El poder de la mente
Una de las cosas que he aprendido con Programación Neurolingüística (PNL) es que a través de diferentes técnicas y formas de pensar podemos aprender a dirigir nuestro cerebro/mente hacia donde queremos y así darnos cuenta de qué manera nos hemos estado boicoteando inconscientemente.

La Programación Neurolingüística te ofrece un proceso de educación mental para procesar tus pensamientos de manera diferente y así poder mantener un equilibrio emocional en tu vida cotidiana. Nuestra vida diaria está repleta de pequeños eventos sin mayor trascendencia, aunque muchas veces los convertimos en episodios traumáticos y tortuosos por no tener control de nuestros pensamientos.

La PNL nos enseña cómo usar el cerebro. El cerebro/mente no tiene un apagador para estar quieto y que deje de pensar, sino que, si no le das algo que hacer, seguirá por su cuenta pensando y haciendo lo que sea (seguirá con el programa que esté a la mano o el más reciente). Ej. Cuando dormimos y de repente algo sucede en nuestro cerebro/mente y damos un brinco, es claro que la mente sigue su curso y que no descansa. Si tuviste un día agradable, por la noche verás y vivirás más cosas agradables. Si tu día fue desagradable, es posible que tengas pesadillas con algo relacionado.

Nuestra mente es maravillosa y hace exactamente lo que le decimos. Es la mejor asistente que cualquiera pueda tener. Es obediente, diligente, rápida y tiene una excelente memoria. Su memoria es tan buena que produce el efecto que ya tiene guardado en su archivo. Por ejemplo, piensa en que abres la puerta del refrigerador de tu casa, siente el frío del interior y saca un limón. Ahora parte el limón y ve como suelta algunas gotitas, toma el limón y deja caer un chorrito en la lengua... ¿de casualidad salivaste? Ésta es una prueba de que la mente la llevas a probar un limón y produce saliva para recibir la acidez del limón, como lo ha hecho tantas otras veces en el pasado. Lo hace ella sola. Y lo más interesante es que ¿dónde está el limón? Fue una fantasía.

Veamos qué otras cosas maravillosas podemos hacer con la mente. Podemos producir cualquier fantasía como si fuera real. Sin embargo al ser humano le encanta pensar en cosas que no sirven. La mayoría de nosotros nos damos el lujo de pensar sobre eventos negativos del pasado. Nos encanta regresar y revivirlos. El poder de nuestra mente es tan eficiente que repite el evento con fidelidad. Tanta fidelidad que casi parece real. Y así podemos deprimirnos hoy por algo que pasó hace cuatro años ¿por qué no?

También lo que podemos hacer es sentirnos mal por adelantado por algo que no ha sucedido. ¿No es increíble? Nos creemos muy listos, pensamos en algo que creemos que va a suceder, pero que no ha sucedido y como no podemos esperar al desenlace, nos sentimos mal desde ahora.

Por ejemplo, cuando el marido no llega a casa y se tarda y se tarda. Tenemos varias películas que podemos producir. Nos podemos sentir preocupados, o quizá enojados y pensamos en ello una y otra vez. No sé por qué razón, no podemos esperar al desenlace real, damos por hecho lo que imaginamos y nos adelantamos. Nuestra mente obedeció instrucciones de lo que imaginamos y sufrimos y padecemos algo que no ha sucedido.

Piensen en las vacaciones cuando las planeamos. Tenemos por delante fabulosos días en la playa, el sol, la arena, rica comida y descanso, etc. Los vivimos tan bien, que cuando llegan, qué desilusión, no fueron cómo yo los viví. Pasaron mejores vacaciones en su mente, que en la realidad. Todo porque dejamos las riendas sueltas a la mente y nos adelantamos. Allí tienen el poder de la mente.

PNL te enseña a cambiar tu forma de pensar. Te enseña a dirigir tu mente por caminos diferentes y a no pronosticar sucesos negativos. Pensar lo mejor en cada situación nos va a ahorrar mucho desgaste emocional. Si logras dominar tus pensamientos negativos, tus conductas seguramente cambiarán. Tenemos un cerebro/mente maravilloso con una habilidad increíble para aprender. Aprende fácilmente y es muy eficiente al hacerlo. La mala noticia es que aprende igual de fácil lo que no sirve. Piensa en una fobia. Si las arañas te dan fobia, en cada ocasión que ves una araña tienes la horrible sensación y no se le escapa ni una vez a tu mente. La repite fielmente, cada vez, sin omitir detalles.

Nuestra mente aprende más rápido que una computadora, por lo tanto debemos darnos cuenta de dos cosas:

1) ¿Quién dirige tu mente/cerebro? ¿Tú o tus experiencias, programas?

Seguramente hasta ahora has creído que tu mente te ha llevado a tener pensamientos no deseados, desagradables y que tú no has tenido nada que opinar al respecto. No es así, es al revés. Tú la has llevado a que te produzca esos pensamientos. Pensamientos de enojo, de rencor, de pereza, etc. Tú los produces y ella simplemente obedece y te ofrece el contenido como buena asistente.

¿Finalmente quién manda? ¿Quién dirige? ¿Quién decide si hago la tarea o no? Por muchos años ya otros decidieron por mí: mis padres, mis maestros, mis superiores. Ya es hora que empiece a tomar conciencia y dirija mis pensamientos hacia donde me conviene para que me asista en lo que yo quiero y no en lo que no me sirve.


2) Si la mente/cerebro es tan hábil para aprender, hacer, etc... Habrá que cuidar qué datos le proporcionamos.


Hay que ser más conscientes de qué está uno pensando y metiendo al sistema cerebral. Si metes basura, sacarás basura sin duda. Si le introduces datos equivocados, eso tendrás cuando los necesites. Es importante estar alerta en todo momento qué le digo, qué le pido y qué archivo, porque me lo concederá en su momento. Aprovechar nuestra mente maravillosa sin límites para enseñarle lo que vale la pena y para que esté de nuestro lado es algo que hemos desperdiciado.

PNL enseña a que dirijas el poder de la mente hacia donde tú quieras. Te enseña nuevas formas de pensar para que tengas experiencias más valiosas y edificantes. Si somos conscientes de lo que pensamos evitaremos que nuestros pensamientos anden sueltos y a la deriva. Decide: ¡quién manda! Tú tienes el poder de tu mente en tus manos.

