Evolución a Largo Plazo y Resultados en Pacientes Obsesivo-Compulsivos luego de Terapia Cognitivo-Conductual en Combinación con Fluvoxamina o Placebo


Introducción

El trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) es una enfermedad grave e incapacitante, frecuentemente asociada con considerables impedimentos psicosociales y una reducida calidad de vida, comparables a los de los trastornos psicóticos. El curso de la enfermedad sin un tratamiento apropiado es la mayoría de las veces crónico, con síntomas de intensidad variable. El desarrollo de terapias cognitivo-conductuales (TCC) así como de los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) proveyó una efectiva opción terapéutica. Aunque ambas modalidades han demostrado su efectividad, sólo unos pocos estudios compararon la combinación de farmacoterapia y TCC con TCC aislada, con resultados disímiles.

Los datos provenientes de algunos trabajos sugieren que la combinación de TCC y fluvoxamina es superior a la TCC aislada en lo que se refiere a los resultados en el corto plazo, cuando el cuadro clínico es dominado por obsesiones y/o cuando se asocia una depresión secundaria grave. Sin embargo, no se ha publicado hasta la fecha ningún estudio de seguimiento que investigue el curso de la enfermedad luego de la finalización del ensayo.

En este artículo, los autores presentan los resultados del seguimiento por 7 años de una serie de pacientes que entre 1993 y 1995 fueron tratados según un diseño doble ciego y aleatorizado en el Hospital Universitario de Hamburgo. Los objetivos principales fueron, en primer lugar, evaluar el desarrollo de psicopatología en el largo plazo, el desempeño social y la frecuencia de tratamiento adicional y de reinternaciones durante el curso natural del seguimiento y, en segundo término, examinar la relación entre rehospitalización y remisión completa/falta de remisión de los síntomas durante el seguimiento y variables sociodemográficas o clínicas. Un objetivo secundario fue comparar los resultados de ambos grupos de tratamiento (TCC y fluoxetina; TCC y placebo) en el corto y largo plazo.

Métodos

Entre 1993 y 1995, 37 pacientes con TOC se asignaron aleatoriamente a dos grupos experimentales: además de TCC, un grupo recibió fluvoxamina y el otro placebo durante 9 semanas. Todos los sujetos fueron tratados por terapistas experimentados mediante TCC multimodal. Pasados 7 años desde la finalización del estudio se había logrado completar el seguimiento de 30 de los 37 pacientes (81%).

El diagnóstico psiquiátrico había sido realizado al comienzo del ensayo empleando la entrevista clínica estructurada del DSM-III-R. La severidad de los síntomas obsesivo-compulsivos se evaluó mediante un sistema apropiado como el Y-BOCS. Asimismo, se determinó la severidad de los síntomas depresivos asociados (frecuentes en los TOC) y se asignaron dos subpuntajes: para compulsiones y obsesiones. El diagnóstico psiquiátrico durante el seguimiento fue determinado mediante una entrevista estructurada del DSM-IV y el ICD-10. Para el análisis estadístico se calculó la influencia del factor "grupo de tratamiento" (TCC y fluvoxamina vs. TCC y placebo).

Resultados

Los 7 pacientes sin seguimiento no mostraron diferencias desde el punto de vista sociodemográfico ni psicométrico, antes ni después del tratamiento, con los 30 que sí fueron evaluados durante el seguimiento. La edad promedio de los participantes, 12 hombres y 18 mujeres, fue de 32.4 años. El 60% estaban casados o en pareja. El TOC había comenzado a una edad promedio de 24.0 años y habían transcurrido 8.3 años en promedio hasta el comienzo del tratamiento. El 80% de los pacientes tenía obsesiones y compulsiones severas.

Modificación de los síntomas

El seguimiento fue de 7.2 años en promedio. Al final del tratamiento los síntomas obsesivo-compulsivos habían mejorado en forma importante: el puntaje total medio del Y-BOCS se había reducido un 45%. Los autores afirman que estos puntajes medios disminuyeron muy significativamente con el tratamiento, sin cambios de significación desde su finalización en adelante.

