Una de cada 50 personas sufre el trastorno obsesivo compulsivo


Una de cada 50 personas sufre el trastorno obsesivo compulsivo






Es una enfermedad que consiste en ser avasallado por pensamientos violentos y angustiantes y en hacer rituales para evitarlos. Puede aparecer en la infancia y se trata con medicación y psicoterapia.







--------------------------------------------------------------------------------
Laura Haimovichi
Ramiro usa guantes aunque sea verano. Tiene miedo de contaminarse.


En una hora, María verificó 30 veces que su oficina estuviera cerrada.


Graciela acumula cajas. No sabe para qué pero no puede dejar de guardarlas.


Martín ordenó por vigésima vez los papeles de su escritorio. Quiere estudiar, pero apoya una taza y altera el orden. En vez de estudiar, comienza a ordenar de nuevo.


Julián duda de todo. Dejó de vivir solo porque no sabe qué comer ni qué ponerse. Su mamá lo hace por él. Julián no puede elegir.

Obsesión por la limpieza, por verificar todo, por acumular, por ordenar simétricamente y no poder elegir. Esas son cinco formas en que puede llegar a expresarse el Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC), una enfermedad psiquiátrica que altera la vida de quien lo sufre.

Aunque puede adoptar diferentes formas, el TOC tiene dos características básicas: ser avasallado por ideas o imágenes violentas y angustiantes denominadas "bizarras" (por ejemplo: creer que se va a tener cáncer por "contagio"), y realizar "rituales" para intentar neutralizar las obsesiones (como bañarse treinta veces por día). La persona con TOC cree que si no concreta el ritual, se va a desencadenar un hecho trágico.

Claro que esos rasgos deben persistir durante mucho tiempo para considerarse una enfermedad. Y en el caso de los chicos, esos rasgos no deben confundirse con la necesidad de repetición que forma parte de su proceso de aprendizaje.

El Trastorno Obsesivo Compulsivo es el problema que padece el personaje que encarna Adrián Suar en su nueva película, El día que me amen. Antes, Jack Nicholson había animado a un exitoso escritor con TOC, en la película Mejor imposible, donde usaba guantes para no "contagiarse la suciedad" y caminaba evitando tocar las unión de las baldosas.

Según la Asociación Americana de Desórdenes de la Ansiedad, al TOC —llamado antiguamente "locura razonante" porque los enfermos se dan cuenta de lo que les pasa pero no lo pueden evitar— lo padecen una de cada 50 personas adultas y uno de cada 200 chicos.

Para el doctor Oscar Carrión y el psicólogo Gustavo Bustamante, presidente y vice de la Fundación Fobia Club, puede aparecer en la infancia, aunque la persona obsesiva compulsiva —o su familiar— suelen demorar hasta siete años en recurrir a un especialista. "Para que surja son necesarios una carga genética, una lesión física como haber sufrido meningitis o tener padres con TOC", señala el doctor Carrión.

A diferencia del psicótico, que está enajenado de la realidad, el obsesivo compulsivo sabe qué le pasa, se siente ridículo y hasta humillado por lo que le sucede. A tal punto que, en muchos casos, a sus síntomas le suma la fobia social, es decir el miedo a relacionarse con los demás.

"Cuando las obsesiones y compulsiones no son pasajeras e interfieren en un normal desarrollo de la vida conviene consultar a un especialista", dice Bustamante.

La modalidad terapéutica actual es combinar psicofármacos, como la clomipramina, con psicoterapia. "Al tratamiento con medicamentos, nosotros le sumamos la terapia cognitiva comportamental. Creemos que el trabajo en grupo es muy eficaz porque genera esperanza, la idea de que no se está solo y un mecanismo de identificación que genera una competitividad sana", explica el doctor Carrión. El Fobia Club organiza todos los martes a las 18.30 charlas gratuitas en Junín 1445, (4804-3750) Capital. Se puede también consultar en Internet: www.fobiaclub.com

La terapia cognitiva trabaja sobre el modelo del procesamiento de la información. Lleva gradualmente al paciente a que enfrente la situación que teme evitando el ritual compulsivo "para que desconfirme" su idea rara. Es limitada en el tiempo y centrada en el aquí y el ahora del paciente con un programa de tareas para realizar en su entorno habitual.

¿es esto lo que piensan de nosotros los psicologos?. 2 veredicto culpables de ser toc.


NEUROSIS OBSESIVA





El deber, objeto mismo de un mandato al mismo tiempo que expresión negativa de éste, es uno de los efectos primordiales de la obsesión.



El obsesivo es esclavo, prisionero, condenado a trabajos forzados.



Una vía se le ofrece a este Hombre-de-la-madre: la que conduce al padre, cuya voz fue tan débil que casi se volvió inaudible para la pareja imaginaria formada por la madre-hijo.



¿”Buena madre” la del obsesivo? ¿”Mala madre” de la histérica? ¿Qué papel jugará la madre en la formación del súper-yo tan intransigente del obsesivo? No obstante, es el súper-yo el que traza la vía hacia la realidad y ordena un goce que el sujeto rechaza y del que se defenderá en la cura psicoanalítica.



Asediado, el obsesivo no teme a nada tanto como a la brecha por la que alguna cosa indefinible y no controlable se introduce en su economía, cuyo fundamento es la homeostasis.



El obsesivo se asemeja a una formidable fortaleza que monta guardia al borde de un desierto.



La neurosis obsesiva es una forma de defensa contra toda tentativa de acercamiento o de aprehensión. Una defensa erigida no contra el otro, sino contra el goce del Otro.



La defensa sostendrá al deber, no sólo participa de la estructura, sino de la del fantasma y del deseo.



Sintomatología



El histérico organiza su sintomatología con el objeto de afirmar su subjetividad, su ser de sujeto, el obsesivo organiza la suya para salvar su subjetividad, y no para deshacerse de ella.



En la histeria la motivación inconsciente de las conductas está dominada por el principio del placer. En la obsesión por una trasgresión de ese principio.



