En cierta forma, es irónico, pero a todos nos pasa, en ocasiones cuando llega la crisis, se convierte en una cadena y cada eslabón trae una noticia poco agradable.
Todos los días tendremos problemas, situaciones y crisis, pero algunas de ellas no sabremos cómo manejarlas.  Entonces, qué puedes hacer:
  • Profundizar tu relación con Dios y sacar tiempo para estar a solas con Él, leer la palabra y comunicarte directamente al cielo.  Seguramente, en su tiempo, habrá una respuesta, sí, no o espera.
  • Leer un buen libro que hable sobre lo que estás viviendo y otros libros de motivación y que te ayuden a encontrar el ánimo que necesitas día a día.
  • Conversar con un buen amigo o una buena amiga.
  • Buscar la ayuda de un profesional de la conducta humana, si es necesario.
  • Sacar tiempo para ti, para hacer lo que te apasiona y quizás, habías olvidado.
  • Descansar…
  • Buscar ayuda financiera o legal; de un consejero matrimonial; de un médico especialista o una segunda opinión; según sea el caso.
  • Abrir tus ojos para ver más allá de tus circunstancias.
  • Cerrar los oidos a comentarios negativos o consejos que no aportan a tu bienestar.
  • Rodearte de gente que quiere lo mejor para ti y están dispuestos a ayudarte, hazlo, toma el teléfono, llama, dile cómo te sientes y comparte con ellos actividades para distraerte.
  • 
Son algunos consejitos que debemos recordar, porque en el momento de la crisis, de una prueba tras otra, es posible que nos turbemos, sintamos frustración, impotencia y la incertidumbre quiera apoderarse.
Pero, recuerda que tienes que pasar el examen, si no obtienes una buena calificación tendrás que repetirlo tarde o temprano.  Aprende de cada situación que parece o es negativa.  Busca el lado positivo de lo que te ocurre.  


esperanza, paz, amor, comprensión, solución
Hoy tienes una nueva oportunidad para comenzar.

 Sé que no es tan fácil como escribirlo o leerlo aquí. Requiere tolerancia y paciencia, y se nos hace bien difícil desarrollarlas.  Me confieso, yo también he tenido momentos así, pero todos los días la misericordia de Dios se renueva y tenemos una oportunidad para volver a comenzar, de manera que estemos alerta para cuando la crisis toque la puerta, no se pueda quedar, se vaya, aunque sea poco a poco.
 No te rindas, esa no es la opción.

Nota de la autora: Si este escrito tocó tu corazón deja un comentario, no sabes a quién le hace falta leer lo que compartas con nosotros. Y si conoces a alguien que esté pasando por situaciones así, envíale el escrito, publícalo en twitter, en facebook o cualquier otra red social.  Juntos podemos tocar la vida de alguien y cambiarla para siempre.
http://masquevivir.com
Profa. Elizabeth Vargas

"El hombre encuentra a Dios detrás de cada puerta que la ciencia logra abrir. "
Albert Einsten


¿Sabe usted manejar sus preocupaciones? ¿Cómo éstas le afectan? ¿Cuál es la razón de ser de sus preocupaciones? ¿Es usted obsesionado?¿Se deja llevar por la obsesión?¿ Está consciente del alcance , las repercusiones de la obsesión?, son algunas interrogantes que lo invitan a reflexionar sobre estos temas que inciden en su conducta, comportamiento. En este escrito nos adentramos en lo importante que es saber enfrentar las preocupaciones y obsesiones a fin de evitarnos conflictos que nos afecten psíquica y físicamente.

ASPECTOS BASICOS A SER TOMADOS EN CUENTA

Al permanecer activos en este plano físico y garantizar que nuestro tránsito debe ser lo mejor de lo mejor garantizando nuestra salud, felicidad, es necesario estar atento sobre cómo las preocupaciones y obsesiones inciden en nuestra conducta, comportamiento. Justamente al respecto de estos tópicos, Ana Muñoz nos comenta, que preocuparse de manera exagerada no sólo no conduce a nada bueno, sino que además produce un gran malestar, interfiere en el trabajo y no te deja dormir. Sin embargo, se pueden utilizar algunas técnicas sencillas para combatirla
Se nos dice además, que la persona preocupada tiene un predominio del lado intelectual sobre el emocional; vive más en su cabeza que en sus sentimientos. Analiza, piensa constantemente y en su cabeza hay una continua cháchara mental. "A veces me dan ganas de golpearme la cabeza contra la pared para que pare", dicen algunos. Es como si todo lo que llegara a la mente de estas personas fuera importante y digno de ser tenido en cuenta. Cada idea, cada recuerdo, cada imagen que surge en su cabeza. Nada se puede desechar y no son capaces de separar lo que verdaderamente importa de lo secundario. No es raro que padezcan de dolor de cabeza, generalmente localizado sobre los ojos. A nivel mental estas personas son poderosas y tienen una energía mental desbordante, pero, por desgracia, no saben cómo utilizarla o la usan de manera incorrecta y agotadora.

