Tengo un hijo favorito



hay padres que nunca sabran el daño, que pueden llegar a causar de por vida a sus hijos, con esta aptitud y el distanciamiento que causan entre los hermanos, me gustaria recordar que los hijos se buscan de forma egoista, por que asi lo decidimos, no son propiedad nuestra, demosle el amor y la ayuda que necesitan para que crezcan como adultos sanos y equilibrados, sin rencores ni reproches que saldran alo largo del tiempo,
dedicado a mi chico y a antonio nuestro sobrino.
dos personas maravillosas, a las que les a tocado vivir en una familia, que lejos de motivarles para que crezcan y se superen los machacan, con comparaciones odiosas
creyendose,jueces,jurados,y verdugos,sin darse cuenta de sus errores.

fuente:amatista
-------------------------------------------------------------------------------------
http://www.somosnosotras.com/2009/06/26/tengo-un-hijo-favorito/
Tengo un hijo favorito
Autor: Cassandra

Aunque la gran mayoría de los padres lo negaran rotundamente, la verdad es que siempre existe, un hijo que es el ojito derecho de mamá o una hija que lo es de papá. Todo esto crea malestar y celos con los otros hermanos.

No conozco a ningún padre que acepte tener un hijo favorito, es más suelen afirmar que a todos los hijos se les quiere por igual, pero es cierto que las relaciones nunca son iguales y siempre existe mayor conexión con uno u otro de tus retoños. Por lo que y sin darnos cuenta también existe un trato diferente, la mayor parte de las veces es inconsciente por parte de los progenitores, pero aunque duela admitirlo existe.

Normalmente en todas las familias existe un hijo preferido por el padre, la madre o ambos, y ahí es donde puede entrar con fuerza el conflicto, cuando ambos padres favorecen a uno de los hijos en detrimento de los otros. Cuando existe un preferido para el padre y otro para la madre las cosas pueden ser más equilibradas, aunque no sean las ideales.

Los hermanos no favoritos terminan sintiéndose de menos y pueden buscarse problemas para llamar la atención de los padres, malas actitudes, rebeldía, no cumplir con sus deberes, puede ser el método elegido por esos hijos que se sienten desfavorecidos en el amor paternal.

¿Qué se puede hacer?

Los padres tenemos que realizar un ejercicio de reflexión sobre lo que sentimos por cada uno de nuestros hijos y darnos cuenta de cual de ellos es el más parecido a nosotros. (Siempre te llevas mejor con quien más se te parece) Una vez que hemos evaluado quien de nuestros retoños es más parecido y tenemos más afinidad, deberemos hacer un esfuerzo para acercarnos al hijo que menos parecido tiene con nosotros y tratar de comunicarnos con él a la vez que tratamos también de comprenderle.

Ser padres no consiste en identificarte con el hijo que colma todos tus deseos y anhelos, sino en comprender a cada uno de nuestros hijos y aceptar su personalidad propia e independiente.

Si como padres hemos tenido una infancia equilibrada y no arrastramos traumas infantiles, educaremos a nuestros hijos con equilibrio y objetividad.

Nota final: Ser padres no significa amoldar nuestros deseos en nuestros hijos, si no dejar que ellos sigan su camino. No es malo identificarse más con uno u otro, pero no hay que permitir que eso cree diferencias irreconciliables que a la larga pueden destrozar a la familia.

el efecto lucifer


http://www.lagranepoca.com/articles/2008/07/15/2172.html

El mundo no está amenazado por las malas personas sino por aquellos que permiten la maldad”

Albert Einstein.

“Es una fuerza muy poderosa. Uno puede llegar a sentir gratitud de que le perdonen la vida después de haber sido sometido a toda clase de tratamientos inhumanos”. Jefrey Lieberman, reconocido psiquiatra de la Universidad de Columbia, en los Estados Unidos, explica el confuso estado mediante el cual un individuo secuestrado termina por desarrollar, en ocasiones, un sentimiento de afecto hacia el secuestrador.


Tal como sucediera con muchos de los rehenes de las FARC tras su liberación, o con el famoso secuestro de Patricia Hearts por parte del “Ejército Simbiótico de Liberación” (del cual terminaría formando parte meses después de ser secuestrada), el conjunto de síntomas psicológicos conocidos como Síndrome de Estocolmo, debe su nombre a un episodio sucedido en la ciudad del mismo nombre, en Suecia, cuando un par de criminales retuvo durante seis días a varios rehenes dentro del banco Kreditbanken.

Tal suceso, desencadenado el 23 de agosto de 1973, conmocionó a la prensa cuando, en el último día de la toma del banco, las cámaras registraron imágenes de una rehén besando a uno de los captores. Mismo asombro causaría el hecho de que, luego del incidente, ninguna de las víctimas del robo se dispusiera a testificar contra los asaltantes, y que incluso, algunas de ellas los defendiera públicamente.

¿Qué factores llevarían a un individuo a congeniar con las mismas personas que lo convierten en víctima? Según la misma Patricia Hearts, una de las más famosas víctimas del Síndrome de Estocolmo, luego de haber sido violada y encerrada en un armario, “se siente que te han humillado y robado tanto tu fuerza de voluntad, y tienes tanto miedo, que llegas a creer cualquier mentira que te dicen tus secuestradores; ni si quiera piensas más en recibir ayuda”.

Según la psicología actual, la explicación más racional para el desarrollo del Síndrome de Estocolmo, se encontraría en que la víctima, temerosa por el riesgo que la situación supone para su integridad física, crearía un sistema de defensa manifestado como obediencia máxima hacia los captores, lo que bajo el desorden mental que supone la presión propia de un episodio violento, terminaría por reestructurar el sistema de valores del individuo de una manera confusa, creyendo, de manera inconsciente, que él y su captor abogan por los mismos ideales.

