ansiedad



Se encuentra en medio de un atasco y no le da tiempo a llegar a esa cita tan importante, pero además llegará tarde a la comida y todo el trabajo de la tarde se retrasará. Las cosas se le acumulan, le falta tiempo y casi no descansa. Corre de un lado para otro desbordando actividad, pero su organismo empieza a quejarse. Se siente agobiado, nervioso, sobrecargado, camino del agotamiento y para colmo le ha salido un desagradable eczema en la mano. Está claro, sufre el mal de nuestros días, sufre de estrés, que afecta a más del 28% de los trabajadores, según un estudio de la Fundación Europea para las Condiciones de Vida y Trabajo.

Es evidente que ante el estrés el organismo en bloque reacciona tanto en el aspecto biológico o corporal como en el psicológico. Como consecuencia actúa como un desencadenante de enfermedades sobre todo del sistema inmunitario, cardiovascular, gastrointestinal y psicosomáticas. La hipertensión, la úlcera gastroduodenal, los trastornos del ritmo intestinal (estreñimiento y diarrea), el infarto, los trastornos de sueño y sexuales, el descenso de las defensas y la propensión a las infecciones, la tensión premenstrual, todo tipo de trastornos psicosomáticos y hasta el cáncer están íntimamente relacionados con el estrés.
Trastornos por ansiedad

Se encuentra frente a una situación que le hace sentir su bienestar amenzado/a: El diagnóstico incierto de la enfermedad de un familiar; un examen; una entrevista de trabajo importante para su futuro…etc. Siente que le sudan las manos, el corazón se acelera, tiene un nudo en la garganta, nota rigidez en la nuca y su respiración es entrecortada: Está sufriendo un episodio de ansiedad que es la respuesta de nuestro sistema nervioso ante las situaciones que creemos superan nuestra capacidad de afrontamiento.

En el extremo de este trastorno se sitúa la Crisis de Ansiedad o ataque de pánico, términos equivalentes que describen un síndrome o conjunto de síntomas caracterizado por la impresión subjetiva de pérdida de control sobre las sensaciones e intenso temor a desmayarse.

¿Por qué se produce?

La ansiedad es la respuesta adaptativa ante una amenaza, frente a ella el organismo se prepara para sobrevivir mediante el ataque o la huida. Así la respiración y el ritmo cardiaco se aceleran para bombear más sangre a los músculos y hacernos más resistentes, al suceder esto, la cantidad de sangre se reduce en el cerebro y produciendo sensación de mareo, al mismo tiempo se produce una sudoración fría con el fin de mantener la temperatura corporal durante la respuesta a la amenaza. El problema es que en nuestra sociedad actual las amenazas además, de ser en la mayoría de los casos subjetivas, no requieren esas respuestas primitivas de huída y ataque, con lo que los síntomas no se descargan y, muy al contrario se acumulan hasta cronificarse, cerrándose el círculo al incrementar la sensación de desconcierto e impotencia de quienes los padecen.
Fobias

Es probable que Vd. experimente alguno de estos síntomas en relación a situaciones o actividades que, sin representar una amenaza objetiva le provoquen un intenso y paralizante temor: la presencia de reptiles, ratas o insectos tales como cucarachas y arañas, se encuentran entre los más comunes, el problema se agrava cuando la fobia se relaciona con circunstancias necesarias para el desarrollo de su vida habitual: volar, conducir, utilizar medios de transporte, ascensores…etc, alcanzando el dramatismo cuando el miedo se generaliza y transforma en un temor intenso y angustioso a la pérdida de control sobre los síntomas citados o agorafóbia, en el que las crisis de ansiedad alcanzan niveles insoportables para quienes lo padecen frente a situaciones de la vida cotidiana, tales como acudir a grandes almacenes, espectáculos públicos o incluso salir de casa, en el nivel más alto del trastorno.
Las obsesiones

Todos hemos pasado alguna noche “en blanco” a causa de una preocupación que nos inquieta, esto es normal. No obstante si Vd. se siente invadido/a de manera persistente por pensamientos o imágenes que le perturban gravemente y que Vd. considera que no tienen sentido por que corresponden al pasado o a una anticipación incierta del futuro, es probable que sufra un trastorno obsesivo. Si, además, se siente impulsado a repetir determinados “rituales”, tales como lavarse reiteradamente las manos, limpiar sobre limpio, revisar el gas o la puerta de su casa varias veces,….etc, sin lograr permanecer en la tranquilidad que busca, es muy probable que sufra el denominado trastorno obsesivo-compulsivo.
Trastornos del Estado de Ánimo

El más común entre los trastornos clasificados en este apartado es la depresión que, además, es el más frecuente en la población.

