Cuando Pensamientos Indeseados Toman Control: Trastorno


http://lacomunidad.elpais.com/la-nada-cotidiana/2007/11/7/las-dudas-miedo-y-obsesion
fuente:irene
fuente:La nada cotidiana

¡Qué delgada es la línea que separa estos estados de ánimo! Parece que no pero resulta “relativamente sencillo” empezar dudando y acabar viviendo en consecuencia a una obsesión.

Dudar es sano, es bueno y es positivo; bajo mi punto de vista creo que es uno de los motores de la evolución humana. Si Newton no se hubiera planteado por qué el cayó una manzana en la cabeza, ni le hubiera dado por pensar “y si fuera porque…” puede que no hubiera escrito jamás la ley de la gravitación universal, ¿no?

Pero como todo blanco tiene su opuesto… la duda puede llegar a ser el principio de una obsesión, de un estado emocional paralizado por el miedo y de actuar y vivir coherentemente con lo que se cree en ese momento independientemente de su veracidad o no. La obsesión comienza siempre con una idea o una situación de incertidumbre que nos asusta o que nos genera temor. Por ejemplo, yo tengo la costumbre de cerrar la puerta de casa con llave por la noche, pero si caigo en la tentación de volver a comprobar lo que estoy haciendo, estoy activando (seguramente de una manera inconsciente) la secuencia ‘duda-comprovación’ que me obliga a asegurarme cada vez que me asalta la duda para así quedarme más tranquila. Cuanto más lo hago, más necesidad tengo de hacerlo, hasta el punto que la repetición se convierte en compulsión y ya estoy totalmente presa del miedo a no haber cerrado la puerta… más de una vez he bajado al parking en plena noche para comprobar que el coche estaba cerrado!!

Este ejemplo de la llave por la noche puede resultar trivial, pero no lo es tanto cuando empiezas a dudar de las personas que te importan, de ti misma o de tus actos y tu desarrollo en la vida. Se activan de igual forma estos mecanismos que acaban autodestruyéndonos o alejándonos de esas personas queridas. Y es que una persona obsesionada utiliza una lógica correcta para responder a preguntas “equivocadas”, a veces el error está en lo qué nos preguntamos y de éste modo estamos alimentando unas inseguridades que nos paralizan, nos bloquean y nos impiden ver más allá de nuestro miedo. Más allá de lo oscuro y de lo negro.

Mi experiencia me ha llevado a la conclusión de que no existen soluciones teóricas para la vida, que más que pensarla; la vida está para vivirla y que la acción es el mejor antídoto contra la inseguridad. Y que el fracaso hay que intentar relativizarlo, no significa que nada te importe, no significa no implicarte en nada, significa darle la vuelta a todo y, por muy difícil que resulte mantener una actitud observadora ante las ideas que nos asaltan, sin intervenir ni combatir. Dejarlo pasar, aprender de lo que sucedió pero no abrazarnos a ese hecho que ya no podemos modificar y que seguramente nuestra actitud solamente lo empeorará o nos hará más daño. Desde aquí os puedo decir que la intención excesiva paraliza la consecución de aquello que se desea con todas las fuerzas. No es fácil… se recae… pero todo se puede superar y ya no os digo ¡!lo que se aprende!!