su compañero era a través de la mano que aparecía en la pantalla del ordenador.

Las mujeres afectadas explicaron al respecto que el sentimiento que experimentaban antes de que la mano de su compañero sufriera la leve descarga eléctrica era desagradable, una especie de aprensión que se manifestaba con reacciones físicas concretas como la aceleración de los latidos del corazón.

Ninguna de las mujeres del experimento sabía que el objeto era estudiar la empatía y sus reacciones cerebrales y orgánicas. Sólo se les preguntó qué habían sentido en el momento del dolor provocado a su compañero y lo que contestaron coincidía con lo registrado en el escáner cerebral.

El experimento ha comprobado que la así llamada empatía tiene un registro cerebral específico. Asimismo, ha establecido que la región cerebral afectada por la empatía es la misma que la que usa nuestro cerebro para controlar el dolor corporal.

Los resultados del trabajo de la UCL se publican en la revista Science de febrero bajo el título “Empathy for pain involves the affective but not sensory components of pain”, y se explican también en el comunicado elaborado al respecto por la UCL.

El placebo no es sólo sicológico

Por otro lado, una segunda investigación realizada por otro equipo de las universidades de Michigan y Princeton ha descubierto que la aplicación de un placebo implica también una disminución de la actividad de las regiones cerebrales relacionadas con el dolor, lo que permite asegurar que no se trata únicamente de un fenómeno psicológico y que el simple hecho de saber que un medicamento cura, puede ser suficiente para calmar el dolor.

Esta investigación se realizó con doce voluntarios, observados mediante escáner cerebral e IRM, a los que se les aplicaba una descarga eléctrica leve, o se les derramaba un poco de agua hirviendo sobre el brazo.

A continuación se aplicaba a los voluntarios una crema placebo de la que les explicaban sus rápidos efectos anestésicos. El dolor no sólo disminuyó, sino que las regiones cerebrales implicadas en el dolor eran menos solicitadas después de la aplicación de la crema placebo.

Finalmente, se repetía el experimento y se aplicaba la misma crema, pero advirtiendo que se trataba sólo de un placebo. El dolor aumentó en esta ocasión, tal como mostró la IRM, evidenciando que el placebo no es únicamente una reacción sicológica.

Este segundo experimento ha comprobado que el efecto placebo implica una reacción cerebral concreta y medible, lo que aumenta el misterio sobre la naturaleza del espíritu humano y sobre el extraño comportamiento del cerebro ante el dolor.
http://www.tendencias21.net/El-escaner-cerebral-confirma-que-es-posible-sentir-lo-que-sienten-otros-seres-humanos_a289.html

APROXIMACIÓN PSICOBIOLÓGICA AL TRASTORNO OBSESIVO-COMPULSIVO


fuente:Marisa Arnedo1, Lola Roldán y José Manuel Morell2
Universidad de Granada
http://www.psicologiaconductual.com/private/revista/93/Aproximacion%20psicobiologica.pdfMarisa Arnedo1, Lola Roldán y José Manuel Morell2
Universidad de Granada
Resumen
El trastorno obsesivo-compulsivo representa en la actualidad un tema central
dentro de la psicopatología. Investigaciones recientes sugieren la participación de
variables genéticas, bioquímicas y neuroanatómicas en el origen del problema. En
este artículo se revisan las principales aportaciones psicobiológicas que se han realizado
dentro de este tema, con especial incidencia en la relación que se ha establecido
entre el trastorno obsesivo-compulsivo y alteraciones en el sistema
frontobasal.
PALABRAS CLAVE: Trastorno obsesivo-compulsivo, sistema frontobasal.

«Debo reconocer que todavía no he conseguido desentrañar
sin residuo alguno la complicada estructura de un caso grave
de neurosis obsesiva...Los fragmentos de conocimientos, trabajosamente
extraídos, que aquí ofrecemos, podrían parecer
poco satisfactorios, pero la labor de otros investigadores se enlazará
a ellos, y el esfuerzo común podrá conseguir aquello que
para uno solo es demasiado arduo»
(Freud, S. Obras Completas, pp. 1441)

María es una licenciada universitaria de 28 años. A pesar del tiempo transcurrido,
todavía acude a la consulta con cierta inquietud porque no quiere recordar
aquellos días, hace ahora cuatro años, en que se entregaba desde la mañana a la
noche a una extraña y urgente necesidad de lavar y limpiar todo lo que le rodeaba.
Teme que puedan volver aquellas ideas absurdas que le impulsaban, a pesar de su
resistencia, a organizar auténticos rituales de lavado: «tres veces una mano, dos la
contraria...», y esto sólo para empezar. Luego, tras cambiar la secuencia, presionaba
con fuerza su piel con detergentes cáusticos. María repetía esta ceremonia muchas
veces al día, aunque siempre procuraba aislarse y ocultarse incluso de sus familiares
más próximos.

