¿Quién no ha contado alguna vez los escalones de su casa? ¿O ha dado la vuelta para comprobar que todo estaba cerrado? ¿O ha limpiado más de la cuenta un vaso? ¿O se niega a ir a un lavabo público? Todo esto es normal hasta que se exagera de tal forma que irrumpe en la vida cotidiana; lo que desencadena el TOC, el Trastorno Obsesivo Compulsivo, una de las 10 enfermedades más invalidantes según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

'Una enfermedad psiquiátrica poco común pero de bastante invalidez', estas han sido las primeras palabras con las que el Doctor Jerónimo Saiz, Jefe de Servicio de Psiquiatría del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, ha empezado la rueda de prensa celebrada hoy en Madrid, sobre el Trastorno Obsesivo Compulsivo, la gran desconocida, tanto para los que la sufren, como para los profesionales que la tratan.

Durante un encuentro discernido en el que también se ha contado con la presencia de Susana Gómez-Lus, Medical Affarirs Lundbeck España, como moderadora; y Julio Vallejo, Jefe de Servicio de Psiquiatría del Hospital de Bellvitge e impulsor de la Asociación de Trastorno Obsesivo Compulsivo; los expertos han hablado de datos, números, porcentajes, avances, casos curiosos, posibles causas y consecuencias.

Se estima que el 1% de la población padece TOC, porcentaje que se queda corto si tenemos en cuanta que los psiquiatras aseguran que 'estos Pacientes suelen tener una actitud reservada y pasan años antes de que acudan a consulta'. Podríamos pensar que una delgada línea separa una 'obsesión' de un TOC pero es 'el comportamiento de la persona lo que determina la enfermedad'. Según ha explicado el Doctor Saiz, "una persona que padece TOC se angustia por ello, le desagradan estas obsesiones, es consciente de la exageración y lo absurdo que resulta, pero no puede evitarlo'.

Los doctores han contado casos como una persona que vivía con la obsesión de que algún día recogería un billete falso del banco, lo pasaría a otra persona sin saber que no era bueno y ésta tendría problemas con la policía por falsificación de billetes. Parece divertido, hay casos tan absurdos, exagerados e incomprensibles que rozan la parodia. Pero estos actos condicionan la vida de quienes lo padecen. Este Paciente nunca sacaba dinero del cajero, siempre iba al banco para que una persona se lo diera, fotocopiaba el billete, apuntaba el número de referencia y el nombre del trabajador. Al final, la policía tuvo que entrar en su casa a requisar toda la cantidad de papeles que había acumulado durante años.

Los síntomas tienen un inicio temprano. Los picos de edad rondan los 14 y los 22 años, aunque los Pacientes no van a la consulta hasta pasados entre ocho y diez años. Para el tratamiento, se combinan las terapias con psiquiatras y el suministro de fármacos, y para casos extremos se aplica neurocirugía.

Hay quien se lava constantemente hasta el punto de hacer saltar la epidermis de las palmas, quien se lava los dientes cientos de veces al día hasta destruir sus encías, quien vive creyendo que va a atropellar a alguien y cuando ve una sombra da marcha atrás y le cuesta horas llegar hasta casa... y así hasta un sinfín de rituales de limpieza, de comprobación, enumeración, jugar con los números de las matriculas... actividades absurdas que consumen tiempo y energía, además de generar angustia y sufrimiento en quienes las padecen.

toc de limpieza


TOC de limpieza: las personas que lo padecen sienten un gran temor a que determinados estímulos les provoquen alguna enfermedad o que les contaminen, por lo que necesitan realizar un ritual de limpieza para prevenir la infección. puede estar obsesionada con la limpieza y lavarse compulsivamente las manos; ser incapaz de permanecer en una habitación en la que no esté todo simétricamente ordenado u obsesionarse porque una mancha de la alfombra pueda ser sangre con Sida y pueda contagiarse.comienzan a dedicar cada vez más tiempo a la limpieza y todo lo que se relaciona con este aspecto les provoca un sentimiento de fuerte angustia y malestar. Estas sensaciones les llevan a limpiar y ordenar nueva y sucesivamente, porque con ello creen poder paliar el estado nervioso en que se encuentran inmersas. Con la materialización de esta acción repetitiva, consiguen un sentimiento de tranquilidad, pero solamente de carácter momentáneo, ya que, inmediatamente, cualquier atisbo de desorden o suciedad vuelve a ocasionarles la misma sensación experimentada momentos atrás.

Un proceso de estas características convierte a estas personas en esclavas de la limpieza y el orden. De modo paralelo y progresivo, los familiares se ven involucrados en el problema, viéndose afectada la convivencia en el entorno más próximo. En este sentido, es muy habitual que las personas afectadas acaben transformando sus casas en auténticos museos, con la inmediata consecuencia de que los miembros de la familia terminan por circunscribir sus actividades cotidianas a espacios como el garaje, ante la inquietud que suscita el uso de lugares más habituales, como la cocina o el comedor. Todo ello acaba deteriorando las relaciones familiares, llegándose a producir casos de familiares que evitan estar en la casa o que, incluso, llegan a abandonarla.