Ana Muñoz nos agrega, que se trata de personas concienzudas, dedicadas al trabajo, al cual dedican mucha energía, y tienen un gran sentido de la ética y la moral. Se esfuerzan siempre en hacer lo correcto de la manera correcta, lo que la mayoría de las veces quiere decir "a su manera", ya que suelen tener bastante claro cómo hay que hacer las cosas. Son perfeccionistas y detallistas. Les gusta el orden y la limpieza, la planificación y la rutina, catalogar, hacer listas. Nunca cometen imprudencias ni excesos y no les gusta tirar las cosas, ya que en un momento dado pueden llegar a necesitarlas. Les gusta trabajar y esforzarse y no les atraen las cosas fáciles de hacer. Debido a que se rigen por el intelecto y no por sus emociones o deseos, les cuesta perdonarse los pequeños errores que toda persona puede cometer y es entonces cuando aparece la culpa y la preocupación.Muñoz nos sugiere, que cuando todos estos rasgos se exageran, nos encontramos con el llamado trastorno obsesivo de la personalidad. Se trata de
personas tan preocupadas por los pequeños detalles que es posible que hasta llegue a perderse el sentido inicial de la tarea que se traen entre manos o que no sean capaces de terminarla nunca, porque leen una y otra vez lo que han escrito para asegurarse de que no han cometido ningún error, se ahogan en posibilidades interminables e incluso pueden dedicar más tiempo a hacer listas u horarios que a realizar la tarea en sí. Están tan dedicados al trabajo que no tienen tiempo para las amistades o el placer. Son rígidos e inflexibles en cuanto a la ética y la moral, pudiendo llegar hasta el fanatismo. Son incapaces de desprenderse de objetos sin valor y jamás delegan tareas a nadie. Nunca reconocen que están equivocados. En muchas ocasiones, pueden resultar insoportables para los demás, a quienes no perdonan ni el más mínimo fallo. Viven continuamente atormentados por las preocupaciones, el miedo al trabajo y por estar dándole vueltas siempre a lo mismo. No pueden tomar decisiones ni terminar el trabajo porque nu
nca está perfecto del todo. Por tanto se puede afirmar entonces, que las obsesiones pueden consistir en ideas, imágenes o impulsos a hacer algo que no queremos y nos resulta aterrador (como matar a alguien). Aparecen como intrusos en la mente y producen una gran angustia, miedo o vergüenza. Intentas sacarla de tu mente pero es imposible. Entonces te ves impulsado hacer algo para combatirla y sentirte mejor (la compulsión).Desde luego, Ana Muñoz nos aclara como liberarse de las obsesiones. En primer lugar, cada vez que aparezca ponerle una etiqueta: preocupación absurda u obsesión irracional.

El siguiente paso será aceptar esos pensamientos, después controlarlos voluntariamente y, por último, librarse de ellos.
Se sugiere además: Aceptar tu obsesión. Es decir, cuando estas ideas, imágenes o impulsos aparecen en tu mente y le resultan sumamente desagradables y quiere librarse de ellas, resistirse, luchar y sacarlas de su cabeza para siempre. Pero no puede; es algo que escapa a tu control y si no puedes controlarlo tampoco puedes eliminarlo. Pero, ¿cómo controlar lo que parece incontrolable? Lo primero que tiene que hacer, aunque resulte paradójico, es aceptarlo y no tratar de combatirlo. Deje que esos pensamientos prosigan libremente. No los juzgue ni los analice. De este modo los estás transformando en voluntarios, (ya que has decidido libremente que está bien tener ese pensamiento y está bien que sea obsesivo), aumentando así su dominio sobre ellos. Se recomienda también, controlar la obsesión. Es decir, que una vez que estos pensamientos son voluntarios puedes empezar a controlarlos. Para ello se puede hacer dos cosas:

1. Dejarlos para más tarde. Si está trabajando y empieza a preocuparse con algo, postergue su preocupación para dentro de un rato, eligiendo una hora determinada para obsesionarse. Pueden ser 5 minutos después, o una hora o incluso por la noche, dependiendo de la severidad de su problema y lo insistentes y frecuentes que sean sus pensamientos obsesivos. Si ha decidido dejarlo para cinco minutos después, por ejemplo, trate de posponerlo de nuevo cuando hayan pasado esos cinco minutos y así sucesivamente.

