"La vida consiste en lo que el hombre está pensando todo el día"


Educar nuestra Inteligencia Emocional, una clave para el éxito
"La vida consiste en lo que el hombre está pensando todo el día"
Vamos tejiendo la trama de nuestra existencia con hilos de alegría y tristeza, de esperanzas y desilusiones, con algunos centímetros de resignación y otros tantos de ambición. Puntadas con las que a veces avanzamos o retrocedemos. Y el resultado siempre es nuestro. Desde la perspectiva del Coaching Ontológico instalamos en un lugar de trascendencia a la educación de nuestra inteligencia emocional pues consideramos que nuestros resultados no son sólo el producto de la mente racional, sino también de la mente emocional.
Frente al paradigma racional en el que fuimos educados, la propuesta del mundo de hoy es diferente. No podemos permanecer sordos a lo que nuestras emociones nos dicen. No se trata de batallar contra la razón para poner en su lugar a la emoción – de cambiar un soberano por otro- sino de darles a cada una de estas inteligencias humanas el justo equilibrio en nuestras vidas. Razón y Emoción no son antagónicas. Se necesitan mutuamente, se complementan. La una sin la otra nos hace sentir seres incompletos. Y de eso no queremos más.

Como todo cambio de paradigma, éste también lleva tiempo. No sólo por lo que implica aprender a conocer nuestras emociones, sino también porque desde la propia biología el cerebro procesa de una manera más lenta los datos provenientes del espacio emocional. Esto explica el porqué los seres humanos tardamos tanto tiempo en cambiar ciertos hábitos y respuestas emocionales con los que nos hemos manejado durante años creyendo que eran "nuestra manera de ser".

Un proceso de desaprendizaje

Aprender a liderar con inteligencia nuestras emociones es, a su vez, un proceso de desaprendizaje, de des-educación. Comenzamos a liderar nuestra inteligencia emocional cuando logramos cuestionar aquellas rutinas defensivas con las que aprendimos a actuar.
Nos hemos manejado –quizá con éxito durante algún tiempo– con ciertos mandatos o imposiciones provenientes de nuestros padres, hijos, cónyuges, familiares, compañeros de trabajo, jefes, a quienes les hemos dado la autoridad para determinar e influir en nuestras emociones.

La propuesta de la educación de la inteligencia emocional radica básicamente en aprender a separar las emociones propias de las ajenas y a revisar cuáles fueron los motores que nos impulsaron a estar en el lugar que ocupamos hoy. Al revisar estas conductas pasadas, podemos reinterpretarlas y elegirlas nuevamente o desecharlas.

Esta reinterpretación conlleva a indagar mi espacio emocional en relación tanto conmigo mismo como con el sistema o los sistemas con los cuales interactúo. Al detectar una emoción observamos:

1. En Impacto en mí mismo.
2. El Impacto en mis relaciones.

Cuando hablamos del Impacto en mí mismo nos preguntamos, por ejemplo: ¿Qué aspecto de mí mismo me permite ver esta emoción? ¿Eso que veo es coherente con mis valores? ¿Me sirve esta emoción en mi vida? ¿La quiero? ¿Esto que estoy sintiendo me pertenece? ¿Es mía esta emoción?

Del mismo modo cuando hablamos del impacto de mi emoción en mis relaciones me cuestiono: ¿Qué consecuencias les trae a mis relaciones esta emoción que estoy sintiendo? ¿Qué emociones creen mis relaciones que me gobiernan a mí? ¿Cuáles creo yo que gobiernan en mis relaciones?

