LOS NIÑOS HASTA DE 4 AÑOS PUEDEN DESARROLLAR TRASTORNOS OBSESIVO COMPULSIVOS


LOS NIÑOS HASTA DE 4 AÑOS PUEDEN DESARROLLAR TRASTORNOS OBSESIVO COMPULSIVOS

Incluso niños desde los cuatro años pueden desarrollar el trastorno obsesivo compulsivo (TOC), señala un estudio reciente.

El estudio, publicado en línea en la revista Journal of Psychopathology and Behavioral Assessment, encontró muchos paralelos entre los niños pequeños que tienen TOC y sus compañeros de más edad con el trastorno de ansiedad. Por ejemplo, ambos grupos tenían obsesiones y compulsiones similares, diagnósticos psiquiátricos múltiples, y altos índices de trastorno obsesivo compulsivo en su historia familiar. Sin embargo, los niños más pequeños eran menos propensos a sufrir de depresión que los de más edad.

"Nuestros hallazgos ofrecen el primer vistazo a las características y variables que emergen durante el TOC de inicio en la niñez temprana, y esperamos que lleve a más estudios que se enfoquen en la evaluación y tratamiento de este grupo de edad", dijo en un comunicado de la Clínica de investigación de la ansiedad pediátrica del Centro de investigación infantil Bradley Hasbro el autor del estudio Abbe Garcia, director de la clínica.

El trastorno obsesivo compulsivo provoca que una persona tenga pensamientos recurrentes no deseados (obsesiones) y/o conductas repetitivas (compulsiones). Estas compulsiones, como lavarse las manos, contar, revisar o limpiar, con frecuencia se llevan a cabo con la esperanza de prevenir los pensamientos obsesivos, o de hacerlos desaparecer. Realizarlas conlleva un alivio solamente temporal y no realizarlas aumenta la ansiedad marcadamente.

Hasta uno de cada 200 niños y adolescentes podrían tener trastorno obsesivo compulsivo, según la American Academy of Child & Adolescent Psychiatry.

En su estudio de 58 niños con TOC entre 4 y 8 años de edad, una quinta parte tenía un miembro inmediato de la familia con antecedentes del trastorno. Aproximadamente a un quinto de los niños también se les diagnosticó trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) o trastorno de ansiedad generalizada (TAG).

El 75 por ciento de los estudiados informaron tener obsesiones múltiples, siendo la más común un temor de contaminación y miedos catastróficos sobre la muerte o hacerse daño a sí mismo o a sus seres queridos. Casi todos tenían conductas compulsivas múltiples, con un promedio de cuatro por niño. Las más comunes eran lavarse, revisar y repetir.

Garcia señaló la importancia del estudio y afirmó que "el diagnóstico y la intervención precoces son críticos para reducir la gravedad de los síntomas y mejorar la calidad de vida".

Publicado en el Journal of Psicopathology

http://www.mipediatra.com/blog/2008_10_01_archivo.htm

Víctor Ingrassia (La Nación). Faltar a la verdad en forma repetitiva es un problema patológico que suele comenzar durante la niñez

Para el poeta inglés Alexander Pope, "el que dice una mentira no sabe qué tarea ha asumido, porque estará obligado a inventar veinte más para sostener la certeza de esta primera".

Quizá no sean veinte, pero sin duda ése es el comportamiento de quien no puede dejar de mentir en forma compulsiva y hace de esto un hábito de vida.

Si bien la mentira forma parte del ser humano desde su niñez, la conducta repetitiva de faltar a la verdad desde que uno tiene uso de razón deja de ser normal y se convierte en un problema patológico que hoy puede resolverse con la terapia adecuada.

"La compulsión es la base de todo tipo de trastorno obsesivo y la mentira repetitiva está relacionada con problemas en personalidades inflexibles y de conducta rígida", afirmó el doctor Eduardo Grande, jefe de la División Salud Mental del Hospital General de Agudos Teodoro Alvarez. Según el psiquiatra, la mentira compulsiva es difícil de manejar terapéuticamente porque se oculta tras otras conductas, como la compulsión por el juego o las adicciones.

[Mas:]

Según estadísticas de 2005 del Servicio de Salud Mental del hospital, el 92% de los pacientes miente sobre el consumo de sustancias; el 25%, sobre el consumo de alcohol, y el 58%, sobre el juego patológico (ludopatía).

Una marca de la niñez

Aunque la personalidad del mentiroso compulsivo se manifiesta en la juventud o la adultez, los especialistas señalan que es durante la niñez cuando comienza a construirse.

Para el doctor Daniel Alberto Vidal, de la Asociación Argentina de Psiquiatría, mentir de chico "es una creación imaginativa espontánea común en los primeros años de vida, que forma parte del desarrollo psicoevolutivo normal". Como ejemplos señaló el mentir en los primeros diálogos con juguetes o mascotas y en los relatos de la vida cotidiana, que suelen adornar con situaciones y personajes imaginados.

