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TRATAMIENTO DE UN CASO DE HIPOCONDRÍACON RITUALES OBSESIVOSJosep A. Pena i GarijoPsicólogo


fuenteJosep A. Pena i GarijoPsicólogo Clínico
se relata la intervención realizada en un caso de trastorno hipocondríaco en el que la paciente, una mujer joven, presenta una preocupación mortwsa por la posibilidadde padecer un cáncer de manía y/o genital. Esta preocupación le provocaba una considerable ansiedad, la cual reducía a través de un comportamiento compulsivo deauto-exploración mamaría, que llegó a ocasionaría problemas físicos en los senos.Se ejemplifica la aplicación de un programa multicomponente en el que se combi-naron estrategias de exposición con prevención de respuesta, habit reversal y técni-cas de reducción de ansiedad, asi como un componente cognitivo que se desarrollóa lo largo de todas las sesiones. Se expone también la dificultad que sobreviene enocasiones para establecer el diagnóstico diferencial entre la hipocondría y el trastornoobsesivo-compulsivo.Palabras clave: Estudio de caso; hipocondría; trastorno obsesivo-compulsivo; ri-tuales; exposición con prevención de respuesta..Correspondencia: Unidad de Salud Mental "Castalio 11'. Servei Valencia de Salut. l-lospital Provincial de Castelló. Av.del Dr. Ciará 19. 12004 Castelló de la Plana. Teléfono 964-359771
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182J. A. PENA1. INTRODUCCIÓNLa hipocondría se describe en el DSM IV(APA, 1995) como preocupación por el miedoa tener, o la convicción de padecer, una enfer-medad grave a partir de la interpretación perso-nal de síntomas somáticos (Criterio A). El Cri-terio B se refiere a que la preocupación persistea pesar de las exploraciones y explicacionesmédicas apropiadas.A pesar de ser éste un desorden conocidohace cientos de años, su consideración comoun trastorno de muy difícil tratamiento ha sidola idea predominante hasta la actualidad. En losúltimos 30 años el abordaje de la conductaanonnal de enfermedad ha resurgido poderosa-mente desde la óptica cognitivo-conductual,motivado en parte por el éxito terapéutico ob-tenido desde este modelo en otros trastomospsicológicos y coincidiendo, sin duda, con lanecesidad que plantea el tratamiento de un tipode psicopatología que ocasiona una considera-ble repercusión sobre los costos (económicosy en otros recursos) y en la dinámica de losservicios de asistencia sanitaria (Martínez yBotella, 1996).Precisamente, desde un servicio de saludpúblico se plantea la intervención que relatamosa continuación y de la que quisiéramos resaltarla brevedad en tiempo y número de sesiones,con lo que ello supone de alivio relativo a lapresión asistencial a la que normalmente nosvemos sometidos en este contexto de atenciónsanitaria.En el caso que nos ocupa, se cumplen loscriterios a los que aludíamos al principio. Tam-bién el diagnóstico diferencial con el trastomodelirante, el trastomo dismórfico corporal y lostrastornos de ansiedad. Sin embargo, comoveremos en la presentación clínica, la distincióncon respecto al trastomo obsesivo-compulsivono resulta tan sencilla. En ambos supuestos seda un componente fóbico: el miedo a la enfer-medad, y también en ambos casos se danconductas de evitación (o rituales conjugatoríos).El modelo conductual del miedo postula que elmantenimiento de éste se produce por la reduc-ción de la activación mediante el reforzamientonegativo de la conducta de evitación. En eltrastomo obsesivo, el papel reductor de la an-siedad que produce la idea obsesiva (p. ej., elmiedo a contaminarse), lo cumple el ritualcompulsivo (lavarse). En el caso de la hipocon-dría, sobre todo cuando el componente predo-minante es el miedo a la enfermedad o el dolor,la reducción de la activación asociada a esemiedo, se produce al ejecutar algún componen-te "ritual" como ir al médico, solicitar infomna-ción sobre la supuesta enfermedad o, como enel sujeto que nos ocupa, la auto-exploración confines tranquilizadores. Este fue el motivo prin-cipal por el que abordamos este caso con unatécnica, la exposición con prevención de res-puesta, que es precisamente la intervención"estrella" en los trastomos obsesivo-compulsivos.En cualquier caso, y aunque el diagnósticopsiquiátrico es necesario (incluso imprescindi-ble en determinados ámbitos), lo que debe, anuestro juicio, dirigir fundamentalmente la inter-vención, son los resultados del análisis funcio-nal de las conductas desadaptadas que llevanal paciente a la consulta y que, en último caso,se llamen como se llamen, producen un males-tar signifícativo en nuestro paciente y han de serabordadas mediante las estrategias de quedispongamos y sepamos resultan eficaces parasu problema concreto.2. MÉTODO2.1. Sujeto"C" es una mujer de 32 años de edad, casaday con dos hijos pequeños que vive en una pequeñapoblación cercana a nuestra ciudad. Tieneestudios primarios y es operaria de una fábrica.Acude a nuestro servicio remitida por elmédico de cabecera que habla pautadoFluvoxamina 50 mg./día, y con un diagnósticode sospecha de obsesiones hipocondriacas.Nacida a término, deambula y habla a laedad nomnal. El resto de su desanollo psicomotory el del control de esfínteres es evolutivamenteadecuado. No recuerda enfermedades graves enla infancia y se describe como una niña normal,mala estudiante, pero bien adaptada a la vidasocial y familiar. Conoce a su marido a los 16años y se casa a los 22. Tiene dos partosnormales. No padece alergias u otras enferme-dades conocidas y no tiene antecedentes psi-cológicos o psiquiátricos (exceptuando el trata-miento del médico de cabecera).Relata que desde hace algunos meses tiene"obsesión" por la salud de su marido e hijos,pensando que les puede ocunir algo grave,exagerando una simple calda o un resfriado.
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TRATAMIENTO DE UN CASO DE HIPOCONDRÍA183A raíz de la muerte de una chica del pueblo,a consecuencia de un cáncer de mama, comienza a tocarse los pechos y los genitales"buscando algún bulto o quiste". Piensa que ella 'lambién va a tener un cáncer^.Preguntada por los antecedentes en la familia de enfemiedades o trastornos psicológicos no recuerda ningún dato de interés. Sin embargo, su marido nos contará posteriormente quesu madre es (textualmente) "una hipocondríaca".2.2.- EvaluaciónEn este apartado incluimos la entrevista conla paciente, la evaluación mediante autoinfontiesy autorregistros, los resultados de una entrevis-ta estructurada y la hipótesis sobre el problema.Para el diagnóstico psiquiátrico nos regimos porel Manual Diagnóstico y Estadístico de losTrastomos Mentales ÍV Edición (APA, 1995).2.2.1.- Entrevista con la pacientoEn el momento de la primera entrevista O seencuentra eutímica, indica que no toma lamedicación, y mantiene un nivel de ansiedadgeneral leve.Describe su problema como "siempre tengoque estar tocándome los pechos y mirándomebajo". Piensa que va a tener un cáncer "comola chica del pueblo". Cuando el médico la tran-quiliza sobre sus síntomas, está mejor duranteunos días, tras los cuales, reaparece la preocu-pación.Exagera cualquier síntoma de los hijos yestá muy encima de ellos. Se preocupa si llegan tarde o no sabe donde están.Se realiza una entrevista de screening y seplantea el diagnóstico diferencial con el trastorno de ansiedad generalizada y el trastorno obsesivocompulsivo. No presenta alteraciones del estado de ánimo, la percepción, el juicio oel curso del pensamiento. En cuanto al contenido del pensamiento, C presenta una preocupación excesiva por la posibilidad de tener uncáncer (de mama o genital). Estas ideas notienen en ningún momento carácter delirante.Realiza conductas compulsivas de auto-explo-ración mamaria con la finalidad de encontraralgún bulto u otra sefíal que le "confimie eldiagnóstico". La frecuencia e intensidad de estaconducta ha llegado a producirle hematomas einitación, lo cual, a su vez, aumenta la preocu-pación y le hace tocarse con más frecuencia.No hay alteraciones del sueño o el apetito.Presenta una leve ansiedad flotante y, ocasio-nalmente, siente nauseas por la mañana. Elaumento de ansiedad coincide con pequeñaspreocupaciones cotidianas y con la exposicióna estímulos que le recuerdan enfemiedades(películas, conversaciones con vecinas, visitasal médico con los niños, hospitales, etc.). Eje-cuta algunos rituales de comprobación (puertas,llaves y gas), de intensidad subdínica.La entrevista con el marido confirma lo ex-puesto por la paciente. Adopta una actitudtolerante con el problema de C y se muestradispuesto a colaborar. Nos cuenta también,como hemos comentado antes, que ia madrede la paciente está continuamente quejándosey verbalizando que tiene tal o cual enfennedad:"es muy aficionada a ir al médico". Confimnatambién que C se preocupa en exceso por losproblemas más nimios y que, últimamente, estámás nerviosa. La vida de relación, la conductasexual y el nivel de actividad son buenos.2.2.2.- Entrevista estructurada, autoinformesy autooliservaciónEn primer lugar se le aplicó:- Entrevista Diagnóstica Estructurada para eldiagnóstico de hipocondría (Barsky y coi., 1992).Se solicitó de la paciente que cumplimentaralos siguientes cuestionarios:- EAE. Escaia de Actitudes ante la Enfer-medad (Kellner, 1986).- Inventarío de Depresión de Beck (1983).- OCM. Inventario obsesivo compulsivo delMaudsley (Hodgson y Rachman, 1977).- STAI. Inventarío de Ansiedad Estado-Ras-go (Spielberger, 1977). Sólo se aplicó la parteB, correspondiente a la ansiedad-rasgo.Al finalizar la sesión se le entregó a la pa-ciente un registro de autoobservación que ela-boramos ad hoc donde debfa anotar las inciden-cias relacionadas con su problema, especiaí-mente los pensamientos sobre enfermedades ylas conductas de autoexploración. (Tabla 1).2.2.3.- Hipótesis explicativaLos autorregistros mostraron claramente unarelación entre determinados estímulos y la
