anonimo








Casos clínicos TOC - (anónimo)




Hola. Soy un chico de 32 años. Hace un año que he salido de un trastorno obsesivo compulsivo que arrastré durante más de 11 años. He oído de casos de gente, que cuando tiene un trastorno de este tipo, sufren una angustia terrible por no saber qué les está pasando. Yo tuve la suerte de saber que lo que me sucedía era un trastorno (aunque aún ni siquiera sabía como se llamaba) que alguna gente padecía. Había oído de casos de gente con problemas similares e incluso recuerdo ver en un telediario una mención a este tipo de problemas. Gente que va caminando por la calle vigilando no pisar las líneas de las baldosas del suelo, gente que no puede parar de lavarse las manos por miedo a contagiarse de alguna enfermedad…

En mí empezó a manifestarse y hacerse cada vez más presente en mi vida cuando aún estudiaba. Se me venían a la cabeza un montón de ideas obsesivas de distinto tipo. Algo malo que le podía pasar a alguien de mi familia o ser allegado. Algo que me podía pasar a mí. A veces cosas pequeñas, como suspender un examen. A veces cosas graves como la muerte de un ser querido. Eran por ejemplo frecuentes las ideas/miedos a que me tuviesen que amputar algún miembro, o de quedarme inválido. Eran un montón de cosas las que se me venían a la cabeza, y no sólo una idea obsesiva cómo le pasa a mucha gente que padece un trastorno como éste. Estas ideas obsesivas, me creaban una angustia grande, que yo "aplacaba" haciendo una especie de "rituales" para que aquello que en ese momento se me venía a la cabeza, no sucediese. Esos rituales eran lo que más adelante me dijeron que se denominaban "compulsiones" En mi caso, para aliviar la tensión que me creaba una idea obsesiva, tenía que repetir dos veces lo que estaba haciendo o bien hacer dos veces algún tipo de gesto. Ya fuese coger un vaso y volverlo a dejar en su sitio. Pasar dos veces por el mismo sitio, mirarme dos veces las manos estirándolas. Contraer el estómago dos veces. Horrible. Cada idea obsesiva que me asaltaba venía seguida de uno o varios de estos rituales o compulsiones. Algo así como el supersticioso que ve de lejos un gato negro y se cambia de acera para evitar que el gato se cruce en su camino. Al principio eran dos veces. A medida que el trastorno se fue agudizando, pasaron a ser un nº par de veces, con lo que en lugar de coger un vaso y dejarlo en su sitio dos veces, podía llegar a hacerlo cuatro, u ocho….. Otra cosa curiosa de todo esto, es que en el fondo, yo era consciente de lo "absurdo" de la situación. Es decir, sabía que esos gestos, esas compulsiones no iban a evitar nada, y que esos miedos, eran infundados. Pero no podía evitar que las ideas obsesivas me asaltasen generando una ansiedad que alimentaba continuamente ese comportamiento.

Cuantas veces me propuse controlarlo. Desde que me levantaba, intentaba no responder a las ideas que me asaltaban, con las compulsiones. Pero siempre acababa cayendo perdiendo el control sobre ello.

Comencé a tratarme con un psiquiatra. Él entendía perfectamente de lo que yo le hablaba. Me sentí totalmente comprendido. Es un alivio en un caso de estos hablar con alguien que entiende lo que te pasa. Es algo que no puedes contar, en muchos casos ni a la gente allegada a ti, porque realmente sabes que es muy difícil que lo entiendan, y muy fácil que les parezca algo rarísimo. Tienes miedo de que te tomen por una especie de bicho raro. El psiquiatra me diagnosticó el Trastorno Obsesivo Compulsivo

Empecé entonces a medicarme. Y fue, con el TOC relativamente poco avanzado... Al menos si lo comparo con como llegó a degenerar más tarde. Los medicamentos me permitieron hacer vida "pseudonormal" durante los más de 11 años que los tomé. Me explico. Los medicamentos lograban retener aquello. Al principio noté mejoría. Pero el trastorno no desaparecía. Y con el tiempo volvía a agudizarse.

Cuando volvieron a aumentar las compulsiones, el médico aumentaba un poco la dosis de medicamentos, y la cosa se estabilizaba. Es decir "dejaba de ir a más". Durante todo ese tiempo, excepto una de las veces, en la que el médico me redujo la dosis porque llegué a encontrarme un poco mejor, la dinámica fue esa: Si pasaba una época de excesos (trasnochar, dormir poco) o con tensiones fuertes (exámenes, ansiedad, disgustos), las compulsiones se hacían fuertes y aumentaban. Volvía al médico, y aumentaba la dosis de la medicación. Las compulsiones se estabilizaban (dejaban de aumentar, pero no disminuían). Así hasta una nueva mala época. Nuevo aumento de las compulsiones y disminución de mi capacidad para intentar controlarlas. Aumento de la dosis de medicación.

Aún con todo esto, logré terminar con mucho esfuerzo los estudios y empecé a trabajar. Tiempo después me independicé. Me fui a vivir fuera de casa de mis padres. Poco a poco iba prosperando profesionalmente. Siempre digo que la medicación me permitió ir llevando esta vida "pseudonormal" e ir alcanzando estos logros tan comunes. Pienso que sin las medicinas esto hubiese sido imposible. Pero la llamo vida "pseudonormal", porque la calidad de la misma se veía muy, muy afectada. Mi rendimiento en prácticamente todo lo que hacía estaba muy mermado. Cuando estudiaba. En el trabajo. Cuando leía una novela, o un periódico, pasaba por la tortura de llegar a leer 8 veces la misma frase. O a tener que ponerme de pie y estirarme cuatro veces para evitar que sucediese algo malo que la frase que acababa de leer me había evocado. El mero hecho de leer la palabra "muerte" "violación" "amputación", generaban esas ideas que me llevaban a las compulsiones. No exagero un ápice si digo que desde que despertaba por la mañana, al levantarme de la cama, lo primero que tenía que hacer era uno de mis "rituales" o compulsiones, porque enseguida aparecía una de estas ideas obsesivas.

