¿Preocupados u obsesionados?


¿Preocupados u obsesionados?

20 de abril de 2009.- Por doquier se escucha que estamos "obsesionados" por la crisis, que vivimos en una "psicosis" colectiva de miedo global. Es más, muchos aseguran que el principal problema de la crisis es el pesimismo y la desconfianza. Motivos hay, pero una cosa es estar "pesimistas y preocupados" y otra "obsesivos o psicóticos".

El paso de la "rumiación" pesimista de los problemas, a la obsesión psicológica incontrolable es sutil, pero dramático. De hecho eso es lo que diferencia a la gente angustiada, de las personas enfermas del famoso TOC, o "trastorno obsesivo compulsivo". Si hoy traigo a este post la especie, es porque con frecuencia se usan conceptos psicopatológicos –depresión, psicosis, obsesiones, compulsiones - en el lenguaje periodístico "metafórico", no sin riesgo para los afectados por estas enfermedades.

Pondré un ejemplo. Recientemente me visitó una paciente afectada por un TOC con ideas obsesivas de culpa, centradas en supuestos errores verbales cometidos, las cuales tenía que confrontar y verificar constantemente con sus familiares o allegados, lo que le ocupaba muchas horas y le causaba gran sufrimiento.

Es decir, padecía un TOC, pero decía que lo suyo no era realmente una enfermedad, sino una "obsesión que no se podía quitar de la cabeza", y que era parecido a lo que le ocurre a las personas se quedan en el paro por la crisis y, lógicamente, no puede dejar de pensarlo, pero que no por eso va a tener que ir al psiquiatra.

Obviamente su error era dramático. Se trataba de una mujer joven, universitaria, madre de dos hijos, activa, pero gravemente incapacitada por sus obsesiones y compulsiones, y lo peor es que no aceptaba estar enferma ni necesitar tratamiento.

Obviamente su pronóstico no era muy favorable. Traté de explicarle qué es el TOC, y sus graves consecuencias, pero sus defensas eran lógicas, 'racionalizantes' y fuertemente apoyadas por el lenguaje cotidiano. Es más le mostré una web de una asociación de afectados de TOC, en la que expertos explican muy bien que es esta enfermedad, que afecta al 1% de la población, se inicia en edad juvenil, se suele detectar tarde, y si no se trata acaba siendo crónica e incapacitante. Y además conocemos bien sus causas y sus tratamientos.

Básicamente se trata mediante una combinación de psicoterapia cognitiva (prevención y extinción de respuesta) y fármacos serotoninérgicos selectivos y potentes. Pero hay casos tan graves y resistentes, que incluso se requieren técnicas muy sofisticadas, como psicocirugía o estimulación transcraneal.

Obviamente estos son casos extremos, pero lo importante de estas reflexiones, es que con frecuencia se trivializa con conceptos psicológicos, como "obsesivo", o "psicosis", y un buen número de personas realmente enfermas no acceden a diagnósticos y tratamientos necesarios simplemente por que no creen estar enfermas, lo cual repercute seriamente sobre su evolución y pronóstico.

A lo mejor los periodistas, profesionales o aficionados, incluyendo los blogueros, deberíamos moderar el uso de ajustar nuestras palabras "médicas". ¿No le parece?


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Jesús J. de la Gándara es psiquiatra y jefe del Servicio de Psiquiatría del Complejo Asistencial de Burgos.