Si tiene el infortunio de padecer un TOC (Trastorno obsesivo compulsivo) lo siento por usted porque su sufrimiento es considerable además de lo limitador e incapacitante que resulta y de la energía que roba. Probablemente tendrá que medicarse si el trastorno es elevado en cuanto a intensidad para paliar su ansiedad. Es quizás el trastorno psicológico más resistente al cambio y más esquivo a su control.
Pero no escribo esto para desanimarle sino muy al contrario para ayudarle aunque el espacio sea breve. Lo que usted desearía es que tanto la medicación como cualquier otra terapia le ayudase no sólo a controlar sus síntomas o a neutralizarlos sino a entender y erradicar el problema yendo a su raiz. La raiz sin embargo dista mucho de ser conocida y soy de los convencidos de que alguna alteración neuroquímica está detrás del TOC. Sea de ello lo que fuera hay que distinguir entre dos partes. La parte cognitiva o de los pensamientos obsesivos recurrentes, intrusivos e invasivos y la parte de los comportamientos que el paciente se ve impulsado a realizar para quedar tranquilo.
Esos comportamientos, también llamados ritos, en el lenguaje coloquial es lo que se conoce como compulsiones en el lenguaje técnico, como lavarse las manos repetidamente, comprobar veinte veces la llave del gas, tocar no sé que objetos para que a la familia no le pase nada o santiguarse tres veces antes de salir de casa. Dicho esto, aunque no sea suficiente dominar esos comportamientos, no queda más remedio que tratar de reducirlos en un primer momento y extinguirlos, lo que sería ideal aunque muy hipotetico. Tenga en cuenta que las compulsiones o ritos que realiza no son sino el intento de reducir su ansiedad, de liberarse de ella o al menos de quedar más tranquilo. Y eso aparentemente se consigue pero cuanto más los practica más crece la ansiedad y uno queda más esclavo de los mismos.
Por lo tanto es necesario cuanto antes proponerse reducirlos de forma contundente el mayor número de veces que se pueda. Con esa intervención de modificación de esas conductas, no estará conseguido el control del problema pero sí un gran avances al verse liberado cuanto más logre reducir esa frecuencia. Además de lograr más tiempo disponible para otros menesteres. Deje de hacer los ritos, por decreto, aunque sienta ansiedad. Es un paso pequeño pero un paso necesario antes que someterse al imperio de los implacables ritos o las supersticiones. Esto es sólo una parte. Seguiré con el tema.
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