Flores
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Psicoterapia psicoanalítica y pensamientos obsesivos
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Hace casi dos años comencé una psicoterapia psicoanalítica en la cual me he ido dando cuenta de que tengo un carácter obsesivo, en mi caso son rumiaciones; a veces estoy muy bien y tranquilo, me tomo la vida de forma simple y me siento ubicado en el presente. Pero otras veces entro en un bucle donde tengo muchísimas discusiones mentales, donde tengo enfrentamientos con personas e intento hacer entender mi postura, ser asertivo y evitar la sumisión. Estas discusiones (imaginarias) son con mi familia u otras personas, se trata de viajes al pasado que me impiden disfrutar del presente. Aun estando tan enfrascado en esos bucles, me doy cuenta de que estoy teniendo tales discusiones, y las paro, pero rápidamente vuelvo a tener otra… Hasta que sin saber porqué salgo del bucle y vuelvo a estar en el presente. Este bucle me puede durar horas o días.

Muchas veces me siento abatido y desesperado, y me pregunto si tanta terapia me está sirviendo para algo o todavía lo acentúa más, ya que antes, por lo menos, no era tan consciente. Todas estas discusiones, estos bucles me acaban generando gran angustia, no tanto por la discusión, sino por el hecho de tenerlas una y otra vez. Algo que no funciona en mi vida es establecer vínculos sexuales, me resulta difícil porque soy tímido (sólo en este aspecto de mi vida) y por más que lo deseo, a veces siento miedo de fracasar en el intento. ¿Cómo podría dejar de tener estas discusiones, estos estados de ánimo que me resultan impeditivos para sentirme bien?

Responde: Sandra Borro.

Según el psicoanálisis, los síntomas neuróticos tienen su origen en conflictos inconscientes que pugnan por emerger a la conciencia. El objetivo de la terapia es vencer las resistencias para que la persona acceda a las motivaciones inconscientes de sus sentimientos, actitudes o su conducta.

La psicoterapia psicoanalítica es un trabajo común de investigación de los procesos mentales del paciente que pretende resolver el conflicto intrapsíquico a través de la relación interpersonal entre la persona que lo sufre y un experto en este tipo de ayuda. En tu caso concreto, la terapia parece promover en ti un anhelo por resolver la angustia que te provocan algunas situaciones. Mentalmente ensayas nuevas formas de relación y de afrontamiento de los conflictos que te parecen más adecuadas y asertivas. Este ejercicio puede ser muy útil siempre y cuando no se convierta en una obsesión y te impida contactar con la realidad y vivir el presente.
La investigación y el análisis de tus pensamientos debería ceñirse a las sesiones terapéuticas, de modo que tu vida diaria no se viera alterada por la irrupción continuada de dichos pensamientos.

Puedes tomar nota de todas estas discusiones mentales, de tus dudas respecto a las relaciones sexuales y exponerlas a tu terapeuta para trabajar sobre ello en la siguiente sesión. Nadie mejor que tú para valorar personalmente si sientes que avanzas con la terapia o quieres intentar otro tipo de abordaje psicoterapéutico.

Paralelamente puedes hacer yoga o aprender a meditar, para conseguir un mejor control sobre tus pensamientos y tus emociones. Según el biólogo y monje budista Matthieu Ricard, aprender a meditar puede ayudarnos a convivir con una mente más clara y más hábil a la hora de lidiar con las emociones negativas y fomentar las emociones positivas.