Desde el período pretratamiento hasta ya una vez finalizada la terapia, estos síntomas presentaron una tendencia significativa hacia los niveles moderados y no hubo agravamiento en ninguno de los pacientes. A partir del postratamiento, el 40% permaneció estable, el 30% mejoró y el 30% empeoró. Se determinó que el 67% de los pacientes mostraba respuesta en el corto plazo y 60% en el largo plazo. Los síntomas depresivos disminuyeron significativamente, no sólo a lo largo del tratamiento sino, además, desde el postratamiento en adelante.

Durante este ensayo aleatorizado, 19 pacientes recibieron fluvoxamina y 11 placebo, además de TCC. Antes del tratamiento, no existían diferencias significativas en el sexo, edad, educación, empleo, estado civil, duración del TOC ni severidad de los síntomas obsesivo-compulsivos ni depresivos entre los dos grupos. Ni los síntomas obsesivo-compulsivos ni los depresivos mostraron influencia de grupo ni interacciones significativas.

Período de seguimiento

Reinternación. Durante este período, el 37% de los participantes fue rehospitalizado por lo menos una vez. Antes del tratamiento, estos pacientes tenían un mayor puntaje medio de depresión y era menos habitual que estuvieran casados o en pareja.

Indice de mejoría de los pacientes. El 57% de los participantes se autoevaluó como "mejor" o "mucho mejor", comparado con el pretratamiento. La diferencia en el puntaje de la escala Clinical Global Improvement fue altamente significativa entre los pacientes que respondían al tratamiento y los que no lo hacían.

Cambios laborales y de estado civil. El número de pacientes que estaban casados o viviendo en pareja mostró un incremento leve, del 60% antes del tratamiento al 67% en el seguimiento. El número de participantes que consiguió empleo también aumentó, del 43% al 57%. Los pacientes que estaban con licencia por enfermedad disminuyeron del 17% al 7% y los jubilados o incapacitados lo hicieron del 30% al 23%.

Medicación y/o psicoterapia. Durante el seguimiento, 29 de 30 pacientes fueron tratados con psicoterapia o medicación por al menos 3 meses. Sólo 9 participantes permanecieron sin medicación durante la totalidad del período. Diez pacientes recibían antidepresivos (2 de ellos en combinación con benzodiazepinas), y 3 eran tratados con benzodiazepinas.

Asociación entre remisión completa y variables psicopatológicas y sociodemográficas. La remisión durante el seguimiento fue definida como la falta de criterios diagnósticos para el TOC de acuerdo con las escalas Y-BOCS y del DSM-IV. Los pacientes sin remisión completa de los síntomas durante este período tenían antes del tratamiento una duración significativamente mayor del TOC.

Análisis

Para establecer en detalle el curso de los síntomas obsesivo-compulsivos durante el seguimiento de 7 años, los autores tomaron en cuenta: modificaciones en el puntaje Y-BOCS; en la gravedad de la patología; e índices de respuesta y remisión en el corto y largo plazo. El número de pacientes en remisión (con síntomas obsesivo-compulsivos subclínicos y sin criterios para el TOC) en el seguimiento comparado con el postratamiento indica una leve mejoría durante aquel período. Por el contrario, el número de pacientes que no respondía aumentó levemente durante el seguimiento.

Los índices de 67% de los pacientes que respondieron en el corto plazo y de 60% de aquellos que lo hicieron en el largo plazo, coinciden con numerosos estudios previos. La relevancia clínica de los resultados a largo plazo de este estudio, se manifiesta por su correlación con la forma en que se autoevaluaron los pacientes: 57% manifestaron que habían "mejorado" o "mejorado mucho".