Pero el Síndrome de Estocolmo no es el único de los desordenes mentales que un individuo común y corriente puede desarrollar bajo estado de presión mental. Conocido como el “La prueba Milgram”, el experimento psicológico desarrollado en 1961 por el científico de igual nombre, conmovió a la comunidad científica por la implicancia de los resultados sobre individuos con facultades mentales completamente estables. A solo un año de la ejecución de Adolf Eichman, teniente coronel y promotor del Holocausto judío durante la Alemania Nazi, Stanley Milgram se preguntaba cómo era posible que personas de carácter normal, y hasta incluso pacífico, se involucraran en genocidios como el acontecido bajo el régimen del Tercer Reich. Con tal idea en mente, Milgram sometió a numerosos individuos sanos a una prueba simple: debían corregir mediante pequeñas descargas eléctricas cada respuesta errónea que un individuo del cuarto contiguo brindara a un test de habilidad mental. Con cada respuesta mala, el voltaje aplicado por el “profesor” debía ser mayor, y los gritos y súplicas del individuo sometido también se incrementaban. Al personaje del estudio (el profesor), se le decía que el test era para probar un nuevo sistema de aprendizaje. El “alumno” tampoco pertenecía al experimento ya que era un actor profesional. Sin embargo, mediante la insistencia del investigador, el “profesor” continuaba las descargas eléctricas, a pesar de poner algunas objeciones a la naturaleza cruenta del experimento. Aunque la mayoría de los cuarenta psicólogos entrevistados predecían que ninguno de los individuos engañados continuaría el experimento a partir de los 150 voltios, las dos terceras partes, ante la insistente voz de “el experimento requiere que continúe”, terminaron aplicando los voltajes máximos posibles al alumno (450 voltios).

El experimento Milgram llevó a la mesa de debate un escalofriante enigma sobre el que muchos estudiosos de la psique humana teorizaban hace tiempo: ¿Puede cualquier persona común desarrollar una personalidad considerada sádica bajo entornos enfermizos? ¿Es la debilidad de espíritu un rasgo compartido por la gran mayoría de los humanos? ¿Sufrían los habitantes de la Alemania Nazi una identificación “forzada” con las ideas del partido totalitario?

Muchos especialistas opinan que, cuando durante la revolución comunista china muchos de los habitantes del viejo imperio se vieron destruyendo monumentos sagrados, matando a los “enemigos del pueblo” o implicándose en horrores como el “canibalismo de Guangxi”, sus personalidades se hallaban distorsionadas a tal punto en que cada estado de ánimo parecía sintonizarse con el impuesto por las directivas del partido. De hecho, este fenómeno psicológico parece haber sido utilizado con éxito por muchas de las dictaduras mundiales a lo largo del siglo pasado, tanto para someter a sus enemigos como para controlar a la mente de la sociedad reformando sus ideales. Esto es lo que probablemente, el Doctor Philip G. Zimbardo denominaría como el “efecto Lucifer” sobre personas tan socialmente estables como un occidental moderno.

Philip Zimbardo, creador de un experimento tan polémico como la prueba de Milgram, propone, sin embargo, que las influencias externas indeseables en nuestro comportamiento pueden ser resistidas mediante actitudes heroicas: “Propongo que cada uno de nosotros tiene la triple posibilidad de: ser pasivo y no hacer nada, volverse malos, o llegar a ser héroes. Yo admiro a los héroes cotidianos como personas normales que hacen cosas extraordinarias”.

De modo que, actuando conforme a principios morales sólidos, y haciendo caso omiso a las fuerzas externas que empujan al individuo a obrar contra su conciencia, solo cabría esperar que la máxima de Confucio “la naturaleza humana es buena y la maldad es esencialmente antinatural” se pusiera en práctica.

Reacción del sistema inmune causaría trastornos obsesivos


http://www.panoramadiario.com/salud/articulo/articulo/239/reaccion-del-sistema-inmune-causaria-trastornos-obsesivos/
Las personas que sufren de trastorno obsesivo compulsivo (TOC) tienen pensamientos que les "llegan a la mente" por sí solos. Son temas muy desagradables, que no pueden controlar. Por ejemplo, una madre piensa que sería capaz de atentar contra su hijo o una persona cree que los microbios que hay en la habitación le provocarán males catastróficas.

Quienes sufren TOC pierden horas en el día pensando lo mismo sin poder evitarlo. Para alejarse de las obsesiones, recurren a las llamadas compulsiones, que son actos repetitivos para evitar los acontecimientos a los que temen, como limpiarse las manos de forma repetida. Tal como el protagonista de la película Mejor Imposible, que no podía pisar las rayas del piso o abrir la puerta sin limpiar antes la manilla.

Sobre las causas, se ha hablado de genes que influyen y factores ambientales que desencadenan la patología. Sin embargo, un estudio de la U. de Columbia (EE.UU.) indica que estos trastornos, el síndrome de Tourette y otros desórdenes de tics podrían desarrollarse, en alguna proporción, por una respuesta inadecuada del sistema inmune al atacar a una bacteria llamada estreptococo que causa infecciones en la garganta.

MAYOR INVESTIGACIÓN
Esto no significa que todos los TOC tengan este origen, pero sí se abre la investigación sobre un mal que afectal al 3% de las personas.

El estudio demostró esta nueva arista con pruebas en ratas. Los científicos sabían que las bacterias estreptocócicas -las mismas que causan faringitis- pueden causar trastornos autoinmunes, como tics incontrolables, que se asocian al TOC. Por ello, introdujeron la bacteria en dos grupos de roedores: los primeros con un sistema inmune normal y los segundos con uno deficitario. Estos desarrollaron conductas repetitivas relacionadas al TOC.