Algunos beneficios de la Educación de nuestra Inteligencia Emocional

1. La Flexibilidad ante el cambio: La actual sociedad nos exige en cierta manera ser más flexibles frente a los constantes cambios. Nuestros espacios laborales y los entornos sociales en los cuales interactuamos ya no se ajustan al paradigma racional o de control con el que muchas generaciones se sintieron cómodas. Hoy tanto las organizaciones como las familias (que también los son) requieren de personas flexibles, adaptables, capaces de aceptar otras interpretaciones. La no flexibilidad conduce al enfrentamiento y consecuentemente a la insatisfacción.
2. Conexión con la Importancia de Vivir: Esto significa hallar el placer de hacer lo que hacemos. Es disfrutar de nuestras elecciones, muchas veces nos sucede que hacemos demasiadas cosas –porque creemos que son importantes para nosotros– sin embargo, no las disfrutamos (mientras estamos haciendo algo que nos gusta, nuestra mente está pensando en lo que vendrá, con lo cual ni siquiera disfrutamos de esto que estamos haciendo y nos gusta). Tomar conciencia de ello es parte de nuestra educación emocional. Es estar conectado con nosotros mismos en el momento presente y alineados con lo que en verdad nos importa.
3. Sentido de Completud: Educar nuestra Inteligencia emocional nos posibilita hacer foco en lo que queremos y dejar de librar batallas interiores. Al elegir qué emociones queremos para nuestra vida, con quien queremos experimentarlas, logramos alejar aquellas que nos hacen daño y que impiden sentirnos completos. Encarnamos nuestra vida cotidiana conforme a los valores que elegimos.
4. Relaciones más estables: Al conectarnos con nuestras emociones, así como vamos sintiéndonos más completos al elegirlas, también logramos que nuestras relaciones sean más claras y estables. Dejamos las medias tintas y las sombras. Apostamos a aquellas relaciones con las que podemos mostrarnos auténticos. No dejamos pasar aquellas cosas que en verdad nos importan y que hacen a la calidad de la relación.
5. Satisfacción personal y logro de metas: Existe una estrecha relación entre las emociones, los pensamientos y las acciones. Por lo tanto, si tenemos claro qué queremos, nuestro pensamiento comienza a hacer foco para alcanzarlo y consecuentemente las acciones que emprenderemos estarán direccionadas hacia allí. Una mente educada emocionalmente sabe reconocer a qué la está predisponiendo cada emoción y por lo tanto puede intervenir sobre ella.
6. Desarrollo de la Confianza: Quien se educa emocionalmente conoce sus fortalezas y debilidades; trabaja estas últimas y se apoya en las primeras. La inteligencia emocional posibilita que las personas desarrollen la confianza en sí mismas, esto implica –entre otras cosas– que puedan pedir ayuda si la necesitan, que sepan aceptar un feedback sin ponerse a la defensiva, que logren reírse de sí mismos. En definitiva, que construyan una identidad privada estable con la cual sepan quiénes son y qué quieren en sus vidas.
7. Autocontrol: Si desarrollamos nuestra Inteligencia Emocional, ya no nos controlan las emociones sino que somos nosotros quienes las lideramos. Logramos actuar con calma, serenidad, equilibrio (para los griegos esto era la sofrosyne) lo cual nos permite seguir siendo lideres de nosotros mismos –y de los otros también– ante las situaciones adversas.
8. Empatía: Nuestro autoconocimiento emocional nos va dando pautas de observación en nuestro entorno relacional. Aprendemos a ver cuáles son las emociones que están impactando en el otro –y consecuentemente en nosotros, desarrollamos la habilidad de escuchar más allá de las palabras y de legitimar las diferencias. Cuanto más educamos nuestra mente emocional, más abiertos a las otras culturas y sociedades estamos.

El PODER DEL ENFOQUE

La calidad de nuestros pensamientos impacta poderosamente en nuestro espacio emocional; consecuentemente, uno de los primeros pasos a dar en este proceso de aprendizaje tiene que ver con detectar en qué cosas estamos enfocándonos.
La raíz de lo que sentimos está en los pensamientos que tenemos y en las interpretaciones que hacemos, es decir, que nuestros pensamientos generan emociones y éstas nos predisponen a la acción.
Podemos preguntarnos por ejemplo:

* ¿En qué me estoy focalizando todo el tiempo?
* ¿Cuál es la calidad de mis pensamientos?
* ¿Qué emociones me generan?
* ¿A qué me predisponen estas emociones?

Todos los pensamientos positivos provocan emociones y estados de ánimo constructivos, en tanto que los pensamientos negativos, nos llevan a emociones y estados de ánimo destructivos. El punto es cuál es nuestra elección. Pensemos por ejemplo ¿Para qué seguir haciendo foco en el deseo de venganza que me provoca el resentimiento? ¿De qué nos sirve seguir culpándonos por lo que hicimos? ¿Qué nuevo puede traer a nuestra vida esto? ¿Lo quiero para mí o no? ¿Qué otras posibilidades habría en mi vida si dejara de pensar tanto en vengarme o en sentirme culpable por mi pasado?

Si le damos poder a lo que no hemos hecho, a lo que nos falta, a lo que los otros pueden estar pensando de nosotros, a lo que "debería ser", a lo que no nos gusta, o no queremos hacer; si todo el día pensamos en eso, nos estamos perdiendo la oportunidad de enfocarnos en lo que nos potencia y acerca al sentido de completud que buscamos.

Por ello una de las habilidades del autodominio emocional es el poder del enfoque positivo: elegir aquellos pensamientos que nos lleven a conectarnos con lo mejor de nosotros mismos, con lo que hemos hecho, hemos ganado, con lo que hemos aprendido, con lo que queremos hacer y con quién queremos ser.