No se encontraron diferencias significativas entre los dos grupos de tratamiento (TCC más fluvoxamina; TCC más placebo) en lo referente a los síntomas obsesivo-compulsivos o depresivos. En contraste con la estabilidad de los síntomas obsesivo-compulsivos durante el seguimiento, los síntomas depresivos disminuyeron entre el pretratamiento y el postratamiento, y también durante el seguimiento.

Casi todos los pacientes recibieron tratamiento adicional durante el seguimiento, lo que podría indicar que los sujetos con TOC crónico usualmente necesitan soporte terapéutico adicional luego de una terapia efectiva para mantener los resultados en el largo plazo. Probablemente, concluyen los autores, tal tratamiento adicional es muy relevante en la evolución a largo plazo.



Ref: PSIQ

El cerebro también miente


El cerebro también miente. Intenta recordar que desayunaste esta mañana. El lugar donde comiste, la secuencia de pasos que seguiste… Seguro que tienes en mente una imagen de la situación.

images1 El cerebro humano es la estructura más compleja que conocemos. Está formado por cien mil millones de neuronas interconectadas entre sí, que suponen la sede de memorias, sentimientos, percepciones, razonamientos, conciencia y el control de innumerables procesos fisiológicos. Cualquier pretensión de entender por completo su funcionamiento aún desborda a los científicos.

Pero, cuidado: aunque estemos programados para no dudar de la información que nos trasmite el cerebro, no siempre nos podemos fiar de él. En ocasiones también nos engaña. Algunas veces a consecuencia de una lesión —o porque, en el fondo, no es una máquina perfecta—, pero otras nos miente adrede, consciente de que su función última no es reproducir el mundo exactamente como es, sino sobrevivir. Y si considera que para ello debe inventarse recuerdos, o modificarlos, tener alucinaciones e interpretar lo que le dicen los sentidos de la forma que le conviene, nos engaña sin remordimientos.

No se fíe de la memoria

Intente recordarse desayunando esta mañana. El lugar donde comió, la secuencia de pasos que siguió… Seguro que tiene en mente una imagen de la situación. Pero analice esta imagen que «recuerda»: ¿está convencido de que coincide realmente con lo que sus ojos percibieron? ¿Está viendo una imagen global que le incluye realizando dichas acciones? ¿O lo que «recuerda» son primeros planos de la galleta mojándose, la mantequilla o la puerta de la nevera? Si se trata del primer caso —que es lo más probable—, no hay más remedio que aceptar que su cerebro se ha inventado descaradamente esa imagen, porque es imposible que se haya visto a sí mismo dentro de la secuencia, como si fuera una cámara colgada del techo. Y si su cerebro se lo ha imaginado, ¿quién le puede asegurar que así sucedió exactamente?

La idea de la memoria como fiel reflejo de lo sucedido está obsoleta. Somos conscientes de que olvidamos muchas cosas, pero generalmente asumimos que lo que recordamos es correcto. Nada más lejos de la realidad. Muchos de nuestros recuerdos son falsos o han sido modificados con el tiempo, influidos por nuestras vivencias, posteriores relatos de los hechos y, más que nada, por el deseo de que hubieran transcurrido de una forma determinada. Cuando vemos dos personas defendiendo versiones diferentes sobre una misma situación pasada, no es necesariamente que uno mienta, sino que sus memorias les traicionan hasta convencerles de que eso ocurrió como querían que ocurriera.

En Estados Unidos se han empezado a replantear casos legales cuyos veredictos se basaron en el testimonio de testigos oculares. Se ha demostrado que las víctimas, familiares indignados y testigos influenciados —sobre todo en situaciones violentas, de shock o con una carga emocional fuerte— exageran lo ocurrido y dan versiones de la realidad que no coinciden con otras pruebas más fidedignas.