El tratamiento acostumbra a ser complicado, al no existir, en la mayoría de los casos, la voluntad de colaboración por parte del paciente. En ISEP Clínic, estos pacientes son tratados desde la terapia cognitiva, a través de la aplicación de técnicas de control de la ansiedad y la exposición a las compulsiones o rituales obsesivos. De este modo, se consigue retardar su aparición y romper con el círculo vicioso creado. También se enseñan a los pacientes técnicas de relajación y de reducción del estrés. Con este tratamiento, la mejora de la sintomatología suele conseguirse entre un 70% y un 95% de los casos.

las emociones


  • Las emociones cotidianas condicionan al ser humano en tal proporción que llegan a generar conductas que afectan las relaciones sociales, así como trastornos personales como son las fobias, siendo esto así por que todas las personas son propensas a padecer estas perturbaciones.

    PRIMERA PARTE

    NOTA IMPORTANTE

    Este trabajo solo pretende mostrar el diferente punto de vista de personas especializadas en el tema de las emociones y los trastornos psíquicos, trataremos un tema complejo e interesante, las Fobias, así como las posibles causas de estas.

    Ponemos en claro que nuestra investigación se basa en información adquirida de diversas fuentes, por lo que no aseguramos su completa credibilidad o actualidad.

    INTRODUCCIÓN

    Cuántas veces nos hemos sentido deprimidos, fastidiados, o incapaces de coordinar nuestras ideas!, talvez el día de ayer nos sentíamos animados, optimistas y con mucha alegría, y hoy -sin ninguna causa aparente- te sientes pesimista abúlico, irritable y fastidiado de la vida. La conciencia psicológica parece una maquina gastada, torpe y descompuesta.

    Esto, que parece tan alarmante, visto con los ojos de un endocrinólogo puede no ser mas que una pequeñísima variación en las secreciones de alguna de las glándulas internas, como la tiroides o las suprarrenales.

    Su problema se reduce a la interferencia de la máquina fisiológica con la maquina psicológica: una anomalía en el funcionamiento de aquella trae consigo notables trastornos en el funcionamiento de ésta.

    Por ejemplo, algunos hombres que en su madurez fueron perspicaces y brillantes, al llegar a la vejes se vuelven obtusos, desequilibrados y testarudos.

    Estos hechos, y muchos otros que podríamos citar, demuestran que la corriente de la vida psicológica puede ser modificada por la corriente fisiológica, en tal forma que ambas pueden ayudarse, sumando así sus potenciales, como también obstaculizarse, malgastando lastimosamente sus respectivas energías.

    Si la corriente fisiológica influye en la psicológica, no es menos notable la influencia de esta última sobre la primera.

    ¿Por qué, por ejemplo, una mala noticia acaba de postrar a un enfermo?, O, ¿por qué las preocupaciones son capaces de originar el insomnio y las ulceras gástricas?.

    La respuesta es, sola y únicamente por que la conciencia tiene un extraño poder sobre nuestro cuerpo.

    CAPITULO I

    LAS EMOCIONES O SENTIMIENTOS

    En este capitulo trataremos de explicar que son y como nos hacen reaccionar.

    Sensaciones y sentimientos: son dos cosas muy diferentes, un dolor de muela es muy diferente del dolor que se siente por la muerte del padre.

    Si un hijo mío me diera un bofetón, distinguiría muy bien entre el dolor físico, localizado en mi mejilla, y el dolor moral por la ingratitud de mi hijo.

    La depresión o decaimiento causado por una mala digestión no es igual al mismo fenómeno cuando es causado por un fracaso o por una mala noticia.

    El hambre y sed de alimentos y de bebidas no son idénticas al hambre y sed de riquezas.

    1.1 Las emociones físicas y las emociones morales (sentimientos)


    De acuerdo con lo antes citado, podemos distinguir (al menos para el uso practico) las emociones físicas, de las emociones morales o sentimientos.

    • Las primeras son causadas inmediatamente por una modificación orgánica: se reducen a las emociones cenestésicas de excitación, depresión, angustia, fatiga, pesadez, fuerza, hambre, sed, dolor corporal, etc.

    • Las segundas son causadas inmediatamente por un estado de conciencia. Siguen a una percepción sensorial o intelectual: temor, terror, sospecha, alarma, lástima, gratitud, vergüenza, rabia, nostalgia, sentimientos estéticos, alegría intelectual, etc.


    Estos son ejemplos de emociones más o menos puras: solo físicas o solo morales

    1.2 Causa profunda de las emociones

    Para adentrarnos en el tema demos un ejemplo sencillo: un ratón ve a un gato e instintivamente le tiene miedo y huye: la emoción (el miedo) es fruto del instinto de conservación.

    Veo un pastel al pasar frente a un aparador antes del desayuno, y se me hace agua la boca. Veo el mismo pastel al regresar harto de un banquete, y siento repugnancia. En el primer caso la emoción responde a la inclinación a saciar el hambre; en el segundo, a la inclinación a defender mi salud contra los excesos.

    Encuentro a un niño jugando en la calle, paso de largo indiferente: encuentra a ese mismo niño su madre y siente cien emociones incontenibles: es que para mí no significa nada especial, mientras que en su madre pone en juego hondas vivencias de ternura.