"La conducta del mentiroso compulsivo tiene su raíz en los vínculos más primarios; es decir, aquellos que lo han formado como sujeto. En la niñez se forma su personalidad según la educación y el contexto en el que se vive. Está en constante asimetría con los adultos, por lo que se vale de mentiras inocentes para intentar igualarse", explicó la psicóloga Miriam Mazover, directora del Centro Dos.

Ahora, según la experta, el hecho de que los padres repriman las mentiras de su hijo le impide a éste generar una marca que lo caracterice y le suele dejar un trauma que se dará a conocer en la adultez. "Comienza a operar un mecanismo en la mente que quedó enquistado en la infancia, sin elaborar. Así, la mentira repetitiva toma el lugar del recuerdo fallido y surge en forma inconsciente", agregó Mazover.

Trastornos de la conducta

Según Vidal, existen cuatro tipos de manifestación de la mentira: la hecha en forma esporádica (todos alguna vez mentimos), la evolutiva (de niño), la que se dice como producto de un padecimiento sintomático (para obtener atención gracias a la creación de un falso personaje) y la efectuada como conducta repetitiva. Esta es la mitomanía, en la que se vive para y por la mentira.

"El mitómano utiliza la mentira como conducta de vida, falseando la verdad respecto de hechos, cosas y personas con el objeto de hacer un daño", destacó Vidal, psiquiatra del Departamento de Salud Mental de la Facultad de Medicina de la UBA.

Para Mazover, existen tres tipos de personalidad donde se asienta esa conducta obsesiva: la psicótica (producto de un delirio), la perversa (la mentira es un instrumento para falsear hechos y dichos) y la neurótica (el otro aparece como alguien que lo tiene todo y se necesita de la mentira para llamar su atención).

Según Mazover, la mentira compulsiva no es un motivo de consulta, pero sí subyace como un problema en el 35% de los pacientes tratados en el Centro Dos.

Cómo prevenir

Una forma de evitar que la mentira se transforme en una obsesión en la adultez es "no castigar a los chicos cuando dicen una mentira menor, ya que es propio de la imaginación infantil y forma parte de su maduración", explicó Vidal, para quien los padres deben explicar las diferencias entre fantasía y realidad.

Destacó, además, que el adulto que padece este trastorno en forma histriónica debe recurrir a terapia.

Pero para poder prevenir, es necesario detectar la conducta a tiempo. En este sentido, dos universidades estadounidenses difundieron en 2005 trabajos experimentales que sugieren que las mentiras podrían detectarse con un estudio de rutina. En uno, científicos de la Escuela de Medicina de la Universidad de Pennsylvania compararon imágenes obtenidas con resonancia magnética funcional del cerebro de sujetos cuando mentían y cuando decían la verdad. Según los resultados publicados en Nature, determinaron que las mentiras se pueden detectar con un 99% de precisión.

En el segundo estudio, expertos de la Universidad de California del Sur hallaron que el cerebro de los mentirosos compulsivos posee diferencias estructurales respecto de quienes dicen la verdad: en el lóbulo frontal tienen más sustancia blanca que materia gris.

Pero a pesar de que hay quienes aseguran que "todos los hombres nacen sinceros y mueren mentirosos", lo que acaba de leer es cierto... De verdad.

Fuente blogs.periodistadigital.

http://blogs.sawebsos.com/index.php/psicologosmadrid/2008/08/15/obsesion_a_mentir

Obsesiones, ¿pánico?



Obsesiones, ¿pánico?

""La armonía llega a tu interior a través de tu mente. El predecesor de toda acción es el pensamiento".

Wayne W. Dyer

Los trastornos de ansiedad son los más concurridos dentro de la patología neurótica del ser humano. En las salas de urgencias de Psiquiatría de cualquier hospital general suele observarse a diario cuando surge la crisis.
El episodio de crisis de pánico es quizás el más paralizante para la persona que lo vive porque el poder de los pensamientos en esos momentos es tan grande que la sensación de la persona es "ser atrapada por sí misma". La reacción: la huida del propio yo; algo realmente imposible.

Pero vamos a intentar ordenar el tema para vuestra comprensión, empezando por la definición de trastornos de ansiedad. La ansiedad es aquella emoción que sentimos cuando creemos vernos amenazados por algo o alguien. Es una respuesta innata en el ser humano que de niño le preserva de muchos peligros y es normal que se experimente en determinadas situaciones.
Cuando la ansiedad surge sin que haya ningún estímulo temerario que justifique su presencia, entonces es una respuesta innecesaria que debe tratarse como trastorno psicológico.

Según la clasificación psiquiátrica de las diferentes enfermedades mentales, DSM IV, los trastornos de ansiedad se clasifican en:

1.

Trastorno de angustia sin agorafobia
2.

Trastorno de angustia con agorafobia
3.

Agorafobia sin historia de trastorno de angustia
4.

Fobia específica
5.

Fobia social
6.