Este primer paso marcará sin dudas una diferencia en nuestra vida.

Autora: Lic. Claudia Lalloz
Coach Ontológico Profesional
Bs.As. Argentina

Tratamiento para las obsesiones


Tratamiento para las obsesiones
El primer paso es saber detectar un pensamiento obsesivo. Es aquel que da vueltas una y otra vez en la cabeza aunque no se quiera pensar más en ello. Aunque se haya detectado, nuestro propio pensamiento intentará engañarnos y hacernos ver que tenemos que pensar en ese problema y volver sobre ese mismo tema.
Si un pensamiento le hace sentir mal deságase de él cuanto antes. Pensar más no es pensar mejor. Los pensamientos obsesivos reducen nuestra visión de la realidad y nos hacen filtrar sólo lo negativo, por ello es muy importante aprender a no hacerles caso.
Hay que desconectar. Para ello es muy importante respirar profundamente y dedicarnos a alguna actividad que nos mantenga concentrados. Puede ser salir de compras, llamar por teléfono a una familiar o amigo, jugar con niños y niñas pequeños, leer un libro, ver una película. trabajar como voluntario puede ser una buena alternativa porque pensar en otras personas, ayudarles y escucharles aumenta nuestra autoestima.
Hay que parar el pensamiento de forma contundente. Decir "basta ya", tengo autoridad suficiente sobre mi pensamiento para controlarlo y que no me haga daño. No puede dejar que su propio pensamiento le venza. Debe llevar las riendas de su propia vida.
Nada más notar que una idea se vuelve repetitiva e intrusiva apúntela, siga con lo que esté haciendo y cuando pueda dedicarle tiempo analícela a ver si se trata de un pensamiento obsesivo.
Es recomendable aprender y practicar a menudo algún tipo de relajación mental o meditación y compatibilizarlo con ejercicio físico.
En resumen, hay una serie de cosas que pueden ayudarle y otras que le perjudicarán:
Le ayudará pasear y hacer ejercicio. Aprender a meditar, relajarse, leer, escuchar música. También sería buena para encontrar paz encontrar alguna aficción a la que dedicar parte de nuestro tiempo (pintura, manualidades, voluntariado.) Dedicarnos a otras personas nos saca de nuestro mundo y de la espiral de pensamientos obsesivos.
Empeorará las cosas el dar por buenos esos pensamientos y dejar que le arrastren a lo negativo (si no dejo de pensar que mi pareja no me quiere debe ser porque es así). La sensación de pérdida de control aumentará si se bebe alcohol, se abusa del café (porque sobreactiva nuestro pensamiento) o si se intenta solucionar comiendo (lo que además aumentará el sentimiento de culpa)
Damián Ruiz
www.eoriocc.com
http://www.todoexpertos.com/categorias/arte-y-ocio/libros-y-literatura/respuestas/2112037/pensamiento-obsesivo

Trastorno Obsesivo Compulsivo LO QUE USTED DEBE SABER:


Trastorno Obsesivo Compulsivo

LO QUE USTED DEBE SABER:

* El trastorno obsesivo compulsivo es una irregularidad de la ansiedad. Una obsesión en una especie de fijación o pensamiento no deseado que permanece en su mente la mayor parte del tiempo. Usted no puede detener ni controlar este pensamiento. Una compulsión es algo que usted hace y no puede dejar de hacer, debido al pensamiento obsesivo.

* Si trata de parar la compulsión usted puede experimentar mucha ansiedad. Usted puede tener este problema por muchos años. El trastorno obsesivo compulsivo puede afectar la forma como usted se siente respecto a sí mismo y acerca la vida. Este trastorno, puede ser tratado con asesoría sicológica y medicamentos. Aunque es raro, usted puede necesitar internarse en un hospital para hacerse el tratamiento.

DESPUÉS DE SER DADO DE ALTA:

Medicamentos:

* Haga una lista con los nombres de los medicamentos que usted toma, de la frecuencia con que los toma y porqué los toma. Cuando visite a sus médicos, traiga la lista o los envases de sus medicamentos. Pídale a su médico información relacionada con sus medicamentos.

* Tome sus medicamentos siguiendo siempre las indicaciones de su médico. Si usted piensa que no hay mejoría o siente que están presentándose efectos secundarios, llame a su médico. No suspenda el medicamento cuando comience a mejorar. Pregúntele al médico hasta cuándo necesita usted tomar el medicamento.

