Amor obsesivo-compulsivo: El amor perfeccionista
Un sujeto obsesivo antes de hacer el amor: «¿Has cerrado bien las ventanas? ¿Has cerrado con llave la puerta? ¿Seguro que los niños están dormidos? ¿Te has bañado? ¿Te has lavado los dientes? ¿No te queda mejor el pijama amarillo? Debo ir al baño. ¿Te molesta si apago la luz? No has olvidado la pildora, ¿no? ¡Qué tarde que se ha hecho! ¿Y si lo dejamos para la semana que viene?». El culto al control. Nada satisface a un obsesivo-compulsivo, porque siempre habrá algo que podrías haber hecho mejor: no importa lo eficiente que seas, siempre te faltará algo. Puede ser una pelusa, una arruga o un cubierto mal puesto, cualquier excusa es buena para recordarle al otro que está lejos de alcanzar el grado de eficiencia esperado. La pareja siempre irá dando tumbos, muerta del miedo a equivocarse.
La carga del perfeccionismo hace que la relación se vuelva cada vez más solemne, amargada y formal, ya que la espontaneidad y la frescura serán vistas por el obsesivo como una falta de autocontrol de su pareja. No diecimos que el amor necesite un estado de euforia perpetua para estar bien, pero de ahí a convertirlo en un servicio de control de calidad, hay mucha diferencia. El estilo obsesivo controla, organiza, establece reglas, ordena y sistematiza todo a su paso, pareja e hijos incluidos. Los abrazos serán «exactos», los besos estarán «bien ejecutados» y la convivencia responderá a un manual de funciones «claramente explicitado». La sorpresa, la improvisación y la naturalidad serán causa de estrés e incluso en ocasiones motivo de separación.
Malena era una mujer joven y exitosa en su profesión. Estudió publicidad y ocupaba un puesto laboral importante. No tenía hijos y se había casado hacía siete meses. Cuando llegó a la consulta de un terapeuta, hizo referencia a un dolor de espalda persistente, problemas de sueño, gastritis y bastante irritabilidad. A las pocas citas la causa se hizo evidente: Malena no era capaz de llenar las expectativas del hombre a quien amaba, y eso le generaba un gran estrés. Nicolás, su esposo, era un ejecutivo que comenzaba a ascender dentro de la empresa donde trabajaba. El hombre era un fiel ejemplo del estilo obsesivo-compulsivo: vivía pegado a los detalles, era sumamente exigente en todas las cuestiones y criticaba mucho a Malena porque, según él, era poco responsable y se equivocaba demasiado. Nicolás vivía para trabajar y sentía una aversión especial por el ocio y la diversión. Además, tenía serias dificultades para expresar emociones, que mantenía bajo un riguroso control, lo que afectaba negativamente las relaciones sexuales. Sentía una devoción especial por el orden y la disciplina, en todas sus manifestaciones. En cierta ocasión, Malena resumió su relación con Nicolás de la siguiente manera: «No tiene un lado amable: haga lo que haga siempre encuentra fallos en mí o en mi desempeño. La verdad es que me tiene agotada, todo debe estar planeado y en su punto... Él tiene veintiocho años y mentalmente parece un viejo de setenta. Los pocos amigos que conserva son mucho mayores que él... En realidad está muy solo, pero cómo no va a estarlo si se pasa el día criticando a todo el mundo... ¡Es tan mojigato para la edad que tiene! Un día me sentí muy mal porque me puse una ropa erótica para que estuviéramos juntos y él reaccionó de una manera inexplicable: ¡se ofendió y me dijo que así me veía como a una puta! Me presiona demasiado, nunca hay un refuerzo o una felicitación, nunca lo veo feliz... Cuando se va de viaje, yo descanso: me visto como quiero, voy donde me da la gana y digo lo que pienso y siento, ¡soy como quiero ser...! Pero lo que más me duele de todo esto es el castigo psicológico... El otro día compré una marca distinta de jamón a la que estábamos acostumbrados, entonces me dio una conferencia sobre gastos y coherencia interna, ¡y me dejó de hablar una semana...! Para colmo, él es muy avaro y yo muy generosa, y discutimos mucho por eso... No sé dónde estuvo mi error, quizá no lo conocí bien y me apresuré a casarme, pero algo tengo claro: si él no cambia, no podré seguir con esto...». Cuando Nicolás le vio las orejas al lobo decidió pedir ayuda profesional, porque no quería perderla. Y en eso anda.
El «amor eficiente» o la «eficiencia amorosa» inexorablemente nos conducen a un callejón sin salida: la frustración. Ésa era la principal queja de Malena: «No doy en el clavo». Nicolás, por ver el árbol, no veía el bosque. Aunque parezca absurdo, para el perfeccionista lo negativo tiene más peso que lo positivo, o al menos le demanda más atención. Malena era una mujer encantadora en todos los sentidos, pero Nicolás estaba tan preocupado por la evaluación y la mesura de su comportamiento que no podía disfrutarla. Nadie puede funcionar normalmente si hay que estar todo el tiempo rindiendo cuentas sobre la limpieza, la comida, la ropa, los gastos y cosas por el estilo. La persona que amamos no puede ser un inspector de hacienda. No decimos que debamos vivir en una pocilga, pero tampoco tener como meta crear un ambiente aséptico como si viviéramos en una sala de cuidados intensivos: es mejor la cama que un quirófano.
http://www.taringa.net/posts/femme/5773363/Amores-Peligrosos.html
La ley suprema de la Obsesión es: Siembra y cosecharás. Cuida tus pensamientos. .porque se volverán palabras Cuida tus palabras... porque se volverán actos Cuida tus actos. porque se harán costumbre Cuida tus costumbres… .porque forjarán tu carácter Cuida tu carácter… .porque formará tu destino Y tu destino será tu vida. ” Nuestras dudas son traidoras y a menudo nos hacen perder las cosas buenas que pudiéramos conseguir. ”
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Toc de amores miedo a no querer
El Toc de amores no es el más conocido entre los distintos tipos de TOC (Trastorno Obsesivo Compulsivo).
El Toc de amores ser caracteriza por la idea obsesiva de no amar más a la pareja. Estas dudas constantes sobre si han dejado de querer a su pareja “comen” literalmente a las personas con Toc de amores y las agotan mentalmente, tal y como ocurre con la mayoría de las ideas obsesivas de los distintos tipos de trastorno obsesivo-compulsivo.
En el Toc de amores es frecuente que las personas que lo sufren se pregunten repetidamente si su actual pareja es realmente la persona adecuada para ellas y si realmente la quieren o no. En general, la mayoría de las personas son conscientes de que las parejas pasan por épocas mejores y épocas peores. Sin embargo, las personas que sufren Toc de amores con frecuencia son incapaces de reconocer esto: si no sienten intensamente en cada minuto atracción y deseo hacia su pareja, piensan que ya no están enamorados y que han dejado de quererla.
Con frecuencia el mal de amores deriva en rupturas temporales o permanentes. Las personas con Toc de amores llegan a poner fin a relaciones de pareja que son perfectamente adecuadas para ellas sólo porque consideran que sus sentimientos hacia la pareja no son como ellos piensan que deberían ser. Cuando esto sucede, es decir, cuando terminan con su relación de pareja, a menudo no tienen una idea clara de porqué lo hacen (aparte del hecho de que sus sentimientos no son los correctos) y no son capaces de dar una explicación coherente si se les pregunta.
El Toc de amores puede activarse por diferentes tipos de pensamientos e imágenes y esto, a menudo, varía de paciente en paciente. Películas, programas de televisión y canciones pueden actuar como fuertes desencadenantes.
Al ver las películas o escuchar las canciones, las personas con Toc de amores comienzan a preguntarse porque su relación no refleja la conexión emocional profunda que aparece en la pantalla o en la canción, sin tener en cuenta que éstas suelen estar idealizadas y son poco realistas, por lo que acaban convenciéndose a ellas mismas de que su relación de pareja no funciona porque no les pasa lo mismo, estas relaciones llegan a ser tan obsesivos que toman la decisión de terminar con la relación.
Otras personas se comparan con lo que ven a su alrededor, especialmente con otras relaciones de pareja próximas (familiares, amigos, compañeros de trabajo, etc.)
Además de los pensamientos obsesivos que he comentado también es frecuente que las personas con Toc de amores experimenten intrusiones visuales (imágenes mentales) que actúan como un pico de activación. Por ejemplo se imaginan besando a otra persona y se atormentan con la idea, en el primer caso, de que están siendo infieles o, en el segundo caso, de que su pareja les está siendo infiel.
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CUANDO UNO EN LA PAREJA TIENE TOC
Por Cristina Acosta con la asesoría del C.D.Q Alejandro Barriguete Menéndez.
El patrón de conducta de las personas que sufren de trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), se encuentra dentro de lo obsesivo, es decir, pensamientos repetitivos, intensos y con desajustes emocionales.
CUANDO UNO EN LA PAREJA TIENE TOC
Es muy difícil encontrar a una pareja cuyos dos integrantes padezcan la enfermedad, sin embargo cuando uno de ellos la manifiesta, generalmente el otro se convierte en parte del trastorno ya que esa compulsión y obsesión de la cual no tienen control, contagia al otro, es por esta razón que el TOC, durante muchos años se confundió con problemas de adicción y co dependencia . Los celos compulsivos, son parte de esta enfermedad y es que un aparato que existe en el cerebro que cumple la función de detener y avanzar, no funciona. Cuando el TOC, se mezcla con relaciones afectivas, es muy grave porque al perderse el contacto con la realidad se vuelven muy peligrosos ya que suelen crear historias que tienden a provocar verdaderas tragedias.
NO CONFUNDIR
Mucha gente quiere encuadrar esta enfermedad dentro de otras como el trastorno bipolar; el TOC, es otra cosa y puede llegar a ser muy grave cuando se incurren en episodios serios provocados por la misma crisis que no tiene fin y que es cada vez más intensa si no se busca detenerlo, de ahí que la muerte de personas con TOC, sea tan elevado.
ROBERTO CARLOS, víctima del TOC
El cantautor brasileño sufría de TOC y el padecimiento fue muy fuerte durante casi cinco años: Al principio pensé que podía curarme yo solo, así que intenté hacerlo con la ayuda de un libro que habla del asunto. Pero luego vi que el TOC es algo mucho más serio de lo que en general se piensa, comentó el propio Roberto.
QUÉ ES EL TOC
Es uno de los trastornos psiquiátricos más frecuentes en nuestros días. Se caracteriza por la presencia de obsesiones y/o compulsiones. Las primeras son pensamientos, imágenes, o impulses desagradables y aparentemente sin sentido que surgen de manera repetitiva e involuntaria. Las tentativas de rechazarlo son en la mayoría de los casos, sin éxito. Las compulsiones son comportamientos repetitivos, ritualizadores que tienen por objeto aliviar la ansiedad resultante de una obsesión. Las opciones de tratamiento son a través de medicamentos y / o psicoterapia coginitvo – comportamental.
FACTORES QUE COMPONEN EL TOC
Biológicos. Los procesos del pensamiento se atoran y se vuelven repetitivos, de ahí que haya que medicarlos.
Emocionales. Es muy amplio. Personas que tuvieron síndrome de estrés postraumático, una niñez en abandono, experiencias traumáticas fuertes, muchos que nacieron con el síndrome fetal alcohólico (cuando la mamá bebe durante el embarazo o cuando el hijo fue concebido al estar los padres alcoholizados).
BAJO LA LUPA
Aquellas personas que llegan a involucrarse con un TOC, no gozan de una buena salud mental, es por ello que hay que estar muy atentos a lo que sucede con la pareja y con nosotros mismos, es importante tomar acción:
1. Si detectamos que nuestra pareja es un TOC, debemos acudir a una terapia de urgencia porque si hubo una larga convivencia en la que hasta quizá haya hijos sin habernos percatado del problema de la pareja, quiere decir que algo está muy mal en nosotros.
2. El TOC, suele confundirse con las adicciones porque muchas veces se intenta detener la parte obsesiva a través de las bebidas o las drogas como en una suerte de medicamentos.
