Mostrando entradas con la etiqueta otros trastornos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta otros trastornos. Mostrar todas las entradas
Afrontamos un tema muy común en nuestra sociedad y muy complicado, que tiene diversos grados (de mayor o menor intensidad e importancia para los que son manipulados) , escenarios (en la pareja, en el trabajo, con los hijos/as, con la familia, amigos...) por eso abordamos de una forma extensa el problema para intentar abordar toda la problemática que conlleva la manipulación y sobre todo el cómo podemos afrontarla... con un método útil y que ha de adaptarse a cada situación. En cualquier caso los problemas graves siempre han de ser tratados por un profesional. pero aqui tienes la información para poder identificarla y afrontarla.

¿Qué es la manipulación?

La manipulación es un recurso para salir de situaciones difíciles, que emplea quien es más débil o está en una posición más frágil o vulnerable.

¿Es lo mismo la manipulación que el chantaje emocional, el acoso moral o el tan traído y llevado actualmente mobbing? No, pero casi.

Podemos decir que hay un continuo entre todas las formas de abuso interpersonal. En un principio podemos encontrarnos la manipulación como algo sutil, a veces incluso imperceptible, basado en el deseo de salirse con la suya a propia costa y en la inseguridad de la persona que la lleva a la práctica.

Cuando la manipulación es insuficiente se recurre al chantaje emocional: Hacer sentir miedo, culpa o vergüenza, y ejercer un grado variable de poder sobre esa persona. Si el chantaje tampoco funciona, empieza a plantearse la posibilidad de emplear la agresión física. El acoso moral, especialmente cuando se ejerce en el medio laboral (mobbing) supone un grado elevado de poder por parte de la persona que lo ejerce.

Es, especialmente en el plano de la conducta asertiva, que le lleva a emplear primero medios sutiles para conseguir que los demás hagan lo que él quiere, y después cada vez más agresivos hasta llegar a la violencia pura. Este individuo tiene un importante déficit de habilidades sociales.

Los manipuladores son lobos con piel de cordero, que parecen encantadores y sufridos, cuando en realidad son amenazadores: emplean el miedo, la obligación y el sentimiento de culpa para lograr que hagas lo que ellos quieren en vez de lo que deseas. Ven a los demás como marionetas en sus manos y, cuando las personas no responden a los hilos invisibles que ellos mueven, pasan a las amenazas.

Sus intimidaciones asumen distintas formas, pero en el fondo todas significan lo mismo: "Sufrirás si no te comportas como quiero". Cuando se salen con la suya nos rodean con una reconfortante intimidad; cuando no lo logran apelan a sus tácticas.

Para escapar de su extorsión emotiva y no volver a caer en una emboscada, hay que entender cómo funciona la manipulación, enfrentarse a ella y definir estrategias para cada situación.

El manipulador utiliza el miedo, la obligación y la culpa como instrumentos para obligarnos a ceder: nos hacen temer las consecuencias de no plegarnos a sus deseos, sentirnos obligados a satisfacerlos o que sentiremos remordimiento si no capitulamos.

¿Cómo va evolucionando la manipulación?

En un principio podemos encontrarnos la manipulación como algo sutil, a veces incluso imperceptible, basado en el deseo de salirse con la suya a propia costa y en la inseguridad de la persona que la lleva a la práctica.

Cuando la manipulación es insuficiente se recurre al chantaje emocional: Hacer sentir miedo, culpa o vergüenza, y ejercer un grado variable de poder sobre esa persona. Si el chantaje tampoco funciona, empieza a plantearse la posibilidad de emplear la agresión física. El acoso moral, especialmente cuando se ejerce en el medio laboral (mobbing) supone un grado elevado de poder por parte de la persona que lo ejerce.

En el fondo, todo es lo mismo: Inseguridad del manipulador, que emplea técnicas para resolver sus problemas basadas en la agresividad activa o pasiva. Este individuo tiene un importante déficit de habilidades sociales, especialmente en el plano de la conducta asertiva, que le lleva a emplear primero medios sutiles para conseguir que los demás hagan lo que él quiere, y después cada vez más agresivos hasta llegar a la violencia pura y dura.

Comentario: Aquí los autores no mencionan la diferencia entre un psicópata, cuya conducta manipuladora es, por así decirlo, "innata", y una persona que posee empatía pero que ha recibido muchos golpes y que, a fin de ocultarlos y "sobrevivir", se convirtió en un manipulador. Es una diferencia que a simple vista puede parecer sutil, pero que explica por qué algunas personas pueden dejar de manipular y otras no.

La manipulación es lo más denigrante para la persona humana.

Veamos un ejemplo tomado de la película "Uno de los nuestros", un ejemplo de cómo se pueden manipular las personas....una de las formas de manipulación.


¿Quién manipula?

Toda persona que use a los demás para alcanzar sus deseos, es un manipulador.

Los manipuladores cotidianos son esas personas que pasan por nuestra vida imponiéndonos su visión del mundo y su forma de hacer y sentir. Esos individuos que se aprovechan de una relación estrecha y afectuosa para satisfacer sus necesidades, sin importarle en absoluto los sentimientos de la otra persona. Si ahora mismo echas una vistazo a tu alrededor, seguro que te encuentras alguno.

Todos somos manipuladores. En mayor o menor medida, todos hemos empleado en más de una ocasión las estrategias de los MC, especialmente en la infancia. Pero cuando estas técnicas se convierten en el modo predominante de relacionarse con las otras personas, cuando uno acaba preguntándose si aquello es una relación de pareja o de amistad, o simplemente un intercambio comercial, seguramente sea más que una estrategia pasajera.

Comentario: Sí. También es en ese momento cuando uno se pregunta si la persona en cuestión manipula debido a heridas pasadas y carencias afectivas (en cuyo caso, estará manipulando inconscientemente y sin la intención de causar daño) o si lo hace porque disfruta del sufrimiento ajeno y no tiene intención de modificar su conducta. En el primer caso, si así lo decide, con un tratamiento y mucho esfuerzo personal, podrá reducir el grado de manipulación. En el segundo, ¡mejor salir corriendo y dejar de lado la ilusión de que algún día cambiará!

¿Como son los/as manipuladores/as? Su perfil, aprenda a conocerlos mejor

Tienen una historia de aprendizaje deficitaria: Según distintos estudios ellos o sus padres pueden haber sufrido malos tratos físicos, psíquicos o abandono precoz, sea físico o emocional. Tal vez perdieron a la madre demasiado pronto (o esto sucedió en dos generaciones anteriores), o quizás uno de sus padres tenía un trastorno grave de personalidad, o sufrieron otras experiencias traumáticas. Puede que simplemente fuesen ese hijo o hija al que sus padres nunca hicieron demasiado caso, o a quien cargaron con responsabilidades antes de tiempo.

Comentario: Todas estas causas son válidas para cualquiera, psicópata "genético" o no. El entorno influye muchísimo en la personalidad. Pero no por eso podemos justificar las acciones de todos los manipuladores. Algunos de ustedes ya habrán escuchado la versión de algunos historiadodes que afirman que Hitler vivió una infancia abusiva. Muchas otras personas vivieron experiencias muy duras y, sin embargo, no se convirtieron en dictadores ni dañaron a tanta gente inocente...

Cuando intentas hablar de emociones con ellos tienes una sensación como "de vacío". Aunque socialmente parezcan encantadores, o por lo menos educados, si los sacas de los tópicos no saben hablar de sentimientos positivos, porque en su infancia, o bien no hubo nadie que pudiera enseñarles, o lo único que pudieron adquirir fue miedo, un miedo visceral y atroz que les consume por dentro. Por supuesto, lo negarán y proyectarán.

Comentario: O porque, simplemente, siempre ha existido ese vacío y nunca podrán llenarlo.

No es que no hayan tenido historia de aprendizaje: La vida pasa por igual para todos. Lo que sucede es que nadie les ha enseñado valores como la tolerancia, el respeto al otro o el amor no comercial.

Comentario: O que, simplemente, siempre ha existido ese vacío y nunca podrán llenarlo.

Les falta confianza en ellos mismos. Aparentan una autoestima de la que carecen. Son personas muy inseguras. Se sienten incómodos en todo tipo de relaciones, así que proyectan en los otros esa inseguridad y la compensan intentando hacer ver que sólo ellos son los que tienen la verdad.


Comentario: Esto es cierto en los casos de narcisismo, pero no de psicopatía. El psicópata sí tiene una alta autoestima. Algunos expertos estiman que el sentimiento de inseguridad surge del hecho de que los psicópatas SABEN que son diferentes del resto de las personas, y que tienen miedo de ser descubiertos. Pero eso no implica en lo más mínimo que se sientan inferiores.

Muestran intolerancia, dogmatismo, crítica destructiva e incluso agresividad física y verbal cuando su posición parece verse amenazada. Y también un deseo casi compulsivo de enterarse de todo para que la situación no se les escape de su control.

Sienten miedo ante la evaluación social. Necesitan dar una buena imagen. La inseguridad les lleva a ser muy temerosos en sus relaciones sociales. Aunque aparenten todo lo contrario, tienen un miedo atroz a la evaluación y se ponen nerviosísimos cuando se encuentran en un medio social amplio y puede ser descubierto su carácter manipulador.

Comentario: Ver comentario anterior.

Temen al ridículo como a la peste, y cambian por completo cuando están rodeados de otras personas, al menos al principio. Después evitan activamente estas situaciones, y para justificarse se cabrean por cualquier cosa cuando se encuentran en una de ellas y juran no volver más, o bien vuelven a utilizar su proyección favorita y están constantemente criticando los errores que cometen sus personas significativas.

¿Cómo se manipula?

Hay varias formas de manipulación. Unas que manipulan a una persona, otras que los hacen con poblaciones enteras. En ambos casos, el manipulador busca, como decíamos, satisfacer sus intereses propios.

Quien manipula a una persona puede ser un padre de familia que usa a sus hijos para satisfacer su comodidad o capricho. Quiere que sus hijos, o su esposa, o su esposo, hagan lo que desea. Por ejemplo, cuando el padre exige violentamente que le atiendan en casa, sin importar el cansancio de los demás, ni sus necesidades personales. No quiere y ordena que todos estén a su servicio incondicional. O cuando una madre amenaza a sus hijos para que la dejen tranquila y pueda ver sus telenovelas, sin importarle las tareas, las necesidades o las dificultades de sus hijos. “¡Vete a tu cuarto y no me molestes!”.

