documental

fuente:LhenDeGia































EL TRATAMIENTO DE LA OBSESIONES


titulo:preocupada
usuario:nostalgica
http://www.mundofotos.net

EL TRATAMIENTO DE LA OBSESIONES

Richard Erskine


Una dinámica principal en la obsesión es la soledad. Los pensamientos obsesivos son una respuesta a una falta de relación. En la obsesión casi siempre aparece otra persona: alguien con quien pelearse, o que abusa de ti, o alguien que critica, alguien con quien discutes y intentas demostrar que tienes razón, alguien a quien te sometes o a quién tu expones tus razones. Si piensas sobre tus propias obsesiones, observa como casi siempre hay en ellas otro personaje. Alguien a quien estas demostrando algo, y en ese momento no estas solo, estas en relación. Una relación que no funciona muy bien desde luego y en la que paradójicamente te sientes también solo. Este hecho es muy significativo para el tratamiento de las obsesiones. En la terapia de las obsesiones, - al contrario de todo lo que se encuentra en la literatura, al menos en la americana, que está dominado por lo conductista - el corazón del tratamiento es la calidad de la relación terapéutica. Indagación, indagación, indagación……no solo sobre el contenido sino sobre el proceso: ¿como es para el cliente?, ¿que siente mientras está pensando obsesivamente?, ¿qué recuerda?, ¿cual es su fantasía?. Indagar con interés genuino, sintiéndonos involucrados en el proceso fenomenológico y mientras hacemos esto le damos reconocimiento constante...

1. La relación

La herramienta terapéutica más común que utilizamos es la escucha. Para la mayoría de las personas con obsesiones la realidad es que están pensando obsesivamente porque no hay nadie allí para escucharles con interés, nadie para reconocerles en lo que están contando ..nadie para encontrar valor en ello. Cuando en la obsesión hay una fantasía hay que buscar el valor metafórico en esa idea aparénteme loca: buscar el valor o significado escondido en la historia forma parte de la validación y ... el intento terapéutico para descentralizar de nosotros mismos, hacernos menos importantes. Enfocar en el bien del cliente significa sacar nuestras habilidades.. y saber que estamos ahí para su bien. Esta relación terapéutica es una calle de una sola dirección: no estoy aquí para alcanzar mi gloria personal (aunque a menudo tenemos el deseo de terminar la terapia deprisa y tener éxito) sino que se trata de estar en la relación, pero estar en la relación presente y usar parte de esta capacidad nuestra de asociar con nuestra propia historia.

A veces sacamos una metáfora de una película que hemos visto, o traemos algo de la supervisión: si estás en contacto con tu propio dolor, entonces tienes la capacidad como terapeuta de estar centrado y puedes utilizarte a ti mismo como recurso. Esto lleva tiempo y lleva tiempo el comprenderlo.

Me acuerdo hace años trabajando con una pareja de terapeutas muy conocida.

Recuerdo que les grité: “dejad de intentar cambiarme si no me conocéis primero”. Y luego me giré a la persona que tenia a mi lado y en voz alta añadí: “Y si realmente me conocieran quizás no querrían cambiarme”. Quizás esa es la experiencia de nuestros clientes: “no intentes cambiarme si no me conoces”

Cuando el cliente cuenta su fantasía, pregúntate donde está la ruptura relación en la fantasía y donde está la esperanza de repararla o donde está la venganza. Buscar donde está la ruptura de la relación a la vez que construimos la relación.

2. Evitación-

Una de las dinámicas principales de la obsesión es la evitación: mientras estoy pensando “como me voy a vengar de ese hijo de puta”, ¿que es lo que estoy intentando evitar sentir dentro de mí?. Quizás mi dolor, mi miedo o quizás mientras me siento víctima de mi jefe en el trabajo, evito recordar que cada vez que papá llegaba a casa, yo era la victima de su cinturón…….y ahora planeo una venganza contra el bastardo de mi jefe. Esta es la función de evitación en la obsesión en el proceso terapéutico, podemos pasar meses y meses solo en estos puntos, sesión tras sesión, indagando indagando.

3. Creencias de guión-

Permites que tus clientes cuenten sus obsesiones de hoy, y buscas hacia a atrás lo que están intentando evitar. En éste proceso de contar estás intentando identificar lo que están evitando ver, sus pensamientos y comportamientos, y a la vez puedes estar mirando sus creencias de guión sobre si mismos y su identidad personal, o sobre los demás y las que definen sus relaciones , o que se refieren a la calidad de vida. Las creencias por naturaleza propia, son inconscientes y parte del trabajo del terapeuta es sacarlas al consciente cuidadosamente. Ayudar al cliente a hacerse consciente de ellas: “esta es mi valoración sobre mi mismo, sobre los demás, sobre mi calidad de la vida”. Estas creencias tienen que ser inconscientes porque están llenas de la historia, que es generalmente dolorosa, y están ahí con la función de reprimir los sentimientos y las necesidades que estaban presentes allí en el momento que se formo el guión

Uno de los puntos que resalto para la terapia, y esto no se encuentra en libros de AT sobre guiones, es que si pensáis en vosotros mismos veréis que no estáis viviendo en vuestro guión de vida todo el tiempo, algunos estáis libre incluso durante días, otros durante horas. A veces ocurre algo: estas agotado o bajo presión o hay algo confuso, ambiguo, y en ese punto, de repente miras al mundo con las gafas de ese niño, y sientes que hay algo malo en ti mismo, y te dices : no puedo contar con nadie..o no valgo nada…Y estas de vuelta a las conclusiones acerca de la vida, a ese momento en que tus necesidades básicas de relación no fueron satisfechas y dónde el niño intentaban sacar sentido de la confusión. Lo mismo les ocurre a nuestros pacientes.