    Otro ejemplo: hago hoy una broma a un amigo y se pone a reír. Se la hago mañana y se enoja conmigo. Ayer que le hice la broma se había quedado pensativo, tratando de encontrar qué es lo que en él atrae siempre las bromas de sus amigos. Es que hoy se apoderó de la su tendencia a la simpatía; mañana se apoderara de ella su mal humor; ayer se hizo cargo de la misma su curiosidad y su afán de entenderse a sí mismo.

    Por tanto, podemos decir en la base de cada emoción está una inclinación o tendencia biológica y que, con el continuo variar de estas tendencias, varían nuestras emociones

    CAPITULO 2

    FACTORES FISIOLOGICOS Y PSICOLOGICOS

    En toda emoción hay que distinguir un fenómeno fisiológico y un fenómeno psicológico.

    • El primero consiste en los gestos, las lagrimas, los gritos, el acelerarse, o retardarse la respiración, el rubor, la palidez, el sudor la hipertensión arterial, el tartamudeo y, en general, en todas las secreciones internas y externas que se verifican aun en nuestras emociones más elevadas, por ejemplo, el detector de mentiras, usado en algunos tribunales, es un aparato eléctrico que registra los cambios fisiológicos sufridos por el sujeto como respuesta a una lista de preguntasen la que, con algunos temas neutros e inofensivos, se intercalan cuestiones relacionadas con el delito. La validez del detector queda condicionada a la habilidad de quien lo interpreta y, desde luego, la interpretación es falible.

    • El segundo fenómeno (el psicológico) consiste en la alegría, el miedo, la angustia, la ira, etc., propiamente en cuanto a estados de conciencia.


    2.1 ¿Cuál de los dos fenómenos es esencial?

    Si se nos pregunta qué es más importante o necesario para un automóvil, el motor o las ruedas, nos encontraremos en un dilema para responder. Tan esencial es el primero como las segundas.

    Muchos psicólogos se han perdido en discusiones sobre el elemento esencial de la emoción: unos afirman que es psicológico (anímico), y otros, que es el fisiológico (somático. La solución ésta en la analogía con las ruedas y el motor del automóvil.

    Ambos elementos son esenciales y necesarios.

    2.2 La naturaleza de las emociones

    ¿Huimos por que tenemos miedo o, más bien tenemos miedo por que huimos?,

    ¿Lloramos por que estamos tristes o estamos tristes por que lloramos?

    Dicho en términos generales: ¿la reacción corporal precede al fenómeno psicológico, o viceversa?

    Pues parece claro que es el fenómeno psicológico el que precede a la reacción corporal:

    Primero veo un tigre, y luego me asusto y echo a correr, primero escucho la mala noticia, y luego me abato y rompo a llorar.

    Es indudable que el sentido común no se equivoca en la apreciación de estos hechos.

    Pero hay muchos otros en el que el orden es inverso: la reacción corporal parece preceder al fenómeno psíquico.

    Pongamos algunos ejemplos:

    Si mientras estudio plácidamente en mi recámara, retumba un cañonazo, tiemblo y, al temblar, siento miedo: no hay ningún motivo serio para el miedo, pues no corro peligro, pero la descarga nerviosa que se irradia hacia todo mi organismo, produce en mi la emoción del miedo. El fenómeno fisiológico ha sido causa del fenómeno psicológico.

    Cuando usted va a hablar en publico sin estar seguro de sí mismo, trata de vencer el miedo reaccionando con energía, irguiéndose, haciendo la voz gruesa y dando manotazos en la tribuna. Es que los movimientos corporales de dominio y serenidad comunican a los correspondientes sentimientos. Lo fisiológico es causa de lo psicológico.

    CAPITULO 3

    EFECTOS NEGATIVOS DE EL ESTADO PSICOLOGICO EN EL CUERPO

    La vida si emociones seria monótona, incolora, aburrida.

    Somos emocionales cuando la vida nos coloca bajo emociones notablemente fuertes y bajo constantes bruscos: El ansia ente el desenlace del grave problema, el fracaso del sueño largamente acariciado, él jubilo ante la inesperada desaparición de los obstáculos, la ira ante las injusticias de los poderosos.

    Mucha gente sabe, por experiencia, que las fatigas y agotamientos nerviosos son los más persistentes y difíciles de reparar. Su convalecencia puede durar largos

    años.

    Pues bien, decir disturbios nerviosos es casi lo mismo que decir disturbios emocionales, pues ya vimos que la emoción, desde el punto de vista fisiológico, es una descarga nerviosa que conmueve nuestro organismo, emoción etimológicamente significa conmoción o sacudida.

    Así como la impetuosidad de una corriente de agua es tanto mayor cuanto mayor sea el dique con que se pretende contenerla, así también la fuerza de la descarga emotiva es, tanto más ruda tanto más tensas las resistencias que halla. Por eso la naturaleza nos pide que bajemos la tensión nerviosa mediante el desahogo de nuestras emociones. Y, en general cumplimos bien este oficio:

    La gente del pueblo desahoga su mal humor diciendo palabrotas.

    Un niño castigado injustamente por su padre, a quien no se atreve a rebelarse abiertamente, se desahoga maltratando a su hermanito o rompiendo con saña sus propios juguetes.