Al final sólo obtenía un alivio momentáneo de su tensión, y no pasaba mucho
tiempo antes de que se viera embargada por intensos sentimientos de incompetencia
y tristeza, y, peor aún, por creencias de «estar volviéndose loca»... Como alternativa,
aprendió a evitar situaciones y objetos que pudieran precipitar el inicio de un
nuevo ritual.
María presenta un cuadro psicopatológico típico denominado Trastorno Obsesivo
Compulsivo.

Características del trastorno obsesivo compulsivo
Las obsesiones se definen como pensamientos, impulsos o imágenes recurrentes
y persistentes que causan estados de ansiedad y malestar de una intensidad considerable
(Tallis, 1995). Es importante matizar que no se trata de simples preocupaciones
insistentes, generadoras también de malestar, que suelen guardar relación
con acontecimientos de la vida diaria del individuo y cuyo contenido puede cambiar
de un día para otro. Por el contrario, el contenido de las obsesiones tiene un carácter
más estable, aunque varíe entre individuos, y siempre surge en la mente del
paciente de manera reiterativa una y otra vez (Foa y Wilson, 1992).
La aparición de pensamientos obsesivos, fuente importante de ansiedad o malestar,
impele al individuo a una urgente necesidad de ignorarlos, suprimirlos, o bien,
neutralizarlos mediante otros pensamientos o actos. Y así surgen las compulsiones
(Botella y Robert, 1995).

El componente compulsivo del Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) incluye
comportamientos o actos mentales (estos últimos serían considerados también como
obsesiones en el CIE-10), que aparecen recurrentemente y que, en general, son
patrones fijos y estereotipados, elaborados de manera idiosincrásica por el paciente.
Estos se pueden manifestar como conductas abiertas (lavarse las manos) o encubiertas
(contar). En la mayoría de los casos el individuo se ve abocado o impulsado
a la necesidad urgente de ritualizar para reducir el malestar que lleva asociado una
obsesión. Aunque no siempre consiga su objetivo, la no realización del ritual le supondría
un malestar incluso mayor (George, 1991).

El acto compulsivo puede también cumplir una función preventiva en tanto que
protege de potenciales situaciones temidas. En este sentido, aunque lo más frecuente
es que el comportamiento ritualista surja como consecuencia de una obsesión, se
pueden encontrar actos compulsivos sin pensamientos obsesivos, cumpliendo en
Aproximación psicobiológica al trastorno obsesivo-compulsivo 309
estos casos una función más de evitación que de escape del contenido obsesivo.
Asimismo, existen obsesiones que no se asocian a compulsiones y que, en general,
suelen ser bastante resistentes al tratamiento (Labrador, Cruzado y Muñoz, 1995;
Zohar e Insel, 1987).

En cualquier caso, el miedo, la aversión y la vergüenza que experimenta el paciente
como consecuencia de sus obsesiones y rituales, le impulsan a aprender un
repertorio, cada vez más amplio, de conductas de evitación que le permitan protegerse
de las situaciones que teme. La no exposición a dichas situaciones se convierte
así en una forma, aunque transitoria, de reducir la ansiedad y los sentimientos de
culpa (Turner y Beidel, 1994).

Criterios diagnósticos del trastorno obsesivo compulsivo
Aunque históricamente se viene considerando al TOC como una patología a medio
camino entre la neurosis y la psicosis, en las últimas ediciones de los Manuales de
Clasificación de los Trastornos Mentales (CIE-10 y DSM-IV) se le ubica dentro de los
denominados Trastornos de Ansiedad, un criterio que no todos los investigadores
comparten (Montgomery, 1993; Jakes, 1994).

Uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta en la evaluación del
TOC es la determinación del grado de certidumbre que el paciente otorga a sus
obsesiones y compulsiones, hasta el punto de calificarlas a veces de absurdas e
irracionales (Botella y Robert, 1995). No obstante, la obsesión en estos casos se
caracteriza por presentar cierta cualidad egodistónica, ya que, aunque, en general,
el individuo llega a asumir que las ideas que aparecen son fruto de sus elaboraciones
mentales, no puede evitar mostrar cierta perplejidad ante el contenido de sus pensamientos,
como si no los reconociera en consonancia con su sistema de creencias.
La resistencia que el individuo opone para aceptar y asumir como propias las
obsesiones se ha venido considerando como característica esencial que diferencia al
TOC de las simples preocupaciones persistentes, por una parte, y de las ideas delirantes,
por otra (Botella y Robert, 1995). Este criterio de resistencia, que obviamente
no se aplica al diagnóstico de TOC en población infantil, está siendo también
cuestionado en la actualidad en el adulto, ya que no se encuentra en todos los casos
y, aunque pueda surgir en fases iniciales del trastono, parece ir desapareciendo gradualmente
durante su evolución (Tallis, 1995).