En este diagrama (dibujo) las necesidades si no han sido satisfechas falta algo y ese vacío se completa con nuestras conclusiones sobre quien soy yo en un mundo como éste, con gente como tú, y eso es lo que está incrustado en la mayor parte de las obsesiones, Y los guiones están diseñados para negar las necesidades de relación, las necesidades que el niño tenia en ese momento en que se formaron los guiones … pero también las necesidades de las relaciones de hoy a las que no se puede responder, ……. porque estamos ocupados obsesionando

(dibujo)

¿Que ocurriría si pudiéramos tener alguien con quien hablar de nuestras obsesiones? ¿con alguien que nos respetara, sin critica?, ¿podríamos experimentar con alguien que reconociera mis necesidades?… necesidades básicas de validación, de definición de hacer un impacto….que fueron negadas por la madre y remplazadas por las de guión… “yo no se”… en todas las obsesiones los obsesivos intentan controlar la realidad. La mayoría de los pensamientos obsesivos de la gente son dolorosas.

4.Introyeccion- Introject

El propósito del dolor es la evitación del dolor. El objetivo del dolor es evitar el dolor. Vuelves a casa, sientes que tu jefe ha abusado de ti y sufres todo el camino a casa para no recordar…. intentado evitar el abuso real….el de tu padre o de tu madre…y evitar el dolor de la regresión. Y lo que tendrá que hacer el terapeuta es crear una relación terapéutica suficientemente segura para que el cliente pueda empezar a recordar totalmente e incluso hacer una regresión a lo arcaico. Utilizamos tiempo en la sesión de terapia a sentir la soledad : dejamos salir el llanto secreto interior para poder llegar a la niña de 9 años que contaba su experiencia con su padre o madre. Parte del trabajo terapéutico es contárselo al terapeuta, y otra parte a su recuerdo, de forma intrapsiquica, haciéndole hablar a su padre o madre.

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5. Control

Si alguien es atacado, las creencias de guión vuelven atrás intentando resolver: tratas de volver a la relación intentado identificar maneras desesperadas de mantener el control . Si tu tienes una madre que sutilmente te critica y te hace sentir terrible, una defensa es entrar en la confusión”yo no se” . Freud habla de la negación como un mecanismo fantástico de defensa... “lo que yo no sé no puede molestarme” Así pensamos que no nos molesta conscientemente pero la verdad es que inconscientemente nos controla nuestra vida.. En el control hay también esperanza. Como terapeutas pensamos en los clientes obsesivos solo como controladores, nos implicamos con ello. Pero debemos pensar también en que detrás de cada obsesión hay un deseo de esperanza. escondida de que podrán mejorar la situación.

6 Para- Stop

Parte del tratamiento de las obsesiones es decir que digan PARA. Pero esto los clientes ya lo han oído de un montón de amigos, familia y de otros terapeutas... PARA... a veces funciona... ¿os ha funcionado a vosotros?. La gente te dice: no pienses en ello, no tengas esa fantasía. Pero para poder decir ¡PARA! hay que empezar también con parar la fantasía y empezar a pensar cual es su función psicológica. Quizás la función es de evitación, evitar pensar, sentir, recordar. Hace unos años yo me peleaba cada mañana en la ducha hasta que me dije ¡ PARA!. Y descubrí que lo que quería evitar era la responsabilidad de ver mi parte en el conflicto. En la discusión dentro de mi cabeza en la ducha yo culpaba al otro todo el tiempo, pensando en como exponerle y defenderme yo. Evitaba afrontar mi parte de responsabilidad.

En el libro Mas allá de empatía hay un capitulo sobre la funciones psicológicas. Describí 4 reglas las posibles para las obsesiones

Funciones del pensamiento obsesivo:

Predictabilidad... todas las terribles obsesiones tienen algo de predicciones... estamos estructurados psicológicamente para buscar predictabilidad... buscamos

predicciones basados en la historia... aunque estén lejanas y sean diferentes en algún sitio hay una predicción. ¿Que predicción acerca de ti mismo encierra la obsesión? Imagínate en un conflicto con alguien..¿ cual es el resultado?... vas al guión del pasado.

Identidad. ¿Quien soy yo en esta obsesión? ¿Soy la persona a quién alguien se esta vengando, a la que alguien abusa?. ¿O que va a terminar no siendo querida, abandonada? o la otra persona se va a llevar todos los créditos y yo acabaré solo y miserable…La identidad está en la creencia de guión arcaica. Entramos por la regresión o por la terapia cognitiva, o a través de cosas emotivas

Continuidad... “Así es como ha sido siempre... nadie se ha preocupado por mi, siempre he sido una victima”... Como le dije a un cliente mío: “si pararas de preocuparte de fallar tus exámenes finales… ¿que harías o sentirías?”. Y me respondió: ... “estaría feliz con mi vida”. Y se dio cuenta….de su lucha como madre sola, luchando para tirar a adelante, con las críticas de su padre que le decía que nunca seria nadie... ella necesitaba ser una sufridora para mantener continuidad con el pasado……si no sufriera podría disfrutar de la vida…

Estabilidad mientras estas obsesionando ¿que nos están diciendo ?: eso es la realidad, tienen un pie en la realidad: ... eso es lo que le diré cuando llegue a casa... lo que haré… no se saldrá con la suya… tienen una sensación falsa de estabilidad y mientras el otro pie esta en la regresión. En realidad con quien esta enfadado es con su padre, o maestro, La obsesión es un desesperado intento de mantenerse estable... mientras están en mitad de una regresión…

Hay otras funciones pero estas son las que os doy para pensar en la obsesiones

Apreciad la función de defensa de la obsesión antes de iniciar el cambio, y el cambio fluirá mucho más fácilmente. Y principalmente si además estas funciones psicológicas se transfieren en la relación terapéutica. Todo ello no podremos hacerlo en una hora y media.... pero quizás si en un año y medio.

