Aléjate de las obsesiones

La mejor forma de poner límite al pensamiento es actuar. El modo más eficaz de parar las ideas repetidas que se generan dentro de un círculo vicioso es el obrar. La reflexión en orden a la prudencia es una virtud, sin embargo, el pensamiento que contribuye a alimentar una obsesión es una carencia. Si en algún momento sientes que estás dando vueltas a algo sin encontrar una solución quizá deberías dejar de centrarte en ese asunto. O si estás pensando en aquello que en realidad no depende de ti también deberías alejarte mentalmente de esa idea cuya solución no está al alcance de tu voluntad. La obsesión te aleja del momento actual y te impide concentrarte en aquello que te de verdad importa.

Nadie puede conocerte tan bien a ti mismo como tú especialmente a este nivel ya que nadie tiene el poder de atravesar tu inteligencia y analizar tu mundo ideal de conceptos y esquemas. Por esta razón, si sientes que existe alguna obsesión que limita tu vida toma conciencia de tu enorme poder para controlarla a través de la acción aprendiendo incluso a convivir con ella. Es decir, puede que te cueste erradicarla de raíz, sin embargo, habrá algo que siempre podrás hacer: actuar a pesar de ella. Moverte a pesar del miedo que puedas sentir. Conforme vayas actuando y compruebes que no pasa nada y que la mayoría de las obsesiones son sólo ideas negativas que no tienen alcance en la realidad entonces dejarás de tenerlas en cuenta.
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