Pero los engaños de la memoria van más lejos. A veces incluso confundimos hechos imaginados con reales. El neurólogo Oliver Sacks explica que cuando era pequeño, durante la II Guerra Mundial, cayeron dos bombas en su jardín. Años más tarde, mientras recordaba las dos explosiones con su hermano mayor, éste le dijo: «Pero tú no viste caer la segunda bomba», a lo que Sacks respondió: «¡Claro que sí! ¡Tengo la imagen grabada en mi mente!». Su hermano replicó: «No. Tú y yo estábamos dentro de casa cuando cayó la segunda bomba. Fue nuestro hermano pequeño el que la vio y vino enseguida a contárnoslo. Recuerdo que a ti te impresionó mucho». Oliver Sacks había reproducido esas imágenes en su cerebro y las guardó como si hubieran sido un hecho real. Lo mismo ocurre con personas que tienen alucinaciones, apariciones de seres o experiencias sobrenaturales. Como dice el neurocientífico Rodolfo Llinás, se activan las mismas áreas cerebrales al imaginar una manzana que al verla, e incluso asegura que algunos fragmentos de sueños se pueden incorporar a nuestra memoria como si fueran recuerdos de la vida real.

Pero hay algo que el cerebro sí se encarga de guardar con cierto rigor: las emociones que acompañan nuestras experiencias. No importa recordar qué comimos en un restaurante determinado —de hecho, lo olvidamos fácilmente—, pero cuando alguien nos pregunta si nos gustó, enseguida recordamos si era mediocre o malo, porque ésa es la información realmente útil para sobrevivir, el detalle específico de lo que comimos es indiferente. Lo mismo pasa con la relaciones personales: tenemos un grato recuerdo de un amigo, sin necesidad de una justificación racional. La brújula que en última instancia guía nuestras vidas y nos conduce a repetir una acción o evitarla es recordar si fue placentera o desagradable. Los humanos somos seres más emocionales que racionales.

Obsesiones cerebrales

Los engaños de los sentidos son quizá los que con menos reparo aceptamos. Todos hemos observado aquellas típicas imágenes de líneas que no parecen paralelas, pero en realidad sí los son, o figuras más o menos oscuras en función del fondo sobre el que estén. Incluso la Luna nos parece más grande y cercana cuando se encuentra en el horizonte, cerca de alguna referencia terrestre, que cuando está perdida en medio del cielo nocturno. Pero más allá de estas ilusiones ópticas, existen disfunciones en la percepción de la realidad mucho más sorprendentes. Una de las más chocantes es la llamada «visión ciega».

La padecen pacientes que, tras una lesión en el cerebro, han perdido una parte de su campo visual. Lo increíble es que si en esa zona se sitúa un objeto o punto de luz y se les fuerza a señalarlo, aunque repliquen que no ven nada, levantan el brazo y aciertan. Sus ojos sí que ven, lo que han perdido es la conciencia de ver.

Otro caso curioso es el síndrome de Capgras, en el que se rompen las conexiones entre el córtex visual y la zona del cerebro responsable de las emociones. Los afectados no pueden asociar emociones a imágenes y, por ejemplo, cuando se les muestra a sus padres los niegan y aseguran que se trata de impostores. Al no experimentar ninguna sensación de apego hacia ellos, deducen que se trata de otras personas físicamente muy parecidas.

La anasognosia es otra enfermedad todavía más pasmosa, ya que la negación se efectúa sobre uno mismo. Son pacientes que sufren una parálisis, pero durante un tiempo no la reconocen como tal. Son capaces de estar inválidos y asegurar que pueden caminar. O tener un brazo paralizado y negarlo. Si se les pide que hagan el nudo de su corbata, lo intentarán sin éxito, pero creyendo que están utilizando las dos manos. En realidad no están intentado engañarnos, es su propio cerebro el que les engaña a ellos.

