La desintetización gradual


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En el capítulo anterior explicábamos cómo las reacciones precondicionadas tienen su origen en el pasado, casi siempre durante la infancia y son producto de una programación que inevitablemente nos hace reaccionar de manera ansiosa cuando se repiten las circunstancias. Afortunadamente, podemos sobreponernos a estas situaciones y superar los acondicionamientos que nos causan la ansiedad.

De hecho, no es tan difícil el proceso si lo realizamos de la manera correcta. Un procedimiento clínico para eliminar el acondicionamiento que provoca la ansiedad fue concebido por el profesor Joseph Walter, siquiatra que hace uso de los principios básicos aprendidos después de años de investigación.

Este proceso se conoce por el nombre de desintetización gradual y se lleva a cabo de forma efectiva en muchas consultas de siquiatras y sicólogos y en muchas instituciones para el tratamiento mental. Si se practica como es debido, en un 90% de los casos ha probado su efectividad.

Vamos a tomar el caso que señalábamos anteriormente, o sea, alguien que le teme a figuras de autoridad. En este caso la persona va a practicar el proceso de desintetización exponiéndose de nuevo a situaciones semejantes a aquellas que le acondicionaron el estado de ansiedad. Quiere esto decir que gradualmente la persona será expuesta a una situación similar hasta que logre vencer la ansiedad que lo domina. No es el razonamiento lógico parte de la terapia, es el proceso gradual de erradicar la programación original que estaba provocando la ansiedad.

Lo más práctico sería sentarnos con papel y lápiz a analizar bajo qué circunstancias específicas desarrollamos ansiedad en cada área de interés. Es decir, necesitamos ser prácticos y analizar en qué áreas específicas existe una programación anterior que nos está haciendo dañ o. Una vez hecho esto, tomaremos de las diferentes situaciones aquella o aquellas con las cuales nos vemos más frecuentemente confrontados y que deseamos eliminar lo más rápido posible. Entre dichos temores se encuentran tal vez el hablar con personas desconocidas, profesionales, con personas de mayor preparación académica que nosotros, o tal vez el nerviosismo ante la presencia del jefe en el centro de trabajo, o cuando este nos llama para decirnos algo, o tal vez el tener que leer o decir algo en público. Cualquier situación de ansiedad, algo con lo cual nos vemos confrontados a menudo y que en realidad nos afecte.

ansiedad : Las reacciones preconcebidas

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En análisis psicológico se necesita primero que todo comprensión y luego diseñar un plan de trabajo, nos trazamos metas para llevarlas a cabo y alcanzar nuestra meta.

La mayor parte de la ansiedad que la gente experimenta se debe a lo que los sicólogos llaman reacciones preconcebidas o precondicionadas. Dicho en términos más simples, esto quiere decir que aquellas cosas que nos suceden de forma simultánea las asociamos mutuamente de manera tal que reaccionamos siempre de la misma manera ante circunstancias similares.

Asociamos dos acontecimientos: si el acontecimiento X nos produjo temor, pánico, nerviosismo, inquietud, ansiedad; entonces cada vez que el acontecimiento X sucede volvemos a reaccionar de la misma manera. Por lo tanto si reaccionamos con miedo o con ansiedad ante la presencia de cierto estímulo externo, cada vez que esta situación se presente reaccionaremos de la misma forma. Lo interesante de esto es que aunque en realidad no exista ningún peligro, si vuelve a acontecer el mismo estímulo X, volveremos a reaccionar de la misma manera, porque ya esto se ha acondicionado en nosotros.

Por ejemplo una persona que durante la infancia haya tenido algún tipo de experiencia negativa con figuras de autoridad tales como un policía, el director de un colegio o alguien al que consideraba digno de respeto, tal vez ahora de adulto se sienta ansioso si va conduciendo y ve que se acerca algún policía. De hecho ante cualquier figura de autoridad que le confronte directamente va a experimentar ansiedad. Entre los síntomas inmediatos que la persona experimentará están la tensión muscular, sudores fríos, dolor de estómago, ganas de ir al baño, tartamudeo, el corazón latiendo con rapidez, etc.