Comentario: Este tema fue tratado en profundidad por autores expertos en el narcisismo familiar. Lamentablemente, no contamos con demasiado material en español. Pero iremos traduciendo más y más textos. Rogamos nos tengan paciencia. Mientras tanto, les recomendamos leer: La Familia Narcisista. Introducción,El Modelo de la Familia Narcisista, Hijo de familia narcisista y Características de la Familia Narcisista

Cuando la manipulación busca que toda una población se comporte como uno o unos cuantos desean que así lo hagan. Por ejemplo, muchos anuncios publicitarios buscan que la población compre tal o cual producto, sin explicar si realmente es necesario o no. Buscan los centavos de los habitantes, y nada más. No les importa lo que vaya a suceder. Un caso extremos es la droga. El único interés del narcotraficante el dinero del drogadicto. No le importa lo que a éste último se le vaya a causar o dañar.



¿Qué características comunes tienen los actos manipuladores?

1.Es cosa de dos: En todo acto de manipulación encontramos al menos a dos personas: al manipulador y al que es manipulado.

2.Un circulo vicioso entre los dos: Como son dos personas, necesariamente tiene que haber decisiones de ambas: La del manipulador, que libremente busca usar al otro; y la del manipulado que, por miedo, engaño o presión decide someterse al manipulador.

Aquí es cuando la terapia, la introspección y las lecturas sobre psicología entran en juego. Cuanto más se conozca uno a sí mismo, menos aceptará convertirse en víctima. Es necesario que aprendamos a ver nuestro lado negativo tanto como el positivo, respetarlo y cambiarlo desde sus raíces. De lo contrario, el miedo, la inseguridad, y las heridas nos harán caer en manos de manipuladores.

3.Negar la dignidad de los demás: Encontramos, también, que todo manipulador busca satisfacer sus propios deseos o caprichos, sin importarle la dignidad de los demás. Su única medida es su propio provecho, a costa de la denigración de la persona a quien manipula. Se puede decir que el manipulador es un egoísta consumado, que se ve a sí mismo con dignidad, pero que niega la de los demás.

4.Ver sólo un lado de la verdad: En todo acto manipulador se emplea a la verdad como elemento característico, pero a la verdad reducida a un solo aspecto. Por ejemplo, cuando un padre o una madre de familia obliga a sus hijos a servirle según sus caprichos, apela a que es el padre o la madre. Esa es la verdad: es el padre o la madre del niño, a quien, por ser progenitor, hay que respetar y obedecer. Sin embargo, esa es únicamente parte de la verdad, pues los hijos son personas al igual que los papás; merecen el respeto a su dignidad; obedecer no quiere decir que cumplan ciegamente los caprichos de los padres, o que por el hecho de ser papás, los hijos ya son sus servidores o criados. En este caso, la madre o el padre manipulador usa su condición de progenitor para su conveniencia, reduciendo la verdad de la paternidad o de la maternidad a un solo aspecto de éstas: la obediencia filial de los hijos.

Algo similar sucede en las grandes manipulaciones de la sociedad. Se presenta a una parte de la verdad como si lo fuera ésta, todo. Por ejemplo, el caso de aquel desodorante que por el hecho de usarlo ya dará seguridad a quien lo compra. Sí, da la seguridad que uno no va a oler mal, pero entre eso y adquirir seguridad para enfrentarse a los problemas de la vida, hay un gran abismo.

5.El manipulador determina la hoja de ruta del manipulado: En todo acto de manipulación la intención es lograr que el manipulado presente un comportamiento preestablecido por el manipulador. Por tanto, cuanto menor sea la reflexión del primero, mayor será la garantía para el segundo. De aquí que la ignorancia, el miedo o el falseamiento de los argumentos, se encuentren en este acto, o al menos uno de ellos.

6.La manipulación siempre se manifiesta sutilmente, esa es la trampa. En toda manipulación se busca que el manipulado no se percate del engaño o de las intenciones del manipulador, pues de hacerlo, lo más probables es que este último no se deje manipular. Por tanto, suele haber sutiles comentarios, bajo el pretexto de un falso respeto hacia el manipulado.

7.No son precisos en sus afirmaciones , pero las dejan caer generalizándolas. Otro gran aspecto de la manipulación es que, astutamente, no se definen con exactitud las cosas, dejando abierto el contexto y el fondo de la acción. Por ejemplo, cuando a alguien le comentan: “Se dice en todo el pueblo, que no sabes tratar a la gente, que eres un inconsiderado, un mal educado…”. Nunca te aclararán ni quien lo dice, ni el por qué, ni en qué circunstancias. “¡Ah! Todo el pueblo es una persona que se lo ha comentado, que están molestas porque no me acordé de el el día de su cumpleaños!, por ejemplo”. Entre esto y “todo el pueblo” hay gran diferencia.

8.Aparentemente el manipulador lo hace basándose en valores, sólo aparentemente: En toda acción manipuladora se juega con los verdaderos valores, pues se usan como pretexto para que la acción aparente basarse en ellos, aunque, realmente, los niega.

La persona manipuladora es conciente de las estrategias que utiliza pero siempre intenta proyectar la culpa en los demás.

“No sé cómo estuve tanto tiempo con ese/a hombre/mujer”, suele ser el comentario de los/as hombres/mujeres que pasaron por la experiencia de enamorarse de un/a manipulador/a y sobrevivir a él: darse cuenta de quién tenían al lado para luego poder terminar con la relación y contar la experiencia para que otros/as hombres/mujeres no se tropiecen con la misma piedra.

El perfil del manipulador es bastante atractivo, en un comienzo se presentan como encantadores/as y sufrientes, la vida no los ha tratado bien. Inspiran compasión y deseo de protegerlos/as. Cuando ya han conquistado a su presa los manipuladores empiezan a mostrar su verdadera personalidad: utilizan el miedo y el sometimiento e inspiran culpa en el otro.

No es tan fácil liberarse de un/a manipulador/a, la mujer/hombre que forma pareja con él/ella sufre sus amenazas: de hacerles la vida más complicada, de dejarlos/as solos/as o hasta de suicidarse...cuando ellos/as ceden, vuelven a caer en sus redes y la relación se convierte en un círculo vicioso.

Para combatirlos, ante todo no hay que ceder a sus presiones y manejos: tomarse tiempo para reflexionar y esquivar los manejos psicológicos que nunca terminan bien. La realidad es que el mejor consejo es evitar la compañía de un/a manipulador o deshacerse de él tan pronto como sea posible..., o bien intentar hacerles frente. Si te miran el movil, si te controlan el horario, tus compañías, tus quehaceres, tu tiempo libre....no lo permitas.....

Como hacerles frente a los/as manipuladores/as

Para intentar afrontar las relaciones con las personas manipuladoras cotidianas (aquellas que de forma continuada en su vida son así) hay que seguir unas pautas que podemos sintetizar de esta forma:

· Conocer los propios puntos débiles y reforzarlos. Las carencias del manipulador están en unos puntos. Las del manipulado en otros. ¿Cuáles son? Esa es nuestra tarea.

· Tomar la decisión de modificar la relación, a sabiendas de que va a suponer un esfuerzo considerable. Hemos de decidir salir de esa relación que nos lleva al sufrimiento y la infelicidad.
· Mantener abierto el canal de la comunicación: “Que no te cuelguen el teléfono, cuando le dejas las cosas claras”, que no te corte la comunicación unilateralmente.

Comentario: Esto no es válido si se está hablando con un psicópata, ya que no habrá modo de "hacerlo entrar en razón" y sólo implicará una pérdida de energía para el manipulado.

· Aprender a ser asertivos, a decir lo que se piensa, respetando al otro pero defendiendo nuestros derechos.
Comentario: Véase comentario anterior.
· Plantearse la supervivencia a la agresividad, sea esta ejercida por el manipulador/a activa o pasiva, como el mayor problema a superar.

· En el caso de que se llegue a agresión, hemos de recurrir a todas las posibilidades que permita el sistema legal para enfrentarse a la agresión.

Comentario: Lamentablemente, en el mundo en que vivimos, el sistema judicial no siempre funciona como debería. Muchos psicópatas llegan a ocupar altos cargos, y la justicia no es una excepción a la regla. Entonces, si bien es cierto que es importante recurrir al apoyo legal, no se debe confiar ciegamente en cualquier profesional.

· No empeñarse en intentar cambiarles. Son así, y tendrán que convivir con su inseguridad. No hay que ser salvador de nadie, sólo compañero/a, amigo/a, pareja, expareja, hermano/a, hijo/a.

· Tener siempre presente la posibilidad de romper la relación, y ejercer ese derecho en el caso en que sea necesario.

Debes descubrir tus puntos débiles antes de enfrentarte a ellos, tienes que tapar tus puntos débiles, aquellas vulnerabilidades de las que se aprovechan para dominarte.

Los puntos débiles que ellos/as detectan habitualmente son:

*Baja autoestima (si no la tienes intentan creártela).

*Ser tan manipulador como ellos: Inseguridad, carencias afectivas, ansiedad ante la evaluación social (de los demás)...

*Miedo a pérdidas emocionales (te van a dejar, vas a tener una ruptura, no te van a querer ,etc.) y físicas (vas a perder tu trabajo, tus ingresos, tu casa…) .

Aunque cualquiera puede ser víctima de manipulación, hay personas más proclives a ello. Para sobrevivir a los manipuladores, es útil detectar el punto débil que les ha permitido apoderarse del control sobre la vida de la otra persona en una o varias de las áreas importantes.

Los puntos débiles suelen estar relacionados con la baja autoestima, la necesidad de aprobación, y el miedo a la posibilidad de perder el contacto con la otra persona, los hijos o los bienes comunes.

Hay que prestar especial atención a:

· LA AUTOESTIMA: Si te valoras en base al juicio de los demás, tienes tendencia a centrar la evaluación de tus acciones en los puntos negativos o te quieres poco, es probable que seas un objetivo fácil.

· LOS RASGOS TÍPICOS DE LOS MANIPULADORES: A menudo las relaciones humanas son una batalla campal entre dos personas por el control. La presencia en el presunto manipulado de carencias afectivas, preocupación excesiva por la opinión de otras personas en relación a sus actos, baja autoestima, proyección o actitud agresiva son también puntos clave.

· EL MIEDO A LA PÉRDIDA: Los manipuladores cotidianos establecen relaciones en las que arriesgan poco. Normalmente es la otra persona quien soporta el peso del vínculo, tanto en términos afectivos como económicos. De esta forma se sitúan en una posición de poder, al tener menos que perder que la otra parte ante la ruptura de la relación. Es casi seguro que el manipulado tenga miedo a la ruptura por todo lo que ha arriesgado en el proceso.

Basta con una de estas características para ser un manipulado en potencia. Y, ¿quién no está en una de las tres situaciones? Cuando das con una persona que quiere salirse con la suya a toda costa porque es la única forma de resolver su inseguridad, aunque tengas una autoestima normal te la irá minando hasta que caigas; aunque no emplees estrategias de manipulación te irán imponiendo su estilo de comunicación hasta que sólo sepas hablar mediante indirectas, "comentarios inocentes" y sugerencias. Y prácticamente todas las relaciones que establecen son asimétricas en cuanto al reparto de cargas. Cualquiera es, o puede ser, manipulador o manipulado.


