En el lenguaje cotidiano se denomina a las ‘obsesiones’ como ideas fijas que cada uno posee sobre un tema, una persona o hasta una situación. Las ideas fijas se entienden como pensamientos recurrentes que irrumpen de improviso en la mente, las cuáles pueden ser neutralizadas con un esfuerzo consciente. Los pensamientos recurrentes más comunes, según una encuesta realizada por psicólogos en Madrid, el trabajo, la vida en pareja, el miedo a ser abandonado, a envejecer y el dinero. También aparecieron preocupaciones por el éxito, el sexo, los celos, la imagen, la competencia, la seguridad propia y de los seres queridos y la preocupación por estar enfermo. El problema de estas ideas fijas reside en los posibles efectos que aparejan como son ansiedad, dolores de cabeza, insomnio, depresión, dolores en el pecho y hasta impotencia o frigidez. Las ideas fijas no suelen ser fuentes de conflictos graves, debido a que las personas logran desenvolverse habitualmente y convivir con ellas.

En cambio, la obsesión, como síntoma psicopatológico, se considera un pensamiento o sentimiento irresistible e insistente que no puede ser eliminado de la conciencia por medio de un esfuerzo, y que domina a la persona de manera intermitente, causando ansiedad.

Como las obsesiones provocan malestar, se recurre a las compulsiones para neutralizarlas, como un mecanismo de compensación.

Las compulsiones son, por lo tanto, una serie de conductas rituales (manifiestas o encubiertas) o acciones mentales que la persona se siente compelida a realizar como respuesta a una obsesión o a reglas que deben cumplirse ordenadamente. Estas disminuyen el malestar y/o la ansiedad de la persona, pero es llevada a cabo bajo la sensación de presión. Entre las compulsiones más comunes encontramos los rituales de limpieza, las comprobaciones, las repeticiones, la evitación, la meticulosidad y la precisión.

Es muy frecuente que las personas que sufren de obsesiones y compulsiones presenten una duda patológica, por la cuál, se encuentran compelidos a comprobar todo varias veces. La contaminación es otro tema sobre el cuál versan las preocupaciones excesivas. Debido a la misma pueden llegar a pasar horas lavando, eliminado posibles gérmenes.

Todos estos rituales traen aparejados un enlentecimiento del funcionamiento global de los individuos, invirtiendo varias horas de su rutina diaria en estos rituales o en la rumiación de los pensamientos, cuando las compulsiones son mentales.
Trastorno obsesivo-compulsivo
Anteriormente, se creía que el trastorno obsesivo compulsivo (TOC) era un trastorno relativamente raro.

Hoy en día, gracias a las investigaciones, se estima que presenta este trastorno de un 2 a un 3% en la población general.

Si se llevara un ranking de enfermedades psiquiátricas, el TOC se encontraría en un cuarto puesto, luego de las fobias, los trastornos relacionados con sustancias y la depresión mayor.

El pensamiento actual sobre la causa de este trastorno es el funcionamiento anormal de áreas específicas del cerebro relacionadas con el malfuncionamiento de la serotonina, (neurotrasmisor, producto químico cerebral). A su vez, se cree que existen componentes genéticos hereditarios que influyen en el desarrollo de esta patología.

El trastorno obsesivo compulsivo es un trastorno crónico, cuyos síntomas pueden fluctuar mejorando y agravándose periódicamente.

Por el contrario, a través de un tratamiento adecuado, muchas individuos llegan a poseer un funcionamiento normal, en donde las obsesiones y compulsiones no tienen casi relevancia.

Las obsesiones son pensamientos, ideas, sensaciones o sentimientos recurrentes, ansiógenas (que provocan ansiedad) e intrusivos, y las personas las califican ajenas a su control, pero a su vez, propias. Los temas más frecuentes sobre los que versan las obsesiones son la contaminación, las dudas reiterativas, la necesidad de orden, impulsos agresivos y las fantasías sexuales.

En cambio, las compulsiones son conductas o actos mentales de carácter recurrente, conscientes y estereotipadas, que se llevan a cabo con el fin de calmar o prevenir la ansiedad, y no por placer o gratificación. La persona se siente compelida a realizar tales actos para, ya sea evitar algún acontecimiento negativo o para reducir el malestar que conlleva la obsesión. Inversamente, cuando un individuo se resiste a realizar la compulsión, la ansiedad se intensifica. Las compulsiones comunes se relacionan con tareas de lavado o limpieza, comprobaciones, exigencias de certeza, el orden de los objetos y actos repetitivos.