Todo es debido a reacciones precondicionadas que tienen su origen en el pasado, casi siempre durante la infancia. Muchas de nuestras emociones son producto de preacondicionamientos. Es por eso que el razonamiento lógico no puede formar parte del tratamiento, pues la persona tal vez se da cuenta de que no es para tanto lo sucedido, pero a pesar de todo no logra controlarse. Si usted le explica a esta persona desde el punto de vista lógico lo que está sucediendo, ella va a estar plenamente de acuerdo con usted. Si ha experimentado un estado de ansiedad ante cualquier situación específica, sabrá que tengo razón en este punto.

A pesar de que la lógica le dice que no hay de qué temer, que es una sobre-reacción, sin embargo usted no tiene la capacidad de controlar la situación. Necesitamos comprender que el individuo bajo un estado de ansiedad no está reaccionando ante la situación específica, sino que su conducta es producto de una programación anterior. Esta es la razón por la cual la persona que se dice a sí misma: voy a poner de mi parte, la próxima vez que esto suceda me voy a controlar, se da cuenta de que muy a pesar de sus buenas intenciones, no puede hacerle frente a las cosas como planeó. Una vez más la ansiedad le ganó.

¿Si esto es así, qué podemos hacer? ¿Estaremos atrapados en nuestra programación pasada siendo víctimas de la ansiedad? Afortunadamente, podemos sobreponernos a estas situaciones y superar los acondicionamientos que son los causantes de la ansiedad.

Las Obsesiones


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INSTITUTO DR. PACHECO DE PSICOLOGIA

ANGEL ENRIQUE PACHECO, PH.D.

DIRECTOR - PSICOLOGO CLINICO
EDIFICIO PROFESIONAL CLINICA DR. ABEL GONZALEZ

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SANTO DOMINGO

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Las Obsesiones [1]

Angel Enrique Pacheco, Ph.D.



Apreciado Dr. Pacheco, pienso demasiado y no lo puedo controlar, me preocupa mucho, pero hay un pensamiento que no puedo sacar de mi cabeza….



Así comenzaba la carta de una persona muy preocupada por el descontrol que sentía por los pensamientos que le atormentaban. Seguía su consulta con una detallada descripción de todo lo que le estaba aconteciendo, relacionado, en su caso, con un asunto sexual.

Este tipo de problema con las obsesiones es sumamente frecuente, por lo que he decidido hacer pública la contestación que di a esa persona, pues sé que muchas otras personas también se beneficiarán de lo aquí expuesto.

Desgraciadamente, no puedo diagnosticar su condición o problema a distancia, sin mucha más información. Un cierto número de diferentes trastornos de la salud mental podrían explicar los síntomas que usted está experimentando. Algunos de éstos son trastornos menores, pero podrían también ser el preludio de otros problemas de salud mental más significativos.

A saber, usted podría estar simplemente experimentado un problema leve de ideación relacionado con una fantasía. En el otro extremo, usted podría estar presentando los síntomas del debut de un trastorno de salud mental, tal como el trastorno obsesivo-compulsivo.

Dado que el rango de las posibilidades es tan amplio, creo que usted debería proceder a consultar a un especialista en salud mental en persona. Para determinar lo que le está ocurriendo a su salud mental, si es que tiene un problema, se requiere realizar una evaluación extensa a cargo de un experto. La situación ideal es que usted consulte a un experto en salud mental cara a cara, ya que de esta manera se podrá realizar una cuidadosa evaluación y se le sugerirá el tratamiento adecuado, si es que requiere alguno.

Usted aparenta, sin embargo, estar exhibiendo los síntomas de lo que llamamos un trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), esto es, un problema de salud mental relacionado con la ansiedad y asociado precisamente a estos patrones conductuales que usted describe con tanta aptitud en su consulta.

