TRASTORNO OBSESIVO COMPULSIVO (TOC) Y NEUROSIS OBSESIVA: ¿cuál es la diferencia?
Febrero 20, 2008

En muchas webs encontrará que neurosis obsesiva y TOC son sinónimos, pero no lo son.

¿Qué es la Neurosis Obsesiva?

En el siglo XIX, Falret, un alienista francés, introdujo el término obsesión para definir una patología por la que “el sujeto es asediado por ideas patológicas, una falta que lo acosa y obsesiona“. El término fue traducido por la psiquiatría alemana como “Zwang”, compulsión. Fue Freud el primero en ubicar la enfermedad, que él llamó Neurosis Obsesivo - Compulsiva, en el registro de las neurosis y dotarla de contenido.

“En su forma más típica, el conflicto psíquico se expresa por los síntomas llamados compulsivos: ideas obsesivas, compulsión a realizar actos indeseables, lucha contra estos pensamientos y tendencias, ceremoniales conjuratorios, etc., y por un tipo de pensamiento caracterizado especialmente por la rumiación mental, la duda, los escrúpulos, y que conduce a inhibiciones del pensamiento y de la acción”. Pero esta concepción permite también “relacionar con la neurosis obsesiva ciertos cuadros clínicos en los que los síntomas obsesivos [y compulsivos], propiamente dichos, no son evidentes a primera vista” (”Diccionario de Psicoanálisis” de Laplanche y Pontalis).

El cuadro fue tomado por toda la Psiquiatría Psicodinámica y gran parte de la Psiquiatría Biológica, aunque con diferencias teóricas con el psicoanálisis, tanto respecto de su causa probable como de su clínica.

La neurosis obsesiva así definida permite diferenciar entre formas egodistónicas, es decir que producen conflictos a la persona que las padece, y formas egosintónicas (las llamadas “neurosis de carácter”), en las que la persona convive con su personalidad obsesiva sin que esto implique mayor conflicto. El psicoanálisis va más allá. Cuestiona que exista salud psíquica y considera que todas las personas somos mentalmente un poco patológicas, lo que variaría entre las personas consideradas mentalmente sanas y las consideradas enfermas sería la patología y su grado. Así habría personas que requerirían tratamiento y otras que no, no personas sanas y enfermas. Para esta disciplina las neurosis egosintónicas serían lo más parecido a lo que otros consideran salud mental.
¿Neurosis o Trastorno?



Cuando la OMS (Organización Mundial de la Salud) decidió realizar una Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y Problemas Relacionados con la Salud (conocida como CIE y que va ya por su décima revisión), se encontró con que en el campo de la Salud Mental existía una enorme dispersión diagnóstica entre corrientes de pensamiento diversas. Esta dispersión obstaculizaba toda posibilidad de realizar estudios cuantitativos. Decidió entonces homologar la clasificación respetando las diferentes concepciones (La Asociación de Psiquiatría Americana, poco proclive a aceptar clasificaciones internacionales, desarrolló su propio manual, el DSM, que es el más conocido por el público aunque, excepto en USA, los profesionales deban utilizar las categorías diagnósticas del CIE. Ambos manuales se aproximan cada vez más en las sucesivas revisiones).

Un comité de psiquiatras expertos llegó a un acuerdo de mínimos que pretende englobar los síntomas mentales manifiestos en un conjunto (bastante grande) de cuadros diagnósticos. Al ser esta clasificación de uso obligatorio para los psiquiatras, independientemente de su corriente psiquiátrica, ha acabado por popularizarse. Es más, se ha terminado por suponer que a cada uno de estos diagnósticos, acordados y sometidos a revisión periódica, le corresponde una causa y un tratamiento común, mientras que los manuales diagnósticos no suponen ninguna de las dos cosas, ya que su función es la de servir a investigaciones, tanto de sus causas probables como de los tratamientos más eficaces.

Puesto que no todos los psiquiatras están de acuerdo en categorías diagnósticas como neurosis o psicosis, se decidió prescindir de ellas y se optó por un término más ambiguo: “disorder” (literalmente: desorden o disturbio), que en castellano, y en el ámbito de la salud mental, se traduce como trastorno.

Así, los diagnósticos de neurosis, clásicos en psiquiatría, se han dispersado en diversos trastornos. En el caso de la neurosis obsesiva u obsesivo-compulsiva, su forma típica, la que incluye ideas obsesivas y compulsiones nítidas, ha quedado encuadrada en el Trastorno Obsesivo Compulsivo o TOC, como un trastorno neurótico en el CIE 10 y como un trastorno de ansiedad en el DSM IV; mientras que “ciertos cuadros clínicos en los que los síntomas obsesivos [y compulsivos], propiamente dichos, no son evidentes a primera vista”, pero que se reconocen por los profesionales como relacionados con ellos, se encuadran en el Trastorno Obsesivo Compulsivo de la Personalidad (DSM IV) o Trastorno Anancástico de la Personalidad (CIE 10).
En ambos casos se trata de trastornos egodistónicos, que producen malestar en quien los padece. Las neurosis egosintónicas, aquellas en los que la persona se siente totalmente identificada con sus síntomas y no los considera ajenos a su ser ni le producen especial malestar, no pueden considerarse trastornos ni desórdenes, por lo que no se incluyen en las clasificaciones, con algunas excepciones. Las excepciones se refieren a aquellos casos que, sin que la persona lo viva como un trastorno, afectan a terceros. Un ejemplo típico sería el Trastorno de Personalidad Antisocial, pero también podríamos incluir en este registro egosintónico el Trastorno Negativista Desafiante (DSM IV) o algunos casos de Trastorno por Déficit de Atención, con o sin hiperactividad. La diferencia esencial es que en el caso de una persona adulta es muy difícil que consulte por un trastorno egosintónico y, en caso de hacerlo (porque se enfrenta a problemas con terceros o con la ley, por ejemplo), es difícil que el tratamiento prospere. En el caso de niños y otras personas dependientes, sus familiares o cuidadores pueden conducirlos a un tratamiento aunque el niño no lo viva como un trastorno, y el tratamiento puede ser igualmente eficaz.

En resumen:
- La Neurosis Obsesiva puede corresponderse al Trastorno Obsesivo Compulsivo, al Trastorno Obsesivo Compulsivo (o Anancástico) de la Personalidad o, incluso, a otros trastornos de los manuales diagnósticos (por ejemplo: algunos trastornos del humor en los que la coloración afectiva depresiva predomina como principal manifestación de lo que podría considerarse una neurosis obsesiva).

