SALUD: LOS ESPECIALISTAS LA CONSIDERAN UNA EPIDEMIA OCULTA
Cada vez hay más personas con trastornos obsesivos


Según la Asociación Psiquiátrica Argentina afecta a 100 millones de personas en todo el mundo
Y va en aumento
Los obsesivos cumplen ritos como cerrar una puerta o lavarse las manos decenas de veces




Antes de salir de su casa, Mario, un estudiante universitario, debía cumplir con un ritual. Aferrado al picaporte, verificaba una y otra vez que la puerta estuviera bien cerrada. Al principio, lo comprobaba unas diez veces. Para cuando Mario consultó al psiquiatra, el conteo, según él, llegaba a varias decenas, le llevaba gran parte del día y alteraba su rutina diaria: llegaba tarde al trabajo, a la universidad, a cualquier cita.Ese rito funcionaba como respuesta a una idea persistente y obsesiva que lo asaltaba: el temor a que ocurriera una desgracia, que alguien querido se muriera. Y encontró en ese conteo compulsivo una manera de conjurar la posible tragedia.Mario es una de las 100 millones de personas en todo el mundo que padecen una psicopatología llamada Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC), según los datos de la Asociación Psiquiátrica Argentina (APSA).Hasta comienzos de los 80, se pensaba que era una afección rara e infrecuente. Pero un estudio hecho por el Instituto Nacional de la Salud Mental de los Estados Unidos (entre 1980 y 1985) reveló que esta enfermedad era muy común. Y se la definió como una epidemia oculta.Diez años más tarde, en el Primer Congreso Internacional sobre esta enfermedad (en Hamburgo, a principios de marzo pasado) los científicos sostuvieron que en la sociedad moderna aumentan en forma dramática los casos de TOC.Según el profesor Iver Hand, responsable de ese encuentro, en Alemania alrededor de 1,5 millón de personas (el 2,5% de la población) sufre en algún momento de su vida una enfermedad obsesivo-compulsiva.En la Argentina no hay estadísticas, pero los médicos aseguran que también los casos son frecuentes. Las primeras manifestaciones del TOC pueden empezar en la niñez o en la adolescencia. Pero los pacientes tardan mucho tiempo en consultar, explicó a Clarín Roberto Gómez Fernández, miembro de APSA.Los especialistas definen al TOC como una enfermedad caracterizada por la aparición de pensamientos repetitivos, insistentes, que se imponen al individuo contra su voluntad.Por ejemplo, el miedo a enfermarse, a ensuciarse o a contaminarse con el contacto con los otros, la preocupación excesiva por el orden y los pensamientos recurrentes acerca de dañar. También, gritar obscenidades o insultos al pasar por una iglesia, la preocupación con algunos números, y la duda patológica.En determinadas circunstancias, estos pensamientos intrusivos vencen la voluntad de la persona. Entonces, el paciente pasa al acto compulsivo y empieza a elaborar un ritual que le produce cierto alivio, explicó Tito Rosán, miembro de la Asociación Argentina de Psiquiatras (AAP).Los ritos más comunes tienen que ver con la limpieza, como lavarse las manos o ducharse de una manera determinada, arreglar la casa en un cierto orden, revisar las puertas, los interruptores de luz, cerraduras, llaves de gas una y otra vez o atravesar las puertas de una forma establecida.Son actos repetitivos y tienen como fin neutralizar las ideas obsesivas como una suerte de conjura. Se desarrollan de acuerdo a ciertas reglas que la misma persona impone y se convierten en ritos exagerados y estereotipados.Para ilustrar estos casos, los especialistas señalan como ejemplo de un paciente TOC al personaje que Jack Nicholson hizo en la película Mejor...imposible. Allí, Melvin Udall -un exitoso escritor- cumplía con ciertos rituales a lo largo del día: cerraba cinco veces seguidas la traba de la puerta de su departamento y otras tantas prendía y apagaba la luz. Usaba guantes para no ensuciarse las manos, evitaba cualquier roce corporal con las demás personas y caminaba por las veredas de Nueva York dando saltitos para no pisar las divisiones entre baldosas.La asepsia que perseguía este personaje suele ser una de las características más frecuentes en esta enfermedad.Según los especialistas, el TOC es la cuarta enfermedad mental que más padecen las mujeres detrás de las fobias y depresiones. Y estudios recientes señalan que la relación de estos casos entre hombres y mujeres es uno a uno.El miedo a la burla, al ridículo o a la incomprensión hace que los pacientes empiecen a tratarse recién alrededor de los 30 años. En general, pasan años ocultando sus síntomas y llegan al consultorio con un cuadro depresivo, dijo Gerardo Ferrario, médico psiquiatra.Según Ferrario, tanto las compulsiones (los ritos) como las obsesiones causan un marcado malestar en la persona. El paciente ve que su calidad de vida se deteriora y que empieza a invertir tiempo -más de una hora por día- en esos rituales.Para entonces, la enfermedad ya empezó a causar problemas en el funcionamiento social de la persona, en sus relaciones interpersonales, laborales o familiares.El perfil de un paciente TOC también se fue delineando en los últimos años. Según el estudio hecho en los Estados Unidos, predomina en la raza blanca no hispánica, en personas de clase alta y un nivel intelectual alto, y tiene incidencia en hijos únicos o primogénitos.Son personas detallistas, meticulosas, con una preocupación excesiva por el trabajo y la producción. Suelen ser mezquinos con su tiempo y dinero; tercos y rígidos en su forma de pensar.La incidencia de TOC en familiares y consanguíneos abre una nueva vía de investigación en la transmisión genética.