3. A pesar de que muchas otras enfermedades se presentan de manera más sutil, esta es totalmente evidente.
4. Es una enfermedad que no tiene nada que ver con las personas que cuentan las rayas de la calle o que no entran a ciertos lugares. El TOC, se compone de ideas que transforman a las personas, son enfermos que producen una terrible sensación de ahogo en aquellos que están cerca de ellos.
5. La descarga obsesivo-compulsiva generalmente se va a dar hacia las personas que les tengan afecto o hacia las que las dañaron en algún momento. Es una relación amor-odio.
6. Son personas que creen que todo el mundo está en contra de ellos, que saben más que los demás, que toman ideas que no corresponden a la realidad y que las defiende hasta sus últimas consecuencias.
TRATAMIENTO
Terapia, medicación y en muchos casos el internamiento. El TOC no lo curan sólo los psicólogos sino a través de un trabajo en conjunto con un psiquiatra.
http://www.pasionlarevista.com/2011/08/%C2%BFtu-pareja-tiene-algun-toc/
¿Es amor u obsesión?
¿Es amor u obsesión?
Hay relaciones sin salida, que sin embargo sientes la necesidad de seguir en ellas mátame, pero no me dejes.
También, cuando tenemos un amigo que nos hace suspirar y nos morimos por las ganas de que sea nuestro amor. Y cuando vemos a alguien de lejos, no lo conocemos ¡y ya sentimos que lo amamos!
¿Cómo diferenciar el amor de la obsesión?
En las relaciones sin salida, es simple saberlo ¿Te sientes querida, amada y respetada? ¿Te apoya y comprende tu pareja? ¿Sientes más energía para vivir o te la quita?
Si no hay comprensión y respeto mutuo, no te engañes: no es amor. Es baja autoestima. En realidad, por una extraña razón, atraemos a personas que están en sintonía con nuestros pensamientos dominantes.
Y si nuestros pensamientos son negativos, de baja autoestima no te extrañe que atraigas a personas con los mismos problemas.
Cuando se tiene baja autoestima, se encuentra el sentido de la vida en el conflicto.
Como no consigues la atención de nadie, descubres que en el conflicto puedes hacer sentir al otro culpable y recibir cariño. Y llamas la atención.
Es por eso que te haces adicta a las relaciones destructivas. En la pelea llamas la atención del otro. Esto es dañino. Y no es amor. Tienes que encontrar por ti misma lo que te motive. Tienes que mejorar tu autoestima. Cuando te enamores de ti misma, comprenderás que es una relación sin salida. Termínala, para dar la bienvenida a un nuevo amor que esté en sintonía con tu nueva forma de ver la vida.
Hay personas que tienen relaciones prohibidas con personas casadas. Se dicen así mismas que él ya no ama a su esposa y que le gustaría dejarla. Pero que no lo hace por los hijos. No te engañes. Te estás auto-saboteando. Porque tienes baja autoestima, crees que no puedes conseguir a un hombre libre. Esta es una relación sin salida. Es una obsesión, que no te va a llevar al verdadero amor.
Cuando se sueña con una persona que apenas conoces, no lo dudes: no es amor. Cuando mucho, atracción. Todos tenemos nuestro tipo de hombre o mujer ideal. Y cuando no conocemos bien a la persona le endosamos todas las características de nuestra pareja ideal. Hasta que conozcas a tu amor platónico, sabrás con claridad sus defectos y virtudes. Conocerás su vida. Y solo en ese momento, sabrás si es amor o solo fue obsesión.
La mente es tan poderosa, que puede enfermarte o enamorarte. Y todo está en los pensamientos. Es bonito ilusionarse por alguien y pensar que es nuestra persona ideal. Pero pasar de la simple emoción a la obsesión ya no es sano.
En ocasiones, tendrás pareja y estarás obsesionada por otra persona. Pero sientes que estás enamorada de los dos. Es simple. Estás enamorado de tu pareja, porque la conoces y tu mente te ha enamorado de la otra persona, por ser un sueño aún no vivido.
Por que lo adornaste con las características de tu persona ideal, y la esperanza de que sí las reúna, hace que se convierta en tu obsesión.
Cuando terminas con una persona, se dejan de ver, y resulta que te has dado cuenta de que si la amas
Es obsesión. En nuestra soledad, necesitamos a alguien que nos ayude a olvidarla momentáneamente. Y cuando no tenemos a alguien con quien pelear, ni discutir, nos sentimos vacíos. Y pensamos es que sí lo amo. En realidad, es una necesidad egoísta de hacer sufrir a otra persona y que esta nos haga sufrir, para no sentirnos solos.
El amor, se basa en una comprensión y respeto de tu pareja. Ves con claridad sus defectos y sin embargo le tienes cariño a su vida. En la obsesión, se debe a la baja autoestima si me deja, no voy a encontrar a otra persona. Es precisamente cuando terminas relaciones sin salida, cuando aparece un nuevo amor ¿Cómo quieres que aparezca si no quedas libre primero? ¿Cómo quieres que se te acerque un enamorado, si ve que tienes pareja? Parece obvio, pero muchos piensan que mientras encuentran al bueno, pueden tolerar la relación presente.
También, la imaginación ejerce mucha influencia en la obsesión. Es más fácil soñar en que una persona tiene las características del hombre o mujer ideal, y verlo de lejos, que enfrentarnos a una relación real y que seamos rechazados.
Hay que arriesgarse. En este universo de hombres y mujeres con diversas formas de pensar, con toda seguridad hay alguien que es para nosotros. Solo hay que tener fe y experimentar lo suficiente.
En lo personal, como conferencista despierto la obsesión de algunas mujeres. Me queda claro que es eso. No tomo ventaja de ello. Simplemente manejo la situación y el tiempo hace que se les pase. Como escritor, también soy la obsesión de varias chicas que me escriben a mi email. Mantengo la relación en un plano de amistad. Porque se que también soy solo una obsesión para ellas. No me conocen en realidad y se imaginan que soy su hombre ideal.
Siempre he dicho que mis defectos son tantos, que sería más fácil decir las pocas virtudes que tengo. Y claro que alguien puede enamorarse de mi, pero hasta que me conozca profundamente. No antes.
Y tu relación ¿Es amor u obsesión? Si es obsesión y lo comprendes
Hay relaciones sin salida, que sin embargo sientes la necesidad de seguir en ellas mátame, pero no me dejes.
También, cuando tenemos un amigo que nos hace suspirar y nos morimos por las ganas de que sea nuestro amor. Y cuando vemos a alguien de lejos, no lo conocemos ¡y ya sentimos que lo amamos!
¿Cómo diferenciar el amor de la obsesión?
En las relaciones sin salida, es simple saberlo ¿Te sientes querida, amada y respetada? ¿Te apoya y comprende tu pareja? ¿Sientes más energía para vivir o te la quita?
Si no hay comprensión y respeto mutuo, no te engañes: no es amor. Es baja autoestima. En realidad, por una extraña razón, atraemos a personas que están en sintonía con nuestros pensamientos dominantes.
Y si nuestros pensamientos son negativos, de baja autoestima no te extrañe que atraigas a personas con los mismos problemas.
Cuando se tiene baja autoestima, se encuentra el sentido de la vida en el conflicto.
Como no consigues la atención de nadie, descubres que en el conflicto puedes hacer sentir al otro culpable y recibir cariño. Y llamas la atención.
Es por eso que te haces adicta a las relaciones destructivas. En la pelea llamas la atención del otro. Esto es dañino. Y no es amor. Tienes que encontrar por ti misma lo que te motive. Tienes que mejorar tu autoestima. Cuando te enamores de ti misma, comprenderás que es una relación sin salida. Termínala, para dar la bienvenida a un nuevo amor que esté en sintonía con tu nueva forma de ver la vida.
Hay personas que tienen relaciones prohibidas con personas casadas. Se dicen así mismas que él ya no ama a su esposa y que le gustaría dejarla. Pero que no lo hace por los hijos. No te engañes. Te estás auto-saboteando. Porque tienes baja autoestima, crees que no puedes conseguir a un hombre libre. Esta es una relación sin salida. Es una obsesión, que no te va a llevar al verdadero amor.
Cuando se sueña con una persona que apenas conoces, no lo dudes: no es amor. Cuando mucho, atracción. Todos tenemos nuestro tipo de hombre o mujer ideal. Y cuando no conocemos bien a la persona le endosamos todas las características de nuestra pareja ideal. Hasta que conozcas a tu amor platónico, sabrás con claridad sus defectos y virtudes. Conocerás su vida. Y solo en ese momento, sabrás si es amor o solo fue obsesión.
La mente es tan poderosa, que puede enfermarte o enamorarte. Y todo está en los pensamientos. Es bonito ilusionarse por alguien y pensar que es nuestra persona ideal. Pero pasar de la simple emoción a la obsesión ya no es sano.
En ocasiones, tendrás pareja y estarás obsesionada por otra persona. Pero sientes que estás enamorada de los dos. Es simple. Estás enamorado de tu pareja, porque la conoces y tu mente te ha enamorado de la otra persona, por ser un sueño aún no vivido.
Por que lo adornaste con las características de tu persona ideal, y la esperanza de que sí las reúna, hace que se convierta en tu obsesión.
Cuando terminas con una persona, se dejan de ver, y resulta que te has dado cuenta de que si la amas
Es obsesión. En nuestra soledad, necesitamos a alguien que nos ayude a olvidarla momentáneamente. Y cuando no tenemos a alguien con quien pelear, ni discutir, nos sentimos vacíos. Y pensamos es que sí lo amo. En realidad, es una necesidad egoísta de hacer sufrir a otra persona y que esta nos haga sufrir, para no sentirnos solos.
El amor, se basa en una comprensión y respeto de tu pareja. Ves con claridad sus defectos y sin embargo le tienes cariño a su vida. En la obsesión, se debe a la baja autoestima si me deja, no voy a encontrar a otra persona. Es precisamente cuando terminas relaciones sin salida, cuando aparece un nuevo amor ¿Cómo quieres que aparezca si no quedas libre primero? ¿Cómo quieres que se te acerque un enamorado, si ve que tienes pareja? Parece obvio, pero muchos piensan que mientras encuentran al bueno, pueden tolerar la relación presente.
También, la imaginación ejerce mucha influencia en la obsesión. Es más fácil soñar en que una persona tiene las características del hombre o mujer ideal, y verlo de lejos, que enfrentarnos a una relación real y que seamos rechazados.
Hay que arriesgarse. En este universo de hombres y mujeres con diversas formas de pensar, con toda seguridad hay alguien que es para nosotros. Solo hay que tener fe y experimentar lo suficiente.
En lo personal, como conferencista despierto la obsesión de algunas mujeres. Me queda claro que es eso. No tomo ventaja de ello. Simplemente manejo la situación y el tiempo hace que se les pase. Como escritor, también soy la obsesión de varias chicas que me escriben a mi email. Mantengo la relación en un plano de amistad. Porque se que también soy solo una obsesión para ellas. No me conocen en realidad y se imaginan que soy su hombre ideal.
Siempre he dicho que mis defectos son tantos, que sería más fácil decir las pocas virtudes que tengo. Y claro que alguien puede enamorarse de mi, pero hasta que me conozca profundamente. No antes.
Y tu relación ¿Es amor u obsesión? Si es obsesión y lo comprendes
del amor a el odio
Del amor al odio
La gran mayoría de la gente desea ser especial para alguien, así como tener a alguien especial en su vida. El enamoramiento hace esto posible. Aunque el amor puede surgir a primera vista, lo más común es que dicho proceso lleve un tiempo. A primera vista puede haber atracción, interés, e incluso la intuición de que la otra persona es ese ser especial que se busca. Sin embargo, de la atracción se llega al enamoramiento y del enamoramiento puede alcanzarse el amor. Y hay quien dice que del amor al odio hay un paso.
En la fase del enamoramiento se tienden a exagerar las cualidades de la otra persona, a enamorarse de la proyección ideal que se hace de ella. Stendhal da a ese fenómeno el nombre de cristalización, que llega hasta el extremo de distorsionar la percepción de la persona amada. Aunque este fenómeno es bastante común, implica riesgos importantes. Entre ellos destaca el hecho de que se puede situar a la otra persona en un plano superior del que luego dejamos que caiga desplomada. Si esto ocurre, el supuesto amor que existía −enamoramiento− puede convertirse en aversión e incluso odio.