Conducta



Si la conducta de la Histeria tiene como finalidad recrear un estado centrado en el objeto, en tanto que este es el soporte de una aversión, de una insatisfacción, en el caso del obsesivo, se presume que el objeto debe de haber aportado demasiado placer. Él siempre se las ingenia para evitar la finalidad y el fin de su deseo. El modo de funcionamiento del principio del placer es, en el obsesivo, evitar todo exceso. Este principio gobierna la búsqueda del objeto según las leyes de organización de la memoria, y esta búsqueda tiene desvíos que conservan el objeto a distancia, puesto que para él el objeto se fusiona con el objeto primordial.



Una madre fuera de la ley



La neurosis obsesiva se constituye en torno a la castración de la madre.



En relación al padre, el niño no ha dejado de desplegar una actividad continua e insistente no para sustituirlo, sino para solicitar su interposición explícita respecto a la madre. El obsesivo necesita un padre que se presente y permanezca como tal. Necesita asegurarse de que el lugar no puede ser ocupado.



Estas madres están fuera de la ley porque no dejan ninguna plaza vacante para la intercesión de una ley tercera que mediatizaría la fusión entre ellas y el niño.



El niño sirve a la madre, necesita al menos de este objeto, el niño, para decirle al padre que él es impotente, fallido. El niño es un medio, un órgano, para la madre. Así, el Nombre-del –padre no está de ningún modo forcluido; el deseo de la madre continúa estando referido al padre.



El obsesivo busca ser reconocido como sujeto; tal es su deseo, capturado en la trampa del deseo del Otro, por el que debe pasar. En lo que respecta a su libertad, ella se juega en otro terreno. El busca ante todo, hasta el punto de arriesgara perder la vida, un reconocimiento del Otro. A través de esa mirada del otro le es devuelta su propia imagen.



La madre toma a su hijo por un residuo, un resto-desperdicio, una basura: representantes del objeto a. El obsesivo no se verá nunca a si mismo más que como el Otro lo ve, puesto que este objeto es sin imagen: es vacío, es el agujero en el espejo, lo que falta en el cuadro.



Entre él y el Otro, instala una barrera infranqueable que se obligará a mantener. Dedicará su vida a construirla, agotará su tiempo y su energía en garantizarla.



La castración del Otro implica entonces que él, en tanto objeto que palia la falta del Otro, desaparezca.



Nos es necesario admitir que el obsesivo quiere estar muerto respecto al saber del Otro: hacerse el muerto para salvar su estatuto de sujeto.



En el fundamento del síntoma: la madre



Lo que genera la neurosis es el encuentro de un fallo del garante en la castración del Otro simbólico.



Follar es el acto del que el obsesivo es incapaz. Con frecuencia, la vida sexual de este sujeto es de una enorme pobreza. En cambio, hacerse follar es una de sus desgracias y favoritas experiencias cotidianas.



Eclipse del sujeto



El obsesivo se presenta más dividido que nadie, al punto de que, cuando se le ocurre una idea, a ésta le sigue otra. Todo está en él simbolizado, excepto su deseo.



Su modo de salvaguardar el falo lo preserva como sujeto deseante, aun cuando el precio sea la angustia. A través de ella, él sostiene su deseo. Decir que el obsesivo sostiene su deseo como imposible, significa que incluso si, debe hacerlo pasar por su propia cadena a trabajos forzados; esto comprende incluso los goces austeros o los sacrificios y mutilaciones que se impone, en distintos grados, en el dominio de sus deseos. Por cada satisfacción, un sacrificio en el altar del deseo del Otro.



Desde el momento en que se afirma el deseo del Otro, el obsesivo desaparece. Negándolo, podrá afirmar y sostener la permanencia y la consistencia de su yo.



Una castración que salvaguardar



En una pura mascarada, la madre muestra al padre que su hijo puede cumplir el papel que él no es capaz de sostener. En este sentido, ella permanece en la demanda frente a su compañero-esposo, a quien no desea. El niño mantiene a distancia esta verdad de la pareja. Hijo imaginario de un hombre imaginario, el sujeto se encuentra desde entonces en conflicto en este lugar en el que el Otro se impone, exhibiendo y rechazando la castración. De allí esta observación de Lacan:



“ El obsesivo es alguien que no está nunca verdaderamente allí (..) donde hay en juego alguna cosa que podría ser calificada como su deseo”.



La modalidad obsesiva de defensa contra el deseo es doble: esta defensa contra su propio deseo, que caracteriza al niño, es también defensa contra el deseo de la madre.



Con el obsesivo nos enfrentamos a una especie de mascarada de la masculinidad; la diferencia de sexos no está en juego. Las cosas son para él asunto de vida o muerte.



En su falso semblante de masculinidad, el obsesivo será desenmascarado por su compañera de elección, la histérica, para quien la cosa es fácil, puesto que todo hombre no puede ser más que falso.



La angustia



La angustia se manifiesta en el obsesivo cuando él se ve identificado con el objeto que causa el deseo del Otro.

El obsesivo quiere sacrificarse, pero a condición de que el Otro no goce.



El deseo del Otro dirigido al ser, es un deseo que tiene por efecto anular al sujeto, puesto que éste se convierte en objeto causa del deseo del Otro. El obsesivo no sabe qué objeto él es para el Otro.



Del síntoma a los fantasmas



En el obsesivo, todo acercamiento al objeto de su deseo chocará con “un verdadera bajada tensión libidinal”. Para que el deseo se mantenga, el objeto deberá permanecer velado, a distancia.



Mantener el deseo a distancia



En el obsesivo, la dificultad causa y sostiene el deseo. El Otro queda en posición de omnipotencia sobre todo por su poder de rechazo y no por su poder de frustración.



Es desde esta posición que se determina la estructura del obsesivo: el Otro lo posee y lo arruina. El obsesivo debe mantenerse a cierta distancia de su deseo para que ese deseo subsista. La prohibición tiene por función sostener el deseo.



El problema del obsesivo no es, como en la fobia, saber si la madre tiene o no al falo, sino saber lo concerniente a su deseo; si é es o no eso que desea al Otro.



El obsesivo se sitúa en una problemática del ser: es necesario destruir el objeto que causa el deseo del Otro. De allí el retorno de la pulsión sobre la propia persona, dado que la madre lo señala a él como objeto sustitutivo. De él depende entonces destruirse. En sus impulsos agresivos manifiesta hasta qué punto el falo es para él algo peligroso. En consecuencia, si él es el falo, no sólo es objeto, sino que es peligroso. Contaminar o ser contaminado.