Como dice Roberto Amon, siquiatra y director de la Asociación Chilena para el Estudio de Trastornos Obsesivo Compulsivos (Atoc), el estreptococo tiene ciertas proteínas que el sistema inmune deficitario reconoce como peligrosas y emite anticuerpos contra ellas. La estructura de las proteínas de esta bacteria, sin embargo, en algunas personas se parece a los ganglios basales, estructura cerebral encargada de planificar hábitos cognitivos y motores. Por eso, el sistema inmune lo ataca también y se generan síntomas obsesivos agudos.

De todos modos, hace falta más investigación, ya que la bacteria explicaría sólo un porcentaje del TOC. El resto de las causales sigue siendo una combinación de genes y factores ambientales que se mezclan.

ESTADO DE TRISTEZA TRAS LA BODA


http://www.elmundo.es/elmundosalud/2009/08/14/neurociencia/1250264542.html
ESTADO DE TRISTEZA TRAS LA BODA
Recién casados... recién deprimidos
Los divorcios de parejas que no llevan un año casadas son los que más aumentan
Los psicólogos señalan que sentir miedo por el paso dado es una reacción habitual
El estado de pesadumbre inicial dura tan sólo unos días

fuente:ISABEL F. LANTIGUA
Si algo tiene claro Héctor es que quiere a su pareja, flamante esposa desde hace un mes. No lo duda un segundo. Por eso no entiende por qué se siente apático, triste, angustiado desde que se dieron el 'sí quiero' en el altar. Lo único que espera es que esta falta de ánimo, a la que no encuentra explicación, se le pase pronto, para poder empezar a disfrutar del matrimonio. Su caso no es único. Según los expertos, el estado de pesadumbre tras la boda es más o menos común y suele darse en personas "un poco inmaduras".

"No es algo patológico, sino una reacción emocional que vemos bastante en consulta, pero nada grave", reconoce a elmundo.es Jesús de la Gándara, psiquiatra y jefe del Servicio de Psiquiatría del Complejo Asistencial de Burgos. "Algunos recién casados sienten miedo por el paso que acaban de dar y no asumen esta vinculación con su pareja", señala. "Sabemos que hay personas que no tienen capacidad para llegar a un verdadero grado de compromiso. El por qué les pasa es un misterio", añade este experto.

Curiosamente, este 'bajón postboda' se da con mayor frecuencia en aquellas parejas que ya llevaban años conviviendo y el único cambio al que se enfrentan es a la firma de un papel que avala su nuevo estado civil. Ésta es la situación de Héctor. Tras siete años compartiendo techo, intimidad y rutinas domésticas con su chica, decidieron sellar su compromiso este verano. Fue un día feliz, pero tan sólo 24 horas después el humor de él empezó a cambiar. ¿Por qué? Él no lo sabe. Gándara apunta una posible explicación: "Se trata de una conjunción de varios factores, pero fundamentalmente esconde un sentimiento de miedo a la pérdida de libertades y dificultades para aceptar el compromiso para toda la vida".

El 'bajón' tras la boda se da con mayor frecuencia en aquellas parejas que llevan años conviviendo

--------------------------------------------------------------------------------
La relación de pareja tiene unas fases bien conocidas. Primero se da la etapa del enamoramiento inicial, que dura unos tres años y es la fase platónica, la del deseo, en la que la hormona más activa es la dopamina -relacionada con el placer-. Le sigue lo que Eduard Punset denomina la 'fase de construcción del nido', que incluye "asumir una cierta responsabilidad, la negociación de las libertades individuales y comprometerse más con la pareja", según explica el psiquiatra, y la hormona oxitocina gana protagonismo, por encima de la dopamina. Es en este periodo en el que pueden surgir problemas, ya que "todos estos acuerdos a los que hay que llegar no son verbalizados, sino que es una cuestión de actitud, del día a día y ambos tienen que ceder en algún aspecto", indica.

Si esta última fase no está bien asentada, dar el paso hacia el matrimonio puede no ser una buena idea. "Hay que pensárselo mucho antes y analizar si realmente el compañero sentimental es la persona ideal para compartir la vida, por mucho cariño que exista", aconseja el especialista, quien considera que si no se está muy seguro, lo más probable es que la pareja dure poco tiempo casada".

Los datos corroboran esta idea. Según la información sobre divorcios recopilada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), de 2006 a 2007 -últimas cifras disponibles- las únicas separaciones que aumentaron se dieron en aquellas parejas que no llevaban ni un año casadas, con un incremento de un 15,9% respecto al año anterior. Mientras los divorcios en todas las demás circunstancias descendieron, las rupturas en el primer año son una tendencia en aumento.

Idealización y realidad
Marta, de 29 años y felizmente casada desde hace cuatro, reconoce que al principio "no todo es tan bonito como lo pintan". El problema, cree, es que ocurre todo muy rápido y hay un momento en el que tienes que asumir la situación. "Estás un año preparando la boda y casi todo tu tiempo gira en torno a ella. Después llega el día y, justo a continuación, te vas de viaje de novios. Así que cuando vuelves de la luna de miel te paras y piensas: 'Bueno, y ahora ¿qué?', recuerda esta madrileña.

Sin embargo, manda un mensaje tranquilizador a los novios que estén pensando en formalizar su relación. "El estado de inquietud dura poco, sólo unos días, hasta que te acostumbras a tu nueva vida", dice Marta, que no se arrepiente de su decisión y ya está pensando en los niños. "Hablando con otras amigas casadas hemos descubierto que a todas nos pasó lo mismo, que casi nos fuimos llorando de nuestras casas para empezar la nueva etapa", afirma. Algo que corroboran Alejandra y Ana, casadas desde hace dos y un año, respectivamente.

