El drama de las embarazadas cuando son víctima de las obsesiones


El drama de las embarazadas cuando son víctima de las obsesiones


Pensamientos catastróficos y rituales sin sentido, son algunos de los síntomas que pueden evidenciar las futuras madres cuando padecen esta enfermedad, además de enfrentar el cuestionamiento de ingerir o no el medicamento, debido a sus posibles efectos en el bebé.

Sandra tiene casi cinco meses de gestación y nos confiesa lo difícil que ha sido sobrellevar su embarazo debido a que hace varios años padece el Síndrome Obsesivo Compulsivo (TOC), enfermedad que produce que se vea invadida por pensamientos o imágenes que no desea (obsesiones), y que repitan ciertos comportamientos (compulsiones) una y otra vez.

Relatándonos que el tiempo que estuvo medicada sus miedos y angustia se disiparon, pero por la gestación de su bebé dejó de golpe los fármacos, desarrollando así nuevamente los síntomas: “Al comienzo me sentí bien, pero en el transcurso de los meses las ideas sobre enfermedades y catástrofes varias se han apoderado de mi. Además, me di cuenta que estaba realizando rituales, mirando diez veces si apagué o no la cocina”, declara.

Claramente esta situación la ha tenido bastante inquieta, porque además señala que está imposibilitada de tomar medicamentos para sus obsesiones: “Por mi hijo me voy a mantener sin las pastillas, pero si el miedo me gana tendré que hablarlo con mi médico. Hasta ahora lo he podido manejar, así que sólo deseo que la angustia no vaya en aumento”, concluye.

Consultado sobre esta problemática el Médico Psiquiatra y Director de la Asociación Chilena para el Estudio de los Trastornos Obsesivo Compulsivos (www.atoc.cl), Roberto Amon, nos señaló que es muy importante planificar el embarazo, para evaluar los riesgos a los que se verá expuesto el feto con la medicación que se está usando, así como los riesgos para la madre con la suspensión del mismo.

“Muchos especialistas en TOC sugieren reforzar la psicoterapia cognitiva conductual durante el embarazo, y utilizar los medicamentos más inocuos posibles en caso necesario. Porque la administración de fármacos, dependerá de la adecuada consideración del caso particular y los riesgos asociados. Y por cierto se deberán usar aquellos que hayan demostrado mayor seguridad para madre e hijo”, declara.

Confirmando de esta manera, que efectivamente el uso de pastillas podrían generar en el recién nacido algunos síntomas: “Se ha descrito un cuadro que se llama síndrome conductual neonatal asociado al uso de antiobsesivos cuando la madre recibe estos fármacos durante el tercer trimestre del embarazo, e incluye síntomas como irritabilidad, nerviosismo, insomnio, además de otros motores, respiratorios y gastrointestinales”.

Aunque afirma el especialista que se trata de manifestaciones leves y que no duran más allá de dos semanas, y son manejados sin mayores problemas por los pediatras neonatólogos: “En relación a la lactancia, la mayoría de los antiobsesivos de la familia de los inhibidores de la recaptura de la serotonina como la sertralina y el escitalopram se pueden seguir utilizando sin mayores problemas”, señala.

Gánale al miedo

Por todo lo descrito queda manifiesto lo complejo que resulta sobrellevar el Síndrome Obsesivo Compulsivo, aconsejando el especialista mantener de parte de la paciente una estrecha comunicación con su médico tratante.

“Si el psiquiatra y la embarazada deciden que hay que suspender la medicación, esto se debe hacer anticipadamente y gradualmente para evitar lo que se conoce como síndrome de retirada al suspenderse la medicación de forma brusca, y que incluye síntomas como mareos, dolor de cabeza, sensaciones de corriente eléctrica, y ansiedad”.

De igual modo aconseja a la pareja a trabajar junto con la embarazada para poder contenerla en sus temores: “Lo ideal es que la familia conozca bien en que consiste el TOC, esto les permitirá no favorecer los rituales compulsivos de ella, que lo único que logran es cronificar el problema”.

Junto con recomendar terapias alternativas que complementan más que reemplazan la medicación y la psicoterapia, como las actividades físicas y distractivas gratificantes, además de aprender técnicas de relajación, como control de la respiración, meditación o visualizaciones positivas, las que a la larga le demostrarán que las obsesiones son sólo una mala broma de su cabeza, y que nada tienen que ver con la realidad.

Por Verónica Lavado



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