¿Qué es el Trastorno obsesivo-compulsivo (TOC)?

Una obsesión es un pensamiento, sentimiento, sensación o idea fijos y recurrentes, mientras que una compulsión es un patrón de comportamiento recurrente y consciente que una persona se siente impulsado a realizar.

Este comportamiento puede ser una acción física o un acto mental, siendo el propósito del acto compulsivo intentar disminuir la ansiedad asociada con la obsesión, aunque no siempre se consigue.

El TOC, con frecuencia se describe como “la enfermedad de la duda”. Los que lo sufren tienen “dudas patológicas” porque ni pueden distinguir entre lo que es posible, lo que es probable y lo que no es probable que suceda.

¿Cómo afecta este trastorno según la edad, sexo y raza?

- La prevalencia en la población general es del 2 – 3%, alcanzando el 10% en la población psiquiátrica.
- El TOC es el cuarto diagnóstico psiquiátrico en cuanto a frecuencia, por detrás de : fobias, trastornos relacionados con sustancias y TDM.
- La probabilidad de sufrir es trastorno es igual en hombres que en mujeres adultos, pero en la adolescencia, afecta ligeramente más a los hombres.
- La edad de comienzo es alrededor de los 20 años; un par de años antes en los hombres y posterior en las mujeres.
- Afecta con más frecuencia a personas solteras que casadas.
- Menos frecuente en la raza negra que en la blanca, aunque puede estar influenciado por la accesibilidad a los servicios sanitarios.

¿Cuáles son las patologías psiquiátricas que se asocian con mayor frecuencia a un TOC?

- TDM. 67%
- Fobia social. 25%
- Otros: - T. Inducidos por el alcohol
- Fobias específicas
- T. de angustia
- T. de la conducta alimentaria

Algunos trabajos relacionan las personalidades obsesivas con el TOC ( 50 – 80%), pero otros más recientes se cuestionan esta relación, incluso la descartan.

¿Cómo influyen los factores biológicos en la aparición del TOC?

La causa real de los TOC se desconoce, sin embargo, existen diferentes teorías multifactoriales.

- 4 aspectos fisiopatológicos:

- Alteración en el procesamiento de la información.
- Alteración en los mecanismos de excitación-inhibición centrales.
- Patología frontal y de conexión con ganglios basales.
- Alteraciones bioquímicas.

Neurotrasmisores: Alteración en el sistema serotoninérgico, noradrenérgico y dopaminérgico.

Estudios por imágenes del cerebro: Han aportado datos que sugieren alteración funcional de los circuitos neurológicos entre la corteza frontoorbitaria, el caudado y el tálamo.

Genética: Se confirma un componente genético. Aparece este trastorno en el 35% de la población con este diagnóstico en familiares de primer grado.

Hipótesis de los factores conductuales en la aparición de los TOC.

Según los teóricos del aprendizaje, las OBSESIONES son estímulos condicionados y las COMPULSIONES estrategias activas de evitación.


- Modelo de DOLLARD y MILLER. Los efectos ansiolíticos de un determinado acto se aprenden en la infancia a través de la educación social.
- RACHMAN y EYSENCK como resultado del condicionamiento clásico + respuesta de evitación.
- Teoría de los sistemas de control

Factores cognitivos:

- Intolerancia a la ambigüedad e incertidumbre
- Dificultad en la toma de decisiones
- Pensamiento catastrofista
- Hipersensibilidad a circunstancias aversivas

¿Qué factores psicosociales afectan en la aparición de los TOC?

- Factores educativos. rigidez e inflexibilidad en ciertos valores.
- Factores de personalidad
- F. psicodinámicos. aparición de aislamiento y anulación como mecanismos de defensa.

¿Cuáles son los síntomas del TOC?

Pensamientos obsesivos:

- Carácter insólito, intrusivo y parásito
- Reconocido como propio y con conciencia de enfermedad
- Reiterativo y persistente
- Con contenido negativo
- Resistencia al fenómeno, que genera ansiedad
- Interfiere en la vida

Según la forma:

- Impulsos obsesivos
- Imágenes o representaciones obsesivas
- Temores obsesivos
- Ideas obsesivas
- Dudas obsesiva

Según temas:

- Contaminación
- Duda
- Somático
- Necesidad de simetría
- Agresivos
- Sexuales
- Religiosos

Las compulsiones suelen ser secundarios a los pensamientos obsesivos. Sólo el 20 - 30% tiene obsesiones sin compulsiones.

Existen cuatro síndromes básicos:

- Contaminación (50%). contaminación – lavado.
- Dudas (25%). dudas – comprobación.
- Pensamientos intrusivos (15%). sin compulsión ni consecuencias internas aparentes.
- Simetría (10%). puede llevar a una lentitud obsesiva primaria.

¿Cuáles son las expectativas (pronóstico) y el curso de un TOC?

Inicio. Edad media de inicio 20. Los primeros síntomas aparecen antes de los 25 años en el 66% de los casos y después de los 35 en el 15% de los pacientes. Se calcula que en el 50 – 70% de los casos puede existir factor estresante desencadenante.