Predictabilidad... siempre que llega el paciente (a nuestra consulta) puede predecir que va a ser respetado valorado, no hay cambio: tu recreas en la relación terapéutica la misma función de predicción, así que no tienen que depender de la obsesión.

Identidad, ¿quien eres tu?… si tuviéramos esas sesiones privadas esos días conmigo, no tendrías obsesiones: ya no serias esa persona sin valor que tu madre predecía. En estas sesiones conmigo la experiencia es distinta… que bien eso! , ¿verdad? .

Continuidad, uno de los pilares de la excelencia en la relación terapéutica es la capacidad del terapeuta de poder ofrecer continuidad: el paciente puede confiar en su integridad, honestidad y el compromiso del terapeuta hacia su propio bienestar del paciente….y ahí es donde está la continuidad... nos comportamos siempre de la misma manera: si tu vinieras unas horas cada día y te pudiera garantizar no crítica, no humillación,¿ tu crees que me creerías?… Ella siempre ha esperado eso, es su esperanza pero no puede creérselo. Es por eso que la terapia basada en la relación lleva tiempo y hay que demostrarlo. Para ello tenemos que crear una nueva continuidad con esa persona, que apoye su nueva identidad:…yo seré yo… que bien oír eso… eso que no vio mama en su crítica constante hacia ti.

Estabilidad. Un terapeuta en el que se puede contar, consistente, respetuoso, y que no humilla. Creas una yuxtaposición entre lo que el cliente espera y que no han tenido nunca , y lo que ha predicho. Lo que va a ser una relación terapéutica segura, un ambiente arropador en el cual puede hacer regresiones a esas experiencias arcaicas. Ser consciente de las necesidades de relación que originalmente no se cumplieron y deshacer lo que han inhibido: que hablen, que contesten, que reten sus decisiones de guión, que tomen nuevas maneras de mirar, nuevos pensamientos, conductas sentimientos... y llevarse a casa la calidad de la relación terapéutica.

A lo mejor al principio esa persona con la que se obsesionan es su héroe, pero después pueden crear una nueva identidad con esa persona: ya no predicen según su historia sino según sus sueños y esperanzas y sus relaciones actuales pueden volverse estables

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Es entonces cuando nosotros como terapeutas podemos desvanecernos. Para ellos su trabajo, amigos, ocio se vuele muy importante, hay un cambio, lo que hemos hecho en la relación terapéutica lo hemos trasladado en las relaciones de calidad de su vida diaria. Ese el objetivo del tratamiento de la obsesión.



El Instituto de Psicoterapia Integrativa está aprobado por la American Psychological Association para ofrecer formación continuada a psicólogos, por el National Board of Certified Counselors en el caso de los orientadores y por el American Board of Examiners in Pastoral Counseling en el caso de los orientadores pastorales. El Instituto de Psicoterapia Integrativa se

El arte de manipular





El arte de manipular

Viviana Hidalgo
Psicóloga
psicologia@saborysalud.com

“Sin miramiento alguno, acomoda
las reglas a su propia conveniencia,
desvirtuando el sentido más
determinante del acto de amar.”

¿En qué consiste la manipulación?

La manipulación puede considerarse como un tipo de comportamiento que muchos sujetos desarrollan. En nuestro entorno familiar, laboral o social, es común encontrar personas que tienen gran facilidad para influir sobre otros. Sin embargo, cuando esta influencia es empleada con el único propósito de satisfacer y complacer sus propias necesidades a costas de las de los demás; puede decirse que es manipulación lo que está presente.

La manipulación entra en juego en el momento en que la persona que la utiliza actúa para cumplir sus deseos sin valorar o tener en cuenta los intereses de los demás. Un sujeto que manipula influye sobre sus blancos o víctimas de una manera muy hábil, con tal de conseguir sus propios objetivos. Se posiciona en un lugar de poder, apoyándose con amenazas directas o indirectas de castigo para lograr manejar al otro. Finalmente termina haciendo que los demás cedan ante sus exigencias.

Una persona manipuladora llega a generar una especie de neblina que le impide a su víctima visualizar y darse cuenta de que está siendo manipulada. Por ello, se hace difícil detectar cuándo uno está siendo blanco de un/a manipulador/a. Éste/a, suele emplear distintos mecanismos de intimidación, amenaza o engaño; y lo pueden disimular muy bien. De ahí que, como el mismo título lo expresa, puede convertirse en un arte, entendiéndose esto como una habilidad que estas personas tienen para manipular, aunque desdichadamente, una habilidad muy mal utilizada y causante de mucho daño y negativas consecuencias.

Muchas veces con tal de evitar un conflicto, o por mantener un “sano” vínculo con la persona, preferimos anular nuestras propias necesidades y satisfacer las ajenas. Sin embargo, lo que sucede es que llegamos a caer en la trampa de la manipulación, de la cual no es fácil salir, y peor aún, nuestra integridad se pone en juego.