La agresividad hacia su compañera es clara. El otro se toma a sí mismo por el falo. Es a ese título que él puede querer destruirlo. Pero siempre se trata de la misma formulación: “Tú quieres destruir eso que ella (la madre) te demanda ser”.



Para el obsesivo, todo lo que aparece en el campo del deseo está ligado a la culpabilidad. “El deseo es una demanda sometida a la ley”. Lacan llega a afirmar: “El deseo es la ley”. Para el obsesivo, toma “un carácter de condición absoluta”.



El Otro no debe desear, porque entonces sería necesario ser el objeto de su demanda y morir como ser-sujeto-deseante.



El sujeto estructurado bajo el modo obsesivo necesita ocupar siempre una tercera posición frente al deseo del Otro, para que se sostenga la relación con su propio deseo y el objeto que lo causa.

Estructura y obsesión: un discurso



En la escritura del fantasma del obsesivo, él es a’ y no a, porque nada podría identificarse a un vacío. El objeto a minúscula no es más de lo que es el gran Otro.



A diferencia de la histérica, que busca e interroga al amo para someterlo mejor, el obsesivo cuestiona aquello que lo domina, aquello a lo que él está sometido. Sostiene su posición de sometimiento.



El vacío emocional es patente: “Si aman a una mujer, no la desean, y si la desean no pueden amarla (…) fallo singular de la impotencia psíquica en cuanto que el objeto elegido para eludir el incesto les recuerde en algún rasgo (…), el objeto que de eludir se trate”.



La estructura obsesiva puede ser considerada como una verdadera enfermedad del saber. La histérica atribuye al Otro o bien un saber muy potente o uno débil; el obsesivo toma enteramente a su cargo las dificultades de su posición con respecto al saber, ahorrándole al Otro ese problema. Cuanto más cree más duda. La histérica no duda de nada y no cree a nadie.



Lo que el Otro demanda es el amor, un amor exclusivo. El objeto demandado es prueba de este amor. Esta demanda insaciable suscita la oscilación de la duda: o el amo o el deseo: o el yo o el desecho. Y ello tanto más cuanto que no hay amor sin odio. A ese yo, el obsesivo lo rodeará de todos sus cuidados: amor por el semejante; otro sí-mismo; en cuanto a él, es un desecho.



Ahora bien, la identificación imaginaria se sostiene porque no tolera el desecho. Los semejantes, que no están allí sino para proteger la angustia, son también el obstáculo que el sujeto mantiene en la vía de su deseo. Sin embargo, el persevera en su deseo. El odio resurgirá para destruir el obstáculo: él mismo.



Cuando el odio vuelve, él retrocede y duda aún más. La duda responde a una situación en la que la falta se borra; es una tentativa de reintroducir la falta.



Los componentes sádicos del obsesivo son: en primer lugar impulsos de autodestrucción.



El fantasma, vía de la realización del deseo.



El fantasma está estrechamente ligado al goce.

Fórmula del fantasma del obsesivo:

A ◊ φ (a, a’, a.’’, a’’’,…).



Los diferentes tipos de neurosis pueden observarse en el modo de organización del fantasma. Cada una de las estrategias aparece como una respuesta a la cuestión del deseo del Otro y se manifiesta estructurada allí por el fantasma según dos modalidades bien específicas. Pero cualquiera sea la neurosis, el fantasma permanece como la relación del sujeto con aquello que lo barra: el objeto perdido.

Para ser sujeto – y no falo imaginario de la madre- el obsesivo puede decidirse, a pesar de la dificultad, a ir en busca de su deseo por medio del análisis.



Impedido por la duda, el obsesivo se encuentra entre dos opciones: por un lado se defiende contra su deseo, por el otro, contra el goce supuesto del Otro: ¿Quién desea?. En ese punto de incomodidad aparece un goce que no engaña. Es un horror del cual es paciente no parece tener la menor conciencia.



Rasgos de “perversión”



El perverso desafía fundamentalmente a la ley del padre y, en el registro de esta dialéctica del ser fálico, hace intervenir la ley de su deseo, a la que impone como única ley, negando que ella deba fundarse en la ley del deseo del Otro.



El obsesivo goza de la idea torturante de ser el objeto adecuado al goce del Otro. Él está presente, en un sentido pleno, entre sus objetos. Su fantasma está fijado a su goce por esos significados privilegiados.



El obsesivo presenta una subordinación, una sujeción muy particular a ciertas personas. El obsesivo con frecuencia es incapaz de manifestar los sentimientos que experimenta, pero rechaza las lecturas que se pueden hacer de ello. Si bien coloca su deseo en la demanda del Otro, su goce no es ser el objeto del goce del Otro.



El deseo del Otro está, en principio, mediatizado por el significante fálico, ese que precisamente hace huir al obsesivo. Pero para que el deseo subsista, ese significante es necesario. El objeto está en manos del Otro, quien lo pone en peligro con una amenaza constante de destrucción. Denigrar el falo a través del cual puede presentarse el Otro es una finalidad que opone radicalmente el obsesivo con la histérica, quien cree en un Otro absoluto, ya sea un padre imaginario, un profesor.. El falo degradado será el referente de todo el mundo de objetos intercambiables del obsesivo.



El obsesivo señala con mayor agudeza la falla del Otro en ese punto preciso en el que el sujeto se desvanece. Felizmente nunca encontrará el complemento necesario para asegurar su deseo, al que busca en el campo del ideal del yo.



Del denominado sadismo al autosadismo.



Si el masoquista toma posición frente al Otro haciéndose para él objeto de goce, el obsesivo, por su parte, se prohíbe todo goce. Su goce está en esa prohibición misma. No será sádico ni masoquista, o todavía más, lo uno y lo otro. Busca y apunta al sujeto – él mismo- para desenmascarar allí el objeto – él mismo- posible causa del goce del Otro.



Los histéricos, temiendo la castración o la pérdida de amor, intentan influir sobre su entorno directamente. El obsesivo teme más la pérdida de protección de su propio super-yo; tiene miedo de tener que despreciarse a sí mismo. En consecuencia, importa poco lo que digan o hagan los objetos; él interpreta todo como perdones o acusaciones.