Curso. Es una enfermedad crónica, y aunque en algunos pacientes puede ser fluctuante, es rara la existencia de periodos completamente libres de síntomas.

Pronóstico. Mejoría notable en el 20 – 30%
Mejoría moderada 40 50%
Empeoramiento 20 40%
El 33% de los pacientes también presentan TDM, con el riesgo de suicidio que ello conlleva.
El contenido de las obsesiones no parece estar relacionado con el pronóstico.

Dudas sobre los riesgos de un antidepresivo

Dudas sobre los riesgos de un antidepresivo
Actualizado jueves 07/Publicar entrada02/2008 20:20 (CET)

MARÍA SÁNCHEZ-MONGE

MADRID.- El debate sobre el incremento del riesgo de suicidio en personas que consumen ciertos antidepresivos sigue vivo en Estados Unidos. La revista 'New Scientist' y el periódico 'The Wall Street Journal' se han hecho eco de un informe que asegura que la compañía GlaxoSmithKline (GSK) ocultó datos sobre el peligro de uno de sus fármacos, Seroxat.

El documento que ha originado la polémica, presentado en un juicio, asegura que la compañía farmacéutica ocultó este peligro a la agencia estadounidense del medicamento (FDA, sus siglas en inglés) cuando informó de los resultados de los ensayos clínicos sobre el fármaco Seroxat (paroxetina).

Sin embargo, GSK ha señalado en un comunicado que el documento, que califica como "no científico y engañoso", fue encargado por la defensa en un caso que fue archivado el pasado 30 de enero.

El análisis realizado por el psiquiatra de la Universidad de Harvard Joseph Glenmullen llega a la conclusión de que GSK informó de los suicidios registrados entre los pacientes a los que se administró un placebo (sustancia inactiva), pero no contabilizó los que se produjeron entre quienes consumieron el medicamento.

El especialista asegura que los datos en poder de la compañía mostraban un riesgo de suicidio ocho veces superior en los individuos tratados con Seroxat, pero GSK "camufló" estas cifras al presentar sus resultados en 1989 a las autoridades sanitarias.

¿Relación causal?

Por su parte, GSK cita las palabras del tribunal que se ha encargado de desestimar la causa: "Antes de febrero de 1997 [cuando se produjo el suicidio que motivó la demanda judicial] es indiscutible que la FDA ya había considerado la cuestión de un incremento del riesgo de suicidio y los inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina, incluido Seroxat, sin encontrar una relación causal que justificase una advertencia a los pacientes adultos o pediátricos".

La relación entre las conductas autolesivas y determinados fármacos para tratar la depresión ha sido objeto de una profunda investigación en los últimos años. En 2004, la FDA alertó sobre el riesgo de suicidio asociado a varios antidepresivos, entre los que se encuentra Seroxat.

Dos años después, la agencia reguladora encomendó a las compañías farmacéuticas que informasen a los profesionales sanitarios del aumento de conductas suicidas relacionado con estos productos y que incluyesen en los prospectos advertencias en las que se aclarase en qué edades se ha observado este peligro. Los estudios sólo muestran un incremento en menores de 24 años, mientras que en mayores de 65 se ha detectado una disminución.

fuente: el mundo.es salud



Dudas sobre los riesgos de un antidepresivo


Dudas sobre los riesgos de un antidepresivo

Actualizado jueves 07/02/2008 20:20 (CET)
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MARÍA SÁNCHEZ-MONGE

MADRID.- El debate sobre el incremento del riesgo de suicidio en personas que consumen ciertos antidepresivos sigue vivo en Estados Unidos. La revista 'New Scientist' y el periódico 'The Wall Street Journal' se han hecho eco de un informe que asegura que la compañía GlaxoSmithKline (GSK) ocultó datos sobre el peligro de uno de sus fármacos, Seroxat.

El documento que ha originado la polémica, presentado en un juicio, asegura que la compañía farmacéutica ocultó este peligro a la agencia estadounidense del medicamento (FDA, sus siglas en inglés) cuando informó de los resultados de los ensayos clínicos sobre el fármaco Seroxat (paroxetina).

Sin embargo, GSK ha señalado en un comunicado que el documento, que califica como "no científico y engañoso", fue encargado por la defensa en un caso que fue archivado el pasado 30 de enero.

El análisis realizado por el psiquiatra de la Universidad de Harvard Joseph Glenmullen llega a la conclusión de que GSK informó de los suicidios registrados entre los pacientes a los que se administró un placebo (sustancia inactiva), pero no contabilizó los que se produjeron entre quienes consumieron el medicamento.

El especialista asegura que los datos en poder de la compañía mostraban un riesgo de suicidio ocho veces superior en los individuos tratados con Seroxat, pero GSK "camufló" estas cifras al presentar sus resultados en 1989 a las autoridades sanitarias.

¿Relación causal?