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184J. A. PENAaparición de las ¡deas hipocondríacas, definidaséstas como la preocupación por padecer uncáncer de mama y/o genital o, en su caso, otraenfermedad grave.Tabla 1.- AutorregistroDia/HoraSituación¿Quéestat»pasando?Emoción¿Cómomesiento?Pemamisnto¿Quéestoypensando?Conducta¿Quéhago?Para realizar el análisis funcional de estapaciente nos basamos en la propuesta de Avia(Ver Avia, 1993. pag. 124). Ponemos en negritalos componentes hipocondríacos en los tressistemas de respuesta:1.- Los antecedentes remotos parecen estarcentrados en el posible aprendizaje por mode-lado de la madre (según el marido, "unahipocondríaca").2.- C presentaba una preocupación impor-tante por la posibilidad de padecer un cáncer demama. Los antecedentes próximos de estapreocupación parecen encontrarse en la muertede una vecina de su pueblo a causa de estaenfermedad. A partir de este momento empie-zan a aparecer pensamientos relacionados conel tema (respuesta cognitíva). Estos la motivana consultar a su médico acerca de la posibilidadde estar desarrollando un tumor (respuestamotora). El médico la tranquiliza (reduce suansiedad). Esta momentánea tranquilidad actúacomo refuerzo de la conducta de visitar al médico(lo cual se hace frecuente) y, además, segeneraliza a otras conductas tendentes a redu-cir la ansiedad, como auto-explorarse (respues-ta motora). En este momento la secuenciaconductual sería como sigue:Estímulo (oír hablar de enfermedades, pelí-culas o noticias relacionadas, los hospitales ocentros de salud)Respuesta cognitiva ("creoque tengo un tumor", "tendré un cáncer^, etc.)——Respuesta fisiológica (aumento activación)——Respuesta motora (tocarse los pechos con lafinalidad de encontrar un bulto)—-Consecuencia(reducción momentánea de la ansiedad, queactúa como refuerzo negativo).Esta primera secuencia, bastante simple, secomplica cuando C empieza a interpretar pe-queños cambios en su organismo (respuestacognitiva), cambios que las personas "norma-les" apenas percibimos o no les prestamosatención, como indicativo del posible padeci-miento. Esto es coherente con las hipótesisactuales sobre la hipocondría que apuntan haciala hipervigilancia de las propias sensacionescorporales como un factor importante en eldesanrollo y mantenimiento de la enfermedad(Easterning y Leventhal, 1989; Warwick ySaikovskis, 1990; Hitchcock y Mathews, 1992;Avia, 1993). Además, la continua manipulaciónde sus senos le llegó a producir una importanteirritación y la aparición de hematomas en estazona, lo cual servía por sí mismo como estímulodesencadenante de las cogniciones hipo-condríacas y la posterior conducta de explora-ción.2.3.- TratamientoDespués de realizar el análisis funcional yformular la hipótesis explicativa del problema,elaboramos, junto con la paciente, una serie deobjetivos y establecimos los criterios de cum-plimiento de los mismos (el autor de estaslineas tiene como costumbre preguntar al pa-ciente "¿qué es exactamente lo que pretendesconseguir viniendo aquí?" y le pide que lo anoteen una hoja con la finalidad de establecer uncriterio de satisfacción subjetiva con la interven-ción).2.3.1.- Objetivos de la Intervención y criteriode consecución1.- Reducción del nivel general de ansiedad.La paciente debería evaluar su ansiedad generalpor debajo de "2" (se enseñó a la paciente amedir su ansiedad en USAs, pero en una escalade O a 10, ya que hemos comprobado en lapráctica que resulta más sencillo para los pa-cientes evaluarío de esta manera).
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TRATAMIENTO DE UN CASO DE HIPOCONDRÍA1852.- Desaparición de los rituales de auto-exploración mamaria. La paciente debería sercapaz de no tocarse los pechos, excepto unavez al mes, después de la menstruación. Enese momento se le permitía la auto-exploracióncon fines preventivos.3.- Detección y control de los pensamientoshipocondriacos (tener un cáncer u otra enferme-dad grave). El marido deberla infomnar de lafrecuencia de las quejas anotando éstas en undiario. También deberla disminuir la frecuenciade pensamientos en el autorregistro hasta unlímite que juzgáramos subjetivamente razonable(de acuerdo con la paciente). Este punto resultapolémico ya que una preocupación razonablepor la propia salud es absolutamente adaptativay su ausencia, peligrosa. Así mismo, existencircunstancias normales, como el embarazo(Fava, Grandi, Saviotti, Trombini y Orlandi, 1990),o condiciones de salud alterada en las que lapreocupación por llevar una dieta adecuada, odejar de fumar, o consultar al médico ante unsíntoma "real", u otras manifestaciones de esapreocupación, son conductas perfectamentesanas.4.- Desaparición de los rituales de compro-bación. Sólo debería comprobar el gas, laspuertas y la llave una vez.5.- Debería poder hablar con las vecinas,contemplar un programa de televisión o leer unarevista sobre enfemriedades sin experimentaransiedad.6.- Resistir el impulso de ir al médico excep-to cuando se tratara de un síntoma no relacio-nado con el cáncer de mama (no se contemplóla preocupación por el cáncer genital ya quepensamos que desaparecería con la simpleinformación del médico y con la pauta de ex-ploraciones programadas del ginecólogo).2.3.2.- Planificación de la IntervenciónPara la consecución de los objetivos pro-puestos se escogieron las siguientes estrate-gias:- Para el objetivo número 1: Entrenamientoen relajación progresiva. Se utilizó la versión deBemstein y Bori^ovec (1973).- Para los objetivos número 2 y 4: Exposicióncon prevención de respuesta.- Para el objetivo número 3: Información sobresu problema en términos conductuales. Utiliza-ción del autorregistro (ver tabla número 1). Paradade pensamiento (Bellack y Hersen, 1977). Re-estructuración cognitiva mediante reatribución yconfrontación con la realidad.- Para el objetivo número 5: Exposición invivo a las situaciones que le provocaban ansie-dad o disparaban los pensamientos sobre en-fennedades.- Para el último objetivo, hablamos con elmédico de cabecera y el ginecólogo instruyén-doles en el manejo de esta paciente: explica-ción clara de sus síntomas con visitas de re-visión programadas. También se explicó a lapaciente que no debería consultar a demanda,excepto en los casos previstos en que pudieraaparecer otra sintomatología distinta de la ob-jeto de modificación.Incluimos a C en un grupo de relajaciónbreve, que dirige la enfermera del centro desalud, para recibir entrenamiento en esta téc-nica. Se desanrolló paralelamente a la interven-ción individual durante las 4 primeras semanas(una sesión semanal).La intervención se prolongó durante tresmeses con un total de 7 sesiones en las quese fue desarrollando el programa previsto.2.3.3. Desarrollo de la Intervención sesión asesiónEn la primera sesión, después de la deevaluación se llevó a cabo la explicación deltrastorno de la paciente en términosconductuales. Se la tranquilizó sobre sus sín-tomas, partiendo de que su preocupación y suansiedad eran "reales", pero atribuyéndolos pocoa poco a procesos psicológicos y no a causasorgánicas. Utilizamos un modelo explicativosimilar al del pánico (Beck, 1988; Clarí<, 1987;Saikovskis y Claris, 1993). También se la ins-truyó en la técnica de exposición in vivo. Trasexplicarie sus fundamentos teóricos, se le pidióque pemnaneciera delante del espejo de suhabitación (donde solía realizar sus "toqueteos")durante dos horas en días altemos y con lacondición de "no tocarse" durante ese tiempo.Debería también registrar en un diario, que ledimos al efecto, la intensidad de la ansiedad alinicio y al final de cada sesión de auto-exposi-ción. Para los rituales de comprobación deberíatan sólo evitar hacerío, para lo cual se le sugirióque cada vez que apagara el gas, cerrara la
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186J. A. PENApuerta o metiera las llaves en el bolso, se dijeraa si misma "ya está hecho, no debo compro-barlo de nuevo". En caso de aparecer la tenden-cia a comprobar, sencillamente debería aguan-tar la ansiedad mediante un sencillo ejercicio derespiración y esperar a que descendiese.En la segunda sesión se observó que teníadificultades para prevenir la respuesta de tocar-se los pechos durante la tarea de exposición.Por lo que decidimos incluir un elemento dehabit reversal: se pidió a la paciente que iden-tificara el momento en que "se le disparaba lamano" y se le sugirió que realizara un movimien-to similar (mismo gesto, mismos grupos mus-culares) pero con un "objetivo diferente"; eneste caso se palpaba las dos manos entre sí.También modelamos en esta sesión la deten-ción de pensamiento. Realizamos el entrena-miento con la palabra "PARA" en voz alta y lalectura posterior de una tarjeta que elaboramosal efecto con un contenido agradable (descrip-ción de su hijo jugando con ella en el parque).Se le pidió que elaborara tres tarjetas más parala siguiente sesión y se le pidió que repitieraeste ejercicio en casa durante tres días, tras loscuales debía intentar hacerlo subvocalmente.Se le indicó que lo utilizara siempre que leviniera al pensamiento la idea de padecer uncáncer o de tocarse los pechos. Acabamos lasesión profundizando en el modelo explicativoque le habíamos propuesto y elaborando a la luzde las situaciones del auto-registro una interpre-tación más acorde de sus síntomas.En las siguientes sesiones (3 a 5) continua-mos con la reestructuración de sus creenciashipocondríacas aprovechando las situaciones queiban apareciendo en los registros.Entre la sesión 3 y 4 programamos una citaen la Asociación Española Contra el Cáncer(que además está frente a nuestro hospital) paraque hablara con un grupo de gente y visionaraun video educativo sobre el cáncer de mama.Entre las sesiones 4 y 5 debía realizarse unaexploración programada de sus senos, la cualrealizó sin experimentar ansiedad.Tras la sesión 5, repasamos las estrategiasde afrontamiento y pautamos la continuación delas tareas de exposición (una vez a la semana).Se volvieron a pasar el OCM, el BDI, el STAIy el EAE, así como la Entrevista de Barsky.Se programaron dos seguimientos a los tresy seis meses. El último seguimiento se realizópor teléfono hace algunos días.3.- RESULTADOSEn la evaluación pre-tratamiento los cuestio-narios arrojaron los siguientes datos (Tabla 2):Tabla 2.- Resultado de las evaluaciones prey post-tratamientoBDI (Inventarlo deDepresión de Beck)EAE (Escala de Actitudeshacia la enfermedad)OCM (Inventario Ot>sesivo-Compuíslvo del Maudsley)STAI (Ansiedad Rasgo)PRE36213PC. 60POST3165PC. 35El BDI confirmó lo observado durante laentrevista (P.D.= 6; depresión ausente). El OCMda una puntuación global de 13. Los ítemspositivos son los relacionados con conductasrituales de comprobación, miedo a las enferme-dades y miedo a contaminarse. Cuando se le pre-guntó en la sesión siguiente acerca de sus res-puestas al cuestionario, aclaró que el miedo quetenía no era a contaminarse o infectarse sinoa "coger una enfennedad". No efectúa ritualesde limpieza y los de comprobación son leves.El EAE anrojó una puntuación global de 62,indicativo de una hipocondría severa. Lossubfactores se presentan en la Tabla 3 (puntua-ciones directas).Tabla 3.- Escalas del EAEEscalaPreocupación por laenfermedadPreocupación por el dolorHábitos de saludCreencias hipocondriacasTanatoibbiaFobla a la enfermedadPreocupación por el cuerpoExperiencia con el tratamientoEfectos de los síntomasPre121088841240Post424020220