Epidemiología del trastorno obsesivo-compulsivo
El TOC es un trastorno crónico, de inicio gradual, grave y relativamente frecuente.
Se estima una prevalencia de más de 2.5% en Estados Unidos y de, aproximadamente,
2 % en Europa (Freeman, 1992; Olivier, 1992; Tallis, 1995). Estos índices de
prevalencia suelen ser constantes en los diferentes países en donde se han estudiado,
con independencia de la cultura o la localización geográfica, y son mayores que
los estimados para otras psicopatologías, como, por ejemplo, la esquizofrenia, los
ataques de pánico o la anorexia nerviosa (Kolada, Bland y Newman, 1994; Zohar,
Zohar-Kadouch y Kindler, 1992).

Marisa Arnedo, Lola Roldán y José Manuel Morell
Aunque habitualmente su inicio suele situarse en la adolescencia, sobre todo en
varones, y algo más tarde (alrededor de los 26-35 años) en mujeres, no es infrecuente
su aparición en población infantil (Freeman, 1992; Jenike, 1989). Resulta
sorprendente comprobar las enormes similitudes que guarda el modo de presentación
del TOC en todos los grupos de edad.

Con respecto al contenido de las obsesiones, las ideas de contaminación son
los temas más frecuentes. También suelen aparecer constantes dudas patológicas,
necesidades exageradas de simetría, preocupaciones somáticas e impulsos agresivos
y/o sexuales (Botella y Robert, 1995) (Tabla 1).
En cuanto a las compulsiones, la comprobación es el comportamiento que se
observa con mayor frecuencia, seguido de los rituales de aseo, necesidades imperiosas
de contar, preguntar o confesar, y tendencia al acaparamiento (Freeman, 1992)

(Tabla 1).
Suele ser frecuente encontrar en un mismo paciente distintos tipos de obsesiones
y compulsiones asociadas.
Tabla 1.
Frecuencia de síntomas obsesivo-compulsivos en una muestra de 250 sujetos (Freeman, 1992)
OBSESIONES % COMPULSIONES %
Contaminación 45 Comprobación 63
Dudas patológicas 42 Aseo 50
Somatizaciones 36 Contar 6
Necesidad de simetría 31 Preguntar o confesar 31
Impulsos agresivos 28 Simetría 28
Impulsos sexuales 26 Acaparamiento 18
Otras 13 Compulsiones múltiples 48
Obsesiones múltiples 60

Trastornos obsesivo compulsivo y patologías relacionadas
El TOC es un trastorno incapacitante, que llega a interferir significativamente
con el desarrollo de la vida laboral, social y personal del paciente. El individuo con
TOC sufre mucho a causa de su patología, pero es un gran simulador y oculta su
problemática incluso a los familiares más próximos (Jenike, 1989). Suele limitar sus
rituales compulsivos a momentos de intimidad y restringe al máximo las situaciones,
principalmente sociales, que pudieran poner al descubierto su sintomatología.
La tendencia del individuo con TOC a ocultarse de su entorno, junto con su reticencia
a solicitar ayuda externa, hace que en muchos casos no se recurra a la
consulta profesional hasta que no surgen complicaciones adicionales (dermatitis,
migrañas, depresiones...) y para entonces el TOC ya puede estar bien instaurado.
Entre las psicopatologías con las que el TOC más se ha relacionado está la depresión:

Aproximación psicobiológica al trastorno obsesivo-compulsivo 311
Juan es un chico que camina siguiendo una imaginaria línea recta. Tiene que
realizar sus desplazamientos laterales formando un perfecto ángulo recto. No están
permitidas las curvas. Gira sobre sí mismo un número preciso de veces antes de
entrar en la consulta, y necesita sentarse en sillas determinadas —hasta en cuatro
diferentes— antes de pasar al despacho. Su voz ha de ser bien timbrada y el contenido
de su discurso correctamente expresado. De ahí que pregunte insistentemente
«¿Me he expresado en el castellano más correcto?». Con frecuencia necesita repetirse
en su interior «1-verde limón, 2-rojo corazón, 3 naranja...».
No obstante, su preocupación actual no es tanto por el contenido de sus pensamientos
como por el hecho de constatar que sus rituales ya no tienen tan buena
calidad como al principio. A veces, cuando se le pregunta, reconoce que todo lo
que piensa y lo que hace es absurdo, pero otras veces no parece tenerlo tan claro.
Cuanto más considera lo irracional de su comportamiento más sentimientos de tristeza
le embargan. Incluso ha habido épocas en las que ha estado muy deprimido...
Si bien durante mucho tiempo se ha considerado la coexistencia de depresión y
TOC como posible evidencia de que comparten un sustrato bioquímico común (a
través de la serotonina), estudios recientes indican que los síntomas depresivos pueden
surgir como consecuencia de la desestructuración personal y social que provoca
el TOC y, en estos casos, como ocurre en otras patologías, pasarían a considerarse
secundarios a la presencia del trastorno (Rasmussen y Eisen, 1992). Aún así, investigaciones
actuales estiman en, aproximadamente, un 33% los pacientes con TOC
que no manifiestan nunca depresión en el transcurso de su vida. En todo caso, cuando
la depresión aparece, se puede observar un empeoramiento en las obsesiones, que
no consiguen mejorar hasta que el estado depresivo se ha resuelto (Ricciardi y McNally,
1995).