"Podemos reprogramar nuestro cerebro para cambiar el comportamiento"


"Podemos reprogramar nuestro cerebro para cambiar el comportamiento"
Texto de Ima Sanchís
Fotos de Carlos González Armesto
El bioquímico y estudioso del funcionamiento cerebral Joe Dispenza defiende el poder de esta parte del ser humano para reinventarse cada día. Habla de química, de física, de hábitos, de reprogramación y de una inteligencia superior que tanto le da denominar divina, espiritual o subconsciente. Cree en la capacidad de construir y conducir el propio cerebro y a través de él influir en el cuerpo basándose en su experiencia personal y en la observación de enfermos con remisiones espontáneas.
Hace algo más de veinte años, Joe Dispenza fue arrollado por un todoterreno cuando participaba en un triatlón. El diagnóstico de los cuatro cirujanos que consultó coincidía, tenía que operarse inmediatamente, debían implantarle barras de Harrington (de 20 a 30 centímetros desde la base del cuello hasta la base de la columna), ya que la tomografía demostraba que la médula estaba lesionada y que podría quedarse paralizado en cualquier momento. Dispenza, que era quiropráctico, sabía muy bien lo que eso significaba: una discapacidad permanente y, muy probablemente, con un dolor constante. Su decisión fue arriesgada: intentaría ayudar a su cuerpo a que se recuperara de manera natural, conocía bien todo lo concerniente a huesos y músculos e ideó un plan de acción que incluía autohipnosis, meditación, una dieta que ayudara a sus huesos a regenerarse y ciertos ejercicios en el agua. Se recuperó totalmente en un tiempo récord y decidió ahondar en el tema. Durante ocho años, estudió las remisiones espontáneas de enfermedades y le sorprendieron tanto los resultados que decidió volver a la universidad para intentar explicar científicamente lo que había descubierto: el poder de nuestro cerebro como director ejecutivo del cuerpo.
Joe Dispenza estudió Bioquímica en la Universidad Rutgers de New Brunswickle, en Nueva Jersey; obtuvo el doctorado en Quiropráctica en la Life University de Atlanta, donde se licenció magna cum laude y recibió el premio Clinical Proficiency Citation por la extraordinaria calidad de su relación con los pacientes. Miembro de la International Chiropractic Honor Society, ha cursado estudios de posgrado en neurología, neurofisiología, función cerebral, biología celular, genética, memorización, química cerebral, envejecimiento y longevidad. Desde 1997 ha dado conferencias ante más de diez mil personas en 17 países de los cinco continentes. A finales de mayo hablará en Madrid y Barcelona coincidiendo con la edición española de su libro Desarrolla tu cerebro
“Podemos cambiar la mentalidad al crear nuevos cableados en el cerebro y fortalecerlos con nuestro pensamiento” ¿Cómo empezó a interesarse por el cerebro?
He entrevistado a cientos de personas que han sido diagnosticadas con enfermedades –tumores malignos y benignos, enfermedades cardiacas, diabetes, alteraciones respiratorias, hipertensión arterial, colesterol alto, dolores musculoesqueléticos, raras alteraciones genéticas para las que la ciencia médica no tiene solución…–, pero cuyo cuerpo se ha regenerado por sí solo sin la ayuda de una intervención médica convencional, como la cirugía o los fármacos.

¿Milagro?
Observé que una de las causas principales de esas remisiones espontáneas era que habían cambiado su forma de pensar, así que volví a la universidad e hice la carrera de neurociencias para poder explicar qué es lo que ocurría. Cuando afirmo que nuestros pensamientos se convierten literalmente en materia, me baso en la más pura vanguardia científica. Básicamente, esos individuos cambiaron la arquitectura neurológica de su cerebro.

Estimulante curiosidad la suya.
Todas esas personas que tenían una remisión espontánea compartían cuatro cualidades específicas. Lo primero es que todas aceptaron, creyeron y entendieron que había una inteligencia superior dentro de ellos, da igual si la calificaban de divina, espiritual o subconsciente. Lo segundo es que todas aceptaron que fueron sus propios pensamientos y sus propias reacciones las que crearon su enfermedad, y puedo hablar y citar estudios sobre cualquiera de estos temas durante media hora. Hay un floreciente campo científico llamado psiconeuroinmunología que demuestra la conexión existente entre la mente y el cuerpo.

Le creo, pero avancemos en sus conclusiones.
La tercera característica común es que cada persona decidió reinventarse a sí misma para llegar a ser otro, y los estudios actuales en neurociencias muestran que esto es totalmente posible. Por último, tenían en común que durante el periodo en que intentaban meditar o imaginar en qué querían convertirse, hubo tiempos largos en que perdieron la noción del tiempo y el espacio.

¿Y eso qué significa?
El lóbulo frontal representa un 40% ciento de la totalidad del cerebro, y cuando estamos de verdad concentrados o focalizados, el lóbulo frontal actúa como un control de volumen. Como tiene conexiones con todas las demás partes del cerebro, puedo rebajar el volumen del tiempo y del espacio. En otras palabras, los circuitos que tienen que ver con mover tu cuerpo, sentirlo, percibir lo que hay fuera y percibir el tiempo pasan a un segundo plano, y el pensamiento se convierte en la experiencia en sí, es más real que cualquier otra cosa. De este modo el lóbulo frontal elimina todo lo que no es prioritario para focalizarse en un único pensamiento, y es en ese momento en que el cerebro rehace su cableado.

¿En qué se traduce?
Aquello en lo que pensamos y en lo que concentramos nuestra atención con más frecuencia es lo que nos define a escala neurológica.

Un reciente estudio demuestra que las grandes ideas surgen cuando uno está relajado, pensando en otras cosas.
Entre la intención y el rendirse. Antes se creía que la parte derecha del cerebro es la parte emocional o sentimental, el lado creativo, y la izquierda, la racional o lógica. Pero de hecho, el lado derecho del cerebro es el responsable de procesar la novedad cognitiva, las nuevas ideas que, cuando ya están memorizadas, cuando se convierten en familiares, pasan al lado izquierdo del cerebro. Es lo que conocemos como rutina cognitiva.

¿Cambiar las marchas del coche?
Todas esas cosas que hacemos sin pensar, sí. Esa es la razón de que cuando un neófito escucha música la oiga con el lado derecho del cerebro, pero un músico profesional lo haga con el izquierdo. Esto significa que tenemos la oportunidad de aprender cosas nuevas y recordarlas, es la manera que tiene la evolución de hacer conocido lo desconocido. Podemos cambiar nuestra mentalidad. Al crear nuevos cableados y fortalecerlos con nuestro pensamiento, dándoles prioridad, los que no utilizamos tienden a desaparecer.

Usted habla de inteligencia espiritual, ¿qué es eso, cómo lo explica desde un punto de vista científico?
No hay nada místico en ello. Se trata de la misma inteligencia que organiza y regula todas las funciones corporales. Esta fuerza hace que nuestro corazón lata ininterrumpidamente unas cien mil veces cada día sin que nosotros pensemos siquiera en ello, y se encarga de las sesenta y siete funciones del hígado, aunque la mayoría de la gente ni siquiera sabe que ese órgano realiza tantas tareas. Esta inteligencia sabe cómo mantener el orden entre las células, los tejidos, los órganos y los sistemas corporales, porque ha sido ella quien ha creado el cuerpo a partir de dos células individuales.