Cada vez esto me generaba más y más ansiedad. Y la ansiedad hacía que todo degenerase cada vez más. Para controlar lo grotesco que el hacer esto delante de los demás tiene, procuraba disimular. Sustituía compulsiones que podían llamar la atención, por otras menos perceptibles para quien estaba conmigo. Contraía el estómago fuerte un nº par de veces. Leía un letrero que hubiese por la calle un nº par de veces. Mi comportamiento no dejaba de resultar extraño a los demás en algunos momentos. Delante de mi familia (ellos conocían mi problema), era menos capaz de ocultarlo. Se puede decir que mis compulsiones vivían con nosotros. Cuando estaba solo, la cantidad de actos compulsivos que realizaba, era sencillamente salvaje. Aquello me perseguía siempre. Estudiando. Leyendo. Hablando con alguien. Viendo la tele. Comiendo. Yo seguía para adelante con este lastre, que cada vez se iba haciendo más grande y más pesado. Creía que lo único que podía hacer era llevarlo lo mejor posible. Hacía ya algunos años, cuando hablé con el psiquiatra que me trataba acerca de ello, me dijo que era algo crónico y que la única solución era la medicación. Que el trastorno no desaparecía, y que las medicinas eran lo único que me permitiría controlarlo. Recuerdo empezar a mirar información acerca del TOC en Internet y encontrar una página de psiquiatría donde decía que efectivamente el TOC era algo crónico. Como he leído en el texto de otra paciente en este mismo apartado "Me gustaría que me viesen ahora".

Yo mismo había escuchado a Miguel G. Herrero en la radio un par de veces. Pero fue alguien de mi familia que lo oía asiduamente quien se empeñó enconadamente en que acudiese a ver a Miguel. Como me alegro de haberle hecho caso. Yo era más que escéptico. A esas alturas yo tenía aceptado que el TOC era algo crónico. Pero finalmente pensé que por ir a tener otra opinión, no perdía nada. Decir que me alegro enormemente de haber dado ese paso, es quedarme muy corto. Cuando conocí a Miguel sentí esa sensación de comprensión que había sentido años atrás con el psiquiatra que me trataba. Sin embargo, el me dijo que mi trastorno se podía curar totalmente. Con un trabajo dirigido en 30 horas de psicoterapia. El TOC se podía curar ¡¿?!. Y podría abandonar la medicación! Y me habló de su experiencia tratando este trastorno. Se me estaba abriendo una nueva puerta. Casi no sabía si creérmelo. Me decidí a ponerme en sus manos.

Me trató Silvia García. Fueron 30 sesiones y posteriormente otras 10 de seguimiento. Gracias de nuevo Silvia.

Dirigido por ella, trabajando y haciendo un importante ejercicio de fuerza de voluntad, hoy hace más de 8 meses que terminé el trabajo de terapia y más de un año que borré las compulsiones de mi vida. Acudí a otro médico durante el tratamiento con Silvia, para que me quitase gradualmente la medicación. Hace ya meses que los antidepresivos, antipsicóticos y demás han desaparecido ya de mi vida. Sigo tomando ansiolíticos alguna vez en dosis ya muy bajas y espero dejar de hacerlo en breve.

Desde hace tiempo puedo disfrutar de un libro de verdad, mi rendimiento en el trabajo, estudiando, y en todas las facetas de mi vida, no se ve mermado por las compulsiones. Y por supuesto, mi ilusión ha crecido enormemente y la sensación de alivio y las ganas de hacer cosas han ocupado en mi vida todo el espacio que antes ocupaban las compulsiones. Y dentro del proceso de terapia, aprendí a modificar conductas relacionadas con mi trastorno. A dejar de ahogarme en un vaso de agua. A dejar que cualquier contrariedad que se presentase en mi vida, me pareciese una cuesta arriba difícil de subir. Librarme de las compulsiones, superar el trastorno, me ha dado una sensación de libertad enorme. Vivir sin aquello es otra cosa.

Quiero animar a todas las personas que estén en una situación similar o tengan a alguien allegado que sufra el trastorno. Podéis dejarlo atrás, como he hecho yo. Cómo ya habréis podido leer aquí en los casos clínicos de otras personas, EL TRASTORNO OBSESIVO SE CURA.

Animo


fuente:psicia

El TOC se ha definido como “el pensamiento que empuja (incita) a la acción”. Se trata de un pensamiento repetitivo que la persona sólo puede eliminar llevando a cabo una acción.




Las obsesiones, son sucesos mentales (pensamientos, ideas, imágenes, rumiaciones, convicciones, temores o impulsos) intrusivos, persistentes y recurrentes que generan ansiedad y malestar.




Las compulsiones o rituales compulsivos consisten en acciones físicas (lavarse las manos con frecuencia, no pisar determinados lugares al caminar, etc.) y en actos mentales (contar, rezar, etc.) de carácter repetitivo y estereotipado destinados a reducir el malestar generado por las obsesiones.




Aunque antes se creía que el trastorno obsesivo-compulsivo era relativamente raro en la población general. Estudios recientes demuestran que este trastorno aparece en un 2,5% de la población global, por lo tanto, hoy en día no es raro encontrarnos a personas con esta enfermedad.

La edad de inicio entre los varones puede ser 6-15 años, y entre los 20-29 años en las mujeres. La mayor parte de las veces la aparición del trastorno es de carácter gradual. La mayoría de los individuos presentan un curso crónico con altibajos, con empeoramiento de los síntomas que podrían estar relacionadas con acontecimientos o situaciones estresantes.