Perfil de una persona manipuladora

De acuerdo a varios autores (Forward, 1998; Cloud,H; Townsend,J; 2000) que rescatan este tema de la manipulación, pueden resumirse a continuación, diversas características existentes en las personas que manipulan:

* Conocen muy bien nuestros puntos vulnerables, incluso nuestros secretos, conocimiento que suelen utilizar para formular amenazas o ejercer presión cuando no están consiguiendo lo que desean.
* Se trata de personas que están muy cerca nuestro y nos conocen bastante, generalmente las amistades, la pareja, los hijos/as, los progenitores, el jefe.
* Utilizan nuestras necesidades de afecto y de aprobación para amenazar con retener o eliminar ese afecto, o peor aún, para hacernos sentir que debemos ganarlo.
* Suelen comportarse como si cada desacuerdo fuera el factor decisivo de la relación.
* Los instrumentos que utilizan: el miedo, la obligación y la culpa. A través de éstos, las personas manipuladoras, nos pueden generar un temor que nos impide confrontarlos, nos hacen sentir obligados a ceder y culpables si no lo hacemos.
* Son capaces de encubrir muy hábilmente la presión que ejercen en nosotros.
* Las personas manipuladoras, suelen ser sumamente inseguras, a pesar de que tratan de demostrar todo lo contrario. Sus temores al cambio, a la pérdida, al rechazo o al desgaste del poder, son encubiertos por actitudes egoístas y dominantes.
* Cada vez que la persona manipuladora experimenta situaciones de riesgo o que ponen en cuestionamiento su poder, se dispara su potencial manipulador. No suelen tolerar la frustración.
* Situaciones como el divorcio, la jubilación, el rechazo amoroso, la pérdida de trabajo, la enfermedad, la crisis económica, entre otras, suelen desencadenar con más facilidad el comportamiento manipulador.

“Los manipuladores buscan persuadir a las personas para que traspasen sus límites. Les porfían hasta que acceden. Con insinuaciones, manipulan las circunstancias para salirse con la suya. Seducen a otros para que lleven sus cargas. Utilizan mensajes cargados de culpa.” (Cloud,H; Townsend,J; 2000, p.64)

Según Forward (1998), existen cuatro tipos de manipuladores: los castigadores, los autocastigadores, los sufrientes y los atormentadores. Los primeros son los más evidentes, pues expresan abiertamente lo que desean y las consecuencias que enfrentaremos en caso de no complacerlos. La menor resistencia que perciban, los hace alterarse en el acto. Estas frases pueden ejemplificar este tipo de manipuladores: “Si vuelves a trabajar se acaba todo”, “Si te divorcias de mi, no volverás a ver a los niños”, “Hijo, si te casas con esa mujer, no vuelvas a esta casa”. Sin embargo, muchos de estos manipuladores, sin tener que expresarse verbalmente, dejan claro el mensaje amenazante con sólo sus gestos y miradas.

El estilo autocastigador suele enfatizar el daño o sufrimiento del que será objeto, si no le cumplen sus deseos. Utilizan la amenaza en torno a su salud o su felicidad: “Mamá, si no me dejas ver televisión, me tapo la nariz hasta ponerme azul”, “No me contradigas porque enfermaré”, “Si haces eso me deprimiré”, “Si me dejas, me mato”.

En el estilo sufriente, predomina la preocupación de lo mal que se sienten y pretenden que estemos siempre al tanto de lo “les hicimos”. Muchas veces se deprimen o son llorosos. Tienden a distanciarse sin explicaciones cuando no alcanzan obtener lo que quieren. Se victimizan y creen que conspiramos en su contra cuando no complacemos sus deseos. Además, dejan claro que si no hacemos lo que desean, sufrirán y esto será nuestra culpa. Frases como las siguientes ejemplifican este estilo: “Nunca me llamas, ni me visitas, te has olvidado de tu padre”, “No creo que te importe lo que he estado pasando en este tiempo que te has desentendido de mi”, “Por tu culpa…”.

El cuarto estilo, el atormentador, abarca los manipuladores más sutiles, pues generalmente tienden a prometernos atención, amor, dinero, un ascenso; pero dejan claro que no conseguiremos lo prometido, a menos de que complazcamos sus necesidades. La recompensa nos interesa bastante, saben bien lo que necesitamos, pero el premio se va desvaneciendo mientras nos acercamos. Algunas frases que representan este estilo: “Te ayudaré, si…”, “Te acompañaré, si…”, “Te lo pondría más fácil, si tu sólo hicieras…”

Las personas manipuladoras tienen bastante dificultad con los límites y la disciplina. Recibir un “no” les es muy frustrante. Poner freno a sus deseos e impulsos se les hace sumamente pesado. Sin embargo son víctimas de su propia insatisfacción, ya que tienen que depender de que otros cumplan sus deseos. “Si bien parece que «obtienen cuanto desean de la vida», son todavía esclavos de sus apetitos…Los controladores tienen escasa capacidad para responder por sus vidas. Tan acostumbrados están a las intimidaciones y las insinuaciones que no pueden arreglárselas por sí mismos en el mundo” (Cloud,H; Townsend,J; 2000, p.65-66).

¿Cuando soy el objeto? ¿Cómo detectar si alguien me está manipulando?

Se puede decir que estamos siendo el objeto de una persona manipuladora cuando nos están dominando de alguna manera. Si llegamos a sentir que alguien, directa o indirectamente nos hace decir o hacer algo que no aprobamos del todo, pero aún así terminamos cediendo, es muy probable que estemos siendo manipulados. Dentro de la trampa del manipulador/a, terminamos muchas veces permitiendo que controle nuestras decisiones y nuestro comportamiento.