Parecen casos absurdos, pero son reales y contrastados por muchos neurólogos. Quizás el que ha descrito estos trastornos de forma más divulgativa sea Oliver Sacks en su libro El hombre que confundió a su mujer con un sombrero. Allí describe cómo un paciente, después de un accidente, se cayó de la cama al intentar tirar su propia pierna porque estaba plenamente convencido de que no era suya. O el caso que da título a su libro: se trataba de otro paciente que percibía correctamente las formas, colores, texturas, pero no era capaz de relacionarlos en conjunto para darles un sentido global. Confundía objetos con formas parecidas, hasta que un día, justamente al salir de la consulta del médico, llegó a coger a su mujer de la cabeza confundiéndola con un sombrero.

Todos estos inverosímiles trastornos, lesiones y engaños cerebrales son para los neurólogos una herramienta muy útil con la que intentar ahondar en el conocimiento del cerebro, entender sus funciones y descifrar su naturaleza. Una tarea con un profundo impacto que se escapa del campo de la ciencia y penetra en el de las humanidades y filosofía. Llevamos miles de años haciéndonos preguntas sobre la mente humana, el origen de la conciencia, el libre albedrío, pero es desde hace poco que los neurocientíficos puede contribuir con sus investigaciones a abordar las respuestas.

Fuente: www.algarabia.com
http://radiocontempo.wordpress.com

El cerebro nos engaña con los recuerdos


Nuestra memoria nos puede mentir. Algunos objetos que recordamos haber visto, así como algunas palabras que pensamos haber escuchado, en realidad nunca existieron. Es probable que algún tipo de incitación hiciera que los almacenásemos en nuestra mente como si fueran ciertos. Pero, parece que se podrá llegar a detectar este tipo de engaños gracias a que el rastro de la verdad queda reflejado en las 'fotos' cerebrales.

Con la intención de probar cómo en ocasiones almacenamos, como ciertas, imágenes que no hemos visto, expertos de la Universidad del Estado de Ohio enseñaron varias tandas de diapositivas a 23 voluntarios. Seguidamente les presentaron una selección de láminas para que los sujetos diferenciasen aquellas que ya habían visto de las que no.

La primera parte del test agrupó un total de 24 series de 12 imágenes en las que se mostraba un número variado de figuras geométricas con distintas posiciones, formas, colores, tamaños. A continuación, se enseñaron cinco láminas de las cuales dos habían sido presentadas en la primera tanda de diapositivas y dos no guardaban ninguna relación con lo visto y otra, el señuelo, sí la guardaba pero tenía un matiz diferenciativo.

Un 98% de los participantes identificó las diapositivas que habían visto en dos ocasiones. Un 80% acertó a la hora de diferenciar las dos que no habían aparecido en la primera parte y cuya temática era bien distinta, pero un 60% se equivocó ya que creyó haber visto el señuelo.

David Beversdorf, uno de los autores de la investigación, afirma que estos datos sugieren que "las falsas memorias visuales pueden ser inducidas de forma muy simple". Según él mismo añade, "las personas son susceptibles de tener recuerdos verbales falsos [...] Queríamos saber si la habilidad para provocar recuerdos falsos se extiende por debajo del sistema verbal, si también afecta al visual incluso cuando las imágenes no son verbalizadas. Parece que la capacidad para crear evocaciones que no son ciertas sí sobrepasa al lenguaje".

Esta investigación, presentada en la reunión de la Sociedad para la Neurociencia, se complementa con otras presentadas en este mismo evento. En este sentido, Daniel Schacter y Scott Slotnick, de la Universidad de Harvard (EE UU), llevaron a cabo un estudio similar. Pidieron a los participantes que recordaran si habían contemplado una serie de formas geométricas durante un visionado previo y, al mismo tiempo, relizaron un escáner de sus cerebros.

Los científicos afirman que, cuando los individuos reconocieron la imagen correctamente, un área visual de la corteza temporal estaba más activa que cuando se identificó de forma errónea. Por lo tanto, los resultados obtenidos parecen evidenciar que esta mayor activación tiene lugar en las áreas sensibles del cerebro y no en las más relacionadas con la memoria.

