El trastorno obsesivo-compulsivo engloba entidades con diferentes caras


El trastorno obsesivo-compulsivo engloba entidades con diferentes caras
Tradicionalmente encuadrado en los desórdenes de ansiedad, el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) parece una enfermedad bastante más amplia de la que debería hablarse en plural. Así, cada tipo de TOC requiere un tratamiento específico, tal como ha puesto de manifiesto uno de los especialistas que más ha trabajado en esta enfermedad, Joseph Zohar.
Sonia Moreno 20/03/2007
El trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) nos remite a la imagen de un paciente lavándose compulsivamente las manos. Ciertamente, los rituales de lavado, así como los de comprobación y de puesta en orden de objetos son síntomas característicos de esta entidad psiquiátrica, pero no son los únicos: "El TOC, aunque sería mejor hablar de los TOC, es la enfermedad del Y si...; los pensamientos negativos se suceden en el paciente, que no puede evitar imaginar la peor posibilidad ante un hecho cualquiera y actuar como si esa suposición fuera real", ha explicado Joseph Zohar, director de la División de Psiquiatría del Centro Médico Chaim Sheba, en Israel, y de la Clínica de Ansiedad y TOC de este centro.

Zohar, que se encuentra en Madrid con motivo del XV Congreso Europeo de Psiquiatría, es uno de los mayores especialistas en TOC y, de hecho, codirige el grupo que está elaborando los nuevos criterios para el diagnóstico del espectro de conductas obsesivas-compulsivas que se incluirán en el DSM V-ICD.

"Uno de nuestros propósitos para el DSM V es abandonar el término trastorno obsesivo-compulsivo y acuñar el de trastornos, porque, en realidad son varios: por ejemplo, está el TOC que se combina con los trastornos del tic -como el síndrome de Tourette, una enfermedad caracterizada por movimientos y vocalizaciones involuntarios-; si tienes TOC y un trastorno de tic, el tratamiento es diferente al de otros tipos de TOC: habría que administrar una combinación de inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina y de agonistas dopaminérgicos".

Además, el TOC se considera parte de los trastornos de ansiedad según la clasificación DSM IV, cuando "no creemos que deba constreñirse sólo a un desorden de la ansiedad, sino considerarse una enfermedad bastante más amplia". Zohar cita entre las diferencias que alejan al TOC de los trastornos de ansiedad la prevalencia según el sexo: "En general, los trastornos de ansiedad se producen con más frecuencia en las mujeres, mientras que en el TOC, cuya prevalencia en la población general es de un 2 por ciento, la proporción es 1:1; tampoco hay respuesta a los fármacos noradrenérgicos ni a las benzodiacepinas, como en cambio sí ocurre con los trastornos de ansiedad".

En la esquizofrenia
Otro de los tipos de TOC, identificado por el propio Zohar y Juan José López Ibor, es el trastorno esquizo-obsesivo. En alusión al psiquiatra español, Zohar ha recordado que "fue el profesor López Ibor el primero en describir el papel de los inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina (ISRS) en el TOC, la base actual del tratamiento del trastorno, aunque siempre en dosis mayores de las que empleamos con otros tipos de enfermedades psiquiátricas para las que también se indican los ISRS".

Ahora, estos psiquiatras han comprobado que el 20 por ciento de los pacientes con esquizofrenia tienen síntomas obsesivo-compulsivos.

En estos pacientes, tenemos que tratar ambas enfermedades. Esta alteración es un ejemplo más de las diversas caras del TOC, que pueden despistar al clínico: "Si un médico no está obsesionado por el TOC y no hace preguntas específicas no lo detectará".

Las preguntas recomendadas son: ¿se lava mucho? ¿Lo comprueba siempre todo? ¿Se preocupa por la simetría y/o el orden? ¿Suele tener pensamientos de los que le gustaría deshacerse pero no puede? ¿Tiende a acumular cosas o a coleccionarlas?. "Mi experiencia es que sin ellas no puedes diagnosticar un TOC. No es cuestión de que contesten afirmativamente a un número concreto, tan sólo son la base para empezar a hablar del tema".

Hechos vitales que conducen al TOC
El origen neurobiológico del TOC no significa que haya factores vitales que puedan contribuir a desencadenarlo en los sujetos predispuestos. Así, Zohar se ha referido a dos hechos biográficos que favorecen la aparición del trastorno: un episodio traumático y el embarazo. Durante este último y después del parto, se produce un aumento del riesgo de desarrollar conductas obsesivo-compulsivas.

"Es menos conocido, y también menos frecuente que la depresión postparto, pero también se produce; al parecer con el aumento de la oxitocina, una hormona que se ha relacionado con el trastorno".

En cuanto al trastorno por estrés postraumático, se calcula que un 30 por ciento de los afectados desarrollará el TOC. "El estrés postraumático es uno de los cuadros psiquiátricos donde se puede realizar tratamiento preventivo, evitando en el afectado la memoria emocional que lo desencadene