El TOC es considerado una respuesta conductual aprendida y, por lo tanto, responde más favorablemente a intervenciones basadas en los principios y técnicas de la teoría del aprendizaje. Esta aproximación o modalidad terapéutica es llamada modificación de conducta, terapia conductual o terapia conductual cognitiva.

Sospecho que su problema es primordialmente uno de naturaleza obsesiva, más que directamente relacionado a su sexualidad. Por tanto, lo que sigue a continuación es mi consejo en caso de que el problema que usted está experimentando es un trastorno relacionado con la ansiedad, tal como un trastorno obsesivo-compulsivo. Debe saber que, dada la naturaleza del contenido envuelto, este problema puede producir en usted sentimientos e ideación depresiva.

Este proceso generalmente no depende del contenido actual de las cogniciones, esto es, de lo que usted está pensando, sino que está más bien circunstancialmente asociado a lo que usted piensa. En otras palabras, por ejemplo, usted puede tener pensamientos obsesivos acerca de una enfermedad de transmisión sexual (ETS), pero estos pensamientos se repiten de manera independiente y aún cuando usted esté enamorado de la persona con la cual está relacionada o aún cuando reciba los resultados de un laboratorio clínico indicándole que no está enfermo.

De hecho, cada vez que usted evita o escapa el encontrarse con esta persona o cada vez que se hace nuevos análisis clínicos por estos pensamientos o miedos, usted está reforzando el problema y está fortaleciendo y aumentando la probabilidad de ocurrencia de esta respuesta de miedo en el futuro. En otras palabras, usted está “aprendiendo” la respuesta que consideramos maladaptiva. Por esto no desaparecerá sin tratamiento con psicoterapia.

Le reitero, este proceso de ideación obsesiva no desaparecerá por sí mismo y no se le quitará con el tiempo. Es probable incluso que se hará más complicado o frecuente con el tiempo. Usted necesita ayuda profesional en salud mental simple y llanamente porque usted está sufriendo.

Asumiendo la posibilidad de que esté presentando un TOC, debe saber que este tipo de problema de salud mental está caracterizado por la presencia de pensamientos repetitivos e indeseados, acompañados o no por la necesidad imperiosa de producir algunas conductas parecidas a rituales.

A pesar de producir mucho malestar emocional y de implicar cantidades significativas de tensión y ansiedad, el pronóstico para el TOC puede ser favorable si usted procura ayuda de un experto en salud mental.

En el caso de que usted tenga un TOC, usted tiene que aprender técnicas cognitivas o conductuales específicas, tales como la de parar el pensamiento, procedimientos de manejo de contingencias y el entrenamiento en relajación muscular, con el fin de controlar los pensamientos indeseados y de poder cambiarlos por otros más apropiados.

Estas técnicas están disponibles para usted si consulta a un psicoterapeuta conductual o cognitivo y son consideradas las más efectivas para estos tipos de problemas.

En mi opinión, el tratamiento preferible para los trastornos relacionados con la ansiedad, incluyendo aquellos relacionados a la ansiedad anticipatoria, las fobias y los trastornos obsesivo-compulsivos, al igual que los ataques y el trastorno de pánico, es el que permite la terapia conductual. Normalmente, no recomiendo el uso de medicinas psicotrópicas para estos trastornos.

Una máxima en toda intervención clínica especifica que debemos emplear la técnica menos invasiva que sea efectiva en producir los cambios o resultados deseados.

Yo no favorezco el uso de medicinas en el tratamiento de este tipo de problemas, ya que considero que la terapia conductual es la aproximación más efectiva y eficiente, que además no comparte la naturaleza invasiva de las medicinas y que, adicionalmente, no produce efectos secundarios indeseados.

Los trastornos de ansiedad de este tipo, con un historial relativamente breve, son tratados frecuentemente con una alta probabilidad de éxito y en un período breve de tiempo por los psicólogos clínicos conductuales. Le sugiero que no pierda tiempo en consultar a uno de estos especialistas. El retrasar el inicio de la terapia solamente hará que usted sufra más.