- La Neurosis Obsesiva admite casos egosintónicos, no así los trastornos obsesivos que figuran en los manuales. Podemos decir que una persona tiene una Personalidad Obsesiva, pero no podemos clasificarla como Trastorno de Personalidad si las características de su personalidad no le producen desórdenes o “disturbios” a él mismo o a terceros.

¿CUÁL ES LA OPINIÓN DE PERSONA-PSI AL RESPECTO?:

- Creemos que existe un amplio espectro de trastornos o neurosis obsesivas que no siempre encajan en una clasificación diagnóstica forzosamente rígida, por lo que hay que estudiarlos caso por caso.

- No existe una causa común científicamente demostrada para todo el espectro. Hay hipótesis fundadas que les atribuyen una causa biológica, otras causas psicológicas o ambientales. Probablemente porque interviene más de un factor.

Estudios estadísticos sugieren cierta predisposición genética; la eficacia relativa de los inhibidores de la recaptación de serotonina la participación de algunos neurotransmisores; la eficacia psicoterapéutica la de factores específicamente psíquicos.
Parece lógico pensar que existe predisposición biológica (genética o de otro tipo), probablemente necesaria, pero no suficiente para desencadenar el trastorno. Sobre la predisposición orgánica actúan experiencias de la infancia y adolescencia (que es cuando se forja la personalidad) y los modos en que el niño y el adolescente han experimentado esas experiencias y respondido a las exigencias que la vida les planteó. Y finalmente, pero no menos importante, participan factores desencadenantes actuales.

¿Quiere decir esto que nos oponemos a los tratamientos biológicos?

No, de ningún modo. La medicación puede ser necesaria si la gravedad del caso así lo sugiere.

Pero, con o sin medicación, es necesario un tratamiento psicoterapéutico para remover los conflictos psíquicos en juego y que el sujeto adquiera un mejor manejo (es decir: más saludable) de su herencia biológica y sus condicionamientos infantiles.
¿Quiere decir que la psicoterapia debe remontarse a la infancia?



No necesariamente. Lo que se haya torcido en la infancia se repite y se actualiza en el presente, y es el presente y no el pasado lo que se trata de resolver.

fuente:Luis Teszkiewicz - Psicoterapeuta
fuente:Dra. Marina Averbach - Médico Psiquiatra
fuente:psicoactiva.com

El mérito de Frankl, respecto a la intención paradójica, es que le da una sistematización en términos de la psicología y lo aplica para tratar de ver como puede ayudar a pacientes como el ilustre Picasso, que no se qué hubiera pasado con él si Frankl pudiera haberlo tratado en su momento. Un señor llamado Sabartes, amigo y biógrafo de Picasso cuenta algunos datos de la relación cercana de Pablo con su padre; cuando era muy chico vivía prácticamente prendido de los faldones de Don José; cuando lo dejaba en la escuela se presentaba siempre la misma escena entre padre e hijo; Pablo insistía en quedarse con el pincel y el bastón de su padre o con una de sus palomas favoritas como garantía de que Don José iría a recogerlo a la escuela a la una de la tarde; en el salón de clases permanecía atento al reloj, incapaz de concentrarse y deseando desesperadamente que las manecillas se movieran hasta marcar la hora esperada. Sabartes citaba en boca de Picasso lo siguiente:





“tan pronto como me ponía a pensar que tenía que prestar atención me distraía con la idea que era necesario prestar atención y esto me confundía”;



su incapacidad para concentrarse y el temor de que su padre se olvidará de venir a recogerlo, se convirtió en una obsesión para el niño, lo hacía sentirse enfermo y vomitar por las mañanas, o bien fingía que estaba enfermo para evitar la temida separación de Don José y de la seguridad de su hogar paterno. Claramente un cuadro psicosomático en este ilustre Picasso, que a pesar de eso llegó tan lejos. Así que no perdamos las esperanzas.


Cuando se quiere forzar este tipo de cosas que tienen que ver con la automaticidad, con las conexiones neuronales que todos tenemos y a las que habitualmente no les prestamos atención, surgen los problemas. ¿Quien los crea?, nosotros mismos con nuestra atención y con nuestra intención. Algo que Frankl llama “Hiperatención e Hiperintención” , es decir la atención e intención exageradas.

Q

Les refiero dos situaciones de historias clínicas para que vean que pasa con la técnica de la Intención Paradójica. La primera se llama “Mauricio y el señor sueño”.

A la consulta concurre el niño acompañado de sus padres, Mauricio tiene siete años y cursa segundo grado. El problema es que no puede dormir de noche dice la madre, lo vemos tan mal que cuando se le habla de ir a dormir es como si lo mandáramos a prisión, teme ese momento, tiene miedo de no poder dormir, lo cual es una anticipación de algo: “miedo de no poder dormir”. Cuando empiezan los preparativos se pone nervioso, cambia, da vueltas para no acostarse, a veces llora o pide que le enciendan la televisión, pero cuando la apagan se despierta; el padre dice: hemos utilizado distintos métodos para que durmiera, contar ovejas, contar hasta 100, ver televisión, pasarlo a la cama matrimonial, no dejarlo dormir la siesta; cuando pasa el tiempo y no puede conciliar el sueño se muestra agobiado, los ojos se le ponen vidriosos, tirita, va al baño, toma agua, está inquieto, no es miedo a la oscuridad ni a estar solo, sino a no poder dormir, se preocupa, piensa que al otro día tiene que ir a la escuela y va a estar muy cansado, lo cual trae aparejado que no desee ir a la escuela, mostrando mucho nerviosismo y tensión, y entonces a pesar de ser un niño con cociente intelectual alto tiene bajas notas, con picos en su rendimiento y problemas de relación con sus compañeros; esta sintomatología tenía en el momento de la consulta un mes y medio de evolución, con la consiguiente alteración del grupo familiar en su totalidad. Después de dos semanas de trabajo, administrando técnicas de psicodiagnóstico, donde se pudieron observar características obsesivas de personalidad, excelente cociente, grado de maduración acorde con su edad cronológica y habiendo logrado un óptimo nivel de comunicación y contacto afectivo, se decidió utilizar la técnica de la Intención Paradójica de Frankl. Se trató de crear un juego, atendiendo a todos los detalles, en la siguiente entrevista se hizo pasar al niño, después de dejarlo trabajar con lápices de colores y plastilina, en expresión libre y mientras conversaba sobre sus juegos preferidos, sus juguetes, se le dijo a Mauricio:




“mira, te propongo un juego nuevo, vamos a jugar a que esta noche no vas a dormir, que te parece?;




bueno,dice Mauricio, juguemos, total, de todos modos yo no puedo dormir,



el juego consiste en jugar a “la mancha” con el señor sueño, que consiste en tocar a otra persona en alguna parte de su cuerpo y ésta tiene que correr a los demás tocándoles en el mismo lugar en que él ha sido tocado, si es la pierna donde le tocaron tiene que correr con la pierna alzada. Se le dice:




el señor sueño va a tratar de atraparte pero tú no te vas a dejar, tienes toda la noche para hacer lo que quieras, puedes tener la luz prendida, llevar a tu cama los carritos, los colores, el papel, puedes escribir, dibujar, pintar, viajar con la imaginación a donde quieras, pero lo único que no puedes hacer es dormir, porque si no el señor sueño te gana el juego; recuerda ;Mauricio que es un juego y que el señor sueño va a pillarte de todas formas pero tú no tienes que dejarlo”.

q

Todo esto lo explicó la psicóloga y lo dramatizó para mostrar al niño como podía despabilarse cuando le diera sueño, caminando, jugando, lavarse la cara, etc. Cuando Mauricio se fue le dijo a la psicóloga:

c


“Vas a ver que le voy a ganar el juego al señor sueño"


e

A los padres se les explicó esta propuesta y suscitó en ellos mucha gracia, ofreciendo prestarse al juego y con la sensación de no estar muy convencidos del éxito del mismo. Se le pidió que crearan el ambiente propicio para la experiencia y que no cambiaran su modo habitual de conducta. Esa noche, antes de acostarse, Mauricio y sus padres prepararon todo, pusieron almohadas en la cama para que el niño estuviera cómodo , los juguetes y todo lo que deseaba tener cerca, una luz roja para no molestar a los demás, ya que se le había aclarado que por ninguna razón debía despertar a sus padres para jugar; todos estos preparativos le divertían mucho, sobre todo cuando vio la cama llena de “cosas para no dormir”, como él las llamaba; cuando terminaron los preparativos los padres se fueron a dormir y Mauricio antes de acostarse le dice a su papá:



“Vas a ver que le voy a ganar el juego al señor sueño”.


al quedar la casa en silencio Mauricio comenzó a jugar y a los 15 minutos estaba dormido plácidamente con gran asombro de todos. El niño tomó esto como un juego y al otro día le contó a todos que el señor le había ganado esa noche, pero que él seguiría jugando hasta ganarle y poder pasar una noche sin dormir. Intentó mantenerse después dos o tres noches más sin conseguirlo. Los padres se mostraron asombrados por el cambio logrado y comentaban que habían probado todos los métodos que se les habían ocurrido, pero jamás pensaron en pedirle que no durmiera.



Como consecuencia lógica de esto se produjeron cambios de actitud del niño en la escuela, con sus compañeros y también cuanto a su rendimiento escolar. En entrevistas posteriores con los padres se hizo esclarecimiento de algunas conductas demasiado dependientes del niño y orientación con respecto a como ayudarlo a crecer y ser independiente. Se hizo control a los dos meses posteriores al tratamiento y nos dijeron que no había vuelto a presentar alteraciones del sueño. Esta historia es de un psicóloga de Mendoza que se llama Jovita Rivero de Carbone, colaboradora mía, que trabaja en Logoterapia. Esta historia con el título de “Maurice and Mr. Sleep” ha sido publicado en el "Foro Internacional de Psicoterapia." Es un ejemplo para que vean que también la logoterapia no solo se aplica a los adultos.


La Intención Paradójica es un método que da muy buenos resultados en términos por ejemplo de combatir el insomnio. Desmenucemos un poco para ver qué pasa con esto; porque puede parecerles a ustedes algo medio mágico, que no tiene efectividad o que no es científica. Lo que se trata de hacer es que la persona que ha desarrollado un insomnio, empiece, como ocurrió con Mauricio, a desarrollar temor y preocupación, se ocupa del tema de dormir antes de ir a dormir, se genera, entre el momento actual y eso que va a venir después, un campo tensional que se llama anticipación; en la situación de preocupación y de temor que se llama la “angustia expectante”, uno hace presente en el momento de ahora algo que teme que va a venir después, esto es típico de los alumnos cuando tienen que rendir un exámen y tienen miedo al exámen y miedo a lo que le va a preguntar el profesor y si tendrán la respuesta de lo que el profesor quieren que ellos les den, y así cuando quieren acordarse entran en un juego fantasioso, en el cual un exámen no se rinde una vez en la vida, lo rinden diez mil veces, todos los días y a cada rato, es la angustia expectante, la ansiedad anticipatoria.



LoLo típico que desarrolla el insomne es primero la ansiedad anticipatoria, “¿podré dormir esta noche”?; y segundo, aparte de esta angustia anticipatoria, del preguntarse por algo que se teme, se desarrolla una intención que no es una intención normal, es una intención aumentada en intensidad, que Frankl denomina “Hiperintención” el que tiene miedo a no dormir esta noche, aparte se dice a sí mismo,”yo voy a dormir, juro, a la fuerza”; claro, entonces pasa lo siguiente, háganse ustedes la representación mental, este buen señor va a la cama, se acuesta, se dispone a ese momento que tanto ha temido y que tanto ha imaginado y hace esto: se acuesta y cierra un ojo para, dormir, pero el otro ojo lo tiene abierto para ver a que hora se queda dormido, porque es algo que él ya lo desea tanto y pone tanto esfuerzo de que eso suceda como el quiere, que quiere controlar hasta el preciso momento en que pasa y se cumple su forzada intención, con lo que ustedes se dan cuenta inmediatamente, que por estar vigilado para ver si uno se duerme, “uno no se duerme jamás “.



Esto me hace recordar las técnicas sádicas que tenían los sargentos de la Legión Extranjera; ustedes saben que las granadas de, mano tienen una clavija que se saca para liberar una palanquita, que si se suelta a los 5 ó 10 segundos explota; entonces para evitar que los soldados de guardia se quedaran dormidos, los sargentos iban con cada soldado les daban una granada y le sacaban la clavija, o sea que el modo de que no explotara era tenerla bien sujeta toda la noche, pero si alguno llegaba a quedar dormido, como ocurrió más de una vez ya pueden imaginarse la proporción de dicha tragedia.



Esto es justamente lo que estoy tratando de hacerles ver; en el fondo este insomne que quiere con un ojo mirar a que hora se queda dormido y con el otro trata de dormir a la fuerza, le pasa exactamente igual a ese que permanece con la granada en la mano tratando de controlar de no dormirse porque si no le explota la granada. Esto así, de un modo que quiero hacerlo bastante gráfico, para que ustedes vean que hay un mecanismo, mecanismo entre comillas, básico para la neurosis fóbicas, para la neurosis obsesivo-compulsivas y para los patrones de neurosis sexual. Todas, sin excepción, tienen lo que Frankl llama un denominador común, que desata el cuadro patológico, es la “Angustia Expectante”, que también se conoce como la “Ansiedad Anticipatoria”.


