Los síntomas del trastorno obsesivo compulsivo




Los síntomas del trastorno obsesivo compulsivo


Aunque el trastorno obsesivo compulsivo puede manifestarse de multitud de maneras, los síntomas más comunes pueden ser las compulsiones de comprobación y las de lavado o limpieza. Otros síntomas incluyen la necesidad de simetría, los pensamientos sxuales y/o agresivos involuntarios, contar de modo compulsivo, la necesidad de preguntar constantemente para asegurarse, los rituales de ordenar y acumular.

Algunas personas son ¨obsesivas puras¨. Esto significa que sufren obsesiones pero no compulsiones. Es probable que tales individuos experimenten pensamientos repetitivos de un acto sexual agresivo que son censurables para ellos. Otros presentan una ¨lentitud obsesiva primaria¨. En estas personas, la parsimonia constituye el síntoma básico.

Pueden dedicar varias horas al día para asearse, vestirse y comer.

El patrón de presencia de los síntomas del trastorno obsesivo compulsivo es extremadamente variado. Aunque muchas personas con trastorno obsesivo compulsivo presentan un síntoma a lo largo de sus vidas, otros con frecuencia padecen obsesiones y compulsiones múltiples. Por ejemplo, un ¨comprobador¨ también puede ser alguien que ¨se asea compulsivamente¨. Además, los síntomas pueden alternarse y transformarse a lo largo del ciclo vital. Por ejemplo, una persona con pensamientos intrusos en la adolescencia puede superar dicho problema sólo para convertirse en alguien que se lava compulsivamente en la etapa inicial de la vida adulta y devenir después en un comprobador.

En las siguientes páginas aparece una lista de los síntomas del trastorno obsesivo compulsivo. Reconocerlos puede ayudar al enfermo a ¨salir del armario¨ autoimpuesto y buscar tratamiento.

Un síntoma o más no basta para diagnosticar un trastorno obsesivo compulsivo. Recuerde que tal disfunción sólo se diagnostica cuando tales conductas provocan un daño importante, distress o ansiedad, o consumen un tiempo excesivo.

Obsesiones

Obsesiones de contaminación

Temor o disgusto excesivo, y preocupación por evitar:

· Desechos o secreciones corporales: orina , heces, saliva, sangre

· Suciedad o gérmenes

· Substancias o residuos viscosos

· Agentes limpiadores domésticos o medicinas

· Contaminaciones ambientales

· Tocar animales

· Insectos

· Llegar a enfermarse por contaminación

· Hacer enfermar a otros al contaminarles

· enfermedades: sida, hepatitis, enfermedades venéreas.

Obsesiones de acumular, guardar y coleccionar

· preocupación por tirar las cosas, incluso objetos aparentemente más inservibles

· necesidad de amontonar objetos inservibles

· necesidad de recoger cosas del suelo

· sentirse incómodo en un espacio vacío, sentir la necesidad de llenarlo.

Obsesiones de orden

· Preocupación por la simetría, exactitud o el orden

· Preocupación excesiva porque la escritura a mano sea perfecta o ¨como debe ser¨

· Preocupación por alinear los papeles, libros y otros objetos de un cierto modo ¨perfecto¨.

Obsesiones religiosas, escrupulosidad

Temor excesivo, preocupación e inquietud por:

· Albergar pensamientos blasfemos o decir cosas negativas

· Ser castigado debido a pensamientos blasfemos

· Preocupación por las creencias religiosas

· Cuestiones de rectitud y equivocación, moralidad

· Insistir en imágenes o pensamientos religiosos

Obsesiones somáticas

Temor, preocupación e inquietud excesivos con respecto a:

· Padecer una enfermedad o a la reacción negativa de los demás a la propia apariencia

Obsesiones agresivas

Preocupación y temor excesivo a:

· Dañarse a si mismo

· Dañar a los demás

· Actuar en base a impulsos involuntarios, esto es : atropellar o apuñalar a alguien.