Encontrarse “depre”, triste, apático/a, es normal en algún momento de nuestras vidas. Cuando Vd. se encuentra atrapado en estos sentimientos durante un tiempo prolongado y además no encuentra nada positivo en sí mismo, su vida presente o pasada, y sus expectativas de futuro se encuentran teñidas de fatalidad; cuando evita las relaciones y se recluye en su casa o dormitorio; cuando la vitalidad parece haberle abandonado y a desaparecido su deseo sexual y reducido su capacidad de concentrarse y memoria, le corresponde el diagnóstico de depresión.
Trastorno bipolar – obsesivo compulsivo

Si ayer se comía Vd. el mundo, se sentía capaz de llevar a cabo cualquier aventura laboral, afectiva o de ocio, frente a las reticencias y dudas de las personas cercanas y hoy el mundo se lo come a Vd. y se encuentra sumido en la tristeza, la culpabilidad y bloqueo característico de la depresión y esta situación la vive cíclicamente, con frecuencia e intensidad elevadas, es probable que le corresponda el diagnóstico aludido.
Adicciones

Es posible que durante la pre-adolescencia ser como el resto del grupo, parecer más mayor o más interesantes o incluso vencer la timidez y la inseguridad, le llevaran al consumo de tabaco y/o alcohol más adelante, en la adolescencia, la búsqueda del placer y nuevas sensaciones, el deseo de experimentar, pudo plasmarse en el consumo de otras sustancias. Algunos atravesarán esa difícil etapa sin quedar marcados por la dependencia, mientras que un porcentaje importante acabarán constituyéndose en adictos, pasando del abuso puntual al consumo habitual, -aunque solo se produzca los fines de semana- y de éste, por la necesidad de consumir cada vez una cantidad mayor para conseguir el mismo efecto (tolerancia), al deterioro psicológico, orgánico y social.

En mayor o menor medida todas las adicciones conllevan una proporción variable, en función de sus peculiaridades, de dependencia física y psicológica, la primera suele paliarse con fármacos pero es en la segunda donde resulta imprescindible para una deshabituación eficaz la ayuda del/la psicólogo.

Alcohol y Cocaína

Ambas sustancias son desgraciada actualidad en la dependencia por sustancias y ambos a su vez se encuentran muy relacionados en sus consumidores. Entre los más jóvenes se dan los consumidores habituales de fin de semana que han dado paso a una nueva categoría diagnóstica: alcoholico de fin de semana, representado por aquel joven que come con agua y no consume bebidas alcoholicas durante la semana y en cambio le resulta imposible divertirse y salir “de marcha” sin embriagarse: “colocarse”, tratando de mantener un estado de euforia sin los efectos desagradables de la intoxicación para lo que es bastante probable que consuma cocaína.

“Los porros”: Hachís y Marihuana y las denominadas “Drogas de diseño”.

Son “lobos con piel de cordero”. Los primeros suelen provocar una actitud “pasota” en sus consumidores habituales que no suelen gestionar su vida con el empuje y la eficacia que serían convenientes y ambos pueden provocar graves daños cerebrales, tales como la psicosis cannabica que suele aparecer acompañada de delirios y alucinaciones y otros trastornos múltiples y graves de los que no están exentos el resto de drogas.

Juego patológico

En los último años a irrumpido en el lenguaje popular el término ludopatía, sinónimo de juego patológico, en el que la adicción psicológica citada cobra su máxima expresión en la dificultad de controlar la conducta de apostar en juegos de azar y que ha abierto la clasificación a las denominadas adicciones tecnológicas: adicción a vídeo-juegos, teléfono móvil, televisión e Internet.
Trastornos de la personalidad

Una y otra vez tropieza Vd. en la misma piedra de un comportamiento conflictivo que le ocasiona sufrimiento y le separa de los demás sin que pueda evitarlo, así:
•interpretar de manera maliciosa y desconfíar de manera generalizada de las intenciones de los demás, se corresponde con el trastorno paranoide de la personalidad.

•Aislarse, sin causa ambiental identificable, de las relaciones sociales y la frialdad y distancia afectiva, corresponde con el trastorno esquizoide de la personalidad, si además se producen creencias raras, pensamiento mágico, ideas paranoides, ansiedad social,…podremos encontrarnos con el trastorno esquizotípico.

•Despreciar y violar los derechos de los demás mediante actos delictivos o violentos puede corresponderse con el trastorno antisocial de la personalidad.

•La imposibilidad de alcanzar estabilidad en las relaciones interpersonales, el concepto de sí mismo, el afecto y la impulsividad, nos sitúa en el trastorno límite de la personalidad.

•Excesiva emotividad, la necesidad de ser el centro de atención, la sugestionabilidad y la expresión emocional exagerada y teatral pueden situarnos en el trastorno histriónico de la personalidad.

•La necesidad de ser superior, sentirse admirado, la utilización de los demás, la arrogancia y la soberbia, son características propias de quienes padecen el trastorno narcisista de la personalidad.

•La falta de confianza en sí mismo, la baja auto-estima, el miedo a no estar a la altura de las circunstancias y ser rechazado, se corresponden con el trastorno de la personalidad por evitación.

•La falta de confianza en sus propios criterios, la necesidad de protección y guía de los demás, a la hora de tomar decisiones, el miedo a estar solo, al abandono, a no saber cuidar de sí mismo y el sometimiento a los demás, suelen darse en el trastorno de la personalidad por dependencia.

•Por último en trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad conlleva conductas rígidas, perfeccionistas y extremas en la necesidad de orden que dificultan la eficiencia en la realización de las tareas y en la relación con los demás

http://www.competic.es/cepscam/inicio.html

fuente:cescan psicologos alicante