Existen, sin embargo, otras patologías en donde la relación con el TOC sí podría
tener un origen más primario. Así, por ejemplo, se ha detectado una alta incidencia
de tics en los pacientes con TOC (Rapoport y Leonard, 1993). Algunos pueden presentar
el Síndrome de la Tourette (Cohen, Riddle y Leckman, 1992), y, en muchos
casos, el TOC coexiste con otros trastornos de ansiedad (agorafobia, ataques de
pánico, tricotilomanía...) (Freeman, 1992; George, 1991; Jenike, 1989; Rasmussen
y Eisen, 1992; Swedo, 1993; Tallis, 1995). Se hipotetiza, incluso, una posible relación
entre TOC y algunas alteraciones del comportamiento nutritivo, como la bulimia
(Turner y Beidel, 1994) o la anorexia nerviosa (Kaye, Weltzin y Hsu, 1993; Yaryura,
Jose y Neziroglu, 1995).

Por último, mencionar que también en el TOC se han descrito características de
personalidad premórbida que incrementarían en algunos individuos la vulnerabilidad
para adquirir esta psicopatología. Entre los rasgos de personalidad que parecen
caracterizar a los pacientes con TOC a lo largo de su vida se citan el perfeccionismo,
la escasa tolerancia a la frustración, la falta de resolución en la toma de decisiones,
la frecuente aparición de sentimientos de culpa y cierta rigidez y obstinación mental
(Tallis, 1995; Turner y Beidel, 1994).

Factores biológicos en la etiología del trastorno obsesivo-compulsivo
Los resultados de los estudios que abordan las posibles etiologías del TOC sugieren
la implicación de factores biológicos en el origen del trastorno.
Existen, principalmente, cuatro grupos de datos que apoyarían esta relación:
1. Estudios Genéticos

Diversos estudios han detectado mayor incidencia de síntomas neuróticos y trastornos
de ansiedad en familiares próximos al paciente con TOC (Botella y Robert,
1995; Rapoport, 1989; Tallis, 1995). Asimismo, el índice de concordancia en la aparición
del TOC parece ser más elevado entre gemelos monozigóticos que dizigóticos
(Cryan, Butcher y Webb, 1992).

Aunque aún no se ha podido identificar ningún gen relacionado con el trastorno,
la hipótesis genética ha cobrado especial relevancia en los últimos años, al demostrarse
la coexistencia de TOC y determinadas patologías genéticas, como tics, el
síndrome de la Tourette y coreas como la de Sydenham o la de Huntington (Cohen
et al., 1992; Cummings y Cunningham, 1992; Rapoport, 1991). Más aún, en algunos
casos se ha llegado a considerar a todos estos trastornos como manifestaciones
fenotípicas diferentes de una alteración genética común (Tallis, 1995).
2. Estudios Bioquímicos
El tratamiento farmacológico más eficaz en el TOC es aquel que emplea
inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina, tales como clomipramina,
fluvoxamina y fluoxetina (Hewlett, Vinogradov y Agras, 1992; Lelliott y Monteiro,
1986; McTavish y Benfield, 1990; Piccinelli, Pini, Bellantuono y Wilkinson, 1995;
Rapoport, 1989; Zohar e Insel, 1987; Zohar et al., 1992).
Si bien la efectividad de estos fármacos ha sido repetidamente confirmada, aún
se discute su mecanismo de acción sobre la bioquímica cerebral del paciente con
TOC.
Así, por ejemplo, la hipótesis inicial, formulada por Yargura-Tobías y Bhagava en
1977, atribuía la aparición de los síntomas obsesivos-compulsivos a una reducción
de la serotonina cerebral (Turner y Beidel, 1994). Si éste fuera el caso, los inhibidores
de la recaptación incrementarían la disponibilidad de este neurotransmisor en los
receptores postsinápticos, logrando así una mayor efectividad (Piccinelli et al., 1995;
Zohar e Insel, 1987).

