El TOC se ha definido como “el pensamiento que empuja (incita) a la acción”. Se trata de un pensamiento repetitivo que la persona sólo puede eliminar llevando a cabo una acción.




Las obsesiones, son sucesos mentales (pensamientos, ideas, imágenes, rumiaciones, convicciones, temores o impulsos) intrusivos, persistentes y recurrentes que generan ansiedad y malestar.




Las compulsiones o rituales compulsivos consisten en acciones físicas (lavarse las manos con frecuencia, no pisar determinados lugares al caminar, etc.) y en actos mentales (contar, rezar, etc.) de carácter repetitivo y estereotipado destinados a reducir el malestar generado por las obsesiones.




Aunque antes se creía que el trastorno obsesivo-compulsivo era relativamente raro en la población general. Estudios recientes demuestran que este trastorno aparece en un 2,5% de la población global, por lo tanto, hoy en día no es raro encontrarnos a personas con esta enfermedad.

La edad de inicio entre los varones puede ser 6-15 años, y entre los 20-29 años en las mujeres. La mayor parte de las veces la aparición del trastorno es de carácter gradual. La mayoría de los individuos presentan un curso crónico con altibajos, con empeoramiento de los síntomas que podrían estar relacionadas con acontecimientos o situaciones estresantes.

Alrededor del 15% muestra un deterioro progresivo de las relaciones sociales y ocupacionales (subordinados, compañeros, superiores, clientes,…). Aproximadamente en un 5% el TOC aparece de manera episódica, alternándose con períodos asintomáticos



Las obsesiones se definen por:


Pensamientos, impulsos o imágenes recurrentes y persistentes que se experimentan, alguna vez durante la perturbación, como intrusivos e inapropiados, y causan marcada ansiedad o malestar.
Los pensamientos, impulsos o imágenes no son simplemente preocupaciones excesivas sobre problemas de la vida cotidiana.
La persona intenta ignorar o suprimir tales pensamientos o impulsos o neutralizarlos con algún otro pensamiento o acción.
La persona reconoce que los pensamientos, impulsos o imágenes obsesivos son un producto de su propia mente (no impuestos como ocurre en la inserción del pensamiento).
Las compulsiones se definen por:


Conductas repetitivas (por ejemplo, lavado de manos, orden, comprobación) o acciones mentales (por ejemplo, rezar, contar, repetir palabras en silencio) que la persona se siente impulsada a realizar en respuesta a una obsesión, o de acuerdo con reglas que deben aplicarse rígidamente.
Las conductas o acciones mentales están dirigidas a neutralizar o reducir el malestar o algún acontecimiento o situación temida; sin embargo, estas conductas o acciones mentales no están conectadas de forma realista con lo que están destinadas a neutralizar o prevenir, o son claramente excesivas.
En algún momento durante el curso del trastorno, la persona reconoce que las obsesiones o compulsiones son excesivas o irracionales. Nota: esto no se aplica a niños.
Las obsesiones o compulsiones producen marcado malestar; pérdida de tiempo (en general, el individuo emplea más de una hora diaria en ellas); o interfiere significativamente con la rutina habitual del individuo, con su actividad profesional, con sus actividades sociales o sus relaciones con los demás.
No es debido a los efectos directos de una sustancia (por ejemplo, drogas de abuso, medicación) o de una condición médica.




En la actualidad los profesionales solemos guiarnos por los criterios del manual diagnóstico DSM-IV (APA, 1994), aún vigente. Entre otras especificaciones ese manual nos dice qué puede considerarse OBSESIÓN y qué puede considerarse COMPULSIÓN antes de diagnosticar un TOC:




“¿Qué podría hacer una persona con TOC?”



Rituales de limpieza: se evitan posibles focos, reales o imaginarios, de suciedad o contaminación (pasar al lado de basura, delante de un hospital, al orinar) sintiendo posteriormente la necesidad de realizar complicados rituales de higiene y limpieza.
Rituales de repetición: pueden repetirse las más extrañas secuencias, por ejemplo, santiguarse siete veces, tener que repetir un determinado número ante un pensamiento, seguir una secuencia de números pares en cualquier situación.
Rituales de comprobación. Hay multitud de posibles comportamientos. En este sentido están los de comprobar repetidamente que se ha cerrado el gas, o la puerta; pero puede ir más lejos, como necesitar comprobar que no se han matado a la persona con la que se acaban de cruzar.
Rituales de acumulación: tienen dificultades para desprenderse de cualquier cosa y acumulan grandes cantidades de artilugios inservibles. Pasado un tiempo puede resultar imposible transitar por la casa.
Rituales de orden: todo ha de estar en el mismo lugar, posición, de mayor a menor,... notan incluso el mínimo cambio produciéndoles gran ansiedad lo que les ocupa muchísimo tiempo ordenando.
Lentitud sin Rituales visibles: Puede darse el cuadro completo pero sin rituales visibles. En muchas ocasiones estos están encubiertos y la persona actúa lentamente y como ensimismada por estar llevando mentalmente una compleja tarea ritual. Sin embargo, suele darse de forma selectiva de tal modo que el sujeto puede tardar horas en vestirse pero trabajar perfectamente.




“Bien, pero… ¿cómo explica la Psicología la aparición de un Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC)?”

