Las Anorexias y la Regulación Obsesiva




dejar de ingerir alimentos como un modo de regular la imagen corporal corresponde a una conducta normal de seres humanos insertos en una cultura que valora la silueta como parte de los ideales estéticos y de autocuidado. ¿Qué hace que algunos la extremen hasta llevarla a riesgo de muerte?.
Los trastornos de la alimentación, las anorexias (Caparrós 1997), reconocidos como una patología de curso y pronóstico particular suceden en diferentes edades y estructuras de personalidad. Caracteres obsesivos, narcisistas, dependientes y limítrofes han sido reconocidos como posibles constantes en poblaciones de pacientes en terapia ( Selvini 1987)
Siendo posible en diferentes etapas de la vida, es frecuente que sucedan al inicio de la adolescencia los síntomas que terminan por consolidar la patología restrictiva ( imc >17.5 ; amenorrea por 3 ciclos; alteración de la imagen corporal ; temor a subir de peso) . De restrictiva puede pasar a ser bulímica o quedar como cuadro mixto en el curso de la patología y el desarrollo. Esto hace pensar que “las anorexias” corresponden a cuadros donde el comer , el cuidado y las relaciones familiares manifiestan su disarmonía en las conductas de restricción y o vómitos de alimentos.
Nos interesa en este escrito describir cómo la organización pulsional obsesiva puede ser utilizada en los períodos restrictivos de las anorexias y cómo el fracaso de esta organización obsesiva hace caer en el descontrol la ingesta de alimentos. Lo obsesivo podrá seguir diversos cursos : hacer síntomas transitorios independientes del comer , mantenerse como rasgo en la personalidad o entronizarse como estructura de personalidad.
LO OBSESIVO EN LOS TAL
En forma normal la vida pulsional es administrada tanto por un sistema de organización obsesiva como por el de una organización histérica. Ambos son polos de una institución psíquica normal ( Capella 1996). Conviene decir qué entenderemos por pulsión , la biología que nunca será satisfecha aunque siempre insistirá. Un concepto que queda a medio camino entre la necesidad de la biología orgánica y la necesidad del deseo como propuesta del entorno social.
Sin embargo existirán ciertos períodos durante la vida en que uno de los polos tome la hegemonía en función de alcanzar objetivos exigentes propuestos como deseables.
Uno de esos períodos sensibles para el desacople de estos polos es la entrada a la adolescencia, es decir la elaboración de la pubertad (Bloss 1986). Se tratará la mayor parte del tiempo de una niña (frecuencia de estos trastorno 9:1 mujeres: hombres) que decidirá, como parte de la nueva administración de su cuerpo regular la ingesta para lograr la silueta que espera se torne deseable según los modelos vigentes para su tiempo, o encuentre el peso propuesto por el médico o participe en esta nueva aventura con sus antes compañeras de juego. Así la sexualidad, el deseo de pertenencia o las indicaciones médicas caen en un mandato de regulación. Para lograrlo será necesario echar a andar mecanismos de restricción, inhibición, normativa. Esta organización traerá al primer plano la constelación obsesiva, funcional para estos fines.
Dependiendo de la carga pulsional con la cual ha llegado al mundo y de el curso que ha seguido la pulsión en función de la historia y de los eventos traumáticos que le ha tocado vivir, esta tarea puede llegar a buen puerto, logrando su objetivo y manteniendo la salud, o puede derivar en un sistema patológico: insistente, repetitivo, rígido, independiente del objetivo inicial, que se consolidará como regulador de la ingesta.
Además entrarán a la escena como eficientes reguladores las imágenes ideales del yo, que en este período comienzan a distanciarse de aquellas de los padres, y los sistemas superyoicos de sanción, culpa, vergüenza que pondrán en tensión la escena de la autoimagen de modo que el logro de la inhibición conectará con sensaciones de poder y la aceptación del alimento con fracaso y baja en la autoestima.