Alrededor del 15% muestra un deterioro progresivo de las relaciones sociales y ocupacionales (subordinados, compañeros, superiores, clientes,…). Aproximadamente en un 5% el TOC aparece de manera episódica, alternándose con períodos asintomáticos



Las obsesiones se definen por:


Pensamientos, impulsos o imágenes recurrentes y persistentes que se experimentan, alguna vez durante la perturbación, como intrusivos e inapropiados, y causan marcada ansiedad o malestar.
Los pensamientos, impulsos o imágenes no son simplemente preocupaciones excesivas sobre problemas de la vida cotidiana.
La persona intenta ignorar o suprimir tales pensamientos o impulsos o neutralizarlos con algún otro pensamiento o acción.
La persona reconoce que los pensamientos, impulsos o imágenes obsesivos son un producto de su propia mente (no impuestos como ocurre en la inserción del pensamiento).
Las compulsiones se definen por:


Conductas repetitivas (por ejemplo, lavado de manos, orden, comprobación) o acciones mentales (por ejemplo, rezar, contar, repetir palabras en silencio) que la persona se siente impulsada a realizar en respuesta a una obsesión, o de acuerdo con reglas que deben aplicarse rígidamente.
Las conductas o acciones mentales están dirigidas a neutralizar o reducir el malestar o algún acontecimiento o situación temida; sin embargo, estas conductas o acciones mentales no están conectadas de forma realista con lo que están destinadas a neutralizar o prevenir, o son claramente excesivas.
En algún momento durante el curso del trastorno, la persona reconoce que las obsesiones o compulsiones son excesivas o irracionales. Nota: esto no se aplica a niños.
Las obsesiones o compulsiones producen marcado malestar; pérdida de tiempo (en general, el individuo emplea más de una hora diaria en ellas); o interfiere significativamente con la rutina habitual del individuo, con su actividad profesional, con sus actividades sociales o sus relaciones con los demás.
No es debido a los efectos directos de una sustancia (por ejemplo, drogas de abuso, medicación) o de una condición médica.




En la actualidad los profesionales solemos guiarnos por los criterios del manual diagnóstico DSM-IV (APA, 1994), aún vigente. Entre otras especificaciones ese manual nos dice qué puede considerarse OBSESIÓN y qué puede considerarse COMPULSIÓN antes de diagnosticar un TOC:




“¿Qué podría hacer una persona con TOC?”



Rituales de limpieza: se evitan posibles focos, reales o imaginarios, de suciedad o contaminación (pasar al lado de basura, delante de un hospital, al orinar) sintiendo posteriormente la necesidad de realizar complicados rituales de higiene y limpieza.
Rituales de repetición: pueden repetirse las más extrañas secuencias, por ejemplo, santiguarse siete veces, tener que repetir un determinado número ante un pensamiento, seguir una secuencia de números pares en cualquier situación.
Rituales de comprobación. Hay multitud de posibles comportamientos. En este sentido están los de comprobar repetidamente que se ha cerrado el gas, o la puerta; pero puede ir más lejos, como necesitar comprobar que no se han matado a la persona con la que se acaban de cruzar.
Rituales de acumulación: tienen dificultades para desprenderse de cualquier cosa y acumulan grandes cantidades de artilugios inservibles. Pasado un tiempo puede resultar imposible transitar por la casa.
Rituales de orden: todo ha de estar en el mismo lugar, posición, de mayor a menor,... notan incluso el mínimo cambio produciéndoles gran ansiedad lo que les ocupa muchísimo tiempo ordenando.
Lentitud sin Rituales visibles: Puede darse el cuadro completo pero sin rituales visibles. En muchas ocasiones estos están encubiertos y la persona actúa lentamente y como ensimismada por estar llevando mentalmente una compleja tarea ritual. Sin embargo, suele darse de forma selectiva de tal modo que el sujeto puede tardar horas en vestirse pero trabajar perfectamente.




“Bien, pero… ¿cómo explica la Psicología la aparición de un Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC)?”

En líneas generales, existen explicaciones de índole más cognitivo, que afirman que el TOC se produce como consecuencia de un procesamiento mental alterado. Algunos ejemplos de estas explicaciones son:

Sobrevaloración de la amenaza de los pensamientos, pasando a los rituales para reducir el miedo (Foa y Kozac, 1986)
Los pensamientos, imágenes, impulsos se concierten en obsesiones en función de la importancia que nosotros les otorgamos (Salkovskis, 1987) “A medida que vamos considerando relevante, por ejemplo, volver siempre atrás para comprobar que hemos cerrado nuestro coche, llegará un punto en el que se convierta en una obsesión que provocará que volvamos una y otra vez atrás (compulsión) porque todavía creemos que nuestro coche está abierto (obsesión)”
Otras explicaciones son índole más conductual. Lo que sucede es que aprendemos a reaccionar con ansiedad desmesurada ante determinados estímulos (objetos, pensamientos, sucesos, situaciones) que, en principio, no presentan un peligro inminente. A medida que intentamos evitar el “supuesto peligro” con nuestras acciones (compulsiones) es cuando nos vemos dentro del círculo vicioso del TOC (Teoría Bifactorial de Mowrer, 1947). Este aprendizaje erróneo puede ser tanto experiencial (vivido en primera persona) como observado en otras personas (aprendizaje vicario).




EL PSICÓLOGO



En la realidad, suele ser la combinación de ambas teorías (sin olvidar los factores biológicos) las que explican de manera adecuada qué es lo que les ocurre a las personas con TOC.




Entonces…, ¿qué se plantea un psicólogo para mejorar la situación de las personas con TOC?

Algunos de los objetivos que persigue un psicólogo para que la persona con TOC mejore son los siguientes:



Reducir o eliminar la intensidad/frecuencia de los síntomas obsesivos y/o compulsivos y el malestar asociados a ellos. Reducir.
Desarrollar en el sujeto una serie de habilidades cognitivas-conductuales para que este afronte sus obsesiones-compulsiones. Afrontar.
Modificación o flexibilización de las reglas rígidas sobre la moralidad y responsabilidad subyacentes y que hacen vulnerable al sujeto a este trastorno (esquema cognitivo). Flexibilizar.


En concreto cuando pretendemos que una persona se “mentalmente más flexible” podemos trabajar los siguientes aspectos:

A) SUPUESTOS PERSONALES TÍPICOS: Es común a estos sujetos la búsqueda de la seguridad y responsabilidad absolutas. Un sistema de pensamiento sin límites y fin en su alcance. La finalidad del terapeuta es enseñar al sujeto:
a) Imposibilidad de seguridad absoluta sobre cualquier acontecimiento futuro.

b) La improductividad e inutilidad de la culpa, así como el empleo de la reatribución causal en todo acto no intencionado.