* Una vez que usted comience a tomar medicamentos para el trastorno obsesivo compulsivo, puede ser necesario hacerle exámenes de sangre. Estos exámenes se usan para analizar la cantidad de medicamento existente en su sangre. Los médicos utilizan los resultados de estos exámenes para determinar la cantidad de medicamento que es más conveniente para usted. Es posible que usted necesite estos exámenes más de una vez.

* Tomar vitaminas es muy importante porque muchas personas no siguen una dieta saludable. Informe siempre a sus médicos si está tomando alguna vitamina, hierbas u otros suplementos y así tener la seguridad de que estos son los mejores para usted. Los médicos también saben si estos suplementos pueden interactuar con sus otros medicamentos.

* No use ningún medicamento que no haya sido ordenado a usted por su médico. No consuma alcohol mientras esté tomando medicamentos para el trastorno obsesivo compulsivo.

* Si el medicamento que usted toma le produce sueño, no maneje automóvil ni trabaje con maquinaria pesada.

Monitoreo de los medicamentos: Cada vez que usted visite a sus médicos le preguntarán cómo está sintiéndose. Los médicos observarán la forma como usted responde a sus medicamentos. Infórmele a su médico acerca de los efectos secundarios o problemas que usted tenga con sus medicamentos. Algunas veces, es necesario cambiar la clase y cantidad de medicamento. El objetivo es que usted se sienta mejor y con la menor cantidad de efectos secundarios. Usted y su médico hablarán acerca de cuánto tiempo necesitará usted el medicamento.

Cita médica:

Pregúntale a su medico cuando volver para su próxima visita. Cumpla con todas sus citas. Escriba las preguntas que tenga. De esta forma, usted se acordará de hacer estas preguntas en su próxima visita.

Apoyo emocional:

* Es difícil aceptar que usted tiene el trastorno obsesivo compulsivo. Usted y aquellos que lo rodean, pueden sentir disgusto, tristeza o temor. Estos sentimientos son normales. Hable con sus médicos, familiares o amigos acerca de sus sentimientos. Escriba las preguntas que tenga respecto al trastorno obsesivo compulsivo y sobre la forma como está siendo tratado. De esta manera, usted podrá hacer estas pregunta en su próxima visita al médico.

* Pregunte en la institución encargada de su salud si ellos saben acerca de algún libro que usted pueda leer. La lectura relacionada con su enfermedad puede ayudarle a entender mejor dicha enfermedad.


Tipos de sesiones terapéuticas:

* Terapia de pareja: Usted y su persona más querida se reunirán con un médico para hablar acerca de la forma que se usará para enfrentar su enfermedad. Esa persona puede ser su cónyuge (esposo o esposa) o su novio o novia.

* Reuniones familiares: Sus médicos se reunirán con usted y su familia. Hablarán acerca de la forma como deben enfrentar su enfermedad.

* Terapia de grupo: Es una serie de reuniones en las que usted participa junto con otros pacientes y personal de la clínica. Durante estas reuniones, hablan los pacientes y los directivos acerca de las formas que se usarán para enfrentar la enfermedad.

* Terapia individual: Es el momento en que usted se reúne a solas con su terapeuta. Durante ese momento, usted y su terapeuta pueden hablar acerca de la forma que deben usar para enfrentar su enfermedad.

Tipos de terapia de acercamiento:

* Modificación del comportamiento: Le enseña a cambiar su comportamiento (sus actos). Usted mirará las razones de su comportamiento y los resultados de sus acciones. Con este tipo de terapia, usted aprenderá que ciertos tipos de comportamiento tienen buenos y malos resultados. Estos resultados pueden hacer que usted se sienta bien o mal respecto a sí mismo. El buen comportamiento hace que la mayoría de las personas se sientan bien respecto a sí mismas. Con frecuencia, el buen comportamiento es recompensado.

* Terapia cognitiva: Esta terapia le ayuda a darse cuenta de la forma como usted ve las cosas. Es posible que usted tenga dificultad para ver lo bueno que hay a su alrededor. Por eso, usted es más propenso a sentir depresión, tristeza o disgusto. La terapia cognitiva le enseña a reconocer la forma como usted ve las cosas y le ayuda a verlas de una manera más positiva.

* Terapia de revelación e insensibilización: La terapia de revelación (u orientación) le ayuda a enfrentar sus temores en un ambiente seguro y en compañía de los médicos que lo apoyarán y ayudarán. Después de haber practicado las maneras de disminuir sus temores y su ansiedad, tendrá mas capacidad para manejarlos cuando usted se encuentre a solas. La insensibilización es cuando los médicos le ayudan a enfrentar un temor durante un corto tiempo a la vez. Esto se enseña en un ambiente que brinde apoyo y seguridad.