Un Trastorno de alimentación es una patología transnosográfica y transestructural, de modo que tiene muchos modos de presentación aunque todas las pacientes puedan compartir la alteración de la imagen corporal, los temores de subir de peso y las alteraciones somáticas en el curso de esta patología. Aunque el DSMIV diferencia entre anorexia, bulimia y otros cuadros se presume se trataría de una misma patología con manifestaciones conductuales consecutivas o mixtas. (Vandereycken, 1991)
Una paciente con trastorno de alimentación utilizará estos mecanismos obsesivos de control de diferentes modos. Algunas limitarán su uso a los alimentos, otras los trasladan hacia los ejercicios, los estudios, los amigos, los objetos, los pensamientos llegando incluso a hacerse síntomas de un síndrome obsesivo compulsivo o parte de un trastorno obsesivo compulsivo de clínica habitual.. De modo que la relación que se establece entre la constelación obsesiva y los trastornos de alimentación podría entenderse como:
a. Organización obsesiva al servicio de una baja de peso limitada: trastorno de alimentación utilizando la organización obsesiva
b. Organización obsesiva generalizada: trastorno de alimentación mas un Trastorno Obsesivo Compulsivo ( TOC) transitorio
a. Con tendencia a la angustia; b. con tendencia a la depresión.
c. Organización obsesiva sintomática con TOC
d. Organización obsesiva como modo preferente de la personalidad : trastorno de alimentación en trastorno de personalidad obsesiva

La organización obsesiva puede aparecer como un modo de:
a. Organización Preferente : siendo elegida por su eficiencia en el manejo del control tanto del trastorno de alimentación como de otros espacios vitales.
b. Organización Suplementaria: sumándose a otros elementos de tipo psicótico o impulsivo que estén sustentando el trastorno de alimentación.
c. Organización Alternativa : se usa en ciertos contextos emocionales , pero puede ser suplantada por organizaciones más histéricas o narcisistas
d. Organización Funcional : utilizada solo para el logro de la reducción de ingesta
Cerca de un 25% de las pacientes con trastorno de alimentación (Yager 2000 ) cumplirán con los criterios de síndrome obsesivo compulsivo según el DSMIV. La población de pacientes que nos ocupará es aquella que aloja un trastorno de alimentación dentro de una organización pulsional obsesiva. Esto puesto que es aquí donde podremos observar con mayor claridad el funcionamiento de un sistema obsesivo en el control de la ingesta . Asunto que aparece esencial en el trastorno de alimentación llamado restrictivo y que según hemos detallado corresponde con la esencia de la voluntad : el control.
Cuando el trastorno de alimentación se aloja en esta organización obsesiva hay mayores probabilidades que el dolor psíquico se fije dentro de una estructura rígida, dura, resistente, estable y obstinada.
LO OBSESIVO SE ORGANIZA EN EL COMER ¿Ser o comer?
El acto de comer es una conducta que queda entre el campo pulsional y el simbólico. Comparte así las características del aparato mental que integra los aspectos derivados de las necesidades del organismo con aquellas derivadas del deseo, más cerca del discurso social.
Los reguladores de este acto serán tanto el ideal del yo como el superyo. El ideal del yo es una construcción cercana a la cultura donde se desarrolla este organismo y el sistema superyoico es el ejercicio de la inhibición y la restricción en pos de un objetivo. De este modo ideal del yo y superyo pueden mantener una relación de colaboración.
En lo pulsional el juego entre la pulsión de vida y la pulsión de muerte darán las energías necesarias para el impulso y el freno del impulso, cualquiera que este sea.
1-LO PULSIONAL: La energía que busca descargar la tensión que la impulsa ( Laplanche 1971), no siendo completamente instintual ni completamente cultural , puede ser entendida como la herencia filogenética humana ; dispuesta a ser transformada y fragmentada desde la historia de cada individuo particular. Mas allá de lo instintual , una dimensión biocultural , referente de las no satisfacciones parciales. Para Freud las pulsiones serán orales, anales y genitales , mientras que Lacan las distinguirá en orales, anales, escópicas (mirar) e invocantes (oír) Toda pulsión , se dice, quedará conectada con la dimensión del deseo. El instinto buscará su objetivo que es satisfacerse y la pulsión es el camino (Evans 1997) .Así en el comer, la pulsión , como la entendió Freud ,tiene una fuente ( el hambre), un motor, movimiento o energía ( el deseo de comer) un objeto (el alimento) y un fin ( la saciedad). En los trastornos de alimentación habría un continuo rodear el objeto sin alcanzar el fin. Las pacientes realizan distintos actos que teniendo relación con los alimentos no son comer. El hambre que es la necesidad pondría en acción el movimiento hacia el alimento , sin embargo diversos dispositivos intermedios distraerían este movimiento hacia pensamientos o acciones que no consumarían la demanda de alimento en el comer. La paciente ,en vez de comer, fantasea con comida, se la prepara a la familia, colecciona recetas, estudia nutrición. Pareciera que el goce se obtiene de este circulo del deseo que termina en lograr no desear aquello que se desea, la afánisis (Nasio, 1996) .No comer, no pesar, no decir, no existir , al fin, acercarían la organización a la pulsión de muerte. Sin