El “yo” consumista, el subconsciente y la felicidad


Muchas personas no se sienten bien consigo mismas, la felicidad se les escapa o la losa de la monotonía no se separa de sus espaldas. Vivir es una difícil tarea sin libro de instrucciones, la realización del ser humano y su complejidad no es algo que haya pasado desapercibido en el mundo de la empresa, de hecho darse cuenta de eso es quizá la revolución más importante que se ha producido en la industria del consumo. “Si compras este producto serás más feliz, atractivo y aumentará tu estatus”. Numerosos productos tratan de dar respuesta a nuestras necesidades emocionales, ligando la compra a una mayor felicidad y al consumismo como respuesta a una vida no del todo satisfactoria.
Esta idea de marketing que hoy estamos cansados de ver por todas partes, aunque no seamos capaces de percibirlo siempre de forma lógica y de ahí que siga funcionando y siendo usado, tiene unas raíces e implicaciones más profundas de lo que a priori pueda parecer. Por ello me gustaría presentarles un documental [1] que me ha parecido muy interesante al respecto narrando los orígenes de este tipo de actuaciones, su evolución y la importancia de la psicología humana.

Este cuento comienza con Freud y el análisis del subconsciente, el maestro del psicoanálisis pudo comprobar que tenemos una parte oculta en nuestra mente, no racional y que puede tener comportamientos impredecibles al ser guiada por el instinto. Creía que estas fuerzas, de no ser controladas, podrían ser muy peligrosas.

Pero es otro miembro de la familia Freud quien aplicaría estos conocimientos a la empresa y el marketing, su sobrino Edward Bernays, a quien muchos consideran el padre de las “relaciones públicas”. Fue él quien puso en práctica la genialidad de vincular productos con sentimientos y emociones en la primera mitad del siglo pasado en Estados Unidos, demostrándose mucho más útil para vender que “atacar” a la lógica de la persona.

El poder y el éxito de las ideas de Edward fue tal que pronto se convirtieron en la base del control de masas, siendo usadas por empresas pero también por gobiernos. Sus ideas fueron revolucionarias no solo por conseguir que la gente comprase un producto en lugar de otro, en realidad lo más asombroso es que las personas pueden llegar a comprar productos que no necesitan en absoluto si se les hace creer que eso satisfará sus emociones. No es necesario que lo haga, solo que la gente lo crea. No lo necesitas, pero te sentirás mejor.

Al final de la primera guerra mundial el mundo empresarial tenía una seria preocupación, la producción en cadena amenazaba con fabricar todo lo que la gente necesitaba, creían que llegaría un punto en donde todo el mundo tendría de todo y dejarían de vender. Fue ahí cuando llegó el cambio y las ideas del Sr. Bernays, las grandes corporaciones acordaron trasformar la sociedad americana “de una cultura de necesidades a una de deseos”. Nace el consumismo y la “american life”. Nacen los anuncios con famosos, los productos en películas o el asociar los coches a la masculinidad. “No lo necesitas, pero es una forma de expresarte, de definir tu personalidad”. Años 20, Edward triunfa.

De este proceso al final subyace que las masas “son estúpidas”, eso creía nuestro protagonista, que empezar a fumar para parecer “cool” no tiene sentido. Pero se hace, como comprar objetos para mostrar estatus o buscando la felicidad. De forma que el debate se traslada del consumo al ¿se puede confiar en las decisiones de las masas? Con extrapolaciones tan importantes como la legitimación de la propia democracia, debate que abarca el documental e inclusive como se hizo marketing de ideas como “democracia = capitalismo” o “libre mercado = progreso” para luchar ideológicamente contra el New Deal.

El tema no es baladí porque, si las masas no son capaces de escoger correctamente, los pilares de la democracia se tambalean y habría que debatir sobre el autoritarismo o si la tecnocracia puede ser más efectiva. Para algunas personas lo que vemos justifica que “una élite” tome ciertas medidas de control para evitar graves consecuencias, en el documental se habla por ejemplo sobre el ascenso de Hitler al poder y si el control es aceptable para evitar algo así.

No obstante, a pesar de lo interesante de la discusión y de los innumerables argumentos que puede suscitar, me gustaría terminar con la parte más puramente económica. ¿Si las decisiones que se toman colectivamente pueden ser erróneas, y fácilmente manipulables en muchas ocasiones, funciona el libre mercado? El argumento más básico y primario de éste es que los agentes reciben la información y con ella toman decisiones mejor que nadie, permitiendo el progreso de las buenas ideas e iniciativas para la sociedad. Si los consumidores son manipulados para tomar una decisión ¿por qué los agentes económicos iban a escoger lo correcto?