El amor incondicional requiere una madurez casi utópica, pero un amor sincero, aunque se extinga, no tiene por qué transformarse en odio. Para que aparezca el odio, la persona, consciente o inconscientemente, se recrea de forma sistemática en los aspectos negativos del otro −un proceso inverso al del enamoramiento− en el que la ex pareja es vista como un cúmulo de defectos y situada en un plano ínfimo.
La persona amada se convierte en la persona odiada por cuestiones de 'frustración-agresión' −o de una baja tolerancia a la frustración−. Se pone a alguien en un pedestal −quizás inmerecidamente− y luego se desea crucificarlo. Pasado el periodo de cristalización se descubre que el enamorado no cuenta con todas las cualidades proyectadas. Esto puede causar mucha frustración. También, puede ocurrir que las expectativas no cumplidas lleven a una animadversión debido a la frustración que generan. De manera que lo que antes se aceptaba sin mayor esfuerzo ahora es denegado inflexiblemente... Lo que antes se deseaba ahora se detesta ¿Es ésta una razón suficiente para odiar a quien antes se amaba?
http://elalamopsicologia.blogia.com/2007/010701-del-amor-al-odio.php
La gran mayoría de la gente desea ser especial para alguien, así como tener a alguien especial en su vida. El enamoramiento hace esto posible. Aunque el amor puede surgir a primera vista, lo más común es que dicho proceso lleve un tiempo. A primera vista puede haber atracción, interés, e incluso la intuición de que la otra persona es ese ser especial que se busca. Sin embargo, de la atracción se llega al enamoramiento y del enamoramiento puede alcanzarse el amor. Y hay quien dice que del amor al odio hay un paso.
En la fase del enamoramiento se tienden a exagerar las cualidades de la otra persona, a enamorarse de la proyección ideal que se hace de ella. Stendhal da a ese fenómeno el nombre de cristalización, que llega hasta el extremo de distorsionar la percepción de la persona amada. Aunque este fenómeno es bastante común, implica riesgos importantes. Entre ellos destaca el hecho de que se puede situar a la otra persona en un plano superior del que luego dejamos que caiga desplomada. Si esto ocurre, el supuesto amor que existía −enamoramiento− puede convertirse en aversión e incluso odio.
El amor incondicional requiere una madurez casi utópica, pero un amor sincero, aunque se extinga, no tiene por qué transformarse en odio. Para que aparezca el odio, la persona, consciente o inconscientemente, se recrea de forma sistemática en los aspectos negativos del otro −un proceso inverso al del enamoramiento− en el que la ex pareja es vista como un cúmulo de defectos y situada en un plano ínfimo.
La persona amada se convierte en la persona odiada por cuestiones de 'frustración-agresión' −o de una baja tolerancia a la frustración−. Se pone a alguien en un pedestal −quizás inmerecidamente− y luego se desea crucificarlo. Pasado el periodo de cristalización se descubre que el enamorado no cuenta con todas las cualidades proyectadas. Esto puede causar mucha frustración. También, puede ocurrir que las expectativas no cumplidas lleven a una animadversión debido a la frustración que generan. De manera que lo que antes se aceptaba sin mayor esfuerzo ahora es denegado inflexiblemente... Lo que antes se deseaba ahora se detesta ¿Es ésta una razón suficiente para odiar a quien antes se amaba?
http://elalamopsicologia.blogia.com/2007/010701-del-amor-al-odio.php
Pra. la gente con obsesiones y ansied.es largo pero porfi leerlo
por:SOARIES
Ante todo me presento soy soraya de Madrid, y quiero aprovechar este foro para poder ayudarnos los unos a los otros y comprender que tenemos una enfermedad "T.O.C transtorno obsesivo" Os cuento mi caso ya que ayer despues de mucho buscar casos como el mio, lloraba de emocion al ver que hay gente en mi situacion, eran mensajes de mucho tiempo atras por eso quiero actualizarlo y poder hablar con esa gente que al igual que yo lo estando pasando mal.
Yo hace 10 años y sin motivos de la noche a la mañana cogi una depresion con transtorno obsesivo y lo cogi con lo que mas me puede hacer sufrir dudar de si queria o no a mi marido (antes novio)era la pescadilla que se muerde la cola nunca tenia fin: "que si no le queria" "que si no queria estar con el" "que si solo como amigo" en fin un monton de ideas que me hacian volverme loca, cuando parecida que encontraba una comparacion que me hacie sentirme bien siempre estaba la palabra puñetera "y si......" (sabreis bien de que hablo)que me destrozaba.Lo pase muy mal estuve en tratamiento, los medicos me trataban de esplicar que no hiciera caso a los pensamientos, que todo era irreal, que era todo lo contrario que lo habia cogido con el porque era a la persona que mas queria, pero cuando me venian las dichosas ideas no me valian esas palabras.
Gracias a dios despues de los dos años me recupere y me case con mi niño, el hombre de mi vida, pero hace dos años esa inmensa felicidad se frusto porque por pasar por una operacion empece otra vez con la ansiedad y como no..... con las obsesiones con el mismo tema.Ahora estoy en un estado de subidas y bajadas. Cuando estoy bien soy la mujer mas feliz del mundo al lado de mi niño (como yo le llamo), un chico maravilloso que al siento que quiero con toda mi alma, pero cuando estoy con la recaida solo me viene que no le quiero y que no le quiero y sufro mucho porque aunque se que mi cabeza no va con mi corazon y aun sintiendo incluso en muchos momentos estando mal que le quiero, no puedo evitar caer en las dichosas dudas y lloro y lloro sin parar, en esos momentos quiero morirme.Se que hay mucha gente en mi caso por eso desde aqui quiero animaros a que utilicemos estos para ayudarnos.Hay varias chicas que estan en mi caso que se llaman: marian, gema107, diannaM, etc que me encantaria hablar con ellas.ESTO ES PARA TI MARIAM:
"marian si me lees no tengo ninguna duda de que amas a tu marido como yo al mio, nosotras no lo vemos pero como en mi caso la gente que me rodea me dice que como puedo tener dudas que con solo mirarme de la forma que le miro se nota que es mi vida, por eso misma somos presa del panico por el amor que sentimos por ellos.Ahhhhhhh una pregunta muy importante yo empeoro cuando voy a empezar con la regla o justo al terminar hos pasa tambien a vosotras???.Ya buscaremos una solucion.Bueno muchs animos y besos y que no haya mas """y si.......""" vosotras ya me entendeis que nos destruya la vida.
por:SOARIES
Ante todo me presento soy soraya de Madrid, y quiero aprovechar este foro para poder ayudarnos los unos a los otros y comprender que tenemos una enfermedad "T.O.C transtorno obsesivo" Os cuento mi caso ya que ayer despues de mucho buscar casos como el mio, lloraba de emocion al ver que hay gente en mi situacion, eran mensajes de mucho tiempo atras por eso quiero actualizarlo y poder hablar con esa gente que al igual que yo lo estando pasando mal.
Yo hace 10 años y sin motivos de la noche a la mañana cogi una depresion con transtorno obsesivo y lo cogi con lo que mas me puede hacer sufrir dudar de si queria o no a mi marido (antes novio)era la pescadilla que se muerde la cola nunca tenia fin: "que si no le queria" "que si no queria estar con el" "que si solo como amigo" en fin un monton de ideas que me hacian volverme loca, cuando parecida que encontraba una comparacion que me hacie sentirme bien siempre estaba la palabra puñetera "y si......" (sabreis bien de que hablo)que me destrozaba.Lo pase muy mal estuve en tratamiento, los medicos me trataban de esplicar que no hiciera caso a los pensamientos, que todo era irreal, que era todo lo contrario que lo habia cogido con el porque era a la persona que mas queria, pero cuando me venian las dichosas ideas no me valian esas palabras.
Gracias a dios despues de los dos años me recupere y me case con mi niño, el hombre de mi vida, pero hace dos años esa inmensa felicidad se frusto porque por pasar por una operacion empece otra vez con la ansiedad y como no..... con las obsesiones con el mismo tema.Ahora estoy en un estado de subidas y bajadas. Cuando estoy bien soy la mujer mas feliz del mundo al lado de mi niño (como yo le llamo), un chico maravilloso que al siento que quiero con toda mi alma, pero cuando estoy con la recaida solo me viene que no le quiero y que no le quiero y sufro mucho porque aunque se que mi cabeza no va con mi corazon y aun sintiendo incluso en muchos momentos estando mal que le quiero, no puedo evitar caer en las dichosas dudas y lloro y lloro sin parar, en esos momentos quiero morirme.Se que hay mucha gente en mi caso por eso desde aqui quiero animaros a que utilicemos estos para ayudarnos.Hay varias chicas que estan en mi caso que se llaman: marian, gema107, diannaM, etc que me encantaria hablar con ellas.ESTO ES PARA TI MARIAM:
"marian si me lees no tengo ninguna duda de que amas a tu marido como yo al mio, nosotras no lo vemos pero como en mi caso la gente que me rodea me dice que como puedo tener dudas que con solo mirarme de la forma que le miro se nota que es mi vida, por eso misma somos presa del panico por el amor que sentimos por ellos.Ahhhhhhh una pregunta muy importante yo empeoro cuando voy a empezar con la regla o justo al terminar hos pasa tambien a vosotras???.Ya buscaremos una solucion.Bueno muchs animos y besos y que no haya mas """y si.......""" vosotras ya me entendeis que nos destruya la vida.