Por su parte, GSK cita las palabras del tribunal que se ha encargado de desestimar la causa: "Antes de febrero de 1997 [cuando se produjo el suicidio que motivó la demanda judicial] es indiscutible que la FDA ya había considerado la cuestión de un incremento del riesgo de suicidio y los inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina, incluido Seroxat, sin encontrar una relación causal que justificase una advertencia a los pacientes adultos o pediátricos".

La relación entre las conductas autolesivas y determinados fármacos para tratar la depresión ha sido objeto de una profunda investigación en los últimos años. En 2004, la FDA alertó sobre el riesgo de suicidio asociado a varios antidepresivos, entre los que se encuentra Seroxat.

Dos años después, la agencia reguladora encomendó a las compañías farmacéuticas que informasen a los profesionales sanitarios del aumento de conductas suicidas relacionado con estos productos y que incluyesen en los prospectos advertencias en las que se aclarase en qué edades se ha observado este peligro. Los estudios sólo muestran un incremento en menores de 24 años, mientras que en mayores de 65 se ha detectado una disminución.

fuente: el mundo.es salud



¿Cómo librarse de obsesiones y preocupaciones insistentes?


¿Cómo librarse de obsesiones y preocupaciones insistentes?

En primer lugar, cada vez que aparezca ponle una etiqueta: preocupación absurda u obsesión irracional. El siguiente paso será aceptar esos pensamientos, después controlarlos voluntariamente y, por último, librarse de ellos. Veamos estos pasos con más detalle.

A. Acepta tu obsesión

Cuando estas ideas, imágenes o impulsos aparecen en tu mente te resultan sumamente desagradables y quieres librarte de ellas, resistirte, luchar y sacarlas de tu cabeza para siempre. Pero no puedes; es algo que escapa a tu control y si no puedes controlarlo tampoco puedes eliminarlo. Pero, ¿cómo controlar lo que parece incontrolable? Lo primero que tienes que hacer, aunque resulte paradójico, es aceptarlo y no tratar de combatirlo. Deja que esos pensamientos prosigan libremente. No los juzgues ni los analices. De este modo los estás transformando en voluntarios, (ya que has decidido libremente que está bien tener ese pensamiento y está bien que sea obsesivo), aumentando así tu dominio sobre ellos.

B. Controla tu obsesión

Una vez que estos pensamientos son voluntarios puedes empezar a controlarlos. Para ello puedes hacer dos cosas:

1. Déjalo para más tarde.

Si estás trabajando y empiezas a preocuparte con algo, posterga tu preocupación para dentro de un rato, eligiendo una hora determinada para obsesionarte. Pueden ser 5 minutos después, o una hora o incluso por la noche, dependiendo de la severidad de tu problema y lo insistentes y frecuentes que sean tus pensamientos obsesivos. Si has decidido dejarlo para cinco minutos después, por ejemplo, trata de posponerlo de nuevo cuando hayan pasado esos cinco minutos y así sucesivamente.

2. Cambia tu forma de preocuparte.

Otra manera de adquirir mayor control sobre tu pensamiento es cambiando la forma que tienes de responder a la obsesión. Para ello puedes hacer varias cosas:

Anota tus pensamientos exactos en una libreta cada vez que aparezcan, incluso si aparecen unos minutos después de haberlos anotado y tienes que volver a escribir lo mismo una y otra vez. Esto te ayudará a darte cuenta de lo absurdos que son y el esfuerzo de escribirlos continuamente disminuirá su aparición por puro aburrimiento.

Cambia la situación. Si tu obsesión o preocupación consiste en una imagen mental, trata de modificar esa imagen. Por ejemplo, si consiste en ver tu casa ardiendo, ponle un marco a esa imagen y luego imagina que dicho marco se encoge poco a poco hasta ser demasiado pequeño como para distinguir lo que hay en su interior. Si tu pensamiento obsesivo consiste en imaginar que golpeas a alguien con un martillo, transfórmalo en un enorme martillo de goma espuma incapaz de hacer daño a nadie.

Canta tu obsesión: elige una música alegre y canta: "me van a despedir", "no llegaré a fin de mes", o cualquier frase que resuma tu preocupación. Esto hará que disminuya tu ansiedad, ya que el hecho de cantar es incompatible con ella y te ayudará a distanciarte de esas emociones desagradables. Cuando te sientas mejor deja de cantar y centra tu atención en otra cosa


C. Librarse de la obsesión

Hasta aquí has conseguido aceptar esos pensamientos y controlarlos. Ahora llega el momento de librarse de ellos.

Un tiempo para preocuparse.

Dedica cada día un periodo de 15 ó 30 minutos para preocuparte y durante ese tiempo céntrate sólo en tus preocupaciones y en todo lo malo que podría suceder, intentando sentirte lo más angustiado posible. La mayoría de las veces no resulta fácil llenar un periodo de 10 ó 30 minutos con preocupaciones cuando no tratamos de combatirlas, sobre todo teniendo en cuenta que la mayoría consisten en una idea específica, lo que significaría pasar esos 15 minutos repitiendo lo mismo una y otra vez de forma voluntaria. Esta técnica te ayudará también a posponer tus preocupaciones cuando aparecen en un momento inadecuado.

Graba tus preocupaciones.