· Dañar a los demás por su falta de cuidado

· Responsabilidad de algún terrible accidente. Incendio, robo

· Dejar escapar insultos u obscenidades

· Hacer algo embarazoso o parecer un loco

· Imágenes violentas u horrendas en su mente que puedan dañar a los demás

Obsesiones sexuales

Pensamientos involuntarios, inquietantes e intrusos:

· De naturaleza sexual (o también imágenes o impulsos)

· En los que molesta a sus propios hijos o a otros niños

· Sobre la posibilidad de ser o convertirse en homosexual

· Imágenes de conducta sexual violenta hacia los demás.

Miscelánea de obsesiones

· Necesidad imperiosa de recordad ciertas cosas: eslóganes, matrículas de coches, nombres, palabras, eventos del pasado

· Temor a decir algo erróneo, afirmar algo que no sea correcto o a olvidar detalles

· Preocupación por perder cosas

· Preocupación por cometer errores

· Molestarse fácilmente por ciertos sonidos y ruidos: tic tac de un reloj, ruidos fuertes, timbres

· Molestarse fácilmente por la textura de la ropa, el tacto de la piel

· sonidos intrusos y sin sentido, música, palabras

· temores a decir ciertas cosas debido a creencias supersticiosas sobre palabras particulares

· Miedo a vestir con ciertos colores por razones supersticiosas

· Temores supersticiosos exagerados y adhesión rígida a ellos

· Preocupación excesiva por números que traen o no suerte y apegarse rígidamente a ellos

Compulsiones

Compulsiones de limpieza y lavado

Un excesivo/ a, ilógico / e incontrolable:

· Lavado de manos, desempeñado con frecuencia de un modo ritual

· Baño o ducha, desempeñado con frecuencia de modo ritual

· Ritual de cepillado de dientes, afeitado, acicalado

· Limpieza de la casa, ciertas habitaciones, patio

· Limpieza de objetos o elementos domésticos

· Empleo de limpiadores o técnicas de limpieza especiales

· evitación de objetos considerados ¨contaminados¨

· evitación de lugares específicos –ciudades, pueblos, edificios- considerados ¨contaminados´

· preocupación por llevar guantes u otra protección para evitar la ¨contaminación¨

Compulsiones de comprobación

Comprobar una y otra vez (a pesar de una confirmación reiterada)

· que no daño a otros sin percatarse

· que no se hizo daño

· que otros no le dañaron

· que no se cometió algún error

· que no ocurrió nada terrible

· que no hizo nada que pudiera causar un daño futuro

· algún aspecto de su estado físico o salud: pulso, presión sanguínea, apariencia.

· El entorno físico: cerraduras, ventanas, cocina, aparatos.

· Que los frascos se encuentren cerrados apretándolos con fuerza excesiva.

· Que las puertas estén cerradas mediante la acción de cerrar repetidamente.

Compulsiones de acumular, amontonar y coleccionar

· Guardar, coleccionar objetos inservibles

· Recoger objetos inservibles del suelo

· Dificultad para tirar objetos aparentemente inservibles ¨algún día necesitaré esto…¨

Repetir, contar, ordenar

· Leer y releer las cosas, a veces durante horas

· Preocupación excesiva por no entender algo que lea

· Escribir y reescribir en exceso las cosas

· Repetir actividades rutinarias: entrar y salir por las puertas, cruzar repetidamente , levantarse y sentarse en una silla, peinarse o atarse los zapatos o vestirse y desvestirse una y otra vez

· Realizar ciertas actividades una cierta cantidad de veces

· Contar objetos: libros de una estantería, baldosas, coches

· Colocar los objetos en un cierto orden: libros lapiceros, interior de un armario

Miscelánea compulsiones

· Rituales mentales, oraciones, repetir ¨buenos pensamientos¨ para contrarrestar a los ¨pensamientos negativos¨