embargo, no parece que la pulsión de vida y muerte puedan ser vistas como opuestos sino como parte del mismo proceso de vida que requiere tanto del movimiento de la construcción como el de deconstrucción ; tanto de la acción como de la pasividad; tanto la conexión como la desconexión; La inmovilidad y el movimiento. La pulsión de muerte se haría presente en la organización obsesiva ,entonces a través de la inhibición del acto. Varios mecanismos se desarrollarían para lograr que actos tan importantes como comer sean bloqueados. Uno de ellos es la duda .Un pseudomovimiento de balancín dejaría a la paciente en perpetua vacilación. No poder decidir , dudar y posponer son modos que adquiere esta pulsión de estaticidad. La duda acerca de la cantidad , el peso, la limpieza, la preparación , o las calorías de los alimentos pueden objetar la ingesta . Es tanta la angustia que se genera en torno a la pregunta ¿ puedo comer esto? que se requiere la asistencia de otro confiable ,ya sea por su profesión ( nutrióloga) o por su amor ( la madre) que tome la decisión por ella y le resuelva el dilema. Igual asunto sucede con la pregunta ¿soy gorda o soy flaca? Que podrá ser enunciada mil veces a la madre, las amigas o algún hermano que se la permita. Una pregunta obsesiva que parece no poder responderse. Como si se buscara objetividad, razón en la sinrazón . La duda de la imagen es parte del síntoma obsesivo. Poner en duda : la imagen, el peso, la cantidad de alimentos que debe ingerir, el valor de sí, la eficiencia, la solidez de la familia, la coherencia de sí misma. Ponerse en duda ,eso es lo obsesivo de la organización pulsional que usa los aspectos pasivos para atenazar los activos de la pulsión de vida .
Basada en la descripción freudiana de la organización básica de la neurosis obsesiva “..El contenido principal de su padecer son unos temores....además de impulsos...prohibiciones a dichos impulsos...” pag127) Un caso de neurosis obsesiva). Lo obsesivo habita en el conflicto no resuelto entre el deseo y el temor que este deseo se cumpla. El deseo de comer y el temor a engordar será tramitado en las distintas pulsiones parciales. Las pulsiones se manifiestan a través de acciones, es decir de verbos . Las acciones surgen desde el cuerpo y tienen a su vez representación simbólica .Esta suele mostrar la ambivalencia característica de lo obsesivo con un desplazamiento de los verbos corporales a las relaciones vinculares y a la relación con los alimentos , siendo unas isomórficas de otras. Es decir, cada pulsión tendrá manifestaciones propias de los órganos implicados en ella, como veremos a continuación.
La pulsión oral : esta pulsión se ejerce a través de los movimientos de : chupar, incorporar, triturar, desgarrar, moler, transformar , contener, romper/ligar. El Instinto tendría como objetivo comer: la demanda , inscrita en lo biológico como hambre, busca la satisfacción por la sobrevivencia. El hipotálamo tendría funciones en la homeostasis del apetito, regulando hambre , saciedad e incluso calidad de la ingesta (Halmi 2000). La pulsión oral , en cambio, haría un camino que no siempre alcanza el alimento como objetivo. Es posible tender hacia la satisfacción para no encontrarla . Hacer del objeto de la pulsión un objeto de deseo. Y hacer del objeto, un objeto del no deseo. En la anorexia se pondría en acción un rodeo oral que sostendría activa la pulsión sin satisfacer el instinto. De este modo la relación que la paciente anoréxica tendría con la pulsión oral está siempre presente por la constante insatisfacción. Incluso presente desde el hambre que es la pura necesidad orgánica. No es fácil separar en la pulsión oral qué porción de la pulsión es de vida y cuál de muerte. La relación que se establece con los alimentos lleva ambas tendencias para lograr satisfacerla. Comer es agredir para vivir. Desgarrar, triturar , fragmentar y destruir para incorporar y desarrollar. En la paciente con trastorno de alimentación es aquello de incorporar alimentos lo que genera el temor que llega a extremos de angustia . La anoréxica no rechaza sino que reduce la ingesta (Selvini 1997) , es decir controla la cantidad y la calidad haciendo que la pulsión oral consiga su objetivo en parte . En los momentos bulímicos de la enfermedad en cambio, acepta y expulsa por la boca condensando en un solo lugar del sistema digestivo funciones que el cuerpo ha disociado . El cuerpo acepta por la boca y expulsa por el ano. En los momentos bulímicos la boca se analiza. La boca es tratada como un esfínter que expulsa o que retiene . Y podemos ver cómo esta zona del cuerpo que tiene tanto funciones en el habla como en el comer puede ser clausurada para ambas funciones . Con el característico “no sé” se clausura el habla y con la característica oposición ,el comer. La boca destruye primero aquello que va a incorporar. Fragmentar, perder la totalidad del alimento, serán funciones fisiológicas necesarias que sin embargo son mantenidas a raya en sus formas simbólicas cuando lo agresivo no es concebido en el ideal del yo. El temor a ser desmenuzada, desparramada, derrumbada, deconstruida o destruida es una fantasía en sí o proyectada en la relación diádica con la madre . El alimento a su vez será movido con todos estos verbos en el plato :la comida se revuelve en el plato , se desmenuza, se fragmenta, se excluye, se desparrama, se bota, se hace nada.