Selecciona una frase que resuma tu preocupación, grábala en una cinta de corta duración de las que repiten una y otra vez su contenido y escúchala cada día durante un periodo de 30 minutos. Si cuando aparece ese pensamiento espontáneamente te produce cierto grado de ansiedad, al escucharla tienes que sentir exactamente lo mismo, o no servirá de nada. Escúchala sin desviar tu pensamiento hacia otros temas. Descubrirás que al cabo de un tiempo tu ansiedad ha disminuido debido a que te has habituado a esa situación y ha dejado de producirte angustia. Si al cabo de 30 minutos tu ansiedad no ha disminuido al menos a la mitad sigue escuchando la grabación o no surtirá efecto.

No huyas.

Afronta las situaciones que pueden provocar tus obsesiones o preocupaciones y que tiendes a evitar para no sentirte mal. Por ejemplo, si te preocupa demasiado el hecho de cometer un error es posible que eludas hacer determinadas tareas. Deja de huir, métete de lleno en la situación y cuando en tu mente empiecen a dar vueltas y vueltas las ideas desagradables, utiliza las técnicas antes expuestas.

Aprende técnicas de relajación.

La más sencilla consiste en la respiración profunda. Aspira por la nariz llenando los pulmones de aire por completo. Después expulsa el aire lentamente mientras imaginas cómo tu cuerpo se va relajando cada vez más. Cuenta cada espiración empezando por el número diez hasta llegar a uno. Repite esto varias veces al día para practicar y para que te sea más fácil utilizar la relajación en los momentos de tensión que suelen acompañar a tus preocupaciones.

Utiliza frases tranquilizadoras

Se trata de frases que te ayuden a relajarte o a posponer tus obsesiones, como "cálmate"; "no voy a preocuparme ahora por esto; lo haré más tarde"; "sé que mis pensamientos son exagerados"; "tiendo a centrarme demasiado en el lado malo de las cosas y en todas las catástrofes que podrían suceder"; "está bien cometer errores"; "está bien que haya tenido este pensamiento; no tengo por qué darle mucha importancia"; "esto no es una emergencia, aunque yo esté pensando en ello como si lo fuera".


nunca dejara de asombrarme lo cambiante que puede ser este trastorno en un momento me encuentro de fabula y al siguiente estoy rumiando la obsesión y amargada. he conseguido dejar la compulsión de contar números pares y chocar los dedos por lo menos de forma consciente ya no lo hago. pero me temo que tengo una compulsión nueva que es preguntarle a mi chico cada vez que me viene a la cabeza la obsesión nueva. tu crees que volveré a ser la misma persona de antes ? ¿ recuerdas si me daban miedo los murciélagos? cuanto tiempo hace que no me dan miedo los murciélagos y la rabia ¿ he estado tan mal antes como estoy ahora ?. y el pobre se arma de paciencia y me dice como ahora no has estado peor lo que pasa es que ya no te acuerdas. y es cierto tengo un vago recuerdo de mis anteriores obsesiones incluso de la de los murciélagos y la rabia. como si no hubiese sido tan incapacitarte como fue tengo el lejano recuerdo de cuando pasaba horas y horas mirándome un arañazo del gato intentando analizar si era un simple arañazo o una mordedura letal que mataría por mi culpa a familiares amigos y vecinos. o la obsesión de los cuchillos ya lejana en el tiempo y de la que solo recuerdo que tire todos los cuchillos de casa por que me obsesione con que podría hacer daño a mi chico . pienso que si tuviese un recuerdo mas vivido de las obsesiones pasadas tendría mas armas para luchar contra el toc aunque por otro lado pienso que el no tener mas que un vago recuerdo es por que se han superado y quizás sea mejor así. siempre puedo preguntar.

¿Qué es el trastorno obsesivo-compulsivo?

El trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) es un trastorno de la ansiedad en el que las obsesiones y compulsiones interfieren considerablemente en la rutina de la persona, dificultando el trabajo o la vida social normal. El TOC por lo general aparece durante la niñez, adolescencia o juventud. Afecta a más de cuatro millones de estadounidenses, es común en hombres y mujeres de igual modo, y no tiene límites geográficos, étnicos ni económicos.


Obsesiones
Las obsesiones son pensamientos recurrentes y persistentes, impulsos o imágenes que causan emociones angustiantes tales como ansiedad o disgusto. Las personas con TOC reconocen que los pensamientos, impulsos o imágenes son producto de su imaginación y que son exagerados o irracionales. Sin embargo, estos pensamientos molestos no pueden ser resueltos con lógica o razonamiento. La mayoría de las personas trata de ignorarlos o borrarlos, o neutralizarlos con otro pensamiento o acción. Algunas de las obsesiones típicas son inquietudes excesivas sobre la contaminación o el daño, la necesidad de simetría o exactitud, o pensamientos religiosos o sexuales prohibidos.