B) MAXIMIZACIÓN CATASTROFISTA: El sujeto da una excesiva importancia a pensamientos particulares y después cae en la trampa cognitiva de buscar su origen (por ejemplo, "Se me pasa por la cabeza matar a mi hijo, ¡No puede ser!... ¿Por qué pensaré esto? Podría ser... ¿o podría ser por...?".

El terapeuta informa al sujeto que la mente contiene corrientes de estos tipos de pensamientos, que es algo "natural" que aparezcan alguna vez, y que no tiene sentido buscar su origen.
C) PROFECÍAS AUTOCUMPLIDORAS: El sujeto está a las expectativas de posibles amenazas. Como ocurren acontecimientos desagradables, de hecho; el sujeto reafirma su actitud de "estar pendientes de ellos". El terapeuta explica al círculo y señala que la alternativa es aceptar la inseguridad futura.


Recorte de prensa:


Dr. Julio Vallejo Ruiloba, presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica, jefe del Servicio de Psiquiatría del Hospital Universitari de Bellvitge, respondía en un periódico lo siguiente: Pregunta: Hola. Mi pregunta va relacionada con el trastorno obsesivo. ¿Me podría decir cuáles son sus causas (ritmo de vida, por ejemplo) y cuánto tiempo tarda en curarse? ¿Qué conducta ayuda a paliar esa enfermedad? Muchas gracias por su respuesta.

Respuesta: Las causas aunque en última instancia desconocida, actualmente se cree que es una disfunción de determinados circuitos cerebrales. No puede hablarse de curación puesto que la predisposición siempre está presente pero puede atenuarse o mejorarse totalmente con tratamiento adecuado. La respuesta a este tratamiento está alrededor de 10-12 semanas. La mejor conducta es enfrentarse a las obsesiones.


Lo más importante es enseñar a las personas que sufren TOC que puede vivir sin sentirse esclavas de su trastorno y que es “normal” que se den altibajos a lo largo de su recuperación. Entonces, ¿no se puede curar? Sí, que se puede curar el TOC, siempre y cuando entendamos por “curación” la remisión total del trastorno al margen de sus características predisponentes, porque estas características cuentan con un factor biológico-hereditario que es más complicado de modificar. Por ello, el Dr. Vallejo afirmaba que “no puede hablarse de curación puesto que la predisposición siempre está presente”.



fuente:psicologoenaguere@hotmail.com

la normalidad ....


En estos días he vuelto a recordar la primera vez, que vi a la madre de mi chico,
y la impresión que me causo, pues tuve la sensación de que había conocido, a la persona más limpia, de el mundo algún tiempo después, me entere de que desde los seis años y hasta los 23, exigió a su hijo menor mi marido, que se levantase a las seis de la mañana y hasta las doce o la una, del medio día se dedicaban madre e hijo a la limpieza repetitiva todas las semanas, limpieza general debo decir que el terminaba de 12 a 1 de la madrugada, pero el cansancio no era suficiente motivo para no limpiar. también recuerdo a mi suegro tan orgulloso de su esposa, tan perfecta y las charlas que nos daba, diciéndonos que tomásemos, ejemplo de nuestra suegra, se me olvidaba decir, que ella ha trabajado siempre, en la limpieza asi es que se levantaba, a las 6 de la mañana limpiando y terminaba, a las 9 de la noche todo normal, de no ser porque tanto exceso, de limpieza a terminado, por causarle una artrosis que la a incapacitado, para tareas tan elementales como peinarse ,bañarse, llamar por teléfono, hacer la comida, va con un andador pero no para la limpieza en estos momentos está en casa, con nosotros y en cuanto nos levantamos incluso antes de desayunar, ya está con el cubo el mocho los trapos colgados de el andador, da lo mismo que sean las seis, de la mañana no se levanta antes por no hacer ruido, cuando limpia pero esta despierta, esperando a que llegue el momento de continuar, con su tarea frenética, que no tiene fin. en estos momentos tiene 80 años y está acabada, pero prohibirle que limpie es matarla. Yo me pregunto qué clase de vida es esta, que ha disfrutado solo limpiando, y limpiando, y mi chico tantos años robados, de infancia y adolescencia, limpiando con su madre, porque si no lo hacía, era porque no quería a nadie y solo se importaba el, cómo veis la normalidad y la perfección, a veces esconden ignorancia por parte de quienes nos rodean, para ver que nuestro comportamiento, no es normal por beneficioso que parezca el tener la casa, como los chorros del oro, si no tienes vida mas allá de la lejía, y además implicas a otros,lo mejor pedir ayuda. no es la persona mas limpia de el planeta, es que tiene un problema,

neurosis obsesiva ¿es esta la vision que tienen los futuros psiquiatras de el enfermo de toc?




La neurosis obsesiva se define por el carácter forzado (compulsivo) de los sentimientos, de las ideas o de las conductas, que se imponen al sujeto y que le llevan a una lucha inextinguible, sin que, no obstante, él mismo deje de considerar irrisorio este parasitismo incoercible.

De aquí los caracteres clásicos de las obsesiones: incoercibilidad, automatismo, lucha y cc de la enfermedad.

La neurosis obsesiva se caracteriza por:

La emergencia de fenómenos obsesivos ( obsesiones de limpieza, de lo infinito, de culpabilidad, de verificación, etc. convertida en preocupación obsesiva.

Por los medios de defensa del obsesivo contra su propia obsesión, medios que a su vez se convierten en obsesivos.

Por una clase de tr intelectuales y afectivos que constituyen los estigmas psicasténicos del obseso.





El pensamiento compulsivo molesta y traba al sujeto contra la que él lucha. Carácter forzado de las ideas y de los actos “compulsivos”, contra los cuales el obseso erige una verdadera defensa estratégica expresan el deseo profundo de martirizarse.





– LOS SÍNTOMAS





EL PENSAMIENTO COMPULSIVO

El sujeto es invadido por ideas obsesivas que se le imponen a pesar de él.