Soporte para una identificación



La histérica se empeña en destruir el deseo del otro y se encuentra en la incapacidad total de desear si el otro no expresa un deseo que haga de soporte al suyo; ella no puede desear sino el objeto del deseo del otro, lo que desencadenará una agresividad sin límites hacia el semejante que “le oculta cosas”.



Lazo social, a distancia de una mirada



El obsesivo tiene relación con tres mujeres: una para follar, una para amar y una para desear. La que es para amar es la mujer a la que no se acercará, ella es la mujer imaginaria que representa el falo y el goce prohibido; la mujer para follar es aquella a la que puede denigrar en la medida en que ella es objeto de intercambio, el falo que él execra: la mujer para desear es puramente simbólica.



Los objetivos de los síntomas obsesivos son: 1) construir o conservar intacto su yo ideal, 2) evitar un juicio a toda costa, así como los efectos del super-yo que lo acompañan y que engendran culpabilidad y angustia, 3) excluir toda alteridad que se situaría como siendo o representando al falo.



El padre, el deber y el analista



Situar la neurosis obsesiva del lado del discurso del amo es un fantasma de la histérica.



El obsesivo detesta todo lugar de dominio, pero le fascina aquello que es portador del imperativo de goce a acallar: la histérica.



Cuando el obsesivo encuentra en el otro a alguien susceptible de encarnar al Otro que goza, ya nada funciona. Él busca un otro que sirva de pantalla al Otro. Si esta función falla, los dos registros, simbólico y real, se confunden. El enunciado superyoico, el deseo, el amo, la muerte, el goce, la verdad, todo esta anudado a la imagen del alter ego y surge al mismo tiempo.



El obsesivo es una máquina de producir amo; pero un amo cuyos enunciados utilizará para borrar un goce que quiere ignorar para salvaguardar su fantasma. Para hacerlo, mantendrá cuidadosamente a distancia el lugar del Otro, donde se plantean las cuestiones del saber, el falo, el goce y la castración.



Lugar del analista



Para que sea posible recorrer un camino junto a otro susceptible de encarnar al sujeto supuesto saber, es necesario que el otro se convierta en Otro. Con las condiciones que llevan al obsesivo al análisis, la transferencia está establecida a priori. Si no oponemos al paciente un silencio que constituya un precipicio hacia la angustia y la muerte, lo más frecuente es que él sea un fiel aliado de la cura. Sus defensas son otros tantos índices del saber que detenta. Conoce bien su historia; sabe algo del deseo. Nos corresponde no atemorizarlo en sus movimientos de aproximación.



En un análisis, lo que sobre todo no debemos hacer es orientar al paciente hacia aquello que él no dejaría de leer como un orden surgido del deseo del analista. Un obsesivo que llega al análisis ya ha dicho no a la crueldad del Otro, a su traición. El Otro ya no merece su crédito. El orden simbólico es engañoso.



Si todo paciente dirige al analista una demanda implícita de reconocimiento, el obsesivo, por su parte, lo hace de una manera particularmente tangencial.



En la cura de estos pacientes, el psicoanalista sólo puede hacer signo.



Lo que hace entrar a un histérico en análisis es lo que hace salir al obsesivo.



Con el obsesivo, quizás se trate menos de no responder a la demanda que de hacer silencio a la menor emergencia del deseo.



¿Qué sentimientos han podido habitar, pues, en un niño cuyo padre no pudo reconocerlo más que como desecho y cuya madre no ha podido entreverlo sino como objeto apto para dejarla insatisfecha?



Sepamos oír su no: no reactivar a la madre y a su deseo letal. No ser el salvador de su subjetividad.

Resumen, “El infierno del deber, El discurso del obsesivo”. Denise Lachaud. Ed. del Serbal
http://217.126.81.33:501/psico/sesion/ficheros_publico/descargaficheros.php?opcion=colaboraciones&codigo=93

Explorando el papel que el Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) tuvo que jugar en la desaparición de Howard Hughes


Explorando el papel que el Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) tuvo que jugar en la desaparición de Howard Hughes

El Aviador, la película, que ganó Oscars en el 2001, cuenta la historia de los primeros cuarenta años la vida de Howard Hughes. Un hombre obsesionado con las mujeres hermosas (ninguna de las cuales lo hizo en una relación duradera con él), con la fabricación de películas (ninguna creadas en el molde de los clásicos como Ciudadano Kane, Lo que el viento se llevó o Casablanca), y con el diseño y vuelo de aviones más grandes y rápidos hasta cerca de su propio fallecimiento. Hughes padecía otra obsesión, ahora reconocida como el trastorno obsesivo compulsivo (TOC).

La enfermedad no es tan poco frecuente: 1 de cada 50 de la población padece de la misma. El TOC se manifiesta por pensamientos obsesivos y comportamientos compulsivos. Hughes estaba obsesionado por la amenaza de infecciones microbianas de los alimentos y de su entorno, y reaccionó evitando el contacto con posibles fuentes de suciedad y por el lavado constante de las manos. Típico de los enfermos de TOC, tampoco podía dejar de repetir una y otra vez ciertas frases que le venían a la mente.
¿Que subyace en el TOC?

En lo profundo de nuestro cerebro se encuentra una estructura llamada cuerpo estriado. Esta se compone de dos partes conocidas como el núcleo caudado y putamen. Cada parte consta de una masa de células nerviosas, que están involucradas en el procesamiento de mensajes de otras partes del cerebro. Los mensajes tienen que ver con la información sensorial (como ver una mancha de polvo) y con la traducción de esa información en los movimientos del cuerpo (como frotar las manos). En las personas con TOC, parece que el núcleo caudado puede no estar funcionando correctamente.

Normalmente la traducción de las entradas sensoriales en salidas motrices (movimientos de partes del cuerpo a través de la inervación de músculos particulares) es suave y finita: se ve una mancha de polvo, las manos reaccionan para limpiarlas. Fin de la historia. Algunos sentimientos mal dirigidos y movimientos extraviados son de alguna manera filtrados. En el TOC el mecanismo de filtrado es defectuoso. Movimientos obsesivos, como frotarse las manos o la repetición de frases, son los resultados.