Compulsiones
Las compulsiones son comportamientos repetidos o actos mentales que una persona se siente impulsada a realizar en respuesta a una obsesión. Los comportamientos tienen el propósito de prevenir o reducir la angustia o una situación a la que se teme. En los casos más graves, la repetición constante de los rituales puede ocupar todo el día e imposibilitar la rutina normal. Además de la angustia que causan estos rituales, se suma el conocimiento de que estas compulsiones son irracionales. Algunos ejemplos son:
Limpieza. Algunas personas pasan muchas horas lavándose o limpiando su entorno para reducir el miedo a que los “contaminen” los gérmenes, suciedad o químicos reales o imaginarios.
Repetición. Para disipar la ansiedad, algunas personas con TOC pronuncian un nombre o frase, o repiten un comportamiento muchas veces. Saben que estas repeticiones en realidad no los van a proteger del daño pero temen sufrir si no las hacen.
Verificación. Algunas personas desarrollan rituales de verificación para reducir el temor de dañarse a sí mismo o a otras personas, por ejemplo, olvidar cerrar la puerta o apagar la cocina. Algunas personas también vuelven sobre su trayecto en la ruta para asegurarse de no haber atropellado a nadie.
Orden y organización. Para reducir la inquietud, algunas personas se sienten obligadas a poner objetos, tales como libros, en un cierto orden o a organizar los elementos de la casa de determinada manera o de forma simétrica, o tener todo perfecto.
Colección excesiva. Algunas personas acumulan pilas de diarios, revistas, ropa, papeles y desperdicios para reducir el malestar.


Compulsiones mentales. Como respuesta a los pensamientos obsesivos molestos, algunas personas rezan o repiten frases en silencio para reducir la ansiedad o evitar situaciones temidas en el futuro.


Tratamientos
Terapia cognitiva conductual
Un tratamiento efectivo es un tipo de terapia conductual cognitiva conocida como exposición y prevención de respuesta. Durante las sesiones de tratamiento, los pacientes se exponen a las situaciones que les crean ansiedady provocan el comportamiento compulsivo o los rituales mentales. A través de la exposición, los pacientes aprenden a disminuir y luego a abandonar los rituales que afectan sus vidas. Descubren que la ansiedad que provoca sus obsesiones disminuye aunque no cumplan con los rituales. Esta técnica funciona bien en pacientes cuyas compulsiones se concentran en situaciones que pueden ser fácilmente recreadas. Para los pacientes que tienen rituales compulsivos por temor a catástrofes que no pueden recrearse, la terapia se basa en imaginar las situaciones que producen ansiedad.
En el transcurso de la terapia, el paciente sigue las pautas de exposición y prevención de respuesta acordada entre el terapeuta y él/ella. La terapia conductual cognitiva puede ayudar a muchos pacientes con TOC a reducir sus síntomas en gran medida. Sin embargo, solo funciona si los pacientes cumplen con los procedimientos.
Algunos pacientes no estarán de acuerdo en participar de la terapia conductual cognitiva debido a la ansiedad que ésta implica, y otros deberán tratar la depresión en forma simultánea.


Medicina

Existe una clase de medicinas efectivas para el tratamiento del TOC conocidos como inhibidores de recaptación de serotonina (IRS). Los IRS ayudan a la mitad de las personas que los usan, y los pacientes que no responden a uno, a veces responden a otro. Los mayores beneficios, por lo general, se registran entre las semanas seis y doce.
Algunos de los IRS de eficacia demostrada para el TOC son la clomipramina, fluoxetina, fluvoxamina, paroxetina y sertralina. Otros antidepresivos que pueden ser efectivos son citalopram, escitalopram y venlafaxina. Aunque son muy útiles, estos medicamentos con frecuencia dejan síntomas residuales que se tratan mediante el aumento de las dosis de IRS con otros medicamentos o con terapia conductual cognitiva.
Los pacientes con TOC que han recibido el tratamiento adecuado demostraron mejoras en la calidad de vida y en el funcionamiento. El tratamiento no sólo afecta los síntomas. Si tiene éxito, además puede mejorar la capacidad del individuo para continuar con sus estudios, trabajar, desarrollar y disfrutar las relaciones, y buscar actividades recreativas.

Afecciones relacionadas
Es posible que los familiares de los pacientes con TOC presenten otras afecciones que comparten algunas características del TOC, y en algunos casos responden a tratamientos similares. Algunos ejemplos son trastornos somatofórmicos tal como el trastorno dismórfico corporal (preocupación por fealdad imaginaria) e hipocondría (preocupación por enfermedades físicas), trastornos del control de impulsos tal como la tricotilomanía (arrancarse el cabello), algunos trastornos alimentarios la bulimia y trastornos de base neurológica tal como el síndrome de Tourette.

Fuente de Información: American Psychiatric Association (APA)

REVISIÓN NARRATIVA SOBRE LOS TRATAMIENTOS ACTUALES PARA EL TOC


“… el individuo no se atrevía a atravesar un puente, pasar cerca de un embalse
o peñasco o permanecer en una habitación con vigas, por miedo a que tuviera
tentaciones de ahorcarse, ahogarse o precipitarse. Si se hallaba ante un
auditorio silencioso, como por ejemplo en un sermón, temía que pudiera
proferir en voz alta e incontroladamente palabras indecentes y malsonantes…”
Robert Burton.: “The Anatomy Melancholy”, (1883).