Estudios más recientes cuestionan esta hipótesis, al demostrar que los agonistas
de la serotonina exacerban los síntomas del TOC, un cuadro que sólo se logra invertir
tras la administración de antagonistas. Estos resultados apuntarían más a un incremento
que a un déficit de serotonina en el origen del problema (McTavish y
Benfield, 1990; Tallis, 1995).

Por su parte, el análisis de metabolitos de la serotonina en el líquido
cefalorraquídeo de los individuos con TOC ha resultado poco clarificador, al aportar
resultados a veces contradictorios y difíciles de interpretar (Tallis, 1995).
Aproximación psicobiológica al trastorno obsesivo-compulsivo 313
En cualquier caso, sí parece haber acuerdo entre los distintos investigadores al
considerar poco probable que síntomas tan complejos, como los que aparecen en el
TOC, puedan atribuirse a la acción de un solo transmisor. Antes bien, la explicación
bioquímica del TOC tendrá que considerar, como ocurre en otras patologías, no sólo
la posible interacción entre varios neurotransmisores, sino también los diferentes
mecanismos de acción que un mismo transmisor tiene sobre distintas áreas del sistema
nervioso. En este sentido, estudios recientes han empezado a administrar, en
pacientes resistentes al tratamiento convencional, una combinación de inhibidores
de la recaptación de la serotonina con fármacos que actúan sobre otros
neurotransmisores con los que podría estar relacionada dicho transmisor, como la
dopamina (neurolépticos, IMAOS) o GABA (ansiolíticos). Aunque aún son pocos los
ensayos clínicos de los que se dispone, los datos preliminares muestran mejorías significativas
en las obsesiones tras el tratamiento (Piccinelli et al., 1995; Zohar et al., 1992).

3. Estudios anatómicos: hacia la delimitación de un circuito neuroanatómico implicado
en el Trastorno Obsesivo Compulsivo
Durante los últimos años, se ha venido incrementando el número de estudios
que describen una correlación significativa entre la aparición de síntomas obsesivocompulsivos
y alteraciones en áreas cerebrales concretas, especialmente aquellas que
afectan al sistema fronto-basal. Así, por ejemplo, se ha observado que lesiones en
determinadas regiones del lóbulo frontal o en estructuras de los ganglios basales,
producidas como consecuencia de tumores, traumatismos craneoencefálicos, accidentes
cerebrovasculares, patología infecciosa o epilepsias, pueden precipitar el inicio
de sintomatología obsesiva, o bien, agravar el cuadro si el sujeto ya presenta
rasgos obsesivos subclínicos en fases premórbidas (Baer et al., 1995; Levin y
Duchowny, 1991; Rapoport, 1989).
Asimismo se ha registrado una mayor incidencia de TOC en patologías relacionadas
con procesos degenerativos que afectan al sistema frontobasal, como
parkinsonismo secundario, corea de Huntington o corea de Sydenham (Cummings
y Cunningham, 1992; Eslinger y Damasio, 1985; Laplane et al., 1989).
Estos resultados han impulsado el desarrollo de una importante línea de investigación,
cuyo objetivo es explorar más específicamente la relación entre sintomatología
obsesivo-compulsiva y disfunción cerebral, mediante técnicas de neuroimagen y
empleando como sujetos experimentales pacientes con TOC que no presentan ninguna
patología neurológica asociada.
Aunque las imágenes obtenidas con Tomografía Axial Computadorizada (TAC) y
la Resonancia Magnética (RM) muestran ciertas anomalías en alguna de las estructuras
implicadas en el circuito frontobasal, como, por ejemplo, reducción en el volumen
del nucleo caudado (Rapoport, 1989; Robinson et al., 1995), las alteraciones
más significativas que se observan en pacientes con TOC no afectan tanto a la estructura
como al metabolismo de estas regiones cerebrales. En este sentido, las técnicas
de neuroimagen funcional (Tomografía por emisión de fotón simple (SPECT) y
Tomografía por emisión de positrones (PET)) muestran hipermetabolismo, especialmente
localizado, en la corteza órbitofrontal y en ganglios de la base, que, en muchas
314 Marisa Arnedo, Lola Roldán y José Manuel Morell
ocasiones, se extiende también al cíngulo y a núcleos talámicos (Baxter et al., 1992;
Martinot et al., 1990; Nordhal et al., 1989; Rubin et al., 1992; Swedo et al., 1992).
Este hipermetabolismo en el circuito frontobasal no puede considerarse como
un efecto inespecífico que se produce en el cerebro por la presencia de una patología
crónica, como es el TOC, sino que parece asociarse de manera particular con la
sintomatología obsesivo-compulsiva. En efecto, los resultados de investigaciones
recientes que miden el metabolismo cerebral con técnicas de PET mientras el sujeto
siente el impulso de realizar el ritual (lavarse las manos), muestran un incremento de
la actividad en las regiones cerebrales antes citadas (McGuire, et al., 1994). Más
interesante aún son los resultados que McGuire y colaboradores obtienen al
correlacionar el patrón de actividad cerebral y la intensidad de los síntomas, medida
a través de una escala jerarquizada de elementos contaminantes que provocan en
el individuo un incremento progresivo del deseo de iniciar el ritual. Los datos reflejan
una correlación positiva entre estas dos variables en áreas órbitofrontales, basales
y talámicas, así como en regiones hipocampales del hemisferio izquierdo y en el giro
cingulado posterior. Según los autores, estas dos últimas áreas podrían estar más
relacionadas con la ansiedad que provoca el trastorno, mientras que el circuito frontobasal
y talámico podría ser responsable del trastorno obsesivo-compulsivo en sí.
Por otra parte, estos mismos autores muestran correlaciones negativas entre la
sintomatología obsesiva-compulsiva y la actividad metabólica en áreas témporoparietales,
que están funcionalmente implicadas en el análisis del espacio
extrapersonal. Según McGuire et al. (1994), estos datos podrían ser el resultado de
la atención focalizada y preferente que el individuo con TOC tiene sobre sus demandas
internas, frente a la estimulación del medio externo que, obviamente, va a
resultar menos atendido.
Finalmente, mencionar que la especificidad en la relación entre hipermetabolismo
frontobasal y sintomatología obsesivo-compulsiva puede quedar definitivamente
demostrada en los resultados de las investigaciones que describen la normalización
en el patrón de actividad de estas zonas cerebrales tras la intervención farmacológica
o el tratamiento con terapia cognitivo-conductual. Las anomalías en la actividad
cerebral persisten, sin embargo, en aquellos individuos que no responden a ninguna
intervención (Baxter et al., 1992; Swedo et al., 1992).