Yoki Okado, de la Universidad Johns Hopkins, subraya la posibilidad de crear un detector de mentiras basado en estas diferencias cerebrales. "Mientras que los recuerdos falsos y verdaderos son procesados de forma similar, existen una serie de claves distintivas que necesitarían ser exploradas con mayor profundidad", destaca la investigadora.

depedida

hoy que te he despedido para siempre me habria gustado decirte que a pesar del dolor que sembraste a tu paso, nunca te odie hubo un tiempo en que te quise, pero con tus actos y tu egoismo te encargaste de matar todo sentimiento bueno, que pudiese sentir por ti.solo espero que por lo menos hallas vivido la vida que deseaste.lamento que te hallas ido tan joven, y doy gracias a tu compañero con el que has compartido quince años de tu vida,y que tanto te ha querido a pesar de todo...
.que tengas paz y iluminacion en tu camino

firmado:amatista


¿CÓMO DETENGO MIS PENSAMIENTOS NEGATIVOS?


¿CÓMO DETENGO MIS PENSAMIENTOS NEGATIVOS?
Un mensaje de Rhonda Byrne – Creadora de El Secreto

“¿Cómo detengo mis pensamientos negativos?” – es una pregunta que me han hecho muchas veces. Si alguna vez usted hizo esa pregunta puede sentir un enorme alivio al conocer la respuesta, ya que es muy sencilla. ¿Cómo puede detener sus pensamientos negativos? ¡Sembrando buenos pensamientos!

Cuando trata de detener los pensamientos negativos, se está enfocando en aquello que no desea – los pensamientos negativos – y los atraerá abundantemente. Jamás lograrán desaparecer si se enfoca en ellos. La parte de “detenerlos” es irrelevante – puesto que está enfocado/a en los pensamientos negativos. No importa si trata de detener, controlar o apartar los pensamientos negativos, el resultado será siempre el mismo. Está enfocado/a en los pensamientos negativos y, de acuerdo con la ley de atracción, está invitando a su vida un gran número de ellos.

La verdad es siempre muy sencilla y fácil. Para detener los pensamientos negativos, ¡simplemente siembre pensamientos positivos! ¡Siembre buenos pensamientos deliberadamente! Está sembrando buenos pensamientos cuando practica diariamente el aprecio por todas las cosas que se presentan en su diario vivir. Aprecie su salud, su automóvil, su hogar, su familia, su trabajo, sus amistades, su entorno, sus comidas, sus mascotas y la magnífica belleza del día. Alabe, elogie y agradezca todas las cosas. ¡Cada vez que da “Gracias” está generando un buen pensamiento!. A medida que vaya sembrando más y más pensamientos buenos, los negativos irán desapareciendo. ¿Por qué? Porque se estará enfocando en los buenos pensamientos y uno atrae aquello en lo que se enfoca.

Por eso, no debe prestar atención alguna a los pensamientos negativos. No se preocupe por ellos. Si llega alguno, genere la luz con ellos, no les dé importancia, y permita que sirvan para recordarle que debe tener más pensamientos buenos en ese mismo instante.

Cuantos más pensamientos buenos pueda sembrar en un día, tanto más rápidamente se irán transformando en cosas buenas. Si pasa todo el día hablando de las cosas buenas y dando “Gracias” en todo momento, no podrán creer lo que les espera en el día de mañana. Tener buenos pensamientos con deliberación se asemeja a la siembra de semillas. Al tener buenos pensamientos, usted siembra buenas semillas en su interior y el Universo transformará esas semillas en un jardín del paraíso. ¿En qué forma se presentará ese jardín del paraíso? ¡Como su vida!

Rhonda Byrne
El Secreto... brindando felicidad a miles de millones de personas.

Copyright 2007 TS Production LLC. Todos los Derechos Reservados.

aprenderas


Aquí os dejo un texto que he leído y me ha encantado. Espero que os guste también.