¿El poder que da origen al cuerpo es el poder que lo mantiene y lo sana?
El cerebro no puede cambiar el cerebro porque es sólo un órgano, y la mente no puede cambiar el cerebro porque es un producto del cerebro. Así que tiene que existir algo que está operando en el cerebro para que cambie la mentalidad.
“Si cada mañana nos planteáramos cuál es la mejor idea que puedo tener de mí mismo, tendríamos otro tipo de mundo” ¿Cómo define ese algo?
Ja, ja, ja, esa es una pregunta muy filosófica, dos botellas de vino y quizá cuatro horas, porque se trata de la búsqueda del ser. Pero por el momento es curiosamente la ciencia la que nos permite explicar que efectivamente tenemos control sobre nuestra mente y nuestro cerebro, es decir, que no somos un efecto de nuestros procesos biológicos sino una causa. Básicamente, más allá de mis estudios sobre las remisiones espontáneas de enfermedades, lo que intento transmitirle es que nuestros pensamientos provocan reacciones químicas que nos llevan a la adicción de comportamientos y sensaciones y que cuando aprendemos cómo se crean esos malos hábitos, no sólo podemos romperlos, sino también reprogramar y desarrollar nuestro cerebro para que aparezcan en nuestra vida comportamientos nuevos.

¿Y la predestinación genética?
La investigación científica de vanguardia está mostrando que la genética tiene la misma plasticidad que el cerebro. Los genes son como interruptores, y es el estado químico en que vivimos el que hace que algunos estén encendidos y otros apagados. Se ha realizado un estudio muy interesante en Japón con enfermos dependientes de la insulina tipo dos que mostraba cómo los enfermos sometidos a programas de comedia normalizaban su nivel de azúcar en sangre sin necesidad de insulina. Veinticuatro genes activados sólo por el hecho de reírse. Los genes son igual de plásticos que nuestro tejido neuronal.

¿Cada vez que pensamos fabricamos sustancias químicas?
Así es, y estas sustancias a su vez son señales que nos permiten sentir exactamente cómo estábamos pensando. Así que si tienes un pensamiento de infelicidad, al cabo de unos segundos te sientes infeliz. El problema es que en el momento en que empezamos a sentir de la manera en que pensamos, empezamos a pensar de la manera en que nos sentimos, y eso produce aún más química.

Un círculo vicioso.
Sí, y así se crea lo que llamamos el estado de ser. La repetición de estas señales hace que algunos genes estén activados y otros apagados. Memorizamos este estado como nuestra personalidad, así que la persona dice: “Soy una persona infeliz, negativa, o llena de culpa”, pero en realidad lo único que ha hecho es memorizar su continuidad química y definirse como tal. Nuestro organismo se acostumbra al nivel de sustancias químicas que circulan por nuestro torrente sanguíneo, rodean nuestras células o inundan nuestro cerebro. Cualquier perturbación en la composición química constante, regular y confortable de nuestro cuerpo dará como resultado un malestar.

Estamos enganchados a nuestra química interna.
Sí, haremos prácticamente todo lo que esté en nuestra mano, tanto consciente como inconscientemente y a partir de lo que sentimos, para restaurar nuestro equilibrio químico acostumbrado. Es cuando el cuerpo ya manda sobre la mente.

¿Propone cambiar la química cerebral con nuestro pensamiento?
Es una parte de mi trabajo, no se trata sólo de cambiar la química cerebral, también los circuitos cerebrales, el cableado. Si podemos forzar al cerebro a pensar con otros patrones o secuencias, estamos creando una nueva mente. El principio de la neurociencia es que si las células neuronales se activan conjuntamente, se entrelazan creando una conexión más permanente. Una persona ante una situación, por nueva que sea, recurre a esa conexión, es decir, repite el mismo pensamiento una y otra vez y da las mismas respuestas, su cerebro no cambia, vive con la misma mente cada día.
¿Cómo interrumpir el ciclo?
A través del proceso de conocimiento y de la experiencia podemos cambiar el cerebro. Es buena idea examinar constantemente qué podemos cambiar dentro de nosotros. Si cada mañana nos planteáramos cuál es la mejor idea que podemos tener de nosotros mismos, tendríamos otro tipo de mundo.

¿Qué preguntas debemos hacernos para sentir de otra manera?
La mayoría de las personas cree que las emociones son reales. Las emociones y los sentimientos son el producto final, el resultado de nuestras experiencias. Si no hay experiencias nuevas o vividas de otra manera, vivimos siempre en la actualización de sentimientos pasados. Se trata del mismo proceso químico vez tras vez. Una pregunta que ayudaría a cambiarnos es: ¿qué sentimiento tengo cada día que me sirve de excusa para no cambiar? Si las personas empiezan a decirse: yo puedo eliminar la culpa, la vergüenza, las sensaciones de no merecer, de no valer…; si podemos eliminar esos estados emocionales destructivos, empezamos a liberarnos, porque son estos estados emocionales los que nos impulsan a comportarnos como animales con grandes almacenes de recuerdos. ¿Cuál es el mayor ideal de mí mismo? ¿Qué puedo cambiar de mí mismo para ser mejor persona? ¿A quién en la historia admiro y qué quiero emular?

Pero saber quién quieres ser no es suficiente para cambiar tu cableado.
No. El conocimiento es lo que precede a la experiencia. Aprender una información es personalizarla y aplicarla. Debemos modificar nuestro comportamiento para poder tener una nueva experiencia que a su vez crea nuevas emociones. El conocimiento es para la mente; la experiencia, para el cuerpo. Tenemos que enseñar al cuerpo lo que la mente ha entendido intelectualmente. Si seguimos repitiendo esa experiencia, se archiva en un sistema nuevo en el cerebro, y eso permite pasar del pensar al hacer, al ser.

El siguiente paso es cambiar hábitos de comportamiento, tiene que haber acción.
El hábito más grande que tenemos que romper es el de ser nosotros mismos, porque la neurociencia y la psicología dicen que la personalidad ya esta formada antes de los 35 años, eso significa que tenemos los circuitos hechos para poder enfrentarnos a cualquier situación y, por lo tanto, vamos a pensar, a sentir y actuar de la misma manera el resto de nuestros días. Pero los últimos estudios muestran que es posible cambiar la personalidad en todas las etapas de la vida, para eso hay que convertir el hábito inconsciente en algo consciente, llegar a tener conciencia de esos pensamientos y sentimientos inconscientes.