Trastorno obsesivo-compulsivo
7.

Trastorno por estrés post-traumático
8.

Trastorno por estrés agudo
9.

Trastorno de ansiedad generalizada
10.

Trastorno de ansiedad debido a…
11.

Trastorno de ansiedad no especificado.

Pero como el objetivo de este artículo no es académico, hablaremos puramente de las crisis de pánico y las obsesiones.

Las denominadas crisis de pánico son episodios desbordantes de ansiedad en los que la persona deja de actuar paralizada por el miedo. No hay estímulo aparente que lo justifique, al menos en la realidad, porque ella cree que puede desvanecerse, sufrir un infarto o cualquier otra situación de pérdida de control. Los pensamientos se suceden rápidamente invadiendo todo criterio lógico y racional. A partir de aquel momento ya nada es lo que parece y la duda inunda todo raciocinio.

El sujeto sufridor de pánico teme cualquier acción y ningún lugar es seguro porque es su pensamiento el que le desborda, le descontrola. Los pensamientos que se suceden para desequilibrarlo siguen unos mismos esquemas:

*

Parecen taquigrafiados
*

Son repetitivos
*

Son específicos
*

Contienen palabras clave
*

Son irracionales, a pesar de lo cual casi siempre son creídos
*

Suelen ser difíciles de detener o desviar.
*

Dramatizan utilizando términos del tipo: "debería de", "y sí…"
*

Se viven como espontáneos.

La persona escucha atentamente esos mensajes que se envía a sí misma, se los cree y asume el descontrol y el miedo que la paralizan queriendo escapar a toda costa de sí misma, es decir de sus pensamientos. Los pensamientos automáticos al ser creídos se asientan con más fuerza en la persona formando parte de su cotidianeidad. Este hecho reduce la socialización en la persona que los sufre, quien limita salidas y contactos por el temor de que se vuelva a producir la crisis. Empieza por evitar aquellos lugares en los que sintió que le invadían esos pensamientos automáticos y poco a poco, con la generalización de sus ataques, se convierte en alguien incapaz de salir de su propia casa.

La solución a esta conducta tan limitativa está en trabajar los pensamientos que provocan esa desagradable emoción. Para ello contamos con diferentes técnicas dentro de la psicología cognitivo-conductual como la detención del pensamiento, la detección previa de esos pensamientos, la confrontación de esos con la realidad, etc.… La consecuencia que se pretende con ese intento de confrontar los pensamientos distorsionados con lo racional es para que uno mismo se crea lo absurdo del pensamiento paralizante y así eliminarlos del lenguaje interior.

Vamos a analizar un pensamiento distorsionante y su confrontación con la realidad para comprender mejor el proceso:

"Soy una persona que por motivos de mi trabajo suelo tener reuniones en los que dirijo a un grupo de subordinados cómo hacer su trabajo. Suelen ser rutinas que por mi propia y amplia experiencia no me suponen ningún temor. El problema surge el día en que como otros tantos días voy a una reunión más general de la firma y estando tranquilamente conversando con unos y otros, siento que se pronuncia mi nombre en alto y la sala queda en silencio en espera de que yo acuda a la "invitación" para contestar la pregunta en cuestión que se me hace y de la que no puedo acordarme. El miedo paraliza mis piernas y siento desfallecer, no soy capaz de moverme y mucho menos de mediar palabra, ¿qué me sucede? No puedo explicarlo pero aquel día hice totalmente el ridículo" -
Estas son las palabras introductoras del problema de pánico frente a situaciones sociales que padece un paciente de 38 años -. Y prosigue así:
"A partir de aquel día no he podido seguir desarrollando mi trabajo con la comodidad que me caracterizaba. Ahora temo cualquier reunión por más simple que sea y ha llegado un punto mi temor que no soy capaz de ir al trabajo por miedo a que soliciten mi presencia y mis palabras en una improvisada reunión."

Le pregunto cómo se siente y describe: "Me siento un fracasado, alguien poco cualificado y ridículo, sé que la gente se ríe de mí por incompetencia."
¿Qué crees te pasó aquel día? - solicito - "Vi demasiados ojos pendientes de mí y creí que no sabría que decir"
¿Acaso no eres alguien competente en tu trabajo? - cuestiono - "Antes sí, ahora ya no."
¿Qué te lleva a pensar así? - pregunto - "No haber podido abrir la boca aquel día".
¿Crees que la competencia en un trabajo se valora por un día y no por un cúmulo de situaciones? - insisto - "Vi sus caras y supe lo que pensaban".
Si tú hubieras pertenecido al grupo que estaba a la escucha, te hubieras preocupado en pensar que alguien que no respondía a una demanda era clasificado de incompetente - increpé yo - "Eso es algo diferente, yo era quién no pronunció respuesta".