2. Cambiar la forma de preocuparse. Otra manera de adquirir mayor control sobre su pensamiento es cambiando la forma que tiene de responder a la obsesión. Para ello puede hacer varias cosas: Anote tus pensamientos exactos en una libreta cada vez que aparezcan, incluso si aparecen unos minutos después de haberlos anotado y tienes que volver a escribir lo mismo una y otra vez. Esto le ayudará a darse cuenta de lo absurdos que son y el esfuerzo de escribirlos continuamente disminuirá su aparición por puro aburrimiento.

3.-Cambie la situación. Si su obsesión o preocupación consiste en una imagen mental, trate de modificar esa imagen. Por ejemplo, si consiste en ver su casa ardiendo, póngale un marco a esa imagen y luego imagine que dicho marco se encoge poco a poco hasta ser demasiado pequeño como para distinguir lo que hay en su interior. Si su pensamiento obsesivo consiste en imaginar que golpea a alguien con un martillo, transfórmelo en un enorme martillo de goma espuma incapaz de hacer daño a nadie.4.- Cante su obsesión: elija una música alegre y cante: "me van a despedir", "no llegaré a fin de mes", o cualquier frase que resuma su preocupación. Esto hará que disminuya su ansiedad, ya que el hecho de cantar es incompatible con ella y le ayudará a distanciarte de esas emociones desagradables. Cuando se sienta mejor deje de cantar y centre su atención en otra cosa.

En conclusión, trate de evitar que las preocupaciones lo manejen, deterioren su comportamiento, originándole muchas veces problemas físicos, estrés, tensiones que le pueden originar serios problemas en su salud, así como en su comportamiento. Preocúpese de manejar eficientemente sus emociones, sorprenderse como está actuando al perder su equilibrio emocional y entonces usted no podrá ser víctima de las preocupaciones. No lo descuide y verá como el legado de vida que le han dado será beneficiosa en su crecimiento. 

http://www.sappiens.com/castellano/articulos.nsf/Autoayuda/Alrededor_de_las_preocupaciones_y_obsesiones/500CC61FAD5E798EC1256FBD0077306B!opendocument


EL PAPEL DE LA HERENCIA Y EL MEDIO EN LA DETERMINACIÓN DEL DESARROLLO- Ivanna Arbelo, Cecilia Dalto




Por un lado encontramos a los innatistas defendiendo una prefiguración del desarrollo psicológico en los genes, y por otro lado los ambientalistas rechazando toda idea de determinación. La etapa caracterizada por el dualismo no resultó ser muy fructífera cuando se discutía qué porcentaje de la conducta o del desarrollo se debía a la herencia y qué porcentaje al ambiente. A estos porcentajes se llegaba a través del uso de fórmulas de escasa consistencia teórica.
En nuestros días es común aceptar que nuestro comportamiento y desarrollo se ven influidos tanto por aspectos genéticos como por aspectos ambientales, el problema fundamental es conocer cómo se relacionan los unos con los otros.
Para estos asuntos es necesario recurrir a una aportación de los enfoques etológicos; se trata de la afirmación según la cual la distinción entre lo innato y lo adquirido es en cierto sentido una falsa distinción. Lo que es innato en los niños actuales de nuestra especie, lo es porque resultó adquirido en algún momento de la filogénesis. Por otro lado, lo que para un sujeto determinado es adquirido, lo es en tanto que dispone de unos instrumentos innatos para realizar esa adquisición.
Nuestro código genético. En él se pueden distinguir unos contenidos cerrados y unos contenidos abiertos. Los contenidos cerrados no son alterables como consecuencia de la experiencia individual, son contenidos que nos definen como especie como por ejemplo nuestras características morfológicas.