Introducción.

El trastorno Compulsivo-Compulsivo según el DSM-IV-TR, (American Psychiatric Association, 2000), puede manifestarse de alguno de los siguientes modos y define sus componentes como: a) las obsesiones son pensamientos imágenes, o impulsos intrusivos desagradables y repugnantes, inaceptables o sin sentido y que el sujeto intenta rechazar.
b): Las compulsiones son comportamientos que el sujeto emite para neutralizar el contenido obsesivo de sus pensamientos y que operan de modo similar a la evitación o el escape; es decir, aliviando la ansiedad y el malestar subyacente por un proceso puro de reforzamiento negativo.

La edad de comienzo del TOC puede ir desde la infancia a los 40 años, la mayor frecuencia de inicio va de la primera adolescencia a los veintitantos años. (Cruzado, 1998), y la prevalencia “vida” del mismo oscila entre el 1.9 al 2.5% de la población, (Karno y cols., 1998).

Las personas con TOC, frecuentemente, suelen presentar más de un tipo de obsesión y compulsión, el 60% aproximadamente según Foa y Kozac 1996, entre otros autores; siendo las más comunes: 1.- Ideas de contaminación: como el temor a ser contagiado por contacto con elementos tales como la sangre, tiradores o pomos de las puertas, uso de aseos públicos, personas enfermas, etc… En estos casos el ritual o compulsión más usual suele ser el de lavarse de forma repetida, (hasta lacerarse la piel incluso), ducharse de manera frenética, lavar vajillas o ropas durante horas… 2.- Ideas o temores de auto-lesión o agresión a los otros: sentir el impulso de lanzarse por un puente, agredir a sus familiares con un cuchillo…; como rituales, se evita el quedarse a solas con ellos, buscar la re-aseguración de que no se ha producido ningún daño. 3.- Obsesiones sobre aspectos religiosos: como blasfemias, dudas sobre si se habrá pecado, o si se habrá confesado completamente, etc… 4.- Ideas obsesivoides relativas al orden: realizar tareas según una secuencia determinada, contar escalones, o subirlos y bajarlos aritméticamente… 5.- Obsesiones y rituales de comprobación: como repasar continuamente si se ha cerrado bien el coche, la espita del gas o la puerta de la casa…
Son algunas de las más frecuentes que podemos observar en la práctica clínica de la Psicología.

El trastorno obsesivo-compulsivo debe su peculiaridad a nuestro juicio a cuatro factores importantísimos, a saber: a).- la dificultad que entraña el explicarle al paciente en qué consiste su trastorno y su solución, (y más aún a sus familiares o allegados); b).- en conexión con lo anterior, la extrañeza que puede suponer para la gente con que interacciona la persona afectada sus conductas ritualistas; a diferencia de otros problemas de ansiedad, en los que el escape o la evitación del estímulo o situación ansiógena es mas comprensible; c).- las técnicas de intervención que utilizamos los clínicos (al menos los de orientación cognitivo-conductual), en algunos casos hasta temerarias o “extrañas” para el profano, para que el tratamiento sea efectivo; d).- y como corolario, el hecho de ser un trastorno –como algunos autores indican- “a caballo” entre lo que antaño se llamaban “neurosis”, y las psicosis; lo que nos llevaría en cierta medida a aceptar como buena la hipótesis freudiana de la existencia de un continuo, en cuyos polos o extremos estarían ubicadas las dos citadas entidades.

Tratamiento psicológico del TOC.

Dejando a un lado técnicas, procedimientos o acercamientos al tratamiento del problema específicamente cognitivos como la novedosa TRIP (Terapia de Reducción de Ideación del Peligro) o paquetes cognitivo-conductuales, que no añaden nada nuevo a las técnicas de exposición, a no ser que el trastorno se dé en forma de obsesiones puras con conducta compulsiva no-observable o encubierta, podemos afirmar según datos incontrovertibles de los estudios meta-analíticos, (revisiones sistematizadas sobre los resultados de los efectos de un determinado tratamiento), que la técnica de elección a día de hoy para el Trastorno Obsesivo Compulsivo y en cuanto a criterios de eficacia, efectividad y eficiencia, es la “exposición con prevención de respuesta”.

Tras finalizar el tratamiento, dicha técnica exclusivamente conductual se mostró asociada a una mejora global más acentuada que con la medicación (que mencionaremos más abajo). Es por ello, que debería ser la primera línea de intervención para la mayoría de los casos, utilizando la combinación con fármacos para los más graves, o para cuando existe una comorbilidad con depresión mayor u otros trastornos asociados. Estas estrategias consisten en exponer a la persona a los objetos personas o imágenes que le provocan la ansiedad y las obsesiones, impidiendo que realice las neutralizaciones (compulsiones o rituales) que hacen que disminuyan su ansiedad (prevención de respuesta de escape), p.ej. contaminándole con algún objeto sucio o con posibles gérmenes e impedir que se duche o que se lave las manos durante períodos largos. (Esto se haría por ejemplo también, para un TOC con ideas de contaminación, que por lo demás, son las más comunes).
De todos modos, esto no es más que un ejemplo aislado, ya que el tratamiento es más complejo, además de incluir otras estrategias que implicarían asimismo a los familiares.