    Muchos hombres que regresan de su oficina, al cabo de una larga jornada de tensión a causa de contradicciones o reproches del jefe, descarga su mal humor en el hogar regañando y gritando a su mujer y a sus hijos.

    La imposibilidad de desahogo, debido al continuo control sobre sí mismas y a la seriedad que pretenden imprimir a cada instante de su vida, hace que muchas personas de religiosidad exaltada se tornen jansenistas, rígidas y fanáticas.

    A los que están muy afligidos por la pérdida de una persona querida, se les aconseja aliviarse llorando.

    En pocas palabras, “la alta tensión” nerviosa es tan peligrosa como la alta tensión eléctrica, y es oficio e interés nuestro disimular periódicamente con oportunos desahogos.

    Dependerá de nuestra educación civil y moral el que tales desahogos sean decentes y correcto o soeces y bajos.

    3.1¿Para qué sirven y cual es el peligro de las emociones?

    Es muy posible que alguna vez nos hemos preguntado ¿ por qué sentimos?, o tal vez, ¿para qué nos sirven las emociones?.

    Muchos creen que para nada. Que únicamente estorban.

    Que, por ejemplo la excesiva emotividad de la mujer hace que esta deba considerarse inferior al varón.

    Saben que la violencia de la disposición emocional disminuye cuando la salud aumenta, cuando la alimentación se hace más elaborada, y viceversa.

    Sienten como un problema el escaso dominio sobre las propias emociones, considerando que la inmadurez emocional es la que coloca al hombre en un estado de subdesarrollo psicológico.

    En fin, suspiran por el ideal estoico: el hombre libre de emociones: frío, apático, calculador, ¡una estatua de granito!

    Y, sin embargo, la naturaleza no se equivoca. Todo lo que hace tiene su porqué.

    Las emociones no son tan necesarias como los instintos y tendencias a los que responden.

    No nos defenderíamos suficientemente de los peligros, si no nos aguijoneara la emoción del miedo.

    Caeríamos en mil acciones torpes si no nos contuviera la vergüenza.

    Nos dejaríamos vencer por los obstáculos si no fuera por la audacia, la esperanza y el optimismo.

    La voluntad de curar, el amor a la vida, la fe en su propia misión, constituyen una inapreciable medicina para un enfermo grave.

    Pero falta el otro lado de la moneda.

    Por cuanto sea buen estímulo, la emoción esta muy lejos de ser buena consejera, por que suele ser una reacción muy exagerada:

    • La audacia: Sirve para ayudarnos a vencer dificultades, pero ¡cuán a menudo degenera en testarudez, imprudencia y temeridad!

    • La cólera: Sirve para suscitar sentimientos de defensa, pero… también nos lleva más allá de lo debido.

    • El miedo: Sirve para suscitar nuestro instinto de conservación, pero ¡cuantas

    a veces paraliza nuestros mejores recursos! …

    A base principalmente de razón y de voluntad, debemos controlar y canalizar nuestras emociones, tratando de secundar y de desarrollar las que son dinámicas e impregnadas de optimismo, y dejando morir de inanición a las que nos llevan a la

    pasividad y al pesimismo.

    CAPITULO 4

    LAS DOS EMOCIONES FUNDAMENTALES

    Las siguientes emociones: angustia, ira, miedo, depresión, fatiga, debilidad, desesperación, odio, tristeza, son afecciones desagradables: nos causan dolor.

    Por el contrario, el optimismo, la gratitud, el amor, la esperanza, etc., son

    emociones agradables: nos causan placer.

    Todos nuestros fenómenos afectivos pueden reducirse a una de estas dos categorías: placer y dolor, tanto físicos como morales.

    Nuestra vida no es mas que un girar sobre estos dos ejes, o más bien, un continuo, pero vano, aferrarnos al placer que, apenas asido por un momento, se nos suele escapar de la mano con la agilidad de una anguila.

    4.1 La emoción más radical

    ¿Cuál es la nota dominante en la vida de un hombre normal? ¿El placer o el dolor?

  • Los pesimistas dicen que el dolor. En efecto:

    La vida es un continuo esfuerzo, un continuo luchar contra obstáculos. Y chocar contra obstáculos es sufrir.

    La vida es una continua inquietud. Y la inquietud, esta hecha de insatisfacción, es decir, de penas físicas y morales.

    La vida es un continuo desear. Y quien desea es por que esta privado de algo. Y la privación hace sufrir.

  • Pero seremos más realistas si somos más optimistas:

    No es cierto que la vida sea continua inquietud, ni es cierto que todos nuestros esfuerzos y nuestros deseos sean dolorosos. El deportista goza con sus esfuerzos musculares; el que fabrica castillos en el aire, goza con sus deseos irrealizables…

    La cenestesia trabaja incesantemente para avisarnos si todo marcha bien en nuestro organismo, tanto que, por su misma monotonía, ya no reparamos en ella: la advertimos solo cuando algo anda fallando. Pero esto ultimo es el caso excepcional y anormal, no la regla ordinaria.

    Por tanto, si a alguno hubiera que dar la precedencia, este seria el placer no el dolor.

    Pero parece más equilibrado no pronunciarse a favor de ninguno, y admitir que tanto el placer como el dolor son las formas originarias de nuestra emotividad y los dos polos sobre los que gira la vida humana.