¿Eso son 20 años de psicoanálisis?
Aunque llegues a entender intelectualmente que tu padre era muy dominante, eso no cambia tu condición. El primer paso siempre es aprender. Mientras vamos aprendiendo nueva información y empezamos a pensarla, la contrastamos con nuestras creencias y la analizamos, estamos cambiando nuestro cableado, construyendo una nueva mente. Una vez esa nueva mente está establecida, tenemos que empezar a pensar cómo mostrarla, y ahí entra el cuerpo. Cualquier proceso de cambio requiere el desaprender y el reaprender.

fuente:magacine digital

presos de la mente


Según la OMS, el trastorno obsesivo compulsivo (TOC) es la cuarta enfermedad mental más común en los países desarrollados: se calcula que afecta a entre un 2 y un 3 por ciento de la población. Aparece en un 80 por ciento de los casos en la infancia (entre los 8 y los 9 años) o luego en la adolescencia (entre los 15 y los 18). Sin tratamiento, los síntomas se van agravando hasta incapacitar totalmente al paciente.

Las personas con TOC viven atadas a sus obsesiones y sus conductas repetitivas, que no pueden controlar. Por ejemplo, necesitan lavarse constantemente las manos para no contagiarse de enfermedades infecciosas y le dedican a esto unas siete horas al día. Pueden pasarse una jornada entera ordenando la carpeta de clases, lo que les impide ir a la escuela.

Les lleva más de una hora hacer la cama para que quede perfectamente estirada y con cubrecama y almohada bien centrados. Dos horas para vestirse sin una mínima arruga o un pliegue. Otro tanto para disponer las tazas del desayuno... A veces dejan de comer y beber para ir poco el baño y evitar por lo menos uno de sus tantos rituales tortuosos.

Lo más desesperante es que son conscientes de lo que les está pasando y sienten que se están volviendo locos. Algunos llegan a pensar que están poseídos por el demonio.

Más del 30 por ciento no mejora con tratamientos ni con drogas y tiene en la psicocirugía su única esperanza, en muchos casos débil, de salir del infierno. ¿Tú qué harías?

el buscador jorge bucai

el septimo sentido

obsesion,compulsion,ansiedad,y parafilias


En esta exposición me ocuparé de las antiguas y nuevas definiciones de parafilias según John Money, como figura en el DSM – III-R y en el DSM -IV (Manual Diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales) y en la obra "Lovemaps" (John Money, Irvington Publishers, New York, 1986).

Asimismo revisaré las definiciones obsesión, compulsión y ansiedad, según la Psiquiatría. y veré como se articulan las conductas obsesivo – compulsivas a través de la ansiedad.

Descubriré algunas técnicas en el tratamiento de los trastornos obsesivos – compulsivos parafílicos y asociales y ejemplificaré con unos casos.


Quiero apelar a la inquietud científica de los colegas para nuclearnos en torno del tema de la ansiedad en las conductas compulsivas sexuales asociales.

Este trabajo fue presentado en las Segundas Jornadas Argentinas de Trastornos de Ansiedad, en el Paseo la Plaza, ciudad de Buenos Aires, el 14 de agosto de 1998. Su propósito es pasar revista a los componentes de la conducta humana definidos por la Psiquiatría en el DSM – III – R y DSM – IV; por la sexología según John Money y por la Farmacología, según Moizeszowicz y Eli Coleman.

Como terapeuta sistémica quise articular estos enfoques a partir del pedido angustioso del paciente parafílico, quién no sabe cómo eliminar el malestar y quien muchas veces sueña con la muerte para solucionar su problema.

Por eso, no sólo trabajamos en el sufrimiento y ansiedad que le produce lo inexplicable de su conducta para sí mismo, (en el caso de las parafilias sin daño al otro) sino que incorporamos la angustia, para que descubra el daño que implican las conductas ofensivas parafílicas asociales, con las que perjudica a otros.

Introducción

La ley, la Psiquiatría forense y el psicoanálisis denominan "perversión", a lo que uno de los máximos representantes de la Sexología del siglo XX, John Money, describió bajo el nombre de "parafilia".

La parafilia figura en el DSM-III-R (Manual de diagnóstico de los trastornos mentales) entre los trastornos sexuales.

En las últimas décadas de este siglo, los terapeutas e investigadores en el área de la parafilia observaron que muchos de sus consultantes parafílicos podían presentar una base depresiva. Otros informaron que una intensa ansiedad precedía las conductas de estos pacientes, clasificadas por los profesionales como compulsivas porque se manifestaban sin el control voluntario de los sujetos.

Los terapeutas advirtieron que las personas que procedían así se adherían a un objeto, sexual, con fijeza obsesiva, exclusiva y específica. Otros investigadores compararon la ansiedad que precedía la conducta compulsiva con el aura de la epilepsia temporal. Aún no existe suficiente experimentación que corrobore esa correlación.

Los pacientes informan que la conducta que los expertos denominan obsesivo – compulsiva les proporcionan un breve alivio al aumento de su ansiedad, pero que ésta reaparece cíclicamente. Su vida sexual se desarrolla entre uno y otro pico de ansiedad, por lo que la gratificación es relativa y tensional. Dicen los medicadores que la descarga sexual actúa como un ansiolítico de corta vida. (Eli Coleman).

Todas estas experiencias clínicas determinaron que los redactores del DSM IV, además de ubicar a la parafilia entre los trastornos sexuales, pasen a considerarla como una conducta propia de "trastornos del control de los impulsos", según el DSM –IV y que acuñen un nuevo concepto, el de "conducta sexual compulsiva".

Decimos que la conducta sexual compulsiva es parafilica cuando las obsesiones o ideas fijas en su contenido sexual que motivan al sujeto a la excitación y el orgasmo, son tácita o explícitamente rechazados por un contexto social determinado. Esta sería la dinámica del proceso parafílico.

Si el deseo sexual de una persona moviliza una ansiedad que le provoca malestar, actúa compulsivamente para aliviarse.

La sociedad reprueba su conducta por razones de hábitos morales, valores o costumbres. Eso le genera nuevas ten siones que necesitará descargar compulsivamente. Surge así un circuito de mantenimiento, productor de nuevas ansiedades y nuevas conductas sexuales compulsivas, que se perpetuarán si no intervenimos terapéuticamente con o sin medicación, según la necesidad del caso.

Función de la ansiedad en la conducta parafilica

La experiencia de ansiedad anticipa a la persona con conducta parafílica, que su objeto temido y deseado está cerca. Objeto temido, porque su proximidad genera castigo. Deseado, porque sólo él despierta su deseo. Pero también devela que "el contenido de la obsesión parafilica de la persona es ajeno, fuera de control, y no encaja en el tipo de pensamientos que él esperaría tener". (DSM-IV).