¿Cómo evitar la manipulación?

- Debemos conocernos muy bien, especialmente nuestras debilidades y reforzarlas.

- Tomar la decisión de cambiar nuestra la relación o terminarla, a pesar que esto cause gran dolor.

- Tener clara la posibilidad de enfrentar actitudes agresivas.

- Usar las herramientas que entrega la ley para enfrentar la agresión.

- No desgastarse demasiado en cambiar a la persona que tenemos al lado, pues solo somos compañeros no salvadores de nadie.

¿Cómo puedo superar mis debilidades?

A continuación vemos qué hacer para fortalecer tus puntos débiles de tal forma que sea difícil o imposible utilizarlos para aprovecharse de ti

· Puedes necesitar ayuda profesional, para aprender a combatir tus puntos débiles la ayuda de un/a psicólogo/a puede ser trascendental.

· Autoestima: ver el nivel de seguridad que tenemos de las cosas. Realmente somos mejores de lo que a veces pensamos .

· Manipulación: ¿Por qué salirme siempre con la mía? Esa es la pregunta.
· Pérdida: Aceptación de que podemos perder algo y no pasa nada. No es mejor ser humano el que menos veces se cae, sino el que más veces se levanta .

Antes de resolver los problemas interpersonales hay que abordar los intrapersonales. Los manipuladores se han aprovechado durante mucho tiempo de los puntos débiles de sus víctimas y sus ataques van a incidir en ellos cuando encuentren resistencia. Por eso es importante reducir al máximo esos puntos.

A veces es imposible hacerlo por uno/a mismo/a y hay que recurrir a ayuda profesional. En muchas ocasiones no es necesaria una psicoterapia amplia, puede bastar con unas pocas sesiones con objetivos específicos. Y el apoyo del profesional en muchas ocasiones es un punto favorecedor para afrontar los ataques posteriores del manipulador. Además, es muy importante detectar la presencia de trastornos de personalidad o patologías como la esquizofrenia o trastornos del estado de ánimo.

Si lo intentas por ti mismo, comienza por deshacerte de la autovaloración negativa. Tú no eres ni bueno ni malo. En todo caso, lo son tus acciones. No eres una persona exitosa o fracasada, haces cosas que salen mejor o peor, no puedes ser juzgado como persona ni por un juez, aunque sí algunas de tus acciones. Aciertas y te equivocas como cualquier otro, incluido tu manipulador/a.

Suele ser útil que anotes todas las cosas que van en contra de esa autovaloración que te está causando problemas. Esto te ayudará a convencerte de que eres como cualquier otra persona. Y no dejes de buscar ayuda profesional si no lo consigues por ti mismo.

Si te percibes como una persona manipuladora recuerda que no lo eres. Sólo empleas técnicas para salirte siempre con la tuya. Pregúntate ¿por qué? ¿estoy con esa persona por amor o sólo para que me mantenga física o emocionalmente? ¿Soy compañero, acompañante o esclavo? Dejar de comportarse manipuladoramente requiere un punto de madurez personal, aprender que amar no es exigir sino respetar a la otra persona tal y como es, y comprender que sois compañeros en un camino que no se sabe hasta dónde llegará.
Comentario: Algunas personas tienen la capacidad de aprender esta lección y otras (los psicópatas) no.

Si tu punto débil es el miedo a la pérdida tendrás que preguntarte si temes al abandono emocional o a que te quiten todo aquello que diste más que la otra parte en la relación. En el primer caso se trata de un problema de aceptación; en el segundo, de darse cuenta de que eso es el fruto de errores pasados cuyas consecuencias hay que asumir y de una configuración injusta y parcial del medio social, hoy por hoy inmodificable.


¿Cómo puedo superar ahora la relación donde me manipulan?

El objetivo que nos marcamos es el reequilibrio del poder en la relación, de tal forma que el reparto de cargas de todo tipo (emocionales, económicas, de amistades, de planificación, físicas, sea equitativo. Esto hace desaparecer la necesidad de manipulación.

El problema es que los/as manipuladores/as tienen demasiadas razones para no querer bajarse del “burro”. Es más como hemos dicho frecuentemente rechazan a la gente que puede ponerlos "frente al espejo" de su propia manipulación: Expresiones como "yo no creo en los psicólogos", o "la/el que tienes que ir al psicólogo eres tú" , o ¿"Que me van a decir, que yo ya no sepa? , o "seguro que ya le has contado tu versión...."

Una vez controlados los problemas interpersonales que llevan a ser víctima fácil de los manipuladores hay que renegociar la relación de tal forma que las cargas sean similares para uno y para otro y el reparto de poder sea equitativo de tal forma que las decisiones se tomen por un consenso en el que es fundamental el punto de vista de ambos miembros.

Comentario: Esto es imposible si se está tratando con un psicópata.

Enfrentarse a una persona que se ha colocado en una situación cómoda en la que ostenta la mayor parte de poder en la relación, realiza las tareas menos peligrosas y consigue que los demás resuelvan sus problemas al mismo tiempo que se ha apoderado del control de todo lo que puede suponer autonomía para la otra parte, es un proceso difícil por varias razones:

· El manipulador tiene la sartén por el mango. Haga lo que haga la otra parte siempre va a ir en su beneficio.

· No permite comunicar o negociar sobre su posición de poder. Las únicas interacciones no prohibidas en la relación son las relativas a los incrementos de dominio por su parte.

· Emplea una comunicación muy indirecta, con lo que resulta difícil poder plantear una estrategia asertiva o de negociación en el caso de que se aviniese a hablar (usualmente esto sólo sucede en presencia de terceros).

· No tiene ningún problema en utilizar estrategias de chantaje emocional, acoso emocional o incluso violencia física o verbal en el caso de que vea cuestionada su posición de poder.

· Busca los puntos débiles de la otra persona (que conoce a la perfección) y aunque se encuentren reforzados intenta entrar por allí.

Ha desacreditado socialmente a la otra persona, y/o a sus apoyos, de tal forma que es difícil que pueda conseguir apoyos exteriores.

Cuando ven amenazada su posición de poder "cuelgan el teléfono": No permiten mantener comunicación con la parte dominada. Puedes como estrategia utilizar varias técnicas:

· Sacar el tema delante de terceros.

· Ir soltando "pequeños comentarios" como hacen ellos.

· Contar una parábola.
Comentario: Estos consejos no aportarán ningún fruto si se está tratando con un psicópata.

Abordarlo en una de las escasas situaciones en las que la persona victima de la manipulación tiene poder.

Hay pocas cosas más desagradables que finalizar una conversación telefónica sin despedirse. Cuando te cuelgan el teléfono en medio de una conversación porque la otra persona no quiere escuchar lo que le vas a decir es difícil que no te sientas fatal.

Aunque colgar el teléfono (no dejar hablar a la otra persona) es más una técnica de chantaje emocional que de manipulación, es lo primero que utilizan los manipuladores cotidianos cuando ven que se va a cuestionar su forma de poder o van a tener que enfrentarse a algo nuevo. Irse ofendido es otra de las técnicas habituales para hacer al otro/a sentir culpable.

Si las cosas se les complican suelen combinarlo con el enfado, que actúa como poderoso inductor de culpa en la otra persona, o también como generador de agresividad que les serviría para hacerse aún más la víctima. Pero aquí ya salimos de pleno de la manipulación para entrar en el terreno del chantaje.

Si quieres empezar a resolver tus problemas con tus manipuladores cotidianos tendrás que luchar por tener una relación equitativa, tanto si te hablan o te escuchan como si no. Lo más funcional es lograrlo mediante un proceso de negociación que a veces puede ser tan encubierta e indirecta como la misma comunicación que ellos utilizan.

No hay trucos para conseguir que se avengan a conversar en la intimidad.

Algunas pequeñas estratagemas para conseguir que no te cuelguen el teléfono son:

Plantear el tema conflictivo cuando se encuentre delante una tercera persona. Pero ten cuidado: Las/los madres/padres suelen apoyar a sus hijos por muy manipuladores que sean y muy mal que te sientas tú. Delante de la familia es difícil en general.

Dejarle que plantee otra conversación de las suyas, con sus sugerencias sobre lo que hay que comprar, lo mala que es tu madre/padre o tu familia, lo bien que hace las cosas, y expresar algún comentario indirecto (ahora uno, en dos minutos otro...) sobre el tema que tú quieres tratar.

Recurrir al empleo de parábolas. Tal vez no puedas hablar de lo que te ha hecho, pero sí de lo que le ha sucedido a tu vecina, a su madre, a tu cuñado, a...Cuando se ha utilizado esta técnica, se he hecho inventando contenidos con personajes reales. Seguramente no se den por aludidos, pero tiene su utilidad.

Abordarlo en una situación en la que tú tienes el poder. Por ejemplo, mientras conduces y ellos van sentados cómodamente de pasajeros en el asiento delantero derecho. En ese momento no pueden utilizar el chantaje porque afectaría a la capacidad de concentración del chófer y tener un accidente, y no existe la posibilidad de escapar del coche en marcha ni ponerse a conducir porque se le caerían los anillos. En una situación así pierden buena parte de sus privilegios.


Afrontar con la mejora de nuestra comunicación las manipulaciones

Los intentos de afrontamiento pasan por recuperar el respeto hacia la persona del manipulador que se había perdido en la relación. Una vez superados los puntos débiles interiores, toca enfrentarse a los exteriores.

Esto se hace mediante técnicas asertivas: Si no cuelgan el teléfono, basadas en la negociación y expresión de los propios sentimientos para que el manipulador tome conciencia del efecto que su conducta produce en sus "seres queridos".

El afrontamiento de los problemas con los manipuladores tiene que hacerse siendo asertivos: Luchando por defender los propios derechos sin vulnerar los de la otra persona. Cuando no cuelgan el teléfono y permiten la comunicación directa es posible intentar un proceso de negociación que lleve a un compromiso viable. Cuando cuelgan el teléfono y la comunicación se vuelve imposible, se pueden emplear las técnicas asertivas , que son las que permiten mantener la integridad ante los ataques de la parte manipuladora.


¿Por qué no siempre se obtiene éxito con las técnicas asertivas?

Porque pueden estar en una situación de poder. Si van subidos en el burro no van a tener ninguna prisa por bajarse.

Porque puede que generen tanto miedo que cuando se ponen "en plan" bloqueen a la otra parte que traga con tal de no sufrir sus amenazas o su ira.