Ahora les cuento lo que hizo un paciente que me vio por primera vez, y se autoadministró por primera vez en la historia de la psiquiatría, haciendo algo que se llama la “santé de a dos” (la salud de a dos). En la psiquiatría está siempre la locura de a dos, la locura inducida de uno a otro. Van a ver ustedes que este es el único caso en la historia de la salud de a dos. Así se expresa el paciente:


“Tomé conocimiento de la existencia de la Intención Paradójica durante la primera consulta con el Dr. Sardi, me despertó gran curiosidad y también un poco de gracia, pero apenas salí del consultorio tuve una breve disensión con mi esposa, comencé a poner en práctica esa divertida técnica. Desde hace 10 a 12 años vengo padeciendo una gastritis bastante refractaria de la ranitidina, que es un medicamento que se utiliza contra la acidez; cuando estaba con mi esposa comencé a pensar que tenía una hipersecreción de jugo gástrico tan grande, que este me salía por los oídos, nariz y boca, y al mismo tiempo pensaba que era tanto el jugo gástrico, que existía el peligro de que me digiriera; como todo esto resultaba un poco exagerado me asaltó la duda si podía engañarme a mi mismo, decidí entonces trasladar mi pensamiento a una botella de ácido clorhídrico fumante y decidí pensar solamente en ella, esa sería en adelante mi estómago, hasta pensé que podría producir ácido clorhídrico en gran cantidad; todo esto ocurría con la participación muy divertida de mi esposa; al día siguiente después de la consulta llegué a mi casa después de trabajar y encontré en la puerta un cartel muy prolijo escrito con letras de diario que decía: “vendo ácido clorhídrico en damajuanas de 20 litros,; al principio no me di cuenta de que se trataba, mi señora me dijo inmediatamente y al mismo tiempo que yo me daba cuenta que ella estaba haciendo un chiste, en ese momento me dí cuenta también de que la gastritis no me había molestado esa mañana y así continué durante 2 días mas, luego reapareció coincidiendo con algunos problemas que espero solucionar; y el otro síntoma que traté de hacer desaparecer con bastante más éxito fue la sensación de opresión del llamado “casco neurasténico”, sencillamente pensé que mi cabeza iba a estallar, o más bien a implorar por esa operación y ahora cuando veo que comienza a aparecer la molestia, me concentro en esa idea y el problema se resuelve de inmediato.

Cuando concurre un matrimonio con algún problema de impotencia, solemos darle la indicación de la Intención Paradójica de un modo subrepticio. Como el hombre se siente compelido, obligado a demostrar su masculinidad, es esa misma exigencia de forzamiento a tener un rendimiento lo que le impide el rendimiento normal; entonces les hacemos a la pareja la siguiente indicación:


“miren, mientras estamos haciendo los estudios y los análisis de sangre necesarios, ustedes tienen prohibido intentar tener relaciones sexuales, prohibido por el médico, así que no vayan a decir que intentan tener relaciones maritales.”


Generalmente lo que ocurre es que cuando esa pareja regresa alconsultorio a las dos o tres semanas, le dicen al médico que han fallado porque no han podido cumplir su indicación, porque tuvieron relaciones sexuales y piden disculpas; en tales casos,el médico se tiene que hacer todavía el disgustado diciéndoles


“¿pero cómo me han hecho eso?”,


aún cuando le complazca saber que el problema ya esta resuelto; o sea, que en la medida que el paciente queda liberado de ese forzamiento, de esa intención forzada, de esa hipertensión de querer dirigir la naturaleza con su voluntad, gracias a la indicación de la autoridad del médico, que le recomienda no intentar tener relaciones- mejora su situación; mientras que cada vez que la voluntad o la intención se dirige haciaalgo que es automático en la naturaleza, la perturba.



Para ilustrar esto se cita una alegoría en relación al ciempiés, a quien un sinvergüenza vino y le preguntó:



“Dígame señor ciempiés, cuando usted empieza a caminar cuál es la pata suya que mueve primero?”


Y el pobre ciempiés que nunca había pensado cuál de sus patas movía primero desde ese momento no pudo caminar más, por tratar de observar o ver cuando era la pata que movía primero”. Entonces la técnica de la Intención Paradójica, - y aquí viene lo que tuve que ir a estudiar del Dr. Frankl, a lo que él llama el “Cómico Pesimismo”, es la comicidad aplicada a verse uno a sí mismo pasándole la peor desgracia, o sea que cuando el orador dice ahora voy a parar y hacer un desastre, voy a dictar la peor conferencia que se pueda imaginar este público, resulta que la charla le sale muy bien, porque se ha desligado del resultado y se jugo a lo peor.


Esto se aplica mucho en la tartamudez, el tartamudo está pendiente de cómo va decir lo que va a decir, se desliga de lo que tiene que decir para atender a cómo lo va a decir y lo que le sucede al pobre tartamudo es tan contagioso que cuando estamos con uno de ellos que empieza a tartamudear, lo que habitualmente hacemos todos es tratar de completar la frase; uno entra en el juego del cómo lo está diciendo y se va cargando de una ansiedad terrible, y ya que se pueden imaginar que si esa angustia la tenemos nosotros, cómo será la del pobre tartamudo.



Se cuenta en la bibliografía de Frankl, que en una clase de escuela secundaria, como se hace en todas las escuelas, los alumnos iban a presentar a fin de año una obra teatral y en la clase había un muchacho que era tartamudo y la profesora trae un argumento de una obra teatral en la que uno de los personajes era un tartamudo, y entonces todos los muchachos dijeron:





“bueno el tartamudo ya lo tenemos”;



pero, ¿qué fue lo que ocurrió?, que cuando al tartamudo le dieron el texto para que hiciera de tartamudo, como él no era el que hablaba, al leer el texto le salía perfectamente bien y se tuvieron que buscar otro que hiciera de tartamudo. Y esta citado también en la bibliografía de Frankl el caso de un señor que el médico que lo entrevista decía que era el peor tartamudo que había visto en su vida, y le pregunta si alguna vez no tartamudeó y entonces el tartamudo le contestó que dejó de tartamudear alguna vez cuando él tenía doce años mientras jugaba con otros amigos en Europa, cuando existían esos coches de plaza, tipo carruajes para pasear alrededor de la plaza, con un cochero, con una capota, cuatro ruedas y un eje atrás, donde los muchachos solían correr y subirse a dicho eje y el cochero desde adelante con un látigo largo pegaba latigazos para que se bajaran; el cochero de dicho cuento se baja y corre a todos los amigos del tartamudo y sólo lo pesca a él, y el pobre tartamudo le cuenta a su médico que en esa crítica situación él pensó que el cochero le iba a pegar inclementemente y entonces rápidamente pensó que si el cochero descubría que el era tartamudo y fingía ser muy tartamudo, ese hombre le iba a dar lástima y no le pegaría, por eso ahí quiso forzar su tartamudez, la natural, la que ya tenía, y para su asombro fue la única oportunidad en la vida que hablo todo de corrido.