Lo único cierto es que no diste respuesta a la solicitud de opinión, lo demás son conjeturas que tú mismo te haces sin ningún apoyo racional. Si en vez de ello no le hubieras dado importancia porque en definitiva todos podemos tener un mal día, no dejarías que un episodio sin más importancia que la que tu pretendas darle te estropee la vida. Si te hubieras reído de tu "pánico" en el instante en que sucedió considerando como normal el acontecimiento, ahora no estarías aquí. Te sentiste incómodo interpretando los pensamientos de los demás asistentes para ridiculizarte. Son tus pensamientos de aquel instante los que han mantenido tu conducta de pánico actual. - manifesté -.

* * *

En la vida, a diario, nos encontramos con situaciones que nos provocan el pánico. Si los pensamientos automáticos que nos invaden en aquel momento son irracionales y dramáticos tendemos con ello a prolongar la emoción desagradable, generalizándola en otras situaciones posteriores. El pensamiento genera una emoción que se mantiene si la situación que provocó el pensamiento fue vivida como amenazante.

Imagínate resbalando en plena sala de juntas cuando estás sirviendo un café. Ante el gran resbalón, los jefes se ríen y tú piensas: "Menudo ridículo acabo de hacer, seguro que han pensado que soy una inútil y tonta." La emoción sentida es de vergüenza y en un futuro evitarás servir el café en la sala de juntas. Si además, cada vez que te cruzas con uno de los que presenciaron el "desastre" piensas seguro que aún se ríe de mí, el pánico invadirá diferentes áreas de tu vida, evitando situaciones de tu entorno cotidiano. Cuanta más negatividad e irracionalidad le dieras a tus pensamientos, más agudo sería el pánico. "Lo que piensas" se traduce en tus acciones, por ello es importante que se intente mantener un buen contacto con la realidad a la hora de expresar el lenguaje interior.

Las obsesiones son pensamientos deformantes que se mantienen constantemente en tu mente creando una obsesión continua. La obsesión es un fenómeno que aparece en tu conciencia contra la voluntad del sujeto. Se vive como absurdo, ilógico, ajeno al yo. El fenómeno obsesivo puede ser: una idea, un recuerdo, un temor, un impulso, un acto, …puede tener un contenido indiferente para el sujeto pero lo normal es que sea algo vivido como intolerable y desagradable. Debido a ello, el sujeto tiende a desarrollar unas conductas defensivas y rituales para vencer la obsesión, es lo que denominamos "compulsión". Los obsesivos con personas con tendencia a la pulcritud y al orden, son perfeccionistas que exigen mucho de los que forman su entorno.

Pánico y obsesión corresponden a luchas internas de la persona que se siente continuamente amenazada por sí misma y sus pensamientos. La primera acumula una gran dosis de ansiedad paralizando toda reacción. La segunda, más rígida y controladora, manifiesta rituales para eliminar la obsesión que no puede evitar. Los dos sufren pero la clave para vencer ambos está en la detección de los pensamientos distorsionantes.

Trabaja tus pensamientos, confrontándolos con la realidad para vencer estos trastornos.

Gloria Marsellach Umbert - Psicólogo

http://usuarios.lycos.es/puntodevista/Pr/tema5/tema5.html

pruebas de realidad


este es el método "general" y "preferido" por la terapia cognitiva, pues contiene la base del método de esta terapia. Las pruebas de realidad consisten en una serie de preguntas que usted puede realizar dirigidas a sí mismo con el fin de comprobar el grado de validez que tienen sus pensamientos automáticos.

La primera prueba de realidad consiste en buscar las pruebas para mantener la seguridad en la creencia de un pensamiento automático: "¿Que pruebas tengo para creer esto? ¿Hay alguna prueba en contra de este pensamiento automático?
Una persona que esperaba ser vista por el médico, llevaba esperando media hora más de la cita acordada previamente. Le vino a su mente el pensamiento automático: "Mi caso no le interesa nada, debe de tener otros más interesantes", y comenzó a sentirse triste y con deseos de abandonar la consulta. Sin embargo se preguntó: "¿Que pruebas tengo para creer que al médico no le interesa mi caso?". Se respondió que en otras visitas el médico se había mostrado con mucho interés por su evolución, y que la media hora de tardanza se podía deber a otros motivos ajenos a ella. Esto le hizo animarse de nuevo y apartó su tristeza.

La segunda prueba de realidad consiste en buscar otras interpretaciones o valoraciones distintas y posibles al pensamiento automático, a esto técnicamente se le llama reatribución. Se utiliza una pregunta del estilo: "¿Puede haber otra explicación para esto?", o "¿Puede haber otras razones o motivos para esto?". Esta pregunta puede ser de utilidad para valorar la seguridad en los pensamientos automáticos referentes a las causas que asignamos a los sucesos.
Una chica estaba en su primera cita con su pareja, ambos estaban muy callados, y ninguno se atrevía a hablar por el momento. A ella se le vino a la cabeza: "Seguro que no le gusto”, y comenzó a sentirse triste y ansiosa. Sin embargo pudo encontrar otras explicaciones más validas para lo que estaba ocurriendo: Ambos parecían más bien tímidos, era su primera cita, les resultaba difícil empezar. Pensando esto redujo su malestar, y dijo a su pareja sonriendo:" Parece que estamos un poco nerviosillos, ¿no te parece?", lo que produjo también una sonrisa en su pareja y "rompió el hielo" para comenzar a conversar.