Si con medicación y con el trabajo terapéutico instrumentalizamos la ansiedad, la persona puede llegar a sentir la satisfacción de controlar su conducta ansiosa.

La ansiedad controlada nos ilumina sobre los momentos iniciales del problema actual del paciente, moviliza al sujeto para el cambio y le demuestra que puede manejarse a sí mismo.

A tal efecto, un implemento sencillo es la confección de un ansiómetro donde el paciente registra puntillosamente sus grados de ansiedad diaria, los episodios que cree la desencadenaron, la hora, día y circunstancia en que se produjo y su reacción cuando se desencadenó su ansiedad.

Este instrumento representa un proceso autorreflexivo y una conducta activa que permite que la persona afectada pueda discutir en la terapia la corrección, evaluación y anticipación de sus conductas parafílicas.

Graficar, reflexionar y hablar sobre lo sentido ante las vicisitudes de su ansiedad, produce un aprendizaje tal que una vez incorporado en su mundo subjetivo, el cambio se traslada a su conducta externa.

El ansiómetro nos permite implementar los siguientes pasos terapéuticos:

Partiendo de la unidad sistémica paciente – terapeuta llevarán a cabo estas acciones:

La lectura del ansiómetro de sesión en sesión, detectará las situaciones ansiógenas en sus múltiples expresiones, los personajes involucrados, el estímulo o factor desencadenante y de que manera se produce.

En cada situación el paciente evaluará la intensidad de la ansiedad.

El sistema terapéutico reconstruirá el posible origen de la situación ansiógena como dice Richard Green en "Impresiones de la memoria. La reconstrucción del recuerdo" (XII Congreso Mundial de Sexología, Yokohama, 1995)

El sistema terapéutico investigará el significado que el paciente adjudicó al episodio rememorado.

5 . Paciente y terapeuta trabajarán para modificar el relato cristalizado reemplazándolo por otro viviente, afectivizado, donde quepan la pena, la compasión, la culpa no persecutoria y donde la ansiedad ya controlada preanuncie cambios conductales.

El paciente practicará, para graduar la intensidad de su ansiedad, ante el estímulo típico desencadenante de la misma.

El paciente generalizará el aprendizaje del control de su ansiedad ante otras situaciones afectivas temidas o indeseables.

8. Si la ansiedad recrudece y se hace inmanejable, paciente y terapeu ta considerarán la necesidad de la medicación.

Precisiones

Dice el DSM III-R, siguiendo al sexólogo neozelandés John Money:

Parafilia: es una condición erotosexual que ocurre en hombres y mujeres quienes responden o dependen de un estímulo inusual socialmente inaceptable.

Está presente como parte del imaginario erótico o de su fantasía y le sirve para iniciar y mantener la excitación eroto – sexual y para conseguir el orgasmo.

Su origen se remonta a escenas tempranas del pasado precoz del sujeto quien sufrió episodios traumáticos de abuso sexual o una severa represión de algún adulto significativo, represión que obstaculizó sus intereses afectivo sexuales a una edad crítica.

El DSM-III-R definió ocho de las parafilias más comunes: paidofilia, exhibicionismo, voyeurismo, masoquismo sexual, fetichismo travestista, sadismo sexual, fetichismo y frotteurismo.

Las experiencias corporales traumáticas vividas en etapas tempranas cruciales en la formación de la personalidad adquieren un significado que crea y amplifica un desorden de ansiedad subyacente (Coleman, "Parafilias y desórdenes crónicos").

Posteriormente, este desorden de ansiedad primario se experimenta como una distimia secundaria.

Parafilia según el DSM-IV

El DSM-IV, en "Trastornos del control de los impulsos no clasificados en otros apartados" ubica a la parafilia entre los trastornos del control de los impulsos no especificados, junto con la dependencia de sustancias, (como síntomas relacionados con el control de los impulsos) (302.70)

"La característica esencial de la parafilia es la presencia de repetidas e intensas fantasías sexuales de tipo excitatorio, de impulsos o de comportamientos sexuales que por lo general engloban: 1) objetos no humanos; 2) el sufrimiento o la humillación de uno mismo o de la pareja; o 3) niños u otras personas que no consienten, y que se presentan durante un período de al menos seis meses" (Criterio A)

Para algunos individuos, las fantasías o los estímulos de tipo parafilico son obligatorios para obtener excitación y se incluyen invariablemente en la actividad sexual.

En otros casos, las preferencias de tipo parafilico se presentan sólo episódicamente (por ej., durante períodos de estrés) mientras que otras veces, el individuo es capaz de funcionar sexualmente sin fantasías ni estímulos de ese tipo.

"El comportamiento, los impulsos sexuales o las fantasías provocan malestar clínico significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo" (Criterio B).

Trastorno distímico: es un trastorno del estado de ánimo. Su característica esencial es un estado de ánimo crónicamente deprimido, presente la mayoría de los días. Los sujetos describen el estado de ánimo como "triste" o "desanimado" (DSM-IV).

Formas de ansiedad

Ansiedad: Moizeszowicz la describe como un desasosiego psíquico. Reserva para la angustia un plano predominantemente psicotomático.

Una persona con angustia o ansiedad titubea en precisar el objeto que la provoca.

Angustia real: la persona la siente frente al mundo externo.
Angustia neurótica: la experimenta, según una concepción psicodinámica, frente a los requisitos del ello, de los instintos.
Angustia fóbica: la persona siente que se desencadena frente a situaciones fobígenas comunes, sin relación comprensible con el peligro
Angustia sin relación: se da ante un peligro exterior. Dice la OMS que presupone una "neurosis por pérdida o trastorno involuntario psicogénetico, de alguna función".

En el aspecto psicológico los síntomas aparecen en la persona debido a que vivió situaciones cargadas emocionalmente y expresan simbólicamente el conflicto que subyace.

Ansiedad persecutoria: El individuo teme que su yo sea aniquilado, por lo que huye de su supuesto perseguidor.

Ansiedad depresiva: La persona es conciente del daño realizado a los demás y a sí mismo.

El autor expresa que es difícil sostener el exclusivo origen somático de la ansiedad porque la angustia parece asentarse en las estructuras mesodiencefálicas. El ansioso presenta un estado de hiperactivación desmesurada que puede ocasionar una angustia anormal para un grupo social.

Los ansiolíticos reducen su nivel de ansiedad pero cuando detecta la aparición de los componentes fisiológicos de la ansiedad, recrudece la activación.

Moizeszowicz indica terapia porque, aunque la medicación bloquee los componentes somáticos de la enfermedad, la angustia psíquica persiste; y recomienda un tratamiento con benzodiazepinas porque produce una acción miorrelajante, una acción ansiolítica y una acción desinhibidora de conductas estresantes.