La Intención Paradójica tiene cierto tipo de riesgos. Sería un defecto técnico grave y de diagnóstico si les viene a ustedes un depresivo endógeno, un melancólico que tiene tendencia suicida y les dice: “Mire doctor tengo deseos de tirarme por la ventana”, y ustedes utilizando la Intención Paradójica que puede libremente tirarse por la ventana, seguramente va a ser la primera y última vez que van a aplicar dicha técnica. Hay que adquirir la capacidad de discriminar que en ciertos casos no es aconsejable la aplicación de la técnica, no es para cualquier cosa y en todo momento se debe tener esa precaución.


Estas técnicas tienen también aplicación en lo que se llaman las “obsesiones”. A diferencia de lo que pasa en las fobias donde el individuo huye de la angustia, el obsesivo es una persona que desarrolla el firme propósito – cuando aparezcan sus manías, que son actos rituales productos de una idea que aparece y empieza a obsesionar y que se hace repetitiva,- de que cuando aparezca esta idea u obsesión él le va a hacer frente, la va a resistir y la va a vencer, siendo ese el núcleo de la obsesividad. La angustia anticipatoria que le dice al obsesivo que va a aparecer esa manía o esa idea y él se propone firmemente en su voluntad a una hiperintención también de resistirla y derrotarla, luego lo que pasa es que mientras más firmemente se propone vencerlo más firmemente queda atrapado en la obsesividad; en estos casos es donde viene bien esta otra técnica del Dr. Frankl que se llama la “Derreflexión o Desreflexión”. La reflexión es el pensamiento, la conciencia se concentra alrededor de esta idea que justamente se llama así, idea fija, y entonces hay que conseguir que el pensamiento vaya hacia otra cosa, intentando desligarse, desprenderse de si esta idea fija aparece o no aparece y relegarla a una especie de importancia secundaria.

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Un ejemplo, que entenderán mejor los que sean médicos, de la Derreflexión, es cuando el médico quiere conseguir en sus pacientes el reflejo rotuliano, que es un reflejo que se obtiene golpeando con un martillito en el tendón de la rodilla y cuando está bien hecho la pierna se mueve como cuando se da una patadita; todos los médicos saben que de repente le dicen al paciente cruce la pierna y el paciente empieza a mirar hacia abajo, entonces el médico se pone con un martillito a golpear repetidamente el tendón de la rodilla sin lograr que se presente el reflejo, porque el paciente está tan concentrado mirando hacia dicho sitio que el reflejo no se obtiene; entonces hay una maniobra que inventó un médico que se llama Jendrassik, la cual consiste en decirle al paciente cuando tiene fija su mirada en el tendón, que cruce las manos, que mire al techo, que cierre los ojos, y que trate de distender fuertemente las manos y mientras el paciente hace todo eso, el médico golpea el tendón con el martillo y el reflejo ocurre. Es el mejor ejemplo que veo de Derreflexión al conseguir distraer la atención de alguien, que la ponga en otro objeto de la intención y en otro objeto de la conciencia para conseguir restaurar un circuito neurológico, que lo que lo está perturbando es esa atención del paciente fijamente concentrada en lo que el médico está tratando de conseguir.


es fácil odiarse a sí mismo, todo el mundo puede odiarse fácilmente, lo verdaderamente difícil es reírse de uno mismo;


entonces esta capacidad de tomar distancia de uno mismo,- a veces creo que la palabra desapego es más útil que la de autodistanciamiento,-es todo lo que tenemos que hacer en términos de poder ver y visualizar nuestras propias cosas, nuestro propio ser, nuestra propia necedad. Fíjense que no hay persona que aguante mirarse al espejo cuando está llorando, porque en el momento que está llorando y se mira al espejo le produce una sensación harto desagradable, porque el hecho de contemplar, de mirar, de tratar de objetivizar las propias emociones, eso solo las modifica. Entonces nuestro propio estado neurótico donde estamos tan bien, tan orgullosamente instalados como neuróticos, en el momento en que nos miramos que tomamos distancia con gracias, con capacidad de humorismo, que tan frecuentemente despliega el Dr. Frankl, lo modificamos permanentemente. Esto es así porque no hay emoción, no hay sentimiento que aguante ser contemplado. William James, psicólogo norteamericano y pragmatista de fines del siglo pasado decía que


contemplar los propios sentimientos es como entrar a una habitación en donde no hay luz y prender un fósforo para tratar de ver la oscuridad.


En el momento en que miramos nuestra tristeza se disipa nuestra tristeza. En el momento en que empezamos a auto contemplarnos, que empieza la manía de la autobservación modificamos nuestros propios estados. Entonces esta capacidad de tomar distancia, de desarrollar todo lo de la Intención Paradójica es parte conclusiva, es parte integral de toda la metodología que usa la Logoterapia, pero no es la Logoterapia, porque ésta no se agota en sus técnicas. Siempre creemos que empezar a hacer técnicas nos convertimos en logoterapeutas. La Logoterapia es mucho más amplia que sus técnicas, es la única escuela de tipo existencial, pero de diagnóstico existencial, que ha desarrollado sus propias técnicas para ser aplicadas a los pacientes.