"Pienso que es normal, porque aunque comienzas algo que te hace mucha ilusión, también dejas atrás muchas cosas y da un poco de pena", añade Marta. Otro aspecto importante, que influye en el estado de ánimo después de la boda, es que el enlace no salga según lo previsto. "En ocasiones existe una diferencia muy importante entre cómo imaginamos ese día y cómo es realmente", dice Jesús de la Gándara. Algo en lo que coinciden las tres amigas. "La mayoría tenemos idealizado el día de nuestra boda y todo lo que gira en torno a ese evento y la realidad, por muy buena que sea, nunca será igual que nuestra imaginación", sentencian.

Separaciones de verano
Todos los informes señalan, año tras año, que las vacaciones son catastróficas para los matrimonios, pues en la época estival aumenta el tiempo que los cónyuges pasan juntos y, también, las discusiones. Por eso es durante estos meses cuando los juzgados reciben el mayor número de peticiones de divorcio. Sin embargo, esta influencia negativa de las vacaciones en la pareja es aplicable sólo a aquellos matrimonios que hace tiempo que se prometieron amor para toda la vida. En los recién casados, esta estación tiene el efecto contrario.

"El estado de inquietud es normal, porque tienes que asumir una nueva situación, pero se va en unos días"

--------------------------------------------------------------------------------
"Cuando uno da el paso, lo que desea los primeros meses es disfrutar de la compañía de su recién estrenado marido (o mujer) y hacer planes juntos. Por eso el verano es una buena época para casarse. Además del sol casi garantizado, se dispone de más tiempo para pasar en pareja", afirman las tres amigas casadas, que eligieron esta época para sellar sus compromisos.

Según Jesús de la Gándara, "el problema surge en aquellas parejas que están acostumbradas a pasar poco tiempo bajo el mismo techo, por sus respectivos trabajos, y que cuando llegan las vacaciones casi tienen que aprender a convivir de nuevo. Es entonces cuando surgen las peleas y las 'diferencias irreconciliables'", explica.

De momento, Ana, Marta y Alejandra son felices y disfrutan de las vacaciones en compañía de sus maridos. Héctor espera cambiar pronto el chip y ser igual de feliz con su mujer.

DEL DIVÁN A INTERNET


http://www.elmundo.es/elmundosalud/2009/08/20/neurociencia/1250776969.html
DEL DIVÁN A INTERNET
Psicoterapia 'on line' en tiempo real
La terapia del comportamiento a través de Internet es eficaz contra la depresión
Puede 'derrumbar' las barreras que impiden el acceso a esta forma de tratamiento


fuente:PATRICIA MATEY

Lo tiene todo, o casi todo. Es eficaz, accesible, menos costosa y se imparte en Atención Primaria. La psicoterapia a través de la Red ayuda a la recuperación de los pacientes deprimidos, tal y como acaba de demostrar un nuevo estudio. El 'secreto', en esta ocasión, es que se obtiene un mayor rendimiento del tratamiento 'on line' porque se administra en tiempo real por un experto.

"El Gobierno de Reino Unido se comprometió a mejorar el acceso a las terapias psicológicas en las personas con depresión. El plan incluía la formación a 3.600 terapeutas con el fin de que pudieran impartirlas. La terapia cognitiva del comportamiento forma parte de él, pero hasta ahora los trabajos han demostrado que el acceso a ella es difícil, especialmente en Atención Primaria", comentan los autores del trabajo liderados por David Kessler, del Centro Nacional de Investigación de Atención Primaria en la Universidad de Bristol.

Por ello, en los últimos años se ha desarrollado material de autoayuda específico sobre esta terapia, que incluye programas informáticos interactivos. "El uso del teléfono para proporcionar este tratamiento es más eficaz que la forma tradicional de consulta... Sin embargo, los métodos desarrollados para aplicarla a través del ordenador son inflexibles y puede que no se adapten a las necesidades individuales de los pacientes. Por este motivo, la adherencia a la terapia se reduce", insisten los autores.

Sin embargo, el trabajo que ve la luz en el último 'The Lancet', cuyo número es un monográfico sobre salud mental, abre un nuevo camino en la accesibilidad a la psicoterapia y en el seguimiento del tratamiento por los pacientes. Lo constatan los 119 enfermos que han participado en el grupo de intervención con psicoterapia 'on line'.

Ellos, junto con otros 148 pacientes que formaron el grupo control, fueron reclutados de 55 centros de Atención Primaria de Londres, Bristol y Warwickshire. Un tercio era mujer, con una media de edad de 35 años. "El grupo de intervención recibió la terapia tradicional más la psicoterapia a través de Internet con un experto en cada sesión, mientras que los que formaron el control siguieron los cuidados normales, mientras esperaban ocho meses a recibir la terapia cognitiva por ordenador", determina el estudio.

La psicoterapia en la Red se administró en 10 sesiones de 55 minutos cada una, a través de mensajes de texto y se prolongó en determinados casos durante 16 semanas. "Un total de 113 de los participantes del grupo de intervención y 97 del control completaron los cuatro meses de seguimiento", aclaran los investigadores.

Los datos inclinan claramente la balanza a favor de la psicoterapia 'on line'. Así, un 38% de los que la siguieron se recuperó de la depresión en comparación con el 24% de los que recibieron la fórmula tradicional. A los ocho meses, la proporción de pacientes que se había 'curado' en el primer grupo era de un 42% frente al 26% del segundo.