El DSM-IV en el capítulo "Trastornos obsesivo – compulsivos define a las:

Obsesiones: ideas, pensamientos, impulsos o imágenes de carácter persistente que el individuo considera intrusas o inapropiadas y que provocan ansiedad o malestar significativo.

Esa cualidad de intrusa o inapropiada se denomina "egodistónica".

"El individuo con obsesiones busca neutralizarlas mediante otras ideas o actividades."

Las compulsiones: se definen como comportamientos o actos mentales cuyo propósito es prevenir o aliviar la ansiedad, pero que no proporcionar placer o gratificación.

Conducta sexual compulsiva: (o csc) el DSM-IV la da como ejemplo de un "desorden psicosexual aún no clasificado".

La csc se caracteriza por querer reducir la ansiedad originada por un deseo sexual.

Conductas compulsivas no parafilicas

Ya clasificamos las conductas sexuales parafílicas. Existen conductas sexuales compulsivas no parafílicas. Las agrupamos (Coleman) en cinco subtipos:

Cruzamiento compulsivo con múltiples parejas o cruising. La persona "escanea" constantemente el entorno en busca incesante de conquista y satisfacción en una salida sexual con múltiples parejas a las que desecha rápidamente.

Fijación compulsiva a una pareja inconquistable. La persona idealiza a un objeto de amor y aunque las pruebas de realidad expresen que no existe reciprocidad en el amor, su fijación compulsiva le impide corregir su fantasía amorosa.

Autoerotismo compulsivo. La persona siente un impulso obsesivo y compulsivo a estimular sexualmente sus genitales. Sólo lo detiene la extenuación, el daño a su cuerpo o la presión social porque pese a su acción masturbatoria no puede detener un sentimiento de soledad que incrementa la ansiedad.

Múltiples relaciones amorosas compulsivas. Estas personas se obsesionan y realizan actos compulsivos para ser intensamente queridas en una relación nueva, para la que solicitan permanentes manifestaciones de afecto.

Sexualidad compulsiva en una relación. Si la persona no logra estas expresiones compulsivas su sexualidad se transforma en ansiedad, depresión y enojo.

Cuando le prodigan interminables expresiones sexuales de afecto, el alivio de la ansiedad es temporal. Al poco tiempo expresará su intensa posesividad, celos y enojo.

Cómo reconocer las conductas sexuales compulsivas.

En cada persona debemos buscar los síntomas asociados con desórdenes de ansiedad, depresión y dependencia a la droga y al alcohol. La gente con csc puede experimentar:

Tensión motriz (temblor, estremecimientos, cefalgias, dolores musculares, desasosiego, incapacidad de relajarse, fatiga).

Hiperactividad autonómica: (jadeo, taquicardia, transpiración, boca seca, mareo, náuseas, diarrea, orina frecuente, dificultad en la deglución)

Hipervigilancia (sentimiento de que están "en el límite", sobresalto fácil, dificultad de concentración, insomnio, irritabilidad)

La ansiedad es extenuante y desmoralizante.

Muchos pacientes con csc experimentan ansiedad aguda y crónica o depresión en respuesta a la csc.

En el acto sexual se sienten fijados a su ansiedad y depresión. Pueden salir de esa ansiedad sólo por poco tiempo. Por eso, cuando se deprimen, algunos llegan a suicidarse.

Algunas preguntas adicionales sirven para diagnosticar síntomas o estados de enfermedad. Conviene averiguar en cada paciente para detectar:

Ansiedad
Depresión
Abuso de alcohol o drogadependencia
ETS
Embarazos indeseados
Problemas somáticos
Discordia relacional
Disfunción sexual
Abuso infantil

No son conductas compulsivas

Una intensa dedicación a la actividad sexual vivida sin ansiedad y con placer.

El incremento de las relaciones sexuales o las masturbatorias durante la adolescencia, en la luna de miel o en cualquier etapa de la vida a solas (autoestimulación) o en una relación con una pareja respondiente y satisfactoria.

Conductas sexuales problemáticas

Son aquellas que el individuo no acepta por su formación religiosa o por la norma social opuesta a su ejecución.

Con la información y orientación adecuada y suficiente, las personas pueden superar el problema.

"Pero otros individuos almacenan en los engramas erotosexuales de su cerebro la representación de una conducta autofrustrante tal vez a causa de la disfunción de los neurotrasmisores y la información que surge de ella.

"Esta csc es patológica porque el cerebro genera ansiedad y el patrón de conducta sexual está actuando como un ansiolítico de corto alcance, similar a otras conductas obsesivas y compulsivas. Esa conducta sexual es dañina en su aspecto obsesivo y compulsivo.

En tanto las conductas sexuales problemáticas remiten ante las terapias simples, no sucede lo mismo con las csc. En ese caso necesita medicación" (Eli Coleman).

Farmacoterapia

El medicador debe evaluar la severidad de las obsesiones del paciente, sus compulsiones y la existencia de otros desórdenes físicos y psiquiátricos.

Algunos médicos prefieren antidepresivos serotanérgicos porque no tienen efectos colaterales potenciales y porque tienen ansiolíticos antilibidinales y antidepresivos, con lo cual permiten que el paciente participe en la terapia verbal con toda su capacidad de concentración.

Los especialistas observaron que la fluoxetina es eficaz en las csc en tanto que los antiandrógenos los emplean en casos parafílicos resistentes (ANDROCUR; DEPO-PROVERA).

Además si el médico así lo considera (que el paciente realiza csc) lo medicará con antidepresivos, antiepilépticos, antipsicóticos u otras medicaciones pertinentes.

La psicoterapia y la ansiedad

El tratamiento psicoterapéutico sistémico ayuda a resolver la fuente de los problemas psiquiátricos y el desorden psicosexual.

También es útil para mejorar el manejo de la ansiedad y la forma de lograr una buena intimidad.

La terapia familiar sistémica es esencial porque muchas conductas se iniciaron en el entorno familiar.

Las técnicas de abordaje terapéutico deberán ser claras, sencillas, graduadas, creativas y diversificadas, acorde con el momento que atraviesa la terapia.

Enumero algunos de los recursos que suelo emplear en la terapia donde reinan la compulsión, la obsesión y la ansiedad del consultante y la interacción entre los miembros de su familia entre sí y con él.

Uso del ansiómetro a lo largo de la terapia.

Técnicas de relajación al inicio de las primeras sesiones y cuando la ansiedad recrudece.

Empleo de un cuestionario inspirado en John Money para detectar circunstancias precursoras para la construcción de la parafilia, de los elementos cognitivos que influyeron en su formación familiar temprana y en su mantenimiento actual.