Los contenidos abiertos tienen que ver con posibilidades de adquisición y desarrollo, pero están ahí no como contenidos sino como potencialidades, por ejemplo en el ámbito del lenguaje (patrimonio de la especie). Éste no está prefigurado en nuestro código genético como contenido concreto (como lo está, por ejemplo, el color de los ojos), sino como posibilidad de desarrollo.
Los procesos psicológicos están posibilitados por los genes que nos definen como miembros de la especie, están limitados por un cierto calendario madurativo que determina el momento en que ciertas adquisiciones son posibles, y están finalmente determinados en su concreción por las interacciones de la persona con su entorno.
El concepto de canalización hace referencia al hecho de que los seres humanos somos más semejantes los unos a los otros cuanto más pequeños somos. Eso significa que los primeros tramos de nuestro desarrollo están más cerrados en nuestro código genético que los posteriores, al menos en lo que se refiere a los aspectos madurativos.
Se dice que el desarrollo temprano está fuertemente canalizado: los procesos madurativos determinados por la parte cerrada del código genético van haciendo aparecer capacidades que, a poco que se encuentren con una estimulación mínima por parte del medio, se materializan en desarrollo.
Esto no significa que el desarrollo temprano sea independiente de la estimulación. Los mínimos de estímulo sólo garantizan mínimos de desarrollo. Por otro lado, esa garantía se refiere sólo a los primeros meses de la vida del niño, hasta el año y medio o dos, y afectan sólo a lo que podríamos denominar el calendario básico del desarrollo. En cualquier aspecto psicológico que se considere, la importancia de la educación es crucial desde el principio de la vida del niño. Cuanto menos canalizado es el desarrollo, más sensible resulta al influjo de la riqueza o de la pobreza de la estimulación del medio.
Las relaciones entre la herencia y el medio, son relaciones marcadas por la complementariedad y por un peso diferencial en función del aspecto de que se trate y del momento que se considere.
Lo que entendemos por medio se remite en general al entorno social y material que rodea a las personas. El medio más importante en lo que al desarrollo se refiere es el medio humano, el medio social, y no el medio material; lo que no significa que los objetos, los estímulos no sean importantes, sino que significa que la relación que con ellos mantiene los niños está en gran parte mediada por la intervención de los adultos. Lo más interesante de un objeto cualquiera son las interacciones que el adulto y el niño mantienen en torno a él.

Chomsky y las 10 estrategias de manipulación mediática

El lingüista norteamericano Noam Chomsky elaboró la lista de las “Diez Estrategias de Manipulación” a través de los medios de comunicación masiva, que reproducimos aquí y que van desde la estrategia de la distracción, pasando por la estrategia de la gradualidad hasta mantener al público en la ignorancia y la mediocridad.
1. La estrategia de la distracción
El elemento primordial del control social es la estrategia de la distracción que consiste en desviar la atención del público de los problemas importantes y de los cambios decididos por las elites políticas y económicas, mediante la técnica del diluvio o inundación de continuas distracciones y de informaciones insignificantes. La estrategia de la distracción es igualmente indispensable para impedir al público interesarse por los conocimientos esenciales, en el área de la ciencia, la economía, la psicología, la neurobiología y la cibernética. “Mantener la atención del público distraída, lejos de los verdaderos problemas sociales, cautivada por temas sin importancia real. Mantener al público ocupado, ocupado, ocupado, sin ningún tiempo para pensar; de vuelta a granja como los otros animales (cita del texto ‘Armas silenciosas para guerras tranquilas)”.