El aspecto agresivo de la pulsión permitirá regular la distancia y la angustia de fusión con mayor intensidad cuanto más sea la mora adolescente con su autonomía. Frente a este conflicto surge el control como un acto de defensa, de negociación como una zona de acuerdo , que sin embargo en los trastornos de alimentación constituye una zona de restricción del deseo. Tanta puede ser la restricción y tan fuerte la pulsión que se puede producir una inversión de modo que ya el deseo de comer sea el deseo de no desear comer. Y el no comer sea la gratificación de la pulsión. Esto hace pensar que lo que en un inicio era un deseo de ser hermosa pasa a constituirse en un modo de regular las relaciones familiares. Restringiendo más de la cuenta , la adolescente pondrá en cuestión el cuidado parental y descubrirá tanto la fragilidad de la familia como la suya . Las inseguridades, los duelos parentales y conyugales se presentan , como en una crisis, con intensidad suficiente como para que ella decida preservar cualquier deseo propio a costa de una inmolación ofrecida para la unión familiar. “El amor no ha podido extinguir al odio, sino solo forzarlo a lo inconsciente; y en lo inconsciente , protegido del influjo de la conciencia que pudiera cancelarlo, es capaz de conservarse y aún de crecer” (Freud, 1908 Un caso de neurosis obsesiva pag186)
Diariamente se ocupa mucho tiempo en asuntos relacionados con esta pulsión oral . Fantasías de bacanales, temores de ser invadida, contaminada, inflada, engordada por los alimentos ; temores a enfrentar el plato de comida, deseos de alimentar a otros conforman parte de los circuitos en los cuales esta pulsión se despliega. Por otra parte la incapacidad de alimentarse por si misma despierta en la madre sus propios circuitos pulsionales orales-maternales activándole el cuidado regresivo.
La pulsión anal: Se ejerce a través de los verbos: retener, expulsar, excluir separar, apartar eliminar. Esto remite al verbo “producir “ y al pronombre “mi” . “Yo produzco esta mugre / regalo desde/ en mi cuerpo” el logro “mi” tiene que ver con la separación que se produce entre algo que ,estaba dentro y ahora está afuera ,y salió de mi cuerpo. En su función de “cerrar” la paciente tratará la boca como un ano. Cerrar la boca a los alimentos y las palabras. Por desplazamiento , los alimentos pueden ser tratados como excremento y vivenciados como sucios , grasosos, contaminados y así utilizar el asco como defensa al deseo de ingesta. Las palabras que escenifican los conflictos serán tratadas de igual forma : son temidas y serán calladas . Los afectos derivados de la agresión son tan persecutorios como los alimentos y generan grandes montos de angustia..