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TRATAMIENTO DE UN CASO DE HIPOCONDRÍA187En el STAI presentaba una ansiedad-rasgomoderadamente elevada (PC: 60). Por estemotivo incluimos en la intervención una estra-tegia de reducción de la ansiedad, concreta-mente la técnica de la relajación progresiva(Berstein y Borkovec, 1973).La entrevista estructurada de Barsky (1992)permitió confirmar el diagnóstico de hipocondríasiguiendo los criterios del DSM IV (la entrevistase basa en los criterios DSM lll-R; en este casohemos asumido la equivalencia).En la evaluación post-tratamiento se apreciaque, excepto el BDI que no se modificó (nuncaestuvo alterado), los demás autoinformes sugie-ren que los objetivos previstos se habían cum-plido. Las puntuaciones del EAE habían sufridoun considerable descenso (P.D.: 16), así comolas del OCM (P.D.: 5) y del STAI (P.C: 35) y,lo más importante, ya no cumplía los criteriosde hipocondría del DSM IV, demostrado a travésde la entrevista de Barsky.Los rituales de comprobación habían cedidodesde el principio y la preocupación por padecerun cáncer genital, como habíamos supuesto.desapareció sin intervenir (bastó la explicacióndel ginecólogo y la programación de visitassemestrales). En la cita que programamos enla Asociación Contra el Cáncer, nos sorprendiógratamente el hecho de que no experimentóapenas ansiedad y que, además, salió muyaliviada al darse cuenta que era capaz de pen-sar que "ella ya no tenía esos síntomas". Detodos modos, le pedimos que grabara algunosprogramas de televisión del tipo "Más vale pre-venir" y los visionara durante dos horas una veza la semana, así como que no evitara estosprogramas si le aparecían casualmente. Siexperimentaba ansiedad debería aplicar la rela-jación en su formato breve. La única condiciónque impusimos fue que no dejara de veríoshasta que no le desapareciera la posible ansie-dad. No hubo problemas al respecto. Las con-versaciones con las vecinas sobre estos temasdejaron de producirle malestar, e incluso llegóa comentamos que "eran unas hipocondríacas".En el primer seguimiento al mes, continuabaasintomática, aunque estaba preocupada porproblemas laborales. Continuaba utilizando la re-TAREAS DE AUTOEXPOSiaÓN- • — Ah4SIEDAD AL INIOO-=^ Ah4SIEDAD AL RNAL6789SESIONES12 1315Figura 1.
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188J. A. PENAlajacjón y se exponía tal y como habíamosprevisto. Había realizado otra auto-exploracióndespués de la menstruación sin experimentaransiedad alguna. Los registros no mostrabanninguna alteración importante: había hecho tresanotaciones en todo el mes coincidiendo con lanoticia de una enfermedad de un familiar, quehabía afrontado adecuadamente. Su maridoconfimnó la mejoría y nos explicó que "ya nodaba tanto la lata a sus hijos".Entre este primer seguimiento y el segundoque se había programado, C volvió a consultarpor encontrarse nerviosa y preocupada. Estossíntomas coincidían con haber tenido que dejarde trabajar y tener que acompañar a su suegroal IVO (Instituto Valenciano de Oncología). Nohabían reaparecido los rituales, pero estabadisgustada y tenía miedo de recaer. Se la tran-quilizó al respecto y se repasaron las estrate-gias que había aprendido durante la interven-ción. Un mes después se encontraba bien.La ansiedad, como se ponía de manifiestoa través de los registros de auto-exposición,había ido descendiendo, más al principio, y semantenía por debajo de la puntuación "2" (Fi-gura 1). Del mismo modo, la frecuencia deaparición de las ideas hipocondriacas se encon-traba muy disminuida, excepto el cuarto mes enque se observa, a través de los autorregistros,una leve subida a consecuencia de la noticia dela enfermedad de su suegro.Es interesante observar el espectaculardescenso en la frecuencia de los rituales deautoexploración mamaria (Figura 2). La merainstrucción de intentar no tocarse los pechoshabía tenido un efecto de reducción de la fre-cuencia de 8 ó 10 al día cuando llegó a consulta,a tan sólo 5 durante esa primera semana deregistro. Esta reducción continuó con las sesio-nes de auto-exposición y se mantuvo a O du-rante todo el seguimiento.En los seguimientos posteriores no se efec-tuó ningún registro formal, pero consideramoscomo válida la información del paciente a travésde sus respuestas a una entrevista habitual ennuestro trabajo en la que confirmaba el mante-nimiento de la mejoría. Sí se mantuvieron losregistros de pensamientos hipocondríacos, queno revelan ninguna alteración.60 TFRECUENCIA DEL RITUALUNEABASE34TRATAMIENTO1*MES 3* MES 6«MESSEGUIMIENTOFigura 2.-
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TRATAMIENTO DE UN CASO DE HIPOCONDRÍA189En el seguimiento telefónico que se llevó acabo apenas hace unos días, C nos confirmóque continuaba perfectamente.4.- DISCUSIÓNComo mencionamos en la introducción, lahipocondría es, en ocasiones, difícil de distin-guir clínicamente del trastorno obsesivo-compulsivo. Estas ocasiones son, a nuestrojuicio, aquellas en las que la conducta de en-femnedad adquiere una forma particularmenteritualística. El caso que hemos presentado esun ejemplo de lo anterior. Nuestra pacientemostraba una conducta ritual, la auto-explora-ción, como respuesta a una obsesión, tener uncáncer. Visto así, el diagnóstico más probablehabría de ser el de TOC. Sin embargo, C pre-sentaba también otros componentes típicos deltrastorno hipocondríaco, además de la preocu-pación por tener una enfemnedad grave, comola reaparición de estas preocupaciones a pesarde las explicaciones médicas, la interpretaciónde signos o síntomas corporales como una señaldel padecimiento, el temor a la enfermedad, ylas conductas propias de un enfermo, comovisitar al médico o explorarse con fines auto-diagnósticos.De otro lado, según el DSM IV (APA, 1994),sólo debe realizarse un diagnóstico de TOC sílas obsesiones o compulsiones no se restringena preocupaciones por una enfermedad. En estecaso, aunque existían otros comportamientosobsesivos, como rituales de comprobación le-ves, estos no eran lo suficientemente gravescomo para justificar este diagnóstico.Desde el ángulo inverso, en el TOC se dancon frecuencia conductas típicas de enferme-dad. Recientemente, Savron, Fava, Grandi,Rafanelli, Raffi, y Belluardo (1996), analizan enun estudio las relaciones entre el TOC y lahipocondría mediante la administración del EAEa pacientes obsesivo-compulsivos y controlesnormales. Los resultados indican una conductade enfermedad levemente alterada en los pa-cientes obsesivos, que obtuvieron mayorespuntuaciones en las escalas, pero con débilcorrelación entre los miedos y las creenciashipocondríacas y la temática de ios síntomasobsesivo-compulsivos.En cuanto al tratamiento seguido en el pre-sente caso, se llevó a cabo partiendo del aná-lisis funcional, enriquecido éste con las aporta-ciones del modelo explicativo cognitivo, seconsiguieron los objetivos previstos, y en elseguimiento, se apreció una clara estabilidad dela mejoría. Esos cambios los atribuimos a laintervención.Al margen del diagnóstico psiquiátrico, des-de la óptica de la terapia cognitivo-conductual,la estrecha relación entre evaluación y trata-miento permite no sólo identificar las variablesdependientes, sino diseñar un plan de interven-ción individual para cada paciente y evaluarlo deforma continuada lo cual, además, nos permiterevisar y modificar nuestras hipótesis y/o revisary modificar las estrategias de intervención conla finalidad de adaptarlas a nuestro paciente, asu problema concreto, a sus circunstanciaspersonales, a su ambiente particular y al espe-cial desan-ollo de la intervención. En el trata-miento de C, podemos observar cómo se inten-tan cumplir estas máximas:1.- Se diseñó el programa de intervención(con la colaboración de la propia paciente)escogiendo las técnicas que consideramos máseficaces para modificar las conductas anómalasque fueron perfilándose a través del análisis dela conducta de C. En concreto, basamos nues-tro trabajo en una técnica sobre cuya eficaciahay pocas dudas: la exposición con prevenciónde respuesta.2.- Se utilizaron medidas continuas, como elregistro de conductas (autorregistro en este caso)que permiten observar los cambios que acon-tecen, tanto en las variables dependientes, comoen otras circunstancias del sujeto que puedaninteractuar con ellas.3.- Se modificó el programa atendiendo a lasespeciales dificultades que iban surgiendo. Porejemplo, se añadió una técnica, el habit reversal,para facilitar el cumplimiento de la prevenciónde respuesta, cuando observamos que éstaresultaba problemática.Nótese que el número de sesiones fue mí-nimo (7 sesiones de 30 minutos), se utilizarontécnicas especificas (la exposición con preven-ción de respuesta) y el resultado fue satisfac-torio en un caso, la hipocondría, de considerablegravedad y repercusión individual y socio-sani-taria. En el contexto de un servicio público desalud mental resulta alentador pensar que untrastomo como éste pueda ser abordado concierta eficacia, atendiendo a la especial sitúa-
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190J. A. PENAcjón de presión asjstencial, con una interven-ción corta y relativamente sencilla.Para finalizar, ai margen de estas últimasconsideraciones, el caso que hemos descritonos hace pensar que, en los pacientes hipocon-driacos en los que el componente fundamentales el conductual, las técnicas de exposición,dentro de un programa más amplio que contem-ple el mayor número de variables problema delsujeto, son las más adecuadas, y que contri-buyen indirectamente a propiciar los cambioscognitivos necesarios relacionados con la per-cepción de enfermedad, sin necesidad de uti-lizar estrategias cognitivas más complejas yelaboradas, que deberíamos reservar para loscasos en que el trastorno pueda estar másrelacionado con una alteración perceptivo-atendonal.REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICASAmerican Psychlatrlc Association (1994).Diagnostic and Statistical Manual of MentalDisorders (4' edición) (DSM tV). Washington,DO: APA.Avia, M.D. (1993). Hipocondría. Barcelona: MartínezRoca.Barsky, A.J., Qeary, P.D., Wyshak, G., Spitzer, R.,Williams, J. y Klerman, G. (1992). A stmctureddiagnostic interview for hypochondríasis: aproposed críterion standard. Journal ofNervousand Mental Health. 180. 20-27.Beck. A. T., Rush, J., Shaw, B. y Emery, G. (1983).Templa Cognitiva de la Depresión. Bilbao:DDB.Beck, A.T. (1988). Cognitíve appproaches to panicdisorders: theory and therapy. En S. Rachmany J.D. Maser (eds), Panic: psyhcologicalperspectives. Hillsdale, Nueva Jersey, L.E.A.Bellack, A.S., y Hersen, IVI.H. (1977). BehaviourModification: an introductory textbook. TheWilliams and Wiikins Co.Bemstein D.A. y Borkovec T.D. (1973). ProgressiveRelaxation Training. Research Press.Clark, D.M. (1988). A cognitíve model of panicattacks. En Rachman, S., y Maser, J.D. (eds.),Panic: Psychological Perspectives. ErlbaumHillsdale.Easterning, D. y Leventhal, H. (1989). Thecontribution of concrete cognitíon to emotíon:neutral symptoms as elicitors of worry aboutcáncer. Journal of Applied Psychology, 74, 787-796.Fava, G., Grandl, S., Michelacci, L., Savtotti, F., Conti,S., Bovicelli, L., Trombini, G., y Oríandi, C.(1990). Hipocondriacal fears and beliefs inpregnacy. Acta Psychlatrica Scandinavlca. 82.70-72.Hítchcock, P.B., y Mathews, A. (1992). Interpretattonof bodily symptoms in hypocondríasis. BehaviorResearh and Therapy. 30 (3), 223-234.Kellner, R. (1986). Somatlzatlon and hypo-chondríasis. Nueva York: Praeger.Martínez y Botella (1996). Evaluación y tratamientopsicológico de la hipocondría: revisión y aná-lisis crítico. Psicología Conductual. 4. 1, 29-62.Saikovskís, P.M., y Clark, D.M. (1993). Panicdísorder and hypochondríasis. Advancesin Behaviour Research and Therapy. 15. 23-48.Savron, G., Fava, QA, Grandl, S., Rafanelli, C, Ftaffi,A.R., y Belluardo, P (1996). Fears and hypo-chodrlacal beliefs In obssesive-compulsivedisorder. Acta Psychlatríca Scandinavlca 93 (5):345-348.Wanwíck, H., y Saikovskís, P. (1990). Hypo-condríasis. Behavior Research and Therapy.28. 105-117.