Porque tengan una patología y sean más que simples manipuladores y entren en la categoría de "trastornos de la personalidad" con una patología que ya ha de tratarse como un problema de salud mental. Entonces no hay solución, si ellos/ellas no tienen tratamiento psicológico.

Porque no dejan que la otra parte les comunique algo. Cortan el teléfono, la conversación, la escucha….

Veamos cuáles son las técnicas asertivas a poner en marcha:


Asertividad basada en “buenas intenciones”

INTENTAR LLEGAR A UN COMPROMISO VIABLE
Aunque con los manipuladores suele ser muy raro, en ocasiones se llega a una situación en la que tan legítimos son los derechos de la otra parte como los tuyos. En este caso, habrá que negociar hasta llegar a una solución que sirva a las dos partes. Se trata de ganar de un lado y perder de otro. Eso sí, sin vulnerar el respeto que sientes por ti mismo.
Comentario: Pero tengamos en cuenta que con un psicópata no será posible llegar a un compromiso.

ESCUCHAR LA INFORMACIÓN QUE DAN SOBRE ELLOS MISMOS
Uno de sus puntos débiles es la falta de confianza en sí mismos, y la necesidad de aceptación por parte de las otras personas. Aunque se "venden" como autenticos maestros ante los demás, hacen un autobombo de sí mismos muy elaborado. Si atiendes a todo aquello que no supone intento de aprovecharse sino revelación sobre ellos mismos, es más probable que se sientan comprendidos y presionen menos para salirse con la suya. Además, podrás mantener conversaciones sin entrar en colisión por objetivos diferentes.

Comentario: Esto es válido únicamente para personas que tienen el potencial de cambiar.

INFORMARLES SOBRE CÓMO TE SIENTES ANTE SUS ATAQUES
Aunque en ocasiones pueda suponer darles una cierta ventaja, informarles de que te están haciendo daño sin culpabilizarles les confronta con su propia estupidez. Es como decirles "no quiero ser como tú, prefiero respetar a las otras personas". Tal vez se pongan todavía más agresivos o aparenten crecerse, pero es posible que percibas cómo algo se tambalea en su interior.

Comentario: En el caso de una víctima de una familia narcisista, éste podría llegar a ser un buen consejo. Pero si estamos tratando con un psicópata, DISFRUTARÁ al saber que está causando daño.

“Asertividad defensiva”

Aunque no te dejen hablar, siempre vas a tener una oportunidad de demostrarles que ya no estás dispuesto a dejar que te pisen.

No pueden pasarse la vida sin criticarte a ti o a tus seres queridos. Esperan atemorizarte al hacerlo y salir reforzados en su creencia de que siguen teniendo el poder en la relación.

Poco a poco irás dominando las técnicas asertivas y así conseguirás sobrevivir (aunque habrás pasado un poco de miedo o de inseguridad con lo que haces...)

PERSEVERANCIA: EL DISCO RAYADO
¿A que te das por vencido/a cuando te imponen algo? ¿A que eres incapaz de decirles que no aun cuando ves que lo que están haciendo es injusto contigo?

Un viejo truco: Repetir una y otra vez lo que quieres, sin enojarte, irritarte, ni levantar la voz. ¡Y sin dar explicaciones o excusas, que te culpabilizarían! No debes temer acabar sonando como un viejo vinilo rayado. De esta forma les das a entender que no estás dispuesto a dejar que te pisen, y al mismo tiempo impides que cambien el tema de conversación para llevarte a su terreno.

LA RAZÓN PARA LOS TONTOS: EL BANCO DE NIEBLA
Esperan que te defiendas para poder atacarte más y más. Te critican injustamente para que te justifiques, con lo que implícitamente les estás dando la razón (el que se pica ajos come), o para que les respondas con otra crítica y les des pie a ponerte de vuelta y media.

Ni te defiendas ni contracritiques. Simplemente, escucha lo que te dicen, reconoce que pueden tener razón, no niegues lo innegable y expón tu punto de vista. Puede parecer que estás bajándote los pantalones y que tragas con todo, pero es otra forma de confrontarles con su propia estupidez. Cuando no reaccionas de la forma que esperan es fácil que se desinflen tras insistir un poco en lo mismo.

Esto es lo que David Burns llama la "técnica desarmante". Primero, le dices que tiene (o puede tener) razón en lo que nos dice, pero piensas de otra manera que le expones inmediatamente. Así, le comunicas que efectivamente has escuchado su mensaje pero que no estás dispuesto a renunciar a tus derechos porque a ellos les parezca que tienes que ser su esclavo.

CUANDO TE PILLAN EN UNA METEDURA DE PATA: LA ASERCIÓN NEGATIVA
¿Y si "realmente" has hecho algo mal? ¿Si has vulnerado los derechos de otra persona (sin darte cuenta, porque si ha sido deliberadamente será que nos hemos pasado al otro bando) y ellos se dan cuenta o son las víctimas? ¡Menuda te espera!

Comentario: Esto puede ser peligroso al tratar con un buen manipulador o con un psicópata. Saben muy bien cómo convencernos de que los culpables somos nosotros. Por lo tanto, este consejo debe ser tomado con pinzas según la persona con la que se esté tratando.

Ellos no asumen los errores: los proyectan en los demás. Si además encuentran que el otro ha cometido un fallo, les pones en su situación favorita: criticar, criticar y criticar. ¿Qué hacer cuando no hay escapatoria? Pues lo que ellos nunca harían.

Reconoce el error e incluso criticate a ti mismo. "¡Qué increíble error por mi parte!" Al mismo tiempo, tendrás que hacerle ver con tu actitud que el mundo no se acaba porque te hayan ganado la etapa en la misma línea de meta o seas el que menos vende en la tienda.

BUSCAR EL ÁREA DE CONFLICTO: LA INTERROGACIÓN NEGATIVA
Al igual que no debes tener reparos en reconocer que te confundes un montón de veces a la semana, tampoco debes tenerlo para explorar más profundamente el conflicto con esa persona. Así, cuando te critica le puedes pedir aclaraciones, como diciendo "vamos a ver qué es lo que no te gusta de mi comportamiento" mientras sigues asumiendo que el mundo no se acaba porque no le guste lo que haces.

Comentario: Nuevamente, la discusión puede ser en vano si el manipulador esconde sus acusaciones detrás de valores altamente morales. Debemos tener cuidado al dejar que una persona patológica nos explique qué hicimos mal. Y nunca está de más pedir la opinión de terceros (amigos, un profesional, etc), quienes podrá seguramente percibir la dinámica de forma más objetiva. Otro punto importante consiste en que, al tratar con psicópatas o narcisistas perversos, no será posible obtener pruebas de lo que les molesta si les exigimos que nos lo demuestren con HECHOS. Ellos no atribuyen la misma importancia a lo que imaginan que a lo que sucede realmente. Para más información al respecto, véase: Más allá de la locura.

DESPUÉS DE AÑOS

Muchas personas llegan a casarse, sin saber que con el pasar de los años la pareja que tienen al lado, poco a poco irá adquiriendo rasgos de manipulador. De ser alguien cariñoso y atento puede llegar a transformarse en agresivo y controlador. Y es que tras un año de matrimonio, o incluso antes, comienzan a aflorar las características que afectarán el matrimonio, inevitablemente.

Esta situación es válida tanto para varones como para mujeres, en todo tipo de relaciones de pareja.

Le han cambiado su manera de vestir, su forma de actuar y le ha coartado sus actividades y ella/él accede a todas sus exigencias, con la idea que eso es bueno para su relación. Incluso el siguiente paso de la manipulación o chantaje emocional, puede ser la agresión física.

EN PAREJA: Aprender a salir del embrollo manipulador

Algo muy común entre las personas que buscan pareja es que ésta tenga un perfil “protector”, sin pensar que más adelante esa persona podría convertirse en una persona dominadora y controladora. Del mismo modo, si lo que más le gusta a una persona es el carácter fuerte y su capacidad de tomar decisiones, lo más seguro es que con el tiempo terminemos encontrándolo una persona agresiva y controladora. Así, reconocer posibles conductas obsesivas y aprender a fijar los límites, puede ser la clave para que una relación sea sana en el futuro, es quizás una de las situaciones más dificiles de solucionar. Frecuentemente acaban en ruptura o en una aceptada sumisión , inaceptable desde el punto de vista de la dignidad del/la manipulado/a.
Comentario: Aunque acaben en una ruptura, la víctima que haya aprendido a poner límites sale beneficiada porque ha aprendido a respetarse a sí misma. La sumisión, en cambio, representa dejarse de lado y hundirse en la esclavitud con un amo que no tiene sus mejores intereses en mente.

La mujer y el hombre deben fijar los límites respecto de hasta qué punto está dispuestos a soportar el control que ejerza su pareja, además, es importante que tengan una idea clara de lo que quiere hace con su vida.

Frente a esto, es importante que también cada uno de los miembros de la pareja cuenten con metas y objetivos de vida que las hagan sentirse valiosos. Sea que trabaje remuneradamente o no y se dedique tiempo completo a su hogar o a los hijos, es importantísimo que cada uno de los dos se sientan satisfechos con su labor. Aunque nunca está de más que realice alguna otra actividad extra además del trabajo y del hogar, que aporte variedad a su vida.

En el mismo caso, los hombres que ganan menos que su mujer, son menos atractivos o tímidos, también deben saber que la relación de pareja iguala a las personas. O sea, ninguno puede estar en un nivel superior.

Muchas personas manipuladoras tienden a atacar la autoestima de su víctima, con la intención de hacerlas sentir tontas, feas o inútiles, enfatizando que si se van de su lado nadie les querrá, algo que es sumamente cruel.

En el fondo, no es otra cosa que producirles un daño psicológico que les impida sentirse capaces de revertir esa situación.