En líneas generales, existen explicaciones de índole más cognitivo, que afirman que el TOC se produce como consecuencia de un procesamiento mental alterado. Algunos ejemplos de estas explicaciones son:

Sobrevaloración de la amenaza de los pensamientos, pasando a los rituales para reducir el miedo (Foa y Kozac, 1986)
Los pensamientos, imágenes, impulsos se concierten en obsesiones en función de la importancia que nosotros les otorgamos (Salkovskis, 1987) “A medida que vamos considerando relevante, por ejemplo, volver siempre atrás para comprobar que hemos cerrado nuestro coche, llegará un punto en el que se convierta en una obsesión que provocará que volvamos una y otra vez atrás (compulsión) porque todavía creemos que nuestro coche está abierto (obsesión)”
Otras explicaciones son índole más conductual. Lo que sucede es que aprendemos a reaccionar con ansiedad desmesurada ante determinados estímulos (objetos, pensamientos, sucesos, situaciones) que, en principio, no presentan un peligro inminente. A medida que intentamos evitar el “supuesto peligro” con nuestras acciones (compulsiones) es cuando nos vemos dentro del círculo vicioso del TOC (Teoría Bifactorial de Mowrer, 1947). Este aprendizaje erróneo puede ser tanto experiencial (vivido en primera persona) como observado en otras personas (aprendizaje vicario).




EL PSICÓLOGO



En la realidad, suele ser la combinación de ambas teorías (sin olvidar los factores biológicos) las que explican de manera adecuada qué es lo que les ocurre a las personas con TOC.




Entonces…, ¿qué se plantea un psicólogo para mejorar la situación de las personas con TOC?

Algunos de los objetivos que persigue un psicólogo para que la persona con TOC mejore son los siguientes:



Reducir o eliminar la intensidad/frecuencia de los síntomas obsesivos y/o compulsivos y el malestar asociados a ellos. Reducir.
Desarrollar en el sujeto una serie de habilidades cognitivas-conductuales para que este afronte sus obsesiones-compulsiones. Afrontar.
Modificación o flexibilización de las reglas rígidas sobre la moralidad y responsabilidad subyacentes y que hacen vulnerable al sujeto a este trastorno (esquema cognitivo). Flexibilizar.


En concreto cuando pretendemos que una persona se “mentalmente más flexible” podemos trabajar los siguientes aspectos:

A) SUPUESTOS PERSONALES TÍPICOS: Es común a estos sujetos la búsqueda de la seguridad y responsabilidad absolutas. Un sistema de pensamiento sin límites y fin en su alcance. La finalidad del terapeuta es enseñar al sujeto:
a) Imposibilidad de seguridad absoluta sobre cualquier acontecimiento futuro.

b) La improductividad e inutilidad de la culpa, así como el empleo de la reatribución causal en todo acto no intencionado.

B) MAXIMIZACIÓN CATASTROFISTA: El sujeto da una excesiva importancia a pensamientos particulares y después cae en la trampa cognitiva de buscar su origen (por ejemplo, "Se me pasa por la cabeza matar a mi hijo, ¡No puede ser!... ¿Por qué pensaré esto? Podría ser... ¿o podría ser por...?".

El terapeuta informa al sujeto que la mente contiene corrientes de estos tipos de pensamientos, que es algo "natural" que aparezcan alguna vez, y que no tiene sentido buscar su origen.
C) PROFECÍAS AUTOCUMPLIDORAS: El sujeto está a las expectativas de posibles amenazas. Como ocurren acontecimientos desagradables, de hecho; el sujeto reafirma su actitud de "estar pendientes de ellos". El terapeuta explica al círculo y señala que la alternativa es aceptar la inseguridad futura.


Recorte de prensa:


Dr. Julio Vallejo Ruiloba, presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica, jefe del Servicio de Psiquiatría del Hospital Universitari de Bellvitge, respondía en un periódico lo siguiente: Pregunta: Hola. Mi pregunta va relacionada con el trastorno obsesivo. ¿Me podría decir cuáles son sus causas (ritmo de vida, por ejemplo) y cuánto tiempo tarda en curarse? ¿Qué conducta ayuda a paliar esa enfermedad? Muchas gracias por su respuesta.

Respuesta: Las causas aunque en última instancia desconocida, actualmente se cree que es una disfunción de determinados circuitos cerebrales. No puede hablarse de curación puesto que la predisposición siempre está presente pero puede atenuarse o mejorarse totalmente con tratamiento adecuado. La respuesta a este tratamiento está alrededor de 10-12 semanas. La mejor conducta es enfrentarse a las obsesiones.


Lo más importante es enseñar a las personas que sufren TOC que puede vivir sin sentirse esclavas de su trastorno y que es “normal” que se den altibajos a lo largo de su recuperación. Entonces, ¿no se puede curar? Sí, que se puede curar el TOC, siempre y cuando entendamos por “curación” la remisión total del trastorno al margen de sus características predisponentes, porque estas características cuentan con un factor biológico-hereditario que es más complicado de modificar. Por ello, el Dr. Vallejo afirmaba que “no puede hablarse de curación puesto que la predisposición siempre está presente”.



fuente:psicologoenaguere@hotmail.com