La intrusión en el campo de la cc, de un pens no deseado, insistente, repetido, reconocido por el sujeto como suyo y repudiado por odioso.

El pens intruso varía según los sujetos pero en un mismo enfermo, en un período dado, no se diversifica más que dentro de un círculo restringido, verdadero tema obsesivo. Puede tratarse de una imagen, de palabras o de cifras. En este último caso, es preciso repetir en serie, un número de veces determinado sin omisiones ni errores.

La tendencia a la repetición es inseparable de esta intrusión parasitaria.

Esta modalidad compulsiva del pens traduce la lucha del sujeto contra la intrusión.





LA ACTIVIDAD COMPULSIVA. LA OBSESIÓN-IMPULSIÓN





Experimenta una tendencia a los actos agresivos, impulsivos, particularmente temidos o no deseados.

Dificultades en la decisión y en la acción. Sobre el fondo de esterilidad y de la abulia, aparecen las obsesiones-impulsiones, verdadera hambre de acciones contenidos.

El enfermo se queja de “no poder contenerse” para nos dejarse llevar por una acción que no puede cometer.

Bien sea un acto ridículo, odioso, grotesco, sacrilegio o criminal, es siempre un acto cargado de agresividad contra el sujeto o contra los demás, y es porque no se debe hacer por lo que el obseso se siente en la obligación de realizarlo.

Por otra parte, el paso al acto temido es excepcional. Puede ocurrir que sea realizado sólo a título de esbozo casi simbólico. A veces, el acto se realiza y el obseso queda aliviado. Mucho más raro son los crímenes o suicidios del obseso. El obseso persigue la quimera, el fantasma de dar y retener a la vez.





LOS RITOS OBSESIVOS. EL PENSAMIENTO MÁGICO DEL OBSESO





Se siente forzado a realizar actos repetitivos de carácter simbólico.

Ante su problema insoluble, el obseso encuentra una solución de “compromiso” que constituye el sentido de su neurosis. Establece una especial forma de relación mágica con el mundo. El universo que le presenta tales contradicciones es hostil; y puesto que no puede vencerlo, va a conjurarlo. A los maleficios, opondrá proced mágicos, ritos misteriosos, trucos irrisorios, que ligan todas las conductas obsesivas.

Se puede afirmar que la ritualización de la vida es el punto final de la act obsesiva. El obseso tiende a alienarse en el rito para escapar de lo que aún le queda de libertad en el conflicto compulsivo.

Algunos comportamientos son frecuentes o típicos:

Locura de la duda: delirio de contacto. Les falta la certidumbre de la limpieza.

Obsesión-impulsión de actos criminales: suicidio, homicidio, atentados a la moral, incendios, etc.

Onotomanía: indefinidas series de números y de cálculos. Cuenta, suma, divide y multiplica hasta el infinito, es decir fragmenta hasta la nada todas las posibles formas de sus actos en el tiempo y en el espacio.





EL FONDO PSICATÉNICO





Esta lucha agotadora es a la vez el efecto y la causa de una astenia psíquica.

Baja de la tensión psicológica. Las agitaciones psicomotrices (tics, actos estereotipados, etc.), las agitaciones ideoverbales constituyen un aspecto fundamental de este desorden en este desorden en la vida psíquica del obseso, enteramente sometido a act de bajo nivel.

En el plano de la afectividad, el obseso está consagrado a sentimientos depresivos que son testimonio de su debilidad psíquica (dudas, sent de influencias, de irrealidad, de extrañeza, de fatiga, confusión). La ausencia de decisión, de resolución voluntaria, falta de confianza y de atención, la incapacidad de experimentar un sent exacto en rel con la sit presente, la retrogradación hacia el pasado y hacia lo imaginario, constituyen las caract ppales de estos síntomas psicasténicos que ponen de manifiesto la debilidad psicológica del obseso.




EL CARÁCTER Y LA PERSONALIDAD DEL OBSESO.





La neurosis obsesiva tiene por condición y como infraestructura una forma part de org del Yo: debilidad en las operaciones de la síntesis psíquica, fuerzas icc y represivas del Super-Yo icc de estos desdichados que se martirizan con un cierto goce.





I LOS “ESTIGMAS PSICASTÉNICOS”





Carácter psicasténico como fondo constitucional del obseso.

Rasgos esenciales de la fisonomía del carácter del obsesivo:

La tendencia a los escrúpulos, a la abulia y a la duda.

La tendencia a las crisis morales de cc.

La timidez y la inhibición de los contactos sociales.

La tendencia a la introspección y al autoanálisis de la vida interior.

Los trastornos de la sexualidad (apragmatismo, impotencia, frigidez).

Los estigmas psicomotores (tartamudez, tics, síndrome de debilidad motora).





Es desde la más temprana edad cuando el obseso manifiesta sus temores, sus temores, sus tormentos éticos y su apuro en la vida social, la escuela o la flia. Enrojece fácilmente, se molesta y reacciona vivamente con cólera, con lágrimas o con un nerviosismo mohíno.

La manía del orden y de la meticulosidad. Son sujetos que sienten una necesidad de reglamentar todo, de contarlo todo y de someterse a imperativos o a prohibiciones rigurosas; son estrictos y avaros.





II EL CARÁCTER SADICOANAL DEL OBSESO





Carácter definido esencialmente como sadicoanal. Su mecanismo de defensa es la formación reactiva de rasgos de carácter que constituyen una especie de oposición sistemática a las pulsiones icc.

El comportamiento afectivo del sujeto es simbólico en el sentido de que mantiene, bajo disfraces aparentes, las cond arcaicas del período sadicoanal. De esta regresión pueden resultar 4 combinaciones.

Al igual que el pens o el acto compulsivos, los rasgos del carácter expresan la ambigüedad de las cond, la ambivalencia de las sit: pero la unidad profunda de todas las cond reside en la regresión sadicoanal.

Los 4 puntos cardinales de nuestro esquema: la tendencia a la suciedad, recubierta por su formación reactiva de superlimpieza y la tendencia a la retención de objetos, recubierta por el comp de prolijidad.