SITUACION




ESTADO EMOCIONAL

(0-100)




PENSAMIENTO AUTOMATICO

(0-100)




CONDCTA Y RESULTADO






MODIFICACION

COGNITIVA






NUEVAS CONSECUENCIAS



Describe la situación actual que conduce a la emoción desagradable; ó imaginaciones; ó corriente de pensamientos




1.Especifica: triste/ansioso, irritado...







2.Evalua: grado de emoción 1-100




1.Escribe : pensamientos automaticos que acompañan a la emoción.



2.Evalua el grado de seguridad en el pensamiento 1-100




1.Describe tu conducta ante esa situación: lo que hiciste o dijiste





2.Valora las consecuencias de tu conducta sobre ti o la reacción de otros




1. Utiliza las pruebas de realidad y escribe los nuevos pensamientos a esas pruebas

2. Evalua el grado de seguridad en esos nuevos pensamientos (0-100)




1.Vuelve a valorar el grado de seguridad en los pensamientos automáticos previos 1-100

2.Especifica las nuevas emociones y su grado 1-100



3. Nuevas conducta y rsultados






































Explicación: Cuando experimenta una emoción desagradable anote la situación que parece disparar dicha emoción. Si la emoción ocurre mientras estaba pensando o imaginando algo, anote esa circunstancia en la casilla situación. Luego, anote el pensamiento automatico relacionado con esa emoción. Valore el grado de seguridad que tiene ese pensamiento (1%=Nada seguro...hasta..100%=Completamente seguro) y valore también el grado de la intensidad de la emoción (1%=Casi nada intensa..hasta..100%=Lo más intensa posible). Posteriormente, intente y anote los nuevos pensamientos, interpretaciones o valoraciones a los que usted llega tras aplicarse las preguntas de prueba de realidad a sus pensamientos automáticos, asi como el grado en que cree en esos nuevos pensamientos (tambien de 1-100). Y finalmente, valore el grado de crencia final en sus pensamientos automáticos previos, su nuevo estado emocional ( y su intensidad de 1-100) y las nuevas conductas que aparecen.

Una persona realizó el siguiente autorregistro:



SITUACION






ESTADO EMOCIONAL

(1-100)




PENSAMIENTO AUTOMATICO

(1-100)




CONDUCTA Y RESULTADO




MODIFICACION

COGNITIVA

(1-100)




NUEVAS CONSECUENCIAS



-PENSAMIENTO

AUTOMATICO

PREVIO (1-100)



-ESTADO EMOCIONAL

NUEVO (1-100)





-NUEVA CONDUCTA



Mi novio me ha dejado tras 2 años de relación
















-Tristeza (100)



-Ansiedad (90)





-Culpa (80)




- “Jamas encontraré otro hombre tan cariñoso como el”

(80)



-”No puedo vivir sin el”

(90)



-”Es culpa mia que hayamos roto”

(80)








-Casi todo el dia llorando encerrada en casa



-No tengo ganas de salir con las amigas





-Noto que estoy llegando a una depresión




-”En realidad no tengo pruebas para decirme que no encontraré otro hombre que me guste. Simplemente estoy anticiopando sin base alguna”

(100)



-”Estoy exagerando al creer que no puedo vivir sin el, es logico que estñe algo triste, pero podré salir adelante aunque me cueste mas al principio”

(90)



-”Los problemas de pareja se debió a ambos, quizas a una falta de entendimiento”

(75)






-Mi valoración ahora despues de la modificación cognitiva, en mis tres pensamientos automáticos iniciales es: 20, 0 y 10. (“jamas..no puedo.. Es culpa mia..)



-Ahora me siento mas animada (70)



-Voy a quedar en salir esta tarde con amiga Marta.


http://www.fobiaclub.com/concurso/muestras_01.htm

En primer lugar, es necesario hacer una distinción fundamental. Tanto las fobias como las obsesiones son síntomas, en muchas ocasiones se presentan juntos, es decir dentro del mismo cuadro patológico y/o en la misma persona que lo sufre; sin embargo, las obsesiones pertenecen a una estructura clínica definida, la neurosis obsesiva; y en cambio las fobias, no arman una estructura clínica, esto es, que pueden existir fobias, como síntoma en otras estructuras clínicas como la histeria y la psicosis.

También es posible encontrarnos con elementos obsesivos en otras estructuras clínicas como la histeria ( ya que podriamos decir que no existen cuadros clínicos puros).

Esto nos permite argumentar que las obsesiones están plenamente integradas en el cuadro de las neurosis obsesiva.