Es frecuente que las pacientes con trastorno de alimentación presenten síntomas de constipación, que en parte pueden deberse a la disminución de la motilidad intestinal y en parte a la retención activa que se hace de materia fecal, como si siguiera activo este erotismo a fuerza de querer controlarlo. El temor que entra en conflicto con soltar el intestino es el de ensuciar, embarrar, manchar que puestos en lo simbólico se alían con la sensación de inadecuación, de escasa valía,( Gabbard 2000) de “ser cacho” que las pacientes de organización mas obsesiva relatan en su subjetividad. El orden , la pulcritud , el asco causan la impresión de ser formaciones reactivas contra lo sucio y perturbador, lo que no debe pertenecer al cuerpo ( El carácter anal 1908)
Existe un enlace entre lo anal agresivo y lo sádico . Una relación entre el cortar de lo anal y un temor a eliminar, excorporar, desembarazarse , que leído desde lo simbólico aparece como un temor a eliminar ( matar) un objeto. “me da tanta rabia que quisiera matarla” está en lugar de “ separemos nuestros cuerpos, fisiologías , subjetividades para obtener autonomía” . La función cortar, separar, excluir de lo anal puede producir angustia en sistemas diádicos fusionados, primitivos. En las organizaciones obsesivas lo sádico con su polo masoquista aparece como expresión del superyo , que es una estructura que regularía paradójicamente en forma sádica el sadismo . El hombre de las ratas internaliza sádicamente la normativa paterna en forma de una duda torturante “soy un buen hombre o un criminal” En la anorexia el comer entendido desde relaciones de dominación/ sumisión diría “Si como, me someto, si me someto, soy nada “.En este sistema relacional comer por amenaza o seducción no quiebra la organización obsesiva que sustenta la conducta. El temor a eliminar se va desplazando hasta el deseo de eliminarse y borrarse que sienten constantemente las pacientes con trastorno de alimentación. Temor que se presenta en la baja de ingesta ( que parece buscar levitar sobre la materia y ser solo un yo sin cuerpo ) y en los atracones, donde se elicita un estado de conciencia focalizado que borra todo excepto el objeto comida que hay que devorar hasta que duela.
La pulsión genital : Se ejerce en relación a otro, no tiene el carácter autoerótico de la anteriores y se encuentra inhibida en las organizaciones obsesivas de los trastornos de alimentación. Llegar a lo genital supone un desarrollo que hace posible el acceso de otro a los equilibrios emocionales, afectivos. En la organización obsesiva de los TAL las pulsiones pregenitales se encuentran activadas por la patología del comer de modo que lo genital no adquiere el carácter organizador que se espera en la adolescencia. Concitar este tipo de organización sería un logro terapéutico.
2-LO SIMBOLICO Las pulsiones serán tramitadas, es decir reprimidas, suplantadas, puestas en esfuerzo de desalojo en el orden simbólico. Se domeñará la pulsión a fuerza de símbolos. Lo obsesivo es un sistema que permite sitiar, acorralar, ordenar lo pulsional con la razón, la lógica. Así lo obsesivo transcurre en la superficie de lo racional / irracional tomando de lo irracional su pasión y de los racional su herramienta de expresión. Lo obsesivo tiene un lenguaje similar al consciente. “No contiene el salto anímico de la inervación somática –la conversión de la histeria-que no es posible acompañar conceptualmente ...el lenguaje de la neurosis obsesiva ...es un dialecto del lenguaje histérico“ ( Freud Un caso de neurosis obsesiva 1908).
El orden lógico de lo simbólico deconstruirá lo instintual transformando un organismo biológico en un organismo humano de una cultura dada .Lo simbólico aliena radicalmente a los seres humanos de lo dado natural ( Evans 1997) Lo simbólico estará relacionado con la pulsión de muerte, pues tiende a fijar restricciones a lo vivo, a desconectarlo, alienarlo para incluirlo en un orden común. Lo simbólico en la postmodernidad está sustituyendo el logocentrismo por el iconocentrismo (Debray1992 ). En la identificación femenina participarán intensamente las imágenes producidas por los medios como simulacros de ser . Se ha cambiado la imagen corporal por la experiencia corporal .Modelos fotográficos o cinematográficos en posturas y gestos de desafío, de erotismo, de fragilidad , de poder, desposeídos de la intención que los genera. Este “pseudeismo” puede pasar inadvertido y presentarse al ideal del yo como modelo a ser alcanzado. Someter la fisiología hasta hacerla “imagen” es una tarea imposible ,que de todos modos, la paciente encarga al superyo. Esta instancia inhibitoria intensificará sus normas y sus castigos hasta jugar con la vida en el desafío. Quedará así organizado lo obsesivo como sistema inicialmente eficiente que termina por enmarañarlo todo excepto la decisión obsesiva de la paciente de bajar de peso. En las últimas fases de la patología la idea obsesiva de bajar de peso parece constituir el lugar desde donde se organiza todo el psiquismo de la paciente hasta