    4.2 Placer y dolor. ¿Qué lo causa?

    Si me pincho el dedo con un alfiler, es obvio que la causa inmediata de mi dolor es el alfiler.

    Pero puedo indagar también cuál es la causa última (filosófica) de este dolor; el motivo profundo por el cual el ser humano percibe dolor y, respectivamente, placer.

    Orientarán la respuesta las consideraciones que siguen:

    ¿Por qué él tener que atravesar corriendo un patio, causa placer al niño y molestia al anciano?, ¿Por qué los alimentos más sabrosos son intolerables al que tiene una fiebre de cuarenta grados?, ¿por qué a un rico, acostumbrado a viajar siempre en automóvil de lujo, y venido hoy a menos, le duele hasta el alma tener que viajar en Metro?

    La respuesta es sencilla:

    Causa placer toda actividad (o pasividad) que satisface alguna de nuestras inclinaciones; y ya sabemos que nuestras inclinaciones corresponden a nuestros impulsos y necesidades biológicas, tanto naturales cuanto artificiales.

    Causa dolor toda falta de armonía ente nuestras inclinaciones y lo que hacemos o nos hacen; todo conflicto de instintos entre sí o con las realidades externas.

    Por eso al rico del automóvil le causa dolor el ir en metro. Esto va contra la inclinación a la comodidad, creada artificialmente.

    Por eso un paseíto a pie causa placer, pero una caminata es dolorosa. En el primer caso satisfacemos nuestra inclinación a movernos; en el segundo, pasamos la medida justa… y la naturaleza protesta.

    Ya decía Aristóteles que el placer es el acompañante nato del acto perfecto.

    De todo acto perfecto y solo del acto perfecto.

    El placer y el dolor dependen de nuestras inclinaciones, y éstas de nuestros impulsos y necesidades biológicas, y estas, a su vez, varían constantemente, no podía ser de otro modo: somos, por constitución, variables y antojadizos.

    Por si fuera poco, nuestra civilización del siglo XX que tantas necesidades artificiales nos han creado, ha contribuido no poco a hacernos más difícil el problema de la felicidad.

    4.3 La finalidad del dolor y el placer

    El dolor de muelas me lleva al dentista, y el dentista me cura. La función del dolor es, avisarme oportunamente sobre un peligro para mi salud.

    De la misma manera, el disgusto que me causa un alimento alterado, me advierte el peligro.

    El dolor que me causa el frío del invierno, me obliga a cubrirme y en esta forma, a defender la integridad de mis tejidos y la regularidad de mis funciones.

    El placer que experimenta el niño al moverse, lo lleva a desarrollar debidamente sus órganos y sus miembros.

    El placer de la mutua atracción de los sexos, garantiza la propagación de las especies biológicas.

    El alimento que se toma con más gusto, es por lo general, el que mejor se digiere.


    Entonces la finalidad del placer y el dolor es indicarnos lo que nos conviene y lo que nos es dañoso: es la voz de la naturaleza que nos incita a llevar al cabo los actos convenientes a nuestra vida, y que nos aparta de la que habría de redundar en nuestro mal.


    Hay que notar, que lo que advertimos de la finalidad de la emoción en general, se aplica por derecho al dolor particular: no hay que fiarnos de ellos como si fueran infalibles guías seguros. Podrían engañarnos.

    A menudo nos será muy doloroso tomar una medicina o someternos a una operación que van precisamente encaminadas a devolvernos la salud. Por el contrario, el borracho encuentra placer en actos dañosos a su organismo; el canceroso tiene por largo tiempo la sensación de bienestar; el glotón no siempre se da cuenta de los perjuicios que se causa, etc.

    Es que la naturaleza quiere, por medio del dolor y del placer precavernos contra los peligros más comunes, pero no contra todos los peligros.

    Quiere que se conserve la especie humana, y las varias especies animales, pero no parece importarle que perezcan los individuos.

    Por eso no nos dio en el placer ni en el dolor (ni en ninguna otra cosa) una guía que sirve para precaver las causas de la destrucción y de la muerte.


  • Miedo a perder el control


    El temor a perder el control sobre el propio pensamiento, conducta o impulsos, es frecuente en los trastornos de ansiedad . En cierto modo, este sentimiento, o pre-sentimiento, es consubstancial a la experiencia de ansiedad elevada. Si la ansiedad guarda relación, como hemos señalado en otros documentos de la web, con la percepción del sujeto de verse desbordado, respecto de su capacidad y recursos, por las demandas y exigencias del medio (externo o interno), es natural que dicha experiencia se equipare a pérdida de control sobre uno mismo o sobre el medio: cuando tenemos una dificultad pero es asumible, nos consideramos con los recursos, apoyos, y capacidad para hacerla frente, decimos, en términos coloquiales, que “tenemos un problema, no está resulto, pero está controlado”. Si, por el contrario, nos vemos excedidos o desbordados decimos que “tenemos un problema, no esta resuelto, ni bajo control”, es decir nos sentimos a merced de las circunstancias.