Empecemos con las fobias. Casi todas las personas han experimentado, a lo largo de su trayectoria vital, temores,. En la infancia, éstos se plantean dentro del propio desarrollo y maduración del niño( pesadillas, animadversión a animales pequeños y grandes ,etc.).

Las fobias tratan de un temor irracional, incontrolable frente a un objeto, situación o personas determinadas, que derivan en un afecto especifico: la angustia. Ante la aparición de ésta, el sujeto plantea una distancia de seguridad, que atempere la misma, o bien la propia evitación del estímulo que suscita la angustia.

Podemos citar dos grupos que se caracterizan por el objeto de la angustia: las fobias de carácter común ( aquellas personas que sienten miedo, muchas veces en demasía, a la soledad, la muerte, la enfermedad, la noche) y las fobias ocasionales, donde la angustia emerge en circunstancias especificas: agorafobia, temor a los espacios abiertos, y la claustrofobia, espacios cerrados. Se diferencian del primer grupo, que éstas últimas no inspiran temor en las personas sanas.

En los últimos años, se añade una nueva sintomatología: fobia social; temor al contacto de relación con las personas, creándose una situación de angustia emergente ante la exposición personal en las relaciones humanas.

En las obsesiones, se trata, por un lado, de representaciones mentales, ideas, que se presentan en la mente de una persona de carácter irrefrenable y, en la mayoría de las veces insoportable. Bien emergen en una proposición de dos términos “ si hago tal cosa, sucederá otra” – ésta segunda parte de la proposición es mortal -, o bien con objetos concretos y cotidianos – sillas, mesas, pomos de puertas, telefonos, almohadas, etc –Y por otra, el estado emotivo: la angustia, la ira, la duda y el remordimiento – la culpa-. La parte importante en las obsesiones es ésta última, la afectiva. Persiste, a pesar de que el motivo asociado pueda variar o transformarse a lo largo del tiempo. Las personas que dudan, lo pueden realizar en muchos elementos o cosas, sin embargo el estado afectivo es el mismo, permanece de forma intacta.

Este estado está justificado, es algo que proviene de la propia historia de la persona con un sello patológico determinado y que se eterniza. Lo que varía en el tiempo, no es el afecto suscitado, sino las ideas asociadas a él. De tal forma que podemos encontrar representaciones mentales que suscitan un afecto de culpa muy intenso, y en cambio no está justificado que deriven en dicho afecto, esto es, podemos tener ideas inocuas asociadas a sentimientos de culpa muy intensos.

Estas ideas son sustitutivas de la original, que sí justifica el afecto concomitante señalado. Estas ideas, representaciones mentales, han sido reprimidas, que no olvidadas, por el sujeto, justamente por lo que suponen para la propia persona. Además, estas sustituciones, desplazamientos en fin, permiten atemperar el monto afectivo resultante porque pueden caer en la racionalización del sujeto y le ayudan a no vivir permanentemente angustiado. Igualmente, para ejercer la defensa contra la angustia, la persona puede desplegar un ritual determinado, que impide que “algo” suceda ( “ si coloco la ropa en este lugar y de esta forma, esto indicará que mañana todo irá bien” ).

Estas ideas o representaciones mentales se postulan a descubrir en un proceso terapéutico. Han sido reprimidas y sustituidas porque son inconciliables para el yo de un sujeto; y en cambio lo que permanece de forma invariable es el carácter insoportable del afecto derivado.

Los ejemplos de obsesiones son los pensamientos negativos, que una y otra vez se imponen al sujeto, sin que la persona pueda hacer “algo” para sustraerse a ellos. Podemos plantear la obsesión como un intento de solución a un temor particular que soporta una persona.

FUENTE: APERTURAPSICOLOGICA
http://www.aperturapsicologica.com/articulo02.html

¿Qué es el Trastorno Obsesivo-Compulsivo?



¿Qué es el Trastorno Obsesivo-Compulsivo?

El Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC) es una verdadera enfermedad neuropsiquiátrica y como tal puede ser tratada con medicamentos y psicoterapia.

El TOC se caracteriza por la irrupción de pensamientos, impulsos o imágenes incontrolables que se repiten en la mente y se vivencian como intrusivos e inapropiados. Estas preocupaciones (obsesiones) son capaces de provocar ansiedad, duda y sufrimiento significativos. La mayoría de las veces la persona reconoce que estas ideas son producto de su propia mente e intenta ignorarlas, suprimirlas o neutralizarlas a través de la realización de actos mentales o comportamientos repetitivos ( compulsiones) que el individuo se ve obligado a realizar para prevenir los peligros que anuncian las obsesiones o calmar la angustia que estas le provocan, cumpliéndolos de manera ritualística o excesiva.

Ejemplos de obsesiones típicas son las preocupaciones excesivas por la suciedad, los gérmenes, la contaminación, el miedo a actuar con impulsos agresivos o violentos (ejemplo: miedo a empujar a alguien al vacío), sentirse responsable de provocar daño a otros o de ser responsable de accidentes, pensamientos religiosos o sexuales prohibidos o espantosos, preocuparse demasiado por el orden y la simetría de las cosas, no poder desprenderse de objetos inservibles y dudar.