Dejo estos temas sobre la mesa y me despido con una simple reflexión. A veces las personas tomamos decisiones correctas, a veces nos equivocamos. A veces aplicamos la lógica y a veces nos manipulan. Creo que por ello el gobierno tiene un papel en la sociedad, otra cosa es lo participativo que debe ser, que he ahí el “archidebate” económico de siempre. Por otra parte nadie garantiza que la democracia sea el mejor sistema, las malas elecciones en ocasiones se producen, aunque creo que de lo que conocemos es probablemente lo que más se le acerca. Sean felices, y si es por causas ajenas al consumo mejor, ya que la verdadera felicidad está en las pequeñas cosas. Algunas ni se ven.




http://www.cotizalia.com/perlas-kike-vazquez/2011/consumista-subconsciente-felicidad-20110526-5483.html
fuente:Las Perlas de Kike, Kike Vázquez
LA VASIJA AGRIETADA



un cargador de agua de la India tenía dos grandes vasijas que colgaban a los extremos de un palo y que llevaba encima de los hombros. Una de las vasijas tenía varias grietas, mientras que la otra era perfecta y conservaba toda el agua al final del largo camino a pie, desde el arroyo hasta la casa de su patrón, pero cuando llegaba, la vasija rota solo tenía la mitad del agua.


Durante dos años completos esto fue así diariamente, desde luego la vasija perfecta estaba muy orgullosa de sus logros, pues se sabía perfecta para los fines para los que fue creada. Pero la pobre vasija agrietada estaba muy avergonzada de su propia imperfección y se sentía miserable porque solo podía hacer la mitad de todo lo que se suponía que era su obligación.


Después de dos años, la tinaja quebrada le habló al aguador diciéndole: -"Estoy avergonzada y me quiero disculpar contigo porque debido a mis grietas solo puedes entregar la mitad de mi carga y solo obtienes la mitad del valor que deberías recibir."


El aguador apesadumbrado, le dijo compasivamente: -"Cuando regresemos a la casa quiero que notes las bellísimas flores que crecen a lo largo del camino." Así lo hizo la tinaja. Y en efecto vio muchísimas flores hermosas a lo largo del trayecto, pero de todos modos se sintió apenada porque al final, sólo quedaba dentro de sí la mitad del agua que debía llevar.



El aguador le dijo entonces -"Te diste cuenta de que las flores sólo crecen en tu lado del camino?. Siempre he sabido de tus grietas y quise sacar el lado positivo de ello. Sembré semillas de flores a todo lo largo del camino por donde vas y todos los días las has regado y por dos años yo he podido recoger estas flores para decorar el altar de mi Madre. Si no fueras exactamente como eres, con todo y tus defectos, no hubiera sido posible crear esta belleza."



Cada uno de nosotros tiene sus propias grietas. Todos somos vasijas agrietadas, pero debemos saber que siempre existe la posibilidad de aprovechar las grietas para obtener buenos resultados. Uno no deja de reír por hacerse viejo, se hace uno viejo por dejar de reír.


¿La genética determina la elección de los amigos y la pareja?

Flavia Vanesa Scarso

La familia no se elige, pero los amigos sí, vieja frase popular que ahora la ciencia pone en duda.

Según un reciente estudio, los amigos no se eligen por intereses comunes como se pensaba hasta ahora, sino por una cuestión de genética: Tendemos a relacionarnos con personas parecidas a nosotros genéticamente, al contrario sucede con la pareja, buscamos personas diferentes genéticamente.

Esta hipótesis podría explicar por qué a menudo sentimos rechazo o atracción por la gente que conocemos de forma instintiva. De forma que no solo tenemos similitudes genéticas con nuestros familiares, sino que también elegimos a nuestras amistades en función de las características contenidas en su ADN. Tenemos vínculos genéticos tanto con la familia como con los amigos.
Los estudios realizados

Un grupo de científicos de la Universidad de California en San Diego, Estados Unidos, asegura que la genética juega un rol importante en la determinación de nuestras amistades. El estudio, publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), demuestra que las personas establecen amistad con aquellos con quienes tienen características genéticas similares.
Trastorno obsesivo compulsivo




El trastorno obsesivo-compulsivo o TOC está clasificado dentro de los trastornos de ansiedad según el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. Como el nombre del trastorno indica, su principal manifestación es la de obsesiones y/o compulsiones recurrentes, que provocan un malestar clínico significativo, representan una pérdida de tiempo importante e interfieren con la rutina diaria de la persona, sus relaciones laborales o su vida social. Sus preocupaciones suelen ocasionar una disminución del rendimiento en actividades o tareas que requieren concentración.