2. Crear problemas y después ofrecer soluciones
Este método también es llamado “problema-reacción-solución”. Se crea un problema, una “situación” prevista para causar cierta reacción en el público, a fin de que éste sea el mandante de las medidas que se desea hacer aceptar. Por ejemplo: dejar que se desenvuelva o se intensifique la violencia urbana, u organizar atentados sangrientos, a fin de que el público sea el demandante de leyes de seguridad y políticas en perjuicio de la libertad. O también: crear una crisis económica para hacer aceptar como un mal necesario el retroceso de los derechos sociales y el desmantelamiento de los servicios públicos.
3. La estrategia de la gradualidad
Para hacer que se acepte una medida inaceptable, basta aplicarla gradualmente, a cuentagotas, por años consecutivos. Es de esa manera que condiciones socioeconómicas radicalmente nuevas (neoliberalismo) fueron impuestas durante las décadas de 1980 y 1990: Estado mínimo, privatizaciones, precariedad, flexibilidad, desempleo en masa, salarios que ya no aseguran ingresos decentes, tantos cambios que hubieran provocado una revolución si hubiesen sido aplicadas de una sola vez.
4. La estrategia de diferir
Otra manera de hacer aceptar una decisión impopular es la de presentarla como “dolorosa y necesaria”, obteniendo la aceptación pública, en el momento, para una aplicación futura. Es más fácil aceptar un sacrificio futuro que un sacrificio inmediato. Primero, porque el esfuerzo no es empleado inmediatamente. Luego, porque el público, la masa, tiene siempre la tendencia a esperar ingenuamente que “todo irá mejorar mañana” y que el sacrificio exigido podrá ser evitado. Esto da más tiempo al público para acostumbrarse a la idea del cambio y de aceptarla con resignación cuando llegue el momento.
5. Dirigirse al público como criaturas de poca edad
La mayoría de la publicidad dirigida al gran público utiliza discurso, argumentos, personajes y entonación particularmente infantiles, muchas veces próximos a la debilidad, como si el espectador fuese una criatura de poca edad o un deficiente mental. Cuanto más se intente buscar engañar al espectador, más se tiende a adoptar un tono infantilizante. ¿Por qué? “Si uno se dirige a una persona como si ella tuviese la edad de 12 años o menos, entonces, en razón de la sugestionabilidad, ella tenderá, con cierta probabilidad, a una respuesta o reacción también desprovista de un sentido crítico como la de una persona de 12 años o menos de edad (ver “Armas silenciosas para guerras tranquilas”)”.
6. Utilizar el aspecto emocional mucho más que la reflexión
Hacer uso del aspecto emocional es una técnica clásica para causar un corto circuito en el análisis racional, y finalmente al sentido crítico de los individuos. Por otra parte, la utilización del registro emocional permite abrir la puerta de acceso al inconsciente para implantar o injertar ideas, deseos, miedos y temores, compulsiones, o inducir comportamientos…
7. Mantener al público en la ignorancia y la mediocridad
Hacer que el público sea incapaz de comprender las tecnologías y los métodos utilizados para su control y su esclavitud. “La calidad de la educación dada a las clases sociales inferiores debe ser la más pobre y mediocre posible, de forma que la distancia de la ignorancia que planea entre las clases inferiores y las clases sociales superiores sea y permanezca imposibles de alcanzar para las clases inferiores (ver ‘Armas silenciosas para guerras tranquilas)”.
8. Estimular al público a ser complaciente con la mediocridad

Promover al público a creer que es moda el hecho de ser estúpido, vulgar e inculto…
9. Reforzar la autoculpabilidad
Hacer creer al individuo que es solamente él el culpable por su propia desgracia, por causa de la insuficiencia de su inteligencia, de sus capacidades, o de sus esfuerzos. Así, en lugar de rebelarse contra el sistema económico, el individuo se autodesvalida y se culpa, lo que genera un estado depresivo, uno de cuyos efectos es la inhibición de su acción. Y, sin acción, no hay revolución!
10. Conocer a los individuos mejor de lo que ellos mismos se conocen
En el transcurso de los últimos 50 años, los avances acelerados de la ciencia han generado una creciente brecha entre los conocimientos del público y aquellos poseídos y utilizados por las elites dominantes. Gracias a la biología, la neurobiología y la psicología aplicada, el “sistema” ha disfrutado de un conocimiento avanzado del ser humano, tanto de forma física como psicológicamente. El sistema ha conseguido conocer mejor al individuo común de lo que él se conoce a sí mismo. Esto significa que, en la mayoría de los casos, el sistema ejerce un control mayor y un gran poder sobre los individuos, mayor que el de los individuos sobre sí mismos.
Por Noam Chomsky
http://www.elciudadano.cl/2010/10/04/chomsky-y-las-10-estrategias-de-manipulacion-mediatica/