El erotismo anal. Los rasgos caracteriales relacionados con la retención anal. La dificultad de abandonar los objetos ante las demandas da lugar a cond, hábitos o estereotipias tales como la obstinación, el coleccionismo, la angustia ante la separación. La obstinación no falta nunca, ella da lugar a una manifestación de agresividad, pasiva, pero eficaz. Le confiere al dinero un valor simbólico que hallamos en todos los casos: el dinero permite a la vez la acumulación, la tranquilidad, la autoridad.

Formación reactiva contra el erotismo anal: la prodigalidad compensadora. Invirtamos todos estos rasgos de erotismo anal. Se asiste entonces a comportamientos de prodigalidad a veces explosivos; se tira el dinero por las ventanas. Los regalos representan una desposesión simbólica y la temeridad puede suceder de golpe al temor a las novedades.

La agresividad sadicoanal. Los rasgos de la rebelión contra el adiestramiento son la suciedad y la agresión, componentes del sadismo fantasmagórico del obseso. Raramente se descubre la suciedad a primera vista. Sin embargo, el estado de las uñas o el de la lencería puede contrastar con la meticulosidad de ciertos lavados. Del mismo modo un voc grosero puede emerger inopinadamente de entre un leng habitualmente vigilado. El sadismo fantasmagórico puede transformarse en “voluntad de poder”, en busca de las posiciones y de los medios de autoridad y de prestigio, en intolerancia, rigidez, ferocidad, en juegos de ingenio cáusticos, que disfrazan la agresividad con bromas. La sexualidad se vive como una lucha cruel.

La formación reactiva contra la agresividad: meticulosidad y escrúpulos compensadores. Resulta especialmente frecuente, ya que el Super-Yo reprime con las tendencias sádicas. El amor a la verdad puede ser llevado al más riguroso extremo, la severidad contra sí mismo puede ir hasta el ascetismo absurdo. Estos rasgos están siempre mezclados con otros: la “supermoralidad” podrá coexistir con pequeñas indecorosidades, hurtos simbólicos, que alimentarán gdes conflictos morales entre la gratificación por el robo, prueba de fuerza y la desaprobación moral, castigo de la agresividad



FUENTE: Francisco Abal

Modelo cognitivo de los problemas obsesivos

Experiencia previa, actual y percepción de:

problemas causados por "no tener suficiente cuidado con lo que haces"
enseñanza específica en códigos de conducta y responsabilidad.
Formación de suposiciones disfuncionales.
Índice crítico.
Activación de las suposiciones.
Las obsesiones "normales" se convierten en foco de responsabilidad.
Pensamientos/ Imágenes negativos automáticos.
"Neutralización", que se desarrolla progresivamente:
Conductual:

Evitación y restricciones autoimpuestas.
Verificación repetida.
Limpieza repetida.
Búsqueda de tranquilización.
Cognitivo:

Rituales cognitivos.
Atención a la información negativa.
Desesperanza y preocupación.
Ruminación.
Fisiológico:

Arousal aumentado.
Cambio en las funciones corporales.
Trastornos del sueño.
Modelo cognitivo del desarrollo del trastorno obsesivo-compulsivo (según Salkovskis y Warwich)

Las obsesiones son ideas, ), sino como ideas que invaden la conciencia de la persona, que causan importante malestar y no son simplemente preocupaciones de la vida cotidiana. La persona reconoce que son producto de su mente.

Las compulsiones son conductas repetitivaimágenes o impulsos recurrentes, persistentes o absurdos, de naturaleza egodistónica (no vívidos voluntariamentes y aparentemente dotadas de un propósito que se realiza como respuesta a una obsesión, o a siguiendo una regla determinada. La conducta no persigue un fin en sí mismo, sino que está destinada a producir o prevenir un determinado suceso. El acto se realiza con una sensación de compulsión y al mismo tiempo de resistencia a realizarlo y la realización del ritual no es agradable, aunque si que es cierto que alivia la tensión.

Clasificación de De Silva y Rachman
Estos autores señalan que el trastorno obsesivo compulsivo da lugar a distintas subtipos clínicos. En cada paciente con TOC suele predominar uno o dos subtipos.

Compulsiones de limpieza /lavado . Es la forma de TOC más común en clínica. La persona tiene la creencia de que se puede contaminar con gérmenes o por suciedad y lleva a cabo rituales de limpieza o desinfección. Es más frecuente en mujeres que en hombres.
Compulsiones de comprobación . Es el que sigue en frecuencia al anterior. Se manifiesta por igual en ambos sexos. Los rituales de comprobación se llevan a cabo porque se forma la obsesión de la duda ¿Habré cerrado el gas?. La duda se hace perenne y la persona comprueba una y otra vez. Si no se hace la sensación que tiene es de que puede ocurrir una catástrofe.
Compulsiones manifiestas. Al igual que la anterior no hay diferencias entre los sexos. Este tipo de compulsiones se manifiestan como: repeticiones de conductas reiteradas; tocar todas las esquinas, tocar con una mano lo que ha sido tocado por otra,.... el acto confiere una situación de conjurar al peligro para evitar una catástrofe.
Obsesiones no acompañadas por conductas compulsivas manifiestas . Son el subtipo de personas que tienen pensamientos, imágenes o impulsos pero que éstos no se acompañan de ningún ritual conductual. Estas obsesiones siguen rituales mentales que reducen al igual que el manifiesto el malestar o ansiedad. Otras personas tienen rituales sin obsesiones.
Lentitud obsesiva primaria . En una parte pequeña de pacientes se observa, la mayoría hombres, que la persona lleva a cabo una actividad con excesiva lentitud (por ejemplo para ducharse o vestirse pueden invertir muchas horas), mientras que otro tipo de actividades lo llevan a cabo con una velocidad normal. La persona no lo vivencia como algo que le crea malestar. Suele aparecer al inicio de la vida adulta y tiene un curso crónico

Obsesiones y compulsiones: Invasión de la conciencia

Violencia y contaminación

Las obsesiones más comunes son pensamientos repentinos de violencia, como por ejemplo hacer daño o matar a otra persona; de contaminación, como el temor de infectarse al estrechar la mano de alguien; y de duda, cuando se tiende a comprobar repetidamente si se ha realizado o no cierta acción.