Ejemplos de compulsiones típicas son el lavado excesivo de manos, limpieza, chequeo de medidas de seguridad (cierre de hornallas, cerraduras), conductas repetitivas como necesidad de tocar ciertos objetos, arreglar o “emparejar” las cosas de forma simétrica, de ordenar o clasificar los objetos en forma excesiva, necesidad de hacer cálculos mentales o contar objetos ( compulsiones mentales), o la reiteración de actos cotidianos, sin poder controlarlos.

Las personas pueden tener algunos o varios de estos síntomas con un grado variable de severidad y de eso dependerá que consideremos que alguien presenta sólo comportamiento o rasgos obsesivo-compulsivos (COC) o un verdadero trastorno que repercute desfavorablemente en uno o varios aspectos de su vida (TOC).

El TOC puede presentarse en niños, adolescentes y adultos.

Las obsesiones y las compulsiones suelen ir cambiando a lo largo del tiempo según cambian el tipo de preocupaciones humanas a lo largo de la vida. Por eso clásicamente los niños presentan más preocupaciones relativas a la seguridad y hacia sus figuras de apego (padres, hermanos) mientras los adolescentes suelen preocuparse más por sus características corporales (delgadez, granos, apariencia) y por su desempeño. Los adultos más clásicamente sufren de excesiva preocupación por las medidas de seguridad, limpieza y salud (deben cuidar su cría). Sin embargo hay obsesiones y compulsiones que pueden presentarse en todas las edades y algunas permanecen inalteradas a lo largo de la vida.



¿Qué otros síntomas suelen acompañar al TOC?

Es raro que las personas presenten TOC aislado. En general suelen asociar otros trastornos de ansiedad (fobias, ansiedad de separación, ansiedad generalizada), depresión y otros trastornos llamados del espectro TOC como por ejemplo el hábito de arrancarse los pelos (pestañas, cejas, bellos) o cabellos (tricotilomanía), la preocupación desmedida por un defecto corporal existente pero magnificado (dismorfofobia), la realización de actos dañinos autodirigidos de magnitud variada (autoinjuria), los trastornos de la conducta alimentaria del tipo de la anorexia nerviosa y la preocupación excesiva por las enfermedades (hipocondría).

Un grupo más reducido de personas que presentan síntomas obsesivo-compulsivos presentan en algún momento de su vida tics motores (movimientos involuntarios) y/o fónicos ( emisión involuntaria de sonidos, ruidos, o palabras) que suelen aparecer entre los 7 y los 18 años. La asociación de tics motores y fónicos que persisten por más de un año constituye el Síndrome de Gilles de la Tourette (ST) que también es considerado un trastorno del espectro TOC. Estos pacientes suelen presentar junto a sus tics un subtipo de TOC donde predominan obsesiones agresivas, sexuales , somáticas, de orden y simetría, así como compulsiones que consisten en una marcada tendencia a los actos repetitivos ( golpear, morder, patear) que realizan hasta sentir que “ya está bien” (en inglés: fenómeno “just right”), destacándose la necesidad de tocar objetos y de realizar actos en forma simétrica (ej: rozar la silla con un brazo y luego con el otro). Dichos actos revisten en ocasiones características autoinjuriantes (ej: morderse los labios hasta sangrar, hurgarse una herida hasta que duela, golpearse el pecho en respuesta a una obsesión). Estos síntomas pueden acompañarse de la necesidad de repetir palabras (ecolalia) o de decir lo inapropiado y aún de proferir palabras obscenas (coprolalia) en forma involuntaria (tics fónicos complejos).

De especial importancia es la asociación de depresión en los pacientes con TOC la cual es muy frecuente y parece relacionarse con el hecho de tener que soportar a lo largo del tiempo y a veces en forma oculta el TOC, una afección potencialmente invalidante que va socavando la autoestima de los pacientes a partir de las limitaciones que implica para su normal desenvolvimiento personal, familiar y social a lo largo de la vida.



¿Cuántos individuos sufren de TOC?

Se estima que entre el 2 al 3% de la población sufre de esta enfermedad que en general afecta igual a hombres que a mujeres, excepto las formas de TOC infantiles que suelen predominar en varones (ver edad de comienzo).



¿A qué edad suele comenzar y cuánto dura el TOC?

Lo más habitual es que comience en la adolescencia o en la adultez temprana. Sin embargo hay algunas formas de TOC de comienzo más temprano como el TOC de aparición prepuberal (11-12 años) que suele ser severo y que predomina en varones. Algunas formas de TOC como el TOC asociado a tics (ST) predomina en varones y corre en familias. Los familiares de estos pacientes pueden presentar indistintamente TOC y/o tics. Por eso es importante investigar la presencia de TOC en las personas que tienen o han tenido tics en su infancia y en sus familiares cercanos.