Nota: al contrario que en las obsesiones, estos rituales mentales se llevan a cabo con una intención de reducir o neutralizar la ansiedad

· Necesidad excesiva de preguntar reiteradamente para asegurarse cuando, para los demás, ya existe una garantía evidente y ésta ya ha sido suministrada por quienes le rodean

· Necesidad de confesar una conducta errónea, incluyendo las infracciones conductuales insignificantes más leves con respecto a los demás

· Conducta supersticiosa que implica cantidades excesivas de tiempo

· necesidad de tocar, tapar o frotar ciertos objetos o personas

· tomar medidas, además de la comprobación, para impedir el daño a uno mismo o a los demás, por ejemplo, evitar ciertos objetos o adoptar precauciones extremas para impedir un daño o peligro altamente improbable

· comer de modo ritual, de acuerdo a ¨reglas¨ específicas: disponer la comida o los utensilios, comer en ciertos momentos, ingerir la comida según un orden particular.

Síntomas relacionados

· tirarse del pelo, de la cabeza, pestañas, cejas, áreas púbicas

· actos de autoagresión o automutilación, rascarse la piel

· compras compulsivas

nota: la compra compulsiva se relaciona con frecuencia con la acumulación: por ejemplo comprar una serie de objetos por miedo a que se agoten.

¿COMO SE DIAGNOSTICA EL TRASTORNO OBSESIVO COMPULSIVO?

El diagnóstico del trastorno obsesivo compulsivo se efectúa en base al examen psiquiátrico, a la historia de los síntomas y quejas del paciente y al grado en que los síntomas interfieren con el funcionamiento diario. Con base a la naturaleza, duración y frecuencia de los síntomas que se presenten, el clínico diferenciará si se trata de un trastorno obsesivo compulsivo o de alguna otra enfermedad con síntomas similares. Entre ellas se incluyen la esquizofrenia, las fobias, el ataque de pánico y el trastorno por ansiedad generalizada. Puede encomendarse un examen físico con el fin de descartar otras causas de los síntomas que se presentan. Hasta el momento no se encuentra disponible un análisis de sangre que diagnostique de un modo confiable el trastorno obsesivo compulsivo. Por tanto, ¿cómo distinguen los profesionales de la salud entre alguien que padece un trastorno obsesivo compulsivo y un individuo que sólo se preocupa en exceso?

Los estudios han demostrado que entre un 89 y un 90 % de las personas experimentan pensamientos involuntarios. Pero la mayoría de la gente puede albergar pensamientos desagradables sin un malestar excesivo o pueden apartar éstos fácilmente y por completo. Sus pensamientos son más breves en duración, así como menos intensos y más esporádicos. Por otro lado, las obsesiones del trastorno obsesivo compulsivo presentan, por lo general, un inicio específico, producen un malestar significativo y dan lugar a una poderosa y apremiante necesidad de neutralizarlas o reducirlas. Las obsesiones y compulsiones del trastorno obsesivo compulsivo interfieren de un modo importante en su vida. Los pacientes reconocen que aquellas son exageradas o ilógicas la mayor parte del tiempo. Existen varias herramientas que emplean los profesionales de la salud mental para ayudar al diagnóstico del trastorno obsesivo compulsivo.

La escala obsesiva compulsiva Yale-Brown (YBOCS) es un cuestionario empleado para ayudar a discriminar los síntomas obsesivos compulsivos y evaluar su gravedad. También se emplea para observar y evaluar la respuesta clínica al tratamiento. También existe una versión infantil de dicha escala. Otras herramientas de evaluación incluyen el listado de actividad compulsiva (CAC), el inventario de Obsesiones de Leyton (LOI), el inventario obsesivo compulsivo de Maudsley (MOCI), el inventario de Papua (PI) y la escala obsesiva compulsiva global NIMH (NIMH global OC)

