Trastorno Obsesivo Compulsivo sobre la orientación sexual



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Trastorno Obsesivo Compulsivo sobre la orientación sexual

Características de personalidad que predisponen a este tipo de cuadro, cualquiera sea el contenido, estamos tomando sobre la orientación sexual dada la abundante recurrencia del mismo.

Esta crisis en general comienza con dudas, ideas fijas y compulsiones acerca de ser homosexual a partir de hechos nimios y aislados -fantasías, excitaciones, sueños, etc. con personas del mismo sexo- muy a menudo con imágenes de travestis, cuando se encuentra nuevamente la atracción hacia el sexo opuesto no determina salir de esta obsesión, ya que están las dos posibilidades no la van a desaprovechar ninguna y la creencia de ser homosexual se transforma en la creencia de ser bisexual.

Tomando este aporte de Angustia:“les quiero decir que la cosa es tan sencilla... por que si no lo quiero ser, no lo voy a ser, pero no por que me obsesiono tanto...”
En caso que desde el nacimiento se vaya definiendo la orientación homosexual y la persona se identifique claramente desde la pubertad con la elección afectivo-erótica hacia el mismo sexo la homosexualidad está determinada por la educación, pueda o no cambiarse está definida, en cambio si pasando la pubertad hay una clara elección afectivo-erótica hacia el otro sexo y sobrevienen ganas de una elección distinta cada uno tiene el derecho de ser dueño de su historia, puede darse a partir de la adolescencia que la persona tenga una clara elección heterosexual y quiera cambiar hacia la homo o bisexualidad y esto lo puede hacer desde una determinación consciente de su propia vida.
En estas obsesiones se pierde de vista la facultad de elegir y se cree que la orientación sexual puede ser adquirida como una enfermedad o especie de rayo mágico que penetra en la mente.
Cuando de trastorno obsesivo se trata los pensamientos y excitaciones no están determinadas por las ganas o deseos, se llega a ellos mediante dudas e ideas que se le imponen a la persona a partir de hechos que nos son justamente elecciones personales.
El tipo de personalidades que tienden a producir estos trastornos tienen por lo menos las siguientes características:

•Guiar la vida propia por la opinión ajena, por más irracionales y/o sufrientes que ellas fuesen.

•Dudar de lo indudable, aún sobre si mismo.

•Necesidades de control y perfección, cuando aparecen ideas o reacciones que no pueden controlar y caen en lo adjudicado como malo o imperfecto la persona queda descolocada. En estos casos al desubicarse al con ideas y/o sensaciones sexuales con el mismo sexo comienzan las dudas y búsquedas de certezas para controlar nuevamente y tranquilizarse. La persona se pierde en un continuo y doloroso zigzag entre encontrar la tranquilidad en la certeza de lo que no es y la penosa duda.

•Las necesidades de perfección conlleva consigo la inseguridad, cuando se desencadenan estas crisis se ponen en marcha ambas. Un cóctel especial para que las dos afirmaciones de la duda persistan, se impone la obstinación por no perder ninguna de las dos opciones lo que imposibilita la elección de alguna de ellas.

•Este trastorno aparece primeramente con el contenido de ser homosexual, al descartarse esta opción por el propio peso de ser heterosexual sobreviene la posibilidad de la bisexualidad, más de lo mismo: la misma bola de nieve obsesiva con el aditamento de la creencia que existe lo perfecto y completo teniendo ambas orientaciones, no se quiere elegir para no perder algo, en este caso abandonar o perder la supuesta parte homosexual.

En el transcurso de esta crisis las ilusiones de control y perfección son tan determinantes como resistentes. Hablamos de ilusión en tanto el control total y la perfección no son posibles. Estos rasgos se alimentan especialmente:

•Magnificando y obedeciendo a reglas o teorías de cualquier tipo, antojadizas o irracionales no importa, son reglas que aparecen como tranquilizadoras ante descontroles y dudas e ideas que atormentan.

•Guiándose por detalles nimios, cualquier actitud o fantasías intrascendentes dan la certeza de la orientación sexual, tranquilizando por un rato..., hasta que aparece nuevamente el otro polo de la duda y nuevamente el tormento.