semejar un cuadro de pobreza vivencial psícótica . En ese sentido lo vivo tenderá , paradójicamente, a lo inorgánico y alcanzará el más allá del principio del placer ( Freud 1925) con su aparataje lógico. A tanto puede llegar que se construya el delirio de pensar que se puede prescindir del cuerpo como forma de vida o como forma de muerte. La tarea terapéutica: ni foto, ni cineto, persona, mujer. La lógica que utiliza la organización obsesiva es subsidiaria al objetivo de inhibir el acto y el impulso de modo que utiliza formas destinadas a lograrlo. Llamaremos obsesiva la formulación de un pensamiento que se presenta de forma repetitiva y persiste, sin que el individuo pueda apartarlo de su mente. El pensamiento obsesivo puede adoptar diferentes formas:
a. La duda y la ambivalencia: el péndulo La gran estrategia obsesiva para atenazar el impulso y el acto es la duda. ¿Soy flaca, soy gorda? ¿Cómo mucho o como poco? ¿ Me aceptan o me rechazan?¿ soy buena, soy mala? Hay la búsqueda de un absoluto : Lo justo, lo hermoso, lo bueno. Como si quisiera escapar de la ambivalencia que ha provocado la dicotomía cartesiana de un razonar positivista y moderno. El razonar obsesivo es logocéntrico , categorial, jerarquizante, excluyente, discreto en el manejo de las palabras. El pendular del pensamiento que oscila entre dos opuestos: amor/ odio; ternura/ agresión ;vida / muerte ; gorda / flaca ; alimento permitido/ alimento prohibido. Este síntoma hizo nominarlo a Fabret “locura de duda”. La imposibilidad de elegir genera angustia y la angustia necesidad de adscribirse a un modelo en el cual no haya nada que elegir. Las dietas ordenan , aseguran y dejan sin posibilidad de elegir. Por eso una dieta será seguida con adhesión y religiosidad cuanto mas obsesiva sea la organización a la base .” así la parálisis de la decisión se difunde poco a poco por todo el obrar de un ser humano” ( Freud 1908 Un caso de neurosis obsesiva pág 188)
Como se trata de una lógica que intenta objetivar el valor de sí, los números cobran gran importancia de modo que la cantidad de calorías , gramos o trozos pueden hegemonizar la vida. Lo mismo sucede con el promedio de notas. Los números parecen evaluarla. ¿Cuán cerca o lejos se encuentra del ideal de si misma ? la duda se despeja con estos números y la duda se siembra, también cuando estos números deben hacerse presente: en el control de peso, en la evaluación escolar.
La insistencia del “o” , la exclusión del “Y” como lógica. Las cosas son o no son. O soy flaca o soy gorda o soy buena o soy mala. La imposibilidad de aceptar la ambigüedad, la tendencia hacia, la fijan en el movimiento pendular infinito.
b.- Manejo del tiempo: hay una instalación del después como un aplazamiento , un mas allá que podría solucionar , distinguir, seleccionar. Posponer multiplica la cantidad de tiempo asignada a la decisión. La infinitud del tiempo se refleja por ejemplo en cómo el hombre de las ratas sigue presentando a su padre del cual nos enteramos después que está muerto. Un tiempo alargado que la anoréctica usa para saltarse comidas. “ha situado los castigos no sólo en la temporalidad, sino en la eternidad, en el mas allá”( Freud pág. 135 Un caso de neurosis obsesiva )
c. Buscar coherencia: Ordenar a través de los principios del cogito y la moral. Principios que instalan la institucionalidad del ser. La restricción incluida en el discurso desde el inicio de la civilidad .Una lógica del disimulo donde lo pulsional queda relegado al lugar de lo innombrable. La comida como vehículo de la relación fuera -dentro se acerca a lo prohibido cuando revierte el hambre en saciedad y la saciedad en angustia, la angustia de alejarse de la imagen ideal y quedar puesta en el vacío . Los principios morales pueden organizar rituales más allá de las comidas. La renuncia es un buen organizador conductual derivado de la evitación pulsional.
d. Despojar el afecto. Otro modo de vaciar la vivencia y dejar la representación desleída de afecto. El afecto es lo que acerca a lo pulsional y éste es evitado por incontrolable. El control es esencial para sostener una integración del tipo obsesivo que desconectaría , desintegraría la experiencia . La anoréctica utiliza este mecanismo obsesivo como una defensa a la dependencia que significa la conexión emocional con su ambiente familiar que ha fallado en contenerla ( Winnicott 1974)
e. Lo mágico, animista ,infantil: Aspectos de omnipotencia , superstición y dudas. Creación de mitología supersticiosa en torno al comer y los alimentos; por ejemplo, no se puede dormir después de comer ; no se pueden juntar comidas; es imposible cambiar un alimento por otro en la dieta; de la carne se selecciona aquello que no tiene nervios. Los vegetales se comen con ciertas normas una parte primero otra después y otra se deja. Creencia en presagios y premoniciones que intentan controlar la ingesta. Crear compulsiones que anularían expectativas funestas ( como subir de peso) y hacerla religión al asentarse en axiomas que parecen asegurar la inseguridad subjetiva.