4. Estudios Neuropsicológicos
Los resultados de estas investigaciones confirman la presencia de alteraciones en
pruebas que miden la actividad funcional de dos grandes regiones cerebrales: el
sistema frontobasal y las áreas témporo-parietales, especialmente del hemisferio
derecho (Christensen, Kim, Dysken y Hoover, 1992; Flor-Henry, Yeudall, Koles y Howart,
1979; Insel, et al., 1983; Levin y Duchowny, 1991).
Entre las funciones temporales y parietales más afectadas por el TOC se incluyen
memoria visual inmediata, reconocimiento y memoria tactil, orientación de líneas,
percepción espacial y praxias visoperceptivas y visoconstructivas (Tabla 2).
Con respecto a las funciones superiores mediadas por el circuito frontobasal, las
que sufren más deterioro con el TOC son: velocidad de procesamiento, capacidad
Aproximación psicobiológica al trastorno obsesivo-compulsivo 315
de cambio y flexibilidad cognitiva, razonamiento y planificación de nuevas estrategias,
atención, fluencia fonética, denominación y programación y regulación del
movimiento (Abbruzzese, Bellodi, Ferri y Scarone, 1995). Observaciones cualitativas
muestran en estos sujetos un descenso en la actividad espontánea y en la motivación
(Laplane et al., 1989), así como la aparición de frecuentes perseverancias e
intrusiones, falta de iniciativa y desorganización en la búsqueda y planificación de
estrategias para la resolución de problemas (Levin y Duchowny, 1991). (Tabla 3)

Tabla 2.
Pruebas neuropsicológicas que muestran deterioro en áreas témporo-parietales de
pacientes con TOC
ESTUDIO REALIZADO PRUEBAS ALTERADAS
Flor-Henry et al. (1979) Test de Ejecución Táctil
Insel et al. (1983) Test de Ejecución Táctil
Examen Perceptivo (Halstead-Reitan)
Laplane et al.(1989) Copia y Recuerdo de la Figura de Rey
Levin y Duchowny (1991) Test de Retención Visual de Benton
Test de Orientación de Líneas de Benton
Cubos (WAIS)
Rompecabezas (WAIS)
Christensen et al. (1992) Prueba de Memoria Visual de Wechsler
Cubos (WAIS)
Test de Ejecución Táctil

de cambio y flexibilidad cognitiva, razonamiento y planificación de nuevas estrategias,
atención, fluencia fonética, denominación y programación y regulación del
movimiento (Abbruzzese, Bellodi, Ferri y Scarone, 1995). Observaciones cualitativas
muestran en estos sujetos un descenso en la actividad espontánea y en la motivación
(Laplane et al., 1989), así como la aparición de frecuentes perseverancias e
intrusiones, falta de iniciativa y desorganización en la búsqueda y planificación de
estrategias para la resolución de problemas (Levin y Duchowny, 1991). (Tabla 3)