Después de algún tiempo aprenderás la diferencia entre dar la mano y socorrer a un alma, y aprenderás que amar no significa apoyarse, y que compañía no siempre significa seguridad.
Comenzarás a aprender que los besos no son contratos, ni regalos, ni promesas... comenzarás a aceptar tus derrotas con la cabeza erguida y la mirada al frente, con la gracia de un niño y no con la tristeza de un adulto y aprenderás a construir hoy todos tus caminos, porque el terreno de mañana es incierto para los proyectos y el futuro tiene la costumbre de caer en el vacío.
Después de un tiempo aprenderás que el sol quema si te expones demasiado... aceptarás incluso que las personas buenas podrían herirte alguna vez y necesitarás perdonarlas... aprenderás que hablar puede aliviar los dolores del alma... descubrirás que lleva años construir confianza y apenas unos segundos destruirla y que tú también podrás hacer cosas de las que te arrepentirás el resto de la vida.

Aprenderás que las nuevas amistades continúan creciendo a pesar de las distancias, y que no importa que es lo que tienes, sino a quien tienes en la vida, y que los buenos amigos son la familia que nos permitimos elegir. Aprenderás que no tenemos que cambiar de amigos, si estamos dispuestos a aceptar que los amigos cambian.
Te darás cuenta que puedes pasar buenos momentos con tu mejor amigo haciendo cualquier cosa o simplemente nada, solo por el placer de disfrutar su compañía. Descubrirás que muchas veces tomas a la ligera a las personas que mas te importan y por eso siempre debemos decir a esas personas que las amamos, porque nunca estaremos seguros de cuando será la ultima vez que las veamos.

Aprenderás que las circunstancias y el ambiente que nos rodea tienen influencia sobre nosotros, pero nosotros somos los únicos responsables de lo que hacemos. Comenzarás a aprender que no nos debemos comparar con los demás, salvo cuando queramos imitarlos para mejorar. Descubrirás que se lleva mucho tiempo para llegar a ser la persona que quieres ser, y que el tiempo es corto.
Aprenderás que no importa a donde llegaste, sino a donde te diriges y si no lo sabes cualquier lugar sirve...

Aprenderás que si no controlas tus actos ellos te controlarán y que ser flexible no significa ser débil o no tener personalidad, porque no importa cuán delicada y frágil sea una situación: siempre existen dos lados.
Aprenderás que héroes son las personas que hicieron lo que era necesario, enfrentando las consecuencias... aprenderás que la paciencia requiere mucha práctica. Descubrirás que algunas veces, la persona que esperas que te patee cuando te caes, tal vez sea una de las pocas que te ayuden a levantarte. Madurar tiene más que ver con lo que has aprendido de las experiencias, que con los años vividos.

Aprenderás que hay mucho mas de tus padres en ti de lo que supones.
Aprenderás que nunca se debe decir a un niño que sus sueños son tonterías, porque pocas cosas son tan humillantes y sería una tragedia si lo creyese porque le estarás quitando la esperanza.
Aprenderás que cuando sientes rabia, tienes derecho a tenerla, pero eso no te da el derecho de ser cruel. Descubrirás que solo porque alguien no te ama de la forma que quieres, no significa que no te ame con todo lo que puede, porque hay personas que nos aman, pero no saben como demostrarlo. No siempre es suficiente ser perdonado por alguien, algunas veces tendrás que aprender a perdonarte a ti mismo.

Aprenderás que con la misma severidad con que juzgas, también serás juzgado y en algún momento condenado.
Aprenderás que no importa en cuantos pedazos tu corazón se partió, el mundo no se detiene para que lo arregles.
Aprenderás que el tiempo no es algo que pueda volver hacia atrás, por lo tanto, debes cultivar tu propio jardín y decorar tu alma, en vez de esperar que alguien te traiga flores. Entonces y solo entonces sabrás realmente lo que puedes soportar; que eres fuerte y que podrás ir mucho mas lejos de lo que pensabas cuando creías que no se podía mas.

¡Es que realmente la vida vale cuando tienes el valor de enfrentarla!