Algunas características que mantienen las personas con TOC son las de evitación, indecisión, culpa, gran responsabilidad, duda patológica, lentitud y excesivo control.

Muchos pacientes consultan años después de haber iniciado el trastorno, ya que sus síntomas no se habían considerado anormales, sino que lo asocian simplemente a rigidez o a su perfección; en otros casos más extremos, en algún momento la persona reconocerá que estas obsesiones y compulsiones son exageradas o irracionales. Debe descartarse que los síntomas no sean debidos a otro trastorno y que no sea producido por alguna enfermedad médica o por un medicamento o sustancia.

Pero, ¿qué son las obsesiones y las compulsiones?:

Las obsesiones son pensamientos, impulsos o imágenes que son recurrentes, persistentes, intrusivas e inapropiadas que provocan malestar, miedo o culpa. Ante las obsesiones se realizan, de forma forzada por uno mismo, diferentes comportamientos o actos mentales llamados compulsiones, que son innecesarios, repetitivos, excesivos y en el que se pierde mucho tiempo, para evitar o reducir el malestar que le supone a la persona o para prevenir alguna situación o acontecimiento temido. Estas compulsiones se suelen ritualizar, y se distinguen cuando se tienen que realizar una serie de tareas al realizar la compulsión.

Las obsesiones más frecuentes son:

-Suciedad, contaminación y enfermedad (obsesiones nosofóbicas): pensar en ensuciarse o contaminarse y causar así una enfermedad

- Agresión (fobia de impulsión): temer agredir a otras personas o a uno mismo

- Estar en peligro/comprobación (dudas obsesivas): pensar en que se está en peligro a causa de alguna imprudencia que se teme cometer; no estar absolutamente seguro de si se ha realizado una tarea, el error sería fatal

-Sexualidad: angustiarse ante impulsos de desnudarse, de su orientación sexual, besar a alguien en contra de su voluntad, etc

-Ideas de contraste: aparición de ideas de forma brusca e inesperada que causan contradicción con las creencias de la persona o sus sentimientos

-Asunto abstracto (escrúpulos obsesivos): son una cadena de pensamientos sobre un tema que se repite una y otra vez. Pueden ser desde temas filosóficos o religiosos hasta la forma de ser o comportarse

-Aritmomanía: necesidad obsesiva de contar objetos, sumar, ver si el resultado es capicúa, par o impar, etc

Las compulsiones más frecuentes son:

-Limpieza y desinfección: limpiar la casa, el cuerpo, la ropa, las mascotas, etc para que esté todo bien desinfectado y no haya riesgo de contaminarse

-Comprobación: asegurarse y comprobar de que no se ha cometido ningún error o de que algo malo no ha ocurrido, como ver si la llave del gas está cerrada, comprobar que se ha cerrado la puerta de casa, etc

-Orden y simetría: ordenar diferentes objetos de forma determinada para que no causen malestar

-Repetición o contar: repetir una serie de comportamientos o acciones mentales; en ocasiones son un número determinado como encender y apagar la luz tres veces antes de entrar en una habitación

-Acumulación: guardar una gran cantidad de objetos que acaban ocupando mucho espacio y que pueden no ser útiles

Prevalencia:

El trastorno obsesivo-compulsivo suele iniciarse en la adolescencia o a principios de la edad adulta, siendo mayor en hombres que en mujeres. Aún así, en la edad adulta la proporción entre ambos sexos es similar, manifestándose el TOC alrededor del 2% de la población general.

Diagnóstico diferencial:

Algunos de los síntomas del TOC se relacionan con otros trastornos y puede llegar a la confusión. Su diagnóstico no debe realizarse si las ideas o rituales se relaciona exclusivamente con otro trastorno mental, aunque el diagnóstico adicional de trastorno obsesivo-compulsivo puede seguir estando indicado si el contenido de las obsesiones o compulsiones no mantiene relación alguna con el trastorno mental concomitante.

