casos toc




Caso I

R es un hombre soltero, desempleado, de alrededor de 30 años. Es de origen etíope y vive con sus padres. Participó en la guerra del Líbano de 1983, en la que se vio envuelto en un combate con riesgo para su vida. Luego de la guerra mantuvo una vida normal hasta 1997 cuando se encontró expuesto a un ataque terrorista y fue derivado al IDR. En ese momento se sintió "nacido de nuevo y vaciado de voluntad". Entonces comenzaron los recuerdos del episodio traumático, con pesadillas recurrentes, hipersensibilidad a los ruidos, y accesos de ira y violencia, sin remordimiento. También desarrolló rituales de limpieza y conductas de evitación del contacto físico y sexual. El tratamiento del TEPT y el TOC comenzó casi de inmediato, pero los resultados no fueron satisfactorios.

Caso II

L es un granjero de origen israelí, de alrededor de 40 años, casado y con hijos. Participó en la guerra de Yom Kippur y vio amenazada su vida en uno de los combates. Luego de esa batalla debió identificar y evacuar los cadáveres de sus compañeros. La memoria de tales sucesos surgió traumática al cabo de 1 año. Se presentaron recuerdos intrusivos, y desarrolló rituales de limpieza. Tenía sueños angustiantes, accesos de ira, dificultades para la concentración y memoria disociada de ciertos episodios. También se manifestaron conductas de evitación. No obstante, después de este período fue capaz de formalizar una relación matrimonial estable y mantener una familia. Después de 15 años de la guerra decidió realizar tratamiento psicológico, pero los resultados no fueron exitosos.

Caso III

J es de origen europeo y tiene alrededor de 50 años; es soltero y trabaja como bibliotecario. Participó en la guerra de Yom Kippur durante la cual permaneció en cautiverio por 2 meses. Allí fue severamente torturado y humillado. Los síntomas de estrés traumático aparecieron inmediatamente después del episodio. Comenzó a padecer pesadillas, recuerdos intrusivos y temores paranoides que lo llevaron al aislamiento social. Los síntomas obsesivo-compulsivos surgieron inmediatamente. Ordenaba algunos elementos en forma compulsiva por el miedo obsesivo de una amenaza para su vida. Por temor a la contaminación desarrolló conductas obsesivas de limpieza, al tiempo que evitaba el contacto social. Aproximadamente una década después del trauma comenzó el tratamiento, que logró una reducción moderada de los síntomas inherentes al TOC y al TEPT, pero no consiguió la reinserción social ni ocupacional del paciente.

Caso IV

A es un oficial de policía de alrededor de 30 años, de origen israelí, casado y con hijos. Participó en la guerra del Líbano, oportunidad en la cual fue testigo de una explosión causada por terroristas. Colaboró en el retiro de los cadáveres, incluso de soldados que había conocido. Inmediatamente después del episodio experimentó una angustiante reacción psicológica y solicitó el traslado a una unidad ajena al frente de combate. Refiere que a partir del episodio traumático su vida experimentó un cambio muy negativo. Aparecieron síntomas de TEPT, como recuerdos intrusivos y sueños recurrentes, dificultades para la concentración y sentimientos de ira que canalizó a través del boxeo. Desarrolló conductas de evitación y retraimiento social, y un sentimiento de hallarse contaminado que lo llevó a realizar algunos rituales de higiene compulsiva. No obstante, continuó casado, encabezó una familia y mantuvo un empleo estable. El tratamiento que recibió fue moderadamente exitoso.

Discusión

Los casos presentados corresponden a veteranos de guerra israelíes con diagnóstico simultáneo de TEPT y TOC. Las características clínicas de ambos trastornos, en cierto modo son similares. Los dos están asociados directamente con un trauma psicológico, tanto en relación con su aparición como con las características de sus síntomas agudos y crónicos, que parecen guardar relación con el tipo de evento.

Según los autores, los síntomas del TOC constituyen una forma distintiva de la sintomatología del TEPT. Asimismo, los recuerdos intrusivos no son sólo aspectos aleatorios del trauma psicológico, sino que presentan el patrón típico del pensamiento obsesivo (contaminación) característico del TOC. Además, aparecen las conductas repetitivas típicas del TOC (higiene, control, simetría y precisión), como parte de un esfuerzo para eliminar los pensamientos angustiantes y las obsesiones. Los autores señalan que estas obsesiones y compulsiones están relacionadas directamente con el tema del trauma. Las conductas parecen reducir simbólicamente los sentimientos de disgusto, culpa, vergüenza y desesperación característicos de los pacientes con TEPT.

Los datos con que se cuenta sugieren un mecanismo psicológico común para ambos trastornos. Además, el tipo de síntomas obsesivo-compulsivos indica que las características específicas del evento podrían determinar el perfil sintomatológico del TOC.

Este estudio demostró la aparición simultánea de TEPT y TOC, consecutiva a un trauma psicológico. Una posible explicación sería que un estrés considerable durante el combate sería fuente de graves trastornos cerebrales que desencadenarían el estrés postraumático, así como las conductas obsesivo-compulsivas. Alternativamente, algunos de estos pacientes podrían sufrir algún trastorno previo que ocasionaría el desarrollo posterior de un TEPT y un TOC concurrentes. Se observó que en esta población, el curso parece menos favorable que en el caso de los pacientes con TOC sin TEPT.

En conclusión, este estudio puede ser de utilidad para dilucidar la relación que existe entre TEPT y TOC. No obstante, se requiere mayor investigación para determinar la naturaleza de esta compleja asociación.

Sociedad Iberoamericana de Información Científica (SIIC)
2002


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