El Dr. Jeffrey Schwartz, un neurocientífico de la UCLA y director del Instituto de Westwood para los trastornos de ansiedad, aconsejó a Martin Scorsese (Director de “El Aviador”) y Leonardo DiCaprio (quien interpretó a Hughes) sobre las manifestaciones del trastorno obsesivo compulsivo. Él está bien calificado para hacerlo. Muchos de sus pacientes padecen de TOC, y su libro, Cerebro y Mente, fue lo primero que lo condujo a DiCaprio. La estrella de cine luego pasó varios días con algunos de los pacientes de Schwartz.

Nadie tenía ni idea de cuáles eran las causas del trastorno obsesivo compulsivo en esos días. Como resultado, las personas con los síntomas eran estigmatizados y no se trataban adecuadamente, si es que se trataban, dice Schwartz. Ahora la situación ha cambiado. La terapia de conducta, de la mano del Dr. Schwartz, parece ser un éxito notable. Depende en que el paciente reconozca que los pensamientos que conducen a su comportamiento particular son resultado de las señales inadecuadas en el cuerpo estriado y aprenda a no reaccionar ante ellas. La terapia no es muy diferente a la utilizada para curar una fobia a las serpientes teniendo una pitón en el regazo y aprendiendo a acariciarla.

El tratamiento del Dr. Schwartz consiste en enseñar al paciente una serie de pasos que él/ella tiene que seguir. La esencia es reconocer los pensamientos intrusivos, e insta a reetiquetar los pensamientos obsesivos y compulsiones. Por ejemplo, aprender a decir “no siento la necesidad de lavarme las manos” Siento una necesidad compulsiva de realizar la acción de lavar mis manos.

Para otras obsesiones y compulsiones, como puertas y aparatos de chequeos, y conteo innecesario de ciertos objetos (no necesito revisar la puerta: la cerré con llave, y así sucesivamente). El objetivo es controlar las respuestas de los pensamientos, e instar, a no tratar de controlar y apresurar los pensamientos mismos. Si los pacientes aprenden a realizar estas acciones sobre una base diaria, y continúan con estas medidas esencialmente autodidactas por períodos de semanas o meses, su TOC gradualmente se va a curar.

El TOC de Hughes no fue tratado: simplemente se convirtió en un recluso y murió en gran parte del hambre – a los 71 años de edad – solo en una habitación del Hotel Acapulco Princess en México, con las ventanas y la puerta selladas por cinta adhesiva.

Aquellos que han visto “El Aviador” recordarán las últimas palabras de la película, que narrado obsesivamente por Leonardo DiCaprio como Howard Hughes: El camino hacia el futuro, el camino hacia el futuro, el camino hacia el futuro. Creo que la película nos recuerda tres hechos. Uno al que ya me he referido: el TOC ya no debe ser considerado como un estigma, sino un trastorno tratable.

La segunda es que las ambiciones Hughes no excluyen la realización de dinero. Si Hughes no es el legado de sus películas o sus aviones (o descendientes de bonito), es en el éxito final de sus operaciones financieras. Antes de morir, dejó su fortuna para financiar todo lo que se ha convertido en una de las mayores fundaciones privadas de medicina en el mundo: el Instituto Médico Howard Hughes. La filantropía de Hughes lo pone firmemente junto a los hombres como Andrew Carnegie, Sir Henry Wellcome, y John D. Rockefeller. ¿De qué otro magnate del cine se puede decir lo mismo?

El tercer punto se refiere a mi encuentro con Jeffrey Schwartz, en Pasadena, California, como resultado de una entrevista para una revista titulada Vision Journal for a New World. Esta es la revista interna de una organización llamada Vision. Su objetivo es llevar la esperanza de que era inherente a la Iglesia Cristiana temprana la vuelta al mundo sin dogma litúrgica, de Judíos y Cristianos, Musulmanes y no creyentes por igual.

Ahora, ¿Qué hay de malo en eso?



Subscribe to comments Versión PDF Post2PDF | Comentarios | Trackback |
Post Tags: Andrew Carnegie, Cerebro, Cerebro y Mente, Charles Pasternak, Dr. Jeffrey Schwartz, El Aviador, FirstScience.com, Howard Hughes, John D. Rockefeller, Leonardo DiCaprio, neurociencia, núcleo caudado, putamen, Sir Henry Wellcome, TOC, Trastorno Obsesivo Compulsivo
Entradas previas



Powered by Max Banner Ads
Wordpress theme "Modicus Remix" by Art Culture.
http://maspsicologia.com/2010/07/howard-hughes-y-el-trastorno-obsesivo-compulsivo-toc/

¿Qué es la ansiedad?


Trastornos de ansiedad

(Anxiety Disorders)
¿Qué es la ansiedad?

Liam siempre ha estado al cuidado de su hermano menor Sam. Pero cada vez que Sam llega tarde de su entrenamiento de fútbol, se preocupa tanto que no puede concentrarse en sus deberes. Liam mira el reloj, se preocupa e imagina lo peor: vienen a su mente imágenes de accidentes de autobús y teme, sin ninguna razón particular, que Sam pueda estar herido o muerto. Sólo cuando Sam llega a casa sano y salvo, Liam puede finalmente relajarse.

Es completamente normal preocuparse cuando las cosas se ponen estresantes y complicadas. Pero si las preocupaciones se vuelven abrumadoras, puedes sentir que están dirigiendo tu vida. Si pasas demasiado tiempo preocupado o nervioso, o si tienes dificultades para dormir por la ansiedad, presta atención a tus pensamientos y sentimientos. Pueden ser síntomas de un problema o un trastorno de ansiedad.

La ansiedad es una reacción humana natural que afecta a la mente y al cuerpo. Tiene una importante función básica de supervivencia: la ansiedad es un sistema de alarma que se activa cuando una persona percibe un peligro o una amenaza.

Cuando el cuerpo y la mente reaccionan al peligro o la amenaza, una persona siente sensaciones físicas de ansiedad: cosas como la aceleración del ritmo cardíaco y respiratorio, tensión muscular, las palmas de las manos que sudan, un malestar en el estómago y temblor en las manos y las piernas. Estas sensaciones son parte de la respuesta del cuerpo de "huir o luchar". Están provocadas por un aumento de la producción de adrenalina y otras sustancias químicas que preparan al cuerpo para escapar rápidamente del peligro. Pueden presentarse como síntomas leves o extremos.