-Depresión mayor: este trastorno puede confundirse con sintomatología del TOC, ya que su alteración de humor propicia un seguido de pensamientos desagradables

-Esquizofrenia: antes de que aparezca la sintomatología típica de la esquizofrenia suele ser confuso su diagnóstico, porque aparecen una serie de ideas de carácter obsesivo, que posteriormente se pueden rechazar por la aparición de ideas delirantes o de síntomas alucinatorios.

-Trastorno de ansiedad generalizada: se caracteriza por una inquietud excesiva de preocupaciones referente a circunstancias de la vida real

-Hipocondría: incorrecta interpretación se los síntomas físicos que se relacionan con el miedo a padecer o estar padeciendo una enfermedad

-Los tics o los movimientos estereotipados: se diferencian de los síntomas del TOC porque no hay como finalizar neutralizar una obsesión

¿Qué puede ayudar a que se desarrolle el TOC?

Tener una genética predispuesta, una base de personalidad obsesiva-compulsiva juntamente con acontecimientos vitales estresantes puede desencadenarse en un TOC. La principal diferencia es que en el TOC las obsesiones y compulsiones consumen una gran cantidad de tiempo, son excesivas, irracionales y afectan negativamente a la vida de la persona.

Hay ciertos acontecimientos en la infancia que pueden propiciar a esa personalidad: como tener que tomar muchas responsabilidades no acordes con la edad, exceso de protección familiar que conlleva a ser más perfeccionista y sensible, ciertos comportamientos y educación recibida dentro del círculo familiar, la fomentación de creencias en el ámbito escolar o fuera de la familia, o con los errores que tienen consecuencias negativas para el niño.

Ejemplo de una narrativa de una persona con TOC:

“También creo que lo de la limpieza y el orden de las cosas no es nada de enfermedad, simplemente tiene que ver con que en mi casa sobresalen las cualidades de la limpieza, la religión y el orden, y por eso creo que soy así. Además, no tiene nada de malo evitar enfermedades [...]. Lo que sí se me hace raro es que tenga que hacerlo tantas veces. Antes no era tan excesiva en ese tema [...]. A veces sí me parece que es como absurdo que yo viva en torno a si me voy a enfermar o si mi familia se va a enfermar, pero me da mucho miedo si eso llega a suceder y no puedo evitarlo…”

Tratamiento

La mejor opción es la combinación de antidepresivos con la psicoterapia, pero en algunos casos las personas con TOC rechazarán el tratamiento farmacológico porque creen que ello les reducirá su capacidad de control antes las situaciones.

El tratamiento psicológico más efectivo es el cognitivo-conductual: para tratar las obsesiones se utiliza la exposición de los estímulos obsesivos, ésta será gradual pero empezando de forma intensa ya que así la eficacia será mayor al enfrentarse con tolerar más ansiedad, y para las compulsiones se utilizará la prevención de respuesta, que lo que se pretende es impedir la realización de estos actos o rituales; técnicas cognitivas y psicoeducativas también serán imprescindibles para la terapia, explorando tanto los factores relacionados con la adquisición como el mantenimiento de sus síntomas, incidiendo en cómo evalúa e interpreta el paciente sus pensamientos, en la toma de conciencia para reducir el peligro existente, ayudar a limitar su tiempo, disfrutar de las cosas, no atribuirse culpa, la toma de decisiones, etc.

Se ha de hacer hincapié en que no desaparecerán todas las obsesiones porque alrededor del 90% de la población tiene algún tipo de pensamiento o impulso desagradable sin ser desadaptativo.

Bibliografía:

- American Psychiatric Association (1995). Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales: DSM IV. Masson

-Barajas, S. (2002). Subtipos de trastorno obsesivo compulsivo, características diferenciales de los obsesivos puros y asociación con síntomas de ansiedad, depresión y preocupaciones. Clínica y salud, 13(2), 207-231

-Cortés, C., Uribe, C. y Vásques, R. (2005). Etnografía clínica y narrativas de enfermedad de pacientes afectados con trastorno obsesivo-compulsivo. Revista colombiana de psiquiatría, 2(34), 190-219

-Hill, N. & Beamish, P. (2007). Treatment outcomes for obsessive compulsive disorder: a critical review. Journal of counseling & development, 85, 504-510