    Es probable que la ansiedad altere la ejecución de repertorios de conducta, incluso algunos que normalmente "salen solos" sin que medie la conciencia en su producción, ya sea por tratarse de respuestas autónomas, o bien automatizadas tras un proceso de aprendizaje y entrenamiento: la articulación y fluidez del habla, la atención y concentración, la respuesta sexual, la conciliación del sueño, etc. La percepción de dichos “fallos”, crea dudas en la persona que los experimenta sobre su adecuada regulación y produce desconfianza sobre el normal y correcto funcionamiento de sus funciones y facultades.

    En algunos casos, la ansiedad genera, como parte de sus síntomas y manifestaciones, una sensación de extrañeza e irrealidad, como si estuviéramos viendo la realidad a través de un cristal o “como en una película” , como si nos sintiéramos ajenos a nosotros mismos (despersonalización) o al entorno (desrealización).

    Del mismo modo que la sobre-preocupación por la salud física lleva a la vigilancia y observación de diferentes funciones y manifestaciones fisiológicas, el temor a perder el control lleva a la auto-observación y seguimiento de nuestro pensamiento, la ejecución de actividades y sus posibles efectos.


    El temor a volverse loco

    En algunos casos, ese sentimiento de descontrol, desorden o irrealidad, se equipara a la idea de trastornarse o volverse loco. En casos extremos este miedo está en la base de las llamadas “fobias de impulsión”, que se caracterizan por la percepción de un alto riesgo de perder la cabeza, trastornarse, en un momento dado y, como consecuencia, hacer algo grave e irreversible, como tirarse desde al balcón, , hacer daño a niños u otras personas con cuchillos, o de otras formas, empujar a alguien al tren o a la calzada al paso de los coches, etc. La presunción de que podría trastornarse, lleva al individuo a estar especialmente alerta y evitar aquellas circunstancias (balcones, jugar con niños pequeños, etc) dónde, si se llegara a perder la razón, las consecuencias fueran más graves e irreversibles. No es que tenga intención de hacerlo y haya de vigilarse para impedirlo (como a veces piensan los propios pacientes). Todo lo contrario: lo último que quisieran que pasase en el mundo es eso, y por ello, quieren estar advertidos y prevenir los riesgos para que ni siquiera en un supuesto “momento de locura” pudieran hacerlo. Digamos que en cierto modo, se ha dado al cerebro la orden de que no se olvide de ese riesgo –por otro lado absolutamente inexistente-, y dispare las alarmas cuando las consecuencias de la supuesta perdida de la razón pudieran ser extremas.. En consecuencia, el sistema de avisos y advertencias asociado al mecanismo de la ansiedad hace que vengan reiteradamente al pensamiento imágenes o ideas al respecto, muy particularmente cuando estamos frente a circunstancias más críticas (presencia de cuchillos, alturas, etc). Estos pensamientos, que confunden e importunan al individuo, son efecto de extremados sistemas de prevención, sin embargo son tomados por el sujeto como si fueran impulsos internos o pensamientos perversos que les llevarán a hacer lo que no quieren. Aunque no tienen nada que ver, muchas pacientes interpretan estos fenómenos como indicadores de estar sufriendo, o llegar a sufrir, trastornos mentales de tipo psicótico, como esquizofrenia. Es imposible volverse loco como consecuencia de crisis de pánico u otros trastornos de ansiedad.

    fuente:clinica de ansiedad

    HOCD


    Este es un enlace a una página en inglés, escrita por el Doctor Penzel, que es una especialista en TOC y en particular de este tipo de obsesiones.

    http://www.homestead.com/westsuffolkpsych/am_i_gay.html

    A continuación, paso a escribir lo más relevante de ese artículo para la gente a la que se le haga pesado tanto inglés.

    Este tipo de obsesiones, puede también ir acompañado por compulsiones mentales y/o físicas, para tratar de aliviar la ansiedad producida por tan indeseados pensamientos.

    Las compulsiones más comunes son: comprobaciones (sobre todo comprobaciones mentales), cuestionarse de manera compulsiva y la evitación.

    Dentro de las comprobaciones más comunes destacan:

    - Mirar a hombres o mujeres atractivos o fotos, para comprobar si uno se siente sexualmente atraído por ellos.
    - Observarse mientras uno se comporta heterosexualmente para ver si realmente está disfrutando.
    - Observarse para ver si se parece, se habla, se camina o se actúa como alguien que es gay.
    - Volver a ver (recordar) compulsivamente y analizando, situaciones en las que se estaba con otros hombres o mujeres para ver si se actúa como alguien gay o se actua sexualmente hacia alguien del mismo sexo.
    - Comprobar las reacciones de los otros para determinar si se está o no actuando apropiadamente o si le están mirando de manera extraña.


    Estar continuamente comprobando produce una paradoja. El nerviosismo puede provocar que uno no se excite cuando está con las personas de distinto sexo, lo cual puede llevar directamente a pensar que uno es gay.

    También puede ocurrir que el afectado no deje de preguntar a las personas cercanas preguntas del tipo: ¿Crees que soy gay? ¿Te parezco gay? ¿Cómo puedo saber si realmente soy gay?
    Estas preguntas no tienen fin y ninguna respuesta es suficiente para calmar al obsesivo.

    Entre las situaciones que se evitan se encuentran:

    - Evitar permanecer cerca de personas del mismo sexo.
    - No ver ni leer nada relacionado con la homosexualidad o cualquier tema gay.
    - No decir las palabras "gay", "homosexual", "lesbiana" o cualquiera relacionada.
    - Evitar parecer afeminado si se es un hombre o masculina si se es una mujer.
    - No hablar sobre cosas relacionadas con temas gays con nadie.