* Relajación: La relajación es otra forma de fijar su atención en algo distinto a sus sentimientos. Por ejemplo, los olores agradables pueden cambiar su estado de ánimo y le ayudan a relajarse. También pueden ayudar a que su cerebro produzca unos químicos llamados endorfinas. Las endorfinas son químicos naturales que su cuerpo produce y pueden ayudar a aliviar el dolor y las sensaciones muy severas. Por ejemplo, escuchar música o tomar un baño con aceites de aromaterapia. También, usar velas, aceites para masajes y los baños de burbujas perfumados, son algunas formas de usar los buenos olores.

Consejos para su bienestar:

* Consuma alimentos saludables de los 5 grupos que son: frutas, verduras, panes, productos lácteos, carne y pescado. El consumo de alimentos saludables le ayuda a sentirse mejor y a tener más energía. Pregúntele a su médico si es necesario que usted siga una dieta especial.

* Beba diariamente entre 6 y 8 vasos (del tamaño de una lata de gaseosa) de líquido. Si tiene que cambiar la cantidad de líquidos que usted consume, siga los consejos de su médico. Los mejores líquidos para tomar son: el agua, los jugos y la leche. Limite las bebidas que contengan cafeína, como el café, el té y las gaseosas.

* No beba alcohol mientras esté tomando medicamentos para el trastorno obsesivo compulsivo. El alcohol puede hacer que usted se sienta nervioso o ansioso (preocupado y perturbado). También puede alterar su ciclo de sueño de manera que usted se sentirá más cansado. Tampoco debe consumir drogas callejeras o ilegales.

* Antes de comenzar a ejercitarse, hable con su médico. Entre ambos, pueden planear el mejor programa de ejercicios para usted. El ejercicio fortalece el corazón, baja la presión arterial y lo mantiene saludable. Pero, si usted tiene compulsión con el ejercicio puede hacer que usted se sienta peor. Siga los consejos de su médico.

* Nunca es tarde para dejar de fumar. Fumar es perjudicial para el corazón, los pulmones y la sangre. Si usted fuma puede ser más propenso a sufrir un ataque cardiaco, una enfermedad pulmonar o puede contraer cáncer. Dejar de fumar no solamente es conveniente para usted sino para quienes le rodean. Si usted tiene dificultad para dejar de fumar, pídale a su médico el folleto (CareNotes™) relacionado con los métodos para dejar de fumar.

* El estrés puede demorar la recuperación y causar enfermedades futuras. Puesto que es difícil evitar el estrés, usted debe aprender a controlarlo. Aprenda las nuevas técnicas de relajación (respiración profunda, relajación muscular, meditación o biofeedback). Hable con su médico acerca de las cosas que le molestan.

* El sueño regular es muy importante. Trate de dormir entre 6 y 8 horas cada noche. Si es incapaz de dormir o está durmiendo demasiado, hable con su médico.

PÓNGASE EN CONTACTO CON UN MÉDICO SI:

* Usted tiene preguntas o inquietudes acerca de su trastorno obsesivo compulsivo o sus medicamentos.

* Usted es incapaz de seguir el plan de tratamiento que le suministraron.

* Usted es incapaz de dormir bien o está durmiendo más de lo usual.

* Usted no puede comer o está comiendo más de lo usual.

* Usted no puede asistir a la siguiente reunión con su médico.

BUSQUE ATENCIÓN INMEDIATA SI:

* Usted piensa en eliminarse (suicidio) o en eliminar a otra persona (homicidio).

* Después de tomar su medicamento, usted presenta unos efectos secundarios muy severos, como salpullido, hinchazón o dificultad para respirar.

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Esta información es sólo para uso en educación. Su intención no es darle un consejo médico sobre enfermedades o tratamientos. Colsulte con su médico, enfermera o farmacéutico antes de seguir cualquier régimen médico para saber si es seguro y efectivo para usted.

fuente:http://www.drugs.com/cg_esp/trastorno-obsesivo-compulsivo-discharge-care.html

La ansiedad y el trastorno obsesivo-compulsivo




La ansiedad y el trastorno obsesivo-compulsivo

La ansiedad y el trastorno obsesivo-compulsivo son problemas muy frecuentes y relacionados entre sí.

CAROLINA GARCÍA


"Fina, de 34 años, sale de su casa al trabajo. Previamente, como hace todos los días, deja todo totalmente cerrado: ventanas, puertas? Revisa el orden de los muebles y la comida de los gatos. Es su ritual. Sale y, cuando llega al coche, no se acuerda si ha cerrado la puerta o no. Sube al coche y piensa que es una tontería: siempre cierra la puerta. En un momento empiezan las sensaciones molestas: palpitaciones, sofocos? Los pensamientos de si ha cerrado o no son cada vez más recurrentes. Al final tiene que salir del coche y verificar si ha cerrado o no la puerta."

