Es un trastorno de ansiedad por el cual una persona se encuentra inmersa en un sistema de ideas, pensamientos y conductas recurrentes, constituyendo una experiencia muy angustiante. Ese sistema, que carece de sentido para el resto, conforma una estructura mental poderosa, muy difícil de contrarrestar, pudiendo acompañar a la persona a través de toda la vida. En casos severos, la falta de tratamiento médico puede interferir gravemente con las actividades y relaciones personales tanto en el trabajo o la escuela, como en la familia.

Durante mucho tiempo se pensó que este trastorno era poco frecuente, ya que el número de consultas era relativamente escaso. Sin embargo, en las últimas décadas del pasado siglo pudo comprobarse que son más las personas que padecen trastorno obsesivo-compulsivo que otras enfermedades mentales como la esquizofrenia o trastorno causado por pánico. También se pensó que el trastorno obsesivo-compulsivo tenía sus causas sólo en experiencias personales traumáticas. Pero se ha demostrado que existe una incidencia del factor biológico, aceptándose hoy la interacción de factores neurobiológicos e influencias ambientales, así como procesos cognitivos.

Muchas de las personas afectadas por obsesiones y compulsiones no consultan a profesionales por temor o vergüenza de mostrar sus ideas obsesivas. Pero, gracias a la paulatina desmitificación de las terapias mentales, cada día son más las personas que pueden beneficiarse con tratamientos por lo general eficaces.

El trastorno obsesivo-compulsivo afecta por igual a hombres y mujeres. Sus síntomas comienzan por lo general en la adolescencia o en la edad adulta temprana, pero existen algunos niños que desarrollan la enfermedad a edad temprana.


Obsesiones y compulsiones

Las obsesiones son pensamientos o ideas angustiantes, que aparecen recurrentemente en la conciencia de una persona que sufre un trastorno obsesivo, causándole un gran temor y ansiedad. Son comunes las obsesiones cuyo tema es la limpieza. Muchas personas necesitan lavarse las manos a cada momento, y siempre pensarán que están sucias. Y es que las ideas obsesivas no se ajustan a la realidad fáctica, sin que por ello pierdan fuerza de verdad para quien las padece. Otras personas estarán siempre desconformes con el modo en que han hecho alguna cosa. Esa obsesión por la perfección, sea en el trabajo, las tareas del hogar o la escuela puede acarrear problemas de relación.

Otros temas frecuentes de obsesión son los relacionados a la sexualidad o el temor a padecer diversas enfermedades (hipocondriasis).

Las compulsiones, por su parte, son conductas recurrentes causadas por las obsesiones. Una obsesión por la higiene puede originar la conducta compulsiva de lavarse las manos aunque no estén sucias, sin que sea casi posible al individuo abstenerse de hacerlo. El ordenar diversos objetos, repetir ciertas palabras o frases o chequear el estado de algo, como por ejemplo la cerradura de una puerta, pueden ser conductas compulsivas que respondan a obsesiones.

Existen muchos individuos que parecen tener una actitud compulsiva por tener un nivel alto de actividad, ser perfeccionistas o muy organizados en su trabajo. Pero difieren de una persona con TO-C porque ésta tiene conductas lo suficientemente extremas como para interferir negativamente en su cotidianeidad.

El desarrollo de estas conductas suele estar regido por complicados rituales. Una característica constante es que estas acciones son desarrolladas para aliviar la ansiedad que provocan las ideas obsesivas, sin que logren ese alivio por mucho tiempo. En esos lapsos, la persona muchas veces reconoce que sus ideas y conductas no tienen demasiado sentido lógico, a lo cual se llama "percepción". Sin embargo, la idea recurrente volverá, y el individuo desarrollará nuevamente esa conducta en forma compulsiva.

Es habitual que las personas que padecen este trastorno puedan mantener sus impulsos bajo control durante buena parte del tiempo, en especial las horas que comparten socialmente. La percepción antes mencionada los impulsa a esconder esas ideas y conductas, y desarrollarlas en el ámbito de lo privado. Aprenderán a manejar las situaciones y adquirirán habilidades que les permitan manejar no sólo sus vidas, sino muy frecuentemente también a quienes los rodean. Es probable que una persona viva de esa manera muchos años, o aún toda su vida.

Vivirá su obsesión en secreto, lo cual le impedirá, lamentablemente, solicitar una ayuda que podría aliviar los síntomas hasta curar el trastorno.


Tratamientos

Muchas veces el TO-C está acompañado por depresión, problemas alimentarios, abuso de drogas, trastorno de personalidad, déficit de atención, u otros de los trastornos de ansiedad. Esta coexistencia de diversas alteraciones puede hacer más difícil un diagnóstico y posterior tratamiento.

Algunos estudios han propuesto que los pacientes con este trastorno tienen esquemas de actividad cerebral diferentes a los de otras personas.

Las experiencias de tratamientos con medicación podrían producir cambios en la actividad cerebral. Por otra parte, se sabe que la psicoterapia logra una mejoría clínica.

La medicación puede ayudar a ganar control sobre los síntomas al disminuir la frecuencia e intensidad de las obsesiones y compulsiones, aunque los efectos cesarían al abandonar la administración.

Es necesario, por lo tanto, iniciar una terapia bajo la guía de un profesional de la salud mental. En la mayoría de los casos las personas responden al tratamiento, el cual las ayuda a controlar la ansiedad causada por los pensamientos obsesivos y aprendiendo a resistir los impulsos compulsivos.

A diferencia del tratamiento farmacológico, los efectos positivos de la psicoterapia perduran una vez que se ha dado el alta.

Por último, dado que el TO-C afecta no sólo a la persona sino a su núcleo familiar, es probable que el terapeuta aconseje algún tipo de terapia conjunta.