"La terapia cognitiva del comportamiento 'on line' en tiempo real con un terapeuta ofrece la flexibilidad y responde al 'cara a cara' de este tratamiento y es apropiada para las personas con síntomas severos", concluyen los autores. Y no sólo. Permite, también, un acceso más equitativo al tratamiento "además de proporcionar un servicio en aquéllas zonas donde no está disponible".


--------------------------------------------------------------------------------


El Movimiento Global para la Salud Mental 'gana velocidad'
Nació hace un año a propósito de la publicación de una serie de artículos de salud mental en la revista 'The Lancet' en los que se demandaba, entre otras cosas, el mejor acceso a los tratamientos adecuados, la protección de los derechos humanos de los afectados y un impulso de la investigación de los trastornos psiquiátricos en los países con menos recursos.

Caló profundo, y hoy su misión está en manos de 50 organizaciones, además de medio centenar de individuos. A principios de septiembre, todos ellos se verán las caras en Atenas (Grecia) para celebrar la primera conferencia del Movimiento, copatrocinado por Wellcome Trust, la Iniciativa Global de Psiquiatría y la Fundación MacArthur. "La reunión es la piedra clave del esfuerzo realizado por el Movimiento cuya misión es mejorar la atención a las personas con enfermedad mental de todo el mundo", aclaran los editores de 'The Lancet' en la página de opinión de su último número monográfico.

"El número de la revista debuta con los cambios y logros alcanzados por la campaña global contra la enfermedad mental". reza el documento. Como el estudio aportado por el doctor Kessler y su equipo. Otro avance es el "crecimiento rápido que está experimentando la salud mental como disciplina en los países menos desarrollados".

Pese a ello, los editores de la publicación, así como otros miembros del Movimiento recuerdan "que su misión es elevar la conciencia sobre la necesidad de favorecer la salud mental de la población, acabar con el estigma y la discriminación que aún acompañan a las enfermedades mentales, especialmente en los grupos más marginados y vulnerables". Proponen para lograrlo que "ocupe el mismo lugar del que gozan hoy otros programas globales como el del sida o la malaria".

Preocuparse puede generar recuerdos de cosas que nunca sucedieron


fuente:http://www.periodismoenred.com.ar/sociedad/4284-preocuparse-puede-generar-recuerdos-de-cosas-que-nunca-sucedieron.html

Cuántas veces le han dicho a usted que, ante un problema, mejor que preocuparse es ocuparse? ¿Y a razón de cuántos minutos de su vida pasó angustiándose por lo que podría suceder si... ?


Ahora, habría una explicación científica para hacerle caso al consejo o, al menos, tratar de hacerlo. Y para intentar ignorar aquél extendido sueño de caerse en un escenario antes de recibir un premio, el título de graduación, o ese otro en el que uno olvida hasta su nombre antes de un examen...

Y es que estudios llevados a cabo en la Universidad de Wisconsin-Madison (Estados Unidos) indican que el sólo hecho de anticiparse a o de preocuparse por algo que va a ocurrir hace que esta experiencia se grabe en el cerebro con la misma intensidad que un recuerdo negativo real, incluso antes de que ocurra.

Más al grano: que por el mero hecho de preocuparse usted está corriendo el riesgo de convertir esa aprensión en un recuerdo de un hecho que todavía no pasó.

De acuerdo con un ensayo publicado en la reconocida revista Proceedings of the National Academy of Sciences , cuando algo le preocupa a una persona se activa un circuito del miedo que amplifica el temor a volar o a hablar en público y condiciona así el comportamiento futuro de dicha persona.

Kristen Mackiewicz, cabeza del equipo que realizó la investigación científica analizando qué sucedía en el cerebro de voluntarios por medio de técnicas de resonancia magnética, explicó que el estudio se hizo para tratar de entender más y mejor la formación de recuerdos en casos de estres postraumático y aplicar tratamientos más apropiados.

Todos sabemos por experiencia propia que los hechos emocionalmente más perturbadores, como una agresión, un accidente o la muerte de un ser querido, quedan marcados en la memoria con mucha mayor profundidad que los acontecimientos cotidianos.

Fue estudiando este fenómeno, que los expertos descubrieron que el sólo hecho de anticiparse a una situación angustiante, temida o claramente mala puede activar dos regiones cerebrales relacionadas con la formación de recuerdos, incluso antes de que dicha situación se produzca.

Una persona que tenga miedo de hablar en público o de volar en avión sentirá ansiedad cada vez que se enfrente a estas situaciones. De acuerdo con los resultados obtenidos en Wisconsin-Madison, cuanto más tiempo pase alguien pensando en esas situaciones posibles o futuras, más fuertemente grabado en su cerebro quedará dicho acontecimiento, con lo cual más temor y aprensión y preocupación sentirá el individuo la próxima vez que tenga que exponer en público o subirse a un avión.

De manera que la anticipación a una situación angustiante pone en marcha en el cerebro un circuito de miedo que, al mismo tiempo, ayuda a reforzar viejos recuerdos y acentúa la grabación profunda de los nuevos.

Los investigadores tienen la esperanza de que, al descubrir qué regiones del cerebro participan en esta reacción, las personas que sufren algún tipo de desorden post-traumático no se vean invadidas continuamente por recuerdos espantosos de hechos que, en realidad, nunca ocurrieron.

Sabiendo dónde se da dicha fijación cerebral, podría desactivarse esa respuesta hiper negativa, eliminando la propensión a que esas personas recuerden tan fácilmente los recuerdos negativos.

Esta solución podría aplicarse sobre todo en el caso de desórdenes de estrés post-traumático y de ansiedad social, que suelen producir en quienes los padecen desagradables recuerdos intrusivos o retrocesos en el tiempo, generando una cíclica rememoración de los hechos traumáticos.