¿Qué es el TOC?

Antiguamente el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) se relacionaba con problemas de control de impulsos, pero en la actualidad se cree que la ansiedad es la causa principal de su aparición. Los estudios indican que el 90% de las personas padece ideas de tipo intrusivo, o, lo que es lo mismo, pensamientos que aparecen en nuestra mente sin que lo deseemos. Pero ¿por qué algunos podemos superarlos y otros no nos dejan vivir? La respuesta tiene relación con la interpretación que hacemos cada una de esas ideas.

Factores de riesgo

Algunos estudios señalan que el padecer trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) o no depende de dos variables: la vulnerabilidad biológica o la predisposición genética; y la vulnerabilidad psicológica. Padecer ciertos trastornos como depresión o ansiedad puede facilitar la aparición del TOC.El trastorno obsesivo-compulsivo, como cualquier otro problema emocional, es extremadamente tortuoso. Para las personas que lo sufren, se trata de un mal misterioso, y son incapaces de encontrar su origen.

Síntomas y tratamiento

Al contrario de lo que se pueda pensar, el TOC tiene cierta "racionalidad" y podríamos decir hasta un protocolo de actuación:

- En primer lugar aparece una situación estresante. Este es el botón que va a despertar los síntomas. En el ejemplo tratado, Fina tiene la necesidad de comprobar si ha cerrado o no la puerta; es algo vital para ella.

- En segundo lugar, ese botón o situación estresante provoca la aparición de la obsesión. Es un pensamiento que la persona no elige, es automático e involuntario. Muchas veces en consulta el paciente indica que esos pensamientos vienen del inconsciente, no de su yo real. En el caso de Fina, esa obsesión es el pensamiento recurrente de si ha cerrado o no la puerta.

- Esta obsesión, pensamiento automático y recurrente, nos provoca un malestar. La reacción emocional que libera el TOC es la ansiedad. Experimentamos síntomas como palpitaciones, taquicardias.

- A continuación encontraríamos la compulsión, reacción que neutraliza nuestro malestar y cuyo fin es ponerse a salvo del temor inducido por la obsesión.

- Por último, estaría el alivio, lo que llamamos "la trampa de la ansiedad" que es una solución a corto plazo, pero es en realidad una conducta dañina para el individuo a largo plazo.

Los síntomas y su recurrencia nos indicarán el nivel de afección que sufre el individuo. Puede tratarse de algo que el individuo domina y controla en su día a día, o por el contrario puede ser que la persona necesite atención psicológica.

http://www.parasaber.com/salud/psicologia/trastornos-psicologicos/ansiedad/articulo/psicologia-practica-ansiedad-trastorno-obsesivo-compulsivo/516/

Las conductas obsesivo-compulsivas pueden manifestarse en cualquier edad


Las conductas obsesivo-compulsivas pueden manifestarse en cualquier edad
Trastornos
Las manías son costumbres y conductas que se repiten muy a menudo, y que ayudan al niño a controlar algunos acontecimientos externos. A medida que va creciendo estas rutinas algunas suelen seguir y reforzarse, y otras desaparecen ya que las manías que duran demasiado tiempo o que se refuerzan mucho pueden empezar a interferir en la vida diaria normal del niño, y convertirse en obsesiones. Las obsesiones son ideas o pensamientos repetitivos, inquietantes, desagradables y no deseados, que surgen reiteradamente y de forma incontrolable en la mente del niño, causándole un temor persistente y un alto grado de ansiedad.

Las conductas obsesivo-compulsivas pueden manifestarse en cualquier edad. Las más frecuentes en la infancia son:
- Lavado o preocupación por coger enfermedades
- Las conductas repetitivas para acostarse o vestirse
- A la hora de dormir necesitan que se le vuelvan a contar las historias y los cuentos ya conocidos, ya que esto los ayuden a estabilizar sus expectativas y la comprensión de su mundo.

Los niños en el colegio suelen desarrollar rituales en grupo cuando aprenden a jugar, a hacer deportes en equipo. Los niños más mayores y los adolescentes comienzan a coleccionar objetos y a desarrollar actividades favoritas. Son síntomas transitorios asociados al desarrollo, a la autoafirmación y a la constitución como sujeto.