Si no te queda más salida comienza un proceso de RUPTURA. Aqui tienes información para ayudarte a como realizar una ruptura definitiva con tu pareja (si no queda más remedio)

Aqui tenemos otro ejemplo muy frecuente: la manipulación de los/as niños/as. vean este video y saquen sus conclusiones de cómo desde niños ya aprendemos a intentar manipular......



http://psicopatia-narcisismo.blogspot.com/2008/09/afrontar-la-manipulacin-de-otras.html

 

¿Es usted una persona sensible? Pues forma parte de una minoría oprimida



Debido a su capacidad para captar matices y sutilezas que a los demás pasan desapercibidos, los hipersensibles a menudo aportan a su trabajo y relaciones una buena dosis de visión y humanidad. Normalmente son conscientes, creativos y minuciosos, pero en una 'cultura agresiva', cuyos valores son dureza, extroversión y represión de las emociones más delicadas, pueden sentirse como ciudadanos de segunda clase. Deberían organizarse y hacerse respetar.
De acuerdo con la psicóloga doctora Elaine Aron, aproximadamente 15-20% de la población estadounidense podría clasificarse de hipersensible, es decir, que resulta afectada por diversos estímulos en mayor medida que el resto, y reacciona a ellos de forma también más pronunciada. ¿Sería la hipersensibilidad un don o una maldición para quién la sufre?
No son sólo personas más introvertidas, sino que ven el ambiente que las rodea más caótico y ruidoso que el resto de la gente, y les molestan las luces fluorescentes o les deprimen las paredes desconchadas cuando a los demás les trae sin cuidado. Y sobre todo les duele especialmente la forma de ser habitual de la gente, lo que entienden como falta de sensibilidad, superficialidad, y alienación reinantes.
A los hipersensibles les caracterizan muchas o todas de estas cualidades: intuición, alto nivel de empatía, rectitud, creatividad, amor a la soledad y la introspección, fuerte sintonía emocional consigo propio y con los demás, una tendencia a la timidez y la inhibición en la vida social, una gran capacidad de captar la belleza; también baja tolerancia a olores desagradables y luces estridentes, ruido, desorganización y desorden; elevada respuesta física y/o emocional a ciertos alimentos y estimulantes; elevada sensibilidad al cambio, y algunas veces tendencia al insomnio, ansiedad y depresión; habilidad para concentrarse profundamente; percepción de lo sutil; capacidades predictivas; y por último dificultad para pensar, hablar o actuar mientras se siente observados.
Debido a su capacidad para captar matices y sutilezas que a los demás pasan desapercibidos, los hipersensibles a menudo aportan a su trabajo y relaciones una buena dosis de visión y humanidad. Normalmente son conscientes, creativos y minuciosos, hasta el punto de a veces dolerse de que lo son 'demasiado'.
Pero también tienen su lado malo. de acuerdo con la doctora Aron, vivimos en lo que puede describirse como una 'cultura agresiva', cuyos valores son dureza, extroversión y represión de las emociones más delicadas. Es la tendencia general desde la sala de juntas a los medios de entretenimiento, y aquellos que no se ajustan a este ideal cultural pueden sentirse como ciudadanos de segunda clase. Pregunte a la gente hipersensible que les molesta más que nada y muchos le responderán que sentirse incomprendidos, deficientes, menospreciados, o incluso impotentes.
A veces se involucran tanto y captan con tanta intensidad el sentido -o el sinsentido- de lo que ocurre, que necesitan desconectar en mayor medida de los demás. Mientras que los que les rodean disfrutan en lugares multitudinarios, con la música alta y las películas violentas, las personas hipersensibles desean salir corriendo de todo ello, algo que los menos sensibles no comprenden.
Los hombres sensibles lo tienen especialmente crudo en nuestra sociedad. Resulta increíble cómo se confunde género y sensibilidad. Los hombres deben ser estoicos y no expresar emociones o llorar. Todo les presiona en ese sentido, así que su tendencia natural les causa continuas dificultades de integración.
UN REGALO -¿ENVENENADO?- DE LOS CIELOS
El primer paso para hacer frente al problema, es darse cuenta que ser hipersensibles no es un fallo sino un regalo de los cielos. La gente necesitamos ternura, cariño y sentimientos, incluso si no sabemos reconocerlos. Muchos de los que rodean a la persona sensible pueden beneficiarse de esta cualidad suya.
Es crucial encontrar el punto de equilibrio entre la vida social y el necesario aislamiento. Cuidado con la cafeína, el azúcar y el alcohol. El ejercicio físico regular ayuda a hacer frente al estrés y la ansiedad que a menudo afectan a los hipersensibles. Descansar y dormir bien resulta sumamente importante especialmente para los sistemas nerviosos muy revolucionados. Luces indirectas, flores, una estética bonita, música relajante, todo ello resulta de gran ayuda.
Ser hipersensible es un don y un desafío al mismo tiempo. Necesita cuidados. La gente hipersensible está comenzando a organizarse en grupos de autoayuda. La sociedad aún no lo valora, pero quizás lo comprenda un día.
Además, hipersensible quizás es un término equivocado. En inglés se usa 'highly sensitive person', es decir, persona altamente sensible, algo más ecuánime y no peyorativo. Los 'muy sensibles' aducen que ellos son simplemente sensibles, que es al resto de la población al que hay que caracterizar de 'poco sensible' o 'infrasensible'.
Ignoramos si en España e Iberoamérica en general existe alguna agrupación de personas sensibles en defensa de su forma de ser y entender la vida. Si no las hay, debería haberlas. En el mundo anglosajón son varias las iniciativas. Entre ellas, destaca la de la misma doctora Aron, que mantiene el sitio The Highly Sensitive Person.
------------------------------------------------------------------------
(NOTA: Si desea recibir un aviso diario de las informaciones nuevas que publicamos, introduzca su dirección de correo en el recuadro 'Suscribirse a Infordeus-Blog' de la columna de la izquierda de la página central de Infordeus
Gracias por su interés).
------------------------------------------------------------------------
http://blogs.periodistadigital.com/infordeus.php/2006/04/17/ies_usted_una_persona_sensible_pues_form
imagen:taringa




 


 


El precio de nacer o morir con síndrome de Down


fuente:el malecon .Pepe Álvarez de las Asturias
El precio de nacer o morir con síndrome de Down
Mil quinientos euros al mes. Es lo que, al parecer, vale la vida de un ser humano con síndrome de Down. Al menos la de un niño de seis años a cuyos padres ha venido el supremo a ver.



Vicente y Álvaro, padre e hijo, mostrando al mundo su mutua felicidad, posible porque a Álvaro se le permitió nacer.





Una cifra que, de haberse detectado la ´enfermedad´ durante el embarazo de su madre, se habrían ahorrado la Comunidad Valenciana y la Universidad Miguel Hernández. Y todo porque la prueba de amniocentesis practicada a la madre descartó que el feto padeciese esa alteración genética que le habría condenado a muerte directamente, sin el doloroso preámbulo del parto y el contraproducente trámite de soportar al niño ´retrasado´ durante seis años de vida. Y lo que le quede. Aunque ahora, con mil quinientos euros al mes de por vida para "gastos sanitarios", a los padres del pequeño no les importará que viva muchos años.

Leo la noticia en el periódico (eso me pasa por seguir leyéndolo en vacaciones) y no puedo evitar pensar en lo frágil que es nuestro concepto de la vida y la muerte, de lo justo y lo injusto, de lo valioso y lo miserable. No soy quién para juzgar a esos padres, probablemente con dificultades económicas, que habrían matado a su hijo de haber sabido que iba a nacer con síndrome de Down. Por suerte para ellos, no han llegado a formar parte de ese 97% de padres que sí han matado a sus hijos ante una prueba de amniocentesis más concluyente que la de la Universidad Miguel Hernández. ¡Un 97 por ciento! Así, como quien no quiere la cosa. Y nunca mejor dicho. "Su hijo va a nacer con síndrome de Down, ¿qué hago, lo mato o dejo que nazca?" "Pues qué quiere que le diga, doctor. Yo un hijo que nunca será normal, que no va a ser nadie en la vida, que no tiene futuro, que nunca va a poder valerse por sí mismo, que va a ser siempre como un niño pequeño, que va a estar internado en una institución especial (y carísima) haciendo manualidades hasta que se muera con 40 años… para qué va a nacer, ¿para sufrir? Mátelo, doctor. Lo hacemos por su bien".

A no ser que te paguen 1.500 euros al mes, claro, y una indemnización de 150.000 euros, por las molestias.

No sé. Tal vez yo sea un tipo raro, pero cuando en los tres embarazos de mi mujer el ginecólogo nos preguntó si queríamos la prueba de marras, sin mirarnos siquiera dijimos los dos que para qué. Si viene con síndrome de Down, bienvenido sea. Lo vamos a querer igual. O más. ¿Quiénes somos nosotros para decidir si nuestro hijo debe vivir o morir? Y además, un hijo con síndrome de Down ¿qué es, una especie de monstruo del averno, el anticristo, el bebé de Rosemary, la de La semilla del diablo?

Ahora que todos hemos conocido a Álvaro, el hijo de Vicente del Bosque, y le hemos visto alzando la copa del Mundial, desbordante de alegría y de orgullo paterno; ahora que todos sabemos por qué Del Bosque emana esa paz y esa bondad y esa generosidad y esa sabia calma; ahora que hemos comprobado con nuestros propios ojos que a un padre se le puede caer la baba por su hijo Down, ¿de verdad seguimos pensando que el 97% de esas vidas no merecen la pena ser vividas? ¿Por qué, porque han nacido con una copia extra del cromosoma 21, y eso no se puede tolerar? ¿Porque alguien ha decretado que no tienen derecho a ser felices como cualquier otro ser humano?

No es sólo el hijo de Vicente del Bosque, y la manifiesta felicidad de ambos, sino todos los niños (y mayores) con síndrome de Down los que pueden llegar no sólo a ser felices sino también a hacer felices a sus padres, hermanos, compañeros, profesores, vecinos y a todo el que tengan alrededor. Lo sé porque conozco a muchos. En el colegio de mis hijos, que es al que va Álvaro Del Bosque, hay niños con síndrome de Down (y otras minusvalías físicas y psíquicas) en todas las clases de Infantil y Primaria, aprendiendo a convivir con los demás niños y, de paso, enseñando a éstos a convivir con ellos. Por ejemplo Miriam, que está en clase de mi hijo mayor y también en su equipo de baloncesto, que, por cierto, este año ha ganado la liga interescolar frente a otros once colegios (en ninguno de cuyos equipos había jugadores con síndrome de Down, dicho sea sin ánimo de ofender). Y mi amigo Alfonso, gran admirador de Raphael y con un irónico sentido del humor que va ya camino de los 60 años de felicidad compartida. Y el ahora famoso Pablo, licenciado universitario y actor revelación en la pasada edición del Festival de San Sebastián, y cuyo reto permanente es ser considerado una persona ´normal´. Y Jaime, un cachondo, que un día le dio un masaje a su profesora, en plena clase, al verla tensa y agobiada, como había aprendido en casa. Y Miguel Ángel, que es el ángel de Loli y Toni, sus padres, y el favorito de cada uno de sus cinco hermanos. Y una muñeca llamada Inés, que ha nacido hace apenas un mes y que sólo de verla sonreír (después de un post parto complicado) le saca una lágrima de plena felicidad a su babeante padre.