f. Repetir: pensamiento que crea cadenas de lógicas y cadenas de actos que pueden ponerse en escena sin necesidad de volver a concatenarlos cada vez, sino hacer uso de ellos automáticamente como sucede con los rituales de pensamientos “Soy gorda, asquerosa, nadie me va a querer , mejor me quedo en casa” o en los rituales para comer o asearse “No pude comer mas tarde porque había pasado la hora de almuerzo y ya no correspondía” Mayor insistencia en el cambio , mayor resistencia. (Firpo 2000). La paciente puede quedar prisionera de sus propios rituales-compulsiones de alimentación , siendo el propio ritual una resistencia a la sanidad. La compulsión es un acto que se realiza con frecuencia y de manera repetitiva, a modo de ritual, con el fin de reducir la tensión emocional y aliviar la ansiedad. En muchas ocasiones, los actos compulsivos son, en sí, actos normales y habituales, como el hecho de lavarse las manos o de colocar en orden los objetos que se hallan encima de una mesa, pero lo que los convierte en compulsión es el hecho de presentarse de forma reiterada, con una frecuencia anormal, y que sean vividos por el sujeto como algo cuya realización es ineludible.
Los rituales serán utilizados como un modo de huir de la falta ( falla, culpa por la falla) las críticas , la angustia, el vacío, la depresión, la confusión. Negarse a comer también puede transformarse en un rito que se repite para quedar a salvo de la culpa de comer. Dar vueltas sobre el mismo asunto: ¿cuántas calorías, cuánto peso hoy, cuántos abdominales alcancé a hacer? Termina siendo muy egodistónico y es reconocido como síntoma. Esta defensa contra lo pulsional evolucionará en la adolescencia “ Las funciones yoicas defensivas pueden con el tiempo perder su naturaleza defensiva y convertirse en valiosas partes integrantes del patrimonio del yo, cuya función es mas amplia que la defensiva original (Bloss 1996).
4-EL SUPERYO como instancia que reglamenta y controla la ejecución de los mandatos e ideales utilizando el displacer de la culpa , el asco, la vergüenza, la angustia como reguladores esenciales del vivenciar y que serán luego utilizados para inhibir la pulsión genital . En las mujeres el temor a la pérdida de amor sería un regulador de género muy eficiente (Levinton 1999) En los trastorno de alimentación no es solo la imagen corporal la que debe regular el hacer, sentir y pensar de la paciente . Cuentan los atributos morales de bondad, entrega, sacrificio, consideración a los demás , cuidado del hogar exaltados al punto de aparecer como figuras de un cuidado obsesivo , santificante (Raimbault, 1989), sacralizadas y denigrado a la vez. Cuidar y ser cuidada son dimensiones que regula el superyo de modo que en ocasiones se preferirá cuidar y no asistir a la culpa que genera el que otros la cuiden. La tiranización de este superyo no se entiende necesariamente mirando al padre. Es a veces desde la línea materna que se hereda la organización obsesiva. El sometimiento al superyo aseguraría el logro. El goce logrado colinda con lo masoquista. También esta conducta se puede generalizar mas allá de la conducta alimentaria por ejemplo dejar que las manos estén dañadas por el frío y no querer usar crema para cuidarlas. La severidad del superyo toma como foco el tema de la alimentación. Superyo como un sistema protector , imperativo categórico, daría la coherencia a la identidad. Esta conciencia critica y exagerada será usada tanto en sí mismo como en los demás. Trabajar, lograr ( peso, notas ) febrilmente parece justificar la existencia. La culpa sería el sistema regulador de las dudas( Gabbar 2000), las preguntas hechas al derecho de vivir.
El control tiene un soporte biológico y otro racional. El biológico utiliza lo enteroceptivo como el asco, la plenitud gástrica, el dolor abdominal postprandial y la lasitud postprandial como displacer evitable . El sistema sería capaz de alucinar propioceptivamente el volumen del cuerpo de modo de hacer sentir a la niña inflada en partes o totalmente . Habrían también alucinaciones visuales : verse gruesa, abultada o grasosa. El soporte racional lo daría el uso de la lógica a ultranza. La creación de un código personal “código ético, ascético y estético” .