Información sobre lo que le sucede

Indicación bibliográfica ("El Arte de Amargarse la Vida", de Watzlawick ayudó en gran medida a varios pacientes con ideas obsesivas).

Propuestas de aprendizaje de nuevos patrones de relación (aprendizaje del cortejo, por ej.)

Fijación de límites realistas para no ser hiper-restrictivos y para que el paciente los pueda cumplir. Por ej. para un exhibicionista le indique masturbarse dentro del auto con la puerta progresivamente más cerrada hasta que llegó a cerrarla, en una primera parte de la terapia.

Muestra

Dieciocho pacientes presentaron conductas obsesivo - compulsivas con o sin contenidos parafílicos y con ansiedad de diferente intensidad.

El propósito de la selección de este grupo era investigar los resultados de la terapia con y sin medicación, y la detección de los cuadros más resistentes al cambio para averiguar las causas del fracaso terapéutico.

Motivo de consulta: no todos los consultantes acudieron por problemas parafílicos.

Algunos de ellos se preocupaban por sus obsesiones, por la incomodidad de su conducta descontrolada, por su desasosiego ante situaciones sociales más o menos detectadas por ellos mismos pero cuya explicación ignoraban.

Muchos sobrevaloraban los alcances de su csc, aunque no fuera dañina para los demás (Ej: paciente que se estimulaba con pañuelos, otro rompiendo o haciendo romper papeles en el acto sexual)

El desconocimiento de lo que les pasaba incrementaba la ansiedad.

Esta se potenciaba en los individuos que actuaban conductas condenadas por la sociedad:

Tocar sexualmente a los niños
Tocar los glúteos de las mujeres en las aglomeraciones sin que ellas lo consintieran
Decir obscenidades por teléfono
Espiar desnudos femeninos o espiar escenas sexuales ajenas
Violar personas
Trasvestirse

Comentarios sobre la muestra

De las dieciocho personas asistidas con un promedio de seis meses a una sesión por semana, seis cometieron abuso sexual ocasional o sistemático.

Los dos pacientes a los que no pude ayudar a vencer su compulsión cleptofílica (placer por robar) me hicieron sentir que fracasé con ellos, o ellos junto conmigo. No pude implementar una terapia familiar. Tenían antecedentes de maltrato y abandono parental.

En el resto de los consultantes el sistema terapéutico produjo desde éxitos y modificaciones en muchos y fundamentales aspectos de su vida, a un mejor control de su ansiedad, manejo de las obsesiones y sexo más placentero.

Cinco personas fueron medicadas con Rivotril y Fluoxetina. En todos ellos la evolución terapéutica fue favorable. Dos personas en las que detecté crisis de pánico, se beneficiaron con la medicación pese a ser reacias por causas "de su alergia", a tomar medicamentos alopáticos, con lo que el estudio médico precedió a la administración de fármacos por el facultativo, cuando los pacientes aceptan a ser medicados.

Mi mayor éxito fue con los fetichistas travestistas, los exhibicionistas y los homofóbicos.

Caso exitoso

Concurre a la consulta un joven de veinticuatro años, deprimido por eyacular precozmente. En su adolescencia no se atrevió a cortejar a ninguna novia. Se inició sexualmente con una prostituta, eyaculó rápido y desistió de tener relaciones sexuales. Cuando vio que todos sus amigos tenían novia consultó a un médico sexólogo para controlar su eyaculación, pero no lo logró.

Vino a verme en el momento en que su ansiedad era intensa. Estaba al borde de las lágrimas. Lo medicaron con fluoxetina y con la terapia controló su eyaculación, conversó sobre cómo vivía su sexualidad y sus dificultades para conseguir pareja. Comenzó a noviar y tuvieron relaciones sexuales con placer, tras concurrir en pareja a la terapia sexual.

Decidieron casarse y él tuvo un ataque de pánico. Apareció su homofobia. En terapia trabajamos intensamente sobre la ansiedad que le generaba el casamiento, su temor a estar entre hombres, su fobia social y sexual en sesiones individuales y en pareja. Nuevamente medicado y en terapia, se casaron y fueron felices.

Después de un tiempo (3 años) apareció un ataque de pánico cuando ella propuso tener un hijo. Concurrieron juntos y luego él solo a las entrevistas. Finalmente, él aceptó la idea de la paternidad posible. Pero entonces descubrieron que ella tenía las trompas de Falopio obstruidas y que él tenía poca y mala calidad de espermatozoides.

El tratamiento para la fertilidad inhibió por períodos el deseo sexual de uno o de la otra.

Después de deprimirse mucho y de que él luchara contra los fantasmas de la homosexualidad y la frustración por no poder cumplir con sus sueños de ser padre y tras una serie de sesiones, aceptaron que tal vez podrían adoptar, si no llegaban a engendrar un hijo biológico. A ella esto le producía un intenso dolor moral, que fue superando merced a terapias corporales.

Él concurrió luego individualmente a la terapia y pese a las circunstancias laborales adversas y a un exigente tratamiento para la fertilidad, cada día superaba su amor por su pareja, tomó decisiones antes impensadas (organizar un viaje a Europa para ambos), ensayó nuevas formas de acercamiento en el diálogo, propuso actividades alternativas y se planteó un mayor acercamiento sexual. Quebró un vínculo intenso y oscuro con la familia de origen, donde los hombres no contaban, a la vez que revirtió una relación indiferenciada con ella.

Si surgían las ideas obsesivas de que le gustaban los hombres podía permanecer sereno, controlando sus emociones, ante el acercamiento afectivo de alguien y aún disfrutar de amistades masculinas.

Hacia fin de la terapia, me trajo un recuerdo del Vaticano, una cajita que reproduce la escena de la creación de Miguel Angel en la que Dios acerca su mano a Adán para darle vida.

La ansiedad de los terapeutas

Como miembro de IATSO, Asociación Internacional para el tratamiento de los ofensores sexuales, estoy abierta a las sugerencias e intercambios clínicos científicos que mejore la salud conductal de la gente con cscp (conductas sexuales compulsivas parafílicas).

Necesitamos reunirnos para delinear los alcances de nuestra acción y corregir el imaginario social que identifica a los terapeutas con agentes de socialización o con representantes de la autoridad, quienes deberían dirigir a los pacientes, ponerle límites y producir cambios en ellos desde afuera, en automático.

Money dice que trabajar con ofensores sexuales genera en muchos de los colegas que no se ocupan del tema: indiferencia, rechazo o ataque hacia el especialista.

Como la misma sociedad soslaya el problema para ayudar, pues sólo propugna vigilar y castigar, muchos terapeutas se autoperciben como idealistas o derrotados.