    Como para la mayoría de tipos de TOC, la exposición es la técnica que mejor funciona para poder avanzar y mejorar.

    Para el HOCD como escriben los ingleses, HTOC que vamos a escribir a partir de ahora aquí en el foro para abreviar, hay ciertas exposiciones que se pueden hacer.

    Cuando uno realiza estas exposiciones es inevitable sentir un tremendo aumento de la ansiedad pero luego, al "acostumbrarse" a la situación temida, tiende a reducirse un poco.

    Pero lo mejor de esta exposición es que con el tiempo se irá sintiendo menos ansiedad antes las situaciones que antes causaban ansiedad elevada o extrema.

    Algunos ejemplos de exposición son:

    - Leer libros y ver películas sobre gays, temas gays o cualquier cosa relacionada con el tema.
    - Pasearse por zonas gays de las ciudades.
    - Ponerse una camiseta que ponga "Soy gay". (Esta me parece un poco extrema).
    - Vestir ropas que hagan parecer afeminado a un hombre (jersey rosas por ejemplo) o masculina a una mujer (pantalones de pinzas).
    - Mirar fotos de personas atractivas del mismo sexo y calificarlas según su atractivo.
    - Permanecer al lado de personas del mismo sexo.


    Cualquier otra cosa que se pueda ocurrir es bienvenida de formar parte de la terapia de exposición.

    Una recomendación es que se trate, en la medida de lo posible, de no evitar aquello que pone ansioso. Es decir, si yo evito salir de fiesta porque hay muchas chicas monas, debo de forzarme a salir para ir exponiéndome a mis temores y ver que no ocurre nada, que no voy a volverme homosexual de repente.

    fuente: avellana www.webtoc.org

    pautas para sobrevivir a el toc

    por mas que he buscado en la red no he encontrado las pautas para sobrevivir a el toc alguien las conoce ? por que entras en foros, y lees a alguien que no conoces y es como si estuvieses hablando tu en primera persona. pero eso no te hace sentir aliviad@ ni tranquil@ y te sigues sintiendo tan sol@ como al principio. te compras tres libros sobre el tema y los lees de cabo a rabo y cuando terminas los vuelves a leer por si se te a pasado la pagina donde estaba la formula de la mejoría. todas las paginas que lees por la red dicen casi lo mismo no vas a morir pero vas a sufrir hasta desear la muerte en muchas ocasiones. el temor a volverte loc@ no te lo quita nadie el sentimiento de que no eres tu no te reconoces en esas fobias ni en esas obsesiones y recuerdas cuando no las tenias y piensas es solo un pensamiento no soy yo pero la angustia y la opresión en el pecho es real te desahogas llorando a solas para que no te vean en casa llorar. y deseas que todo sea una pesadilla de la que en cualquier momento despertaras pero sabes que no es así no pasara continuaras sin despertar hasta que la ciencia sea capaz de dar una explicación y una solución mas allá de las tiritas y los parches para el toc y para entonces quizás para muchos de los que hoy lo padecen ya sea tarde de momento mas del 50% de la solución esta en las pastillas de colores. y el resto cosecha propia de cada cual. así que tendremos que seguir buscando estrategias y reinventando día a día nuestras pautas para sobrevivir a el toc

    Jerrie Ledford sabía que se preocupaba demasiado. Se preocupaba por sus hijos. Se preocupaba por viajar. Incluso se preocupaba por preocuparse. "Toda mi vida, la gente me ha llamado una preocupona," dice la madre de dos hijos de Tennessee. "Pensaba que eso era sólo la forma en que era."

    Miedo, ansiedad y estrés - tales como los exhibidos por Ledford - son todos componentes de la preocupación. Bill Crawford, PhD, autor de All Stressed Up and Nowhere to Go, define la preocupación como prever que algo malo puede pasar en el futuro.

    "Hay una diferencia entre 'conciencia' y 'preocupación,'" dice el Dr. Crawford. Compara la conciencia con la luz roja en la defensa del carro; a ninguno le agrada ver la luz parpadeando, pero puede apreciar el mensaje, conforme lo motiva a tomar acción para manejar o evitar un problema. Compare eso con la preocupación, la cual el Dr. Crawford dice que implica agonizar sobre las situaciones acerca de las que se tiene poco control.

    ¿Una bendición disfrazada?

    La preocupación es definida típicamente en términos negativos. No obstante, a cierto nivel no sólo es normal, sino de hecho útil. "El ser capaz de preocuparse sabiamente es muy útil y adaptable", dice el psiquiatra Edward, MD, autor de Worry: Hope and Help for a Common Condition . De hecho, la gente con una ausencia completa de preocupación puede parecer calmada, fresca y serena. Más probablemente, empero, ellos están en negación, dice el Dr. Hallowell, y pueden "meterse en muchos problemas" al ignorar las señales de peligro.

    "La preocupación es el sistema de alarma de la naturaleza. Es como la presión arterial," añade - necesita un poco para estar vivo y saludable. Es cuando la alarma se dispara sin ninguna razón o el nivel permanece demasiado alto durante mucho tiempo- lo que el Dr. Hallowell llama "preocupación tóxica" - lo que ocasiona los problemas.