Fuente: NeoMundo

¿Nota Vd. que se preocupa por cosas que escapan a su control?


Mª Isabel García Medina - Psicóloga Colegiada Nº: M-11045
Obsesiones y compulsiones



¿Nota Vd. que se preocupa por cosas que escapan a su control?
¿Piensa constantemente en algo que le ha sucedido o que podría sucederle? ¿le resulta difícil detener estos pensamientos por mucho que lo intente?
¿Se siente molesto cuando las cosas que le rodean no son perfectas?
¿Advierte que repite tareas una y otra vez sin motivo?
¿Reiteradamente busca en familiares y amigos reafirmación para estos pensamientos o acciones?
Si es así, probablemente esté Vd. sufriendo lo que en psicología se conoce como obsesiones o compulsiones.
Aunque casi todo el mundo sabe lo desagradables que pueden ser las preocupaciones incesantes (por ejemplo, irse de vacaciones sin estar seguro de haber cerrado un grifo, o la llave del gas...), estas preocupaciones desaparecen al poco tiempo (por ejemplo, diciéndose a sí mismo que lo ha hecho o pidiendo a un amigo que lo compruebe) o pueden durar incluso un día, pero luego desaparecen y no vuelven a aparecer. Esas preocupaciones causan tristeza o ansiedad pero el contenido en sí varía de un día a otro. Sin embargo, las obsesiones son preocupaciones relativamente estables. Esos pensamientos, imágenes o impulsos de hacer algo aparecen repetitivamente y provocan gran ansiedad, alarma, miedo e incluso vergüenza.
Lo que suele ocurrir es que la persona que sufre alguno de estas las sufre de modo repetitivo y sufre por ello una fuerte angustia. Cuando estos sentimientos surgen, la persona intenta conseguir alivio a esas sensaciones, aunque sea por poco tiempo, por lo que realiza determinados comportamientos o pensamientos para obtener alivio. Estos se llaman compulsiones o rituales y pueden ser algo pequeño, y en principio poco molesto como comprobar la llave del gas, o tan agobiantes como lavarse las manos 50 veces al día, colocar los objetos en un orden exacto, etc. Estas compulsiones hacen que la angustia disminuya temporalmente, pero cuando vuelve a aparecer el pensamiento, la persona "ya sabe lo que tiene que hacer" para disminuir la angustia, es decir, realizar el ritual, lo que genera a su vez angustia y autocrítica... así que, como puede verse, el círculo vicioso está ya instaurado.
Por lo tanto, las obsesiones son los pensamientos, imágenes o impulsos que la persona siente y qué ella misma considera absurdas, repugnantes o inaceptables e intenta rechazarlas. Hacen que la persona que las siente tenga gran ansiedad o malestar y quiera neutralizar esa obsesión o sus consecuencias.
Las compulsiones son las conductas que el sujeto hace para neutralizar las obsesiones en sí o dichas consecuencias. Las compulsiones a veces reducen la ansiedad y otras veces la persona aún se siente nerviosa pero cree que lo estaría aún más si no realizase dicha conducta.
Otro tipo de "compulsión" son las conductas de evitación, en las que la persona evita estar cerca de la situación que le genera ansiedad o el pensamiento obsesivo con el fin de no tener que sufrir dicha angustia o de no tener que realizar el ritual que lo neutralice. Sin embargo, la evitación también genera ansiedad e incluso culpabilidad si la persona no puede realizar dicha conducta. Por ejemplo, una madre que teme hacer daño a su hijo pequeño puede evitar estar a solas con él, por lo que probablemente se sentirá una "mala madre", con la consiguiente subida de ansiedad y el empeoramiento de la obsesión.
Las obsesiones y compulsiones más comunes son:
Ideas de contaminación: pensamientos de contagiarse o contagiar a otros por contacto con sustancias que pueden ser peligrosas (suciedad, gérmenes, sangre, personas enfermas, venenos, radiación...). Las compulsiones más normales son las de lavado de manos, lavado de ropa, limpieza obsesiva de la casa, etc. Las conductas de evitación pueden ser no salir de casa, evitar el contacto con personas que puedan haber tenido contacto con esas cosas, etc.
Ideas de violencia física: pensamientos de hacer daño a una persona (generalmente a una persona por la que se siente mucho afecto), que se lo hagan a ella o hacérselo ella misma. Las compulsiones más comunes son comprobar que no ha producido ningún daño, preguntar, etc. Y las conductas de evitación suelen ser: evitar estar solo con las personas que puede herir, no tener cuchillos de metal, etc.
Obsesiones sobre daños accidentales: miedo a una explosión de gas, a un accidente de tráfico, a un robo... Las compulsiones pueden ser de comprobación, es decir, examinar puertas, llaves de gas, llamar a la policía, etc.
Obsesiones en cuanto al orden: pueden ser colocar las cosas en un determinado orden, hacer una tarea de una forma determinada...
Otras obsesiones también pueden ser: Contar cosas, repetir algo un número determinado de veces, tonadillas musicales, acumular cosas (por si en un futuro necesitasen usarlas), hacer las cosas con una lentitud extrema, pensamientos acerca de la muerte, preocupaciones sexuales, preocupaciones o pensamiento religiosos, etc.