Por supuesto, mientras más rápido usted inicia el proceso psicoterapéutico, mucho antes usted podrá empezar a liberarse de este TOC—si este es su caso o de cualesquiera que fuese el problema—ya que la terapia conductual es orientada a la acción, de naturaleza breve y generalmente exitosa. Recuerde que usted merece ¡Aprender a Vivir Mejor ®!
Publicado 21 septiembre 2002, Oh!Magazine, La Revista del Listín Diario, 110, 90.



Correspondencia acerca de este artículo debe ser dirigida a Angel Enrique Pacheco, Ph.D., Instituto Dr. Pacheco de Psicología (IDPP), Edificio Profesional Clínica Dr. Abel González, Avenida Independencia 105, Santo Domingo, República Dominicana. Teléfono 809-686-6666, Fax 809-686-2222, E-Mail apacheco@idpp.org e Internet http://www.idpp.org/.



© 2002 Angel Enrique Pacheco, Ph.D. Todos los Derechos Reservados.

Tratamiento de la obsesión y del Trastorno obsesivo compulsivo


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fuente:Damián Ruiz
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Tratamiento de la obsesión y del Trastorno obsesivo compulsivo

Esto es lo más parecido a vivir en una cárcel creada por uno mismo donde se es al tiempo preso y guardián.
¿Por qué se empeñará el cerebro de los obsesivos y ya no digamos de los afectados por un TOC en repetir y repetir el mismo tipo de pensamiento o el mismo tipo de conducta una y otra vez? Hagámonos otra pregunta: ¿Para qué le servirá al cerebro producir ese tipo de circuito neuronal tan fatigante? ¿Por dónde no quiere pasar? ¿Hacia dónde no quiere ir?
Imaginemos un juego virtual donde nos colocan en medio de un paisaje con diferentes espacios a los que se puede llegar a través de diversos senderos. Cada uno de esos caminos conduce a uno de esos espacios y en cada uno de ellos encontramos posibilidades y experiencias nuevas, podemos sentir emociones variadas y también podría ser que uno de esos lugares nos gustase tanto que decidiéramos quedarnos allí a vivir. Solo hay un problema: no podemos saber lo que hay al final del camino hasta que lleguemos, aunque durante el trayecto ya empecemos a intuir lo que habrá.
Imaginemos además que no tomar ninguna decisión nos obligaría a permanecer en un sitio pequeño y cerrado, en el que no ocurre nada malo aunque tampoco nada bueno, simplemente estamos allí repitiendo constantemente el mismo recorrido.
¿Quién haría eso? ¿Usted lo haría? ¿Qué temería que pasara si saliera de allí y empezase a caminar a través de uno de los recorridos? ¿Qué le hace a alguien permanecer sin moverse?

Bien, vamos a seguir activando nuestra imaginación y pongamos que uno de los caminos lleva al espacio donde se encuentran la rabia y al resentimiento, otro a la libertad individual, otro nos conduce a conectar radicalmente con aquello que somos, otro a un mundo mágico de fantasía, otro a una fuerte agresividad, competitividad social y ambición, y por último otro, podríamos añadir muchos más, que lleva a una sexualidad pletórica y lúdica.

Además demos por hecho que la persona que no se mueve de la primera casilla fue educada en un estricto ambiente o bajo paradigmas rígidos, independientemente que lo hicieran amablemente (las peores dictaduras son aquellas que se imponen con una sonrisa en los labios y ante las que uno no se puede ni rebelar). Y por lo tanto, si saca un pie de allí todos los terrores empiezan a hacer acto de presencia.

¿Comprendemos ahora un poco más por qué no sale?

Bien, la terapia sirve para moverse y empezar a jugar, y eso supone asumir algún riesgo.
Si algo se acerca a la idea de liberación es el proceso terapéutico que conduce al abandono de la obsesión.