•Las atracciones por los protocolos, formalidades, etiquetas y posiciones sociales llevan a ser crédulos en todo lo que tenga apariencias de importante, lo grandilocuente subyuga y atrae, la fama hace pensar en cierto todo lo que se dice desde esos pedestales. Es así como se compran teorías acerca de lo “evolucionado” de la bisexualidad y remedios que “curan”.
Estas características constituyen un imán hacia las personas que toman una posición de certeza autoritaria y mandona sobre el otro, es así como se llega a creer que en uno hay algo oculto que determina las elecciones propias a pesar de uno mismo, se llega al sometimiento y resignación a ser lo que no se es. Personas rígidas, invasivas y descalificantes influyen mortificando a la vez que hacen más de lo mismo instaurando dudas acerca de la valía o características personales, en tanto estas personas tengan atributos de un supuesto saber tienen más influencia (ver más).


El testimonio de Octaviano nos lleva a adentrarnos en otras características: el miedo que suele basar estas obsesiones es el miedo a perder a la persona amada, cercano a eso otro miedo, del que ya hemos hablado, el de no poder hacer nunca pareja.

El miedo suele tomar carácter premonitorio, muchas veces basado en comparaciones arbitrarias como ser “si pasó una vez va a pasar otra” o “por que lo sueño”, otras veces lo temido está signado por una especie de camino que se ha trazado desde la infancia, “nunca voy a poder hacer una pareja”.
En el pensamiento lógico, la inteligencia usa tanto la certeza como la duda y la anticipación de la realidad como instrumentos para el conocimiento. En tanto haya excesivas y predominantes características obsesivas estas cualidades mutan hacia rigidez, inseguridad, duda ilógica y pensamiento mágico. En mayor o menor medida estos ingredientes están presentes en los relatos de este trastorno. En el mismo instante en que una idea se impone a uno comienza a funcionar ese andamiaje que lleva a estas crisis.
Otra cualidad inteligente es la comprobación en la realidad, en este trastorno esta cualidad se torna en un arma fatal, al usarla pasan cosas tales como: se confunde el nerviosismo y malestar que causa el miedo al ver alguien del mismo sexo con excitación o interés sexual o bien al forzar la comprobación se produce esa excitación buscada, esto a su vez suele llevar a la compulsión masturbatoria con esa imagen; estos impulsos y compulsiones también tienen su explicación en la necesidad de reducir la angustia asociada con los esos hechos, esta reducción se produce momentáneamente con dichas “comprobaciones” y compulsiones.

Estas características llevan periódicamente a trastornos con distintos contenidos, al ponerse en marcha esta rueda de dudas, ideas fijas y compulsiones con contenido de orientación sexual hace muy prolongada la rectificación, no es fácil salir de ella y tiene su tiempo. Esto tiene su explicación en:

•La orientación homosexual es posible, en general otros contenidos son absurdos, ilógicos o fácilmente comprables como ser que la visión de determinados números indiquen tragedia personal, que hay que reordenar decenas de veces una habitación para que no muera tal persona o la existencia de múltiples enfermedades terminales

•En tanto tras las fantasías, sensaciones, etc. la compulsión haya causado satisfacción no se quiere abandonar esta alternativa.

•Suele haber una atracción hacia lo transgresor, no estamos afirmando que lo sea la homosexualidad, si la imagen que se tiene de ella.

•En los primeros momentos, por las características invasivas de estos trastornos, la figura del sexo opuesto queda despojada de erotismo.

•La fortaleza de la sexualidad es un factor importantísimo, en estos cuadros toma más envergadura, es habitual encontrarnos con una hipersexualización signada por la historia personal y agravada por los medios de comunicación masiva, al respecto de esto también cabe destacar que prolifera una gran estimulación a la vida homo y bisexual, en caso que esta sea una determinación o una elección personal no hay problemas, estamos hablando sobre cuando es un factor que agrava estos cuadros. Tema para tratar en otro artículo.