¿Cómo evolucionan los síntomas Obsesivo Compulsivos en el tiempo?

Librado a su evolución natural el TOC tiene tendencia a persistir en el tiempo y a esta tendencia hacia la cronicidad se debe su condición invalidante. Aunque en algunos casos los síntomas OC desaparecen sin tratamiento, lo más frecuente es la tendencia a empeorar y a persistir durante toda la vida de no mediar un diagnóstico temprano y un tratamiento específico.



¿Porqué el TOC es incapacitante?

El grado de impedimento puede ser leve, moderado o severo según el tipo de obsesiones y compulsiones, el tiempo que les obliga a consumir, el grado de vergüenza o aflicción o la vivencia de descontrol. Algunas veces el grado de deterioro es tal que los pacientes requieren ser hospitalizados. Algunas personas con TOC piensan que algo anda mal en su cabeza o que están locos. Por eso tienden a ocultar sus síntomas durante mucho tiempo y a postergar la consulta médica. Los niños con TOC expresan con más facilidad sus fantasías de locura y descontrol diciendo por ejemplo que tienen “un tipito” adentro que les hace hacer cosas que no quieren.

El TOC no sólo afecta a la persona sino también a su familia entera, la que con frecuencia tiene dificultad en comprender la naturaleza de los síntomas malinterpretándolos como intencionales. Las personas con TOC llegan a agotar a sus familiares quienes con frecuencia quedan involucrados en sus síntomas, consumiendo su tiempo y energía y por sus rasgos de rigidez comportamental que los hace personas con las que es difícil convivir. Tanto niños como adultos con TOC suelen presentar un temperamento obstinado, irascible y depresivo manifestándose en los niños con rabietas frecuentes, conducta oposicionista y aún problemas de aprendizaje mientras que los adultos con TOC refieren problemas en sus vínculos de pareja e interpersonales así como subempleo y menor rendimiento laboral y académico, constatándose en ellos frecuentes trastornos de la personalidad y depresión.



¿Cuáles son las causas del TOC?

Si bien este tema está aún bajo estudio los recientes avances en investigación ponen en evidencia que el factor biológico tiene un papel central en este trastorno. El hecho de que pacientes con TOC respondan bien a medicamentos específicos que afectan el neurotransmisor serotonina sugiere que el trastorno tiene una base neurológica. Por esa razón, el TOC ya no es atribuido sólo a actitudes que un paciente puede haber aprendido durante la niñez ( por ejemplo, aprendizaje de hábitos exagerados de limpieza o seguridad). Como en otras enfermedades neuropsiquiátricas se piensa que el TOC resulta de la interacción de factores neurobiológicos (falla en la neurotransmisión de las neuronas encargadas de regular patrones de conducta repetitivos) ambientales (factores perinatales, infecciosos, hormonales) y psicosociales (estrés y ansiedad) que determinan modos especiales de conocer la realidad (estilo cognitivo).



¿Qué puedo hacer si creo que tengo TOC?

Busca a un profesional (psiquiatra, psicólogo) especializado en TOC y cuéntale acerca de tus miedos, pensamientos y actos repetitivos no deseados, así como el tiempo que te insumen estos síntomas y el grado de interferencia que ocasionan en tu vida cotidiana.

Puedes pedirle también que descarte otras posibles causas de tus síntomas ya que algunas afecciones orgánicas e infecciosas son capaces de producir también síntomas obsesivo compulsivos.



¿De qué manera puede ayudarme un médico o un especialista en TOC?

Un médico especializado en TOC puede darte medicamentos específicos que reducen la intensidad de tus síntomas OC y así calmar tu ansiedad y temor excesivo. Los medicamentos tardan varias semanas en actuar por lo cual hay que esperar ese tiempo sin abandonarlos. En caso de no operarse una mejoría tu doctor tiene otros varios medicamentos como recurso.

Además de medicamentos te indicará seguir una psicoterapia, que está especialmente diseñada para personas con TOC y se conoce con el nombre de Terapia Cognitiva Conductual (TCC). Por medio de ella los profesionales especializados en esta forma de psicoterapia (psicólogos o psiquiatras especializados en TCC del TOC) te enseñarán técnicas para aprender a detener tus actos repetitivos y tus ideas obsesivas así como maneras de reducir y afrontar la ansiedad excesiva que éstas te provocan.

El avance de las técnicas de diagnóstico por imágenes cerebrales permite hoy visualizar alteraciones en el tamaño y función de las estructuras cerebrales que están implicadas en esta afección (ganglios de la base, corteza orbitofrontal y cingulada cerebral) Los progresos terapéuticos pueden ser también comprobados a partir de la corrección de las alteraciones en dichas neuroimágenes (PET, SPECT, RNM cerebrales).

fuente:AATA

http://www.trastornosdeansiedad.org/trastornos/t_obsesivo.html