Tabla 3.
Pruebas neuropsicológicas, mediadas por el circuito frontobasal, que muestran deterioro
en pacientes con TOC.
ESTUDIO REALIZADO PRUEBAS ALTERADAS
Flor-Henry et al. (1979) Clave de Números (WAIS)
Prueba de Categorías (Halstead-Reitan)
Prueba de Purdue
Laplane et al. (1989) Dígitos Inversos (WAIS)
Pruebas de Fluencia Fonética
Ejecuciones premotoras
Test de Wisconsin
Levin y Duchowny (1991) Test de Denominación de Boston
Christensen et al. (1992) Test de Wisconsin
Fluencia Fonética

Significación funcional del circuito neuroanatómico implicado
en el trastorno obsesivo-compulsivo
De acuerdo con los resultados neuroanatómicos y neuropsicológicos obtenidos
en pacientes con TOC, se han formulado varias teorías que intentan explicar la relación
entre la aparición de síntomas obsesivos-compulsivos y la afectación del circuito
frontobasal.
En este sentido, son bien conocidas las proyecciones anatómicas que llegan al
núcleo caudado procedentes de la corteza órbitofrontal y del cíngulo. El caudado, a
su vez, envía fibras inhibidoras al globo pálido, vía preferente de salida de la información
que se procesa en los ganglios basales. Del globo pálido la información,
principalmente inhibidora, llega al tálamo, que la proyecta de nuevo a la corteza,
cerrando así el circuito (Cummings, 1993). Una anomalía en las estructuras basales
podría originar una desinhibición general, que conduciría a un sistema hiperactivo y
reverberante.
Desde diferentes teorías se intenta explicar el modo en que esta hiperactividad
cerebral podría relacionarse con la aparición de síntomas obsesivo-compulsivos. Algunos
de estos modelos suelen incorporar en sus planteamientos conceptos
neuroetológicos que se adaptan bien a los contenidos de las obsesiones. En este
sentido, se sabe que las ideas obsesivas más frecuentes suelen estar relacionadas
con comportamientos de higiene, agresión, sexualidad o peligro, que algunos autores
consideran como patrones instintivos que se instauran en el cerebro por su alto
valor adaptativo. En cierto modo se les ha equiparado con las conductas de acicalamiento
y lavado («grooming») que se observan en varias especies, y que incluso
se han investigado en modelos animales de TOC porque también tienden a incrementar
su aparición de manera compulsiva en situaciones de ansiedad o miedo
(Olivier, 1992).
La primera teoría acerca de la etiología del TOC que incorpora concepciones
neuroetológicas es la de de Rapoport (1989, 1991). Para esta investigadora las funciones
que desempeñan los ganglios de la base en el cerebro pueden constituir un
hecho clave para explicar el cuadro de obsesión-compulsión. Por una parte, se les
considera estructuras que contienen el repertorio de patrones fijos de acción típicos
de la especie que tienen significado adaptativo de autoprotección y, por otra, constituyen
un sistema de integración de estímulos sensoriales. Según Rapoport, en
condiciones normales, un patrón determinado sólo se desencadenaría ante estímulos
específicos (por ejemplo, el lavado de manos ante la presencia de la suciedad),
y, una vez cumplido su objetivo, señales sensoriales apropiadas (comprobación de
que las manos están limpias) serían también las que provocarían la inhibición de
este comportamiento.
En esta teoría, las áreas corticales controlarían, mediante la estimulación sensorial
adecuada que envían al estriado, el inicio, mantenimiento y, finalmente, la inhibición
de un determinado patrón de comportamiento. Un fallo en el sistema provocaría
que, por una parte, estos patrones se desencadenaran ante cualquier estímulo
que el sujeto advirtiera como peligroso, aunque no fuera el apropiado, y, por
otra, sería más difícil interrumpirlos una vez que se hubieran desencadenado. El