La respuesta de lucha o huida ocurre instantáneamente cuando una persona siente una amenaza. Pocos segundos después, la parte del cerebro encargada de pensar (la corteza) empieza a procesar la situación y a evaluar si la amenaza es real, y en tal caso, cómo manejarla. Si la corteza envía la señal de no hay peligro, la respuesta de lucha o huida se desactiva y el sistema nervioso puede relajarse.

Si la mente razona que una amenaza puede durar, los sentimientos de ansiedad se prolongan, manteniendo alerta a la persona. Las sensaciones físicas, como la respiración rápida u superficial, las palpitaciones, la tensión muscular y el sudor en las palmas pueden continuar también.
Ansiedad normal

Todo el mundo experimenta sentimientos de ansiedad de vez en cuando. La ansiedad puede describirse como un sentimiento de inquietud, nerviosismo, preocupación, temor o pánico por lo que está a punto de ocurrir o puede ocurrir. Mientras que el miedo es la emoción que sentimos en presencia de una amenaza, la ansiedad es una sensación de un peligro, problema o amenaza que está por suceder.

Los sentimientos de ansiedad pueden ser leves o intensos (o intermedios entre ambos extremos), dependiendo de la persona y de la situación. La ansiedad leve puede sentirse como inquietud o nerviosismo. La ansiedad más intensa puede sentirse como miedo, terror o pánico. La preocupación y los sentimientos de tensión y estrés son formas de ansiedad. También lo son el miedo escénico o la timidez ante la posibilidad de conocer a gente nueva.

Es natural que ante situaciones nuevas, desconocidas o que suponen un desafío se produzcan sentimientos de ansiedad y nerviosismo. Tener que enfrentar un examen, una fecha especial o una presentación importante para la escuela puede desencadenar una ansiedad normal. Aunque estas situaciones no representan una verdadera amenaza para la seguridad de la persona, pueden hacer que alguien se sienta "amenazado" por la posible vergüenza, preocupado por cometer un error, por adaptarse a la situación, por atrancarse con las palabras, por ser aceptado o rechazado o por perder su orgullo. Las sensaciones físicas —como las palpitaciones, las manos sudorosas o las molestias en el estómago— pueden también estar presentes en la ansiedad normal.

Como la ansiedad hace que una persona se ponga en alerta, se concentre y se prepare para enfrentar posibles problemas, la ansiedad puede ayudarnos a hacerlo lo mejor posible en situaciones que requieren nuestra actuación. Pero la ansiedad que es demasiado fuerte puede impedir que demos lo mejor de nosotros. Demasiada ansiedad puede hacer que una persona se sienta abrumada, cohibida e incapaz de hacer lo que necesita hacer.
Trastornos de ansiedad

Los trastornos de ansiedad son problemas de salud mental que se relacionan con experimentar en exceso ansiedad, miedo, nerviosismo, preocupación o terror. La ansiedad demasiado constante o demasiado intensa puede hacer que una persona se sienta preocupada, distraída, tensa y siempre alerta.

La ansiedad ante los examenesLos trastornos de ansiedad se encuentran entre los problemas de salud mental más comunes. Afectan a personas de todas las edades, incluidos los adultos, niños y adolescentes. Hay muchos diferentes tipos de trastornos de ansiedad, con síntomas diferentes. Sin embargo, todos tienen una cosa en común: la ansiedad se presenta con demasiada frecuencia, es demasiado intensa, es desproporcionada respecto a la situación del momento e interfiere en la vida diaria de la persona y en su felicidad.

Los síntomas del trastorno de ansiedad pueden presentarse de repente o aumentar poco a poco y persistir hasta que la persona empieza a darse cuenta de que no está bien. A veces la ansiedad crea una sensación de fatalidad y aprensión que parece producirse sin ninguna razón. Es habitual en los que sufren de trastorno de ansiedad no saber qué está causando las emociones, preocupaciones y sensaciones que tienen.

Los diferentes trastornos de ansiedad se denominan con nombres que reflejan sus síntomas específicos.

* Ansiedad generalizada. Este común trastorno de ansiedad hace que una persona se preocupe excesivamente sobre muchas cosas. Alguien con ansiedad generalizada se preocupa excesivamente sobre la escuela, la salud, la seguridad de sus familiares y el futuro. Puede que siempre piense en lo peor que puede ocurrir.

Además de la preocupación y el terror, las personas con ansiedad generalizada tienen síntomas físicos, como dolor en el pecho, dolor de cabeza, cansancio, tensión muscular, dolor de estómago y vómitos. La ansiedad generalizada puede llevar a que una persona falte a la escuela o evite actividades sociales. En la ansiedad generalizada, las preocupaciones se sienten como una carga, haciendo que la vida se viva como algo agobiante o con una sensación de no tener control.
* Trastorno obsesivo compulsivo (TOC). Para una persona con TOC, la ansiedad toma la forma de obsesiones (pensamientos negativos) y compulsiones (acciones para intentar aliviar la ansiedad).
* Fobias. Son temores intensos a situaciones específicas o a cosas que no son realmente peligrosas, como las alturas, los perros o caerse en un avión. Las fobias normalmente hacen que las personas eviten las cosas que le provocan miedo.
* Fobia social (ansiedad social). Esta intensa ansiedad se desencadena por situaciones sociales o por hablar delante de otros. Una forma extrema llamada mutismo selectivo provoca que los niños y los adolescentes tengan demasiado miedo como para hablar en ciertas situaciones.
* Crisis de angustia. Estos episodios de ansiedad pueden ocurrir sin una razón aparente. Una persona que sufre una crisis de angustia tiene síntomas físicos repentinos e intensos que pueden incluir palpitaciones, sensación de ahogo o falta de aliento, mareo, entumecimiento o sensación de hormigueo causados por una hiperactividad de las respuestas normales del organismo ante el miedo. La agorafobia es un intenso miedo a los ataques de pánico que hace que la persona evite ir a cualquier lugar donde sea posible que sufra un ataque de pánico.
* Trastorno de estrés postraumático (TEPT). Este tipo de trastorno de ansiedad es consecuencia de una experiencia del pasado traumática o aterradora. Los síntomas incluyen recurrencia de recuerdos de la experiencia, pesadillas y temor constante después del acontecimiento.