TRASTORNO OBSESIVO COMPULSIVO Y VERGÜENZA

Los individuos con trastorno obsesivo compulsivo son, por lo general, reservados y sienten vergüenza por sus pensamientos obsesivos y sus conductas compulsivas. Muchos logran ocultar su trastorno durante años. Al contrario que muchas enfermedades mentales, las personas con trastorno obsesivo compulsivo son conscientes, al menos en ciertas ocasiones, de lo inapropiado de sus conductas y pensamientos. Sin embargo, con frecuencia ignoran que sus síntomas forman parte de una condición clínica identificable que puede ser tratada. O pueden tener el desprecio ajeno, quizás ni siquiera ¨encerrados¨ revelarían sus obsesiones y compulsiones.

Debido a su reserva, muchas personas esperan años, incluso décadas, para buscar ayuda. Mientras tanto, los pensamientos obsesivos y las conductas compulsivas se arraigan con más fuerza en su estilo de vida. La media de tiempo transcurrido entre el inicio de los síntomas y la búsqueda del tratamiento es de siete años y medio (Yaryura- Tobias y Neziroglu, 1997). Ojalá que una mayor educación sobre el trastorno obsesivo compulsivo acorte este período de tiempo.

Debido a la vergüenza que padecen las personas con trastorno obsesivo compulsivo, pude que no consulten a un profesional de la salud mental. En vez de ello, pueden preferir buscar ayuda para sus síntomas con otros profesionales sanitarios. Los médicos (no especializados en psiquiatría) que estén alerta pueden detectar síntomas del trastorno obsesivo compulsivo en pacientes que acuden a verles debido a problemas aparentemente poco relacionados. El médico de familia puede ser el primero que se percate de los síntomas del trastorno obsesivo compulsivo en los pacientes. Los padres y familiares pueden mencionar su preocupación por los frecuentes lavados, conteos o comprobaciones del paciente. Una preocupación excesiva por haberse enfermado del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) y otras enfermedades, que dan lugar a reiteradas e innecesarias consultas médicas, deberían alertar al médico.

Otros clínicos que probablemente detecten signos de un trastorno obsesivo compulsivo son los dermatólogos, oncólogos, internistas de enfermedades infecciosas, neurólogos, neurocirujanos, médicos obstétricos, pediatras, cirujanos plásticos y dentistas. Los síntomas de manos agrietadas y eczemas derivados de un excesivo lavado pueden ser percibidos por los dermatólogos. La gente puede acudir a un cirujano plástico para consultar repetidamente por lo que considera unas malformaciones obvias. Las lesiones en las encías derivadas de una excesiva limpieza de dientes pueden alertar al dentista. Pueden detectarse síntomas del trastorno obsesivo compulsivo tras el parto y durante el embarazo. Los neurólogos y neurocirujanos pueden percibir señales del trastorno obsesivo compulsivo asociados con el síndrome de Tourette, una herida en la cabeza, epilepsia, coreas y lesiones o trastornos en el ganglio basal. El clínico informado con perspicacia detectará el trastorno obsesivo compulsivo y efectuará una remisión adecuada al psiquiatra u otro profesional de la salud mental, en vez de etiquetar negativamente a la persona como ¨rara¨ o ¨loca¨.

Los sujetos con trastorno obsesivo compulsivo sufren frecuentemente depresión. Alrededor de un tercio la padecen en el momento en el que buscan tratamiento. Aproximadamente dos tercios de los individuos que sufren un trastorno obsesivo compulsivo han experimentado al menos un episodio de depresión mayor (Jenike, 1996) Muchos otros padecen formas más leves de depresión. Es importante que los médicos y familiares atiendan a los signos preocupantes de dicha patología.

Señales de depresión clínica

· Pérdida de peso

· Cambios en el sueño

· Pérdida del apetito

· Falta de energía

· Sentimientos de tristeza

· Llorar o ganas de llorar frecuentes

· Pensamientos suicidas, con o sin plan de ejecutarlo

· Sentimientos de desesperanza o indefensión.