Elsa Punset, hija de Eduardo Punset , guia para navegantes emocionales



A menudo me he preguntado por qué los seres humanos solemos encerramos en una soledad hermética que tanto dificulta el contacto con los demás. Es una soledad compacta, trenzada con mimbres diversos que se entrelazan hasta formar una coraza resistente que nos aísla del mundo exterior. Los mimbres engordan con el paso de los años pero desde muy pronto ya están allí, supuestamente para protegernos de los demás. Desde que nacemos nos convencen de que somos muy diferentes de quienes nos rodean, como desde la infancia nos enseñan a desconfiar de nuestros sentimientos porque son supuestamente irracionales y por tanto potencialmente peligrosos; empieza la represión del sentir y la imposición del ego individual que nos otorga una determinada imagen- una protección- frente a los demás. Desde allí aprendemos a relacionarnos con el mundo con una mezcla de pudor- no mostramos nuestros verdaderos sentimientos por si molestan a los demás- y de desconfianza- cuanto menos mostremos de nosotros mismo, menos vulnerables seremos. Si la imagen tras la cual nos escondemos se parece poco a nuestro verdadero ser, la distancia que sentiremos de cara a los demás será muy grande. Entre ellos y nosotros mediará un abismo, aún cuando estemos a pocos metros de distancia.
Cuando somos niños, los adultos no parecen respetarnos demasiado: se nos dice implícitamente que tenemos que formarnos de acuerdo a sus indicaciones, porque somos imperfectos e ignorantes. Nuestro ego- la imagen de nosotros mismos que ofrecemos a los demás- se afianza así paulatinamente a imagen y semejanza de ellos, de aquellos adultos que nos rodean en casa, en la escuela y en la sociedad. Cada vez nos parecemos menos a nosotros mismos y nos confundimos más con la ropa con la que nos están vistiendo. Poco a poco desaparece el niño verdadero y emerge el adulto con coraza. Algún día llegamos a olvidar- casi- quienes éramos de verdad. Los demás tampoco podrán saberlo.
Convencidos de que no pueden confiar en sus sentimientos y de que su mente es todavía débil, los niños entregan su autoridad a los adultos que les rodean: padres, maestros, familiares, vecinos... Probablemente no dejarán ya de hacerlo jamás -siempre temerán que sus decisiones conscientes, y por supuesto su forma de sentir la vida, sus emociones, no sean las adecuadas. Les habremos convencido de ello desde la cuna. Cuando somos adultos, nos amoldamos a una sociedad jerarquizada en la que dependemos de la opinión de los demás para poder sentirnos cómodos con nuestras decisiones y nuestros sentimientos. Necesitamos la aprobación de los demás para sentirnos adecuados. Si seguimos las normas, recibiremos esta aprobación.
Cualquiera que se salga del engranaje emocional y social se sentirá abandonado a su suerte, sin necesitar siquiera la desaprobación explícita de los demás. Simplemente, sentirá que ya no pertenece al grupo y asociará este sentimiento con la desaprobación, es decir, con la exclusión del grupo. Y esto es muy difícil de sobrellevar, porque el desprecio de los demás, por razones evolutivas, suscita el miedo inconsciente a la muerte.
Así, los demás se convierten poco a poco en fuente de seguridad para nosotros, porque dependemos de su aprobación para todo. No nos relacionamos como iguales, sino como dependientes. No hemos aprendido a relacionarnos de forma sutil, a través de los sentimientos, las afinidades, las necesidades afectivas espontáneas. Reconocemos al otro según los símbolos materiales que exhibe, las ideas que expresa, los periódicos que lee o el tipo de coche que conduce. Según el grupo al que queremos pertenecer, debemos asimilar determinados símbolos de pertenencia. Poco a poco, reemplazamos los vínculos genuinos entre seres humanos, la simpatía o el amor que brotan de forma espontánea, por esos intercambios estructurados que nos ofrecen la seguridad de pertenencia a un grupo humano, a cambio de la aceptación de determinadas normas.
Cuando el teatro de las relaciones humanas se nos queda demasiado estrecho, nos ahogamos en nuestra soledad. Entonces quisiéramos romper las barreras que nos separan de los demás, pero nuestro entrenamiento de años nos lo pone muy difícil: el miedo al ridículo, al rechazo o a la incomprensión nos acota en nuestra soledad. Hemos aprendido a hablar para confundirnos, pero no para comunicarnos. De nuestros afectos disimulamos más de lo que mostramos, a veces por pudor, otras para no sentirnos vulnerables. A los demás les pasa lo mismo. Nos pasamos la vida esperando que el otro de el primer paso, pero probablemente tampoco sea capaz de darlo, porque pocas personas mantienen la capacidad de expresarse genuinamente. En la edad adulta, resulta muy difícil escapar de la expresión convencional y limitada de los sentimientos de amor y afecto. Nos censuramos automáticamente, a diario, casi sin darnos cuenta, y pagamos un alto precio a lo largo de una vida en soledad.
Queda el refugio del amor romántico. Allí aún sigue siendo aceptable regirse por motivos irracionales que escapan a la camisa de fuerza de lo aceptable. En la maraña de relaciones sociales estructuradas que nos rodean, el amor apasionado, supuestamente irracional, nos permite escapar de la prisión de nuestras mentes y tender un puente entre dos personas, sin palabras. Es un milagro frágil y efímero. Cuando ocurre, la mirada y el roce de la piel resultan mucho más elocuentes que las formas admitidas de relacionarnos socialmente.
http://blogalejandragodoyh.bligoo.com/content/view/591925/Elsa-Punset-hija-de-Eduardo-Punset-guia-para-navegantes-emocionales.html

Elsa Punset: 'Emocionalmente, terminamos muriendo de aburrimiento'

La escritora Elsa Punset.La escritora Elsa Punset.