SI A LA VIDA CONYUGAL, A PESAR DE LOS PESARES
Escrito por Enrique Rojas |
El amor debe ser el primer argumento de la vida. Casi todo lo bueno y lo malo de la existencia humana, se vertebra en torno a los aciertos y a los errores en el amor comprometido. Equivocarse en las expectativas de la relación conyugal es grave y produce unos efectos que se alargan en el tiempo. Las expectativas son ideas previas, esperanzas, ilusiones, sobre lo que se entiende a nivel general que debe ser este tema. Aquí cuenta desde la información que hemos ido recibiendo desde jóvenes, la educación sentimental, los referentes familiares, las circunstancias personales, nuestro estilo de vida, las ideas y creencias que se han ido hospedando en nosotros. Todo ello forma el subsuelo en donde nos apoyamos. Lo que es evidente es que amor y trabajo, afectividad y profesión constituyen los dos ejes decisivos sobre los que se consolida el ser humano. Leemos estos días en la prensa el aumento del número de rupturas de pareja y divorcios. Quiero llamar la atención sobre 5 errores frecuentes que se producen en los que se embarcan en la vida en pareja. Quiero poner sobre el tapete cinco avisos para navegantes: Pues bien, ¿cuáles serían esos errores mas frecuentes hoy en el manejo indiscriminado de la palabra amor? Hacer del amor algo divino Esto conduce a hacer del amor tal elogio, alzaprimarlo tanto que nos deslumbre y pensemos que las cosas han de ser siempre así. En el amor inteligente hay una visión inmediata y otra mediata, una próxima y otra lejana; en el primero la mirada se concentra en el aquí y ahora , y en el segundo en el allíalláallende. En la divinización del amor entramos en un mundo mágico y excepcional que es la poesía. Que nos ofrece solo una parcela de la realidad sentimental, la mejor. Aquella menos difícil y más desproblematizada. Lope de Vega en su célebre soneto Varios efectos del amor lo termina resumiendo así: "beber veneno por licor/olvidar el provecho, amar el daño/creer que un cielo en un infierno cabe/dar la vida y el alma a un desengaño:/esto es amor. Quien lo probó lo sabe". Y un siglo antes, en el XV, Juan de la Encina en uno de sus villancicos nos dice:"No te tardes, que me muero, carcelero. /Sácame de esta cadena/ que recibo muy gran pena/pues tu tardar me condena/carcelero". El gran poeta romántico Bécquer nos pone delante del enamoramiento y nos deslumbra con sus certeros dardos expresivos, al ofrecernos lo mejor de si mismo. Con la esfinge de la palabra amor se acuñan muchas monedas falsas. Uno se emborracha de ella y puede perder incluso la cabeza Amar a alguien. Amar a alguien es decirle tu estarás siempre conmigo e intentaré darte lo mejor que tengo. Luchare por ello. Me esforzare. Pero sabiendo que mantener ese fuego encendido depende de que se vaya alimentando a base de cosas pequeñas, diarias, menudas, que le dan esas llamas permanentes El amor es divino y es humano, el amor es espiritual y terrenal. Tener una concepción correcta evita muchas andaduras negativas... 2 Hacer de la otra persona un absoluto Sería como una prolongación del concepto de cristalización que describió Stendhal, pero con algo más de fundamento. Decía este autor francés que enamorarse es idealizar al otro, con todo lo que ello significa. El príncipe azul no existe, existe desde fuera, desde los aledaños de la convivencia . Pero no existe desde dentro: nadie es un gran señor para su mayordomo Aquí se mantiene al otro en una posición excesivamente elevada, lo que lleva a ponerlo en un pedestal psicológico. En la convivencia diaria, la visión que se va a ir que se va a ir teniendo de él es milimétrica, codo a codo, hay mil y una ocasiones de que esta imagen superlativa caiga y se desplome. No de un día para otro, sino de forma gradual. El otro, de cerca, pasa de ser absoluto a ser relativo, de magnificar sus capacidades positivas a verlas con un cierto espíritu critico. Por eso para mantenerse enamorado hay dos cosas esenciales, seguir admirando al otro y mantener un buen nivel de comunicación Pero es una seria equivocación no ver los defectos de esa otra persona y saberlos aceptar como condición sine quanom de lo que es el ser humano. Eso es tener los pies en la tierra. Hoy tenemos mucha información respecto a las rupturas de pareja en medio mundo, lo que esta llevando a un miedo enorme al compromiso conyugal, al ver los datos de la realidad sobre la mesa. La inteligencia es capacidad de síntesis. También es tener esquemas mentales, que nos ponen en la realidad. El verdadero amor consiste en luchar por sacar lo mejor de la otra persona (por supuesto lo mejor de uno mismo). Tener el arte, la gracia y el oficio de que lo más positivo que el otro tiene salga en la vida ordinaria. En nuestra cultura el hombre se enamora por la vista y la mujer por el oído. Al principio, en el enamoramiento casi todo se mueve en el juego de las apariencias. Después de los primeros lances va apareciendo la verdad de cada uno. Conocer al otro en sus cosas positivas y negativas es tener un buen equilibrio psicológico Es un fallo bastante generalizado pensar que solo con estar enamorado es suficiente para que el amor funcione. Es ese el principio, el empujón que pone en marcha toda la maquinaria psicológica de los sentimientos y que los comienzos tienen una enorme fuerza. Pero eso tiene validez solo al principio. El amor es como un fuego que hay que alimentarlo día a día. Si no se apaga. Hay que nutrirlo de cosas pequeñas, en apariencia poco relevantes pero que están en la falda de lo diario. Cuando se descuidan, antes o después, esa relación se va enfriando y acaba por llevarse las mejores intenciones. Dicen los economistas, que en los negocios hay que estar muy pendiente de los más mínimos detalles, para que no se den sorpresas. Cuidar los detalles pequeños es amor inteligente. La afectividad se parece también a un negocio, en el que la cuenta de resultados es subjetiva y se mide por unos termómetros privados que nos dicen si el tema va bien o uno se desvía de la ruta. En el hombre light, todo esta centrado en lo material: dinero, éxito, poder, triunfo. Dicho de forma más académica: hedonismo, consumismo, permisividad y relativismo. Placer por encima de todo, acumular, darlo todo por válido si a uno le apetece y tener una visión de la realidad tan amplia que se borran los límites geográficos entre lo bueno y lo malo, lo correcto y lo incorrecto.... Con esos presupuestos es muy difícil mantener una relación sentimental estable, salvo que la otra persona sea capaz de doblegarse, desaparecer psicológicamente y someterse a fondo. Pero eso no es matrimonio, ni relación conyugal, ni vida de pareja. Eso es otra cosa. La inteligencia afectiva nos lleva a saber plantear lo que son los sentimientos compartidos y a buscar soluciones. Anticiparse y resolver. Prever y solventar. Facultad para dominarse a si mismo e ir entendiendo la geografía sentimental en su diversidad. Mapa del viaje exploratorio hacia la arqueología afectiva, espacio donde radica lo más humano del hombre. Desde esos parajes, uno debe esmerarse en concretar planos y aristas y territorios a modificar, enmendar y rehacer lo que no va como es debido. La vida conyugal necesita ser aprendida Es de una gran inmadurez pensar que una vez que dos personas deciden compartir su vida, todo irá circulando más o menos bien, por el solo hecho de la decisión recíproca de estar el uno de acuerdo con el otro. Se necesita un consenso sobre lo básico bien hilvanado. . La convivencia es un trabajo costoso de comprensión y generosidad constantes, en donde no se puede bajar la guardia. Para mi no hay nada tan complejo como esto. Tiene muchos ángulos y vertientes. Sus lenguajes son físicos, sexuales, afectivos, intelectuales, económicos, sociales, culturales, espirituales. La integración de todos esos engranajes, su acoplamiento y el que las piezas rueden con cierta fluidez, es una operación en donde hay que poner los mejore esfuerzos. Tarda uno mucho tiempo en entenderse con otra persona. La madurez conyugal es serenidad y benevolencia. Pero esa madurez necesita tanto de la pasión como de la paciencia En la psicología del aprendizaje hay todo un conjunto de reglas que se van a ir cumpliendo para que esa información se archive en la mente y de lugar a respuestas eficaces y certeras, que solucionen conflictos y apacigüen problemas. La inteligencia y la voluntad deben estar aquí especialmente presentes. La primera como ilustración, perspicacia, percepción integradora, lucidez reflexiva, vivacidad que mueve a la experiencia y la trae a primer plano para aportar soluciones operativas. La segunda, la voluntad, no es otra cosa que la herramienta para luchar deportivamente por vencernos en pequeñas escaramuzas, en batallas afanosas donde se pone el acento en puntos de mira concretos, específicos, en donde el empeño insiste para superar el capricho y el antojo del momento. La inteligencia y la voluntad potencia la libertad y aseguran la diana de los propósitos Una muestra pequeña de ello: compartir cosas positivas juntos, evitar la incontinencia verbal negativa (decirle cosas fuertes y negativas al otro, siendo demasiado directo) , controlar el no sacar la lista de agravios del pasado (la colección de atranques y roces de atrás) Capacidad para perdonar (no hay autentico perdón sin esfuerzo para olvidar); evitar discusiones innecesarias (rara vez de la discusión sale la verdad, porque hay mas desahogo y querer ganarle al otro en la contienda); Evitar malos entendidos, que a veces están a la vuelta de la esquina. Algunas personas tienen muy pocas habilidades en la comunicación conyugal y necesitan adquirir recursos psicológicos en esa área. Las expectativas demasiado idealistas, ignoran la importancia de estos aspectos. Luego vendrá la vida con sus exámenes y esas asignaturas no preparadas no pueden ser superadas. Ahí se va a establecer una reciprocidad positiva, una especie de círculo de satisfacciones bilaterales. Intercambio de conexiones y vínculos que hacen mas fácil y agradable la vida del otro. Nadie puede dudar que esto se aprenda. No es posible que uno se embarque en una relación y todo funcione por una especie de automatismo innato. Verlo así implicaría un error de base que se pagaría muy caro a la larga. Porque no hay que perder de vista que en la gran mayoría de los casos, los motivos desencadenantes de un conflicto o de una tensión suelen ser fútiles, irrelevantes, nimios, detalles de poca importancia que se acumulan a otros cansancios o frustraciones y producen reacciones de irritabilidad y/o descontrol. . Otra equivocación muy reiterada consiste en desconocer que a lo largo de cualquier relación conyugal, por estable y positiva que sea, han de darse algunas crisis psicológicas., por estable y positiva que esta sea. Unas serán fisiológicas o normales, es decir, que son tránsitos necesarios, inevitables, por donde hay que pasar sin más remedio forman parte de lo que es la condición humana, en lo que atañe a la comunicación y convivencia. Otras, relativamente fisiológicas, suceden con etapas propias del paso de los años, el crecimiento de los hijos, el paso de las generaciones, las alternativas psicológicas, familiares y económicas.... unas y otras deben ser superadas sin dificultad, salvo que la pareja no encuentra mínimos apoyos en su cercanía o se produzca la intervención desafortunada de algunos miembros de la familia, que con escasa fortuna psicológica hacen daño y su labor tiene un efecto contraproducente. No hay felicidad sin amor y no hay amor sin renuncias. El amor entre dos personas es alquimia y complicidad y estar pendiente del otro. Para estar bien con alguien hace falta primero estar bien con uno mismo. La cultura sentimental es necesaria para alzarnos sobre la mediocridad del entorno. Por ahí nos acercamos a la vida lograda. Suma y compendio de la vida autentica. Si no puedo cambiar el pasado si puedo dirigir el futuro. Enrique Rojas Catedrático de Psiquiatría Autor de Remedios para el desamo |
Pensamientos tóxicos/automáticos en la pareja:
Pensamientos tóxicos/automáticos en la pareja:
Valeria N. Sicardi
El intercambio emocional entre 2 individuos, se manifiesta a través de sus expresiones faciales, verbales, posturales, etc., actitudes con las que se decodifican un sin número de inferencias, suposiciones, atribuciones que se van desarrollando y reforzando por medio de un proceso llamado cognitivo, los que llamaría “pensamientos tóxicos automáticos”:
1) Suposiciones fugaces, de lo que el otro intenta hacer o decir, de lo cual desciframos, una serie de atribuciones al otro, tanto de poder o manipulación, como de intención por Ej.: (el no me pisará la cabeza)
2) Atribuciones que dicen de mí, como hacia lo que nosotros creemos que el otro considera o califica a nuestra persona: (cree que soy un estúpido)
Estas reacciones están activadas por “pensamientos automáticos” (A. Beck) y se manifiestan mediante sobresaltos emotivos y conductas disfuncionales, las cuales reflejan nuestras vivencias emocionales más profundas ligadas a los vínculos más primitivos de la infancia. No es posible que ante tantas atribuciones e inferencias, logremos una comunicación elegante, caemos en el trato toxico hacia el otro, regido por un pensamiento toxico, y una vez que se ha instalado como pensamiento automático, nos encargamos de “corroborar los supuestos, cada vez que sea posible”, por medio de una lectura selectiva de los acontecimientos, actitudes, palabras etc., del otro individuo, transformándose en auto confirmadores, por ejemplo: el cónyuge que se siente victimizado, está analizando constantemente todo lo que su pareja hace, “con el fin de confirmar que es una víctima,” pasa por alto, o deja de lado, cualquier acto amable de parte de su cónyuge, que pudiera cuestionar el punto de vista ya cristalizado, (pensamiento toxico selectivo) solo conoce jugar un papel de víctima, y no sabría como desenvolverse bajo otro rol que desconoce y no intenta corregir pues ha aprendido solo a ocupar ese engranaje en el entramado de las relaciones.
Volviendo a los pensamientos ya instalados, tóxicos y por cierto altamente perturbadores, confunden el sistema nervioso de alarma, una vez que la persona piensa que es victimizada, dispara un asalto emocional y fácilmente cavilara sobre una lista de quejas, su memoria selectiva olvidara que su cónyuge tiene otros aspectos agradables para la relación y no será calificado como “un Ser que erró”, si no como” un Ser errado”, las actitudes son solo connotaciones aisladas, que no calificaran a la persona como mala o buena, justa o injusta, egoísta o generosa etc. Se calificara a la actitud, no la persona. No es lo mismo tener una mirada acida hacia el cónyuge, y decir: “es un injusto”, a decir o pensar: “su comportamiento fue injusto”, él/ella no siempre es injusto, por lo tanto seria un análisis más racional, el pensar que solo algunas veces comete algunas injusticias , pues seguramente abra más veces en que él/ella se comporto de modo justo, de ello no nos percatamos, pues pareciera que es normal, que deberían las personas ser como nosotros queremos o deberían ser justas con nosotros, me pregunto: es anormal que de vez en cuando se cometan injusticias? si, todas las personas en el mundo alguna vez cometen injusticias, por algo se han hecho leyes que imparten justicia, parecería que la naturaleza del hombre no es ser justo, si no, no las necesitaríamos, entonces: ¿Porqué descalificamos a una persona, aun siendo nuestro compañero/a, cuando comete injusticias? ¿Qué otras demandas tenemos hacia los demás, el mundo etc.?, ¿Estamos viendo por un lente anómalo? Esto llevado a todos los ámbitos calificatorios, terminamos ejerciendo una condena global, terminante, totalitarista, y absolutista, estamos siendo JUSTOS?