· Falta de interés en cosas que antes sí interesaban o ausencia de disfrute de la vida, especialmente si se desconoce el motivo.

Marque los síntomas pertinentes en su caso y muéstrele esta lista a su médico. Si usted experimenta pensamientos suicidas, aunque sea de modo ocasional, le instamos a que busque, ya mismo, la ayuda de un profesional cualificado de la salud mental. La mayoría de las ciudades y poblaciones disponen de un teléfono de ayuda que puede servirle para encontrar y obtener la asistencia necesaria. Si usted es amigo o familiar de alguien que hable de suicidarse, no lo dude: consiga ayuda inmediatamente.

¿EL TRASTORNO OBSESIVO COMPULSIVO SE HEREDA?

Los estudios realizados desde 1930 han demostrado la presencia del trastorno obsesivo compulsivo en parientes consanguíneos en un 20-40% de los casos (Yaryura- Tobías y Neziroglu, 1997). Podría existir una tasa mayor del trastorno obsesivo-compulsivo, el trastorno obsesivo compulsivo subclínico, tics y el síndrome de la Taurette entre familiares de personas de personas con trastorno obsesivo compulsivo (Alsobrook y Pauls, 1998). Aquellos que sufran un trastorno obsesivo compulsivo con inicio en la infancia es más probable que posean familiares consanguíneos con trastorno obsesivo compulsivo (Séller, 1998).

¿CUÁL ES LA CAUSA DEL TRASTORNO OBSESIVO COMPULSIVO?

Nadie conoce con exactitud las causas del trastorno obsesivo compulsivo pero los investigadores están colaborando para completar juntos el puzzle. Cada vez existe una mayor evidencia de que la etiología son sutiles variaciones en las estructuras y circuitos cerebrales. La teoría defendida más ampliamente es que la causa se relaciona con niveles anormales en alguno de los elementos químicos vitales del cerebro: la serotonina. Ésta juega algún papel en muchos procesos biológicos, incluyendo el estado anímico, la agresión, el control de impulsos, el sueño, el apetito, la temperatura corporal y el dolor. Una regulación anómala de la serotonina también se encuentra implicada en la depresión, los trastornos alimenticios, la automutilación y la esquizofrenia (Yaryura-Tobías y Neziroglu, 1997).

La serotonina es uno de los elementos químicos denominados neurotransmisores que las células neuronales emplean para transmitir los impulsos nerviosos y comunicarse entre sí. Los neurotransmisores realizan su trabajo en el minúsculo espacio existente entre dós células nerviosas, denominado hendidura sináptica. La transmisión termina cuando los neurotransmisores son absorbidos de nuevo por la célula neuronal transmisora, un proceso que se denomina recaptación. El incremento, mediante la medicación, de la serotonina disponible parece generar cambios en los receptores de algunas de las membranas nerviosas. Se cree que estos receptores pueden encontrarse alterados en las personas que padecen un trastorno obsesivo compulsivo.

Los estudios en imágenes del cerebro de los individuos con trastorno obsesivo compulsivo han demostrado ciertas anormalidades en varias áreas. Entre ellas el tálamo, el núcleo caudado, el cortex orbital y el giro cingulado. Un estudio realizado por Jenike y cols. Comparó los cerebros de personas que padecían un trastorno obsesivo compulsivo con los sujetos del grupo control (individuos sin dicha alteración).

Las imágenes de resonancia magnética mostraron un córtex más amplio.

El tálamo procesa los mensajes sensoriales que llegan al cerebro procedentes del resto del cuerpo. El núcleo caudado forma parte del ganglio basal, en la parte interna y central del cerebro. El núcleo caudado controla el filtrado de pensamientos. La información sensorial se clasifica. Normalmente, la información innecesaria se omite. Las personas con trastorno obsesivo compulsivo llegan a abrumarse con los pensamientos e impulsos intrusos que el núcleo caudado no ha filtrado. El núcleo caudado de una persona con trastorno obsesivo compulsivo se comporta como el portero de un edificio de departamentos con un mal desempeño a la hora de mantener alejados a los indeseables.