ÁLVARO COLOMER
No cabe duda, de casta le viene al galgo. Elsa Punset es hija del célebre Eduard Punset y sus libros irradian la misma capacidad divulgativa que los de su progenitor. Experta en la aplicación de la inteligencia emocional y los procesos de aprendizaje, así como responsable de un programa pionero sobre aprendizaje social y emocional en la Universidad Camilo José Cela, Punset publica ahora 'Inocencia radical' (Ed. Aguilar), un libro didáctico que pretende mostrarnos un camino para recuperar la curiosidad y la confianza que todos poseíamos cuando éramos niños.
  • La pregunta inicial es obligatoria: ¿por qué perdemos la inocencia que nos domina durante la infancia y por qué 'migramos hacia la concesión y la tristeza', según afirma en su libro?
  • Tenemos un cerebro programado para sobrevivir. Es un instrumento tan complejo y sofisticado que, de forma inconsciente, tiende a armarse de razones y de defensas para estar siempre alerta. Su lema podría ser: 'La mejor defensa es un buen ataque'. Es como una estrategia preventiva que ocupa buena parte de su energía y que lastra la vida diaria con miedos variopintos. Pretender sobrevivir con este exceso de defensas nos obliga a opciones de vida muy controladas, donde caben pocos riesgos, pero también pocas emociones, poca pasión, pocas sorpresas. Creo que terminamos muriendo, emocionalmente, de aburrimiento.
  • Imaginemos un caso: un niño pierde la inocencia porque sus compañeros de clase le pegan, le insultan, le ningunean. ¿Cómo será su vida adulta?
  • Lo que pierde un niño acosado es la confianza en el resto del mundo. Una confianza que formaba parte de su inocencia, claro está. ¿Cómo será su vida adulta? Las personas ponen en marcha su capacidad de resiliencia (capacidad innata de superación de obstáculos) con base en un elemento muy claro: la afectividad. Un ejemplo: en diversos experimentos se ha comprobado que los niños que han estado en orfanatos y que han logrado salir adelante con más éxito no eran necesariamente los que tenían las circunstancias menos adversas, sino los que encontraban mayores muestras de afectividad en su entorno. Así que, si el niño acosado logra deshacer ese primer aprendizaje que le hace ver el mundo como un lugar inseguro y cruel podrá salir adelante. Pero si el entorno refuerza esa triste lección inicial, entonces se convertirá en un adulto desconfiado y retraído.
  • Esto no es un ejemplo, sino una realidad: una de cada cuatro mujeres toma antidepresivos. ¿Por qué?
  • Dentro de unos pocos años, la depresión será la primera causa de enfermedad en Europa y un 20% por ciento de la población mundial sufrirá una enfermedad mental discapacitante, según la Organización Mundial de la Salud. Son datos impactantes, y no se está haciendo casi nada en el campo de la prevención. Los colectivos más vulnerables están en primera línea de fuego de este abandono emocional. Entre ellos, las mujeres. Para encontrar un remedio a esto hay que indagar las causas de ese dolor emocional. Por ejemplo, conocemos dos elementos cruciales del bienestar emocional: control sobre la propia vida y afectividad. Así pues, debemos preguntarnos: ¿tienen las mujeres suficiente sentido de control sobre sus vidas? y ¿cómo viven la afectividad? La respuesta a estas preguntas podría implicar cambios notables en la educación de los niños y niñas, y en la organización social del trabajo.
  • Otro dato real: en determinadas disciplinas artísticas, como por ejemplo la literatura, hay muchísimos más hombres que mujeres. Se ha debatido mucho sobre los motivos de este desequilibrio y se han dado argumentos de todos los colores. A tenor de las teorías que usted esboza sobre la creatividad, ¿podemos encontrar alguna justificación a dicha diferencia?
  • Este debate ya no tiene sentido, a tenor de lo que hoy sabemos acerca del cerebro humano, un órgano sofisticado, plástico y dotado para la creatividad en ambos sexos. De modo que no existe una justificación genética. Pero las explicaciones de tipo social son evidentes: el poder del entorno sobre el individuo es tremendo, para bien o para mal. No hace falta recordar en qué condiciones han vivido las mujeres europeas durante los últimos siglos, ¿verdad? Ni tampoco cómo siguen malviviendo en una gran mayoría de países, ante el silencio y la indiferencia generalizada. Pero, sinceramente, lo previsible es que, dentro de 200 o 300 años, estas desigualdades se habrán diluido, convirtiéndose en anecdóticas. Al menos en las sociedades que hoy intentan aplicar criterios de igualdad.
  • El último ejemplo: una mujer tiene miedo, mucho miedo, al futuro. Cree que la despedirán, que no podrá pagar la hipoteca, que sus amigas la despreciarán, que su marido dejará de verla como a una mujer interesante... Esa misma noche, sale a cenar con su esposo, pero ella no disfruta del ambiente porque no puede dejar de tener miedo por su futuro. ¿Por qué se recrea esa mujer en las emociones negativas, en vez de focalizar sobre las positivas?
  • ¡Ah!, ésa es una trampa típica de un cerebro sofisticado, que no encuentra un cauce constructivo para la energía y las posibilidades que encierra. Tenemos una corteza cerebral muy desarrollada: es el lugar desde el cual soñamos, elucubramos, inventamos, decidimos, hablamos... Pero también es el lugar desde el cual tememos, dividimos el mundo en buenos y malos, excluimos, nos proyectamos en un futuro supuestamente peligroso. Hay que ayudar al cerebro miedoso para que logre expresar su caudal de energía de forma constructiva.
  • He leído por ahí que una de las grandes herencias que su padre le ha legado es la creencia de que las ideas pueden cambiar el mundo. Pero, ¿cree que el mundo, tan ajetreado como está, tiene tiempo para escuchar nuevas ideas?
  • La vida es fluida. Se nutre de energías muy diversas, que conforman un ecosistema siempre en movimiento. Nada es estático. Creo que una parte de nuestras vidas las dedicamos a la conservación y la explotación de recursos, pero la otra parte necesita cuestionar, crear, inventar o reinventar. Y eso se plasma no sólo en nuestras vidas individuales, sino en las estructuras sociales. No vivimos en un mundo impermeable, queramos o no, todo remueve y cambia. En vez de resistirse al cambio, resulta más constructivo formar parte de ese cambio de forma deliberada. http://www.elmundo.es/yodona/2009/11/19/actualidad/1258628157.html