Cómo afectan los trastornos de ansiedad a las personas

Para las personas que sufren trastornos de ansiedad, los síntomas pueden sentirse extraños y provocarles confusión al principio. Para algunos, las sensaciones físicas pueden ser fuertes e inquietantes. Para otros los sentimientos de miedo y fatalidad pueden presentarse sin ninguna razón aparente que pueda hacerles sentirse asustados, desprotegidos o en guardia. Las preocupaciones constantes pueden hacer que una persona se sienta abrumada por cualquier pequeña cosa. Todo esto puede afectar a la concentración, la confianza, el sueño, el hambre y el aspecto.

Las personas con trastornos de ansiedad pueden evitar hablar de sus preocupaciones, creyendo que los demás podrían no entenderlos. Quizá teman ser juzgados injustamente, o que se les considere débiles o temerosos. Aunque los trastornos de ansiedad son comunes, las personas que los sufren pueden sentirse incomprendidas o solas.

Algunas personas con trastornos de ansiedad pueden culpabilizarse. Tal vez se sientan incómodas o avergonzadas, o piensen erróneamente que la ansiedad es una debilidad o un defecto personal. La ansiedad puede hacer que la gente evite ir a lugares o realizar actividades que les gustan.

La buena noticia es que en la actualidad los médicos entienden los trastornos de ansiedad mejor que antes y, con tratamiento, una persona puede sentirse mejor.
¿Qué causa los trastornos de ansiedad?

Los expertos no saben exactamente qué causa los trastornos de ansiedad. Parece que hay varios aspectos que intervienen, como la genética, la bioquímica del cerebro, una respuesta hiperactiva de lucha o huida, circunstancias estresantes de la vida y comportamiento aprendido.

Alguien que tenga un familia con un trastorno de ansiedad tiene una probabilidad mayor de de desarrollarlo también. Esto puede estar relacionado con los genes que afectan la química del cerebro y la regulación de unas sustancias químicas que se denominan neurotransmisores. Pero no todo el mundo que tiene familiares con un trastorno de ansiedad desarrollará problemas de ansiedad.

Las cosas que le ocurren a una persona en la vida pueden favorecer la aparición de los trastornos de ansiedad. Los terribles acontecimientos traumáticos que causan el TEPT son un buen ejemplo.

Criarse en una familia donde otros tienen miedo o están ansiosos puede "enseñar" a un niño a ver el mundo como un lugar peligroso. Del mismo modo, si una persona crece en un ambiente que es realmente peligroso (si hay violencia en la familia del niño o en la comunidad, por ejemplo), aprenderá a tener miedo o a esperar lo peor.

Aunque todo el mundo experimenta una ansiedad normal en ciertas situaciones, la mayoría de las personas —incluso las que experimentan situaciones traumáticas— no desarrollan trastornos de ansiedad. Y las personas que desarrollan trastornos de ansiedad pueden encontrar alivio con un tratamiento y cuidados adecuados. Pueden aprender maneras de manejar la ansiedad y sentirse más relajados y en paz.
¿Cómo se tratan los trastornos de ansiedad?

Para el tratamiento de los trastornos de ansiedad se debe acudir a profesionales de salud mental o a terapeutas. Un terapeuta puede estudiar los síntomas que presenta una persona, diagnosticar el trastorno de ansiedad específico e idear un plan para ayudar a que la persona encuentre alivio.

A menudo se utiliza un tipo concreto de psicoterapia que se conoce como terapia cognitivo-conductual (TCC). En la terapia cognitivo-conductual una persona aprende nuevas maneras de pensar y actuar en situaciones que pueden causar ansiedad y cómo manejar y enfrentarse al estrés. El terapeuta proporciona apoyo y orientación y enseña nuevas habilidades de afrontamiento, como técnicas de relajación o ejercicios de respiración. A veces, pero no siempre, se utiliza medicación como parte del tratamiento para la ansiedad.
¿Qué hacer?

Tratar el problema puede ayudar a que la persona se sienta que es otra vez ella misma, que se encuentra relajada y preparada para las cosas buenas de la vida. Alguien que esté experimentando un trastorno de ansiedad debería:

* Hablar con alguno de sus padres o con otro adulto sobre sus sensaciones físicas, preocupaciones y temores. Como los trastornos de ansiedad no desaparecen a menos que se traten, es importante decírselo a alguien que pueda ayudar. Si tus padres no te entienden, habla con un consejero escolar, con un religioso o con otro adulto en quien confíes.
* Acude a hacerte una revisión. Ve a ver a un médico que te asegure que no hay ningún problema físico que pueda estar causando los síntomas.
* Trabaja con un profesional de salud mental. Pide a un médico, enfermera o consejero escolar que te recomienden a alguien que pueda tratar problemas de ansiedad. Averiguar qué está causando los síntomas puede ser un gran alivio.
* Haz ejercicio de manera regular y come y duerme bien. Esto proporcionará a tu cuerpo y tu cerebro el combustible y el tiempo necesario para recargarse.

Intenta ser paciente y mantenerte positivo. Puede que tardes un tiempo en sentirte mejor y en encontrar el valor para enfrentar tus miedos. Pero abandonar la preocupación dejará más espacio para que experimentes mayor felicidad y diversión.

Revisado por: D'Arcy Lyness, PhD
http://kidshealth.org/PageManager.jsp?dn=KidsHealth&lic=1&ps=207&cat_id=20277&article_set=74995

a cada cual le ataca el toc con lo que mas seguro esta


hola a todos,
sigo contando un poco mi historia, ya he escrito por aqí, tengo 38 años, voy a ser padre en breve y quiero a mi novia con locura. Pero me siento atraido por los chicos...incluso mas que por las chicas, aunqeu las relaciones con mi novia son buenas, me lo paso bien...que me pasa? es esto compatible?
yo lo unico que a veces me alivia es cuando pienso y siento que , vale, tengo que aceptar la realidad por "dura" que sea, mi cuerpo siente como siente, quiero a mi novia y a mi futuro hijo y no quiero separarme de ellos...pero hay veces que esto no me vale, porqeu pienso que he sido miedoso, no me he atrevido a salir del armario etc...
que sepan qeu mi novia sabe y ha sabido todo esto desde que empezamos la relación, de hecho empezamos como amigos contándole yo este problema, aún así ella ha querido tener el niño, y me apoya en todo y le cuento todo.
pero aún así hay veces que me siento culpable.
tambien decir que he tenido otro tipo de obsesiones aunqeu la de ser gay es la que me ha triturado más.
actualmente estoy de baja laboral aunqeu espero volver ya la semana que viene, y llevo un año en tratamiento con anafranil, prozac y rivotril, aunque llevo desde los 20 en tratamientso intermitentes, dependiendo de la época.