se relata la intervención realizada en un caso de trastorno hipocondríaco en el quela paciente, una mujer joven, presenta una preocupación mortwsa por la posibilidadde padecer un cáncer de manía y/o genital. Esta preocupación le provocaba unaconsiderable ansiedad, la cual reducía a través de un comportamiento compulsivo deauto-exploración mamaría, que llegó a ocasionaría problemas físicos en los senos.Se ejemplifica la aplicación de un programa multicomponente en el que se combi-naron estrategias de exposición con prevención de respuesta, habit reversal y técni-cas de reducción de ansiedad, asi como un componente cognitivo que se desarrollóa lo largo de todas las sesiones. Se expone también la dificultad que sobreviene enocasiones para establecer el diagnóstico diferencial entre la hipocondría y el trastornoobsesivo-compulsivo.Palabras clave: Estudio de caso; hipocondría; trastorno obsesivo-compulsivo; ri-tuales; exposición con prevención de respuesta.ABSTRACTThe psychological intervention in a case of hypochondríasis with an obsessivecomponent is presented. The patient was a young female with a mortiid preoccupationabout the possibility of having a breast and/or genital cáncer. This preoccupation wasmaking her considerabily anxious, and she tríed to reduced such anxiety by compulsivelychecl--------------------------------------------------------------------------------
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182J. A. PENA1. INTRODUCCIÓNLa hipocondría se describe en el DSM IV(APA, 1995) como preocupación por el miedoa tener, o la convicción de padecer, una enfer-medad grave a partir de la interpretación perso-nal de síntomas somáticos (Criterio A). El Cri-terio B se refiere a que la preocupación persistea pesar de las exploraciones y explicacionesmédicas apropiadas.A pesar de ser éste un desorden conocidohace cientos de años, su consideración comoun trastorno de muy difícil tratamiento ha sidola idea predominante hasta la actualidad. En losúltimos 30 años el abordaje de la conductaanonnal de enfermedad ha resurgido poderosa-mente desde la óptica cognitivo-conductual,motivado en parte por el éxito terapéutico ob-tenido desde este modelo en otros trastomospsicológicos y coincidiendo, sin duda, con lanecesidad que plantea el tratamiento de un tipode psicopatología que ocasiona una considera-ble repercusión sobre los costos (económicosy en otros recursos) y en la dinámica de losservicios de asistencia sanitaria (Martínez yBotella, 1996).Precisamente, desde un servicio de saludpúblico se plantea la intervención que relatamosa continuación y de la que quisiéramos resaltarla brevedad en tiempo y número de sesiones,con lo que ello supone de alivio relativo a lapresión asistencial a la que normalmente nosvemos sometidos en este contexto de atenciónsanitaria.En el caso que nos ocupa, se cumplen loscriterios a los que aludíamos al principio. Tam-bién el diagnóstico diferencial con el trastomodelirante, el trastomo dismórfico corporal y lostrastornos de ansiedad. Sin embargo, comoveremos en la presentación clínica, la distincióncon respecto al trastomo obsesivo-compulsivono resulta tan sencilla. En ambos supuestos seda un componente fóbico: el miedo a la enfer-medad, y también en ambos casos se danconductas de evitación (o rituales conjugatoríos).El modelo conductual del miedo postula que elmantenimiento de éste se produce por la reduc-ción de la activación mediante el reforzamientonegativo de la conducta de evitación. En eltrastomo obsesivo, el papel reductor de la an-siedad que produce la idea obsesiva (p. ej., elmiedo a contaminarse), lo cumple el ritualcompulsivo (lavarse). En el caso de la hipocon-dría, sobre todo cuando el componente predo-minante es el miedo a la enfermedad o el dolor,la reducción de la activación asociada a esemiedo, se produce al ejecutar algún componen-te "ritual" como ir al médico, solicitar infomna-ción sobre la supuesta enfermedad o, como enel sujeto que nos ocupa, la auto-exploración confines tranquilizadores. Este fue el motivo prin-cipal por el que abordamos este caso con unatécnica, la exposición con prevención de res-puesta, que es precisamente la intervención"estrella" en los trastomos obsesivo-compulsivos.En cualquier caso, y aunque el diagnósticopsiquiátrico es necesario (incluso imprescindi-ble en determinados ámbitos), lo que debe, anuestro juicio, dirigir fundamentalmente la inter-vención, son los resultados del análisis funcio-nal de las conductas desadaptadas que llevanal paciente a la consulta y que, en último caso,se llamen como se llamen, producen un males-tar signifícativo en nuestro paciente y han de serabordadas mediante las estrategias de quedispongamos y sepamos resultan eficaces parasu problema concreto.2. MÉTODO2.1. Sujeto"C" es una mujer de 32 años de edad, casaday con dos hijos pequeños que vive en una pequeñapoblación cercana a nuestra ciudad. Tieneestudios primarios y es operaria de una fábrica.Acude a nuestro servicio remitida por elmédico de cabecera que habla pautadoFluvoxamina 50 mg./día, y con un diagnósticode sospecha de obsesiones hipocondriacas.Nacida a término, deambula y habla a laedad nomnal. El resto de su desanollo psicomotory el del control de esfínteres es evolutivamenteadecuado. No recuerda enfermedades graves enla infancia y se describe como una niña normal,mala estudiante, pero bien adaptada a la vidasocial y familiar. Conoce a su marido a los 16años y se casa a los 22. Tiene dos partosnormales. No padece alergias u otras enferme-dades conocidas y no tiene antecedentes psi-cológicos o psiquiátricos (exceptuando el trata-miento del médico de cabecera).Relata que desde hace algunos meses tiene"obsesión" por la salud de su marido e hijos,pensando que les puede ocunir algo grave,exagerando una simple calda o un resfriado.
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TRATAMIENTO DE UN CASO DE HIPOCONDRÍA183A raíz de la muerte de una chica del pueblo,a consecuencia de un cáncer de mama, co-mienza a tocarse los pechos y los genitales"buscando algún bulto o quiste". Piensa queella 'lambién va a tener un cáncer^.Preguntada por los antecedentes en la fami-lia de enfemiedades o trastornos psicológicosno recuerda ningún dato de interés. Sin embar-go, su marido nos contará posteriormente quesu madre es (textualmente) "una hipocondríaca".2.2.- EvaluaciónEn este apartado incluimos la entrevista conla paciente, la evaluación mediante autoinfontiesy autorregistros, los resultados de una entrevis-ta estructurada y la hipótesis sobre el problema.Para el diagnóstico psiquiátrico nos regimos porel Manual Diagnóstico y Estadístico de losTrastomos Mentales ÍV Edición (APA, 1995).2.2.1.- Entrevista con la pacientoEn el momento de la primera entrevista O seencuentra eutímica, indica que no toma lamedicación, y mantiene un nivel de ansiedadgeneral leve.Describe su problema como "siempre tengoque estar tocándome los pechos y mirándomebajo". Piensa que va a tener un cáncer "comola chica del pueblo". Cuando el médico la tran-quiliza sobre sus síntomas, está mejor duranteunos días, tras los cuales, reaparece la preocu-pación.Exagera cualquier síntoma de los hijos yestá muy encima de ellos. Se preocupa si lle-gan tarde o no sabe donde están.Se realiza una entrevista de screening y seplantea el diagnóstico diferencial con el trastor-no de ansiedad generalizada y el trastornoobsesivo-compulsivo. No presenta alteracionesdel estado de ánimo, la percepción, el juicio oel curso del pensamiento. En cuanto al conte-nido del pensamiento, C presenta una preocu-pación excesiva por la posibilidad de tener uncáncer (de mama o genital). Estas ideas notienen en ningún momento carácter delirante.Realiza conductas compulsivas de auto-explo-ración mamaria con la finalidad de encontraralgún bulto u otra sefíal que le "confimie eldiagnóstico". La frecuencia e intensidad de estaconducta ha llegado a producirle hematomas einitación, lo cual, a su vez, aumenta la preocu-pación y le hace tocarse con más frecuencia.No hay alteraciones del sueño o el apetito.Presenta una leve ansiedad flotante y, ocasio-nalmente, siente nauseas por la mañana. Elaumento de ansiedad coincide con pequeñaspreocupaciones cotidianas y con la exposicióna estímulos que le recuerdan enfemiedades(películas, conversaciones con vecinas, visitasal médico con los niños, hospitales, etc.). Eje-cuta algunos rituales de comprobación (puertas,llaves y gas), de intensidad subdínica.La entrevista con el marido confirma lo ex-puesto por la paciente. Adopta una actitudtolerante con el problema de C y se muestradispuesto a colaborar. Nos cuenta también,como hemos comentado antes, que ia madrede la paciente está continuamente quejándosey verbalizando que tiene tal o cual enfennedad:"es muy aficionada a ir al médico". Confimnatambién que C se preocupa en exceso por losproblemas más nimios y que, últimamente, estámás nerviosa. La vida de relación, la conductasexual y el nivel de actividad son buenos.2.2.2.- Entrevista estructurada, autoinformesy autooliservaciónEn primer lugar se le aplicó:- Entrevista Diagnóstica Estructurada para eldiagnóstico de hipocondría (Barsky y coi., 1992).Se solicitó de la paciente que cumplimentaralos siguientes cuestionarios:- EAE. Escaia de Actitudes ante la Enfer-medad (Kellner, 1986).- Inventarío de Depresión de Beck (1983).- OCM. Inventario obsesivo compulsivo delMaudsley (Hodgson y Rachman, 1977).- STAI. Inventarío de Ansiedad Estado-Ras-go (Spielberger, 1977). Sólo se aplicó la parteB, correspondiente a la ansiedad-rasgo.Al finalizar la sesión se le entregó a la pa-ciente un registro de autoobservación que ela-boramos ad hoc donde debfa anotar las inciden-cias relacionadas con su problema, especiaí-mente los pensamientos sobre enfermedades ylas conductas de autoexploración. (Tabla 1).2.2.3.- Hipótesis explicativaLos autorregistros mostraron claramente unarelación entre determinados estímulos y la
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184J. A. PENAaparición de las ¡deas hipocondríacas, definidaséstas como la preocupación por padecer uncáncer de mama y/o genital o, en su caso, otraenfermedad grave.Tabla 1.- AutorregistroDia/HoraSituación¿Quéestat»pasando?Emoción¿Cómomesiento?Pemamisnto¿Quéestoypensando?Conducta¿Quéhago?Para realizar el análisis funcional de estapaciente nos basamos en la propuesta de Avia(Ver Avia, 1993. pag. 124). Ponemos en negritalos componentes hipocondríacos en los tressistemas de respuesta:1.- Los antecedentes remotos parecen estarcentrados en el posible aprendizaje por mode-lado de la madre (según el marido, "unahipocondríaca").2.- C presentaba una preocupación impor-tante por la posibilidad de padecer un cáncer demama. Los antecedentes próximos de estapreocupación parecen encontrarse en la muertede una vecina de su pueblo a causa de estaenfermedad. A partir de este momento empie-zan a aparecer pensamientos relacionados conel tema (respuesta cognitíva). Estos la motivana consultar a su médico acerca de la posibilidadde estar desarrollando un tumor (respuestamotora). El médico la tranquiliza (reduce suansiedad). Esta momentánea tranquilidad actúacomo refuerzo de la conducta de visitar al médico(lo cual se hace frecuente) y, además, segeneraliza a otras conductas tendentes a redu-cir la ansiedad, como auto-explorarse (respues-ta motora). En este momento la secuenciaconductual sería como sigue:Estímulo (oír hablar de enfermedades, pelí-culas o noticias relacionadas, los hospitales ocentros de salud)Respuesta cognitiva ("creoque tengo un tumor", "tendré un cáncer^, etc.)——Respuesta fisiológica (aumento activación)——Respuesta motora (tocarse los pechos con lafinalidad de encontrar un bulto)—-Consecuencia(reducción momentánea de la ansiedad, queactúa como refuerzo negativo).Esta primera secuencia, bastante simple, secomplica cuando C empieza a interpretar pe-queños cambios en su organismo (respuestacognitiva), cambios que las personas "norma-les" apenas percibimos o no les prestamosatención, como indicativo del posible padeci-miento. Esto es coherente con las hipótesisactuales sobre la hipocondría que apuntan haciala hipervigilancia de las propias sensacionescorporales como un factor importante en eldesanrollo y mantenimiento de la enfermedad(Easterning y Leventhal, 1989; Warwick ySaikovskis, 1990; Hitchcock y Mathews, 1992;Avia, 1993). Además, la continua manipulaciónde sus senos le llegó a producir una importanteirritación y la aparición de hematomas en estazona, lo cual servía por sí mismo como estímulodesencadenante de las cogniciones hipo-condríacas y la posterior conducta de explora-ción.2.3.- TratamientoDespués de realizar el análisis funcional yformular la hipótesis explicativa del problema,elaboramos, junto con la paciente, una serie deobjetivos y establecimos los criterios de cum-plimiento de los mismos (el autor de estaslineas tiene como costumbre preguntar al pa-ciente "¿qué es exactamente lo que pretendesconseguir viniendo aquí?" y le pide que lo anoteen una hoja con la finalidad de establecer uncriterio de satisfacción subjetiva con la interven-ción).2.3.1.- Objetivos de la Intervención y criteriode consecución1.- Reducción del nivel general de ansiedad.La paciente debería evaluar su ansiedad generalpor debajo de "2" (se enseñó a la paciente amedir su ansiedad en USAs, pero en una escalade O a 10, ya que hemos comprobado en lapráctica que resulta más sencillo para los pa-cientes evaluarío de esta manera).
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TRATAMIENTO DE UN CASO DE HIPOCONDRÍA1852.- Desaparición de los rituales de auto-exploración mamaria. La paciente debería sercapaz de no tocarse los pechos, excepto unavez al mes, después de la menstruación. Enese momento se le permitía la auto-exploracióncon fines preventivos.3.- Detección y control de los pensamientoshipocondriacos (tener un cáncer u otra enferme-dad grave). El marido deberla infomnar de lafrecuencia de las quejas anotando éstas en undiario. También deberla disminuir la frecuenciade pensamientos en el autorregistro hasta unlímite que juzgáramos subjetivamente razonable(de acuerdo con la paciente). Este punto resultapolémico ya que una preocupación razonablepor la propia salud es absolutamente adaptativay su ausencia, peligrosa. Así mismo, existencircunstancias normales, como el embarazo(Fava, Grandi, Saviotti, Trombini y Orlandi, 1990),o condiciones de salud alterada en las que lapreocupación por llevar una dieta adecuada, odejar de fumar, o consultar al médico ante unsíntoma "real", u otras manifestaciones de esapreocupación, son conductas perfectamentesanas.4.- Desaparición de los rituales de compro-bación. Sólo debería comprobar el gas, laspuertas y la llave una vez.5.- Debería poder hablar con las vecinas,contemplar un programa de televisión o leer unarevista sobre enfemriedades sin experimentaransiedad.6.- Resistir el impulso de ir al médico excep-to cuando se tratara de un síntoma no relacio-nado con el cáncer de mama (no se contemplóla preocupación por el cáncer genital ya quepensamos que desaparecería con la simpleinformación del médico y con la pauta de ex-ploraciones programadas del ginecólogo).2.3.2.- Planificación de la IntervenciónPara la consecución de los objetivos pro-puestos se escogieron las siguientes estrate-gias:- Para el objetivo número 1: Entrenamientoen relajación progresiva. Se utilizó la versión deBemstein y Bori^ovec (1973).- Para los objetivos número 2 y 4: Exposicióncon prevención de respuesta.- Para el objetivo número 3: Información sobresu problema en términos conductuales. Utiliza-ción del autorregistro (ver tabla número 1). Paradade pensamiento (Bellack y Hersen, 1977). Re-estructuración cognitiva mediante reatribución yconfrontación con la realidad.- Para el objetivo número 5: Exposición invivo a las situaciones que le provocaban ansie-dad o disparaban los pensamientos sobre en-fennedades.- Para el último objetivo, hablamos con elmédico de cabecera y el ginecólogo instruyén-doles en el manejo de esta paciente: explica-ción clara de sus síntomas con visitas de re-visión programadas. También se explicó a lapaciente que no debería consultar a demanda,excepto en los casos previstos en que pudieraaparecer otra sintomatología distinta de la ob-jeto de modificación.Incluimos a C en un grupo de relajaciónbreve, que dirige la enfermera del centro desalud, para recibir entrenamiento en esta téc-nica. Se desanrolló paralelamente a la interven-ción individual durante las 4 primeras semanas(una sesión semanal).La intervención se prolongó durante tresmeses con un total de 7 sesiones en las quese fue desarrollando el programa previsto.2.3.3. Desarrollo de la Intervención sesión asesiónEn la primera sesión, después de la deevaluación se llevó a cabo la explicación deltrastorno de la paciente en términosconductuales. Se la tranquilizó sobre sus sín-tomas, partiendo de que su preocupación y suansiedad eran "reales", pero atribuyéndolos pocoa poco a procesos psicológicos y no a causasorgánicas. Utilizamos un modelo explicativosimilar al del pánico (Beck, 1988; Clarí<, 1987;Saikovskis y Claris, 1993). También se la ins-truyó en la técnica de exposición in vivo. Trasexplicarie sus fundamentos teóricos, se le pidióque pemnaneciera delante del espejo de suhabitación (donde solía realizar sus "toqueteos")durante dos horas en días altemos y con lacondición de "no tocarse" durante ese tiempo.Debería también registrar en un diario, que ledimos al efecto, la intensidad de la ansiedad alinicio y al final de cada sesión de auto-exposi-ción. Para los rituales de comprobación deberíatan sólo evitar hacerío, para lo cual se le sugirióque cada vez que apagara el gas, cerrara la