Y para terminar y en términos de lo que realmente es la Intención Paradójica y lo que son las paradojas vitales quiero concluir citando una frase en la cual ustedes verán que paradójicas se pueden tornar las relaciones entre la vida y la muerte y como esto expresado por Jorge Manrique, un señor que hace unas coplas muy famosas, las referidas a la muerte de su padre. En el año 1.440 formula una frase que quiero dejar a ustedes para que la reflexionen y que tuvo el honor de figurar en el escudo de armas de Don José Zorrilla de San Martín, en donde la paradoja nos sobrepasa en la medida en que nosotros podamos aplicarla, dice así



”Velar se debe la vida de tal suerte queviva quede en la muerte”

LOGICA PARADOJICA Y ANSIEDAD



LOGICA PARADOJICA Y ANSIEDAD
Esta es una anécdota que cuento en ocasiones en la terapia. Recuerdo, que en cierta ocasión, observaba a un grupo de mujeres de primer curso de natación. Algunas de las mujeres habían adquirido un cierto dominio, y hacían sus primeros pinitos en la parte donde no cubría. Cuando una de las mujeres que habían aprendido a flotar caía en la cuenta de que estaba en una zona en que no hacia pie, de pronto, se ponía a hacer grandes aspavientos, con los que, lógicamente, se hundía. Hay algo que me fascina en el hecho de que para mantenerse en el agua, hay que procurar "no hacer nada". Se han contado casos de náufragos que han permanecido en el mar, a la deriva, en la posición de hacerse el muerto.

Si algo que llama profundamente la atención en el tratamiento de la agorafobia, es el carácter profundamente controlador del paciente. La persona se agarra con desesperación a la búsqueda de la seguridad, de la certeza, de la "madre". Es como estar en el centro de la piscina, e intentar aferrarse con al bordillo a toda costa.

Los primeros en describir la intención paradójica, son Frank y Erikson, y se define como aquella acción que logra el efecto contrario a lo deseado. A modo ilustrativo, podría referir el caso de aquellos hombres que están más preocupados por conseguir la erección durante el acto sexual que en el disfrute de la experiencia. ¿Y cual es resultado?, pues que evidentemente la erección no se lleva a cabo, porque para que esta se de, no podemos exigirla, no podemos hacer un imperativo de nuestro deseo. Una pregunta muy recurrente formulada a muchos actores masculinos de la industria pornográfica, es la de cómo pueden conseguir la erección durante tanto tiempo. La respuesta es que no hay intención de mantenerla, no hay esfuerzo. Simplemente, sale.



Sigamos con otro ejemplo ilustrativo. Observemos el elefante durante unos segundos. Cierre los ojos e intente durante dos minutos no pensar en el elefante rosa. ¿Complicado, no? Mi negación produce el efecto contrario a lo que deseo…


El propio Frank describe dos casos: En la escuela secundaria se iba a representar una comedia al terminar el año. Uno de los personajes era tartamudo. Como en la clase había uno, le asignaron el papel. Sin embargo, en escena, al tratar deliberadamente de tartamudear, le fue absolutamente imposible. En Boston, un estudiante australiano fue llamado a hacer su servicio militar. No quería hacerlo y, como era muy tartamudo, pensó: "No es problema voy a la sesión de la comisión y les muestro que soy tartamudo". Sin embargo, cuando lo intentó, le fue imposible demostrar su tartamudez. Por primera vez en su vida estaba hablando en forma normal, por el solo hecho de tratar intencionalmente de producir una tartamudez.

¿Podría ayudarnos esto en el ámbito de los trastornos de ansiedad, y mas concretamente en el tratamiento de la agorafobia? Mi experiencia me dice que si

¿Y si resulta que el peligro no se encuentra donde estamos acostumbrados a mirar?. Quizá la búsqueda de la salvación, nos lleve al miedo, y esta es la paradoja mas complicada de solucionar. El paciente se aferra a un salvavidas porque cree que esa es la solución, pero ¿Qué ocurrirá cuando el problema sea el salvavidas?

Prestando atención a la génesis del pánico, nos damos cuenta que se alimenta de si mismo, el miedo necesita de miedo para seguir viviendo, y esa es una de las reglas del juego. Uno se cuestiona si en la medida en que pretendemos escapar de las sensaciones que nos aterrorizan, no nos adentramos más en ellas. Si en la medida en que intentamos acercarnos a una sensación de normalidad, no estamos provocando el efecto contrario.

¿Qué solución nos queda entonces?, quizás la vía alternativa de no hacer nada, pueda hacer mucho por nosotros. Pero esto, a primera vista pueda parecer una locura, algo totalmente opuesto al instinto de la supervivencia.

Un ejemplo muy claro de este hecho lo podemos encontrar en uno de los síntomas del ataque de ansiedad: la hiperventilación. Esta es una respiración rápida y profunda, generalmente causada por ansiedad o pánico. Esta hiperrespiración, como se denomina algunas veces, realmente deja a la persona con una sensación de falta de aliento. Podemos consultar algunas secciones en esta Web que nos expliquen con más detenimiento en que consiste. Pues bien, la paradoja consiste en que cuanto más aire intento coger, mas sensación de ahogo me produce. Hacer caso a nuestra hambre de aire nos perjudica. Y esto ocurre porque, por así decirlo, hay dos partes que influyen en mi respiración: mi parte involuntaria, la que funciona cuando estoy dormido, cuando no presto atención, y mi parte controladora regida por mi voluntad. Puedo elegir entre retener el aire, o respirar más aprisa. Así podría aguantar la respiración si no quiero inhalar humo, o si quiero bucear bajo el agua. Sin embargo, mi voluntad esta regida en este caso por mi miedo. Así se establecerá una lucha entre dos contendientes. Mi parte controladora, y mi parte automática. Dos voluntades enfrentadas. La única solución para evitar esta hiperventilación (aparte de una bolsa de papel), es no ceder al hambre de aire. Incluso, si alguien me apurase, dejar de respirar, hasta encontrar esa parte automática que cuida de mí, y fluir con ella. Eso requiere casi un acto de fe, un creer en la regulación automática de mi organismo, y por supuesto, dejarse llevar por ella. Entonces, poco a poco, el hambre de aire comenzara a ceder.

Hay un artículo muy interesante que escribió Juan José Millas para el País que ilusta muy bien lo que quiero decir. En clave de humor, el periodista refleja la constante necesidad de control de lo incontrolable. Es como si de alguna manera mi preocupación, de forma mágica, me ayudase. Mi estar preocupado es la herramienta a través de la cual superviso el correcto funcionamiento del mundo, y de mi vida. Los latidos de mi corazón, mis ahogos, mi tartamudez… mi salvavidas. Así, podemos intentar controlar el cambio de los semáforos, la lluvia, la subida y crecida de las mareas, mi locura, mis desmayos, mis ataques al corazón, y mi sensación de irrealidad. A veces da la impresión de que necesitamos de la omnipotencia para no darnos cuenta de nuestra fragilidad, que tanto nos asusta. Y sin embargo, podemos quedarnos con la extrañeza de Millas, y concluir que hay una inteligencia que lo controla todo, excepto mi angustia. Claro que no vamos a ser demasiado místicos, ni a hablar de otros mundos que no sean este. Pero, que las cosas funcionan, vamos, y que a veces, resulta que nuestro cuerpo es bastante mas inteligente que nosotros, dudemos de el o no.

