MADRES DEVASTADORAS



La madre de Sara llevaba años soñando con habitar un piso que estuviera frente a un hospital. Lo consiguió a los sesenta y cinco años de edad, después de convertirse en una mujer viuda. Sara, una joven de treinta años, me llamó por teléfono para suplicarme: "Por favor, necesito ayuda porque me parezco a mi madre". Nunca había escuchado frase tan conmovedora como esta, aunque cada vez me resultan más familiares expresiones como: "no sé qué hacer con ella", "sólo sirve para darme problemas-" Sara no encuentra una solución, y además cree que madre como la suya no hay ninguna, o ya no quedan. Pero hablas con María, Sonia, Natalia- y cada cual te cuenta sus versiones, eso sí, poco alentadoras. Ahí sale a relucir la madre dominante, la madre castigada, la madre insatisfecha-

Sara tiene una madre que es el reflejo de muchas, y ha intentado buscar soluciones para esa mujer que la parió entre gritos ensordecedores. En el mes de abril, decidió comprarle un billete de avión con intenciones de que se fuera durante un mes al Mediterráneo, pero la madre de Sara se lo pensó dos veces, y al segundo día de estar en la playa, tomó un vuelo para regresar a su piso porque tenía la impresión de haber dejado abandonada la casa. Pero Sara no se rindió, e intentó que su madre acudiera a una residencia por las mañanas y las tardes; sin embargo, no llegó a estar más de una semana porque según su madre, "sólo había ancianos sobones y sin conversación". Fue entonces cuando Sara se armó de valor y acudió a un psicólogo, le contrató para atender a su madre cinco horas a la semana. Días después, el psicólogo advirtió a Sara que debía iniciar las sesiones antes con ella que con su madre. Sara confiesa que se le han quitado las ganas de tener un bebé porque su madre no está por la labor de convertirse en la niñera moderna. En los tiempos que vivimos, la figura de la madre está en decadencia. Muchas madres de ahora son mujeres confundidas, sin control, presas del tiempo vivido, resignadas a la incomprensión, molestas con lo que tienen y con lo que no disponen, no encuentran su camino y se rebelan atormentando. Son madres devastadoras que, años atrás, fueron madres devastadas.

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