Las compulsiones más comunes incluyen el lavarse las manos o ducharse innecesariamente, contar y contar una y otra vez el dinero u objetos, o tocarlos para verificar su presencia.

Cuando el individuo intenta resistir a una compulsión, inmediatamente aumenta su ansiedad. Y sólo la alivia realizando el acto. Al comienzo, lo intenta, pero después de fallar muchas veces abandona este propósito.

Es frecuente que a estos signos se asocien la depresión, la ansiedad generalizada y ciertas fobias. Esto explicaría, en algunos casos, la alta tasa de celibato y de baja fertilidad en quienes presentan este trastorno.

Los investigadores están de acuerdo en que por lo general se presenta en personas de coeficiente intelectual y de estatus social alto. También se ha demostrado que se inicia relativamente temprano y que hay un lapso de cinco o diez años entre el comienzo y la búsqueda de ayuda psicológica.

Los factores que precipitan estos trastornos son muy diversos, aunque el embarazo es un elemento muy común entre las mujeres.

Trastorno obsesivo-compulsivo: TOC

Este trastorno se caracteriza por la presencia de obsesiones y compulsiones, excesivas e irracionales, que provocan un malestar significativo, representan una pérdida de tiempo (toman más de una hora por día) o interfieren marcadamente con la rutina diaria del individuo, sus relaciones laborales (o académicas) o su vida social y familiar.