Valeria N. Sicardi
“Elimina tu opinión, y eliminaras la queja: “me han ofendido”.
Elimina la queja: “me han ofendido” y la ofensa se habrá ido”
(Marco Aurelio)
“Las personas que buscan motivos para ofenderse siempre los hallaran, pero son ellas quienes tienen un problema, y su problema es que necesitan ofenderse”.
http://psygnos.net/biblioteca/articulos/recibidos/sicardipareja.htm
Valeria N. Sicardi
El intercambio emocional entre 2 individuos, se manifiesta a través de sus expresiones faciales, verbales, posturales, etc., actitudes con las que se decodifican un sin número de inferencias, suposiciones, atribuciones que se van desarrollando y reforzando por medio de un proceso llamado cognitivo, los que llamaría “pensamientos tóxicos automáticos”:
1) Suposiciones fugaces, de lo que el otro intenta hacer o decir, de lo cual desciframos, una serie de atribuciones al otro, tanto de poder o manipulación, como de intención por Ej.: (el no me pisará la cabeza)
2) Atribuciones que dicen de mí, como hacia lo que nosotros creemos que el otro considera o califica a nuestra persona: (cree que soy un estúpido)
Estas reacciones están activadas por “pensamientos automáticos” (A. Beck) y se manifiestan mediante sobresaltos emotivos y conductas disfuncionales, las cuales reflejan nuestras vivencias emocionales más profundas ligadas a los vínculos más primitivos de la infancia. No es posible que ante tantas atribuciones e inferencias, logremos una comunicación elegante, caemos en el trato toxico hacia el otro, regido por un pensamiento toxico, y una vez que se ha instalado como pensamiento automático, nos encargamos de “corroborar los supuestos, cada vez que sea posible”, por medio de una lectura selectiva de los acontecimientos, actitudes, palabras etc., del otro individuo, transformándose en auto confirmadores, por ejemplo: el cónyuge que se siente victimizado, está analizando constantemente todo lo que su pareja hace, “con el fin de confirmar que es una víctima,” pasa por alto, o deja de lado, cualquier acto amable de parte de su cónyuge, que pudiera cuestionar el punto de vista ya cristalizado, (pensamiento toxico selectivo) solo conoce jugar un papel de víctima, y no sabría como desenvolverse bajo otro rol que desconoce y no intenta corregir pues ha aprendido solo a ocupar ese engranaje en el entramado de las relaciones.
Volviendo a los pensamientos ya instalados, tóxicos y por cierto altamente perturbadores, confunden el sistema nervioso de alarma, una vez que la persona piensa que es victimizada, dispara un asalto emocional y fácilmente cavilara sobre una lista de quejas, su memoria selectiva olvidara que su cónyuge tiene otros aspectos agradables para la relación y no será calificado como “un Ser que erró”, si no como” un Ser errado”, las actitudes son solo connotaciones aisladas, que no calificaran a la persona como mala o buena, justa o injusta, egoísta o generosa etc. Se calificara a la actitud, no la persona. No es lo mismo tener una mirada acida hacia el cónyuge, y decir: “es un injusto”, a decir o pensar: “su comportamiento fue injusto”, él/ella no siempre es injusto, por lo tanto seria un análisis más racional, el pensar que solo algunas veces comete algunas injusticias , pues seguramente abra más veces en que él/ella se comporto de modo justo, de ello no nos percatamos, pues pareciera que es normal, que deberían las personas ser como nosotros queremos o deberían ser justas con nosotros, me pregunto: es anormal que de vez en cuando se cometan injusticias? si, todas las personas en el mundo alguna vez cometen injusticias, por algo se han hecho leyes que imparten justicia, parecería que la naturaleza del hombre no es ser justo, si no, no las necesitaríamos, entonces: ¿Porqué descalificamos a una persona, aun siendo nuestro compañero/a, cuando comete injusticias? ¿Qué otras demandas tenemos hacia los demás, el mundo etc.?, ¿Estamos viendo por un lente anómalo? Esto llevado a todos los ámbitos calificatorios, terminamos ejerciendo una condena global, terminante, totalitarista, y absolutista, estamos siendo JUSTOS?
Valeria N. Sicardi
“Elimina tu opinión, y eliminaras la queja: “me han ofendido”.
Elimina la queja: “me han ofendido” y la ofensa se habrá ido”
(Marco Aurelio)
“Las personas que buscan motivos para ofenderse siempre los hallaran, pero son ellas quienes tienen un problema, y su problema es que necesitan ofenderse”.
http://psygnos.net/biblioteca/articulos/recibidos/sicardipareja.htm
Te quiero… pero no estoy enamorado de ti
Asegura el psiquiatra y escritor Andrew Marshall. que si hace pocos años el matrimonio era, la piedra de toque de una sociedad, dispuesta a que sus individuos mantuviesen el tejido social a cualquier precio, ahora rige el convencimiento de que los adultos, tienen derecho a tener vidas afectivas plenas, a lo largo de toda su vida.
El problema que ve Marshall es que el indicador, que utilizamos para medir la vigencia de nuestras parejas. ya no es el afecto o el amor, sino el enamoramiento. Y que el grito de guerra que más escucha en su consulta es “Te quiero… pero no estoy enamorado de ti.” ¿Y qué diantres puede contestar el otro ante semejante reproche?
A mí, de entrada, la simple idea de estar enamorada como el primer día me agota, literalmente. Me dan la razón los estudios más rigurosos, que afirman que el enamoramiento se parece como una gota de agua, químicamente y por sintomatología, a un desorden obsesivo-compulsivo. Sospecho que la única razón por la cual no han catalogado el enamoramiento como enfermedad común es que no pueden encerrarnos a todos.
El enamoramiento es un proceso puñetero pero que puede resultar útil de cara a la transformación y al aprendizaje personal. Es el momento, tal vez uno de los pocos, en el que logras hacerte vulnerable y por tanto abierto al cambio. El precio a pagar puede ser alto, porque a la naturaleza le importa un bledo que sufras o no: solo quiere asegurarse de que, desafiando el sentido común, dos personas formen un nido en el que criar a un par de ejemplares de la especie humana. Y casi todos picamos, sin tener en cuenta que el amor tiene etapas, y que, aunque cueste creerlo, todas podrían ser interesantes.
La piel de plátano en la que resbalamos para iniciar el proceso del enamoramiento se llama Limerencia. Aquí nos sentimos de repente libres como el aire (qué paradoja, porque es justo entonces cuando nos ponemos la soga al cuello). En esos meses iniciales te acicalas, te obsesionas, fantaseas y sientes un deseo compulsivo de fundirte con el otro. Sospecho que es un proceso universal que resulta muy popular porque parece la respuesta a la plegaria con la que nacimos: “Tengo miedo, no quiero estar solo, quiero que me quieran.”
Bien, pues superado ese trance patológico, viene la sensatez (lo que Marshall denomina el establecimiento del “vínculo amoroso”). La diferencia entre la limerencia y el vínculo amoroso es sencilla: la primera, al ser una estrategia interesada de la naturaleza, funciona sola: no hay que hacer nada, solo dejarse llevar por las promesas del amor eterno. En cambio, el vínculo amoroso necesita cuidados y esfuerzos continuados. Y a veces, atosigados por las preocupaciones y el cansancio diarios, nos descuidamos… hasta que el vínculo amoroso se transforma en simple afecto. Allí empiezan los problemas, porque el afecto es perfecto para los hijos y para los amigos, pero que no vale para la pareja. La pareja necesita que mantengamos vivo el vínculo amoroso. ¿Cómo lo hacemos?
Básicamente, se trata de recuperar dos elementos: la conexión emocional y el contacto físico. ¿Recordáis cuando flotábamos, eufóricos, en la etapa de la limerencia? Podíamos pasar horas mirando, tocando y sintiendo al otro, sin más. Ese es el alimento del amor duradero. ¿Existen trucos para recuperar esa conexión? Si, ahí van algunos: de entrada, volver a escuchar a la pareja de forma que se sienta escuchada, no solo “oída” (esto implica parar el tiempo e interesarse de corazón por el otro). Ser generosos en lo grande y en lo pequeño, como cuando todo lo queríamos compartir con el otro. Reavivar el placer sencillo del contacto físico: caricias, miradas, abrazos… Y también derrochar a conciencia sentido del humor, porque la risa y la sonrisa son una fuente de alegría cómplice, fantástica y gratuita.
Específicamente, para los más decididos, Marshall sugiere un ejercicio que puede dejar atónitas a nuestras parejas pero que al parecer resulta muy eficaz: hay que mirar a la pareja a los ojos, sin decir nada, durante unos minutos, todos los días. Así conseguiremos empezar a reconectar, que es la esencia imprescindible del vínculo amoroso. Suerte, paciencia y al toro.
fuente:http://www.taringa.net/posts/salud-bienestar/8138252/Te-quiero_-pero-no-estoy-enamorado-de-ti.html
El problema que ve Marshall es que el indicador, que utilizamos para medir la vigencia de nuestras parejas. ya no es el afecto o el amor, sino el enamoramiento. Y que el grito de guerra que más escucha en su consulta es “Te quiero… pero no estoy enamorado de ti.” ¿Y qué diantres puede contestar el otro ante semejante reproche?
A mí, de entrada, la simple idea de estar enamorada como el primer día me agota, literalmente. Me dan la razón los estudios más rigurosos, que afirman que el enamoramiento se parece como una gota de agua, químicamente y por sintomatología, a un desorden obsesivo-compulsivo. Sospecho que la única razón por la cual no han catalogado el enamoramiento como enfermedad común es que no pueden encerrarnos a todos.
El enamoramiento es un proceso puñetero pero que puede resultar útil de cara a la transformación y al aprendizaje personal. Es el momento, tal vez uno de los pocos, en el que logras hacerte vulnerable y por tanto abierto al cambio. El precio a pagar puede ser alto, porque a la naturaleza le importa un bledo que sufras o no: solo quiere asegurarse de que, desafiando el sentido común, dos personas formen un nido en el que criar a un par de ejemplares de la especie humana. Y casi todos picamos, sin tener en cuenta que el amor tiene etapas, y que, aunque cueste creerlo, todas podrían ser interesantes.
La naturaleza solo quiere asegurarse de que, desafiando el sentido común, dos personas formen un nido para la perpetuación de la especie.
La piel de plátano en la que resbalamos para iniciar el proceso del enamoramiento se llama Limerencia. Aquí nos sentimos de repente libres como el aire (qué paradoja, porque es justo entonces cuando nos ponemos la soga al cuello). En esos meses iniciales te acicalas, te obsesionas, fantaseas y sientes un deseo compulsivo de fundirte con el otro. Sospecho que es un proceso universal que resulta muy popular porque parece la respuesta a la plegaria con la que nacimos: “Tengo miedo, no quiero estar solo, quiero que me quieran.”
¿Qué es la Limerencia? dijo:Limerencia (anglicismo proveniente de limerence) es el nombre propuesto por la psicóloga Dorothy Tennov para un fenómeno emocional cognitivo involuntario producido en ciertas personas y vinculado al enamoramiento. Fue descubierto por Tennov en un intento de estudiar científicamente la naturaleza del amor romántico a mediados de la decada de 1960.
La limerencia puede en algunos casos ser exactamente lo que uno trata de expresar cuando dice que está "locamente enamorado" (en inglés "having a crush" ) aunque este estado a diferencia de un enamoramiento a primera vista puede durar meses, años e incluso toda la vida. Se caracteriza por una gran cantidad de pensamiento intrusivo y pronunciada sensibilidad a eventos externos que pudieran reflejar la disposición del objeto limerente hacia el individuo. Puede ser experimentada como intensa alegría o como extrema desesperación, pudiendo esto variar dependiendo de la situación respecto de la otra persona.