individuo se convierte así en un escéptico que no concede crédito a sus datos sensoriales
ni confía en poder refutar la obsesión por medio de la lógica (Rapoport,
1989).
También para Baxter et al. (1992), la modulación de estos patrones fijos de comportamiento
se llevaría a cabo a través de la intrincada red de conexiones que se
establece entre ganglios basales y área orbital. Una hiperactividad en los ganglios
basales, como la que se produce en el TOC, originaría la aparición de las secuencias
repetitivas que se observan en los rituales compulsivos. Por otra parte, la
hiperfrontalidad, sobre todo de áreas orbitales, podría exacerbar funciones que
normalmente son mediadas por estas zonas cerebrales, provocando algunos de los
síntomas que se observan en el TOC, como el incremento en la rigidez mental, la
excesiva preocupación y los sentimientos de culpa que caracterizan las obsesiones.
La escasa flexibilidad para el cambio de comportamientos que muestran estos
sujetos, junto con la dificultad en el control de las interferencias estimulares, podría
conducir a la aparición repetitiva de una misma conducta, sobre la que el sujeto ya
no tendría control (Insel, 1992; McGuire et al., 1994). Es como si la hiperactividad
en estas áreas cerebrales pudiera generar estimulación interna, de carácter obsesivo,
con una intensidad relevante. A este respecto, se han descrito casos de sujetos
con focos epilépticos frontales (no necesariamente orbitales) que comunican episodios
transitorios de pensamientos que les impulsan a actuar de manera compulsiva,
sin que puedan controlar sus actos (Insel, 1992).
Las teorías que implican al sistema frotobasal en el origen del TOC pueden incorporar
perfectamente los datos bioquímicos y farmacológicos más relevantes hasta
el momento, ya que los ganglios de la base son áreas cerebrales con alta concentración
de serotonina procedente, entre otras estructuras, del rafé dorsal (Molliver, 1987).
Cualquier déficit o exceso en la bioquímica de la serotonina repercutiría en la actividad
funcional del circuito frontobasal.
Asimismo las técnicas de psicocirugía que mayor eficacia han demostrado
en el control del TOC, como la cingulotomía o la capsulotomía, podrían apoyar
también estos planteamientos, ya que se han dirigido específicamente a interrumpir
vías excitadoras para reducir la hiperactividad en el sistema frontobasal
(Baer et al., 1995).
Tratamiento del trastorno obsesivo-compulsivo
Las intervenciones que en la actualidad más eficacia terapéutica obtienen, principalmente
en cuanto al mantenimiento de logros conseguidos mediante la terapia,
son aquellas que están apoyadas en modelos conductuales o cognitivo-conductuales
asociadas, según el caso, a tratamiento farmacológico (James y Blackburn, 1995;
Labrador et al., 1995; Turner y Beidel, 1994).

En la elección de la intervención terapéutica que se aplique a un paciente con
TOC van a confluir un gran número de variables, entre las que cabría destacar: la
presencia o ausencia de estímulos externos que originen pensamientos obsesivos, la
naturaleza de las obsesiones y compulsiones (manifiestas o encubiertas), el grado
de interferencia que produce el TOC en la vida del paciente, la cronicidad del tras318
Marisa Arnedo, Lola Roldán y José Manuel Morell
torno, expectativas del paciente respecto a la terapia, el grado de generalización de
comportamientos de evitación que posee y, sobre todo, la presencia de otros trastornos
mentales asociados con el TOC.
Los tratamientos psicológicos que se aplican van dirigidos, por una parte, a reducir
el malestar asociado a las obsesiones mediante técnicas de exposición, y, por
otra, a disminuir la frecuencia de aparición de actos compulsivos u obsesiones, utilizando
técnicas de prevención de respuesta (Grayson, Foa y Steketee, 1985).
Las técnicas de exposición consisten en poner en contacto al paciente, de forma
deliberada y progresiva (se parte de estímulos que generan niveles medios de malestar)
con aquellas situaciones (se incluyen pensamientos) que evitaba con anterioridad
o cuya presencia provoca altos niveles de ansiedad, hasta que el malestar vaya
remitiendo de manera significativa.
El cambio de expectativas (la comprobación de que no ocurre nada nocivo) si no
se ejecuta el ritual tras la exposición a tales estímulos suele conseguir la extinción
final del ritual.
Por su parte, la prevención de respuesta tiene como objetivo el bloqueo riguroso
de cualquier maniobra relacionada con la ejecución del ritual durante el proceso de
exposición (Echeburúa y Corral, 1992). En función de las características que presente
el TOC podemos aplicar una amplia gama de variantes de estas técnicas, tales
como la exposición prolongada en vivo, exposición con intención paradójica,
saciación, parada de pensamiento, etc. El empleo de estas técnicas muestra índices
de mejoría en torno al 75% de los casos tratados (Cruzado, 1993; James y Blackburn,
1995).

Conclusión final
Como se puede apreciar por los resultados expuestos, y aunque aún se este lejos
de ofrecer una explicación global del Trastorno Obsesivo Compulsivo, las investigaciones
que desde la neurociencia y la psicología clínica se están realizando contribuyen
de manera decisiva a avanzar en el conocimiento y en el abordaje terapeútico
de esta patología. Pero aún son muchas las cuestiones que quedan por resolver...
En estos casos, como decía Freud, «no queda más posibilidad que comunicar las
cosas tan imperfectas e incompletas como las sabemos y podemos hacerlas
públicas...Sólo el esfuerzo común podrá conseguir en un futuro desentrañar su
complicada estructura» (Freud, S. Obras Completas, p. 1441).
Bibliografía