5-EL IDEAL DELYO : Durante la adolescencia colabora con los aspectos progresivos de la individuación. En la organización obsesiva el ideal tiene relación con el orden ,el ahorro y la pertinacia ( voluntad) ( Freud1908) Cuando en una organización obsesiva ingresa el trastorno de alimentación a lo clásicamente descrito, se sumará la perfección en la imagen, la eficiencia y lo familiar. El ideal parece rezar “Buena alumna, buena niña, buena familia ( unida y feliz) y buena facha “. La prepuber habría encarnado un ideal parental ”niñita carente de agresividad, limpia, prolija , físicamente atractiva, dispuesta a renunciar a las actividades sexuales” esta fantasía que pudo ser compartida por la niña y sentida como fuente de poder ( control obsesivo de la pulsión) se rompe con la llegada de la pubertad. Los padres se tornan reminiscentes y le reclaman “ ¿por qué no eres como antes?” ...cuando nos sentíamos tranquilos contigo y queridos por ti. La niña sintomática intensificará la misma organización que lograba los deseos de los padres , pero esta vez utiliza esta organización obsesiva en un objetivo propio : un ideal que considera de su propiedad “ser flaca” y que defenderá con la vida . Habrá una merma en su flexibilidad, espontaneidad y eficiencia. Más insistencia en que lo abandone ( que coma y suba de peso ) más resistencia en fijar el control de sí misma a través de su ideal. El ideal como vimos suele incluir valores familiares como la unión y la armonía exenta de conflictos. El desleir afectivo defenderá frente a la sobrecarga de afectos.
El orden del aseo corporal , la escrupulosidad en los alimentos que se van a ingerir , el cumplimiento de los deberes escolares y familiares. El ahorro puede generalizarse de la paciente a la familia : sacar del carro del supermercado la mercadería que la madre ha decidido comprar, disminuir el gasto en calefacción, en vacaciones o esparcimiento independiente de los recursos familiares. La pertinacia llega a la obstinación absurda : modos de servir la mesa, modos de comer ciertos alimentos por ejemplo respetando los bordes o sólo comer los bordes.
La sumisión al ideal del yo y la frustración de no lograrlo recursa en el círculo obsesivo y la deja presa de una organización que la excluye no sólo de la sanidad sino qué de la especie, puesto que la infertiliza dejándola en amenorrea .
El ideal, por otra parte, otorga una autosuficiencia narcisista que contrarresta la regresión a la díada materna como lugar de aquietamiento esencial y simbiótico más cercano a lo oral, pulsión a la cual se teme. El resultado de esta enfermedad es poner en conflicto la díada madre hija y por tanto el triangulo que se ha creado entre dos adultos que se aman y un niño que debe crecer.
CONCLUSIÖN
La vida pulsional se irá organizando durante el desarrollo explorando los modos de adaptación más eficientes y oportunos, integrando la energía orgánica con la restricción que ofrece la cultura donde se despliega.
La vida pulsional al estilo obsesivo organizará las dimensiones orales, anales y genitales tomando del acto de comer aspectos que sustentarán esta organización.
El devenir que este pulsionar mantenga estará sostenido por una suma de factores que dependen tanto de la organización biológica como de la historia de relaciones que ha activado , sostenido o desalentado este tipo de organización en la vida psíquica.
Las pacientes con trastorno de alimentación utilizarían en beneficio a su objetivo la organización pulsional obsesiva quedando algunas atrapadas , otras reforzadas y otras frustradas de no poder sostenerla a perpetuo.
La organización obsesiva se caracterizará por dejar no resolver el conflicto entre el deseo y la represión del mismo. La duda en el peso, en la imagen, en el éxito inmovilizarán el desarrollo , el contacto con otros, la planificación abierta a los cambios de la existencia , constituyendo así un factor de riesgo en la rigidez.
Las pulsiones orales, anales y genitales se expresarán tanto a través de actos motores como de caminos simbólicos de estos actos que llevan a conductas mas complejas. Incorporar en lo oral será restringido no solo a los alimentos sino también a las personas. El control anal pasará a ser una estrechez afectiva bajo el control no ya del ano sino del superyo y del ideal del yo quienes imponen un registro regulador entre las grandes pulsiones de la vida y la muerte.

http://www.iztacala.unam.mx/carreras/psicologia/psiclin/vol6num2/Cordella.html