Síndrome de Atesoramiento
Hubo una vez una mujer que tenía en su armario 400 pares de zapatos; la mayoría no se los había puesto ni una vez. No, no se trata de un cuento, sino de un caso clínico del llamado Síndrome de Atesoramiento, que se suma a la estructura de la personalidad obsesiva compulsiva.
El sicólogo Hans Oleg Olvera Trejo, subdirector académico de la Dirección de Educación Continua de la Universidad Iberoamericana, explica que este comportamiento se caracteriza, precisamente, por hacer colecciones y guardar objetos en grandes cantidades independientemente del uso que se les pueda dar.
El también sicoanalista y sicofisiólogo egresado de la UNAM señala que, generalmente, las cosas que se atesoran tienen un significado, el cual tiene que ver con el origen del padecimiento, aunque en algunos casos sólo es por el hecho de poseer algo.
"Tesoros" con significado
Durante el tratamiento de la mujer con centenares de zapatos -quien por cierto, era una ejecutiva de alto nivel-, se encontró que su vida sentimental era muy compleja, que había ocasiones en que faltaba a juntas de trabajo importantes para irse de compras. También se supo que cada vez que tenía una decepción o una inadecuación emocional se disparaba su impulso por adquirir calzado. Asimismo reveló que durante su infancia había perdido a su madre, quien pertenecía a una familia de productores de piel de León, Guanajuato (México). De modo que ella encontraba en sus "tesoros" la manera de sentirse segura y cerca de su madre. "Este conflicto de personalidad tiene que ver con la necesidad de control, de juntar una serie de objetos en el exterior y saber que de nosotros depende lo que va a ocurrir con ellos." "Cuando las personas no pueden controlar adecuadamente los vínculos afectivos que tienen con las personas a su alrededor, tienen la compulsión de coleccionar cosas, las cuales adquieren cierto simbolismo. Es decir, estos tesoros sustituyen la necesidad de un vínculo sentimental", comenta el doctor Olvera Trejo. Si, por ejemplo, se guardan estampillas, en el tratamiento médico se analiza si éstas tienen un sentido o antecedentes con la familia o con una pareja y qué significado tiene para la persona lo que está guardando.
Colecciones y obsesiones
Ahora, "no todas las personas que tienen alguna colección padecen el Síndrome del Atesoramiento. El hecho de recolectar cosas resulta un hábito normal tanto en adultos como en niños, cuando se trata de un hábito personal que refuerza los lazos con el exterior, por ejemplo, en los casos en los que las amistades contribuyen a acrecentar las colecciones", advierte el catedrático de la Universidad Iberoamericana.
De hecho, Sigmund Freud, conocido como el padre del sicoanálisis, era un apasionado de las piezas arqueológicas egipcias. Sin embargo, "cuando la persona busca a toda costa estos objetos, los roba, gasta cantidades excesivas de dinero y llega a romper lazos personales en su afán de conseguirlas, estamos hablando de que el síntoma obsesivo ya está disparado y se está integrando un cuadro patológico", señala.
El estrés y las presiones familiares o profesionales, así como las condiciones socioeconómicas del paciente siempre precipitan un cuadro obsesivo. "En todos los casos, la persona actúa así porque trata de compensar un vacío emocional. Esta condición también aplica a los compradores compulsivos".
Diagnóstico y tratamiento
Los primero es tener un diagnóstico claro y, luego, adherirse a un tratamiento sicoterapéutico normal, con el cual no se dejará el hábito, pero sí se podrá controlar.
Cuando el paciente tiene condiciones de cleptomanía o sociopatía, cuesta más trabajo que acepten un tratamiento y se requiere, entonces, la colaboración del sicoterapeuta y del siquiatra, quienes pueden prescribir fármacos para controlarlo.