Bien, pues superado ese trance patológico, viene la sensatez (lo que Marshall denomina el establecimiento del “vínculo amoroso”). La diferencia entre la limerencia y el vínculo amoroso es sencilla: la primera, al ser una estrategia interesada de la naturaleza, funciona sola: no hay que hacer nada, solo dejarse llevar por las promesas del amor eterno. En cambio, el vínculo amoroso necesita cuidados y esfuerzos continuados. Y a veces, atosigados por las preocupaciones y el cansancio diarios, nos descuidamos… hasta que el vínculo amoroso se transforma en simple afecto. Allí empiezan los problemas, porque el afecto es perfecto para los hijos y para los amigos, pero que no vale para la pareja. La pareja necesita que mantengamos vivo el vínculo amoroso. ¿Cómo lo hacemos?
Básicamente, se trata de recuperar dos elementos: la conexión emocional y el contacto físico. ¿Recordáis cuando flotábamos, eufóricos, en la etapa de la limerencia? Podíamos pasar horas mirando, tocando y sintiendo al otro, sin más. Ese es el alimento del amor duradero. ¿Existen trucos para recuperar esa conexión? Si, ahí van algunos: de entrada, volver a escuchar a la pareja de forma que se sienta escuchada, no solo “oída” (esto implica parar el tiempo e interesarse de corazón por el otro). Ser generosos en lo grande y en lo pequeño, como cuando todo lo queríamos compartir con el otro. Reavivar el placer sencillo del contacto físico: caricias, miradas, abrazos… Y también derrochar a conciencia sentido del humor, porque la risa y la sonrisa son una fuente de alegría cómplice, fantástica y gratuita.
Específicamente, para los más decididos, Marshall sugiere un ejercicio que puede dejar atónitas a nuestras parejas pero que al parecer resulta muy eficaz: hay que mirar a la pareja a los ojos, sin decir nada, durante unos minutos, todos los días. Así conseguiremos empezar a reconectar, que es la esencia imprescindible del vínculo amoroso. Suerte, paciencia y al toro.
fuente:http://www.taringa.net/posts/salud-bienestar/8138252/Te-quiero_-pero-no-estoy-enamorado-de-ti.html
Limerencia: la enfermedad del amor
19-nov-2010 Ainara Manrique
El Espejo del Amor - Dominio Público
Características de la limerencia
Probablemente, el aspecto más reconocible de la limerencia es lo que se puede conocer como “pensamiento intrusivo”. Los que padecen la limerencia se encuentran pensando a menudo, y de forma involuntaria, en su “objeto de limerencia”; situaciones, objetos, palabras, cosas que no tenían relación alguna con la persona objeto de limerencia súbitamente les hace pensar en él/ella.
La limerencia es un estado obsesivo-compulsivo.
También es frecuente que estos pensamientos adopten la forma de fantasías, basadas en acontecimientos mundanos, pero que suelen crecer hasta que la persona consigue al objeto de su limerencia.
Suelen ser habituales grandes cambios de humor, desde una gran euforia y esperanza si encuentran razones (que pueden ser muy tenues) para creer que sus sentimientos son correspondidos, a terror al rechazo e infelicidad cuando sospechan que no hay correspondencia.
Las personas pasando por limerencia tienen una percepción alterada de la realidad en lo referente al objeto de su limerencia, sus mínimos actos son estudiados y evaluados, gestos inocuos pueden ser interpretados como interés hacia ellos, determinadas situaciones pueden ser recreadas mentalmente con gran viveza, etc.
La limerencia, además, tiene efectos físicos en las personas: desde temblores, aceleración del ritmo carcíaco, sudores, confusión, “visión de tubo”, dolores de cabeza, debilidad general, etc. La persona se encuentra en un estado de ansiedad, tensión y timidez, especialmente cerca del objeto de su limerencia.
Quién puede ser una persona con limerencia
Cualquiera, en cualquier momento, puede empezar a tener limerencia. Normalmente, la persona objeto de limerencia es alguien que coincide con una posible pareja sexual (o no), acorde con la orientación del limerente. Sin embargo, aunque el sexo puede mejorar o empeorar mucho la situación, no es el principal factor ni el principal interés de la gente con limerencia, especialmente hoy en día, en el que el sexo no implica correspondencia.
Paradójicamente, a diferencia de otras formas de amor, en la limerencia el sujeto no tiene que sentir necesariamente preocupación por el bienestar del objeto de sus emociones. También sienten una gran necesidad de exclusividad, lo que lleva a celos y dudas.
La limerencia, además, empieza sin importar el tiempo que se conozca a la otra persona, puede ser una amistad de años o puede ser un recién conocido, el inicio a menudo es brusco e involuntario y no ser provocado por nada en especial.
Cómo hacer desaparecer la limerencia
La limerencia normalmente desaparece casi de forma tan brusca como apareció. Suele durar una media de tres años (puede ser de semanas a muchos años). A lo largo de este tiempo, existen varias fases en la que el afectado siente la limerencia con menor o mayor fuerza, normalmente, tras un pico de máxima intensidad en los sentimientos, suele ir descendiendo.
La limerencia también puede reactivarse incluso una vez se consideraba terminada, ya sea por volver a ver o recordar a la persona o, incluso, por un simple sueño.
Los sentimientos de limerencia son alimentados con la duda y los obstáculos, no estar seguro si se es correspondido o no agrava la situación y perpetúa el estado.
Incluso aunque el limerente se atreva a confesar sus emociones y reciba un rechazo, su visión alterada de la realidad le puede llevar a creer que aún sigue teniendo oportunidades, de todas formas, y explicar el rechazo por otras razones.
Ser correspondido, en ocasiones, tampoco supone la terminación inmediata de la limerencia si el limerente sigue teniendo dudas respecto a su pareja; aunque tras un pico de euforia tras ser correspondido (la “cristalización”), la limerencia tiende a desaparecer.
La limerencia puede acabar si el limerente encuentra algo realmente “indeseable” en el objeto de su limerencia. Un largo tiempo sin ser correspondidos (igual llevados por el propio miedo al rechazo), también hace que los sentimientos vayan desapareciendo.
En general, las principales fromas de deshacerse de la limerencia son:
- Consumación.
- Inanición: no correspondencia durante un largo período de tiempo (o romper el contacto).
- Transformación: los sentimientos hacia una persona se vuelven hacia otra.
Formas más directas de acabar con la limerencia han sido probadas por algunas personas que la sufrían, en ocasiones con algún éxito, como sencillamente mantenerse muy ocupado mental y físicamente para evitar pensamientos intrusivos y meditación.
La limerencia se diferencia de otras formas de amor principalmente por la intensidad de las emociones, y el deseo a ser correspondido es más importante que la propia persona objeto de interés. La limerencia además es temporal, una relación iniciada con una (o ambas) partes limerentes, siempre termina derivando en un “amor afectuoso” durable o en algo más desagradable. La limerencia se puede decir que es el conocido “amor romántico” pero destacando todas las cualidades negativas e indeseables del mismo.
http://webcache.googleusercontent.com/search?q=cache:nuKGAtLw8dsJ:www.suite101.net/content/limerencia-la-enfermedad-del-amor-a30624+limerencia&cd=2&hl=es&ct=clnk&gl=es&source=www.google.esla silla vacia
Los padres que cuidan y nutren su vida amorosa son más felices y aceptan mejor los cambios.
Hace algunos años, cuando todavía era soltero, y joven, y bello, tuve una clase muy especial. Fui a ella con una chica llamada Sofía, que en ese entonces era mi novia, y puedo asegurar que la lección que aprendimos ese día impacto muchísimo mi vida.
No recuerdo mucho del tema de la clase, pero lo que sí recuerdo con mucha frecuencia es la dinámica que se realizó en ella. Para empezar, nos sentamos todos en círculo, y entre bromas, nos pidieron a Sofía y a mí que nos sentáramos juntos.
La persona que daba la clase dijo entonces 'Supongamos que Pablo y Sofía se acaban de casar'... Ambos nos miramos con los ojos muy abiertos y tragamos saliva.
La instructora continúa sin prestar mucha atención a nuestro desconcierto: "Ellos han construido su hogar, establecido sus normas, y comienzan a ser muy felices".
"Con el tiempo viene el primer hijo". Llamaron a uno de los jóvenes y le pidieron que se sentara entre nosotros. "Sofía y Pablo le dan la bienvenida a su hogar y le tratan con mucha ternura y cariño. Pero, como suelen ser las cosas, tienen entonces otro hijo".
Pidieron a otro de los jóvenes que se sentara al lado de su 'hermano', entre nosotros. "La familia va creciendo; tienen buenas bases y viven de acuerdo a ellas. Los chicos se tratan con mucho cariño y los papás vigilan que no haya riñas entre ellos.
Son muy buenos padres y literalmente dedican su vida a ellos". Sofía y yo nos vimos en esa ocasión muy productivos, porque tuvimos unos tres o cuatro hijos más. En cada ocasión pidieron a alguno de los jóvenes o jovencitas que se sentaran en medio de nosotros para darles la bienvenida.
"El tiempo pasa", continúa la instructora, " y llega el día en que los hijos hacen su propia vida. Primero, Julio se casa y forma su propio hogar... "Dejará el hombre a su padre y a su madre". "Vamos, déjalos, Julio, ahí deja tu silla". Julio, nuestro primer 'hijo', se levanta y ocupa su nuevo lugar. "También Ana y Lucía encuentran buenos partidos y se casan". Las chicas se levantaron y dejaron su lugar.
Así cada uno de nuestros hijos se fue 'casando' y dejando sus sillas vacías. Cuando todos hubieron terminado de irse, la instructora hizo una pausa y luego dijo: "Ahora miren la distancia que existe entre ellos".
Y callé nuevamente. Efectivamente, había entre nosotros una distancia enorme de sillas vacías. A mi me pareció kilométrica. Me hice muchas preguntas entonces. ¿Qué pudo haber causado ese hueco enorme? Como si leyera mi mente, la instructora respondió entonces algunas de las preguntas que me hacía.
"Pablo y Sofía han cometido un gran error, porque han permitido que sus hijos se interpongan entre ellos. Vivieron Vivieron por y para sus hijos, pero se olvidaron de vivir el uno para el otro.
Ahora que están de nuevo solos, si acaso, tendrán que empezar desde el principio".
¿Qué habíamos hecho mal? ¿Acaso no nos habíamos dedicado con fervor a nuestros hijos? ¿Era ese el centro mismo de la construcción de una familia?
La instructora nos explicó el error de darlo todo por nuestros hijos. Explicó que la base del fundamento del hogar no son los hijos, sino la pareja y que ésta debe permanecer unida contra viento y marea.
De hecho, el mejor regalo que se puede dar a nuestros hijos es el hecho de saber que sus padres se aman y que permanecen unidos y ellos aprenden a amar en función de cómo se aman sus padres.
Si los padres no salen juntos, no se siguen cortejando con frecuencia, no se hablan con 'tiernos acentos' y no se comunican entre ellos de manera frecuente y especial, es escasa la probabilidad de tener hijos espiritual y emocionalmente estables y, cuando ellos partan de casa, nos encontraremos incomunicados y encontraremos a nuestra pareja a una enorme distancia, sin saber del todo como recuperar lo que nuestro propio descuido ha dejado que se pierda con los años.
Y no es egoísmo; por el contrario, es un seguro de vida para ellos y para nosotros mismos; para garantizar la vida eterna. Primero la pareja. Son los hijos los que deberán acomodarse. La vida familiar tendrá que girar no en torno a ellos, sino en torno de los padres.
Los padres deben recordar que una relación de verdadero amor con su pareja es el mejor regalo que puede darles, y su principal prioridad, y su mayor herencia, y la forma de enseñarles a sus hijos a amar y de garantizar así su verdadera felicidad, temporal y eterna.
Ellos se escogieron primero, ellos dan la bienvenida como invitados a los hijos que Dios les conceda. Estoy aplicando esto con mi novia actual. Mi única novia, gloriosa, infinita y eterna..... mi esposa.
Mis hijos saben que tendrán una plática conmigo si faltan al respeto a su madre. Y mi esposa, les recuerda que necesitamos espacios para platicar y estar juntos en ocasiones. Encuentro que es mas fácil darlo todo por los hijos de esta forma, si uno sabe que el amor por la pareja está creciendo.
Es la fuente de donde uno puede extraer todas las fuerzas.