Damián Ruiz
www.eoriocc.com

Un ataque cerebral le produjo una falsa ilusión de cambio de sexo


Un ataque cerebral le produjo una falsa ilusión de cambio de sexo
Le ocurrió a una mujer alemana. Ahora los científicos han informado que, tras sufrir una aplopejía, puede producirse esta impresión. La afectada no sólo percibió la transformación en sí misma, también le ocurrió con gente de su entorno. Los fármacos curaron la confusión de la paciente. 20MINUTOS.ES. 06.09.2009 - 21.04 hUn grupo de científicos reconoció, por primera vez, que un ataque cerebral puede producir en los afectados una falsa ilusión de cambio de sexo. El trastorno, no obstante, se corrige en el momento en que al paciente le son suministrados los fármacos requeridos.

Por el momento, sólo se ha conocido el caso de una mujer alemana de 37 años de edad que, en el año 2006, sufrió una aplopejía que le produjo esta confusión. La mujer tuvo que permanecer ingresada en un centro para pacientes epilépticos, en el que además de diagnosticarle algunos síntomas habituales, como naúseas o miedos; experimentó la falsa impresión de estar convirtiéndose en un hombre.

Una de las veces, miré mis brazos y eran de hombre, incluso me había crecido vello
La paciente relató a sus médicos: "Dejo de sentirme como una mujer. Tengo la impresión de que me estoy convirtiendo en un hombre . Mi voz, por ejemplo, suena como si fuera masculina. Una de las veces, miré mis brazos y eran de hombre, incluso me había crecido vello".

Como recogen desde la web de NBC, la extraña ilusión no se limitó sólo a ella, también se extendía a otras personas de su entorno, en las que la paciente también experimentó este cambio de sexo. "En otra ocasión, percibí cómo le ocurría a una amiga mía que estaba en la habitación; se convertía en un hombre y hasta su voz cambiaba", relataba la mujer.

Antes de sufrir el ataque, la paciente era una mujer completamente sana, y en su historial no constaba ningún otro episodio de trastornos mentales, aparte de algunos indicios de depresión, ya en su edad adulta. Una vez le fueron suministrados los fármacos antiepilépticos, la falsa ilusión desapareció.

Posteriormente, una resonancia magnética reveló que la mujer tenía un tumor, que podría estar vinculado al origen de los ataques. El tumor, un ganglioglioma, es uno de los considerados benignos; y se localizaba en la amígdala cerebral derecha.

La amígdala cerebral parece desempeñar un importante papel en el proceso de la identidad, lo que sugiere que la percepción del género podría hallarse en el cerebro.

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Trastorno de personalidad obsesivo/compulsivo La perfección andante


http://www.lahora.com.gt/notas.php?key=52912&fch=2009-07-30

CONVERSANDO CON LA PSIQUIATRA
Trastorno de personalidad obsesivo/compulsivo La perfección andante
Dra. Ana Cristina Morales Modenesi
crismodenesi@gmail.com



Este trastorno de personalidad se reconoce por su rigidez, en su pensamiento, su falta de flexibilidad. Son personas con poca expresión de sus emociones, con tendencia a guardarlas de manera profunda, capita por capita, tal como las distintas capas de una cebolla. Mejor si no se siente para no sufrir; sin embargo, esto también le evita sentir sentimientos agradables y placenteros.




Sus expresiones faciales con poca mutación, la espontaneidad, la diversión y lo jocoso se omite en la cotidianidad. Son poco afectuosos, el pensamiento domina ante las emociones; y podrían asumir un papel poco empático hacia los demás.

El cual es moralista, crítico, siendo personas que piensan que las cosas han de suceder como lo planificado, de manera contraria, les provoca malestar y enojo. También consideran tener la razón de las cosas y que solo ellas o ellos pueden hacerlas de manera adecuada. Necesitan obtener el control de las situaciones que se le presentan, no es fácil que deleguen algo.