Que pensáis de todo esto? Alguno ha pasado por lo mismo?

Muchas gracias por vuestra ayuda y comprensión.

Ismael
General




Título del mensaje: Re: obsesion homosexualidad...o realidad?
eneco escribió:
hola a todos,
sigo contando un poco mi historia, ya he escrito por aqí, tengo 38 años, voy a ser padre en breve y quiero a mi novia con locura. Pero me siento atraido por los chicos...incluso mas que por las chicas, aunqeu las relaciones con mi novia son buenas, me lo paso bien...que me pasa? es esto compatible?


Es compatible. Dale gusto al cuerpo y andiamo via.







MensajePublicado: Sab 10 10UTC Jul, 2010 3:07 am Título del mensaje: Responder citando
Very Happy Very Happy Hola buenas noches...Eneco,trata de tomarte las cosas con calma,el AMOR es el sentimiento + hermoso y sincero que puede sentir una persona x otra ,es algo maravilloso ,te hace sentirte viva logra lo imposible.No lo vivas con culpa ,la unica persona que puede desidir sos vos ..si te atormenta esa idea ,lo que podrias hacer es charlarlo con tu psikiatra o con tu terapeuta ..disfruta el momento trata de ser feliz y AMAR CON EL CORAZON ...Te mando un beso grande y un abarzo Wink Wink Wink Wink
Volver arriba
Ver perfil del usuario Enviar mensaje privado Enviar correo Yahoo Messenger
TOCAME





MensajePublicado: Mie 28 28UTC Jul, 2010 11:54 pm Título del mensaje: Responder citando
yo te doy la solucion, acuestate con un tio y de Very Happy jaras la medicacion








disculpa mi pregunta, seguro que tu psiquiatra tambien te la ha realizado
tu has tenido relaciones sexuales con un hombre?
es que yo cuando tenia el TOC impulsivo al maximo a los 16 años, tenia un lio tant mental que hubo un tiempo que casi tenia claro que era gay
por eso me hace sospechar lo que dices, llegar a la relacion sexual con un miembro del mismo sexo es la comprobacion clave
Volver arriba
Ver perfil del usuario Enviar mensaje privado
TOCAME
General





MensajePublicado: Vie 30 30UTC Jul, 2010 2:13 am Título del mensaje: Responder citando
hola, yo soy gay, y creo que ningun psiquiatra haria una prueba como yo le he propuesto a Eneco.Por que se la he propuesto yo? porque estoy convencido de que eneco no es gay, creo que confunde una cosa: a Eneco le gustan los hombres esteticamente, vamos que sabe cuando un tio esta bueno y cuando otro no, y confunde esto con que le gustan los hombres sexualmente, por eso le propongo que se acueste con un tio y comprobara que simplemente es que tiene buen gusto pero que de gay nada. Esa es mi teoria Very Happy
Volver arriba
Ver perfil del usuario Enviar mensaje privado MSN Messenger
eneco
General





MensajePublicado: Vie 30 30UTC Jul, 2010 10:24 am Título del mensaje: Responder citando
hola
os agradezco un montón vuestras opiniones.
se me olvidó deciros que ya he probado varias veces con tíos, en saunas, cruisings y demás; todas las veces iba a estos sitios arrastrado por una ansiedad enorme, como si me diera igual todo, y después de la experiencia, me sentía fatal, bueno, fatal es decir poco. A punto estuve una vez de matarme con el coche, cuando estaba llorando a rabiar...
pero claro, tambien pensaba...a lo mejor es qeu me desespero porqeu todavía no me acepto, no tengo c. de salir del armario...
pero no se, sentía que había algo más, además qeu a mi novia (pq ésto lo hacía con mi novia, siempre eso sí, contándoselo a ella, hasta hicimos un acuerdo de separación para que yo probara y en función de ello, lo dejábamos o no)
pues eso qeu a mi novia, despues de estas experiencias, notaba que la quería aún más, qeu no quería perderla, aparte que con ella siempre me lo he pasado muy bien en la cama...en fin.

bueno, ahora estoy mas estabilizado, con la medicación, y ahora siento que efectivamente esto es un trastorno que debe tratarse, que lo de la homosexualidad es una de las tantas obsesiones que he tenido y que las escapadas que hacía a sitios gays era lo peor que podía hacer.
no me reconforta el hecho de qeu me digan eres gay o no lo eres, lo que me reconforta es que quiero estar bien, ahora me encuentro bien, estoy agusto con mi novia, vamos a tener un niño, y de momento quiero esta vida...que en el futuro me enamoro de otra tía, o de otro tío? pues nada, ya se verá...esto es lo que me reconforta...

pero es increible lo que puede hacer el toc, la confusión mental a la que he llegado a veces es inhumana.

muchas gracias por vuestro apoyo.
saludos.
Volver arriba
Ver perfil del usuario Enviar mensaje privado
TOCAME



Registrado: 21 Feb 2009
Mensajes: 16
Ubicación: valencia

Responder citando
me alegro un monton que hayas sabido que la homosexualidad es y puede ser una de tantasobsesiones, fijate, yo tuve durante una epoca la obsesion de que no era gay de que en realidad no me gustaban los tios, lo pase fatal. y si es verda el TOC es la muerte en vida, no obstante me alegro de tu mejoria, que te vaya bien, y los niños dicen que siempre vienen con un pan bajo el brazo. suerte Very Happy
Volver arriba
Ver perfil del usuario Enviar mensaje privado MSN Messenger
Ismael
General


Registrado: 08 Nov 2009
Mensajes: 401
Ubicación: Casa Dios

MensajePublicado: Vie 06 06UTC Ago, 2010 12:07 am Título del mensaje: Responder citando
Miedo = obsesión.
Sin miedo no existirá jamás la obsesión.
Volver arriba
Ver perfil del usuario Enviar mensaje privado
susana
General


Registrado: 15 Mar 2009
Mensajes: 2778
Ubicación: argentina-buenos aires





Powered by phpBB © 2001, 2002 phpBB Group