    Reacciones químicas en el cuerpo

    La preocupación causa una reacción química en el cuerpo, desencadenando la liberación de hormonas del estrés que lo preparan para responder a una situación peligrosa para combatir o escapar. Con la preocupación, empero, los peligros son frecuentemente imaginados más que percibirse como reales. Como resultado, explica el Dr. Crawford, "tenemos nuestro cuerpo en su modo hiperactivo, pero no estamos haciendo nada."

    No sólo ha desperdiciado su tiempo y energía, también ha desatado químicos que pueden interferir con otros procesos corporales, tal como el sistema inmune, y de hecho obstaculizar su capacidad para actuar efectivamente. "Virtualmente cada sistema en el cuerpo es afectado por la preocupación tóxica," dice el Dr. Hallowell. "Es muy destructivo."

    ¿Quienes son los preocupones?

    La preocupación frecuentemente es un comportamiento aprendido, "A la mayoría de nosotros se nos enseña a preocuparnos. A algunos se les enseña a preocuparse mucho y algunos otros a preocuparse poco," dice el Dr. Crawford. Otras personas empiezan a ser más preocupones después de que ocurre un trauma en la vida,volviéndolos temerosos de que el incidente vuelva a repetirse. Y una porción de la población, dice el Dr. Hallowell, está predispuesta al comportamiento; "hay definitivamente un factor genético. Algunas personas nacieron para preocuparse y está en sus genes."

    Cruzando la línea

    Así que ¿sabe cuando su preocupación ha cruzado la línea? "Cuando lastima," contesta el Dr. Hallowell. Necesita ver de cerca las fuentes de su preocupación cuando le impide hacer lo que quiere, tomar decisiones, o vivir tan plenamente como le gustaría.

    ¿Es un trastorno de ansiedad?

    La preocupación crónica y sin revisión puede indicar una afección subyacente, tal como trastorno de ansiedad generalizada (GAD, por sus siglas en inglés) o trastorno obsesivo-compulsivo (OCD, por sus siglas en inglés). En sus extremos, ambos trastornos se caracterizan por la preocupación sin razón que es tan severa que puede impedir que los que la padecen dejen de funcionar en la vida cotidiana.

    Hay algunas diferencias importantes entre los dos, dice Justine M. Kent, MD, psiquiatra asistente en el New York State Psychiatric Institute y profesor asistente de psiquiatría clínica en Columbia University. Aquellos con GAD - un estimado de 3-5% de la población - usualmente demuestran un patrón de vida de preocupación crónica sobre agentes de estrés comunes y cotidianos tales como la salud, el trabajo y la familia, pero a un grado insoportable. La gente que sufre de OCD, alternativamente, tienen pensamientos persistentes y penetrantes concentrándose en un área particular, tal como preocupación excesiva sobre gérmenes, dice el Dr. Kent. Los que tienen OCD frecuentemente dependen de rituales tal como lavarse las manos repetidamente.

    Si piensa que puede tener un trastorno de ansiedad, "el primer lugar para empezar puede ser su médico general o su internista," dice el Dr. Kent. Una combinación de terapia y medicamentos ha demostrado ser efectiva en reducir la ansiedad.

    ¿Qué hago ahora?

    Si no está sufriendo de un trastorno de ansiedad pero quiere minimizar su preocupación, el Dr. Crawford sugiere examinar el grado al que usa la preocupación -o miedo- como motivador. Por ejemplo, si usa la preocupación para motivarse a sí mismo a dar lo mejor de sí en el trabajo, vuelva a concentrarse en los premios en lugar de en los castigos; imaginar qué bien se sentirá al ser promovido más que cuán mal se sentirá si no la consigue.

    El Dr. Hallowell también tiene recomendaciones concretas para desterrar la preocupación.

    • Nunca se preocupe solo
    • Tener contacto con otra persona y compartir sus preocupaciones frecuentemente es la mejor forma de combatir la preocupación incesante.
    • Consiga los hechos
    • "Muchas veces, la preocupación está basada en una falta o mala información," dice. Simplemente recolectar datos puede ayudarle a desarrollar un plan de acción o incluso decidir que no necesita preocuparse después de todo.
    • Haga un plan de acción
    • Al hacer un plan, asume el control de la situación. "La preocupación ama una víctima pasiva," explica. "Entre más se ponga bajo control y reduzca su vulnerabilidad, menos preocupación tóxica sentirá."

    Los factores físicos tal como dormir lo suficiente, comer adecuadamente y ejercitarse también hacen una gran diferencia en la cantidad de preocupación que experimenta. Cuando su cuerpo se agota, usted es más susceptible de dejar que su mente se deje llevar. La oración y la meditación también pueden ayudar a calmar los pensamientos fugitivos, dice el Dr. Crawford. Si ninguno de estos métodos es útil, el siguiente paso es consultar con un profesional .

    Aunque no es fácil romper el hábito de preocuparse, es posible - dependiendo de qué tan duro esté dispuesto a trabajar. Dice el Dr. Crawford, "He visto a gente que hacen cambios sorprendentes. Depende de qué tan importante sea para ellos."