Uno sospecha que esta clase de miedo sigue unas reglas dentro de su caos aparente, y una de ellas es que, para que aparezca, debo desear muy fervientemente que no lo haga, venerarle como un antiguo dios, procurar no molestarle. Igual que los pueblos antiguos veneraban a sus deidades con ofrendas para aplacarlas, el agorafóbico tiene su propio ritual de sacrificio. Hay lugares que el dios pan no quiere que pise, ya que si lo hace, entonces aparecerá en toda su majestuosidad, y terminara con el.

Recuerdo a un paciente que tenia un enorme miedo a morir en un ataque de ansiedad. Mi propuesta fue que nos fuésemos juntos a morir a un banco de un parque que el temía atravesar por su agorafobia. Nos preparamos en un ritual, en el que nos despedimos de todo lo conocido, nos pusimos presentables y calzoncillos limpios y nos fuimos a pasar nuestra ultima hora a un banco. Llamamos a la muerte con toda la intensidad que pudimos, pero la muerte no apareció. El hombre termino muriéndose, de risa, claro. Lo importante de esa experiencia es el descoloque absoluto de las reglas a las que hasta ahora estábamos acostumbrados, y un golpe a nuestra omnipotencia. Porque para la muerte no estaba retándonos a nosotros, no nos perseguía, no sigue las reglas de nuestro miedo.

La intención paradójica no es una propuesta milagrosa, ni algo fácil de asimilar. Uno puede entender este concepto de forma intelectual, y sin embargo puede no tomar sentido real nunca. No podemos reducirlo simplemente a tírate a la piscina, que esta fría pero no mata. Solo en muy raras excepciones, una persona es capaz de quitarse el salvavidas de golpe. En el resto de los casos, hay que ir creando en la persona puntos de apoyo alternativos porque nadie esta dispuesto a cometer un "suicidio" que va en contra de sus leyes de supervivencia, por muy neuróticas que estas sean.


fuente:Rubén casado




El doctor Ellis plantea la existencia de doce áreas o patrones de pensamiento distorsionado que son capaces de producirnos estados de ansiedad. Estas áreas nos llevan a desarrollar ideas y conceptos que evitan nuestro desarrollo personal:

1. La idea de que todo el mundo debe aceptarnos y aprobar nuestra conducta todo el tiempo.

2. Tratar de ser efectivos en todos los campos y áreas de la vida (perfeccionismo).

3. Catalogar a las personas en buenas o malas, poner etiquetas a los demás.

4. Pensar que es una catástrofe el que las cosas no hayan salido como hubiésemos querido que sucedieran.

5. La idea de que la infelicidad es el resultado de eventos y circunstancias externas sobre las que no tenemos control.

6. La idea de que debemos temer a aquellas cosas que consideramos peligrosas y que necesitamos seguir temiendo hasta que el peligro pase.

7. Creer que es mejor evitar las dificultades y responsabilidades que hacerles frente.

8. Creer que siempre necesitamos a alguien o algo más fuerte que nosotros en quien apoyarnos.

9. Creer que porque una experiencia traumática ocurrió en el pasado, esta debe influenciar o determinar nuestro comportamiento presente.

10. Creer que debemos cambiar o influenciar en las vidas de los demás, ya que lo que estos hagan o piensen debe ser importante para nosotros.

11. creer que existe solamente una solución correcta para cada problema y que si no la encontramos las consecuencias pueden ser terribles.

12. Creer que no tenemos control sobre nuestras emociones y que somos víctimas de estas sin poder controlar la forma en que nos sentimos.

Estos patrones del pensamiento distorsionado son creencias y opiniones causantes de gran parte del sufrimiento emocional que nos agobia. Debemos aprender a contrarrestar este tipo de ideas irracionales y percatarnos de cuándo las utilizamos. De esta manera evitaremos las consecuencias negativas que se desprenden de tales actitudes.

El principio o la teoría del Dr. Ellis es A, B, C, D. El elemento activador, las circunstancias externas, no son las verdaderas causantes de nuestro sufrimiento emocional, sino nuestras opiniones, los patrones de pensamiento distorsionado. Debemos estar alertas ante ellos y aprender a ser más efectivos haciéndole frente a la vida, analizando, pensando, evaluando nuestra conducta, nuestras acciones y siendo objetivos en cuanto a la forma en que reaccionamos ante las diferentes circunstancias de la vida.
fuente:mailxmail

DERREFLEXIÓN


Otra técnica desarrollada por el Dr. Frankl es conocida con el nombre de DERREFLEXIÓN y es algo parecida a la intención paradójica. El propósito de esta técnica es contrarrestar las tendencias obsesivas compulsivas que con frecuencia desarrollamos en torno a la observación personal. Muy a menudo comenzamos a concentrarnos obsesivamente en algo y mientras más pensamos, más nos obsesionamos con el problema, empeorando por lo menos mentalmente.

Tomemos por ejemplo el insomnio: mientras más nos concentramos en dormir, más trabajo nos cuesta conciliar el sueño. Cuando nos damos por vencidos, tal vez es cuando nos quedamos dormidos. En el proceso conocido como derreflexión a la persona se le pide que ignore el problema para de esta manera hacerlo más efectivo en lo que desea hacer y reducir así el nivel de ansiedad.

Frankl contrasta la forma incorrecta y correcta de aplicar estas dos técnicas que hemos analizado. Se refiere a ellas como pasividad correcta e incorrecta y actividad correcta e incorrecta. La pasividad incorrecta hace referencia a la ansiedad anticipada que hemos mencionado con anterioridad, es decir huirle al temor. La pasividad correcta hace referencia al uso de la intención paradójica, donde la persona deja de temerle a un problema sin crearse temor o ansiedad.

La actividad incorrecta consiste en pensar de forma obsesiva o compulsiva en un problema, al punto de extenuarnos mentalmente. La derreflexión es el punto correcto de actividad en esta situación, o sea, la persona ignora el problema y dirige su atención hacia otras cosas más importantes.

INTENCIÓN PARADÓJICA


Existen técnicas específicas que el Dr. Frankl ha desarrollado y utilizado con sus pacientes. Estas técnicas ayudan a la persona a poner su vida en perspectiva y a descubrir su significado. La primera de estas técnicas es conocida con el nombre de INTENCIÓN PARADÓJICA y está basada en la teoría de que en muchos casos el comportamiento inadecuado se desarrolla porque la persona literalmente le tiene miedo al miedo en sí mismo. O sea, una vez que la persona cree que cierta situación le va a crear ansiedad, comienza a sentirse extremadamente atemorizada al pensar que pueda verse envuelto en ella. Esto se conoce con el nombre de ansiedad anticipada y puede llegar al punto de paralizar a la persona.