"LOS FRUTOS NO SE ALIMENTAN, SE ALIMENTA EL ÁRBOL. UN ÁRBOL FUERTE Y SANO DA FRUTOS BUENOS"
Autor: Carlos José Sánchez Maldonado.
ya son 30 años casados con aquella novia mia de la infancia y todavia me gusta tomar la mano de mi esposa.la motivacion era distinta cuando era un adolescente.
cuando eramos jovenes sentia una descarga electrica al tocar su mano.
ahora cuando me siento cargado,siento paz cuando tomo su mano.ir de la mano puede significar mas que te amo.a veces puede significar:te necesito,me importas, o solo aqui estoy.
las raices del amor se ramifican y entrelazan con el tiempo.raices de amor y intimidad.
raices de integridad.raices profundas,en dar ayuda y otras en recibir ayuda.
mi conclusion es que un matrimonio de exito requiere enamorase muchas veces,siempre de la misma persona.desde hoy empieza a mirar de forma diferente a tu pareja.encontraras alguna virtud,que apreciar.
es muy posible que descubras que os volveis a enamorar.
fuente: j.a publicado en manamana
enamoramiento&amor
Asegura el psiquiatra y escritor Andrew Marshall que si hace pocos años el matrimonio era la piedra de toque de una sociedad dispuesta a que sus individuos mantuviesen el tejido social a cualquier precio, ahora rige el convencimiento de que los adultos tienen derecho a tener vidas afectivas plenas a lo largo de toda su vida.
El problema que ve Marshall es que el indicador que utilizamos para medir la vigencia de nuestras parejas ya no es el afecto o el amor, sino el enamoramiento. Y que el grito de guerra que más escucha en su consulta es “Te quiero… pero no estoy enamorado de ti.” ¿Y qué diantres puede contestar el otro ante semejante reproche?
A mí, de entrada, la simple idea de estar enamorada como el primer día me agota, literalmente. Me dan la razón los estudios más rigurosos, que afirman que el enamoramiento se parece como una gota de agua, químicamente y por sintomatología, a un desorden obsesivo-compulsivo. Sospecho que la única razón por la cual no han catalogado el enamoramiento como enfermedad común es que no pueden encerrarnos a todos.
El enamoramiento es un proceso puñetero pero que puede resultar útil de cara a la transformación y al aprendizaje personal. Es el momento, tal vez uno de los pocos, en el que logras hacerte vulnerable y por tanto abierto al cambio. El precio a pagar puede ser alto, porque a la naturaleza le importa un bledo que sufras o no: solo quiere asegurarse de que, desafiando el sentido común, dos personas formen un nido en el que criar a un par de ejemplares de la especie humana. Y casi todos picamos, sin tener en cuenta que el amor tiene etapas, y que, aunque cueste creerlo, todas podrían ser interesantes.
ste creerlo, todas podrían ser interesantes.
La naturaleza solo quiere es asegurarse de que, desafiando el sentido común, dos personas formen un nido (imagen: usuario de Flickr).
La piel de plátano en la que resbalamos para iniciar el proceso del enamoramiento se llama limerencia. Aquí nos sentimos de repente libres como el aire (qué paradoja, porque es justo entonces cuando nos ponemos la soga al cuello). En esos meses iniciales te acicalas, te obsesionas, fantaseas y sientes un deseo compulsivo de fundirte con el otro. Sospecho que es un proceso universal que resulta muy popular porque parece la respuesta a la plegaria con la que nacimos: “Tengo miedo, no quiero estar solo, quiero que me quieran.”
Bien, pues superado ese trance patológico, viene la sensatez (lo que Marshall denomina el establecimiento del “vínculo amoroso”). La diferencia entre la limerencia y el vínculo amoroso es sencilla: la primera, al ser una estrategia interesada de la naturaleza, funciona sola: no hay que hacer nada, solo dejarse llevar por las promesas del amor eterno. En cambio, el vínculo amoroso necesita cuidados y esfuerzos continuados. Y a veces, atosigados por las preocupaciones y el cansancio diarios, nos descuidamos… hasta que el vínculo amoroso se transforma en simple afecto. Allí empiezan los problemas, porque el afecto es perfecto para los hijos y para los amigos, pero que no vale para la pareja. La pareja necesita que mantengamos vivo el vínculo amoroso. ¿Cómo lo hacemos?
Básicamente, se trata de recuperar dos elementos: la conexión emocional y el contacto físico. ¿Recordáis cuando flotábamos, eufóricos, en la etapa de la limerencia? Podíamos pasar horas mirando, tocando y sintiendo al otro, sin más. Ese es el alimento del amor duradero. ¿Existen trucos para recuperar esa conexión? Si, ahí van algunos: de entrada, volver a escuchar a la pareja de forma que se sienta escuchada, no solo “oída” (esto implica parar el tiempo e interesarse de corazón por el otro). Ser generosos en lo grande y en lo pequeño, como cuando todo lo queríamos compartir con el otro. Reavivar el placer sencillo del contacto físico: caricias, miradas, abrazos… Y también derrochar a conciencia sentido del humor, porque la risa y la sonrisa son una fuente de alegría cómplice, fantástica y gratuita.
Específicamente, para los más decididos, Marshall sugiere un ejercicio que puede dejar atónitas a nuestras parejas pero que al parecer resulta muy eficaz: hay que mirar a la pareja a los ojos, sin decir nada, durante unos minutos, todos los días. Así conseguiremos empezar a reconectar, que es la esencia imprescindible del vínculo amoroso. Suerte, paciencia y al toro.
Elsa Punset
Reproducido con el permiso de la revista Telva
http://www.inteligenciaemocionalysocial.com/828/uncategorized/te-quiero%E2%80%A6-pero-no-estoy-enamorado-de-ti
El problema que ve Marshall es que el indicador que utilizamos para medir la vigencia de nuestras parejas ya no es el afecto o el amor, sino el enamoramiento. Y que el grito de guerra que más escucha en su consulta es “Te quiero… pero no estoy enamorado de ti.” ¿Y qué diantres puede contestar el otro ante semejante reproche?
A mí, de entrada, la simple idea de estar enamorada como el primer día me agota, literalmente. Me dan la razón los estudios más rigurosos, que afirman que el enamoramiento se parece como una gota de agua, químicamente y por sintomatología, a un desorden obsesivo-compulsivo. Sospecho que la única razón por la cual no han catalogado el enamoramiento como enfermedad común es que no pueden encerrarnos a todos.
El enamoramiento es un proceso puñetero pero que puede resultar útil de cara a la transformación y al aprendizaje personal. Es el momento, tal vez uno de los pocos, en el que logras hacerte vulnerable y por tanto abierto al cambio. El precio a pagar puede ser alto, porque a la naturaleza le importa un bledo que sufras o no: solo quiere asegurarse de que, desafiando el sentido común, dos personas formen un nido en el que criar a un par de ejemplares de la especie humana. Y casi todos picamos, sin tener en cuenta que el amor tiene etapas, y que, aunque cueste creerlo, todas podrían ser interesantes.
ste creerlo, todas podrían ser interesantes.
La naturaleza solo quiere es asegurarse de que, desafiando el sentido común, dos personas formen un nido (imagen: usuario de Flickr).
La piel de plátano en la que resbalamos para iniciar el proceso del enamoramiento se llama limerencia. Aquí nos sentimos de repente libres como el aire (qué paradoja, porque es justo entonces cuando nos ponemos la soga al cuello). En esos meses iniciales te acicalas, te obsesionas, fantaseas y sientes un deseo compulsivo de fundirte con el otro. Sospecho que es un proceso universal que resulta muy popular porque parece la respuesta a la plegaria con la que nacimos: “Tengo miedo, no quiero estar solo, quiero que me quieran.”
Bien, pues superado ese trance patológico, viene la sensatez (lo que Marshall denomina el establecimiento del “vínculo amoroso”). La diferencia entre la limerencia y el vínculo amoroso es sencilla: la primera, al ser una estrategia interesada de la naturaleza, funciona sola: no hay que hacer nada, solo dejarse llevar por las promesas del amor eterno. En cambio, el vínculo amoroso necesita cuidados y esfuerzos continuados. Y a veces, atosigados por las preocupaciones y el cansancio diarios, nos descuidamos… hasta que el vínculo amoroso se transforma en simple afecto. Allí empiezan los problemas, porque el afecto es perfecto para los hijos y para los amigos, pero que no vale para la pareja. La pareja necesita que mantengamos vivo el vínculo amoroso. ¿Cómo lo hacemos?
Básicamente, se trata de recuperar dos elementos: la conexión emocional y el contacto físico. ¿Recordáis cuando flotábamos, eufóricos, en la etapa de la limerencia? Podíamos pasar horas mirando, tocando y sintiendo al otro, sin más. Ese es el alimento del amor duradero. ¿Existen trucos para recuperar esa conexión? Si, ahí van algunos: de entrada, volver a escuchar a la pareja de forma que se sienta escuchada, no solo “oída” (esto implica parar el tiempo e interesarse de corazón por el otro). Ser generosos en lo grande y en lo pequeño, como cuando todo lo queríamos compartir con el otro. Reavivar el placer sencillo del contacto físico: caricias, miradas, abrazos… Y también derrochar a conciencia sentido del humor, porque la risa y la sonrisa son una fuente de alegría cómplice, fantástica y gratuita.
Específicamente, para los más decididos, Marshall sugiere un ejercicio que puede dejar atónitas a nuestras parejas pero que al parecer resulta muy eficaz: hay que mirar a la pareja a los ojos, sin decir nada, durante unos minutos, todos los días. Así conseguiremos empezar a reconectar, que es la esencia imprescindible del vínculo amoroso. Suerte, paciencia y al toro.
Elsa Punset
Reproducido con el permiso de la revista Telva
http://www.inteligenciaemocionalysocial.com/828/uncategorized/te-quiero%E2%80%A6-pero-no-estoy-enamorado-de-ti
Trastorno Obsesivo Compulsivo: Los Actos Obsesivos
Los actos obsesivos, que el sujeto se ve impelido a realizar sirvieron originariamente de alivio o de procedimientos protectores frente a las ideas obsesivas.
Actos en dos tiempos, cuya primera parte es anulada por la segunda, son típicos de la neurosis obsesiva. Naturalmente, son mal interpretados por el pensamiento consciente que tiende a racionalizarlos. Pero su verdadero significado está en la representación del conflicto entre dos impulsos antitéticos de aproximadamente igual magnitud, el amor y el odio hacia la misma persona.
Sabemos que un principio de enamoramiento es percibido muchas veces como odio, y que el amor que encuentra negada la satisfacción se torna fácilmente en odio, y los poetas nos aseguran que en estadios tempestuosos del enamoramiento pueden subsistir yuxtapuestos, como en una competición, ambos sentimientos contradictorios. Pero nos asombra encontrar una yuxtaposición crónica de amor y odio, muy intensos ambos y orientados hacia la misma persona.
Habríamos esperado que el amor hubiera dominado al odio o hubiese sido devorado por él. Pero el amor no ha podido extinguir el odio, sino tan sólo rechazarlo a lo inconsciente, instancia psíquica en la cual se encuentra a salvo de la acción de la consciencia y puede subsistir sin mengua alguna e incluso crecer. En tales circunstancias, el amor consciente suele alcanzar, a su vez, por reacción, especial intensidad para poder llevar a cabo constantemente y sin descanso la tarea de mantener en la represión a su contrario.
Si contra un amor intenso se alza un odio casi tan intenso como él, la consecuencia inmediata tiene que ser una parálisis parcial de la voluntad, una incapacidad de adoptar resolución alguna en cuanto a todos aquellos actos cuyo móvil haya de ser el amor. Pero, además, tal indecisión no permanece limitada por mucho tiempo a un solo grupo de actos. La indecisión se extiende paulatinamente a toda la actividad del sujeto. Con ello queda instaurado el régimen de la obsesión y de la duda, tal y como se nos muestra en la vida anímica de los neuróticos obsesivos.
La duda corresponde a la percepción interna de la indecisión que se apodera del sujeto, a consecuencia de la inhibición del amor por el odio, en cuanto el mismo se propone realizar algún acto. Duda, en realidad, de su propio amor, que debía ser para él subjetivamente, lo más seguro, y esta duda se difunde sobre todo lo demás, desplazándose preferentemente sobre lo más nimio e indiferente. Aquel que duda de su amor tiene que dudar de todo lo demás, menos importante.