Tener un hijo con síndrome de Down no es un drama, como piensa esta sociedad ignorante y desalmada, sino más bien lo contrario; son libres, espontáneos, cariñosos, sinceros, divertidos, sensibles, generosos. No están pervertidos por los convencionalismos ni se dejan arrastrar por los valores superficiales, egoístas y competitivos de este mundo de seres imperfectos, que en realidad somos todos. Por supuesto que tienen limitaciones, ¿quién no las tiene? Por supuesto que ocasionan gastos y disgustos y tensiones y desvelos, ¿qué hijo no lo hace? Por supuesto que no serán médicos ni ingenieros ni sabios científicos ni abogados de éxito ni banqueros millonarios ni galácticos... ¿cuántos de nosotros lo somos?

Es un síntoma grave que en esta sociedad que alardea de pluralidad y de libertad (y en realidad tan escasa de valores como una mantis) condenemos a muerte, sin juicio previo, a 97 de cada 100 de estos seres humanos cuyo único delito es ser un poco diferentes. Ni mejores ni peores, simplemente diferentes. Mengele y su jefe también buscaban fabricar una raza de seres perfectos, y los Down tampoco entraban en sus cánones. La Historia y la Humanidad en pleno han condenado sin paliativos sus atrocidades. ¿Acabarán condenando las nuestras?

Por terminar con un soplo esperanzador, que es también un grito, reproduzco el testimonio de una de esas madres (¡el 3%!) que sí decidió que su hijo tenía todo el derecho a nacer, aunque lo hiciera con síndrome de Down: "Todos los días, desde hace catorce años, pienso en lo que podía haber perdido si hubiese seguido el consejo del doctor en lugar del dictado de mi corazón". Y no se refería a los 1.500 euros al mes, precisamente.

Y una última reflexión: miren a su alrededor y díganme cuántas personas plenamente realizadas y felices calculan que hay en el mundo. ¿Llegan al 3 por ciento
http://www.elsemanaldigital.com/blog.asp?idarticulo=108999&cod_aut=

Sepa defenderse de la agresión psicológica


Sepa defenderse de la agresión psicológica


Usted puede ser víctima deUsted puede ser víctima de un acosador psicológico sin saberlo. Es un daño que comienza de modo muy sutil y luego es tarde para rechazarlo. No permita que le suceda.Puede tratarse de su pareja, su jefe, un compañero de trabajo… Cualquiera de estas relaciones puede ser responsable de que esté pasando una situación muy desagradable, en la que siente que el aire se vuelve irrespirable, no puede sostener la tensión y anda de mal en peor, con sensación de agobio, cansancio, incluso insomnio…

¿Le está sucediendo algo similar? Muy bien: se trata de las consecuencias de la agresión psicológica. Preparesé a ponerse firme y a terminar con esa situación.

Detención

Es fundamental conocer la forma en que trabaja un agresor. Es un individuo que planifica sus estrategias y, para tener éxito, apela a diferentes recursos. Básicamente, este tipo de atacante pone en práctica sistemáticamente las siguientes técnicas:

La mentira. Es su arma principal. Como lo que más le importa es la trama que va tejiendo alrededor de usted, puede decir cualquier mentira que le sea útil en un momento determinado.

El chataje. Siempre propone intercambios que supuestamente benefician a su víctima, pero no son más que burdas maniobras.

La generación de miedo. La idea de proteger siempre es falsa en el acosador. Lo que en realidad quiere transmitir es miedo. En ese contexto, puede actuar como “salvador”, solucionando los problemas que él ha fabricado.

La culpa. Uno de sus recursos predilectos. Si logra provocar culpa, hará que sea usted quien acuda a él.

La orden. Directamente, cuando vea que quiere escapar de la persecución, acudirá a todo el poder que tenga sobre usted.

Violencia mental

El acosador utiliza contra su victima lo que los profesionales denominan “crueldad mental”: violencia, o ensañamiento que ejerce una persona contra otra sin agresión física, pero sí emocional y psíquica. El acoso en sí consiste en la persecución con presiones y apremio para conseguir algo contra la voluntad de la víctima.

Como ve, no es algo con lo que se pueda ser sutil ni suave al afrontarlo.

Es interesante señalar que esto ya está lejos de ser algo excepcional. Por el contrario, los expertos afirman que esta situación prolifera a nuestro alrededor: manipulaciones, intrigas, presiones, zancadillas, desprecios… Y en todos los terrenos de la vida cotidiana: pareja, familia, escuela, trabajo. Esto prodría provenir de un problema de falta de autoestima generalizada en la sociedad, generada por la crisis de valores, inseguridad en uno mismo y presión social constante.

Prevención ante todo

Quien se somete a una situación de acoso psicológico no es el tipo de persona que “comprenderá” o “aprenderá” fácilmente, y la solución, en todo caso, no pasa por lo que usted intente lograr. Debe hacer acopio de energías y seguir del camino por donde su perseguidor transita. No hay posibilidades de prolongar en el tiempo su actitud de tratar de adaptarse a la situación o buscar que el acosador comprenda. Sólo se librará de la desagradable situación encarando una serie de acciones directas y concretas.

Para ponerse en acción, debe fijar sus propias reglas de conducta. Es lo primero que conmoverá al acosador, que es quien quiere fijarlas por usted. Luego, intente poner en práctica los principios que le proponemos y empezará a deshacerse de esta molesta agresión que puede llegar a causarle mucho daño.

Estrategias de defensa

Lo primero que usted debe hacer es evitar enfrentarse abiertamente. Eso es lo que estimula al acosador. No tolere situaciones donde, supuestamente “por su bien”, intenta tomar decisiones por usted y decirle lo que debe hacer. Siempre tratará de utilizar todos sus recursos para influenciarlo y someterlo, y así mantener el poder sobre usted. Suele utilizar recursos como: “¿Para qué almuerzas con tu hermana una vez a la semana, si ella no te necesita para nada?”, o “Este nuevo cliente no es bueno para ti, creo que lo atendera tu compañera”. Ante esta clase de situaciones:

Confirme su postura

Responda firmemente ante estos recursos de sometimiento. “Puede que mi hermana no me necesite, pero me encanta estar con ella”, o “Me parece bien que deribe el cliente a mi compañera si confía en ella, pero sepa que me encanta contactar nuevos clientes”. El acosador espera que vacile, así que nunca lo haga.

Trate de diálogar francamente con él

Pero si ve que se niega -abiertamente o no- a hacerlo, deje las cosas como están. Recuerde que él busca el enfrentamiento para ejercer su supuesto dominio.

Nunca le hable en todo confidente

Reduzca todo intercambio personal o íntimo, porque así no le dará opción a que use la demagogia o pueda manipular hechos o intenciones. Y, por supuesto, si se trata de una relación de trabajo, evite toda invitación o sugerencia de almorzar juntos, tomar café, etcétera.

Marque los límites

Mantenga claramente las distancias. Aun cuando pueda evitar el trato (por ejemplo por cuestiones laborales), fije un marco en el que ese trato se manejará.

Apóyese en los demás

Confiando en amigos o compañeros, haciéndolos participar del problema que tiene, hallará esa seguridad de la cual las actitudes de su perseguidor, a veces, le generan dudas.

No deje pasar desapercibido a su agresor

Aclare siempre la situación señálelo con nombre y apellido, diciendo claramente cuánto le molesta la situación. Y no se desanime si la primera actitud de la persona a la que le cuenta lo que lo que pasa es minimizar el hecho, pero manténgase firme en expresar lo que le sucede.

Trate de reunir pruebas de lo que pasa

Una agresión psicológica se enfrenta con hechos concretos. Por ejemplo: si el perseguidor lo molesta con llamadas telefónicas, grábelas. Junte notas, cartas, todo lo que sea palpable como prueba. Pero siempre manteniendo cierta distancia de la situación, para que ésto no se convierta en una obsesión incontrolable.

Actitud mental frente al agresor

Una vez que usted haya aprendido a detectar a un agresor psíquico y conozca la forma en que éste procede, puede desvial el mal simplemente con el poder de su pensamiento. Tenga en cuenta que la negatividad siempre puede invertirse y ser transformada en algo inocuo o, incluso, positivo. Cuando sienta las vibraciones adversas que surgen de su agresor, concentre su propio pensamiento en esa energía y trate de visualizarla como una nube negra que permanece suspendida entre los dos. Reprográmela poco a poco, utilizando su mente. Imagine que lentamente la nube se va disipando, disolviendo hasta desaparecer por completo. En su lugar, cree en su pensamiento un cristal fino pero indestructible, totalmente transparente. Será una barrera entre usted y su agresor, pero le permitirá verlo y vigilarlo de tal manera que siempre será consciente de sus intenciones.

http://elcamino.iespana.es/autoayuda/defensaagresorp.html

“La enfermedad de los rostros ocultos"


“La enfermedad de los rostros ocultos"
La persona que lo padece se oculta, así como la verdadera imagen de su propio cuerpo que se esconde detrás de una visión fantasmal. Una revisión de artículos y libros pretende sacar a la luz este desorden mental de importancia médica que pocos conocen.

Ximena Abrevaya para IntraMed


“Lo esencial es invisible a los ojos”,
“El Principito” Antoine de Saint Exupéry.

Para Jane, inevitablemente, nada era invisible a lo que creían ver sus ojos. Lo esencial tal vez era esa incontenible obsesión por su “inmensa nariz”, su “gran mandíbula” o quizás su “labio torcido”. Probablemente lo fueran sus “pechos diminutos”, o de algún modo, sus “abultadas nalgas”. En un momento de su vida Jane dejó de ver a sus amigos y perdió contacto con ellos. Se encerró en su casa por 5 años hasta que su angustia se tornó insostenible. Intentó suicidarse varias veces...

Algunas de estas historias se encuentran reflejadas en “The Broken Mirror”, un libro donde se relata la problemática de aquellas personas que padecen Síndrome Dismórfico Corporal, también conocido como “dismorfofobia” o, más comúnmente denominado: Trastorno Dismórfico Corporal (TDC). “Es un desorden mental poco reconocido y común que ocurre a lo largo de todo el mundo”, comenta la doctora Katharine Phillips en uno de sus trabajos sobre el tema, quien además es psiquiatra y autora del libro.

Es decir, no hablamos de “quasimodos”, ni de la cara oculta del “Fantasma de la ópera”, ni de la prosa de Francisco Quevedo que evocaba a un “naricísimo infinito”. El problema (y la dicotomía que plantea) es que Jane era una mujer atractiva. “El TDC implica una creencia falsa o distorsionada como así también una dispercepción corporal”...“Está caracterizado por una excesiva preocupación por un defecto en el cuerpo completamente imaginario o muy trivial como para ser detectado por otra persona, causándole a los que lo padecen deterioro físico, psíquico y/o social” señala el libro “Obsesiones Corporales”, del psiquiatra argentino Jose Aníbal Yaryura Tobías, en co-autoría con otros profesionales del área, y quien es además director del Bio-Behavioral Institute, en Estados Unidos.

