Cuando la obsesión se transforma en enfermedad


Seguramente alguna vez supiste de una amiga que después de cerrar la puerta de su casa y alejarse algunos metros regresaba a ver si había cerrado la puerta en forma correcta.

Este tipo de comportamiento forma parte de lo que los psicólogos llaman trastorno obsesivo compulsivo y se puede observar en personas de ambos sexos. Surge alrededor de los 15 años, aunque entre los varones puede surgir en la primera infancia.

Generalmente las personas que sufren de este tipo de problema concurren a consulta médica alrededor de los 25 años y a partir de allí iniciar su proceso de superación. Si bien los adolescentes y adultos reconocen la exageración e irrazonabilidad de sus obsesiones o compulsiones, no pueden evitarlas. Es por

que durante años mantienen sus síntomas en secreto con el consecuente retraso del tratamiento adecuado.

Cuales son las obsesiones mas frecuentes?

Por lo general se relacionan con temores a la contaminación, a la suciedad, a las infecciones, a las enfermedades, al orden y la simetría y al temor de dañar físicamente a otros. También hay obsesiones de contenido sexual, religioso o filosófico. Los síntomas de estos trastornos provocan malestar a quien los padece y dificultan la relación de la persona con los demás.

Obsesiones y compulsiones

Cuando un pensamiento o una acción determinada se considera una obsesión? Se trata de pensamientos, impulsos, imágenes recurrentes e inapropiadas que causan malestar. Las personas que padecen este tipo de obsesiones reconocen que las mismas se producen en su mente. A diferencia de las obsesiones, las compulsiones se caracterizan por ser comportamientos o actos repetitivos, por ejemplo, rezar, contar, repetir palabras silenciosamente, destinados a calmar la obsesión. estas acciones se realizan siempre siguiendo reglas rígidas. Como vemos, las compulsiones tienen como objetivo calmar el malestar o prevenir algún mal, pero para lograrlo se valen de acciones que no son realistas.

Que sucede con la impulsividad

Aquí hallamos comportamientos que aíslan a las personas socialmente o la obligan a vivir con su cuenta bancaria en rojo, mientras que en los casos mas extremos las conducen al delito. Con frecuencia suele pasar tiempo hasta que los jugadores empedernidos o aquellos que no pueden pasar frente a un negocio sin comprar, comprenden que requieren ayuda psicológica para llegar a un diagnóstico acertado. Las manifestaciones mas extremas de la impulsividad se dan por la atracción que produce la provocación repetitiva de incendios (piromanía), la cleptomanía o la tricotilomanía, es decir, arrancarse el propio pelo con la consecuente pérdida del mismo. También se suman los impulsos agresivos y la dificultad para controlarlos. También la agresividad desproporcionada con respecto a cualquier situación estresante que la desencadene.

En el mismo renglón de la impulsividad se inscriben las compulsiones sexuales, la preocupación obsesiva por el cuerpo y la apariencia. Las causas de los trastornos compulsivos son de diversa índole. Hay factores genéticos, que ocurren en determinadas familias. Otros son de origen psiconeurológicos y otros psicosociales. En este ultimo caso se evidencian obsesiones de limpieza, de duda, cavilación y sentimientos de amor y odio hacia un mismo objeto. También los factores ambientales como ciertas toxinas e infecciones pueden contribuir a la aparición de estos trastornos.

El tratamiento adecuado

El problema debe ser atacado desde 3 flancos. Por un lado el educativo, informando al paciente y a sus failiares sobre la enfermedad para bajar el nivel de ansiedad, reducir la culpa y evitar estigmas que puedan impedir tanto el acceso al tratamiento como su continuidad.

Además, como estos pacientes suelen sufrir recaídas y estar asociados a la depresión es necesario que estén prevenidos para evitar el desaliento. A través de la asistencia psicológica el paciente tiene la oportunidad de contar las obsesiones y rituales que durante tiempo mantuvo ocultos por verguenza.Esto ya le proporciona alivio. Además sus síntomas empiezan a tener sentido a la luz de su historia personal y de las experiencias que letocó vivir.

Esto gradualmente reduce el nivel de angustia y, por ende, de las obsesiones y las compulsiones.Cuando un paciente se recupera retoma sus actividades normales. Por último, el profesional es quien determinará si es necesaria alguna medicación.

Todos tenemos alguna obsesión o compulsión, a veces controlada, a veces no…
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