Las obsesiones y las compulsiones, por tanto, son preocupaciones incesantes y estables que provocan gran ansiedad a la persona que las sufre y puede por ello tener la necesidad de realizar una o varias acciones para contrarrestar esa ansiedad o para evitar esa obsesión.
Además de obsesiones con rituales compulsivos, se pueden dar también obsesiones sin que haya rituales e incluso una lentitud excesiva sin rituales visibles.
La lentitud excesiva sin rituales visibles se da sobre todo en hombres, aunque generalmente lo que hay detrás son rituales obsesivos, es decir, la persona realiza complejos pensamientos o controles mentales para "realizar mejor" dicha tarea, por ejemplo, puede repetir mentalmente la secuencia que acaba de realizar hasta que considere que no ha cometido ningún error. Algunas personas no pueden dar razón alguna que explique la lentitud. De todos modos, esa lentitud es selectiva, es decir, la persona puede tardar horas en realizar una determinada actividad y conducir o cocinar a un ritmo normal, por ejemplo.
Hay mucha gente que tiene hábitos de comprobación, de contar determinadas cosas o de lavar algo un número determinado de veces (se estima que alrededor del 80% de la población normal), aunque los casos que pueden considerarse con necesidad de tratamiento pueden ir desde el 1´8 al 2´5% de la población. Por lo tanto, la diferencia es meramente cuantitativa, al igual que cualquier problema de ansiedad. Es decir, si sufre de síntomas que considera excesivamente molestos o desagradables, si cree firmemente que alguno de sus temores más angustiantes se harán realidad y/o pasa dos o más horas al día (si sumase todos los pequeños momentos que dedica a su obsesión o a su compulsión al cabo del día), debería acudir a un profesional especializado.
No todas las personas que sufren este trastorno se dan cuenta de la irracionalidad de los pensamientos que sufren, pero la mayoría de ellas sí lo hacen, aunque a pesar de considerarlo irracional no pueden evitar que les provoque ansiedad.
La edad de inicio generalmente se sitúa en la adolescencia o al inicio de la vida adulta, pero también se han identificado casos en niños de 5 y 6 años (aunque repito que no es lo más común). Y se da algo más frecuentemente en mujeres que en hombres.
Hay personas que realizan conductas repetitivas pero no sufren este trastorno, por ejemplo, comer en exceso, el juego patológico, la urgente y firme necesidad de perder peso... La diferencia entre ellos está en que mientras estas conductas producen placer cuando las realiza o las consigue (aunque intente evitarlas por sus efectos secundarios), las compulsiones son realizadas para eliminar la ansiedad, no porque produzcan placer en sí mismas.
Este trastorno suele ir acompañado de depresión. Unas veces la depresión provoca tal estado de angustia que ayuda a la aparición de pensamientos obsesivos, y estos a su vez hacen que aparezcan las compulsiones. En otras ocasiones, la persona que sufre un trastorno obsesivo-compulsivo ocupa varias horas al cabo del día en ejecutar sus "rituales" y está en un estado permanente de ansiedad ya que el pensamiento no deja de aparecer de modo repetitivo y con él la angustia, la necesidad de "hacer algo" que reduzca dicha ansiedad (aunque sólo la reduce o la impide que aumente de forma momentánea). Esta sensación de indefensión hace que vean su futuro cada vez peor y sin ninguna posibilidad de mejoría y comienzan a sentirse cada vez más deprimidos.
Para finalizar quiero hacer hincapié en que los pensamientos intrusivos ocurren con mayor frecuencia cuando la persona está bajo estrés, con altos niveles de ansiedad y/o humor depresivo.
TRATAMIENTO:
De todas maneras hay que saber que cerca del 23% de los casos remiten con el tiempo sin necesidad de tratamiento, estos suelen ser los casos menos severos. El 77% restante no mejora sin ayuda, por lo que, por su propio curso, suele empeorar.
En general, es un trastorno con solución, aunque los casos muy severos pueden no remitir del todo, por ello es conveniente acudir a un especialista lo antes posible para evitar la cronicidad del problema.
El tratamiento más efectivo es el cognitivo-conductual, y se basa en:
Que la persona esté decidida a terminar con el problema ya que: merece la pena cambiar, debe aceptar ayuda (ya que sola lo ha intentado y no ha sido capaz), además de que en pocas semanas puede ver el resultado, por lo que puede intentarlo y si no le es efectivo, dejarlo.
Pensar que los contenidos de las obsesiones son irracionales.
Saber que ritualizar y hacer respuestas de evitación no es la única manera de eliminar o disminuir la ansiedad y que hay otras medidas que puede aprender.
Aceptar que se están teniendo las obsesiones y no intentar rechazarlas. Soy consciente de que esto es, con mucho, la parte más difícil, y por ello debe ser realizado con ayuda de un profesional especializado.
CenPsiSa