Susan Forward (1998), considera las siguientes situaciones como indicadores de que se es objeto de un “chantajista emocional”, denominación interesante que ella rescata en su obra para referirse a una persona manipuladora. Ella afirma que con sólo experimentar una de las siguientes opciones, ya se es víctima de un/a manipulador/a:

-Amenazan con volverte difícil la vida si no haces lo que quieren;
-Amenazan constantemente con poner fin a la relación si no haces lo que quieren;
-Te dicen o dan a entender que se harán daño o se deprimirán si no haces lo que quieren;
-Siempre quieren más por mucho que les des;
-Habitualmente dan por sentado de que cederás;
-Habitualmente ignoran o no hacen caso de tus sentimientos y aspiraciones:
-Hacen generosas promesas que están supeditadas a tu comportamiento y rara vez las cumplen;
-Te tachan de egoísta, malo/a, interesado/a, insensible o descuidado/a cuando no cedes;
-Se deshacen en alabanzas cuando cedes y las retiran cuando te mantienes firme;
-Utilizan el dinero como arma para salirse con la suya.

Poner un alto a la manipulación: Establecer límites

Es importante tener en cuenta, que el hecho de que exista manipulación dentro de una relación, no significa que la relación esté perdida o condenada. Tampoco se trata de sentarse a esperar a que la persona manipuladora llegue a cambiar por sí sola: este cambio necesita de nuestra intervención. Nos corresponde generar transformaciones en nuestro comportamiento y sentar bases más sólidas; dicho de otro modo, establecer límites para no permitir que invadan nuestro espacio y nuestra integridad.

“Parte del problema, radica en personalidades sin una estructura de límites. Nos cuesta definir quién es el auténtico “yo” y lo que verdaderamente deseamos”. (cf.. Cloud, p.53)

Desdichadamente, nos demos cuenta o no, al continuar acatando lo que la persona manipuladora exige, continuamos gratificándole y esto le hace saber que puede seguir repitiendo su manipulación. Es necesario establecer siempre, hasta dónde puedo ceder en una relación, en tanto no implique anular mis emociones, mis necesidades y deseos.

Otro aspecto también a cuidar, es el hecho de que no nos convirtamos en manipuladores como reacción a la manipulación de la que somos ya víctimas. Existe la posibilidad de que los papeles se intercambien: se puede ser el objeto de la manipulación en una relación y en otra convertirnos en manipuladores. Suele ser común por ejemplo, cuando un jefe manipula a su empleado/a, y este/a último/a llega a su hogar, y sin querer quizá deposita esa frustración generada en la pareja o en los hijos, convirtiéndose en manipulador con ellos. Otro caso frecuente, es cuando los hijos se convierten en manipuladores, al haber sido objetos de la manipulación de sus propios padres. Se puede crear una cadena de manipulación, si no logramos detenerla a tiempo.

Ante los manipuladores hay que generar respuestas y habilidades de comunicación específicas. El estilo de comunicación debe ser asertivo, sin llegar a ser sumiso, defensivo o agresivo, sino más bien conciliador pero firme. Hay que transmitirle a la persona manipuladora, la importancia de que se respeten y consideren nuestras necesidades y sentimientos, así como delimitarles hasta dónde voy a ceder. Esto a su vez ayudará, a que se pongan más en “nuestros zapatos” y desarrollen esa habilidad de empatía que tanta falta les hace.
fuente:http://www.saborysalud.com/content/articles/32/1/El-arte-de-manipular/Page1.html
Bibliografía

Cloud, H y Townsend, J. Límites.(2000). Editorial Vida: Miami, USA.

Forward, S. Chantaje emocional. Claves para superar el acoso moral. (1998). Ediciones Martínez Roca, S. A: España.
Riso,W. Deshojando Margaritas. Acerca del amor convencional y otras costumbres. (2003). Grupo Editorial Norma: Bogotá, Colombia.

El precio de nacer o morir con síndrome de Down


fuente:el malecon .Pepe Álvarez de las Asturias
El precio de nacer o morir con síndrome de Down
Mil quinientos euros al mes. Es lo que, al parecer, vale la vida de un ser humano con síndrome de Down. Al menos la de un niño de seis años a cuyos padres ha venido el supremo a ver.



Vicente y Álvaro, padre e hijo, mostrando al mundo su mutua felicidad, posible porque a Álvaro se le permitió nacer.





Una cifra que, de haberse detectado la ´enfermedad´ durante el embarazo de su madre, se habrían ahorrado la Comunidad Valenciana y la Universidad Miguel Hernández. Y todo porque la prueba de amniocentesis practicada a la madre descartó que el feto padeciese esa alteración genética que le habría condenado a muerte directamente, sin el doloroso preámbulo del parto y el contraproducente trámite de soportar al niño ´retrasado´ durante seis años de vida. Y lo que le quede. Aunque ahora, con mil quinientos euros al mes de por vida para "gastos sanitarios", a los padres del pequeño no les importará que viva muchos años.

Leo la noticia en el periódico (eso me pasa por seguir leyéndolo en vacaciones) y no puedo evitar pensar en lo frágil que es nuestro concepto de la vida y la muerte, de lo justo y lo injusto, de lo valioso y lo miserable. No soy quién para juzgar a esos padres, probablemente con dificultades económicas, que habrían matado a su hijo de haber sabido que iba a nacer con síndrome de Down. Por suerte para ellos, no han llegado a formar parte de ese 97% de padres que sí han matado a sus hijos ante una prueba de amniocentesis más concluyente que la de la Universidad Miguel Hernández. ¡Un 97 por ciento! Así, como quien no quiere la cosa. Y nunca mejor dicho. "Su hijo va a nacer con síndrome de Down, ¿qué hago, lo mato o dejo que nazca?" "Pues qué quiere que le diga, doctor. Yo un hijo que nunca será normal, que no va a ser nadie en la vida, que no tiene futuro, que nunca va a poder valerse por sí mismo, que va a ser siempre como un niño pequeño, que va a estar internado en una institución especial (y carísima) haciendo manualidades hasta que se muera con 40 años… para qué va a nacer, ¿para sufrir? Mátelo, doctor. Lo hacemos por su bien".