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186J. A. PENApuerta o metiera las llaves en el bolso, se dijeraa si misma "ya está hecho, no debo compro-barlo de nuevo". En caso de aparecer la tenden-cia a comprobar, sencillamente debería aguan-tar la ansiedad mediante un sencillo ejercicio derespiración y esperar a que descendiese.En la segunda sesión se observó que teníadificultades para prevenir la respuesta de tocar-se los pechos durante la tarea de exposición.Por lo que decidimos incluir un elemento dehabit reversal: se pidió a la paciente que iden-tificara el momento en que "se le disparaba lamano" y se le sugirió que realizara un movimien-to similar (mismo gesto, mismos grupos mus-culares) pero con un "objetivo diferente"; eneste caso se palpaba las dos manos entre sí.También modelamos en esta sesión la deten-ción de pensamiento. Realizamos el entrena-miento con la palabra "PARA" en voz alta y lalectura posterior de una tarjeta que elaboramosal efecto con un contenido agradable (descrip-ción de su hijo jugando con ella en el parque).Se le pidió que elaborara tres tarjetas más parala siguiente sesión y se le pidió que repitieraeste ejercicio en casa durante tres días, tras loscuales debía intentar hacerlo subvocalmente.Se le indicó que lo utilizara siempre que leviniera al pensamiento la idea de padecer uncáncer o de tocarse los pechos. Acabamos lasesión profundizando en el modelo explicativoque le habíamos propuesto y elaborando a la luzde las situaciones del auto-registro una interpre-tación más acorde de sus síntomas.En las siguientes sesiones (3 a 5) continua-mos con la reestructuración de sus creenciashipocondríacas aprovechando las situaciones queiban apareciendo en los registros.Entre la sesión 3 y 4 programamos una citaen la Asociación Española Contra el Cáncer(que además está frente a nuestro hospital) paraque hablara con un grupo de gente y visionaraun video educativo sobre el cáncer de mama.Entre las sesiones 4 y 5 debía realizarse unaexploración programada de sus senos, la cualrealizó sin experimentar ansiedad.Tras la sesión 5, repasamos las estrategiasde afrontamiento y pautamos la continuación delas tareas de exposición (una vez a la semana).Se volvieron a pasar el OCM, el BDI, el STAIy el EAE, así como la Entrevista de Barsky.Se programaron dos seguimientos a los tresy seis meses. El último seguimiento se realizópor teléfono hace algunos días.3.- RESULTADOSEn la evaluación pre-tratamiento los cuestio-narios arrojaron los siguientes datos (Tabla 2):Tabla 2.- Resultado de las evaluaciones prey post-tratamientoBDI (Inventarlo deDepresión de Beck)EAE (Escala de Actitudeshacia la enfermedad)OCM (Inventario Ot>sesivo-Compuíslvo del Maudsley)STAI (Ansiedad Rasgo)PRE36213PC. 60POST3165PC. 35El BDI confirmó lo observado durante laentrevista (P.D.= 6; depresión ausente). El OCMda una puntuación global de 13. Los ítemspositivos son los relacionados con conductasrituales de comprobación, miedo a las enferme-dades y miedo a contaminarse. Cuando se le pre-guntó en la sesión siguiente acerca de sus res-puestas al cuestionario, aclaró que el miedo quetenía no era a contaminarse o infectarse sinoa "coger una enfennedad". No efectúa ritualesde limpieza y los de comprobación son leves.El EAE anrojó una puntuación global de 62,indicativo de una hipocondría severa. Lossubfactores se presentan en la Tabla 3 (puntua-ciones directas).Tabla 3.- Escalas del EAEEscalaPreocupación por laenfermedadPreocupación por el dolorHábitos de saludCreencias hipocondriacasTanatoibbiaFobla a la enfermedadPreocupación por el cuerpoExperiencia con el tratamientoEfectos de los síntomasPre121088841240Post424020220
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TRATAMIENTO DE UN CASO DE HIPOCONDRÍA187En el STAI presentaba una ansiedad-rasgomoderadamente elevada (PC: 60). Por estemotivo incluimos en la intervención una estra-tegia de reducción de la ansiedad, concreta-mente la técnica de la relajación progresiva(Berstein y Borkovec, 1973).La entrevista estructurada de Barsky (1992)permitió confirmar el diagnóstico de hipocondríasiguiendo los criterios del DSM IV (la entrevistase basa en los criterios DSM lll-R; en este casohemos asumido la equivalencia).En la evaluación post-tratamiento se apreciaque, excepto el BDI que no se modificó (nuncaestuvo alterado), los demás autoinformes sugie-ren que los objetivos previstos se habían cum-plido. Las puntuaciones del EAE habían sufridoun considerable descenso (P.D.: 16), así comolas del OCM (P.D.: 5) y del STAI (P.C: 35) y,lo más importante, ya no cumplía los criteriosde hipocondría del DSM IV, demostrado a travésde la entrevista de Barsky.Los rituales de comprobación habían cedidodesde el principio y la preocupación por padecerun cáncer genital, como habíamos supuesto.desapareció sin intervenir (bastó la explicacióndel ginecólogo y la programación de visitas semestrales). En la cita que programamos enla Asociación Contra el Cáncer, nos sorprendió gratamente el hecho de que no experimentó apenas ansiedad y que, además, salió muy aliviada al darse cuenta que era capaz de pen-sar que "ella ya no tenía esos síntomas". Detodos modos, le pedimos que grabara algunosprogramas de televisión del tipo "Más vale pre-venir" y los visionara durante dos horas una veza la semana, así como que no evitara estosprogramas si le aparecían casualmente. Siexperimentaba ansiedad debería aplicar la rela-jación en su formato breve. La única condiciónque impusimos fue que no dejara de veríoshasta que no le desapareciera la posible ansie-dad. No hubo problemas al respecto. Las con-versaciones con las vecinas sobre estos temasdejaron de producirle malestar, e incluso llegó comentamos que "eran unas hipocondríacas".En el primer seguimiento al mes, continuabaasintomática, aunque estaba preocupada porproblemas laborales. Continuaba utilizando la re-TAREAS DE AUTOEXPOSiaÓN- • — Ah4SIEDAD AL INIOO-=^ Ah4SIEDAD AL RNAL6789SESIONES12 1315Figura 1.
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188J. A. PENAlajacjón y se exponía tal y como habíamosprevisto. Había realizado otra auto-exploracióndespués de la menstruación sin experimentaransiedad alguna. Los registros no mostrabanninguna alteración importante: había hecho tresanotaciones en todo el mes coincidiendo con lanoticia de una enfermedad de un familiar, quehabía afrontado adecuadamente. Su maridoconfimnó la mejoría y nos explicó que "ya nodaba tanto la lata a sus hijos".Entre este primer seguimiento y el segundoque se había programado, C volvió a consultarpor encontrarse nerviosa y preocupada. Estossíntomas coincidían con haber tenido que dejarde trabajar y tener que acompañar a su suegroal IVO (Instituto Valenciano de Oncología). Nohabían reaparecido los rituales, pero estabadisgustada y tenía miedo de recaer. Se la tranquilizó al respecto y se repasaron las estrate-gias que había aprendido durante la intervención. Un mes después se encontraba bien.La ansiedad, como se ponía de manifiestoa través de los registros de autoexposición,había ido descendiendo, más al principio, y semantenía por debajo de la puntuación "2" (Fi-gura 1). Del mismo modo, la frecuencia deaparición de las ideas hipocondriacas se encon-traba muy disminuida, excepto el cuarto mes enque se observa, a través de los autorregistros,una leve subida a consecuencia de la noticia dela enfermedad de su suegro.Es interesante observar el espectaculardescenso en la frecuencia de los rituales deautoexploración mamaria (Figura 2). La merainstrucción de intentar no tocarse los pechos había tenido un efecto de reducción de la frecuencia de 8 ó 10 al día cuando llegó a consulta,a tan sólo 5 durante esa primera semana deregistro. Esta reducción continuó con las sesio-nes de auto-exposición y se mantuvo a O du-rante todo el seguimiento.En los seguimientos posteriores no se efec-tuó ningún registro formal, pero consideramoscomo válida la información del paciente a travésde sus respuestas a una entrevista habitual ennuestro trabajo en la que confirmaba el mante-nimiento de la mejoría. Sí se mantuvieron losregistros de pensamientos hipocondríacos, queno revelan ninguna alteración.60 TFRECUENCIA DEL RITUALUNEABASE34TRATAMIENTO1*MES 3* MES 6«MESSEGUIMIENTOFigura 2.-
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TRATAMIENTO DE UN CASO DE HIPOCONDRÍA189En el seguimiento telefónico que se llevó acabo apenas hace unos días, C nos confirmóque continuaba perfectamente.4.- DISCUSIÓNComo mencionamos en la introducción, lahipocondría es, en ocasiones, difícil de distin-guir clínicamente del trastorno obsesivo-compulsivo. Estas ocasiones son, a nuestrojuicio, aquellas en las que la conducta de en-femnedad adquiere una forma particularmenteritualística. El caso que hemos presentado esun ejemplo de lo anterior. Nuestra pacientemostraba una conducta ritual, la auto-explora-ción, como respuesta a una obsesión, tener uncáncer. Visto así, el diagnóstico más probablehabría de ser el de TOC. Sin embargo, C pre-sentaba también otros componentes típicos deltrastorno hipocondríaco, además de la preocu-pación por tener una enfemnedad grave, comola reaparición de estas preocupaciones a pesarde las explicaciones médicas, la interpretaciónde signos o síntomas corporales como una señaldel padecimiento, el temor a la enfermedad, ylas conductas propias de un enfermo, comovisitar al médico o explorarse con fines auto-diagnósticos.De otro lado, según el DSM IV (APA, 1994),sólo debe realizarse un diagnóstico de TOC sílas obsesiones o compulsiones no se restringena preocupaciones por una enfermedad. En estecaso, aunque existían otros comportamientosobsesivos, como rituales de comprobación le-ves, estos no eran lo suficientemente gravescomo para justificar este diagnóstico.Desde el ángulo inverso, en el TOC se dancon frecuencia conductas típicas de enferme-dad. Recientemente, Savron, Fava, Grandi,Rafanelli, Raffi, y Belluardo (1996), analizan enun estudio las relaciones entre el TOC y lahipocondría mediante la administración del EAEa pacientes obsesivo-compulsivos y controlesnormales. Los resultados indican una conductade enfermedad levemente alterada en los pa-cientes obsesivos, que obtuvieron mayorespuntuaciones en las escalas, pero con débilcorrelación entre los miedos y las creenciashipocondríacas y la temática de ios síntomasobsesivo-compulsivos.En cuanto al tratamiento seguido en el pre-sente caso, se llevó a cabo partiendo del aná-lisis funcional, enriquecido éste con las aporta-ciones del modelo explicativo cognitivo, se consiguieron los objetivos previstos, y en el seguimiento, se apreció una clara estabilidad dela mejoría. Esos cambios los atribuimos a laintervención.Al margen del diagnóstico psiquiátrico, des-de la óptica de la terapia cognitivo-conductual,la estrecha relación entre evaluación y trata-miento permite no sólo identificar las variablesdependientes, sino diseñar un plan de interven-ción individual para cada paciente y evaluarlo deforma continuada lo cual, además, nos permiterevisar y modificar nuestras hipótesis y/o revisary modificar las estrategias de intervención conla finalidad de adaptarlas a nuestro paciente, asu problema concreto, a sus circunstanciaspersonales, a su ambiente particular y al espe-cial desan-ollo de la intervención. En el trata-miento de C, podemos observar cómo se inten-tan cumplir estas máximas:1.- Se diseñó el programa de intervención(con la colaboración de la propia paciente)escogiendo las técnicas que consideramos máseficaces para modificar las conductas anómalasque fueron perfilándose a través del análisis dela conducta de C. En concreto, basamos nues-tro trabajo en una técnica sobre cuya eficaciahay pocas dudas: la exposición con prevenciónde respuesta.2.- Se utilizaron medidas continuas, como elregistro de conductas (autorregistro en este caso)que permiten observar los cambios que acon-tecen, tanto en las variables dependientes, comoen otras circunstancias del sujeto que puedaninteractuar con ellas.3.- Se modificó el programa atendiendo a lasespeciales dificultades que iban surgiendo. Porejemplo, se añadió una técnica, el habit reversal,para facilitar el cumplimiento de la prevenciónde respuesta, cuando observamos que éstaresultaba problemática.Nótese que el número de sesiones fue mí-nimo (7 sesiones de 30 minutos), se utilizarontécnicas especificas (la exposición con preven-ción de respuesta) y el resultado fue satisfac-torio en un caso, la hipocondría, de considerablegravedad y repercusión individual y socio-sani-taria. En el contexto de un servicio público desalud mental resulta alentador pensar que untrastomo como éste pueda ser abordado concierta eficacia, atendiendo a la especial sitúa-
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190J. A. PENAcjón de presión asjstencial, con una interven-ción corta y relativamente sencilla.Para finalizar, ai margen de estas últimasconsideraciones, el caso que hemos descritonos hace pensar que, en los pacientes hipocon-driacos en los que el componente fundamentales el conductual, las técnicas de exposición,dentro de un programa más amplio que contem-ple el mayor número de variables problema delsujeto, son las más adecuadas, y que contri-buyen indirectamente a propiciar los cambioscognitivos necesarios relacionados con la per-cepción de enfermedad, sin necesidad de uti-lizar estrategias cognitivas más complejas yelaboradas, que deberíamos reservar para loscasos en que el trastorno pueda estar másrelacionado con una alteración perceptivo-atendonal