Las personas que padecen de trastorno obsesivo compulsivo, suelen reconocer la excesividad e irracionalidad de sus obsesiones y compulsiones.

Este trastorno puede llegar a ser muy perturbador, debido a la gran cantidad de tiempo que las obsesiones pueden insumir y a la interferencia que las compulsiones pueden provocar en sus rutinas normales, su trabajo o sus relaciones sociales. También, por su carácter perturbador, suelen ocasionar un detrimento de sus actividades cognoscitivas en donde necesiten del empleo de la concentración, como son la lectura o el cálculo.

A su vez, algunos sujetos acaban evitando o alejándose de objetos o situaciones que les provocan obsesiones y compulsiones, pudiéndose generalizar este comportamiento evitativo, limitando seriamente la actividad global del individuo. Las preocupaciones hipocondríacas son frecuentes, revelándose en las repetidas visitas médicas.

El tratamiento más adecuado para los síntomas obsesivos de este trastorno, son la farmacoterapia y la psicoterapia cognitiva-conductual.

Muchos individuos con este trastorno suelen resistirse al tratamiento, tanto como a rechazar los medicamentos, como las tareas que se les pide en la terapia. Por esta razón, un análisis dinámico de las resistencias del tratamiento es de gran utilidad para lograr que el cumplimiento del tratamiento se logre.

Las técnicas de la terapia cognitiva-conductual ayuda a las personas reducir la ansiedad asociada con la obsesión y reducir o eliminar las compulsiones. Generalmente las técnicas utilizadas incluyen el enfrentarse con mismas situaciones más temidas (la exposición), sin recurrir a los rituales compulsivos (prevención de respuestas). A veces se emplean otras técnicas de cognitiva-conductual para tratar obsesiones o compulsiones específicas.

Las últimas investigaciones develaron que esta patología posee un importante componente biológico, por lo tanto, la farmacoterapia ayuda a disminuir los síntomas. Los medicamentos que han sido sumamente útiles son los antidepresivos serotonérgicos. Menos comúnmente, las personas son ayudadas por otros antidepresivos o por medicamentos antipsicóticos o de anti-ansiedad.

Trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad
A diferencia del trastorno obsesivo-compulsivo, las personas que padecen de un trastorno de la personalidad obsesivo-compulsivo, presentan una exagerada preocupación por el orden, el perfeccionismo y el control, lo que les provoca una merma en su flexibilidad, espontaneidad y eficiencia. Estas características se hacen patentes en el inicio de la edad adulta y tiñen su conducta en los diferentes contextos.

Son individuos con limitaciones para expresase emocionalmente, perseverantes, obstinados e indecisos. Suelen ser rígidos, escrupulosos, con conciencia y critica exagerada de sí mismos y de los demás. Tienen agudeza de juicios de tendencia a la exploración. Se ocupan de los detalles triviales, de las normas y las formas con gran ansiedad, tal que interfiere en su capacidad de tener una visión amplia de las cosas.

Tienen pocos amigos pero logran una estabilidad matrimonial y éxito personal. Sus relaciones interpersonales tienen una cualidad formal, seria y convencional.

Debido al exceso de minuciosidad con el que desenvuelven sus tareas, les resulta difícil tomarse vacaciones o momentos de placer y hasta a veces, por el tiempo que les implementa, pierden de vista la eficiencia o la finalización de las tareas.

Son personas que se sienten a gusto trabajando en posiciones en las que se requiere de un trabajo metódico, detallado pero sin grandes cambios.

A veces, en el transcurso de este trastorno, se pueden desarrollar obsesiones y compulsiones.

Adolescentes que padecen este trastorno de la personalidad pueden desarrollar una esquizofrenia, como crecer para convertirse en adultos abierto y amorosos.

Estas personas son las únicas, entre todos los otros trastornos de la personalidad, que reconocen estar sufriendo y buscan ayuda.

Se recomienda la terapia de grupo y la terapia conductual, por sus ventajas para este trastorno. El reconocimiento en grupo de sus cambios, es una recompensa que los lleva a seguir adelante, mientras que en el caso de la terapia conductual les proporciona estrategias de afrontamiento para disminuir la anticipación y la ansiedad elevada de estas personas.
http://www.sanamente.com.ar/t_obsesion.html