Cuando el niño sufre de obsesiones y compulsiones
Se considera que los niños tienen un Trastorno cuando estas manías, obsesiones y compulsiones ocupan tanto tiempo al día, que les impiden el funcionamiento diario normal, e interrumpen de modo significativo sus actividades cotidianas. Cuando los niños no pueden hacerlo sufren una ansiedad desmedida, que ellos manifestarán en llantos, gritos, tirones de pelo, conducta agresiva con sí mismo o hacia los demás, etc.
En el Trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) en niños predominan los comportamientos compulsivos frente a los pensamientos obsesivos.

Diagnóstico y tratamiento del trastorno obsesivo-compulsivo
El diagnóstico precoz de la enfermedad así como la aplicación de un tratamiento especial cuando se observan los primeros síntomas contribuye a aumentar la calidad de vida del niño y a prevenir que el trastorno se desarrolle a un estado más serio. Para poder realizar el diagnóstico es muy importante el apoyo y la implicación de los padres.
Para calmar la ansiedad provocada por el pensamiento obsesivo, se realiza la compulsión. Una compulsión es un comportamiento ritualizado que se lleva a cabo durante mucho más tiempo de lo normal, de forma repetitiva y sin interrupción.

El tratamiento del TOC más efectivo y recomendable sería combinar la terapia psicológica y medicamentos. El tratamiento psicológico incluye técnicas cognitivas y conductuales:

- Las técnicas cognitivas ayudan al niño a identificar y comprender sus miedos y a aprender nuevas formas de resolverlos o disminuirlos sin sentir la ansiedad que le provocaban y le llevaban a la compulsión como evitación;

- Las técnicas conductuales ayudan al niño y a sus familias a hacer contratos o poner pautas para limitar o cambiar comportamientos. Los medicamentos que se usan para tratar el TOC son inhibidores selectivos de la reabsorción de la serotonina que sirven para paliar los pensamientos obsesivos y por lo tanto mejorar las conductas compulsivas; y siempre deben ser indicados y tomados bajo supervisión del pediatra.

Los padres juegan un papel de apoyo vital en cualquier proceso de tratamiento apoyando al niño en todas las etapas del trastorno y de su tratamiento.

Este artículo nos ha sido enviado por Blanca Betes Tejero, psicóloga clínica de Psiceduca
http://www.guiainfantil.com/manias-obsesiones-infantiles-en-los-ninos.htm

'Código Z' o el mal del insatisfecho




'Código Z' o el mal del insatisfecho

Hay muchos nombres para definirlo, pero puede que el más adecuado sea el de insatisfacción del bienestar. En las clasificaciones psiquiátricas se denominan códigos Z. Son el reflejo de la creciente medicalización de los conflictos de la vida y de sus consecuencias; no son exactamente patologías o trastornos mentales, pero casi ocupan un 20% de las consultas de salud mental y un porcentaje mucho mayor en las de atención primaria.

Inquietud o malestar son las quejas más frecuentes. Muchos pacientes no presentan un trastorno diagnosticable. En realidad, no son pacientes psiquiátricos. No necesitan la atención de un especialista en salud mental. Las etiquetas que se les ponen son conocidas: síndrome posvacacional, astenia primaveral, estrés, conflictos de pareja o laborales, etcétera. Se presentan con síntomas físicos y no cumplen los requisitos de trastornos mentales definidos. "Cualquier situación de la vida diaria está medicalizándose. Sanitarizamos el estrés, las alteraciones físicas, los problemas domésticos", advierte José Ángel Arbesu, coordinador de Salud Mental de la Sociedad Española de Medicina General (Semergen).

Según uno de los pocos estudios que ha analizado este problema en España, coordinado por el psiquiatra Alberto Ortiz Lobo, de las más de 1.000 personas que acudieron a un centro de salud mental durante un año, casi un 25% no reunía criterios para ser diagnosticados de un trastorno mental. De acuerdo con las conclusiones del trabajo, parece que hay "una cantidad excesiva de pacientes que no presentan trastorno mental diagnosticable y que son remitidos a centros de salud mental".

Lo cierto es que hay problemas psiquiátricos que cuando se hicieron las clasificaciones no se catalogaron como tales, y en las nuevas revisiones tienden a incluirse. Según el psiquiatra Enrique Baca García, de la Fundación Jiménez Díaz de Madrid, son los valores de la sociedad los que han evolucionado y, por tanto, circunstancias que antes no se veían como patológicas pueden serlo hoy día.

Para este psiquiatra es crucial tener en cuenta que "no es un problema mental cualquier cosa que nos pasa en la vida". Pero también avisa de que con la salud mental "hay que tener mucho cuidado". Por ejemplo, hay duelos complejos que, si no se resuelven, pueden convertirse en patológicos. Por ello, recomienda acudir al especialista en salud mental si se encuentra mal y que él decida si hay que tratar.

