Muchas veces he escuchado, que dejar la mente en blanco es totalmente imposible.
Lo cierto, es que dejar de pensar continuamente, en temas que nos hacen estar tristes o enfadados, nos haría tener una mejor calidad de vida.
El pensamiento obsesivo y repetitivo, está en nuestra mente, como un hábito no deseado por nosotros, pero del cual creemos que no podemos deshacernos.
Ser conscientes de que tenemos esos pensamientos, es el primer paso para dejarlos atrás (no significa que dejemos de pensar, sino que dejemos esos pensamientos dañinos).
Por ejemplo, una mañana te levantas convencido o convencida, de que ese día será terrible. Tu mente a cada paso que das, te va “diciendo” palabras y ordenes negativas:
- No merece la pena, - No tengo ganas, - ¿Por qué me pasa todo lo malo a mi?...
Y si no te das cuentas de esos pensamientos, sigues con tu día, y al llegar la noche, verás que muchas de las cosas que has pensado (y atraído hacía ti), se han cumplido.
Hay algunas maneras de hacer que todos esos pensamientos paren.
Una de ellas, es la siguiente:
Busca una goma elástica (como una goma del pelo), y colócatela en una de tus muñecas. La goma no ha de oprimirte, ni ser demasiado ancha.
Una vez que la tienes, comienza con este nuevo hábito:
Cada vez que venga a tu mente un pensamiento obsesivo y negativo, toca la goma del pelo de tu muñeca y tira un poco de ella (sin hacerte daño, solo como un recordatorio de que esos pensamientos van a parar, ya que tú no los quieres en tu día a día).
Con el gesto, di alguna palabra para ti o en voz alta, que te motiven a ello (como por ejemplo: - ¡Para! Todo va a salir bien).
Poco a poco te costará menos asociar ese pequeño acto, con detener los pensamientos incómodos.
http://creerenpositivo.blogspot.com/2010/01/parada-de-pensamiento.html