Perfeccionismo, orden, limpieza son algunas de sus necesidades. Tienen cierto apremio por acumular riquezas, son un tanto tacaños, coleccionistas de objetos. Tienen muchas reglas para vivir la vida y las imponen a su alrededor. Pueden llegar a ser adictos al trabajo, por lo cual, en los lugares de selección de personal los rasgos obsesivos de un trabajador llegan a ser atractivos en su contratación.

Pese a toda esta escrupulosidad en tanto al orden y limpieza pueden manifestar o expresar situaciones contrarias. Como ejemplo, alguien muy obsesivo en su higiene personal puede olvidar limpiar sus zapatos o sus uñas.

Entre otras de sus características podemos describir: La falta de decisión, dudas y precauciones excesivas, que reflejan una profunda inseguridad personal; preocupación excesiva por el tiempo, orden, limpieza y el dinero; obstinación, al punto de terquedad.

Pueden cursar con consecuencias tales como: Depresión, ansiedad y dificultades para convivir y compartir con otras personas, dada su conducta rígida y su dificultad para ser flexible.

Les resulta necesaria la consulta psiquiátrica, cuando el perfeccionismo les impide realizar su trabajo y otras actividades de la vida cotidiana, así como, cuando sus relaciones interpersonales les resultan escasas, se aíslan y subsecuentemente pueden entrar en cuadros depresivos.

El trastorno comienza a inicios de la edad adulta y se refiere más frecuente en hombres. Generalmente el tratamiento se enfoca en ayudar a las personas a aceptarse así mismas, a cambiar su inflexibilidad y a tener más claros sus sentimientos y la expresión de los mismos. En algunos casos, los medicamentos antidepresivos pueden ayudar a reducir los rasgos de personalidad obsesivo/compulsiva.

El trastorno de la personalidad obsesiva/compulsiva (TPOC) no ha de confundirse con el Trastorno de ansiedad obsesivo/compulsivo (TOC), aunque las dos enfermedades comparten similitudes. Pero el segundo es un padecimiento más severo e incapacitante. Sin embargo, las personas con ambas patologías pueden llevar vidas relativamente normales.

EL TPOC, también ha sido denominado como personalidad anancástica que proviene del griego anankos, que expresa obligación, necesidad, algo que se impone, algo que limita la libertad.

Entre los factores de riesgo para el desarrollo de este tipo de personalidad encontramos los siguientes: Historia familiar de esta enfermedad o de trastorno obsesivo compulsivo, antecedentes de disciplina severa, ser el mayor de los hijos/as, el sexo masculino y la edad adulta temprana.

Actualidades: el trastorno obsesivo-compulsivo


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Actualidades: el trastorno obsesivo-compulsivo
En la primera ampliación de sus formulaciones psicológicas, Sigmund Freud separó de los síntomas histéricos somatosensoriales un grupo de síntomas caracterizados por su naturaleza psíquica, pero inicialmente no pudo diferenciar entre los fenómenos fóbicos y los obesivo-compulsivos; esto último se produjo mas tarde, con el desarrollo de su esquema psicodinámico. Sin embargo, existían buenas razones para esta confusión primitiva. Los síntomas fóbicos y los obesivo-compulsivos no solamente tienen rasgos en común, sino que las características que se utilizan para diferenciarlos clínicamente no siempre conducen a una separación clara. De hecho, los fenómenos clínicos subyacen o se distribuyen a lo largo de un espectro. Están claramente diferenciados en los extremos de éste, pero hay formas intermedias en las cuales es difícil decidir cual es la categoría que les corresponde.

A pesar de la existencia de zonas intermedias de confusión, es posible designar ciertos síntomas como observaciones y compulsiones, para distinguirlos de otras manifestaciones clínicas, por sus características específicas. La observación directa de los propios fenómenos proporciona el enfoque mas seguro para una definición de estos dos síntomas.