También se utiliza la “exposición imaginaria” : cuando el contenido de las obsesiones no es accesible, cuando el paciente relata un excesivo temor a consecuencias catastróficas si no lleva a cabo la neutralización o cuando las obsesiones están compuestas por imágenes, más que por situaciones, estímulos o sucesos externos.

Un caso más complejo de cara al tratamiento (por eso nos entretendremos un poco en ello), consiste cuando “las obsesiones se dan sin conducta compulsiva manifiesta”; ya que la evitación y las compulsiones se dan casi en su totalidad de forma encubierta, por lo que se llegan a confundir las obsesiones con las neutralizaciones, que salen a relucir en forma de cavilaciones o rumiaciones mentales. Cuando esto sucede, se suelen emplear técnicas tales como el “entrenamiento en habituación y la parada de pensamiento”.

El “entrenamiento en habituación” consiste en que el paciente plasme por escrito los pensamientos obsesivos repetitivamente o que rememore de forma deliberada el/los pensamiento/s obsesivo/s y que los mantenga en su mente así hasta que su terapeuta se lo indique (tomando generalmente como criterio, que las unidades subjetivas de ansiedad –USAs- en un termómetro de miedo p. ej. se vean reducidas a la mitad menos uno de su valor inicial, que puede oscilar de 0 a 100 o, que al menos disminuyan en un 50% de dicho valor).

Otra estrategia para ello y, que especialmente nos gusta poner en práctica, -como indican Foa y Wilson en su ya famoso libro- (Foa y Wilson, 2001), es la de grabar en una casete (a ser posible con audífonos y con la propia voz del paciente) los pensamientos ansiógenos, que posteriormente escucha al mismo tiempo que su pensamiento va siguiendo la cinta. Este método es especialmente útil ya que como dice Cruzado, (Cruzado, 1998), “…este método asegura que el pensamiento ocurra con la máxima predictibilidad y por lo tanto asegurará la habituación…”

En cuanto al entrenamiento en la parada o detención del pensamiento, podremos soslayarlo o no reparar mucho en él ya que no existen estudios –salvo error- que hayan incluido un grupo control en sus diseños. A groso modo, el paciente debe realizar una lista de pensamientos obsesivos y otra con pensamientos agradables alternativos. El terapeuta primero y posteriormente el paciente, describen la obsesión, que cuando lleva mantenida en la mente un tiempo predeterminado, ambos pueden gritar en voz alta un “para”, “basta” o “stop” que luego se hará interno. El pensamiento entonces habrá desaparecido, debiendo imaginar después el sujeto la escena alternativa. No es ocioso recordar que en esas listas, no se deban incluir pensamientos neutralizantes.

Tratamiento farmacológico del TOC.

Tradicionalmente el trastorno obsesivo compulsivo se ha venido tratando por los psiquiatras con Clomipramina (Anafranil). Un antidepresivo de la familia de los tricíclicos que tiene potentes acciones sobre la bomba de inhibición de la recaptación de un neurotransmisor llamado serotonina, afectando sin embargo a su vez, a otros neurotransmisores cerebrales que nada tienen que ver con la actividad terapeútica. Se sigue utilizando en la actualidad para casos graves y refractarios. Debido a su cardiotoxicidad y a otros efectos secundarios, a partir de la segunda mitad de la década de los 90 se empezaron a utilizar otros antidepresivos, que éstos sí tenían una selectividad “cuasi”-pura sobre dicho neurotransmisor, evitando así los efectos secundarios que poseían los tricíclicos. La familia de los que se citan (ISRSs) son: Fluoxetina, Fluvoxamina, Sertralina, Paroxetina, y Citalopram. Surgiendo después un hermano de éste último llamado Escitalopram, metabolito activo de citalopram racémico.

Los últimos meta-análisis (de nuevo), nos indican que la Paroxetina, Sertralina y Clomipramina son los fármacos de elección a día de hoy para tratar dicho trastorno. Ahora bien, como hemos dicho que tienen efectos secundarios es conveniente administrarlos de forma conjunta con un anticonvulsivo (de tipo gabaérgico o benzodiacepínico) que aumente el umbral convulsivo así como para controlar en cierta medida la estimulación causada por la administración del fármaco.

También afectan a la respuesta sexual humana (anorgasmia en mujeres y eyaculación retardada en hombres), así como leves y transitorias alteraciones gastrointestinales como náuseas y estreñimiento. Reversibles al continuar el tratamiento, o al cesar el mismo.