Trastorno obsesivo compulsivo


Trastorno obsesivocompulsivo
http://www.nami.org/Template.cfm?Section=Helpline1&Template=/ContentManagement/ContentDisplay.cfm&ContentID=4290
* Una mujer consulta a su dermatólogo y se queja de que su piel está extremadamente seca y que casi nunca siente que está limpia. Diariamente toma una ducha de dos horas.
* Un abogado insiste en preparar café varias veces al día. Sus colegas no se dan cuenta de que vive con el temor de que el café esté envenenado y su impulso es desecharlo. El abogado está tan obsesionado con estas ideas que se pasa 12 horas al día en el trabajo - cuatro de esas horas se las pasa preocupado por el café contaminado.
* Un hombre no soporta botar nada a la basura; publicidad por correspondencia, periódicos viejos, envases de leche vacíos porque "todo puede contener algo valioso que podría ser útil algún día." Si bota algo a la basura, "sucederá algo terrible." Acumula tanta basura que ya no puede caminar en su casa. Como insiste que no puede ni debe desechar nada, se muda a otra casa en donde continúa acumulando cosas.

Estas personas sufren del trastorno obsesivocompulsivo (OCD, por sus siglas en inglés). El Instituto Nacional de Salud Mental calcula que más del 2 por ciento de la población estadounidense, el equivalente a una de cada cuarenta personas, sufre de este trastorno en algún momento de sus vidas. Este trastorno se presenta dos o tres veces más que la esquizofrenia y el trastorno bipolar.

¿Qué es el trastorno obsesivocompulsivo?

Obsesiones. Son pensamientos perturbadores e irracionales -- ideas o impulsos no deseados que se generan repetidamente en la mente de la persona. Una y otra vez aparecen pensamientos molestos, por ejemplo "Mis manos están contaminadas; me las tengo que lavar"; "Creo que dejé la estufa encendida"; "Voy a lastimar a mi hijo." En cierto nivel, la persona sabe que estos pensamientos obsesivos son irracionales, pero en otro nivel teme que los pensamientos sean verdaderos y tratar de evitar esas ideas crea muchísima ansiedad.

Compulsiones. Son rituales repetitivos como lavarse las manos, contar, revisar, acumular o arreglar cosas. La persona repite estas acciones, quizá porque siente un alivio pasajero, pero no se siente satisfecha ni tiene la convicción de que ha concluido la acción. Las personas que sufren del trastorno obsesivocompulsivo sienten que deben realizar estos rituales o algo malo va a pasar.

En algún momento dado, la mayoría de las personas tienen pensamientos o comportamientos obsesivos. El trastorno obsesivocompulsivo ocurre cuando alguien siente obsesiones y compulsiones durante más de una hora todos los días, de una manera que interfiere con su vida.

El trastorno obsesivocompulsivo con frecuencia se describe como "la enfermedad de la duda." Los que lo sufren tienen "dudas patológicas" porque no pueden distinguir entre lo que es posible, lo que es probable y lo que no es probable que pase.

¿Quién sufren el trastorno obsesivocompulsivo?

Todo tipo de personas puede sufrir de este trastorno sin importar su grupo social o étnico, o si es hombre o mujer. Por lo general, los síntomas comienzan durante la adolescencia o en los primeros años de la edad adulta.

¿Cuáles son las causas del trastorno obsesivocompulsivo?

Se ha acumulado gran cantidad de evidencia científica que sugiere que el trastorno obsesivocompulsivo es el resultado de un desequilibrio químico en el cerebro. Durante muchos años, los profesionales del campo de la salud mental supusieron erróneamente que el trastorno obsesivocompulsivo era el resultado de una "mala crianza" o de defectos de la personalidad, pero en los últimos 20 años se ha comprobado que esto no es cierto. Los síntomas del trastorno obsesivocompulsivo no se alivian con psicoanálisis ni otras formas de "terapia de conversación," pero sí existe evidencia de que la terapia del comportamiento puede ser eficaz, ya sea por sí sola, o combinada con medicamentos. Las personas obsesivocompulsivas con frecuencia dicen "por qué" tienen esas ideas obsesivas o por qué se comportan compulsivamente, sin embargo, las ideas y los comportamientos persisten.

A veces, el trastorno obsesivocompulsivo aparece en aquellos que han sufrido una lesión cerebral, lo que sugiere que es un padecimiento físico. Si se le da un placebo a las personas deprimidas o que sufren ataques de pánico, 40 por ciento de ellas dicen sentirse mejor. En cambio, si se les da un placebo a las personas con trastorno obsesivocompulsivo, solamente el 2 por ciento dice sentirse mejor. Esta es una indicación de que es un trastorno físico.

Los investigadores clínicos han vinculado ciertas regiones del cerebro con esta enfermedad. Han descubierto una fuerte relación entre la sustancia química cerebral llamada serotonina y la obsesocompulsión. La serotonina es un neurotransmisor que ayuda a que las neuronas se comuniquen entre sí.

Asimismo, en personas que sufren de este trastorno, los científicos han observado un aumento en el metabolismo de los ganglios basales y el lóbulo frontal del cerebro. Los científicos creen que esto causa movimientos repetitivos, pensamiento rígido y falta de espontaneidad. Las personas que sufren el trastorno obsesivocompulsivo con frecuencia también tienen altos niveles de la hormona vasopresina.

Para decirlo de manera más sencilla, hay algo en el cerebro que se ha quedado "estancado", como si fuera disco rayado. La doctora Judith Rapoport lo describe en su libro, The Boy Who Couldn't Stop Washing, como "comportamientos de higiene fuera de control."

Típicamente, ¿cómo reaccionan las personas con trastorno obsesivocompulsivo ante su enfermedad?

Por lo general, las personas con trastorno obsesivocompulsivo tratan de esconder su problema en lugar de buscar ayuda y con frecuencia, logran ocultar los síntomas obsesivocompulsivos de sus amigos y colegas. Una consecuencia desafortunada de este secreto es que las personas con este trastorno no reciben ayuda profesional sino hasta años después del comienzo de la enfermedad. Para ese entonces, los rituales obsesivocompulsivos pueden estar muy arraigados y ser muy difíciles de cambiar.

¿Cuánto tiempo dura el trastorno obsesivocompulsivo?

Este trastorno no desaparece por sí solo, así que es importante obtener tratamiento. Aunque de vez en cuando los síntomas se podrían volver menos severos, el trastorno obsesivocompulsivo es una enfermedad crónica. Afortunadamente, existen tratamientos eficaces que pueden controlar la enfermedad más fácilmente.

¿La edad es un factor en el trastorno obsesivocompulsivo?

Por lo general, el trastorno obsesivocompulsivo comienza a una edad temprana, con frecuencia antes de la adolescencia. Al principio se podría confundir con el autismo, el trastorno penetrante del desarrollo o el síndrome de Tourette, una enfermedad cuyos síntomas pueden incluir dudas obsesivas y ganas compulsivas de tocar.

Al igual que la depresión, el trastorno obsesivocompulsivo tiende a empeorar a medida que pasan los años, si la persona no recibe tratamiento. Sin embargo, los científicos creen que si se da tratamiento a la persona cuando está joven los síntomas no empeorarán con el tiempo.

¿Cuáles son otros ejemplos de comportamientos típicos de las personas que sufren de trastorno obsesivocompulsivo?

Si una persona hace lo siguiente podría tener este trastorno:

* revisa cosa repetidamente, quizá decenas de veces, antes de sentirse lo suficiente segura como para irse a dormir o salir de la casa. ¿Está apagada la estufa? ¿Está cerrada la puerta con llave? ¿Puse la alarma?
* tiene miedo de hacerle daño a otros. Ejemplo: Un vehículo cae en un bache en una calle de la ciudad y el conductor teme haber atropellado a una persona.
* se siente sucia y contaminada. Ejemplo: A una mujer le da miedo tocar a su bebé porque cree que lo va a contaminar.
* arregla y ordena cosas constantemente. Ejemplo: Un niño no se puede dormir hasta haber acomodado todos sus zapatos en fila correctamente.
* se preocupa excesivamente con las imperfecciones de su cuerpo -- insiste en someterse a varias cirugías plásticas o pasa muchas, muchas horas al día levantando pesas para esculpir su cuerpo.
* se rige por números y cree que ciertos números representan el bien y otros el mal.
* se preocupa excesivamente por el pecado o la blasfemia.

Por lo general, ¿los profesionales reconocen el trastorno obsesivocompulsivo?

Generalmente, no se reconoce lo suficiente y con frecuencia este trastorno no se diagnostica correctamente. Muchas personas tienen dos trastornos, como el obsesivocompulsivo y la esquizofrenia, o el obsesivocompulsivo y el bipolar, pero el componente obsesivocompulsivo no se diagnostica ni recibe tratamiento. Los investigadores creen que el trastorno obsesivocompulsivo, los trastornos de ansiedad, de Tourette y de la alimentación como la anorexia y la bulimia pueden suscitarse debido al mismo mal funcionamiento químico en el cerebro.

¿La herencia genética es un factor en el trastorno obsesivocompulsivo ?

Sí. La herencia genética parece ser un factor muy fuerte. Si usted padece del trastorno obsesivocompulsivo, hay un 25 por ciento de probabilidad de que uno de sus parientes cercanos también lo padecerá. Definitivamente parece que se presenta en familias.

¿Se puede tratar eficazmente el trastorno obsesivocompulsivo?

Sí, con la ayuda de medicamentos y terapia del comportamiento porque ambos afectan la química del cerebro, lo que a su vez afecta el comportamiento. Los medicamentos pueden regular la serotonina, reducir los pensamientos obsesivos y los comportamientos compulsivos.

Anafranil (clomipramina): Un antidepresivo tricíclico que ha demostrado ser eficaz en el tratamiento de las obsesiones y compulsiones. Los efectos secundarios que se reportan con más frecuencia son sequedad de la boca, estreñimiento, náuseas, aumento del apetito, aumento de peso, somnolencia, fatiga, temblores, mareos, nerviosismo, sudores, cambios de la vista y disfunción sexual. También existe el riesgo de que se presenten convulsiones, lo que se piensa está relacionado con la dosis administrada. Las personas con antecedentes de convulsiones no deben tomar este medicamento. El Anafranil no se debe tomar junto con un inhibidor de la monoaminooxidasa (IMAO).

Muchos de los medicamentos antidepresivos conocidos como inhibidores selectivos de la reabsorción de serotonina (SSRIs) también han demostrado ser eficaces en el tratamiento de los síntomas asociados con el trastorno obsesivocompulsivo. Los SSRIs que se recetan con más frecuencia para este trastorno son Luvox (fluvoxamina), Paxil (paroxetina), Prozac (fluoxetina) y Zoloft (sertralina).

Luvox (fluvoxamina): Los efectos secundarios de este medicamento incluyen sequedad de la boca, estreñimiento, náuseas, somnolencia, insomnio, nerviosismo, mareos, dolor de cabeza, agitación, debilidad y eyaculación tardía.

Paxil (paroxetina): Los efectos secundarios que más se asocian con este medicamento incluyen sequedad de la boca, estreñimiento, náuseas, disminución del apetito, somnolencia, insomnio, temblores, mareos, nerviosismo, sudores y disfunción sexual.

Prozac (fluoxetina): Los efectos secundarios asociados más frecuentemente con este medicamento son sequedad de la boca, náuseas, diarrea, somnolencia, insomnio, temblores, nerviosismo, dolor de cabeza, debilidad, sudores, erupción cutánea y disfunción sexual.

Zoloft (sertralina): Entre los efectos secundarios que se reportan con más frecuencia mientras se toma el Zoloft son sequedad de la boca, náuseas, diarrea, estreñimiento, somnolencia, insomnio, temblores, mareos, agitación, sudores y disfunción sexual.

Nunca se deben tomar los SSRIs junto con los IMAOs.

¿Por cuánto tiempo debe una persona tomar el medicamento antes de evaluar su eficacia?

Algunos médicos comenten el error de recetar un medicamento solamente por tres o cuatro semanas. Esto no es tiempo suficiente. Se debe probar el medicamento sistemáticamente durante 10 a 12 semanas antes de que se pueda evaluar su eficacia.

¿Qué es la terapia del comportamiento? ¿Puede aliviar eficazmente los síntomas del trastorno obsesivocompulsivo?

La terapia del comportamiento es psicoterapia fuera de lo tradicional. Es "exposición y prevención de la respuesta," y es eficaz para muchas personas con el trastorno obsesivocompulsivo. Se expone deliberadamente a la persona al objeto o la idea que produce miedo, ya sea directa o mentalmente, y después se le disuade o se evita que lleve a cabo la respuesta compulsiva usual. Por ejemplo, a una persona que se lava las manos compulsivamente se le puede pedir que toque el objeto que cree está contaminado y se le niega la oportunidad de lavarse las manos por varias horas. Cuando el tratamiento funciona bien, paulatinamente la persona siente menos ansiedad derivada de los pensamientos obsesivos y se puede contener de hacer las acciones compulsivas durante períodos prolongados de tiempo.

Varios estudios también sugieren que los medicamentos y la terapia del comportamiento son igualmente eficaces para aliviar los síntomas del trastorno obsesivocompulsivo. Aproximadamente la mitad de las personas con este trastorno mejoran significativamente con esta terapia, mientras que el resto mejora moderadamente.

¿Desaparecerán completamente los síntomas del trastorno obsesivocompulsivo con los medicamentos y la terapia del comportamiento?

La respuesta al tratamiento depende de cada caso. En la mayoría de las personas que reciben tratamiento con medicamentos eficaces, los síntomas se reducen en un 40 a 50 por ciento aproximadamente. Frecuentemente esto puede ser suficiente para cambiar la vida de la persona y permitirle funcionar adecuadamente.

Para unas cuantas personas ninguno de los tratamientos produce cambios significativos y otro pequeño número tiene la fortuna de pasar a una remisión total cuando obtiene un tratamiento eficaz con medicamentos o terapia del comportamiento.

Organizaciones:
National Institute of Mental Health
Teléfono: 301-443-4513
Sitio Web: www.nimh.nih.gov Obsessive-Compulsive Foundation
Sitio Web: www.ocfoundation.org

La información contenida en la Hoja Informativa proviene de Teri Pigott, M.D., de la Universidad de Georgetown y el Instituto Nacional de Salud Mental y de Mary Lynn Hendrix del Instituto Nacional de Salud Mental. Revisión hecha por Jack D. Maser, Ph.D., jefe del Programa de Trastorno de Ansiedad, Instituto Nacional de la Salud Mental.