Informe profesional Existe una estrecha relación entre el Trastorno Obsesivo-Compulsivo y la Depresión. Estos cuadros suelen hallarse asociados muy frecuentemente. Asimismo la dificultad en tomar decisiones (indecisión constante) que acompaña a éste trastorno dificulta el normal desenvolvimiento del individuo. Una persona con TOC tiene conductas obsesivas y compulsivas que son lo suficientemente extremas como para interferir con la vida diaria. No se deben confundir personas con TOC con un grupo mucho más grande de individuos que a veces son llamados "obsesivos" porque tienen un nivel alto de desempeño y son perfeccionistas y muy organizados en su trabajo y aún en sus actividades de recreo. Este tipo de "obsesividad" muchas veces sirve un propósito valioso al contribuir al autoestima de la persona y su éxito en el trabajo. En este aspecto, difiere de las obsesiones y rituales, pensamientos y conductas que alteran severamente la calidad de vida de la persona con TOC. Los individuos que padecen TOC muchas veces tratan de ocultar su trastorno en lugar de conseguir ayuda. Muchas veces logran ocultar sus síntomas obsesivos-compulsivos de sus amigos o colegas. Una consecuencia desafortunada de este secreto es que personas con TOC por lo general no reciben ayuda profesional hasta años después del comienzo de su enfermedad. Llegado a ese punto, pueden haber aprendido a manejar sus vidas -- y la vida de sus familiares -- en torno a éstos rituales: Se definen a las obsesiones como: Pensamientos, impulsos o imágenes recurrentes (por ej. pensamientos sobre la muerte, impulso de querer matar a un ser querido, imágenes repugnantes) que se experimentan como intrusos, no deseados e inapropiados y causan ansiedad o malestar significativos Los pensamientos, impulsos o imágenes no se reducen a simples preocupaciones excesivas sobre problemas de la vida real La persona intenta ignorar o suprimir estos pensamientos, impulsos o imágenes, o bien intenta neutralizarlos mediante otros pensamientos o actos La persona reconoce que estos pensamientos, impulsos o imágenes obsesivos son el producto de su propia mente Se definen a las compulsiones como: Comportamientos (por ej. lavado de manos, puesta en orden de objetos, comprobar si las puertas o ventanas están cerradas) o actos mentales (por ej. contar o repetir palabras en silencio) de carácter repetitivo, que el individuo se ve obligado a realizar en respuesta a una obsesión o de acuerdo a ciertas reglas que debe seguir estrictamente El objetivo de estos comportamientos u operaciones mentales es la prevención o reducción del malestar (en general ansiedad o angustia) o la prevención de algún acontecimiento negativo, sin embargo estos comportamientos u operaciones mentales no están relacionados en forma realista con aquello que pretenden neutralizar (o prevenir) o resultan claramente excesivos Las últimas investigaciones llevadas a cabo por profesionales con pacientes determinaron los siguentes resultados: las persona con TOC. como paciente puede beneficiarse significativamente con Terapia Cognitiva y/o Conductista mientras que otro puede beneficiarse con Farmacoterapia. Sin embargo, el tratamiento combinado de Psicoterapia y Medicación es el más efectivo En pacientes con TOC una sesión sobre el área- prefrontal dorso lateral derecha disminuye las urgencias compulsivas por un período de ocho horas aproximadamente. El estado de ánimo también experimenta una mejoría transitoria ( 30 minutos) sin afectarse los niveles de ansiedad y obsesivo. En forma reciente comienzan a ser publicados, particularmente en el Trastorno Obsesivo Compulsivo y en el síndrome de Tourette .El primer artículo publicado( Greemberg y col., 1997 ), del NIMH de EEUU ,se refiere a las aplicaciones de EMT como posible recurso terapéutico. En este trabajo fueron estudiados12 pacientes diestros, mitad de los cuales eran del sexo masculino, con el diagnóstico de TOC ( DSM-lll-R). Y edad media de 36,9 años. Cuatro (4) estaban sin medicación y 8 tomaban algún antidepresivo ( Paroxetina o Fluoxetina) por un mínimo de 8 semanas .De los 12 pacientes , 6 poseían criterios actuales de Depresión Mayor. Fueron excluidos los pacientes con historia de convulsiones, traumatismo cráneo encefálico, o uso de medicación potencialmente convulsígena. Se utilizó un estimulador magnético con bobina en forma de 8, capaz de focalizar la estimulación en una pequeña región. Se estimularon la CPFDLI y CPFDLD y la corteza Occipital. Se evaluaron los síntomas de Ansiedad, síntomas obsesivo compulsivos y el estado del humor a través de una escala analógica modificada del NIMH. Se utilizaron evaluadores “ ciegos “ en el lado estimulado. Las evaluaciones se realizaron durante el procedimiento, a los 30 minutos , y horas después Respecto a los resultados, hubo una disminución de las compulsiones, en relación al basal solamente con la estimulación prefrontal derecha. Este artículo presenta no obstante una serie de fallas: primero, el tiempo de observación de los efectos fue muy corto, como para tener certeza de algún efecto terapéutico. El número de pacientes, así como el número de aplicaciones de EMTr fueron muy pequeñas. No hubo un grupo control con EMTr “ simulado “, ni al menos una randomización de grupos. El segundo artículo publicado con respecto a este tema, fue producido en Alemania, por Zieman y col., 1997. En este caso se estudiaron 20 pacientes diestros con trastornos de Tourette ( diagnosticados por los criterios CID 10 del DSM IV ), comparados con 21 controles sanos diestros apareados por la faja etárea el grupo de Tourette se componía de 15 hombres y 5 mujeres media de 28.5 años. Catorce pacientes no utilizaban ninguna medicación mientras que seis tomaban neurolépticos. Entre los controles había 13 hombres y ocho mujeres ( 28,1 años de promedio ) se utilizó un estimulador magnético con bobina en forma de ocho y un electro miógrafo acoplado al músculo abductor corto del dedo meñique, en este estudio se procedió solamente a la estimulación del área motora de los pacientes estudiados observándose la respuesta motora muscular detectada distalmente en el electromiograma. Se determinó el valor mínimo de estimulación necesario para producir una contracción muscular (umbral motor), como también el periodo de “silencio cortical“ ( habituación al estimulo ) se sabe que cuando los pulsos de baja intensidad preceden en 2 a 5 milisegundos a pulso de alta intensidad, ocurre un fenómeno de una disminución del potencial evocado de la neurona, se interpreta que ocurre una activación de las ínter neuronas inhibitorias durante la estimulación sub umbral el llamado fenómeno de “inhibición neuronal “ en este articulo se intentó determinar la existencia de anormalidades en la inhibición neuronal de las zonas motoras cerebrales, en aquellos pacientes con síndrome de Tourette. Cuando los pacientes son comparados con los controles se obtuvo una menor inhibición intracortical, comparada con individuos normales . Esto fué mas acentuado entre los pacientes con tic dístales y entre los que no utilizaban neurolépticos. En el síndrome de Tourette, el umbral motor no cambia, el período silente está acortado . Respecto a los pulsos pareados fue posible detectar una reducción en la inhibición intracortical . Esto apoya la hipótesis de un mecanismo de control inhibitorio deficiente en el circuito CORTICO-ESRIADO-TALAMO -CORTICAL Siguiendo la misma línea del estudio anterior Greemberg y col 1998 compararon doce pacientes con TOC y doce voluntarios normales, en cuanto a la amplitud de los potenciales evocados motores medidos por la EMT fueron utilizados dos estimuladores magnéticos acoplados en una bobina en forma de ocho con estímulos por debajo y por encima del umbral motor para el músculo abductor corto del pulgar derecho. Los pacientes con TOC tuvieron menor inhibición neuronal de los potenciales evocados motores comparados con los controles. Solo cuatro pacientes con TOC tenían tic motores Como podemos observar son aun muy insipientes los estudios de EMT en el TOC y Tourette. Faltan ensayos clínicos sobre la región a estimular el tipo de bobina y el numero de aplicaciones lo que se realizara en futuras investigaciones Los comportamientos rituales acordes con el marco cultural no constituyen por sí mismos un trastorno obsesivo-compulsivo, a no ser que excedan estas normas culturales, tengan lugar en momentos o lugares considerados inapropiados por el resto de la comunidad e interfieran marcadamente en las relaciones sociales del individuo. Los trastornos obsesivo-compulsivos en los niños suelen presentarse de forma similar a los de los adultos. Los rituales de lavado, comprobación y puesta en orden de objetos son particularmente frecuentes en los niños. Éstos no suelen pedir ayuda, y los síntomas pueden o no ser de carácter egodistónico. La mayor parte de las veces el problema es detectado por los padres, que llevan al niño a la consulta. Al igual que los adultos, los niños son más propensos a realizar los actos rituales en su casa que cuando están con compañeros, profesores o personas desconocidas. El trastorno muestra una incidencia similar en varones y mujeres. Antes se creía que el trastorno obsesivo-compulsivo era relativamente raro en la población general, estudios recientes han estimado una prevalencia global del 2,5% y una prevalencia anual que se sitúa entre el 1,5 y el 2,1%. Aunque el trastorno obsesivo-compulsivo se suele iniciar en la adolescencia o a principios de la edad adulta, también puede hacerlo en la infancia. La edad modal de inicio es menor en los varones que en las mujeres: entre los 6 y 15 años para los varones, y entre los 20 y 29 años para las mujeres. La mayor parte de las veces la aparición del trastorno es de carácter gradual, si bien se han observado casos de inicio agudo. La mayoría de los individuos presentan un curso crónico con altas y bajas, con exacerbaciones de los síntomas que podrían estar relacionadas con acontecimientos estresantes. Alrededor del 15% muestra un deterioro progresivo de las relaciones sociales y ocupacionales. Aproximadamente un 5% sigue un curso de carácter episódico, con síntomas mínimos o ausentes en los períodos intercríticos. La tasa de concordancia del trastorno obsesivo-compulsivo en el patrón familiar es superior en los gemelos homocigotos que en los dicigotos. La incidencia de trastorno obsesivo-compulsivo en parientes de primer grado de individuos con síndrome de la Tourette es superior a la observada en la población general. Referencias Bibliográficas - Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, 4° edition (DSM-IV TR). American Psychiatric Association. American Psychiatric Press, 2000. - Kaplan and Sadock's Synopsis of Psychiatry, 9° edition. Lippincott Williams & Wilkins Press, 2003.
fuente:Emil Domec