Las dosis se deben de incrementar de 10 en 10 mg. para la paroxetina por ejemplo, (los comprimidos suelen ser de 20 ranurados), para sertralina y clomipramina bastaría con incrementos de 25 en 25 mg. respectivamente, por la posible aparición de cuadros de pánico en personas predispuestas o con antecedentes de presencia de los mismos. Asímismo, la dosificación y la duración de los tratamientos debe ser algo superior a la utilizada para el episodio depresivo mayor; como sucede también, para los trastornos de ansiedad generalizada, fobia social y pánico con agorafobia en los cuales las dosis y el tiempo de administración del fármaco también deben ser mayores que para el trastorno depresivo.

Otros fármacos utilizados en el T.O.C. y en las ideas obsesivoides han sido neurolépticos como la Risperidona, el Haloperidol, la Olanzapina, o la Levomepromazina, (sobre todo si existe algún rasgo esquizoide o fuertes ideas sobrevaloradas), así como toda la gama de Benzodiacepinas disponibles en el mercado, recomendándose las de vida media larga (previniendo la acumulación de los niveles plasmáticos del principio activo), y desaconsejándose las que pudiesen tener un efecto más desinhibitorio que otras; como por ejemplo el bromazepam, alprazolam o clonazepan frente al cloracepato que sí posee dicho efecto, con el subsiguiente efecto contraproducente para el paciente, que puede consistir en un aumento de las obsesiones/compulsiones al estar desinhibido.

Comorbilidad o solapamiento de síntomas.

Algunos pacientes con TAG (ansiedad generalizada), con trastorno de pánico con o sin agorafobia, o con cualquier otro trastorno de ansiedad, y/o depresión, pueden presentar sintomatología obsesivoide en el curso o contexto de su cuadro clínico, y normalmente ante cualquier evento estresante.

A diferencia de los pacientes con TOC las personas con ansiedad generalizada y/o pánico perciben sus pensamientos ansiogénicos o ansiosos como relativamente reales pero rara vez desarrollan rituales para aliviar su ansiedad; esto es lo que nos lleva a los clínicos a tener que “hilar muy fino” al hacer el diagnóstico diferencial, ya que se podría confundir con mucha facilidad un trastorno por otro con el consiguiente error al elegir y aplicar también los tratamientos, aunque se asemejen en algunos aspectos un poco.

Cuando no se ha consolidado todavía un cuadro de TOC propiamente dicho, algunas estrategias o indicaciones como las que siguen, pueden serle suficientes al sujeto para paliar (en casos leves, desde luego), la sintomatología obsesiva; como nos recuerda de nuevo el profesor Cruzado (1998), éstas son:

1º.- Pensar cosas negativas no significa que una persona las desee. Los pensamientos son diferentes de las acciones. Muchos pacientes creen que si un pensamiento negativo entra en su mente, significa de inmediato que desean que esa cosa mala ocurra. Esto no es cierto. (Esto es lo que se conoce como pensamiento mágico).

2º.- Todos tenemos pensamientos que nos avergonzarían si los otros los supieran; de todo tipo, religiosos, sexuales, etc… y en algunos casos, impulsos de hacer daño a sí mismos o a los demás.

3º.- Hay que pensar que el contenido de las obsesiones es irracional. Has de decirte a ti mismo/a: “estoy teniendo un pensamiento irracional, exagerado y sin sentido”, “es fruto del problema de ansiedad que tengo, es una obsesión”.

4º.- En lugar de intentar detener el pensamiento, es más adecuado aceptar que se está teniendo un pensamiento o imagen obsesiva que es la que te está provocando la ansiedad, en definitiva, “se trata de exponerse” a ese pensamiento, idea o imagen.

5º.- Después de llevar a cabo la exposición tres o más veces el grado de malestar al comienzo de la siguiente sesión será menor. Esta es la mejor indicación de que el tratamiento va funcionando.

6º.- En los casos de exposición en imaginación se deben incluir pensamientos de consecuencias desastrosas futuras que provocan miedo, ansiedad o angustia.

7º.- Las exposiciones largas son mas efectivas que las exposiciones breves e interrumpidas. Aunque la ansiedad o angustia sea alta, ésta se suele disipar aproximadamente a los treinta minutos. Se debe continuar la exposición mientras la ansiedad continúe alta y hasta que baje al menos -tomando como criterio- a la mitad menos uno de la escala de 0 a 10 que ya es sabida.

8º.- Si se manifiestan varias fuentes de ansiedad o angustia el tratamiento de exposición debe dirigirse al pensamiento obsesivo principal, tras lo cual se aborda el segundo en importancia alternando el tratamiento de ambas ideas o imágenes obsesivas.

9º.- Ejemplos de autoinstrucciones positivas ante una obsesión o idea obsesivoide podrían ser: “estoy teniendo una obsesión, no debo evitarla, debo seguir exponiéndome, cuanto más me exponga antes acabaré con ella, puedo hacerle frente”; “éste es el momento álgido, si aguanto un poco mas esto empezará a bajar”; “no puede sucederme nada peor, estoy haciendo lo que tengo que hacer, que es exponerme a esta obsesión absurda”.

fuente:Fco. Javier López González
Psicólogo Clínico y de la Salud
CENTRO MÉDICO/PSICOLÓGICO HELIKE. ALICANTE. (ESPAÑA)