YO ME CURE DE UN TRASTORNO OBSESIVO COMPULSIVO TOC

fuente:http://lacomunidad.elpais.com/trastornobsesivocompulsivo/tags/fobias
Antes de ser psicoanalista, me hice médico y antes de médico fui un joven de 18 años que acudió a una amiga psicóloga pidiéndole ayuda. Aquel joven no comprendía por qué al levantarse tenía que hacer metódicamente y en el mismo orden todas las tareas higiénicas y si cometía un error, debía volver a empezar, de manera que lo que tenía que hacer en 40 minutos, tardaba casi dos horas en hacerlo. Tras cerrar la puerta de su casa, cuando estaba cerca del Instituto, le asaltaba la idea de no haber cerrado la puerta y por esa causa, podría entrar alguien y asesinar a su familia. Entonces, volvía de nuevo y para encontrarse con la puerta cerrada, lo comprobaba dos y tres veces y se volvía de nuevo al Instituto. Siempre llegaba tarde a la primera clase. A la hora de estudiar, tenía que poner en la mesa un crucifijo y rezar el rosario. Cuando se confundía en algún Ave María, tenía que comenzar de nuevo el rosario. Acabó por hacerlo tan lento que podía pasar hora y media rezando antes de ponerse a estudiar. Mientras estudiaba, los libros tenías que formar una especie de montaña a la derecha y a la izquierda. Así, aquel joven se sentía protegido entre aquellas montañas de libros. Se vestía con la misma ropa y cada 15 minutos tenía que beberse un vaso de agua para purificarse. Al estudiar tenía que leer cada frase entre 10 y 20 veces para enterarse. En su mente había días que aparecía pensamientos muy sexuales y horrorosos. Cuando cedieron dichos pensamientos, comenzaron los pensamientos asesinos hacia su propia familia. No podía comer en la misma mesa porque al ver los cuchillos o las tijeras se le pasaba por la cabeza cogerlo y clavárselo uno a uno y luego él cortarse el cuello. Luego le aparecían sentimientos de culpa que sólo calmaba brevemente rezando. Un día en la Iglesia comenzó a tener pensamientos de gritar blasfemias contra Dios y la Virgen. Dicho temor le hizo dejar de ir a los oficios religiosos. En el entierro de su abuelo tuvo pensamiento alegres hacia la muerte del mismo y pensó en bailar “ Cantando bajo la lluvia “. Aquella idea le hizo sentirse un ser despreciable. Después comenzaron los pensamientos de estrangular a las personas que le caían mal o que él creía que le habían hecho algo malo. En su mente tenía fuertes discusiones con los conductores, cualquier transeúnte que le empujara, contra el conductor del autobús por no parar, contra sus hermanos, padre, madre a los que acababa sometiendo a los más terriblesy crueles tormentos, para acto seguido arrepentirse y rezar más de cien veces seguidas el rosario. A la hora de dormir, la cama tenía que estar junto a puerta obstaculizando su salida, de esa manera no podría levantarse por la noche y hacer daño a su familia con los cuchillos de la cocina. Descolgaba el crucifijo y lo besaba doscientas veces antes de acostarse pidiendo a dios que no le permitiera realizar los pensamientos que tanto le atormentaban. Acosado por tantos pensamientos y actitudes que le encadenaban quitándole energía, decidió pedir ayuda a una profesora psicóloga. Aquella mujer era también psicoanalista y después de escucharme atentamente, yo sentí un alivio cuando me dijo: ¿ tienes algo de dinero ahorrado? Porque vas a comenzar tu psicoanálisis. Me dio el teléfono de una psicoanalista del Grupo Cero. Fui tan decidido y tan ilusionado que en la primera entrevista, me di cuenta que había una persona que me comprendía. Fueron varias las preguntas que me hizo y al final acordamos vernos dos veces por semana. Me hizo precio de estudiante, lo cual siempre le agradeceré y en tres semanas, los pensamientos que tanto me atormentan, comenzaban a perder fuerza, sobre todo al darme cuenta de su procedencia y de la relación que tenían con mi historia familiar infantil. Después de cada sesión salía grande y crecido, las manías iban cediendo, los pensamientos que tanto me atormentaban tenían ya un sentido muy distinto al que yo creía y mi primer curso de medicina se iba haciendo fácil para mí. Entré a trabajar los fines de semana en una compañía de seguros, y tras un primer año de intenso trabajo psicoanalítico, mi trastorno obsesivo compulsivo había desaparecido. En su lugar, quedaron muchas preguntas abiertas que se fueron clarificando con el paso del tiempo, pero ya no sufría, era un joven normal, estudiante de primero de medicina y con todo un futuro por delante. Nunca tuve que necesitar medicamentos, lo cual siempre agradeceré al psicoanálisis. Por eso puedo decir que a mí, el psicoanálisis me curó de un grave trastorno obsesivo compulsivo.

Manías que destrozan la vida Así son los días de los enfermos de trastornos compulsivos, víctimas de sus propias obsesiones


http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Manias/destrozan/vida/elpepisoc/20060409elpepisoc_6/Tes/
Cuando va a salir de casa, ella revisa la llave del gas una vez; y otra vez; y otra vez; hasta 20 veces, sin poder atravesar la puerta e irse, sin dejar de volver sobre sus pasos a revisar -una vez más- la maldita llave del gas. "Sé que el tiempo se me echa encima, que llego tarde, a veces a citas importantes, pero no puedo dejar de revisar la llave del gas, y las ventanas, y las puertas, es algo superior a mí, que me hace perder mucho tiempo, que me consume", comenta esta mujer de 28 años que prefiere "por vergüenza" que su nombre no aparezca.

Esta mujer padece un trastorno obsesivo compulsivo (TOC), una patología psiquiátrica de apariencia pueril capaz de arruinar vidas enteras. Los enfermos de este mal se ven asaltados por determinados pensamientos -por lo general negativos, de catástrofes que se avecinan- de los que no pueden escapar y se ven obligados a llevar a cabo determinadas acciones para conjurarlos. No hay todavía una respuesta a la causa. Algunas teorías lo achacan a una predisposición genética, pero otras la niegan. Pero todos coinciden en que entre el 1% y el 3% de la población sufre este trastorno.

El jugador de fútbol del Real Madrid David Beckham, confesó la semana pasada en una televisión británica que sufre esta enfermedad y alguno de sus síntomas. Necesita ordenar los botes de bebida en la nevera por pares, necesita ordenar las prendas del armario por gamas de color...

"Haría falta un análisis más personal y exhaustivo, así, por lo publicado, no se puede asegurar si Beckham padece un TOC, pero los síntomas sí que son de esa enfermedad", explica el psicólogo clínico Pedro Rodríguez. A lo largo de su carrera, Rodríguez ha atendido numerosos casos de enfermos de TOC. Algunos no se le olvidan: "Atendí a un paciente que, para no tocar con la mano el picaporte y contaminarse, abría las puertas con el codo, protegido por la manga del jersey; si el picaporte era de los que se abrían para abajo, lo abría y pasaba. Pero si era de los redondos, como con el codo no podía accionarlo, pues esperaba a que alguien pasara y le abriera la puerta". Rodríguez añade: "Este mismo joven empezaba a pensar que a alguien de su familia le iba a ocurrir algo muy malo si no tocaba madera. Así, empezaba a tocar compulsivamente el tablero de la mesa. Eso, simplemente, le impedía concentrarse, estudiar, sacar los estudios. Tenía trabajo, pero, claro, el trastorno que padecía le impedía desempeñarlo de manera adecuada: la enfermedad interfería en su vida de manera notable".
"Difícil frontera"

A veces, es difícil separar la simple manía del comportamiento patológico. "Esto es una gradación: es difícil establecer una frontera. Pero si esa dolencia, o comportamiento, es capaz de afectarte la vida, para peor, de estropeártela, entonces estamos ante una patología ante la que hay que actuar. Naturalmente, hay casos más graves y menos graves, pero siempre tienen que ver con trastornos de ansiedad", añade. Para este psicólogo, el personaje de Malvin, el escritor neoyorquino interpretado por Jack Nicholson en Mejor imposible, es "un retrato casi perfecto de un caso grave de trastorno obsesivo compulsivo". Hay otros ejemplos del cine: la interpretación que hace Leonardo di Caprio de Howard Hughes en El aviador.

María Teresa Miró, psicoanalista y presidenta de la Sociedad Española de Psicoanálisis, considera que "el paciente obsesivo trata de defenderse de ansiedades intensas a través de mecanismos de defensa que intentan apartar dichas emociones". Y a su juicio, el tratamiento que mejor responde, "aunque hay que estudiar siempre caso por caso", es la mezcla de terapia con fármacos. A juicio de otro médico y psicoanalista, Demian Ruvinsky, el TOC, que acarrea "una ansiedad muy grande", se origina "por la manera de defenderse de un deseo censurado". "En el caso de los obsesivos por un orden rígido, éste responde a que sienten algo amenazante en el exterior", añade.

Hay niños que sólo pueden comer galletas impares, o que antes de acostarse golpean la nevera tres veces; o adultos que van en autobús porque no pueden soportar la angustia -y la vergüenza ante uno mismo- que les provoca el revisar una y otra vez las puertas del coche para ver si las han cerrado bien. O quien, como Carlos (nombre ficticio), que emplea en lavarse, cada día "cerca de tres horas". Y concluye, con amargura: "Yo tengo 39 años, y la enfermedad se me acentuó a los 30. Si lo hubiera hecho a los 15, estoy seguro de que no habría podido terminar una carrera. Estaría, como otros muchos obsesivos compulsivos que conozco, en el paro".

EL JEFE DE CEREMONIAS


http://www.psicologia-online.com/colaboradores/jgarzarelli/lectura5.html
Jorge G. Garzarelli – Ph. D.
Un paciente de treinta y cinco años, casado hace tres años, con un hijo nacido hace un año y medio; judio-rumano él, católico-italiana ella. Casamiento no aceptado por ninguna de las dos familias, y previamente saboteado, con amenaza de suicidio por parte de la madre de él y de grandes escándalos por parte del padre de ella, calabrés el señor.

Ambos habrian transgredido arraigadas tradiciones raciales y religiosas. A pesar del nacimiento de Pablo, el mismo nombre de mi paciente, los familiares no se han acercado al matrimonio para reconocer a aquél. Esto es motivo de incertidumbre e inseguridad en el vínculo. Ambos periódicamente discuten sobre el tema, sriódicamente discuten sobre el tema, sin arribar a ninguna conclusión, con lo que el problema permanece en suspenso.

Su nivel económico es bueno, debido a que Pablo –ingeniero civil- es sumamente meticuloso con el dinero; situación que conscientemente él la liga al pasado de penurias de su familia y a la inseguridad que el medio argentino le produce.

El dinero es un factor alrededor del cual Pablo y mujer también discuten. En general, no hay comunicación en el matrimonio, todo es susceptible de un análisis racional, parsimonioso y monótono por parte del él y de explosivas y descompensadas respuestas que llegan a los gritos rápidamente por parte de ella.

También sobran recriminaciones alrededor de su sexualidad, ya que hace aproximadamente catorce meses sus relaciones han disminuido hasta casi desaparecer. Cuando existen son acompañadas de extraños rituales solitarios. Estos son:

esconder el pene entre sus piernas, mirarse en el espejo, dejarlo aparecer, y pegarle diciendo: "portate bien".

Esta ceremonia la asocia con recriminacion1>Esta ceremonia la asocia con recriminaciones maternas frente al niño caprichoso que era y a lo dicho por la madre cuando decidió casarse. En ese entonces su madre le vaticinó el desenlace de su matrimonio, recordándole que él aún seguía siendo un inmaduro. Actuales asociaciones nos permitieron acceder a la temprana percepción de una prima desnuda a quién Pablo le aseguró que a ella algún día le iba a crecer eso.

Nosotros sabemos que, además de lo que Pablo asocia, la amenaza de castración juega un excelente papel.

Otra maniobra es quedarse sin respirar, mirándose en el espejo hasta que se pone colorado y se le inflaman venas y arterias del cuello. Obtiene gran alivio al poder inspirar nuevamente.

Esta acción la pudimos asociar con un castigo: morirse ahogado. (Pablo fue asmático entre los tres y once años); haber vencido su asma y poderla controlar. En ese entonces le señalé que si bien la sintomatología asmática había desaparecido, no había ocurrido lo mismo con aquello que la había originado temiendo aún el retorno de la causa.

Causa que él la asoció con su madre y dos tías solteras que convivían con la familia y que lo sobreprotegían.

La mirada en el espejo fue interpretada, entonces, como su necesidad de no fragmentación, de completitud.

Otro rito en el baño como el de revisar tres veces si había alguien detrás de la cortina de la ducha;

fue ligado al temor infantil de ser descubierto en sus prácticas masturbatorias por un lado, y a su levantar las polleras de las mujeres para ver que tenían, por otro.

Otra ceremonia consistía en saludarse con las dos manos enfrentándose al espejo y contando dos veces hasta cinco y pensando: "todo va a salir bien".