El psicoanálisis es de gran utilidad para estos pacientes.
Si usted presenta uno de estos síntomas, es el momento de consultar a un psicoanalista.
"Comienzo a psicoanalizarme, no para curar ninguna herida pasada, sino para vivir mejor los años futuros." Miguel Oscar Menassa http://www.articuloz.com/psicoanalisis-articulos/trastorno-obsesivo-compulsivo-los-actos-obsesivos-3489859.html
Actos en dos tiempos, cuya primera parte es anulada por la segunda, son típicos de la neurosis obsesiva. Naturalmente, son mal interpretados por el pensamiento consciente que tiende a racionalizarlos. Pero su verdadero significado está en la representación del conflicto entre dos impulsos antitéticos de aproximadamente igual magnitud, el amor y el odio hacia la misma persona.
Sabemos que un principio de enamoramiento es percibido muchas veces como odio, y que el amor que encuentra negada la satisfacción se torna fácilmente en odio, y los poetas nos aseguran que en estadios tempestuosos del enamoramiento pueden subsistir yuxtapuestos, como en una competición, ambos sentimientos contradictorios. Pero nos asombra encontrar una yuxtaposición crónica de amor y odio, muy intensos ambos y orientados hacia la misma persona.
Habríamos esperado que el amor hubiera dominado al odio o hubiese sido devorado por él. Pero el amor no ha podido extinguir el odio, sino tan sólo rechazarlo a lo inconsciente, instancia psíquica en la cual se encuentra a salvo de la acción de la consciencia y puede subsistir sin mengua alguna e incluso crecer. En tales circunstancias, el amor consciente suele alcanzar, a su vez, por reacción, especial intensidad para poder llevar a cabo constantemente y sin descanso la tarea de mantener en la represión a su contrario.
Si contra un amor intenso se alza un odio casi tan intenso como él, la consecuencia inmediata tiene que ser una parálisis parcial de la voluntad, una incapacidad de adoptar resolución alguna en cuanto a todos aquellos actos cuyo móvil haya de ser el amor. Pero, además, tal indecisión no permanece limitada por mucho tiempo a un solo grupo de actos. La indecisión se extiende paulatinamente a toda la actividad del sujeto. Con ello queda instaurado el régimen de la obsesión y de la duda, tal y como se nos muestra en la vida anímica de los neuróticos obsesivos.
La duda corresponde a la percepción interna de la indecisión que se apodera del sujeto, a consecuencia de la inhibición del amor por el odio, en cuanto el mismo se propone realizar algún acto. Duda, en realidad, de su propio amor, que debía ser para él subjetivamente, lo más seguro, y esta duda se difunde sobre todo lo demás, desplazándose preferentemente sobre lo más nimio e indiferente. Aquel que duda de su amor tiene que dudar de todo lo demás, menos importante.
El psicoanálisis es de gran utilidad para estos pacientes.
Si usted presenta uno de estos síntomas, es el momento de consultar a un psicoanalista.
"Comienzo a psicoanalizarme, no para curar ninguna herida pasada, sino para vivir mejor los años futuros." Miguel Oscar Menassa http://www.articuloz.com/psicoanalisis-articulos/trastorno-obsesivo-compulsivo-los-actos-obsesivos-3489859.html
“Entenderás el Amor cuando dejes de verlo como un sentimiento”
a veces las obsesiones nos llevan a dudar sobre las personas que mas amamos,nuestras parejas,convirtiendo nuestra vida en un infierno que no nos deja ver mas allá de nuestra distorsionada realidad obsesiva .
dejandonos ciegos a lo evidente,no te parece sospechoso? que la persona que ayer te hacia sonreír y te acariciaba el corazón hoy te provoque tristeza y dudas¿si es muy extraño lo se pero sobre todo es falso nadie se desenamora en un segundo, ni de un día para otro.a veces perdemos un objeto importante para nosotros las gafas,las llaves.... y están a la vista pero estamos tan acostumbrados a verlos que están integrados en el entorno que no nos damos cuenta de que están a la vista. con las emociones pasa lo mismo buscamos sentirlas erróneamente y no nos damos cuenta de que están hay a flor de piel. y cuando estamos relajados fluyen sin buscarlas debemos quedarnos con esa sensacion y no ceder a la tentacion de las comprobaciones se que es difícil pero el premio es recuperar la serenidad y disfrutar de nuestras parejas vale la pena no creéis?
dejandonos ciegos a lo evidente,no te parece sospechoso? que la persona que ayer te hacia sonreír y te acariciaba el corazón hoy te provoque tristeza y dudas¿si es muy extraño lo se pero sobre todo es falso nadie se desenamora en un segundo, ni de un día para otro.a veces perdemos un objeto importante para nosotros las gafas,las llaves.... y están a la vista pero estamos tan acostumbrados a verlos que están integrados en el entorno que no nos damos cuenta de que están a la vista. con las emociones pasa lo mismo buscamos sentirlas erróneamente y no nos damos cuenta de que están hay a flor de piel. y cuando estamos relajados fluyen sin buscarlas debemos quedarnos con esa sensacion y no ceder a la tentacion de las comprobaciones se que es difícil pero el premio es recuperar la serenidad y disfrutar de nuestras parejas vale la pena no creéis?
pareja
Jorge Sánchez terminó su matrimonio debido al Trastorno Obsesivo Compulsivo. En su testimonio en la página del Instituto de TOC en Massachussets, Sánchez dice: "Siempre fui una persona muy organizada, limpia, quería que las cosas se hicieran bien. Seguí haciendo lo mismo cuando crecí. Siempre me llevé bien con todos, era un niño normal en cada sentido de la palabra. Ahora soy mecánico de profesión, comencé arreglar carros a los 18. Me casé a la edad de 26 y comencé a asumir las responsabilidades de la adultez. Fue alrededor de esa época que empecé a notar una tendencia a la obsesión con el perfeccionismo, no podía cometer errores. De repente comencé a chequear las cosas y a sobreverificar mi trabajo. Este comportamiento aumentó y me comenzó a crear problemas matrimoniales, lo cual me causó estrés. Me estresé por completo con el nacimiento de mi segundo bebé, y comencé a preocuparme por mi trabajo toda la noche. Lo único en que pensaba era mi trabajo y si había hecho todo bien, al punto que descuidé a mi familia. Estaba ahí presente, pero mi mente no. Busqué ayuda para este problema que no podía definir, pensé que me estaba volviendo loco. Finalmente, mi matrimonio comenzó a quebrarse debido a esta obsesión. El estrés era demasiado fuerte, no podía encarar mi vida ni mis responsabilidades. Un médico me diagnosticó TOC y traté de ver a varios psicoterapeutas para tratar el problema matrimonial, pero ya era muy tarde, terminé divorciado".
Para Lisa Merlo, profesora asistente de psiquiatría de la Universidad De Florida, en Gainesville especializada en TOC, se trata una enfermedad que aunque parezca simple, interfiere con la productividad de la persona que pierde tiempo pensando en vez de hacer las cosas.
Según el Instituto Nacional de Salud Mental, el Trastorno Obsesivo Compulsivo afecta a más de 13 millones de personas en los Estados Unidos. De acuerdo con un estudio hecho por la Academia Americana de Psiquiatría Infantil, uno de cada 200 niños y adolescentes en los Estados Unidos nace con el Trastorno Obsesivo Compulsivo. El problema, según explica Merlo, es con qué se obsesiona el paciente y hasta qué nivel el acto que hace involuntario de acuerdo a su trastorno es justificado.
Sara Sánchez, del Centro de TOC de Florida, se obsesionó desde pequeña con imágenes eróticas. "Cuando era pequeña me venían pensamientos e imágenes eróticas involuntarias a la cabeza y yo trataba de no excitarme, pero nunca lo conseguía, entonces para ponerme a prueba otra vez (a ver si no me excitaban las imágenes) trataba de reimaginármelas en mi mente sin excitarme para dejar de sentir culpa, pero nunca lo conseguía. Me sentía culpable por haberme vuelto a excitar con la imagen, y lo volvía a intentar, y así volvía a caer en el "círculo vicioso" de ponerme a prueba una y otra vez reimaginando todo sin éxito y esto afectaba mi intimidad. Ya de adulta podía estar en medio de un acto sexual y estaba con estas imágenes en la cabeza."
Sánchez asegura que nadie en su casa lo sabía y que le daba vergüenza. Al crecer, le confesó a su madre que estaba preocupada porque le venían imágenes eróticas a la cabeza. Su madre le decía que era normal pero Sara asegura que, como quiera, se sentía sucia. "Esto duró mucho tiempo (un año y medio), luego no volví ni a masturbarme ni a tener sueños eróticos, pero si por ejemplo veía la más mínima presencia de sexo, en la televisión o una canción, yo me excitaba y le daba mil vueltas a la cabeza. Llegué a esconderme de todo lo relacionado al sexo y los sentimientos de culpabilidad podían llegar a hacer que no durmiera en toda la noche y me la pasara llorando."
Pero Sara no buscó ayuda y esto empeoró. Confiesa que un día, cuando tenía unos 20 años, estaba teniendo pensamientos eróticos y de repente surgió en su mente la imagen de su padre. "Me vino muchísima excitación y culpa a la vez. No sabía realmente si me había excitado por mi padre o por mis sueños, pensé que era por lo de mi padre y de los remordimientos no me pude dormir. A partir de ahí pensaba que él me excitaba a mí y le evitaba, me ponía a prueba re imaginando la imagen, pero parece que cada vez que intento no excitarme consigo efectos adversos. Con mi madre todo iba fantástico no pasaba nada...hasta que pensé: soy bisexual, así que si mi padre me excita, ¿porque no mi madre? A partir de ahí me ocurrió lo mismo con mi madre. Pensé que era incesto, pederasta, todo. Llegué al punto de pensar en el suicidio y la depresión. Todo era producto de mi mente y al buscar ayuda fui diagnosticada con Trastorno Obsesivo Compulsivo", dijo Sánchez quien actualmente recibe tratamiento.
Michael Arévalo recuerda cómo esto le afectó con su ex novia. "Me acuerdo que por pena no le decía nada a ella para no avergonzarme y la dejaba bañarse en mi ducha. Se me movía todo por dentro pensando en el agua y el vapor en las puertas de vidrio y entonces siempre tenía que bañarme después de ella. Ella pensaba que me tardaba en el baño pero en realidad quería ser último porque me bañaba y limpiaba. Y si estaba haciendo el amor o hacia algo con ella una de las primeras cosas que venía a mi cabeza era que no quería que se ensuciara la cama o nada porque si no lavaba las sábanas inmediatamente. A veces ni me acostaba en su pecho después del acto sexual, pensando en las cosas que estaban sucias", concluyó Arévalo a lo que recordó cómo esto causaba múltiples peleas con su ahora ex pareja.
Y es que Arévalo siente que ha estado cambiando: "En estos últimos meses he cambiado un poco. Antes no era capaz de ir a la calle dejando algo en el lavaplatos sin limpiar. Este fin de semana vi un tenedor que duró hasta el día de hoy, desde el viernes y se veía como una mancha y me dio una rabia. Todo un fin de semana, algo que no había pasado antes. A veces me da miedo porque me doy cuenta que ocupo demasiado tiempo en eso; barro, aspiro, trapeo. Tengo otras cosas en mi cabeza. Es como si tuviera un estrés tan grande que sobrepasa la necesidad de limpiar todo. Me pregunto qué me está pasando y me preocupo. Para mí no es normal que deje algo por un tiempo. Yo lo veo negativo, eso me está afectando tanto que ni limpio. Me siento vulnerable, como que no estoy siendo yo porque estoy cambiando eso, yo me la paso limpiando. Entonces si estoy cambiando y no he hecho nada ¿por qué necesitaría decir que es una enfermedad?", concluyó Arévalo.
Según la Oficina Gubernamental del Control de Enfermedades, las obsesiones y compulsiones son muy difíciles de controlar y en el caso de conseguirlo, es posible que resista solo durante un breve periodo de tiempo. Estas obsesiones, según esta agencia, son realmente perturbadoras y suelen consumir gran espacio de tiempo e interfieren sensiblemente con las tareas laborales, sociales y de relación personal.
http://obsesionescaoticas.espacioblog.com/post/2009/12/01/con-pareja
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