-Jarne, A. y Talarn, A. (2005). Manual de psicopatología clínica. Barcelona: paidós

-Moreno, P., Martín, J., García, J., yViñas, R. (2008). Dominar las obsesiones. Bilbao: desclée de brouwer

-Vallejo, M. A. (2001). Tratamientos eficaces para el trastorno obsesivo compulsivo. Psicothema, 13(3), 419-427

Redactado por la psicóloga Victoria Gascón
http://infoansiedad.org/trastornos-de-ansiedad-2/trastorno-obsesivo-compulsivo/
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fonditos
seres Obsesivos


Por Rubén Turienzo

El Consejo General de colegios oficiales de psicólogos, define una obsesión del siguiente modo:
Las obsesiones son persistentes ideas, pensamientos, impulsos o imágenes que son experimentadas como intrusivas e inapropiadas y que causan marcada ansiedad o angustia. Las características de intrusión e inapropiedad de las obsesiones han sido descriptas como “ego distónicas”. Esto se refiere a la sensación del individuo de que el contenido de la obsesión le es extraño, no está dentro de su control y no es la clase de pensamiento que esperaría tener. De cualquier modo, el individuo es capaz de reconocer que las obsesiones son producto de su propia mente y que no son impuestas desde fuera (como en la inducción de pensamiento).
Las obsesiones patológicas más frecuentes son pensamientos repetidos sobre la contaminación (ejm. contaminarse al estrechar la mano) dudas repetidas (ejm. preguntarse si se ha realizado algún acto como dañar a alguien en un accidente de tráfico o haber dejado una puerta sin cerrar), la necesidad de disponer las cosas en un orden determinado (ejm. experimenta angustia intensa cuando los objetos están desordenados o asimétricos), impulsos agresivos u horrendos (ejm. herir al propio hijo o gritar una obscenidad en la iglesia) e imaginaciones sexuales (ejm. una imagen pornográfica recurrente). Los pensamientos, impulsos o imágenes no son simples preocupaciones excesivas sobre problemas de la vida real (ejm. inquietudes normales de la vida como el dinero, trabajo o estudios) y es improbable que estén relacionados con problemas reales.
Sin embargo, en mi opinión y tras analizar la definición desde varias aristas, todos tenemos algo de obsesivos. Todos tenemos un pensamiento repetitivo que nos asalta la cabeza y en ocasiones nos lleva a cometer estupideces o actos negativos contraproducentes para nuestra vida profesional o personal.
Uno de los primeros pasos de la influencia social es averiguar qué creencias tiene el individuo o individua, ver que grado de “obsesión” tiene con esos pensamientos y que grado de realidad hay en ellos. Algo fundamental para la consecución de una meta o propósito es conocer exactamente todos los elementos que en nuestra cabeza son reales pero que no tenemos pruebas tangibles de que lo son. Ya que aunque les demos valor de realidad absoluta (y muchos de ellos los transformemos en una posterior creencia limitante, una profecía autocumplida o una obsesión) no deberíamos gastar nuestra energía o bloquearnos con esas acciones y liberarnos de su pesado lastre.
Pero no hablo de “costumbres”. Por ejemplo, a mí me gusta tomarme un helado cuando termino un proceso formativo o una conferencia, pero ¿puedo no tomarlo? Evidentemente sí. Eso deja de ser una obsesión para convertirse en una costumbre. En cambio, en ocasiones y sin llegar a los grados B o C psicológicos, existen fases o etapas en las cuales no tomarse un helado me haría cabrearme con el mundo, cambiar mi actitud, sentir que me falta algo… Eso sería una obsesión, quizá en un grado menor, pero una obsesión.
Ahora piensa en tu vida y tus costumbres. ¿Existe algo que no puedas dejar de hacer o que si no haces cambia tu carácter? Quizá ese “algo” te retrasa en tu trabajo, en tus propósitos, en tu equilibrio vital, es menos operativo o incluso agrede a otras personas, pero tú si no lo haces, no alcanzas la tranquilidad.
Debemos averiguar cual es nuestra obsesión reiterada y aprender a superarla. Debemos pedir ayuda profesional si no somos capaces de superarlo por nosotros mismos, pero sobre todo, debemos ver que más allá de dicha obsesión se encuentra nuestra meta y ésta sólo podremos conseguirla plenamente una vez superadas nuestras obsesiones.
http://ciclog.blogspot.com/2011/01/seres-obsesivos.html