Obsesiones
Las obsesiones son ideas, pensamientos, impulsos o imágenes persistentes que se experimentan, por lo menos inicialmente, como intrusas y sin sentido; por ejemplo, un padre o una madre sienten impulsos repetidos de matar a su hijo, o una persona religiosa es asaltada por ideas blasfemas. El individuo intenta ignorar o suprimir este tipo de pensamientos o impulsos, o bien trata de neutralizarlos con otros pensamientos o acciones. El individuo reconoce que estas obsesiones son producto de su mente y no están impuestas desde afuera ( tal como ocurre con las ideas delirantes de inserción del pensamiento). Las obsesiones mas frecuentes son pensamientos repetidos de violencia (matar al propio hijo), de contaminación (infectarse dando la mano a los demás) y de duda (por ejemplo, preguntarse repetidamente si efectuó correctamente su trabajo o si apagó todas las luces al salir de su casa).

Compulsiones
Las compulsiones son conductas repetitivas finalistas o intencionales, que se efectúan como respuesta a una obsesión, de forma estereotipada o de acuerdo a determinadas reglas. La conducta esta diseñada para neutralizar o impedir el malestar o algún acontecimiento o situación temida. Sin embargo, o bien la actividad no se halla realmente conectada de forma realista con lo que se pretende neutralizar o prevenir, o por lo menos es claramente excesiva. El acto se realiza con una sensación de compulsión subjetiva que, al mismo tiempo, se asocia con un deseo de resistir la compulsión ( por o menos, inicialmente). El individuo reconoce que su conducta es excesiva o irrazonable ( esto quizá no deba aplicarse a los niños ni tampoco a aquellas personas cuyas obsesiones se han desarrollado a partir de ideas sobrevaloradas). Reconoce también que no obtiene ningún placer por llevar a cabo tal actividad, aunque le produce un cierto alivio de la tensión. Las compulsiones mas frecuentes son lavado de manos, contar repetidas veces, comprobar y tocar.

Cuando un individuo intenta resistir la compulsión aparece en seguida un aumento de la tensión, que puede aliviarse inmediatamente cediendo a la compulsión. A lo largo de la enfermedad y después de fracasos repetidos en tratar de resistir las compulsiones, el individuo puede abandonarse a ellas y no experimenta mas el deseo de resistirlas.

Probablemente sea difícil encontrar una persona que no haya tenido alguna vez en su vida la experiencia de un pensamiento obsesivo o de una conducta compulsaba. La incidencia exacta de la neurosis obsesivo-compulsiva es difícil de determinar. Quienes se dedicaron a estudiar la historia natural de la enfermedad, encuentran una incidencia que nunca es superior a 5% de todos los pacientes psiconeuróticos; este porcentaje, por supuesto, se reduce mucho cuando se incluye en la población total a los pacientes psicóticos. Por otra parte, existe evidencia de una mayor incidencia en las familias de pacientes obsesivo-compulsivos que en poblaciones control.

El comienzo de la enfermedad ocurre predominantemente en la adolescencia o en la adultez temprana.

En dos terceras partes de los casos los síntomas aparecen por primera vez hacia los 25 años y con frecuencia antes de los 10. En menos de 5% de los pacientes los síntomas empiezan después de la cuarta década de la vida. Comparados con los pacientes que sufren síntomas histéricos o de ansiedad, los obsesivo-compulsivos buscan ayuda profesional a una edad mas temprana.

Las características fundamentales de los fenómenos obsesivo-compulsivos tienen validez y utilidad general para distinguir este cuadro de las manifestaciones de otras alteraciones emocionales. Sin embargo, el intento de categorizar las diversas manifestaciones obsesivo-compulsivas es una tarea complicada, puesto que la multiplicidad de variables hace difícil diseñar una clasificación que diferencie adecuadamente un tipo de síntoma obsesivo de otro.