Apuntando a adquirir fortalezas de las crisis es adecuado seguir en psicoterapia hasta hasta revertir las características que llevan a ellas; en este sentido en el caso que una terapia ya esté agotada es adecuado la búsqueda de otra.

http://www.es-asi.com.ar/TOC-orientacionsexual

Electroencefalograma y potenciales relacionados con eventos en el trastorno obsesivo compulsivo



Ricardo Garcell Josefina, Rueda Medina Walfred.
Electroencefalograma y potenciales relacionados con eventos en el trastorno obsesivo compulsivo.

El Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) es un trastorno psiquiátrico crónico, clínicamente heterogéneo, multidimensional, caracterizado por la presencia de obsesiones y compulsiones, en el cual la ansiedad es un componente fundamental del cuadro clínico. Los estudios de imágenes tienen una gran resolución espacial que permite la identificación de las alteraciones presentes en esta entidad pero tienen menor resolución temporal y son de mayor costo que los estudios electrofisiológicos. Entre las técnicas electrofisiológicas más utilizadas para investigar el TOC se encuentran el electroencefalograma (EEG) y los potenciales relacionados con eventos (PREs). El EEG es el registro de la actividad eléctrica cerebral, es decir, de las diferencias de voltaje entre dos electrodos situados sobre el cuero cabelludo, en función del tiempo. Los PREs son las fluctuaciones de voltaje que están asociadas temporalmente a la presencia de un evento físico o mental.

El tipo de EEG más conocido es aquél que se analiza por inspección visual (EEG tradicional: EEG-T) y que se describe mediante la presencia y distribución topográfica de cuatro tipos de actividades electroencefalográficas: delta (δ), theta (θ), alfa (α) y beta (β). Las bandas δ y θ se identifican como actividades lentas mientras que las bandas α y β se conocen como actividades rápidas. En el TOC se ha referido la actividad lenta como la anormalidad más común en el EEG-T, especialmente la actividad de tipo θ, aunque también se han descrito EEGs normales. Por otra parte, las medidas espectrales de banda ancha (MEBAs) han comprobado este exceso de actividad lenta además de anormalidades en las bandas rápidas, particularmente en la α.

Entre las MEBAs más utilizadas se encuentran la potencia absoluta y la potencia relativa. Se ha demostrado, tanto con las MEBAs como con el análisis de generadores del EEG, que aquellos pacientes que tienen un exceso de α en regiones anteriores y medias responden mejor a los inhibidores de la recaptura de serotonina, lo cual es de gran utilidad clínica.

Los PREs se dividen en dos tipos: exógenos y endógenos. En este trabajo se hará referencia a los endógenos o cognitivos. Entre los componentes de los PREs cognitivos más característicos están el N200 y el P300. En los pacientes con TOC se han descrito amplitudes mayores y latencias más cortas en los componentes P3b y N200, lo cual se ha atribuido a hiperalertamiento cortical y sobrefocalización de la atención. También se han observado correlaciones positivas entre la amplitud del componente N200 y la cronicidad del trastorno y entre la amplitud del componente P300 y la severidad de la sintomatología del TOC. Los pacientes con este trastorno tienen la sensación de que «algo no está bien» y se «enganchan» en respuestas de verificación excesiva. Esto se ha asociado con una alteración en el proceso de monitorización de la acción, que representa una de las funciones ejecutivas a cargo de las regiones frontales, particularmente del cíngulo anterior, el cual posiblemente se «hiperactive» en los pacientes con TOC cuando tienen la sensación de haber cometido un error. La «negatividad relacionada al error» (NRE) es una onda negativa, alrededor de los 50-150 ms, posterior a que el sujeto cometió un error o cuando está seguro de haberlo cometido.

Se ha encontrado que los pacientes con TOC (niños y adultos) muestran un incremento de la negatividad de este componente en comparación a sujetos controles y se ha propuesto que pudiera considerarse como un marcador biológico del TOC.

El EEG y los PREs pueden contribuir de manera importante, junto con los estudios clínicos e imagenológicos, a la identificación de las estructuras y circuitos involucrados en la fisiopatología del TOC. Además, hay evidencias que apoyan la utilidad de estas técnicas electrofisiológicas como estudios complementarios en la evaluación clínica y terapéutica de los pacientes con TOC.
http://www.imbiomed.com.mx/1/1/articulos.php?method=showDetail&id_articulo=56757&id_seccion=338&id_ejemplar=5742&id_revista=1