A no ser que te paguen 1.500 euros al mes, claro, y una indemnización de 150.000 euros, por las molestias.

No sé. Tal vez yo sea un tipo raro, pero cuando en los tres embarazos de mi mujer el ginecólogo nos preguntó si queríamos la prueba de marras, sin mirarnos siquiera dijimos los dos que para qué. Si viene con síndrome de Down, bienvenido sea. Lo vamos a querer igual. O más. ¿Quiénes somos nosotros para decidir si nuestro hijo debe vivir o morir? Y además, un hijo con síndrome de Down ¿qué es, una especie de monstruo del averno, el anticristo, el bebé de Rosemary, la de La semilla del diablo?

Ahora que todos hemos conocido a Álvaro, el hijo de Vicente del Bosque, y le hemos visto alzando la copa del Mundial, desbordante de alegría y de orgullo paterno; ahora que todos sabemos por qué Del Bosque emana esa paz y esa bondad y esa generosidad y esa sabia calma; ahora que hemos comprobado con nuestros propios ojos que a un padre se le puede caer la baba por su hijo Down, ¿de verdad seguimos pensando que el 97% de esas vidas no merecen la pena ser vividas? ¿Por qué, porque han nacido con una copia extra del cromosoma 21, y eso no se puede tolerar? ¿Porque alguien ha decretado que no tienen derecho a ser felices como cualquier otro ser humano?

No es sólo el hijo de Vicente del Bosque, y la manifiesta felicidad de ambos, sino todos los niños (y mayores) con síndrome de Down los que pueden llegar no sólo a ser felices sino también a hacer felices a sus padres, hermanos, compañeros, profesores, vecinos y a todo el que tengan alrededor. Lo sé porque conozco a muchos. En el colegio de mis hijos, que es al que va Álvaro Del Bosque, hay niños con síndrome de Down (y otras minusvalías físicas y psíquicas) en todas las clases de Infantil y Primaria, aprendiendo a convivir con los demás niños y, de paso, enseñando a éstos a convivir con ellos. Por ejemplo Miriam, que está en clase de mi hijo mayor y también en su equipo de baloncesto, que, por cierto, este año ha ganado la liga interescolar frente a otros once colegios (en ninguno de cuyos equipos había jugadores con síndrome de Down, dicho sea sin ánimo de ofender). Y mi amigo Alfonso, gran admirador de Raphael y con un irónico sentido del humor que va ya camino de los 60 años de felicidad compartida. Y el ahora famoso Pablo, licenciado universitario y actor revelación en la pasada edición del Festival de San Sebastián, y cuyo reto permanente es ser considerado una persona ´normal´. Y Jaime, un cachondo, que un día le dio un masaje a su profesora, en plena clase, al verla tensa y agobiada, como había aprendido en casa. Y Miguel Ángel, que es el ángel de Loli y Toni, sus padres, y el favorito de cada uno de sus cinco hermanos. Y una muñeca llamada Inés, que ha nacido hace apenas un mes y que sólo de verla sonreír (después de un post parto complicado) le saca una lágrima de plena felicidad a su babeante padre.

Tener un hijo con síndrome de Down no es un drama, como piensa esta sociedad ignorante y desalmada, sino más bien lo contrario; son libres, espontáneos, cariñosos, sinceros, divertidos, sensibles, generosos. No están pervertidos por los convencionalismos ni se dejan arrastrar por los valores superficiales, egoístas y competitivos de este mundo de seres imperfectos, que en realidad somos todos. Por supuesto que tienen limitaciones, ¿quién no las tiene? Por supuesto que ocasionan gastos y disgustos y tensiones y desvelos, ¿qué hijo no lo hace? Por supuesto que no serán médicos ni ingenieros ni sabios científicos ni abogados de éxito ni banqueros millonarios ni galácticos... ¿cuántos de nosotros lo somos?

Es un síntoma grave que en esta sociedad que alardea de pluralidad y de libertad (y en realidad tan escasa de valores como una mantis) condenemos a muerte, sin juicio previo, a 97 de cada 100 de estos seres humanos cuyo único delito es ser un poco diferentes. Ni mejores ni peores, simplemente diferentes. Mengele y su jefe también buscaban fabricar una raza de seres perfectos, y los Down tampoco entraban en sus cánones. La Historia y la Humanidad en pleno han condenado sin paliativos sus atrocidades. ¿Acabarán condenando las nuestras?

Por terminar con un soplo esperanzador, que es también un grito, reproduzco el testimonio de una de esas madres (¡el 3%!) que sí decidió que su hijo tenía todo el derecho a nacer, aunque lo hiciera con síndrome de Down: "Todos los días, desde hace catorce años, pienso en lo que podía haber perdido si hubiese seguido el consejo del doctor en lugar del dictado de mi corazón". Y no se refería a los 1.500 euros al mes, precisamente.

Y una última reflexión: miren a su alrededor y díganme cuántas personas plenamente realizadas y felices calculan que hay en el mundo. ¿Llegan al 3 por ciento
http://www.elsemanaldigital.com/blog.asp?idarticulo=108999&cod_aut=

El Sufrimiento Del Paciente Con Toc Y La Ayuda Desde La Hipnosis Terapéutica



El o la paciente TOC es alguien que sufre un trastorno en el orden de la ansiedad, que está determinado por las obsesiones y compulsiones que su trastorno le produce. Éstas están de tal manera determinando y condicionando su vida que no son pocas las veces que cuando se presentan al tratamiento conmigo dicen frases como “vengo porque quiero tener una vida propia”-Paola 24 años- “estoy tan confundido, tengo tal bola en mi cabeza, que realmente no sé para donde ir, creo que me voy a volver loco” –Carlos 33 años-.