La Dra Phillips, especialista en el tema, sostiene que los pacientes con TDC creen que lucen feos o deformados, incluso hasta “horrorosos” o “monstruosos” cuando en realidad “se ven bien” y su aspecto es normal.

“No sólo están disconformes con su aspecto sino que están preocupados por el. Están muy preocupados. Quisieran estarlo menos, pero no pueden. Muchos dicen que están obsesionados. También sufren. La preocupación acerca de su aspecto les ocasiona un significativo sufrimiento emocional y puede interferir con sus vidas” relata el libro de Phillips.

Por eso suelen estar desempleados o presentar desventajas en el trabajo, además de permanecer socialmente aislados, remarca en uno de sus trabajos el doctor David Veale del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Londres y psiquiatra consultor en el Priory Hospital North London.

Phillips documentó que el 97 por ciento de los pacientes con TDC evitan las actividades sociales normales y ocupacionales. La mayoría son solteros o divorciados. Muchos presentan ideas suicidas o autodestructivas, y suelen invertir varias horas del día en mirarse al espejo, un acto compulsivo que corresponde a lo que se conoce como una práctica “ritual” desde el punto de vista psiquiátrico. Entre estas compulsiones se encuentran además el arreglo excesivo, la comparación con otros, el cambio frecuente de ropa, o las dietas restringidas en calorías.

Si bien, la preocupación, en general, puede involucrar a cualquier parte del cuerpo, frecuemente suele estar focalizada en la cara o la cabeza, siendo la piel, el pelo y la nariz los que encabezan la lista. Según señalan algunos autores los pacientes con TDC pueden hacer foco en aquel aspecto considerado como “defecto” y permanecer obsesionados con éste de manera puntual a lo largo del tiempo, o bien la visión del aspecto defectuoso puede extenderse hacia otras partes del cuerpo, siendo común que se vean involucradas varias zonas corporales a la vez.

En el área dermatológica el trastorno tiene la más alta incidencia, por lo que ha recibido también el nombre de “hipocondría dermatológica”.
Por lo general la edad de inicio es la adolescencia aunque se ve frecuentemente en adultos jóvenes.
A pesar de lo que muchos creerían, la patología no hace distinción de condición social (el trabajo de Al-Adawi comenta el caso de un hombre omaní de 24 años). Tampoco de sexo. Se ha visto que la incidencia es similar entre hombres y mujeres, aunque se cree que en el segundo caso podría llegar a estar subvalorada.

“Blade Runners”: cuando el bisturí amenaza

Muchas de las personas que presentan esta patología suelen recurrir a la cirugía estética con el fin de aliviar la acuciante sensación de fealdad que sienten frente a su “fantasmal” defecto. Según se ha señalado, naturalmente, muchos enfermos de TDC creen que un cambio en su imagen mejoraría su estado anímico.

El Dr Veale comenta, en un trabajo publicado en la revista “Psychiatric Bulletin”, que el TDC no es poco común en las clínicas de cirugía cosmética. La rinoplastía encabeza la lista de cirugías asociadas al TDC. Según Veale, quien condujo un estudio prospectivo, el 20,7 por ciento de los pacientes que se ha realizado una rinoplastía tiene un posible diagnóstico de esta patología. Por otra parte, comparativamente, hay una clara diferencia entre las personas normales que desean una rinoplastía cosmética respecto de que aquellos que padecen TDC quienes “son significativamente más jóvenes, están más deprimidos, más ansiosos, más preocupados por su nariz y tienen comportamientos compulsivos”, señala Veale. Entre estas compulsiones relata que las personas con TDC también presentan otras asociaciones más graves como la “DIY surgery” (“D.I.Y” representando las siglas de Do It Yourself, “hazlo tu mismo”), es decir, una intervención de tipo quirúrgico realizada de forma “casera” y por la misma persona con el fin de cambiar su aspecto.

Ante la desesperación de transformar su apariencia se ha visto que los pacientes con TDC se someten a todo tipo de procedimientos “caseros”. Veale relata algunos casos: Una mujer preocupada por su piel y la forma de su cara limó sus dientes para alterar la apariencia de la línea de su mandíbula. Un hombre preocupado por su piel usó un papel de lija como forma de dermoabrasión para remover cicatrices e “iluminar” su piel. Una mujer preocupada por la fealdad de múltiples áreas de su cuerpo decidió hacerse una liposucción pero, como no pudo costearla, utilizó un cuchillo para cortar sus muslos intentando sacar hacia afuera sus adiposidades. Un hombre preocupado por tener la tez enrojecida, repetidamente se extrajo sangre de motu propio con una jeringa y una aguja, o, cuando fue aceptado, se sometió a donar sangre en una clínica de transfusión. El objetivo era lucir “más pálido”.

El panorama se torna asimismo grave cuando la gran mayoría de los pacientes con TDC que se someten a cirugías cosméticas empeoran o permanecen sin mejora, hecho que es esperable y tal vez poco sorpresivo debido a las características que presenta esta patología. Según Phillips la cifra de insatisfacción alcanza el 82,6 por ciento de los intervenidos que padecen TDC. Tal vez este sea el motivo por el cual muchos se someten a cirugías de manera recurrente.

“Lo que importa es lo de adentro”

El Trastorno Dismórfico Corporal es una enfermedad psiquiátrica, por ende, debemos buscar sus bases en el interior de la mente. En un trabajo escrito por Wanda Paterson y colaboradores denominado “Trastorno Dismórfico Corporal” se señala que puede considerarse que los pacientes con TDC sufren de “alucinaciones”. No obstante Phillips menciona que sólo aproximadamente la mitad de los pacientes presentan características “alucinatorias”.

Al parecer, es difícil establecer dónde se encuentra dentro de la clasificación de las enfermedades psiquiátricas. “Se lo considera un síntoma, un síndrome, o un agregado sintomático en otro proceso mayor”, es decir, “puede considerarse como un síntoma más de otra enfermedad o un síndrome como entidad única, o a un espectro de enfermedades”. También pueden encontrarse una serie de trastornos neuropsiquiátricos asociados como el trastorno obsesivo compulsivo, trastorno de personalidad, trastorno depresivo mayor, psicosis, hipocondría monosíntomática, patología anatómica cerebral. Se han establecido múltiples similitudes entre el Trastorno Dismórfico Corporal y el Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) así como también una serie de diferencias, según afirma el libro “Obsesiones corporales”. Aún parece no haber consenso respecto a considerar si el TDC es un desorden relativo al TOC, aunque muchos investigadores consideran que si, tal como comenta el Dr. Georg Driesch, quien además afirma que por su carácter ha sido asociado a la cenestesia, a los desórdenes alimentarios y al transexualismo.

Al parecer tampoco está clara su identidad. Algunos investigadores asocian al TDC con un problema neurofisiopatológico, y otros con un problema biopsicosocial. Esto se relaciona con los tratamientos a los que son sometidos los pacientes, algunos de ellos apuntan a paliar la patología con un abordaje farmacológico desde el punto de vista psiquiátrico. Algunas de las drogas utilizadas son el Levetiracetam comúnmente utilizada para prevenir ataques de epilepsia y el Escitalopram un inhibidor de la recaptación de serotonina. No obstante hay tratamientos que apuntan a un abordaje psicoterapéutico, siendo uno de los más exitosos la Terapia Cognitiva-Comportamental. Este modelo contempla que existen similares características entre el TDC con el TOC y la fobia social. El mismo abarca distintas características “el yo como un objeto estético”, “la evaluación negativa de la imagen corporal”, “la meditación y la comparación con el ideal”, “la emoción”, “los comportamientos que involucran la necesidad de sentirse a salvo”, “factores de riesgo” (genéticos como en muchos desórdenes psiquiátricos, el temperamento como factor indirecto, adversidad durante la niñez como el abuso físico, historia de estigmas físicos como los dermatológicos, identidad sexual relacionada por ejemplo a la homosexualidad, y un tipo de “sensibilidad estética” tal como podría describirse para otros tipos de sensibilidades particulares como por ejemplo la sensibilidad musical).

Dismorfofobia: Made in Italy

Aunque parezca llamativo el TDC se conoce desde hace más de cien años, o al menos eso es lo que parece, ya que la incorporación del término original “dismorfofobia” generó algunas controversias. Fue un psiquiatra italiano el primero en denominarlo, Enrico Morselli (1852-1929), quien acuñó el término en 1886.


En un trabajo publicado por dos psiquiatras, los Dres Berrrios y Kan, “A conceptual and quantitative análisis of 178 historical cases of dysmorphophobia”, se pueden explorar algunos aspectos relativos a los orígenes en la identificación de la patología de la obsesión por la apariencia corporal y a la introducción del término “dismorfofobia”. Morselli lo definió durante 1880 como “la conciencia de la idea de la propia deformidad; el individuo teme `ser` o `convertirse` en deforme”. Berrios y Kan sostienen que hay dos actos históricos que deben ser explorados por separado, la incorporación del término y la construcción del concepto. Morselli tomó el término acuñado inicialmente por el historiador griego Heródoto de Halicarnaso (485-452 a.de C.) para denominar al mito de la niña más fea de Esparta: “Dismorfia” (“dis”que significa “sin” y “morfia” que significa “forma”) quien era conducida diariamente a un templo para ser librada de su falta de belleza.
Berrios denota que Morselli usó el concepto de fobia en el sentido más amplio (que el actual) ya que el italiano creía que esta patología era una combinación de “insanía” con “ideas fijas”, lo que llevaría a pensar que el clasificó a la dismorfofobia como una forma rudimentaria de paranoia.

Sin embargo esta patología no fue tomada como trastorno mental sino hasta 1987, cuando fue incluido en el DSM III (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales) como “Trastorno Somatoforme Atípico”. En el mismo año el DSM III-R la subdividió en “Trastorno Dismórfico Corporal” y Trastorno Alucinatorio de Subtipo somático”. Las modificaciones consideraron que el término “dismorfofobia” sólo implicaba miedo a la fealdad y no una preocupación por la apariencia física propia tal como lo evidenciaría la sintomatología de este mal. A pesar de ello el término dismorfofobia continúa utilizándose en especial en Europa.

“Siembra de Plástico”: la era del “antes” y el “después”

“Ella era una chica plástica de esas que veo por ahí, de esas que cuando se agitan sudan `Channel number three`...” la letra de Rubén Blades continúa, y sigue haciendo alusión a las mujeres y hombres de plástico y a los mares de superficialidad que inundan el mundo moderno. Hoy, en especial en occidente, se imponen cánones de belleza que responden a la desmesura de elaborados cócteles de cirugías, colágeno y bótox. El cuerpo se transforma en un objeto, en el instrumento de poder de un mundo relleno de valores “retocados” donde la belleza se traduce en “éxito”. En un medio donde la imagen gobierna, se impone la dictadura del implante y de la lipoescultura y una suerte de “Mundo Feliz” de Aldous Huxley donde los feos y los viejos ya no tienen cabida.