¿Se puede vivir el presente?

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El poeta e inmunólogo húngaro Miroslav Holub comenta que en el 73% de todos los poemas en alemán leídos en voz alta, los versos duran entre dos y tres segundos. Los poemas con versos más largos se leen con una ligera pausa inconsciente en medio de cada verso. “En este caso, nuestro yo dura tres segundos”, afirma.
Al parecer, dos o tres segundos es la duración sobre la que nuestra mente percibe los datos sensoriales recibidos como una experiencia única. Si no, ¿desde cuándo los relojes hacen tic-tac? Un reloj hace tic tic tic… Siempre el mismo sonido. Pero eso es lo que ocurre con los relojes de mesilla e noche; un gran reloj de pared hace tac, tac, tac… Aquí la duración entre los golpeteos es mayor aproximadamente a 3 segundos. En el de mesilla percibimos tic-tac si la duración es menor a esos 3 segundos e integramos dos tics en una única experiencia tic-tac.
Y no sólo eso. El ahora tiene sus problemas incluso en la lengua castellana. ¿Quién usa el presente, “yo bebo”? Nadie. Lo que hacemos es utilizar la perífrasis verbal “estoy comiendo”. En castellano el presente no existe. Por su parte, los psicólogos han intentado comprender lo que significa el ahora para nosotros en una serie de experimentos conocidos como el fenómeno phi.
En una habitación oscura se encuentran dos pequeños puntos luminosos, ligeramente separados, que se encienden y se apagan alternativamente cada 50 milisegundos y permanecen encendidos 150 milisegundos. Para los sujetos sometidos a la prueba, la situación se percibe como un único punto luminoso que se mueve de derecha a izquierda: el cerebro “rellena” de algún modo esos 50 milisegundos. Pero lo más fascinante es cuando los dos puntos tienen distinto color. Entonces lo que perciben es que el punto cambia bruscamente de color a mitad de la falsa trayectoria, e incluso algunos llegan a señalar con un puntero dónde lo hace.
La cuestión de qué es el presente, para poder decidir si se puede vivir el presente, es, en esencia, un problema de percepción del paso del tiempo. En el caso de la industria cinematográfica, que nos hace pasar una película por la realidad, el presente es cada fotograma de la bobina. Y como proyectan 25 en un segundo, el ahora dura 1/25 segundos.
http://masabadell.wordpress.com/2007/05/10/%C2%BFse-puede-vivir-el-presente/