El miedo a experimentar el miedo que ocasiona una situación específica, así como la situación en sí, crean un círculo vicioso que hace a la persona evitar su confrontación. De esta forma, será incapaz de funcionar ante la experiencia real cuando esta se presente. Al usar la intención paradójica en estos casos, la persona es llevada a la confrontación directa con la situación y de hecho se le pide que desee el encuentro con tal experiencia, que desee confrontarse con el miedo y por eso el nombre de intención paradójica. El miedo patogénico es reemplazado por un deseo paradójico con el objetivo de evitar la ansiedad anticipada. Así la persona estará más calmada y relajada y de esa manera podrá confrontarse con dicha situación de manera efectiva.

El Dr. Frankl relata la simpática historia de un paciente tartamudo que según hasta donde el podía recordar siempre había sido tartamudo, excepto en una ocasión a la edad de 12 años. En ese momento el muchacho se subió a un tranvía sin pagar y al ser sorprendido por el conductor, pensó que cuando este le oyera tartamudear le iba a tomar lástima y no le iba a expulsar del vehículo. Sin embargo, cuando el muchacho le habló al conductor lo hizo perfectamente sin tartamudear. Esa era la única ocasión que recordaba no le había sucedido.

Otro ejemplo relatado por uno de los colegas del Dr. Frankl, hace referencia a un hombre que había sufrido un ataque al corazón. Este hombre comenzó a desarrollar tal temor a que su corazón volviera a fallar, que no quería abandonar el hospital por miedo a que sucediera lo mismo y se encontrara sin atención médica. Durante uno de esos fuertes ataques de ansiedad, se le pidió que hiciera que su corazón latiera más rápidamente, que sintiera dolor en el pecho, que incrementara su nivel de ansiedad. La enfermera se marchó, lo dejó solo un rato y al regresar este le comunicó que no podía hacer lo que se le había pedido, por el contrario, se había calmado totalmente. Acto seguido, salió del hospital a caminar un rato, cosa que no había hecho antes desde hacía seis meses. En una de las caminatas sintió que su corazón comenzaba a latir de forma más rápida y se ordenó a sí mismo que latiera más rápido aún. Cuando esto no sucedió, se volvió a calmar. Pocos días después se sintió más calmado, volvió a su casa y se incorporó al trabajo.

Si una persona quisiera usar esta técnica para vencer la ansiedad de hablar en público, puede decirse a sí mismo antes de hablar: "Me voy a poner lo más nervioso posible, voy a sudar frío, voy a tener mucho miedo, voy a hacer el ridículo, me voy a sonrojar delante de la gente, mi ropa se va a empapar en sudor". Esto tendrá un efecto contrario y nos sentiremos más calmados. Es por eso que a esta técnica se le llama intención paradójica.

Según Frankl, la forma en que esta técnica encaja en la teoría del significado de la vida es la forma en que nos hace ver cómo enfocamos frecuentemente nuestra tensión sobre cosas sin importancia y exageramos fuera de proporción el posible peligro. Esto nos creará un estado de ansiedad innecesario el cual conduce a un estado de intranquilidad irracional. Muchas veces utilizamos el concepto de ansiedad como nerviosismo. Cuando se dice: Fulano está nervioso o es una persona nerviosa, casi siempre este término se refiere al estado de ansiedad. Si logramos detener esta actitud absurda y nos concentramos en aquello que es más importante, podremos erradicar las ansiedades y vivir vidas más satisfactorias, con mayor sentido de propósito y felicidad. La intención paradójica es una forma de poner en ridículo estos temores, temores insignificantes que tienen su origen en lo que conocemos como vacío existencial.
funte:mailxmail.com

La Hipocondría y el toc


La Hipocondría es un trastorno psicológico en el cual la persona desarrolla una obsesiva preocupación por su propia salud.
Siente un miedo constante a padecer una enfermedad grave que le cause la muerte.
El hipocondríaco está en continuo estado de alerta ante el menor síntoma e inmediatamente lo relaciona con una seria enfermedad.
La persona con Hipocondría no acepta que los resultados de sus estudios indiquen que no padece ninguna patología, piensa que están equivocados y que “algo” debe tener.

Pone atención en lo que come y bebe, evitando aquello que considera dañino. Si toma un medicamento, lee cuidadosamente el prospecto y al poco rato se está observando a si mismo creyendo padecer los efectos secundarios.
Cuando visita a un enfermo sale sintiendo los mismos síntomas y pensando que tiene lo mismo.
El paciente con Hipocondría tiene como tema casi exclusivo las enfermedades, cuenta a los demás sobre sus síntomas y escucha las opiniones sobre las patologías que supuestamente padece.
Es importante el nivel cultural de la persona hipocondríaca porque puede ser presa fácil de curanderos u otros grupos, que le prometan curas milagrosas para sus males inexistentes.
La Hipocondría está relacionada al Trastorno obsesivo compulsivo (TOC) a la ansiedad generalizada y a la depresión y se diagnostica luego de 6 meses con los mismos síntomas.
Generalmente afecta más a hombres que a mujeres.
Esta enfermedad no debe ser confundida con los trastornos psicosomáticos, en los cuales el paciente somatiza un conflicto psicológico, es decir, se expresa con un síntoma físico, como puede ser una contractura muscular, dolor de cabeza o de estómago.
En la hipocondría el síntoma puede ser imaginario y en caso de existir no tiene la importancia que el enfermo pretende darle.
Este trastorno le causa verdadera angustia al paciente al punto de tener grandes problemas en su vida social, laboral o personal ya que desatiende todo para ocuparse sólo de su enfermedad.

Causas de la Hipocondría
Estos vienen a ser factores que favorecen el desarrollo de la enfermedad, más que causas en si mismas.
* Muerte o enfermedad grave de alguien cercano.
* Alguna historia de error médico que lo impactó.
* Haber sufrido enfermedades en la infancia.
* Crecer en un ambiente donde se hablaba de enfermedades.
* Centrarse demasiado en si mismo.
* Inconscientemente querer llamar la atención.

Tratamientos para la Hipocondría
En estos pacientes se lleva a cabo las terapias cognitivas, para reaprender otro tipo de conductas, conocerse a si mismo para identificar los síntomas reales de aquellos que no lo son.
También debe aprender a manejar la ansiedad, lo que lleva en algunos casos a recetar alguna medicación de apoyo.

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