Pero la sensación es que, como dice Arbesu, se trata de entidades que no se pueden diagnosticar. "Es un no diagnóstico", revela la psiquiatra Eudoxia Gay, del hospital Reina Sofía de Córdoba. Para Arbesu, se trata de soledad, falta de comunicación. "Es como si los problemas de la vida diaria llegaran a los servicios sanitarios". Actuamos como si existiera un remedio, una pastilla, "para casi todo", sostiene Enric Aragonés, del Grupo de Trabajo de Salud Mental de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (Semfyc). Algo seguro, rápido y eficaz, y sin embargo "no somos capaces de un simple cambio en nuestro estilo de vida", añade.

Aragonés cree que nos hemos creado unas expectativas desmesuradas sobre la ciencia, sobre la medicina, y hemos convertido a la sanidad en un bien de la sociedad de consumo. Esta situación, añade Eudoxia Gay, es fiel reflejo del estilo de vida de Europa y EE UU marcado por "la solución inmediata" de los conflictos y una negación a "enfrentarse" a los problemas de la vida. Los conflictos, explica, como las rupturas de pareja o los duelos, no se dejan evolucionar de forma natural.

Además, advierte Arbesu, no todo puede estar bajo control. "Muchas veces hay que vivir situaciones fuera de control y hacerlas frente con el diálogo, con mecanismos de afrontamiento, etcétera".

Hay personas que tienen un perfil de vulnerabilidad que hace que ante cualquier problema se hundan. Por eso, asegura Enric Aragonés, es importante reforzar los mecanismos antiestrés. La paradoja, afirma Aragonés, es que son los más jóvenes los que más demandan estos servicios, independientemente de su nivel de formación. Son, dice, los que tienen más "expectativas puestas en que la medicina podrá solucionar sus problemas". Eudoxia Gay habla de la "intolerancia a la frustración" de algunas mujeres jóvenes con un nivel de vida aceptable, y Arbesu de personas con baja autoestima, más insatisfechos ante la vida, críticos e incluso masoquistas. Con una característica común: son frecuentadores de las consultas de primaria. "Por eso debemos ser asertivos, para no facilitar la cronificación y saber orientar. Lo que ocurre es que cuando se tienen 30 o 35 años es difícil mejorar la capacidad de afrontamiento".

Media población para atender a la otra mitad

La medicalización de los problemas de la vida cotidiana, o simplemente de la desgracia, podría conducirnos a un mundo en el que prácticamente la mitad de la población tendría que atender, por turnos sucesivos, a la otra mitad. El colapso de los servicios de salud mental sería inevitable. Aragonés considera que, de alguna manera, está situación "nos ha cogido a todos poco preparados". Este escenario también pone en duda el funcionamiento de los filtros de atención primaria, aunque, como apunta Eudoxia Gay, "el médico de cabecera está perfectamente preparado para distinguir entre un conflicto emocional y un trastorno, pero como se tolera mal el sufrimiento, se medicaliza porque parece que todo tipo de dolor tiene un nombre y un tratamiento". De la misma opinión es Arbesu: "El médico de primaria debe saber y poder escuchar al usuario con empatía y aconsejar, facilitar el desarrollo de mecanismos para afrontar los problemas".Enrique Baca cree que es mejor recibir a los pacientes y decidir si tienen o no un trastorno mental. "No hay que demonizar al paciente", afirma.Pero lo cierto es que se abusa de los psicofármacos y de la psicoterapia, sostiene Gay. "Muchas de las personas diagnosticadas de código Z acaban recibiendo tratamiento, pero los conflictos no precisan terapia en la mayoría de los casos. Y no necesitan tratamiento, sino apoyo humano, redes sociales, amigos...".Una de las curiosidades que se están empezando a encontrar los especialistas en salud mental infantil es la creciente demanda de atención por cuestiones que tienen que ver más con el propio desarrollo que con trastornos mentales. Problemas de comunicación padre-hijo, de celos entre hermanos, de educación sexual... parecen haberse convertido en trastornos mentales y necesitar tratamiento. Cree José Ángel Arbesu que los actuales sistemas de educación crean cada vez personas más protegidas y no preparados ante la vida, y "la vida no es fácil".Dice la psiquiatra Eudoxia Gay que lo que ha pasado es que el mundo se ha transformado y que el ser humano no ha seguido el mismo ritmo. Nos enfrentamos a situaciones nuevas, como los videojuegos, a otras formas de relacionarnos, y creemos que no son normales, que son patológicas. Estamos medicalizando situaciones normales en los niños, aunque éstos sufran. En su opinión, la situación es un reflejo de "cómo nos relacionamos con el mundo, con el dolor y entre nosotros mismos".