Y hablando de medios, y de dictaduras, la televisión es el gran escaparate donde se exhiben los mayores estandartes de la “cultura del cuerpo sintético”, el espejo que subliminalmente (o no tanto) marca cómo debemos vernos.
Ciertamente, es la era del “antes” y el “después”.

Berrios y Kan afirman en su trabajo que “la preocupación por la apariencia física no es hecho nuevo” aludiendo al “Complejo de Thersites”, relacionado al mito del hijo de Agrius, Tersites, quien según se cuenta era el griego más feo y el hablador más imprudente de Troya. En 1962 Stutte utilizó la terminología “Complejo de Thersites” para denominar a aquellas personas que padecían de un real aunque leve defecto físico, pero que al contextualizarse en la búsqueda de la perfección estética impuesta por la sociedad vivían su defecto de una manera traumática.

Según cita la psiquiatra colombiana Iris Luna Montaño, “la belleza es parte universal de la experiencia humana y se ha comprobado que la percepción de la misma proporciona placer a los sentidos e incrementa la probabilidad de apareamiento. La sensibilidad a la belleza es proporcionada por estructuras cerebrales filogenéticamente determinadas, así como por aspectos socioculturales”.

Berrios y Kan plantean una serie de interesantes preguntas, ¿Cuán temprano en la evolución humana el hombre desarrolló una actitud hacia la visión y sensación acerca de su propio cuerpo formando una “imagen abstracta” de sí mismo?. ¿Fue esta imagen física temprana generada por la apariencia de los otros?. ¿Cuán importante es esto respecto de la invención de las superficies reflejantes?. ¿Cuán temprano después de la aparición de los espejos se desarrolló la verdadera estética del cuerpo?, ¿es la dismorfofobia solo un cambio patológico en estas actitudes?¿Cómo se articuló la disconformidad hacia el propio cuerpo a lo largo de la historia?

Es cierto que la ocupación por “verse bien” puede remontarse a tiempos prehistóricos. Se pueden encontrar evidencias de ello aún en la Biblia, pero tal vez el mayor exponente fue la antigua civilización egipcia que puede considerarse como la “creadora de la cosmética”.

¿Podemos decir entonces que el TDC no es nada nuevo?. Aquí es necesario hacer una distinción entre el “ocuparse”, el “preocuparse”, y el “obsesionarse”, es decir, establecer el límite entre lo normal y lo patológico.

Resulta esperable que el actual contexto social actual ejerza una fuerte influencia para el desencadenamiento de enfermedades de carácter psiquiátrico como el TDC. Tal como documentó Cash, un factor predisponente para la psicopatología es la subvaloración y distorsión sobre el propio aspecto físico.

Un prolegómeno de lo que devendría en la vorágine de la cirugía cosmética actual, se refleja en un caso ocurrido en 1926 (si bien no reportado como TDC) que pone en evidencia la responsabilidad por parte del personal médico en la realización de determinadas prácticas y la influencia del contexto social en la percepción de la propia apariencia. Así el "Journal of Women's History" comenta la amputación de una pierna que sufrió una diseñadora de moda, quien visitó a un cirujano de renombre con el objetivo de hacer lucir sus caderas más delgadas. Luego de ocurrida la desgracia, la diseñadora enjuició al cirujano. El abogado defensor de la paciente lo acusó de haber realizado una intervención inapropiada en un cuerpo que en realidad era sano."Este ensayo es excelente para examinar la formación cultural del cuerpo femenino por la moda y la cirugía plástica en Francia durante los años 20´-comenta en el reporte Carolyn Comyskey, su autora-. Los cambios en la moda francesa e ideales culturales de la belleza, así como la influencia aumentada de los medios de comunicación, proporciona el contexto necesario para entender el deseo de la diseñadora de transformar su cuerpo con una cirugía estética. Este caso aceleró la profesionalización del campo naciente de la cirugía estética así como los cirujanos lucharon para establecer el valor de esta práctica médica. Esta defensa primaria del campo de la cirugía estética fue la que la proporcionó como un servicio necesario a causa de la importancia social de la belleza en la lucha brutal por la existencia, especialmente para las mujeres. Los cirujanos cosméticos prevalecieron en la apelación los dos años posteriores y fueron capaces, como un comentarista notó, de continuar su `marzo glorioso contra la enfermedad y la fealdad`".

Ejemplos de personas sometidas a múltiples cirugías se encuentran a diario, siendo conocido popularmente el caso de Miss Brasil 2001, según cita Montaño, cuyo galardón estuvo en discusión por la cantidad de intervenciones quirúrgicas cosméticas a las que había sido sometida previamente, las que en número prácticamente equiparaban a su edad: con tan sólo 22 años, se estimaron unas 23 correcciones a mano de bisturí.

Según el libro “Obsesiones Corporales” en el año 2003 la cantidad de personas afectadas por TDC alcanzaba más de 5 millones en Estados Unidos.“Proporciones similares podrían darse en Argentina, un país donde la belleza física es primordial”, anuncia. Hoy se cree que el porcentaje sobre la población estadounidense supera el 2 por ciento. En general, se estima que en la comunidad, la incidencia es de entre el 0,5 y el 0,7 por ciento.

Pero está claro que la mera preocupación por la apariencia no siempre se traduce en este patología. Un ejemplo cotidiano es el que proporciona Luisa Dillner quien denuncia en el periódico “The Guardian” como muchas veces la terminología médica se utiliza de manera incorrecta, citando y poniendo en evidencia el caso de la actriz Uma Thurman quien en una revista "confesó" padecer de TDC: “Desde que tuve a mi bebé he tenido TDC. Me veo gorda”.

Hay una serie de manifestaciones clínicas que se han establecido y que definen a un paciente con TDC, citadas en el DSM-IV: “además de la preocupación por un defecto imaginado en la apariencia, la persona debe presentar un distress significativo desde el punto de vista clínico o un deterioro social, ocupacional, o en otras áreas importantes de funcionamiento. Dicha preocupación no debe encuadrar dentro de otros desórdenes mentales (tales como la disatisfacción corporal producida por la anorexia nerviosa)”.
Muchas veces el TDC es subvalorado ya que la preocupación por el aspecto tiende a tomarse como una cualidad “vanal” o “narcista”, incluso por los propios padecientes.
El tema resulta de importancia para aquellos profesionales de la salud como los dermatólogos y cirujanos quiénes pueden llegar a ponerse en contacto con este tipo de pacientes.

Si bien se cuenta con una guía para su detección, también se requiere de cierta astucia por parte del profesional.

Porque como decía Saint Exupéry en “El Principito”... “lo esencial es invisible a los ojos”.
Quién nos deja la última reflexión es Blades, menos excelso, aunque no menos suspicaz,“Recuerda que el plástico se derrite si le da de lleno el sol. Se ven las caras, se ven las caras vaya! ...pero nunca el corazón”.

Los padres narcisistas


Por Carlos Climent
Los padres narcisistas

El trastorno narcisista de la personalidad es un síndrome
clínico descrito claramente en las clasificaciones
internacionales de las enfermedades mentales. En términos
generales, el narcisista se caracteriza por su egoísmo y su
frialdad afectiva, su arrogancia frente a los demás y su
necesidad de ser el centro de atracción. Su enorme facilidad para
descalificar a los demás, para tener siempre la razón y para no disculparse
ni reconocerle méritos a nadie.
Al referirse a los padres*, este trastorno adquiere una importancia mucho
mayor pues el impacto de sus conductas recae sobre los hijos*, casi
siempre indefensos.
Amar a unos padres generosos que siempre estuvieron pendientes de las
necesidades de sus hijos es lo natural. Es el agradecimiento mínimo. No
importa si los padres se equivocaron o si carecían de la ilustración
suficiente para hacer las cosas mejor. El asunto es que ejercieron su
función de padres, animados por buenas intenciones y como un acto en el
cual jamás primó un interés egoísta sino los mejores deseos hacia el hijo.
Estos padres se merecen todo el reconocimiento.
Caso muy distinto lo constituyen los padres crueles o su versión
camuflada: los padres narcisistas malignos. A esos padres no se les debe
nada. Pero los hijos que no logran entender esta situación, quedan a
merced de sentimientos de culpa y se pasan la vida asustados.
Quien acepta, entiende y asimila que no debe nada a esos padres, así sea
tarde en su vida, puede luchar en contra de los sentimientos de culpa que
generan las memorias del progenitor narcisista que se han instalado en su
interior. Esta lucha le permitirá protegerse de los efectos destructivos de
estos sentimientos. Pero como el padre narcisista tiende a esconder su
condición, se hace necesario aprender a reconocerla
El egoísmo y la insensibilidad, discutidos a continuación, son dos
condiciones básicas de la personalidad narcisista. El abuso, la
grandiosidad, las apremiantes necesidades de atención y la manipulación,
motivo de una próxima columna, complementan las manifestaciones más
frecuentemente encontradas en padres narcisistas.
Todas estas condiciones se repiten consistentemente y marcan al niño de
manera indeleble. En la medida en que tan sólo estén presentes unas
pocas manifestaciones y/o en grado menor, se trata de condiciones más
leves del trastorno narcisista que tiende a generar grados variables de
inseguridad. En la medida en que el número y severidad de esas
manifestaciones es mayor, el diagnóstico se aproxima a un trastorno
narcisista maligno y las consecuencias sobre el niño son mucho más
destructivas.
El egoísmo se manifiesta de diversas maneras, siendo la principal la
incapacidad para el sacrificio o para anteponer las necesidades del niño a
las propias. Lo que es importante para él no se tiene en cuenta. Un padre
egoísta no se incomoda así ello signifique un beneficio para el hijo.
Esconde su egoísmo detrás de falsos principios filosóficos, religiosos,
morales o disciplinarios, falta de energía, cansancio, fragilidad o
preocupación. Y con frecuencia, asume el papel de víctima vulnerable y
sufrida.
Muy cercana al egoísmo está la insensibilidad. El padre insensible ignora y
desvaloriza los sentimientos, necesidades y pensamientos del hijo. Carece
de interés o paciencia para entender sus puntos de vista. No le importa el
impacto negativo que sus actos y sus palabras tengan. Está incapacitado
para experimentar genuinamente amor, felicidad, tristeza o sentimientos
de culpa. Es controlador y no le importa si ello es conveniente o
inconveniente. Resiente cualquier desacuerdo y espera que el hijo
obedezca automáticamente sus órdenes.
*Los términos padre e hijo aplican a los dos sexos.
http://www.gestamos.com/documentos/Padres%20narcisistas%20%20Climent.pdf