Mª Isabel García Medina - Psicóloga Colegiada Nº: M-11045

El trastorno obsesivo-compulsivo


fuente:http://www.infocoponline.es/view_article.asp?id=2210

Gemma García-Soriano1, 2, Amparo Belloch1 y Carmen Morillo3
1Universidad de Valencia; 2 Universitat Jaume I (Castellón); 3Departamento de Salud nº 5. Agencia Valenciana de Salud, Valencia


El trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) se caracteriza por la ocurrencia repetida de obsesiones y/o compulsiones que consumen al menos una hora al día, si bien en la práctica, la interferencia y el malestar que genera supera con creces ese tiempo. Aunque desde los inicios de su caracterización se ha considerado como un trastorno unitario, en la práctica clínica se observan grandes diferencias tanto en la forma como en el contenido de los síntomas a través de los cuales se manifiesta en los distintos pacientes. Estas diferencias se traducen, entre otras cosas, en la respuesta a los tratamientos disponibles, en el malestar y la interferencia cotidianos que genera, o en las elevadas tasas de comorbilidad con otros trastornos y, especialmente, con los depresivos. Esta complejidad es cada día más patente en la investigación y en la práctica clínicas, y es por ello que se está dedicando un esfuerzo creciente al estudio de la misma.




El desarrollo de un sistema de subtipos o modalidades de TOC sencillo, fiable, válido, comprensible y significativo, no sólo proporcionaría una descripción más exacta y definida de la psicopatología del trastorno, sino que podría tener además importantes repercusiones tanto para comprender su etiopatogenia (p. ej., búsqueda de causas comunes para la explicación del trastorno, junto a otras más específicas para el desarrollo de una modalidad concreta), como de evaluación y diagnóstico (p. ej., mejores herramientas de evaluación, cribado, diagnóstico precoz, etc.), y terapéutico (p. ej., desarrollo de protocolos de tratamiento específicos y más eficaces.


El acercamiento a la heterogeneidad del TOC se ha realizado a nivel tanto teórico como empírico, y empleando criterios muy diversos (edad de inicio del trastorno, gravedad de los síntomas, etc.). No obstante, la aproximación que hasta la fecha ha resultado más fructífera ha sido la que se ha centrado en los contenidos de las obsesiones y en los de las compulsiones, si bien éstas se supone que están funcionalmente vinculadas a las primeras. A nivel teórico, una de las clasificaciones más utilizadas es la que divide a los pacientes TOC en función de la presencia o ausencia de compulsiones observables (p. ej., rituales de limpieza): "obsesivos con compulsiones manifiestas" y "obsesivos puros". Sin embargo, esta clasificación ha inducido a asimilar cualquier estrategia de afrontamiento de las obsesiones con una modalidad de ellas: la compulsión, que a su vez se asocia a rituales más o menos estables y complejos. Esta identificación no se corresponde con la realidad clínica, puesto que ni todos los pacientes desarrollan rituales, ni éstos son siempre manifiestos u observables.


A nivel empírico, los diferentes trabajos utilizan listados de síntomas evaluados por medio de autoinformes para estudiar las diferentes manifestaciones del TOC. Para ello, se han desarrollado tanto instrumentos de síntomas obsesivo-compulsivos, como de pensamientos intrusivos-obsesivos análogos a las obsesiones (PIO), y se ha empleado tanto población clínica TOC como no clínica. El estudio de los PIO en población general se ha basado únicamente sobre intrusiones obsesivas, excluyendo así a las compulsiones.


Dentro de este enfoque, y empleando el Inventario de Intrusiones Obsesivas Revisado de Purdon y Clark (1993, 1994), Lee y Kwon (2003) han obtenido una estructura de dos factores a partir de la cual han desarrollado un modelo teórico sobre los PIO que extrapolan a las obsesiones clínicas y que, por el momento, cuenta con un aval empírico escaso. Este modelo recuerda a la distinción clásica de obsesiones con y sin compulsiones, pero intenta ir más allá de la mera presencia o ausencia de compulsiones: centrándose en la importancia de los contenidos obsesivos, plantean una explicación sobre los posibles factores cognitivo-conductuales implicados en el desarrollo de los dos tipos de obsesiones a los que denominan "autógenas" y "reactivas".


Hemos realizado varios trabajos sobre este tema mediante un instrumento de diseño propio, el Inventario de Pensamientos Intrusos Obsesivos (INPIOs) (Belloch et al., 2004; Morillo, Belloch, y García-Soriano, 2007). Nuestros datos indican que los diversos contenidos de PIO se agrupan en 6 factores de primer orden: agresivos; sexuales, religiosos, repugnantes, existenciales, y conductas socialmente inadecuadas; simetría y orden; dudas y comprobación; limpieza y contaminación; y superstición. Estos factores se engloban a su vez en una estructura superior de dos factores: en el primero se incluyen los PIO de los factores 1 y 2, y en el segundo los de los 4 restantes. Otros estudios se han centrado en población clínica con TOC y han analizado la presencia tanto de síntomas obsesivos como compulsivos mediante la lista de síntomas de la Escala Yale-Brown de Obsesiones y Compulsiones. Aunque no existe consenso entre los diferentes trabajos, se constata en general la presencia de cinco conjuntos de contenidos obsesivos, de los que tres suelen aparecer con claridad: contaminación/limpieza; simetría/orden; obsesiones religiosas y sexuales. Junto a ellos aparecen otros dos, ya sea como factores únicos o asociados a los anteriores: acumulación, y agresión/ comprobación.


En términos comparativos, por tanto, hay al menos cuatro contenidos de PIO y Obsesiones que surgen de forma consistente, tanto cuando se examina población general como personas con TOC: agresión; sexo/religión; simetría/orden; limpieza/contaminación. En nuestra opinión, el modelo derivado a partir del INPIOs resulta muy interesante y clínicamente significativo porque permite aunar el modelo bifactorial derivado del estudio de los PIO normales, con los multifactoriales obtenidos mediante listados de síntomas obsesivo-compulsivos en población clínica. En todo caso, y aunque el estudio de la heterogeneidad del TOC está todavía en sus inicios, los datos disponibles muestran que el TOC es una psicopatología mucho más compleja y heterogénea de lo que cabía esperar hace tan sólo un par de décadas, lo que indica la necesidad de su investigación dadas las más que probables repercusiones que ello tiene en su comprensión y, como consecuencia, en su diagnóstico y tratamiento adecuados.


El estudio original en el que se basa este artículo puede encontrarse en:
García-Soriano, G., Belloch, A. y Morillo, C. (2008). Sobre la heterogeneidad del trastorno obsesivo-compulsivo: una revisión. Revista de Psicopatología y Psicología Clínica, 13, 65-84.

Fármacos y psicotrópicos

http://www.youtube.com/user/tercermilenio