Generalmente la patología comienza en la adolescencia, pero hay innumerables casos en que puede el paciente recordar rituales o compulsiones que ya estaban instalados en la infancia (Alicia, paciente de 38 años recuerda juegos en los que claramente se pueden reconocer rituales obsesivos teniendo ella no más de 6 años. Carlos mientras tanto refiere los primeros pensamientos de contexto sexual y desde su pubertad pero más precisamente desde los 12, 13 años en los que si bien se identificaba claramente con su heterosexualidad, sus pensamientos estaban relacionados con el temor de ser homosexual. Mientras que Paola no logra discriminar sino hasta sus 16 años sus pensamientos obsesivos.

Paola cuando inicia conmigo el tratamiento ha pasado por muchos terapeutas, psiquiatras, y todo tipo de especialistas en el orden de las terapias alternativas, cuando alguien le orienta a que venga a verme. Cuando viene por primera vez a mi consultorio, durante el año 2006 tiene 146 rituales. Permanece en tratamiento hasta comienzos de 2009 con muy pocos rituales, pero habiendo aprendido a modificar su mecanismo de pensamiento, de modo que cuando un nuevo ritual “yo me doy cuenta Dra. (Nunca logró llamarme Licenciada o Cristina, a pesar de que tenía plena conciencia de que esa es mi Especialidad) que cuando un ritual deja de ser, al tiempo hay uno nuevo que quiere aparecer, entonces ahí hago los ejercicios y no vuelven.

Es decir Paola aprendió a manejar su ansiedad, y el mecanismo de su pensamiento, a tranquilizarse, los ejercicios para modificar y eliminar los rituales y fundamentalmente a darse cuenta que la llave maestra estaba en que si se apoyaba en la tranquilidad de saber que ese es un aprendizaje adquirido que está para utilizarlo, al querer alguno de los pensamientos TOC nuevamente colocarse en actividad, ella con la tranquilidad que había adquirido, con el conocimiento de manejo de ese aprendizaje adquirido no reaccionará con desesperación, con pena o con la sensación de que su pensamiento es una entidad que la maneja, sino todo lo contrario, ahora tiene pleno control y sabe que su pensamiento es manejado por ella, y de ese modo aplica cada vez en cada día de su vida los ejercicios de relajación, respiración, psicoimaginación, desensibilización, y muchos otros ejercicios que fue aprendiendo durante la terapia psicológica que le han permitido conectarse con su cuerpo, con su emoción, con las distintas actividades que desarrolla, con sus afectos, con sus sueños y deseos: porque al venir a tratamiento todo esto le estaba vedado, porque el mecanismo automático de sus pensamientos obsesivos, la automatización, obsesión y rituales que éstos exigían le ocupaban todas las horas del día y de su vida en completud. Realmente fue penoso para mí ver de qué modo todas sus horas, todos sus días, toda su vida joven y plena eran ocupadas “estaba literalmente tomada por su TOC”.

Porque lo que caracteriza a éste trastorno de ansiedad es que por el modo en que se manifiesta en la persona, tanto en sus pensamientos como en las compulsiones y rituales toda su vida es afectada tanto en su vida rutinaria, en su vida social, en su trabajo, en su estudio, en las interrelaciones etc. En mi experiencia clínica no he notado diferencias en cuanto a número en los diferentes géneros, porque he recibido y recibo tanto a hombres como a mujeres. Y como decía previamente se puede rastrear su nacimiento ya en la infancia, pero es en la adolescencia y juventud en que se manifiesta ya como un cuadro, como un trastorno.

Las obsesiones son pensamientos que sistemáticamente se manifiestan, y persisten sin que la persona pueda hacer nada para evitarlos, y es precisamente como modo de ponerle fin que aparecen los rituales, que vendrían a calmar la ansiedad y el sufrimiento que éstos pensamientos recurrentes al presentarse producen en la persona, ésta ansiedad se mitiga, se calma con el ritual; pero luego de éste aparece otra vez el pensamiento obsesivo, nuevamente el ritual y así en forma sistemática, e infinita.

Otro paciente Mauricio, quien abandonó el tratamiento lamentablemente, porque no pudo lograr aquello que siempre en la primera consulta les digo a todos quienes sufren de TOC y es que el único modo de vencer a su enfermedad es con el tratamiento, tan sistemático como son los síntomas de su enfermedad, tan persistente deberá ser en la asistencia y cumplimiento del tratamiento como de hacer toda la ejercitación que aprende en el consultorio pero que luego deberá repetir en su casa, en todo momento posible, porque es el único modo de derrotar a su enfermedad; ya que ésta ha ido tomando su vida, sus proyectos, sus anhelos y aspiraciones, su manifestación afectiva y familiar de modo que generalmente, no en todos los casos hasta se han privado de tener una vida propia, de formar su familia, de ocupar los distintos roles que nos exige la vida para vivirla en forma plena. Porque el mundo que le permite vivir su TOC es un mundo privado e íntimo que les aleja, les aparta, les inhibe y les lleva a vivir una vida que generalmente ni siquiera los más íntimos saben, pero que al no contar, al no hacer partícipe de su sufrimiento a sus allegados, éstos incluso tienen una idea distorsionada e incomprensiva del modo en que ven se manifiesta en su vida, o más exactamente no se manifiesta, sino que como es tal su sufrimiento y es tal la energía que debe poner en cada uno de sus actos obligados como por ejemplo su actividad laboral, entonces va disminuyendo también los mismos a la mínima expresión, porque al realizar esa tal o cual tarea obligatoria está también luchando con sus pensamientos, obsesiones y rituales para que éstos le permitan realizarla, y es tal la energía que pone en el intento frustrado, que esto le lleva a sólo realizar aquello que de ninguna manera puede evitar, tal como es el trabajo.