Otros especialistas sexólogos proponen lo siguiente para no sucumbir a la ansiedad o a la depresión, al ocuparnos del tópico de las parafilias asociales (Eli Coleman):

*Obtengamos el apoyo de nuestra pareja, con una rica vida afectiva personal que contrarresta las dificultades de nuestro quehacer profesional.

*Diversifiquemos nuestros temas de trabajo. Es muy arduo trabajar sólo en parafilias asociales.

*Propongámonos metas realistas y aún así, no esperemos demasiado de ellas.

*Pidamos apoyo logístico a nuestros colegas, hasta que formemos un entorno de intereses compartidos .

Los aspectos oscuros de la sexualidad humana están en todos.

Por mi parte, les abro las puertas de la Fundación Isabel Boschi para toda las inquietudes que surjan sobre las experiencias estudiadas.

Bibliografía

Brancroft, John: "Desviaciones de la conducta sexual", Breviarios de la conducta humana, Barcelona, 1977, "Desensibilización sistemática" en "Técnicas de modificación".

Coleman, Eli: "Paraphilias and Related Desorders", en Compulsive Sexual Behaviour, New York, The Haworth Press, N Y, June 1992.

Coleman, E.; Dwyer, M y Pallone, N: "Sex Offender Treatment", The Haworth Press, N Y, 1996.

DSM- III- R: Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, Ed. Masson, Barcelona, 1989, Parafilias, pag. 535; Trastornos del control de los impulsos, pag. 625.

DSM IV : Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, Ed. Masson, Trastornos de ansiedad, Barcelona, 1995

Donald F. Klein: "Trastornos sexuales y medicación" en Kaplan, Helen, S: "Disfunciones sexuales", Grijalbo, Buenos Aires, 1989.

Mc Mulin, Tim: "Combining EMDR with Relapse Prevention Programs to Enhance Treatment Outcomes with Sex Offenders", Emdria, Kansas City, junio de 1998.

Moizeszowicz, Julio: "Psicofarmacología psicodinámica", Aspectos neuroquímicos y psicológicos", Paidós, Buenos Aires, 1982; cap. III "Psicofármacos tranquilizantes y Psicofarmacología psicodinámica III. Cap. 3: "Psicofármacos ansiolíticos". Benzodiazepinas.

Money, John: "Lovemaps", Irvington Publishers, New York, 1986, Vocabulary, Cap. 26.

fuente:Artículo Original de redsistemica.
fuente:psicologos madrid

pensamiento negativo


PENSAMIENTO NEGATIVO

El pensamiento negativo es una patología tan absorbente como la de una tenia. Absorbe la felicidad para trasformarla en detritus y no cesa de sorber de las sustancias más ricas su extracto alegre. Este parásito actúa como un voraz elemento que desde la clandestinidad, amparado en la invisibilidad, succiona para su cuerpo larguísimo aquello que es dulce, dorado, esférico, perlado, celeste, candeal, para convertirlo mediante un metabolismo raudo en un material de deshecho. Su acción es tan súbita que apenas permite un disfrute suficiente para bañar el sabor del confite, el olfato de perfume y la vista con un bosque de color. Inmediatamente la tenia engulle el síntoma de contento para volcar sobre su aparición un vómito desahuciado. En ocasiones se llega a tal perfección del pensamiento negativo que sólo se ve la felicidad a contraluz como desde una estancia en que domina asiduamente el miedo, la decepción, un aire suavemente podrido que termina abatiendo. En estas condiciones, sólo se ama ráfagas secas. ¿Cómo salir de ahí? Sólo si se piensa negativamente sobre lo negativo, una vez adiestrado en la negación, avanza su descrédito, sólo reconociendo el proceder de la tenia, su instinto torcido y parasitario se recobran raciones de paz.


Todos los pensamientos están cargados de emociones, sustentan energías positivas o negativas de acuerdo a la razón de ser de ellos.
En esta oportunidad nos referiremos a los pensamientos negativos, a sus cualidades, justamente al respecto se ha dicho como lo señala la escuela de la Educación Mental: Intencionalmente casi nadie piensa pensamientos negativos. La mayoría quiere pensar cosas buenas, quiere hacer cosas buenas y quiere estar bien. No es necesario ser un ángel para sentir esto. Pero, sin embargo, la mayoría pensamos negativamente casi tanto como positivamente. La razón estriba en que nos comportamos mentalmente de una manera bastante pasiva, "siendo más efecto de las circunstancias externas que causa de las circunstancias internas.

Si estuviésemos plenamente conscientes de que los pensamientos negativos son muy destructivos probablemente seguiríamos produciéndolos, pero sería más fácil tomar acciones para neutralizarlos. Algo similar a lo que ocurre con el tabaco, el fumador sabe que le hace mal y sigue fumando; pero, ante una señal de advertencia en la salud puede disciplinarse y dejar de fumar.

Realmente, los pensamientos negativos son destructivos de todas las condiciones deseables de nuestras vidas. Paralizan el esfuerzo; minan la voluntad; nos hacen tomar decisiones lamentables. Así que - un poco por inconsciencia y otro poco por inercia y adicción - tenemos una gran producción de pensamientos negativos.

Quien asume voluntariamente restricciones, con un objetivo claro de mejora, la obtiene. Quien sufre restricciones contra su voluntad, normalmente piensa negativamente, lo cual empeora su condición aún más que las restricciones. Cuando involuntariamente empeora nuestra condición de vida y sufrimos, física y emocionalmente, es muy difícil producir pensamientos positivos. De hecho, los pensamientos negativos aparecen con total naturalidad y en perfecta sintonía con la situación. La salida está en saber transformar las circunstancias mentales. Una condición es saber realmente cómo plantearse un objetivo, una salida de la mala situación. Sin esto, no habría producción de pensamientos positivos.

Uno debe sorprenderse cuando se está dando pase a que afloren los pensamientos negativos, determinar cuál es la causa de ello, su alcance, ya que puede repercutir en contra de nosotros, a los demás, no solo psíquicamente, sino hasta físicamente, puede afectar muestro organismo, como también generar resultados negativos en nuestras interrelaciones si dejamos que afloren, si no lo sabemos controlar.

Tome en cuenta lo la Gnosis nos aporta al respecto, que El «Yo negativo de los celos», engaña a los seres que se adoran y destruye la dicha de los mismos. El «Yo negativo del orgullo místico» engaña a los devotos del camino, y éstos, sintiéndose sabios, aborrecen a su maestro o le traicionan...

El Yo Negativo apela a nuestras experiencias personales, a nuestros recuerdos, a nuestros mejores anhelos, a nuestra sinceridad y, mediante una rigurosa selección de todo esto, presenta algo en una falsa luz, algo que fascina y viene el fracaso...

Sin embargo, cuando uno descubre el «Yo» en acción, cuando ha aprendido a vivir en estado de alerta, tal engaño se hace imposible.