Pablo lo asoció con el número siete, numero de Yahvé y la Menorah. Con sus dos manos de cinco dedos cada una; y las repeticiones vinculadas al temor a perder sus manos y tener otras de repuesto.

Nueva referencia a la castración.



Estas ceremonias eran repetidas sistemáticamente.

Todo parecería indicar que sus rituales conductas hubiesen tenido que ver con una regresión desde lo fálico a lo anal, donde nada tendría que perder, excepto la caca. Pero también cada defecación era sujeta a controles fantásticos tales como:

Cantidad de veces por día / cantidad y forma del material / color de la defecación, vinculada a diferentes ingestas de alimentos de diversos colores / vinculación de los olores con flores y números: jazmín=10, la rosa=4, la cala=0, la violeta=7. (Cabe recordar que su madre se llama Violeta).

Los ritos de Pablo emergen como la liturgia de una religión pagana por la diversidad de dioses a los que hay que rendir culto.

Cuando Pablo comenta sus rituales me sorprende una y otra vez la contínua producción de los mismos. Por mi sorpresa se originó el título de este trabajo.

También en la calle lo asaltaban temores que aparecen ligados a que se cumplan o nores que aparecen ligados a que se cumplan o no ciertas necesidades. Estos de data anterior al nacimiento del hijo consisten en:

Cruzar una vereda dando diez pasos entonces lo que vaya a hacer saldrá bien;

sumar patentes de coches y luego buscar el número resultante en una letra; pensar en un nombre y ligarlo a una persona conocida. Si ésta no lo es, fantasea respecto de la misma, a veces durante todo el día o varios días hasta que desaparece la representación y el diálogo que con ella sostiene. Generalmente son mujeres, por lo que hasta ahora ha sido asociado con su madre; algo similar sucede con los números de las casas.

Hay más, pero en todas estas ceremonias el lugar es el pensamiento y el número el soporte. Hasta ahora Pablo prefiere los números pares, los que señala: "me dan mucha más seguridad".

También respecto de las ventanas, puertas y toda clase de agujeros simétricos (cuadros, sobre todo); Pablo ha inventado un sistema de control numérico que se repite mientras está presente en el lugar. La cuestión dice: "Es atrapar lo que está adentro".< atrapar lo que está adentro".

Son tantos sus ritos y de tan variada y diferente estructura, los que ocupan la mayor parte del día de Pablo que los mismos nos permitirán acercarnos a la sospecha de una "algo" delirante.

Si todas estas ceremonias no son cumplidas rigurosamente, Pablo siente una intolerable angustia y sin saber por qué, sabe que algo terrible le ocurrirá a su Yo, asiento y sede de la angustia. Esta aparece entonces como señal ante un peligro inminente, como un estado de incertidumbre y a veces ligada a objetos exteriores (como en el caso de las fobias).

Recuerdo aquí que Freud en 1933, en Angustia y vida instintiva, nos dice que "el suceso que habría dejado una huella afectiva tal como la angustia sería el trauma de nacimiento" Ante éste, el principio del placer habría resultado insuficiente.

Cabe aquí mencionar que el acontecimiento que hizo resaltar toda la estructura obsesiva de Pablo fue el nacimiento de su hijo, a quien cada vez que llama por su nombre se siente duplicado y agresivo.

En el artículo anteriormente citNT SIZE=-1>En el artículo anteriormente citado, Freud señala que: "El impulso instintivo reprimido, conservará su carga bajo la presión yoica, en otras habría un completo aniquilamiento y la líbido seguirá sus rumbos. Pero la clínica muestra que, a veces, hay un reflujo libidinal y una regresión a algún estadío anterior, lo que sucede sólo en el Ello. El ejemplo más notorio es la neurosis obsesiva en la que actúan simultáneamente la represión de la líbido y la agresión" .

Todas las libres asociaciones (las que han comenzado a surgir desde hace siete meses aproximadamente, en que nuestro vínculo comenzó a aparecer para Pablo como menos peligroso), lo llevan al nacimiento de su hijo. Ahí se detiene. Este es el punto traumático que desencadena sus defensas obsesivas frente a la angustia, pero en nuestro vínculo es ésta también su resistencia, ya que no parece poder ir más allá del mismo. Es tan fuerte el paredón donde Pablo por su culpa-gran-culpa siente que, merecería ser fusilado. Paredón detrás del cual está inscripto su deseo: el de que su hijo se muera. Pero Pablo aún parece no saberlo.

Como nosotros imaginamos, la angustia es el manto que encubre el verdadero motivo de su instrumentación obsesiva, la que aparecida nuevamente como consecuencia de un trauma (el nacimiento de Pablo), fue últimamente ligada al nacimiento de un hermanito del paciente y su temprana y deseada muerte. Pablo tenía tres años y medio. Ahora tiene miedo a que su hijo se muera y reza oraciones en jiddish y algunas que recolectó del catolicismo. Las mismas son rezadas a los pies de la cama del hijo, sin que su esposa lo sepa. Cuando no lo puede hacer de noche lo hace por la mañana temprano. Pablo asegura no haber sido visto ni escuchado ni en éste ni en ninguno de sus otros rituales.

Todos éstos son regulares, constantes, solitarios, incomunicables: todos formando parte de una liturgia secreta y desarrollados al pie de la letra, como si Pablo tuviese una específica prohibición de modificar sus estructuras. En esto es profundamente religioso, con esa religiosidad particular con que Freud designa a los ritos del obsesivo.

Interpretar todos sus rituales haría aparecer al analista como un descifrador de códigos secretos, de jeroglíficos, al estilo de los antiguos oráculos, tentaciónantiguos oráculos, tentación que hasta ahora me ha sido posible resistir.

De cualquier modo, el portador y sostenedor de este mito de muerte (en el cual no hay ley escrita aunque La Ley esté siempre presente, sacralizando el acto obsesivo), no se ve afectado en el resto de sus actividades, las que son desarrolladas coherentemente para con el medio.

Freud nos acompaña paralelamente, cuando decimos que, el sujeto obsesivo se conduce con una gran carga de culpabilidad inconsciente ligada a la percepción interna de una tentación instintual resistida.

Se hacen necesarios todos los actos ritualísticos porque ya que, la represión siendo un proceso imperfecto, el instinto amenaza con su retorno desde el porvenir. Sabemos también que cuando los actos obsesivos son ineficaces aparece la expresa prohibición de realizar tal o cual cosa. No han habido hasta el momento prohibiciones tales, por lo que seguiré escuchando a quien quizás sea un Jefe de Ceremonias.

Entre las interpretaciones a determinados rituales, anteriormente he hecho referencia a la amenaza de castración vivida por Pablo como real desde su más tiivida por Pablo como real desde su más tierna infancia. Basta solo recordar su circuncisión por ser judío y afecta al paciente, ya que no entiende para que es.

Añadimos que cuando Lucía estaba embarazada, Pablo tuvo temor y simultáneamente deseos de separarse de ella, ambivalencia que mucho le recordó al sentimiento que devenía en él cuando su padre besaba o bailaba con su madre.

En ese entonces, Pablo realizaba pequeños tanteos en aceptar a Lucía con un hijo en su seno, y compraba juguetes para su futuro y peligroso competidor. Con éstos jugaba ritualmente y periódicamente mantenía secretas conversaciones.

Tal era el manejo relativamente eficaz de su agresión, totalmente vinculada a una relación imaginaria.

Nuestro paciente puede soltar amarras de algunas palabras que como un barco con equipaje intelectual y un pequeño baúl de afectos, recorre el mar pleno de dudas e inseguridades que conforman nuestro vínculo. Pero este es un barco que necesita para su movilidad de una impresionante cantidad de remolcadores; en este caso de muletillas que sirven de eso, sost&eacutso de muletillas que sirven de eso, sostén de un discurso monótono que parecieran defenderlo cual prodigiosa armadura contra las causas de su angustia.

Era tan fácil de ver al estilo de un oleaje, el ir y venir de su líbido, tan pero tan fácil, que hube de admitir que: "Cuando la limosna es grande hasta el santo desconfía", que comencé a trabajar sobre la hipótesis de que esto era parte de su resistencia y de que algo había comenzado a moverse.

Recuerdo que Balint (3) dice que todo progreso en el análisis debe vincularse a una tendencia del analizando a reencontrarse con su primer amor. En este análisis parecería que nuestro paciente evitase encontrarse con un odio primordial.

En el Núcleo de la Represión, Lacan (4) nos dice que el deseo emerge en una confrontación con la imagen y que cuando esta imagen previamente descompletada; se completa, cuando surge la faceta imaginaria que no estaba integrada, que estaba suprimida, reprimida, es ahí donde aparece la angustia.

Posiblemente estemos aquí con Pablo tratando de llegar a hablar a esa Pragung (acunación) que a esa Pragung (acunación) que no había sido integrada a su discurso y que ajustada al dominio de lo imaginario iría surgiendo en su mundo simbólico.

El trauma de su hermanito (que confirmaría su omnipotencia infantil) a quien le deseó la muerte apenas nacido, nunca fue hablado habiendo sido desplazado sobre su hijo. No pudiendo Pablo integrarlo, éste comenzó a girar como una bola en el vacío sujeto a continuos golpes y dolor. La represión habría aparecido después, generando este mundo incierto y mítico que roza al delirio y a toda su ficción.

Como al sujeto que habla, es preciso admitirlo como un posible "mentiroso", la duda aquí sería una co-terapeuta para descubrir si lo que dice es igual a lo que quiere decir. Del mismo modo se trataría de descubrir el doble juego del Superyo que corta el mundo simbólico del sujeto en una parte conocida y una prohibida.

A ese lugar prohibido sería posible acceder por sus habituales muletillas (este, por ejemplo, ejem…, uhm…. así, o, blanco-negro, entendió?, y el más usado: pero), ya que son palabras suficientes para hacer surgir alguna cosa aunque no la cr surgir alguna cosa aunque no la cosa misma, sino su concepto que, al decir de Hegel, será el tiempo de la cosa.

Al tiempo del análisis, al tiempo propio del inconsciente que esconde ese algo que antes referí, a ese tiempo ahora me refiero. Tiempo de mi sospecha. ("Aber etwas so, als ob sie nicht"): Algo hay ahí, pero como si no estuviese. Ese algo que sospecho sería delirado dentro del perfecto y pulido espejo de su monocórdica aunque colorida letanía obsesiva.

Es aquí que hay algo más que una neurosis obsesiva, ya que ésta parece auto-reproducirse ad infinitum como una defensa mayor ante el temor al aniquilamiento. Un Superyo extremadamente punitivo y la exaltación de su instinto de muerte y por ende de su sadismo, contribuirían a tal sensación psicótica.

Freud nos aclara que, la inseguridad es uno de los métodos que la neurosis emplea para extraer al enfermo de la realidad y aislarlo del mundo. Partiendo de estos conceptos, el análisis progresivo de Pablo posiblemente permita descubrir bajo el bordado manto obsesivo, una estructura delirante a la que habría que acceder con profunda y cautelosa minuciosidad, al est profunda y cautelosa minuciosidad, al estilo de un acto obsesivamente terapéutico.

Quizás debiéramos agradecer al Obsesivo por ese más allá, bifurcado, indiscutido, contrariado, utilitario, lastimoso, solitario, umbrío y tramposo. Discurso que nos permite escuchar un Mito:

ausente de silencios, gozante entre contrarios y cercanos límites, sujetado por

ritos imposibles cada vez, con incalculables cierres para incalculables aperturas,

el que no se sabe encerrado en una holística holocáustica donde el Condenado

siempre es el Instinto.Sacrificio de Isaac no consumado, por eso sacrificio, cuyo

hechiero encerrado en un solo mandamiento, sólo dice: "No sentiras".

Mito de Condena a ser la Palabra sin Marca, evadiendo el vestigio, borrando las huellas

.

Quizás por esto, debi&ea="Arial">Quizás por esto, debiéramos apuntar que también El es una "vedette" que podría competir con la fuerte y encantadora histeria que parece querer siempre estar en la "mise en scene"de lo analítico.

Parece que a veces nos olvidamos de El.

Recuerdo que Mannoni en Más allá de la Psicología. El Núcleo de la Represión (5), pregunta:

-Un olvido, entonces, sin retorno de lo reprimido?

Ahora recuerdo también a las muletillas que antes señalé, las que serían entonces una muralla para que él olvide el contenido de las otras palabras, algo así como si fuesen borradores actuando sobre el negro pizarrón de su inconsciente.

Y Lacan "responde" a Mannoni: "Toda entrada del ser en su morada de palabras, supone un margen de olvido. Una léthe complementaria de toda aletheia. (Que a esta altura del trabajo prefiero olvidarme que quiere decir).


NOTAS BIBLIOp;
NOTAS BIBLIOGRAFICAS


Sigmun Freud, Obras Completas, Madrid, Biblioteca Nueva, 1948, T. II, pág. 830.
Idem, pág. 829.
Jacques Lacan, Seminario Nro. 1, Barcelona-Buenos Aires, Paidós, 1984, pág. 270.
Idem, pág. 278.
Ibid. , pág. 284.



JORGE G. GARZARELLI

DOCTOR EN PSICOLOGÍA

PSICOANALISTA

PROFESOR TITULAR UNIVERSIDAD

DEL SALVADOR

JOHN F. KENNEDY

DIRECTOR DEL CECYS.(Centro de Estudios científicos y Sociales).