Los fenómenos pueden manifestarse psíquica o conductualmente, experimentarse como ideas o como impulsos, referirse a acontecimientos futuros o acciones ya realizadas, expresar deseos y necesidades o medidas protectoras contra esos deseos, ser actos e ideas simples y no complicadas o bien pautas de pensamiento o de conducta muy elaboradas y ritualizadas; su significado puede ser obvio para el observador menos perspicaz o el resultado final de condensaciones y distorsiones psicológicas de altísima complejidad, qué sólo revelan su secreto a un investigador sumamente hábil.

Ningún esquema clasificador puede hacer justicia a acontecimientos clínicos que se hallan compuestos por tantos rasgos, casi en una variación infinita. Quizás uno de los rasgos mas salientes sea que el trastorno obsesivo-compulsivo suele asociarse con demasiada frecuencia con depresión y ansiedad.

Los datos sobre el curso y pronóstico de esta neurosis se encuentran falseados por la carencia de conocimientos detallados sobre su historia natural. El numero de trabajos en los que se llevaron a cabo estudios longitudinales es pequeño, y las cifras que se presentan sólo deben considerarse como aproximadas.

En su primera consulta al médico dos tercios de los pacientes refieren una historia anterior de síntomas obsesivo-compulsivos, y alrededor de 10 a 15% experimentaron estos síntomas antes de los 10 años de edad. La mayor parte de los pacientes, sin embargo, sólo tuvo uno de estos ataques, aunque un buen numero, casi 20%, llevan experimentados dos o tres episodios. En 85% de estos ataques la duración suele ser menor de un año, aunque algunos refieren duraciones que exceden los 4 años.

Las cifras dadas para el pronóstico varían ampliamente de una serie a otra, pero puede hacerse la siguiente afirmación general para los pacientes que fueron seguidos entre 1 y 10 años, después de cualquier tratamiento, excluida la leucotomía: aproximadamente 15% se encuentra bien, 45% mejoraron, y el restante 40% se encuentra sin cambios o peor. Aquellos que se consideran mejorados caen dentro de dos grupos: 1) pacientes cuyos síntomas disminuyeron hasta el punto de que son capaces de trabajar y desempeñarse socialmente en forma correcta, y 2) aquellos que siguen un curso fluctuante, a menudo con largos períodos de remisión completa de sus síntomas.

En general puede decirse que la neurosis obsesivo-compulsiva constituye una alteración crónica que, a menudo, sigue un curso de recaídas. El pronóstico es mejor 1) cuanto menor es la duración de los síntomas anteriores al momento en que el paciente es visto por primera vez; 2) cuanto mayor es el factor de estrés ambiental asociado con el comienzo de la alteración; 3) cuanto mejor es el ambiente en el cual el paciente debe volver después del tratamiento, y 4) cuanto mejores sean su adaptación y sus relaciones sociales, en general.

Las características descriptivas estructurales de los síntomas obsesivo-compulsivos como tales permite, por lo general diferenciarlos de otros síntomas psicógenos como la depresión, los fenómenos de conversión y las fobias. Sin embargo, cuando la atención del observador se dirige a las neurosis obsesivo-compulsivas como síndrome, con lo cual se involucran consideraciones sobre el curso y las formas de los síntomas en la vida de los pacientes individuales, se hace difícil separarlas de otras alteraciones psicógenas, es especial de la neurosis fóbica y de la depresión.

La neurosis fóbica se caracteriza por una ansiedad de que el individuo pueda sufrir algún daño a partir de un objeto o situación externa; el paciente controla esta ansiedad evitando este objeto. Ademas, los mecanismos importantes de la formación de las fobias son el desplazamiento y la proyección, y los conflictos subyacentes suelen ser de naturaleza edípica. Por supuesto, esto esta en claro contraste con la neurosis obsesivo-compulsiva, en la cual el paciente teme que sea él quien pueda hacer daño a los otros y su ansiedad se controla mediante actos compulsivos y mecanismos de deshacer y de aislamiento, mientras que los conflictos subyacentes son predominantemente de naturaleza preedípica.