De modo que como dije previamente en esa primera entrevista cuando ingresan al tratamiento les muestro porqué deben persistir en la psicoterapia si quieren tener y vivir una vida propia y plena; y uno de los primeros pasos es tomar conciencia de lo que es su vida en ese momento, pues generalmente están imbuidos y absorbidos en el sufrimiento concreto que la lucha intestina sobre su mecanismo de pensamiento y la posibilidad imposible de evitarlo le lleva. El paciente debe aprender que en un momento del tratamiento, de la terapia psicológica se producirán en él los mecanismos de resistencia al mismo, manifestándose en ese momento como estados de ansiedad, de evitación, en donde se sentirá sumamente ansioso, frustrado, donde se permitirá exigir los cambios ya, donde habrá olvidado su estado previo al del momento del tratamiento, pues al haber ido avanzando y mejorando éste recuerdo ya por ventura no estará y es en ese preciso instante que necesitará de su voluntad para persistir en el tratamiento, y seguir avanzando hacia el éxito total del mismo.

Esa es mi intención al mostrarle un plano de lo que es su vida en el presente, de las limitaciones, de los modos en que no se está proyectando por ejemplo a una vida plena, sino que su patología se lo impide, hace que tome contacto con sus limitaciones, con sus imposibilidades, pero también con aquello que en éste presente no se proyecta, pero que si derrota a la enfermedad podrá lograr pues hasta ahora no le ha sido posible la simple aceptación de que otra vida, otro proyecto de vida y existencia es posible.

Aprendiendo esto, en segundo lugar se permite también la exigencia de la lucha, que aunque es larga, si persiste sabe aquí, en ésta primera entrevista porque yo se lo hago conocer, que el tratamiento es posible, la mejora en su calidad de vida es posible, y también es posible que así como se exigía diariamente e inútilmente el derrotar a los mecanismos del TOC, ahora comienza un camino acompañado por su terapeuta, que la luz al final del túnel puede verla, pero que es posible sólo con una autoexigencia que en un primer momento deberá ser necesaria y es cuando la ansiedad le juegue la mala pasada de exigirle los resultados ya, y es en ese momento en que deberá aceptar que el tiempo es necesario y es el único que posibilita dentro del proceso terapéutico el cambio, la modificación y por ende la mejora en primer momento y luego la cura.

Si persiste en el tratamiento, si hace el tiempo suficiente la psicoterapia, esto será posible.

Con mis años de experiencia clínica con la aplicación dentro de la terapia psicológica de la Hipnosis Terapéutica, ya he formado mi propio método de trabajo. Mi método de trabajo me permite saber que para el tratamiento y la cura del TOC hacen falta distintas técnicas. Yo tomo generalmente de la metodología cognitivo. Conductual la desensibilización sistemática, la exposición, distintos ejercicios de psicoimaginación que toman también éstas técnicas y otras técnicas y ejercicios que me hacen posicionarme en una ejercitación ecléctica y heurística de la profesión, pues los he ido creando durante mi experiencia clínica porque compruebo que resultan.

La Hipnosis Terapéutica no es un efecto sugestivo, tampoco es que la persona se duerme pues durante la sesión de hipnosis el paciente alcanza una concentración enfocada o una supra concentración, teniendo total contacto con cada uno de los sentidos y de las emociones, así como de la memoria; pudiendo acudir a cada uno de éstos en el momento deseado durante la sesión.

Durante la sesión de hipnosis y producto de ésta técnica es que el terapeuta guía al paciente para que éste se valga de otras técnicas que son las que aportan las metodologías terapéuticas de las que el terapeuta echa mano y al haber alcanzado el estado hipnótico hace posible la modificación que se busca para que el paciente logre así ir modificando la patología que es lo que ha hecho que esté en tratamiento en éste momento.

Porque producto del estado que se alcanza luego de una relajación profunda, aplicada la técnica de la hipnosis, esto permite al paciente adquirir un conocimiento, un aprendizaje, un cambio de conducta, la modificación de un mecanismo de pensamiento, todos éstos resultados que de no estar en el estado que permite la hipnosis sería mucho más largo aún el proceso de la psicoterapia.

El paciente una vez que ha alcanzado el estado de hipnosis, va a poder con el uso de la psicoimaginación lograr fácilmente el estado de disociación que le permitirá situarse como observador y observado: ésta es la llave maestra que le va a permitir con la guía eficiente y muy entrenada del psicoterapeuta hipnólogo clínico ir haciendo los cambios necesarios para así ganarle en tiempos relativamente cortos en salud a la enfermedad.

El paciente debe saber que el camino de la psicoterapia es un camino lento, lleno de obstáculos, sinsabores, y también mesetas que lo conducirán a un resultado exitoso que le va a permitir vivir una vida plena, con los logros que en otro momento de su vida, antes y con el pleno condicionamiento que le producían los síntomas del TOC no le era ni tan siquiera posible de avizorar lo que conseguiría en su vida.

Pero es un camino que únicamente él/ella pueden transitar con el acompañamiento y guía del profesional psicoterapeuta.

Lic.Cristina Heinzmann