El córtex orbital se encuentra en la parte frontal del cerebro, encima de los ojos. Este es el lugar donde se combinan los pensamientos y las emociones. Un núcleo caudado que permite ¨pasar¨ los impulsos y pensamientos innecesarios complica en gran medida el trabajo del córtex. El córtex orbital nos informa de cuándo algo es erróneo y cuándo debiéramos evitarlo. Es como un sistema primario de alarma cerebral.

En las personas que padecen un trastorno obsesivo compulsivo parece realizar horas extraordinarias.

El giro cingulado constituye el centro del cerebro. Le ayuda a cambiar la atención y pasar de un pensamiento o conducta a otro. Cuando se encuentra activo en exceso, nos quedamos estancados en ciertas conductas, pensamientos o ideas. El giro cingulado también forma parte del sistema cerebral que indica el peligro de que lago horrible sucederá si usted no ejecuta sus compulsiones.

Imagine que todas estas partes de su cerebro le ¨vociferan¨ cuando los síntomas del trastorno obsesivo compulsivo se encuentra en su peor momento:



· El tálamo envía mensajes de otras partes de su cuerpo, haciendo que se encuentre hiperconsciente de todo lo que sucede a su alrededor.

· El núcleo caudado abre la puerta y permite la entrada de pensamientos intrusos.

· El córtex orbital mezcla los pensamientos y las emociones, después le dice ¨¡ Algo no va bien aquí!¡ refúgiate!

· El giro cingulado le dice que ejecute las compulsiones para aliviar la ansiedad que el resto del cerebro ha cargado sobre usted.

· Mientras tanto, sus hendiduras sinápticas gritan: ¨¡Envía algo de serotonina! ¡Se nos acaba aquí!

En estos momentos debe de estar pensando, ¨No es sorprendente que tenga problemas! Ojalá que se percate de que usted no es el culpable del trastorno obsesivo compulsivo. ¡es su cerebro!. Por supuesto hemos simplificado en gran medida este proceso. Los expertos ni siquiera están seguros con exactitud de qué partes del cerebro son responsables. Como hemos dicho, el puzzle todavía se está armando colectivamente.

La investigación ha descubierto que ciertas enfermedades autoinmunes, tales como la Corea de Sydenham, la fiebre reumática, las infecciones pediátricas por estreptococos y el lupus, también pueden provocar algunos casos de trastorno obsesivo compulsivo. En algunos estudios se ha demostrado el vínculo del trastorno obsesivo compulsivo con la encefalitis de Ecónomo, las lesiones hipotalámicas, los traumatismos craneales, los tumores cerebrales y la epilepsia. Sin embargo, la mayoría de los casos de trastorno obsesivo compulsivo tienen lugar sin tales explicaciones causales (Jenike 1998; (Yaryura-Tobías y Neziroglu, 1997).

Los estudios han encontrado que la terapia de conducta pueden ocasionar cambios positivos en la función cerebral. La medicación ayuda a corregir el desequilibrio en la serotonina (Yaryura-Tobías y Neziroglu, 1997). . Juntas, ambas estrategias de tratamiento pueden ayudarle a deshacerse del dominio de esta enfermedad. ¿Qué significa todo esto para las personas que se enfrentan al trastorno obsesivo compulsivo?

Aunque muchos procesos siguen sin explicarse, cada vez es mayor la evidencia de que la causa real del trastorno obsesivo compulsivo se sitúa en problemas con circuitos, estructuras y neuroquímica cerebrales. Los padres, cónyuges y otros familiares no son los culpables de su trastorno obsesivo compulsivo. Las personas que lo sufren pueden ayudar a sus cerebros a funcionar mejor mediante la terapia cognitivo conductual y la medicación.

La esperanza es real.

Agradecemos a Desclée De Brouwer por la autorización para la publicación de este material